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Enrique Mario Mayochi

San Martín visto por los artistas (fragmento)

No existe ni podría existir ningún retrato de la época que represente al general San Martín durante su
infancia. Tampoco existe ninguno de su adolescencia o de su primera juventud. Durante el tiempo en que
permaneció en España, la vida de San Martín transcurrió en los cuarteles, en los campamentos y en los
campos de batalla No era habitual en aquella época, ni posible, tomar retratos de jóvenes militares.
San Martín fue, por lo demás, durante toda su vida reacio a hacerlo, por recato, y porque era
naturalmente enemigo de todas las formas de ostentación, entre ellas, hacerse retratar.
El primer retrato directo cuyo autor, lugar, oportunidad, origen y circunstancias de su ejecución se
conocen, fue pintado por el artista peruano José Gil de Castro en Santiago de Chile, en 1817, después de
Chacabuco, con fines que hoy se llamarían de promoción y propaganda. Después de Chacabuco era
necesario dar a conocer la imagen física del vencedor de los Andes. El retrato de Gil de Castro adolece de
un defecto que debe ser señalado: la nariz aguileña exageradamente afilada.
Dejando de lado la exageración de la nariz y el estilo peculiar del pintor, el óleo original de Gil de Castro
es un buen retrato de San Martín joven que lo muestra en la plenitud de su vida, enérgico, sereno y vivaz,
como fue en el momento de sus grandes triunfos militares.
Existe, o existía, alguna miniatura que podría atestiguarlo. Pero el retrato de Mariano Carrillo, único
contemporáneo en el que aparece de cuerpo entero, fue firmado y fechado después de su salida del Perú
en 1822, y el de Drexel fue hecho bastante después (cerca 1827).
Es necesario esperar, pues, hasta Bruselas, para encontrar el segundo retrato directo e indubitado.
Apenas llegado a la capital belga, la logia masónica “La Parfait Amitié” decidió expresarle su admiración y
respeto.
El artista Jean Henri Simon, grabador del rey, acuñó entonces una hermosa medalla con el perfil de San
Martín, en plata, bronce y cobre, que fue celebrada desde el primer momento por su notable parecido con
el modelo: San Martín estaba por cumplir cuarenta y ocho años de edad.

LOS DAGUERROTIPO SLos daguerrotipos de 1848 son, en rigor, los únicos retratos verdaderamente directos
del general San Martín.
Es una fortuna que el progreso de la técnica haya permitido hacer llegar hasta nosotros su imagen de esta
indubitable manera.
Permiten examinar los demás retratos tomados del natural, para aquilatar hasta dónde la mano del artista
alteró o no en cada caso los rasgos ciertos de su fisonomía, atendidas siempre las diferencias impuestas
por la edad.
Sólo uno de los daguerrotipos ha sido conservado, el primero, o sea, aquel en el que San Martín está con
la mano dentro del traje, hoy en el Museo Histórico Nacional.
El segundo, que parece haber sido el preferido por la familia, se perdió o desapareció hace muchos años.
Digo desapareció porque la plancha de cobre de los daguerrotipos, no sé si por ser de cobre, o como
consecuencia de los procesos químicos a que eran sometidos para fijar la imagen -lo que hoy se llamaría
el procedimiento de la revelación- se corroe y se destruye con el tiempo.
La familia de San Martín, prudentemente, antes de que este segundo daguerrotipo desapareciera
totalmente, lo hizo fotografiar en París por Bingham, uno de los inventores de la utilización del colodion en
la fotografía.
La fotografía de este daguerrotipo, hoy también en el Museo Histórico Nacional, fue hecha después de
1867, porque al dorso del cartón donde está asentada, están mencionados los premios obtenidos por
Bingham, entre ellos, uno de ese año.
Los daguerrotipos de 1848 cierran la serie, no muy numerosa por cierto, de retratos auténticos del
general San Martín.
Dos largos años pasaron desde el traslado del prócer a Boulogne-sur-Mer.
Ni el aire de mar, ni la tranquilidad de la ciudad provinciana, fueron suficientes para aliviar su quebrantada
salud.
Cuando San Martín comprendió que se acercaba el fin, dijo en idioma francés: “C’est l’orage qui mene au
port” (“Es la tormenta que lleva al puerto”) y con la misma varonil entereza con que tantas otras veces
había afrontado las tormentas de su vida, afrontó serenamente la última que lo llevó a la inmortalidad.
Era el 17 de agosto de 1850.
1. ¿Cuál les parece que es la función del retrato en el siglo XIX?
2. ¿Por qué motivos les parece que hay pocos retratos de San Martín?
3. ¿Qué imagen arrojan los retratos sobre la figura de San Martin?
4. Observando la publicidad sobre San Martin y el video sobre él
a.Qué hace y qué dice San Martín en las escenas seleccionadas en cada película
b.Cómo están representados los soldados? ¿Te parece que ayudan a caracterizar a San Martín en
cada una de las películas
c. Escriban un texto explicando el comercial a una persona que no conoce la historia argentina.

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