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El salmo 23 para mi me recuerda los cuidados amorosos que Dios tiene con
nosotros, somos ovejas y las ovejas necesitan de un pastor cada día, pues solas se
extravían fácilmente, en el lugar donde estamos viviendo estamos expuestos a
perecer si no aceptamos la provisión divina, El señor es nuestro pastor y nos llevara
a un lugar seguro, la patria celestial.
El padre nuestro
Vosotros pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos
hoy el pan nuestro de cada día. Perdona nuestras deudas, como nosotros también
perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos
del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Mateo 6:9-13
Es la oración modelo porque Jesucristo dijo: Ustedes deben orar así. Cada frase
contiene un mensaje que dejó el Maestro para sus discípulos y para los creyentes
de todos los tiempos
Una de las características del Padre de la oración modelo es que a través de la
historia humana se ha revelado a sí mismo. Se revela en la naturaleza, la Biblia y a
través de su Hijo Jesús. Para reconocer a Dios como nuestro Padre celestial, es
necesario conocerlo y saber quién es. Nombrarlo correctamente. Tener una relación
familiar con él, amarlo y obedecerlo. Por toda la Biblia el Dios verdadero reúne,
salva y redime. Si no aprendemos a convivir con nuestro Padre Celestial día tras
día no le conoceremos realmente. El se interesa por cada uno de nosotros, nos
conoce por nombre, sabe qué hacemos , dónde vivimos y cómo nos sentimos. En
el Padrenuestro, Jesús enseñó a llamar a Dios “Padre”. Un buen padre procura estar
cerca de sus hijos, por amor y responsabilidad.
Dios está al pendiente de nuestras necesidades, el medio para comunicarnos con
el es la oración y en su infinita misericordia hizo provisión para enseñarnos a orar.
BIENAVENTURANZAS
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda
clase de mal contra vosotros, mintiendo.