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El árbol de neem(nim) de hoja perenne que puede llegar hasta unos 20 metros de altura y que

crece en toda la India y regiones cercanas, donde se cultiva con fines comerciales.

También se le conoce como nimba, sus flores son blancas y sus frutos amarillos y en la naturopatía
es uno de los mejores purificadores y limpiadores de la sangre.

Debido a sus propiedades curativas y beneficios medicinales del neem, casi toda la pare del árbol
se usa como medicina tradicional en muchos países. El tallo, raíz y frutos se utilizan como tónicos y
astringentes.

Las hojas de neem se utilizan para tratar infecciones por úlceras o gusanos, para enfermedades
cardiovasculares o incluso para la lepra. Los agricultores indios también lo han utilizado como
pesticida y repelente de insectos.

En la India se ha utilizado también la hoja de nim para lavarse los dientes y en Occidente su mayor
interés es su capacidad para combatir la diabetes y como insecticida no tóxico.

Actualmente se ha comenzado a cultivar en otras zonas subtropicales, como Florida y diversas


empresas de USA han comenzado a ofrecer productos basados en el neem, tanto con fines de
salud como pestididas no tóxicos.

En cuanto a la investigación, se pueden encontrar más de 2000 investigaciones y aproximadamente


50 patentes.

Propiedades químicas del Neem (Nim)

Las semillas del neem contienen alrededor del 10% de aceite, compuesto principalmente de
gliceridos. Tiene un olor a ajo y contiene un 2% más de 50 tetranortriterpenoides: azadirachtina,
nimbólido, ácido nimbidínico, azadirona, nimbina, nimbidol, nimbinin, margolene, mahmoodin,
salanin, meldenin…

La azadiractina es el componente insecticida más potente de este árbol.


El nimbidol combate la tuberculosis y los protozoos.

La nimbidina tiene propiedades antibacteriales y ayuda a tratar las úlceras y la arritmia, teniendo
también propiedades analgésicas.

La nimbina es antiinflamatoria, antimicótica y antihistamínica.

La quercetina es antiinflamatoria, antioxidante y antibacterias.

Las hojas contienen quercetina, ácido gálico, catequina, caroteno y ácido ascórbico.

Para qué sirve; Beneficios

1-Diabetes

En la India se lleva usando mucho tiempo para reducir el azúcar en sangre; lo toman tanto en
cápsulas como masticando su hoja.

Si se toma después de una comida, puede reducir el azúcar hasta en un 50%.

Aunque no esta claro cómo actúa, se cree que puede incrementar la secreción de insulina, lo que
permite la entrada del azúcar en las células y reducirlo en sangre.

Por tanto, si tienes diabetes y lo usas, puede causar que la sangre descienda a niveles demasiado
bajos. Tendrás que monitorear con especial atención tus niveles de azúcar y puede que tengas que
cambiar la dosis de tu medicación.

2-Fortalecer el sistema inmunológico

El neem contiene compuestos que aumentan la capacidad del organismo para eliminar virus y
bacterias.

Incrementa el número de leucocitos y activa las células NK.

También es un buen remedio para el resfriado común.

3-Prevenir cáncer y SIDA

Se cree que debido a su capacidad de fortalecer el sistema inmune, puede ayudar a prevenir
cáncer o SIDA.
4-Enfermedades cardiovasculares

Junto con la diabetes, las enfermedades cardiovasculares son unas de las principales causas de
muertes en todo el mundo.

Uno de sus componentes, la nimbidina, es un dilitador vascular, lo cual permite disminuir la


hipertensión arterial.

También puede prevenir accidentes cardiovasculares ya que previene la acumulación de plaquetas.

5-Plaguicida/insecticida

Es un remedio natural para repeler mosquitos y otros insectos como las garrapatas o las pulgas.

6-Salud oral

El aceite y el extracto de neem contiene fuertes componentes antisépticos que pueden eliminar las
bacterias que provocan halitosis, caries y enfermedades de las encías. Es un excelente remedio
natural para lavar dientes y enjuagarse la boca.

8-Ansiedad y estrés

Debido a que el neem puede incrementar los niveles de serotonina en el cerebro, puede ayudar a
combatir estrés, ansiedad y depresión.

9-Antifúngico

El neem puede eliminar el hongo candida, el cual plorifera en un medio ácido y azucarado.

10-Malestares estomacales

Puede reducir las náuseas y mejorar la digestión, estimulando los jugos digestivos.

11-Problemas de piel

Las hojas de nim se puede usar como pasta para tratar enfermedades de la piel como acné,
erupciones, psoriasis o eczema.

El aceite se emplea en la India para la caspa, piel reseca y prevenir arrugas.


12-Antibacterial y antiviral

Es eficaz contra las infecciones bacteriales como salmonella, E.coli y estafilococos.

13-Anticonceptivo y salud sexual

Se conoce que el neem reduce la fertilidad de hombres y mujeres sin afectar a la libido. Funciona
como espermicida y puede prevenir infecciones sexuales.

Contraindicaciones y posibles efectos secundarios

Es seguro para la mayoría de adultos, aunque si se toma durante demasiado tiempo puede dañar
hígado y riñones.

Hay que tener especial precaución en:

Niños: tomar semillas o aceite de neem puede ser inseguro para los niños. Puede provocarles
diarrea, vómitos, somnolencia, convulsiones, coma, perdida de conciencia o incluso muerte. Evitar
en niños.

Embarazo: puede ser peligroso al tomar por vía oral durante el embarazo, pudiendo provocar un
aborto. Aunque no se sabe lo suficiente, evitar su uso.

Infertilidad: si intentas tener un niño, evita usarlo.

Cirugía: debido a que el neem reduce los niveles de azúcar en sangre, puede interferir al controlar
sus niveles durante una operación. Para evitar complicaciones, evita su uso 2 semanas antes de
una posible operación.

Contra los hongos y bacterias de la piel

El neem (Azadirachta indica), también conocido como nim o margosa, es un árbol exótico
originario de Asia suroriental, especialmente de la India, Sri Lanka y Myanmar, al igual que la melia
o acederaque (Melia acederaque). Ambos pertenecen a la familia de las meliáceas y puede
encontrarse en muchos parques y jardines de ciudad.
El árbol de neem se considera sagrado en la religión hindú y la medicina tradicional ayurvédica lo
viene usando desde antiguo para aliviar un buen número de enfermedades, en especial como
desintoxicante e insecticida, y para el tratamiento de la lepra, la psoriasis e incluso la tuberculosis.

Es un árbol de copa ancha y rara vez supera los 30 metros de alto. Tiene las hojas compuestas, con
foliolos lanceolados, y flores blancas y muy fragantes, dispuestas en panículas densas. Sus frutos
son como aceitunas, carnosos, con una piel verdosa que amarillea al madurar y una pulpa
amarillenta, fibrosa y dulce con varias semillas –de 2 a 4– en su interior.

Con fines medicinales se emplean las semillas. En las plantaciones se obtienen hasta cuatro mil
semillas por kilo de fruta. De ellas, por primera presión en frío o caliente –o bien con disolventes–,
se obtiene un aceite, que es la forma como se encuentra el neem comúnmente en herbolarios y
establecimientos de cosmética ecológica.

El aceite de neem, algo acre y de color amarillo dorado, se emplea en la India para el alumbrado y
para fabricar jabón, además de por sus grandes cualidades terapéuticas.

Las semillas se utilizan también como insecticida –en decocción– y en champús. Contienen aceite
esencial y ácidos grasos omega-3 y omega-6.

Propiedades medicinales

El neem se aplica solo por vía tópica, y destaca por sus virtudes antimicrobianas, antivirales,
antifúngicas y antibacterianas. Es, además, antiinflamatorio, antiséptico y cicatrizante.

Los herbolarios recetan el aceite para combatir los hongos de la piel –el pie de atleta–, el herpes
simple y los piojos, en tal caso en forma de champú o loción. Se destina también a la
desinflamación de las picaduras de insectos y para el tratamiento del acné juvenil, sarpullidos,
eccemas, forúnculos, urticarias, erisipelas (infección bacteriana de la piel) y otras micosis como la
tiña inguinal, la onicomicosis –que afecta a las uñas– o las candidiasis.

Las hojas se usan en infusión en lociones insecticidas. Y de la corteza y las hojas se obtiene un
extracto utilizado en la India en desórdenes gastrointestinales y úlceras gástricas, náuseas y
vómitos.
Fórmulas de herbolario

Baños o compresas de neem para eliminar los hongos: Esta decocción, aplicada sobre la piel,
puede mejorar infecciones por hongos, como el pie de atleta y el acné juvenil.

Cómo se prepara: Se hierven dos cucharadas soperas de corteza de neem durante 5 minutos, se
deja reposar otros 10 y se cuela. Una vez fría la decocción (a temperatura ambiente), se puede
utilizar para realizar un baño de pies en caso de pie de atleta (de dos a tres baños al día) o bien se
empapa con ella algodón o una compresa y se aplica sobre la piel acneica (dos veces al día).

Presentación

Las semillas, crudas y machacadas, y el aceite que se extrae de ellas; y las hojas y la corteza. En los
herbolarios el aceite se encuentra puro o refinado, pero también como ingrediente de dentífricos,
champús, geles, jabones, cremas y pomadas, insecticidas ecológicos, etc.

Jordi Cebrián. Asesora: J Mª Teixé, herborista de «Manantial de Salud»

El uso farmacológico del neem o nim (Azadirachta indica),


un árbol de la misma familia que la caoba que también
recibe los significativos nombres de «farmacia de la
aldea» y «árbol de los mil usos», se conoce en el
subcontinente indio desde los tiempos más antiguos. El
presente trabajo aborda los orígenes del uso terapéutico
del neem, la investigación científica moderna para
determinar sus propiedades y la polémica suscitada en
torno a las patentes de los productos que la incluyen en
su formulación.
El uso del neem se remonta miles de años atrás. En el
yacimiento arqueológico de Mohenjo-Daro, en la cuenca
del Indo --en el actual Pakistán--, además de otros
productos que figuran en la farmacopea sánscrita y que
todavía se utilizan hoy, como los cuernos de ciervo
sámbar o el betún, se encontraron hojas de neem,
probablemente destinadas a una utilización terapéutica,
de unos 4.500 años de antigüedad. Posteriormente,
cuando los arios del Pamir se establecieron en el valle del
Indo y dieron inicio a la cultura védica, el neem fue
elevado al rango de árbol sagrado. En uno de los antiguos
textos védicos se explica que Garuda, el semidiós mitad
hombre y mitad ave, dejó caer unas gotas de Amrita o
ambrosía sobre el árbol neem cuando llevaba al cielo este
elixir de inmortalidad. En otros textos --los Puranas-- se
explica que cuando los dioses buscaron refugio en varios
árboles para escapar de los demonios que habían logrado
vencerles, el dios sol se ocultó en el neem. Otro mito
explica la relación entre el árbol de los mil usos y
Dhanvantri, el dios indio de la medicina y otro, que Indira,
el dios del cielo, roció el elixir Amrita sobre la Tierra, lo
que dio origen al neem.

Usos terapéuticos

Los antiguos indios descubrieron muchos usos


terapéuticos de este árbol, cuyo nombre actual deriva del
sánscrito nimba, que significa otorgar salud. Entre otras,
destaca su utilidad contra la lepra, las enfermedades de
piel, las fiebres, las lombrices intestinales y los insectos
parásitos. Incluso a los pacientes incurables se les
aconsejaba que pasaran la mayor parte del día a la
sombra del árbol, que comieran sus hojas tiernas en
ensalada o sus hojas cocidas como verduras, que aliviaran
su sed con infusiones hechas con distintas partes del
árbol, incluso con la maloliente resina que exudan los
árboles centenarios. Otro consejo que se les daba es que
emplearan los jóvenes tallos del árbol, repletos de
antiséptica savia, como cepillos para la higiene bucal. De
todos modos, esta costumbre estaba también muy
extendida entre las personas sanas y, al igual que la
antigua obligación religiosa de comer hojas tiernas y
flores de neem sazonadas con especies el día de Año
Nuevo, continúa siendo hoy una práctica bastante común
en la India.

El neem, al igual que el incienso, se utiliza para purificar


el ambiente en diversas ceremonias religiosas.

En la India se colocan muñecas de colores en los troncos


de árboles venerados, entre ellos el neem.

Considerado como la panacea para todos los males y


capaz de sobrevivir con los climas más áridos y en los
suelos más pobres, el árbol de los mil usos empezó a
extenderse por todo el subcontinente indio y también por
otros países con los que la India tenía relaciones
comerciales y culturales, los que hoy corresponden a Sri
Lanka, Birmania, Tailandia, Indonesia y Malasia. En fechas
mucho más recientes, el neem fue introducido en
Filipinas, Vietnam, Hainán, Yemen, Arabia saudí 1 y gran
parte de África tropical, desde Mozambique, Kenya y
Sudán hasta Camerún, Senegal y Mauritania, así como en
varias islas del Caribe y de Oceanía, en Nicaragua y en
algunas zonas de México. Después de haber sido ignorado
durante siglos por el mundo occidental, el árbol de los mil
usos también se ha empezado a cultivar en Queensland
(Australia) e incluso en los enclaves más tropicales de
California y Florida.
En la época de la creación de los grandes tratados de
medicina ayurvédica (Caraksamhita y Susrutasamhita,
siglos i y ii d.C.), el neem ya entraba en la composición de
numerosos preparados. Aunque entonces los médicos lo
recetaban sobre todo como panchang o combinación de
las cinco partes del árbol --hojas, corteza, frutos, flores y
raíces--, sin mezclarlo con otras plantas, posteriormente,
al evolucionar la medicina ayurvédica, fueron cobrando
importancia las preparaciones multiherbales
como Nimbadi kashyam --una decocción de neem,
jengibre, cúrcuma, Adathoda vasica, Phyllanthus
emblica y otras plantas, que se utiliza para las
enfermedades de la piel--, Jatyadi tailam y muchas otras
que todavía se utilizan hoy día (tabla 1) 2.
En el siglo xix, los médicos alopáticos, tanto europeos
como indios, que oficiaban en la India descubrieron que la
corteza de neem era efectiva contra la malaria y
empezaron a recetarla con entusiasmo --el fármaco
vegetal fue incluido en la Pharmacopeia of India (1896) y
en la Practical Materia Medica (1900)-- hasta que, poco a
poco, este popular remedio fue desplazado por las sales
de quinina importadas de Inglaterra. Todavía hoy, sin
embargo, en muchas zonas de la India en las que la
población no tiene acceso a fármacos más eficaces,
continúan utilizándose con profusión las decocciones de
corteza de neem para aliviar las fiebres palúdicas.
DenominadaMargosa en alusión al nombre que le dieron
al árbol en el siglo xvi los colonizadores portugueses de la
India, la corteza de neem fue incluida en el Pocket Manual
of Homeopathic Materia Medica(1927), en la Indian
Homeopathic Pharmacopeia (1970) y en otros tratados
homeopáticos que fueron publicándose durante el siglo
xx.
Una de las propiedades del neem más utilizadas es su
capacidad para conservar alimentos.

El neem tuvo su origen en los bosques secos del interior


de Myanmar y desde allí colonizó las junglas secas del
oeste y el centro de la India.

En medicina tradicional, la corteza de neem también se


utiliza para aliviar inflamaciones e irritaciones cutáneas y
curar heridas, hemorroides y encías sangrantes. La savia,
por su parte, se emplea para curar diversas dermatosis
incluidas hasta hace poco las tremendas úlceras de la
lepra. La goma, similar a la arábiga, se utiliza como
emulgente para el dolor de garganta y las flores como
vermífugos, para aliviar la tos y varias dolencias oculares,
entre ellas las cataratas. Los frutos, también con poder
vermífugo, sirven para tratar los trastornos urinarios,
purificar la sangre y curar los granos sangrantes. El
aceite, que hasta hace unas décadas se empleaba como
un fortaleciente infantil en el sur de la India, se considera
todavía como un remedio óptimo para los eccemas,
asbcesos, lesiones lepróticas, para la psoriasis y la caspa,
para matar piojos y para aliviar comezones. Utilizado en
masajes, se considera asimismo ideal para combatir el
reumatismo y los dolores articulares.

El neem crece, principalmente, en las zonas áridas de Sri


Lanka.

Las hojas, por su parte, se emplean en la inducción del


parto y el tratamiento de los trastornos posteriores, para
la higiene íntima (por sus propiedades antiinflamatorias y
antisépticas), para inducir la lactación (propiedad que
también se utiliza a veces en la industria láctica), para
combatir distintas afecciones cutáneas y para tratar la
diabetes. Utilizadas antaño en la elaboración
de chutneys o simplemente consumidas como si fueran
espinacas, las hojas del neem se empleaban para aliviar
los síntomas de la viruela y del sarampión, para tratar las
úlceras e incluso para contrarrestar --no por su pretendida
capacidad de destruir la ponzoña, sino más bien por su
probable efecto anticoagulante-- el veneno de la temible
víbora de Russell3.
Acuarela hindú del siglo xviii que representa a un
boticario ambulante.

Investigación científica

Tras una serie de infructuosos estudios realizados a


principios del siglo xx, la eficacia terapéutica del neem y
la utilización industrial de su aceite en la fabricación de
jabones y otros productos empezó a investigarse a fondo
durante la II Guerra Mundial. Más tarde, en 1963, CR
Mitra, con los auspicios del Instituto Tecnológico del Aceite
en la India, publicó un libro que contenía toda la
información existente en la época sobre la obtención del
aceite de neem, su composición química y su utilización
farmacológica e industrial. En la década siguiente, gracias
a los esfuerzos de la Neem Mission y de otros organismos,
el jabón de neem empezó a entrar con fuerza en los
hogares indios, al tiempo que comenzaba a emplearse la
torta obtenida como residuo de la extracción del aceite
para fertilizar los cultivos y para incrementar la eficiencia
de los abonos nitrogenados.

Página manuscrita del tratado hindú de


medicina Atharvaveda.
Los agricultores indios sabían desde antiguo que durante
las plagas de langostas, éstas evitan posarse en los
árboles de neem y que, pese a su legendaria voracidad,
incluso llegan a morirse de hambre si no tienen otras
plantas a su alcance. En la década de los sesenta,
Pradhan y Jotwani divulgaron este conocimiento entre la
comunidad científica. Una década después, cuando
gracias a sus esfuerzos y los de otros científicos indios se
incluyó el neem en una lista de 2.000 plantas que se
investigaron por su acción insecticida, tan sólo el árbol de
los mil usos dio unos resultados prometedores. Y no sólo
se descubrió que el neem era efectivo contra más de 200
especies de insectos plaga, incluidos varios mosquitos y
chinches vectores de enfermedades, sino también que era
seguro para los seres humanos y otros animales
homeotérmicos4.

Aislado poco después e identificado como azadiractina


por unos científicos británicos, el principio activo contra
los insectos atrajo la atención de numerosos
investigadores en todo el mundo, entre ellos el alemán
Heinrich Shmuterer, quien ya en 1959 había descubierto
que el neem fue el único árbol que sobrevivió a una plaga
de langostas que asoló una zona de Sudán.

Problemas de las patentes

La comercialización de un extracto etanólico de semilla de


neem, el Margosan-O, con alto contenido en azadiractina,
por el importador de madera estadounidense Robert
Larson y la autorización de su empleo por la Agencia para
la Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA)
marcó el inicio de una nueva era de utilización masiva de
insecticidas vegetales inocuos para el medio ambiente.
Larson también colaboró en la obra Neem, a tree for
solving global problems, publicada en 1992 por el
National Research Council de Estados Unidos, pero no sin
antes haber vendido la patente del Margosan-O a la
multinacional WR Grace & Co. en 1988, lo que inició un
período de agrias controversias y prolongados litigios
judiciales. Contra este intento de apropiación de un
producto natural, cuyo uso tradicional se remonta a las
antiguas culturas del Indo, más de 200 organizaciones de
35 países alzaron su voz, y acusaron a la compañía de
ejercer el imperialismo genético, el colonialismo
multinacional y la biopiratería 2,5. WR Grace & Co. defendió
su patente aduciendo que había desarrollado un proceso
de aislamiento de una forma estable de azadiractina que
incrementaba el tiempo de conservación del compuesto.
Tras conseguir el apoyo del Congreso de EE.UU., cuyos
miembros opinaban que la forma sintética de un producto
natural podía patentarse, la multinacional patentó otros
tres extractos del neem y logró acordar una joint
venture con una empresa local para emprender la
obtención industrial y la comercialización de estos
productos en la India.
En un artículo anónimo publicado en la prestigiosa
revista Nature en 1955, éstas y otras patentes del
neem6 fueron justificadas sobre la base de que las
compañías tienen que gastar grandes sumas de dinero en
la investigación y desarrollo de este tipo de productos, lo
que les obliga a proteger sus «descubrimientos» mediante
patentes. En respuesta a este artículo, Balasubramanian
recordó que las patentes deben otorgarse por la
originalidad genuina de un descubrimiento o desarrollo
tecnológico, y no por su capacidad de entrar en conflicto
con los conocimientos tradicionales de los pueblos, con el
consabido corolario de convertir un bien público y de bajo
coste en un lujo que sólo está al alcance de unos pocos.
También en 1995, Vijayalakshmi y otros científicos de la
Research Foundation for Science, Technology and Natural
Resource Policy de Nueva Delhi expresaron en un póster
su repulsa a las patentes sobre el neem, y las juzgaron
como un caso paradigmático de piratería intelectual. En
2002, la conocida activista india Vandana Shiva,
presidenta de la Research Foundation antes citada y
premio Nobel alternativa, fue todavía más lejos en su
crítica de las patentes biológicas al juzgarlas en estos
términos: «El origen del término patente se encuentra en
la expresión letras patentes [...], éstas eran otorgadas,
especialmente por los soberanos europeos, para la
conquista de tierras extrañas o para la obtención de un
monopolio para la importación. Cristóbal Colón obtuvo su
derecho de conquista de la letra patente de la reina Isabel
la Católica y del rey Fernando. En Estados Unidos, la ley
ha ignorado durante mucho tiempo que ciertos inventos
existían ya en otros países cuando se concedían las
patentes. Lo que quiere decir que, paradójicamente, un
ordenamiento jurídico que tiene como objetivo prevenir la
piratería intelectual se basa en la legitimación de la
piratería».
Afortunadamente, los desvelos de Vandana Shiva, de sus
compañeros profesionales y de las más de 200
organizaciones antes citadas no cayeron en saco roto. El
10 de mayo de 2002, la Oficina Europea de Patentes
revocó parcialmente la patente otorgada a la compañía
WR Grace por el Margosan-O. Para los campesinos y ONG
que habían presentado la denuncia a la compañía, esta
revocación fue una excelente noticia. Y también lo fue, sin
duda, para la gran mayoría de los centenares de
científicos que han investigado las propiedades
terapéuticas del neem en campos tan diversos como la
dermatología, la parasitología, la neurología, la
hepatología, la digestología y la oncología. Y es que, en
efecto, basta consultar en las tablas 2 y 3 --en las que el
autor se ha basado en la obra de HS Puri 2 para
compendiar los resultados de estas investigaciones-- las
numerosas actividades y utilizaciones farmacológicas del
neem y de sus principales componentes activos,
respectivamente, para darse cuenta de hasta qué punto
es cierto que este árbol es la farmacia de la aldea.

Notas

1. En la década de los ochenta, un filántropo saudí plantó


nada menos que unos 50.000 árboles del neem en los
llanos de Arafat, cerca de la Meca, para dar sombra y
frescor a los peregrinos musulmanes.
2. Gran parte de este artículo ha sido extraído de la obra:
HS Puri. Neem, The Divine Tree. Medicinal and aromatic
plants-industrial profiles. Harwood Academic Publishers.

3. Cabe decir aquí que el neem tiene, además de los usos


farmacéuticos y médicos tradicionales, numerosas
aplicaciones etnoveterinarias. En el norte de Bihar, por
ejemplo, se emplea para la estomatitis y las afecciones de
piel y de garganta; en Nepal, para el estreñimiento, la
dispepsia y las heridas; en Tamil Nadú para tratar las
úlceras y aliviar la tos; en Andhra Pradesh para bajar la
fiebre y como acaricida, etc.

4. Más tarde se comprobó experimentalmente que el


neem es también inocuo para los benéficos insectos
depredadores e incluso para las abejas, cuya miel
protege, de paso, de polillas, bacterias Nosema y otras
infecciones.

5. Con la denominación genérica de biopiratería se


agrupan las actividades de las grandes compañías
agroquímicas consistentes en patentar especies o
productos empleados tradicionalmente por las
comunidades indígenas, con objeto de cobrar por su
utilización.

6. Un total de 27, en 1999, entre ellas 19 estadounidenses


(incluidas una del Instituto Max-Planck de Alemania, 2 de
la compañía japonesa Terumo sobre polisacáridos
anticancerígenos, 7 de Grace & Co. y 2 del Native Plant
Institute), 2 europeas y sólo 6 indias, todas de los años
cincuenta o setenta.

7. Por lo que respecta al neem, la demanda internacional


ha provocado un aumento tal en el precio de la tonelada
de semillas --de 300 a 8.000 rupias en 20 años--, que
éstas se han vuelto inalcanzables para la gran mayoría de
la población que descubrió la manera de utilizarlas.

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