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VIA CRUCIS CON NIÑOS

Señor Jesús, que tienes a todos los niños entre tus


predilectos, vamos a recorrer y a meditar sobre tu camino
de dolor, no tanto el que viviste hace siglos, sino el que
sigues viviendo hoy especialmente en los niños que sufren.

- En el nombre del Padre y del hijo y del Espíritu Santo.

Oremos: Señor Jesús, que tienes a todos los niños entre tus
predilectos, vamos a recorrer y a meditar sobre tu camino
de dolor, no tanto el que viviste hace siglos, sino el que
sigues viviendo hoy especialmente en los niños que sufren.
Tú te has identificado con nosotros los cristianos, pero
también, de manera especial con todos los hombres que
sufren. Tú sigues sangrando en las heridas de los hombres
y de las mujeres de hoy. Todos somos víctimas del
sufrimiento pero también somos culpables de que muchos
sufran. Ayúdanos a reconocer nuestros errores y sembrar
amor en nuestro corazón. Amén.

Primera estación: Jesús es condenado a muerte

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Pilato se lo entregó para


que lo crucificaran..." (Jn 19,16)

El Papa Juan Pablo II nos dice: «Los niños no son una carga
para la sociedad, no son instrumentos para la ganancia;
son miembros preciosos de la comunidad humana,
encarnan las grandes esperanzas y potencialidades de toda
la humanidad».

Oremos: Señor Jesús: cuando Pilato te condeno a muerte


quisiste reclamar tu inocencia. Pero callaste. Miraste a lo
lejos y viste las caritas de los niños que lloran por la
muerte de sus padres, víctimas de la violencia y preferiste
unirte a su dolor. Siguen siendo caritas de miles de niños
destruidas por el hambre, rostros de niños marcados por el
cansancio, rostros de nuestros propios niños desplazados
por el hambre y la violencia. Perdónanos, Señor, porque no
hemos aprendido todavía a respetar la vida humana. Nos
permitimos condenar a muerte a la criatura que haz
creado a tu imagen y semejanza.

Padrenuestro y Avemaría

Segunda Estación: Jesús carga con la Cruz

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Jesús salió llevando la


cruz, para ir al lugar llamado "De la Calavera o Gólgota».
(Jn 19,17)

Nos dice el Papa: «En algunos países existen niños que son
obligados a trabajar desde tierna edad, niños que son
maltratados, castigados violentamente y a los cuales
prácticamente no les pagan sus trabajos. Se aprovechan de
ellos porque son débiles, porque los pueden obligar
fácilmente y no son capaces de defenderse por si mismos»

Oremos: Señor Jesús, cuando te han cargado la cruz, la has


abrazado con cariño porque tu amor te ayudaba a llevarla.
Imaginamos que recordabas a tantos niños que cada día
tienen que cargar pesados ladrillos en las alfarerías; que
tienen que arrastrar enormes y pesas carretas con carbón
mineral en las minas. Señor Jesús, te pedimos perdón
porque hemos inventado esclavos por todas partes, porque
cargamos a nuestros propios amigos y hermanos con
tareas que nos corresponden, porque nos olvidamos de
ayudarles a llevar incluso su propia cruz.

Padrenuestro y Avemaría

Tercera Estación: Jesús cae bajo el peso de la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo
Escuchemos la Palabra de Dios: «Señor protégeme de los
violentos, de quienes tienden trampas para hacerme caer»
(Salmo 104,4)

Nos dice el Papa: «En algunos países se ha llegado hasta el


punto de obligar a los niños y niñas a prestar el servicio
militar. Los encierran en los campamentos militares, los
hacen aguantar hambre, los maltratan y los obligan a
asesinar incluso a las personas de su propio pueblo»

Oremos: Señor Jesús, cuando caíste bajo el peso de la cruz,


te olvidaste de ti mismo y preferiste recordar a tus
pequeños hermanitos que caen en las redes de hombres
crueles que los entrenan para la guerra, los obligan a
disparar y les hieren mortalmente su propio corazón. El
fusil es su propia cruz; aprenden a manejarlo, a cargarlo,
brillarle y por la noche a ponerlo de almohada. Cuando
duermen sus sueños son turbados con pesadillas terribles.
Perdónanos, Señor, porque con nuestro pecado hemos
hecho más pesada tu cruz hasta el punto que no puedes
soportarla y caes. Perdónanos por haber caído en la
tentación de dar golpes y patadas a nuestros hermanos y
amigos y de hacerles insoportable la vida con nuestras
palabras e insultos.

Padrenuestro y Avemaría

Cuarta Estación: Jesús encuentra a su Madre.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Simeón le dijo a María:


una espada traspasará tu alma» (Lucas 1,34).

Nos dice el Papa: «Son muchos los niños que están


expuestos a padecer graves traumas a causa de las
tensiones que viven sus padres en el hogar y de la
destrucción de sus familias. La mayoría de las veces los
adultos arreglan sus problemas matrimoniales y se separan
de manera egoísta sin pensar en sus hijos».
Oremos: Señor Jesús, cuando tu madre se acercó a ti en el
camino del Calvario hubiera querido gritar al mundo
entero su enorme dolor, pero en cambio, prefirió llorar en
silencio, Para hacerse solidaria con las madres de tantos
niños mutilados por la guerra, atrofiados por la
enfermedad, encarcelados, desnutridos, ofendidos,
humillados y explotados. Tu santísima madre ha unido su
dolor al de aquellas madres que han perdido a sus hijos
causa de la droga, de la violencia y de los accidentes de
tránsito... Perdónanos María, porque pensamos mucho en
nuestros dolores y caprichos y nos olvidamos de amar y
respetar a nuestras madres como se lo merecen

Padrenuestro y Avemaría

Quinta Estación: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la


Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa Cruz


redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Obligaron a un cierto


Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, para que
llevara la cruz de Jesús» (Marcos 15, 21).

Nos dice el Papa: "El recuerdo de millones de niños


asesinados, los ojos tristes de tantos de sus coetáneos que
sufren cruelmente nos invitan a emplear todas las vías
posibles para salvaguardar o restablecer la paz, haciendo
cesar los conflictos y las guerras."

Oremos: Señor Jesús, cuando te vieron agotado y casi a


punto de derrumbarte de nuevo, te dieron la ayuda de
Simón el Cirineo, que venía cansado de trabajar en el
campo pero que no se negó a ayudarte, sino que puso su
espalda bajo tu cruz para aliviar tu carga y tu dolor.
Seguramente con esa ayuda has podido descansar un poco
y has pensado en tantas personas buenas que muchas
veces se olvidan de sí mismas y de sus problemas para
ayudar a otros. Tal vez has pensado especialmente en
tantos misioneros que con entusiasmo y amor van por el
mundo entero en ayuda de sus hermanos. Señor: haz que
estemos siempre dispuestos a ayudar a nuestro prójimo,
especialmente a los que sufren en sus almas y en sus
cuerpos.

Padrenuestro y Avemaría

Sexta Estación: La Verónica limpia el rostro de Jesús.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: (Salmo 27)

¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz,


apiádate de mí y respóndeme!
Mi corazón sabe que dijiste:
"Busquen mi rostro".
Yo busco tu rostro, Señor,
no lo apartes de mí.
No alejes con ira a tu servidor,
tú, que eres mi ayuda;
no me dejes ni me abandones,
mi Dios y mi salvador.

Nos dice el Papa: "Además de los niños asesinados, quiero


también recordar a los mutilados durante los conflictos
bélicos y a consecuencia de los mismos. Finalmente, mi
pensamiento se dirige a los niños sistemáticamente
perseguidos, violentados y eliminados durante las llamadas
« limpiezas étnicas ».

Oremos: Una mujer quiso refrescarte con cariño y por eso


se acercó a ti sin tener miedo a los soldados y en el paño
que usó quedó estampado tu rostro... Jesús, queremos
refrescarte en los hermanos que hoy sufren por el
desprecio y la injusticia. Que sepamos imitar su gesto de
compasión y valentía. Que el dolor ajeno no nos deje
insensibles sino que nos llenemos de amor y solidaridad.
Que consolemos a los demás cuando sufren, viendo en
ellos al Señor.
Padrenuestro y Avemaría

Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Todos andábamos


perdidos como oveja sin pastor, y el Señor cargó sobre él
todos nuestros crímenes" (Mc 6,34)

Nos dice el Papa: "Existen además personas que no tienen


escrúpulos en reclutar niños para actividades criminales,
especialmente para el tráfico de drogas, con el riesgo,
entre otras cosas, de quedar enganchados en el uso de
tales sustancias."

Oremos: Señor, danos fuerzas y amor para levantarnos


cada vez que caigamos. Concédenos Señor, la
perseverancia en el bien y que cada día nos de nuevas
fuerzas para seguir sirviendo a nuestros hermanos y en
ellos a Tí.

Padrenuestro y Avemaría

Octava Estación: Jesús consuela a las hijas de


Jerusalén.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: Lo seguían muchos del


pueblo y un buen número de mujeres, que se golpeaban el
pecho y se lamentaban por él.

Pero Jesús, volviéndose hacia ellas, les dijo: "¡Hijas de


Jerusalén!, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y
por sus hijos. (Lc 23,27)

Nos dice el Papa: "Los niños han llegado incluso a ser


blanco de los francotiradores, sus escuelas destruidas
premeditadamente y bombardeados los hospitales donde
son curados. Ante semejantes y monstruosas aberraciones
¿cómo no levantar la voz para una condena unánime?"

Oremos: Señor, haz renacer nuevamente en nosotros la


ternura y la compasión. Que nuestras alegrías o nuestras
tristezas no nos hagan olvidar el dolor ajeno, sino que su
dolor sea el nuestro; que sepamos darle confianza, alegría
y la certeza de tu amor.

Padrenuestro y Avemaría

Novena Estación: Jesús cae la tercera vez.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: "Vengan a mi todos los que


están afligidos y agobiados y yo los aliviare. Carguen sobre
ustedes mi cruz y aprendan de mí que soy manso y humilde
de corazón" (Mt 11,28)

Nos dice el Papa: "El futuro de los niños usados en la


guerra está con frecuencia marcado. Después de años de
servicio militar, algunos son simplemente licenciados y
enviados a casa, y a menudo no logran reintegrarse en la
vida civil, Otros, avergonzándose de haber sobrevivido a
sus compañeros, acaban cayendo en la delincuencia o en la
droga. - ¡Quién sabe los fantasmas que continuarán
turbando sus ánimos! ¿Podrán alguna vez desaparecer de
sus mentes tantos recuerdos de violencia y de muerte?"

Oremos: Aunque caigamos muchas veces, el Señor nos


perdonará por medio de la Confesión. Ayuda Señor a todos
los que son calumniados y perseguidos. Da tu fuerza a
quienes en su labor misionera se sienten cansados e
incomprendidos. Siembra en todos los misioneros el gozo y
la alegría de trabajar por ti.

Padrenuestro y Avemaría
Décima Estación: Jesús es despojado de sus
vestiduras.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Y los soldados echaron


suertes para repartiese la ropa de Jesús y ver qué se
llevaría cada uno» (Mateo 27,35)

Nos dice el Papa: «Aunque muchos niños viven en la


abundancia de bienes materiales, algunas veces tienen que
vivir y crecer solos, sin cariño, sin una justa y amorosa
orientación y sin una adecuada formación moral».

Oremos: Señor Jesús, contigo también han hecho lo que


hacen con los pobres: se han llevado todo y te han dejado
sin nada. En el mundo se da el contraste entre millones de
niños que mueren de hambre y miles de niños que comen
hasta reventar. Niños que no pueden asistir a la escuela
mientras que muchos otros no quieren aprovechar el
estudio; niños que botan la comida y niños que escarban
en la basura para encontrarla. Perdónanos Señor porque
nos hemos olvidado de nuestros pequeños hermanos que
mueren de hambre, de frío, de sed o no pueden
simplemente asistir a un colegio.

Padrenuestro y Avemaría

Décima primera Estación: Jesús es clavado en la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «Entonces lo crucificaron y


con él crucificaron también a dos bandidos, uno a su
derecha y otro a su izquierda» (Marcos 15, 24.27).

Nos dice el Papa: "A menudo los niños son enviados como
avanzada para limpiar los campos minados.
¡Evidentemente su vida, vale bien poco para quien se sirve
así de ellos!"

Oremos: Señor Jesús, cuando te han clavado en la cruz has


experimentado el dolor de tantos niños y niñas que han
sido heridos por las minas explosivas. Con ellas se ha
arruinado la vida de millones de seres humanos que han
perdido sus piernas, sus brazos, sus ojos. Señor, perdona
nuestra crueldad y danos fuerza para desarmar las minas
de la envidia y el rencor que llevamos camufladas en
nuestros corazones.

Padrenuestro y Avemaría

Décima segunda Estación: Jesús muere en la Cruz.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «No hay amor más grande


que el que da la vida por sus amigos...»(Jn15,13 )

Nos dice el Papa: "La muerte deliberada de un niño


constituye una de las manifestaciones más desconcertantes
del eclipse de todo respeto por la vida humana. "

Oremos: Si Dios nos amó de esta manera, también


nosotros debemos amarnos unos a otros, aceptar llenos de
esperanza los sufrimientos de cada día y descubrir a través
de tu vida, buen Jesús, el verdadero sentido del sufrimiento
y del amor a todos los hombres.

Padrenuestro y Avemaría

Décima tercera Estación: Jesús es bajado de la Cruz y


entregado a su Madre.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo
Escuchemos la Palabra de Dios: "Al atardecer, llegó un
hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se
había hecho discípulo de Jesús, y fue a ver a Pilato para
pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato ordenó que se lo
entregaran. (Mateo 27, 57-58)

Nos dice el Papa: No son pocos los niños que acaban por
tener como único lugar de vida la calle: escapados de casa,
o abandonados por la familia, o simplemente privados para
siempre de un ambiente familiar, viven precariamente, en
estado de total abandono, considerados por muchos como
desechos de los que hay que desprenderse.

Oremos: María está de pie junto a la cruz donde muere su


Hijo. En ese momento solemne, Cristo nos la entrega como
Madre. María, Madre nuestra, enséñanos a imitarte en la
aceptación por amor del dolor, para que Cristo sea
conocido y amado. Virgen María acompáñanos para seguir
junto a tí, los dolores de Cristo. Danos tu esperanza, tu
ternura y tu amor. Jesús, danos esperanza de saber que
siempre triunfa el amor y la Vida.

Padrenuestro y Avemaría

Décima cuarta Estación: Jesús es puesto en el


sepulcro.

Te adoramos Cristo y te bendecimos; que por tu Santa


Cruz redimiste al mundo

Escuchemos la Palabra de Dios: «José de Arimatea tomó el


cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana de lino limpia y
lo puso en un sepulcro nuevo» (Mateo 27, 58-59).

Nos dice el Papa:

«Todos debemos hacernos pequeños como los niños,


confiados totalmente al amor de Dios-Padre, y llenos con
humildad evangélica».
Oremos: El Señor no se queda muerto en el sepulcro,
Resucitó y nos ha abierto las puertas de la Vida eterna.

Padrenuestro y Avemaría

Oración final
Señor Jesucristo, tú nos has concedido acompañarte, con
María tu Madre, en los misterios de tu pasión, muerte y
sepultura, para que te acompañemos también en tu
resurrección; concédenos caminar contigo por los nuevos
caminos del amor y de la paz que nos has enseñado. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Bendición final.

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