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Tercera época, año I, núm ero 7

DICIEMBRE 1985/ N$ 150/A rgentina, A1.50

CUADERNOS
DE MARCHA L

Esta lucha p o r
Ip conquista
y reconquista
de nuestro suelo
y de nuestra gente,
ha s id o , es y será
una lu ch a sin cuartel...
23/11/1950

JULIO
CASTRO
LA REFORMA EDUCATIVA
LA CONSTITUCION
DEL FRENTE AMPLIO
LA PATRIA
LATINOAMERICANA
LA POLITICA Y EL HUMOR
PROLOGO DE

M IGUEL SOLER
JU L IO CASTRO
(1908 - )

“ Respecto a las cosas aquí van estos datos:


— La represión muy dura, mucho más que antes, alcanza a
mucha gente de la izquierda. El tratamiento también muy
duro; tú sabes lo que quiero decir” .
Carta a Quijano, 23 de febrero de 1976

“ Por momentos parece que la gravedad de las amenazas es


inminente. Por momentos parece que el peligro afloja. Es
un tembladeral en el que parece que pueden enterrarnos,
pero que a la larga los enterrará a ellos. Lo malo que a la
larga. . . y se anuncia muy larga.”

Carta a Quijano, 26 de julio de 1976

— Salió de su casa el lo. de agosto de 1977 a las 10.30 de la mañana.


— Visita al señor Efrain Quesada, en la calle Llambí.ya! salir se dirige hacia la
calle Rivera.
— Ante el reclamo de los familiares y la solicitud de información de la Comi­
sión Interamericana de Derechos Humanos, el gobierno uruguayo envía un
cablegrama, fechado el 4 de octubre de 1977, a dicha Comisión, en el cual se
afirma: (Las) autoridades (uruguayas) prosiguiendo las indagaciones pudieron
comprobar que señor Castro abandonó territorio uruguayo jueves 22 de setiem­
bre próximo pasado viajando con cédula identidad en vuelo 159 Pluna, asiento
5D saliendo aeropuerto Carrasco hora 16:30 con destino Buenos Aires (Aero-
parque)”.
— Ante las gestiones de la Comisión de la OEA el Ministro de Relaciones Exte­
riores y Culto de la Argentina, Oscar A. Montes, informa en cablegrama fechado
el 10 de Diciembre Je 1977, que “ en lista de pasajeros de vuelo 159 Pluna del
22 de setiembre figuraba en efecto señor Julio Castro cédula de identidad uru­
guaya 167.820 nacido el 1 3 de noviembre de 1908 quien no se presentó al em­
barque en el aeropuerto de la ciudad de Montevideo. En consecuencia no registra
ingreso a Argentina esa fecha, ni tampoco en ninguna otra posterior” .
— F.1 ex soldado Julio Barbosa denuncia, en conferencia de prensa realizada en
agosto de 1985, que intervino en un operativo de secuestro, en las calles Rivera
y Soca, de “una persona mayor, entre 55 y 60 años, avanzada calvicie, canoso,
usaba lentes, bajo” que fue obligado a salir de su camioneta Indio, de color ama­
rillo y negro, vehículo que fue conducido por el oficial principal, de apellido Za-
vala, delante del que trasladó al prisionero, a una casa de la calle Millán No. 4269
padrón No. 51426, de la SIDE (Servicio de Inteligencia del Ejército)..
— El periodista brasileño Flavio Tavares declara que en la noche del primero de
agosto de 1977 fue introducida en su lugar de detención una persona “ que tiene
voz cascada, de viejo” a quien llaman el Veterano, y a quien deja en esa pieza al
día siguiente “ con el ruido de cadenas de fondo” , y de quien en-la mañana del
3 de agosto escucha sus “ ayes de dolor”.

LA D E S A P A R IC IO N DE JU L IO CASTRO, COMO LAS


O TR A S O C U R R ID A S D U R A N T E LA D IC T A D U R A M I­
L IT A R , DEBE SER A C L A R A D A PA R A QUE LOS U R U ­
G U A YO S R E TO M E N UN C A M IN O DE E N T E N D IM IE N ­
TO Y C O N V IV E N C IA .
■ \

CUADERNOS
DE MARCHA
Tercera época, Año I, número 7 Prólogo —Miguel Soler Roca.
Montevideo, diciembre de 1985
I. La Reforma Educativa
\
Director Fundador El analfabetismo en el campo 10
CARLOS QUIJANO Hacia una nueva escuela rural 11
Consejo Editorial: En la carretera Meló—Aceguá. .. 15
Adolfo Aguirre González, Hugo Altaro, Los caballos en la huerta 18
Arturo Ardao, Mario Benedetti, Oscar La misión pedagógica de los alumnos normalistas 22
Bruschera, Hebe Castro, Julio Castro, La misión pedagógica a Caraguatá 26
Julio Cendán, Guillermo Chifflet, Eduar­
do Galeano, Omar Prego, José Manuel En el campo hay gente que se muere de hambre 29
Quijano, Teresa Quijano y Héctor Rodrí­ La última etapa de la misión pedagógica 32
guez. Balance de la misión pedagógica 35
Directores Editoriales: En el país de la “Canyica” 39
José Manuel Quijano y Mercedes Cien años después 42
Quijano A su imagen y semejanza 45
Redactor Responsable: Aulas desiertas 47
María de las Mercedes Quijano Capurro Dios los ciega 48
Magallanes 1115, p. 3 ap.,7 Laicidad en la enseñanza 49
Selección de textos por: La cigüeña pecaminosa 51
Hebe y Julio Castro Ures
Portada: II. La Formación del Frente Amplio
Ombú
En la edición colaboraron: Ro­ Una larga marcha 53
sario Beisso, Fermín Hontou, María An­ Una elección diferente 56
gélica Petit y Guillermo Waksman. La lucha recién empieza 58
Dirección: Piedras 524. Tel. 95 80 04. El reencuentro de los orientales 6C
Representación en México:
CEUAL, A.C. Apartado Postal 19-
131, México. III. La Patria Latinoamericana
Representación en Parts:
Ornar Prego Con Haya de la Torre en el Perú 63
CEUALF 205 Bvd. Vincent Auriol Figueres y Ulate 66
75013 París - Francia El imperialismo es una gran mentira 68
COPYRIGHT Cuadernos de Marcha El martirio de Albizu Campos 72
No citar salvo expresa autorización de Cuba: una gigantesca escuela 77
Cuadernos de Marcha.
La edición se hizo en:
Impresora Rosgal S.A. IV. La Politica y el Humor

Distribuidor en kioscos Heber Berriel y Productos made in Uruguay 81


Nery Martínez - Paraná 750 - Tel. 90 51 55 Los que quieren caldo ya tienen dos tazas 83
(Uruguay) Maneras de entender a Dios 84
Distribuidor en librerías: Sonoral S.A. La religión en México 85
Tel.78 28 40 (Uruguay) “Sé ven caras y no se ven corazones” 86
Siglo XXI (México) Cuando la famillia es grande los
Permiso del Ministerio de Educación y .parientes son los peores 87
Cultura - Carpeta No. 96 año 85 inc, 2417 Lecheros y “productores” 88
Permiso del Ministerio de Economía y El cacarear de los grupos colorados 90
Finanzas 63908, 1-2439 Matrícula de In­ Marinos de tierra firme 91
dustria. Decir adiós no es dirse 93
Depósito Legal 211034 ¡Petiso, pero compadre! 94
UN DESAPARECIDO
QUE ESTA CON NOSOTROS

A"o m e resulta fácil escribir sobre Julio Castro. La dificultad estri­


ba en su condición de hombre de múltiples dimensiones, en la riqueza
de situaciones que vivió, en su vocación irrefrenable por ampliar su
ptopio horizonte y el de los demás, en la facilidad con que se aproxi­
maba, con invariable simpatía, a todos los pueblos y culturas. Aún
aquellos que durante largos años fuimos sus compañeros, en latitudes
y situaciones diversas, sentimos que la presentación de su personali­
dad, tan plural y tan singular a la vez, excede toda pretensión de sin­
tesis. El lector lo comprobará al leer a Julio en las páginas de estos
“Cuadernos de Marcha”.
Me excuso, pues, de antemano por referirme a él principalmente
en su calidad de educador. Aunque la educación fue apenas una de
■sus tareas, el aporte de Julio a la misma fue, desde muy temprano, de
una generosa amplitud. En 1940 publicó “El Analfabetismo”, trabajo
que había obtenido el primer premio en el Concurso Anual de Peda­
gogía de 1939; en 1940 vuelve a obtener el primer premio en el mis­
mo Concurso con un trabajo sobre Programas escolares; en 1942 se
publicó “El banco fijo y la mesa colectiva: vieja y nueva educación”;
en 1944 “La Escuela Rural en el Uruguay”; en 1949 “Coordinación
entre Primaria y Secundaria”.
Todas las revistas pedagógicas del país y muchas de las del extran- .
jero recogieron sus artículos. Era el suyo un estilo claro, riguroso y
comprometido; presentaba los problemas, las teorías útiles, las posi­
bles soluciones y para cada una de éstas otra vez los problemas, apo­
yándose sin claudicaciones en la realidad, punto de partida y de llega­
da de su pensamiento. Cuando estas obras vuelvan a publicarse, los
jóvenes educadores aprenderán buena pedagogía; aprenderán también
a pensar anclando en los hechos, que es una manera de pensar sin
trampas, de vivir honradamente.
Transitó por la docencia apasos rápidos, comenzando como maes­
tro primario y concluyendo como especialista internacional. No era
un simple enseñante, sino un investigador, un animador, un forma-
dor. Tal vez su mayor contribución la haya dado a la educación de las
poblaciones rurales. Campesino él mismo, alumno de escuela rural en
su departamento natal de Florida, mantuvo toda su vida un contacto
íntimo con la tierra, sus hombres y problemas, como docente, como
estudioso y como periodista. Incluso como productor.
Cuando el Fondo de Cultura Económica publicó en 1965 “Refor­
mas Agrarias en la América Latina”, se confió a Julio la parte relativa
al Uruguay. Manejaba las estadísticas de la economía nacional con la
misma soltura con que manejaba el tractor y el lazo; conocía la histo­
ria de la agricultura uruguaya y latinoamericana y de las luchas por la
tierra con la misma profundidad con que captaba, en frecuentes con­
tactos directos que él mismo se procuraba, los sufrimientos y aspira-
cines de los campesinos. Sus relaciones con la gente del pueblo eran
siempre relaciones entre iguales.
En 1944 tuvo lugar en Tacuarembó un encuentro de maestros ru­
rales al que asistieron docentes de seis departamentos, Julio había si­
do invitado especialmente para participar en el debate sobre el grado
de especificidad que debía tener la enseñanza rural. Yo asistí a esa
reunión por estar trabajando desde el año anterior en uno de los mu­
chos “rancheríos” del departamento de Tacuarembó. Resultó una
reunión muy importante para la definición del papel que correspon­
día a la escuela en la sociedad rural. En buena medida, los avances
conceptuales que fuimos haciendo los debimos a Julio, no sólo por­
que él ya había adquirido el hábito de situar la pedagogía en la histo­
ria concreta de las sociedades, sino también porque él era, como he
dicho, un ser eminentemente rural, para quien la realidad campesina
era una raíz existencial indicadora del rumbo correcto. Por experien­
cia personal y por convicción profesional resultante de sus trabajos
de investigación, sabía que una escuela rural atenta a las característi­
cas del medio no tenía por qué ofrecer a sus alumnos una enseñanza
inferior a la de las escuelas urbanas.
Por su parte, los sindicatos de maestros organizaron en 1944 y
1945 en el Ateneo de Montevideo dos importantes congresos de maes­
tros rurales en los cuales Julio cumplió una eficaz tarea esclarecedora
de los problemas y de las posibilidades de acción.
En julio de 1945 Julio acompañó a veinte estudiantes de magiste­
rio y de medicina en ocasión de la primera Misión Socio Pedagógica
que tuvo lugar en el país, en Caraguatá, departamento de Tacuarem­
bó. Se deseaba con ello aplicar en áreas deprimidas uruguayas méto­
dos de mejoramiento socio cultural, como lo habían hecho las “mi-
sines culturales” en México en los años veinte y las “misiones pedagó­
gicas” de la España Republicana en los años treinta, a la vez que sen­
sibilizar a los futuros profesionales en los problemas más agudos de la
sociedad uruguaya. Este contacto con la pobreza rural sacudió duran­
te varios días la prensa y la opinión de la Capital. Yo aún recuerdo
con un cierto estremecimiento los informes públicos que Julio y los
jóvenes misioneros rindieron a su regreso. En notas publicadas en
“Marcha”, Julio comentó el duro aprendizaje realizado por los misio­
neros del carácter estructural de aquella miseria, que la Capital desco­
nocía y que, pasados los efectos de ese impacto, seguiría descono­
ciendo.
‘“Fuimos con el propósito de hacer cultura y nos encontramos
con que antes de cada acto teníamos que dar de comer a los peque­
ños y a veces a los grandes” (...) “Fuimos a hacer propaganda sobre
higiene y nos encontramos con que no hay agua”.
A estos antecedentes se sumaron otros dos: la creación, por ini­
ciativa de Don Agustín Ferreiro, de las primeras escuelas granjas y,
más tarde, la del Instituto Normal Rural, con todo lo cual prosperó
un vasto movimiento, en gran parte experimental, favorable a una re­
visión de la política global en materia de educación rural.
Julio se convirtió en un animador entusiasta de este proceso, que
culminó con el Congreso de Maestros de Escuelas Rurales y Granjas
que tuvo lugar en Piriápolis en enero de 1949. El Congreso adoptó un
proyecto de enunciado de fundamentos y fines de la educación en las
zonas rurales, en gran parte redactado por Julio. Fue designada una
comisión especial para la elaboración de los nuevos programas de
estudio en las escuelas rurales, comisión de la que Julio formó parte.
Su aporte resultó fundamental, no solamente para precisar la voca­
ción comunitaria de la escuela rural, sino también para depurar los
programas de contenidos estériles, de tradiciones escolarizantes y en­
riquecerlos con sugerencias que ayudaran a niños y a maestros a si­
tuarse en su medio, apreciarlo, interpretarlo correctamente y actuar
sobre él.
Era ese programa de 1949 un gran instrumento de trabajoso si­
gue siendo. Ayudó a los maestros rurales a hacer de sus escuelas un
centro social civilizador. Las más bellas de sus páginas nos fueron
propuestas por Julio.
Tras la aprobación del programa, el movimiento en favor de una
mejor educación primaria rural vivió una década de realizaciones sin
precedentes. Los presupuestos fueron reforzados para acelerar la
construcción de nuevos locales escolares, para la adquisición de un
mejor equipamiento y para ampliar el servicio de comedores escola­
res; el número de escuelas granjeras fue ampliado; se realizaron cursos
y cursillos para la capacitación de maestros, se emprendieron activi­
dades conjuntas con la Universidad de la República; el Instituto Nor­
mal Rural, trasladado a Cruz de los Caminos, Departamento de Cane­
lones, inició cursos de especialización para maestros y directores ru­
rales; numerosas publicaciones, muchas de ellas redactadas por los
educadores que trabajaban en el terreno, comenzaron a llegar a las
escuelas.
Se produjo más tarde la actuación, a partir de 1954, del Primer
Núcleo Escolar Experimental de La Mina, la oficialización de las
misiones socio-pedagógicas y, en mayo de 1958, la creación de la
Sección Educación Rural del Departamento Técnico del Consejo de
Enseñanza Primaria, medida que había sido insistentemente recomen­
dada por maestros e inspectores. Quienes a títulos diversos tuvimos
que ver con ese fecundo período sabemos bien cuánto debemos al
consejo y al estímulo de Julio, nuestro experimentado compañero
mayor.
Pocos años después, Julio tuvo que enfrentarse como educador y
como periodista a la agresión reaccionaria contra este movimiento,
por entonces de cobertura nacional, que comenzaba a mostrar resul­
tados positivos en las condiciones de vida de las poblaciones rurales.
Las medidas que el Consejo de Enseñanza Primaria tomó a principios
de los años sesenta, desmantelando los servicios que daban respaldo a
la educación en las zonas rurales, obligaron a Julio a denunciar desde
“Marcha” la entrada de “los caballos a la huerta”, aludiendo con ello
a la triste gestión que uno de los miembros de ese Consejo había
cumplido hacía poco tiempo como maestro rural.
Como reacción a la retrógrada política oficial, los maestros fun­
damos el Instituto Cooperativo de Educación Rural (ICER), con el
fin de mantener a los educadores rurales unidos, activos, en perma­
nente mejoramiento profesional, con posibilidades, por lo menos téc­
nicas, de seguir aplicando las orientaciones del programa de 1949. Ju­
lio colaboró con su generosidad de siempre en los cursos, jornadas de
reflexión y publicaciones del mismo.
La llegada de los militares al poder hizo imposible la continua­
ción de ese esfuerzo; el ICIER tuvo que cerrar sus puertas y sus publi­
caciones fueron radicalmente prohibidas por las autoridades milita­
res y por los inspectores de nuevo cuño.
Julio vivió con inmenso dolor la aniquilación progresiva del movi­
miento nacional por una escuela rural orientada hacia las necesidades
del campesinado y atendida por maestros competentes, idea y obra a
la que él tanto había contribuido como campesino, como educador y
como periodista. En una carta de 13 de enero de 1977 me decía: “En
el área de nuestras actividades, o que lo fueron en otros tiempos, el
desastre es total. A casi un siglo de la muerte de aquel que adorna
con su efigie todas las aulas, su centenario resulta algo inenarrable”.
Esta crónica muestra apenas un aspecto particular de la influen­
cia que tuvo Julio en la escuela uruguaya. Otros compañeros podrían
referirse a su contribución igualmente importante en áreas como la
supervisión y la organización escolares, la formación de maestros, la
coordinación de las distintas ramas de la enseñanza, la creación y fun­
cionamiento del Instituto Magisterial Superior, las publicaciones al
servicio de la educación, los cursos de verano.
En el plano latinoamericano la contribución de Julio al progreso
de la educación fue no menos importante. Un viaje a México le per­
mitió realizar un largo recorrido por tierras latinoamericanas, cu­
briendo buena parte del Continente. A sí captó tempranamente las
condiciones de vida de esos pueblos, resumiendo sus impresiones en
un libro breve, lleno de dolor y de protesta, que tituló “Cómo viven
los de abajo en América Latina”. Sus trabajos como periodista, su lu­
cha constante contra el imperiaVsmo, su conocimiento de la historia
y de la economía de la región, su labor clarificadora de los mecanis­
mos políticos, económicos y militares que sojuzgaban y continúan
sojuzgando a “los de abajo”, su aporte al sindicalismo magisterial del
continente, su cooperación como técnico y como amigo a los progra­
mas de reforma educativa en México, Venezuela, Guatemala y ocasio­
nalmente en otros países, la sinceridad de su captación fraterna de
las peculiaridades culturales de los distintos pueblos, valieron a Julio
un gran prestigio continental.
Fue llamado a cumplir importantes tareas internacionales. Entre
1952 y 1954 fue Subdirector del CREEAL, un centro que el Gobier­
no de México y la UNESCO habían creado en Pátzcuaro, México en
instalaciones cedidas por el Gral. Lázaro Cárdenas. El objetivo era la
formación de especialistas de todos los países latinoamericanos en lo
que entonces se denominaba “educación fu n d a m e n ta lL a gestión
de Julio en ese centro se caracterizó por el carácter práctico y a la vez
produndamente humanista que presidía las labores educativas que,
bajo la responsabilidad de Julio tenían lugar en medio indígena.
En 1964, la Academia Mexicana de la Educación organizó en
México la Asamblea Mundial de Educación. En ella Julio presidió los
trabajos de la Segunda Comisión e integró la Comisión Redactora de
la Memoria Final.
En 1966 elaboró, por encargo de la UNESCO, un informe sobre
“La alfabetización en el desarrollo económico del Perú”.
En noviembre del mismo año Julio fue designado por la UNESCO
Consejero Técnico Principal del Proyecto Experimental de Alfabeti­
zación del Ecuador, cargo que ocupó hasta noviembre de 1970. El
proyecto actuaba en un área indígena de antigua hacienda (Pesillo),
en una zona de agricultura tropical en rápida transformación (Mila­
gro) y en la ciudad de Cuenca, donde la artesanía popular constituye
la base de la economía. Julio vivió intensamente esa experiencia, co­
mo si la realizara en su propia tierra, prodigándose en ella, con su ta­
lento y su fervor de siempre. Los maestros ecuatorianos siguen toda­
vía hoy luchando, como pueden, contra un analfabetismo ahora en
franco retroceso; todavía aplican algunos de los conceptos, métodos
y materiales que habían elaborado con Julio.
En 1971 la UNESCO apeló una vez más a la contribución de Ju­
lio. Había sido constituida la Comisión Internacional para el Desarro­
llo de la Educación, presidida por Edgar Faure, la cual elaboraría el
conocido informe “Aprender a Ser”. Para un mejor conocimiento
de la realidad, Edgar Faure y otros miembros de la Comisión visi­
taron América Latina y sostuvieron en Santiago de Chile un encuen­
tro con educadores de la región, al que Julio fue invitado.
La actitud militante de Julio en educación se complementaba
con su labor periodística no menos militante. Desde las columnas
de “Marcha” informó y formó al pueblo, en su estilo llano, ágil,
transparente e irónico, facilitando la comprensión de la función de la
educación en la sociedad, sus problemas, potencialidades y limitacio­
nes. Dirigente gremial, fue un portavoz esclarecido del gremio y de
sus luchas.
Su periodismo político junto a Quijano era para él otra forma de
docencia. Trataba los problemas nacionales e internacionales, en par­
ticular el fenómeno imperialista y sus consecuencias sobre la cultura
y las condiciones de vida de los pueblos latinoamericanos, con la cla­
ridad del docente y con la autoridad de quien, viaje tras viaje, había
aprendido a traducir en palabras cargadas de fuerza la mirada resigna­
da o el clamor rebelde de nuestros pueblos.
Esta sostenida acción en su patria y fuera de ella en favor de la li­
beración de los pueblos no le fue perdonada. Su secuestro el primero
de agosto de 1977por la dictadura y su ulterior “desaparición” trun­
caron la vida y la obra de este compañero, fraterno, modesto y gran­
de, como pocos en toda América.
Si el lector no lo toma a mal, voy ahora a conversar mano a mano
con Julio para decirle, para decirte, cuánto todos nosotros te hemos
querido, cuánto te debemos y te seguiremos debiendo, cuánto hemos
aprendido de tí, Canario, Canario en alpargatas, Canario bueno, sen­
cillo y hondo, Canario hermano.
Mestro y compañero mío, ¿cuántas páginas hemos borroneado
juntos? ¿Cuántas veces compartimos el micrófono en salones, calles y
plazas, para defender causas que nos eran comunes? ¿Con cuántos
maestros nos hemos reunido, juntos, trabajando por el Uruguay y por
América? ¿En cuántas comunidades hemos participado, juntos, en
bodas, bautizos y entierros, en inauguraciones de escuelas, en pláticas
con campesinos? ¿Cuántas veces hemos cruzado, juntos los Andes?
Tú ibas siempre al volante, en todo, abriendo camino. Gracias , Julio,
por haberme dejado compartir tantos trozos de tu largo e incompleto
viaje.
Porque —¿sabés, Julio?— en los últimos años te he echado mucho
de menos, en Nicaragua, la tierra de Sandino, el precursor de quien tú
tanto nos hablabas. Te cuento, Julio, que allí todo ha cambiado, que
los niños van a la escuela y tienen cuadernos y textos nacionales, que
los adolescentes de las ciudades alfabetizaron a casi todos los campe­
sinos, que en promedio cada día se abren dos nuevas aulas, que el to­
tal de estudiantes pasa del millón —fíjate bien, Julio— en un país de
tres millones de habitantes. Sería una fiesta para tí poder verlo, Julio,
y dar una mano y un consejo a esta Nicaragua libre, pero hoy pobre y
agredida. Porque has de saber, Julio, que la muerte sigue viniendo del
norte, que también hay escuelas destruidas por las bombas, que los
campesinos organizados en cooperativas y ahora alfabetizados son los
más perseguidos por los asesinos, que las madres vuelven a sufrir. Y
también has de saber que todos siguen firmes, comiendo poco pero
vigilantes, gritando “no pasarán” y combatiendo duro, para que no
pasen.
Tú nos habías dicho: “El andar del tiempo hacia la liberación de
los pueblos es constante, y es, además, irreversible”. De modo que
muere uno y surgen cien. Y el elegido que cae renace en la memoria
de los pueblos, en los libros de poetas e investigadores, en los cuader­
nos de niños y adultos, en los nombres de las escuelas, Julio, “casas
del pueblo”, como tú decías, nombres de héroes, nombres de márti­
res.
También una escuela uruguaya llevará tu nombre, Julio. Tal vez
nos cueste decidir cuál de ellas, tantas querrán tu compañía. Podría
ser tanto una pequeña escuela en Caraguatá como un gran instituto
en Montevideo. Ten confianza en nosotros, Julio, nos pondremos de
acuerdo. Por lo menos en eso. Y si en esta expresión encuentras una
pizca de pesimismo es porque —¿y cómo ocultártelo?— aquí todo se
nos ha puesto aún más difícil y ahora sí, hermano, nos estás haciendo una tre­
menda falta.

Miguel Soler Roca


«
U n día nosotros haremos justicia
a Julio.Y si el tiem po se nos va,
otros lo harán por nosotros.*
CARLOS QUIJANO
MEXICO, 24 DE ABRIL DE 1980

IA REFORMA EDUCATIVA
El analfabetismo
en el campo

ctualmente se cajcula en un 20 o/o de la maestro casi puede decirse, porque a éste se le


población del campo. No hay Estadísticas pagaban cuarenta pesos por mes.
que puedan considerarse serias, pero el En esta situación, puede comprenderse có­
cálculo seguramente no es muy errado. Una prue­ mo habrá crecido el analfabetismo en los últi­
ba la dan los 546 mil inscriptos en el Registro mos tiempos.
Cívico Nacional: de ellos 96 mil son analfabetos La otra causa más general del analfabetis­
(dato de poco más de un año). mo, es la llamada “deserción escolar”. Son los
No es analfabeto, en la inscripción, el que chicos que concurren a la escuela insuficiente­
sabe firmar, o el que dibuja su nombre, sin di­ mente y que, o salen no sabiendo nada, o vuel­
ferenciar las letras y sin saber escribir otra cosa, ven a la ignorancia al poco tiempo de salir de e-
lo que disminuye considerablemente el número 11a.
de analfabetos en relación a los que realmente Las escuelas rurales trabajan en tan malas
hay. condiciones que mucho más del 50 o/o, exacta­
Las causas del analfabetismo en el campo mente el 58,3 de sus alumnos, quedan “repeti­
son fundamentalmente dos: quedan analfabetos dores” en un año escolar. La irregularidad de la
los-que no tienen escuela a donde concurrir; y asistencia, la superpoblación de las clasjes, el he­
vuelven al analfabetismo los que han ido insufi­ cho de que un maestro tenga que atender simul­
cientemente a la escuela. táneamente cuatro clases distintas, determinan
Los primeros son —trazado en esquema el este desastroso resultado.
hecho— pertenecientes a las zonas ganaderas: Sólo una minoría permanece en la escuela
hijos de peones de estancia, de puesteros, de pe­ hasta cursar 3er. año, que es el curso completo.
queños hacendados y en general aumentan en Este hecho lo estudió en un período de 8 años,
los departamentos donde la población está dise­ el maestro Joaquín R. Sánchez sobre 11.271 a-
minada por las estancias. lumnos que ingresaron a 179 escuelas rurales a
Como no hay núcleos poblados, no se fun­ ler. año. De los 11.271 niños, salieron de la es­
dan escuelas, y los muchachos se crían sin edu­ cuela sin superar primer año 4.920, y quedaron
cación. En general se necesita que haya un nú­ aún en primer año, después de haber cumplido
cleo de 50 niños para que de lugar a la funda­ cuatro cursos seguidos, repitiéndolo, 303.
ción de una escuela. Como las agrupaciones que Aproximadamente el 50 o/o de los alumnos
se forman son menores, se dejan en el mayor a- de las escuelas rurales no sobrepasan el ler. año
bandono. y salen con rudimentos tan elementales que,
En 1929 se denunciaban oficialmente m ás' lógicamente, vuelven al analfabetismo.
de 260 núcleos de 50 niños o más sin escuela.
Se fundaron sólo 50 escuelas rurales desde en­
tonces (Ley del año 35) y algunas Escuelas Au­
xiliares que no tenían ni local ni mobiliario, ni Marcha, lo . de diciembre de 1939
H acia una nueva
escuela ru ral

n la primera semana de enero se reunió en mera vista podría creerse. Este nuevo programa

E Piriápolis un Congreso de maestros rura­


les, convocado p or el Consejo de Enseñan­
za Primaria, con el fin de estudiar el programa
de escuelas rurales implica una transformación
profunda dentro de la orientación de los estu­
dios primarios y le asigna a la escuela de campo
una función muy distinta a la que ha orientado
para las escuelas rurales.
Este hecho, que parece circunscripto a una la clásica enseñanza rural del país.
cuestión de orden técnico y que por consiguien­ Una síntesis de lo allí resuelto puede ser el
te seria de limitado interés para el lector, tiene anticipo de lo que será en el futuro la orienta­
sin embargo más importancia que la que a pri­ ción de la escuela rural.

UNA VIEJA CUESTION DOS POSICIONES DEFINIDAS

ace algunos años se planteó entre los maes­ Entre los maestros el asunto ha sido discu­

H tros la necesidad de ocuparse de reformar tido por años: unos querían darle a la escuela
la escuela rural. Aparecieron algunos li­ rural características particulares en función de
bros en ese sentido, la Federación Uruguayasudeambiente de actividades. Si la escuela va a ser
Maestros realizó algunas reuniones con carácter para el campo, lo lógico es que en el campo to­
nacional para echar las bases de la reforma, se me su configuración. Actualmente escuela urba­
realizaron concursos de trabajos dedicados al na y escuela rural son la misma cosa. La escuela
mismo fin. rural no es más que un salón escolar cualquiera
Entre los maestros, “el problema de la es­ transportado al medio del campo. Vive allí y ve­
cuela rural” cobró actualidad y se convirtió en geta porque no tiene derivaciones hacia las acti­
un reclamo permanente que poco a poco fue to­ vidades que a su alrededor se realizan. Además
mando cuerpo para extenderse más allá de las los maestros sin preparación técnica especial se
organizaciones magisteriales. encuentran fuera de foco en un medio que no
Es frecuente ahora que los diarios tomen conocen y frente a un mundo de actividades
como tema de sus editoriales esta cuestión y que no saben cómo se realizan.
que organizaciones de las más diversas, desde la Los argumentos, que eran muchos, fueron
Federación Rural hasta la Federación Agraria también muy claros. La escuela rural debía ru-
Nacional, discutan y tomen posiciones frente a ralizarse, tomar contacto con el mundo de alre­
la enseñanza que se imparte en el campo. dedor e influir, en la medida de lo posible, en
La necesidad imperiosa de la reforma en la el mejoramiento de la zona.
escuela rural fue así abriéndose camino. En to­ Otros, representando otra orientación—que
das partes apareció como una exigencia del mo­ por mucho tiempo fue también la oficial—par­
mento y todos más o menos los conocedores tían de puntos de vista distintos. No hay dos so­
de la cuestión y los que tocan de oído- - han es­ ciedades, ni dos culturas. Y el hombre es el mis­
tado de acuerdo en que una reforma es necesa­ mo en el campo que en la ciudad. La educación
ria. debe atender al hombre y ese hombre debe ser
El problema derivó así de la necesidad de la el mismo en todas partes. Una escuela rural dis­
reforma, a cómo y en que sentido se haría esa tinta de una escuela urbana, tiende a dividir la
reforma. sociedad en dos sectores: uno campesino y otro
ciudadano. Tiende además, una escuela rural En síntesis, una escuela granja se diferencia
orientada hacia la ruralización, a atar el destino de una escuela común en que tiene terreno, al­
del hombre,a fijarlo en un punto. gunos implementos agrícolas, un pequeño ta-
Durante mucho tiempo estas dos posicio­ llercito y algún personal auxiliar.
nes así sintetizadas rápidamente, fueron dos Sin embargo, con eso, nada más que con
modos de interpretación del problema, puestos eso, están realizando cosas de proyecciones in­
uno frente al otro, sin perspectivas de entendi­ sospechadas.
miento esa oposición vino a impedir siempre, la Hay escuelas que están transformando los
conquista de soluciones concretas. modos de producción de su zona; otras que ya
hay sustituido el cerdo y la gallina criolla por
razas finas de alto índice de producción; otras
LAS PRIMERAS REALIZACIONES que están generalizando la industria de los apia­
rios otras que tienen talleres de costura y ense­
Mientras las cosas se planteaban asi en el ñan a coser y a cortar a las jovencitas de la ve­
terreno de lo teórico, en los hechos algunos tra­ cindad otras como la que dirige Homero Grillo
bajos y experiencias iban demostrando lenta y en Lavalleja, que van sustituyendo la produc­
seguramente que a medida que se lograba un ción rutinaria y antieconómica tradicional por
ajuste entre la escuela y el ambiente, los resulta­ formas nuevas tales como la floricultura y el ci-
dos eran alentadores y la escuela se iba abriendo trus. Otras, como la de Abner Prada, en San Jo­
posibilidades por sí misma. sé, han logrado la formación de cooperativas de
En ese sentido hay que hacerle honor a la campesinos, para facilitar la comercialización de
escuela de Estación González, Sán José—, que la pequeña producción.
dirige la Sra. Claudia Tapia de Arboleya: escue­ Hay entre muchas actividades que realizan
la cuyas actividades hemos comentado más de las escuelas una muy curiosa que es bueno que
una vez desde estas páginas. sea conocida: los clubes de niños.
En los últimos años las escuelas rurales tu­ Consiste en esto: a los niños de la escuela
vieron la posibilidad de realizar más, en el senti­ se les dan lechones o huevos, o semillas de tal
do de la demostración de sus posibilidades. Por clase para que en su casa los hagan producir. El
1944, más o menos, se votaron 90 mil pesos resultado obtenido es para los niños que al reali­
anuales para incrementar la enseñanza agraria zar su trabajo deben mantener permanente con­
escolar. Esos 90 mil pesos permitieron el esta­ tacto con la escuela, para que ésta pueda con­
blecimiento de un tipo de escuelas, las escuelas trolar lo que hacen. La crianza de un cerdo o de
granjas, de las que hay funcionando en todo el un grupo de gallinas de raza van demostrando al
país alrededor de cuarenta. chacarero, padre del niño, que conviene más
por su mayor rendimiento el animal de raza que parciales que le hicieron perder su estructura
el ordinario. Asi poco a poco se empieza por el primitiva y que no le dieron una caracterización
convencimiento para seguir luego por la sustitu­ nueva que sustituyese aquella. En enseñanza ru­
ción. El club de niños es una forma de actividad ral salvo la experiencia mencionada más arriba,
que no sólo crea sentido de responsabilidad en se ha andado a la deriva, sin saber lo que se
el alumno sino que influye además en los padres quiere ni io que se debe hacer. Una necesidad se
para que evolucionen en la pequeña producción imponía y eso fue lo que llevó al Consejo de
doméstica, que tan importante es en la vida del Enseñanza a reunir a los maestros rurales en Pi-
agricultor pobre. riápolis.
Pero lo importante en este orden de cosas La organización fue muy curiosa: los hote­
no es el mejoramiento de la producción como leros ofrecieron gratuitamente los hospedajes
tal. Lo importante es que alumnos y vecinos co­ los mozos y mucamas con la misma gratuidad o-
mienzan así a orientarse en el sentido de una frecieron sus servicios, los artistas, Mirtha Pérez
comprensión inteligente del trabajo que, en ge­ Barranguet los esposos Cotelo Freire Julio
neral, realizan por rutina simplemente. Martínez Oyanguren con el mismo desiterés
Todas estas experiencias han ido demostran­ prestaron su colaboración para realizar algunos
do que la tesis de la escuela rural “pluralizada” conciertos; muchas de las cosas que se consumie­
no anda desencaminada y que haciendo mucho ron en el comedor fueron fruto de donaciones,
más que enseñar a “leer, escribir y sacar cuen­ sejo de Enseñanza el Congreso le costo los pasa­
tas”, tienen amplio campo de actividades para jes y la comida. Bien poco por cierto en un país
desarrollar una labor mucho más fructífera pu- donde se gastan tantos miles de pesos en cosas
diendo hasta convertirse en un agente muy im­ inútiles: rumbosas embajadas misiones en ma­
portante de evolución y progreso en los méto­ sa, maniobras militares de miles de hombres
dos de cultivos y crianza de animales. El congreso duro del 2 al 6. A él concurrie
Por ejemplo, en nuestro país el riego, la pe­ ron más o menos cuatrocientos maestros rurales.
queña quinta de riego, es totalmente desconoci­ Las tres cuartas partes de los concurrentes no
da. Una instalación de riego para una huerta de habían visto nunca una playa del Este.
media o una hectárea cuesta más o menos lo
mismo que un molino generador de corriente LOS RESULTADOS EFECTIVOS
para una radio. Con la diferencia que la instala­
ción de riego puede desquitarse y el molino no. Colaborando con un trabajo colectivo, ac­
Sin embargo si uno anda cientos y cientos de ki­ tuaron allí maestros rurales elegidos por las Ins­
lómetros por cualquier carretera, verá cientos y pecciones Departamentales, maestros de las Es­
cientos de molinos, no vera en cambio una quin- cuelas Granjas, delegados de las asociaciones de
tita de riego. Las sequías de verano arrasan con maestros de todo el país. El tema único que se
toda la producción doméstica que es la alimen­ estudió fue el programa de las escuelas rurales.
tación mientras el pequeño agricultor se queda El programa estudiado consta de tres partes:
en el rancho escuchando “la obra” o los tangos una que son los FUNDAMENTOS y que define
de Carlos Gardel. lo que es la enseñanza rural; otra, los FINES
Si la escuela rural llegase con su ejemplo a que concreta lo que se quiere de la escuela rural
generar la práctica del riego nomás ya habría y otra el PROGRAMA en sí que por requerir un
hecho una obra fundamental para la evolución trabajo de elaboración más lento pasó a estudio
agrícola del pequeño productor campesino. —fueron presentados dos proyectos-- de una
La acción de las escuelas granjas, la funda­ Comisión que designó el Congreso a propuesta
ción del Instituto de Colonización que ha crea­ del Director de Enseñanza.
do una gran expectativa, la explicación de he­ Por los dos capítulos aprobados se liquida
chos y experiencias divulgadas mediante una definitivamente aquella controversia a que nos
propaganda tenaz y sostenida han hecho que la referimos más arriba. La escuela rural, de aquí
tendencia que quiere una escuela rural, rural, en adelante, será RURAL, y tomará sus directi­
se haya visto fortalecida tanto entre los maestros vas y características, de acuerdo con las exigen­
como fuera de ellos. cias que el medio plantea. Además su organiza­
ción y plan de estudios serán lo suficientemente
EL CONGRESO DE PIRIAPOLIS elásticos, para que las escuelas puedan ajustarse
a las modalidades cambiantes de las distintas zo­
Había necesidad de realizar algo en el senti­ nas.
do de tomar un rumbo definitivo en materia de Además se tenderá a alentar todo tipo de
enseñanza rural. El plan de estudios vigente y el actividad que tienda a mejorar el standard de vi­
programa que se sigue datan del año 1916. Ese da de las gentes. No es el caso de enseñar a leer
programa sufrió modificaciones y adaptaciones y escribir a niños con piojos y sarna, como si la
exigencia de la lectura y la escritura fuera lo
primordial. Primero la escuela deberá combatir
el piojo y la sarna ; luego enseñará todo lo que
haya que enseñar.
En el capítulo de los fines es decir de lo
que se le exige a la escuela rural han quedado
bien especificadas algunas actividades que hasta
ahora se presentan con jerarquía primaria. La
escuela rural, nuestra escuela rural ha vivido
siempre a puerta cerrada. Lo que hace ella, no
tiene influencia alguna en el vecindario. Sólo
convierte al niño analfabeto, en alfabeto y na­
da más. Ahora se le han fijado tareas concretas
que deberá cumplir en torno a actividades de
orden social, en torno a problemas de produc­
ción, en torno a cuestiones de orden higiénico
y sanitario.
Y este tipo de actividades, que inciden in­
mediatamente sobre la vida del niño, y sobre la
vida del vecindario que rodea la escuela, han ga­
nado, en el nuevo plan, en jerarquía frente al
tipo de actividades simplemente intelectualistas
que han sido preocupación permanente en la
escuela tradicional.
A los que han sostenido la tesis que acaba
de triunfar en Piriápolis, se les ha atribuido la in­
tención de limitar el mundo cultural en que de­
be desenvolverse el hombre, al coordinar las ac­
tividades escolares con las exigencias de la vida
del campo. que se ajusten a sus decisiones. Y los represen­
Sin embargo no hay tal. Los que sostienen tantes del Consejo de Enseñanza, por interme­
la tendencia a la ruralización se defienden de­ dio del Director General, Sr. Luis Sampedro, se
mostrando que la cultura no es sólo el museo, la comprometieron a dar cumplimiento estricto,
biblioteca o el enseñar académico, Cultura hay en el menor tiempo posible las decisiones allí
en todo lo que es creación del hombre, si en esa adoptadas.
creación hay una comprensión inteligente de No fue una reunión, pues, que discutió en
lo que se hace y de para qué se hace. Y entien­ teoría. Lo que allí se estructuró será en el fu­
den que el ensamblar así las actividades de la turo el programa al que tendrá que ajustarse to­
enseñanza con lo que la zona donde se vive pro­ da la organización oficial a la enseñanza rural.
porciona como material de conocimiento y de
estudio, es orientar la formación del hombre ha­ PERO QUEDA MUCHO POR HACER
cia el amor por ló suyo, por lo que ha sido y es
su medio natural. Darle una nueva configuración a la ense­
Todo esto dio lugar en las discuciones de ñanza rural es tarea lenta y dificil que reclama
Piriápolis a extensas y fundadas exposiciones, mucha tenacidad.
que probaron hasta donde el problema de la Por ahora se ha fijado lo que hay que ha­
orientación de la enseñanza primaria está madu­ cer y cómo y por qué se va a hacer. Queda toda­
ro en el criterio de los maestros. vía realizarlo.
El Consejo de Enseñanza tendrá que ha­
NO SE HA TRABAJADO SOBRE DOCTRINAS cer todos los esfuerzos que estén a su alcance
SINO SOBRE HECHOS para divulgar entre los maestros el nuevo espíri­
tu de la escuela rural. Los inspectores deberán
Lo más importante de este Congreso es que convertirse en propagandistas de la nueva o-
contraviniendo la tradición de estas reuniones, rientación y todos los órganos de opinión debe­
ha hecho algo. Ha estructurado un programa de rán colaborar en esta obra. Así, solamente así,
escuelas rurales que pronto, muy pronto, será la escuela rural podrá ir haciendo transitable el
aplicado oficialmente en ellas. nuevo camino que se ha trazado.
En ese sentido, el Congreso exigió a las au­
toridades dirigentes de la Enseñanza Primaria, Marcha,! 4 de enero de 1949
En la carretera
Meló - Aceguá ...

ace algún tiempo, invitados p o r su direc­ MIGUEL SOLER Y EL NUCLEO

H tor, viejo compañero de trabajos y andan­


zas aquí y en México, visitamos el Primer
Núcleo Escolar de Educación Fundamental que
funciona en Aceguá, cerca de la frontera con el
EXPERIMENTAL

Cuando el que esto escribe trabajaba en Mé­


xico en un instituto para formación de maestros
Brasil. de educación fundamental que en Pátzcuaro tie­
Retom am os con el propósito de dar a co­ ne establecido la UNESCO, entre otros becarios
nocer el trabajo que allí se realiza. No lo hici­ uruguayos llegó, como alumno, Miguel Soler. A-
mos entonces a petición de los propios maestros Ilí hizo el curso de 18 meses y obtuvo, después
del Núcleo, que prefieren seguir su tarea en si­ de una brillante actuación, el título de Especia­
lencio. Pero hechos nuevos y la necesidad de he- lista en Educación Fundamental. Lo del título
cerles llegar una palabra de fe y aliento, obligan no es lo importante. Lo importante es que la
a modificar aquella actitud. El trabajo serio y UNESCO quiso incorporarlo, una vez egresado,
responsable que se realice en cualquier sector de a su plantel de profesores, pero Soler, con la te­
actividad en bien del país, no pertenece a quie­ nacidad que Cataluña da, se vino al Uruguay
nes lo llevan a cabo. Es de todos; por lo que va­ “porque tenía un compromiso como becario,
le como ejemplo y com o afirmación de confian­ aquí en su país”.
za en el porvenir de esta tierra noble y querida. Soler y su esposa, también maestra, tenían
una escuela—granja en Colonia Concordia, cerca
En la carretera que va de Meló a Aceguá, de Dolores, que era un modelo de escuela rural.
por el kilómetro cuatrocientos y pico se llega a Lograron, después de mucho esfuerzo, al regre­
un pueblito que lleva el nombre de uno de los so de México —ella también había ido allá—
jefes saravistas: Isidoro Noblfa. De a llí—“como cambiarla por otra, la de La Mina, ubicada en
quien va pa lo‘e Godoy, pero sin dir pa lo’e Go- una de las zonas más distantes de Montevideo.
doy” - se toma un camino a la derecha que va Consiguieron asimismo que las autoridades es­
a morir a la frontera. En ese camino, muy pró­ colares pusiesen bajo su dirección un grupo de
ximo a ésta hay un pueblito con una escuela ru­ escuelas vecinas con el propósito de adoptar,
ral: se llama La Mina; la escuela es la No. 60, con carácter experimental, un nuevo tipo de or­
centro del Núcleo Experimental. ganización de escuelas rurales.
En la zona circundante desde Noblía hasta La escuela central del Núcleo, es una escue­
la frontera, hay varias escuelas, cinco o seis, que la rural con personal ampliado. Tiene un direc­
también integran el Núcleo y están bajo la juris­ tor que lo es también de todo el Núcleo; el per­
dicción directa de la escuela central. sonal docente que corresponde a una escuela ru­
En total, 6 pueblitos con sus vecindades. ral corriente; una trabajadora de hogar, una vi­
Aproximadamente tres mil quinientas personas. sitadora social y una enfermera; una profesora
Pequeña agricultura, ganadería y rancheríos. Al­ para recreación y aprovechamiento de las horas
rededor, estancias. En el hablar de las gentes, en libres y un maestro adscripto a la Dirección. A-
las botas de acordeón, en la caña, en el dulce de demás, un par de peones, como los que hay
guayabada, se percibe la influencia penetrante en las escuelas granjas.
de la frontera. El contrabando no es delito: es La zona de influencia del Núcleo se extien­
norma de vida corriente para todos; negocio, ca­ de sobre unos 250 kms. cuadrados; seis o siete
si de curso legal, para otros. leguas a la redonda. Hay un trozo de carretera y
el resto son caminos de tierra. con una elaboración intelectual afinada y depu­
La escuela central mantiene una acción per­ rada, se ha ido construyendo un ideario educa­
manente, casi diaria, sobre las otras. El director, tivo en tom o al problema de los grupos huma­
la visitadora, la trabajadora de hogar, la maestra nos que viven a muy bajo nivel. La experiencia
de recreación, desarrollan sus actividades en to­ que dirige Soler tiene esa ventaja inicial: sabe a*
da la zona. Tienen necesidad de desplazarse dia­ donde va; persigue fines concretos. Tiene, ade­
riamente de un punto a otro, a veces distantes más, otra: la acción se realiza de acuerdo a un
varias leguas. “Regresamos —nos decía una de método que, en sus líneas más generales, es fru­
las muchachas— casi siempre ya cerrada la no­ to de experiencias propias y ajenas, anteriores.
che. Pero no tenemos miedo, la gente es buena Hay que probarlo en la realidad nacional y ajus­
y ya nos conoce” . Van a caballo o en sulky, que tarlo de acuerdo con los resultados.
son los únicos medios de transporte con que Saber adonde se va en educación funda­
cuenta la escuela. mental es muy fácil. El hombre que vive en un
La jomada de trabajo es larga. Empieza con nivel muy bajo, tiene otra actitud frente a la vi­
el día y termina tarde, de la noche. Las recorri­ da que nosotros. Sus necesidades no son las
das de los que salen, las clases en la escuela, la nuestras; su concepción del mundo tampoco.
iniciación de la granja, llevan el día/ la prepara­ Su escala de valores —que también la tiene— es
ción de material educativo, que se hace adentro ajena, absolutamente, a la que nosotros hemos
y con luz artificial, varias horas de la noche. adoptado.
Cuando visitamos el Núcleo, a fines de fe­ Durante muchos años, la tarea en toda em­
brero, era período de vacaciones. Todos, sin presa de recuperación social, ha consistido en
embargo, estaban allí trabajando. Se habían transferirles a ellos lo que nosotros considera­
comprometido a quedarse y, salvo unos días de mos como más importante. Contra la ignorancia
enero, nadie gozó de asueto por el resto del ve­ el alfabeto; contra la mugre, el precepto higié­
rano. nico; contra la haraganería, el himno al trabajo.
EDUCACION FUNDAMENTAL Planteando situaciones de contraste hemos pre­
tendido fomentar 'la actitud correctiva. Y he­
Hay en el país millares y millares de gentes mos fracasado. Por lo menos el esfuerzo empe­
que viven en condiciones muy precarias. El pro­ ñado —que ha sido mucho y muy valioso— no
blema de los rancheríos no es una creación inte­ ha disminuido, ni detenido siquiera, la gravedad
lectual; es un hecho. Los hechos no llegan en su creciente del problema. La gente sigue viviendo
contenido esencial a las gentes por vía de infor­ en ranchos miserables, comiendo “ensopados”
mación. Uno dice, escribe, explica,pero siempre de fideos y carne, y acusando a la pobreza de
se queda en palabras. Hay una diferencia esen­ ser fuente única de todas sus desdichas. Los ran-
cial entre saber de una cosa y conocerla real­ .cheríos, en cuarenta años, han cuadruplicado su
mente. Para conocerla —mucho más si se trata población.
de cuestiones de carácter social— hay que vivir­ No es ya con actitudes sensibleras que se
la. Y la gente, la creadora y depositaría de la “o- debe dar frente al asunto. La etapa literaria o de
pinión pública”, no vive, felizmente en los ran­ propaganda ya pasó. Hay que entrar en el terre­
cheríos. Es el drama _de los que queremos hacer no concreto de las soluciones. Para llegar a ellas
conocer, algunas realidades por la vía de la pu­ por la vía correcta, hay que trabajar con las
blicación q la disertación. propias manos, sobre el terreno.
Hay en el país muy cerca de cien mil perso­ Eso es lo que hacen con admirable voca­
nas que comen mal, duermen peor, con vivien­ ción y con entrega total de sí mismos, los maes­
das sucias, insalubres, sin capacidad y sin con­ tros del Núcleo Experimental.
fort. Para muchos, el hecho no constituye un EN QUE CONSISTE EL TRABAJO
problema porque no lo conocen o no lo sienten.
Para otros, en cambio, es casi una obsesión. Es­ Hay escuelas y ellos son los maestros. La ta­
ta actitud es la que ha llevado al personal del rea hace pie, por consiguiente, en la escuela ru­
Núcleo Experimental, a empeñar su vida en la ral. Pero el cumplimiento del programa, con to­
búsqueda de un método de trabajo que ayude a do lo importante que es, no es lo fundamental.
algunas de esas gentes a levantar su nivel y a co­ La escuela no se reduce al salón de clase. Se
rregir la conformidad y el fatalismo con que proyecta al exterior; entra a los hogares; atiende
han aceptado su destino. Creen que las solucio­ a la salud de las gentes y los orienta hacia la for­
nes sólo son posibles a través de la experiencia mación de un criterio sanitario. Las ayuda en
directa y el trabajo diario. Y porque creen así es sus problemas de cultivo, selección de semillas,
que han empeñado sus vidas en la tarea que co­ mejoramientos de tierras, elección de plantíos,
tidianamente realizan. cultivo de huertas familiares. Ni la olla de la co­
Con experiencias recogidas de todas partes, cina, ni los vestidos, ni el cuidado de los niños
escapa a la acción escolar. La visitadora social, se acercan a la escuela, buscan apoyo en ella,
que es también enfermera, y la trabajadora de consultan, colaboran. Y es sobre ese cambio de
hogar, son las que realizan estas tareas. actitud que se asienta la acción educativa. Cuan­
En materia de recuperación económica, el do ésta llega a los hogares, a la intimidad de la
trabajo se orienta hacia la explotación racional familia, es porque la conquista de almas —para
e intensiva de los pequeños predios que rodean emplear una palabra usada por la catequísti­
las casas: mejoramiento y selección de semillas, ca— se ha realizado.
métodos de cultivo, uso de abonos, mejor labo­ Pero el cambio de actitud no se detiene en
reo de la tierra —la escuela tiene un tractor—; los elementos de extroversion. También el cam­
aprovechamiento del consumo y comercializa­ bio se produce en los sujetos frente a sí mismos,
ción de los productos. frente a sus modos de vida, frente a su destino.
En los pueblos y rancheríos donde la gente Se van creando necesidades y con ellas nace el
tiene oportunidad de juntarse por grupos, hay deseo de satisfacerlas; se adoptan modos de vi­
un gravísimo problema: el del aprovechamiento da mejor; aparece la necesidad de cierto confort
de las horas libres. Terminada la jomada, cuan­ m ínim o; el cuidado de la salud y de los niños
do se trabaja y durante toda ella cuando no se -empieza a ser un problema.
trabaja, los hombres y especialmente los mucha- Cuando esta transformación se logra, está
chones, pasan las horas perdidas, sin tener qué ya abierto el camino hacia la dignificación del
hacer, matando el aburrimiento. La salida para hom bre. Como consecuencia, aparecerá la capa­
tal situación es el boliche; la mesa de billar la cidad de esfuerzo para la recuperación. Lo que
caña y el juego de naipes, que empieza por pa­ cada uno logre por sí mismo, es inútil que sueñe
satiempo y termina en timba. en conseguirlo. La acción educativa debe consis­
El boliche resulta ser así el centro social. tir en ayudar a ver el problema, alentar el es­
La muchachada joven va a él porque no tiene o- fuerzo por resolverlo y asistir y orientar ese es­
tro lugar adonde ir. Al principio va por necesi­ fuerzo. Pero no debe ir más allá. Lo demás sería
d ad, después le toma el gusto. Son millares de beneficencia, que en definitiva, anestesia el es­
hombres jóvenes que han terminado viejos sin píritu de iniciativa.
romper ese círculo. **♦*
La escuela atiende también a este problema. Soler y sus compañeros saben lo que hacen
Crea grupos sociales de reunión y recreación; y adonde van. Están en una experiencia y traba­
organiza centros deportivos; agrupa la mucha­ jan según el método experimental. Pero Soler
chada tratando de ennoblecer e f contenido de no es nuevo en estas cosas y ha realizado —en
sus horas libres; en una palabra, saca a los mu­ medio mucho más difícil— otros trabajos que
chachos de al lado del mostrador para crearles rindieron los mejores resultados. Saben además
centros de interés en tomo a otras actividades que están empeñados en una cosa grande. La
de más noble contenido. Todos contribuyen a récuperación de cien mil personas puede ser a-
esta tarea que, en el caso del Núcleo, está bajo fectada por su éxito o su fracaso. Tienen, por
consiguiente, clara conciencia de sus responsabi­
la dirección de la señora Soler, activísima y com­
petente maestra de recreación. lidades.
Dominado todo esto, como centro geográ­ Pero él y los suyos necesitan ayuda. No tie­
fico de toda la acción que se realiza en la zona,nen otro modo de desplazarse —en el siglo de
está la escuela. En ella se educan los niños, se los autos oficiales y parlamentarios— que el ca­
reúnen los padres, aprenden cosas —labores, co­ ballo y el charret. Los cincuenta pesos que les
cina, pequeños oficios—¡os hermanos. dan mensualmente para gastos, no les alcanzan
ni para papel de mimeógrafo. Piden que se au­
La escuela no tiene puerta, ni tiene horario:
es la casa de todos y está abierta para todos. menten a trescientos pesos mensuales y les con­
testan que no hay rubro; plantean necesidades
NADA DE PLANES MIRIFICOS concretas y la mayoría de ellas quedan sepulta­
El plan es ambicioso, pero absolutamente das entre carpetas y expedientes.
realizable. Primero hay que conocer las gentes, Las autoridades del país, en primer término
ganarles la confianza, descubrir sus problemas, las escolares, no deben permitir que esta inicia­
determinar cuáles de éstos son los que pueden tiva, ya en marcha, muera por inanición. Su éxi­
permitir ayuda eficaz. Es un trabajo delicado, to o su fracaso afectan el futuro de muchas gen­
de fina técnica y que no puede ser inspirado si tes. Y somos muchos los que tenemos fe en el
no es por una honda calidad humana. Esa etapa trabajo de este grupo de maestros que, sin hacer
de ganar la confianza de las gentes, ya está muy “biógrafo” , han empeñado su vida en una obra
avanzada en el Núcleo Escolar. de bien colectivo. Lo menos que podemos exi­
Esa conquista de la confianza, trae como gir es que rio se los abandone.
consecuencia un cambio de actitud de la gente: Marcha, mayo de 1956
Los caballos
en la Huerta

Hay un límite para la sordera, la ceguera o o mayor importancia a maestros que no poseían
la tozudez. También lo hay para determinar ese título.
dónde se acaba lo correcto y decente y dónde Como Grillo es de primer grado, quedó au­
empieza lo otro. Pero ambos han sido desbor­ tomáticamente expulsado.
dados por los directores de un organismo oficial Para completarla, uno de los miembros del
al que dirigen o manejan como si fuera una Consejo cometió la vileza de aprovechar de la
propiedad privada. existencia de un sumario que íe incoaron a
Tal ocurre, sin poner ni quitar, en Enseñan­ Grillo en “ Barrancas” , para acusarlo de malver­
za Primaria. sación de fondos. Pero el denunciante calló que
Hoy exponemos un caso: el de Homero esos fondos fueron usados por la escuela y para
Grillo, ex-director de la Escuela Rural No. 16 los niños. Calló que Grillo puso miles de pesos
de “Barrancas” (Minas); ex director del Instituto de su bolsillo para realizar sus proyectos de tra­
Normal Rural de “Cruz de los caminos.” bajo escolar. Calló que el Consejo LE DEBE
A Homero Grillo lo conocimos hace más Y NO LE PAGA, dinero. Calló que en el mismo
de veinte años. Era maestro en “ Barrancas” don­ sumario —modelo de pedantería, además— se
de trabajó diez y seis o diez y siete. Por sus me­ reconoce que la escuela se ha enriquecido con
recimientos y por considerarlo uno de los me­ dinero que pertenece a Grillo y aconseja que le
jores maestros rurales del país, se le designó sea devuelto ese dinero. Calló todo eso y ca­
para dirigir el Instituto Normal Rural. Dejó su lumnió; pero en este país y en esta hora, la san­
escuela en 1957 para pasar al Instituto. ción cae sobre el débü. Grillo fue expulsado de
su cargo, mientras el consejerito —al que un ex­
En éste trabajó hasta hace pocos días. Aho­ amigo lo pinta en Cartas de los Lectores—sigue
ra lo han obligado a renunciar. Inventaron que tan campante y aún logra, después de todo, en
el Instituto Normal Rural tenía que estar diri­ la última semana, el nombramiento más escan­
gido por un maestro de 2o. Grado, para que tu­ daloso que se ha registrado en los últimos tiem­
viese jerarquía. Pero a la vez —y eso demuestra pos: para un altísimo cargo técnico, impuso a
la hipocresía— designaron para cargos de igual una maestra que no tiene ni títulos, ni antece-
denles, ni méritos, ni competencia, ni valores o algo. Pero después fuimos amigos de nuevo.
que la acrediten, ni para el cargo, ni para la fun­ Tengo muy buena opinión de Grillo.
ción.
En el caso de Grillo hemos recurrido a este UN ARADOR CON BUEYES
procedimiento para conmover a los torpes y a Y OTRO CON TRACTOR
los ciegos. Fuimos a la escuela de “ Barrancas”; Poco después encontramos dos hombres
hablamos con los vecinos; lo que ellos nos di­ que araban, con sendos arados y tres yuntas
jeron —no saben todavía que lo obligaron a re­ cada uno. Detuvimos a uno de ellos y mientras
nunciar— ahí' está. Quien no lo crea puede ir los bueyes tomaban un “resuello” , entramos a
allá —ahí' están los nombres— con MARCHA conversar con él. Se llama Claro Angel Lom­
debajo del brazo. Verá si lo que aquí se dice bardo. En cuanto supo en qué andábamos, nos
es cierto o no. habló así:
Los ruralistas que mienten sus afanes por —Esto que estamos haciendo es porque él
la superación de los hombres del campo y los nos dirigió. Aquí vamos a hacer una pradera
nacionalistas que hacen, con falsedad, capitu­ de avena y “raygrás” , porque estas tierras tie­
lo de plataforma, de la educación primaria, nen como 80 años de aradas. Lo que sabemos
quedan —como un coleóptero clavado en un ahora de praderas lo sabemos por él.
alfiler— en exposición. Cualquiera puede com­ Era muy bueno. Nos enseñaba y nos daba
comparar sus dichos y hechos. instrucción. En un lado o en otro, donde quiera
Los ejemplos de Grillo, de Prada, de So­ que fuera, siempre nos estaba enseñando algo.
ler, no les permitirán ya seguir mintiendo im­ Lo mismo que fuera de noche.
punemente. Grillo nos conseguía las semillas. Hacía en­
sayos y nos enseñaba después cuál daba más
EL VECINO DE ENFRENTE resultado. Nos enseñaba remedios para curar
la semilla y otros para curar los animales en­
Uno de los vecinos, Eulalio Mario Falco, fermos. E n . todo nuestro trabajo nos ayudó.
que vive frente a la escuela hace el recuento de Terminó diciendo, mientras bajaba los
las cosas que Grillo realizó. Se refiere a mejoras ojos y los corría tristemente, a lo largo de la
materiales: picana:
—Cuando él vino a la escuela no había nada —Cuando se fue él quedamos en el aire...
más que la casa. una persona como él nos hace mucha falta...
Empezó por alambrar y conseguir más cam­ A poca distancia nos detuvimos frente
po. Plantó montes frutales de naranjos y manza­ a una chacra donde un hombre, en un tractor,
nos; plantó árboles; tuvo colmenas, hasta vein­ carpía la maleza en los surcos de remolacha.
titantos cajones. Hizo un pozo al que le colocó Se llama Antonio Quinteros. En cuanto supo
bomba y motor. Además construyó un tanque del motivo de la entrevista, hizo una afirma­
australiano de hormigón: él hizo los moldes, va­ ción rotunda:
ció el material y armó el tanque. También orga­ —Grillo, como vecino, era una especiali­
nizó un tambo: trajo vacas, construyó un gal­ dad. Como maestro, también. Era servicial,
pón y sacaba buena cantidad de leche. Con­ en todo sentido.
siguió además un tractor y otros implementos Después entró a explicar con más de­
de labranza. talle:
—Con los muchachos —agregó— era muy —Yo lo ocupé algunas veces. Era up ami­
bueno. Adelantaban en la escuela y además go. Donde quiera que estuviese se descargaba de
aprendían cosas de la granja. La botija apren­ su condición de maestro y era como uní) de- no­
dió corte y los varones agricultura. Aprendie­ sotros. Sabía mucho de agricultura. Aquí nos
ron a injertar, podar, manejar el tractor. Or­ enseñó a usar fertilizantes y a hacer encalado
ganizó también un cuadro de fútbol, Los en las tierras.
Granjeros, que ahora juega en la. división en A mí me interesa mucho atender al que sa­
Minas. be más que yo porque así aprendo de él lo que
Todos tenemos muy buena opinión de él. me conviene. A los que tenemos chacras Grillo
Al despedirnos —nos había recibido en el nos enseñó. Recibíamos para nuestras cosas
comedor de su casa^ agregó: muy buena instrucción de él.
—Yo estuve distanciado mucho tiempo con
él. No nos saludábamos. Fue por cuestión de “NOS SACABA AL TRANCO”
un terreno que él quería expropiarnos para la
escuela. Frente a los vecinos yo, que tenía co­ En la recorrida encontramos a dos vecinos:
mercio llevaba todas las de ganar porque el Andrés Suárez y Santiago González; el primero
que más el que menos, me debía algún servicio de palabra fácil y pintorezca: el otro más reser-
— ^ ---------------------------------------------------
vado; los dos más que cincuentones. Cuando les ted no se imagina. Les enseñó de todo, pero lo
explicamos el motivo de la visita, Andrés Suárez más que les enseñó fue a amar la tierra.
contestó con entusiasmo: Nos contó algo de sí mismo:
—Encantados de contestarle. Lamentamos —Tengo tres hijos. El mayor tiene 14 años
mucho cuando Grillo se fue porque era una y ya lo puse arar. Yo tengo cincuenta y soy
especialidad. Aquí dejó un aspecto muy bueno pobre. Para criarlos y educarlos tengo que tra­
entre todos nosotros y una atmósfera que usted bajar. Si mando a éste al liceo, después tendré
la va a ver. No le va a fallar ningún vecino por­
que mandar a los otros y no podré hacerlo. *
que todos lo quieren. Cuando él estaba, la es­
Además necesito quien me ayude. Pero lo más
cuela era un chiche y ahora está en escombros.
grave es que si el muchacho va al liceo estará
Le interrumpimos para decirle que no
queríamos saber lo de ahora; que lo que nos estudiante allá ocho o diez años hasta conseguir
interesaba era lo de antes. En la pausa, terció cómo vivir y entonces ya no querrá la tierra. Yo
su compañero: sé que si la ama y la trabaja como hago yo, ella
—Yo también le puedo decir que el aspecto siempre le dará de comer. Pero si se aleja, sé
de todas es muy bueno, porque todos queremos también que no volverá nunca a ella.
a Grillo. Fue un gran luchador. Yo le estoy muy Hizo una pausa, nos miró con los ojos
agradecido. Se fue bien con todos. limpios y luego, pausadamente, en voz baja,
De golpe nos preguntó: emocionada, agregó:
—¿Le habrán devuelto la plata que él puso —La tierra es una madre que si uno la cui­
para la escuela, cuando vendieron las vacas? da, no lo va a dejar nunca de pie.
Volvió a tomar la palabra el primero para Volvió al tema de Grillo:
continuar: —En la escuela él trabajaba como negro
—La escuela estaba llena de muchachos. chico. Y los muchachos, con él. Todos estaban
Estaban muy preparados y a varios de ellos contentos porque querían su trabajo. Cuando
Grillo los mandó para el liceo. (Los becó en la vino no tenía más que la escuela pelada. El hizo
propia escuela, único caso en el país). todo lo demás después. Al empezar, yo creía
Y agregó: —Yo no tengo hijos en la escuela, que el trabajo del maestro estaba adentro de la
pero iba muy seguido a pasar un rato con él. Yo escuela, enseñándoles a los chiquilines. Pero él
iba a conversar, pero enseguida me sacaba al me enseñó cuál es el trabajo del maestro.
tranco y ya no tenía más remedio que seguir­ Sobre la tierra y sobre cultivos se habla
lo. Porque cuanto más andábamos me enseña­ mucho. Se habla por diarios y por radio. Se
ba cosas mejores. Porque él, amigo, enseñaba habla mucho por ahí pero por acá, poquito.
todo lo que le correspondía y también lo que Lo que se dice no sirve, o no nos llega o no lo
no le correspondía. entendemos. Hay muchos agrónomos y técni­
cos que dicen cosas. Pero eso no nos llega. Por
“ARE TODA MI VIDA” más que se nos diga por la radio o por el diario
estamos de a pie.
Nosotros necesitamos un hombre que
Ya lejos de la carretera, entre las cha­ venga, que esté con nosotros y que nos dirija,
cras, detuvimos a un hombre que andaba en era lo que hacía Grillo. Era un gran conocedor
un tractor. Se llama Glicerio Quinteros, y tie­ de la tierra y aquí, en ella, nos enseñaba. A él
ne cincuenta años. Veo, —observó enseguida le entendíamos claro, porque trabajamos jun­
como respuesta a algo que dijimos— que uste­ tos y sabía lo que nos aconsejaba. Ahora oímos
des conocen de la tierra. hablar mucho, pero no nos sirve. En una pala­
Después empezó la conversación sobre el bra: él era todo y ahora, en la tierra, estamos
motivo de nuestra visita. Si el lector pone aten­ huérfanos.
ción a esta plática, que tratamos de reproducir Yo aré toda mi vida, como criollo, y tengo
fielmente, verá cómo muchos de los problemas cincuenta años. Siempre hacía lo mismo y plan­
que nos preocupan a los educadores, se les plan­
taba lo mismo. En la época en que me criaba
tean igualmente, a los hombres del campo. Y
no había escuelas. No sé nada, pero dije siempre
cómo su análisis es seguro y certero:
que a mis hijos les daré educación. Grillo era
—Acá lamentamos bárbaramente que Gri­
compañero de los niños e iba a trabajar con
llo se haya ido. Muchos alcanzamos a llorar
ellos con aquel placer de hacer las cosas...
cuando se fue. Yo comprendo que lo llevaban
Yo comprendo que lo habrán llevado a otro
a una zona más amplia, donde lo que él sabía
lugar mejor.
podía ayudar a más. Pero le aseguro que lo vi­
mos ir con el dolor del alma. La última entrevista.
Como maestro fue una maravilla. A los mu­
chachos los quería y ellos lo querían como us­ - Otro Grillo ¿de dónde lo vamos a sacar?

/
Había que regresar. Pero no queríamos vol­ compré cinco hectáreas y ahora no se que voy a
ver sin hablar con un vecino que había sido mu­ hacer en tan poco campo. Eramos hasta ahora
chos años miembro de la Comisión Pro Fomen­ ocho renteros con 42 personas de familia y ocu­
to y que conoce la escuela bien desde adentro. pábamos 300 cuadras. Cuando el dueño, que
Se llama Juan García. Lo encontramos con otros tiene 700 cuadras y es un hombre solo, nos pi­
compañeros —Pedro Mesa y Longino Probo Fer­ dió el campo para explotarlo él, fuimos al Insti­
nández— clavando los horcones para hacer un tuto de Colonización pero n«y nubo caso. Nos
rancho. desalojaron y tuvimos que irnos. Somos buenos
Formamos rueda; y con intervenciones fre­ pagadores. No debemos nada. Pero el dueño no
cuentes de los otros. Juan García hizo ennume­ pidió el campo. Este —por su compañero—se va
ración de las tareas realizadas por Grillo: para el pueblo. Yo quedaré aquí, reducido. Don­
—Les enseñó mucho a los botijas en cuestio­ de vivíamos todos, va a vivir uno sólo y no va a
nes de granja y a nosotros también, porque co­ vivir nadie. Había chacras y ahora van a echar
laboró con el vecindario enseñándoles cosas de ganado.
agricultura, granja y lechería. Veinte años de vidas truncadas—, 48 perso­
Trajo los fertilizantes a la zona. Compra­ nas condenadas a la orilla del pueblo o a vivir en
mos en sociedad entre nueve vecinos —yo era mísera estrechez y el hecho oportuno de un
uno de ellos, la escuela otro— una esparcidora planteo real y concreto del más grave problema
de abono que nos costó como 700 pesos. La usa­ agrario nacional y de la inutilidad de las agen­
mos todos muchos años. Ahora está en casa de cias oficiales para resolverlo, bien valen, nos pa­
uno de los dueños, pero ya no se usa como an­ rece, la digresión.
tes. Volvimos al tema de Grillo y retomó la pa­
En la escuela hizo experimentos para mos­ labra García:
trarnos, por ejemplo, como se planta el girasol. —Tuvo un tambo. Vendía leche. Consiguió
Aquí lo plantábamos surco por medio. El plan­ en Agronomía un toro holando. El lo tenía y
tó media hectárea como nosotros y otra media daba montas para las vacas de los vecinos. No
a treinta centímetros. Después comparó los re­ vendía nada, ni un ternero, sin hacer intervenir
sultados. Además analizaba las tierras y nos en­ a la Comisión Pro Fomento.
señaba que clase de abonos hay que ponerles. Hay que decirlo: era un gran maestro. Del
¿Cuándo se echó fertilizante a los trigos de aquí? dinero que sacaba de la granja utilizaba para
Tuvo que venir él para que lo hiciéramos. comprar herramientas; pero tenía de todo lo
Nos enseñó sobre forrajes. Hacía los traba­ que se puede necesitar.
jos en la escuela y después los enseñaba a los ve­ Era muy bueno con los muchachos. Les en­
cinos. Hicimos praderas artificiales y aprendi­ señaba muchas cosas. Después de la escuela, tra­
mos a plantar y conservar chicharros y porotos bajaba con ellos en hojalateríá, los hacía podar
y hasta a ensilar cardo para forraje de los anima­ o injertar. Les enseñaba lo bueno y lo malo. Era
les. muy amigo de los niños. ¡Y había que ver co­
Hacía viveros y les daba árboles a los niños mo lo querían!. Tocante a eso, era un padre pa­
para que los plantaran. ra los muchachos.
Se interrumpió, para exclamar: Hombre! Se ponía a trabajar y lo mismo seguía hasta
Ud. pasó por las casas. ¿No vió unos naranjos las doce de la noche!.
que estaban allá?. Los trajo él.
Trabajó también con cerdos. Trajo de Mon­ Terminó su charla recostado al horcón a
tevideo, o de no se donde el “bersire” y se los medio apisonar, mientras yo tomaba notas sen­
dio a los chicos para que lo fueran cruzando con tado en el suelo sobre un cojinillo:
los que tenían en sus casas. Y así mestizó los —A la zona ésta la levantó Grillo. Hay que
cerdos de la zona. En gallinas trajo la leghorn. decir la verdad. Nos enseñó a nosotros tanto co­
Ud. ha visto los criaderos que hay en la zona. El mo a los niños.
trajo esa raza por primera vez. Nos despedimos. Ellos volvieron al pisón y
No recuerdo porqué razón se cambió de te­ la pala y nosotros a la camioneta. Cuando íba­
ma. Los vecinos que, como dije, estaban hacien­ mos como a una cuadra, uno del grupo nos gri­
do un rancho nos explicaron por qué lo hacían. tó como despedida:
Longino Probo Fernandez tomó tumo para ex­ —¡Dígale a Grillo que Pedro Mesa le manda
plicar: recuerdos y que todos aquí no lo olvidaremos
—Nosotros vivimos aquí desde hace 20 nunca!.
años, yo: desde hace 25, éste —y señaló a Pedro
Mesa. Yo tenía 26 cuadras arrendadas y Pedro
105. Pero nos dieron el desalojo, y nos obliga­
ron, para no ir a la calle, a comprar aquí. Yo MARCHA, 25 de Mayo de 1961
L a misión pedagógica
de los
alumnos normalistas

N grupo de alumnos de los Institutos Nor­ recibirlos, tal vez porque no eran gentes de cue­

U males, llevados p or un generoso impulso,


han organizado una “misión pedagógica”
que en estos dias ¿e vacaciones, se encuentra en
Caraguatá, 8a. Sección del Departamento de Ta­
llo duro, el Consejo de Enseñanza los ayudó
con una fuerte suma de dinero y con los pasajes
y la Asociación de Amigos de los Institutos
Normales les dió trescientos pesos.
cuarembó, realizando diversas actividades de ca-. Pero más allá de la fuerza de voluntad para
rácter cultural. vencer dificultades materiales, hay que destacar
Este es un hecho que nos creemos obliga­ el otro aspectos la expresión de solidaridad hu­
dos a destacar. Por lo que representa com o es­ mana que la misión pedagógica que están reali­
fuerzo de organización y por lo que significa co­ zando significa. Porque han elegido para su tra­
mo tendencia juvenil a llevar cultura a los rinco­ bajo, una zona misérrima de rancheríos, a más
nes más apartados del país. de veinte leguas del ferrocarril, y donde la de­
En el primer aspecto, puede decirse que to­ socupación, el hambre, el frío, etc., son moneda
do ha sido obra de los muchachos. Ellos fueron corriente.
venciendo una tras otra todas las dificultades Es decir, que han dejado el bienestar del
que presentó el viaje y la estadía de una veinte­ descanso de vacaciones para ir allá a pasarlo mal,
na de muchachos y muchachas en uno de los con la falta de comodidades elementales, sólo
rincones más apartados del país. Ellos consiguie­ por cumplir su aspiración de realizar una “mi­
ron todos los elementos materiales, y la contri­ sión pedagógica”. Y se han lanzado a realizarla
bución y colaboración de personas y organis­ con la alegría y el optimismo semideportivo de
mos que los ayudaron. Ellos, en fin, hicieron quienes tienen veinte años.
planes y visitas previas; en una palabra hicieron Partieron en la madrugada del lunes para
todo. Hay que hacer justicias mientras el Minis­ regresar a los ocho días. Veremos que cuentan
tro de Instrucción Pública ni siquiera se dignó al regreso de su “misión ”.
as misiones pedagógicas no son, por cierto que pueda llevar la misión como elementos de

L una novedad. Son práctica corriente en al­ divulgación cultural, encuentran un público bas­
gunos países donde hay la preocupación tante numeroso y de alto nivel cultural, para el
de llevar la cultura al campo. Las realizó y cual
las las actividades de la misión resultan ser par­
realiza México; las practicaron con éxito extra­ te de sus propias actividades. Pero lo que sucede
ordinario en España; y las han ensayado en al­ en una ciudad del interior es muy distinto de lo
v gunos países americanos. De esos ensayos cono­ que ocurre en los pueblitos que están disemina­
cemos con bastante detalles uno ralizado en Ve­ dos en la campaña a muchas leguas de la esta­
nezuela, que —n o obstante— dejó bastante que ción de ferrocarril. Y es a una zona de ranche­
desear en sus resultados. ríos, una de las más aisladas del país, adonde se
A quí mismo se han registrado intentos más ha ido la muchachada normalista.
o menos afortunados que han tenido por propó­ En tales lugares el problema de la adapta­
sito llevar cultura al campo. No sabemos si exac­ ción al nivel del medio ambiente es muy difícil.
tamente se ha cumplido con el verdadero senti­ Hay que conseguir que la gente concurra a los
do de lo que es una misión, pero tenemos la im ­ actos que organiza la misión; hay que conseguir
presión de que han sido demasiado culturales. que abra sus puertas a los muchachos que pre­
Es decir, han sido portadores exclusivamente de tenden dar sus consejos, hacer sus demostracio­
cultura; y con cultura sólo en campaña, n o ha­ nes, explicar lo que consideramos del caso hacer
cemos nada. conocer. Y eso es difícil, porque el hombre de
campo —el pobre—considera al que viene como
LA MISION Y EL un extraño y recela de él. Está acostumbrado a
HABITANTE DEL CAMPO no tener otro contacto que con el caudillo polí­
tico ni a oír otra oratoria que la interesada de
La primera dificultad que tiene que resol­ los días prqelectorales.
ver una misión pedagógica es el problema de su El habitante del rancherío es de nivel inte­
adaptación al interés y a las necesidades del me­ lectual muy bajo, bajísimo. Y además no está
dio. Es fácil resolver eso en una capital del inte­ acostumbrado al contacto con gentes que den
rior, donde se cuenta con una masa de pobla­ conferencias, ni le interesan, seguramente, los
ción que en nada se diferencia con la de la capi­ temas que en ellas se desarrollan. Lo general es
tal. El concierto, la conferencia, el cine, etc., que no hayan visto cine nunca y muchos son los
que aún desconocen lo que es aparato de radio. Han ido, simplemente, movidos por un ac­
Desconfían además del hombre de ciudad, to de solidaridad humana. Y movidos también
de “pantalón corrido”. En el mejor de los casos por el propósito de saber por vía directa, de co­
lo miran con sorna. Los intereses, los modos de nocer en la realidad de los peores momentos,
vivir, las preocupaciones, los enfoques con que cuáles son los angustiosos problemas de los ran­
miran la vida, son tan distintos de los del hom­ cheríos de campaña.
bre de ciudad, que puede decirse que viven en
mundos distintos y que hablan en idiomas dis­ DE QUE MEDIOS SE VALEN
tintos.
Por otra parte, los que son pobres, los que Han llevado de todo: juguetes, abrigos, ro­
viven malamente, no pueden ver con buenos pas, alpargatas, artículos de consumo. Centena­
ojos a los que vienen de la ciudad a traerles pa­ res de latas, de paquetes, de sacos, con artículos
labras fraternales que, en definitiva no son más alimenticios que les han dado las casas más im­
que palabras, por más fraternidad que conten­ portantes de plaza. Todo para distribuir allá, de­
gan. Y los que no sientan la necesidad de saber jando algo aprovechable en cada rancho, que
leer y escribir, de bañarse, o de tener la cabeza alivie aunque sea por un día la miseria, y que les
y el cuerpo limpios de bichos, porque siempre abra las puertas para poder ver cómo vive, de
han vivido sin tales preocupaciones, sienten qué se alimenta, con qué se abriga aquella pobre
también la repulsa hacia quienes les vienen a dar gente.
consejos o a tentar iniciarlos en prácticas de vi­ Más de mil kilos de carga, componen estos
vir, nuevas, como si fueran chiquillos escolares. artículos, y no harán “repartos” ni “actos de
Todo eso y mucho más, dificulta la acción de beneficiencia” con ellos. Los distribuirán —los
los misioneros. A veces se piensa que esa dife­ habrán distribuido ya— sin alharacas y sin os­
rencia de estilos de vida puede llegar a hacer tentaciones. Es lástima que esta lección no las
todo el trabajo imposible. aprovechen las señoras de sombreros de pluma
Y sin embargo, los muchachos lo han tenta­ y saco de piel que se sacan fotografías en los
do. “repartos de beneficiancia” entre los niños que
exponen al fotógrafo el atadito con las cosas ad­
COMO SE RESUELVE quiridas.
ESTO GENERALMENTE Porque, dicho sea de paso, hay una corrien­
te forma de beneficiencia —de la cual hemos vis­
Cuando va algún personaje a un pueblito de to algunos ejemplos gráficos estos días—que de­
estos perdidos, personaje que puede ser el inten­ bía avergonzar a los benefactores. Todos saben
dente, o el Jefe de Policía o un Inspector de es­ que nos referimos a lo que sucede a menudo en
cuelas, o un político en busca de votos, si hay escuelas y asilos, cuando una Comisión, con pú­
reunión lo corriente es que sólo concurra a ella blico, con discursos y con fotógrafo, practica
la gente “más distinguida”. Los harapientos y un “reparto” llamando a los niños uno a uno,
los descalzos no tienen cabida, porque no están para darles algunas chucherías y hacer lo más os­
presentables. tensible el acto de generosidad.
Conocemos el caso de una reunión en una Los muchachos no han ido a eso. Reparti­
escuela con un motivo equis. Pese a ser una reu­ rán todo lo que llevan, pero yendo de rancho en
nión popular, se prohibió la entrada a los que no rancho, sin que en uno se sepa lo que ha sucedi­
venían más o menos “ arreglados Y ésto no do en el otro. Sus posibilidades materiales esta­
ocurrió una vez, ocurre generalmente. rán limitadas con relación a su sentido de soli­
Cuando se procede así, la selección signifi­ daridad pero harán lo que puedan y estamos se­
ca el trabajo. Los hombres por lo menos, escu­ guros que lo harán o lo habrán hecho, limpia­
chan aunque no entiendan. Y eso ya, satisface a mente.
muchos.
• LO QUE ESTAN REALIZANDO
PERO LOS MUCHACHOS DESDE EL PUNTO DE VISTA CULTURAL
HAN IDO A OTRA COSA
Llevaron un equipo de cine portátil con el
Pero los muchachos no van con el propósi­ que darán varias funciones a todo el mundo:
to de hacer exhibición de su sabiduría académi­ grandes y chicos, ricos y pobres. Las películas
ca. Ni van tampoco en tren de posibilismos de son recreativas, instructivas, de propaganda sa­
alguna clase. Ni van siquiera con el propósito nitaria, etc. Muchas veces hemos concurrido a
—moneda corriente— de hacer luego la explota­ lugares donde los chicos —y los grandes— nunca
ción literaria de lo que han visto en el sufri­ han visto cine. Es sorprendente y emocionante,
miento de otros. el espectáculo de las reacciones. Ver figuras que
se mueven y hablan, ver escenarios cambiantes, por cierto de ser pesimistas en cuanto a los re­
exteriores e interiores está más allá de su imagi­ sultados; especialmente en lo que a propaganda
nación. Van de sorpresa en sorpresa, y, cuando agronómica se refiere. Pero siempre, con éxito o
es dominado el estupor inicial, un entusiasmo fracaso, será una fecunda experiencia y una
sin límites desborda. Lo que es el espectáculo oportunidad para ver de frente y a través de la
obligado para los niños de las ciudades, todos experiencia directa, la verdad de muchos pro­
los jueves y los domingos, es una cosa descono­ blemas, pasto hoy de teóricos y declamadores.
cida, ni siquiera imaginada, para miles y miles
de chicos y de grandes de nuestra campaña. LO QUE TRAERAN AL
Además del cine llevarán títeres. Un reta­ REGRESO
blo y una serie de muñecos movidos por manos
juveniles. Además de mucho frío y ganas de desqui­
El títere, que fue otrora arte grotesco y autén­ tarse, en cama blanda, de las noches pasadas en
ticamente popular, ha reaparecido entre nosotros suelo duro, los muchachos traerán una fructífe­
por obra de los maestros, de los alumnos de las ra experiencia. Habrán visto el campo, con sus
escuelas y de los estudiantes normalistas. Algu­ dolores, su miseria, sus problemas sin resolver,
nos intentos felices, las funciones inolvidables su condición de olvidado por el resto del país, y
de Javier Villafañe, los títeres del Negro Miseri­ su desigualdad social. Habrán aprendido que no
cordia, etc., han permitido la generalización de Sólo es lugar propicio para pic-nics y para des­
este arte auténticamente popular en las escue­ cripciones arcaicas. Y para eso van en buen mo­
las, que son la más popular de las instituciones mento: cuando hay miseria, frío y sequía.
públicas. Ya muchas escuelas de Montevideo Recibirán así una lección de endurecimien­
tienen su teatro de títeres y muchas de las ciu­ to físico y espiritual. F fsico por el contacto con
dades del interior también. Y como es de imagi­ condiciones de vida duras que ellos tendrán que
narse, constituyen los títeres, las delicias de mi­ soportar en condiciones poco ventajosas. Espi­
llares y millares de pequeños. ritual, porque les dará una lección de energía
Sin embargo muy pocas veces se ha logrado para afrontar el futuro. Les mostrará, tal vez,
que donde hay títeres los pequeños titiriteros se realidades no sospechadas y estamos seguros
desplacen a otros públicos que al de su escuela. que en muchachos sanos, de sensibilidad afina­
Los rubros de educación estética no se mueven da, les producirá un verdadero schock, el apre­
para ésto, que sería una difusión de cultura lle­ ciar cómo vive la gente de nuestra campaña
na de encanto y de posibilidades. Y los títeres mientras aquí, se vive entre el artificio que es la
que han sido creados con entusiasmo y con fe y gran ciudad, con un absoluto desconocimiento
realizados con magnífica maestría por los pro­ o insensibilidad hacia el resto del país.
pios niños, languidecen generalmente en el fon­
do de un cajón porque en una escuela no pue­ MARCHA, 6 de julio de 1945
den estarse representando todos los días, y no
hay quien provea de medios, pese a la existencia 1
de un abultado rubro, para que los títeres vayan
de un lado al otro, a realizar su natural función.
No se ha comprendido aún, por lo visto,
que el arte que “prende” en los niños es el arte
eminentemente popular. Y en ese sentido, los
ocho o diez siglos que dan base artística, al títe­
re, han sido olvidados, por lo visto, por los téc­
nicos en educación estética.
Los muchachos normalistas, también en és­
to se han propuesto dar una lección. No llevan
el teatro de títeres a una escuela de la ciudad,
más o menos próxima. Ni siquiera a una escuela
de una ciudad del interior. Lo llevarán a las es­
cuelas rurales que quedan a más de 20 leguas
del ferrocarril y más de cuatrocientos kilóme­
tros de Montevideo.
Y lo hacen ellos solos, con su esfuerzo y
con su entusiasmo juvenil.
Harán también propaganda sanitaria, de hi­
giene social, de mejoramiento agrícola. Sobre
ésto habría mucho que hablar. Y no dejamos,
L a misión a
a

ontra mi costumbre, esta nota y las que se­ de decirla, porque, asi lo creemos, el país debe

C guirán voy a publicarlas bajo firma. Hay


cosas. Hay cosas que deben ser dichas po­
niendo en ellas toda la responsabilidad en lo
que se dice. La reina de “Los Tres M osqueteros”
saber hasta donde alcanza la purulencia de sus
cánceres y hasta donde, también, la indiferencia
de los responsables de su profilaxia y curación.
Porque a las verdades, generalmente les hui­
mentía sólo cuando le hacia falta hacerlo. A ho­ mos. O son desagradables o nos quitan la tran­
ra a m i no me hace falta, y por eso diré toda la quilidad, o turban nuestro bienestar.
verdad. Y la solución más cómoda es no damos por
Pero a la verdad, hay que decirla toda. enterados. De todos modos, con'esta actitud
Hemos vivido diez dias en los rancheríos de quedamos blindados frente al dolor ajeno, y a
Caraguatá a muchas leguas de Fraile Muerta, la los demás que los parta un rayo.
estación de ferrocarril más cercana. Y hemos vis­
to de cerca, en convivencia muy intima, como Pero veces hay en que las cosas son tan
viven los habitantes pobres de Caraguatá. gruesas, que hasta ese instinto de bienestar pasa
Este tema fue planteado antes p or el Dr. a segundo plano. Es lo que quisiéramos para
B orgesy la Srta. Elsa Fernández. A llí y aquí se nuestros lectores: que siguieran con sensibilidad
Jes discute, tanto en sus propósitos literarios co­ y condición humanas la exposición de lo que ha
m o en la honestidad y eficacia de su obra. Ellos sido nuestra experiencia, sin prejuicios ni pre­
no estaban allá pero nosotros pudimos ver de conceptos. Para informarse de hechos que hace­
cerca la huella de su trabajo y valorarlos en lo mos conocer.
que se merecen.
Todo esto me obliga a decir las cosas por su Porque creemos que lo visto allá debe sa­
nombre y a respaldarlas con mi firma. N o es berlo todo el país, es que lo escribimos. No hay
mucho, pero es lo que humanamente puedo ha­ derecho a vivir ignorando ciertas cosas de lo que
cer porque se conozca una dolorosa verdad. sucede entre nuestra gente, sin que, en buena
Verdad que se dice sin desplantes literarios, parte, nos convirtamos en culpables de un esta­
sin afán de sombrear las tintas de un cuadro, do de cosas por la tozudez egoísta de seguirlo
verdad que se dice sin otra preocupación que la ignorando.
l lunes 4 de Julio, antes de las seis de la EL PRIMER ACTO

E mañana, partíamos en motocar hacia la


misión. Formaban el grupo de misioneros
18 estudiantes de magisterio --varones y mucha­ La escuela se llenó de gente: viejos, jóvenes;
chas— y tres profesores: la Srta. Josefa Arrien, gente de abajo, descalzos y andrajosos; gente de
el Sr. Pancho Oliveras y el que esto escribe. clase media, mejor vestidos y por consiguiente,
A las dos de la tarde estábamos en Fraile nos acompañó también lo más selecto de la po­
Muerto, después de un viaje que, pese a la lluvia blación.
y al frío, en poco o nada difirió de una excur­ Era una multitud abigarrada e informe, que
sión estudiantil. Los muchachos rebosantes de oía, que veía que se sorprendía. Al acto —fun­
optimismo; los mayores contagiados del opti­ ción se agregó mediante intercalaciones el acto
mismo de los muchachos. cultural. Y todo fue un éxito desde el punto de
Lo grueso de la carga había ido adelante. vista de la afirmación de nuestros prestigios de
Llevábamos artículos alimenticios, ropa y calza­ artistas ambulantes.
do para distribuir allá entre el pobrerío. Llevá­ Esa noche, el martes 5, nos hicieron en
bamos un equipo cinematográfico, una discote­ Fraile Muerto una recepción en el club. Demás
ca, un teatro de títeres, y como no podía faltar, está decir que concurrimos a ella como estába­
una serie de conferencistas, cada uno dentro de mos y con la única ropa de que disponíamos.
su especialidad o vocación. Uno de los mucha­ Tal vez nunca más verá Fraile Muerto igual
chos, extraordinario violinista y algunas de las conjunto de disfrazados a tantos meses del car­
chicas, finas y sensibles declamadoras, comple­ naval.
taban el elenco artístico. Sin embargo todo fue un éxito porque los
Pero, por sobre todo nuestro bagaje se ca­ muchachos suplieron con buen humor sus inex­
racterizaba por el optimismo, y por los planes periencias iniciales. Entre lo jocoso y grotesco se
ya determinados de antemano, que anunciaban intercalaron también, números serios a base de
una fructífera misión. música y recitación.
Cuando regresábamos ya con la sensación
del éxito, hasta los pizarrones nos parecieron
EL PRIMER CHOQUE CON más flexibles: la misión —en la que habíamos
LA REALIDAD puestos pasión y esperanzas—, estaba dando sus
frutos.
Cuando llegamos a Fraile Muerto, nos en­
contramos con que la lluvia no nos dejaba se- •
guir. Después, de casi cuatro años de una espan­
tosa sequía viene a llover, precisamente, el día EN MARCHA A CARAGUATA
de nuestra llegada. Los muchachos empezaron a
considerar que la tierra prometida de Caraguatá
estaba mucho más lejos de lo que, geográfica­ Al día siguiente después de vencer innúme­
mente, parecía. ras dificultades logramos conseguir en que ir a
Pero nadie se desanimó. Esa noche hubo Caraguatá. En un pequeño ómnibus de campa­
rueda de mate y tortas fritas, en la escuela, cedi­ ña marchamos unos. En un camión, con el resto
da para nuestro hospedaje por la Inspección de la carga, los demás. Había que hacer alrede­
de Cerro Largo y por la Sra. Directora. Está­ dor de quince leguas de camino de tierra inme­
bamos en lo mejor cuando nos llegó el primer diatamente después de haber llovido.
indicio de la simpatía con que se recibía a la Salimos a las nueve, unos, los del ómnibus,
muchachada. Algunas personas del pueblo se y llegamos más de las tres de la tarde. Los del
habían reunido y habían resuelto llevar a las camión llegaron recién a las nueve de la noche.
muchachas a sus casas. Los hombres queda­ Fuimos a parar a la escuela 61 de Tacua­
ríamos en la escuela. rembó de la cual es directora la Sra. Dollenarte.
Con placer las vimos partir. Porque lo pasa­ Se nos colmó de atenciones, y nuestras compa­
ron mejor y, además, porque nos dejaban sus ñeras —¡oh felicidad de todos!— pudieron dor­
colchones y frazadas. Yo, por mi parte, que he mir en camas, que se habían preparado para es­
pasado casi toda mi vida en tomo a la escuela, perarlas. Nosotros, los hombres volvimos, sin
descubrí recién ese día, la dureza de los pizarro­ ser artistas, a nuestros amores, las tablas.
nes, que nos sirvieron de tarimas para dormir. Se nos había ofrecido un cocktail y un bai­
Al otro día el mal tiempo continuaba y co­ le en la escuela. Todo hecho con el propósito
mo no se podía seguir resolvimos salir a invitar generoso y amable de recibimos lo mejor posi­
al pueblo para que viniese a la escuela y dar allí ble; de colmamos con el mayor número de
nuestro primer acto de misioneros. atenciones.

í
Pero nosotros éramos misioneros, no visitas Nosotros escuchábamos discretamente, y
de cortesía. Así que al otro día en la cuchilla de seguíamos nuestras andanzas por los rancheríos.
Caraguatá iniciamos nuestra verdadera experien­ Los ranchos decían, por cierto, otra cosa bien
cia de misión. Salimos por grupos a recorrer ran­ distinta, que concretó luego uno de nuestros
chos, a hablar con las gentes más pobres, a inves­ compañeros:
tigar sobre sus problemas. En general se nos re­ —Tienen razón. No hay indios. Ya quisieran és­
cibió al principio con reticencias. Después se tos vivir como vivían los indios.
nos fué comprendiendo mejor y los ranchos se Y todavía no habíamos visto nada. Cuando
abrieron a nuestra curiosidad. en la cuchilla de Caraguatá, donde está la escue­
Entrábamos, nos sentábamos, formábamos la No.61, pasamos a la 28 en la costa del Arro­
rueda para charlar un rato “falando” una mez­ yo, nos encontramos con que todos los límites
cla verdaderamente criminal de castellano y imaginables de la miseria humana están allí. Los
portugués. Y la sencillez y el interés humano daremos a conocer con más tiempo y con docu­
con que realizábamos nuestro trabajo nos fué mentos gráficos en los próximos números. 1
ganado a las gentes de abajo.
El pretexto era la invitación para la fiesta de ***
la tarde en la escuela. Pero mientras uno^ con­
versaban otros recorrían los ranchos, observa­ Como anticipo, podemos adelantar algunas
ban los camastros, sacaban los muchachos que cosas. Fuimos con el propósito de hacer cultura
se escondían debajo de las camas, destapaban la y nos encontramos que antes de cada acto tenía­
olla para ver que se cocinaba, tomaban datos y mos que darles de comer a los pequeños y a ve­
apuntes sobre trabajo, condiciones de vida, ejtc. ces a los grandes.

LA REACCION DE LA “ CREME” Fuimos a hacer propaganda sobre higiene y


nos encontramos con que no hay agua y la que
se consigue es como un tesoro que sólo se usa
Visitábamos en la población todo. Los al­ para beber.
macenes donde se nos agasajaba amable y fina­ Niños hay, de ocho a diez años, que nunca
mente, las casas de las gentes más o menos pu­ han tomado leche; que se crían y alimentan con
dientes; los ranchos destartalados del pobrerío. agua de maíz. Vimos ranchos con diez o doce
Todo caía bajo nuestra curiosidad. ' personas y una sola cama —si a aquello pudiera
Así el primer día pudimos anotar datos ge­ llamársele así—para todos.
nerales interesantes: en Caraguátá la gente de Hemos visto mucho. Tanto que estos días
condición más o menos acomodada, está muy parecen años por lo intensamente vividos. Cuan­
dolida porque se ha hablado mucho de la mise­ do los lectores que se tomen con paciencia el
ria del pago. A poco andar en la conversación trabajo de leernos hayan terminado las notas
las gentes “bien” nos decían: que tenemos el deber de publicar, habrán com­
—En Caraguatá no hay indios, como se ha prendido que no exageramos.
dicho. Hay pobres como en todos lados. Pero
ustedes verán que se ha dicho muchas cosas que
se van a dar cuenta ustedes que no son ciertas. MARCHA, 13 de Julio de 1945
En el campo hay
gente que se
muere de hambre
l jueves 5 hicimos nuestra primera recorri­ Preguntamos y se nos contestó que no ha­

E da por los rancheríos. Para llegar a los pri­ bía agua en la cuchilla. Que para traerla habla
meros ranchos hubo que caminar más de que recorrer más de media legua y que como al­
media legua porque la escuela está muy distantegún estanciero vecino prohibía que entraran a
del núcleo poblado. Fue el establecimiento de su campo a buscarla, habla que ir más lejos aún
ésta un error de ubicación que hace caminar a a recogerla de unas chacras.
los niños débiles y ateridos, más de una legua Algunos compañeros que iban por otro la­
por día. do trajeron la noticia de que habla un lugar
En el primer rancho adonde llegamos nos donde el agua se vendía a real la lata.
encontramos con un viejo ciego que habla sido Allí, en Caraguatá, el pobrerío no se lava.
soldado de linea y tenia una serie de dificulta­ No vimos un solo pedazo de jabón, ni palangana
des para cobrar sus liquidaciones porque le exi­ que hubiera sido usada. La mugre, la suciedad
gían ir a Tacuarembó —30 pesos de viaje— o a más inverosímil impera en toda su plenitud, es­
Montevideo —50 pesos— para regularizar algu­ pecialmente entre los niños.
nos detalles sobre sus documentos de identidad. La ropa que éstos usaban —que por otra
Nos contó que vino a Montevideo a operarse y parte eran sólo andrajos— no había sido lavada
que algún oculista, dejándolo igual que antes, le ni remendada nunca.
cobró 700 pesos que habla guardado en años de Y si uno preguntaba por todo esto, invaria­
trabajo. Le prometimos gestionar su asunto en blemente obtenía estas respuetas:
el Ministerio de Defensa y continuamos nuestra —No tenemos hilo
tarea. —No tenemos jabón.
Pasamos por otros ranchos. Se nos miraba —No tenemos agua.
con desconfianza. En todos ellos la misma mu­ —No tenemos frazadas.
gre, el mismo abandono, la misma desesperanza. —No tenemos . . .)
Generalmente los ranchos son una sola pie­ “NO SOMOS INDIOS”
za, con un camastro hecho con una tarima en El primer día de recorrida llegamos a una
un rincón. Al otro lado una tabla haciendo las casa de discreta apariencia. Nos recibió una se­
veces de mesa. Y en el centro, frente a la puerta, ñora y con toda amabilidad nos hizo pasar.
donde hay más aire y luz, el fogón hecho con Llevó enseguida la conversación al terre­
bosta de vaca seca, en el cual una ollita mugrien­ no que le interesaba:
ta, o una lata, contiene la comida del día. —Mi esposo gana 50 pesos y yo y mi hija
Esta es, invariablemente, un caldo negro, cosemos para afuera. Ganamos bastante, y con
de agua de cachimba sucia de barro, con algunas eso podemos vivir. Somos pobres, pero no so­
espigas de maíz o algunos boniatos —donde los mos indios. Vds, verán que de Caraguatá se han
hay. Muy rara vez se veían fideos; nunca arroz; dicho muchas cosas; pero no las crean. Es gente
nunca, tampoco, carne. Alguna cuchara o tene­ que habla para hacerse conocer.
dor desvencijado y mugriento completaban el Nos habló de un estanciero vecino, amigo y
menaje. protector del pobrerío, y nos explicó todas las
El resto de la casa hacía juego con la olla. ventajas que traía al pueblo aquella vecindad.
La cama está generalmente en un rincón y es o Mientras, repetía como una muletilla:
una cama inmemorial traída de quien sabe qué —Uds. se convencerán de que aquí no hay
basurero, o una tarima de madera cubierta de indios.
Esa expresión la veríamos después en boca
lonas o de algún pedazo de cuero de oveja. Las
frazadas son generalmente andrajos; resto de de toda la gente más acomodada del lugar.
aquellas famosas “moritas”, que de tiempo en UN CASAMIENTO A LA CRIOLLA
tiempo aparecen en los repartos. Llegamos a una almacén donde se nos invi­
tó a descansar y se nos obsequió con una copa y tual y absurda. Por que allí hay veinte cosas
mas importantes que saber leer y escribir:
galletitas. En eso estábamos cuando nos pidie­ comer, vestirse, lavarse, combatir el frío, lim-
ron que fuéramos —ya que sabíamos firmar— a pear la cabeza de piojos y los ranchos de toda
servir de testigos para un casamiento en el Juz­ su inmundicia.
gado vecino.
LA FIESTA EN LA ESCUELA
Era otra cosa más para ver, y allá fuimos.
Los novios estaban allí y parecían escapa­
dos de sus quehaceres diarios para concurrir al Por la tarde hicimos nuestra fiesta. La reco­
registro civil. Ella tenía más de cuarenta años y rrida por el rancherío nos trajo mucho público.
él algo más. Casi nadie había visto cine en su vida y su sor­
Entre broma y broma le propuse a la novia: presa pasaba todos los límites cuando veían
—Yo tengo doce años de casado. Así que moverse a las figuras. Los grandes —viejos y jó­
puedo proporcionarle algunos consejos que le venes— se sentaban en los bancos; los pequeños
van a ser útiles. en el suelo: en los ponchos tendidos sobre las
La respuesta pronta y en semi-portugués baldosas.
nos hizo reír de buena gana: Los títeres fueron otra sorpresa. Los mu­
—¿Vocé me va a dar conselhos? ¡Si hace ñecos hacían reír hasta desternillarse a gentes
vinte anos que somos juntaos! que parecía que no habían reído nunca. El vio­
Minutos después el Juez realizó la ceremo­ lín de Lasca y las poesías recitadas por dos mu­
nia que testimoniaron nuestros compañeros chachas encantadoras, Laporta y Buzó, hicieron
Juan Gómez Gotuzzo —el “dotorcito”—, estu­ correr lágrimas por más de una mejilla curtida.
diante de medicina y magnífico muchacho que Otros daban charlas sobre distintos temas y no
nos acompañaba, y Alcira Cardozo, la única de faltó quién diera una de esas charlas y saliera
las compañeras que era mayor de edad y a la enseguida otro que hiciera la imitación grotesca
que llamábamos el Angel Negro porque anduvo de la misma para hacer reír sanamente a aque­
siempre perdida dentro de un poncho, de los lla gente que no sabía lo que era la risa.
llamados de la Patria, que le arrastraba hasta los Sin embargo esas primeras experiencias nos
pies. enseñaron algo que practicaríamos luego inva­
Después el Juez nos explicó el origen de riablemente: antes de la función, o en un entre­
tan tardío matrimonio. Había venido a casarse acto, o en las dos oportunidades, daríamos de
una hija de ambos, ilegítima, y por ella se supo comer a los muchachos en adelante, un plato
que los padres no eran casados y que había sie­ fuerte y caliente. Entonces si, para ellos, la fies­
te niños sin legitimar. Entonces el Juzgado en ta fue completa.
ese acto casaba y legitimaba gratuitamente po­ Así trabajamos en la cuchilla de Caraguatá
niendo a toda aquella familia de acuerdo al durante cuatro días. El programa de trabajo era
Código Civil. más o menos así:
El Juez nos aportó datos interesantes acer­ Por la mañana temprano salían dos o tres
ca de la lucha por la legitimación familiar. grupos a recorrer ranchos para invitar a las gen­
Discutimos, ya fuera del Juzgado, extensa­ tes a la fiesta, conversar con ellas, averiguar sus
mente el punto con los compañeros. Yo soste­ modos de vida y llevarles algunas cosas que ali­
nía que la legalización de la familia es un pro­ viaran su miseria. Otros se quedaban en la es­
blema secundario y artificial en los rancheríos. cuela, haciendo juegos con los niños, organizan­
Mis compañeros sostenían con muy ajustadas do clubs infantiles, dando clases de modelado
razones lo contrario. Ahora, después de visto de títeres, agronomía, etc.
todo aquello, seguramente estarán conmigo. Por la tarde se empezaba la función a las
Porque cada vez me convenzo más de que dos y media y seguía hasta el atardecer: títeres,
hay que arrancarse la venda de los ojos: EN recitados, música, charlas, alguna que otra paya­
LOS RANCHERIOS ES UN LUJO CASARSE, sada, etc.
TENER HIJOS LEGITIMOS, APRENDER A En los intervalos los muchachos comían un
LEER Y ESCRIBIR, SABER SACAR CUEN­ plato fuerte de polenta o avena laminada bien
TAS. Y TODO ESO, COMO LUJO QUE ES, caliente.
ES SECUNDARIO. En esos días vino a visitamos una delega­
Porque cada vez me convenzo más de que ción de Tacuarembó: el Subinspector de escue­
hay que arrancarse la venda de los ojos: En los las Juan C. Santos, el Secretario de la Intenden­
rancheríos es un lujo casarse, tener hijos legíti­
mos, aprender a leer y escribir, saber sacar cuen­ cia Baudilio Núñez Mendaro, el inspector de Po­
tas. Y todo eso, como lujo que es, es secunda­ licía y el maestro Ramos, que venía como dele­
rio. Cuando uno ve que la escuela se preocupa gado de la Asociación de Maestros de Tacuarem­
por desanalfabetizar y pone todo su empeño en bó
ello se revela contra esa preocupación intelec­ Nos llenó de alegría su afectuosidad y su
comprensión por el trabajo que estábamos rea­ de otro lado; de donde aún queda rebeldía.
lizando, y su afán de compartir con nosotros, Aquí ya no hay nada. La única esperanza es el
las duras condiciones de vida que nos habíamos beneficio supremo del “ reparto”.
impuesto.
LA DESPEDIDA DE LA CUCHILLA
BIEN EXPRESIVO

Al llegar a otro rancho, los que del grupo El sábado 7 dimos la última función en
íbamos retrasados, oímos al dueño de casa que la escuela 61. El domingo seguiríamos a la costa
decía con voz fuerte a los de adelante: del Arroyo Caraguatá.
—¡Entren!, ¡entren! Van a ver aquí cómo Vino todo el pueblo y la escuela desbordó
vive un pobre; peor que los animales. Pasando de concurrencia. Al final de la función dimos a
hambre y rodeado de vacas y ovejas. los más pobres todo aquello que les pudimos
Anoté por lo bajo a uno de los compañeros: dar. Pero vimos tanta miseria, tanto dolor, tan­
—Este no es criollo de aquí. O ha vivido en to deseo desesperado de aferrarse a una frazada,
Montevideo, o es extranjero. Si fuera de aquí a una tricota, a un par de alpargatas que una vez
no tendría esos gestos de rebeldía. terminado todo y reunidos en grupo, explotó el
Enseguida supimos que era extranjero y ha­ dolor contenido. Bonino, la muchacha activa y
bía corrido mucho mundo. Hacía sólo seis me­ animosa, que dejaba el cucharón de la cocina
ses que estaba en Caraguatá. para ir a dar una charla, y regresar luego a sus
En un rincón sobre un banco, había un be­ funciones de cocinera, tuvo una verdadera crisis
bé sucio y cubierto por ropas indescriptibles. de desesperación; Mercader, la inolvidable Ma­
Sobre el fogón estaba la mamadera de agua de ría de los títeres; Caro, la Caperucita que había
maíz. Un gato se paseaba entre los trastos y an­ enternecido a los niños reviviendo en el teatro
te nosotros lamía el biberón. de muñecos las peripecias del bosque, ya no die­
La compañera que tenía a su cargo las char­ ron más.
las y demostraciones sobre puericultura com­ Los nervios estallaban en llanto de dolor y
prendió entonces toda la magnitud del proble­ de impotencia frente a tanta y tan angustiosa
ma. miseria.
Anotamos ésto porque hay que destruir un ***
concepto falso, de literatura de exportación,
que anda entre gente que hace interpretación de Pero al otro día pudimos comprender que
lo que no conoce. El hombre del rancherío no todo aquello no era más que un ejercicio prepa­
es un rebelde, ni un resentido, ni un revolucio­ ratorio. En los rancheríos que rodean a la otra
nario en potencia. Es algo mucho más simple: escuela, a la No 28, allí sí encontramos todo lo
es un vencido; un entregado. que puede imaginarse como extremo de miseria
Cuando aparece un rebelde es porque viene y de ignorancia.

MARCHA, 20 de julio de 1945


L a última etapa
de la misión pedagógica

l domingo 8 por la mañana nos despedi­ LOS RANCHOS

E mos de las maestras de la escuela de la Cu­


chilla y en un camión, con nuestro carga­
MAS MISEROS

mento de gitanos, marchamos á la escuela 28, a Esa tardecita fuimos con el Dr. Orestes La-
un par de leguas, hacia el arroyo Caraguatá. curcia, un magnífico ejemplar de profesional
Por el camino los muchachos pudieron ver dedicado a su trabajo, a visitar a un enfermo.
otra expresión de la desigualdad social. Se dice Pero recién al otro día veríamos cosas grandes.
que en la muerte todos somos iguales. Puede ser Amaneció el lunes con una mañanita de so­
que sea así; pero en el entierro las diferencias plarse los dedos, pero a pesar del frío nos larga­
sociales siguen. Cruzamos un cortejo fúnebre: mos en recorrida. Los ranchos más próximos —
un carrito “ de pértigo” de dos ruedas, con el ca­ véase otra falla de ubicación— quedaban a más
jón. El acompañamiento a pie y a caballo, de­ de tres kilómetros.
trás. El que llevaba el carrito a la cincha de su En el primero de los ranchos nos encontra­
caballo, era el bandoneonista de la noche ante­ mos con una familia numerosísima. Una vieja
rior. parlanchína, hacía el gasto en semiportugués.
En lo mejor de la charla vimos unas cabezas que
se asomaban furtivamente por una esquina del
EN LA ESCUELA DE rancho.
ELSAFERNANDEZ Para entrar en confianza, algunos de noso­
tros dijo a la vieja:
Llegamos a la escuela No. 28, que dirigió la —¡Cómo habrá sido usted, vieja, en sus
Srta. Elsa Fernández nueve años, y que ahora, tiempos, cuando ahora hace esconder las mu­
por haberla transferido a ella para otro cargo, chachas cuando vienen visitas!
tiene personal que es nuevo en el lugar. Se nos —¡Eu no tein culpa! ¡Eles se esconden cuan­
recibió y atendió muy amablemente, mientras, do ven gente! ¡Son muito ariscas!
inmediatamente de llegar, preparábamos la fun­ Con lo que nos tomamos la libertad de sa­
ción para esa tarde y organizábamos, además, carlas, a tirones, fuera del rancho.
nuestro campamento. Eran dos chinitas de unos veinte años que
A las 12 ya había bastante público —pues cuando, ya afuera, les hablábamos se daban vuel­
se había corrido la noticia de nuestra llegada—y ta y pegaban la cabeza contra la pared de terrón.
a las dos, la escuela estaba repleta. Convencimos a la vieja de que si no las lle­
Comprendimos, por la calidad del público, vaba esa tarde a la escuela, vendríamos nosotros
que aquella zona era más miserable aún que la a buscarlas.
de la cuchilla. Y en la tarde estaban viendo cine. Cuando
Esa tarde, durante la función, algunos de los les hablábamos, escondían la cabeza como lo hi­
compañeros tuvieron que envolver en sus pon­ cieran antes; pero si nos hacíamos los distraídos
chos a los muchachitos que, helados y tiritando, volvían a la pantalla, y hasta reían y todo.
se habían acercado a ellos. Demás está decir que esto de los mucha­
A media tarde les dimos a todos una comi­ chos y muchachas que se escondían, era lo co­
da caliente y reconfortante .Y más o menos bien rriente. En algunos casos tuvimos que hacerlos
terminó la función. Pero ya desde ese día pro­ salir de debajo de las camas para que nos perdie­
yectamos dar de comer antes de ésta y luego, ran el miedo. Después esos mismos iban a la es­
durante un intervalo. cuela atraídos por la función y ... por la comida.
CON FOSFOROS no al enfermito, al que llevábamos de ese modo
A MEDIO DIA un socorro material y una serenata.

En otro rancho encontramos a un enfermi-


to. Tenía congestión y como iba el practicante ANTES ERA MUCHO PEOR
con nosotros, entramos a verlo.
El ranchito tenía 4 x 2 y estaba dividido en Un vecino, gente modesta pero acomodada,
dos piezas por un tabique. —por lo menos así parecía—nos salió a la cruza­
La puerta de entrada tenía unos 70 centí­ da para llevarnos a almorzar a su casa. Acepta­
metros de ancho y de alto sólo daba hasta el pe­ mos encantados. Estábamos cansados y con un
cho. Exactamente hasta el botón de más abajo hambre terrible.
del cierre del poncho. Pasamos por allí trabajo­ Fina y amablemente se nos atendió y real­
samente. Era una piecita de 2 x 1,5 con sólo u- mente uno se sentía muy cómodo entre aquella
na mesa destartalada en un rincón. Pero para ir gente sencilla y culta, pese a que turbaba nues­
a la segunda pieza tuvimos que pasar por una tro bienestar, el recuerdo de los cuadros vistos
puerta similar a la anterior, pero mucho más pe­ minutos antes.
queña: de alto alcanzaba sólo al codo. En la comida, al hablar de nuestra misión,
Dentro de aquella cueva estaba el enfermo, el dueño de casa, un español de modales muy
en un camastro, casi desnudo y tapado con una suaves, nos dijo:
arpillera. —Cuando yo vine hace veinte años a acá,
Gómez Gotuzzo, el practicante, pidió que las cosas eran mucho peor. Vds. se asustan de
abrieran para que entrara luz. Pero no había ver chicos semidesnudos. Pero los padres de és­
más abertura que la puertita y a su solicitud la tos se criaron completamente desnudos. Y sin
mujer contestó: embargo, ya ven: así y todo se hicieron hom­
—¿Vocé tein fósforos? Eu tenía un candil bres.
mais onte se acabó. Lo que nos pareció, por cierto, débil justi­
Y así tuvimos que alumbrarnos con fósfo­ ficación de lo que habíamos visto.
ros para ver al pequeño. Eran las doce de un día
frío y de sol.
Poco después llegamos al último rancho de DIA DE CARNEADA
la recorrida de ese día. El rancho estaba cerrado
y en la cocina estaban los habitantes. Esta era u- En varios ranchos habíamos encontrado car­
na piecita de 1,5 x 2 con tres paredes de chala ne; un cuarto de vaca de carne negra, sin desan­
parada y la otra pared era una planta de trans­ grar en uno; en otro, una paleta que, se veía, e-
parente, de ese que se usa para los cercos. En ra de la misma vaca; en otro, otra paleta. Ya no
torno a un fueguito formado por tres leñitas aguantamos más y preguntamos:
que no serían más gruesas que un dedo, estaban —¿Estuvieron de carneada estos días?
acurrucados un viejo, una mujer joven aún y —Sí; —nos respondieron— con la seca las a-
cuatro pequeños de 2 a 6 años. Los niños no te­ guadas están muy peligrosas y una vaca, al bajar
nían otra ropa que un resto de camiseta que a- el agua, quedó empantanada. La encontramos
penas les llegaba al ombligo. Estaban duros de muerta y nos regalaron la carne.
frío y por lo visto, ese día no iban a comer. Les Luego se nos aclaró que el mejor de los ca­
hablamos y ni nos contestaron. Como no tenía­ sos era éste, ya que la vaca había muerto por ac­
mos otra cosa, uno de los muchachos, conmovi­ cidente —si es que alguno de los mismos que la
do, le dio a la mujer un billete de cinco pesos comían no la ayudó a bien morir—, porque si la
que una compañera le entregó muy discretamen­ muerte era de peste, también comían la carne,
te. Pero al salir nos asaltó una duda y manda­ bien asada, para quitarle el veneno.
mos a la compañera a que hablara claro con la En varios ranchos más encontramos peda­
mujer. zos más pequeños del mismo animal; lo que
Nos contó que la había encontrado acari­ prueba que se ejerce allí una vaga justicia distri­
ciando el billete sobre el muslo. Y que no sabía butiva.
que era de cinco pesos. Ni siquiera, pues, cono­ Mientras nosotros andábamos por un lado,
cía el valor del dinero. otro grupo, por otro, hacía su recorrida. Las mu­
Las gentes de estos dos ranchos, no se olvi­ chachas llevaban los títeres y en las puertas de
darán nunca, de la visita que esa noche, un gru­ los ranchos —divididas en dos hojas horizontal-
po de ocho o diez les hiciéramos, trayéndoles a- mente—, cerraban la de abajo y abrían la de a-
brigo y cosas calientes para comer. Tampoco tal rriba, usándolas como retablo. Ellas fueron las
vez sentimos más hondamente al violín de Las­ que trajeron la noticia de la venta de agua a real
ca que esa noche, apretujados en rueda, en tor­ la palangana.
En ese grupo iba Lasca. Ha sido e'sta segura­ versarios suyos, aún cuando no hayamos podido
mente, la primera vez que los ranchos de Cara­ despejar esa interrogante, nos consideramos en
guatá oyeron a un violinista. el deber de afirmar públicamente que en Cara­
guatá el pobrerío los quiere y los admira. Como
una prueba más de ello, cuando regresábamos,
TRES DIAS TRABAJANDO nos salió un hombre al camino y nos entregó un
papelito que copiamos textualmente:
En la Escuela 28 estuvimos tres días. Reco­ “ Otaba de tacuarembó Costa
rriendo rancheríos de mañana; dando función “ de Caraguatá el Señor Santo
en la escuela de tarde; yendo por la noche a los “Sarabia desiaría que el señor
ranchos más necesitados, a llevarles cosas. “borges benga y la señorita
De regreso, aún durmiendo en carpas, no “Elsa Femazdez”.
sentíamos ni frío, ni desvelos.
En la escuela dábamos de comer a los niños, El miércoles 11 emprendimos, en el camión,
a mediodía polenta y por la tarde avena lamina­ el regreso. A las tres de la tarde llegamos, cubier­
da. Después de la polenta cada uno se llevaba tos de tierra, a Fraile Muerto. De allí en moto-
una galleta para comer mientras se desarrollaba car a Montevideo.
la función. Como las galletas se habían endure­ Pero ya aquí nos encontramos distintos. Al­
cido, durante la primer hora no se podía hacer go había cambiado —tal vez para siempre— en
música.... nosotros. Algo se había roto; o algo nuevo se
En la Escuela No. 28, el último día, al ter­ había forjado.
minar la función, se acercó a Lasca, que era Andábamos buscándonos unos a otros para
nuestro jefe, un hombre como de 50 años, ain­ revivir aquello. Aún ahora lo hacemos. Y aún a-
diado y de aspecto exterior casi brutal y en su hora, tal vez por mucho tiempo, sentimos la re­
lenguaje, al abrazarlo, exclamó: acción que nos produce un saco de piel, un som­
—¡Es como si se hubiera roto o techo da brero de pluma o un automóvil lujoso y de sua­
escola y Deus fora venido entre nos! ve andar.
Con lo que recibimos el mejor premio de la Porque no podemos olvidar —tampoco lo
jomada. queremos— aquel panorama de dolor y miseria
que tan de cerca vivimos. No podemos, viendo
el confort y el lujo que se gasta en la ciudad, ol­
BORGES Y ELSA FERNANDEZ vidar que hay en el país más de cien mil perso­
nas —entre ellas, por lo menos veinte mil ni­
Tenemos que hacer justicia a Borges, el mé­ ños— que sufren hambre, que pasan frío y que
dico, y a Elsa Fernández, la maestra. Todos los viven peor que las bestias. Porque lo que vimos
pobres nos hablaron de ellos con verdadera de­ en Caraguatá no es sólo de allí, sino que se repi­
voción y no faltó quien, al hablar de Borges, se te en muchas partes.
quitara el sombrero en el momento de nombrar­ Y algo que viene del fondo de nosotros nos
lo. dice que debemos empeñar todo nuestro esfuer­
De Elsa Fernández, nos contaron muchas zo de futuro en la obra de redención que esa
cosas. Su abnegación, su afectuosidad, sus an­ mísera gente exige. Aunque más no sea para te­
danzas de noche, a caballo, para ayudar y soco­ ner la tranquilidad de conciencia de haber lu­
rrer al pobrerío. chado por resolver lo que es, sin duda alguna, el
Antes, cuando conocíamos sólo sus libros, más grave problema del país.
no nos podíamos explicar su militancia políti­
ca en el blanquiacevedismo. Hoy, militantes po­
líticos nosotros también y en este terreno ad­ MARCHA, 27 de julio de 1945

LA CRITICA
REVISTA SOCIOCULTURAL
Una opinión independiente para una cultura en transición.
Balance de la misión
a

En tres notas, hemos narrado, en rasgos se nos hace:


generales, lo que fue nuestra experiencia en la ¿Pero es cierta tal cosa ? ¿Pero estás seguro
misión pedagógica que realizamos en Caraguatá, de que no se te fue la mano al decir tal otra ?
8a. Sección del Dpto. de Tacuarembó. Y lo aclaramos porque nos duele - intima­
Hemos dicho lo que vimos, sin tiradas lite­ mente nos duele- que gentes amigas, que han
rarias y sin recursos de periodista de media caña. tenido confianza en nuestra palabra, ahora du­
Si algún mérito hemos tenido ha sido el de pare­ den porque una realidad muy gmesa se les pon­
cemos a una máquina fotográfica: nos llevaron, ga por delante. Nosotros no tenemos la culpa de
vimos objetivamente, y tratamos de reproducir que la realidad sea esa. Huir de lo que decimos
lo visto. Como no tenemos que rendir pleitesía es huir de la realidad es, en muchos aspectos,
a intereses materiales, ni a presunciones litera­ taparse los ojos para no ver.
rias, ni siquiera a exigencias de espacio que pu­ Y al fin y al cabo a los que no quieren
diera imponemos la Administración, no hemos creer, les reconocemos el beneficio de la como­
tenido necesidad alguna de violentar o compri­ didad que nace de tal actitud. Saber que hay
mir nuestro modo corriente de decir las cosas. tanta miseria incomoda y desasosiega la con-
Como la Reina de “Los Tres Mosqueteros”, diji­ , ciencia. Ignorar es más cómodo. Y la defensa
mos la verdad porque, entre otras cosas, no nos del que ya no ignora, por haberlo leído, está en
ha hecho falta mentir. Lo que. com o se vé, no la incredulidad.
constituye ningún mérito de excepción. Pero para esa incredulidad somos impoten
Esto lo aclaramos una vez más para dar una tes, ¿qué le vamos a hacerle?.
respuesta general a esa pregunta que a cada rato

VEAMOS hoy, en síntesis, los resultados blaramos de Caraguatá como si este dramático
de aquella expedición. Ya no es pintura de he­ privilegio fuera sólo exclusivo de aquel lugar.
chos. Es , en buena parte, análisis o comentarios No contestamos a la crítica porque desde el pri­
de los mismos. Aquí sí, el lector puede decir: mer día nos hicimos el propósito de narrar lo
“Tienen razón”, o “No la tienen”. Porque es visto primero. Y como lo que habíamos visto
nuestra personal manera de ver el problema era aquello, es fácil comprender las razones de
Se nos criticó desde el primer día que há- porque'no contestamos entonces.
Hoy lo hacemos para decirles que tienen ra­ un problema y lo damos por resuelto. Pero en
zón. Que no es sólo en Caraguatá. Es en Tiatu- los hechos en lo concreto: NO HACEMOS NA­
curá en Paysandú, en Mataojito en Salto,en Ya­ DA.
caré en Artigas, en Polanco en Durazno) en las
Chilcas en Florida, en Pintos en Flores y en EL MERITO DE LA MISION
desgraciadamente-- centenares de lugares de
todos los departamentos del país. El mérito de la misión pedagógica está en
Más de una vez hemos dicho que los ran­ su condición de cosa práctica. Los muchachos
cheríos se cuentan por centenares y sus habitan­ no discutieron, ni escribieron: fueron a trabajar
tes por decenas de millares. Y en muchos lados y a^ver. Los resultados, pocos o muchos, buenos
la vida no será mejor que en Caraguatá. Hay lu­ o malos, fueron fruto de una experiencia vivida.
gares donde las uniones consagufneas son más Para lograrlos pasaron frío, caminaron leguas,
comunes que allí además allí no vimos sarnosos supieron lo que era la mugre en su propia piel.
-que hemos visto en otras partes— ni tracoma­ Y esto es lo que tiene valor y lo que no
tosos, que también los hay; ni son TODOS sifi­ comprenden los zonzos (¿con que zeta se escri­
líticos, como ha ocurrido en otros lugares. Pero be zonzo?) que hacen apreciaciones filosóficas
eso no impide que veamos y denunciemos en o críticas sutiles en tom o a lo que fue la misión.
toda su magnitud la miseria que vimos de tan Mérito de la misión fue renunciar al lengua­
de cerca. je académico, al cuello duro, a la compostura
Lo más grave délos rancheríos no es su nú­ proceral, en nombre de un acto de solidaridad
mero, sino su crecimiento. Las causas que los humana. Mérito fue la validez de las cosas que
generaron continúan actuando y la multiplica­ en ella los muchachos aprendieron y que segura­
ción de los hijos -donde la proliferación es la mente les habrán sacado muchas teorías de la
de los buenos tiempos del creced y multiplica­ cabeza y muchas presunciones de la imagina­
os ■acelera el proceso. Hace 30 años se calcula­ ción. Por eso, allí tenía tanto mérito la que llo­
ba en 35 mil el número de habitantes de los ran­ raba dor horas bajo el humo, haciendo una po­
cheríos; ahora se calcula en más de 120 mil, es lenta para los chicos, como la que alegraba la
decir EN 30 AÑOS SE HA CUADRUPLICA­ reunión con el recitado de una fina composi­
DO. Y en esos treinta años de gobiernos colegia-
listas y presidencialistas de gobierno de paz y de ción poética.
guerra de gobierno democráticos y dictatoriales; Eso es difícil de comprender en este mun­
de gobiernos de partido o coalición, NADIE HA do convencional, en que la “ Misión Pedagógica’’
HECHO NADA POR SOLUCIONAR EL PRO­ es un punto de programa de estudios, con bib­
BLEMA. NADIE HACE AHORA NADA POR liografía y todo para informarse. Pero allí era
ESAS GENTES. muy fácil de comprender y mucho más fácil
Esa es la verdad lo demás son pavadas y aún actuar con eficacia en ella.
palabras huecas. Esto lo decimos porque hemos leído y oí­
do comentarios y críticas, no sólo sobre la mi­
LO QUE SE DISCUTE sión, sino también sobre los problemas rurales
y agrarios que por ella se actualizaron. Y causa
Se discute en tom o a la Reforma Agraria; gracia el planteamiento doctoral que se hace de
en tom o a la creación de un Banco Agrícola los mismos, por gentes que conocen el campo
en tom o a la Colonización y a la enfiteusis. Ha­ sólo a través de sus viajes de turismo y creen
ce años se viene discutiendo. Por lo visto, se se­ comprenderlo porque han ido alguna vez a la
guirá años, aún, discutiendo. Pero a aquellas Semana Criolla.
gentes, de todo este palabrerío en tomo a luga­
res comunes de todos los discursos, conferen­ LO QUE LA MISION ENSEÑO
cias, folletos y planos dichos y publicados, no
les llega nada, ni les importa nada. Saben que Los misioneros se encontraron frente a una
son palabras y que a las palabras se las lleva el realidad que se expresaba por sí sola con irreba­
viento.. tible elocuencia. Aprendieron allí de golpe, bru­
Aquí vivimos en un mundo de merengue: tal pero eficazmente, las contradicciones de
batimos y rebatimos claras de huevo y azúcar. nuestro mundo económico. Entre vacas y sin
Cuando hemos llegado a soluciones, —ellas son carne ni leche; entre ovejas y muriendo de frío;
espuma. Y como espuma que son sirven sólo de en el campo y sin agua. Con la escuela próxima
adorno, o se pierden en la nada. y ntfpudiendo ir a ella por falta de ropa. Apren­
Con los rancheríos, con la reforma agraria, dieron a ver que los niños van con túnica y has­
con los desalojos rurales, con los créditos agrí­ ta con corbata a la escuela, pese a que no ten­
colas ha pasado y pasará lo mismo. Todavía es­ gan calzado alguno. Aprendieron a ver que hay
tamos en la etapa de la psitacosis: hablamos de gente que no conoce él Himno Nacional y hasta
encontraron adultos que no conocían la mone­ que ellos no podran gozar.
da de uso corriente. Y que nuestra acción cultural se perderá
Aprendieron también que la escuela debe dentro de ocho días. Todo eso, desgraciadamen­
hacer otras cosas, antes que enseñar a leer y es­ te, es cierto.
cribir. Y vieron que hay sociedades para las cua­ Pero creemos: primero, que hay que crear
les la organización de la familia no existe y el el resentimiento, que es en el fondo la aspira­
casamiento no es otra cosa que un lujo. ción a algo mejor, para que haya posibilidad de
Y como lo aprendieron mediante el tradi­ redención y, segundo, que hemos demostrado
cional y eficaz método de “la letra con sangre que si las misiones se realizasen a menudo la ac­
entre” , la experiencia fué para ellos doblemente ción de éstas no sería ineficaz ni se perdería por
fructífera. el aislamiento y el olvido.
Vueltos de allá se han enfrascado en estu­ Además hicimos reír a las gentes, les mos­
dios sobre reforma agraria, organización agríco­ tramos cosas que no habían visto nunca-, les
la, etc. Muchos de ellos fueron hasta ayer, tal mostramos una clase rara de seres humanos que
vez despreocupados o displicentes pero han ve­ los reunían y los visitaban para no pedirles nada.
nido con el fervor de conocer y estudiar los pro­ Y eso es algo.
blemas del país, como si fueran cosa propia.
Han comprendido también que necesitaban
de una preparación especial para actuar en el OBSERVACIONES DE CARACTER
campo. Se han sentido más de una vez indefen­ SOCIAL
sos y sin armas para resolver las más simples di­
ficultades que les ofreció el ambiente; se han Los muchachos pudieron apreciar la con­
sentido aislados —por diferencia de niveles men­ formidad de las gentes con su destino. Na­
tales— con los habitantes del lugar y todo eso die se queja, porque están vencidos. El que se
les lia enseñado más, para ubicarse en el proble­ queja es porque aprendió a hacer lo en otro la­
ma de la función social del maestro, que todos do. El que pone en la mente def habitante del
los libros que puedan leer. rancherío un propósito de militancia social, ha­
¡Cuantos de ellos, allí, reían de buena ga­ ce literatura. La característica más saliente, en
na, recordando que en el Congreso de Escuela este caso es la aceptación sin protestas de su
Rural estuvimos cuatro o cinco días discutiendo destino.
si la escuela rural debía ser distinta de la urbana Otro hecho es éste: la gente ya está prosti­
o si debían ser iguales! tuida con los repartos. Ya todo lo esperan de
Estuvieron pocos días, pero aprendieron éstos y chicos y grandes son maestros en el arte
muchas cosas. Y no de las de simple informa­ de pedir. Parecía mentira que niños de cuatro o
ción, sino de esas que, al decir de los pedagogos, seis años tímidos y huidizos, supieran usar de
entran a formar parte integral de la personali­ la mentiras y los subterfugios con tanta habili­
dad. dad, cuando se trataba de obtener algún benefi­
Pór eso es que hoy se sienten distintos y tal cio.
vez, —y sin tal vez—mejores que ayer. Y nada digamos de los grandes.
Otro hecho: los adultos ya no tienen posi­
LO QUE DEJARON ALLA bilidades de redención. En general son gentes
que será muy difícil lograr de ellos hábitos de
Junto con algunos elementos de su concep­ trabajo que permitan la estructuración de una
to apriori del campo y de la vida campesina, vida sobre otros fundamentos. Pero lo que pue­
que la realidad se encargó de rectificar,dejaron de ser inútil con los grandes es imprescindible y
algunas cosas más. Por ejemplo, llevaron una fu­ urgente hacerlo con los pequeños. Y eso exige
gaz y sana alegría y un contagioso optimismo la creación de un plan educacional distinto del
propio de la juventud. Además, por primera vez, que se sigue. Las escuelas rurales de los ranche­
enseñaron a las gentes que puede haber solidari­ ríos deberán ser de intemado, de modo que los
dad humana y reunión, sin pedir el voto. niños vivan el mayor tiempo posible lejos de sus
De esto las gentes se asombraban primero. familiares y en ambiente distinto al de sus casas.
Luego comprendían. Estamos seguros que nos Seria el modo de lograr una profilaxis social efi­
comprendió más el pobrerío que la gente selec­ caz.
ta. A ésta la defraudamos en parte; por lo me­ Sorprendió también a los misioneros el he­
nos nos vinimos todos con esa convicción. £ los cho de que las exigencias de la vida se resolvie­
otros no. ran siguiendo este escalafón: primero los hom­
Alguien nos ha dicho con razón que tal vez bres; después las mujeres, después los niños. La
sólo hemos ahondado la decepción y el sentido miseria es mayor en estos últimos. Se ve que
de derrota de aquellas gentes, mostrándoles lo ellos son los últimos a considerar.
PROBLEMAS DE ORDEN nada al rancho pues el jornal apenas les da para
ECONOMICO mantenerse ellos.
Algún lavado, algún baile “pa rebuscarse"
En la mejor zona papera del país, la papa como nos explicara uno— complentan las po­
no puede plantarse casi, por la carestía de los sibilidades económicas.
fletes y por la carestía de la semilla. Además los
* * *
habitantes de los ranchos generalmente no tie­
nen más que un pequeño solar jde modo que la
producción agrícola es muy limitada. El asunto daría para mucho más. Creemos
No crían animales de ahí que no tengan le­ sin embargo que debemos dejarlo aquí para no
che. No se vé siquiera, gallinas. No se vé, tampo­ resultar pesados en la insistencia. Dos palabras
co, una herramienta de labor. solamente nos restan y es decir que no fuimos
El maíz se cosecha y se guarda, en espigas, a “descubrir” la miseria tan lejos; que ya sabía­
en los dormitorios. De él comen, —mazamorra mos, por dolorosa experiencia, que está en otros
generalmente, o “locro” las personas. Algunos lados. Y —para contestar al Dr. Cáceres Brie,
boniatos complementan las provisiones que pu­ que escribió un artículo sin desperdicio en “ La
dimos ver. Mañana” -, que no tenemos preconceptos, ni
Los hombres generalmente trabajan fuera: militancias, para decir lo que vimos, y, que es
en “changas” , en las estancias donde no rige ni inadmisible que en 1945 se justifique la existen­
el salario mínimo ni el descanso semanal en las cia de la miseria llevada a tal extermo, por las
monteadas del Río Negro aprovechamiento de diferencias individuales que expuso el Dr. bure­
los montes donde se hará el embalse— y en éstas ta Goyena en la conferencia de corte más reac­
ganan alrededor de $1.20 por día “secos”, es cionario que se ha pronunciado en los últimos
decir, de jornal sin comida. Calculamos que, tiempos.
cuando de tiempo en tiempo vienen de allá —que
queda a muchas leguas— no traen nada o casi MARCHA, 3 de agosto 1945.

Centenario,
úna radio para que
usted opine y
participe por la
democracia y la
libertad

rea
LA RADIO
QUE CRECE CON FE
En el país
de la “Ganyica”

s com ente que a la vuelta de una Misión,

E
Y para los que sigan creyendo que fuimos
la gente— aún sin pizca de ironía— nos ha­ a un p ic-n ic de veinte días, van a continuación
ga preguntas como éstas ‘.¿Cómo lesfué de algunos de los datos que'recogimos durante la
excursión? ¿Sé divirtieron? U otras, de otro te­ “excursión ”.
nor, —que ya no transcribimos— si saben que
van chicas también. Pueblo Fernandez, ya lo decíamos, es una
Es que mucha gente cree, algunos con mali­ serie de quebradas donde los ranchos se suceden
cia y otros sin ella, que una misión de las que en fila dentro del predio que son setecientas cua­
realizamos es un p ic -n ic con vida de campamen­ dras. En las laderas y en lo alto de los cerros no
to q u e , en vez de uno, dura muchos dias. hay nada. Tampoco puede haberlo por lo es­
Es un error, un lamentable error, en el que carpado y pedregoso del terreno.
muchos se mantienen por no darle la cara al Un grupo de muchachos, los que formaban
problema que venimos agitando con estas misio­ el “equipo de estadística” , recorrió todo el ran­
nes socio - pedagógicas. Es más cóm odo y da cherío, tomando los datos para obtener un cen­
más campo a la malicia creer que los muchachos so de la población. Ese trabajo se realizó sin in­
van a divertirse, que pensar un minuto, con ver­ terrupción desde el primer día hasta el último.
dadera emoción de solidaridad humana, sobre De modo que se llegó a censar la mayor parte
las condiciones de vida de las personas que los del rancherío. Iba con el grupo el practicante de
muchachos conocieron en su “excursión”, y medicina que —además de atender el consulto­
que al regreso, valientemente denuncian. rio a otras horas— tomaba los datos correspon­
Es un error y un m odo de complicidad. Si inci­ dientes al estado sanitario de los pobladores.
diera solamente sobre nosotros, no nos importa­ Por ese censo se llegó a determinar aproxi­
ría. Lo malo es que pensar así y cerrar los ojos madamente la población del rancherío: entre
para no ver, es prestar una alianza a ese dramáti­ seiscientos y setecientos pobladores que viven
co silencio que se extiende sobre el más angus­ en 121 ranchos.
tioso problema nacional. El prestar una alianza
a las fuerzas que tienen interés en que no se cree
una conciencia nacional de solidaridad humana ALGUNOS DATOS
en tom o a esas pobres gentes y a sus condicio­ INTERESANTES:
nes de existencia
Pero tenemos también nuestras compensa­
ciones: la solidaridad de los maestros y estudian­
tes, especialmente los de Salto; las cartas que Todos los pobladores del rancherío son
nos llegan alentándonos; las que hemos recibi­ uruguayos. Y si alguno no lo es hace tanto que
do de los que dejamos en “Pueblo Fernández ” está aquí que es como si lo fuera. Las uniones
-algunas publicarem os- y el gesto de uno de matrimoniales legítimas alcanzan sólo al ONCE
los ganaderos más progresistas de Salto que, sa­ POR CIENTO. El 89 o/o son matrimonios ilegí­
biendo de nuestro trabajo, fue a la Inspección timos aunque marcadamente estables. La natali­
de Escuelas a poner a disposición de nuestra dad ilegítima alcanza al 80 o/o.
obra la suma de quinientos pesos. El promedio de los censados arrojó el nú­
Además, por sobre todo, tenemos nuestra mero de cinco hijos por cada familia.
más iintima satisfacción:SABEMOS LO QUE En general en el pueblito viven pocos hom­
HICIMOS Y ESTAMOS CONTENTOS DE bres. La mayoría de los que están allí permanen­
HABERLO REALIZADO. te son mujeres y niños.
EL TRABAJO prenda usted cómo viviremos para comer con
cinco reales por día. Aquí donde el kilo de fi­
El índice de ocupación, tomado de las de­ deos vale cincuenta y cinco centesimos y la
claraciones de los mismos pobladores es muy al­ yerba setenta.
to. El 97 o/o de los censados trabaja; el resto,el
3 o/o, no hace nada. LA ALIMENTACION
Pero el trabajo no es permanente, ni regular..
Se trabaja en changas y éstas no siempre salen. Como no puede ser de otro modo, la gente
Un habitante de Pueblo Fernández que gane 15 come mal. La comida corriente es la “ canyica”
pesos, un mes con otro, puede darse por satisfe­ —mazamorra de maíz— que en casi todos los
cho. Todos se quejan de que el trabajo es muy ranchos a las 10 de la mañana ya está hirviendo
escaso y de que los estancieros —más desde que en una ollita o en una lata.
vino el salario mínimo— ocupan el menor nú­ Generalmente pisan el maíz en un mortero
mero posible de“mensuales” . A e'stos se les paga y luego lo ponen a cocer. Pero son muchos los
de veinte a treinta peses; aunque conocimos el que lo comen así no más, tal como viene de la
caso de un muchachón de diez y seis años que planta. El agua—muy nutritiva, por lo visto—es
estaba empleado ganando 5 pesos por mes. lo que se da a las criaturas.
Alrededor dél pueblo hay estancias de ga­ En-algunos ranchos vimos un hueso, hirvien­
nadería muy extensiva. Tal vez el terreno no do en caldo. La carne es barata. El kilo cuesta
permita otra forma de explotación. Lo cierto treinta o treinta y cinco centésimos.
es que de tres de ellas, que lindan o traslindan En todo Pueblo Fernández yo no vi una so­
con el rancherío, hay una de DIEZ MIL CUA­ la vaca lechera. Creo que los componentes del
DRAS, otra de ONCE MIL y otra de CINCUEN­ equipo de Estadística que recorrieron más en­
TA Y SEIS MIL cuadras. contraron tres. Pero yo no pude ver ninguna.
Sin chacras, sin cabañas, sin granjas y sin Los niños, por consiguiente NO TOMAN
familias, estas estancias ocupan poquísimas per­ LECHE. Los hay, grandes ya, que no la han to­
sonas. mado nunca.
Solamente hay 6 o/o de chacareros, que Generalmente se cuece la “canyica” á me­
cultivan una pequeña chacra; hay 11 o/o de co­ diodía y de noche se come lo que a mediodía
merciantes-bolicheros— y el resto son trabaja­ se dejó.
dores a jornal. Este corrientemente es un peso Al segundo día de estar la misión resolvi­
diario, trabajándose desde el amanecer hasta la mos establecer, por mientras estuviéramos, un
noche. comedor para los niños, que casi enseguida tuvi­
Entre las mujeres encontramos 10 o/o de mos que extenderlo a los mayores. En una olla
peones; el 20 o/o de lavanderas; el resto 70 o/o de más de cien litros hacíamos la comida que se
de desocupadas. El trabajo infantil prácticamen­ repartía luego a los comensales. Un niño comió
te no existe. un día ocho platos de polenta y otro día diez y
Las otras actividades productivas son la ocho platos de sopa, sin que, por cierto, aquello
prostitución y el contrabando. Pudimos lograr le causase trastorno alguno.
estos datos: prostitución declarada 13 o/o; pros­ Cuando hacía ya cerca de una semana que
titución no declarada: 40 o/o. El contrabando estábamos, una de las muchachas misioneras le
es general; a trece leguas de la frontera, entre preguntó a uno de los niños:
sierras, los cargueros van y vienen impunemente. —¿Qué te ha gustado más: el cine o los tí­
Los contrabandistas grandes pasan mercaderías teres ?
y ganados; los chicos reparten luego la mercade­ Y el muchacho le contestó:
ría ilícita. —¡La polenta!
Era asiduo visitante del campamento un Era conmovedor ver la avidez con que la
hombre como de cuarenta y cinco años. Tenía gente comía y cómo no dejaban la olla hasta
tres oficios: peluquero, peón por día y acordeo­ que no le raspaban el fondo. Hubo día que hici-
nista. De los tres el que más le resultaba era el mos cien kilos de polenta, que desaparecieron
último pues podía ganarse en una noche de bai­ en un santiamén.
le hasta cinco pesos. Con los tres juntos, prome­ Ahora uno piensa desde aquí, después de
diando un mes con otro, gana alrededor de 20 haber estado entre aquello: ¿con qué se llenará
pesos, que es todo lo que tiene para vivir con su ahora la barriga aquella pobre gente que por
familia. quince días supo lo que es vivir sin hambre?
Otro vecino que venía todos los días me hi­ Es una pregunta que cada día que pasa se
zo saber que trabajando en changas ganaba 15 hace más obsesionante.
pesos por mes. Yo no quiero extraer consecuencias ni deri­
-C o n mujer y seis hijos —me decía—com­ vaciones de este buceo en la realidad nacional.
No quiero tampoco buscar culpables. Al fin y al Madre: Sabe leer: no. Gana:$ 10. Clase de tra­
cabo lo somos todos. Pero tampoco quiero silen­ bajo: pensión(debe ser a la vejez). Unión: ilegal.
ciar nada que haya visto con mis ojos u ofdo Tiempo de la unión: no saben.
con mis orejas. Porque hacerlo sería caer en Hijos: tres, 25,24 y 23 años.Los dos prime­
complicidades a las cuales, felizmente, no he­ ros venden leña, ganan 0,30 por día c/u. El otro
mos llegado aún. ' no hace nada.
Lo cierto es que la queja que más repetida­ Habitación tipo: rancho. Metraje: 5 x 3 .
mente me llegó de aquella gente misérrima fue Número de piezas: una. Material: chilca, paja y
la siguiente: la mayor parte de los estancieros palos. Plantíos: no. Terreno disponible: no.
del alrededor negaban la carne de las reses que Condición: agregado (quiere decir simple
morían en sus campos, cuando alguno iba a pe­ ocupante).
dir que se la diesen. Medida de las puertas: 1.40 x 0.60 y 1.30
En Pueblo Fernández no se usa pan ni ga­ x 0.50. No hay véntanas.
lleta. En ninguno de los ranchos donde estuve Número de personas que viven en el ran­
vi ni vestigios de ellos. Y en el campamento a cho: seis.
cada momento tropezábamos con los niños que Observaciones:Hay sólo una cama y una
nos pedfan pedazos de galleta, con el mismo de­ palangana (Es todo el mobiliario del rancho).
seo con que los nuestros piden un libro o un ju­ Otros datos: Vive con ellos una sobrina que
guete. La yerba, al precio que está, va siendo tiene un niño de 2 años y medio. (Padre desco­
también otro artículo de lujo. nocido).

UNA FICHA ***

Para que el lector tenga una idea de lo que De estas fichas tenemos varias docenas
es aquello y de cuál fue el trabajo de búsqueda —esta es la número 51— y todas ellas, de los
de datos que realizamos, voy a transcribir una modos más variados, demuestran lo que es un
de las fichas que el equipo de Estadísticas me rancherío de esos cuatrocientos y pico que
dió para que publicase. tiene el país.
Ficha Numero 51.
Padre: 65 años Sabe leer: no. Sabe escribir:
no. Trabaja: no. Gana:------ Clase de Trabajo: — Marcha, 6 de agosto de 1947
Gien años después

El domingo próximo se cumple un nuevo Por ese tiempo el Uruguay surgía de las
aniversario del nacimiento de José Pedro Vare- guerras de la independencia haciendo pininos
la. Hoy todas las escuelas del país dedicarán para tomar forma de nación. Fronteras indefini­
parte de la jornada a conmemorarlo. das, intervenciones extranjeras, convulsiones
La de Varela debe ser la imagen más fami­ permanentes, tránsito incierto del caudillismo
liar que todos los uruguayos llevamos impresa montonero al militarismo de cuartel. País toda­
desde la niñez. Cada día en cada escuela, su re­ vía cerril, de ganados silvestres, latifundios indi­
trato, siempre el mismo —semiperfil, pelo re­ visos, campos sin alambrados, incipiente contac­
vuelto, barba enmarañada, gesto firme— preside to con el mundo exterior. “En cuarenta y cinco
la jornada. Niños, jóvenes, viejos, cada quien a años, dieciocho revoluciones. Bien puede decir­
su manera y a su edad lo lleva, como presencia se— concluía Varela— que la fuerza es el estado
o como recuerdo. Es el único que ha manteni­ normal de la república”.
do, junto con Artigas, esa inalterable devoción Frente a ese cuadro era necesario estudiar
escolar. la realidad del país; determinar un diagnóstico;
Pero si todos lo recuerdan, son muchos los definir un tratamiento. “ Estamos a oscuras so­
que ignoran su participación y su influencia en bre lo que es nuestro país en su triple aspecto
la vida del país, más allá de su conocida obra de geológico, agrícola y aún social; no sabemos cuál
reformador de la escuela. es nuestra población, cómo se distribuye ni có­
Su vida pública comienza en el 65 como mo se sostiene: nuestras necesidades las calcula­
publicista. En el 67, con su viaje a los Estados mos aproximadamente y aproximadamente cal­
Unidos, inicia su acción educativa que termina culamos los recursos de que podemos disponer
con su muerte, en el 79. Los últimos años ocu­ y como es de suponer en esos cálculos un pa­
pa el cargo de inspector nacional de Instrucción triotismo mal entendido hace que aumentemos
Pública, desde el cual realiza la reforma escolar.exageradamente los recursos y que disminuya­
A veces se hace necesario retornar a las mos con igual exageración las necesidades; muy
fuentes. Ha ocurrido, entre nosotros, con el re­ a menudo las afirmaciones de los más audaces o
nacer actual del artiguismo, porque en éste está de los más ignorantes son las que nos sirven de
la médula de la nación. También en otro plano base”.
y a otra escala, ocurre con Varela. Su ejemplo Del análisis surge el diagnóstico del que no
es cada vez más límpido: sus libros cada vez escapa ningún sector de la sociedad: los privi­
más jugosos. legiados, que “en contacto diario (por el puer­
Lo dominó una idea casi obsesiva: la educa­ to) con los grandes centros poblados europeos
ción popular: “No son los malos gobiernos los y norteamericanos hemos querido ser como
que hacen la desgracia permanente de las nacio­ ellos, y hemos copiado sus consumos excesivos,
nes; es el estado social de esas mismas naciones sus planes opulentos, su lujo fastuoso, sin co­
el que marca el tipo que deben tener sus gobier­ piar a la vez los hábitos de trabajo, la industria,
nos”. Y agrega: “Es en la sociedad misma, en su la capacidad productora” ... El caudillaje que
constitución, en sus hábitos, en su educación y “es la forma de gobierno primitivo que se adap­
en sus costumbres donde deben buscarse las ta al estado social de nuestra campaña!'Los doc­
causas permanentes y eficientes de la felicidad o tores, “una instrucción extraviada por falsos
desgracia de los pueblos”. principios (que) se une a la ignorancia secular
de nuestros campesinos para continuar la obra
de nuestras interminables desgracias” . El pueblo,
en fin, ignorante “después de dormir tres siglos
bajo la tiranía de hierro de la monarquía espa­
ñola, que durante la vida independiente no ha
tenido dónde ilustrarse con respecto a la organi­
zación complicada que nuestra constitución es­
tablece, ni dónde adquirir hábitos republica­
nos” .
Hecho el diagnóstico resultante de un análi­
sis de la triple crisis —económica, social y finan­
ciera—que caracteriza “ nuestro estado actual”,
define el tratamiento: Es pues el desacuerdo
existente entre la ignorancia de la masa popular
y las instituciones políticas que aparentemente
nos rigen, la causa eficiente de la constante cri­
sis política que vivimos. En consecuencia el re­
medio está en la educación popular. “ Para des­
truir la ignorancia de las campañas y el extravío
de las clases ilustradas el medio más eficaz aun­
que no el único será la escuela pública, la escue­
la común, al alcance de todos y a la que todos
concurran”.
Hay que reconocer que la infortunada y
breve vida de Varela ha gozado de un perma­
nente reconocimiento posterior. Tal vez mante­
nido por ese culto infantil a su memoria. Tal
vez por la vigencia de sus ideas fundamentales.
Lo cierto es que por todo un siglo el impul­
so educativo que él inició, con altibajos y cam­ mantiene con el ejercicio. La educación popular
bios de rumbo, ha continuado. La escuela es deviene así en participación popular. Y esa par­
una de las pocas instituciones oficiales que ha ticipación debe extenderse a todas las manifes­
mantenido, en larga frecuencia un ritmo de pro­ taciones de la vida colectiva.
greso. Responde a una necesidad colectiva y En estos días se discute intensamente en
creciente y además está vinculada, como nin­ torno a la orientación de la enseñanza en rela­
guna otra institución pública, a la vida de los ción con la vida social. La pugna puede degene­
hogares. La incompetencia, la desatención, el rar en luchas tan tensas como las que reciente­
abandono y aún la corrupción que la ha afecta­ mente convirtieron a los liceos en campos de
do en su estructura oficial no ha minado los al­ batalla.
cances de su misión educativa, ni su eficacia co­ Es de esperar que las dramáticas experien­
mo institución de cultura popular. Las escuelas cias de los últimos años sirvan para evitar males
tal vez por la presencia de los niños, mantienen mayores. Los responsables de una y otra parte
una pureza original que resiste a la polución in- están en el deber de mantener la disputa en el
vasora. terreno que corresponda.
Cien años después estamos frente a pareci­ Los impugnadores del estado actual de la
da situación: la triple crisis, es más que triple; enseñanza, especialmente a nivel medio, man­
también es más profunda. La obsesión varelia- tienen una tesis aislacionista. Debemos volver
na de la cura del país por la vía de la educación a los buenos tiempos del estudio por el estudio
popular ha dado frutos de valor muy relativo. mismo; al margen y por encima de la realidad;
El país ha reducido el analfabetismo a cifras in­ al aula como templo del saber; al conocimiento
significantes. En cambio no ha eliminado en la sistemático; al régimen de convivencia y disci­
misma proporción “ el analfabetismo de los que plina tradicionales; a la autoridad incuestiona­
saben leer” y mucho menos ha formado una ble del magister: al respeto y acatamiento del
conciencia ciudadana plena. Todavía, a pesar de sistema, sus instituciones y autoridades.
los esfuerzos de escuelas y liceos, los vendedo­ Sostienen sus ideas en nombre de la laici­
res de espejitos siguen haciendo su agosto. dad, aprovechando el prestigio tradicional de la
Saber leer no basta. Hay que participar. La palabra pero desfigurando su sentido.
formación ciudadana no es un producto del co­ Los adversarios —en general la gran masa de
nocimiento; es una actitud que se crea y se profesionales de la enseñanza— mantienen el
principio, ya tradicional también, de la escuela cia al cambio que ofrecen los mayores y su in­
en la vida y para la vida. Es decir: la educación comprensión frente a las reacciones juveniles
no es una ciencia autónoma, sujeta a las leyes que esa resistencia provoca.
independientes de las contingencias del vivir, Se inspiran por último en el mantenimiento
como son las ciencias exactas. Se nutre y cobra de un sistema institucional y político-social,
su sentido con la vida misma y sus instituciones; caduco. Y lo que es peor, pretenden formar a
•debe estar abierta a las manifestaciones más va­ los jóvenes dentro de sus moldes. La contradic­
riadas de la sociedad. Debe participar en múlti­ ción, como se comprende, lleva inevitablemente
ples formas de la vida colectiva y extraer los ele­ al desastre.
mentos fundamentales para la formación del Al otro lado los que están al ritmo del tiem­
hombre del ámbito histórico-cultural que la po presente aspiran a nutrir la enseñanza con
rodea. los elementos que ofrece la vida misma en su
En cierto modo las distintas posiciones re­ cambiante proceso y hasta cierto punto en su
cuerdan la polémica famosa entre Carlos Ma­ destino de aventura. Y, como se comprende,
ría Ramírez y José Pedro Varela. Y no dejaría esta proyección que mira hacia adelante y no
de ser beneficioso para ambos grupos de conte­ hacia atrás, no se compadece con las formas tra­
nedores refrescarse en aquella vieja fuente de dicionales de la vida escolar, ni con sus méto­
inspiración. dos, procedimientos y programas.
En el momento los que amenazan con una No creemos, por último, que sea oportu­
revisión del régimen educativo, cometen el no un planteamiento de reforma y mucho me­
error imperdonable de plantearlo por vía de im­ nos hecho por vía oficial. Está muy fresca la
posición. Olvidan las consecuencias recientes de sangre de los jóvenes asesinados, el recuerdo de
la intervención por decreto y de los excesos que los desmanes de la JUP, los desatinos de la In­
se cometieron. Olvidan que en definitiva la im­ terventora, las agresiones de la policía, y pen­
posición es una provocación y que ésta no que­ dientes las amenazas de represión. El año lec­
dará sin respuesta. tivo apenas empieza y cualquier provocación
Van además contra el tiempo. Porque los puede desbaratarlo. El canallesco atentado con­
cambios ocurridos en los institutos de educa­ tra la escuela Brasil —que quedará impune co­
ción no tienen retorno. Es posible mejorarlos, mo tantos otros— pudo ser la chispa. Pero los
ajustarlos, corregir errores y excesos. Pero no se que sufrirán en definitiva si eso sucede, serán
puede volver atrás. Un aspecto muy grave de la los jóvenes.
crisis generacional de este tiempo es la resisten­ MARCHA, 17 de marzo de 1972

LOS
VIERNES
s,nFALTAun
SEMANARIO
PARA
TODOS
A su imagen
y sem ejanza

El proyecto de Ley General de Educación rios. Lo cierto es que la voluntad popular, fuen­
se inicia con una exposición de motivos que in­ te de todo poder, está encarnada en el señor
tenta una doctrina educativa. El eje en torno al Bordaberry, su gabinete y el sector acuerdista
cual gira la novedosa creación es el concepto del parlamento. Por consiguiente a ellos les co­
de la voluntad general de la nación. rresponde, según la doctrina, hacer y deshacer
Para los ensayistas de este nuevo tiempo, en materia de educación.
esa “ voluntad general” se identifica con la capa­ Investidos en esos poderes, que ellos mis­
cidad de decisión de los ciudadanos de un país mos se otorgan, ¿qué pretenden con el proyec­
tomados en su conjunto. Una especie de sobera­ to de Ley General de Educación?
nía popular de esencia educativa. —En primer término, mantener el clima de
Descubrir esa entelequia no es mérito de provocación que heredaron del régimen ante­
excepción; tampoco una novedad. Desde Suá- rior, cosa que logran con eficacia. Ya los maes­
rez hasta Sanguinetti, pasando por los ideólogos tros, al borde de la desesperación, comenzarán
del Terrismo de 1933, todos le extrajeron de­ la semana próxima una huelga por tiempo inde­
rivaciones al concepto de la soberanía popular. terminado. Cerrarán las escuelas; los niños y jó­
Lo malo es que ahora el principio sirve para en­ venes quedarán sin clases; tal vez pierdan el año.
sayar una especie de Ku-klux-klan dentro de los La conmoción llegará a todos los hogares. Para
organismos de enseñanza. encauzarla contra las víctimas de la ley, están
La cosa es así: el pueblo, titular de la “ vo­ prestas y prontas la prensa, las radios, la TV.
luntad general” elige los gobernantes. Estos re­ De las astillas del mismo palo se extraerán nue­
ciben con sus mandatos la capacidad de inter­ vos pretextos para imponer la ley. En la estrate­
pretar y ejercer esa voluntad general. Por consi­ gia del gobierno, echar a los padres contra maes­
guiente son los únicos capaces para “ imponer tros y profesores es el primer combate.
las líneas generales de la política educativa” . La —Después, en un segundo tiempo, la batalla
enseñanza como cienciá objetiva, como hecho parlamentaria. Los opositores al proyecto exal­
histórico, como técnica experimental, no tiene tarán las nobles tradiciones educativas del país,
valor. Sólo sirve si el gobierno lo quiere; sólo la lucha secular por la laicidad y la autonomía,
participa en la sociedad si transita al ritmo y la constante defensa de la enseñanza contra los
por los canales que el gobierno le determine. excesos del poder, los peligros que entraña la
El ministro Sanguinetti pretende sustituir entrega del sistema educativo a la discrecionali-
la tradición educativa del país por su ley. La dad de los que mandan. Hay una doctrina na­
naturaleza esotérica de ésta no permite hurgar cional forjada a lo largo de un siglo de luchas
en las fuentes que le sirvieron de inspiración. que se juega en los escaños del parlamento, que
Vale la orden; para eso el que manda, manda. puede ser dilapidada en una votación de cinco
Cuando los ideólogos del fascismo en la minutos. Pero los exe'getas de la voluntad gene­
primera mitad del siglo pergeñaron su doc­ ral permanecerán mudos y votarán en favor del
trina educativa no transitaron por otros rum­ proyecto. José Pedro Varela, Alfredo Vázquez
bos: armaron también sus sistemas sobre la Acevedo, Pedro Figari, Carlos Vaz Ferreira—co­
base del poder omnipotente del estado. mo lo recordaba Ardao recientemente—, cons­
Pero no es el caso ahora, cuando las papas tructores del sistema educativo nacional, no sig­
queman, deternernos en escarceos doctrina­ nificarán nada para los “ hunos” y para muchos
de los otros. Los otros serán los que en nombre por sí y sin apelación ni venia algunas; trasla­
de la normalidad de los cursos y de ia tranqui­ dos y destituciones, con prohibición expresa
lidad familiar, reducen el problema a medidas de “ reingreso o cualquier clase de nueva desig­
de orden policial o administrativo para “ mante­ nación o contratación” ; castigos a “ los padres,
ner la paz”, como ocurrió cuando la aprobación tutores o encargados”, según los cuales “ perde­
de la ley de seguridad. En esa oportunidad se rán el derecho de percibir la asignación familiar
echó a los leones toda la tradición nacional de y otros beneficios sociales de que gozan en
defensa de las libertades, derechos y garantías y atención a la tenencia del menor”. Y por últi­
la paz prometida degeneró en el estado de cosas mo lograr la discrecionalidad para nombrar y
que tiene como símbolo el submarino. Ahora ascender al personal docente. Los concursos,
correrá la misma suerte todo el sistema educati­ norma administrativa ejemplar, serán sustitui­
vo nacional, también para lograr la paz; la paz, dos por el nombramiento directo. Para Primaria
el silencio y la quietud de las aulas desiertas. una conquista lograda hace medio siglo y defen­
—Y en el fondo, la conquista esencial que dida constantemente que se anula de un plu­
el gobierno persigue. Unificar la enseñanza en mazo.
un solo organismo que él crea y cuyos titulares En definitiva, la liquidación de la autono­
designa directamente, sujetos a una total de­ mía, de la laicidad, de la libertad de cátedra, de
pendencia; establecer normas de orientación la categoría de ciencia positiva y aun experi­
didáctica que serán amenaza constante para to­ mental ganada por la enseñanza, para que el
dos los docentes que no interpreten fielmente gobierno — ¡este gobierno!—pueda formar a los
“la voluntad general” del gobierno; configurar jóvenes a su imagen y semejanza. Dentro del
delitos de interpretación tan laxa como “ mero orden impuesto; dentro del sistema establecido;
instrumento de una política partidista” , “ acti­ moldeados según las exigencias “del estilo de
vidades realizadas con fines de proselitismo, vida uruguayo” , este estilo de vida en el que la
agitación o adoctrinamiento”, “ pérdida de los delación, la tortura aplicada a inocentes y la
presupuestos indispensables para el cargo” , persecución de “ chivos emisarios”, se cotizan
imponer castigos, con absoluta discrecionalidad, como altos valores de una moral positiva.

MARCHA, 27 de octubre de 1972


Aulas desiertas

—Por ese proyecto, —desde que en sus brecimiento lesivo a que se condena al sistema
horas de incontenible euforia pedagógica re­ escolar, por la degradación gratuita que se infie­
dactó el ex-ministro Sanguinetti—, la enseñan­ re a los maestros y profesores, y, en general,
za primaria, secundaria e industrial, pierde su p o r los efectos de la torpe política que el go­
autonomía y los profesores de las dos últi­ bierno, sin miramientos, impone al país.
mas —Primaria no lo tuvo nunca— su derecho MARCHA, 3 de noviembre de 1972
a representación en los respectivos consejos.
—Los maestros y profesores pierden su es­
tabilidad y quedan a merced de la discrecional
potestad del Consejo de Educación que por sí,
puede decretar traslados, suspensiones y cesan­
tías. Pierden además el derecho a ingreso y as­
censo por concurso; conquista que en Prima­
ria se logró hace más de medio siglo.
—Se les elimina de toda participación en la
orientación y planeación de la enseñanza en
razón de que “la idoneidad técnica no da ga­
rantías de probidad ética y reafirmación dem o­
crática".
—Se les somete a un régimen policial de
vigilancia y delación; se les traba toda forma
espontánea de comunicación colectiva; se les
amenaza con una burda persecución ideológi­
ca; se les obliga a aceptar sin discusión ni répli­
ca cuanto decida el organismo director en ma­
teria de política educativa.
—Por último el proyecto invierte aquello
de que “las culpas de los padres recaerán sobre
los hijos"; pues por las faltas de conducta que
éstos cometieren se castigará a padres y tutores,
privándolos de los beneficios sociales que la ley
les otorga.
Los que lloran p or los días de clases que
pierden los muchachos o por el peligro de que
no alcancen la promoción y los que apoyan y
azuzan las naturales preocupaciones de los pa­
dres, bien pueden meditar un momento en
cuánto más pierde la educación p o r el em po­
Dios los ciega

Ni la obstinación más torpe puede explicar una comisión de coordinación que preside el
el afán de llevar adelante la aprobación del pro­propio ministro.
yecto de ley general de educación. El origen Ninguno de los cuerpos fue consultado.
bastardo, el trámite tortuoso, la resistencia ma­Ninguno participó en la confección del proyec­
siva de los sectores afectados, la falaz argumen­to. Ninguno, por consiguiente, emitió opinión.
tación de quienes la defienden, no alcanzan Hechos que ratificó el Presidente de la Repúbli­
para llamar a la prudencia y la mesura. La ce­ ca al decir que el ministro “ ha rehusado toda
guera ignora las razones. Lo de que “ Dios ciegapolémica pública y se ha dedicado a trabajar
a los que quiere perder”, se cumple, una vez firmemente en este proyectó” .
más. A un proyecto inconsulto, de semejante
El proceso comienza con una discutida pa­ elaboración, de raíces difusas y de inspiración
personal, ¿qué título o idoneidad docente lo
ternidad. En la discusión sale al cruce el autor:
“ La autoría del proyecto es muy clara y cabe respalda?
atribuirla a quien ha dicho ser su redactor, el El trámite parlamentario no es menos
entonces ministro Sanguinetti, que tomó en chueco. El Poder Ejecutivo lo declara como de
cuenta todos los antecedentes en la materia pe­ urgente consideración (5 de octubre), que obli­
ro formuló una elaboración personal” . Tam­ ga a un trámite abreviado. La inconstituciona-
bién un cable de un funcionario de la OEA lidad es evidente como se ha probado desde es­
agrega confusión. El señor Echeverry Boggio tas páginas.
—viejo conocido de los maestros uruguayos, ase­ En la cámara el domingo se fuerza una vo­
sor de Felipe Ferreiro en el mamarracho que tación y el proyecto, que debía entrar al orden
caratularon “ Plan Ferreiro 1960”— ofrece al del día, retoma a la comisión hasta el 14. Aque­
señor Bordabeiry “dejar el cargo internacional lla lo discutirá al filo del vencimiento del plazo.
a efectos de estar en condiciones personales pa­ Para dar sabor al expeditivo procedimiento,
ra defender principios y contenido ley enseñan­ los legisladores de la 15 que en la mañana reco­
za presentado por su gobierno al parlamento” . rrieron la ciudad en caravana manifestando con­
tra el gobierno, en la tarde lo apoyaron uniendo
¿Por qué la sacrificada y oficiosa oferta? Es
cierto que hace tres o cuatro meses vino al país sus votos al bloque oficialista con un entusias­
una misión especial de la OEA presidida por el mo que llegó al tumulto, precisamente en el
venezolano Eduardo Rivas Casado, subdirector “noveno día de injusta prisión” .
de la División de Educación de la OEA, integra­ Los maestros en huelga por tiempo inde­
da entre otros por el mencionado señor Eche­ terminado; los profesores de secundaria, los de
verry Boggio, con el cometido expreso de eva­ U.T.U. los de enseñanza privada, laUniversidad'
luar la educación en el Uruguay. No sabemos también en huelga; los funcionarios administra­
si produjo o no informes; si redactó o no ante­ tivos de todas las ramas acompañándolos; la
proyectos. Pero es sabido que toda misión hace movilización popular que noche a noche reúne
por lo menos, lo primero, a su retorno a la sede.en distintas asambleas y mesas redondas a dece­
Tenemos nuestras razones —además del ofreci­ nas de miles de ciudadanos; una asamblea de
miento mencionado— para creer que el informe profesores y padres que desbordó el estadio de
de la OEA, fue pieza de consulta y de transcrip­ Peñarol; un paro —el de ayei— que inmovilizó
al país por toda la jornada. La respuesta popu­
ciones, al procederse a la redacción del proyecto.
lar más inequívoca rechaza el proyecto. Pero el
gobierno continúa empeñado en aprobarlo y
Pero eso no tiene importancia. Lo malo es convertirlo en ley. No importa cuál sea el ca­
que éste se preparó sin consultar a ninguna au­
mino; no importa cuáles las consecuencias. Lin­
toridad nacional. Primaria tiene Un Consejo Na­ da manera de gobernar y también de pacificar.
cional; Secundaria, otro; la U.T.U., el suyo; la
Universidad, el Consejo Central. Aún más: hay MARCHA, 10 de noviembre de 1972
Laicidad
en la enseñanza

LAS CONSECUENCIAS Es la diferencia fundamental que existe


DOCENTES DEL SABER entre enseñar lo que se sabe y enseñar lo que
Y DEL CREER se cree. En el primer caso la legitimidad del
acto de transferencia está en la prueba que
nseñar es transferir aquello que se sabe. Es, permite demostrar que la cosa enseñada es cier­

E también contribuir —ayudando, protegien­ ta. En el segundo caso, en cambio, no existe


do, salvaguardando— al desarrollo o desenvol­ la garantía. Cuando se enseña lo que se cree
vimiento de las potencias y valores internos que se le da validez de prueba a la aceptación por
posee otro ser. Es además ayudarlo a que se in­ la vía de la fe. Pero la fe es un contacto y una
corpore sin conflictos y sin resistencias, al mun­ actitud personal, subjetiva. Por consiguiente
do cultural a que pertenece. no es legítimamente transferible. En el acto
Como se comprende la más sana actitud de enseñar lo que cree, el educador traspasa
educativa para lograr estos objetivos es aque­ a su discípulo un modo de “saber” que, como
lla que está depurada de imposiciones, coac­ ciertas tarjetas de invitación, es intransferible
ciones o supuestos. y personal.
Lo que yo sé lo puedo enseñar si ello con­ Si yo creo que “Alá es Dios y Mahoma
tribuye a crear en mi discípulo la comprensión, es su Profeta” y si, por consiguiente, acepto
el conocimiento o el dominio del mundo en así el precepto, éste tiene valor de verdad en
que vive. Lo que sé es la verdad; y es tal porque el fuero limitado de mi creencia y de mi acep­
existe independiente de mí y puede ser proba­ tación. No puedo pues, sin lesión a terceros,
da y demostrada. El niño, inclusive, puede ad­ imponerlo a mi discípulo como una verdad
quirirla del mismo modo que yo, por la vía y mucho menos exigirle que de acuerdo a ella
demostrativa. No debe aceptarla porque yo se proyecte su plan de vida y decida su destino.
la diga; debe descubrirla y probarla por sí No importa que la imposición sea dulce y
mismo. persuasiva o lo sea dura y tiránica; siempre
En esta categoría el conocimiento es trans- será imposición. Siempre será lesión al libre
ferible. Porque la verdad es un hecho que per­ desarrollo de otra persona.
tenece a todos. Porque todos deben saber com­
prenderla, valorarla y usarla. En la niñez, en la EL ASUNTO REFERIDO
juventud, en la madurez del sujeto, la verdad A LA NIÑEZ
objetiva será siempre la misma y como tal se
comportará.
En cambio, cuando una cosa es cierta por­
nr I odas las religiones son prosoletistas. Todas
aspiran a conquistar el mayor número de
que yo creo en ella, la relación entre educador adeptos. Todas, en el sentido de extender su
y educando es distinta. En este caso lo que yo ámbito, son imperialistas. La “ mayor gloria de
sé, no tiene valor de verdad por sí mismo, sino Dios” exige más extensas conquistas. La “ ver­
porque yo se lo doy. Al transferir un conoci­ dad” para el creyente es una. Ello crea una ac­
miento basado en mi fe, no sólo hago traspaso titud generosa, honrada y unilateral, en el sen­
del elemento así “conocido” , sino que además tido de extender el reino de esa verdad.
De ahí que la catequización --tomado el
impongo mi acto de voluntad de creer. Exijo término con referencia a cualquier religión-
a otra mente, a otro ser, que acepte como cier­ sea la consecuencia y en definitiva el programa
to lo que yo creo que es cierto; pero que, por de acción. Su tendencia es la de convertir a
su propia naturaleza inasible, no puedo probar todos en siervos de Dios para que gocen por
ni puedo demostrar. igual de los beneficios y glorias de tal servidum-
bre. Todos deben, para su propia felicidad y En estos días hemos asistido a las explosio-
salvación, aceptar la misma doctrina, el mismo nes de una preocupación profunda —que com­
sistema explicativo, el mismo culto, la misma partimos— ante posibles lesiones al pudor. Pero
organización. tan delicada o más que el pudor, es la forma-
E1 programa sería perfecto si la verdad fue- ción de la personalidad toda. Y por lo visto no
se incontrovertible. Pero la verdad en que se es motivo de preocupación el hecho de que se
basa está más allá de la experiencia y del poder imponga desde afuera, como coacción - sin
de análisis de la razón. Evidentemente es exce- hacer por cierto muy afinada selección de me-
sivo pretender dar validez universal a una ver- dios—, un sistema explicativo del mundo inin-
dad que está sólo en nosotros mismos por ab- teligible, un concepto de la vida, una progra-
soluta que sea la seguridad que tenemos en mación de su destino, una moral práctica, que
ella. son en definitiva mutilaciones y condiciones
Si partimos del principio de que la persona impuestas a su libre desarrollo,
debe desarrollarse e integrarse hasta su forma- Ningún organismo público puede abrogar-
ción, nutriéndose de verdades con sello de ga- se tal demasía de atribuciones. Por lo menos
rantía, no podemos aceptar que prematura- sin aceptar previamente que es lícito y deseable
mente se le imponga una creencia y una fe que imponer —aunque sea con los mejores propó-
le llega por vía de transferencia. Si la lesión es sitos— soluciones intencionadas que limiten
grave en cualquier caso, mucho más lo es tra- y coarten el desarrollo normal de la persona-
tándose de niñez sin capacidad de definirse, lidad. Como entendemos que tal cosa no es
sin capacidad de elegir, sin conocer siquiera los ni lícita ni deseable, es. que sostenemos, una
múltiples sistemas explicativos que contienen vez más, el principio de la laicidad en la en-
las diversas e irreconciliables sectas y religiones, señanza.
L a cigüeña
pecaminosa

Estudiar la reproducciones estudiar un pro­ padres, se extiende y ensombrece en lugar de


blema biológico. La Biología tiene su método, desaparecer. Recién en un tercer proceso de
desvirtuarlo es desfigurar el estudio de uno de racionalización pondrá las cosas en su lugar den­
tantos problemas que la naturaleza le presenta tro de una correcta escala de valoraciones. Pero
ll hombre. ¿cuánto se ha torturado, manoseado y ensucia­
Las cuestiones de orden biológico no son do por el camino?
ni buenas ni malas; ni morales ni inmorales. Son Es muy fácil enseñar a los niños que nacen
fenómenos que son como son, porque así nos del vientre de su madre, del modo natural cómo
los presenta la naturaleza, o si se quiere, el nacen muchos otros seres. Cuando los chicos
Creador. ven así contestadas sus primeras preguntas la
A un hecho natural no se le puede cargar cosa prohibida y la curiosidad insatisfecha con­
de significados que le son ajenos. Porque se sub­ siguiente, no aparecen. La “malicia” no está en
vierte el valor de sus contenidos; porque inclu- el hecho infantil de preguntar; está en la res­
llve, se ensombrece su original claridad. puesta cuando es esquiva o desfigura los hechos.
Si analizamos cómo llega el hecho de la Es un disparate creer que el conocimiento
reproducción a los niños podemos ver cuánto o el contacto con el hecho de la reproducción
de intencional y “malicioso” ha puesto la pre­ —se explique, se observe, o se estudie experi­
paración que de él han hecho los adultos. Para mentalmente— tenga una carga potencial de
no decir al niño que ha salido del vientre de su sexualidad o de excitación. Esa carga y esa in­
madre, la explicación recurre a la manida fábu­ tención, cuando existen, se la ponemos los
la de la cigüeña. Tal vez ésta sea elegante y grandes; no los niños. En ellos los problemas
hasta encantadora. Decir que un niño viene de de orden sexual no cuentan o tienen un valor
París y no de un parto, seguramente suena me­ muy secundario hasta la aparición de la puber­
jor y es más distinguido. tad. Cuando las madres cambian la posición de
Pero la tal fábula lesiona en lo esencial el las manos de sus hijos dormidos —si las tienen
sentido de lo que la maternidad significa como posadas sobre sus órganos sexuales— están atri­
hecho trascendente y hasta sagrado. El niño que buyéndoles a ellos los móviles y sensaciones
cree en la cigüeña pronto alcanza a ver que más propios de los grandes en situación similar. Y
allá de esa “explicación” hay otra cosa que le no hay tal: la carga potencial del gesto o de la
ocultan. Cuando descubre por sí mismo —quién actitud que pueda sentir una pendiente de la
sabe de qué modo— que no hay tal cigüeña, ya que corresponden a un pequeño.
en él el concepto del nacimiento y de la mater­ Lo mismo ocurre con las explicaciones en
nidad están maculados de ocultación o de pe­ tom o al hecho de la reproducción. Lo “incon­
cado. Cuando más tarde reconstruye por sí fesable” de ésta es lo que contiene de malicioso
mismo todo el proceso de la reproducción que el concepto de los adultos. Pero si tal concepto
le dio la vida, esa mancha original, agravada se depura de innobles contenidos, desaparece
ahora por todo lo oue significa la unión de sus naturalmente “la franja v er'e” y las explicacio­
nes quedan libres de dificultades. contraviene a nuestra concepción moral pre­
sente. No entendemos que esa historia, llena
de sombras y de silencios, es la que viven
LA APARICION DE LA SEXUALIDAD nuestros hijos. Y somos tan torpes que en vez
de ayudarlos para que no se críen entre con­
flictos y represiones, los condenamos, con una
El problema, sin embargo no es tan senci­ barrera de silencio a que resuelvan por sí so­
llo. Tempranamente empieza a complicarse por los sus problemas librados a la peligrosidad
la aparición en el joven de elementos nuevos de su inexperiencia.
que hacen su aparición. En los niños los conte­
nidos de sexualidad los ponen los adultos. En QUITAR LA FRANJA VERDE
los jovencitos aún antes de que aparezca la pu­
bertad, nacen de complejos íntimos del propio El problema desde el punto de vista educa­
sujeto. Ya la sexualidad no viene de afuera. tivo, radica simplemente en quitarle “la franja
Brota en el ser mismo respondiendo a impe­ verde” al fenómeno natural y tomarlo tal cual
rativos de su propio desarrollo. és dentro del campo que le tiene asignado la
La actitud del adulto frente a la aparición ciencia. La explicación científica, hecha con se­
de las preocupaciones de orden sexual debe riedad y con mesura, pone al niño frente a los
ser medida y discreta. Esa aparición llega a su hechos que no tienen por sf carga alguna de
hora porque tiene su origen en imperativos
de orden biológico. Cuando el muchacho peligrosidad o de verano. Frente al hecho así
siente sus primeras inquietudes comprende tratado el niño encuentra la salida de sus in­
enseguida que ellas lo impulsan a transgresiones quietudes y sus misterios, que se resuelven por
que son consideradas como pecaminosas e in­ la vía clara de una explicación sin intenciones.
confesables. Cuanto más cerrado es el forma­ Si esa explicación se da en la clase, o, por lo
lismo del medio en que vive, más tensa será la menos, en acto de convivencia docente entre
situación que se le crea. maestro y alumno, las complicaciones se resuel­
En el adolescente, y aún en el niño en la ven por sí solas. Es sorprendente —lo decimos
última etapa de su vida escolar, las tensiones y después de muchos años de trabajo sobre estas
curiosidades que nacen de la aparición de la
sexualidad no encuentran —es lo general— la cosas— la neutralización que se logra cuando
vía franca de la explicación y de la confiden­ estos temas, que angustian a la gente, se tratan
cia. Los padres huyen ante las escabrosidades depurados de “malicia” y “ doble sentido” .
del problema; los hijos se reprimen al no en­ Además el muchacho, entendiéndolo así, no
contrar la franqueza y claridad que necesitan. tiene necesidad ya de buscar satisfacciones por
Se produce —es lo corriente— una zona de si­ las vías torcidas habituales. El incentivo del mis­
lencio en la diario comunicación de padres a terio, ha desaparecido con éste.
hijos. Cada vez más en el niño se va afirmando Claro que desde el punto de vista didáctico
el concepto de que todo lo referente a su des­
pertar sexual pertenece al mundo de las cosas las cosas no son simples. Los niños llegan al
inconfesables. Se refugia como es lógico en sí aula con las deformaciones que les han impues­
mismo, o resuelve sus tensiones internas en el to los mayores. La ingenuidad original se per­
extenso campo que le ofrecen las relaciones dió el día que apareció el concepto del pecado.
ilícitas y también inconfesables: conversacio­ Los niños viven en un ambiente contaminado
nes con los compañeros o con otras personas del problema de la sexualidad. El cine, los dia­
no tan moralizadoras como los padres, lecturas rios, las radios, las revistas, los cuentos “ver­
de dudosa intención, etc. En el orden íntimo des” toda una extensa literatura subterránea,
y personal hay toda una escala de “juegos pro­ contribuyen a deformar las ideas que en él van
hibidos” que sirven de válvula de escape a la echando raíz. Todo eso, sin embargo, son fac­
vez que de iniciación, para las tensiones del
despertar sexual. tores que configuran el problema. El educador
En la historia que todos hemos vivido y debe tenerlos en cuenta para neutralizar las in­
que ahora, adultos, tratamos de olvidar re­ fluencias perniciosas y afirmar aquellas que
chazándola hasta en el recuerdo. Es lo que sirvan positivamente a la formación de la per­
repudiamos de nuestra adolescencia porque sonalidad.

MARCHA, 31 de mayo de 1957


LA CONSTITUCION DEL FRENTE AMPLIO

U n a larga m archa

A constitución del Frente Amplio, resuelta gente que veía más lejos; por los que sentían

L el viernes pasado, es la culminación de un que definiciones, enfoques y métodos políticos


no se avenían a las exigencias de los nuevos
incierto y largo proceso que se remonta, por lo
menos a cuarenta años atrás. tiempos; por los que aspiraban a promover
—La aparición del fascismo en Europa —en cambios. Una Liga Antimperialista reunió así,
el poder en Italia y marchando espectacular­ en 1929, a militantes de partidos tradicionales
mente hacia su conquista en Alemania—, las y “de ideas” —como se les llamaba entonces—y
dictaduras en España y América Latina, los a gente independiente. Recordamos que entre
avances del imperialismo en esta última, provo­ los promotores de ese movimiento figuraron:
caron aquí, en esta tranquila orilla del Río de la Julio César Grauert, batllista; Carlos Quijano,
Plata, inquietud y preocupación por lo que nacionalista; Emilio Frugoni, socialista; Héctor
aquellos hechos anunciaban. González Areosa,independiente. Ya en ese tiem­
Surgió así un movimiento iniciado por la po hubo quienes con lucidez y precisión intuye­
ron el futuro y se aprestaron, buscando unirse Además la propia izquierda se dividió y, por
en una organización común a afrontar el desafío segunda vez, la conjunción de fuerzas, antim-
• La crisis del 30, la iniciación del gobierno penalistas y antioligárquica, fracasó.
de Gabriel Terra, la fugaz unidad nacional crea­ La resolución posterior del batllismo de
da en tom o a la defensa de la economía y de la concurrir a las elecciones bajo el lema Partido
moneda y, posteriormente, la amenaza reeleccio- Colorado y la decisión del Nacionalismo Inde­
nista, preparatoria del golpe de estado, relega­ pendiente de levantar la abstención electoral
ron las premoniciones déla Liga Antimperialista. demostraron las contradicciones esenciales que
Poco a poco aquel impulso inicial cayó en el negaron al frente. La ley de lemas se encargaría
olvido. después de consolidar el sistema de la coexisten"
—En 1933, después de una campaña para cia y aún la alternancia de los partidos tradicio­
reformar la constitución a fin de que autorizase nales en el gobierno.
la reelección presidencial —nada nuevo bajo el —En 1962, nuevo intento de unificación de
sol—, el presidente Terra dio el golpe de estado. las fuerzas populares. Colorados y blancos ha­
Lo habían precedido: Uriburu en la Argentina, bían tomado turno en el poder, con el mismo re­
impuesto por un golpe militar, y Vargas en el sultado. La alternativa del año 58 no sólo nó
Brasil que, llevado al poder por una revolución fue clara, sino que resultó, con muy pocas dife­
popular, viraba rápidamente hacia la derecha. rencias, la continuidad del sistema. El naciona­
La dictadura dividió los partidos tradicio­ lismo triunfante no supo hacer gobierno. El Par­
nales: blancos y colorados con el régimen; colo­ tido Colorado, a su vez, no supo hacer oposición.
rados y blancos en la oposición. Los partidos y Las fuerzas no comprometidas con los par­
grupos “ de ideas”, con estos últimos; los comu­ tidos tradicionales se encontraron ante una
nistas, formando rancho aparte, también en la nueva oportunidad. Surgieron convocatorias; se
oposición. ensayaron tratativas. Pero los propósitos de
En los comités de lucha contra la dictadu­ acción común no vencieron las dificultades de
ra, en las organizaciones de resistencia clandes­ la organización.
tina y en los campamentos revolucionarios de Se registró algún aglutinamiento de fuerzas
dos movimientos armados que se organizaron y algún leve drenaje en las izquierdas de los par­
contra el gobierno, surgió una nueva unidad de tidos tradicionales, pero no se superaron las di­
fuerzas populares. vergencias internas. La concurrencia a la elec­
La división dictadura-oposición señalaba ción en dos grupos, Unión Popular y F.I. de L.,
exclusivamente, dos caminos. Los grupos que frustró la expectativa que en el sector popular
creían en la democracia, que habían sido perse­ se había creado.
guidos, que se habían desligado de compromi­ —En 1965, en previsión de las elecciones
sos o contactos —o no los habían tenido nunca— del 66, se repitió el ensayo unificador. Los dis­
con el sistema espurio y repudiado, tentaron tintos grupos que se llaman a sí mismos la iz­
organizar una militancia común que hasta cierto quierda nacional, organizaron la Mesa de la
punto se logró. En ese contexto la izquierda de Unidad del Pueblo y reiniciaron tratativas. Hu­
la masa opositora inició un movimiento inspira­ bo acuerdo en los objetivos generales: lucha an-
do en el propósito de radicalizar a la oposición timperialista, lucha contra la oligarquía, oposi­
y de llevarla al ámbito más amplio de la lucha ción al régimen. No se logró, en cambio, respec­
revolucionaria contra el imperialismo, el fascis­ to de los problemas de organización y de encua­
mo y el injusto sistema económico-social. dre de la acción electoral en la ley de lemas.
Surgió de ese modo en 19361a movilización Todo el año 66 los distintos grupos busca­
hacia la creación de un frente popular. Sectores ron soluciones sin hallarlas. Quince días antes
de izquierda de los partidos tradicionales, estu­ de las elecciones se separaron, como buenos
diantes, obreros, grupos de intelectuales, se ali­ amigos, a la espera de una mejor oportunidad.
nearon en tomo a la naciente organización. Es­ —Esta ha llegado, por fin. Los duros años
ta vez el comunismo —que seguía la línea Dimí- transcurridos desde entonces a acá han sido lec­
trov aprobada en el VII Congreso de la Interna­ ción aprovechada. La unidad se ha hecho en la
cional, en agosto de 1935— se incorporó al mo­ calle, en la lucha contra el sistema imperialista.
vimiento. En Chile el éxito fue tal que dos años Ha sido cimentada con dolor y con sangre, y
después el Frente Popular (socialistas, radicales, ello le imprime cierto carácter de compromiso
comunistas y democráticos) ganó el poder. sagrado. Está además respaldada por una entu­
Pero la oposición (batllistas y nacionalistas siasta expectativa popular.
independientes) no participaba del radicalismo La sagacidad, comprensión y desinterés de
que inspiraba al frente. Lo reconoció como la los hombres encargados de la dirección del mo­
vanguardia de la fuerza revolucionaria contra la vimiento y, en especial, la participación activa y
dictadura, pero muy pronto le hizo el vacío. militante de todo el pueblo harán lo que falta.
Todos estamos en el deber de contribuir con lo nerales” eran aspiraciones inalcanzables que
mejor de nosotros mismos al, éxito del Frente muy pocos'atrevían a suscribir. Los grandes im­
Amplio.. perios —la ya caduca Gran Bretaña y el naciente
Desde hace cuarenta años los problemas poder norteamericano— concitaban la adora­
han sido los mismos. Tal vez hoy, para nosotros, ción y el entusiasmo populares. Su reciente
más graves que entonces. Pero la opinión nacio­ triunfo frente al imperio alemán los presentaba
nal estaba muy lejos de comprenderlos y mu­ como salvadores de estas casi felices colonias.
cho más de dar una respuesta efectiva. Se nece­ En esa tierra se echó la semilla. Su proceso
sitó tiempo, constancia, tenacidad para llevar al de germinación ha sido muy lento. Pero ha da­
primer plano de la comprensión popular, lo do sus frutos y muy pronto, según se anuncia,
que hoy son lugares comunes. Cuando se fundó asistiremos a la cosecha.
la Liga Antimperialista, que rememoramos, un La creación del Frente Amplio, las movili­
dólar valía 98 centésimos uruguayos. Del impe­ zaciones populares, la incorporación de grupos
rialismo norteamericano no se tenían mas que que abandonando sus lemas tradicionales se in­
noticias fragmentarias y distantes. De la edición corporan al gran movimiento, abren una pers­
española de “ Dollar Diplomacy” apenas habrían pectiva nueva de militancias y de triunfo.
llegado una docena de ejemplares que sólo los
iniciados pudieron conocer. Las consignas, en lo
intemo, de “salario mínimo y jubilaciones ge­ MARCHA, 12 de febrero de 1971
U n a elección diferente

A presencia del Frente Amplio da a estas signado, “ ¿por qué no?”, a sí mismo y mantl»-

L
rales.
elecciones características muy especiales. ne el suspenso sugestivo sobre su desconocido
La primera de ellas es la cautela con que los .sucesor. Ofrece así el Partido Colorado un do­
partidos políticos inician sus campañas electo­ble ejemplo de democracia representativa: un
caso donde los votos son muchos más que lai
Mientras aquél proclamó su fórmula presi­ personas y otro en que el elector guarda el se­
dencial hace seis meses, hay aún, a menos de. creto de la sucesión en una especie de parto rea)
dos, sectores de los partidos tradicionales que en el que ya amenaza la intervención del fór­
no han formulado las suyas. Las tratativas, ceps.
en algunos casos, han entrado ya para los intere­ Mientras el Frente Amplio busca y promue­
sados, en un clima de verdadero suspenso. ve la participación popular, los partidos tradicio­
Ninguno de ellos ha atrevido la conquista nales siguen con sus habituales métodos electo­
masiva de la calle. El acto del 26 de marzo, que rales: la vieja, pero aún eficaz, organización de
conmovió al país fue una demostración de fuer­ caudillos y la cosecha de votos a través de la
za y un desafío. Pero nadie recogió el guante. intermediación de éstos. Es así que por primera
Hasta ahora, a excepción del Frente no se ha vez en el país la búsqueda de una toma de con­
intentado una manifestación de esa naturaleza. ciencia masiva se pone a prueba en oposición a
Los candidatos frentistas recorrieron todo las conocidas formas de propaganda.
el país y fueron aclamados en los diecinueve
departamentos, recogiendo un apoyo popular II. Otro aspecto es el de respeto a la voluntad
inesperado. El hecho se repite semana a semana ciudadana que representa el voto.
en los actos de proclamación de los candidatos Los viejos partidos, para resistir al inevita­
locales y en las reuniones de mesa redonda que ble derrumbe, crearon el sistema electoral de
se organizan en pueblos y ciudades. Se han efec­ la ley de lemas. A su sombra el nacionalismo
tuado las movilizaciones de masas del 19 de ju­ puede reunir los votos que un candidato recoge
nio y del 25 de agosto con las visitas domicilia­ con la izquierda, con los que otro candidato re­
rias y anoche nomás se convocó a centenares de coge con la derecha. El señor Ferreira Aldunate,
antipachequista, voltea ministros; el general
actos simultáneos en los comités de base.
Aguerrondo, pachequista, los apuntala. Pero los
Contrasta, frente a esta búsqueda del con­
votos que recogen ambos se suman y quien su­
tacto directo con el pueblo, la reticente actitud
de los otros partidos. El nacionalismo ha presen­ fraga por el primero, puede, sin saber, hacerlo
por el segundo y viceversa.
tado sus candidatos a la opinión pública y ha
reunido con variado éxito algunas concentracio­ En el caso del Partido Colorado, por la
nes populares. Ninguna, sin embargo, en lugares misma artimaña, la cerrada oposición al pache-
estratégicos de la ciudad que permiten la com­ quismo de los señores Vasconcellos y Flores
paración. Mora se convertirá, en las urnas, en votos a fa­
El Partido Colorado, mucho más cauteloso, vor del candidato pachequista. De donde resul­
no ha atrevido siquiera la proclamación pública tará que la agresiva actitud de acusación y con­
de sus candidatos mayoritarios. Mientras el se­ dena se transformará, en el acto electoral, en
ñor Jorge Batllé espera la democrática decisión vergonzante colaboración. El ciudadano que vo­
de sus convencionales, el señor Pacheco man­ te a Vasconcellos contra Pacheco, dará su voto
tiene el secreto de su tapado, dándose de ese a Pacheco contra todo lo que dice Vasconcellos.
modo los dos extremos de participación popu­ Los partidos tradicionales viven del juego
lar: el primero será designado por una multi­ de la acumulación. Que en su real significado es
tud que nadie vio ni oyó pero que misteriosa­ el engaño y la frustración para el votante. La
mente suma una cifra que desde ya le asegura decisión que éste pone en la urna, se tuerce y
el triunfo sobre todos sus competidores, mien­ desvía a través de los intrincados canales de las
tras el segundo, solo y único elector, se ha de­ acumulaciones de votos y por ellos toma un
nimbo que generalmente nada tiene que ver ra a través del interés personal y directo es más
eon la situación del elector. firme y más segura; la relación entre candidato
K1 Frente Amplio, en cambio, ha tomado y elector, más efectiva.
unu posición electoral limpiamente unitaria. El Frente Amplio ha abierto un nuevo ca­
(Julón vota al Frente vota por Seregni y Cro- mino a la relación entre cuerpo electoral y sus
ttoglni. Un solo lema y una sola fórmula presi­ ocasionales dirigentes. El diálogo, la comunica­
dencial. Sin combinaciones más o menos tor­ ción directa, el intercambio de ideas, la discusión
tuosas, sin distorsiones ni engaños, el ciudada­ pública, son las vías de penetración que utiliza
no, en el Frente, vota por sus candidatos. Y na­ para el posible adoctrinamiento. En esta tarea
da más. Cualquiera que sea el sublema de su los comités de base de todo el país, han realiza­
preferencia, su voto será para Seregni y Crotto- do una efectiva docencia popular, que diaria­
tftni. De donde resulta que el Frente —“el con­ mente se lleva a cabo en Montevideo y en las
glomerado”, “la colcha de retazos”—, siendo un ciudades del interior. Las campañas masivas de
agrupamiento de partidos, ha logrado una cohe­ visitas a los hogares, las jomadas de actos si­
rencia,una unidad y una seguridad para el votan­ multáneos —como ocurrió anoche—, el releva-
te que no la ofrecen los partidos tradicionales. vamiento de encuestas, etc., son todas formas
Esa claridad en la presentación electoral se de militancia directa que contribuyen a fortale­
repite a nivel departamental. El Frente Amplio cer en la gente sus deberes de participación ciu­
está integrado por distintos grupos políticos y dadana.
fuerzas independientes. No obstante, ha logrado No se conoce todavía hasta qué hondura ha
que en los diecinuéve departamentos de la repú­ calado este tipo de propaganda cívica, ni los re­
blica un solo candidato frentista se postule para sultados electorales que ella arrojará. Pero sin
la elección de intendente. Médicos, ingenieros, duda representa un cambio profundo en los mé­
maestros, abogados, productores rurales, pro­ todos de acción pre-electoral utilizados hasta
fesores, todos de sólido prestigio personal y ciu­ ahora.
dadano, han sido proclamados en cada una de
las jurisdicciones. El caso del doctor Villar, can­ IV. Por último, un hecho nuevo, sustancial. Por
didato único del Frente a la intendencia de primera vez en la historia del país los sectores
Montevideo, se ha repetido desde Artigas con el que componen la llamada izquierda nacional
Ingeniero Eladio Dieste, hasta San José con el concurren a una elección a disputar el gobierno
doctor Mario Mangeney, y desde Río Negro con con posibilidades de triunfo.
el ingeniero Marcos Dorrego a Rocha con el Hasta ahora los partidos “chicos” —como
profesor Dagoberto Vaz Mendoza. En ningún en el fútbol los que no son los dos ’’grandes”—
departamento surgió desacuerdo entre los sec­ entraban a la lucha electoral sabiendo de ante­
tores frentistas para la designación de candida­ mano que no lograrían más del diez por ciento
tos a los cargos locales. de los sufragios. Separados o juntos —nunca, co­
Frente a esa unidad que ofrece el Frente, la mo ahora, participaron juntos—llegaban al acto
dispersión y contradicciones internas que no electoral con el peso de la derrota a cuestas. La
pueden ocultar blancos y colorados. elección se disputaba entre blancos y colorados.
Para los otros sólo quedaba la residual conquis­
ta de algunas bancas legislativas, que no siempre
III. La elección es una empresa de participa­ obtenían.
ción popular. El voto es un derecho que debe Ahora, con la entrada en escena del Frente
ejercer, libremente, cada ciudadano. Amplio, la situación cambia. La opinión nacio­
Todos conocemos las formas tradicionales nal está dividida, por tercios, entre tres fuerzas
de enganche. En tiempos de la golilla blanca o de las cuales cualquiera de ellas puede resultar
colorada, los móviles emocionales —tradición, vencedora. Cuanto mayor sea su equilibrio, más
invocación a los héroes y a las pasadas glorias, estrecho será el margen favorable al triunfador.
exaltación de los odios partidarios— eran el eje Por primera vez la tradicional dicotomía ha
de las campañas electorales. Y los caudillos, o sido rota. El manido argumento de que “el voto
sus sombras, los conductores. en favor de uno de los partidos chicos es voto
Ahora —otros tiempos, otras exigencias de la que se pierde”, ya no tiene vigencia.El ellector
vida— aquéllas han cambiado. La venta de in­ del Frente Amplio vota para ganar el poder, del
fluencias o la simple promesa de éstas para ob­ mismo modo y al mismo nivel de posibilidades
tener lo que la gente necesita —desde una tarje­ que lo hace un blanco o un colorado.
ta de pobre o una cama en el hospital, hasta la Y votar con una sensación de triunfo es
gestión para una importación o un préstamo empezar a triunfar.
en un banco oficial— han sustituido en gran
parte la tradicional afiliación afectiva. La atadu­ MARCHA, lo. de octubre de 1971
L a lucha
recién empieza

IN duda, ninguno de los partidos que par-'V ^ TO negamos que la movilización popular en

S ticiparon en la elección logró la moviliza- I tomo al Frente Amplio, provocó entre al­
ción popular que alcanzó el Frente Amplio. X ^1 gunos compañeros exagerado optimismo, y
La Cruzada de la Victoria en el interior y el luego, frente a los resultados, la consecuente
acto de Agraciada en Montevideo, dieron base a decepción. Pero tanto uno como otra, deben
un justificado optimismo. encuadrarse en la relatividad de la circunstancia.
Pero la relación militante-elector no se dio Ni el primero se sustentó sobre bases reales; ni
en las medidas habituales. Votaron al Frente la segunda tiene plena justificación.
Amplio los que participaron en actos y manifes­ El Frente Amplio pasó en Montevideo de
taciones; los que de uno u otro modo expresa­ 113 mil votos a más de 200 mil, lo que le da un
ron su militancia. No recogió votos de la “ma­ crecimiento por lo menos, del 90 %. Y en total
yoría silenciosa” y le fue adversa la decisión de alcanzará a algo más de los 300 mil votos en to­
ésta, de última hora, dominada por el terror de do el país.
una propaganda masiva y agresiva, que por pri­ Entre las embrolladas cifras que proporcio­
mera vez en el país se ajustó a las técnicas de na con desesperante lentitud el Ministerio del
una verdadera guerra sicológica. Interior, se desprende que el Frente Amplio tu­
En las ciudades y pueblos del interior estos vo el 20 % de los votantes en el cómputo gene­
hechos se pusieron más en evidencia. En ellos, a ral.
la presión de la propaganda se agrega la coac­ Personalmente esperábamos para el Frente
ción directa de persona a persona y la resisten­ mejores resultados. Pero los señalados son as­
cia ambiental, y aun física, del medio a toda ac­ pectos positivos, que no se pueden negar.
ción política que se salga del marco de los par­ Todo es el fruto de la militancia de un año
tidos tradicionales. Los hechos de Lascano, Cas­ escaso. Con plazo así limitado, el proceso de in­
tillos y Rocha no se repitieron exactamente, en corporación popular al Frente, quedó trunco.
el resto de la gira pero influyeron en el endure­ Habrá que hacer de ahora en adelante, lo que la
cimiento de la reacción y facilitaron la penetra­ proximidad de las elecciones no permitió.
ción de la propaganda terrorista de los últimos El Frente Amplio, que en enero era sólo
días. El miedo, así sembrado, tomó además las una concepción estratégica, es hoy un hecho
características de una sicosis colectiva, irracio­ político real. Tiene doctrina, tiene organización,
nal y contagiosa, que movilizó el último día a tiene aparato formal y material que garantizan
blancos y coloreados en un desesperado esfuer­ su vigencia y desarrollo. Tiene una base popular
zo “para salvar al país del comunismo”. de sustentación sólida y extendida a todo el
Esta guerra sicológica, de técnica y medios país. Tiene líderes que gozan de respaldo popu­
de ejecución importados, provocó la decisión de lar incondicional. En ese sentido el general Se-
muchos indecisos. La propaganda sucia y enve­ regni sale de los comicios con un prestigio cre­
nenada pudo más que la razón. ciente, consolidada su posición de conductor y
•banderado de esta nueva fuerza. Su destino Los comités de base deberán, sin embargo,
político recién empieza con esta elección. revisar sus formas de funcionamiento a la luz de
Lo mismo puede decirse del doctor Cro- los resulatdos obtenidos. Hasta ahora fueron
ttogini y de los candidatos unitarios para las más escuelas de capacitación para cuadros y
Intendencias departamentales. Sin excepción centros de discusión de tesis políticas que agen­
todos participaron por primera vez y fueron cias de penetración en la masa de los no conven­
proclamados en mérito a sus merecimientos co­ cidos. Es posible que esta etapa previa fuera im­
mo vecinos, como profesionales, como servido- prescindible para lograr una correcta toma de
m de sus respectivas comunidades. Ninguno posición. Pero es necesario recordar que los en­
fue político antes, pero todos los serán, como sayos dialécticos no son docencia —y mucho
militantes del Frente Amplio, en el futuro. menos a nivel de no iniciados— y que pueden
La confluencia de partidos que integran convertirse en un vicio esterilizante cuando se
•1 Frente cuyo proceso de fusión en la causa abusa de ellos. El proyectado congreso de co­
común requiere también de un tiempo que re- mités de base será una buena oportunidad para
lultó muy limitado, es otra garantía para su someter a éstos a una evaluación. Una tarea de
éxito futuro. La elección enseñó que lo prime­ lenta, paciente y convincente docencia nos
ro es la unidad y que de su matenimiento y espera, si aspiramos a crear una conciencia nue­
afirmación depende la vida misma del Frente va' dentro de los sectores de población que se
Amplio. Esta unidad, como era previsible, no mantienen indiferentes, o que, contra sus pro­
M logró plenamente,ni en la preparación, ni en pios intereses, siguen encadenados al fatalismo
la realización de las elecciones, donde pesaron de los viejos partidos.
aún las presiones sectoriales. Pero la lección Esa tarea reclama determinación de obje­
recibida no será desaprovechada y en el futuro tivos concretos, métodos adecuados y eficaces
la tendencia unitaria se fortalecerá. y disponibilidad de medios para realizarla. La
Estamos convencidos de que la comente espontaneidad y autonomía de los comités de
dominante que dinamiza la militancia dentro base debe enriquecerse con nuevas formas de
del Frente Amplio, tiende a eliminar fronteras actividad que aseguren su eficacia.
Internas y a hacer de éste un gran movimiento OS palabras finales referidas a la participa­

matices ocupen un segundo plano dentro del


conjunto general de la definición ideológica,
la acción y la organización comunes.
D
de unidad popular en el que las diferencias y los ción electoral del grupo en que militamos,
y que, en primer término deben ser de
emocionado reconocimiento hacia quienes nos
acompañaron con desinterés y sacrificio ejem­
Por último, como células vitales, los comi­ plares. Nuestro propósito fue facilitar una op­
tés de base constituyen los cimientos de todo el ción a los independientes y contribuir a resolver
sistema. algunos problemas locales que dificultaban la
Son organismos nuevos, de generación es­ concurrencia de grupos frentistas en algunos de­
pontánea, que surgieron por iniciativa popular. partamentos. Abrimos la opción y ayudamos a
Por sus características rompieron con moldes de los compañeros que lo solicitaron. Modesto
organización establecidos y consagrados y en no aporte que cumplimos como un deber de mili­
pocos casos provocaron resistencias internas. tancia. Nuestra lista 77 y sus integrantes —nin­
Pero han demostrado que son el más autén­ guno de ellos afiliado a partido alguno—contri­
tico enlace entre la organización política y el buimos de ese modo a la empresa común. Y
pueblo y la más directa vía de adoctrinamiento en ésta perseveraremos. El Frente Amplio es un
para los sectores populares. Su poder de pene­ movimiento que recién empieza y que debe
tración es más directo y menos formal que la continuar sin desmayos hasta la victoria final.
afiliación partidaria y su influencia docente o La elección no es más que un hito; un mojón
de simple militancia, más inmediata. que marca el comienzo de una nueva etapa.

MARCHA, 3 de diciembre de 1971


' 1

El reencuentro
de los orientales

“ Este es un 25 de Agosto que lo celebramos en Aquel 25 de agosto fue una expresión de


un iño que marca el reencuentro de los orienta­ voluntad. El país estaba ocupado y la Asamblea
les entre sí para defender a la patria y el reen­ de la Florida lo proclamó libre. Se marcó el ob­
cuentro de los orientales entre sí para seguir jetivo y recomenzó la lucha. Esta terminó cuan­
construyendo nuestra Patria.” do el invasor fue arrojado fuera de fronteras.
(Presidente Bordaberry, en Florida) Debemos interpretar las declaraciones ofi­
ciales transcritas, este 25 de agosto, como la de-
“ Sólo creando empeñosamente un clima de dis­ finicióp de un quehacer. El país está dividido y
tensión política y social con la solidaridad y el debatiéndose en medio de la más grave crisis de
esfuerzo colectivos podremos levantar la Re­ su historia. Los que tienen responsabilidad de
pública.”
gobierno llaman al reencuentro “ para seguir
(Doctor Augusto Legnani, ministro de Defensa construyendo nuestra patria”. Reencuentro y
mensaje radial al país el 25 de agosto) construcción que serán posibles en la medida
en que la acción futura se esfuerce por alcanzar
ceptemos que el “reencuentro de los orien­ el objetivo tan concretamente definido.

A tales” y la creación de “un clima de disten­


sión política y social” sean firmes y sinceros
propósitos del gobierno. Aceptemos asimismo
A los seis meses de su asunción del mando
el gobierno comprende que la construcción del
país —reconstrucción, diríamos—sólo es posible
que sus hombres más representativos manten­ “con la solidaridad y el esfuerzo colectivos”,
gan la convicción de que ese reencentro, así co­ y a esa tarea llama. La respuesta dependerá del
mo “la solidaridad y el esfuerzo colectivos”, apoyo y la confianza que la nación le otorgue.
son imprescindibles “ para seguir construyendo —Este gobierno recibió el país profunda­
nuestra patria”. Reconozcamos además que por mente dividido. Pero no es ajeno a esa división,
la dignidad de sus investiduras y por la solem­ ya que los gobernantes de hoy fueron solidarios
nidad de la circunstancia, las proclamas del pre­ con el régimen anterior y son sus herederos di­
sidente y de su ministro de Defensa, no pueden rectos. Cuando por declaración oficial al pueblo
entrañar otra intención y otro significado que el uruguayo se le dividió en bien y mal nacidos,
que expresa y claramente afirman. Aunque del ellos quedaron automáticamente alineados en el
contexto del discurso del presidente se des­ grupo de los primeros. Y como bien nacidos in­
prenden referencias al acuerdo político logrado tegraron la cohorte que aplaudió al señor Pa­
con un sector del nacionalismo que podrían lle­ checo cuando, otro 25 de agosto en la misma
var a minimizar la interpretación que corres­ Florida, se proclamó —“ ¿por qué no?”—candi­
ponde al párrafo transcrito, la diferencia abis­ dato a la reelección. El cesarismo pachequista
mal entre aquél y un “reencuentro de los orien­ abrió una profunda división entre los uruguayos.
tales” es tal que ninguna confusión resulta po­ Al nuevo gobierno, sucesor de aquél y por con­
sible. Por su parte el ministro de Defensa, más siguiente partícipe en esa división, le ha llevado
explícito en su invocación y su llamado, reiteró seis meses comprender su hondura y significado.
repetidamente que éstos iban dirigidos a todos —Su primer intentó fue eliminarla median­
los uruguayos. te un acuerdo político entre los partidos tradi-
dónales. La operadón falló y la “unidad nado- bando y el reencuentro será imposible. La crisis
nal” proyectada abortó en el llamado “pacto económica que azota al país con una violencia
chico”. Pero aunque hubiera tenido éxito nada nunca conocida, hace más hondas las penurias
te habría remediado porque la estrategia de la de los sectores populares y convierte en intole­
“unidad nacional” tenía como objetivo aislar e rable el aprovechamiento de los que trafican
Ignorar la presencia del Frente Amplio y de to­ con la miseria. El gobierno debe comprender
das las corrientes de opinión que hacia él con­ que las consecuencias de orden social que pro­
fluyen. vocan la crisis son ya irreversibles.
Todo terminó como se sabe, con una alian­ —Su antecesor se apoyó en la represión. El
za que si aportó algunos votos en el parlamento, actual’no ha cambiado la estrategia heredada.
no apuntaló el débil prestigio del gobierno. Sólo En los seis meses de su gestión cree haber aplas­
reprodujo la maniobra —la historia se repite— tado la subversión. Magro resultado, si se toma
que en su momento sirvió a Terra para dar su en cuenta cuanto se ha perdido en vidas, en res­
i golpe y más tarde a Baldomir para dar el suyo, peto a la dignidad humana, en preservación y
i Con la nada envidiable valoración posterior que mantenimiento de derechos, en felicidad colec­
| ambos merecieron. tiva, en seguridad institucional; cuánto desqui­
Ahora el gobierno debe comprender que el ciamiento de los jóvenes han provocado la arbi­
j apoyo de una bancada unánime, silenciosa y trariedad y el desmán. Porque una cosa que hay
monolítica, como la que vota sus mensajes y que comprender es que la represión, por dura y
proyectos, no es un respaldo de opinión. Y brutal que sea, no eliminará la violencia. Infun­
debe comprender también que ese método tan dirá el miedo, impondrá el silencio, obligará, in­
ligeramente adoptado ahonda la división entre clusive, a ciertas normas de convivencia. Pero la
los uruguayos, esa que, por lo visto, tanto le aparente paz impuesta sólo generará nuevas y
preocupa. más violentas rebeldías. Los gobernantes que
—No ha sabido, no ha querido, o no ha po­ participaron en la conmemoración de la Inde­
dido contrarrestar la acción de los que luchan pendencia, del hecho mismo que los congregó
por mantenerla, porque de ella aprovechan y pudieron extraer la enseñanza: ni el cepo, ni el
con ella medran. El reencuentro, para que sea •estaqueamiento, ni la degollatina, ni el “vestir en
posible, requiere caminos que contribuyan a un cuero fresco —formas de tortura en los sucios
eficaz desarrollo del país y a un más equitativo años de la Cisplatina— impidieron el amanecer
nivel de convivencia. La división no existiría si sangriento y augural.
no se mantuvieran, como decía José Pedro Vá­ El camino elegido para eliminar la violencia
rela hace cien años, “decenas y centenas de pri­ H as procesiones multudinarias de uno y otro
vilegiados frente a millares y decenas de millares bando lo recorren cada pocos días— conduce al
de desheredados” . No admitir que, en toda su cementerio. Hay que buscar otro —si no lo hay,
magnitud y en todas sus trágicas consecuencias, “se hace camino al andar”— que lleva a la paz
es en definitiva el producto de un sistema que y al verdadero “reencuentro de los orientales”.
se aferra a sus injusticias y desequilibrios es no Que lleve asimismo sin desviaciones a la defen­
enfocar el problema y, por consiguiente, errár sa de la nacionalidad, a la eliminación de los
desde el principio en el intento de soluciones. irritantes privilegios existentes y a un sistema de
Si el gobierno continúa alineado en el sec­ convivencia basado en el derecho y la justicia
tor de los que en la desigualdad mantienen y social.
defienden sus privilegios, tomará partido por un
MARCHA, lo . de setiembre de 1972
11 AÑOS DESPUES

Brecha«
^ ^SSSSSSSSi^SS^SSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS^SSSSSSSSSSm

Durante todo este tiempo, nos faltó MARCHA,


una publicación que enriquecía la vida cada viernes.
A eso aspira BRECHA, un semanario informado,
riguroso, independiente.

Por supuesto,sale los viernes.

Fascículos
quincenalesparauna
formadónbásicaenloe
BASES BE
tomoñ fhnekmfmtAlfífi
delahoraactual NUESTRO
I TIEMPO
u LA PATRIA LATINOAMERICANA

Con H ay a de la T orre
en el P erú
* HOMBRES Y COSAS DE LIMA revolucionario y antiimperialista no queda na­
En Lima nos recibieron los camaradas de da. Los apristas sólo nos combaten a nosotros;
Guillén, que es militante del Partido Comunista después no tienen reparos en aliarse con cual­
cubano, y nos rodearon de atenciones. Por ellos quier fuerza.
tuve la primera información de la situación Agregaban los comunistas:
política peruana. Al otro día el círculo se am­ —Están entregados. Han hecho una ley so­
plió y pude tener más amplias informaciones. bre el petróleo,por ejemplo,que es darlo todo a
Más o menos los comunistas peruanos di­ los gringos. Tienen una sed de poder y de car­
cen esto: gos de gobierno que resulta realmente insacia­
—Aquí gobierna el aprismo. El presidente ble.
es débil y actúa buscando apoyo de todas las Yo escuchaba y tomaba notas. Y esa no­
fuerzas. (Política de raya al medio, pensaba yo che sin esperar más me fui a “Tribuna”, el dia­
mientras escuchaba las explicaciones). Del Apra rio aprista, que dirige nuestro viejo amigo el
Dr. Andrés Towsend Ezcurra. ché el tiem po conversando con Magda Portal •
A Towsend lo conocimos en Montevideo quien había visto en Montevideo y años después
allá por el año 37 ó 38. Pasó diez años en Bue­ en Santiago.
nos Aires y ahora hace uno que está en Lima. La encontré reticente y no se por qué m*
Su partido lo ha destinado a dirigir el diario pareció que no vivía la euforia del triunfo qufl
aprista. se ve en otros apristas.
Nos recibió con alegría y cordialidad verda­ Tuve tiem po además para recorrer el local,
donde todo era actividad. Las paredes de las ha*
deramente sentidas y nos preguntó mil cosas del bitaciones estaban todas cubiertas de affichea,
Uruguay, del cual nos informó, además, sobre fotos, grabados en madera, etc. Todo dispuesto
los sucesos de los últimos meses. Pasamos horas para exaltar la figura del Jefe.
juntos y hablamos mucho. Tomé de él muchos Me anunciaron que él me esperaba y pasé
datos para formarme mi idea de lo que es el a su despacho.
Apra. Arreglamos, además, para el día siguien­ Haya de la Torre es un hom bre más bien
te, una entrevista con Haya de la Torre. corpulento, demasiado gordo para líder popu­
Yo quería conocer cuatro cosas de Li­ lar, de cara menos expresiva que la estilizada
que conocemos y en la que unos ojillos rasga­
ma: el Rimac, el palacio de Torre Tagle, la Ca­ dos, pequeños, y vivaces hacen el mayor gasto.
tedral de San Marcos, y el famoso líder aprista. Es un hom bre abierto, franco, sin formulismos
Me di esos cuatro gustos y ha llegado ahora el y lleno de simpatía personal. Me pareció qus
momento de hacer el balance. conoce mucho de debilidades humanas, por el
El Rimac es un río que no tiene interés. m odo que usa para tratar algunas gentes que a
Atraviesa la ciudad y tiene ese tipo de torrente cada momento, por teléfono o personalmente,
propio de los ríos cordilleranos. Es como el Ma- viene a consultar cosas.
pocho de Santiago y como tantos otros que Yo preguntaba: él respondía con sencillez
hemos visto. y con llaneza. Como algunas preguntas lleva­
El palacio de Torre Tagle, residencia du­ ban punta, él justificaba más que lo que expli­
caba.
rante la Colonia de los marqueses de este nom­ —El gobierno del Perfr—me dijo más o me­
bre, es una construcción española, típicamente nos— es un gobierno de transición. La influen­
española, violada por el uso actual, pues es sede cia del Apra es fundaméntal por el apoyo popu­
del ministerio de Relaciones Exteriores. lar que le presta, pero tenem os sólo tres minis­
Debe ser un edificio muy valioso desde el tros en un gabinete de once. En realidad nos he­
punto de vista arquitectónico, pero confieso mos desentendido del Ejecutivo para concen­
que no me impresionó. Tal vez fue por la inevi­ trar toda nuestra fuerza en el parlamento. En
table comparación con las maravillas que poco la Cámara de Diputados tenem os 52 miembros
antes había visto en México. nuestros y además un número considerable de
Más o menos lo mismo me pasó con la Ca­ independientes que nos apoyan. Más o menos
lo mismo pasa en el Senado.
tedral de San Marcos que para mi resultó ser po­ Le planteé el problema de su posición fren­
co más que una ¡pan iglesia. Si no estuviera en te a Estados Unidos, que ha sido tan discutida
ella la tumba de Francisco Pizarra, casi diría denlzo y fuera del Perú. Me dijo entonces:
que no hay nada que llame a la emoción. —Yo he expuesto mis ideas en ese libro, —y
Pero en un rincón, en una capillita a la en­ me señaló “ La Defensa Continental” , que yo
trada, está la tumba del fiero conquistador y llevaba entre otros papeles. La fórmula es ésta
eso sí produce una conmoción. Sobre un basa­ y leyó: “ interamericanismo democrático sin im­
perio”.
mento de mármol, cubierto por cristales que
Recuerdo que lo interrum pí para decirle:
permiten verlo perfectamente, está él cuerpo —Pero esa fórmula sólo es una aspiración
embalsamado del Capitán español. Las carnes que, como tal, no tiene expresión en la realidad.
secas dejando entrever los huesos, la testa ya­ La potencialidad capitalista de los Estados Uni­
cente casi convertida en calavera, son la expre­ dos no perm ite la existencia de un interamerica­
sión muda y terrible de lo que queda de la am­ nismo democrático sin imperio.
bición de gloria y de poder después (je cuatro­ Me contestó más o menos:
cientos años. Confieso que salí de allí en silen­ —Es que los Estados Unidos necesitan de
cio y tragando saliva. . . Me faltaba ver a Haya nosotros, como nosotros necesitamos de ellos.
de la Torre. Esa noche del 26 de Junio víspera Fue la lección de la última guerra. No hay otro
camino para la política continental que el en­
de mi partida fue que tuve mi entrevista con él.* tendim iento entre las naciones.
No insistí porque lo que me interesaba era
* HAYA Y EL APRISMO que hablara él y Haya prosiguió:
Acompañado de un redactor de “ Tribuna” —Esta concepción de la política continen­
fui a la casa central del partido. En ella habla tal en buena parte ha servido de fundamento a
mucha gente y mucha actividad. Como el Jefe la doctrina Rodríguez Larreta, cosa que, ade­
—com o allí lo llaman— esta ocupado, aprove­ más él dice en su exposición. Pero el canciller
Uru|(uayo hizo una interpretación parcial y des­ predilecto del Apra. Además nunca los apristas
figurada —creo que fueron esos los calificativos han descuidado su prensa que sigue siendo pro­
•■actos— de mi posición y su doctrina abre las fusa y eficaz.
puertas al intervencionismo, cosa en la que yo También es evidente que el Apra es Haya
lio pensé nunca. de la Torre. Su prestigio que es grande, lo mue­
—Yo quisiera —recalcó— que explicara esto ve todo. Todos los demás, de Seoane para abajo
bien claro para que se sepa bien alié hasta don­ son figuras secundarias.
de Influí yo en la doctrina Rodríguez Larreta
y hasta dónde no. Por eso puede tener algún interés la impre­
Como me habían hablado m uy mal de la sión que recogí del Jefe.
Wy que aprobaron los apristas sobre el petróleo, Víctor Raúl Haya de la Torre no me impre­
1« pregunté francamente a Haya de lia Torre sionó como un genio, ni mucho menos. Es débil
qué había del asunto. —a lo menos así me pareció— en la exposición y
—No es exacto que se haya entregado nada. la crítica de temas políticos. A veces en la
Además hemos logrado una serie de ventajas arquitectura de su pensamiento hay ausencia
económicas para los obreros y todo ello ha sido total de premisas elementales y fundamentales;
Obra del partido. Ahora —y derivó la conversa­ ausencia que, parecería, él no percibe. Por eso
ción en otro sentido— estamos empeñados en
tacar una ley que crea un organismo especial: tal vez es que después de la conversación que­
•1 Congreso Económico donde tendrán repre­ dó algo sonando a hueco.
sentación todas las fuerzas productoras del Se ve además en él la preocupación por la
país. fórmula breve para repetir como consigna de
—¿Una especie de consejo corporativo? —le propaganda. En ese sentido me repitió que el
pregunté. Apra había adoptado la fórmula artiguista de
—No; —me dijo— no es consejo corporativo “Con libertad ni ofendo ni temo”, que yo agra­
porque será sólo un órgano de iniciativas. El decí como cortesía al visitante, pero que no
propondrá y los organismos de gobierno resol­
verán en definitiva. En este Congreso tendrán dejé de reconocer como una expresión más de
representación los capitales privados extranje­ lo que dejo antes expresado.
ros y esto lo consideramos muy im portante Eso lo ha llevado a establecer fórmulas
porque con ello damos cauce legal, a las empre- que todo el Apra repite y que son técnica­
u s extranjeras y neutralizamos su posible acción mente huecas. Porque decir aquí en América
ilegal y perturbadora. “interamericanismo democrático sin imperio”
Entró luego en detalles explicativos del es lo mismo que, —como decía creo que Las-
proyecto, que no vienen al caso y al despedir­ ky— hablar de convivencia con tigres vegetaria­
nos, siempre con la misma cordialidad^ me pre­ nos.
guntó por Quijano con quien fueron amigos En su posición antiimperialista evidente­
antes y se enemistaron luego en París, agre­
gando: mente ha aflojado mucho. Si lo ha hecho como
—Yo iré pronto por Argentina y Uruguay. táctica o como convicción nacida de la revisión
Dígale a Quijano que le mando un abrazo y que del problema es cosa que no puedo decir. Su­
•■pero verlo por allá. Que siempre lo he recor­ pongo que su posición es honrada aunque no
dado con el viejo afecto de cuando estábamos la comparto en absoluto.
en Europa.* Me separé de Haya de la Torre llevándome
una desilusión. Prestes, por ejemplo, es un hom­
* MI OPINION SOBRE LA POLITICA Y bre que aún en el error —y creo que los ha teni­
LOS POLITICOS DEL PERU
Soy el primero en reconocer que es atrevi­ do y los tiene muy graves— muestra una perso­
do opinar sobre cosas vistas poco menos que a nalidad potente y definida. Rómulo Bentan-
vuelo de pájaro. Pero yo doy impresiones; no court, con la precisión y fineza de su criterio
digo opiniones definitivas. Con error o sin él de­ político, es en todo momento el político sagaz
bo decir lo que me pareció, especialmente, el y clarísimo. Aunque las comparaciones son
aprismo y los hombres que lo crearon y dirigen. odiosas, no pude menos que acordarme de Pres­
En Perú es evidente que hay una gran fuer­ tes y de Rómulo, cuando venía de vuelta de
za popular: es el aprismo. Hasta los comunis­ ver a Haya de la Tone.
tas, sus enemigos jurados así lo reconocen. Los Desde otro punto de vista hay que recono­
apristas acusan a los comunistas de estar en cer en Haya elementos muy valiosos en un
alianza con la reacción en contra de ellos. No hombre político. Es un hombre que sabe tocar
sé que hay de cierto. Pero mientras los apristas el sentimiento popular, derrocha —porque la
apoyan al gobierno los comunistas lo combaten. posee naturalmente— una gran simpatía perso­
Y es posible que en esa lucha estén los comunis­ nal; sabe lo que vale y cómo se debe usar la pro­
tas aliados a las fuerzas de la reacción. paganda y tiene conciencia muy cabal de su li­
En el aprismo se ve además la influencia de derato. El Jefe, le llaman los apristas y es evi­
la propaganda. La fórmula breve, como consig­ dentemente un gran Jefe; un gran caudillo po­
na, que se repite en todas partes es un método pular. MARCHA, 9 de agosto de 1946
s y LJ1ate
Estos días, algún telegrama se ha ocupado y pagados religiosamente los centavos, don Cle­
—en contradicción con la belicosiadad de las to, con lento paso de anciano, atravesaba las
noticias— de hacer conocer la vida pacífica y ocho o diez cuadras —media ciudad— que sepa­
sencilla en que se desarrolla el período presi­ ran el mercado de la casa presidencial y ya en
dencial de don Otilio mate, actual presidente su casa, sin más guardias que un portero,
de Costa Rica. iniciaba su faena de gobernante.
Un día cualquiera, al hacer don Cleto su
Según la crónica, don Otilio concurre recorrido, se detuvo a esperar que el tránsito.
todos los días, como antes, al Club Unión; dejase libre la calle principal. Un extranjero,
anda por San José a pie a cualquier hora, sólo al ver la indecisión del anciano, cortésmente
o .'acompañado por algún amigo, y cuando en lo tomó de un brazo y lo ayudó a cruzar la
alguna oportunidad un partidario de Calde­ calzada. Don Cleto se dejó conducir y ya en
rón Guardia gritó vivas en favor del enemigo la otra acera saludó muy cumplidamente al ex­
de don Otilio, al pasar éste, el presidente de tranjero extendiéndole una pequeña tarjeta.
Costa Rica no hizo cuestión frente a tanta El otro, que era un periodista yanqui, se sor­
hostilidad y no permitió medida alguna con­ prendió al ver tanta fineza en un viejito modes­
to hasta en el vestir y con curiosidad leyó la
tra su opositor, “porque en Costa Rica cada tarjeta, que decía:
cual debe tener libertad para decir lo que Cleto González V íquez
quiera”. Presidente de la República
Este hecho, contado así con esa modali­ Días después el periodista publicaba un ar­
dad tan general en los periodistas internacio­ tículo en Nicaragua haciendo conocer esta inci­
nales no tendría significación alguna si no dencia. El gobierno nicaragüense —que enten­
ocurriera en Centro América, donde los presi­ día y sigue entendiendo las cosas de otro mo­
dentes, o son caciques o son solemnes y adoce­ do— lo metió en la cárcel. Sólo después de
nados doctores. Y cabe destacarlo porque los un año y de múltiples intervenciones diplomá­
gobernantes sin boato, con algo de la sencillez ticas pudo recobrar su libertad.
del simple ciudadano, van desapareciendo
aquí y en todas partes; menos, por lo visto, en * * *
Costa Rica.
Cuando estuvimos en Costa Rica en el año
* * * 1946 visitamos, acompañados del Ministro de
Instrucción Pública, la casa presidencial de don
Siempre ha sorprendido al visitante en Teodoro Picado. Llegamos y el ministro pregun­
aquel pequeño y encantador país, el hecho de tó al portero:
que el presidente de la república no pierda, por —¿Esta don Teodoro?
serlo, su condición de ciudadano del común. A lo que el portero contestó simplemente:
Anda solo y a pie por toda la ciudad, es amigo —No, don Hernán; salió y no se a dónde.
de todo el mundo y no tiene reparo de charlar A nuestro pedido, el Ministro, don Hernán
en cualquier esquina un rato con un conocido.
Las preocupaciones de su cargo augusto no le Zamora, nos llevó al despacho, presidencial: un
privan de la satisfacción de vivir como vive un despacho corriente de 5 x 3 con un escritorio
hombre cualquiera. lleno de papales en el que, recuerdo, había un
Se cuenta de don Cleto González Vfquez, manojo grande de hojas de tabaco y algunas
historiador y literato, que fue por dos veces otras muestras de producción agrícola.
presidente de Costa Rica, que todas las mañanas Nos pareció que toda la Presidencia se
a las nueve concurría al mercado a tomar su reducía a aquel escritorio y a una salita de espe­
pocilio de café en el puesto de venta de una co­ ra que con él se comunicaba.
madre suya, mujer del pueblo, decidora y ale­
gre, que le daba de primera mano la versión de ***
los acontecimiento del día. Tomado el café
Andando el tiem po, en 1948 llegué a Costa los que tendimos emboscadas así. Y sería im­
Rica pocos días después de terminar la triun­ perdonable que, por un descuido, nos frega­
fante revolución de Figueres. Había corrido san­ sen. . .
gre en 45 días de cruenta lucha y el encanto de
* * *
la paz costarricense se había perdido. Por todas
partes se veía hombres ostentando armas; m u­
chos de ellos jovencitos que de vuelta de la También por esa época conocimos a don
"guerra” paseaban por el centro su orgullo de Otilio Ulate. Gozaba de gran popularidad que
toldados. Por todas partes los hombres de Fi­ no había mellado el prestigio brillante de Fi­
gueres y m a te juntos: el pueblo agotaba esfuer- gueres. El pueblo lo había elegido presidente
tos para borrar las diferencias y las posiciones y lo quería. Ulate, costarricense cien por cien,
encontradas que separaban naturalm ente al jefe sencillo, bonachón, tal vez indolente, se dejaba
de la revolución y al presidente electo a quien querer. Y confiaba —y en eso no estuvo desa­
te le había estafado su triunfo electoral. En esos
certado— en el respaldo popular.
días conocí a Figueres en la pequeña ciudad de
Naranjo adonde se rendía homenaje a los solda­ Como orador hablaba al pueblo como un
dos que habían peleado en una dura batalla. liberal de fin de siglo, mezclando giros retóri­
Fue un acto sencillo y emocionante en el que cos con elogios fáciles dedicados a las mujeres
recibieron sus condecoraciones las madres y que lo escuchaban con los ojos en blanco. En
hermanas de los muertos; los heridos que pu- las charlas que tuvimos mano a mano, en cam­
• dieron concurrir; los demás que habían salido bio, fue discreto y medido, aunque no parecía
ilesos. hombre de opinión clara saliendo de los lugares
Figueres, el jefe y en aquel m om ento el comunes de su liberalismo todo llaneza Trata­
ídolo popular, vestía su sencillo traje de mili­
ciano sin ninguna insignia y por m inutos llo­ ba a todos con aire paternal y suave y para to­
raba en silencio, cuando la ceremonia se hacfa dos y todas tenía una frase amable.
emotiva. En un m om ento cruzó el espacio libre Soltero, cincuentón y galante, las mujeres
que había entre él y nosotros —yo estaba con lo rodeaban en las fiestas. Don Otilio, obligado,
Emma Gamboa, la Directora de la Escuela Nor­ salía a bailar frecuentemente, cualquiera fuese
mal— y vino a saludarnos. Fue entonces que la pieza que estuviesen ejecutando. No sé qué
empezó su discurso el jefe del Estado Mayor le dije una vez sobre el punto, pero recuerdo su
Revolucionario, coronel Rafael Ram írez, un respuesta:
dominicano solemne y tieso de gesto severo y
luenga barba, ostentación de la vida de cam­ —No sé bailar nada de esto y nunca supe.
pam ento, que era y fue por mucho tiem po, el Pero tengo un pasito que es siempre igual y me
jefe de la famosa Legión del Caribe, que tanto saca de apuros. Por lo menos aunque la orques­
qué hacer ha dado en Centro América y las ta cambie, soy consecuente conmigo mismo.
Antillas. Empezó Ramírez:
—Mi general Figueres. . . ***
Este, que estaba junto a m í me tocó el
brazo, para decirme en voz baja: Y como don Otilio es Costa Rica. Desa­
—Estos no pueden vivir sin hacerme gene­ prensiva, sin complicaciones, sin sueños de gran­
ral — ¡que me friegan con e s o !.. . deza. “ Tenemos un país pequeño, para noso­
Después viajamos y anduvimos juntos en tros” dicen los ticos y tratan de que así sea.
otras oportunidades. Recuerdo que volviendo Pequeño pueblo donde “ cada uno puede
de su pueblo natal, San Ramón —siempre se d i­ decir lo que quiera” es ejemplar hasta en sus
jo equivocadamente que Figueres es español y héroes. Juan Santamaría, el héroe nacional, fue
franquista, cosas, una incierta y otra una infa­ un modesto muchacho de Alajuela que en la
mia— me hizo sentar adelante, en el auto que guerra Contra el filibustero Walker, cuando se
él manejaba. Dos guardaespaldas, armados hasta pidió un voluntario para una misión suicida
los dientes, iban dorm itando en el asiento de —prender fuego a un reducto enemigo— dio un
atrás. En un recodo del camino apareció a la paso al frente y dijo simplemente: —“ Yo voy y
luz de los faros, un camión detenido. A la ma- cuiden de mi madre” . Y a costa de su vida cum­
' dragada el camino era lo único limpio en la plió-con la misión encomendada.
selva espesa. Rápidamente Figueres y sus dos En este mundo superatómico, donde los
hombres bajaron del auto, interrogaron al cho­ grandes quieren ser más grandes y los pequeños,
fer del camión y revisaron la carga, siempre con por lo menos, los imitan en boato y actitudes,
las armas prontas. Yo los miraba hacer y Figue­ no deja de ser saludable detenerse para valorar
res se dio cuenta de que, en mi opinión todo las ejemplares virtudes de un pueblo modesto
aquello —que resultó ser nada más que un ca­ y sencillo cuyos gobernantes no alientan sue­
mión atascado— era de una aparatosidad inútil. ños de grandeza.
Volvió al auto y al reemprender la marcha se
sintió en la necesidad de explicarme:
—Hay que andar, desgraciadamente con MARCHA, 3 de febrero de 1950
precauciones. Más de una vez fuimos nosotros
El imperialismo
es una gran m entira

Entre un paquete de diarios que me man­ por el otro lado, China, ni los países que están
daron del Uruguay, viene un ejemplar de “ El en la zona de influencia soviética.
Plata” del 10 de junio, con un editorial titula­ Pero hay dos modos de mirarle la garganta
do “ La mentira del imperialismo estadouniden­ al tigre: uno desde la prevención que da el de­
se” . seo de seguir viviendo;.otro metiendo, asf como
Según el editoralista “ De las falacias que la así, la cabeza dentro desu boca. La tesis sosteni­
humana maldad crea y la Ingenuidad humana da por los amigos de “ El Plata” hace suponer
recibe sin beneficio de inventario, ninguna más que ellos siguen creyendo en tigres vegetarianos.
falta de todo fundamento en la hora presente Claro que es muy distinto ver el problema
que la del imperialismo de los Estados Unidos” . desde Montevideo, o desde un asiento de la
Vale decir: que los que aún denunciamos el Asamblea o las oficinas de la U.N. o de la O.E.A,
peligro imperialista somos malos y los que nos a verlo como de aquí, desde la nueva frontera.
escuchan, ingenuos. Aquí la cosa es distinta y “la falacia que la hu­
Los ángeles buenos son, en cambio, los que mana maldad crea” no es ni tan falacia ni tan
viven en adoración ante la generosa bondad de creada. Ni son tan malos los que la han creado.
los Estados Unidos. Comprendo que es un problema de pers­
pectiva histórico geográfica. Aquí no ha habido
LA MISMA COSA DESDE OTRA imperio inglés por cien años como en el Rio de
POSICION GEOGRAFICA la Plata, ni tampoco nos separan del campo peli­
groso quince mil kilómetros, que aunque signifi­
No se trata de buenos o malos; ni de amo­ can poco hoy siempre suponen distancia. Ade­
res u odios. Seguir extendiendo la política inter­ más el problema, en su presencia concreta, físi­
nacional a la luz de tales criterios es una tonte­ ca diríamos, tienen mas de un siglo; mientras
ría que cuando se calla es aceptada, pero cuan­ que haf recién empieza.
do se publica no. Basta sólo pensar que cuando llegan a Mon­
La cuestión internacional es siempre la lu­ tevideo los primeros militares norteamericanos
cha de las naciones por sobrevivir en una com­ a concretar planes bélicos, aquí ya se ha rendi­
petencia de fuerzas e intereses. Ni Rusia está do el homenaje al centenario de los Héroes de
gobernada por demonios, ni los Estados Unidos Chapultepec, símbolo nacional de la resistencia
por ángeles. Tampoco ocurre lo contrario. An­ cuando la ocupación militar de México por laá
geles y demonios hay en una y otra parte; ánge­ tropas yanquis. Y como dice el tango, “ cien
les y demonios que saben actuar como simples años no son un día”...
humanos.
Además los que piensan de acuerdo al edi­
El problema, en su contenido esencial, es torial que comentamos, no pueden sustraerse a
claro, bien claro. La guerra dejó en pie dos gran­ la idea de que quienes luchan contra el imperia­
des centros de poder, cuya coexistencia se hace lismo americano, lo hacen por apoyar la línea
difícil por sus esenciales e irreductibles diferen­ política soviética.
cias. Los demás, todos giramos en torno a uno No comprenden o no quieren comprender
de los centros de poder a modo de satélites más que si resistimos a girar en una órbita de satéli­
o menos dignamente disimulados. te, puede ser por otras razones que la simple
Es ésta la determinante histórica más clara elección de-'otro sistema. Resistir a los Estados
que dejó la guerra. Unidos no supone querer cambiar de rector.
La polarización de fuerzas ha sido inevita­ Hay también en este mundo gentes, que aspira­
ble. Ni Inglaterra con todo su poderío, ni Fran­ mos a vivir en un mundo sin rectorías.
cia han podido resistir a ella. Tampoco podrán Que ello, en los hechos, sea posible, es otra
cuestión. Lo importante ahora es mantener la mateada; pero comprendo que si el Uruguay se
voluntad, —y, si se quiere también la esperan- alía con los Estados Unidos y entre los términos
la—, de ser libres. de esa alianza está la igualdad de los equipos, no
Son modos de ver el asunto, que nos sepa­ será el Uruguay el que diseñe un fusil o un
ran irreductiblemente de los que piensan que
•n la adhesión a los Estados Unidos está nuestra avión o quien pueda poner objeciones a un mo­
ulvación. Claro está que sólo una manera muy delo tal o cual, que fabriquen los Estados Uni­
Infantil de entender las cosas, puede calificar de dos; como tampoco podrá comprar armas en
malas o buenas estas actitudes. otros arsenales que no sean los de éstos o-sus sa­
télites. Vale decir, el Uruguay no tendrá más re­
EL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO medio que armarse cómo y cuándo lo quieran
EN SU ACTUAL INFLUENCIA los Estados Unidos.
POLITICO - MILITAR Y si eso es así: ¿hay o no menoscabo a la
Se dice que los Estados Unidos renunciaron libre determinación del país? '
• sus métodos imperialistas subordinando su ac­ Lo mismo puede decirse de los planes estra­
ción al principio de la Buena Vecindad. Es cier­ tégicos y del sistema de organización militar.
to. Pero ¿quién niega que la Buena Vecindad no Todos los países tienen en sus Estados
contenga modos de acción imperialistas? ¿Quién Mayores, diseñados y definidos sus planes estra­
puede negar que la política de Defensa Conti­ tégicos de defensa. Supongo que en los miste­
nental no concurre también al mismo fin? riosos y celosamente guardados archivos milita­
La respuesta a estas preguntas no es muy res estarán planeadas las previsoras defensas
difícil de formular. El propio convenio que se oontra un ataque de Argentina o del Brasil y tal
está negociando en Montevideo la da cumplida­ vez hasta de posible intento de una potencia de
mente. ultramar. Los diseñamos contra los vecinos por­
Los Estados Unidos están gestionando que no es posible que tengamos una guerra con
acuerdos de esa naturaleza con todos los países Guatemala, Siam o Santo Domingo; pese a que
que componen la O.E.A. En algunos encuentran la tuvimos, incruenta y a 20 mil kilómetros, con
facilidad para la conclusión de los tratados. Alemania.
Otros, en cambio, resisten. Tenazmente, sin em­ Ahora esos planes estratégicos cambiarán
bargo, el Departamento de Estado sigue la tarea para coordinarse en un sistema común de defen­
¿Por qué esta preocupación por defendemos sa continental. Con los planes, cambiará el “ob­
aun en los casos en que los defendidos se resis­ jetivo”; con el objetivo “el enemigo”. Y a ese
enemigo no lo pondremos nosotros que en cam­
ten por aquello de “No me defiendas, compa­
dre”? bio marcharemos como auxiliares atados al ca­
rro de los poderosos.
Los convenios actuales no son más que una Nuestro ejército, por último, que era un
consecuencia de otros anteriores de acuerdo a ejército “a la francesa” se ha convertido en una
un plan continental de largo alcance. Quitandin- traducción criollísima del ejército americano.
ha, Bogotá, la C. de Cancilleres de Washington, El combat-team del Dr. Domínguez Cám-
fueron las etapas de preparación. Ahora vienen pora, ha venido a sustituir al cuartel, al batallón
la firma del contrato. Son pasos lógicos que nos y al regimiento. Pero mucho nos tememos que
llevan sin desviaciones a la boca del tigre. Que, en el fondo el cambio no sea más que una apa­
al fin, también la lógica sirve para eso. riencia y que nuestro buen milico, aun en bata­
La ordenación militar que suponen tales lla de coca-cola, siga tomando su mate amargo.
acuerdos puede concretarse así: equipo común; Lo cierto es que con el tratado entramos en
planes estratégicos generales, comunes; sistema una organización militar que no es la nuestra y
militar común. Esto nos lleva indefectiblemente en cuya orientación y decisiones contamos tan
—desde el punto de vista militar— a estas conse­ poco como en los objetivos a que se destine el
cuencias: acción militar común; organización poder de esa organización.
común de la “retaguardia”; enemigo —objetivo Militarmente el acuerdo es una entrega. Pue­
bélico— común. de ser que en el secreto de las negociaciones se
De hecho, con los acuerdos, los países lati­ oculte también su inevitabilidad. Ello no obs­
noamericanos, pierden las posibilidades de “ha­ tante no modifica la exactitud del calificativo.
cer trabajar a sus ejércitos por su cuenta” Es de­
cir, dicho en términos más dolorosos pero más EL TRATADO EN EL ORDEN
reales: de hecho han perdido su autonomía mi­ ECONOMICO
litar.
Yo no entiendo nada de cosas militares y El convenio ha sido impuesto por una nece­
mi experiencia en los cuarteles nacionales va sidad de orden militar. Por su naturaleza misma
muy poco más allá de algún asadito o alguna la necesidad militar subordina a todas las otras a
sus imperativos. El desarrollo de los países, sus lana, el cobre, el estaño, el wolfrang, el zinc, el
econom ías, la producción de sus materiales crí­ petróleo, la bolsa, el azúcar, el café, el hene­
ticos, pasan a la categoría de retaguardias encar­ quén y cuantos otros productos controlados y
gadas en primer térm ino de complementar el redistribuidos por los Estados Unidos. A la pér­
programa armamentista. La producción queda dida del contralor de sus posibilidades militares,
subordinada a otras necesidades que las de su los países signatarios de estos tratados deben
comercialización o su consumo. No se produce agregar la limitación de su albedrío tanto en su
para producir, —sino para cooperar en un plan producción como en la colocación de sus pro­
de carácter bélico. Y en esta subordinación, cla­ ductos. Es decir a aquella, se agrega además la
ro está no hay nada que asegure que el interés limitación de la libertad de producir y comer­
particular de un país debe correr paralelo a los ciar.
complejos y generales intereses de la coordina­ LOS RECELOS ENTRE LOS HERMANOS
ción continental.
El viejo argumento que tantas veces hemos Si el editorialista de “El Plata” viviera la
hecho contra los comunistas, —su subordina­ experiencia nuestra, comprendería la existencia
ción a un sistema que puede estar en contradic­ de un peligro que diplomáticamente se disimula
ción con los intereses nacionaes—, tiene idéntica
validez para este caso. Nada nos asegura que el pero que en los hechos no se puede negar. Es la
plan de defensa continental tenga un paralelis­ potencial tirantez en que viven unos Estados
m o con las necesidades y los intereses reales de frente a los otros.
la política nacional. En el Uruguay conocemos bien la situación
En lo que respecta al desarrollo económico, entre Brasil y Argentina con sus frecuentes con­
he aquí un ejemplo: Venezuela produce petró­ flictos de fronteras —hace poco hasta aquí llegó
leo en fabulosas cantidades. El interés nacional la noticia de uno— y sus entredichos frecuentes.
venezolano está evidentemente en contener esa Actualmente los gobiernos de Vargas y Perón se
constante evasión de sus recursos naturales. Dos
millones de barriles diarios es la producción pe­ entienden. Pero eso ocurrirá ¿hasta cuándo?
trolera actual del país. Cada barril que se saca es Mucho más delicada es la situación de Boli­
un barril que no se repone; es además un obstá­ via con su permanente reclamo de salida al mar
culo para que el país recupere su ganadería y su que ha sido desde la guerra del Pacífico, un se­
agricultura, a fin de que las gentes produzcan lo millero de fricciones. O la de Perú,con situacio­
que consumen; es fácil divisa; fácil importación nes pendientes frente a Chile,a Ecuador y a Co­
inútil o suntuaria; inflación en fin. lombia. Y nada digamos de los conflictos endé­
Sin embargo, mientras Venezuela ve evadir­ micos en el Caribe y Centro América.
se su petróleo el interés continental se satisface. Armar a estos países, prepararlos para la
No im porta arruinar a la larga un país si los ob­
jetivos inevitables se cumplen en el plan común. guerra, ¿no puede tener como consecuencia el
Al fin los venezolanos son de South America y afianzamiento militar en lo intemo y la incita­
no im porta cómo vivan ni cuál sea su destino. ción a la aventura exterior?
La organización de la producción continen­ La tenacidad con que se mantienen los
tal da a los Estados Unidos la planificación de la odios entre estos países no resulta nada tranqui­
misma. Esa planificación como es lógico debe lizadora si se los tiene armados y espiritualmen­
hacerse en función del interés de la defensa. La te preparados para la guerra.
A CAMBIO ¿QUE BENEFICIOS? cumplir” .
Hay la posibilidad de que el tratado haya si­
Uno se pregunta dónde están los beneñcios do firmado porque el Gobierno no tuvo otro re­
del tratado. Sus defensores, hasta ahora en los medio; otra solución. Eso es posible; totalm ente
comentarios que he lefdo, baten y debaten el posible. La declaración de guerra a Alemania la
peligro comunista, la necesidad de la defensa hicimos porque nos fue ordenada y no pudimos
continental y el apoyo que debe prestarse a Es­ eludirla. Hay que comprender que no somos tan
tados Unidos, líder de las libertades dem ocráti­ libres como para decidir automáticamente sobre
cas. algunas cosas.
Hasta ahora en lo que he leído no he encon­ Si así fuese, pudiera ser la actitud de los tra­
trado más que actitudes declamatorias. Pero ¿es tados patriótica, y hasta digna. No podemos cla­
Con discursos que vamos a arreglar el mundo? ro está abrir juicio sobre negociaciones que no
No encontram os respuesta sensata o seria a conocemos. Pero lo que sí es difícil de com­
las críticas levantadas contra el convenio. Y sin prender es el afán de entrega que a veces ataca a
embargo esas críticas se han puntualizado con las gentes. A quí, en México desde Cortés, hasta
precisión. acá hay un adjetivo que es el estigma de los en-
Se afirma ciegamente que el tratado no exige tregadores: “ malinche” .
que enviemos tropas fuera del país. Se com ­ La Malinche, la famosa india, no sólo entre­
prende hasta dónde serían ingenuos los propo­ go su cuerpo y su amor al extranjero conquista­
nentes si exigieran tales cláusulas... Claro que el dor. También entregó a su país y a los suyos.
tratado no lo exige; pero exige la preparación Claro que pudo tener como disculpa que era
de esas tropas. Si éstas un d ía son eficaces y ne­ mujer y era bella. En nuestro episodio actual no
cesarias su destino no es más que una conse­ tenemos ni el consuelo de la mujer hermosa.
cuencia. Ya vendrá el m om ento que la exigen­
cia, cuando esté m adurarse cumpla. Y entonces
queramos o no, como en el Himno “ Sabremos Pazcuaro, agosto 1952
El martirio de
Albizu Campos

En 1950, bajo el gobierno de Muñoz Marín


se crea el Estado Asociado de Puerto Rico al
que se opone el Partido Nacionalista por consi­
derarlo una forma de colonialismo.
Se desata la persecución contra los miem­
bros del Partido y el 30 de octubre de 1950 la
policía puertorriqueña y el ejército norteameri­
cano se echan a la calle a la caza de los naciona­
listas.
Albizu se resiste en su casa, lo sitian y el
3 de noviembre, mediante gases lacrimógenos
lo sacan inconsciente para llevarlo otra vez a la
cárcel. Lo someten a juicio y lo condenan a
79 años de prisión. La narración de su esposa,
que damos en esta misma página, informa de lo
ocurrido desde 1950 hasta el presente.

Doña Laura Meneses de Albizu Campos es


una mujer pequeñita, de 65 años, de voz suave,
que apenas se endurece en los momentos más
amargos de la narración. Es peruana, doctora en
ciencias, graduada en San Marcos. Conoció a
Albizu en Harvard y casó con él en 1922. Ha­
bla de su esposo con la resignación de quien ha
superado todos los dolores. Con la desesperan­
za, además de saberlo irremisiblemente perdi­
do. “Era, —nos dice— un hombre sano, alegre,
lleno de vida. Y lo han destruido. Lo han des­
truido totalmente”. Su voz se nubla un poco
para retomar la suavidad que le es característi­
ca. Vuelve a su narración con precisión de fe­
chas, de hechos, de detalles. Dentro de lo que
íntimamente revive es objetiva y segura en sus
datos e informaciones. Tal vez en toda nuestra Pedro cayó por última vez, —dice iniciando
experiencia periodística no hemos encontrado la narración de las peripecias sufridas en los últi­
mayor y más serena capacidad de sufrimiento mos años— en 1950. Sabíamos que se Organiza­
que la que, pese a su discreción y sencillez, tie­ ba la agresión contra el Partido y nos habíamos
ne esta mujer. preparado para resistirla.
El 30 de octubre las fuerzas policiales salie­ lo pusieron en libertad. Era tal su estado que re­
ron a la caza de los nacionalistas a quienes se sultaba evidente que el gobierno quería quitarse
acusó de tener armas y de planear una revuelta. de encima la responsabilidad de que se les mu­
Allanaron centenares de casas y llevaron a mu­ riera en la cárcel. Le ofrecieron el indulto y se
chos presos. El Partido contestó lanzándose a la negó a aceptarlo si no lo hacían extensivo a los
lucha callejera. El ejército de los Estados Uni­ demás compañeros de partido presos como él y
dos reforzó a la policía. La pelea era desigual por la misma causa.
pero los nacionalistas no se arredraron ante la Doña Laura hace una pausa y como hablan­
agresión. do para sí misma recuerda:
A Pedro lo sitiaron en su casa. Lo atacaron —Estaba más delgado. Tenía las piernas y
a tiros desde las azoteas vecinas. El y algunos de el vientre hinchados. Había sido un hombre en­
sus amigos se resistieron hasta el 3 de noviem­ juto, pero ahora tenía un vientre prominente.
bre. Ese día,los sitiadores, que habían cortado la Tenía, además, el cuello rígido y la cabeza echa­
luz y el agua, atacaron con bombas de gases la­ da hacia adelante. La rigidez no le permitía le­
crimógenos. La resistencia terminó. A Pedro lo vantarla. En las piernas le aparecían ulceracio­
sacó, inconsciente, un capitán yanqui. Cuando nes y en un brazo presentaba una quemadura
lo encontraron estaba desmayado a causa de los bastante grande, pero no profunda.
gases. Todos los que lo vieron y lo trataron no
Lo llevaron a la cárcel. Lo acusaron de una tuvieron duda alguna sobre su sano juicio y su
serie de delitos y lo condenaron a setenta y integridad mental. La denuncia de locura se
nueve años de prisión. desvaneció por sí sola.
—Hay —agrega la señora—, diversos hechos
LA NOTICIA DE SU LOCURA que afirman nuestra convicción de que se le ha
Cuando lo llevaron era un hombre sano, sometido a un tratamiento radiactivo. Inclusive
fuerte, vigoroso. testimonios de personas que sintieron el efecto
Al poeo tiempo de estar en la cárcel co­ de las radiaciones; aún de una que logró intro­
menzó a sentir malestares, nuevos para él, que ducir un reactor Geiger, que de inmediato de­
como dije, era un hombre sano. Le subió la pre­ nunció la existencia de emanaciones radioacti­
sión, sufría terribles dolores de cabeza, experi­ vas.
mentaba altas temperaturas, y padecía inconti­ —Logramos —termina la entrevistada— que
nencia urinaria. viniese a Puerto Rico el Dr. Orlando Daumy,
No había razón para que esto ocurriese. Le presidente de la Sociedad Cubana de Cancerolo-
aparecieron ulceraciones de quemaduras en la gía. Lo examinó e informó “que el Doctor Al-
piel, sin motivo aparente. bizu Campos padecía de quemaduras produci­
Estos síntomas lo llevaron a la conclusión das por radiación, que su sintomatología co­
de que se le estaba sometiendo a radiaciones. rrespondía a la de una persona que hubiera
Recuerde usted que él estudio ingeniería y que sido radiada intensamente y que en cuanto
sabe algo de eso. En la creencia de que esa po­ a su estado mental, pocas veces había cono­
día ser la causa de sus males físicos, recurrió cido a una persona de tal fortaleza mental”.
a una defensa elemental, la única por otra parte (Publicado en “Hoy Domingo” No. 8, Mé­
que la cárcel le permitía: cubrirse la cabeza y el xico).
cuerpo« especialmente el cuello y la espalda,
con trapos y toallas mojadas. OTRA VEZ A LA CARCEL
En esa situación pidió una investigación —El primero de marzo de 1954— conti­
médica. Le ofrecieron acceder a ella siempre núa la Sra. de Albizu— se inició la Conferen­
que se tratase de facultativos del servicio ofi­ cia de Caracas. Pocos días después un grupo
cial. El se negó a un examen sin garantías. de patriotas puertorriqueños atacaron a bala­
El partido publicó un libro con los testi­ zos, en plena sesión, al Parlamento de los Es­
monios de los presos que habían estado con él, tados Unidos.
entre ellos el de una súbdita norteamericana Inmediatamente sin que mediara orden
que comprometía peligrosamente a las autori­ judicial de suspensión del indulto, por simple
dades. Se pidió la intervención de las Naciones decisión ejecutiva, fue nuevamente rodeada la
Unidas y de la O.E.A. Ninguna de las organiza­ casa de Pedro y, repitiendo las violencias ante­
ciones internacionales contestó. Mientras tan­ riores, lo condujeron nuevamente a prisión.
to la gravedad de Pedro era cada vez mayor. Esta vez lo trataron con más rigor. Ade­
El gobierno dio como explicación, la de más le prohibieron el uso de agua y de toallas
que estaba loco y que a eso se debía que se en­ que él usaba como tratamiento de defensa.
volviese en toallas mojadas. Debo aclararle que los médicos que creye­
Muy grave ya, el 28 de setiembre de 1953, ron que estuviera sometido a un ataque radiac­
tivo, le habían pronosticado que a la larga le teriano, en una pequeña habitación, al extremo
ocurriría una de estas dos cosas: o un ataque de un ala del edificio, donde no pasa nadie.
cardíaco, o un derrame cerebral. Los había Constantemente mantienen centinela a la puer­
evitado hasta entonces por el tratamiento con ta y cuando viene su hija, única visita que le
paños húmedos. está permitida, quince minutos cada domingo,
Pero ya esta segunda vez no le permitieron las entrevistas se realizan con centinela pre­
esa defensa. A los dos años el 25 de marzo de sente. Pedro no habla. Está casi permanente­
1956, se presentó el derrame cerebral. mente acostado. Solo camina si dos personas lo
Era domingo y el carcelero, según parece, llevan sosteniéndolo. Todo el lado derecho lo
no se dio cuenta de lo ocurrido. tiene paralizado. Ahora casi no ve. Sin embar­
Al día siguiente, lunes, tenía el brazo para­ go nadie lo atiende por esto. Apenas si en la
lizado. El martes la parálisis le alcanzaba a todo expresión de la cara deja ver que entiende lo
el lado dereho. El miércoles ya no hablaba. El que le dicen.
jueves la noticia se filtró y trascendió al exte­ Por supuesto que no dejan acercarse a na­
rior. El pueblo se arremolinó frente a la prisión. die al enfermo. Ni siquiera a los otros hospita­
Entonces lo sacaron por la parte de atrás en una lizados.
ambulancia y lo condujeron, en estado de co­ ¡A esta condición, Señor, es que el Imperio
ma, al Hospital Presbiterianó. El médico que lo ha reducido a mi marido!
recibió —se ha sabido después— preguntó por
qué se habían demorado tanto en prestarle NO ES COSA DE POLITICA
asistencia. Ha terminado el relato de Doña Laura de
Sin embargo reaccionó y recuperó la pala­ Albizu Campos. Es una relación de hechos,
bra. Algo también los movimientos. Cuando que no lleva otra intención que la de hacer co­
ya hablaba y andaba, aunque con dificultad, nocer el martirio que sufre un ser querido. Un
nuevamente lo sacaron del hospital y lo llevaron hombre que además es líder dé un pueblo. En
otra vez a la prisión. todo lo dicho no hay ni actitud ni preocupa­
ción políticas. Hay sólo el deseo de denunciar
ante el mundo la terrible injusticia que un
Imperio y sus cipayos cometen contra un
*** hombre.
Puede ser que haya en la versión errores.
Puede ser inclusive que la terrible acusación
del ataque mediante radiaciones, sea fruto de
La señora de Albizu Campos no puede imaginaciones atormentadas por la persecu­
entrar a Puerto Rico. Las autoridades se ción y el sufrimiento. No negamos tampoco
lo han prohibido desde hace más de diez años. la posibilidad de que ella sea cierta. En tomo
Mientras su esposo ha estado preso, no ha po­ a la persecución de que se ha hecho objeto a
dido verlo. Cuando a causa del derrame cere­ Albizu hay un sadismo repugnante que autori­
bral Albizu estuvo a punto de morir, ella insis­ za a cualquier presunción.
tió desesperadamente para que la dejasen ir a Pero lo que es cierto, lo que es incontrover­
su lado. El Departamento de Estado le negó la tiblemente cierto, es que el ensañamiento más
visa por que se iba a dedicar a actividades sub­ despiadado se ejerce contra este hombre hasta
versivas y a espionaje. el punto de tenerlo reducido ya a la condición
Logró al fin que le permitiesen a una de sus de urt cadáver. El aislamiento, la prohibición
hijas, que vive en Lima, ver a su padre. Tuvo di­ •que pesa sobre sus familiares, la falta de asisten­
ficultades pero las venció, en setiembre de cia de que ha sido objeto, la espera calculada de
1956. su muerte, condena a todos los responsables de
Como consecuencia de la visita, denunció a esa situación, —desde el más encumbrado hasta
las autoridades que en la cárcel estaban a s e s i­ el más modesto—. El sadismo que supone tal en­
nando a su padre. Logró hacer públicas sus de­ sañamiento ensucia y envilece a cualquier ser
nuncias. Para evitar mayor escándalo lo sacaron humano.
de la prisión y lo volvieron nuevamente al Hos­ Si con actitudes así se pretende reprimir la
pital Presbiteriano. Además le permitieron a otra esperanza de liberación de Puerto Rico, a la vil
hija, que reside en Puerto Rico, una visita se­ condición de los medios, se agrega la torpeza.
manal de quince minutos. Porque es evidente que lo más eficaz que pue­
Con la misma suavidad, con la misma resig­ den hacer los opresores para mantener la re­
nación que ha mantenido a lo largo de su relato, beldía de un pueblo, es someter al suplicio a
la señora de Albizu termina: aquellos que supieron marcarle el camino de la
—Desde entonces está en el Hospital Prebi- redención.
ONCE AÑOS DE CARCEL Y En 1921 regresa a Puerto Rico. Una nue­
^ 79 MAS DE CONDENA va etapa se inicia en su vida.
Si 1921 • 1950: Cuando llega a la Isla ingresa
. 1891-1912. Nace en Ponce, ciudad puerto­
al Partido Republicano cuyo líder, Antonio
rriqueña, hijo natural de vasco y de mulata nati-
Barceló, sucesor de Luis Muñoz Rivera, ha exi­
' va. Su madre muere al nacer el niño o poco des- gido al gobierno de ocupación: “Dadnos la in­
pués. El vive sus primeros años bajo la protec­
dependencia aunque nos muramos de hambre”.
ción de un esclavo africano que había sido ma-
Pronto sin embargo el partido cambia de
, numitido y poseía algunos bienes.
posición y Albizu Campos se separa de él
Cuando la invasión yanqui de 1898 tiene
—1923— para ingresar al Partido Nacionalista
, líete años« Recordaría después sus impresiones:
de Puerto Rico que había sido fundado el 17
las grandes muías y los caballos del ejército de
de setiembre de 1922.
ocupación. El Partido, que no goza de ningún derecho
A los diez años, más o menos, unos chiqui­ político, lo manda al exterior para que haga
llos compañeros de juegos lo llevan a la escuela. conocer en el resto de América la situación de
Allí cursa los ocho años de primaria en cuatro. Puerto Rico. Realiza una gira de propaganda,
Después, en Secundaria, cursa los cuatro, en por México, América Central, el Caribe y los
dos. países bolivarianos, que dura tres años. Regre­
Se encuentra entonces en la mayor pobre­ sa en enero de 1930. En marzo el Partido lo
ta. Al punto que se construye un refugio en un elige su presidente.
baldío con tablas de cajones, y allí vive. Mien­ Es entonces que inicia realmente su cam­
tras tanto estudia, aunque de modo muy irre- paña por la independencia del país. La juventud
gular. universitaria lo apoya y lo nombre su Maestro.
Un profesor yanqui lo ayuda a lograr em­ El programa del Partido se basa en la no coope­
barcarse a los Estados Unidos. Ingresa en la Uni­ ración con los norteamericanos. Un capítulo de
versidad de Viermont, donde cursa estudios de esa no cooperación es la abstención electoral.
Ingeniería. Aprende latín y francés y es posee­ En 1932 no obstante, contra la opinión del lí­
dor ya de una vasta cultura. En la Universidad der, el partido concurre a unas elecciones, bajo
es un alumno brillante. la persecución y el contralor extranjero. Sufre
Dos profesores de Harvard lo conocen en un desastre, com o no podía ser de otro modo.
Viermont y lo invitan a que se vaya con ellos. Albizu sale fortalecido. Al año siguiente dirige
Albizu acepta e ingresa a Harvard en 1912. una huelga general en la industria azucarera,
Pronto la Universidad lo beca.Se mantiene en primera producción del país. La huelga tiene
los registros de la Universidad hasta 1921. éxito y se apoya en ella para organizar una cen­
Cuando estalla la primera guerra mundial, tral obrera. La situación tensa, desemboca en
se ofrece como voluntario y es enviado a Puerto
una masacre de estudiantes en la Ciudad Uni­
Rico, donde sirve en una unidad de negros. En
versitaria, en 1935.
ese momento los Estados Unidos imponen a
En 1936 el Gobierno de Estados Unidos
los puertorriqueños una ciudadanía sin derecho
presenta al Congreso un proyecto de seudo-
a voto, pero con obligación de alistamiento mi­
independencia para la Isla. Albizu reclama de
litar. 253 mil isleños son llamados a filas, y mi­
llares de ellos enviados a los frentes europeos.
Albizu, queda destinado a Puerto Rico, donde
al final de la guerra le ofrecen su incorporación
definitiva al ejército con el grado de capitán.
Inmediatamente de terminada la guerra se
convoca a un congreso de juventudes. La Uni­
versidad de Harward lo nombre uno de sus
representantes y con ese motivo regresa a los
Estados Unidos. Pero llega tarde y no puede
acompañar a la delegación que ha partido a
Europa.
Continúa en la Universidad. Obtiene el
título de abogado. Milita activamente en los
movimientos de liberación de post-guerra;
la independencia de la India y la de Irlanda.
Logra, inclusive, que la Universidad de Har­
vard abra una mesa redonda para discutir el
caso irlandés.
los Municipios que nombren delegados a úna enferma y está al borde de la muerte. Lo sacM
Constituyente. Cuarenta y tantos de setenta de la prisión y lo internan en un hospital di
y siete que son, se pronuncian por la indepen­ Nueva York confinándolo a los límites de li
dencia sin restricciones. El gobierno, antes de ciudad. Allí está dos años y medio internado
que se pronuncien los demás prohíbe las reunio­ En 1947 a los once años de su ingreso a Atlan
nes públicas y organiza la persecución. Albizu ta, cumplida la condena, regresa a Puerto Rí
Campos cae preso y con él toda la Dirección co. Lo recibe el pueblo como a su líder nt
del Partido Nacionalista. En ese año fue conde­ tu ral.
nado a diez años de cárcel que cumplió en su En 1948 se realiza la elección de Gobef
mayor parte en la prisión de Atlanta, Georgia. nador, bajo el régimen colonial. Es la que gañí
En 1937 se produce una nueva masacre de na­ Muñoz Marín. Albizu, fiel a la no cooperación,
cionalistas en Puerto Rico. El Partido conti­ mantiene al partido nacionalista en la absten*
núa perseguido. Hasta cuatro Comités Directi­ ción.
vos marchan, uno tras otro, a la cárcel.
En 1943, Albizu Campos preso en Atlanta MARCHA, 11 de diciembre de 1959

CUADERNOS DE MARCHA
en Buenos Aires
Lista de quioscos donde se vende: Quiosco de Avda. de Mayo y Tacuarí
Quiosco de Acroparque (2 quioscos)
' ” ” Las Heras y Serrano (Jar- ” ” y Lima (Hotel
din Botánico) Castelar)
” ” Las Heras y Pueyrredón ” Diag. Norte y Maipú
” ” Callao y Sarmiento ” Florida y Bmé. Mitre
................... y Cangallo ” ” y Cangallo(2
” ” ” y Rivadavia quioscos)
” ” Pueyrredón y Bmé. Mitre ” ” y Sarmiento
” ” Plaza Once (Hall Central) ” ” y Lavalle(2
” ” Bme'. Mitre y Ecuador quioscos)
” ” Pueyrredón y Cangallo ” ” y Tucumán
t* ♦» y Sarmiento *» ”
y Corrientes ” y Paraguay
** y Córdoba
•* y Santa Fe »♦ ”” Lavalle
” y Santa Fe
y Carlos Pellegrini
Comentes y Callao »* ” y San Martín (sd la-
*» y Montevideo do de Pluna)
** y Uruguay »» ” Estación Retiro (Hall
y Talcahuano Central)
(2 quioscos) ” ” Vereda
y Libertad »» ”” Estación
” Subterráneo
y Cerrito Constitución
y Carlos Pelle- (Hall Central)
grini 2 (quios- *» ”” ” Vereda
eos) ”
»» ” Rivadavia Subterráneo
** y Suipacha y Artigas (Pía-
” y Esmeralda za Flores)
y Maipú (2 ii ” Estación Flores
quioscos E.N. ” F. Lacroze 4191 (Chacarita)
T.E.L.) calle 7 y 55
y Florida Palacio de Justicia
y San Martín La Plata, Provincia de Bs. As.
(4 quioscos)
y Reconquista DISTRIBUIDOR OFICIAL:
(2 quioscos) DISTRIBUIDORA DE DIARIOS
y 25 de Mayo Y REVISTAS
y Leandro J. DI PIETRO Y CIA
»* Alem Bolivia 529- Bs. As. Tel. 611-2801
y Bouchard Corresponsales: Bmé. Mitre 1970
Diag. Norte y San Martm 1er. piso Cap. Fed.
Avda.*» de Mayo y Perú Tel.: 491378
y Chacabuco
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:Cuba una gigantesca


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sociedad en su conjunto debe convertirse. En ese año de 1946 gobernaba Grau San Mar­
en una gigantesca escuela” . tin en clima de democracia liberal.
Ernesto Che Guevara. (Carta a Muy pronto el visitante que no iba sólo a di­
Carlos Quijano, marzo de 1965) vertirse, encontraba la realidad del país: privile­
gios irritantes; sordidez, ignorancia, miseria; la
A Habana, era una ciudad acogedora y ama- isla de tierras feraces, importaba todo; producía
i ble. Siempre pronta para las vacaciones o el caña y tabaco y ésa era su fuente de divisas; no
—(/“week-end” . Ofrecía al visitante hoteles sun­ tenía fábricas —¿para qué instaladas si a noven­
tuosos de mullidas alfombras, casinos de suerte ta y cinco millas, en otro país, había todo?—.
Incierta, night-clubs de equívocas penumbras,
hipódromos soleados, playas privadas, etc. La Los primeros tiempos de la revolución
gentileza, mezclada con picardía, de mozos, ca­
mareras, lustrabotas, choferes, prostitutas, crea­ En 1961, cuando volvimos por segunda vez,
ba un clima acogedor que conquistaba al visi­ el clima estaba dado por el entusiasmo revolu­
tante. La isla toda era una especie de paraíso cionario. En las reuniones políticas dominaban
para éste, que dejaba sus dólares a cambio de los cantos, los coros, las porras. Las discusiones
Una estada en aquel mundo feliz. eran arengas; jóvenes y muchachas pululaban
A noventa y cinco millas de Estados Unidos, por las calles luciendo sus ropas de milicianos,
Clientela no faltaba. Cuba, tradicionalmente, sus cartucheras, cananas y metralletas. La ciu­
Ofrecía a sus vecinos las atracciones de un eter­ dad estaba igualmente alegre. La alegría nacía
no verano caliente y la posibilidad inmediata de del entusiasmo, de la fe en la revolución, de la
la evasión. Los salmos dominicales, la ley seca, esperanza.
ll cuaquerismo, las normas rígidamente estable­ En el campo se iniciaban programas de traba­
cidas, eran fácilmente olvidadas y la liberación jo. Treinta y cinco mil viviendas para cubrir el
que ello suponía, de modo muy natural se des­ déficit habitacional. Campamentos vacacionales
lizaba rumbo al libertinaje. destinados a los trabajadores. Reconstrucción
Un “país de turismo” en el que los tradicio­ de puertos; instalación de algunas fábricas. Ya
nales tabacos cubanos exhalaban con bastante el Che, ministro de Economía, clamaba porque
frecuencia olor a marihuana. se gastara el cemento sólo en la construcción de
Conocimos la isla en 1946. Había perdido el plantas para la producción.
rumbo después de la revolución de 1933 cuan­ Se intentaba, en medio de la euforia reinan­
do los estudiantes derrocaron al dictador Gerar­ te, cubrir déficit heredados del sistema anterior.
do Machado, un sombrío tirano, sanguinario y Fidel había prometido en las Naciones Unidas,
feroz. En el Hotel Nacional —donde me hospe­ liquidar el analfabetismo en un año y la pobla­
dé hace dos días—Summer Welles, representan­ ción entera se había volcado a esa tarea.
te del Departamento de Estado, había fabricado Había que formar el hombre nuevo. No se
•n aquel entonces a Fulgencio Batista y había tenían ideas muy claras sobre cómo hacerlo. Al­
birlado, mediante una maniobra maestra, el po­ rededor de cincuenta mil jóvenes fueron envia­
der a los revolucionarios. dos a estudiar al exterior.
En 1961 había ya una decisión firme, mono­ masa y en ese sentido se cuenta que cuando él*
lítica. La expresión “Patria o muerte, vencere­ te habló por primera vez como jefe triunfante,
mos” era la consigna. Junto a la seguridad del a la multitud en La Habana, de cuando en cuan*
triunfo estaba la convicción de que había que do interrumpía su discurso para preguntar a su
construir la patria. Pero los rumbos no eran pre­ amigo, no tan quedo como para que no saliera
cisos y, para el visitante observador, las dificul­ por los altavoces: “ ¿Voy bien, Camilo?”
tades parecían insalvables. Los tres han dado un tono moral a la revolu*
El bloqueo, establecido poco tiempo después, ción. Pero se trata de una moral muy especial,
las agravó a términos extremos. que comprende mucho más que la acepción qua
damos a esa palabra. Decisión y fe para las trans*
Fines de 1970 formaciones, actitud de sacrificio, voluntad pa­
En el Seminario de Educación Permanente ra el trabajo, subordinación de lo personal al in*
—motivo de mi último viaje— me preguntaron: terés colectivo.
“Usted que estuvo antes, ¿nota alguna diferen­
cia en la gente? ¿Qué ve en cuanto al desarrollo El nacionalismo
de una actitud y una mentalidad revoluciona­ La revolución es esencialmente cubana. El
ria?” pueblo mantiene un profundo agradecimiento
La respuesta fue fácil: “ Hace diez años una hacia los países socialistas que le ayudan a so­
reunión de esta naturaleza hubiera empezado brevivir del bloqueo. Pero en ningún aspecto ese
con coros, cantos, porras, bullicio; hubiera se­ sentimiento contiene pizca de subordinación.
guido con arengas y discursos explosivos. La se­ La literatura y el arte revolucionarios afincan
sión cerraría con nuevos cantos y nos retiraría­ sus raíces en la epopeya cubana. Asistimos a la
mos satisfechos y convencidos de que habría­ conmemoración de la muerte del general Maceo,
mos cumplido una jornada revolucionaria. uno de los proceres de la emancipación de la is­
Hoy la cosa es distinta. La gente plantea pro- la. Nos sorprendieron los textos exhumados. El
blmas concretos; discute seria y reflexivamente; mulato, patriota ejemplar,definió un claro y
sostiene sus ideas con conocimiento de'causa; premonitorio ideario antimperialista e intuyó
analiza experiencias; busca posibles soluciones; antes de su muerte el destino sombrío de Cuba.
no se aparta de la realidad que presenta el país La intervención, la Enmienda Platt, las conce-
en su actual coyuntura” . ciones (Guantánamo, por ejemplo), la puesta y
quita de gobernantes, la enajenación de los re­
El liderazgo revolucionario cursos naturales, fueron manifestaciones de la
Sin duda uno de los motivos de esa transfor­ predestinación anunciada por Maceo. Y hoy se
mación ha sido la presión que mantiene sobre el venera a éste al nivel de Martí, precisamente por
pueblo, la actitud y el ejemplo de los líderes de su raigambre nacional; por su certera visión del
la revolución. destino de Cuba; por su actitud antimperialista.
Tres de ellos operan, diríamos, al mismo ni­ Ese nacionalimso se expresa de muchos mo­
vel: uno, como impulso vital, como dínamo ina­ dos. Tal vez el más popular es el deseo colectivo
gotable de acción e iniciativas, como deposita­ de hacer grande y fuerte al país, de lograr su au-
rio de la incondicional confianza popular: Fidel. toabastecimiento, de convertirlo en una poten­
Los otros dos —desaparecidos físicamente pero cia capaz de hacerse oír en América y en el mun­
presentes y activos— ejercen una verdadera do.
coacción moral. El Che con sus normas de aus­ También es fuerte el sentimiento de solidari­
teridad revolucionaria, con su sacrificio ejem­ dad con Latinoamérica. Las vicisitudes que en­
plar, con su aparente dureza y su inmenso amor sombrecen al Uruguay son tema corriente y son
(“ Dejeme decirle a riesgo de parecer ridículo, conmovedores el interés y la preocupación con
que el revolucionario verdadero está guiado por que se sigue la información sobre nuestras co­
grandes sentimientos de amor. Es imposible sas. En este sentido, pese a que los gobiernos la­
pensar en un revolucionario auténtico sin esta tinoamericanos les han dado la espalda y han
cualidad. Quizás sea uno de los grandes dramas contribuido obsecuentemente al aislamiento y
del dirigente; éste debe unir un espíritu apasio­ al bloqueo criminales, los cubanos, a todos los
nado, una mente fría y tomar decisiones dolo- niveles, se sienten más hermanos de estos pue­
rosas sin que se contraiga un músculo”. (El Che blos que de los eslavos y asiáticos que tan gene­
a Quijano. Carta citada en el acápite) El otro, rosamente les han prestado ayuda. Su patria
Camilo Cienfuegos, a quien se le identifica co­ chica es Cuba; su patria grande, América Latina.
mo la expresión fiel del alma popular y del va­
lor basado en la bonhomía y la seguridad en sí El trabajo
mismo. Se le reconoce como la garantía en que Otro factor fundamental en la formación del
se apoyaba Fidel para su fusión de líder con la hombre nuevo es el trabajo. Cuando, a los recia­
mos de información, decimos: “Es un pueblo en tres años los dirigentes de la educación. Son
que trabaja” , salta en seguida la pregunta des­ establecimientos de internado en el medio rural
confiada: “ ¿Pero trabaja porque quiere o por­ donde los muchachos estudian la mitad del
que lo obligan?” Cuando hacemos referencia al tiempo y la otra mitad la dedican a la produc­
¿abajo voluntario nos interrumpen: “ ¿Pero es ción de acuerdo con los planes de explotación
voluntario de verdad o es obligatorio”? agrícola correspondientes a la zona.
En una sociedad como la nuestra organizada Cincuenta y siete “universidades obreras”
para laborar lo menos posible donde la fiesta, permiten a los trabajadores de las diversas ramas
las vacaciones, el menor horario, el descanso, la de la producción continuar sus estudios de per­
jubilación prematura, son principios inaliena­ feccionamiento para lograr mejor calificación
bles, se hace difícil explicar lo que es el trabajo en sus oficios. Millares de centros de educación
para una sociedad como aquélla. de adultos facilitan la obtención del sexto grado
En primer lugar éste no se vende. No se tra­ a los alfabetizados en la campaña y a los que
baja para otro. Nadie se beneficia personalmen­ por una u-otra razón no cumplieron el ciclo pri­
te del esfuerzo ajeno. El trabajo tiene categoría mario. En 1961 se luchó por erradicar el analfa­
de función social. El que labora la tierra o corta betismo; pero esa tarea no se da por terminada
la caña, o barre una calle, o estudia en un labo­ mientras no se haya cubierto el sexto grado es­
ratorio, está contribuyendo al engrandecimien­ colar. Un ejemplo: cada barco pesquero es tam­
to nacional. La tarea tiene otra dimensión, y el bién una escuela.
hombre otro tono de dignidad. Y como el tra­ A nivel universitario la tendencia dominante
bajo es contribución al bien común no admite es la de convertir los centros de trabajo en es­
categorías de “honorabilidad”. Es digno y ho­ cuelas tecnológicas donde, a la vez, se trabaje y
norable el que lo realiza, cualquiera que sea su se estudie. Se ha comenzado a hacer con algu­
sector de actividad. No lo es el que no lo hace, nas granjas especializadas, con ciertos planes de
porque su inacción lo convierte en un parásito construcción y con talleres mecánicos y electró­
social. nicos. La universidad, en el sentido que le da­
En ese sentido es admirable ver hasta dónde mos nosotros, se dedicará fundamentalmente a
el cuasi deporte nacional del corte de caña se ha investigación y altos estudios.
convertido en factor fundamental en la forma­ Un nuevo sistema educativo está en proceso
ción de los jóvenes. La vida del campamento, la de creación; se define en la experiencia y sobre
jornada agotadora amarrada al machete, la tum­ ía marcha. El fin es la formación integral del
ba lenta pero fírme del cañaveral, afirman la hombre para servir a la sociedad. El profesional
convicción de que se está contribuyendo a ha­ “ liberal” ya es rara excepción. El universitario,
cer la patria. Los profesionales, estudiantes, bu­ de bufete, consultorio o empresa privados, ha
rócratas que hacen sus fines de semana en el desaparecido. Todos trabajan; todos tienen po­
campo en tareas agrícolas, sienten que partici­ sibilidades de estudiar. ¿Y el que no quiere ha­
pan en la producción para todos; que es en de­ cerlo? En el clima creado no hallan aire los hol­
finitiva felicidad y bienestar para todos. gazanes. En toda Cuba se exhiben cartelones
Se ha declarado a 1971 el año de la produc­ con esta leyenda:
tividad. Hay que producir más y mejor para ele­ “ Qué hacemos con los vagos,
var las condiciones de vida del pueblo. Esa es la semivagos y ausentistas?...
consigna. Sobre la adhesión popular que mere­ El pueblo tiene la palabra...
cerá, sólo podemos decir que las largas listas de
voluntarios que quieren dar sus horas libres a Fidel.”
los planes de trabajo agrícola o industrial, no se En un discurso, el líder planteó el problema.
agotan nunca Por el contrario, los postulantes El pueblo ha respondido declarando a 1971 co­
deben esperar turno para cumplir con su contri­ mo el año de la productividad.
bución. Como se comprende, en Cuba ya no habrá
En los procesos sistemáticos de formación lugar para los que no quieran trabajar. Los que
—escuelas secundarias, normales, universidad- no pueden hacerlo —niños, viejos, enfermos, im­
la participación en la producción ha adquirido posibilitados— no tienen problemas; los servi­
una importancia fundamental. En la secundaria cios de asistencia y previsión se encargan de re­
básica todos los alumnos dedican un período solvérselos.
anual de cuarenta y cinco días a actividades de Cuba, como lo quería el Che, se ha converti­
producción rural. A esto le llaman “escuelas al do en una gigantesca escuela. Su inspiración es-'
campo” . Se las considera como la transición tá orientada hacia la formación del hombre nue­
progresiva a io que será la norma definitiva para vo.
los cursos de enseñanza media Ya hay “escue­
las en el campo”, meta a la que esperan llegar MARCHA, 15 de enero de 1971
“En esta colectividad nosotros vamos a unir
la fuerza tremenda de la tradición con el
reclamo urgente de los tiempos nuevos”

Wilson Ferreira, Día de su liberación


30 de noviembre de 1984

Semanario

L a Dem ocracia
EL SEMANARIO DE MAYOR INFORMACION Y VENTA

CENTRO URUGUAY INDEPENDIENTE


G aboto 1 2 8 2 Tel: 4 9 8 0 9 3 M on tevid eo-U ru guay
LA POLITICA Y EL HUM OR

Productos made
in U rugúay
En otros países lejos del Uruguay, se siente ralmente no se sabe dónde queda el Uruguay; si
la necesidad de algo que caracterice —o como es un país, o una provincia, o una ciudad. Pien­
dicen los psicólogos— que tipifique al país. En­ so que muchos, al ver nuestros ejemplares tras­
seguida que se oyen nuestras yes y elles, pro­ humantes, han pensado que es un parque de va­
nunciadas con suavidad de rallador, y vení, an- riedades.
dá, tomá, etc. que usamos en nuestro castizo Lo seguro es que si rectificamos y hacemos
lenguaje vendrá la pregunta: la aclaración quien nos haya interpelado, se ras­
—¿Ud. es argentino? cará la cabeza preguntándose:
Vale más dejarlo por eso. Porque si decimos —¿Uruguaios?.
que no, que som oí uruguayos meteremos a —Sí, hombre; —contestamos—uruguayyyyos.
nuestros interlocutores en un lío. Porque gene­ Estamos acampados hace 200 años en el Río de
la Plata y además ganamos tres veces el campeo­ entre las manos.
nato mundial de football. El Señor lo vio así de modesto y le pregun­
—Ah, sí! —nos dirán con dudas—pero como tó:
aquí jugamos béisbol. —¿Y tú qué quieres?
—Yo Tata Dios, —contestó el criollo mirando
*** el suelo— pa qué lo viá incomodar. Usté ha dao
tantas cosas ya que, pa bien decirle, me parece
Muchas veces me preguntaban como era el un abuso. . .
Uruguay. Yo daba versiones sintéticas y pano­ —No; contestó el Señor. Tienes que pedir,
rámicas. El Uruguay es chiquito, pianito, verde- como los otros.
cito, suavecito. Uno le pasa la mano por arriba —Bueno, —dijo el criollito cada vez con me­
y parece terciopelo. Y tiene playas y vacas y nos voz. Si es obligación ¿sabe?. . . y si no le
ovejas. Y tiene además, mejorando lo presente, es molestia ¿sabe? yo le pediría, si no lo com­
las mujeres más lindas de América. prom eto ¿sabe? -p o rq u e si lo comprometo
Los uruguayos son cordiales, buenos amigos ’ no hay nada dicho. . . le pediría. . . esté. . . una
gentiles —no hay más que un par de degüellos barajita y que me dejen solo con el judío. . .
pasionales por día y una patota por noche. Y ***
además tenemos una democracia fenómena y
aspiramos a establecer el Colegiado Integral. Y sin embargo comprendía que me faltaba
Esto del Colegiado era lo que les costaba algo para caracterizar típicamente a los urugua­
más entender. yos. Comprendo que con el Colegiado, daba un
Para explicar el carácter de los “ uruguaios” elemento autóctono y que no se repite en el
respondiendo a preguntas, apelaba a cuentos y resto del planeta, ni en sus alrededores y adya­
anécdotas ilustrativas. cencias. Pero el Colegiado no salió y me quedé
Y tal linda me salía la versión que la conclu­
sión final de los preguntones, era, invariable­ sin el elemento tipificador.
mente ésta: Recién ahora, cuando ya no lo necesito,
—Yo me voy para Uruguay. Quiero conocer vengo a encontrarlo. Este sí que es auténtica­
los uruguaios. mente uruguayo.
Pero, como dijo uno una vez, ¿para qué Ha sido un problema definir cuál es la músi­
amolar tanto con la inmigración si con los que ca nacional, exclusivamente nacional; porque lo
habernos ya alcanza y hasta estamos sobrando? de aquí se toca en la Argentina. Y ha sido igual­
Por eso yo trataba de atenuar los entusiasmos, mente lío definir cuál es la flor nacional, traba­
recurriendo a la filosofía de un viejo que conocí
de pequeño. El viejo este empezaba así, cuando
jo al cual dedicaron años de esfuerzos naturalis­
se ponía en tren de filosofar: tas y botánicos. Se llegó a establecer el pericón
—Todos tenem os nuestros defetos buenos y y la flor del ceibo, aunque no se pudo eliminar
nuestros defetos malos. . .” Y por ahí seguía. la competencia de la orilla vecina.
Yo entonces trataba de mostrar alguno de Lo que es exclusivo del Uruguay, más que
nuestros defectos malos. Para ello recurría a la el ceibo, que el pericón y que el “ monte”,
oficialización de la lotería, la quiniela, los caba­ —absolutamente exclusivo— es el candidato a
llitos, la ruleta, etc. rem atando con este cuento, director de Ente Autónomo. Aquí sí no hay
que una vez me enseñaron: competencia ni imitación extranjera. En cada
Por no se qué buena obra que lo merecía, uruguayo hay un director en potencia, que se
nuestro Señor llamó a los que la hablan realiza­ considerará defraudado si no lo designan entre
do —que resultaron ser un inglés, un francés, un
judío y un criollo—, y les concedió por anticipa­ los cuarenta y tantos que hay que elegir. Esa
do una cosa —la que fuese— que pidieran. (Pare­ tal vez es la razón de que en el fondo de todo
ce ser que cuando se creó el cuento los yanquis .uruguayo haya después un opositor al gobierno.
y los rusos, que ahora se quedaron con la pelo­ De donae —consecuencia política— adheri­
ta, no jugaban entonces en primera división). mos calurosamente al proyecto de aumento de
Salvada así la omisión, proseguimos: miembros de los directorios. Pero además que­
El inglés le pidió al Señor un imperio que al­ remos que se nombren, con sueldo y jubila­
canzase a todas las tierras del mundo, para po­ ción, asambleas y otros organismos, con mu­
der gobernar sobre ellas. Inmediatamente le fue chos miembros para cada Ente; al punto que, de
concedido.
El francés pidió un millón de las más herm o­ ser posible, no quede uno solo de los habitan­
sas mujeres para realizar entre ellas su “ román tes de este bello país sin satisfacer sus justas as­
de l’am our”. Concedido también. piraciones de aportar su grano de arena para la
El judío pidió que le reuniesen mil millones obra de labor colectiva y fecunda en que esta­
de monedas de oro, que las pusieran en una for­ mos todos empeñados.
taleza y que allí lo encerrasen con su tesoro. In­
mediatamente el Señor accedió. DOPEY
Y vino el criollo, arrastrando las alpargatas
y turbado y tím ido, revolviendo el sombrerito MARCHA, 28 de marzo de 1947
EL PLAN TRUMAN DE DEFENSA MILITAR CONTINENTAL

Los que quieren caldo


ya tienen dos tazas
Hace algunos años, cuando empezó la guerra la lucha contra el nazismo estaban felices. Ya
O poco antes, se inició la actividad política con­ por ese tiem po casi lo único que faltaba era la
tinental, con el fin de “ defender al Hemisferio” . materia prima para empezar la industria de la
Amenazaban los nazis y no era cosa de dejar­ “ defensa” . La materia prima eran los maldi­
se madrugar. Todos andábamos buscando, hasta tos nazis que, vencidos, no podrían venir, de­
debajo de las camas, el paracaidista que había jándonos afeitados y sin visitas.
de venir. Y como toda industria que no tiene materia
No hubo razones que pudieran hacerse oír. prima, ésta de la “ defensa” empezó a decaer.
Vino una ola de psicosis colectiva y era imposi­ No salió el servicio militar, se agotaron los mi­
ble hacer comprender, mapa por delante, que- llones de voluntarios, y las bases siguieron en
para llegar aquí los nazis tenían que pasar sobre un ritm o lento y silencioso.
el Imperio Británico, sobre Estados Unidos y
* * *
sobre el Atlántico que hacía las veces de Canal
de la Mancha entre la Europa Central y noso­
tros. Pero como buena industria de guerra, ésta
en tiempo de paz ha sufrido una transforma­
* * * ción. A falta de nazis ya se ha encontrado un
sucedáneo. Con los nazis ya no se convence a
Esa alarma que fue sincera en unos, fue cal­ nadie. Por eso ahora en su lugar tenemos a los
culada, cuidadosamente calculada, en otros. Y comunistas. Lo que ayer se pretendía invocan­
sirvió a éstos últimos para plantear el proble­ do al nazismo, se pretende hoy oponiendo el
ma de la “ defensa continental”. ogro rojo del comunismo. Y ya estamos otra
Se organizó así la declaración de guerra de vez embalados. Ahora, que nos pare el que
estas repúblicas al eje. Se reunión —sede Mon­ pueda.
tevideo y máximo augur Alberto Guani— el Y lo gracioso es que los gallipavos que pe­
Comité de Defensa Política y se empezó por dían el servicio militar y los fusiles son los que
echar las bases de la defensa militar. piden que “ en lugar de lanzarnos a una políti­
Cuando los nazis estaban ya acorralados y ca armamentista” busquemos las vías de solida­
los rusos, ingleses y norteamericanos los habían ridad americana. A la vez que los que pedían
vuelto a sus fronteras, nosotros seguíamos aquí que entregáramos el continente a los Estados
organizándonos para defendemos del fascismo. Unidos para ayudar a Rusia, ahora condenan el
Cuando Alemania exhausta se entregó y el “ Plan Truman” porque los yanquis están ha­
Japón también, nosotros seguíamos organiza­ ciendo lo que ayer nomás ellos les pedían que
dos para defendemos del fascismo. hicieran.
Cuando el fascismo denotado militarmente
***
había ya desaparecido, nosotros seguíamos or­
ganizándonos para defendemos del fascismo. Porque la cosa no es moco de pavo. La Junta
Interamericana de Defensa, con representación
*** de las 21 repúblicas, ha aprobado la unificación
En esa organización tan oportuna, los patrio- militar del hemisferio. Tendremos pues coope­
tas de la defensa continental pidieron —brazos ración militar made in U.S.A., equipos de adies­
en alto y ojos en blanco— tres cosas: armamen­ tram iento made in U.S.A. y organización de
to, servicio militar y bases. nuestros ejércitos made in U.S.A.
Los armamentos vinieron de los Estados Sólo resta el comando único, que vendrá y
Unidos; el servicio militar pretendió hacerse a seré tam bién made in U .SA ., y “ el enemigo”
la manera de los Estados Unidos; las bases esta­ que para ser común también, será el comunismo.
ban dirigidas por técnicos norteamericanos, Así todo será made in U.S.A. Menos la car­
según la declaración que hiciera en el Senado ne de cañón. La carne de cañón la pondremos
el Ing. Serrato. nosotros.
Los patriotas que querían organizamos para MARCHA, 2 3 de mayo de 1947
M aneras de entender
a Dios
Hay algo que domina sobre la voluntad de Oí una misa y un sermón. Este último lla­
los muertos, de los vivos y de los vivillos; es mando a la fraternidad a los colombianos, que
Dios. Para Diego Rivera, no existe; para César habían perdido, a juicio del cura, el camino de
Batlle existe, pero con minúscula; para otros, Dios.
en cambio, es una realidad concreta, que cuesta Salí del templo sintiéndose angelical; pero he
dinero, que rom pe medias en las rodillas y que aquí que al recorrer el parque que lo rodea, me
mueve el más puro y el más alto de los amores. encontré con una feria dominical como la de la
En ésto, como en todo, el m undo siempre de calle Yaro, donde se venden chorizos, caldo de
acuerdo. pollo, ron, cerveza, etc. y donde también se
v enden medallas, estampas, escapularios y cua­
*** dros, como si todo fuera producto igualmente
comerciable y terrenal.
En Perú la religión ha superado su condición Aquello me llamó a la reflexión cuando me
de poder espiritual, para convertirse en un po­ sentía al borde ya de convertirme. Era tal mi
der más temporal que aquel famoso del 10 de estado de espíritu que perdoné a los mercade­
julio que Montevideo aún recuerda. El presiden­ res y no me hizo mella ver que regateaban en
te, los generales, los políticos rinden homenaje torno a una imagen del Señor. Al fin el comer­
cio honrado también es bueno. Pero he aquí
y culto a la dignidad eclesiástica, a cual más de­
que, andando y andando, entró por una puerta
votamente. Hasta los apristas, que siempre fue­ lateral de una dependencia del templo y me en­
ron antirreligiosos, aparecieron un día converti­ cuentro con algo muy parecido al interior de un
dos, seguramente por milagro, y los líderes del banco; un mostrador largo, enrejado, con ven­
Apra se inclinaron y besaron el anillo cardenali­ tanillas con las — ¡ay, tan conocidas!— de la
cio, como cualquier hijo de mortal. Caja Nacional.
Ahora los religiosos peruanos tienen un efi­ Pensé; ¡qué previsores estos colombianos
caz motivo para enfervorizar sus huestes. Cada que así facilitan las andanzas de los turistas
vez que hay una concentración religiosa de im­ con sucursales bancarias para que hagan tus
operaciones!
portancia, el Rdo. José Mojica, pronuncia un Pero cuál no sería mi sorpresa cuando leí,
sermón, o canta. Y todo lo más granado del —en el lugar en que debía decir: “ Giros” ,
catolicismo peruano no necesita más para reu­ “ Cambios” o “ Cuentas Corrientes” indicando
nirse. Porque el admirado tenor conserva su las secciones—, las leyendas de los letreros que
voz y su arrastre como en los mejores tiempos decían: “ Misas” , “ Bautizos” , “ novenas” , etc.
de la pantalla. Y eso ya dentro de la casa de Dios.
Está de más decir que aquello eliminó mis
*** escrúpulos y me fui a otra parte del bosque
sagrado a comprarme un chorizo, un pedazo
En Colombia fui un domingo de mañana en de pollo y un ron, para fortalecer mi estóma­
peregrinación a Monserrate. Me pareció que no go. Y todo me costó más barato que si hubiese
me vendría mal un baño de espiritualidad y allá com prado una misa o una novena que empuja­
subí con todo recogimiento. ran un poco — ¡tanta falta le lace!— a mi alma
Para llegar a Monserrate hay que subir en un pecadora hacia el cielo.
funicular, pues el tem plo está en lo alto de la
m ontaña. Los más devotos ascienden a pie, y ***
muchos de ellos descalzos. Pero yo, que no te­
n ía grandes pecados, me sentí cumplido con En Bolivia vi adolescentes a quienes se les
subir en el funicular.
En el tem plo la gente desbordaba. Unos se­
golpea el cuerpo para disciplinar el espíritu.
guramente pedían que no se repitiese otro 9 de Vi indios idólatras que mezclan el alcohol con
abril; otros que se les perdonase lo del 9 de los padrenuestros y que son los mismos que, al
abril. Porque en Colombia hasta los “ com u­ grito de rebelión, a quien primero cuelgan es
nistas” son católicos. al cura. En Costa Rica oí a muchos combatien-
v_
les de la revolución que me aseguraron que “ La Más de ün religioso leerá esto creyendo que
Negrita” —La Virgen de los Angeles— les había yo soy riverista —de los de Diego— o cesarista,
»alvado la vida en tal o cual episodio, y que de los de César. Y no. Para mí la religión es un
gracias a ella habían ganado la guerra. En Gua­ hecho de fe, y la fe, por su naturaleza misma
temala vi, en un día de misa, al cura en el cen­ —en quien la tiene—, no admite discusión. Sim­
plemente escribo ésto porque lo vi y porque
tro del templo, observando a sus fieles que eran entiendo que este modo de concebir la fe no
bendecidos por otros indios, a quienes el cura me puede hacer olvidar que una vez Cristo echó
previamente les había transmitido sus poderes a latigazos a los mercaderes del templo. Que si
s. espirituales. Y en México . . . Bueno en México non e vero por lo menos así me lo contaron.
»obre este asunto vale más hablar otro día.
EL CUATE CHAPAR RITO
*** MARCHA, 6 de agosto de 1948

L a religión en México
—“ A los curas les dio ya en la mera torre, Un domingo cualquiera la Villa de Guadalu­
don Benito Juárez cuando las leyes de la Re­ pe, donde está la Basílica, es una expresión
forma. Después la Revolución terminó la de lo que es el México religioso.
obra. Mire manito, fíjese' na más y no encon­ En el templo se congregan millares de perso­
trará uno sólo que salga a la calle” . nas. Hombres, mujeres, niños, sanos, enfermos,
Así me ha dicho algún mexicano cuando ha­ ciegos y videntes. Recorren la iglesia de rodillas,
blando del problema de la religión yo he atre­ mortificándolas,desnudas sobre las baldosas o
vido algún comentario. rompiendo pantalones, faldas a la moda o me­
Pero no ha faltado otro mexicano que me dias de nylon en homenaje a la divinidad. Se ve
diga: 'gentes que pasan horas de rodillas con los bra­
—No mire al pueblo religioso desde la calle. zos extendidos en cruz haciendo penitencia en
Vaya a verlo a la Iglesia. Allí se convencerá una inmovilidad total y mujeres y niños que llo­
de que el pueblo mexicano es tan religioso co­ rando acarician y besan las imágenes. Se ve gen­
mo el que más. tes que vienen a veces desde el fondo de México
Y aquí me tienen, metiendo la nariz, en mi en peregrinación a pie, y otros que usan silicio
bien desarrollado apéndice, por cuanta iglesia, u otros métodos igualmente eficaces para morti­
capilla o monasterio encuentro a mi paso. ficarse.
Se ve, en fin, en esta Basílica de Guadalupe
*** un fervor, una fe y una devoción que, confieso,
yo no lo había visto en ninguna parte.
Es cierto que en tiempos de la Reforma don
Benito Juárez dictó una serie de leyes que limi­ ***
taban considerablemente el poder de la Iglesia.
Es cierto también que en la Revolución en ge­ Y lo de Villa de Guadalupe se repite en to ­
neral Emiliano Zapata llevaba a la cabeza de sus dos los templos que uno recorre, desde los sun­
tropas, como estandarte, una imagen de tam a­ tuosos como la Catedral de Puebla, hasta las
ño natural de la Virgen de Guadalupe, lo que no
le impedía por cierto, quemar iglesias y colgar centenarias y semiderruídas iglesitas de pueblo,
curas. Es cierto que en época de Calles se de­ donde los campesinos visten a las imágenes con
sencadenó sobre este desamparado país la revo­ ropas llenas de adornos y ofrendas.
lución de los cristeros que fue una guerra social Pero mientras estas pequeñas iglesias tienen
religiosa tan terrible como la misma revolución. sus fieles parroquianos de siempre la Basílica es
Es cierto que la ley prohíbe los hábitos religio­ un centro internacional de turismo religioso,
sos en la vía pública y que hay todo un artículo donde se mezclan las manifestaciones más paga­
constitucional que tiende a neutralizar el poder nas del mercantilismo, con las más devotas ex­
de la Iglesia. presiones de religiosidad.
Pero hay además muchas otras cosas que En Vüla Guadalupe la Basílica está rodeada
también son ciertas.
por la feria más variada y más pintoresca. Junto
a una estampa o un crucifijo se puede comprar,
sin cambiar de puesto, un par de medias, una hombre o mujer, que no lleve su medallita al
docena de ahuacates, a un taco de tortilla con cuello. Y sobre mi cama, en el cuarto donde vi­
frijoles para “ hacer boca” . He visto allí frente vo, un crucifijo extiende los brazos y me prote­
a la iglesia a u n sacamuelas que con artes de ilu- je, en este México anticlerical y revolucionario.
sionismo y pirotecnia verbal concentra su públi­ Y todavía hay quienes afirman, de buena fe,
co y después, a dedo limpio, va “ asistiendo” a que desde Juárez, la Reforma, hace un siglo, le
sus pacientes ocasionales, haciéndoles extraccio­ dio en la mera torre al clericalismo eclesiástico.
nes sin valerse de otra cosa que sus manos.
*** EL CUATE CHAPARRITO
En la alberca—piscina—donde alguna vez he
ido a nadar, casi no he encontrado persona, MARCHA, 15 de agosto de 1948

“Se ven caras y no


se ven corazones”
“ Se ven caras y no se ven corazones” —de­ César Charlone, ministro de Relaciones Ex­
cía allá en Florida un viejo criollo que al saludar teriores de este país tan primorosamente desco­
se sacaba el sombrero, m etía los dedos en la bo­ nocido; César Charlone ministro de un gobierno
ca, sacaba la “ chica” la guardaba en el bolsillo batllista, que se precia de serlo; César Charlone
del chaleco y después daba la mano porque sa­ sentado en la bancada batllista y defendiendo el
ludar masticando tabaco le parecía descortesía. gobierno de Luis Batlle.
“ Se ven caras y no se ven corazones” , repi-’ En verdad que tiene razón el rubio Schau-
tió uno de la barra el otro día, cuando en la Cá­ richt al mantener su renuncia. Retirarla, en él,
mara empezó a hablar César Charlone desde la sería como si se pintase el cabello de negro.
bancada batllista, dando la impresión de ser
hom bre de los de lengua sobada. ***
* * * Sin embargo no hay que alarmarse por es­
to. Ya lo han demostrado los batllistas: no hay
Si viésemos corazones, en la acepción que que alarmarse. En el fondo todos somos así y
daba a la expresión el viejo gaucho, conocería­ que se nos juzgue por lo que se nos vé y no por
mos a la gente. Felizmente por algo la naturale­ lo que somos en el fondo... Que al fondo quién
za, siempre sabia nos ha ahorrado ese trabajo. es capaz de llegar?
Piense el lector lo que sucedería si cada ma­ Y si no que lo diga mi tío...
rido —cabeza sobre la almohada—, viese la pelí­
* * *
cula de lo que va pasando por la cabeza de su
mujer; o viceversa. Lo que ocurriría si el cere­
bro del orador político fuese traslúcido. Lo Mi tío —no lo nombro porque la familia es
larga y cuando es así “los parientes son los peo­
que, en fin, mostraría la transparencia en el pro­
res”— fue cierta vez a un baile cerca de Po-
ceso mental del que viene a pedirnos, suplican­ lanco del Yí con sus tres hijas, que, jóvenes y
te, una garantía. buenasmozas, eran su orgullo.
Felizmente el cerebro ha sido sabiamente Un amigo al comenzar el baile, invitó a una
recubierto con capas y más capas opacas y en­ de ellas y como la encontró simpática y buena
vuelto en un estuche de hueso — ¡tan duro ge­ bailarina, resolvió, ya que no había mucho para
neralmente!— que nada se filtra al exterior de elegir, hacer lo posible por mantenerla como
lo que en él se lucubra. Condición natural que compañera para toda la noche.
es la defensa que tenemos cuando pensamos A una pieza siguió otra, a ésa otra más y ya
se estaban por empezar a repetir los discos de la
una cosa y decimos otra; cuando nos estamos vitrola, mientras nuestro amigo se encontraba
acordando de la madre de un tipo y le expresa­ feliz de haber acertado tal pareja, cuando la m u­
mos a la vez la más cordial de las sonrisas. chacha, previendo que la prolongación del baile
Es que “se ven caras y no se ven corazones”. trajera consecuencias más serias, trató de arri­
mar a su compañero al Viejo, para presentárse­
* * * lo.
El viejo era un paisano medio gordo, bona­ Nuestro amigo para seguir la corriente y
chón, de bota arrollada, bombacha ancha y cin­ para halagar a la que tenía al lado repitió no
to lleno, con hebilla de plata y oro. Estaba para­ sé que elogio. El viejo siguió como si no hubie­
do contra el marco de la puerta, con la pierna se oído, el hilo del pensamiento anterior. Sacó
cruzada, gozando del espectáculo y de ver como el codo del marco de la puerta y animándose:
se divertían sus tres querubines.
Era un estanciero rico, revolucionario en —Me tienen muy contento todas, ¿sabe?
su tiempo, con varias hijas casaderas y con psi­ Porque son güeñas, juiciosas y le ayudan a la
cología de suegro a perpetuidad. madre. Porque ¿sabe? no son como las de
Vió llegar la pareja y los recibió con una aura.. .
sonrisa bonachona. Se le ensombreció un poco la expresión,
y agregó:
*** —Pero ésta que baila con usté, ésta, —y
le puso a la chica la mano sobre el hombro—
Después de las presentaciones de práctica, me tiene muy priocupao...
nuestro amigo quedó un poco cohibido, por­ Mi amigo le miró entre dolorido e intri­
que comprendió que el viejo lo miraba —en gado.
análisis de futuro yerno— “como a caballo El viejo, continuó, ya con hondo acento de
que se va a comprar”. Y para decir algo anima­ tristeza y hasta de desaliento:
Í do por la sonrisa del viejo, empezó: —Sí, ¿sabe? Me tiene muy priocupao por
—¿Sabe don Fulano, que tiene una hija que, ¿sabe?. . . es muy seca e vientre!
muy simpática? ¡Yo no esperaba encontrarme ***
con una compañera asi!
—Sí, m’hijo. Pero no es solo ésta. Tengo va­
rias, y aquí nomás hay tres. Y no lo parecía sin embargo, tras la frescu­
Y concluyó, con satisfacción: ra y lozanía de su juventud. Como no parecía
Charlone capaz de ser ministro de Luis. Ni pare­
—Son todas muy güeñas, ¿sabe? y me tie­ cía Luis capaz de hacer su Canciller a Charlone.
nen muy contento. Es que —como decía quel viejo— se ven
Echó una humada, se sacó el cigarrillo de caras y no se ven corazones.
la boca; con la uña del dedo chico, concienzu­
damente, le volteó la ceniza y repitió?
—Muy contento! MARCHA, 2 de setiembre de 1949

Guando la familia es
grande los parientes
son los peores
El Partido Colorado logró su acuerdo; los Los batllistas son una cosa y los colorados
distintos candidatos y sus respectivas “ torci­ independientes otra; porque los batllistas, odios
das”, no. Mientras el partido se encuentra uni­ y rencores de familia a un lado, son el antimar­
do y fuerte, soldado a la autógena, los distintos zo —Charlone y Cersósimo también a un lado—
grupos y subgrupos se despedazan mutua, con­ y son, sin duda, la tradición de don Pepe, man­
cienzuda y constantemente. tenida y defendida por sus causahabientes y
epígonos.
Así, el viejo partido de la Defensa es como Los batllistas son el colegiado, las nacionali­
el chorizo: hecho de picadillo, las partículas zaciones, la subvaloración del Presidente y el
mantienen su unidad embutidas dentro de la afán de tenerlo bajo su control, la extensión
tripa translúcida y resistente que es el lema hasta el absurdo de los fines secundarios del Es­
Partido Colorado. tado, el laicismo, el anticomunismo, etc.
Calidad y conservación van por cuenta de Por otro lado,,son el poder temporal.
los consumidoresr En la mística batllista, Batlle fue el dios
—con minúscula—; “ El Día” la Biblia y los he­
*** rederos, auríspices e intérpretes de la voluntad
divina, son y serán hasta el reino de los cielos, se mantienen unidos por el cordón umbilical*
los que llevan sangre o enseñansas de Batlle en al Partido de la Defensa.
sus venas. Religión, pues, —con Padre, con hi­
jos, con apóstoles, con libro sagrado— el bat­ ***
llismo detenta el poder por decisión superior Recuerda, por estas características, el Par*
que emana directamente de la divinidad. tido Colorado a una familia minuana de la que
Frente al batllismo en cambio están los otros nos daba noticia un buen amigo y colega, Ubal*
integrantes del Partido Colorado, que no tienen, do Rodríguez Varela, narrándonos una anécdo*
salvo los riveristas, origen o destino propios. ta escolar que, entre verdad y mentira, la hizo
Porque nacieron de una eventualidad, crecieron suya y que nosotros aceptamos sin beneficio
en almácigo, al calor de la dictadura y no tienen de inventario.
otro destino que morir dulce y serenamente Tenia en su clase un chico tartamudo me-
cuando la influencia de ésta,aún presente—vuel­ dialengua y semiidiota, feliz poseedor de una
va otra vez al reino de la nada. Baldomiristas profunda tara mental. Nuestro amigo le pregun­
sin caudillo que cada dfa son menos “ para servir tó un dfa al verlo con algunos vintenes.
al país”. Blancocevedistas, a quienes alimenta
aún su antibatllismo, el que, no obstante, no les —Dime, ¿tú trabajas?
impide pactar aceptando sin rubor prebenda o —S h .. . S h .. . S h í.. . Sheñó maestro.
pitansa. Riveristas, en fin, que, pese a su in­ —¿Y de qué trabajas?
fluencia, tenacidad y coherencia —atributos que —Pi. . . pi. . . pi. . . pido limosna, pué,
nacen de la necesidad de salvar sus vidas y con —fue la respuesta.
ellas las no olvidadas haciendas— se mantienen — ¡ah! —continuó interrogándolo el maes­
en número y esencia inalterables, desde los ya tro—. ¿Así que pides limosna? Y tu padre
lejanos tiempos del anticolegialismo de 1916. ¿qué hace?
El Partido Colorado es asf una gran familia. —E. . . e. . . e. . . él. . . tamién pi. . . pi. . .
Pero familia dispar donde un grupo tiene su pi . . pide.
puesto, mientras el otro, tanteando y tropezan­ — ¡Muy bien! ¡muy bien! ¿Y tu madre?
do busca rumbos y hogares imposibles, como el Lea. . . lea. . . lea. . . leayuda a mi papá. . .
linyera de tango.homónimo. — ¡Qué familia! —comentó el maestro y con­
tinuó
* * * —¿Y tienes hermanos?
—Sh. . . sh. . . shí sheñó maestro. Ten. . .
No obstante entre los que podríamos llamar ten. . . teng’uno.
—Y ese ¿dónde está?
los hijos legítimos del batllismo han surgido dis­ —Ta. . . ta. . . ta.N la Fa. . . fa. . . faculté
cordias y disenciones. Tras Mayo y Trueba, Luis e’Medicina.
y Lorenzo dirimen primacías del modo que to­ El maestro, asombrado y comprendiendo
dos conocemos. Con lo que la división que po­ el acento de orgullo del tartamudo, inquirió
día ser por dos, lo es ahora por tres. aún:
El Partido Colorado es una gran familia en ¿Y sabes en que año está?
la que hay batllistas —hijos— y colorados inde­ —No. . . no. . . no. . . no shé, sheñó maestro
pendientes —entenados—. Y aún entre los hijos —fue la respuesta— tá. . . tá. . . tá n’un frasco.
las diferencias son profundas. No obstante la E .. . é . . . é. . . . felómeno!
familia sigue siendo una, y los miembros de
ella —cualquiera sea su condición y calidad— MARCHA, 28 de julio de 1950

Lecheros
y “productores”
Los hemos visto en viejos grabados del tiem­ ciudad —en aquel tiempo un caserío— vendien­
po de los gauchos de sombrero de copa y cal­ do, leche fresca,bautizada con agua de cachimba.
zoncillo cribado. Eran pobres, mal cubiertos Eran los lecheros de la época de la Colonia
con una camisa, el pantalón les daba a media que entraban a Montevideo, los primeros en la
canilla y el pie —pata en el suelo— apenas si mañana, por el portalón de la Ciudadela.
calzaba una nazarena de hierro herrumbroso. A
caballo, con los tarros en árganas recorrían la ***
Como todas, la profesión del lechero fue vias y el reloj despertad«: convertido en tiránica
evolucionando. Y la leche también. Del tarro pesadilla.
pasó a la botella; de la vaca a la usina pausteu-
rizadora. Y del bautismo agreste y natural de la A las vacas se les compensa con una alimen­
cachimba, ascendió al mecanizado de la canilla tación medianamente adecuada y a los trabaja­
de bronce. dores con dos pesos diarios, casa y comida.
Lo mismo ocurrió con las vacas. Antes da- * Aunque la casa sea una semi pocilga y la co­
ban leche cualquiera de ellas, y con “una jarra mida resulte tan medianamente adecuada como
de aceite” —dos litros—era bastante. Ahora son la de las vacas, no alcanzan las que ordeñan, ni
de raza; llevan una ubre que parece una bolsa aquellas que dan la leche, la categoría de “ pro­
marsupial y producen quince, veinte o treinta ductores”.
litros por día. Sin descontar el invariable jarrito Actualmente la mayoría de éstos —salvo
del bautizo, “para que no quede tan gorda”.
También la misma evolución han sufrido los muy honrosas excepciones— son capitalistas
lecheros. Ya son un gremio; se reúnen en asam­ que entraron al negocio cuando éste se convir­
bleas; pronuncian discursos sin trabucar pala­ tió, por obra y gracia de famosos reavalúos lác­
bras como cuando eran vascos; y andan en cada teos,— en industria distinguida, capaz de proli-
“rifle” que, de poderse ordeñar, sería fuente ferar altos dividendos.
inagotable. Por eso fué que cuando las vacas resultaron
Discuten con ministros, diputados, intenten- insuficientes, se inició otro tipo de ordeño en el
tes, jefes de gobierno. Y lo hacen con eficacia y que la vaca es el Estado, que se llama subsidio.
con convicción. Saben además hacer respetad Vaca ésta que, siguiendo a Martín Fierro, cuan­
sus derechos y hasta amenazan con huelgas y to más rumea, da mejor leche.
sanciones.
El gobierno les teme porque son los produc­ ***
tores de un elemento vital para la alimentación
del pueblo. Y ellos, concientes de ese temor, Estas peculiaridades de la producción de
amenazan. leche y de sus productores, nos recuerda un
cuento mexicano.
*** Llegó a Oaxaca, tierra del sur, un norteño y,
por consiguiente, “ criollo” de una zona ganade­
YA LOS GRABADOS coloniales quedaron ra. Se hospedó en casa de un compadre, quien.
para los museos. Los lecheros de hoy son otra lo recibió extremando los actos de agasajo.
cosa. Por eso, solemnes y dignos, no se llaman En uno de éstos lo convidó:
más como antaño. Usan como designación gre- —Vamos, cuate, ¿pos nos echamos un tequi­
la con unas botanitas (trocitos de fiambre para
mial un elegante eufemismo de los tiempos mo­ acompañar el aperitivo) de queso de chancho?
dernos: “productores de leche”. —Pos, ¿qué compadre?— dijo el otro alarma­
do ante la pregunta, ya que en su tierra no se
*** conocía el queso de chancho, que en Oaxaca, lo
mismo que aquí, es un fiambre corriente.
COMO ES LOGICO las vacas, que oyen a sus —Pos sí, —insistió el sureño— un tequila, con
amos llamarse “productores” , no admiten tal queso de chancho. ¡Andale!
autodesignación sin beneficio de inventario. Y —¿Queso de chancho?— insitía el otro cada
se preguntan: Si son ellos los productores, ¿a vez más alarmado—. Ni modo que el tequila s í;
pero el queso de chancho...
que nos llevan al tambo? —Queso de chancho, sí. Pos ¿qué le extraña,
Tal vez la misma reflexión se hacen los orde­ cuate?
ñadores, que cumplen un horario penoso que Y el otro poniendo simpre un tono de des­
empieza a las 12 y 1/2 de la noche y fracciona confianza:
luego la vigilia y el sueño de la jornada, en un —A mi compadre no me extraña el queso.
picadillo de horas y minutos en el que las únicas Me extraña el que ordeña el chancho...
realidades definitivas son los fríos de las madru­
gadas de invierno, los barriales en épocas de llu­ MARCHA, 4 de agosto de 1950
El cacarear de los
grupos colorados
La lucha electoral dentro del Partido Colora­ no hiere al batllismo. a quien sirvió otrora en
do nos promete, por dos meses, un espectáculo consecuencia, y, sin descomponer el almidón de
que va a ser difícil de olvidar. su apolínea elegancia, contesta, por sí o por los
Son todos compañeros; votan el mismo viejo suyos, golpe por golpe, contribuyendo así efi­
Partido de la Defensa; acumulan sus votos. Sin cazmente al despedazamiento del Partido de la
embargo, se hacen trizas. Con una firmeza y Defensa.
una constancia que los dejará —al decir campe­ ¿Por qué romperse así, tan concienzuda y
ro— hechos flecos. sistemáticamente la crisma entre compañeros
que al fin y al cabo, van a votar juntos? Pues,
*** porque al final de tan dispar modo de entender
el coloradismo hay algo: la conquista del poder
“ Acción” la emprende contra “ El Día” , “ La que es uno solo.
Mañana” y “ El Diario” . “ La Mañana” contra En definitiva, tantas luchas, discursos, pro­
“ Acción” y “ El Día”. Y así, todas las combina­ gramas, gritos y agravios, se justifican por la mi-
ciones posibles. litancia y ésta por la conquista final. Un ilustra­
En materia de propaganda periodística las ré­ tivo hecho que ocurrió hace unos años en Salto
plicas y contrarréplicas coloradas ya han llegado
a los tribunales de honor y a los de lo Civil con puede encerrar en su sencillez toda la filosofía
demandas por injurias y calumnias. El campo —sin cadeiras y sin Sofía— de esta titánica y
del honor, —sin sangre, claro—ha sido dirimido despiadada lucha.
por los belicosos portavoces del coloradismo
que luchan y se despedazan entre sí. * * *
Es un deporte saludable y de buen gusto. Lo
malo es que quienes lo practican no se han dete­ Un inspector de escuelas concurrió a una es­
nido a pensar en qué* condiciones dejarían el cuela rural en día de exámenes. Los alumnos de
partido al finalizar la lucha. Pero es tanto el en­ nuevo y de limpio, esperaban sentados y quie­
tusiasmo que en aporrearse y en buscar el lugar tos la prueba de fuego. La maestra reluciente
más sensible, se les va todo el campo y la capa­ dentro de su túnica de piqué almidonada, no
cidad de previsión. contenía sus nervios. Los vecinos, padres, ma­
dres, y hermanos, bordeaban los asientos. Los
*** hombres, con sus trajes desacomodados y gene­
ralmente chicos por usarlos un par de veces por
La oratoria de los actos políticos, menos me­ año y aguantando la molestia de los zapatos que
dida que la de los altavoces de la propaganda ca­ habían desalojado ese día de circunstancias a la
llejera, es de incomparable agresividad. Los alpargata cómoda y desplayada. Las mujeres,
“serviles de Luis” es frecuente e injusta desig­ mucho fulgurante, mucho polvo de arroz, mu­
cho color chillón, disimulaban tiesas la doble
nación aplicada a los militantes, desinteresados tortura del taco alto y el corsé de ballenas —de
y ascéticos, que sólo en nombre de un senti­ y no para, se entiende— mientras esperaban el
miento puro, militan en filas de los amigos del lucimiento de los chicos.
Presidente. Los “ adulones de César” es la con­ Ante la expectativa entró el inspector y em­
digna respuesta, tan injusta y agraviante como pezó a examinar. Para entrar en confianza inició
la antérior, ya que confunde adulonería con el una pregunta fácil:
retornar a las fuentes de la verdad divina que el —Cuando llegué me salió un perro y para avi­
Espíritu Santo dictó a través del Padre y que los sar que venía gente hizo algo, ¿qué hizo?
Todos los niños levantaron la mano dando
Hijos se encargan de repetir textualmente. chasquidos con los dedos. Al que le pregunta­
No obstante, ambos se ponen de acuerdo en ron contestó con acento firme:
una cosa: en rajar —vulgaris lapsus lingüe— a — ¡Ladrar!
Blanco Acevedo, votante y arrimador de votos, El inspector conseguido el intento de romper
como ellos, al lema Partido Colorado. el embarazo inicial de los escolares, siguió su
Este, con hiriente y luciente estilete florenti­ exámen.
—Y díganme: ¿qué hace la oveja para llamar reo fué general. El inspector insistía.
su corderito? —Vamos a ver, ¿qué hace? ¿qué hace la galli­
Otra vez la unanimidad de la clase de mano na cuando pone un huevo?
levantada. El preguntado contestó de inmedia­ Ya era inevitable el desastre cuando uno
to: grande levantó la mano. El inspector le dio la
—Balar. palabra. Todos lo vieron como al héroe salva­
— ¡Muy bien; muy bien!— comentó el ins­ dor. La maestra, olvidando razonables descon­
pector Ahora díganme: ¿qué hace el gallo al fianzas, le envió una mirada de aliento y ternu­
amanecer? ra. Los padres quedaron en suspenso. El mucha­
Ya se notaron miradas cambiándose entre cho se paró cuan largo era, con su guardapolvo
los alumnos. Y entró el azareo porque el gallo ridiculamente corto y sus pantalones a media
podría hacer diversas cosas. El inspector —cono­ asta. Sin pestañar miró al inspector. Este insis­
cedor de la situación— preguntó a uno a quien tió:
supuso seguro. El muchacho contestó: —Cuando la gallina pone el huevo, ¿qué ha­
—¡Cantar! ce?.
Estaba bien. El examinador aprobó la res­ El muchacho respondió con voz firme:
puesta y varió la pregunta: — ¡Juerza!
—¿Y qué hace la gallina cuando pone un ***
huevo?
Todos levantaron la mano.
—¿A ver, tú? Las consecuencias de la respuesta van por
— ¡Cantar!— contestó el indicado. cuenta del lector. A nosotros nos queda simple­
—¡No hombre; no!—desaprobó el inspector, mente, referir el cuento al inacabable cacareo
e insitió: político en que se debate, en su lucha intema,
—Vamos a ver, ¿qué hace? el coloradismo.
Todos se miraron azorados, si no cantaba
¿qué haría?. Interrogaban con los ojos a la maes­
tra, a los padres. En un minuto de espera el ma­ M A R CH A. 29 de setiem bre de 1950

Marinos de tierra
firme
Hace unos años paseaba por el pwerto y me De pronto sonó una clarinada. Se oyó el gol­
detuve a contemplar un barco de guerra que pe seco de las manos que empuñan armas con
atracado al muelle y amarrado, flotaba en abso­ fuerza. Otra vez la voz seca del oficial dió una or­
luta inmovilidad. den.
Parecía muerto y mi imaginación se echó a Empezó lentamente a arriarse el pabellón
andar por los caminos de la aventura. ¡Cuántas que en el mástil de popa lucía, fláccido en la
tormentas, cuántas batallas, cuántos peligros ha­ quietud de la tarde.
bría vivido aquel silencioso e inmóvil monstruo Servidores de la Patria recogieron la tela sa­
de acero!. grada. Otra voz seca y todos desaparecieron de
De pronto me arrancó de tal evasión contem­ nuevo en las entrañas del coloso.
plativa un nervioso trajinar de hombres que, Se había puesto el sol y la Armada Nacional,
trotando sobre cubierta, se ajustaban apresura­ en una de sus más importantes unidades, rendía
damente sus arreos de guerra y preparaban homenaje al día que terminaba: ¡un día más
—con ruido a choques de hierro— sus fusiles y para la jubilación!...
bayonetas. Pensé sorprendido si aquello sería
una invasión, o un desembarco, o qué. ***
Un oficial dió órdenes breves y secas. Los
hombres erizados de fiero heroísmo se cuadra­
ron como estatuas. Toda la inmovilidad y el si­ Al rato me arrimé al guardia y en tono confi­
lencio de que gozara minutos antes mi espíritu dencial empecé a hablar con él. Pronto se des­
era ahora apresto bélico y fiera decisión. Quedé chavó:
de boca abierta. —Todos los días al amanecer y al entrarse el
sol hacemos esto. Y así servimos a la Patria, que Además están el “ Corsario” y el “ Aspirante".
voy a decir también; es lo único que hacemos. Ninguno sirve para nada.
—Pero —le pregunté— ¿Y cuando andan na­ Después incursionó sobre lo que podríamos
vegando? llamar “ la anatomía y fisiología comparadas”
Me miró con asombro: de las flotas de guerra. Colombia tiene más
—¿Navegando? —Y continuó. —Desde que barcos que nosotros; Chile tiene un dread-
estoy de marinero este barco no se mueve. gnought de 30.000 toneladas, Argentina tiene
Y el día que se mueva, si no es en tierra es el una gran flota con dos de esos de nombre difí­
día que dejo de ser marinero. La máquina no cil de 32.000 toneladas. Nueva Zelandia tiene
camina, el casco no aguanta y si lo sacan ahí no- flo ta; Australia tam bién; Canadá también.
más a la Bahía le aseguro que se hunde. Gracias
que así quieto, sirve para vivir en él. ***
—¿Y qué hacen aquí—le pregunté—si el bar­
co no anda? César Batlle terminó patéticamente su dis­
—Hacemos “ istrución” , limpiamos lo que curso: “ No exageramos el momento en que vivi­
está sucio, hacemos guardia, hacemos rancho, mos. En este momento la paz la están sostenien­
dormimos. Lo mismo que en un cuartel. do los cañones, en unas partes con sus bocas
—¿Y tienen jefes? amenazantes prontas a lanzar su metralla y en
— ¡Claro! Tenemos en pila. ¡Y cada uno!...
Traté de no entrar en confidencias y me vi otras partes en batallas horrendas como las que
pensando: instrucción de marinos en un barco vemos en Asia” .
que no se mueve; ejercicios de navegantes en un Y más adelante:
barco amarrado; fuerzas mantenidas en un ar­ “ Si nos toca sucumbir, que podamos decir:
matoste inmóvil. ¡Con razón concentraban to­ “Hicimos lo que pudimos hacer”.
da su expresión bélica en el acto solemne de César Batlle Pacheco tiene razón. No es el ca­
despedir el día! so tener barcos que no andan y marinos que no
*** puedan navegar. No es el caso que “ tomemos’el
rol de una señorita que se acerca a un caballero
Eso fué hace tiem po; ahora las cosas van a para pedirle que la defienda”.
cambiar. A aquella puesta de sol de nuestra ma­ (Tampoco, agrego yo, es el caso de que se
rina va a sucederle un porvenir venturoso, por­ acerque para pedirle que la ataque, porque el re­
que vienen tiempos nuevos, que vamos a vivir lajo o debe tener orden o no debe ser).
dignamente. ¡Con barcos que andan y todo!. El caso es que hay que prepararse porque la
Anteayer se planteó en la Cámara la compra guerra se viene. Tenemos, felizmente, agua. Te­
de tres barcos: dos destroyers por 2:565.000 nemos marinos made in Uruguay. No tenemos
pesos y una corbeta de yapa Los destroyers de barcos. Pues que vengan los barcos que para eso
medio uso tienen su historia uno de ellos hun­ bien baratos los ofrecen.
dió cinco submarinos sin que se conmoviera pa­
ra nada su férrea armadura de acero. Del otro ***
no tenemos antecedentes ¡pero es tan gallardo!
¡y tan barato! Perder tiempo en saber adonde vamos atan­
La Cámara al saber el precio estaba como la do compromiso tras compromiso; molestarse en
feria de 18 de Julio y Ejido. Todos querían ha­ averiguar* cuanto nos costará la carrera arma­
blar: todos querían saber. mentista en base a la compra de materiales ba­
ratos; investigar el porqué de tal abaratamiento
*** —cuando la limosna es grande hasta el santo
desconfía—; calcular lo que costará el m anteni­
miento de los barcos o sus reparaciones; averi­
Se hizo silencio; profundo silencio. Y Batlle guar para qué servicios son eficaces y para cuá­
empezó a dictar su cátedra ante la bobalicona les no, todo eso no interesa. Lo que importa es
expresión de sus correligionarios y la si es o no seguir tras la charanga militar que poco a poco
es descreída y a la vez temerosa de sus oposito­ nos va metiendo en la boca del lobo.
res. Primero fueron los tanques; luego los avio­
Abrió el libro y empezó a hacer la historia de nes; ahora son los barcos; después vendrán las
cada uno de los barcos que tenemos: el Crucero bases y por último los soldados.
“ Uruguay” no está en condiciones de navegar; Y día llegará así, desgraciadamente, en que
el “ Dogali” — ¡lindo nombre para perro!— fue nuestros marinos, sin comerla ni bebería, desde
destruido hace varios años; el “ Fortune” cam u­ el fondo del mar añoren los felices atardeceres
flado por “ Huracán” nació en el año 1879. en que arriaban el pabellón amarrados al muelle.

MARCHA, 4 de mayo de 1951


Decir adiós no es dirse
“DECIR ADIOS no es dirse” le gritó un Na­ tienes comisaría ni calabozo?
cional herrerista a Luis Alberto cuando de ma­ —De eso no te preocupés— contestó el mili­
no en alto, dió su despedida al colegialismo co—. Vos te das preso y te vas a dormir a tu ca­
blanco, para tomar por el camino del pacto. Y sa. Mañana ensillamos temprano y nos vamos a
tuvo razón el paisano: decir adiós no es dirse, Florida.
porque en el fondo, dejamos aquí, entre los Así lo hicieron y al otro día, al trotecito,
compañeros, y amigos, los afectos íntimos, lo preso y guardiacivil, charlando y fumando, “ba­
mejor de nosotros. jaban”, a caballo, a la Jefatura.
Por el camino pararon en un boliche a invita­
Además hay muchos modos de partir. ción del preso, a tomar una caña. El bolichero,
Cuando yo era muchacho tenlia un tío don chismoso y averiguador, no se dió cuenta de las
Pascual que comunmente no andaba bien de sus relaciones jurídicas que existían en ese momen­
cabales, cosa, por otra parte, no rara en la famili to entre sus clientes y tomándolos por simples
^a Una tarde tuvo una diferencia con el resto de parroquianos les preguntó:
—¿Y pa dónde van?
los de su casa y resolvió partir para no volver. —Vamos pa Florida, —dijo el milico con dis­
Ensilló cuidadosamente su caballo, trajo otro creción.
para llevar de tiro —“la re ’’—preparó una —¿A sí? —insistió el bolichero; y calculando
maleta con todo lo propio del viajero, se puso que el guardiacivil hacía un viaje de los de ruti­
poncho, ató un charque bajo los “ pelegos” y con na por exigencias del servicio, le preguntó al
un gesto amplio de gaucho errante que pide otro : —Y Ud. ¿qué va a hacer allá?
caminos, montó y salió al trotecito rumbo a la El preso, ante la pregunta no se inmutó. Echó
puesta de sol. el sombrero atrás, se acodó mejor en el mostra­
Habría andado media cuadra cuando, —al lle­ dor, suspiró, miró al infinito y con voz intencio­
gar a una portera, que encontró después de ro­ nalmente modulada contestó:
dear un galpón— se bajó del caballo, desensilló, —¡Voy en busca de nuevos horizontes!
ató los animales a soga, juntó leña, hizo un asa­
Son modos y maneras de hacer y entender
do, y comió la frugal comida del viajero. Des­
los viajes. Todos más o menos estamos entre el
pués tendió el recado y se acostó a dormir.
personaje que a la media cuadra desensilla y el
otro que aún en el calabozo espera nuevos hori­
Al otro día lo despertó el sol de la mañana.
zontes. En esta circunstancia no sé si me pare­
Le había vuelto su siempre fugaz cordura. Le­
ceré más a mi tío Pascual o al vecino del Pinta­
vantó el recado y se fué, a pie no para
do. Pero lo que sé es que después de haber visto
las casas.
ciertas llegadas, siento que es preferible partir:
Había dormido una noche afuera, había an­
aunque sea verdad aquello de que “partir es mo­
dado media cuadra y ya estaba curado de su
aventura. rir un poco”.
¡Cosas de la familia! MARCHA, 2 de mayo de 1952
Otra vez —también recuerdo de muchacho-
fui testigo de la partida de otro viajero. Era en
Pintado, un pueblito de esos que siempre están
igual y que nació cuando empezó a parar el fe­
rrocarril entre La Cruz y Sarandí.
Un vecino que tenía peluquería y tuvo que
dejarla porque le estorbaban las orejas de los
clientes, robó un día veintisiete pesos.
El guardiacivil, único en el pueblo, lo descu­
brió y debió llevarlo preso a Florida. El hecho,
—robo, pesquisa y prisión— fué sensacional en
Pintado, donde nunca ocurría nada.
Descubierto el ladrón el guardiacivil fué a
verlo y le planteó la cosa:
—Mirá, Fulano. Date preso, porque tengo
que entregarte en Florida mañana.
El ladrón, que era hombre “de pluma y len­
gua sobada”, le preguntó:
—Pero ¿y dónde me vas a tener preso, si no
¡Petiso,
pero compadre!

Que hay una psicología propia de los petisos Hablando de petisos grandes, después de Na­
es cosa que no se puede negar. La expresión po­ poleón no pudo menos que recordar a su amigo,
pular: “petiso pero compadre”, resume una cuya más saliente virtud es la de reunir las dos
vieja y vulgar sabiduría. Al punto de que un pe­ condiciones del petiso y el gordo; aquí le llama­
tiso no lo es totalmente, por chico que sea, sin mos el “ petiso Ubaldo” ; en Minas se le conoce
por “ el gordo Ubaldo” y en todas partes, ade­
compadrada; ni un compadrito está completo más de su condición humana, por su inteligen­
sin una marcada “ petisez”. cia fina y por su inagotable ingenio de narrador.
Y ello tiene su explicación: el petiso quiere Un día nuestro personaje asistía a una asam­
superar el paralelo 1.66 que lo divide de los que blea y en razón de que los asistentes no se cono­
no son petisos. Tiene a su disposición tacones, cían unos a otros, se resolvió que todo el que
taconeras y plataformas que son verdaderas ma­ hablara, lo hiciera de pie. La discusión iba de lo
ravillas de la imaginación zapateril. Pero ocurre más ordenada cuando Ubaldo, después del origi­
que estos recursos, del zanco para abajo, son ar­ nal “ Pido la palabra” , empezó a hablar sin lle­
nar el requisito de ponerse de pie.
tificiales y más que contribuir a resolver el pro­ De inmediato el presidente lo interrumpió
blema, ayudan a agravarlo. La intención de los para observarle:
demás —siempre tan generosos con el prójimo — —Señor Delegado: Le recuerdo que se ha re­
al ver un petiso a tales adminículos ya descuen­ suelto que para hacer uso de la palabra, los
ta por anticipado la que éstos agregan: en el asambleístas deben ponerse de pie.
descuento saca más de lo que aquéllos pusieron —Pero para mi no reza— contestó en el acto
y al cálculo le une un tonito de burla que es el orador— ¿No ve, Señor Presidente, que de pie
peor todavía que la intención. o sentado, tengo siempre la misma altura?
Por eso los petisos que no tienen salvación
en el afán de alargarse, buscan la vía de la com­ A veces les cuelgan a los petisos cuentos que
pensación psicológica, que le dicen: sacan pe­ no les corresponden. Quien sabe por qué los
cho, hablan fuerte, son ingeniosos y chispeantes que se les atribuyen, por ese solo hecho resultan
en rueda de convite. En resumen —como diría más graciosos.
un psicotécnico—son extravertidos. Se contaba en México, donde a los petisos
Creo que a cambio, no tienen la impertinen­ les llaman chaparros—petiso es expresión exclu­
cia de los que por ser altos, miran todo con ai­ siva del Río de la Plata— que un esposo, luego
res de superioridad y suficiencia. de una ausencia de varios días, regresó inespera­
damente, a medianoche, a su casa.
* * * Al entrar encontró a la sirvienta que termina­
ba los quehaceres de la cocina, y le preguntó:
—¿Y la señora?
El petiso que es feliz en su estatura, es doble­ —Está en su cuarto.
mente feliz. Tiene todas las ventajas de la “ pe­ —Ah, —comentó el esposo complacido— es­
tisez” , que son muchas, y ha superado el resen­
tim iento inherente a ésta. Es un hom bre que tará ya en brazos de Morfeo.
mira con sim patía al género humano que siem­ —No señor, —contestó la muchacha con aire
p re tiene un motivo de brom a en sf mismo, por­ de tontita— no sé si así es que se llama... Es un
que, como dijo uno, “ siempre es bueno tener chaparrito, eso sí, con unos bigotes muy rechu­
uñ gordo o un petiso para alegrar la rueda” . los...
Pero la petisez no es exclusiva del género hu­ Por eso también, cuando nuestro Embajador
mano. Portugal, estos días, nos da la prueba de en Gran Bretaña brinda “ a la salud de Inglaterra
otro tipo de petiso que podíamos llamar geográ­ de pie con un vaso de whisky”, tiene que pro­
fico. Es el país chico que tiene como caracterís­ clamar: “ En el Uruguay, los pobres beben tam­
tica principal su pequeñez. bién whisky a pesar de su precio, cercano al que
Sin embargo, a nadie se le ocurre decir que se paga en los Estados Unidos”.
Suiza, Bélgica o el mismo Luxemburgo son peti- * * *
sos o actúan como tales.
Es que no tienen lo que a nosotros nos sobra;
lo que la sobra al parecer también a Portugal: ¿Por qué, si somos petisos no tenemos con­
la falta de la propia medida; el “ desconócete a ciencia de nuestra “petisez? ¿Porqué no com­
tí mismo” . prendemos, como aquel amigo, que abultamos
Nos creemos lo mejor del mundo y cuando tanto de pie como sentados, y retornamos a
actuamos frente a los hechos internacionales, nuestra ya perdida modestia?
lo hacemos sin recato y con suficiencia. Por eso El día en que los uruguayos nos despojemos
le damos consejos en nuestros diarios a Chur- de zancos, tacones y plataformas y nos exhiba­
chill o a Mendes France, y sólo admitimos co­ mos en nuestra auténtica estatura los embajado­
mo socio y compadre a otro grande: a Estados
Unidos. Por eso tenemos “ el hospital más gran­ res, no tendrán que hacer brindis espectacula­
de del mundo”, y el aerocarril más original res y seremos, seguramente, menos insoporta­
del mundo, y la jaula de águilas más cara del bles, en nuestras sencillez y bonhomía criollas,
mundo. Aunque tengamos que dejar morir la esas sí, auténticas, y cada vez más olvidadas.
gente en el mar —500 kilómetros de la costa
mejor del mundo— por no tener una lancha de El gaucho punteador
salvataje. MARCHA, 14 de enero de 1949
CUADERNOS
DE MARCHA

Suscripción:
América Latina : 24 dólares —6 cuadernos
Estados Unidos : 30 dólares —”
Europa : 40 dólares —”
Resto del mundo : 45 dólares —”

LOS GRANDES
TEMAS DE
MARCHA
E n lo s n ú m e r o s s ig u ie n t e s C U A D E R N O S r e c o g e r á
s e le c c io n e s t e m á t i c a s d e lo s m e j o r e s e s c r it o s
p u b lic a d o s e n M A R C H A . D e e s t a f o r m a , e l le c t o r
p o d r á d is p o n e r d e u n a M IN IC O L E C C IO N d e M A R C H A .
NOTICIERO 3 0
Todos los días de 7 a 8 de la mañana.
Y en el momento en que el país necesita
saber lo que está pasando.

Los sonidos de la vida no son siempre suaves.


Un mundo de hambre, misiles,
lágrimas y luchas, no es el mundo con
el que soñamos.
Pero es el mundo que existe.
En tanto algunos sonidos de la vida
son dulces, otros sonidos son ruido.
Para entender el mundo y el país en
que vivimos, Noticiero 30
pone sobre la mesa todos los sonidos
reales, para que usted pueda
interpretarlos.
Para entender todo ese barullo, abra
sus oídos a los sonidos del mundo.
LA IMAGEN
REAL
DE UN
PAIS

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