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Los 9 Tipos de Familia que

Existen y sus Características


Por
Cecilia Algeciras Rodríguez

Existen distintos tipos de familia: nucleares, homoparentales, sin hijos,


monoparentales, reconstituidas, extensas, adoptivas, de abuelos y de
acogida. A continuación te explicamos sus características con detalle.

Las características de las familias actuales de México, España, Colombia,


Argentina u otros países de Lationamérica son muy diferentes a las de
hace cuarenta o cincuenta años, de igual forma que las familias de esa
época eran muy diferentes a las de otros cuarenta o cincuenta años atrás.
Y así sucesivamente hasta el origen de la humanidad. Es lo que podría
definirse como la Evolución de los modelos de familia.

Índice
1 ¿Qué es una familia?
2 ¿Cuáles son los diferentes tipos de familia que existen?
o 2.1 Familias nucleares
o 2.2 Familias homoparentales
o 2.3 Familias monoparentales
o 2.4 Familias reconstituidas, ensambladas o compuestas
o 2.5 Familias de tres generaciones o extensas
o 2.6 Familias adoptivas
o 2.7 Familias de acogida
o 2.8 Familias sin hijos
o 2.9 Familia de abuelos
3 Funciones de la familia
4 Familia en México
o 4.1 Familia monoparental
5 Familia en Colombia
o 5.1 Monoparental
6 Familias en Perú
o 6.1 Porcentaje monoparental considerable
o 6.2 Mujer emprendedora
7 Familia en Venezuela
o 7.1 Éxodo actual
8 Familia en España
o 8.1 Motivos
o 8.2 Contexto económico
9 La diversidad familiar
10 Referencias
¿Qué es una familia?
Existen muchas definiciones de familia planteadas por estudiosos en la
materia.

Pongamos como ejemplo la de Palacios y Rodrigo (1998):

“La familia es una unión de personas que comparten un proyecto vital de


existencia que se desea duradero, en el que se generan fuertes
sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso
personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de
intimidad, reciprocidad y dependencia”.

Lo curioso es que, aunque procedan de disciplinas diferentes y se aprecien


variaciones entre ellas, todas tienen en común que incluyen los siguientes
elementos:

 Los miembros del grupo: un hombre adulto, una mujer adulta,


una pareja heterosexual u homosexual, los hijos de la pareja,
etc.
 Los vínculos entre los miembros: biológicos, legales,
afectivos…
 Las funciones.

Si atendemos a la definición dada como ejemplo, no es tan relevante la


composición o estructura de la familia como las funciones que cumple y
las relaciones que se establecen en ella.

¿Cuáles son los diferentes tipos de familia


que existen?
En la actualidad, se pueden encontrar bastante diversidad en cuanto a los
modelos familiares. Los diferentes tipos de familia se pueden clasificar en:
Familias nucleares

Las familias nucleares están compuestas por una pareja de adultos que
se hacen cargo de uno o más hijos biológicos. Es por tanto la familia
clásica.

Sus funciones principales son la crianza de los niños y conseguir el


bienestar socioafectivo de sus miembros. De hecho, existen
investigaciones que afirman que los hombres casados son más felicies
que los solteros.

Sin embargo, no esta claro si esto es una correlación o una causa. Es


decir, podría ser que los hombres que son más felices se casan
precisamente porque eso les ayuda a encontrar pareja.
La familia nuclear es el concepto tradicional de familia. Cuando se habla
de “familia” en el lenguaje popular, las personas hacen referencia a este
tipo, aunque cada vez más se va extendiendo más el término.

Familias homoparentales

Son familias formadas por dos padres o madres homosexuales y uno o


más hijos.

Hasta hace poco, cuando se hablaba de pareja de adultos, sobre todo en


estos temas, se asumía que se trataban solamente de parejas
heterosexuales.

El rechazo existente hacia esta modalidad familiar, predominante en


ciertos sectores sociales, parte de las creencias que aún se tienen sobre
las personas homosexuales y de las creencias arraigadas sobre los roles
de género en la maternidad y paternidad.
Y así lo demuestran los prejuicios sociales más frecuentes que se han
escuchado hacia este tipo de familias, como son, en general:

 “Gays y lesbianas son personas insanas, inestables, incapaces de


formar familia y carentes de habilidades parentales”.
 “Estas familias viven aisladas, en guetos formados únicamente
por homosexuales, sin redes sociales de apoyo”.
 “Estos niños y niñas muestran un desarrollo psicológico alterado
por carecer de los necesarios referentes masculinos y
femeninos”.
 “Estos niños van a tener muchos problemas porque sufrirán
rechazo social”.
 “Esos niños van a acabar siendo homosexuales también”.
 “En ese ambiente, estos niños pueden sufrir abusos sexuales”.

Estos prejuicios aún perduran a pesar de las numerosas investigaciones y


estudios realizados por importantes instituciones como la American
Psychological Association (APA) o la American Academy of Pediatrics
(AAP).

Estos demuestran que los hijos con padres del mismo sexo llevan una vida
de lo más normalizada y que esto no influye de forma negativa en su
desarrollo.

Es más, incluso hay datos que defienden todo lo contrario. Los hijos de
parejas homosexuales cuentan con una mejor salud mental, más
autoestima y roles de género más flexibles.

Esto se debe a que suele ser una maternidad y paternidad muy


reflexionada, lo que les lleva a investigar sobre el desarrollo infantil,
propiciando estilos educativos adecuados y un ambiente familiar en el que
los hijos se sienten queridos y protegidos, a la vez que se alienta la
autonomía e independencia.
Familias monoparentales

Esta modalidad de familia tampoco se libra de la crítica y la especulación,


tanto en el caso de las mujeres solas como de los hombres, aunque estos
últimos continúan estando en minoría.

Hace unos años, cuando se hablaba de familias monoparentales, el perfil


más común era el de la madre divorciada que se tenía que hacer cargo de
los niños en solitario porque el padre se había desentendido. También se
daba el caso de muchachas adolescentes que se habían quedado
embarazadas y, de nuevo, el padre biológico se había desentendido.

Hoy en día ese perfil ha cambiado un poco. Si bien es cierto que siguen
abundando las madres divorciadas, en los últimos años se ha producido
un aumento considerable de mujeres que han decidido ser madres en
solitario a través de métodos de reproducción asistida.

Igualmente, son cada vez más los padres que tras el divorcio deciden
quedarse con la custodia de sus hijos, reivindicando así su derecho a
ejercer la paternidad en igualdad de condiciones que las mujeres.
Al igual que ocurre con las familias homoparentales, el tipo de familia
monoparental cuenta con sus correspondientes creencias culturales y
prejuicios referentes a los roles de género en su mayoría. Por ejemplo:

 “Un hombre sólo no es capaz de criar a su hijo”.


 “Los hijos están mejor con sus madres”.
 “Estos niños y niñas muestran un desarrollo psicológico alterado
por carecer de una figura paterna/materna”.

En el caso de las mujeres que deciden ser madres en solitario o terminan


siéndolo porque no les queda más remedio, no se cuestiona tanto su
capacidad como madre como el efecto que tendrán en los más pequeños
la ausencia de una figura paterna.

Sin embargo cuando se habla de padres solos, las dudas sobre el


adecuado desarrollo de los menores se disparan, basándose sobre todo
en argumentos que cuestionan la capacidad y habilidad de los hombres
para ser padres.

De hecho, para los padres divorciados es normal encontrarse con trabas


tanto legales como de las propias madres de sus hijos, resultando
bastante complicado que consigan la custodia exclusiva e incluso a veces
hasta la compartida.

Todo esto resulta un tanto contradictorio para una sociedad que busca
conseguir la igualdad de derechos y de roles entre hombres y mujeres.

Por otra parte, los estudios realizados sobre el desarrollo de los niños en
familias monoparentales concluyen que son niños que crecen tan
“normales” como cualquier otro.
Familias reconstituidas, ensambladas o compuestas

Esta modalidad familiar tal vez sea la que más abunda en la actualidad
debido al gran número de divorcios que se producen.

Son formadas por ejemplo por los hijos biológicos del padre y los hijos
biológicos de la madre. Son por tanto hermanastros que forman una
familia por haberse unido sus padres tras separarse de sus anteriores
parejas.
Familias de tres generaciones o extensas

Son las formadas por miembros pertenecientes a distintas generaciones


que conviven juntos. Por ejemplo, una familia formada por una pareja -
padre y madre-, sus hijos y el abuelo.

Este es otro tipo tradicional de familia, más extendido en países con


menos recursos económicos y en culturas con valores familiares en las
que se valora más al grupo.
Familias adoptivas

Una pareja o un adulto en solitario con uno o más hijos adoptados.

Estas familias son más comunes en los países desarrollados, cuyas


familias tienen más recursos económicos para adoptar niños de su propio
país o de otros.

Por ejemplo, en España existen familias nucleares, monoparentales y


parejas homosexuales que adoptan niños de Rusia, Asia, Ucrania y países
de África.
Familias de acogida

Una pareja o un adulto en solitario decide acoger en su casa a uno o más


niños hasta que encuentren un hogar permanente.

Este tipo de familia también es más frecuente en países de desarrollados.


Por otra parte, son más frecuentes tras épocas de guerra, cuando los
padres han muerto o no han podido huir de sus países.
Familias sin hijos

Son las formadas por dos adultos, heterosexuales u homosexuales, que


no tienen hijos, ya sea porque lo han decidido o porque lo han podido.

Debido a la actual situación social y económica social, en la que los


jóvenes tienen más dificultad de acceder a la vivienda, con sueldos
generalmente más bajos, tener hijos se ha vuelto algo no prioritario y que
se pospone hasta los 30 o incluso 40 años.

Relacionado con este tipo de familia esta la crisis de natalidad que tienen
países como Japón o España. Especialmente en Japón las mujeres han
comenzado a valorar más el área profesional de sus vidas, dejando en un
segundo lugar la posibilidad de tener pareja e hijos.
Familia de abuelos

Esta clase de familia se da cuando los abuelos cuidan a sus nietos,


debido a que los padres los han abandonado, han muerto o tienen
problemas de adicciones o legales.

Dependiendo de la situación particular de los abuelos, los hijos pueden


quedarse con ellos hasta que sean mayores de edad y puedan decidir, o
entrar en programas de adopción.

Funciones de la familia
Al igual que se han propuesto definiciones variadas de concepto de familia,
existen diferentes percepciones en lo que respecta a sus funciones.

Haciendo mención a una de ellas, Allard (1976) defiende que las que debe
cumplir toda familia son las de cubrir las necesidades de tener, de relación
y de ser.
 Necesidades de tener: son los aspectos económicos, bienes
materiales y educativos necesarios para vivir.
 Necesidades de relación: hacen referencia a la socialización, a
amar y a sentirse amado y aceptado por los demás, a la
comunicación.
 Necesidades de ser: no son más que el sentido de identidad y
autonomía de uno mismo.

Aunque todas estas funciones son importantes, la literatura hace más


hincapié en la relevancia de la familia como instrumento de socialización.

La socialización es el proceso por el que se adquieren las creencias,


valores y conductas que una sociedad considera significativas. Es el medio
con el que se regula la conducta de los niños y se controlan sus impulsos,
ayuda al crecimiento personal del individuo y perpetúa el orden social.

Así, el entorno familiar es el primero al que los más pequeños pueden


acceder para relacionarse y aprender estas cosas, por lo que es
importante que la familia sea capaz de cubrir esta necesidad básica para
el buen desarrollo de sus miembros.

Familia en México
El concepto de familia en la sociedad mexicana se ha transformado con el
pasar del tiempo y con las modificaciones sociales producto de los distintos
acontecimientos y experiencias vividas en ese país. Sin embargo, puede
afirmarse que en México la familia sigue siendo apreciada como un núcleo
fundamental de la sociedad.

Según un estudio publicado en la revista Ciencia Ergo Sum, en el inicio de


la época de industrialización mexicana, hacia 1910, el hecho de que los
hombres —considerados cabezas de familia— debieran viajar de la
periferia a las zonas industriales implicó que las mujeres se encargaran
tanto de las tareas domésticas como de los cultivos.
Esto trajo consigo un cambio en el rol femenino y, por ende, en la
estructura familiar. Otro elemento importante de esa época es que era un
hecho común el fallecimiento de miembros de la familia.

Esto generó familias incompletas, con la influencia emocional que ello


conlleva. En medio de este contexto era preferible tener familias
pequeñas, a las que los progenitores pudieran ofrecer mejores
posibilidades y una vida de mayor calidad.

Varias décadas más adelante, entre los años 1940 y 1950, México vivió
un desarrollo económico que generó mayor estabilidad y que fue el
escenario propicio para que las mujeres alcanzaran ciertas
reivindicaciones, lo cual tuvo sus raíces en la Revolución mexicana y
cambió de nuevo la estructura familiar conocida hasta entonces.

El hecho de que las mujeres mexicanas comenzaran a tener presencia en


ámbitos educativos, políticos y laborales hizo que el rol doméstico no fuera
absoluto.

Aunque esto en líneas generales ha sido positivo para las mujeres,


también ha traído una consecuencia desfavorable, y es que como
consecuencia de las jornadas de trabajo las madres debían dejar a sus
hijos con otros familiares, lo que fue creando un distanciamiento familiar
reflejado en la relación entre padres e hijos y también entre los cónyuges.

Familia monoparental

Estudios señalan que entre 1990 y 2000 incrementó la tasa de divorcios


y bajó la cantidad de nuevos casamientos. El Instituto Nacional de
Estadística y Geografía indicó que en 2010 por cada 100 casamientos
civiles había 16 divorcios. Este hecho ha desencadenado en que la
estructura de la familia mexicana en términos generales haya pasado de
ser nuclear a ser monoparental.

Dado este contexto, diversas instituciones en pro de la familia han


promovido acciones para fomentar la unión familiar desde ámbitos tan
variados, como la escuela y el trabajo. Dichas iniciativas buscan
transformar el concepto actual de la familia, y promover una reivindicación
de todos los miembros de la misma.

Familia en Colombia
Algunos investigadores señalan que la estructura familiar colombiana es
sumamente variable dependiendo de la región que se tome en cuenta,
esto como consecuencia de las diferencias culturales y sociológicas que
pueden encontrarse en las distintas zonas del país.

Este concepto fue denominado poliformismo familiar, nombrado así por la


investigadora Virginia Gutiérrez de Pineda. Posteriormente, este término
dio paso a otro llamado diversidad familiar.

Ambos recalcan la existencia de características diversas de las familias


colombianas, según la cultura, el nivel socioeconómico y la herencia propia
de la región del país que se habita.

Por ejemplo, se ha considerado que las familias que habitan en zonas


rurales tienen una mayor tendencia a permanecer unidas y a ser más
sólidas, en parte por el aislamiento consecuencia del lugar geográfico, que
evita la influencia directa de elementos como los medios de comunicación
y otros canales de difusión.

Por otro lado, las familias que conviven en regiones urbanas están más
expuestas a distintas visiones, además de que el ritmo de vida y la
dinámica general que caracteriza a una ciudad influyen directamente en
la estructura familiar y en su desenvolvimiento en el día a día.

Monoparental

Según datos generados por la Encuesta Nacional de Demografía y Salud


realizada en 2015, la mayoría de los hogares colombianos están
conformados por un solo progenitor; es decir, son monoparentales.
Considerando los datos de esta encuesta, estos hogares corresponden al
11,2 % de las familias encuestadas.

La cantidad de hijos dentro del matrimonio también ha disminuido. Al


final del año 1960 lo más común es que una mujer colombiana tuviera
entre 6 y 7 hijos; actualmente esa cifra ha decrecido a 2.

Por supuesto, esto tiene influencia en el tamaño de los hogares: en 1990


un hogar en Colombia estaba conformado en promedio por 4,5 personas.
En la última encuesta realizada, la cifra es de 3,2 personas por hogar.

Otro dato curioso es que han aumentado notablemente las familias cuyo
líder es una mujer, estructura antes no tan común. Según datos de 2016,
en las principales ciudades colombianas se considera que un 39,6 % de
las familias están lideradas por la madre, o figura femenina.

Familias en Perú
Según investigaciones realizadas en 2017 por el profesor Rolando
Arellano, la mayoría de las familias peruanas actuales ha sufrido una
transformación en cuanto a cantidad de miembros, con relación a épocas
pasadas.

Según los resultados obtenidos en sus investigaciones, gran parte de las


familias en Perú son pequeñas; aun cuando anteriormente las familias
incluían dentro a los miembros no directos, como abuelos, primos y tíos,
actualmente la estructura más esencial incluye en el mejor de los casos
solo a los progenitores y a los hermanos.

Un elemento interesante de esta investigación es que se pone en evidencia


que, en general, las siguientes generaciones de una familia están
disfrutando de una mejor calidad de vida gracias al esfuerzo que antaño
hicieran los progenitores.
Es decir, un grupo familiar cuyos líderes tenían un nivel socioeconómico
bajo pudieron generar las circunstancias propicias para que sus hijos
cursaran estudios y tuvieran la posibilidad de, por ejemplo, una mejor
educación.

Otro aspecto relevante es la diversificación de intereses que pueden


presentar los hijos de una familia; en términos generales, las opciones de
formación han aumentado.

Por esto no deben seguir necesariamente un único curso de acción para


ser exitosos, sino que pueden dedicarse a distintas actividades que les
generen placer; por ejemplo, en este contexto es posible que un hijo de
una familia peruana se plantee estudiar diseño mientras su hermano
quiere dedicarse a la ingeniería y su otra hermana prefiere la actuación.

Porcentaje monoparental considerable

Un estudio llevado a cabo en el año 2013 por Child Trends, el National


Marriage Project de la Universidad de Virginia y el Instituto de Ciencias
para la Familia de la Universidad de Piura, determinaron que un 24 % de
los niños de Perú que tienen menos de 18 años ha crecido con una sola
figura paterna o materna.

Esta cifra da a entender que existe un porcentaje considerable de familias


monoparentales en Perú.

Mujer emprendedora

Otro elemento característico de la familia peruana es el cambio en el rol


de la mujer. Según estudios demográficos, las migraciones de la figura
masculina en busca de sustento para el hogar trajeron como
consecuencia, entre otras cosas, que la mujer tuviera menos embarazos.

Esto conlleva que tiene menos hijos que atender y más tiempo para
dedicarse a otras tareas, además de las tradicionalmente asignadas: criar
a los hijos y atender el hogar.
Esto no se ve reflejado solo en las familias monoparentales cuya única
representante es la mujer. En las familias nucleares peruanas se observa
que la mujer tiene una mayor participación, y que sus decisiones tienen
más repercusión en todos los integrantes de la familia.

Esto ha sido resultado de la necesidad de independencia que ha tenido la


figura femenina en el contexto migratorio peruano.

Familia en Venezuela
Tradicionalmente, la familia venezolana ha estado inmersa dentro de un
matriarcado. Estudiosos del tema, como el investigador Alejandro Moreno
Olmedo, indican que esta visión de la estructura familiar monoparental
liderada por la figura femenina tiene su origen en épocas de la Conquista
española.

En esa época muchas mujeres quedaron embarazadas y debieron hacerse


cargo de sus hijos. Este matricentrismo, como se denomina a las familias
cuyo líder es la madre, ha caracterizado a la familia venezolana a lo largo
de su historia.

Algunos estudios indican que este es el origen de la inexistencia de una


estructura armónica y constructiva del concepto de familia en términos
generales; en cambio, el padre tiene un rol prácticamente inexistente, que
en muchos casos ha resultado ser muy perjudicial.

Así como en los casos anteriores, en Venezuela también se ha


transformado el concepto de la familia con el pasar de los años. La figura
femenina comenzó a integrarse más en el ámbito laboral, y esto implicó
que, en las familias nucleares, no fuera solo el hombre el procurador de
insumos, sino también la mujer.

A partir de esta especialización, otra característica de la familia


venezolana es que los distintos miembros se han convertido en
procuradores, en muchos casos debido a la necesidad de subsistencia
teniendo como contexto una situación económica precaria.

En definitiva, la situación de la familia venezolana actual permite


confirmar que la característica matriarcal de épocas pasadas sigue
presente en distintos ámbitos. En general se trata de una estructura
monoparental en la que la madre y los hijos son lo más importante, siendo
la primera la defensora acérrima de los segundos.

Éxodo actual

Actualmente Venezuela ha vivido el éxodo más grande de su historia, dado


que aproximadamente 1,6 millones de venezolanos han decidido emigrar
a distintos países como consecuencia de la precaria situación económica,
social y sanitaria que vive este país latinomericano.

Este enorme éxodo, llevado a cabo en apenas 3 años, ha traído como


consecuencia que muchas familias se hayan separado; en esta dinámica
se incluye a los miembros directos (padres o hijos separados) y a los
menos cercanos, como los abuelos, los primos, los tíos y otros miembros.

Familia en España
Para la sociedad española, la familia aún se considera un elemento central
de la sociedad. Lo más característico de la estructura de la familia en
España es que esta ha venido experimentando una evolución interesante
basada en la tolerancia y el respeto a la diversidad.

Es así como pueden verse familias cuyos progenitores son del mismo sexo,
son padres con hijos adoptados o engendrados de forma artificial. Así
mismo, es común observar familias que no están constituidas bajo la
figura del matrimonio, pero que tienen una estructura bastante sólida.

Motivos
Distintas razones son las que han dado pie a estas estructuras atípicas de
la familia, como la dinámica cotidiana y el hecho de que muchas mujeres
deciden esperar hasta edades avanzadas para procrear.

También ha influido la tardanza en abandonar el hogar paterno como


consecuencia de poca solvencia económica, o incluso el deseo de explorar
distintas posibilidades antes de asentarse en el marco de una familia.

Todas estas razones pueden tener un origen común: las reivindicaciones


relacionadas con generar mayor igualdad entre mujeres y hombres. Roles
tradicionalmente dados a las mujeres han ido relevándose a los hombres,
o simplemente se han dejado de dar por sentado.

Por ejemplo, estudios llevados a cabo por la Oficina Europea de Estadística


determinaron que en 2014 las mujeres españolas eran las que menos
cantidad de hijos tenían en el mundo cada año (la media era de 1,32 hijos
por mujer española).

Estos mismos estudios indican que en 2014 un 40 % de los hijos nacían


fuera del matrimonio; aunque en general se trata de hogares sólidos y
con igual validez, algunos expertos indican que esta ausencia de legalidad
puede generar propensión a separaciones.

Contexto económico

Como se mencionó anteriormente, la situación económica vivida por


España en los últimos 40 años también ha incidido en las decisiones que
han marcado la estructura familiar española.

Indudablemente, la incapacidad de costearse un piso en donde formar una


familia o de tener la solvencia económica para responder ante sus futuras
necesidades, implica un cambio en el concepto familiar.

Según cifras generadas por el Informe de Evolución de la Familia en


España, realizado en 2016, el 25 % de las familias españolas en ese
momento eran monoparentales; es decir, 1 de cada 4 familias estaba
liderada por un solo miembro. Esto equivale a 4,5 millones de familias.

Ese mismo estudio indicaba que los matrimonios rotos en España


superaban el promedio correspondiente a la Unión Europea por unos 20
puntos, y se estima que la razón principal de estas rupturas es el divorcio.

La diversidad familiar
Que las familias han cambiado es un hecho. Y a la luz de los numerosos
estudios e investigaciones, parece que el mayor problema que tienen cada
uno de estos tipos de familia es el rechazo por parte de la sociedad en la
que se encuentran. La cual, aún con datos científicos, a veces se queda
estancada en sus creencias.

Porque cuando se produce algún cambio social, ante el desconocimiento,


lo que se suele alegar es que va a tener consecuencias negativas, en este
caso psicológicas.

Los prejuicios, los estereotipos, las etiquetas, el dar por hecho que el
modelo tradicional es el único válido y lo que se sale de su rango es
perjudicial… Todo esto no hace más que generar odio, malestar o
violencia, propiciando lo que tanto se teme: los problemas psicológicos en
las personas.

Ninguna persona es igual a otra, como tampoco ninguna familia es igual


a otra: unas tienen perro, otras el padre/madre ha fallecido, otras viven
con los abuelos…

Por ejemplo, un niño que crece con perros o mascotas en general aprende
una serie de valores a edades más tempranas que otros que no lo han
hecho, sin que esto merme las capacidades de los niños que crecen sin
mascotas.
Es importante la normalización, tanto para los padres como para los niños.
Sin ir más lejos, es necesario que los niños vean que en la escuela, que
es su principal entorno de aprendizaje social, no son unos bichos raros
porque en el material escolar solo se incluye a la familia formada por un
padre, una madre y los hijos.

La sociedad no se da cuenta de que lo que se consideraba como “familia


normal”, ya apenas existe. Lo normal, lo común, es la diversidad.

Referencias
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