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Sumario:
¿Qué es un comerciante?
Es la persona que, buscando el lucro, realiza actos de comercio haciendo de ello su profesión
habitual, su modus vivendi. Se le llama comerciante, en general, a toda persona que hace
profesión de la compra o venta de mercancías; se le llama comerciante, en particular, al que
compra y hace fabricar mercaderías para vender al por mayor o al menudeo. Son comerciantes
también los negociantes que se ocupan tanto en especulaciones en el extranjero, como los que
limitan su tráfico al interior del país. Los actos de los comerciantes se presumen siempre actos de
comercio, salvo la prueba en contrario. El comerciante es una persona física o moral establecida;
aunque cualquiera otra persona puede, en forma eventual o accidentalmente, realizar alguna
operación de comercio aun cuando no tenga establecimiento. Conforme al artículo tercero del
Código de Comercio se reputa en derecho comerciantes a:
1. Las personas que, teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, hacen de él su ocupación
ordinaria.
3. Las sociedades extranjeras, o las agencias o sucursales de éstas, que ejerzan actos de comercio
dentro del territorio nacional.
Comerciante individual
El comerciante individual necesariamente debe responder a una persona física, es decir, a un ser
huma-no con la capacidad legal suficiente para ejercer el comercio en forma ordinaria.
El artículo 5o. del Código de Comercio manda que “toda persona que según las leyes comunes es
hábil para contratar y obligarse, y a quien las mismas leyes no prohíben expresamente la profesión
del comercio, tiene capacidad legal para ejercerlo”. En cuanto a las incapacidades, tenemos las
siguientes:
El menor de edad no emancipado es incapaz de ejercer por sí mismo el comercio como profesión,
y también lo es para ejecutar actos aislados de comercio; por lo tanto, sus actos carecen de
validez. Por emancipación entendemos la liberación concedida por los padres del hijo menor de
edad, en cuanto la ley lo permita, para que éste pueda ejercer por sí solo ciertos actos de la vida
civil. Sin embargo, conforme al artículo 23 del Código Civil para el Distrito Federal, se infiere que
“los incapaces pueden ejercitar sus derechos o contraer obligaciones por medio de sus
representantes”.
Las personas que de una manera u otra están privadas de inteligencia por causa de locura,
idiotismo o imbecilidad; los sordomudos que no sepan leer ni escribir; los ebrios consuetudinarios
y los drogadictos habituales, se encuentran legalmente comprendidos entre los que no pueden ser
comerciantes en forma directa, pero el mismo artículo 23 del Código Civil para el Distrito Federal
establece que los incapaces en los casos anteriores también pueden ejercitar sus derechos y
contraer obligaciones por medio de sus representantes.
El artículo 2o. del Código Civil para el Distrito Federal proclama que la capacidad jurídica es igual
para el hombre y la mujer, y que, en consecuencia, ésta no queda sometida por razones de su sexo
a restricción alguna en la adquisición y el ejercicio de sus derechos.
Consideramos aquí a la persona física o moral que, teniendo la capacidad para ser comerciante ya
sea de goce o de ejercicio, tiene una prohibición para ejercer el comercio.
b) Los quebrados no rehabilitados. Los quebrados que no hayan sido rehabilitados según rezaba el
artículo 106, fracción I, de la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos (lqsp): “Los comerciantes en
quiebra culpable o fraudulenta podrán además ser condenados a no ejercer el comercio hasta por
el tiempo que dure la condena principal” (Idea que conserva la nueva Ley). El artículo 12 del
Código de Comercio simplemente dice: “no pueden ejercer el comercio los quebrados que no
hayan sido rehabilitados...”, es decir, entendemos por rehabilitado a quien, habiendo pagado todo
a todos, y purgado sus penas privativas de la libertad, o penas accesorias, sea declarado
rehabilitado por sentencia judicial.
c)Los condenados por sentencia ejecutoria por delitos contra la propiedad. Incluyendo éstos: la
falsedad, el peculado, el cohecho y la concusión.
d)Los notarios públicos en funciones. Dada, precisamente, su calidad de fedatarios públicos, donde
no pueden ser juez y parte a la vez, tienen por tanto prohibición expresa para ser comerciantes.
e) La calidad migratoria de algunos extranjeros. A quienes se les prohíbe que ejerzan el comercio
dentro de nuestro país; por ejemplo, un extranjero que se interna en territorio mexicano con
calidad de turista tiene por ello expresamente prohibido ejercer el comercio, conforme a la Ley
General de Población.
f) Los sindicatos. Los que para empezar tienen una finalidad muy diferente y no podrán ejercer el
comercio, al menos con el ánimo de lucro. Lo que me parece absurdo es que dicho comerciante no
intente tener ese remanente llamado lucro (artículo 378, fracción II Ley Federal del Trabajo). De
las varias prohibiciones que la ley establece, individuos que se encuentren en alguna de las
circunstancias descritas podrán ejercer determinados actos aislados de comercio, sin que se les dé
la calidad de comerciantes, es decir, no ejercerlo como profesión. Por ejemplo, un corredor puede
girar una letra de cambio para el cumplimiento de una obligación de carácter civil o cobrar una
cuenta corriente en un banco. Estará realizando un acto de comercio de acuerdo al artículo 75 del
Código de Comercio, y no por ello adquiere la calidad de comerciante (Mota Salazar, 1991: 390).
No hay ninguna diferencia jurídica entre el hombre y la mujer, y en materia de ejercer el comercio
no es la excepción; la relación legal entre los cónyuges no es limitativa para que la esposa pueda
ser comerciante sin la autorización del marido.