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Siete pasos de una agenda

Hace poco tiempo tuve la oportunidad de plantearme estos temas de forma estructurada.
Por azar algunos de mis compañeros de trabajo que se dedican más a la orientación
profesional y coaching me incluyerón para mi sorpresa en un grupo de trabajo que
pretendía analizar una serie de pasos de una metodología de orientación profesional.

Aquellas reuniones imprevistas me obligaron a sistematizar más este tipo de aspectos. Este
tipo de técnicas profesionales se basan tanto en la gestión de aspectos
curriculares/sectoriales como en aspectos motivacionales para establecer sus orientaciones.

De aquella especie de agenda te daré siete claves que para mí me resultaron las más
importantes por que son las que más frecuentemente olvidamos:

1. Busca algo que te apasione: todos tenemos aspiraciones, todos necesitamos


dedicarnos a algo que trasciendan a nosotros mismos y lo curiososo es que la
mayoría de las veces no es necesario mirar fuera de lo que hacemos. La mayoría de
las veces basta con mirar de forma diferente lo que hacemos, basta buscar lo que
nos gusta de lo que hacemos, de las cosas en las que somos buenos. Muchas veces
sólo necesitamos replantearnos nuestros marcos de referencia, para ver de forma
diferente nuestra realidad, lo importante ver esa realidad en términos de propósito.
2. Clarifícalo, ponte etapas. La pasión no basta, ponerse metas intermedias, fijarse
objetivos a Corto Plazo ayuda a conseguirlos. Los orientadores dan mucha
importancia a este aspecto basándose en el hecho que cuanto más tiempo pasas
visualizando, describiendo y planificando, más analizas las dificultades y hay más
probabilidades consecución. Por otra parte clarificar y estructurar es una forma de
asegurarnos de que somos honestos con lo que sentimos, si ponemos los medios
necesarios o sólo nos planteamos deseos.
3. Determina a que dirás que no: Dentro de la planificación una de las parte más
importantes es determinar a que renunciar. La parte económica suele ser la más
compleja, muchos proyectos pueden implicar riesgo, incertidumbre que no se
pueden asumir sin cierta estabilidad económica que sólo se puede tener viviendo
sistemáticamente por debajo de tus posibilidades. Pero quizás habrá que renunciar a
obtener el agrado de otros e incluso su aprecio, estas son las cadenas más difíciles
de romper. Planificar, es básicamente un serio y a veces duro ejercicio de
priorización, de decir no, que muchas veces requiere sacrificio y coraje.
4. Invierte en tu proyecto: actuar como inversor implica preguntarte que estas
haciendo para conseguir lo que quieres, la inversión requiere un continuo
replanteamiento de actividades en función de su rentabilidad. Sabiendo que no hay
nada más importante que tú. No sólo hablamos de dinero, hablamos de tiempo y
energía, básicamente hablamos de perseverancia bien dirigida en lo que tu quieres
hacer, en quererse más, pero sobretodo en desarrollo personal. Un ejercicio
constante debe ser recordar que no hay proyecto ni decisión más importante que lo
que deseas ser la mitad de tu vida.
5. Diviértete: La actitud debe ser en la medida de lo posible de disfrutar con cada una
de las etapas. No se puede dar mucha energía, si la tarea se hace insoportable, no te
pongas retos demasiado exigentes que te hagan sufrir, la búsqueda de nivel de reto
adecuado suele ser el alimento de la perseverancia. El “Flow” o un nivel ajustado de
habilidades/reto es la base del éxito en el desempeño, el que permite que el
“eustrés” se active, que equivocarse y reaprender sea un ejercicio saludable.
6. Equilíbrate: Los nuevos proyectos profesionales son una fuente considerable de
estrés. Aquí irán aspectos todos los aspectos que te permiten tener un equilibrio
personal y emocional que podría ir desde el ejercicio físico, escuchar música, hasta
la necesidad de desconectar para poder escuchar,… El equilibrio emocional es
básico para ser capaz de detectar el feed-back, base del crecimiento personal, y
poder leer con claridad las señales que te da tu entorno. La congestión emocional,
especialmente cuando buscas nuevos caminos, suele ser un enemigo muy comun a
tener en cuenta en una sociedad patológicamente estresada.
7. Reinvéntate cada día: Que un buen plan no te estropee una buena oportunidad. Es
tan importante tener las ideas claras como aceptar un buen plan B, que quizás no
estaba planificado por que quizás ni siquiera sabías que existía. Reinventarse
implica desaprender revisar tus creencias, jugar con tu pensamiento, estar dispuesto
a escuchar y a escucharse, tener capacidad que el azar y que la serendipia actúen de
forma positiva y te ayuden a construir nuevos planes, sin perder por ello el foco.
Construir el futuro, no es tanto planificarlo de forma detallada como como adaptarse
sin perder tu propósito.

Como nos recuerda Alonso Puig en el momento de nacer todos adquirimos de alguna
manera una ‘enfermedad terminal’ que aunque puede prolongarse durante muchas décadas,
no tendría que evitar el que nos diéramos cuenta de que vivir es un asunto urgente.

La vida es demasiado corta para no vivir tus sueños y vivir los de otros, la vida es
demasiado corta para pasar la mitad de ella en algo que no nos apasione, que no nos
emocione. Por ello deberiamos recordarnos cada uno de nuestros días que es lo realmente
importante y que hacemos para conseguirlo. La mitad de nuestra vida merece la molestía de
tener una agenda y tomar ciertos riesgos, pues no hay nada mucho más valioso que
podamos perder.

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