Está en la página 1de 18
Como abreviar la terapia como algo que ya no es problema, buscamos una variacién cuali- tativa que consiituya el indicador més fiable de que el problema ha sido solucionado a satisfaccién del cliente, ya sea que haya sido prevista con antelacién como objetivo, o que dicha variacién se halle en relacién con cambios en la dolencia. Finalmente, cuando se hace posible el seguimiento de un caso después de concluida la terapia, cabe establecer el hecho de que el cliente se haya sometido més adelante a otro proceso terapéutico por la misma dolencia o por otra similar. Aunque ninguno de estos indicadores sirve como comproba- ccidn exacta e incluso pueden estar en conflicto mutuo en algunos ‘casos —por ejemplo, cuando un cliente declara que no ha habido cambios en su dolencia, pero efectiia cambios en su vida y deja de someterse a terapia—, creemos que tomados en conjunto constitu- yen una base apropiada y fiable para fijar objetivos y evaluar los resultados del tratamiento. 146 t } objetivo puede conseguirse por dos vias: impidiendo que el cliente ‘quienes le rodean lleven a cabo una conducta que permita la per- petuacién del problema, 0, en los casos adecuados, rectificando la opinion del cliente acerca del problema de modo que ya no s ta perturbado ni en la necesidad de continuar bajo tratamiento. En ambos casos el terapeuta debe antes 0 después decir o hacer algo que provoque dicho cambio: debe intervenir. Esto no significa que no haya intervenido en un momento previo del tratamiento. En jin embar- iremos aquellas intervenciones planifi- a para poner en prictica la estrategia o impulso basico del tratamiento ‘Muchas de las intervenciones que describiremos a continua- cién pueden parecer complejas, indirectas o incluso paraddjicas, aunque en nuestra opinion resulta relativamente infrecuente el uso de paradojas en calidad de intervenciones. Dicho término se otor- ga con demasiada vaguedad a cualquier intervencién que a los terapeutas tradicionales les resulte novedosa, irénica o contraria al sentido comtin, A pesar de todo, puesto que muchas de nuestras intervenciones son complejas y poco habituales, consideramos importante declarar abiertamente que no atribuimos ninguna vir~ tud especial a la complejidad o a la novedad en si mismas. Si pue- de provocarse un cambio mediant i Como abreviar la terapia directas, por ejemplo, con una sugerencia directa o una peticién de modificar la conducta, tanto mejor. Algunos clientes pueden manifestar esa docilidad, aunque en nuestro ¢jercicio profesional hemos hallado muy pocos que sean asi. Tal docilidad resulta mas probable si 1) el cliente ha expresado con toda claridad que espera leno de angustia el consejo y la ayuda del terapeuta, y 2) ya ha manifestado antes su docilidad contestando adecuadamente a las preguntas del terapeuta, Incluso en esta situacién, sin embargo, conviene andar con cautela a Ia hora de dar sugerencias directas referentes a una conducta determinada. Hay. que comprobar si-el lig r i inicial que sea ala ‘obre todo, hay que estar dis- © a retroceder y avanzar de una manera més indireeta, si el ie manifiesta resistencia en vez de esforzarse ma: a eeiiaiedeeaaanaientoncen es ntervenciones principals, que se utilizan después de haber recogido los datos suficientes y haberlos integrado en un plan del caso ajustado a las necesidades especiti- cas de la situacién conereta. Expondremos y debatiremos este tipo de intervenciones d aus. Sele eben alae on Ja-pticn intento de forzar algo que solo puede ocurrir de modo expntines; aplazéndolo; 3) intento de llegar a un acuerdo mediante una opo- sicién; 4) intento de conseguir sumisién mediante un acto de libre aceptacién; y 5) confirmar las sospechas del acusador a través de un intento de defensa propia, que acompanan a cada una de estas. ‘epaadalacioncs son las que hemos utilizado con reiterado éxito, ebe advertirse, sin embargo, que este tipo de presentacion s6lo se justifica por razones expositivas. No pretendemos afirmar, por ejemplo, que cada vez que dos personas intentan llegar a un acuerdo a través de una oposicién haya de conseguir que una de las partes, el que pide ayuda, utilice la tictica del «sabotaje bené- volo». Nuestra linea maestra para efectuar intervenciones resulta muy sencilla, Las intervenciones, en esencia, constituyen un ‘medio de interrumpir la solucion previamente ensayada: Hay que 148 ‘VII. Las intervenciones utilizar cualquiera de las intervenciones que aparecen en este libro, w otras que se descubran o se inventen, siempre que ayuden a alcanzar dicho objetivo. En comparacién con las intervenciones principales, li Yensionesageneraleseposcen un ambito de aplicacién mucho wor. Pueden utilizarse en casi cualquier momento del trata- miento, y son Jo bastante amplias como para usarse en una amplia gama de problemas. En ocasiones son suficientes para solucionar por si mismas el problema del cliente. A, Las intervenciones principales 4. ELintento de forzar.algo.que-s6lo,puede-oeurrir de WOd espantanco Enesta categoria el paciente padece una dolencia relativa a él mismo, no a otra persona. Pertenecen a este grupo la mayoria de los problemas de funcionamiento corporal o de rendimiento fisico: rendimiento sexual (impotencia, eyaculacién precoz, anorgasmia, coito doloroso, apatia sexual), funcionamiento intestinal (estref miento, diarrea), funcién urinaria (urgencia, frecuencia, imposibi lidad de orinar en un mingitorio publico), temblores y tics, espas- mos musculares, problemas del apetito, tartamudeo, dolor imposible de aliviar, dificultades respiratorias (hiperaeracién), insomnio, sudor excesivo, problemas de caracter (depresién), obsesiones y compulsiones, bloqueos ereativos y de In memoria Aunque muchas de estas dolencias parezcan no tener relacién entre si, se trata en todos los casos de actividades humanas, de orden mental o corporal. Normalmente, el rendimimiento de estas actividades es fluctuante, La mayoria de las personas experimen- tan perturbaciones temporales en el suefio, la actividad sexual, el cardcter, etc. Por regla general, no conceden demasiada atencion a dichas fluctuaciones, es decir, no las consideran problemas que requieran especial atencidn o la ayuda de un profesional. Enun Como abreviar la terapia . Al realizarlo, el Paciente potencial se ve atrapado por la dolorosa solucién de tra- (ar de imponerse un rendimiento que sélo puede obtenerse de modo espontaneo o «irreflexivon. También puede haber otras per- sonas que participen en-este esfuerzo generador del problema y colaboren inconscientemente en potenciarlo, Por ejemplo, una mujer experimenta dificultades para llegar al orgasmo durante el coito. Su pareja, tratando de ayudarla a superar este problema, puede dirigirse a ella durante el coito preguntandole por su nivel de excitacion o, también, si esta él utilizando las técnicas apropia- das para estimularla de modo conveniente. Asi, él la esta invitan- do a que trate con més fuerza alin de responder, cosa que en nues- tra opinién sélo sirve para empeorar las cosas es probable conseguir la solucién _En esta clase de problemas nite renuncia a sus intentos de auto~ or ejemplo, un joven a sjaba de ansiedad durante las situaciones sociales offe- cid el siguiente relato acerca de Ia modificacién de una solucién previamente ensayada: Paciente: ...Descubri que yo tendia a ser una persona muy nerviosa, incluso... Oh, bueno, esta bien, aqui hubo otra cosa inte- resante, El sdbado yo... Siempre he pensado que me sentirfa mucho mas cémodo con la gente si utilizase lentes de contacto; siempre he pensado que se trataba de los lentes de contacto. Pero ahora estoy descubriendo que la mayor parte de ello se debe senci- Hamente a mi modo de ser... que el sabado, cuando estaba con la chica —Susan, estaba con Susan—, descubri que estaba sintiendo muchas cosas que me iban saliendo dentro. Antes, siempre habia tratado de ocultarlas, Por ejemplo, que me sentia nervioso, o tor- pe. Pero esta vez me ocurrié algo un tanto distinto; me dije a mi mismo: «Estoy nervioso.» Me puse a repetirlo una y otra vez, y era agradable estar nervioso, ¥ diitiéndomepor star nero No 8 tex te noth sentido Terapeuta: Bueno, si lo tiene. Y. Paciente: ...Entonces... Es como si me hubiera dado cuenta de ue todas estas cosas diferentes me rondaban por la cabeza, sabe, por ejemplo, «estoy nervioso», o «me siento aterrorizadon... Pero ahora, en vez de intentar eliminar estos sentimientos, llegaba 150 VII. Las intervenciones incluso a estimularlos, y me decia «estoy aterrorizado». Soy yo quien esta aterrorizado. Soy yo quien esta nervioso. Y resulta agradable. Me gusta que no me pase en todo momento, pero casi 8 reconfortante decirme a mi mismo: «Ahora estoy nervioso.» pedimos implicitamente a un paciente que renuncie a una conducta conereta ctiando le enseiamos explicitamente a que Ile- ve a cabo otra conducta que de por si excluya Ia conducta que deseamos eliminar. Por ejemplo, a un paciente que padece dificul- tades para dormir podria convencérsele de que utilice el tiempo que normalmente dedica a tratar de conciliar el sueio para efec- tuar una tarea pesada, por ejemplo, limpiar el horno de Ia cocina, A estrategia global que a menudo utilizamos para solucionar problemas de rendimiento se centra en invertir el intento del paciente de superar el problema, para lo cual le suministramos unas razones y unas directrices que leven al paciente a fracasar nto. Estas razones pertenecen de ordinario a dos grandes categorias posibles. Antes que nada, puede explicarsele al paciente que es importante provocar la aparicion del sintoma con propésitos de diagnéstico/En otras palabras, el terapeuta explica que atin hace falta gran cantidad de informacién necesaria para solucionar el problema. Unicamente el cliente puede sumi- nistrar tal informacion, cuoariapquaatalientonshibardelibernda ‘mente el-sintoma, porque cuando el sujeto lo experimenta de modo espontaneo se encuentra demasiado absorto en la angustia de luchar contra el sintoma y no puede observarlo como conviene. Sin embargo, si planifica deliberadamente su aparicién, estara en 151

También podría gustarte