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Thomas Hobbes (2019).

 El Leviatán se publicó en 1651, en inglés; luego, en 1668 aparece la edición


latina del texto. Antes de la primera edición del Leviatán Hobbes publicó en
1648 De cive, y en 1640 Elementos de derecho natural y político. El texto De
cive es muy cercano al Leviatán, aunque mantiene algunas diferencias
específicas puede decirse que el espíritu no deja de ser el mismo. La diferencia
mayor se encuentra con su primer libro aunque no deja de ser más bien
metodológica. Entre Elementos y Leviatán Hobbes se ve muy influenciado por
el desarrollo del mecanicismo en la Europa continental. Hobbes tuvo una
formación humanista-renacentista en Oxford vinculada sobretodo a Aristóteles y
a los clásicos latinos, entre ellos, los estoicos que han influido en su obra. La
gran influencia del mecanicismo se da sobretodo a partir del viaje que realiza
Hobbes a París luego de publicar Elementos. La obra suscitó una revuelta
intelectual y también en el gobierno que llevó a que Hobbes tuviera que exiliarse
por peligrar su vida. En París conoce a Marsanne, amigo de Descartes y difusor
de su obra. También conoce a Gassendi y la obra de Galileo Galilei. La
comprensión mecanicista de la filosofía, en un nivel metodológico y también
ontológico, puede verse sobretodo en el Leviatán. Así la tradición humanista
ligada más bien a cuestiones de lo que diríamos hoy filosofía práctica se une con
la perspectiva mecanicista que considera los entes de modo analítico y bajo la
idea de la cuantificación expresada en la famosa frase cartesiana “mathesis
universalis”.
 Los entes considerados bajo la perspectiva mecanicista se caracterizan por lo
siguiente. Uno, todo ente sólo manifiesta su forma de ser bajo la estructura de un
método que posibilita representar su causa próxima. Dos, el método es una
construcción de control que permite responder el qué y el cómo del ente. Tres,
dicho método es de carácter analítico, es decir, descompositivo. Se trata de
analizar en el sentido de descomponer el ente hasta sus mínimos elementos para
observar su constitución estructural. Esto se sigue, después, por una
enumeración de los elementos y los modos relacionales que tienen en su
constitución, por último, en base a la enumeración se sintetiza el qué y el cómo
del ente bajo su definición. Cuarto, este método opera sobre una consideración
general, ideal, que es la operatividad de las matemáticas. Descartes lo expresa
como “mathesis universalis”. Se trata de operar con los entes del mismo modo
que opera la matemática, es decir, mediante el razonamiento deductivo. Esto, al
mismo tiempo, implica que la operatividad respecto al ente se caracterice por la
propiedad de la cantidad. Esto quiere decir que todo ente manifiesta su qué y
cómo a través de la medida. Todo ente es tal sobre la perspectiva de que dicho
ente puede ser susceptible de medida. En este sentido, el método conlleva en su
misma efectuación el carácter técnico de la medida, es decir, el uso de
herramientas o instrumentos capaces de medir el ente. Así, un ente es
considerado conceptualmente sobre propiedades como las siguientes: ubicación
espacial, temporal, volumen, peso, velocidad, desplazamiento espacial o
traslación, tipo de materia, temperatura, etc. Cinco, el método en tanto “mathesis
universalis” se manifiesta como la construcción científico-técnica de la
naturaleza. Todo ente tiene su qué y cómo en el caso que pueda determinarse
metodológicamente: con base a su manipulación técnica y su definición
conceptual relativa a su causa. Ésta última es la expresión de su qué, como se
dijo, pero toma su carácter científico expreso en la explicación causal mediante
la afirmación de leyes naturales (por ejemplo de la ley de gravedad en Newton).
Comprender un ente cualquiera implica, por tanto, conocer su estructura y su
causa, y esto en relación a la operatividad metodológica que implica que todo
ente es disponible de operar de esa manera y efectivamente manipulable. Sexto,
el carácter analítico del método, su operatividad de descomposición, se
manifiesta en una comprensión del ente corporal como una construcción natural
de relación entre partes, lo que se llama parte extra partes. Todo cuerpo es un
vínculo entre partes que se pueden analizar separadamente y encontrar su
funcionamiento y estructura particular. De esta manera, desde la modernidad
existe un vínculo íntimo entre el concepto de análisis y el de anatomía, que no es
más que el estudio del cuerpo vivo en sus partes constitutivas.
 Con esto tenemos una caracterización de la filosofía que rompe con la tradición
a través de los siguientes puntos. Uno, la filosofía no entiende ya como
contemplación sino como una actividad u operatividad efectiva, es decir, con
incidencia en la realidad. La filosofía pasa a determinarse prácticamente como
filosofía natural, es decir, el saber es una construcción operativa sobre los entes
naturales. Dos, este modo de hacer filosofía conlleva que ella se entienda en un
saber especializado ligado a la averiguación de las leyes naturales que
estructuran los entes. En este sentido, y como filosofía natural, el saber es una
construcción ligada a diferentes ámbitos circunscriptos por el tipo de ente
trabajado y las leyes naturales que lo definen. A partir de aquí, se entiende
entonces la especialización del saber como una figura típica de la modernidad
que deriva en el nacimiento de las diferentes regiones entitativas y saber
científico-técnico. La primera y más sobresaliente en el siglo XVII es sin duda la
física, ámbito donde se conciben los entes materiales que se conciben según la
medida sobre la base del uso técnico de instrumentos. Luego, se puede
mencionar la química con Boyle y también más adelante la biología que opera
sobre los entes que poseen vida. Desde allí, y ya en los siglos XVIII y XIX,
tenemos el nacimiento de la medicina como un ámbito de saber técnico-
científico sistematizado y la psicología. Tercero, esta comprensión del ente,
obviamente, implica una desacralización del concepto de “naturaleza”.
Básicamente hay una ruptura entre filosofía y teología. Toda explicación causal
del ente se restringe a las leyes naturales en tanto éstas pueden entenderse
racionalmente. No necesariamente desaparece Dios pero éste es considerado
desde la noción de “causa” o “ley natural” y por eso es entendido como “causa
última” o “causa primera” según el modo aristotélico pero en tanto puede
concebirse metodológicamente a través de la cuantificación. Cuarto, la Filosofía
natural o mecanicista, es un saber operativo, técnico, y en este sentido no
emerge de la Universidad sino de los llamados “talleres” de trabajo. El taller es
el lugar donde se elabora la filosofía, donde surgen tanto la definición estructural
del ente según su materialidad y el modo de manipularla. Ninguno de los
filósofos que mencionamos son profesores: Descartes, Hobbes, Bacon, Spinoza,
Hume, etc. Tenemos que esperar hasta Kant para encontrar un filósofo-profesor
de importancia. La filosofía mecanicista no es una filosofía universitaria y esto
implica que el saber construido es un saber contra-oficial. Esto es un problema
evidente de legitimación. La filosofía tal cual la entendemos ahora respecto al
pasado es un saber que se legitimo “a la fuerza” por su influencia e importancia
y un acontecimiento fundamental desde fines del siglo XVII: la creación de
instituciones de producción de conocimiento independientes de las
universidades. Esto puede verse en las diferentes creaciones de Academias a
nivel nacional como la Port Royal o las diferentes Academias de Ciencias.
 Este marco filosófico es el de Hobbes. Y, al mismo tiempo, se enmarca en otro
de igual importancia: el contexto histórico socio-político de Inglaterra. Hobbes
escribe el Leviatán en el contexto de la Guerra civil inglesa. Ésta se desarrolla a
lo largo de la década del cuarenta. Termina en 1648 con el ascenso del rey
Carlos II y el restablecimiento de la monarquía. La guerra civil se inicia con la
rebelión del Parlamento ante Carlos I y las diferentes contiendas religiosas que
se inclinaban por uno u otro bando.

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