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El poema describe a un oso pesado que sigue al yo poético por todas partes, distorsionando sus movimientos y acciones. El oso representa los instintos más básicos del ser humano como el hambre, la ira y los deseos, que siempre están presentes y afectan las acciones de la persona. A pesar de ser una carga, el oso es parte inseparable del yo poético desde el vientre materno.
El poema describe a un oso pesado que sigue al yo poético por todas partes, distorsionando sus movimientos y acciones. El oso representa los instintos más básicos del ser humano como el hambre, la ira y los deseos, que siempre están presentes y afectan las acciones de la persona. A pesar de ser una carga, el oso es parte inseparable del yo poético desde el vientre materno.
El poema describe a un oso pesado que sigue al yo poético por todas partes, distorsionando sus movimientos y acciones. El oso representa los instintos más básicos del ser humano como el hambre, la ira y los deseos, que siempre están presentes y afectan las acciones de la persona. A pesar de ser una carga, el oso es parte inseparable del yo poético desde el vientre materno.
Delmore Schwartz (Traducción de Serafín Alfsen-Rumossi)
“La connidad del cuerpo”
Whitehead
El pesado oso que va conmigo,
una amalgama de miel para embetunar su rostro, torpe e inepto yendo de aquí para allá, la tonelada central de todo lugar, el bruto hambriento azotador enamorado de los dulces, de la ira y del sueño, loco factótum, desarreglándolo todo, trepa el edificio, patea la pelota, boxea con su hermano en la ciudad del odio. Jadeando a mi lado ese pesado animal, el oso pesado que duerme conmigo, gruñe en su sueño por un mundo de azúcar, una dulzura íntima como el abrazo del agua, gruñe en su sueño porque la cuerda floja tiembla y deja ver la oscuridad debajo, -El engreído exhibicionista está aterrado, embutido en su traje fino, reventando sus pantalones, se espanta al pensar que su carne trémula deberá finalmente ceder a la nada. Ese animal inescapable camina conmigo, me ha seguido desde el útero negro, se mueve donde yo me muevo, distorsionando mi gesto, una caricatura, una sombra hinchada, un payaso estúpido del propósito espiritual, perplejo, se ofende con su propia oscuridad, la secreta vida de la víscera y del hueso, opaco, demasiado cerca, privado, pero desconocido, se estira para abrazar a la más preciada con quien yo caminaría sin él cerca, la toca groseramente, aunque sólo una palabra bastaría para desnudar mi corazón e iluminarme, cae, se tropieza y lucha por ser alimentado, arrastrándome a su fijación bucal, entre los cien millones de su especie, La disputa de la gula en todas partes.