Está en la página 1de 3

SALMO 23: El Salmo 23 probablemente es el salmo más amado y conocido de

todos. Universalmente se le conoce como el Salmo del Pastor. Es el deleite de la


niñez y el consuelo de la vejez. Se le ha llamado "La Perla de los Salmos", "El
Sinsonte de los Salmos", "El Canto del Pastor acerca de su Pastor", etc. San Agustín
dijo que era el salmo de los mártires. Sin lugar a dudas, se han escrito más libros y
artículos sobre este salmo, y ha servido de inspiración a más poemas e himnos, que
ningún otro salmo. Contiene un mensaje para todas las edades.
Pero este salmo es algo más que simplemente el Salmo del Pastor. No sólo pinta el
cuadro de un pastor tierno y amante que guía a su rebaño a yacer en "lugares de
delicados pastos" y a refrescarse "junto a aguas de reposo", y que lo protege de los
peligros del desierto, sino que también pinta a un Anfitrión bondadoso que provee
una superabundancia de alimento y cuidado solícito para sus huéspedes. El salmo
termina con una expresión de absoluta confianza en que Jehová guiará a sus hijos
con amor todos los días de sus vidas y que estarán con él como sus huéspedes
hasta el fin de sus días.
El poema puede dividirse en tres estrofas. Las primeras dos estrofas (los versículos
1 al 3, y el versículo 4) presentan las ideas de amor, cuidado y protección. La tercera
estrofa (versículos 5 y 6) presenta la idea de un anfitrión que provee hospitalidad a
sus huéspedes.
El Salmo 23 no inspira ningún tipo de nacionalismo. Su apelación es universal. Las
experiencias de David como pastor en las escabrosas colinas de Judea y luego
como anfitrión real de la opulenta corte oriental de la ciudad capital, lo capacitaron
ampliamente para escribir una de las líricas sagradas más dulces.

El salmo 23 para mi me recuerda los cuidados amorosos que Dios tiene con
nosotros, somos ovejas y las ovejas necesitan de un pastor cada día, pues solas se
extravían fácilmente, en el lugar donde estamos viviendo estamos expuestos a
perecer si no aceptamos la provisión divina, El señor es nuestro pastor y nos llevara
a un lugar seguro, la patria celestial.
El padre nuestro
Vosotros pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos
hoy el pan nuestro de cada día. Perdona nuestras deudas, como nosotros también
perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos
del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Mateo 6:9-13
Es la oración modelo porque Jesucristo dijo: Ustedes deben orar así. Cada frase
contiene un mensaje que dejó el Maestro para sus discípulos y para los creyentes
de todos los tiempos
Una de las características del Padre de la oración modelo es que a través de la
historia humana se ha revelado a sí mismo. Se revela en la naturaleza, la Biblia y a
través de su Hijo Jesús. Para reconocer a Dios como nuestro Padre celestial, es
necesario conocerlo y saber quién es. Nombrarlo correctamente. Tener una relación
familiar con él, amarlo y obedecerlo. Por toda la Biblia el Dios verdadero reúne,
salva y redime. Si no aprendemos a convivir con nuestro Padre Celestial día tras
día no le conoceremos realmente. El se interesa por cada uno de nosotros, nos
conoce por nombre, sabe qué hacemos , dónde vivimos y cómo nos sentimos. En
el Padrenuestro, Jesús enseñó a llamar a Dios “Padre”. Un buen padre procura estar
cerca de sus hijos, por amor y responsabilidad.
Dios está al pendiente de nuestras necesidades, el medio para comunicarnos con
el es la oración y en su infinita misericordia hizo provisión para enseñarnos a orar.
BIENAVENTURANZAS
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda
clase de mal contra vosotros, mintiendo.

Como el comentario Bíblico Adventista hace la siguiente referencia. En las primeras


palabras del Sermón del Monte, Cristo se dirige al deseo supremo de todo corazón
humano: el de la felicidad. Ese deseo fue implantado en el hombre por el Creador
mismo,y originalmente tenía el propósito de llevarlo a encontrar la verdadera
felicidad mediante la cooperación con Dios que lo creó.
Así, al comienzo de su discurso inaugural como Rey del reino de la gracia divina,
Cristo proclama que el principal propósito del reino es el de restauraren el corazón
de los hombres la felicidad perdida en el Edén y que los que escojan entrar por la
"puerta estrecha" y el camino "angosto" encontrarán la verdadera felicidad. Hallarán
paz y gozo interiores, satisfacción verdadera y durable para el corazón y el alma,
que sólo se logran cuando la "paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" está
presente para guardar el corazón y el pensamiento . Sólo pueden ser felices los que
tienen paz con Dios y con sus semejantes, que caminan conforme a los dos grandes
mandamientos de la ley de amor
Considero que a través de las edades y de todos los tiempos los seres humanos
siempre trataremos de buscar paz y felicidad solo que muchas veces la buscamos
en los lugares incorrectos, cuando analizamos y comprendemos que es solo Dios
el que puede otorgarnos dicha plenitud seremos completos y a pesar de los desafíos
que podamos enfrentar en este mundo no debemos olvidar que Dios ha prometido
estar en cada paso, vale la pena estar de parte de Dios, al final habrá un a
recompensa que no merecemos, por que solo sera por la gracia de Dios.

También podría gustarte