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Dialnet InfluenciaDeLasPracticasParentalesEnLasConductasPr 2986557 PDF
Dialnet InfluenciaDeLasPracticasParentalesEnLasConductasPr 2986557 PDF
Resumen
El objetivo de esta investigación fue analizar la presencia de varias conductas problema (con-
ducta sexual, consumo de tabaco, alcohol y drogas, intento de suicidio, conducta antisocial y
conducta delictiva) en los adolescentes y probar el nivel de predicción dependiendo del sexo
y la edad, así como de las prácticas parentales sobre el conjunto de conductas problema. Se
utilizó una muestra de 1000 jóvenes de los cuales 485 eran hombres y 515 eran mujeres, con
un rango de edad entre 14 y 22 años. Para medir los estilos parentales se utilizó el instrumen-
to multidimensional de Palacios y Andrade (2006) el cual mide cuatro estilos parentales, con
base en siete prácticas parentales. Para medir las conductas problema se integró una sección
con preguntas relativas a la vida sexual, el consumo de substancias adictivas, el intento de
suicidio y la conducta antisocial. Para este estudio se elaboró un indicador con la suma de
todas las conductas. Los resultados mostraron la co-ocurrencia de todas las conductas pro-
blema evaluadas; asimismo se encontró un efecto significativo de la edad y el sexo. Por otro
lado, la supervisión materna y la imposición por parte del papá influyen en la presencia de
conductas multiproblema en los adolescentes.
Abstract
The objective of this research was to analyze the covariation among diverse behaviors
(sexual behavior, substance use, suicide attempt and delinquent behavior) on adolescents,
and predictive level of sex, age and parental practices on problem behavior. 1000 high
school students participated in the study, 485 males and 515 females, from 14 to 22 years
old. In order to measure the parental practices has been used the parental style scale
(Palacios y Andrade, 2006) and an instrument realized for evaluating different problem
behavior, for this study was elaborated an indicator with the addition of the behaviors.
The results indicate the co-ocurrence of problem behaviors at different levels of involve-
ment. The multiproblem behaviors were predicted by sex and age. Specifically the mother
supervision and father imposition showed was the predictors for develop multiple behav-
ior problems in adolescents.
niveles de conexión entre padres y adolescen- sugieren que un pobre monitoreo parental está
tes se asocian con una menor probabilidad de fuertemente asociado con la conducta sexual de
embarazo en mujeres (Meschke et.al., 2002). Los hombres y mujeres.
factores parentales que protegen al adolescente
del consumo de tabaco, alcohol y drogas, son Por su parte, Barber, Olsen y Shagle (1994) en-
tener una estrecha vinculación afectiva entre el contraron que cuando existe un menor control
joven y sus padres, un apoyo instrumental del conductual de los padres se presenta consumo de
padre y emocional de ambos. En sentido opuesto, alcohol y drogas. Dekovic et.al. (2003) señalan que
la ausencia de normas familiares, los conflictos altos niveles de conducta antisocial se asocian con
entre los padres y el adolescente, predice que el una pobre e inadecuada paternidad, bajos niveles
adolescente se implique en el uso de sustancias de apoyo parental, baja supervisión y mayores
adictivas (Muñoz et.al., 2001). prácticas punitivas. Además mencionan que un
nivel bajo de involucramiento emocional entre los
Mantener una relación no satisfactoria con el miembros de la familia será predictor del compor-
padre o la madre es un factor de riesgo para come- tamiento antisocial. En otro estudio encontraron
ter una tentativa de suicidio. Cuando la relación que el retiro de amor (mostrar poco afecto) y la
entre padres e hijos es conflictiva se presenta un sobreprotección tienen un efecto directo sobre la
incremento del riesgo suicida. Un clima familiar delincuencia (Goldstein y Heaven, 2000).
positivo disminuye la probabilidad del intento
de suicidio, puesto que el efecto protector sobre En un estudio realizado por Gray y Steinberg
el comportamiento suicida en adolescentes se (1999) encontraron que existe una relación nega-
establece por una interacción adecuada y estable tiva entre las conductas problema (uso de alcohol,
entre sus miembros; es decir, los jóvenes que no drogas y conducta antisocial) y tres dimensiones
han intentado suicidarse, perciben sus relaciones de la paternidad autoritativa (aceptación, moni-
familiares con mayor cercanía, apoyo, convivencia toreo y autonomía). Los autores mencionan que
e integración entre los miembros que la integran un pobre control conductual (monitoreo) está
(Fernández, González y Lasa, 1998; Lai y McBride- fuertemente relacionado con conductas proble-
Chang, 2001). máticas (uso de alcohol, drogas y conducta anti-
social), argumentan que el control conductual y la
Por otro lado, la investigación sugiere que el aceptación parental son predictores más fuertes
control psicológico se asocia con la presencia que la autonomía parental. Por su parte, Ary et.al.
de varias conductas problemáticas, de manera (1999) afirman que un pobre monitoreo parental
contraria el control conductual o supervisión de se asocia con conductas problema como conducta
los padres se asocian con la ausencia de estos sexual, consumo de alcohol, cigarro, marihuana y
comportamientos. conducta antisocial.
afirman que la percepción de afecto tanto del hacerlo en conductas antisociales. Por ejemplo, el
padre como de la madre protege al adolescente abuso de los padres hacia el menor, la violencia
de consumir drogas. Asimismo, los jóvenes que no entre los padres y el autoritarismo resultan en
han intentado suicidarse, perciben sus relaciones conducta antisocial (Frías, López, Díaz y Castell,
familiares con mayor cercanía, apoyo, convivencia 2002), asimismo los patrones de crianza violen-
e integración entre los miembros de la familia tos son factores que inducen el desarrollo de
(Cárdenas, 2002; Rivera, 2000). Por otro lado, conductas antisociales (Frías, Sotomayor, Varela,
se encontró que un ambiente familiar positivo Zaragoza, Banda y García, 2000).
impide involucrarse en actos delictivos (Juárez,
Villatoro, Fleiz, Medina- Mora, Carreño, Amador Como se puede apreciar, cuando se aborda la
y Bermúdez, 2002). relación de la familia con el comportamiento
problemático del adolescente se estudia la rela-
Una caracterización negativa del padre reportada ción del ambiente familiar y algunas prácticas pa-
por los adolescentes y una menor comprensión y rentales por separado (apoyo, control, etc.), con
más problemas entre sus papás se asocia con el una o dos conductas problema y pocos estudian
consumo de tabaco y alcohol (Andrade, 2000). De la influencia de las prácticas parentales sobre la
igual forma los hombres adolescentes considera- asociación de varias conductas.
dos como menores infractores percibieron menor
apoyo y apego del papá, así como una comunica- Además, lo expuesto en los estudios anteriores
ción negativa con la mamá en comparación con parece indicar que no existe un consenso en cuá-
un grupo de estudiantes (Andrade, Betancourt y les prácticas parentales son las que influyen y en
Contreras, 2002). En el caso de adolescentes que qué medida afectan a las conductas problema;
han intentado suicidarse, una menor percepción a pesar de esta discrepancia, el monitoreo pa-
de unión y expresión en su ambiente familiar, es rental parece tener un papel importante en los
decir, que no se les permite hablar de sus senti- comportamientos que implican un riesgo para el
mientos, ideas o propuestas, incide en intentar adolescente, en consecuencia, lo anterior sostiene
culminar el acto (Andrade, Betancourt y Camacho, la necesidad de trabajar aspectos asociados o de-
2003; Rivera, 2000). terminantes en las conductas preventivas antes de
que hagan su aparición las conductas riesgosas, lo
Andrade, Betancourt y Palacios (2006) encon- que sugiere buscar mecanismos preventivos para
traron que en las mujeres una mayor comunica- los embarazos no planeados, las ITS, el consumo
ción con el padre y con la madre fue un factor de sustancias adictivas, el intento de suicidio, así
protector de la actividad sexual. En los hombres como la conducta antisocial y delictiva, siendo
que tienen vida sexual activa, percibir una mayor éstos problemas del México actual.
comunicación sobre sexualidad tanto con el papá
como con la mamá es un factor de riesgo.
ción del sexo, la edad, así como las prácticas paren- una consistencia interna (alfa de Cronbach) que
tales sobre este conjunto de conductas de riesgo en oscila entre .80 y .86. Además se les preguntó a
una muestra de adolescentes mexicanos. los jóvenes la edad en la que iniciaron o realizaron
cada conducta.
que 19.3% de los adolescentes han consumido marihuana y que la edad promedio de inicio es alrededor
de los 15 años, edad muy cercana para el caso de la cocaína, cuya edad de inicio es alrededor de los 16
años. En lo que respecta al intento de suicidio el 12.3% reportó haberlo intentado una o más veces en
su vida y cuya edad promedio del intento suicida fue alrededor de los 14 años. Por otro lado, para el
comportamiento antisocial, 30.1% de los jóvenes han realizado actos antisociales, el 5.4% ha cometido
algún tipo de agresión hacia algún objeto o persona, el 4.1% de los jóvenes ha realizado algún tipo de
robo menor y menos del 1% realiza conductas consideradas como delito.
Para realizar el análisis de la covariación de las conductas problema, se examinó la co-ocurrencia de las
diez conductas problemáticas de los jóvenes; es decir, que existen jóvenes que no presentan conductas
problema, hasta los que presentan una, dos o todas las conductas de riesgo. Con base en este análisis se
elaboró la conducta multiriesgo como un indicador global considerando todas las conductas reportadas
en este estudio. En este indicador se consideraron como respuestas positivas a todos aquellos adolescen-
tes que respondieron que sí presentaban la conducta que se les preguntaba en el periodo estipulado en
cada reactivo (el valor obtenido del indicador oscila entre 10 que es equivalente a no presentar conductas
problema hasta 20 que significa presentar todas las conductas. Para fines de interpretación se utilizaron
los valores de 0 a 10 equivalentes al número de conductas).
Sí 305 30.5
Vida Sexual Activa 15.33
No 695 69.5
Sí 491 49.1
Consumo Tabaco 13.66
No 509 50.9
Sí 519 51.9
Consumo de Alcohol 13.80
No 481 48.1
Sí 193 19.3
Consumo de Marihuana 15.41
No 807 80.7
Sí 57 5.7
Consumo de Cocaína 15.41
No 943 94.3
Sí 123 12.3
Intento de Suicidio 14.40
No 877 87.7
Sí 54 5.4
Agresión 14.40
No 939 93.9
Sí 9 9
Conducta Delictiva 984 98.4
No
Sí 41 4.1
Robos
No 955 95.5
En la figura 1 se puede observar que sólo el 15% de los jóvenes no presenta alguna conducta; el porcentaje
mayor se ubica en los jóvenes que presentan dos conductas (22.2%) seguido de los que presentan una
y tres conductas (20% y 18.6%) respectivamente, disminuyendo el número de conductas que presentan
los adolescentes y sólo el 0.2% de los adolescentes presentó las diez conductas.
Para analizar si existían diferencias significativas por sexo en el indicador de la covariación de todas
las conductas problema, se utilizó la prueba t de Student. Los adolescentes reportan que los varones
presentan un puntaje mayor en el número de conductas, 2.5 en promedio (s= 1.9); en tanto que las
mujeres manifiestan un promedio de 2.1 (s= 1.6) conductas (t= 3.499, p<.001), es decir, que los hombres
difieren significativamente de las mujeres en el número de conductas que presentan. A pesar de que
la diferencia es mínima, es significativa.
Con la finalidad de conocer la influencia de las prácticas parentales, el sexo y la edad del adolescente
sobre la covariacion de las conductas problemáticas (conducta multiriesgo) se realizó un análisis de
regresión paso por paso, considerando a la covariación de las conductas problemáticas como variable
dependiente y a las siete dimensiones parentales del papá, las siete dimensiones parentales de la mamá,
el sexo (variable dummy, hombre = 0, mujer = 1), así como la edad del adolescente como independientes.
Los resultados indican la siguiente información:
Se identificaron cuatro predictores independientes y significativos (F= 72.08, p<.001) para la covariación
de las conductas de riesgo que entraron en el modelo de regresión; en el primer paso entró la edad
(R2 cambio = .145, p<.001) como el mejor predictor, es decir, que a mayor edad del adolescente más
conductas problemáticas presentará; en el segundo paso, se introdujo la supervisión materna en la
ecuación de regresión (R2 cambio = .087, p<.001), de manera tal que a menor supervisión de la mamá,
mayor número de conductas tendrá el adolescente; para el tercer paso entró la imposición paterna (R2
cambio = .016, p<.001), lo que indica que en la medida que el adolescente perciba mayor imposición por
parte del papá, el número de conductas con las que se involucre el joven será mayor. En el último paso
se incorporó el sexo (R2 cambio = .004, p<.05) agregando un porcentaje significativo a la explicación
de la varianza en la covariación de las conductas problema. El análisis de medias indicó que son los
hombres los que presentan más conductas en comparación con las mujeres. Por tanto, se puede decir
que estas variables en su conjunto explican un 25.1% de la varianza (ver tabla 2).
Tabla 2. Análisis de regresión múltiple paso por paso para predecir la Covariación de las Conductas Problemáticas.
Variable B SE B b
Paso 1
Paso 2
Paso 3
Paso 4
Nota. R 2 = .145 para el paso 1; R 2 = .232 para el paso 2; R 2 = .247 para el paso 3; R 2 = .251 para el paso 4.
*p<.05
**p<.01
Discusión
Los resultados obtenidos sobre la forma y proporción de cómo se relacionan las conductas problemáticas,
apoya lo encontrado por otros estudios (Ary et.al., 1999; Cooper et.al., 2003; Donovan et.al., 1985; Fleiz
et.al., 1999; González- Forteza et.al., 2002; Juárez et.al., 2005; Villatoro et.al., 2001; Willougby et.al., 2004;
Zweig et.al., 2001), ya que el consumo de alcohol y tabaco son conductas que se presentan comúnmente en
los adolescentes (Easton et.al., 2005); a su vez el consumo de estas substancias lleva asociado el consumo
de otras drogas (Kandel, 1998), asimismo, el consumo de estas substancias en adolescentes se asocia a una
mayor probabilidad de presentar actividad sexual, cometer actos antisociales o bien la relación de estas
conductas son un facilitador para el intento de suicidio (Donovan et.al., 1985; Vanatta, 1996; Windle et.al.,
1992). Presentar una conducta de riesgo coloca al adolescente en un punto vulnerable ya que presentar
una conducta problemática incrementa la probabilidad de involucrarse en otras conductas (Donovan et.al.,
1985; Easton et.al., 2005; Kandel, 1998; Willougby et.al., 2004; Zweig et.al., 2001).
Un elemento importante a considerar es que sólo el 15 por ciento de los jóvenes no reportó presentar
conductas problema, el porcentaje mayor se ubica en los jóvenes que mantienen dos conductas, seguido
de quienes presentan una y tres conductas, mostrando que la gran mayoría de los adolescentes manifies-
ta por lo menos una conducta problema, lo cual sostiene la necesidad de generar políticas y programas
que promuevan conductas saludables, así como la implementación de esquemas que proporcionen a los
adolescentes elementos para reducir las conductas problema, debido a que traen consigo consecuencias
negativas a su salud.
La presencia de conductas problema ocurre durante un periodo específico de edad de los adolescentes,
como lo muestra el promedio de edad en que los adolescentes se involucran por primera vez en una
conducta, lo que indica una progresión de una el indicador de las conductas de riesgo que las
conducta a otra, tal y como lo señala la literatura mujeres, lo cual es un aspecto apoyado por varios
(Ary et.al., 1999; Cooper et.al., 2003; Donovan estudios (Capaldi et.al., 2002; Dekovic, 1999; Eas-
et.al., 1985; Easton et.al., 2005; Loeber et.al., ton et.al., 2005; González- Forteza et.al., 2002;
1998; Moffit, 1993; Newcomb et.al.,1991; Willoug- Juárez et.al., 2005; Martínez, et.al., 2003; Kotchick
by et.al., 2004; Windle et.al., 1992; Zweig et.al., et.al., 2001; Martínez et.al., 2003; Sobral et.al.,
2001). El análisis de varias conductas problema 2000; Tolan et.al., 1995; Vannatta, 1996; Verber-
(consumo de alcohol, tabaco, marihuana, cocaína, ne, 2001; Zweig et.al., 2001). Es posible también
conducta antisocial, vida sexual e intento de sui- apreciar en los resultados que los adolescentes de
cidio), considerando la edad promedio en la que mayor edad son los que presentan mayores pun-
los adolescentes presentan una conducta, permite tajes de la covariación de conductas problema, el
conocer cómo se manifiesta cada conducta a tra- efecto de la edad del adolescente es un aspecto
vés de la edad del adolescente. La secuencia de apoyado por la literatura (Dekovic, 1999; Easton
aparición de cada conducta de menor a mayor et.al., 2005; Loeber et.al., 1998; Martínez et.al.,
edad es como sigue: el consumo de tabaco; el 2003; Martínez et.al., 2001; Moffit, 1993; Muñoz
consumo de alcohol; el intento de suicidio; el inicio et.al., 2001; Palacios, 2005; Sobral et.al., 2000; To-
de la actividad sexual; el consumo de marihuana lan et.al., 1995), es decir, con la edad la severidad,
y al último se ubica el consumo de cocaína. Es frecuencia y variedad de conductas problema se
importante señalar que en el presente estudio incrementan.
la trayectoria de aparición de cada conducta es a
través de la edad del adolescente. Uno de los objetivos del presente estudio fue cono-
cer la influencia de las prácticas parentales sobre la
Se recomienda en futuras investigaciones analizar covariación de las conductas de riesgo. Las prácti-
las trayectorias de la edad a través del desarrollo cas parentales que influyen en la covariación de las
del adolescente, así como la transición de una conductas problemáticas son una baja supervisión
conducta a otra, ya que algunas conductas pueden materna y una alta imposición paterna, de manera
tener caminos similares o caminos diferentes; este tal que estas variables en su conjunto explican un
elemento se evidencia en los factores que prote- porcentaje significativo de la varianza; estos re-
gen al adolescente de tener una, dos o varias con- sultados concuerdan con varios estudios (Andrade
ductas (Dekovic, 1999; Jessor, 1998; Muñoz et.al., et.al., 2003; Barber et.al., 1994; Baumrind, 1991;
2001; Vannatta, 1996) elementos que son factibles Capaldi et.al., 2002; Carballo et.al., 2004; Dekovic,
de probar en modelos empíricos más amplios. Los 1999; Dekovic et.al., 2003; Donenberg et.al., 2002;
resultados obtenidos aportan información para Frías et.al., 2002; Frías et.al., 2000; García, 2002;
probar si la relación entre las conductas covarían Gray et.al., 1999; Lai et.al., 2001; Lamborn et.al.,
una con otra, son un síndrome conductual como 1991; Longmore et.al., 2001; Martínez et.al., 2003;
lo sugieren Donovan et.al., (1985) o se agrupan Meschke et.al., 2002; Muñoz et.al., 2001; Palacios,
como factores latentes de primer o segundo or- 2005; Pons et.al., 1997; Rivera, 2000; Vannatta,
den (Cooper et.al., 2003; Newcomb et.al., 1991; 1996; Villar et.al., 2003), quienes mencionan que
Willougby et.al., 2004). En este mismo sentido, la supervisión parental es un factor que protege
el análisis de la covariación de las conductas pro- al adolescente de involucrarse en conductas pro-
blema (vida sexual, consumo de tabaco, alcohol y blema, a diferencia del apoyo, la comunicación o
drogas, intento de suicidio, conducta antisocial y la autonomía; así mismo, la evidencia señala que
conducta) permitirá dar un mejor entendimiento una relación negativa con el padre percibida por el
sobre las bases por las cuales las conductas se in- adolescente, es un factor que promueve conductas
terrelacionan, lo cual se podrá conocer en futuras que afectan la salud del adolescente.
investigaciones.
porar elementos para la elaboración de programas multiriesgo en los jóvenes es en aquellos adoles-
específicos, ya sea encaminados a la prevención e centes mayores de 16 años, que tienen una menor
intervención o para propósitos diagnósticos basa- supervisión de la mamá y una mayor imposición
dos en el modelo de regresión de la covariación de por parte del papá.
múltiples conductas; lo anterior permite tomar en
cuenta al contexto familiar, para la elaboración de
programas más allegados a los jóvenes. Así mismo,
bajo la idea del diagnóstico parece factible que se Agradecimientos
pueda detectar adolescentes con riesgo al evaluar
los indicadores parentales, conociendo las interac- Los autores quieren agradecer a la Doctora Diana
ciones de los estilos y las prácticas parentales que Betancourt Ocampo por su revisión y aportaciones
manifieste el propio adolescente. en la elaboración del presente manuscrito.
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