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La garantía jurisdiccional de la

ConstituciónC*J
La Justicia constitucional.

Hans Kelsen

SUMARIO. PREÁMBULO.

Preámbulo. El presente estudio trata el problema de la


l. El problema jurídico de la regularidad. garantía jurisdiccional de la Constitución, denominada
11. La noción de Constitución. generalmente justicia constitucional, desde un doble
111. Las garantías de la regularidad. punto de vista. Se expone, en primer lugar -cuestión
IV. Las garantías de la constitucionalidad: teórica-, la naturaleza jurídica de esta garantía fundán-
l. La jurisdicción constitucional. 2. El objeto del dose, en última instancia, en el sistema sobre el cual el
control jurisdiccional de la constitucionalidad. 3. El autor ha dado ya una explicación de conjunto en su
criterio del control jurisdiccional de la constitu- "Teoría general del Estado" (Allgemeine Staatslehre,
cionalidad. 4. El resultado del control jurisdiccional Berlín 1925)<H>.
de la constitucionalidad. 5. El procedimiento del El estudio busca luego -cuestión práctica- los
control de constitucionalidad. mejores medios para realizarla: el autor se apoya en este
V. La significación jurídica y política del control aspecto en las experiencias que ha tenido después de
jurisdiccional de la constitucionalidad. varios años en su calidad de magistrado y ponente

(•) Traducción: Rolando Tamayo y Salmorán.


Revisión : Domingo García Belaunde.

El texto de Kelsen que ahora se publica apareció por vez primera en francés y en 1928. Su autor, entonces magistrado del Tribunal
Constitucional austriaco, se acreditaba al final del ensayo tan sólo con el siguiente título: Profesor de Derecho Público de la Universidad de
Viena. No sabemos con exactitud si Kelsen lo escribió directamente en francés, si se lo tradujo su discípulo Eisenmann o si fue una
colaboración de ambos. Sea lo que fuere, lo cierto es que dicho ensayo con aparentes ligeros retoques fue publicado nuevamente en 1929,
en forma simultánea tanto en francés como en alemán. Y así, estas tres versiones fueron las únicas que circularon y se conocieron durante
mucho tiempo. No obstante ello, tanto Kelsen como los estudiosos y traductores de su obra prefirieron y utilizaron la versión francesa de
1928, no sólo por ser la primera sino porque guardaba un mejor orden y presentación que las demás (en todo caso más que la alemana). A
partir de estos idiomas que pueden considerarse como kelsenianos, la primera versión a otro idioma fue al castellano y en 1974, en traducción
que llevó a cabo desde el francés el distinguido jurista mexicano Rolando Tamayo y Salmorán, que es la que más ha circulado en nuestros
países y la que mayor repercusión ha tenido. Nosotros mismos la hemos utilizado infinidad de veces sobre todo en nuestros cursos
universitarios. Pero muy pronto advertí que la traducción de Tamayo, siendo espléndida, adolecía de algunas imprecisiones y además
contenía multitud de errores y omisiones en la composición tipográfica, propia de una impresión apresurada y sin correctores (en épocas
en donde todavía se usaba el linotipo). De ahi mi interés en publicar en nuestro medio una versión revisada de esa magnífica traducción,

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permanente del Tribunal Constitucional de Austria. identifica, sin más, legislación y creación del derecho y
En efecto, la Constitución austriaca, votada en 1920 de ahí ley y derecho. De suerte que las funciones reuni-
sobre la base de un proyecto elaborado por el autor a das bajo el nombre de ejecución: la justicia y, más
petición del gobierno austriaco, ha dado a la institución especialmente la administración, parece, por así decir-
de la justicia constitucional un desarrollo más completo lo, que son funciones exteriores al derecho, y que,
que ninguna Constitución anterior. hablando estrictamente del derecho, no crean sino so-
lamente aplican el derecho, que reproducen un derecho
l. EL PROBLEMA JURÍDICO DE LA REGULARI- cuya creación estaría acabada antes de ellas. Si se
DAD. admite que la ley es todo el derecho, regularidad equi-
vale a legalidad. No resulta entonces evidente que se
l. La garantía jurisdiccional de la Constitución -la pueda extender más la noción de regularidad.
justicia constitucional- es un elemento del sistema de Pero esta concepción de la relación entre legis-
los medios técnicos que tienen por objeto asegurar el lación y ejecución es inexacta. Estas dos funciones no se
ejercicio regular de las funciones estatales. Estas fun- oponen de modo absoluto como la creación a la aplica-
ciones tienen en sí mismas un carácter jurídico: consti- ción del derecho, sino de manera puramente relativa.
tuyen actos jurídicos. Son actos de creación de derecho, En efecto, observando más de cerca, cada una de ellas se
esto es, de normas jurídicas, o actos de ejecución de presenta a la vez como un acto de creación y de aplica-
derecho creado, es decir, de normas jurídicas puestas. ción del derecho. Legislación y ejecución son, no dos
En consecuencia, tradicionalmente se distinguen las funciones estatales coordinadas, sino dos etapas
funciones estatales en legislación y ejecución, distinción jerarquizadas del proceso de creación del derecho, y
en que se opone la creación o producción del derecho a dos etapas intermedias. Este proceso no se limita a la
la aplicación del derecho, considerada esta última como sola legislación sino, comenzando en la esfera del orden
una simple reproducción. jurídico internacional, superior a todos los órdenes
El problema de la regularidad de la ejecución, estatales, sigue con la Constitución para llegar, en fin, a
de su conformidad a la ley, y, por consiguiente, el través de las etapas sucesivas de la ley, del reglamento,
problema de las garantías de esta regularidad son temas de la sentencia y del acto administrativo, a los actos de
muy frecuentemente abordados. Por el contrario, la ejecucíón material (Vollstreckungsakte) de éstos últimos.
cuestión de la regularidad de la legislación, es decir, de En esta numeración, en que no consideramos
la creación del derecho y la idea de garantías de esta más que las fases intra-estatales, sólo se pretende indi-
regularidad atraviesan ciertas dificultades teóricas. car, esquemáticamente, las etapas principales de este
¿Qué no existe una petición de principio cuan- proceso, en el curso del cual, el derecho regula su propia
do se pretende regular la creación del derecho confor- creación y el Estado se crea y se vuelve a crear, sin cesar,
me un padrón que no ha sido creado sino mediante el mediante el derecho. Constitución, ley, reglamento,
objeto que se piensa regular? Y la paradoja que reside en acto administrativo y sentencia, acto de ejecución, son
la idea de una conformidad del derecho al derecho es simplemente los estadios típicos de la formación de la
tanto más grande que -en la concepción tradicional- se voluntad colectiva en el Estado moderno.

para lo cual obtuve la autorización del propio Tamayo y Salmorán -a quien siempre frecuento cuando viajo a México- y de Jorge Madrazo,
entonces Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, editor del Anuario en donde
apareció originalmente esta traducción. Años después, se hizo una versión italiana y en fecha más reciente otra en castellano, esta vez
publicada en España, que hasta donde alcanzan mis informaciones son las únicas existentes.
No está demás recordar que este ensayo se ha convertido en un clásico en la materia.
Las referencias bibliográficas son las siguientes:
i) La garantie juridictionnelle de la Constitution (La Justice constitutionnelle) en "Revue du Droit Public et de la Science Politiqueen
France et a l'étranger", Paris, 1928, tomo 45, año XXXV, pp.197-257, que es la versión que he utilizado para esta revisión.
ii) Con el mismo título se publicó en el"Annuaire de l'Institut de Droit Public", Paris, 1929, pp.52-143.
iii)Wesen und Entwicklung der Staatsgerichtsbarkeit en ''Verofsentlichungen der Vereinigung der deutschen Staatsrechtslehrer', Heft S,
Berlin und Leipzig, 1929, pp.31-88.
iv) La garantía jurisdiccional de la Constitución (La justicia constitucional) en "Anuario Jurídico", núm. 1, México, 1974, pp.471-515,
editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, traducción de Rolando Tamayo y Salmorán.
v) La garanzia giurisdizionale della Costituzione (La giustizia costituzionalel en "La giustizia constituzionale", Giuffré editore, Milano
1981, pp.143-214, traducción de Carmelo Geraci.
vi) La garantía jurisdiccional de la Constitución (La justicia constitucional) en Hans Kelsen, "Escritos sobre la democracia y el socialismo",
editorial Debate, Madrid 1988, pp.109-155; traducción de Juan Ruíz Manero.
(Domingo García Belaunde).

(**) H. Kelsen. Teoría general del Estado trad. de Legaz Lacambra, Barcelona, Labor, 1934; idem, México, Editora Nacional, varias ediciones.

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Ciertamente, la realidad puede diferir de este go, a cada grado en que se desciende, la relación entre
tipo ideal. Entre otras modificaciones posibles al curso libertad y limitación se modifica en favor del segundo
típico del procedimiento de creación del derecho, ocu- término: la parte de la aplicación aumenta, la de la libre
rre por ejemplo, que no es necesario que el reglamento, creación disminuye.
es decir, una norma general que emana de las autorida- 2. Cada grado del orden jurídico constituye a la
des administrativas, se inserte entre la ley y el acto vez una producción de derecho, frente al grado inferior,
individual; incluso, puede suceder que el reglamento y una reproducción del derecho, ante el grado superior.
intervenga inmediatamente en base a la Constitución y La idea de regularidad se aplica a cada grado en
no únicamente en ejecución de una ley. Sin embargo, la medida en que cada grado es aplicación o reproduc-
aquí nos situaremos, en principio, en la hipótesis típica ción del derecho. La regularidad no es, entonces, sino
indicada. la relación de correspondencia entre un grado inferior
y un grado superior del orden jurídico. No es única-
mente en la relación entre los actos de ejecución mate-
rial (Vollstreckungsakte) y las normas individuales
-decisión administrativa y sentencia- o, en la relación
entre estos actos de ejecución (Vollziehungsakte) y las
" El principio constitucional de la normas generales legales y reglamentarias, en donde se
legalidad de la ejecución no sólo puede postular la regularidad y las garantías propias
para asegurarla, sino también en las relaciones entre el
significa que todo acto de ejecución reglamento y la ley y entre la ley y la Constitución. Las
debe ser conforme a la ley, sino garantías de la legalidad de los reglamentos y las de la
constitucionalidad de las leyes son, entonces, tan
también y esencialmente, que no concebibles como las garantías de la regularidad de los
pueda haber actos de ejecución más actos jurídicos individuales.
Garantías de la Constitución significa, enton-
que sobre la base de una ley, es decir, ces, garantías de la regularidad de las normas inmedia-
autorizados por una ley" tamente subordinadas a la Constitución, es decir esen-
cialmente garantías de la constitucionalidad de las le-
yes.
3. Que la aspiración a las garantías de la Consti tu-
ción se manifieste vivamente y que la cuestión sea
científicamente discutida todavía en la actualidad -o
Si la Constitución regula en lo esencial la con- más exactamente sólo en la actualidad- se debe, a la vez,
fección de las leyes, entonces la legislación es, frente a a razones teóricas y a razones políticas. De una parte, no
la Constitución, aplicación del derecho. Por el contra- hace mucho tiempo que apareció en la doctrina la idea
rio, frente al reglamento y frente a los otros actos de la estructura jerárquica del derecho o, lo que es lo
subordinados a la ley, la legislación es creación del mismo, de la naturaleza jurídica de la totalidad de las
derecho. Asimismo, el reglamento es aplicación del funciones estatales y sus relaciones recíprocas. Por otra
derecho frente a la ley, y creación del derecho frente a parte, si el derecho de los Estados modernos, que pre-
la sentencia y frente al acto administrativo que lo apli- senta cantidad de instituciones destinadas a asegurar la
can. Estos, a su vez, son aplicación del derecho, si se legalidad de la ejecución, no toma, por el contrario, sino
mira hacia abajo, esto es, hacia los actos a través de los medidas muy restringidas para asegurar la constitu-
cuales la sentencia y el acto administrativo son ejecuta- cionalidad de las leyes y la legalidad de los reglamen-
dos (Vollstreckt). tos, esto obedece a moti vos políticos. Y estos motivos no
El derecho, en el camino que recorre, desde la se mantienen sin influencia en la formación de la doctri-
Constitución hasta los actos de ejecución material na la cual debería ser la primera en proporcionar ex-
(Vollstreckungsakte), no deja de caracterizarse. De ma- plicaciones sobre la posibilidad y la necesidad de seme-
nera que si la Constitución, la ley y el reglamento son jantes garantías.
normas jurídicas generales, la sentencia y el acto admi- Así sucede en particular en las democracias
nistrativo constituyen normas jurídicas individuales. parlamentarias de Europa surgidas de monarquías
La libertad del legislador, quien no está subor- constitucionales. La teoría jurídica de la monarquía
dinado más que a la Constitución, se encuentra some- constitucional tiene todavía en la actualidad -en la que
tida a límites relativamente débiles. Su poder de crea- esta forma de Estado tiende a pasar al segundo plano-
ción continúa siendo relativamente grande. Sin embar- una gran influencia. Sea de modo consciente -ahí

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donde se quiere organizar la República sobre el modelo sino que, por así decirlo, se encuentra inserto desde
de la monarquía, con un fuerte poder presidencial-, o de fuera para interpretar la Constitución en un sentido
manera inconsciente, la doctrina del consti tucionalismo político determinado, o más exactamente, para defor-
determina en una gran medida la teoría del Estado. mar el derecho positivo con la ayuda de una ideología
La monarquía constitucional, que surge de la que le es extraña. De ahí también la famosa distinción
monarquía absoluta, tiene, como consecuencia, una entre la obligatoriedad de la ley, que emana sólo del
doctrina que, en varios sentidos, se encuentra guiada monarca, y el contenido de la ley, convenido entre el
por el deseo de hacer creer que la disminución del monarca y la representación nacional. Este método da
poder que ha sufrido el monarca -antes absoluto- es por resultado que no se considere una imperfección
pequeña e insignificante, tratando incluso de disimularla técnica de la Constitución, sino como su sentido pro-
completamente. fundo, que una ley deba ser considerada válida con tal
Es cierto que en la monarquía absoluta, la dis- que haya sido publicada en el Bulletin des lois con la
tinción entre el grado que ocupa la Constitución y el firma del monarca, sin considerar el hecho de si las
grado que ocupan las leyes es teóricamente posible; sin prescripciones relativas a su adopción por el Parlamen-
embargo esta distinción no juega prácticamente papel to hayan sido seguidas o no.
alguno. La Constitución consiste en un solo principio: En esta forma se reduce prácticamente a nada
toda expresión del monarca es una norma jurídica -al menos teóricamente- el progreso ca pi tal que va de la
obligatoria. No existe pues, una forma constitucional monarquía absoluta a la monarquía constitucional, y,
particular, es decir, normas jurídicas que sometan a en particular, con respecto al problema de la
reglas diferentes la confección de leyes y la revisión de constitucionalidad de las leyes y de sus garantías. La
la Constitución. Así el problema de la constitucionalidad inconstitucionalidad de una ley firmada por el monarca
de las leyes no tiene sentido. y, a fortiori su anulación, absolutamente no pueden, en
La transición a la monarquía constitucional este contexto, aparecer a la conciencia jurídica como
guarda, precisamente en este aspecto, una modificación cuestiones de interés práctico. Además, la doctrina
decisiva que se manifiesta, de manera muy característi- constitucional -apoyándose menos en el texto de la
ca, en la expresión "monarquía constitucional". La Constitución que sobre la ideología a la que hemos
creciente importancia que adquiere en adelante la no- hecho referencia- reivindica para el monarca no sola-
ción de Constitución, la existencia de una norma -que es mente la sanción de los textos de ley, sino, además, con
precisamente la Constitución- según la cual las leyes no ella y en ella, la exclusiva promulgación de las leyes.
pueden ser hechas sino de una cierta manera -con la Firmando el texto votado por el Parlamento, el monarca
colaboración de la representación nacional-;el hecho de debe certificar la constitucionalidad de la confección de
que esta norma no pueda ser modificada tan simple- la ley. Existiría así, según esta doctrina, una cierta
mente como las otras normas generales -las leyes-, es garantía, al menos respecto a una parte del procedi-
decir, la existencia, aliado de la forma legal ordinaria, miento legislativo, pero es justamente la instancia que
de una forma especial más complicada: la forma cons- debería ser controlada la que posee la función de con-
titucional -mayoría calificada, votación múltiple, trol.
asamblea constituyente especial-, son hechos que expli- Sin duda, el refrendo ministerial vincula una
can el desplazamiento del poder decisorio en la mo- responsabilidad al acto del monarca, pero la respon-
narquía constitucional. Podría, pues, pensarse que la sabilidad ministerial está desprovista de interés prác-
monarquía constitucional debería ser un campo propi- tico en la monarquía constitucional, en la medida en
cio para la afirmación enérgica del problema de la que se encuentra dirigida contra los actos del monarca
constitucionalidad de las leyes y, por tanto, de las y no funciona cuando se trata de vicios en el procedi-
garantías de la Constitución. Sin embargo, es exacta- miento legislativo que incumbe al Parlamento, puesto
mente lo contrario lo que ha tenido lugar. que es el mismo Parlamento el que la pone en práctica.
En efecto, la doctrina constitucional ha encu- En la actualidad la teoría -todavía muy admiti-
bierto el nuevo estado de cosas que resulta peligroso da y difundida con la ayuda de los más diversos argu-
para el poder del monarca. En oposición con la realidad mentos-, de que es necesario retirarle a los órganos de
constitucional, la doctrina constitucional presenta al aplicación del derecho todo examen de la constitu-
monarca como el único factor, o al menos, el verdadero, cionalidad de las leyes; de que se debe acordar a los
de la legislación, declarando que la ley es la expresión tribunales, cuando mucho, el control de la regularidad
de su sola voluntad, y que la función del Parlamento se de la publicación; de que la constitucionalidad en la
reduce a una adhesión más o menos necesaria, secun- confección de las leyes se encuentra suficientemente
daria, y no esencial. De ahí su famosa tesis del "princi- garantizada por el poder de promulgación del jefe del
pio monárquico" que no se deduce de la Constitución Estado; y la consagración por el derecho positivo de

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estas opiniones políticas, incluso en las Constituciones sólo la Constitución, en sentido estricto y propio del
de las repúblicas actuales, no son debidas, en última término, se encuentra revestida de esta forma especial
instancia, a la doctrina de la monarquía constitucional, o -como se dice habitualmente, si no es que felizmente-
cuyas ideas han influido, más o menos conscientemen- la Constitución en sentido material coincide con la
te, en la organización de las democracias modernas. Constitución en sentido formal.
Si el derecho positivo conoce una forma consti-
11. LA NOCIÓN DE CONSTITUCIÓN. tucional especial, distinta a la forma legal, nada se
opone a que esa forma sea empleada también para
4. La cuestión de la garantía y el tipo de garantía ciertas normas que no entran en la Constitución en
de la Constitución, es decir, la regularidad de los grados sentido estricto, principalmente, para las normas que
del orden jurídico inmediatamente subordinados a la regulan, no la creación, sino el contenido de las leyes.
Constitución, presupone, para ser resuelto, una noción De ahí resulta la noción de Constitución en sentido
clara de la Constitución. Unicamente la teoría de la amplio. Es este sentido amplio el que está en juego
estructura jerárquica (Stufenbau) del orden jurídico, ya cuando las Constituciones modernas contienen, no so-
apuntada, está en posibilidad de proporcionarla. In- lamente normas sobre los órganos y el procedimiento
clusive, no es exagerado afirmar que sólo ella permite de legislación, sino, además, un catálogo de derechos
conocer el sentido inmanente de esta noción funda- fundamentales de los individuos o libertades indivi-
mental de "Constitución" en el cual pensaba ya la teoría duales. Es por ello -es el sentido primordial, si no
del Estado de la antigüedad, porque esta noción implica exclusivo de esta práctica-, que la Constitución señala
la idea de una jerarquía de formas jurídicas. principios, direcciones y límites, para el contenido de
A tra vésde las múl ti pies transformaciones que las leyes futuras.
ha sufrido, la noción de Constitución ha conservado un Proclamando la igualdad de los ciudadanos
núcleo permanente: la idea de un principio supremo ante la ley, la libertad de opinión, la libertad de concien-
que determina por entero el orden esta tal y la esencia de cia, la inviolabilidad de la propiedad, -bajo la forma
la comunidad constituida por ese orden. Como quiera habitual de una garantía en beneficio de los sujetos, de
que se defina, la Constitución es siempre el fundamento un derecho subjetivo a la igualdad, a la libertad, a la
del Estado, la base del orden jurídico que se pretende propiedad, etc.-, la Constitución dispone, en el fondo,
conocer. Lo que se entiende siempre y por todos por que las leyes no solamente deberán ser elaboradas
Constitución -y la noción coincide en este sentido con la según el procedimiento que ella prescribe, sino además,
forma de Estado- es que la Constitución constituye un que no podrán contener ninguna disposición que me-
principio donde se expresa jurídicamente el equilibrio noscabe la igualdad, la libertad, la propiedad, etc. Así,
de las fuerzas políticas en un momento determinado, es la Constitución no es sólo una regla de procedimiento,
la norma que regula la elaboración de las leyes, de las sino además, una regla de fondo. Por consiguiente, una
normas generales en ejecución de las cuales se ejerce la ley puede ser inconstitucional en razón de una irregu-
actividad de los órganos estatales; tribunales y autori- laridad de procedimiento en su confección, o en razón
dades administrativas. Esta regla de creación de las de que su contenido contraviene los principios o direc-
normas jurídicas esenciales del Estado, de determina- ciones formulados en la Constitución, es decir cuando
ción de los órganos y del procedimiento de la legisla- la ley excede los límites que la Constitución señala.
ción, forma la Constitución en sentido propio, originario Es por ello que se distingue frecuentemente la
y estricto del término. La Constitución es pues la base inconstitucionalidad formal de la inconstitucionalidad
indispensable de las normas jurídicas que regulan la material de las leyes. Sin embargo, esta distinción no es
conducta recíproca de los miembros de la colectividad admisible sino con la reserva de que dicha inconstitu-
estatal, así como de aquéllas que determinan los órga- cionalidad material no es, en última instancia, más que
nos necesarios para aplicarlas e imponerlas y la forma una inconstitucionalidad formal en el sentido de que
como estos órganos habrán de proceder, es decir, la una ley cuyo contenido estuviera en contradicción con
Constitución es, en suma, el asiento fundamental del las prescripciones de la Constitución dejaría de ser
orden estatal. inconstitucional si fuera votada como ley constitucional.
De esta noción se deriva la idea de asegurarle a No se trata, pues, sino de saber si es la forma legal o la
la Constitución la mayor estabilidad posible, de dife- forma constitucional la que debe ser observada. Si el
renciar las normas constitucionales de las normas lega- derecho positivo no diferencia estas dos formas, el
les, sometiendo la revisión de aquéllas a un procedi- establecimiento de principios, de direcciones, de lími-
miento especial que contiene condiciones más difíciles tes al contenido de las leyes, no tiene ningún sentido
de reunir. Así aparece la distinción de la forma consti- jurídico, y no es más que una apariencia querida por
tucional y de la forma legal ordinaria. Limita tivamente, razones políticas, como lo son, por otro lado, las liberta-

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des garantizadas en forma constitucional, en el caso Nadaseopone, tampoco,aquelasnormassean
frecuente en que la Constitución autoriza a la legisla- puestas en la forma constitucional y que no solamente
ción ordinaria a limitarlas. contengan principios, direcciones y límites al conteni-
5. Si las disposiciones constitucionales relativas do de las leyes futuras y no puedan, consecuentemente,
al procedimiento y al contenido de las leyes, no pueden ser concretadas por medio de leyes sino que, por el
ser precisados más que por las leyes, entonces las contrario, regulen una materia en forma tan completa
garantías de la Constitución no constituyen sino los que sean inmediatamente aplicables a los casos concretos
procedimientos contra las leyes inconstitucionales; sin a través de actos jurisdiccionales e, incluso, adminis-
embargo desde que la noción de Constitución es exten- trativos. Esto sucede cuando la Constitución -en este
dida -a través de la idea de forma constitucional- a otros sentido amplio- determina la manera como son desig-
objetos distintos del procedimiento legislativo y de la nados ciertos órganos ejecutivos supremos: jefe de Es-
determinación de principios del contenido de las leyes, tado, ministros, cortes supremas, etc., de tal modo que
se hace posible que la Constitución se concrete, no sólo estos órganos pueden ser creados sin la intervención de
en leyes sino en formas jurídicas distintas, en especial, una regla de detalle -ley o reglamento- que complete la
en reglamentos e incluso en actos jurídicos individua- Constitución, sino que basta con aplicar inmediata-
les. El contenido de la Constitución puede, en efecto, mente la propia Constitución.
hacer inútil una ley, como sucede cuando una ley es Esta materia a parece efectivamente incluida en
formulada de tal manera que no hay necesidad de un la noción corriente de Constitución (se entiende tradi-
reglamento para que pueda ser aplicada mediante actos cionalmente por Constitución -en sentido material- no
administrativos o jurisdiccionales individuales. solamente las reglas relativas a los órganos y a los
procedimientos de la legislación, sino también las re-
glas que tratan de los órganos ejecutivos supremos y,
además, la determinación de las relaciones fundamen-
tales entre el Estado y sus súbditos) -por lo que se
designa simplemente el catálogo de derechos funda-
mentales, esto es, si se quiere expresar de una manera
jurídicamente correcta, ciertos principios sobre el con-
tenido de las leyes. La práctica de los Estados modernos
corresponde a esta noción y sus Constituciones presen-
tan, en general, estas tres partes.
Si tal es el caso, entonces no son solamente las
normas generales -leyes o reglamentos- las que se en-
cuentran inmediatamente subordinadas a la Constitu-
ción sino, además, ciertos actos individuales que pue-
den, por tanto, ser inmediatamente inconstitucionales.
El número de actos individuales que se encuentran
subordinados a la Constitución de modo inmediato
puede, naturalmente, ser aumentado a voluntad; es
suficiente con revestir con la forma constitucional, en
razón de cualesquiera motivos políticos, las normas
La Constitución puede disponer, por ejemplo, jurídicas directamente aplicables a los casos concretos,
que en condiciones perfectamente determinadas, las por ejemplo, votar las leyes sobre las asociaciones o las
normas generales podrán ser dadas, no por el voto del Iglesias como leyes constitucionales.
Parlamento, sino por actos del Ejecutivo. Estas normas Aunque una garantía de la regularidad de los
generales son reglamentos de necesidad que de este actos de ejecución de esas leyes tenga, en la forma, el
modo se encuentran en el mismo nivel que las leyes, carácter de una garantía de la Constitución, es evidente
tienen la misma fuerza que ellas, las reemplazan y las que aquí, por el hecho de que la noción de Constitución
modifican, y están inmediatamente subordinadas a la ha sido llevada más allá de su dominio originario y,
Constitución -a diferencia de los simples reglamentos por así decir, natural -el que resulta de la teoría de la
complementarios. Por tanto, estos reglamentos pueden estructura jerárquica del derecho-, la garantía específica
ser, como las leyes, inmediatamente inconstitucionales de la Constitución, de la cual se va a proceder a estudiar
y contra los cuales, así como contra las leyes inconstitu- la organización técnica -la justicia constitucional- no se
cionales, deben dirigirse las garantías de la Constitu- presenta, puesto que el carácter individual del acto
ción. inconstitucional daría lugar a un evidente concurso de

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la justicia constitucional con la justicia administrativa el principio de plena indemnización- pero en contra-
-sistema de medidas destinadas a garantizar la legali- dicción con sus disposiciones -esto es, sin indemniza-
dad de la ejecución, particularmente, de la administra- ción-, entonces el acto administrativo no es ilegal pero
ción. es indirectamente inconstitucional en el sentido habitual,
6. Todos los casos hasta aquí considerados han pues no va únicamente contra la ley y contra el principio
sido, exclusivamente, actos inmediatamente subordi- constitucional general de la legalidad de la ejecución,
nados a la Constitución y, en consecuencia, de sino, además, contra un principio especial expresamen-
inconstitucionalidad inmediata. De estos actos se dis- te señalado por la Constitución -a saber, que toda ex-
tinguen claramente aquellos que no se encuentran in- propiación debe ser acompañada de una plena y entera
mediatamente subordinados a la Constitución y que indemnización- excediendo, así, el límite específico que
por lo tanto no pueden ser sino mediatamente incons- la Constitución impone a la legislación. Con base en
titucionales. esto se comprende que contra los actos ilegales de esta
Cuando la Constitución impone expresamente naturaleza se pone en movimiento una institución que
el principio de la legalidad de la ejecución (Vollziehung) sirve a la garantía de la Constitución.
en general y de los reglamentos en especial, esta legali- El principio constitucional de la legalidad de la
dad significa al mismo tiempo -de manera indirecta- ejecución no sólo significa que todo acto de ejecución
constitucionalidad y vice versa. Señalemos aquí, en debe ser conforme a la ley, sino también y esencialmen-
particular, puesto que se trata de normas generales, al te, que no puede haber actos de ejecución más que sobre
reglamento complementario, en que el interés de ase- la base de una ley, es decir, autorizados por una ley. Por
gurar su legalidad puede ser incluido, por razones que consiguiente, si una autoridad estatal-tribunal o agente
se examinarán más tarde, entre las funciones de la administrativo- realiza un acto sin ninguna base legal,
justicia constitucional. este acto no es, propiamente hablando, ilegal, en ausen-
Por otro lado es necesario subrayar que la cia de una ley que permita apreciar su legalidad, sino
inconstitucionalidad directa no siempre puede distin- "sin ley" y, como tal, inmediatamente inconstitucional.
guirse netamente de la inconstitucionalidad indirecta, Poco importa que este acto "sin ley" no se
porque entre estos dos tipos pueden insertarse ciertas refiera a ninguna ley o que la mención de una ley sea
formas mixtas o intermedias. Así sucede, por ejemplo, puramente ficticia, como sería el caso, por ejemplo, en
cuando la Constitución autoriza inmediatamente, di- que, la administración expropiara un inmueble urbano
rectamente, a todas las autoridades administrativas, o invocando una ley que autoriza la expropiación de
a algunas de ellas, a dictar reglamentos dentro de los inmuebles rurales en virtud de una reforma agraria.
límites de su competencia y a asegurar la ejecución de Por muy claro que este caso se distinga del caso ante-
las leyes que deben aplicar. Estas autoridades obtienen riormente examinado de una expropiación ilegal por no
su poder reglamentario inmediatamente de la propia estar acompañada de indemnización, no hay que encu-
Constitución. Pero aquello que deben ordenar, es decir, brir el hecho que, en general, el límite entre actos "sin
el contenido de sus reglamentos, está determinado por ley" y, por tanto inmediatamente inconstitucionales y
las leyes que se encuentran entre éstos y la Constitu- los actos ilegales, afectados de una inconstitucionalidad
ción. Los reglamentos complementarios se distinguen simplemente mediata, no es perfectamente nítido.
con toda claridad, en virtud del grado de proximidad a 7. Al lado de las leyes, de ciertos reglamentos y
la Constitución, del otro tipo de reglamento a los cuales actos individuales de ejecución que presentan los carac-
se ha hecho preceden temen te alusión, esos que derogan teres anteriormente indicados, es necesario considerar,
las leyes o las reemplazan, que están inmediatamente como otra forma jurídica inmediatamente subordinada
subordinados a la Constitución y no pueden ser, por a la Constitución los tratados internacionales. Las
tanto ilegales, sino únicamente inconstitucionales. Constituciones contienen, en general, prescripciones
Otro caso similar se presenta cuando la Cons- sobre su conclusión, autorizando al jefe del Estado a
titución señala principios relativos al contenido de las celebrarlos, acordando al Parlamento el derecho de
leyes, verbigracia, en un catálogo de derechos funda- aprobarlos, exigiendo para su validez interna su trans-
mentales. Los actos administrativos hechos en aplica- formación en leyes, etc. Los principios constitucionales
ción de estas leyes pueden ser inconstitucionales, en un sobre el contenido de las leyes valen igualmente para
sentido distinto del que tiene todo acto administrativo los tratados internacionales, o al menos, podrían valer
ilegal (así, por ejemplo, si la Constitución dispone que para ello, pues es concebible que el derecho positivo los
la expropiación no puede tener lugar sino mediante exceptuara de estas disposiciones.
plena y completa indemnización y si, en un caso concre- Los tratados internacionales deber ser inter-
to, se procede a una expropiación sobre la base de una pretados de modo que sostengan con la Constitución
ley perfectamente constitucional) -que señala también exactamente la misma relación que la Constitución

rus ET VERITAS 23
guarda con las leyes. Ellos pueden, así, ser inmediata- cho internacional no pronuncia por sí mismo la nulidad
mente inconstitucionales, ya sea formalmente, en razón de los actos estatales que le son contrarios. No se ha
de su confección, ya sea materialmente, en razón de su elaborado todavía un procedimiento mediante el cual
contenido. Poco importa, por último, que el tratado estos actos irregulares pudieran ser anulados por un
tenga un carácter general o individual. tribunal internacional. Así pues, estos actos se conservan
No obstante lo anterior, el lugar de un tratado válidos si es que no son anulados a través de un pro-
internacional en el edificio del orden jurídico no se deja cedimiento estatal. El derecho internacional no tiene,
determinar perfectamente de manera unívoca. No se le en última instancia, más sanción que la guerra, sanción
puede interpretar como una norma inmediatamente que no hace desaparecer el acto que es contrario a sus
subordinada a la Constitución y determinada por ella normas. Esto último no impide que el derecho inter-
más que suponiendo que la Constitución es el nivel nacional, si se supone su primacía, pueda constituir una
supremo del orden jurídico, es decir, interpretando esta medida de la regularidad de todas las normas estatales,
relación desde el punto de vista del primado del dere- comprendiendo a la más alta de entre ellas, la Consti-
cho interno. tución.
Si uno se eleva por encima de este punto de
vista y parte de la idea de la superioridad del derecho 111. LAS GARANTÍAS DE LA REGULARIDAD.
internacional sobre los diferentes órdenes estatales,
esto es, si uno se coloca desde el primado del orden 8. Habiendo suficientemente explicado la noción
jurídico internacional, entonces el tratado internacional de Constitución y, por tanto, la naturaleza de la
aparece como un orden jurídico superior a los Estados constitucionalidad y de la inconstitucionalidad, se pue-
contratantes, creado de conformidad a una norma del de ahora abordar la cuestión de las garantías necesarias
Derecho de Gentes, por un órgano propio de la comu- para la protección de la Constitución.
nidad internacional formado por los representantes de Estas garantías constituyen los medios genera-
estos Estados. En cuanto a la determinación de los les que la técnica jurídica moderna ha desarrollado en
miembros de este órgano (jefes de Estado, ministros de relación a la regularidad de los actos estatales en
asuntos exteriores, Parlamentos, etc.) el derecho inter- general. Las garantías son preventivas o represivas,
nacional delega este poder en los diferentes órdenes personales u objetivas.
estatales o en su Constitución. A) Las garantías preventivas tienden a preve-
Desde este punto de vista, el tratado tiene nir la realización de actos irregulares. Las garantías
frente a la ley, e incluso, frente a la Constitución una represivas reaccionan contra el acto irregular una vez
cierta preeminencia puesto que él puede derogar una realizado, tienden a impedir la reincidencia en el futu-
ley ordinaria o constitucional en tanto que lo contrario ro, a reparar el daño que se ha causado, a hacerlo
es imposible. Según las reglas del derecho internacional, desaparecer y, eventualmente, a reemplazarlo por un
un tratado no puede perder su fuerza obligatoria sino acto regular.
en virtud de otro tratado o de otros hechos determinados Los dos elementos pueden, naturalmente, es-
por él, pero no por un acto unilateral de una de las tar unidos en una sola y misma medida de garantía.
partes contratantes, especialmente, una ley. Si una ley, Entre las posibles garantías puramente pre-
incluso una ley constitucional, contradice un tratado ventivas debe ser considerada, ante todo, la organiza-
ella es irregular, esto es, contraria al derecho interna- ción en forma de tribunal de la autoridad que crea el
cional; va inmediatamente contra el tratado, y derecho, es decir, garantizando la independencia del
mediatamente contra el principio pacta sunt servanda. órgano -por ejemplo, por medio de la inamovilidad-,
Naturalmente otros actos estatales además de independencia que consiste en que no se puede ser
las leyes pueden ser contrarios al derecho internacional jurídicamente obligado, en el ejercicio de sus funciones,
ya sea que violen, mediata o inmediatamente, el princi- por ninguna norma individual (orden) de otro órgano
pio del respeto a las convenciones o a otras reglas del y, en especial, de un órgano superior o perteneciente a
derecho internacional general. Si, por ejemplo, se admi- otro grupo de autoridades. No está ligado, por conse-
tiera la existencia de una norma de derecho internacio- cuencia, más que a las normas generales, esencial-
nal según la cual los extranjeros no podrían ser expro- mente, a las leyes y a los reglamentos legales. El
piados más que mediante plena y completa indemniza- poder acordado al tribunal de controlar las leyes y los
ción, entonces toda ley constitucional, toda ley ordinaria, reglamentos es otra cuestión.
todo acto administrativo estatal, toda sentencia que La idea todavía muy aceptada de que sólo la
decidiera la expropiación sin indemnización a un ex- regularidad de la jurisdicción puede ser garantizada
tranjero, serían contrarios al derecho internacional. de esta manera -organizada en forma de tribunal-,
Debemos subrayar, por otro lado, que el dere- reposa en la errónea hipótesis que sostiene que entre la

24 IUS Ef VERITAS
jurisdicción y la administración existe, desde el punto tos, tienen el derecho de examinar, en todas las circuns-
de vista jurídico, es decir, de la teoría o de la técnica tancias, la regularidad del acto nulo, de declararlo
jurídicas, una diferencia de esencia. Ahora bien, preci- irregular y tratarlo, en consecuencia, como inválido y
samente, desde el punto de vista de su relación con las no obligatorio. Es sólo porque el derecho positivo limita
normas de niveles superiores -relación decisiva para el este poder de examinar todo acto que pretende tener
postulado de la regularidad del ejercicio de la función- carácter de acto jurídico y de decidir sobre su regulari-
no se puede percibir ninguna diferencia entre adminis- dad -reservándolo a condiciones precisas y a ciertas
tración y jurisdicción ni tampoco entre ejecución y instancias determinadas-, que un acto alcanzado de un
legislación. La distinción entre jurisdicción y adminis- vicio jurídico cualquiera puede no ser considerado a
tración reside exclusivamente en la forma de organiza- priori como nulo sino solamente como anulable. A falta
ción de los tribunales. Prueba de esto es la institución de semejante limitación todo acto jurídico alcanzado de
de la jurisdicción administrativa, que consiste en que un vicio deberá ser considerado nulo, esto es, como que
los actos administrativos, es decir, los actos que son si no fuera un acto jurídico.
normalmente llevados a cabo por autoridades adminis- El derecho positivo contiene, de hecho, restric-
trativas, son realizados por tribunales, o en que la ciones muy grandes al poder de tratar como nulo los
regularidad de los actos de las autoridades administra- actos irregulares, poder que, en principio, pertenece
tivas se encuentra encomendada a un tribunal, y tales por derecho a todos. Habitualmente los actos de los
actos pueden ser, en consecuencia, anulados en caso de particulares y los actos de las autoridades son tratados
que sean reconocidos como irregulares y, eventual- de manera diferente. En general se constata una cierta
mente, ser incluso, reformados, es decir, reemplazados tendencia a tratar los actos de las autoridades públicas,
por un acto regular. aún los irregulares, como válidos y obligatorios hasta
La oposición tradicional entre jurisdicción y que otro acto de autoridad no los haga desaparecer. La
administración, el dualismo del aparato de autoridades cuestión de la regularidad o de la irregularidad de los
estatales de ejecución, fundado sobre esta distinción, actos de las autoridades no debe ser decidido, sin más,
no puede explicarse más que históricamente, distinción por el súbdito o por el órgano estatal al que dirigen
que se encuentra llamada a desaparecer, si las síntesis dichos actos con la orden de ser obedecidos, sino por la
no son erróneas, pues ya se manifiesta una tendencia a autoridad misma que ha realizado el acto cuya regula-
la unificación de este aparato. No es pues sino históri- ridad es discutida o por una otra autoridad cuya deci-
camente que puede explicarse por qué se ve en la sión es provocada mediante un determinado procedi-
independencia de un órgano, en relación con los órde- miento.
nes de otro, una garantía en el ejercicio regular de sus Este principio aceptado, en una menor o mayor
funciones. medida, por los diferentes derechos y que puede califi-
La organización en forma de tribunal del órga- carse como el principio de la autolegitimación
no de creación del derecho es, no sólo la garantía (Selbstlegitimation) de los actos de las autoridades públi-
preventiva más característica de la regularidad de los cas, comporta ciertos límites. El derecho positivo no
actos sino, incluso, la primera del grupo de garantías puede siempre decidir que todo acto que se presenta
que llamamos personales. Las otras son la responsabi- como acto de una autoridad pública deba, sin distin-
lidad penal, y la responsabilidad disciplinaria, así como ción, ser considerado como tal hasta que sea anulado
la responsabilidad civil del órgano que ha realizado un por irregularidad por un acto de una otra autoridad.
acto irregular. Sería evidentemente absurdo, por ejemplo exigir un
B) Las garantías objetivas, que tienen al mismo semejante procedimiento para la anulación de un acto
tiempo un carácter represivo acentuado, son la nulidad establecido por un individuo que no tiene de ninguna
o anulabilidad del acto irregular. manera la calidad de autoridad pública. Pero por otro
La nulidad significa que un acto que pretende lado, tampoco es posible considerar a priori como nulo
ser acto jurídico y, en especial un acto estatal, no es tal todo acto realizado por una autoridad incompetente o
objetivamente porque es irregular, es decir, no respon- compuesta en forma irregular o, todavía, mediante un
de a las condiciones que le prescribe una norma jurídica procedimiento irregular.
del grado superior. Al acto nulo le falta de antemano el El problema de la nulidad absoluta, tan difícil
carácter de jurídico, de manera que no es necesario, teórica y técnicamente, no interesa, sin embargo, a la
para retirarle su cualidad usurpada de acto jurídico, cuestión de las garantías de la Constitución sino en
otro acto jurídico. Por el contrario, si un nuevo acto tanto que es necesario afirmar que la nulidad -que no
fuera necesario se estaría en presencia no de una nuli- puede ser excluida del derecho positivo- es tomada en
dad, sino de una anulabilidad. consideración para los actos inmediatamente subordi-
Tanto las autoridades públicas como los súbdi- nados a la Constitución y que, consiguientemente, la

rus ET VERITAS 25
nulidad de estos actos es, también, en cierto sentido, mente afirmada por el interesado- y que, por tanto, la
una garantía de la Constitución. nulidad no puede ser considerada, de ninguna manera,
Ni los súbditos ni las autoridades públicas como adquirida antes de la terminación del procedi-
deben considerar como ley todo acto que se intitule así. miento, pudiendo éste conducir a una decisión en que
Entre ellos puede haber, indiscutiblemente, actos que se niegue; porque la decisión debe necesariamente te-
no tienen de leyes más que la apariencia. Pero no puede ner un carácter constitutivo, incluso si, conforme a su
definirse por una fórmula teórica general el límite que texto, se enuncia que el acto era nulo.
separa el acto nulo a priori que es una pseudoley, de un Desde el punto de vista del derecho positivo,
acto legislativo viciado, pero válido, es decir, de una ley esto es, de la autoridad que decide sobre el susodicho
inconstitucional. acto nulo, no existe más que anulabilidad, y en este
Sólo el derecho positivo podría encargarse de sentido es que puede presentarse la nulidad como un
esta tarea, sin embargo, generalmente no lo hace, o al caso límite de la anulabilidad, una anulación con efecto
menos, no conscientemente ni de manera precisa. Muy retroactivo.
frecuentemente el derecho positivo deja el cuidado de La anulabilidad del acto irregular significa la
responder a esta cuestión a la autoridad llamada a posiblidad de hacerlo desaparecer con sus consecuen-
decidir cuando un individuo -súbdito u órgano esta tal- cias jurídicas. La anulación contiene, a decir verdad,
rehusa obedecer el acto considerado, invocando que se diversos grados, en cuanto a su alcance así como en
trata de una pseudoley. Pero con ello, el acto en cues- cuanto a su efecto en el tiempo.
tión ha salido de la esfera de la nulidad absoluta para Desde el primero de los puntos de vista la
entrar en la de la simple anulabilidad; puesto que en la anulación puede -es una primera solución-limitarse a
decisión de la autoridad en que se estima que un acto- un caso concreto. Cuando se trata de un acto individual
al que se ha desobedecido- no era un acto jurídico, no esto se sobreentiende, pero no sucede así cuando se
puede verse sino su anulación con cierto efecto retroac- trata de una norma general. La anulación de una norma
tivo. general se mantiene limitada al caso concreto cuando
Lo mismo ocurre cuando el derecho positivo las autoridades -tribunales o autoridades administrati-
establece un núnimo de condiciones que deben ser vas- que deberían aplicar la norma pueden o deben
reunidas para que el acto jurídico no sea nulo apriori, por rehusar a aplicarla a un caso concreto cuando la con-
ejemplo, cuando la Constitución decide que todo lo que sideran irregular pudiendo resolver, en consecuencia,
se encuentra publicado bajo el título de ley en el Bulletín como si la norma no estuviera en vigor; pero, por lo
des lois debe valer como ley cualquiera que puedan ser demás, esta norma se mantiene en vigor y debe ser
sus otras irregularidades mientras no haya sido anula- aplicada en otros casos por otras autoridades, cuando
da por una instancia calificada para hacerlo. Pues es éstas o no tienen el poder de examinar su regularidad y
siempre, al fin de cuentas, una autoridad pública quien decidir sobre el particular o teniéndolo, la consideran
debe declarar de manera auténtica si las condiciones regular.
mínimas son o no llenadas, sin lo cual cada quien podría La autoridad llamada a aplicar la norma gene-
dispensarse de obedecer las leyes alegando simple- ral, que puede retirarle su validez para un caso concreto
mente que no son tales. cuando ha reconocido su irregularidad, tiene el poder
Desde el punto de vista del derecho positivo, la de anularla -puesto que hacer desaparecer la validez de
situación en que se encuentra aquél a quien se dirige un una norma y anularla son una y la misma cosa-, pero la
acto con la pretensión de ser obedecido es, sin excep- anulación es simplemente parcial, limitada al caso con-
ción, la siguiente: él puede, si considera el acto nulo, creto. Tal es la situación de los tribunales -no de las
desobedecerlo, pero obrando siempre por su cuenta y autoridades administrativas- frente a los reglamentos,
riesgo, es decir, el destinatario corre el peligro de que, según numerosas constituciones modernas. Pero fren-
enjuiciado por desobediencia, la autoridad que conozca te a las leyes, por r egla general, están lejos de poseer
del caso no considere el acto como nulo o declare que tan amplios poderes de control. Lo más frecuente es
cumple con las condiciones mínimas impuestas por el que los tribunales no pueden examinar la regularidad
derecho positivo para su validez, haciendo reserva de de las leyes, es decir, la constitucionalidad de las leyes,
su anulabilidad ulterior. en todos los aspectos, sino verificar únicamente la regu-
En caso contrario, la decisión de la autoridad laridad de la publicación de la ley no pudiendo, por
significa la casación del acto, decisión que opera con tanto, rehusar su aplicación en un caso concreto más
efecto retroactivo hasta el momento en que fue realizado que a consecuencia de una irregularidad cometida en
el acto. Esta interpretación se impone porque la deci- su publicación.
sión es el resultado de un procedimiento que tiene por Las imperfecciones y la insuficiencia de una
objeto b nulidad del acto -que es, en principio, simple- anulación limitada a ese caso concreto son evidentes.

26 IUS ET VERITAS
Sobre todo la falta de unidad de las soluciones y la efecto alguno a la anulación de una norma general
inseguridad jurídica que conllevan y que desagrada- irregular más que pro futuro, es decir, a partir de la anu-
blemente se hacen sentir cuando un tribunal se abstiene ladón. Inclusive, es necesario pensar en la posibilidad
de aplicar un reglamento o, incluso, una ley por irregu- de no permitir la entrada en vigor de la anulación sino
lares, mientras que otro tribunal hace lo contrario pro- hasta la expiración de un cierto plazo. Así como puede
hibiéndose a las autoridades administrativas, cuando haber razones válidas para hacer preceder la entrada en
son llamadas a intervenir, a rehusar su aplicación. La vigor de una norma general -ley o reglamento, por
centralización del poder para examinar la regularidad ejemplo- de una vacatio legis, asimismo podría haberlas
de las normas generales, se justifica ciertamente en para no dejar sin vigencia una norma general anulada
todos los aspectos. Pero si se resuelve en confiar este sino hasta la expiración de un cierto plazo a partir de la
control a una autoridad única, entonces es posible sentencia de anulación.
abandonar la limitación de la anulación para el caso Sin embargo, ciertas circunstancias pueden
concreto en favor del sistema de la anulación total, es hacer necesaria una anulación retroactiva. No hay que
decir, para todos los casos en que la norma hubiera pensar únicamente en el caso extremo, precedentemente
tenido que ser aplicada. Se entiende que un poder tan considerado, de una retroactividad ilimitada, en donde
considerable no puede ser confiado sino a una instancia la anulación del acto equivale a su nulidad cuando el
central suprema. acto irregular debe ser reconocido -según la aplicación
soberana de la autoridad competente para anularla o en
virtud de la exigencia del derecho positivo de un núme-
ro de condiciones para su validez- como si fuera pura y
simplemente un pseudo acto jurídico. Es necesario
pensar en un efecto retroactivo excepcional, limitado a
''La competencia de la jurisdicción ciertas especies de actos o a una cierta categoría de
casos.
constitucional no debe limitarse al Para la organización técnica de la anulación de
control de la constitucionalidad de un acto, es igualmente de gran importancia saber si la
anulación podrá ser declarada por el mismo órgano que
las leyes. Debe extenderse lo ha realizado o si la anulación será confiada a otro.
primeramente, a los reglamentos que Son, sobre todo, consideraciones de prestigio las que
conducen a la adopción del primero de los procedi-
tienen fuerza de ley, actos mientos. Se quiere evitar que se menoscabe la autori-
inmediatamente subordinados a la dad del órgano que ha creado la norma irregular y que
es considerado como órgano supremo, o que al menos
Constitución y cuya regularidad actúa bajo el control y la responsabilidad de un órgano
consiste exclusivamente (. . .) en su supremo -particularmente si se trata de una norma
general- al autorizar a otro órgano a anular sus actos,
constitucionalidad. Entre estos colocándose así por encima de aquél, cuando es justa-
reglamentos se encuentran mente aquél el que debía ser considerado como supre-
mo.
principalmente los reglamentos de No es solamente la "soberanía" del órgano que
necesidad,, ha realizado el acto irregular sino, además, el dogma de
la separación de poderes lo que se trae a discusión para
evitar que la anulación de los actos de una autoridad sea
hecho por otra autoridad. Así sucede, por ejemplo,
cuando se trata de actos de autoridades administrativas
supremas en que la instancia facultada a anularlos, en
En cuanto a su alcance en el tiempo, la anula- un caso dado, debiera, entonces, encontrarse por fuera
ción puede limitarse al futuro o, por el contrario, exten- de la organización administrativa y tener, tanto por su
derse igualmente al pasado, es decir, con o sin efecto función como por su organización, el carácter de auto-
retroactivo. Naturalmente que esta diferencia no tiene ridad jurisdiccional independiente, es decir, de tribu-
sentido más que para los actos que tienen consecuen- nal.
cias jurídicas duraderas, esto es, se refieren, pues, ante Tomando en cuenta el carácter más que proble-
todo, a la anulación de normas generales. El ideal de la mático de la distinción entre jurisdicción y administra-
seguridad jurídica exige que, en general, no se atribuya ción, la invocación de la separación de poderes tiene en

IUS ET VERITAS 27
este caso tanto valor como la de la "soberanía" del del primer tipo. En efecto, en la sola independencia de
órgano. Los dos argumentos juegan, por otro lado, un los tribunales se ve una garantía suficiente de la regula-
papel particular en la cuestión de las garantías de la ridad de sus actos.
Constitución. Bajo el pretexto de que la soberanía del La anulación del acto irregular plantea la cues-
órgano que hace un acto irregular o de que la separación tión de su reemplazo por un acto regular. Al respecto
de poderes debe ser respetada, se abandona, en ocasio- es necesario distinguir dos posibilidades técnicas: la
nes, la anulación del acto irregular a la discreción de autoridad competente puede tener también el poder de
este mismo órgano, no concediendo a los interesados substituir el acto anulado por un acto regular, es decir,
más que el derecho de hacer una demanda de anulación tiene el poder no sólo de anular sino además el de
desprovista de fuerza obligatoria, simples "representa- reformar. Pero la confección del acto regular puede
ciones", o bien existe un procedimiento regular que igualmente dejarse a la autoridad cuyo acto irregular ha
debe conducir a la abrogación del acto irregular por su sido anulado. Si la autoridad se encuentra ligada a la
autor; sin embargo la demanda que da comienzo al solución de derecho que la instancia de anulación ha
procedimiento no obliga a la autoridad más que a formulado en su fallo, por ejemplo bajo la forma de
iniciarlo pero no a resolverlo de cierto modo, es decir, motivos, su independencia sufre una restricción lo que,
con la anulación del acto impugnado. Esta anulación tratándose de la anulación de un juicio, no es de pasar
queda pues en el poder discrecional, aunque legalmen- por alto para la apreciación de la independencia de los
te vinculado, del mismo órgano que ha realizado el acto jueces como garantía específica de la regularidad de la
irregular y al cual no controla ningún órgano superior. ejecución.
Por otro lado sería necesario considerar un tercer siste-
ma que constituye, una transición del segundo tipo ya IV. LAS GARANTÍAS DE LA CONSTITU-
indicado: la cuestión de la regularidad del acto es CIONALIDAD.
decidida por una otra autoridad, pero su anulación es
decidida por el órgano que la realiza. Este órgano, sin Entre las medidas técnicas, precedentes indi-
embargo puede estar obligado jurídicamente por la cadas, que tienen por objeto garantizar la regularidad
decisión del otro órgano a anular el acto reconocido de las funciones estatales, la anulación del acto in-
irregular, y la ejecución de esta obligación puede, inclu- constitucional es la que representa la garantía principal
so, estar sujeta a un plazo. Pero aun esta variante no y la más eficaz de la Constitución. Sin embargo, esto no
ofrece una garantía suficiente, por lo que es inútil de significa que no pueda pensarse en otros medios de
desarrollarla al detalle. asegurar la regularidad de los actos que le son subordi-
Esta garantía no existe sino cuando la anula- nados.
ción del acto irregular es pronunciado inmediatamente Ciertamente que la garantía preventiva, perso-
por un órgano completamente diferente e indepen- nal-la organización del órgano que lo hace en forma de
diente de aquél que ha realizado el acto irregular. Si se tribunal- está, de antemano fuera de consideración. La
atiende a la división tradicional de las funciones estata- legislación, de la que aquí se trata principalmente, no
les en legislación, jurisdicción y administración así puede ser confiada a un tribunal; no tanto a causa de la
como a la división, que a ella corresponde, del aparato diversidad de las funciones legislativa y jurisdiccional
de las autoridades estatales en tres grupos de órganos sino, realmente, en razón de que la organización del
-un aparato legislativo, un aparato jurisdiccional y un órgano legislativo está esencialmente dominada por
aparato administrativo-, entonces se debe distinguir otros puntos de vista distintos al de la constitucio-
entre el caso en que la anulación de un acto irregular se nalidad de su funcionamiento. Es la gran antítesis de la
mantiene al interior del mismo aparato de autoridades democracia y de la autocracia la que aquí decide.
-por ejemplo cuando los actos administrativos o las Por el contrario, las garantías represivas -la
sentencias irregulares son anulados por un nuevo acto responsabilidad constitucional y la responsabilidad civil
administrativo o por una nueva sentencia, es decir, por de los órganos que realizan actos irregulares-, son
un acto de una autoridad que pertenece al mismo grupo perfectamente posibles. Ciertamente que en lo que toca
de órganos, autoridad administrativa superior en un a la legislación, no se trata de la responsabilidad del
caso, autoridad judicial superior en el otro- y el caso en Parlamento como tal, o de sus miembros: el órgano
que la autoridad que anula pertenece a otro grupo de colegiado no es -por diferentes razones- un sujeto apro-
órganos. El recurso jerárquico pertenece al primer tipo; piado de responsabilidad penal o civil. Sin embargo,
la justicia administrativa es un ejemplo del segundo. Es los individuos asociados a la legislación -jefe de Estado,
un riesgo característico de los sistemas jurídicos moder- ministros- pueden estar sujetos a responsabilidad por
nos que la regularidad de los actos jurisdiccionales se la inconstitucionalidad de las leyes, sobre todo cuando
encuentre garantizada, casi sin excepción, por medio la Constitución dispone que éstas asumen por la

28 IUS ET VERITAS
promulgación o por su refrendo la responsabilidad de ridad estatal, al que es necesario encargar la anulación
la constitucionalidad del procedimiento legislativo. De de los actos inconstitucionales -esto es a una jurisdic-
hecho, la institución de la responsabilidad ministerial, ción o tribunal constitucional-.
característica de las Constituciones modernas, sirve A este sistema se dirigen, habitualmente, cier-
también para asegurar la constitucionalidad de las tas objeciones. La primera es, naturalmente, que tal
leyes; y se sobreentiende que esta responsabilidad per- institución sería incompatible con la soberanía del
sonal del órgano puede ser empleada igualmente para Parlamento. Pero -abstracción hecha de que no puede
garantizar la legalidad de los reglamentos y, también, tratarse de la soberanía de un órgano estatal particular,
en particular, la regularidad de los actos individuales pues la soberanía pertenece a todo el orden jurídico-
inmediatamente subordinados a la Constitución. este argumento se desploma sólo por el hecho de que
Sobre este último punto, se puede pensar tam- debe reconocerse, que la Constitución regula en defini-
bién especialmente en la responsabilidad pecuniaria tiva, el procedimiento legislativo exactamente de la
por los daños causados por los actos irregulares. Pero, misma manera en que las leyes regulan el procedimien-
como quiera que sea, la responsabilidad ministerial-la to de los tribunales y el de las autoridades administra-
historia constitucional lo prueba- no es en sí mismo un tivas; que la legislación se encuentra subordinada a la
medio muy eficaz; igualmente, las otras garantías per- Constitución absolutamente de la misma forma en que
sonales son también insuficientes puesto que no atacan lo están la legislación, la jurisdicción y la administra-
la fuerza obligatoria del acto irregular, y, en particular, ción, y, por tanto, que el postulado de la constitu-
la de la ley inconstitucional. Es, incluso, difícil decir, cionalidad de las leyes es, teórica como técnicamente,
tomando en cuenta este estado de cosas, que la Consti- idéntica, por completo, al postulado de la legalidad de
tución se encuentre garantizada; ella no lo está verda- la jurisdicción y de la administración.
deramente sino cuando la anulación de los actos in- Si, contrariamente a estos puntos de vista, se
constitucionales es posible. continúa afirmando la incompatibilidad de la justicia
constitucional con la soberanía del legislador, es sim-
l. La jurisdicción constitucional. plemente para disimular el deseo del poder público,
expresado en el órgano legislativo, de no dejarse limitar
9. No existe hipótesis de ~;:~rantía de la regulari- -en contradicción patente con el derecho positivo- por
dad, en tanto se pudiera, másqt:een la de la garantía de las normas de la Constitución. Pero, si por razones de
la Constitución, estando tentado a confiar la anulación oportunidad se aprueba esta tendencia, no existe argu-
de los actos irregulares al mismo órgano que los ha mento jurídico que la pueda autorizar.
realizado. Y, ciertamente, en ningún caso este procedi- No sucede así con la segunda objeción que se
miento estaría más contraindicado; puesto que la única deriva del principio de separación de poderes. Cierto
forma en la que se podría ver, en una cierta medida, una que la anulación de un acto legislativo por un órgano
garantía eficaz de la constitucionalidad -declaración de distinto al órgano legislativo constituye una invasión al
la irregularidad por un tercer órgano y obligación del "poder legislativo", como se dice habitualmente. Pero el
órgano autor del acto irregular de anularlo- es aquí carácter problemático de esta argumentación aparece si
impracticable, porque el Parlamento no puede, por su se considera que el órgano al que se confía la anulación
propia naturaleza, ser obligado de manera eficaz. Sería de las leyes inconstitucionales, no ejerce, propiamente,
ingenuidad política contar con que el Parlamento anu- una verdadera función jurisdiccional, aun cuando
laría una ley votada por él en razón de que otra instancia tenga -por la independencia de sus miembros- la or-
la hubiera declarado inconstitucional. El órgano le- ganización de tribunal. Por más que se pueda distinguir,
gislativo se considera en la realidad como un libre la diferencia entre la función jurisdiccional y la función
creador del derecho y no como un órgano de aplicación legislativa, consiste, ante todo, en que ésta crea normas
del derecho vinculado a la Constitución, no obstante jurídicas generales, en tanto que la otra, no crea sino
que lo está, teóricamente, bien que en una medida normas individuales_<!>
relativamente reducida. Ahora bien, anular una ley, equivale a estable-
No es pues el Parlamento mismo con quien se cer una norma general, puesto que la anulación de una
puede contar para realizar su subordinación a la Cons- ley tiene el mismo carácter de generalidad que su con-
titución. Es un órgano diferente a él, independiente de fección. No siendo, por así decirlo, más que una confec-
él, y por consiguiente, también de cualquier otra auto- ción con signo negativo, la anulación de una ley es,

(1) Se puede no hacer caso del hecho de que aún esta distinción no es una distinción de principio pues el legislador -especialmente el Parlamento-
puede aprobar también normas individuales.

rus ET VERITAS 29
entonces, una función legislativa y el tribunal que tiene no son tomadas en cuenta, propiamente, cuando se
el poder de anular las leyes es, por consiguiente, un trata de la anulación de las leyes.
órgano del poder legislativo. Se podría, por tanto, Es aquí donde aparece la distinción entre la
interpretar la anulación de las leyes por un tribunal ya confección y la simple anulación de las leyes. La anula-
sea, como una distribución del poder legislativo entre ción de una ley se produce esencialmente en aplicación
dos órganos, o bien, como una invasión del poder de las normas de la Constitución. La libre creación que
legislativo. Ahora bien, en este caso, no se habla, gene- caracteriza a la legislación prácticamente no se presenta
ralmente, de una violación al principio de la separación en la anulación. En tanto que el legislador no está
de los poderes, como sucede cuando, en las Constitu- vinculado a la Constitución mas que en relación al
ciones de las monarquías constitucionales, la legisla- procedimiento y solamente de manera excepcional en
ción se encuentra confiada, en principio, al Parlamento cuanto al contenido de las leyes que debe dictar -y ello,
conjuntamente con el monarca, pero que, en ciertas únicamente, por principios o direcciones generales-, la
hipótesis excepcionales el monarca tiene, conjunta- actividad del legislador negativo, o sea, la actividad de
mente con sus ministros, el derecho de dictar ordenan- la jurisdicción constitucional, por el contrario, está ab-
zas que derogan a las leyes. Nos llevaría muy lejos solutamente determinada por la Constitución. Es pre-
examinar aquí los motivos políticos que dieron origen cisamente por ello que su función se asemeja a la de
a toda esta doctrina de la separación de poderes, aun- cualquier otro tribunal en general, constituye princi-
que ésta sea la única manera de hacer aparecer el palmente aplicación del derecho y, solamente en una
verdadero sentido de este principio: la función de equi- débil medida, creación del derecho; su función es, por
librio de las fuerzas políticas en la monarquía constitu- tanto, verdaderamente jurisdiccional. Son, pues, los
cional. mismos principios esenciales los que se toman en con-
Si se quiere mantener este principio en la Repú- sideración tanto para su constitución como para la
blica democrática, de entre sus diferentes significacio- organización de los tribunales o los órganos ejecutivos.
nes, sólo puede ser tomada en cuenta, razonablemente,
aquella que, en lugar de una separación de poderes,
indica una división de los mismos, es decir, indica un
reparto del poder entre diferentes órganos, no tanto
para aislarlos recíprocamente, sino para permitir un
control recíproco de los unos sobre los otros. Y ello, no
únicamente para impedirles la concentración de un
poder excesivo en las manos de un solo órgano -concen-
tración que sería peligrosa para la democracia- sino
además, para garantizar la regularidad del funciona-
miento de los diferentes órganos. Pero, entonces, la
institución de la justicia constitucional no está, de nin-
guna manera, en contradicción con el principio de la
separación, sino, por el contrario, es una afirmación de
éste.
La cuestión de saber si el órgano llamado a
anular las leyes inconstitucionales puede ser un tribu-
nal se encuentra, por tanto, fuera de discusión. Su
independencia frente al Parlamento como frente al
Gobierno es un postulado evidente; puesto que son,
precisamente, el Parlamento y el Gobierno, los que
deben estar, en tanto que órganos participantes del
procedimiento legislativo, controlados por la jurisdic- A este respecto no se puede proponer una
ción constitucional. solución uniforme para todas las Constituciones posi-
Habría lugar, cuando más a examinar si el bles. La organización de la jurisdicción constitucional
hecho de considerar la anulación de las leyes como una deberá modelarse sobre las particularidades de cada
función legislativa no acarrearía ciertas consecuencias una de ellas. He aquí, sin embargo algunas considera-
particulares, relativas a la composición y al nombra- ciones de alcance y valor generales. El número de
miento de esta instancia. Pero, en realidad, no ocurre miembros no deberá ser muy elevado, y considerando
así ya que todas las consideraciones políticas que domi- que es sobre cuestiones de derecho a que está llamada
nan la cuestión de la formación del órgano legislativo, a pronunciarse, la jurisdicción constitucional cumple

30 IUS ET VERITAS
una misión puramente jurídica de interpretación de la leyes, aun si sólo contienen normas individuales, por
Constitución. Entre los modos de designación particu- ejemplo, el presupuesto, o todos los otros actos que la
larmente típicos, no se podría pregonar sin reservas ni doctrina tradicional se inclina -por una razón u otra- a
la simple elección por el Parlamento ni el nombramien- considerar, no obstante su forma de ley, corno simples
to exclusivo por el jefe de Estado o por el Gobierno. actos administrativos. El control de su regularidad no
Posiblemente se les podría combinar, haciendo, por puede ser confiada a ninguna instancia más que a la
ejemplo, elegir los jueces al Parlamento a propuesta del jurisdicción constitucional. Pero, igualmente, la
Gobierno, quien podría designar varios candidatos constitucionalidad de otros actos del Parlamento, que
para cada puesto o inversamente. tienen, de acuerdo con la Constitución carácter obliga-
Es de gran importancia otorgar, en la composi- torio, sin revestir necesariamente la forma de leyes -no
ción de la jurisdicción constitucional un lugar adecua- siendo exigida su publicación en el Bulletin des wis, como,
do a los juristas de profesión. Se podría llegar a esto por ejemplo, el reglamento del Parlamento o el voto del
concediendo, por ejemplo, a las Facultades de Derecho presupuesto (suponiendo naturalmente que no deba
de un país o a una comisión común de todas ellas el efectuarse en forma de ley) y otros actos parecidos de
derecho a proponer candidatos, al menos para una poder, deben ser verificados por la jurisdicción consti-
parte de los puestos. Se podría, asimismo, acordar al tucional. Igualmente, todos los actos que pretenden
propio tribunal el derecho a proponer aspirantes para valer corno leyes, pero que no lo son en razón de la falta
cada puesto vacante o de proveerlo por elección, es de una condición esencial cualquiera -suponiendo
decir, por cooptación. El tribunal tiene, en efecto, el más naturalmente que no se encuentren afectados de nuli-
grande interés en reforzar su autoridad llamando a su dad absoluta, caso en que no podrían ser el objeto de un
seno a especialistas eminentes. procedimiento de control- así corno los actos que no
Es igualmente importante excluir de la pretenden ser leyes, pero que hubieran debido serlo
jurisdiccion constitucional a los miembros del Parla- según la Constitución y que -con el fin de sustraerlas al
mento o del Gobierno, puesto que son precisamente sus control de la constitucionalidad- han sido inconstitu-
actos los que deben ser controlados. Es muy difícil, pero cionalmente revestidas de una u otra forma: votadas
sería deseable, alejar de la jurisprudencia de la juris- por el Parlamento corno simples resoluciones no
dicción constitucional toda influencia política. No se publicables o publicadas corno simples reglamentos.
puede negar que los especialistas pueden -consciente En caso de que la jurisdicción constitucional no
o inconscientemente- dejarse determinar por conside- tuviera que controlar, por ejemplo; más que la
raciones políticas. Si este peligro es particularmente constitucionalidad de las leyes, o que el Gobierno no
grande es preferible aceptar, más que una influencia pudiera obtener el voto de una ley, entonces regularía
oculta y por tanto incontrolable de los partidos políti- por vía de reglamento una rna teria que, de acuerdo con
cos, su participación legítima en la formación del tribu- la Constitución, no puede serlo sino por vía legislativa,
nal, por ejemplo, haciendo proveer una parte de los este reglamento que tendría inconstitucionalmente ran-
puestos por el Parlamento por vía de elección, teniendo go de ley debería poder ser atacado ante la jurisdicción
en cuenta la fuerza relativa de los partidos. Si los otros constitucional. Estos ejemplos no son imaginarios, se
puestos son atribuidos a especialistas, estos pueden ha visto en Austria al Parlamento de un Estado miem-
tener mucho más en cuenta las consideraciones pura- bro de la Federación tratar de regular una materia por
mente técnicas, puesto que su conciencia política se vía de simple resolución no publicable porque sabía que
encuentra descargada por la colaboración de los miem- una ley hubiera sido anulada por la jurisdicción consti-
bros llamados a la defensa de los intereses propiamente tucional. Si se quiere impedir que el control jurisdiccio-
políticos. nal no se desvíe, tales actos deben ser competencia de
esta jurisdicción. Y este principio debe aplicarse por
2. El objeto del control de la constitucionalidad. analogía a todos los otros objetos del control de la
constitucionalidad.
10.1) Son las leyes atacadas de inconstitucionalidad ll.II) La competencia de la jurisdicción constitucio-
las que forman el principal objeto de la justicia consti- nal no debe limitarse al control de la constitucionalidad
tucional. de las leyes. Debe extenderse, primeramente, a los
Por leyes es necesario entender los actos así reglamentos que tienen fuerza de ley, actos inmediata-
denominados de los órganos legislativos, esto es, en las mente subordinados a la Constitución y cuya regulari-
democracias modernas, de los Parlamentos centrales o dad consiste exclusivamente, -ya se ha indicado- en su
-tratándose de un Estado Federal- locales. constitucionalidad. Entre estos reglamentos se encuen-
Deben ser sometidos al control de la jurisdic- tran, principalmente, los reglamentos de necesidad. El
ción constitucional todos los actos que acusen forma de control de su constitucionalidad es bastante importante

rus Ef VERITAS 31
pues toda violación de la Constitución significa, a este general, a la justicia administrativa, principalmente a
respecto, una alteración a la línea que divide la esfera los reglamentos.
del gobierno y la del Parlamento, tan importante polí- Ahora bien, es la jurisdicción constitucional,
ticamente. Mientras más estrictas son las condiciones ciertamente, la instancia más calificada para declarar la
en que la Constitución los autoriza, más grande es el anulación de los reglamentos ilegales. Y no solamente
peligro de una aplicación inconstitucional de estas dis- porque su competencia no concurra con la competencia
posiciones, y tanto más necesario un control jurisdiccio- actualmente reconocida -en general- a los tribunales
nal de su regularidad. La experiencia enseña, en efecto, administrativos, limitada en principio, a la anulación
que donde quiera en que la Constitución autoriza estos de los actos administrativos individuales, sino, en par-
reglamentos de necesidad, su constitucionalidad es ticular, porque entre el control de la constitucionalidad
siempre, con o sin razón, apasionadamente discutida. de las leyes y el control de la legalidad de los reglamen-
Es muy importante que exista, para decidir los litigios, tos existe una última afinidad: su carácter general.
una instancia suprema cuya objetividad se encuentre Dos puntos de vista intervienen, pues, en la
fuera de discusión sobre todo -porque las circunstan- determinación de la competencia de la jurisdicción
cias lo exigen- si intervienen en dominios importantes. constitucional: de una parte, la noción pura de garantía
El control de la constitucionalidad de los regla- de la Constitución que conduciría a incorporar en ella el
mentos derogatorios de leyes, por parte de la jurisdic- control de todos los actos inmediatamente subordina-
ción constitucional, no acarrea dificultades en la medi- dos a la Constitución y sólo ellos. Por otro lado, la
da en que estos reglamentos tienen, en la jerarquía de oposición entre actos generales y actos individuales
los fenómenos jurídicos, el mismo rango que las leyes y que incorporaría al control de la jurisdicción constitu-
son, en ocasiones, llamados leyes, o reglamentos con cional las leyes y los reglamentos. Es necesario, hacien-
fuerza de ley. Pero podría atribuirse, igualmente, a la do a un lado todo prejuicio doctrinal, combinar estos
jurisdicción constitucional el control de la dos principios según las necesidades de la Constitución
constitucionalidad de los simples reglamentos comple- considerada.
mentarios. Cierto, estos reglamentos no son -ya lo 12.III) Si se incluyen los reglamentos en el dominio de
hemos dicho- actos inmediatamente subordinados a la la justicia constitucional, se pueden encontrar ciertas
Constitución; por tanto su irregularidad consiste inme- dificultades relativas a su delimitación exacta, en razón
diatamente en su ilegalidad y sólo de manera mediata de que existen ciertas categorías de normas generales
en su inconstitucionalidad. Si, no obstante lo anterior, que no se dejan distinguir fácilmente de los reglamentos,
proponemos extender a ellos la competencia de la juris- principalmente aquellas normas generales que son
dicción constitucional, no es en consideración a la creadas en la esfera de la autonomía municipal, sea por
relatividad -precedentemente señalada- de la oposi- vía de resolución de los concejos municipales, sea por la
ción entre constitucionalidad directa e inconstitu- municipalidad, o incluso, aquellas que están contenidas
cionalidad indirecta, sino tomando en cuenta, más que en actos jurídicos que no devienen obligatorios sino
nada, la frontera natural entre los actos jurídicos ge- mediante la aprobación de una autoridad pública (por
nerales y los actos jurídicos individuales. ejemplo, tarifas de compañías de ferrocarriles, estatu-
En efecto, el punto esencial en la determinación tos de sociedades por acciones, convenciones colectivas
de la competencia de la justicia constitucional consiste de trabajo, etc.).
en delimitarla de manera adecuada, sobre todo, en En efecto, entre las normas generales de dere-
relación con la justicia administrativa que existe en la cho que emanan de una autoridad exclusivamente ad-
mayor parte de los Estados. Desde un punto de vista ministrativa, esto es, el reglamento stricto sensu, y los
puramente teórico, se podría fundar la separación de actos jurídicos generales de derecho privado, son po-
estas dos competencias en la noción de garantía de la sibles una gran cantidad de grados intermedios. Toda
Constitución, a tribuyendo a la jurisdicción consti tucio- línea divisoria entre ellos será, pues, siempre, más o
nal el conocimiento de la regularidad de todos los actos menos arbitraria. Bajo esta reserva, se puede recomen-
inmediatamente subordinados a la Constitución. Se dar que se someta al control de la jurisdicción consti-
incluirían, entonces en su competencia, indubitable- tucional sólo las normas generales que establecidas
mente, asuntos que entran, actualmente, en muchos exclusivamente por autoridades públicas, trátese de
Estados, en la competencia de los tribunales adminis- autoridades centrales o locales, de autoridades estata-
trativos, por ejemplo, los litigios relativos a la regulari- les en sentido estricto, o autoridades provinciales o
dad de los actos administrativos individuales inmedia- municipales. Ya que el municipio -él también- no es
tamente subordinados a la Constitución. Por otra parte, sino un miembro del Estado y sus órganos, órganos
su competencia no se extendería al control de ciertos estatales descentralizados.
actos jurídicos que en la actualidad no pertenecen, en 13.1V) Como lo habíamos indicado precedentemente,

32 rus Ef VERITAS
los tratados internacionales deben ser también conside- ladón por parte de la jurisdicción constitucional. Si se
rados -desde el punto de vista de la primacía del orden hace el balance de los intereses de política interior que
estatal- como actos inmediatamente subordinados a la hablan en favor de la extensión de la justicia constitucio-
Constitución. Ellos tienen normalmente el carácter de nal a los tratados internacionales, y de los intereses de
normas generales. Si se considera que debe instituirse política exterior que hablan en sentido contrario, es
un control de su regularidad, puede pensarse seria- posible que estos últimos puedan prevalecer. Desde el
mente en confiarlo a la jurisdicción constitucional. Ju- punto de vista de los intereses de la comunidad interna-
rídicamente nada se opone a que la Constitución de un cional, sería deseable, indiscutiblemente, atribuir el
Estado le atribuya esta competencia con el poder de control de la regularidad de los tratados internaciona-
anular los tratados que juzgue inconstitucionales. Se les, así como el conocimiento de los litigios que puede
podría invocar en favor de esta extensión de la com- acarrear su aplicación, a una instancia internacional
petencia de la justicia constitucional argumentos no excluyendo toda jurisdicción estatal, por unilateral.
desdeñables. Siendo una fuente de derecho equivalen- Pero esto es una cuestión ajena al objeto de este estudio
te a la ley, el tratado internacional podría derogar las y es una solución que el desarrollo técnico del derecho
leyes; es pues, del más alto interés político que el internacional actual no permite considerar como posi-
tratado internacional esté conforme con la Constitución ble.
y respete, particularmente, aquellas reglas, que deter- 14.V) ¿En qué medida pues, puede comprenderse en
minan el contenido de las leyes y de los tratados. la justicia constitucional el control de los actos jurídicos
Ninguna regla de derecho internacional se opone a este individuales? La cuestión no se aplica a los actos de los
control de los tratados. tribunales. En efecto, por el solo hecho de que un acto
Si, como debe admitirse, el derecho internacio- jurídico es realizado por un tribunal es una garantía
nal autoriza a los Estados a determinar en su Constitu- suficiente de su regularidad. Que esta regularidad
ción a los órganos que pueden concluir válidamente consista inmediatamente o mediatamente en una
tratados, es decir, celebrarlos de modo que obliguen a constitucionalidad no es motivo suficiente para sus-
las partes contratantes, no es contrario al derecho inter- traer estos actos de las jurisdicciones de derecho común
nacional crear una institución que garantice la aplica- y atribuir su conocimiento a un tribunal constitucional
ción de las normas que él autoriza. No podría invocarse especial.
la regla según la cual los tratados no pueden ser Tampoco los actos individuales realizados por
abrogados unilateralmente por uno de los Estados las autoridades administrativas deben estar, si se en-
contratantes, pues esta regla supone, evidentemente, cuentran inmediatamente subordinadas a la Constitu-
que el tratado haya sido concluido válidamente. Un ción, sometidos al control del tribunal constitucional,
Estado que quiere celebrar un tratado con otro Estado sino, en principio, al de los tribunales administrativos.
debe informarse de su Constitución. El Estado contra- Esto, ante todo, por el interés de una delimitación clara
tante no debe depender más que de sí mismo tanto de sus respectivas competencias a fin de evitar conflic-
cuando trata con un órgano incompetente de otro Esta- tos de atribuciones y dobles competencias que pueden
do, asi como cuando el tratado concluido está en contra- fácilmente presentarse, en razón del carácter relativo de
dicción, en cualquier punto con la Constitución de su la oposición entre constitucionalidad directa y
co-contratante, resultando el tratado nulo o anulable. constitucionalidad indirecta. Se dejaría entonces, a la
Pero aun si se admitiera, por un lado, que el derecho jurisdicción constitucional únicamente el control de los
internacional determina inmediatamente en la persona actos jurídicos individuales que son realizados por el
del jefe del Estado al órgano estatal competente para la Parlamento ya sea que revistan la forma de ley o la de
celebración de tratados y, además, la existencia de una tratado internacional; pero es en tanto que leyes o
regla del derecho internacional según la cual los Esta- reglamentos que estos actos entran bajo su competen-
dos no estuvieran obligados a aceptar un control de la cia.
regularidad de los tratados que celebren con los Esta- Se podría, sin embargo, extender la competen-
dos extranjeros ni su anulación total o parcial por una cia de la jurisdicción constitucional a los actos indivi-
autoridad de esos Estados, las disposiciones contrarias duales, aunque no estén revestidos de la forma de las
de la Constitución no serían por ella menos válidas. La leyes o la de los tratados que no estuvieran inmediata-
anulación del tratado constituiría, simplemente, desde mente subordinados a la Constitución, siempre y cuan-
el punto de vista del derecho internacional, una viola- do estos actos tengan el carácter de obligatorios, porque
ción que podría sancionarse con la guerra. sin esto toda posibilidad de controlar su regularidad
Es una cuestión diferente -política y no jurídi- desaparecería. Sin duda no se podría tratar, sino de un
ca- saber si el interés que tienen los Estados para cele- número muy limitado de actos. Se podría, naturalmen-
brar tratados permite exponerlos al riesgo de una anu- te, dar a la jurisdicción constitucional, por razones de

IUS Ef VERITAS 33
prestigio o por otras razones, el control de ciertos actos penal, derecho administrativo- que estaba en vigor en
individuales del jefe de Estado o del Gobierno -supo- su territorio, siempre que no estén en contradicción con
niendo que se desea, de manera general, someterla a un su nueva Constitución. Ahora bien, estas leyes siendo
control jurídico. En fin, señalamos que puede ser en general muy antiguas y hechas bajo el imperio de
oportuno, llegado el caso, hacer del tribunal constitu- muy diferentes Constituciones, se encontraban fre-
cional una Alta Corte de Justicia encargada de juzgar a cuentemente en contradicción con las disposiciones de
los ministros sometidos a responsabilidad, un tribunal la Constitución -naturalmente no en lo relativo al modo
central de conflictos, o un tribunal investido de otras de elaboración de las leyes, sino, en gran medida, en
facultades con el objeto de evitarse las jurisdicciones relación con su contenido.
especiales. En efecto, es preferible, de una manera
general, reducir lo más posible el número de autorida-
des supremas encargadas de decir el derecho.
lS.VI) Parece obvio que el tribunal constitucional no
puede conocer sino las normas todavía en vigor al '' Cabe la posibilidad, en fin, de hacer
momento en que dicta su resolución. ¿Por qué anular
una norma que ha dejado de estar en vigor? Observan- que el Tribunal Constitucional inicie
do con atención esta cuestión se advierte, sin embargo,
que es posible aplicar el control de constitucionalidad a
de oficio el procedimiento de control
normas ya abrogadas. En efecto, si una norma general contra una norma general de cuya
-en este sentido sólo las normas generales pueden ser
tomadas en cuenta- abroga otra norma general sin
regularidad tiene sus dudas,,
efecto retroactivo, las autoridades deberán continuar
aplicando la norma abrogada para todos los hechos
realizados mientras se encontrara aún en vigor. Si se
quiere evitar esta aplicación en razón de la
inconstitucionalidad de la norma abrogada -se supone Si la Constitución dispone, por ejemplo, que no
que no ha sido el tribunal constitucional el que la ha puede ser fundado ningún privilegio en cuanto al sexo,
anulado-, es necesario que esta inconstitucionalidad se y se interpreta esta disposición como válida únicamen-
establezca de manera auténtica y que le sea retirado a la te para las leyes posteriores, pero no para las leyes
norma el resto de vigor que conservaba. Pero esto anteriores o para las leyes "recibidas" por la Constitu-
supone un juicio del tribunal constitucional. ción, y si se debe admitir que la Constitución deroga
La anulación de una norma inconstitucional inmediatamente a las leyes anteriores, sin necesidad de
por la jurisdicción constitucional -nos seguimos refi- leyes especiales de revisión, la cuestión de la incompa-
riendo principalmente a las normas generales- no supo- tibilidad de estas leyes antiguas con la Constitución
ne necesariamente que esta ley deba ser más reciente puede ser jurídicamente muy difícil de resolver y, polí-
que la Constitución. Si se trata de una ley anterior a la ticamente, muy importante. Puede parecer malo aban-
Constitución y en contradicción con ella, ésta la deroga donar la decisión de estos problemas a las múltiples
en virtud del principio de la lex posterior; parece pues, autoridades encargadas de la aplicación de las leyes,
supérfluo e, incluso, lógicamente imposible anularla. cuyas opiniones sobre el particular serían, posiblemen-
Ello significa que los tribunales y las autoridades admi- te, muy vacilantes.
nistrativas deberán -salvo limitación de este poder por Vale pues, preguntarse si no cabría retirar a
el derecho positivo- verificar la existencia de una con- estas autoridades el examen de la compatibilidad con la
tradicción entre la Constitución y la ley anterior y Constitución de las leyes anteriores que la Constitución
decidir de conformidad a los resultados de este exa- no ha abrogado expresamente, y confiarlo al tribunal
men. La situación, en particular la de las autoridades constitucional central, lo que equivaldría a retirarle a la
administrativas, difiere enteramente en este punto a la Constitución nueva la fuerza derogatoria frente a las
que le es habitual en relación con las leyes. leyes anteriores que ella no ha anulado expresamente,
Esto tiene una importancia muy particular en substituyéndola por el poder de anulación del tribunal
un periodo de revisiones constitucionales, sobre todo si constitucional.
estas revisiones son tan fundamentales como las que
han tenido lugar en numerosos Estados a consecuencia 3. El criterio del control de constitucionalidad.
de la Gran Guerra. La mayor parte de las Constitucio-
nes de los Estados nuevos han "recibido", por ejemplo, ¿Cuál será el criterio que aplicará la jurisdic-
el antiguo derecho material -derecho civil, derecho ción constitucional en el ejercicio de su control? ¿Qué

34 IUS ET VERITAS
reglas deberá seguir como base de sus decisiones? La titución, que es también -no hay que olvidarlo- el ámbi-
respuesta a esta cuestión depende, en gran parte, del to de la jurisdicción constitucional. Tampoco puede
objeto del control. Es evidente que para los actos inme- hacerse ninguna objeción seria en contra de la anulación
diatamente subordinados a la Constitución, es su de las leyes y de los actos equivalentes o inferiores a la
constitucionalidad, y para los actos que no le están más ley por violación a una norma de derecho internacional
que mediatamente subordinados, es su legalidad la que general, suponiendo que la Constitución reconozca
debe ser controlada, o más generalmente, es la confor- expresamente estas normas generales, es decir, que las
midad de un acto a las normas de grado superior lo que integre en el orden estatal, bajo la denominación de
debe ser verificado. Es igualmente evidente que el normas "generalmente reconocidas" del derecho inter-
control debe comprender el procedimiento según el nacional, como lo han hecho ciertas Constituciones
cual ha sido elaborado el acto, así como su contenido, si recientes. En efecto, en este caso es voluntad de la
las normas de grado superior contienen disposiciones Constitución que esas normas sean también respetadas
sobre el particular. por el legislador.
Dos puntos deben, sin embargo, ser examina- Así pues, tenemos que asimilar por completo
dos con mayor atención. las leyes contrarias al derecho internacional a las leyes
16. En primer lugar, ¿pueden ser utilizadas las inconstitucionales. La solución es la misma, ya sea que
normas del derecho internacional como criterio del esas normas hayan sido "recibidas" por la Constitución
control? Puede suceder que uno de los actos cuya con el rango de leyes constitucionales o no. Pues, en uno
regularidad se encuentra sometida al control esté en y en otro caso, su "recepción" significa que estas leyes no
contradicción, no con una ley o con la Constitución, pueden ser excluidas por una ley ordinaria. Esta "re-
sino con un tratado internacional o con una regla del cepción" solemne debe traducir la voluntad de asegurar
derecho internacional general. Una ley ordinaria que el respeto al derecho internacional y es a la solución
contradiga a un tratado internacional anterior es igual- contraria a la que se llegaría si, no obstante esta "re-
mente irregular con respecto a la Constitución, pues, cepción", toda ley ordinaria pudiera violar el derecho
autorizando a ciertos órganos a concluir tratados inter- internacional sin que en ello se vea, desde el punto de
nacionales, la Constitución hace de los tratados un vista de la Constitución que la contiene, una irregulari-
modo de formación de la voluntad estatal, excluyéndo- dad.
los así, -de conformidad a la noción de tratado que ha Pero sucede de modo diferente cuando la
hecho suya- de la abrogación o de la modificación por Constitución no contiene este reconocimiento al dere-
una ley ordinaria. Una ley contraria a un tratado es por cho internacional general, o, si la contiene, cuando se
consiguiente -cuando menos de manera indirecta-, in- trata de leyes constitucionales contrarias al derecho
constitucional. Pero para poder afirmar que aun una internacional, sea derecho internacional general, sea,
ley constitucional (Verfassungsgesetz) violatoria de un incluso, convencional. Puesto que, para la jurisdicción
tratado es irregular, es necesario situarse en un punto constitucional, órgano estatal, la validez de las normas
de vista superior al de la Constitución, esto es, desde el internacionales que él debe aplicar para el control de los
punto de vista del primado del orden jurídico interna- actos estatales depende de su recepción por parte de la
cional, pues sólo este punto de vista hace aparecer al Constitución, es decir es la Constitución quien las pone
tratado internacional como un orden parcial superior al en vigor para el dominio interno del Estado, la propia
de los Estados contratantes y por ello se da la posibili- Constitución que ha creado el tribunal constitucional y
dad de que los actos estatales, en particular, las leyes, que podría, en todo momento, suprimirlo.
reglamentos, etc., sometidos al control de la jurisdic- Por muy deseable que fuera ver que todas las
ción constitucional, violen no solamente las reglas par- Constituciones recibieran -siguiendo el ejemplo de las
ticulares de un tratado internacional y, por tanto, indi- Constituciones alemana y austriaca-las reglas del dere-
rectamente el principio del respeto a los tratados, sino cho internacional general de manera de permitir su
además otros principios del derecho internacional ge- aplicación por un tribunal constitucional estatal, es ne-
neral. cesario, no obstante, reconocer que, a falta de este
¿Debe permitirse al tribunal constitucional reconocimiento, nada autorizaría jurídicamente al tri-
anular los actos estatales, sometidos a su control, por bunal constitucional a declarar una ley contraria al
contrariar el derecho internacional? derecho internacional. Igualmente, en caso dado, la
En contra de la anulación de las leyes ordina- competencia del tribunal constitucional se detiene ante
rias -o de los actos equivalentes o subordinados a estas una ley de revisión de la Constitución. Cierto que, de
leyes- contrarias a los tratados, no se puede hacer hecho, es posible que una jurisdicción constitucional
ninguna objeción seria. En efecto, esta competencia se aplique las reglas del derecho internacional aún en estas
encontraría, absolutamente, en el dominio de la Cons- dos hipótesis. Pero en este caso, la jurisdicción consti-

IUS ET VERITAS 35
tucional ejercería una función que ya no encontraría su proceso de creación del derecho, por las razones antes
justificación jurídica en el cuadro del orden esta tal. Una indicadas, el carácter de una aplicación del derecho en
ley constitucional no puede atribuir esta competencia al sentido técnico, se encuentra la respuesta a la cuestión
tribunal constitucional. Un tribunal constitucional que de saber si estos principios pueden ser aplicados por
anulara una ley constitucional o incluso, a pesar de la no una jurisdicción constitucional.
recepción de las reglas del derecho internacional, una Y no es sino apariencia cuando sucede de otro
ley ordinaria, por violación a las reglas del derecho modo, cuando, como ocurre a veces, la misma Consti-
internacional, no podría jurídicamente seguir siendo tución se refiere a estos principios invocando los ideales
considerado como un órgano del Estado cuya Constitu- de equidad, de justicia, de libertad, de igualdad, de
ción lo ha creado, sino como el órgano de una comuni- moralidad, etc., sin precisar, absolutamente, lo que es
dad jurídica superior a este Estado, y, además, sólo por necesario entender con ello. Si estas fórmulas no
sus intenciones, porque la Constitución de la comuni- recubren nada más que ideología política corriente, de
dad jurídica internacional no contiene ninguna norma la cual todo orden jurídico se esfuerza por ataviarse, la
que faculte a un órgano estatal a aplicar las normas del delegación de la equidad, de la libertad, de la igualdad,
derecho internacional general. de la justicia, de la moralidad, etc., significa únicamen-
17. Si laaplicaciónde lasnormasdelderechointer- te, a falta de una precisión de estos valores, que el
nacional por el tribunal constitucional, se encuentra legislador, así como los órganos de ejecución de la ley,
sometida a las limitaciones que se acaban de indicar, la están autorizados a llenar, discrecionalmente, el ámbito
aplicación de normas distintas a las normas jurídicas- que les es abandonado por la Constitución y la ley.
las normas "supra-positivas"- debe ser considerada ra- Las concepciones de la justicia, de la libertad,
dicalmente excluida. Se afirma, en ocasiones, que exis- de la igualdad, de la moralidad, etc., difieren de tal
ten por encima de la Constitución de todo Estado manera, según el punto de vista de los interesados que,
ciertas reglas de derecho natural que deberían ser res- si el derecho positivo no consagra alguna de entre ellas,
petadas, también, por las autoridades estatales encar- toda regla de derecho puede ser justificada por una de
gadas de la aplicación del derecho. Se trata de princi- las tantas concepciones posibles. Pero en todo caso la
pios caracterizados en la Constitución o en cualquier delegación de los valores en cuestión no significa, y no
otro grado del orden jurídico y que se deducen del puede significar, que cuando el derecho positivo sea
contenido del derecho positivo por vía de abstracción. contrario a su concepción personal de libertad, de
Es una cosa bastante inofensiva formularlas como re- igualdad, etc., pudiera dispensarse a los órganos de
glas de derecho independiente. Sin embargo, estos creación del derecho su aplicación. Las fórmulas en
principios son aplicados con las normas jurídicas en las cuestión, no tienen, de manera general, una gran signi-
cuales son realizados y solamente en ellas. Pero, si se ficación. Ellas no agregan nada al estado real del
trata de principios que no han sido traducidos en nor- derecho.
mas de derecho positivo, sino que debieran serlo sólo Es precisamente en el dominio de la justicia
porque son justos -si bien que los protagonistas de estos constitucional, en que estas fórmulas pueden jugar un
principios lo tienen ya, de manera más o menos clara, papel extremadamente peligroso. Se podría interpretar
como derecho-, entonces se trata simplemente de pos- que las disposiciones de la Constitución invitan al
tulados que no son jurídicamente obligatorios, que no legislador, a conformarse a la justicia, a la equidad, a la
expresan, en realidad, sino los intereses de ciertos gru- igualdad, a la libertad, a la moralidad, etc., como direc-
pos, dirigidos a ciertos órganos encargados de la crea- ciones relativas al contenido de las leyes. Evidentemen-
ción del derecho y no únicamente al legislador, cuyo te por error, puesto que sólo sería así cuando la Cons-
poder para realizarlos es casi ilimitado, sino, también a titución fijara una dirección precisa, es decir cuando la
los órganos subordinados que no tienen este poder más misma Constitución indicara un criterio objetivo cual-
que en medida tan reducida que su función comparta quiera. Sin embargo, ellími te entre estas disposiciones
una mayor parte de aplicación del derecho. Sin embar- y las disposiciones tradicionales sobre el contenido de
go, la jurisdicción y la administración lo tienen en la las leyes que se encuentran en las declaraciones de
misma medida cuando conservan un poder discrecio- derechos individuales, se borrará fácilmente, y no es,
nal, es decir, cuando tienen que escoger entre varias por tanto, imposible que un tribunal constitucional,
interpretaciones igualmente posibles. llamado a decidir sobre la constitucionalidad de una
Precisamente, en el hecho de que la considera- ley, la anule en razón de que es injusta, siendo la justicia
ción o la realización de estos principios, -a los cuales no un principio constitucional que él debe, en consecuen-
se ha podido hasta ahora, a pesar de todos los esfuerzos cia, aplicar. Pero el poder del tribunal sería tal que
intentados en este sentido, dar una determinación un devendría insoportable. La concepción de la justicia de
poco unívoca-, no tienen y no pueden tener, en el la mayoría de los jueces de este tribunal podría estar en

36 IUS ET VERITAS
oposición completa con la concepción de la mayoría de d) En todo caso sería conveniente, en interés de la
la población y, por tanto, con la de la mayoría del propia seguridad jurídica, no atribuir, en principio,
Parlamento que ha votado la ley. Es obvio que la ningún efecto retroactivo a la anulación de normas
Constitución no ha querido, al emplear una palabra tan generales. Al menos dejar subsistir todos los actos
imprecisa y equívoca como la de justicia o cualquiera jurídicos anteriormente realizados con base a la norma
otra parecida, hacer depender la suerte de toda ley en cuestión. Pero este interés no existe cuando los
votada por el Parlamento de la buena voluntad de un hechos anteriores a la anulación no han sido todavía
colegio de jueces compuesto de una manera más o objeto -al momento en que la anulación se produce- de
menos arbitraria, desde el punto de vista político, como ninguna decisión de autoridad pública, los cuales, si se
lo sería el tribunal constitucional. Para evitar un seme- evitara todo efecto retroactivo a la resolución de anula-
jante desplazamiento del poder -que la Constitución no ción, deberían ser juzgados -en virtud de que la norma
quiere y que, políticamente, es completamente general es anulada pro futuro, esto es, para los hechos
contraindicado- del Parlamento a una instancia que le posteriores a la anulación- de acuerdo con la norma
es extraña y que puede convertirse en el representante anulada. A continuación mostramos que esta
de fuerzas políticas diametralmente distintas de las que retroactividad limitada es, incluso, necesaria en una
se expresan en el Parlamento, la Constitución debe, cierta organización del procedimiento de control de la
sobre todo si ella crea un tribunal constitucional, abste- constitucionalidad.
nerse de ese género de fraseología y, si quiere establecer Si una norma general es anulada sin efecto
principios relativos al contenido de las leyes, deberá retroactivo, o al menos, con el efecto retroactivo limita-
formularlos de una manera tan precisa como sea posi- do que se acaba de indicar y si, por tanto, las consecuen-
ble. cias jurídicas que ha producido antes de su anulación
subsisten, al menos aquellas que se manifiestan en su
4. El resultado del control de la constitucionalidad. aplicación por las autoridades, no se altera en nada los
efectos tenidos a su entrada en vigor en relación con las
18. a) De nuestras anteriores explicaciones se deduce normas que regulaban hasta entonces el mismo objeto,
que si se quiere que la Constitución sea efectivamente es decir, en relación con la abrogación de las normas que
garantizada, es necesario, que el acto sometido al con- leerancontrariassegúnelprincipiodelexposteriorderogat
trol del tribunal constitucional sea directamente anula- priori. Esto significa, por ejemplo, que la anulación de
do en su sentencia, en caso de que lo considere irregu- una ley por el tribunal constitucional no acarrea, abso-
lar. Esta sentencia debe tener aun cuando se refiera a lutamente, el reestablecimiento del estado de derecho
normas generales -este es precisamente el caso prin- existente antes de la entrada en vigor de la ley anulada,
cipal-, fuerza anulatoria. la anulación no hace revivir la antigua ley referida al
b) Teniendo en cuenta la extrema importancia mismo objeto y que la ley anulada abrogó. De la
que posee la anulación de una norma general, y en anulación resulta, por así decirlo, una esfera vacía de
particular de una ley, podría preguntarse si no sería derechos. Una materia que hasta entonces se encontra-
conveniente autorizar al tribunal constitucional a no ba regulada, deja de serlo, las obligaciones jurídicas
anular un acto por vicio de forma, es decir, por irregu- desaparecen, la libertad jurídica les sucede.
laridad en el procedimiento, sino cuando este vicio es En ocasiones esta situación puede producir
particularmente importante, esencial. En tal caso la muy lamentables consecuencias. Sobre todo si la ley no
apreciación de este carácter es mejor dejarlo a la entera ha sido anulada en razón de su contenido, sino sólo en
libertad del tribunal, porque no es bueno que la Cons- razón de un vicio en la forma producido durante su
titución misma proceda, de manera general, a la difícil elaboración, y en particular, si la confección de una ley
distinción entre vicios esenciales y no esenciales. que regula el mismo objeto requiere de un tiempo
e) Es también conveniente examinar si no sería bastante considerable. Para remediar este inconvenien-
bueno, en interés de la seguridad jurídica, que la anu- te es bueno prever la posibilidad de diferir los efectos de
lación, en particular de las normas generales y princi- la anulación hasta la expiración de un cierto término
palmente de las leyes y tratados internacionales, no contado a partir de su publicación.
procediera sino dentro de un plazo fijado por la Cons- Se puede, al respecto, pensar en otro medio:
titución, por ejemplo, de tres a cinco años a partir del facultar al tribunal constitucional a establecer -conjun-
momento de la entrada en vigor de la norma irregular. tamente con la resolución que anula la norma general-
Ya que sería extremadamente lamentable tener que que las normas generales que regían la materia con
anular una ley, o aún peor, un tratado, por anterioridad a la ley anulada vuelvan a entrar en vigor.
inconstitucionalidad después de que han estado en Sería entonces prudente dejar al propio tribunal el
vigor durante largos años sin haber sido cuestionados. cuidado de decidir en que caso se puede hacer uso de

rus ET VERITAS 37
este poder de restablecimiento del anterior estado de una manera inesperada. Corresponderá al tribunal
derecho. Sería lamentable que la Constitución hiciera constitucional apreciar libremente si se quiere anular la
de la reaparición de este estado una regla general ley o el reglamento en su totalidad o, sólo de algunas de
imperativa en el caso de la anulación de normas gene- sus disposiciones.
rales.
Se debería, quizás, hacer la excepción en el caso 5. El procedimiento del control de constitu-
de que se anulara una ley que consistiera únicamente en cionalidad.
la abrogación de una ley hasta entonces en vigor; puesto
que el solo efecto posible sería la desaparición de la 19. ¿Cuáles deben ser los principios esenciales del
única consecuencia que ha tenido la ley -la abrogación procedimiento del control de constitucionalidad?
de la ley anterior-, es decir la entrada en vigor de esta a) La cuestión del modo de iniciar el procedi-
última. miento ante el tribunal constitucional tiene una impor-
Por otro lado una disposición general como la tancia primordial: de la solución que se dé a este proble-
que se acaba de apuntar no podría ser tomada en ma depende principalmente la medida en la que el
consideración sino suponiendo que la Constitución tribunal constitucional pueda cumplir su misión de
limitara la anulación de las normas generales a un cierto garante de la Constitución.
plazo a partir de su entrada en vigor, de manera de La más fuerte garantía consistiría, ciertamente,
impedir la vuelta a la vigencia de normas jurídicas en autorizar una actio popularis: así, el tribunal consti-
demasiado antiguas e incompatibles con las nuevas tucional estaría obligado a proceder al examen de la
condiciones. regularidad de los actos sometidos a su jurisdicción, en
El poder así conferido al tribunal constitucio- especial las leyes y los reglamentos, a solicitud de
nal de poner positivamente en vigor las normas, acen- cualquier particular. Es de esta manera como el interés
tuaría mucho el carácter legislativo de su función, ade- político que existe en la eliminación de los actos irregu-
más de que sólo comprendería a las normas que hubie- lares recibiría, indiscutiblemente la más radical satis-
ran sido puestas en vigor, anteriormente, por el legis- facción. No se puede, sin embargo, recomendar esta
lador regular. solución porque entrañaría un peligro muy grande de
e) El dispositivo de la resolución del tribunal acciones temerarias y el riesgo de un insoportable
constitucional será diferente según se trate de un acto congestionamiento de procesos.
jurídico todavía en vigor -especialmente una norma Entre varias soluciones posibles, se pueden
general- al momento en que se dicta el fallo -como es el indicar las siguientes: autorizar y obligar a todas las
caso normal- o se trate de una norma que ya haya sido autoridades públicas que debiendo aplicar una norma
abrogada para entonces, pero que debe todavía ser tengan dudas sobre su regularidad, a interrumpir el
aplicada a hechos anteriores. En el segundo caso, la procedimiento en el caso concreto y a interponer ante el
resolución del tribunal constitucional no tiene que anu- tribunal constitucional una demanda razonada para el
lar, como lo hemos indicado con anterioridad, más que exame-n y anulación eventual de la norma. Se podría,
un resto de validez; pero no deja de ser una sentencia también, otorgar este poder exclusivamente a ciertas
constitutiva y de anulación. La fórmula de la anulación autoridades superiores o supremas -ministros y Cortes
podría entonces ser, en lugar de "la ley es anulada", "la supremas- o, incluso, restringidas únicamente a los
ley era inconstitucional". Por consecuencia, se tiene que tribunales, bien que la exclusión de la administración
evitar, entonces la aplicación de una ley declarada no sea -tomando en cuenta el acercamiento creciente
inconstitucional aun a los hechos anteriores a la senten- entre su procedimiento y el de la jurisdicción- perfecta-
cia. mente justificable.
El dispositivo será idéntico sin importar que la Si el tribunal constitucional anulara la norma
norma general examinada por el tribunal constitucio- atacada -y sólo en este caso- la autoridad demandante
nal sea posterior o anterior a la Constitución con la cual no debería aplicarla al caso concreto que dio origen a su
se encuentra en contradicción. En uno o en otro caso, el demanda, sino decidir como si la norma -que es, de
fallo pronunciará la anulación de la norma inconstitu- manera general, anulada pro futuro- no hubiera estado
cional. en vigor cuando el caso se produjo. Este efecto retroac-
f) Es necesario señalar, en fin, que la anulación no tivo de la anulación es una necesidad técnica, porque
debe aplicarse necesariamente a la ley en su totalidad, sin él, las autoridades encargadas de la aplicación del
o al reglamento en su totalidad, sino que puede también derecho no tendrían interés inmediato ni suficiente-
limitarse a algunas de sus disposiciones, suponiendo mente fuerte para provocar la intervención del tribunal
naturalmente, que las otras se mantengan, sin embar- constitucional. Si esta intervención se produce exclusi-
go, aplicables o que no vean su sentido modificado de vamente o, principalmente, a pedido de las autoridades

38 IUS ET VERITAS
judiciales y administrativas, es necesario estimularlas a nal que, a semejanza del ministerio público en el proce-
interponer estas demandas atribuyendo a la anulación, dimiento penal, iniciaría de oficio el procedimiento de
en estos casos un efecto retroactivo limitado. control de constitucionalidad respecto a los actos que
Sería muy oportuno acercar un poco el recurso estimara irregulares. Es evidente que el titular de seme-
de inconstitucionalidad interpuesto al tribunal consti- jante función deberá estar revestido de todas las garan-
tucional, a una actio popularis, permitiendo a las partes tías de independencia imaginables, frente al gobierno
de un proceso judicial o administrativo interponerlo como frente al Parlamento.
contra los actos de autoridades públicas -resoluciones En lo que concierne particularmente al recurso
judiciales o actos administrativos- en razón de que, contra las leyes, sería extremadamente importante otor-
aunque inmediatamente regulares, estos actos han sido gar a una minoría calificada del Parlamento el derecho
realizados en ejecución de una norma irregular, ley a interponerlo. Y, tanto más importante, cuanto que la
inconstitucional o reglamento ilegal. Aquí se trata no justicia constitucional, como lo habremos de mostrar
de un derecho de acción abierto directamente a los más adelante, debe necesariamente servir, en las demo-
particulares, sino de un medio indirecto de provocar la cracias parlamentarias, a la protección de las minorías.
intervención del tribunal constitucional: ya que supone Cabe la posibilidad, en fin, de hacer que el
que la autoridad judicial o administrativa llamada a tribunal constitucional inicie de oficio el procedimiento
tomar una decisión se adherirá a la opinión de la parte de control contra una norma general de cuya regulari-
y presentará, en consecuencia, la demanda de anula- dad tiene sus dudas. Esto puede ocurrir no únicamente
ción. cuando, por ejemplo, llamado a examinar la legalidad
de un reglamento, el tribunal se encuentra con la
inconstitucionalidad de la ley con la cual el reglamento
está en contradicción, sino también, en particular, cuan-
do el tribunal es llamado a decidir sobre la regularidad
de ciertos actos jurídicos individuales de los cuales sólo
su legalidad es inmediatamente puesta en cuestión, no
siéndolo su constitucionalidad más que mediatamente.
Entonces, el tribunal -como lo harían las autoridades
calificadas para interponer recursos ante él-, interrum-
pirá el procedimiento relativo al caso concreto y proce-
derá, esta vez de oficio, al examen de la norma que él
habría debido aplicar al caso. Si él la anula, el tribunal
deberá, como lo harían las autoridades demandantes en
un caso análogo, resolver el litigio pendiente como si la
norma anulada no hubiese sido nunca aplicada.
En el caso en que es llamado a decidir también
de la regularidad de actos individuales y en particular
de actos de autoridades administrativas, el tribunal
constitucional debe, naturalmente, ser instado por la
acción de las personas cuyos intereses jurídicamente
protegidos han sido lesionados por el acto irregular. Si
es posible que los particulares sometan el acto jurídico
En los Estados federales, el derecho de interpo- individual al conocimiento del tribunal constitucional,
sición del recurso de inconstitucionalidad debe ser por irregularidad de la norma general, en ejecución de
acordado a los gobiernos de los Estados-miembros la cual el acto individual ha sido regularmente realiza-
contra los actos jurídicos de la Federación, y al gobierno do, entonces los particulares tienen, en mayor medida
federal contra los actos de los Estados-miembros. El que en el caso de interposición de recursos en ocasión de
control de la constitucionalidad en estos casos se refiere un proceso judicial o administrativo, la posibilidad de
principalmente a la aplicación de disposiciones de fon- someter, indirectamente, normas generales al conoci-
do, característico de las Constituciones de Estados fe- miento del propio tribunal constitucional.
derales, en que se demilita la competencia respectiva de 20. b) En el procedimiento ante el tribunal constitu-
la Federación y de los Estados-miembros. cional se recomienda, que de una manera general, se
Una institución completamente novedosa, pero siga el principio de publicidad y se acentúe su carácter
que merece la más seria consideración, sería la de un oral, aunque se trate, principalmente, de cuestiones de
defensor de la Constitución ante el tribunal constitucio- estricto derecho en que la atención debe centrarse en las

IUS ET VERITAS 39
explicaciones contenidas en los alegatos escritos que las un caso concreto, la cuestión del efecto retroactivo
partes pueden presentar -o, que deben presentar- al podrá dar lugar a una dificultad. Si la ley anulada no
tribunal. Los asuntos que conoce el tribunal constitu- deja de estar en vigor sino hasta cierto tiempo después
cional son de un interés general tan considerable que no de la publicación de su anulación y si, por tanto, las
se podría, en principio, suprimir la publicidad del autoridades deben continuar aplicándola, entonces no
procedimiento que sólo una audiencia pública garanti- puede dispensarse a la autoridad demandante su apli-
za. Inclusive cabría preguntar si la deliberación del cación al caso concreto que ha provocado la demanda,
colegio de jueces no debería ser también en audiencia situación que disminuye su interés en someter las leyes
pública. inconstitucionales al tribunal constitucional. Esto cons-
Deberán tener acceso al procedimiento de con- tituye un argumento suplementario en favor de la
trol: la autoridad cuyo acto es atacado para permitirle atribución concedida al tribunal constitucional de po-
defender su regularidad; el órgano que interpone la der reestablecer, anulando inmediatamente la ley, el
demanda; eventualmente, también, el particular intere- estado de derecho anterior a la entrada en vigor de la ley
sado en el litigio pendiente ante el tribunal o ante la anulada. Esta modalidad permite, ciertamente, darle a
autoridad administrativa que dio lugar al procedi- la sentencia de anulación el efecto retroactivo deseable
miento de control, o al particular que tenga derecho de en el caso concreto que ha dado origen a la demanda,
someter el acto, inmediatamente, al conocimiento del proporcionándole al órgano legislativo el tiempo nece-
tribunal constitucional. La autoridad estaría represen- sario para preparar una ley nueva que responda a las
tada por su jefe jerárquico, por su presidente o por exigencias de la Constitución.
alguno de sus funcionarios, si es posible, versado en
derecho. Para los particulares, sería conveniente hacer V. LA SIGNIFICACIÓN JURÍDICA Y POLÍTICA
obligatoria la procuración de abogado en razón del DE LA JUSTICIA CONSTITUCIONAL.
carácter eminentemente jurídico del litigio.
21. e) La sentencia del tribunal constitucional, cuan- 22. Una Constitución a la que le falta la garantía de
do encuentre fundada la demanda, deberá pronunciar la anulabilidad de los actos inconstitucionales no es
la anulación del acto atacado de manera que aparezca plenamente obligatoria en su sentido técnico. Aunque,
como la consecuencia del mismo fallo. en general, no se tenga conciencia de ello -porque una
Para la anulacion de las normas que entran en teoría jurídica dominada por la política no permite
vigor por su publicación, el acto de anulación, esto es, la tomar conciencia-, una Constitución en la que los actos
sentencia del tribunal, debería ser también publicada inconstitucionales y en particular las leyes inconstitu-
de la misma manera en que lo fue la norma anulada. cionales se mantienen válidos -no pudiéndose anular
Aunque no puede excluirse a priori la idea de propor- su inconstitucionalidad- equivale más o menos, del
cionar al tribunal un órgano informativo propio, un punto de vista estrictamente jurídico, a un deseo sin
Bulletin officiel, para la publicación independiente de fuerza obligatoria. Toda ley, todo reglamento, e inclu-
sus sentencias de anulación, sería conveniente, en todo so, todo acto jurídico general realizado por los particu-
caso, publicar la anulación de las leyes y de los regla- lares tiene una fuerza jurídica superior a la de esta
mentos en el mismo órgano informativo en que han Constitución -a la cual estos actos se encuentran, sin
sido publicados y confiarlos a la misma autoridad. El embargo, subordinados y de la que todos ellos derivan
fallo del tribunal deberá, pues, contener, igualmente, la su validez-. El derecho positivo vela no obstante para
obligación de publicación precisando la autoridad lla- que todo acto que esté en contradicción con una norma
mada a proceder a tal efecto. superior pueda ser anulado, salvo cuando esa norma
La anulación no entraría en vigor sino hasta su superior es la propia Constitución.
publicación. Sería conveniente que el tribunal constitu- Este débil grado de fuerza obligatoria real está
cional pudiera decidir, como lo hemos dicho, que la en desacuerdo radical con la aparente firmeza, que
anulación, especialmente de leyes y tratados interna- llega hasta la rigidez, que confiere a la Constitución
cionales, no surta efecto sino hasta la expiración de un cuando se somete su revisión a un procedimiento agra-
cierto término a partir de su publicación, aunque no sea vado. Ahora bien, ¿para qué tantas precauciones si las
más que para dar al Parlamento la ocasión de reempla- normas de la Constitución, bien que prácticamente
zar la ley inconstitucional por una ley conforme con la inmodificables, se encuentran, en realidad, casi despro-
Constitución, sin que la materia regulada por la ley vistas de fuerza obligatoria?
anulada quede fuera de reglamentación durante un Ciertamente que una Constitución que no pre-
tiempo relativamente largo. vé un tribunal constitucional o institución análoga para
Si la ley ha sido atacada por un tribunal o una la anulación de los actos inconstitucionales, no se en-
autoridad administrativa, en ocasión de su aplicación a cuentra desprovista totalmente de sentido jurídico. Su

40 IUS ET VERITAS
violación puede tener una cierta sanción cuando existe, poderes de anulación y los que se oponen al incremento
al menos, la institución de la responsabilidad ministe- de la fuerza obligatoria de la Constitución mediante la
rial, sanción que es dirigida contra ciertos órganos organización de un tribunal constitucional.
asociados en la confección de los actos inconstituciona- Todo lo anterior debe tenerse presente para
les, suponiendo que son culpables. Pero, abstracción poder apreciar la importancia de la organización de la
hecha de esta garantía que -como ya se ha señalado- no justicia constitucional.
es muy eficaz porque deja subsistir la ley inconstitucio- 23. Aliado de esta significación general, común a
nal, no se puede admitir en este caso que la Constitu- todas las Constituciones, la justicia constitucional tiene
ción indique un procedimiento legislativo único ni que también una importancia especial, que varía según los
fije realmente los principios en cuanto al contenido de rasgos característicos de la Constitución considerada.
las leyes. La Constitución sin duda dice en su texto que Esta importancia es de primer orden para la República
las leyes deben ser elaboradas de tal o cual manera y democrática, cuyas instituciones de control son una
que no deben tener tal o cual contenido; pero admitien- condición de su existencia. Contra los ataques diversos,
do que las leyes inconstitucionales serán también vá- en parte justificados, que son actualmente dirigidos
lidas, sucede, en realidad, que las leyes pueden ser contra la República democrática, esta forma de Estado
hechas de otra manera y su contenido sobrepasar los no puede defenderse mejor que organizando todas las
límites asignados; ya que las leyes inconstitucionales- garantías posibles de la regularidad de las funciones
ellas también- no pueden ser válidas más que en virtud estatales. Mientras más se democratizan, más fortaleci-
de una regla de la Constitución; esto es, ellas deben ser, do debe ser el control. La justicia constitucional tiene
también, en uno u otro modo, constitucionales, puesto que ser, también, apreciada desde este punto de vista.
que son válidas. Pero eso significa que el procedimien- Asegurando la confección constitucional de las
to legislativo expresamente indicado en la Constitu- leyes y, en especial, su constitucionalidad material, la
ción y las direcciones señaladas ahí no son, a pesar de jurisdicción constitucional es un medio de protección
las apariencias, disposiciones exclusivas sino solamen- eficaz de la minoría contra las invasiones de la mayoría.
te alternativas. El dominio de la mayoría no se hace soportable sino
Que las Constituciones a las cuales les falta la cuando es ejercido de manera regular. La forma cons-
garantía de anulabilidad de los actos inconstitucionales titucional especial que consiste habitualmente en que la
no sean, de hecho, interpretadas de esta forma, es, revisión de la Constitución depende de una mayoría
precisamente el extraño efecto de este método al cual calificada, significa que ciertas cuestiones fundamenta-
hemos hecho frecuente alusión y que disimula el conte- les no pueden ser resueltas más que de acuerdo con la
nido verdadero del derecho por motivos políticos -que minoría: la mayoría simple no tiene -al menos en ciertas
no corresponden propiamente a los intereses políticos materias- el derecho de imponer su voluntad a la mino-
de los que la Constitución es expresión. ría. Solamente una ley inconstitucional, puesto que es
Una Constitución cuyas disposiciones relati- votada por mayoría simple, podría entonces invadir, en
vas a la legislación pueden ser violadas sin que de ello contra de la voluntad de la minoría, la esfera de sus
resulte la anulación de las leyes inconstitucionales tie- intereses constitucionalmente garantizados.
ne, frente a los grados inferiores del orden estatal, el Toda minoría -de clase, nacional o religiosa-
mismo carácter obligatorio que tiene el derecho inter- cuyos intereses son protegidos de alguna manera por la
nacional frente al derecho interno. En efecto, cualquier Constitución, tiene un interés enorme en la
acto estatal contrario al derecho internacional no es por constitucionalidad de las leyes. Esto es cierto en parti-
ello menos válido. La única consecuencia de esta cular si suponemos un cambio de mayoría en que se
violación es que el Estado lesionado puede, en última deja a la antigua mayoría, convertida ahora en minoría,
instancia, hacer la guerra al Estado infractor; la viola- una fuerza aun suficiente para impedir la reunión de las
ción entraña una sanción puramente penal. condiciones necesarias para una revisión legal de la
Igualmente, una Constitución que ignora la Constitución. Si se ve la esencia de la democracia, no en
justicia constitucional tiene como única reacción contra la omnipotencia de la mayoría, sino en el compromiso
su violación la sanción penal que ofrece la institución constante entre los grupos representados en el Parla-
de la responsabilidad ministerial. Es esta fuerza obliga- mento por la mayoría y la minoría, y por tanto, en la paz
toria mínima del derecho internacional lo que conduce social, la justicia constitucional aparece como un medio
a cantidad de autores, por error sin duda, a negarle, de particularmente idóneo para realizar esta idea. La
manera general, el carácter de derecho. Son motivos simple amenaza de interposición del recurso ante el
completamente semejantes los que se oponen al forta- tribunal constitucional puede ser, en las manos de la
lecimiento técnico del derecho internacional mediante minoría, un instrumento propicio para impedir que la
la institución de un tribunal internacional dotado de mayoría viole inconstitucionalmente sus intereses jurí-

rus ET VERITAS 41
dicamente protegidos y para oponerse, en última ins- necesario un tribunal constitucional; ya que toda inva-
tancia, a la dictadura de la mayoría que no es menos sión de la competencia de la Federación por un Estado-
peligrosa para la paz social que la de la minoría. miembro, así como toda invasión a la competencia de
24. Pero es ciertamente en el Estado federal en que los Estados-miembros por parte de la Federación, es
la justicia constitucional adquiere la más grande impor- una violación de la Constitución federal que hace de la
tancia. No es excesivo afirmar que la idea política del Federación y de los Estados-miembros, una unidad
Estado federal no se encuentra plenamente realizada total.
más que con la institución de un tribunal constitucio- No se debe confundir esta Constitución gene-
nal. ral del Estado federal, en la cual el reparto de competen-
La esencia del Estado federal consiste -si es que cias constituye la parte esencial, con la constitución
no se ve en él un problema de metafísica del Estado sino, particular de la federación, que está subordinada a
de acuerdo a una concepción enteramente realista, un aquella, puesto que la Constitución de la federación, es,
tipo de organización técnica del Estado- en un reparto como las Constituciones de los Estados-miembros, sólo
de funciones tanto legislativas como ejecutivas entre los la Constitución de una parte, de un elemento del Esta-
órganos centrales competentes para el Estado -o su do, aun sea un mismo órgano el facultado para modifi-
territorio- en su totalidad (Confederación, Imperio, car la Constitución general del Estado federal y la
Estado), y una pluralidad de órganos locales cuya com- Constitución de la federación.
petencia se limita a una subdivisión del Estado, a una Si se trata de actos jurisdiccionales o adminis-
parte de su territorio (Estados-miembros, provincias, tra ti vos contrarios a las reglas de competencias, las vías
cantones, etc.); los representantes de estos elementos de los recursos judiciales o administrativos de los Esta-
del Estado, designados de manera mediata -por los dos miembros o de la Federación, ofrecen la posibilidad
Parlamentos o gobiernos locales- o inmediata -por la de anularlos por ilegalidad. No hay duda para exami-
población de la circunscripción- participan en la legis- nar aquí si esta garantía es suficiente para impedir de
lación y, eventualmente, también en la ejecución cen- manera eficaz que los actos administrativos de la Fede-
tral. El Estado federal es, dicho de otro modo, un caso ración invadan la competencia de los Estados-miem-
especial de descentralización. bros e inversamente, en particular, en caso de no existir
La reglamentación de esta descentralización un tribunal administrativo supremo común a la Federa-
forma entonces el contenido esencial de la Constitución ción y a los Estados-miembros, que, en la medida en que
general del Estado, la que determina, principalmente, es llamado a controlar la conformidad de estos actos a
cuáles materias serán reglamentadas por las leyes cen- las reglas de competencia, es decir su constitucionalidad,
trales, y cuáles por las leyes locales; asimismo, las realiza ya una función -al menos indirectamente- de
materias que entrarán en la competencia ejecutiva de la tribunal constitucional.
federación y las que pertenecerán a la esfera ejecutiva Se puede observar sin embargo, tomando en
de los Estados-miembros. El reparto de competencias cuenta la oposición de interés característico del Estado
es el núcleo político de la idea federal. Esto significa, federal entre la Federación y los Estados-miembros y la
desde el punto de vista técnico, que las Constituciones necesidad particularmente fuerte de una instancia de-
de los Estados federales no sólo regulan el procedi- cisiva, y por así decir, arbitral que funcione como órga-
miento legislativo e imponen ciertos principios sobre el no de la comunidad formada por colectividades jurídi-
contenido de las leyes, como sucede en los Estados cas coordinadas: la federación y los Estados-miembros,
unitarios, sino que fijan, además, las materias respecti- que la cuestión de la competencia que deba acordarse a
vamente asignadas a la legislación federal y a la legisla- un tribunal constitucional no se presenta exactamente
ción local. del mismo modo que en un Estado unitario centraliza-
Toda violación de esta línea divisoria que esta- do, y así, se podría perfectamente pensar en confiar a un
blece la Constitución, es una violación de la ley funda- tribunal constitucional federal al control de actos admi-
mental del Estado federal. La protección de este límite nistrativos individuales, pero exclusivamente en cuan-
constitucional de las competencias entre la federación y to a su conformidad con las reglas constitucionales de
los Estados-miembros es una cuestión políticamente competencia. Sería necesario, naturalmente, exigir que
vital en el Estado federal, donde los conflictos de com- el tribunal constitucional, que tendría que juzgar las
petencia dan lugar a luchas apasionadas. En el Estado leyes y los reglamentos de la Federación y de los Esta-
federal más que en ningún otro lado, se hace sentir la dos-miembros, ofreciera, por su composición paritaria,
necesidad de una institución objetiva que resuelva garantías de objetividad suficiente y se presentara, no
estas luchas de modo pacífico; es menester un tribunal como un órgano exclusivo de la Federación o de los
ante el cual estos litigios pueden ser sometidos como Estados-miembros; sino como el órgano de la colectivi-
problemas jurídicos, y resueltos como tales; en suma, es dad que los engloba, es decir, de la Constitución general

42 IUS Ef VERITAS
del Estado Federal, de la que el tribunal estaría encarga- Estado federal, y no puede ser realizado mejor que por
do de asegurar el respeto. un tribunal constitucional.
Es una de las paradojas de la teoría del Estado La competencia natural-puesto que resulta de
Federal presentar el principio de que el "derecho fede- la idea federalista- es que el tribunal constitucional debe
ral predomina sobre el derecho local" (Reichsrecht bricht conocer, en fin, de todas las violaciones a las obligacio-
I.andrecht) como si respondiera a la esencia del Estado nes de las cuales pueda hacerse culpables no sólo a los
federal disimulando sólo por ello, la necesidad de una Estados-miembros sino, también, a la Federación por el
jurisdicción constitucional para el Estado federal. Es hecho de que sus órganos violen la Constitución gene-
fácil demostrar que nada es tan contrario a la idea del ral del Estado en el ejercicio de sus funciones. Lo que se
Estado federal como este principio, que hace depender califica de ordinario de ejecución federal (Bundes-
la existencia política y jurídica de los Estados-miem- Exekution) y que constituye un problema tan difícil
bros de la buena voluntad de la Federación, a la que se para la teoría y la práctica del Estado federal, no debería
permite invadir inconstitucionalmente, por medio de presentarse -ya sea bajo la forma primitiva de una
leyes ordinarias o, incluso, por medio de simples regla- responsabilidad colectiva y restitutoria (Erfolgshaftung)
mentos, su competencia, arrogándose así, en contradic- o bajo la forma, técnicamente más perfeccionada, de
ción con la Constitución general del Estado federal, las una responsabilidad individual y por omisión
competencias de los Estados-miembros. (Schuldhaftung) del órgano responsable- sino como la
El respeto verdadero de la idea federal, que ha ejecución de un fallo del tribunal constitucional en el
encontrado expresión en la Constitución general del que se establece la inconstitucionalidad de la conducta
Estado, exige que el derecho de la federación invada lo de la Federación o de un Estado-miembro.
menos posible el derecho local como a la inversa y que 25. La misión que se asigna a una jurisdicción
tanto el derecho local como federal sean, en sus relacio- constitucional en el cuadro de un Estado federal hace
nes recíprocas, considerados en un plano de igualdad resaltar de manera particularmente clara la afinidad
de acuerdo con la Constitución general del Estado que que existe entre la justicia constitucional y una justicia
delimita sus competencias respectivas. Un acto jurídi- internacional destinada a la protección del derecho
co de la Federación, que excediendo el límite que le fija internacional, aunque no fuera sino por la proximidad
la Constitución general, invada el ámbito constitucio- de grados del orden jurídico que se trata de garantizar.
nalmente garantizado de los Estados-miembros no debe Y, como esta jurisdicción tiene como meta hacer inú tilla
tener más valor jurídico que el acto de un Estado- guerra entre los pueblos, entonces ella se afirma -en
miembro que violara la competencia de la Federación. última instancia- como una garantía de paz política en
Este principio es el único que responde a la esencia del el Estado.~

IUS ET VERITAS 43

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