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Paciente identificado y comunicación

Terapia sistémica de pareja y depresión, de Elsa Jones y Eia Asen, UNA


APROXIMACIÓN SISTÉMICA A LA DEPRESIÓN, página 34 y 35.

En este modelo, los síntomas depresivos del paciente identificado (PI) están
conceptualizados en términos interaccionales basados en los modelos de terapia familiar
sistémica. El PI es contemplado como partícipe de una variedad de contextos y de
diferentes comportamientos, incluyendo los síntomas como elementos relacionados con
éstos; éstos pueden incluir patrones de relación del aquí y ahora de las familias de origen y
de otros contextos como del mundo del trabajo, la sociedad y la cultura. Las relaciones
cercanas son consideradas como influyentes e influenciadas por el PI y por los síntomas.
Así, las respuestas de los miembros de la familia hacia el PI deben ser consideradas como un
elemento mantenedor de la angustia y de los síntomas del PI. Por ejemplo, la pareja de un
PI reacciona a los comportamientos depresivos del mismo y el PI, a su vez, responde a la
reacción de la pareja. De esta manera, se genera un sistema elaborado de retroalimentación
que afecta tanto a los síntomas del PI, como a los comportamientos y actitudes de los
demás.

A pesar de que en este modelo se pueden tener en cuenta otras causas potenciales o factores
desencadenantes, al valorar las características individuales y las experiencias del PI (pasado
y presente, física, psicológica o cultural) se considera que los comportamientos depresivos
actuales son mantenidos principalmente por los diferentes contextos de los que el PI forma
parte –sobre todo la familia y el sistema de ayuda y apoyo profesional– y que centrándose
en ellos puede obtener la vía más corta para resolver las dificultades del PI.

Estructurada de forma interaccional, la depresión puede ser interpretada como un proceso


de la siguiente manera: dado un acontecimiento (enfermedad, desempleo, nacimiento de un
niño, etc.) éste obliga a la persona o personas a adaptarse. Los factores intrapsíquicos e
interpersonales (estilo de adaptación aprendido, patrones y “reglas” familiares, la relativa
presencia o ausencia de ajustes interpersonales mal desarrollados a lo largo del tiempo), así
como la cadena de los factores contextuales citada anteriormente permite a algunos
individuos tratar con tales situaciones mejor que otros. Los que son menos capaces de
adaptarse pueden empezar a manifestar síntomas o comportamientos depresivos.

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