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Materiales:
Hojas de canto
Custodia
Ambientación:
Es necesario poner las bancas o sillas de frente al altar y no alrededor.
La idea es poder mirar y contemplar al Santísimo Sacramento.
Conviene que las luces de la capilla estén bajas para destacar la
custodia y los cirios encendidos sobre el altar.
Personas:
Un animador(a)
Celebrante.
R/ Y con tu Espíritu
En la adoración, nos arrodillamos ante Dios porque Dios es Dios. No le pedimos nada;
con la adoración no queremos alcanzar nada; ni bellos sentimientos, ni tranquilidad, ni
sosiego. En la adoración no hablamos de nuestros problemas, no nos alabamos a
nosotros mismos ni nos hacemos reproches; simplemente, nos arrodillamos ante Dios
porque es nuestro Señor y Creador. Mi Señor y Creador. Cuando logramos entender
verdaderamente qué significa ser creados por Dios, y que él nos conserve la vida en todo
momento, no podemos hacer otra cosa que arrodillarnos ante él, que es nuestro Creador,
y adorarlo. En la adoración, reconocemos depender completamente de Dios, y que todas
las fibras de nuestro ser lo necesitan: dentro nuestro no hay nada que no hayamos
recibido de él, y confesamos que es nuestro Señor, la meta de nuestro anhelo. No
podemos hacer otra cosa que arrodillarnos ante él en admiración y oración 1.
SILENCIO
EL KERYGMA (O LA PALABRA)
MOTIVACIÓN: La presencia de Jesús Sacramentado nos invita, una vez más, a vivir
profundamente este momento de encuentro con Aquel que es nuestro Señor y Maestro,
nuestro amigo y hermano. Hacemos oración cantando el Salmo 91
Porque yo recibí del Señor lo que os transmití: que el Señor Jesús, la noche en que era
entregado, tomó pan, dando gracias, lo partió y dijo: “Este es mi cuerpo que se entrega
por vosotros; haced esto en memoria mía.” Asimismo tomó el cáliz después de cenar,
diciendo: “Esta copa es la nueva Alianza de mi sangre. Cuantas veces la bebiereis,
hacedlo en memoria mía.” Pues cada vez que comáis este pan y bebáis de este cáliz,
anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.
Palabra de Dios.
SILENCIO
Para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo
en la acción litúrgica. Está presente en el sacrificio de la Misa, sea en la persona del
ministro, "ofreciéndose ahora por ministerio de los sacerdotes el mismo que entonces se
ofreció en la cruz", sea sobre todo bajo las especies eucarísticas. Está presente con su
fuerza en los Sacramentos, de modo que, cuando alguien bautiza, es Cristo quien bautiza.
Está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es Él
quien habla. Está presente, por último, cuando la Iglesia suplica y canta salmos, el mismo
que prometió: "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio
de ellos" (Mt., 18,20). Realmente, en esta obra tan grande por la que Dios es
perfectamente glorificado y los hombres santificados, Cristo asocia siempre consigo a su
amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por El tributa culto al Padre Eterno.
Con razón, pues, se considera la Liturgia como el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo.
En ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación
del hombre, y así el Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros,
ejerce el culto público íntegro.
SILENCIO
Éste es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como Yo los he amado. No hay
amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que
Yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; Yo los llamo
amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
SILENCIO: El Señor Sacramentado nos invita a ser, como Él, pan partido, comido y
repartido para el mundo.
Cristo es la luz de los pueblos. Por ello este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu
Santo, desea ardientemente iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda
criatura (cf. Mc16,15) con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia.
SILENCIO
LA DIACONÍA O SERVICIO
MOTIVACIÓN: El ser discípulos y misioneros del Señor, fieles al Maestro, nos desafía
constantemente a salir de nosotros mismos, encontrando en nuestros hermanos,
especialmente los que sufren, los más sencillos, los pobres, el rostro mismo de Dios. Nos
desafía a amar con su amor, y actuar en su nombre.
Mt 25, 34-40 /Del Evangelio de San Mateo
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y
reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque
tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de
paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me
vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer;
sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te
vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño
de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
Palabra del Señor
SILENCIO
CANTO: Ven Oh Santo Espíritu
Lector 4: De la Constitución Apostólica Gadium et Spes N° 1
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro
tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que
no encuentre eco en su corazón. La comunidad cristiana está integrada por hombres que,
reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su peregrinar hacia el reino del
Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia
por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia
SILENCIO
ORACIÓN
HIMNO
Adoremos, reverentes,
Al Señor Sacramentado,
Cante el rito del presente,
superior al del pasado.
Nuestros ojos lo contemplan.
Con filial, humilde fe.
ORACIÓN
Oremos:
Dios, que bajo este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu Pasión:
Te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de su Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
R/ Amén
Alabanzas de Desagravio
Bendito seas Dios.
Bendito sea su Santo Nombre…
Bendito sea Jesucristo, Verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el nombre de Jesús.
Bendito sea su Sagrado Corazón.
Bendita sea su Preciosa Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la incomparable Madre de Dios, la Santísima Virgen María.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
O bien:
V/ Señor de la Paz
R/ Bendito seas Señor
RESERVA
CANTO: Venid Exultemos