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Saudades Por Los Reinos de La Palabra PDF
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Tanto Carlos Drummond de Andrade como Jorge Eielson siguen siendo figuras
fundamentales para la literatura latinoamericana. El poeta itabirano fue quizás el mayor
artífice del modernismo brasileño tardío y uno de las voces más influyentes de la poesía
brasileña del Siglo XX, por otro lado, el expresionista e iconoclasta limeño de padre
estadounidense con orígenes escandinavos se convirtió en unos de los mayores
referentes de la poesía peruana y latinoamericana de la mitad del siglo pasado dentro de
la llamada Generación del 50. SI bien ambos poetas en su madurez van a tomar
posiciones y estéticas diferentes, consideramos que en sus primeros trabajos podemos
encontrar una relación entre ambos: el desarrollo de una poética que podemos
identificar o relacionar a las ideas y propuestas del existencialismo filosófico. Es en
estos momentos donde ambos autores publican sus primeros poemarios y coinciden en
un mismo tema: un descreimiento a la inefabilidad significativa de la palabra, pero una
fascinación consecuente por su mínima capacidad expresiva. Tanto los primeros
poemarios de Drummond, pero en especial Sentimento do mundo (1940), como el
primer poemario de Eielson, Reinos (1945), son muestras de esta preocupación por la
condición humana, una particular forma de representatividad de un mundo ajeno y
terrorífico de antemano y una saudade por una situación del ser en el mundo
equilibrado, imposible de ser alcanzado por el individuo mismo.
Para ello haremos en primer lugar un repaso por las corrientes en los cuales se
circunscriben ambos poetas: el vanguardismo peruano y el modernismo brasileño para
entender sus alcances y propuestas literarias y cómo tanto Eielson como Drummond
constituyan un punto de quiebre de sus propias tradiciones poéticas. En segundo lugar,
explicaremos en qué consistió el existencialismo y las formas cómo se lo leyó en
Latinoamérica. Por último, en un tercer lugar, analizaremos textos de los primeros
poemarios de Drummond y del primer poemario de Eielson con las propuestas del
existencialismo ateo de Sartre y el existencialismo religioso de Kierkegaard
respectivamente; haciendo una propuesta estética-filosófica del existencialismo
producto de nuestros países.
Vanguardia Peruana y Modernismo Brasileño en una perspectiva comparada
El modernismo en Brasil, por otro lado, fue muy diferente a lo que conoce como
modernismo en el Perú y tiene más parecidos con las vanguardias y la construcción de
un regionalismo y paisajismo nuevos en donde se exprese lo brasileño. El modernismo
brasileño representado por Lima Barreto, Graza Aranha, Guillerme de Almeida, Manuel
Bandeira y, sobretodo, los hermanos Mario y Oswaldo de Andrade, artífices de la
antropofagia, fue un momento extraordinario de reestructuración de la poética brasileña,
una poesía en carnaval, fresca, excesiva, juguetona. Drummond llega algo tarde a la
fiesta y, en palabras de Tamayo Vargas, “intelectualizando ese humor y ese esquema
lírico, dentro de profundidades lógicas, con una visión escéptica de la vida y la
humanidad” (Tamayo 1957: 23); el mismo crítico peruano en este estudio comparado de
literaturas peruanas y brasileñas señala que a pesar de los parecidos estéticos entre
Drummond y Bandeira, es posible encontrar profundas diferencias: el pasado simbolista
de Bandeira del cual Drummond es ajeno pues pertenece enteramente al proyecto
modernista, por otro lado, considera que Drummond es más cerebral y se desdobla
constantemente “al igual que nuestro compatriota Vallejo” (26), pero siempre con un
tono optimista e irónico (propio del modernismo brasileño, impropio para Vallejo).
El existencialismo en Latinoamérica
Comentábamos más arriba cómo ambos poetas tienen nuevas posiciones frente a las
corrientes estéticas que les precedieron y ambos respondieron de modo distinto según
sus respectivos contextos. La impronta del existencialismo en la época y su relación con
la literatura no significa una militancia activa en la filosofía de Sartre o Kierkegaard;
sino más bien una preocupación más o menos generalizada de la época, como
consecuencia de la sensación de progreso y desarrollo ininterrumpido por las crisis
mundiales del Siglo XX que dieron muerte a la belle époque. Como comenta Alves
Gusmão (1998) en su trabajo sobre el existencialismo sartreano en Drummond: “Es
precisamente en esos términos que los filósofos existencialistas, desde Kierkegaard
hasta Sartre, procuraron repensar la existencia humana. En un momento en el que el
mundo aún lamenta la falta de libertad y la esclavitud de la guerra” (Gusmão 1998; trad.
propia).
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Sartre entiende esta relación con el mundo de la siguiente forma: “El primer paso de una filosofía ha
de ser, pues, expulsar las cosas de la conciencia y restablecer la verdadera relación entre ésta y el
mundo, a saber, la conciencia como conciencia posicional del mundo” (Sartre 1984)
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Al respecto, Velarde nos dice: “Podemos ver que precisamente por sus ambigüedades teóricas
(alejadas de ilusionarse con redenciones o “reconciliaciones” puramente especulativas), por los desafíos
que planteó y los horizontes que abrió, incluyendo sus exigencias de autenticidad tanto como sus
constantes énfasis en el carácter libre y situado del ser humano y de su pensamiento, el existencialismo
Entre Raimundo, Rolando y ángeles. Dos formas de expresión de la condición
humana
Alguma poesia (1930), Brejo das almas (1934) y Sentimento do mundo (1940) significó
un punto de quiebre dentro de la renovación del modernismo brasileño. Las figuras de
hogar e infancia siempre están presentes y se complementan con un compromiso del yo
poético consigo mismo. En Reinos, las figuras místicas de Eielson en este caso cumplen
la misma función: otorgarle sentido al mundo desestructurando el cielo, los ángeles o
los lagos; la seguridad en las palabras en la que antes confiaban los poetas. Es posible
de este modo relacionar al ángel del Reino primero de Eielson, que diluye ciudades u
orina los abetos de Dios, con el ángel chueco de Drummond, quien le dijo al poeta ser
gauche en la vida. Ambas experiencias las podemos relacionar con el existencialismo
filosófico, pero en diferentes manifestaciones: Eielson con el existencialismo religioso
de Keirkegaard y Drummond con el existencialismo ateo de Sartre.
Con Reinos de 1945 Eielson empieza su labor poética, Rebaza Soraluz llama la atención
de las influencias de Rimbaud y Vallejo que permiten en Eielson la formación y el
objetivo de “sustituir lo que había calificado hasta ese entonces de mística, por otra
experiencia existencial” (Rebaza Soraluz 2004: 17), con un fuerte énfasis en la
condición humana como preocupación principal, comenta: “Eielson produce una suerte
de ejercicio ascético en el que se plantea una posible experiencia amorosa humana
„entera‟ cuya forma verbal toma el sentido contrario, pues abreva más bien el
vocabulario y medios expresivos del éxtasis amoroso o „plenitud‟ de los místicos.”
(Rebaza Soraluz 2004: 11) La experiencia mística de Eielson va a estar en diálogo no
con aspectos abstractos o divinos, sino con la tragedia histórica y moderna del ser
Las gloriosas astas que le dan belleza al cielo se convierten en algo doloroso para el
ciervo, quien termina muriendo asfixiado por ellas. Si bien el existencialismo
kierkegaardiano no condena la codicia o la envidia como faltas en sí mismas, sí las
considera fuente de angustia que permite el pecado y la degradación del hombre; por
ello que propone dos cuestiones que salvarán al hombre: el remordimiento y el
arrepentimiento. Esta perspectiva del mundo se ve en Poesía de la casa entre los pinos
donde el poeta se reconcilia con ese pasado arcaico representado en una antigua casa
llena de polvo y umbríos muebles. La esperanza surge de sucesos poco esperanzadores
como cuando se dice “Muerto entre pinos, veré nacer el sol debajo de ella”, o gracias
precisamente al sentido de abandono que se evoca:
Drummond, como la otra cara del existencialismo, también encuentra necesario hacer
énfasis en un mundo perdido como prueba ontológica de la condición humana. Estas
imágenes, como nos referíamos más arriba no son místicas sino de infancia y lugareñas.
No obstante ello, Drummond ve el mundo de una forma pesimista, donde el hombre se
encuentra desde el primer momento condenado al fracaso y amarrado por sus
condiciones. De este modo vemos que en el primer poema homónimo de Sentimento do
mundo. El yo poético se nos presenta como limitado en sus propias capacidades, al tener
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Rebaza (2004: 17) comenta cómo Eielson se basa en la leche (elemento también rilkeano) en tanto su
valor doméstico como simbólico y en este caso podemos verla como prueba irrefutable del pesimismo
sobre el mundo y la necesidad del ser humano en someterse a ese sol subterráneo o a ese “Señor de las
cenizas” para encontrar acogimiento y redención.
“apenas dos manos y el sentimiento del mundo”, poniendo énfasis en lo aparentemente
inútil que resulta la relación del individuo con lo que el mundo le ha otorgado: su
sentimiento. Frente a ello se contraponen tres elementos: estar lleno de esclavos,
recuerdos que se escurren y el cuerpo transigido en la confluencia del amor. Más
adelante se ponen unas imágenes de una guerra en la cual el yo poético dirá que él y el
cielo estarán muertos y saqueados, que sus compañeros no lo nombrarán ni dirán que se
necesitaba fuego y alimento; y el poeta disperso por su incapacidad de tratar la
circunstancia, pide perdón. El poema acaba de la siguiente manera:
Esta figura del ángel chueco o caído es la muestra de un desencuentro con el mundo ya
no místico como el de Eielson, sino mundano y picaresco dentro del cual el propio
motivo de ese desencuentro (un ángel chueco que vive en la sombra) le exhorta al yo
poético que se deje de nostalgias, de saudades y se enfrente al mundo ajeno. Después de
ello, el yo poético se convierte en testigo de sucesos mundanos pero vistos de un modo
extraño y diferente: casas que espían a los hombres que corren detrás de las mujeres,
tardes azules, tranvías llenos de piernas; figuras que no dejan de tener cierto contexto de
renovación sexual. Pero ello adquiere un nuevo sentido con un párrafo que recuerda a
otro muy popular de nuestro más grande poeta nacional:
Meu Deus, por que me abandonaste Dios mío, por qué me abandonaste
se sabias que eu não era Deus si sabías que yo no era Dios
se sabias que eu era fraco. si sabías que yo era débil.
Ninguém me fará calar, gritarei sempre Nadie me hará callar, gritaré siempre
que se abafe um prazer, apontarei os que se sofoque un placer, denunciaré a los
desanimados, desanimados,
negociarei em voz baixa com os negociaré en voz baja con los
conspiradores, conspiradores,
transmitirei recados que não se ousa dar transmitiré recados que nadie se atreve a
nem receber, dar ni recibir,
serei, no circo, o palhaço, seré, en el circo, el payaso,
serei médico, faca de pão, remédio, seré médico, cuchillo de pan, remedio,
toalha, toalla,
serei bonde, barco, loja de calçados, seré tranvía, barco, zapatería, iglesia,
igreja, enxovia, calabozo,
serei as coisas mais ordinárias e seré las cosas más ordinarias y humanas,
humanas, e também as excepcionais: y también las excepcionales:
tudo depende da hora e de certa todo depende de la hora
inclinação feérica,viva em mim qual um y de que cierta inclinación mágica
inseto. viva en mí como un insecto
sólo ahora veo que en él no caben los hombres”), pero a partir del reconocimiento de la
grandeza de éste (“tú sabes qué grande es el mundo./conoces los navíos que llevan
petróleo y libros, carne y algodón”), el yo poético puede encontrar sosiego, inclusive
dejando de lado antiguas certidumbres (“Antaño escuché a los ángeles,/las sonatas, los
poemas, las confesiones patéticas./nunca escuché voces de gente./En verdad soy muy
pobre”). El poema termina del siguiente modo:
Hemos visto cómo en los primeros momentos de ambos poetas las figuras y
preocupaciones por la condición humana y la relación del ser con el mundo que el
existencialismo europeo se atribuye como suyo, fueron reflexionados por ellos. Es
interesante porque no existen registros ni pruebas, por lo menos hasta la década del 40,
de una lectura o compromiso por las ideas de los filósofos existencialistas arriba citados
de parte de ambos poetas. Este aspecto es importante porque el presente trabajo puede
formar parte de los estudios sobre el devenir y el desarrollo del pensamiento y la
literatura latinoamericana autónomos, tanto la vanguardia peruana como el modernismo
brasileño pueden ser factibles de muchos más estudios comparados puesto que fueron
movimientos que nos ayudan a entender cómo se formaron y desarrollaron los universos
simbólicos y estéticos en nuestras sociedades. Una tarea que cada vez se hace más
urgente.
Bibliografía
CAMILO, Vagner
2004 Arte Poética. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, Perú.
1996 Las huellas del aura. La poética de J.E. Eielson. Latinoamericana Editores.
Lima-Berkeley.
SOBREVILLA, David