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HISTORIA CLINICA ELECTRONICA

La historia clínica puede definirse como el repositorio que contiene toda la


información relativa a la salud de un paciente. Por lo tanto, es un instrumento
imprescindible para que el profesional de la salud pueda llevar a cabo su
actividad y prestar al paciente la mejor atención posible en cada momento. De
hecho, su utilidad es tal que trasciende los fines puramente asistenciales,
pudiendo añadirse funciones de investigación, docencia, planificación y
gestión, control de calidad, e incluso su carácter jurídico-legal.

Actualmente, la gran mayoría de las historias clínicas se almacenan empleando


el papel como soporte de la información clínica con las consiguientes
desventajas que ello implica en materia de consulta, tratamiento y registro de
datos, tanto en las instituciones como entre ellas, o de seguridad y
confidencialidad de la información. La historia clínica electrónica soluciona
estas carencias y ofrece algunas ventajas adicionales, pudiendo agruparse sus
prestaciones en las siguientes funcionalidades:

 Gestión de la información de salud.


 Manejo de resultados.
 Manejo de órdenes médicas.
 Sistemas de soporte para la toma de decisiones.
 Sistemas de comunicación electrónica y conectividad.
 Soporte al paciente.
 Procesos administrativos.
 Sistemas de reportes y salud pública.
 Emisión de informes médicos.

Todas estas prestaciones dan solución a diversas necesidades de los distintos


agentes implicados, ya sean profesionales sanitarios, servicios clínicos u
organizaciones de salud.

La estructura, funcionalidades y forma de presentación de la información de la


Historia Clínica Electrónica (HCE) varían en función de cada caso, pero es
imprescindible que exista una adecuada integración de los diferentes sistemas
de información clínica y clínico-administrativa de los que se nutre la HCE. Este
es un proceso laborioso y complejo que representa, junto a la necesidad de
disponer de una infraestructura informática adecuada, una de las principales
barreras técnicas para la adopción de la HCE. A estas barreras técnicas hay
que añadir otras de tipo financiero (altos costes de inversión inicial y
mantenimiento, incertidumbre sobre el retorno de la inversión y otros),
temporal (largos plazos de ejecución de este tipo de proyectos), psicológico
(escepticismo de los usuarios), sociales (necesidad de colaboración continua
entre profesionales de diversos perfiles), legales (normativas de
confidencialidad de la información), organizativos (dimensión de las
organizaciones y complejidad de su actividad), y de gestión del cambio (falta
de incentivos y liderazgo).

Además, para que la implantación de la HCE sea eficaz deben cumplirse


diversos requisitos: identificación unívoca de personas, adopción de modelos
corporativos de representación de la información clínica, utilización de
estándares para la interoperabilidad de sistemas, presentación adecuada de la
información clínica, usabilidad de las aplicaciones informáticas, cumplimiento
de la legalidad vigente, seguridad de la información y gestión adecuada del
cambio, entre otros.

El cumplimiento de estos requisitos y la apropiada gestión de las barreras


existentes permitirán culminar con éxito cualquier proyecto de implantación
de HCE, entre cuyos beneficios cabe destacar los siguientes:

• Accesibilidad y disponibilidad de la información.

• Presentación configurable de los datos.

• Comunicación activa con otros profesionales y con los pacientes.

• Agregación de datos.

• Acceso a bases de conocimientos.

• Sistemas de apoyo a la toma de decisiones.

• Mejora de la calidad asistencial.

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