Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ERRNVPHGLFRVRUJ
5ÓUVMP/VUSJDJØOZTBMVENBUFSOPJOGBOUJM
"VUPSFT.BSÓBEFM$BSNFO(SBOEF.BSÓB%PMPSFT3PNÈO
ISBN 978-987-591-526-8
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser reprodu-
cida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electrónico, químico,
mecánico, óptico, de grabación o por fotocopia sin autorización previa.
www.editorialbrujas.com.ar publicaciones@editorialbrujas.com.ar
Tel/fax: (0351) 4606044 / 4691616- Pasaje España 1485 Córdoba - Argentina.
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 7
CAPÍTULO 8: Alimentación del niño con sucedáneos de la leche materna .......... 141
Dra. Raquel Furnes, Lic. Mariana Laquis, Mgter. María del Carmen Grande
CAPÍTULO 10: Nutrición y alimentación del niño durante las etapas preescolar
y escolar ................................................................................................................ 175
Mgter. María del Carmen Grande
7
CAPÍTULO 1:
SALUD MATERNO INFANTIL
Introducción
9
En la Argentina son nueve los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)
e incluyen cuestiones que ya desde la década del 90 se plantean y son retomados en
esta Declaración.
Ellos son:
t Erradicar la pobreza extrema y el hambre
t Alcanzar la educación básica integral
t Promover el trabajo decente (incluido por Argentina)
t 1SPNPWFSMBJHVBMEBEEFHÏOFSPZMBBVUPOPNÓBEFMBNVKFS
t 3FEVDJSMBNPSUBMJEBEJOGBOUJM
t .FKPSBSMBTBMVENBUFSOB
t Combatir el VIH, la Tuberculosis y el Chagas
t Asegurar un medio ambiente sostenible
t Promover la asociación global para el desarrollo
Los indicadores más sensibles que permiten conocer el nivel de salud materno-
infantil de un país o región lo constituyen: la mortalidad materna, la mortalidad
infantil durante la gestación, al nacer, en el primer mes, el primer año y durante
los primeros cinco años de vida del niño.
10
Factores de Riesgo en Salud Materno-Infantil
11
situaciones adversas que impactan en su futuro desarrollo, entre ellas la
dificultad de continuar los estudios y la consecuente deserción escolar, uno
de los factores de mayor incidencia a la hora de lograr una mejor inserción
y calificación en el mercado laboral. Esta situación a futuro será un
condicionante de la situación económica.
- &NCBSB[PUBSEÓPes la gestación que se presenta en mujeres mayores
de 35 años. A esta edad se inicia un proceso de envejecimiento del
aparato reproductivo que se relaciona con mayor probabilidad de que
se produzcan patologías congénitas. Cuanto mayor es la edad de la
mujer que inicia su primera gesta en esta etapa de la vida, el riesgo
de desarrollar patologías que pueden afectar a la madre o al hijo se
intensifican, se destacan el Síndrome de Down y otras alteraciones
cromosómicas.
La maternidad tardía se asocia a complicaciones de patologías preexistentes
que pueden o no asociarse a la situación fisiológica del embarazo. Entre las
complicaciones frecuentes se destacan descompensación de la Hipertensión
Arterial Crónica, la preclampsia, la diabetes gestacional, el Retardo de
Crecimiento Intrauterino (RCIU)
- Corto intervalo intergenésico: durante el embarazo la madre
disminuye sus propios recursos biológicos y nutritivos a causa del
crecimiento del feto y tejidos maternos. Después del nacimiento la
madre necesita tiempo para recuperar esos recursos y para prepararse
para otro embarazo. También se plantea la hipótesis de que el estrés
postparto se asocia a la tensión que provoca el cuidado de un niño
pequeño mientras se desarrolla otro embarazo. La evidencia mundial
señala un período mínimo seguro es el que respeta un intervalo de 3
a 4 años entre embarazos, ya que los períodos más cortos conllevan
riesgos calculados para el feto y el hijo recién nacido. El corto intervalo
intergenésico se asocia con nacimientos pretérmino.
- "MUBQBSJEBE la paridad indica el número de nacimientos por mujer.
Alta paridad o Gran paridad es el término que definen una paridad de
cinco nacimientos o más. Las mujeres multíparas tienen una mortalidad
y morbilidad materna más alta. Sus hijos corren riesgo de pérdida fetal,
mortalidad perinatal, mortalidad infantil y mortalidad durante la niñez
temprana. Los niños muestran también deficiente desarrollo físico e
intelectual y deficiente salud general.
- &NCBSB[P OP EFTFBEP el tema de embarazo no deseado merece
especial consideración, ya que está bien establecida la magnitud de
este problema que conduce frecuentemente al aborto provocado. El
aborto inducido puede ocasionar daño al útero o al cuello uterino,
sufrimiento emocional o psicológico, sangrado excesivo e infecciones
sobre todo cuando no se realiza en condiciones quirúrgicas, lo que suele
ser frecuente en nuestro medio y pone en riesgo la vida de la mujer así
12
como la posibilidad de, en el futuro, tener embarazos.
- 5BMMBNBUFSOBCBKB: la talla menor o igual a 1,50 m se considera de
riesgo. Las mujeres con una talla baja poseen una menor capacidad
pélvica que impide los embarazos a término y por ende favorecen los
nacimientos pretérmino y los abortos espontáneos que inciden de
manera negativa en la salud de la madre y el niño. Si bien la talla final
de un adulto es el resultado de la interacción de factores biológicos,
ambientales y genéticos no se debe olvidar que la altura es el resultado
de la nutrición durante los primeros años de vida, por lo tanto se
planteará la duda sobre si esta madre no ha sido malnutrida durante su
proceso de crecimiento.
- &OGFSNFEBENBUFSOBPDPNQMJDBDJPOFTBTPDJBEBTDPOFMFNCBSB[P
diabetes, cardiopatías, nefropatías, toxemia gravídica, etc. Todas estas
patologías interfieren los procesos fisiológicos normales provocando
retraso en el crecimiento o niños macrosómicos, partos prematuros,
bajo peso al nacer etc.
- -BNBMOVUSJDJØONBUFSOB el estado nutricional materno en déficit o
exceso, es un factor determinante en el crecimiento fetal y en el peso
del recién nacido (RN), si bien la malnutrición por déficit o por exceso
ya constituye una situación de daño en el caso de la gestación, es uno
de los indicadores de riesgo para el embrión/feto. Diversos estudios han
demostrado la importancia del riesgo para BPN (bajo peso al nacer),
PEG (pequeño para la edad gestacional) y RN Prematuro asociados con
en el peso preconcepcional y la ganancia de peso durante el embarazo,
aunque los mecanismos biológicos de la asociación continúan
siendo en su mayoría desconocidos. Aquellas mujeres con bajo peso
preconcepcional para la talla están expuestas a un riesgo aumentado de
resultados perinatales adversos.
13
bacterias como la E.coli, la salmonella y parásitos.
- 'BMUB EF BEFDVBEP TJTUFNB EF EJTQPTJDJØO EF FYDSFUBT ZP SFTJEVPT
la ausencia de un circuito sanitario expone tanto al niño como a la
mujer a distintos agentes infecciosos que incrementan la posibilidad de
padecer enfermedades de distinto grado de gravedad. El círculo vicioso
infección – desnutrición - infección se ve fortalecido en estos ambientes
contaminados.
La falta de higiene vinculada a la escasez, no utilización apropiada o
contaminación del agua se asocia a alta incidencia de enfermedades
diarreicas y cutáneas como el impétigo y la septicemia, así como
enfermedades oculares como el tracoma y la conjuntivitis. La
contaminación de las aguas de consumo con las aguas servidas puede
constituir un factor de riesgo microbiológico y aun químico.
- Exposición a agentes químicos ambientales: existen numerosas sustancias
químicas presentes en pesticidas, en los componentes y agregados
alimenticios, en los cosméticos y en los productos de limpieza caseros, que
son potencialmente tóxicos en las mujeres. Los agentes tóxicos pueden actuar
como mutágenos (son los que alteran el material genético de las células
vivas), teratogénos (que afectan el desarrollo embrionario y/o fetal de manera
estructural o funcional) o carcinogénos (que aumentan la incidencia de cáncer
en el recién nacido). Una de las más destacadas es la exposición al plomo,
sustancia presente en pinturas, agua contaminada por desechos de fábricas,
basurales, tierra, cosméticos etc. y se asocia a esterilidad, abortos espontáneos,
hipertensión materna, prematurez, trastornos del aprendizaje en los niños y
menor coeficiente intelectual, así como retardo del crecimiento (baja talla)
Algunos agroquímicos como el glifosato utilizado ampliamente en la
agricultura tiene importantes efectos teratogénicos.
14
- Adicción al consumo de drogas o medicamentos: las drogas ilícitas
difundidas en nuestro medio son primero la marihuana y segundo
la cocaína; en aquellas mujeres que consumen durante la gestación
marihuana de manera sostenida se ha encontrado embarazos que no
llega a término, incremento de peso materno menor al esperado, y recién
nacido de reacción disminuida a estímulos luminosos y mayor temblor.
Existen diversos estudios que han demostrado una fuerte asociación
entre el consumo de cocaína y una mayor incidencia de anomalías
congénitas, lo preocupante en las mujeres consumidoras son el efecto de
estas drogas sobre su propio cuerpo ya que sí hay suficiente evidencia de
que son la causa de infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares,
hemorragia subaracnoidea, hipertensión arterial, convulsiones y muerte
súbita.
También es importante indagar sobre el consumo de drogas lícitas
(medicamentos) que son ingeridas no en pocas ocasiones de manera
descontrolada y que tienen importantes efectos tanto sobre el embrión-
feto como sobre la madre.
- Adicción a consumo de bebidas alcohólicas: El consumo abusivo
de alcohol es reconocido como la tercera causa responsable de retardo
mental. El alcohol cruza la placenta y se acumula en concentraciones
tóxicas durante la blastogénesis y la diferenciación celular, pudiendo
producir daño fetal. El síndrome de alcoholismo fetal (SAF) se
caracteriza por retraso del desarrollo, microcefalia, alteraciones oculares
y anormalidades faciales y esqueléticas.
El daño fetal también puede ser ocasionado por deficiencia en folatos,
magnesio y zinc, comunes en las dietas inadecuadas de los alcohólicos.
- Restricciones alimentarias severas voluntarias: la más destacada es la
Anorexia Nerviosa, que tiene como principal manifestación la restricción
voluntaria de alimentos, y que a veces se acompaña con episodios
de vómitos. Entre las principales consecuencias de esta deprivación
nutricional se produce la alteración de los ciclos menstruales, de la
función ovárica y de la sexualidad, por ende es difícil que se llegue a la
gestación. Sin embargo sí se registran casos de embarazos coexistentes
con TCA.
Básicamente se trata de una mujer malnutrida, con uso eventual de
laxantes, diuréticos o fármacos teratogénicos, motivo por el cual este
grupo registra altas tasas de abortos. Los principales problemas que son
reportados en los recién nacidos de mamás con estos trastornos son:
anormalidades congénitas, menor crecimiento fetal, bajo peso al nacer,
menor circunferencia craneana y microcefalia, defectos del tubo neural
y mayor mortalidad perinatal.
15
- La ausencia de obra social o atención sanitaria pública impacta
negativamente ya que la imposibilidad de acceder a los servicios básicos
de atención sanitaria antes de iniciar la gestación o durante esta impide
identificar las condiciones de salud/enfermedad y realizar todas las
acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
Las principales situaciones adversas para la atención en salud materno
infantil que desencadenan este factor de riesgo son:
Ausencia o insuficiente control prenatal
Ausencia o insuficiente control crecimiento y desarrollo del niño
Ausencia o insuficiente acceso a los programas de salud sexual y
reproductiva.
16
maltrato físico, psíquico, discriminación, malos tratos y abandono.
Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia pueden
tener graves repercusiones sobre el desarrollo, la salud y la capacidad
de aprendizaje de los niños y niñas. Diversos estudios han revelado
que el hecho de haber sufrido actos de violencia en la infancia está
firmemente relacionado con comportamientos peligrosos para la salud
en el futuro, como fumar, consumir alcohol y abusar de las drogas, así
como la inactividad física y otros hábitos que conducen a la obesidad. A
su vez, estos comportamientos contribuyen a algunas de las principales
causas de enfermedades y de muerte, entre ellas el cáncer, la depresión,
el suicidio y los trastornos cardiovasculares.
17
en el tiempo y que las afectaban al igual que a sus niños. Tiempo
después por la movilización de la comunidad se pudo identificar que
las viviendas fueron construidas con un material que absorbía y emitía
compuestos tóxicos, algunos cancerígenos y mutagénicos.
Los animales domésticos que conviven dentro de la casa, frecuentemente
perros y gatos, son responsables de la transmisión de enfermedades
conocidas por zoonosis.
Diferentes agentes microbianos y parasitarios son trasladados por las
mascotas a la vivienda, constituyéndose en vectores de enfermedades
infecciosas crónicas.
Las aves trasladan también enfermedades y desprenden polvo de
sus plumas lo que constituye un alérgeno para los residentes. Entre
los insectos que penetran en la vivienda se cuentan las hormigas, las
moscas, los mosquitos (causantes del paludismo, el dengue, la filariasis),
las cucarachas, las trazas, las polillas, las chinches, y también arácnidos.
Algunas de estas especies comportan riesgo a la salud, operando como
vectores de enfermedades .En la vivienda rural habitan las chinches
triatominos, portadoras del protozoo Trypanosoma cruzi causante del
mal de Chagas
18
t 1MBOJíDBDJØOGBNJMJBS: Es el conjunto de métodos, técnicas y servicios
que contribuyen al bienestar y la salud reproductiva. La planificación fa-
miliar es una de las principales actividades que impiden la mortalidad
materna, el aborto y la morbilidad de las mujeres en edad fértil. Promover
la procreación responsable tiene un efecto protector directo sobre la salud
materna y en particular sobre los factores de riesgo biológicos e indirecta-
mente sobre los factores de riesgo de tipo económico y social.
t $POUSPMQSFOBUBM Esta función del equipo de salud permite detectar pre-
cozmente los factores de riesgo e iniciar a tiempo todas las actividades
de promoción en salud, preventivas y de recuperación en los procesos de
salud-enfermedad.
En esta acción del Equipo de Salud se evalúa integral y precozmente a la ges-
tante y al embrión-feto incluyendo una serie de actividades que permitan la identi-
ficación de signos de alarma para poner en marcha los procedimientos adecuados.
Además, es una de las instancias más importantes para preparar física y mentalmente
a la mujer gestante así como al entorno familiar; realizar el planteamiento individual
del parto institucional junto a su pareja, la familia y la propia comunidad. Promover
cuidados maternos que garanticen la lactancia natural.
19
tración pública) participa como protectorio de la salud materna y del niño
favoreciendo el descanso materno, la estabilidad laboral, el reintegro en
dinero, el acceso a una obra social y la promoción de la lactancia materna.
t $POUSPMEFDSFDJNJFOUPZEFTBSSPMMP: esta actividad es desarrollada por los
equipos de salud y agentes de salud permite, a partir de pautas y criterios
preestablecidos, promover acciones de seguimiento y vigilancia del creci-
miento y desarrollo del niño.
Dentro de los objetivos generales y específicos de todo programa materno in-
fantil se establecen pautas mínimas que facilitan el logro de objetivos y metas. Entre
las principales se destacan: establecer el grupo etáreo de cobertura, periodicidad de
los controles, patrones de referencia para evaluar el crecimiento, tipo de mediciones,
técnicas e instrumentos y criterios de evaluación del desarrollo psicomotriz.Esta ac-
tividad también permite realizar todas las acciones preventivas como vacunación,
estimulación temprana, etc. El control de crecimiento es un factor protector de la
salud que se relaciona sobre todo a los factores de riesgo biológicos, psicológico y
sociales del niño y su familia.
t -BDUBODJBNBUFSOBFYDMVTJWB es un factor protector de la salud infantil
en forma directa ya que constituye el alimento por excelencia por sus
propiedades nutritivas, higiénicas, psicológicas e inmunológicas. Se erige
como factor protector sobre las situaciones de riesgo biológicas (del niño)
sociales y económicas del grupo materno infantil.
t Adecuada complementación alimentaria en el primer año de vida: du-
rante el primer año de vida el importante incremento en la velocidad de
crecimiento, la maduración de los procesos digesto absortivos, el desa-
rrollo físico y psíquico del niño y la particularidad de las necesidades de
micro y macro nutrientes ponen de manifiesto la necesidad de brindar
una selección alimentaria acorde a esta etapa del crecimiento. Cuando se
cumple con esta acción la complementación alimentaria se pone en juego
no solo qué se da de comer, sino quién, cómo, cuándo y dónde se brinda
el alimento. Estas son las primeras experiencias que relacionan al niño con
la comida, es por esta razón que una adecuada incorporación de alimentos
se constituye en un factor protector no solo para favorecer el actual creci-
miento del niño, sino también para prevenir situaciones de enfermedad
durante el período de la adultez.
t "GFDUPZFTUJNVMBDJØOUFNQSBOB los niños necesitan mucho cariño de
todos los seres que los rodean y en particular de sus padres, a través del
afecto se estimula al niño mediante el uso de estrategias como la palabra,
la sonrisa, el juego, el qué y cómo se come, atender sus necesidades y/o
pedidos, enseñar prácticas de higiene saludables, a desarrollar habilidades
y destrezas, a comunicarse con su entorno social, a relacionarse con los
adultos y con otro niños.
El desarrollo neurológico y cognitivo del niño mejora con la estimulación
temprana y las experiencias afectivas positivas.
20
t 7BDVOBDJØO protege contra factores de riesgos biológicos y ambientales,
son específicas y responden a un calendario o esquema de vacunación que
en general tiene características iguales para la región. En nuestro país la
vacunación es parte del control de crecimiento y desarrollo con un segui-
miento hasta completarse donde la escuela cumple un rol fundamental. El
esquema de vacunación obligatorio es gratuito en Argentina.
t 1SFTUBDJPOFT TPDJBMFT: son políticas sociales destinadas a mejorar la ca-
lidad de vida de los sectores más vulnerables, programas que consisten
básicamente en la transferencia de ingresos a sectores de bajos ingresos
favoreciendo especialmente a aquellos hogares que cuenten con la presen-
cia de niños. En distintos países de Latinoamérica estos programas han
tomado distintas denominaciones por ej.: en Brasil el Programa Bolsa de
Familia, en México Plan Oportunidades, en Perú Programa Juntos, y en
Argentina podemos mencionar entre los más importantes los relacionados
a la salud materno infantil:
- El Plan de Seguridad Alimentaria que se desarrolla en este grupo vul-
nerable en programas tales como de autoproducción de alimentos, ac-
ciones de educación alimentaria o asistencia alimentaria directa o in-
directa.
- Asignación Universal por Hijo: comprende una asignación económica
a las mujeres por cada hijo menor de 18 años, con la condición de
cumplir con el plan de vacunación, estar inscripto en el plan Nacer si
es niño menor de 6 años y a partir de los 6 años cumplir con el control
de salud y ciclo de asistencia escolar del niño. Como podemos ver aquí
algo que se inicia en un apoyo económico conduce de manera parale-
la a acciones socioeducativas y sanitarias para contrarrestar factores de
riesgo en la población materno-infantil.
- Asignación Universal por Embarazo: se trata de una ayuda económica
que reciben las mujeres gestantes que carecen de trabajo estable y co-
bertura social.
Los factores protectores deben ser identificados. De la misma manera que el equipo
de salud se esfuerza por reconocer las situaciones de riesgo, debe asumir esta tarea de in-
terpretar con convicción los recursos favorables en el medio ambiente, porque identificar
y promover acciones de protección y promoción de la salud son estrategias para garantizar
un crecimiento y desarrollo adecuado de la población.
Bibliografía
Agis E, Cañete C, Panigo D. El impacto de la asignación universal por hijo en Argentina. Art. ceil-
piette.gov.ar. 2009
AIEPI. Atención Integral de la Salud Materna e Infantil. Manual de Capacitación en AIEPI para
21
personal técnico en salud que desempeña funciones primarias. Perú. 2007
Behar AR, González AJ, Ariza PM, Aguirre SA. Trastornos de la conducta alimentaria en mujeres
embarazadas controladas en atención primaria. Rev Chil Obst Ginecol 2008; 73 (3): 155-
162.
Belizan JM, Delgado H, Mejia-Pivaral V, Valverde V, Klein RE, 1981. Criteria for selection of
communities in poor and rural areas with high risk of low birth weight babies. J Trop Med
Hyg; 84: 243-8. En: OPS, 1999. Manual sobre el enfoque de riesgo en la atención materno-
infantil. Serie PALTEX para Ejecutores de Programas de Salud Nº 7, 2da. Edición. Editor
Dr. Carlos Castillo-Salgado.
Blanc P, Ruiz-Jarabo C, Garcia de Vinuesa L, Martín-Garcia M. La violencia de pareja y la salud
de las mujeres. Gaceta Sanitaria ISSN 213-9111 v.18 supl.1 Barcelona Mayo 2004. Parte II
Temas actuales de la salud pública.
Canela-Solera J, Nebot-Adell C. Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio: mirando hacia 2015.
Med Clin 2006;127(6):216-21
Cusminsky M, Lejarraga H, Mercer R, Martell M, Fescina R. OPS, 1994. Manual de crecimiento
y desarrollo del niño. Serie Paltex 33. Segunda edición.
Fundación CLACYD.”Iniquidad y Desarrollo Infantil 0 a 2 años”. Publicación 6. Diciembre 2002.
Argentina.
Grandi CA. Relación entre la antropometría materna y la ganancia de peso gestacional con el peso
de nacimiento, y riesgos de peso bajo al nacer, pequeño para la edad gestacional y prematu-
rez en una población urbana de Buenos Aires. ALAN 2003; 53(4):369-75.
http://www.bvsde.paho.org/bvsasv/e/iniciativa/posicion/cinco.pdf visitada 26/06/2011
Klerman LV, Cliver SP, Goldenberg RL. The impact of short interpregnancy intervals on pregnancy
outcomes in a low-income population. Am J Public Health 1998; 88:1182-1185.
Lugones Botell M, Madruga Fernández M, Echevarría Gómez G, 2005 Cocainomanía, adicción y
embarazo: tres años después. Rev. Cubana Med. Gen. Integr. Vol. 21 (3-4)
Martínez IC, Donato V, Hasper I. Tabaquismo y embarazo. Rev. Asoc. Med. Argentina 2001; 114
(3) 25-30
Oficina Regional de la OMS para Europa Simposio, 1971. Identificación de Personas de Alto
Riesgo y Grupos de Población. Copenhague. En: OPS, 1999. Manual sobre el enfoque de
riesgo en la atención materno-infantil. Serie PALTEX para Ejecutores de Programas de Salud
Nº 7, 2da. Edición. Editor Dr. Carlos Castillo-Salgado.
OPS, 1996. Acciones de Salud materno-infantil a Nivel Local: Según las Metas de la Cumbre Mundial
a favor de la Infancia. Dr. Yehuda Benguigui, Dra. Sandra Land, Dr. José María Paganini,
Dr. Joao Yunes. Comité Coordinador Interangecial para las Américas.
OPS, 1999. Manual sobre el enfoque de riesgo en la atención materno-infantil. Serie PALTEX para
Ejecutores de Programas de Salud Nº 7, 2da. Edición. Editor Dr. Carlos Castillo-Salgado.
Preparación Integral para la Maternidad. Guía para el trabajo de equipos de salud Interdiscipli-
narios. Dirección Nacional de Salud Materno Infantil. Ministerio de Salud y Ambiente.
Argentina. 2005. Plan Federal de Salud
Romero Mendoza M, Gómez Castro C. 1997 La mujer embarazada con problemas de adicciones:
consideraciones de género, investigación y tratamiento. Perinatologia reproductiva humana
11(4): 207-16
Tognoni,G, Barri, H., Sampaoli, A., Butinof, M. Manual de Epidemiología Comunitaria. El
Camino de las Comunidades. Instituto Mario Negri.SEU.Programa Intitciones Sociales y
Salud. UNC Pami.pag 37. Córdoba Argentina 2011.
22
CAPÍTULO 2:
PROTECCIÓN SOCIAL, GÉNERO Y SALUD REPRODUCTIVA
Introducción
1 http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=4180:proteccion-
social-en-salud&Itemid=2075&lang=es consulta 24-05-14
23
desde la legislación laboral hasta los seguros sociales, la atención a la salud pública
y la asistencia social, todas ellas estrategias para proteger la salud de la mujer y del
binomio madre-niño.
El trabajo de la mujer en las actividades comerciales e industriales se manifiesta des-
pués de la transformación económica y social conocida como la REVOLUCIÓN INDUS-
TRIAL (producida a fines del Siglo XVIII y comienzos del Siglo XIX).
Hasta entonces, era frecuente la labor femenina en tareas domésticas o en tareas
agrícolas y aun en talleres familiares. La inclusión de la mujer en el mercado laboral exigió
legislar al respecto dadas las condiciones biológicas y reproductivas que la caracterizan.
La evolución de la legislación social en general mejoró las condiciones laborales es-
tableciendo principios antidiscriminatorios, no solo en lo referido a aspectos laborales sino
también en materia remunerativa.
Desde mediados del siglo pasado y como consecuencia de los abusos produ-
cidos fue surgiendo una legislación protectora en los países industrializados. Esta
tendencia tuvo cuatro manifestaciones:
t La duración máxima de la jornada laboral.
t Los trabajos nocturnos, peligrosos e insalubres.
t El descanso semanal
t La situación de la mujer en ocasión de la maternidad
En el transcurso de los últimos años se ha producido una evolución en la
legislación laboral y se han incluido normas que garantizan la igualdad de derechos
de ambos sexos quedando en algunas legislaciones solo un tema específico y carac-
terístico de la mujer: la protección de la maternidad.
De todos modos, de nada vale hacer una declaración enfática de la igualdad
laboral y salarial si no se promueven las condiciones prácticas para que el principio
pueda realizarse.
Las primeras convenciones desarrolladas por la O.I.T. plantearon la necesidad
de reducir la protección de la mujer trabajadora limitándola solo al caso de materni-
dad (OIT Convenio 103-1952).
No obstante, el Primer Seminario Latinoamericano para la Legislación de
Protección del Niño y de la Madre (año 1984) planteó una perspectiva distinta: se
afirmó rotundamente que la consideración legal de la mujer que trabaja no puede
hacerse sin tomar en cuenta su inserción familiar y su repercusión en ese medio.
En nuestro país, la Ley de Contrato de Trabajo (L.C.T) introdujo un cambio
importante en la regulación del trabajo femenino. Consistió en disponer normas
específicas respecto del Trabajo de la mujer (Art.172 a 179 L.C.T).
24
No obstante, el legislador ha insistido en este principio, en el Art. 172 de la L.C.T.
(“La mujer podrá celebrar toda clase de contrato de trabajo, no pudiendo consagrarse por
la convenciones colectivas de trabajo o reglamentaciones autorizadas, ningún tipo de discri-
minación en su empleo fundada en el sexo o estado civil de la misma...)
La afirmación del principio de igualdad suprimió las diferencias que existían ante-
riormente en la tipificación salarial de hombres y mujeres, estableciendo el principio de no
discriminación entre ambos sexos.
No obstante el principio de igualdad remuneratoria puede verse alterado pero no
fundado en la condición biológica de las personas sino en aspectos de otra naturaleza (por
ej. normas protectoras, la actividad del trabajo etc).
Se establece en el Art. 174 L.C.T. el descanso intermedio cuando las tareas se cum-
plen comprendiendo horas de la mañana y de la tarde. (“Las mujeres que trabajen en horas
de la mañana y de la tarde dispondrán de un descanso de 2 horas al mediodía, salvo que por
la extensión de la jornada a la que estuviese sometida la trabajadora, las características de las
tareas que realice.... se autorizase la adopción de horarios continuos...”).
El Art. 175 L.C.T. prohíbe los trabajos a domicilio, pero solo cuando a su vez ellas
trabajaren en algún local o dependencia de la empresa. Es una forma de evitar la sobrecarga
de tareas.
Protección de la Maternidad
Prohibición de trabajar
25
El régimen legal fijado en la Ley de Contrato de Trabajo establece un descanso
de noventa días que, en principio, se reparte en cuarenta y cinco días anteriores al
parto y cuarenta y cinco días posteriores a él, en los que queda prohibido el trabajo
del personal femenino. (art. 177 L.C.T).
La legislación admite cierta flexibilidad dentro de los márgenes señalados per-
mitiendo llevar una parte de los días del preparto mencionado al tiempo del pos-
tparto, que en su caso puede aumentar quince días.
Esto porque en ningún supuesto el descanso preparto puede ser inferior a
treinta días.
La determinación del tiempo se basa en la información suministrada por la
propia trabajadora y corroborada con un certificado médico.
En el mencionado certificado debe constar la fecha probable de parto. El tiem-
po de presentación no se encuentra determinado aunque en la práctica se presenta
al cumplirse el tercer mes de embarazo, en razón de que el sistema de asignaciones
familiares comprende una asignación prenatal que se abona a la trabajadora durante
el período de embarazo, y para su cobro debe comunicar su estado de embarazo al
empleador a partir del tercer mes. En definitiva el certificado de embarazo cumple
las siguientes funciones:
t Comunicar al empleador el estado de la trabajadora
t Permitir a la trabajadora cobrar la asignación prenatal como parte de las
asignaciones familiares
t Asegurar a la trabajadora su derecho a la permanencia laboral ya que se
sanciona con una indemnización agravada el despido por causa de mater-
nidad.
26
especial cuyo monto debe ser igual a la remuneración que hubiese percibido en caso
de realizar tareas.
27
mero mínimo de trabajadoras (sin definir proporción) el empleador deberá habilitar
salas maternales y guarderías para niños. Claramente este punto es pocas veces respe-
tado y los acuerdos alcanzados en el marco de los convenios laborales han impactado
negativamente en la promoción de la lactancia materna.
Estado de excedencia
Se denomina estado de excedencia a la situación en la que puede colocarse volunta-
riamente la trabajadora que ha tenido un hijo cuarenta y ocho horas antes de que finalice
su licencia por maternidad. Se trata de una licencia especial y cuando esta finaliza, la tra-
bajadora debe reincorporarse a su trabajo. Es un derecho que la trabajadora tiene y que el
empleador se encuentra obligado a conceder.
Durante el período de excedencia la trabajadora no percibe remuneraciones ni debe
presentarse a trabajar y su duración no puede ser menor a tres meses ni mayor a seis meses.
Como ya se refirió en el párrafo precedente, la trabajadora debe comunicar por escrito
que decidió gozar del estado de excedencia dentro de las cuarenta y ocho horas previas a
la finalización de la licencia por maternidad. En el caso que la trabajadora no notifique al
empleador de su determinación de gozar de la excedencia y no se presente a trabajar al día
siguiente que culmine su licencia, se presume que eligió unilateralmente terminar el con-
trato de trabajo.
Durante el período de excedencia el empleador no debe realizar los aportes corres-
pondientes a la seguridad social y la trabajadora no tiene el derecho a la prestación por obra
social.
Consideraciones finales
Para finalizar este tema es necesario aclarar que las nuevas formas de contra-
tación laboral, contraprestación, monotributistas, trabajador autónomo encubierto,
contratos de locación de servicio, etc. el proceso de flexibilización en curso ha deri-
vado en el surgimiento de nuevas figuras laborales tales como la triangulación labo-
ral, el tiempo de trabajo fragmentado, temporal e inestable y las relaciones de traba-
jo dependientes encubiertas en las que los grados de protección tienden a disminuir.
De este modo, la amplia gama de empleos asalariados “atípicos” y frecuentemente
precarios, en los que se ocupa una importante proporción de mujeres, conforman
nuevos grupos de trabajadores marginados –total o parcialmente– de los sistemas
formales de protección social. En el caso de Argentina deja a este grupo vulnerable
por fuera de la cobertura de la Ley de Contrato de Trabajo.
Es entonces momento de que los Equipos de Salud debiéramos replantear a
partir de los conocimientos técnicos específicos de qué manera se ven afectados los
procesos de salud-enfermedad en el grupo materno infantil con la práctica de estas
nuevas modalidades de contratación laboral, y específicamente desde nuestra disci-
plina aportar acciones específicas para proteger la salud de la mujer y el niño.
28
Bibliografía
ANSES. Administración Nacional de Seguridad Social. Programa Asignación Universal por Hijo,
Programa por Embarazo. Argentina.
Arianne Grau Crespo, Lexarta Larraix. Precariedad Laboral en Centro América: impacto par las
mujeres. Fundación Friedrich Ebert. Primera Edición. San José de Costa Rica. 2010
CEPAL, (2008). Anuario estadístico de América Latina y El Caribe. Disponible en: www.eclac.
org/estadisticas/publicaciones/ (2009). Panorama Social de América Latina. Disponible en:
http://www.cepal.org/cgibin/getProd.asp?/publicaciones/xml/2/34732/P34732.xml&xsl=/
dds/tpl/p9f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xslt
Convenio 183. Organización Internacional del Trabajo (OIT) Conferencia 88. Revisión del Con-
venio 103 1952-2002
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de Julio Armando Grisolía. Ed. Lexis Nexis. 13 Edi-
ción.2008
Ley de Contrato de Trabajo N° 20.744 Texto ordenado por Decreto 390/1976. Buenos Aires
Argentina
Ley Marco de regulación del Empleo Público Nacional Ley 25.164. Argentina. 1999.
Leyes Fundamentales del Trabajo: sus Reglamentos y Anotaciones de Juan Carlos Fernández Ma-
drid. Ed. Pulsar.
Pautassi, L.,¡Cuánto trabajo mujer!: el género y las relaciones laborales. Capital Intelectual, Buenos
Aires, Argentina. 2007.
www.white.oit.org.pe/gpe//documentos/programa/lector/modulo_07/pdf Programa Modular capa-
citación e Información sobre género, pobreza y empleo
30
adicional de energía que implica el ejercicio de una doble jornada de trabajo: la
laboral y la doméstica.
La exposición diferente a cierta clase de riesgos laborales depende del tipo de
trabajo que concentre la mano de obra de uno y otro sexo en los distintos países.
En general, sin embargo, los riegos laborales que pesan de manera específica sobre
la mujer son aquellos relacionados a su función reproductiva. El más obvio es el
relacionado con la exposición a sustancias químicas o a contaminantes físicos (vi-
bración, ruido y radiaciones diversas) que pueden inducir al aborto, afectar la salud
del feto o la composición cuali cuantitativa de la leche materna. Un segundo tipo
de riesgo se refiere al de la realización de trabajos pesados, los cuales agravan su pro-
blema de desnutrición durante el embarazo y afectan el peso del recién nacido. Una
tercera categoría se refiere a la falta de una legislación laboral adecuada o en cierto
tipo de empleos que impiden un descanso adecuado antes y después del parto. Una
cuarta categoría de riesgo, que es común a todas las mujeres vinculadas a la fuerza
laboral, es la doble jornada, que afecta con mayor severidad a las mujeres con hijos
pequeños en las clases más populares. La mujer pobre no solo se ocupa de cuidar a
sus hijos pequeños o padres ancianos y cocinar y cumplir con el resto de las labores
domésticas, sino que debe realizar actividades productivas para el sustento diario de
su familia. Algunos estudios señalan que la jornada laboral de la mujer con empleo
se extiende entre tres o cuatro horas más que la jornada de trabajo del varón.
Violencia de género
Se denomina así en general a la violencia ejercida por los hombres sobre las
31
mujeres para asegurarse los privilegios que la cultura le ha otorgado al varón y qué
rol asignado a las mujeres le proporciona: ser atendido y cuidado material y emocio-
nalmente, tener una posición dominante en la sociedad y más poder y derecho. La
violencia de pareja en el 98% de los casos la ejercen los hombres contra las mujeres.
Por tanto, aunque habitualmente la violencia se considera un problema de mujeres,
no es un problema “de” ellas sino “para” ellas; en realidad, y fundamentalmente, es
un problema de la cultura masculina/patriarcal.
Las relaciones de maltrato tienen en general años de duración, suelen perpe-
tuarse en conductas permanentes que tienen implicancias directas en la salud de las
mujeres que son las que reciben, junto a los niños, sobre sus cuerpos y psiquis las
consecuencias de la violencia, conduciendo no en pocas oportunidades la muerte.
Bibliografía
Aguirre P. 2000 ”Aspectos socio antropológicos de la obesidad en la pobreza” OPS-OMS Pub. 576
Condiciones de Salud en las Ameritas. OPS.OMS Ed. 1994 Vol. 1 Publicación 549
Herrera Santi, P 2000. Rol de género y funcionamiento familiar. Rev. Cubana - Med.Gen. Integ.
3 CEPAL 1998 “Aportes desde la perspectiva de género al estudio y a las políticas dirigidas
a las familias. En Familias latinoamericanas: Convergencias y Divergencias de modelos y
políticas”Agosto 96p
Oniang´o R., Mukudi E. Nutrición y Género. Nutrición la base para el desarrollo. Enero 2002.
Comité permanente de nutrición del sistema de las Naciones Unidas. Ginebra
OPS.OMS “Propuesta de indicadores básicos para el monitoreo de la situación de salud de las
mujeres” Mujer, Salud y Desarrollo. 2003.
33
SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA
Salud Sexual
Salud reproductiva
34
la salud de una mujer, el ejercicio de una procreación responsable es un factor que
evita llegar a esta situación.
La fecundidad no regulada afecta la salud no solo de las mujeres sino también
la de sus hijos. Los embarazos muy frecuentes o muy seguidos y en las edades extre-
mas del ciclo reproductivo representan, como hemos visto en el capítulo anterior,
riesgos para la salud, tanto de la madre como del hijo y son causa de elevadas tasas
de morbimortalidad materna e infantil. Estos efectos adversos de la fecundidad no
regulada se evidencian con mayor claridad, y se agravan en los estratos socioeconó-
micos bajos, en los cuales los riesgos para la salud se ven multiplicados por la falta de
servicios adecuados y las deficiencias nutricionales de madres e hijos.
Las tasas de fecundidad por lugar de residencia indican que, en general, las
mujeres urbanas tienen menos hijos que sus pares rurales.
En cuanto a la educación de la mujer, la evidencia empírica ha mostrado
invariablemente una relación inversa entre fecundidad y educación, señalando dife-
rencias tanto o más pronunciadas que las observadas según el lugar de residencia. Así
mientras las mujeres en áreas rurales tienen entre 0.1 y 3 hijos más que las mujeres
de áreas urbanas, las mujeres sin instrucción formal tienen entre 1.3 y 4.7 hijos más
que aquellas que han cursado estudios superiores.
35
ción por VIH. El abuso y la violencia pueden afectar a la capacidad de la persona
para gozar de unas relaciones sexuales adecuadas y de salud reproductiva. En ambos
sexos, la violencia sexual se correlaciona con comportamientos de riesgo durante la
adolescencia y, en las mujeres, con el embarazo precoz
El consenso mundial sobre la definición de Salud Reproductiva es importan-
te, ya que el empleo de diferentes conceptos causa confusión, atomiza los esfuerzos e
impide el progreso. El concepto de la salud reproductiva elaborado en la Conferen-
cia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) ha seguido desarrollándose y
ratificándose en otras conferencias y cumbres internacionales y la OPS ha promovi-
do su difusión en la Región junto con las políticas y los servicios correspondientes.
Como resultado, se han planteado ciertas inquietudes. En primer lugar, debe quedar
claro que la salud reproductiva es un proceso de toda la vida y parte integrante del
desarrollo humano ya que contiene a la Salud Sexual. Tiene que ver con la prepara-
ción, antes de la concepción, para tener un bebé sano y, más tarde, con velar por que
el embarazo, el parto y el puerperio sean seguros. Luego tiene que ver con el niño
pequeño, a medida que se van formando sus actitudes acerca de las relaciones entre
los sexos, el comportamiento sexual y la reproducción. Más adelante, concierne al
adolescente, cuando los conocimientos y actitudes se transforman en prácticas y se
busca protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Por supuesto, tiene
gran importancia para el adulto que piensa en formar su familia y se preocupa por
la posible aparición de problemas crónicos. Por último, tiene que ver con el anciano
frente a los cambios hormonales y de las relaciones familiares.
36
Los derechos sexuales y reproductivos se reconocen como derechos huma-
nos, son universales porque abarcan a todos los seres humanos desde su nacimiento,
son interdependientes porque se conectan con todos los demás derechos humanos y
son indivisibles en tanto se viven y actúan de un modo conjunto e integral.
Los derechos sexuales incluyen el derecho de todas las personas a tener con-
trol y a decidir libremente sobre asuntos relacionados con su sexualidad, sin sufrir
coerción, discriminación ni violencia. Incluye derecho a la información, para tomar
decisiones responsables sobre su sexualidad, el derecho a la privacidad y a la integri-
dad física, mental y moral al realizar una elección sexual.
Los derechos reproductivos comprenden derechos ya reconocidos en leyes na-
cionales y acuerdos internacionales. Conectados con la libertad sexual, el derecho a
la salud, y los derechos básicos de todas las parejas e individuos de decidir en forma
libre y responsable el número, espaciamiento y momento de sus niños. Para cumplir
con este derecho es indispensable que el Estado garantice el acceso a la información,
la educación, a los medios de atención médica y a métodos seguros, eficaces, asequi-
bles y aceptables de planificación en forma gratuita.
Por otro lado, la información sobre planificación familiar permite a los países
controlar o promover el crecimiento de su población incentivando medidas en
un sentido o en otro según sus propios objetivos demográficos.
Por último, la posibilidad de planificar dentro de una familia y su entorno el
crecimiento de esta según sus propias posibilidades sociales, económicas y normas
religiosas tiene un impacto positivo en la salud de la mujer / madre y la de los
niños, quizás evitando el aborto con prácticas inadecuadas, las infecciones y he-
morragias, principales causantes de la mortalidad materna. O las distintas formas
de malnutrición entre niños, subestimadas dentro de la estadística sanitaria, por la
presencia de patologías asociadas que figuran luego como principal causa de enfer-
medad o muerte en la infancia.
En la legislación Argentina el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
responsable es aprobado mediante la Ley Nacional 25673 en la cual se reconoce que el
Derecho a la Salud comprende la Salud Sexual, y que esta incluye la posibilidad de desarro-
llar una vida sexual gratificante y sin coerción, así como prevenir embarazos no deseados.
Promueve la “Consejería” en Salud Sexual y Reproductiva en los servicios de salud
pública de todo el país; es decir, la posibilidad de acceder gratuitamente a un ase-
soramiento de calidad que contribuya a la autonomía y a la toma de decisiones en
materia de salud sexual y reproductiva.
Al mismo tiempo, favorece la detección oportuna de enfermedades genitales
y mamarias, contribuyendo a la prevención y detección temprana de infecciones y
VIH/sida.
Sin embargo, debemos destacar que se aborda básicamente la problemática
del control de la fecundidad pero que deja sin abordar la infertilidad que también es
parte de los derechos reproductivos, quizás de menor impacto en la salud.
37
Regulación de la fecundidad
t Métodos de barrera
Son aquellos que utilizan elementos que impiden que el espermatozoide lle-
gue a fecundar al óvulo y se denominan preservativos. El preservativo masculino o
condón posee una buena eficacia anticonceptiva si se usa correctamente, al igual que
el femenino y son los únicos que protegen contra el SIDA y las ITS. En cambio el
diafragma utilizado por la mujer no protege contra las infecciones.
t Métodos hormonales
Entre estos se destacan los anticonceptivos orales combinados (píldoras o
minipíldora) que requieren de una ingesta periódica (diaria) y controlada para ser
efectiva: actúan inhibiendo la ovulación. Pueden ser inyectables, también se colocan
de manera periódica pero con intervalos de uno a tres meses. Son efectivos como
contraceptivos pero no protegen del SIDA ni de ITS.
t Método mecánico
Es el ¨espiral¨ o dispositivo intrauterino (DIU). Se coloca dentro del útero y
su presencia impide que los espermatozoides lleguen al óvulo para fecundarlo. Es
efectivo. Tiene una vida útil de cinco a diez años y debe ser controlado periódica-
mente por el médico. No protege contra el SIDA ni ITS.
t Métodos químicos
Son sustancias que inactivan los espermatozoides (espermaticidas) dentro de
la vagina para que no lleguen al óvulo (cremas, óvulos, esponjas) No se recomien-
da utilizarlos solos ya que no son suficientemente efectivos en general por su mala
utilización, tiempo de permanencia de las sustancias en la vagina, etc. No protegen
contra las infecciones sexuales ni el SIDA.
La esterilización femenina (ligadura de trompas) o masculina (vasectomía)
son también métodos anticonceptivos pero que se deben utilizar en casos especiales
ya que en general son irreversibles, y no protegen contra las infecciones que se pro-
ducen por contacto sexual.
38
Impacto del uso de diversos métodos de anticoncepción en el
peso de la mujer
Existe aún controversia acerca del impacto del uso de los anticonceptivos ora-
les (ACO) y la ganancia de peso.
El peso de las mujeres saludables puede cambiar durante su ciclo menstrual.
Al inicio del ciclo aumentan algo de peso, que habitualmente pierden durante la
parte final del ciclo o finalización del sangrado menstrual. Este fenómeno se rela-
ciona probablemente con cambios hormonales que provocan sobre todo retención
de líquidos; mientras que en la etapa de la mujer adulta (etapa de la menopausia)
el impacto de estos cambios hormonales se relaciona a cambios en la composición
corporal, disminución de la masa muscular y disminución del metabolismo basal
corporal (1 a 2% durante cada década)
Hassan y col. en su investigación observaron variación ponderal en una co-
horte de mujeres que utilizaban DIU con cobre como método anticonceptivo. Ellos
establecieron “que existe una tendencia a la ganancia ponderal durante los años re-
productivos de las pacientes, que es independiente de los métodos anticonceptivos”.
Las razones del incremento de peso en mujeres que utilizan diversos métodos
de anticoncepción se encuentran ligadas más a factores genéticos, conductuales,
antecedentes de obesidad durante la niñez o adolescencia u obtuvieron durante el
primer embarazo un IMC elevado (obesidad).
39
comunidad que define sus políticas sanitarias en salud sexual y reproductiva.
Bibliografía
Claves de Mujer y Salud Vol I Numero 2. junio 2005 Sociedad Iberoamericana de Información
Científica. Los anticonceptivos orales combinados no generan ganancia ponderal. Medard
M. Lech, Varsovia, Polonia. Pág. 1
Conferencia Mundial sobre las Mujeres. Declaración de Beijing. Plataforma de Acción Mundial,
numero 96 CONMUJER, UNICEF. Milenio Femeninista, 1998.
Criterios Médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos. OMS. Tercera Edición. 2005
Efecto real del uso de anticonceptivos orales en el peso corporal. Riobó, P, Bobadilla, F, Kozarcews-
ki, M, Fernández, J.M, 2003
Fondo de las Naciones Unidas 2004. Plan de acción. Conferencia Internacional sobre Población y
Desarrollo.
La salud reproductiva: parte integrante del desarrollo humano. Scielo Public Health. Rev.Panam.
Salud Pública Vol. 4 n3 Washington Sept. 1998
Matera F, Brulc, A, Cohen D, Ledesma, F Orsi C, Pereira T. Acerca de la Ley de Salud Reproducti-
va y Procreación Responsable. Arch. Argent.pediat.2000; 98 (5) 345
Ministerio de Salud Pública de Uruguay, Guias de Salud Sexual y Reproductiva. Uruguay 2007.
Novedades en el tema de Salud Reproductiva. Centro Rosarino de Estudios Perinatales (CREP)
Rev. Hosp..Mat. Inf. Ramón Sardá 1996, XV, N° 3 121-122
OPS-OMS 1994. Las Condiciones de Salud en las Américas
Programa Nacional de salud sexual y procreación responsable. Manual de Apoyo para el trabajo de
los Agentes de Salud. Abril 2003. Minsterio de Salud de la Nación
Progress Number 45 (1998). Disponible en www.who.int/hrp/progress/45/index.html.
40
CAPÍTULO 3:
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DURANTE EL EMBARAZO
El embarazo
41
por numerosos factores culturales, socioeconómicos, psicológicos y biológicos. Asi-
mismo el padre deberá adaptarse a un nuevo estilo de vida ajustando su manera de
pensar, de sentir y de actuar de acuerdo a la nueva situación y composición familiar.
Esta situación abre grandes posibilidades de acción para los profesionales de
la salud, ya que es un momento en que la mujer y su pareja se encuentran más
permeables a recibir información y adoptar conductas saludables. Por todo esto, el
acompañamiento de los profesionales de la nutrición durante el embarazo, impacta
positivamente en la salud de la mujer, del niño por nacer y de todo el grupo familiar.
42
observan en la segunda mitad. En términos generales en la primera se producen
aquellos cambios maternos que permiten al cuerpo de la mujer aumentar el volu-
men sanguíneo y liberar oxígeno y nutrientes al feto para alcanzar la segunda mitad
del embarazo. En esta última los cambios maternos que predominan favorecen por
un lado el depósito de energía en el cuerpo de la embarazada y por otro lado se fa-
vorece la liberación de nutrientes y energía para ser almacenados en el feto, hasta la
finalización de la gestación. Alrededor del 10 % del crecimiento se completa en la
primera mitad del embarazo y el 90 % restante en la segunda, siendo el primero un
crecimiento caracterizado por la multiplicación celular y en la segunda por multipli-
cación y aumento de tamaño celular.
Los cambios más destacados relacionados a la fisiología de la gestación son:
43
900 g
t Crecimiento del volumen de las mamas cuyo peso se incrementa aproxi-
madamente en 900 g
t Aumento del tejido adiposo, el depósito graso como reserva energética
durante la gestación es aproximadamente de 1,400 Kg.
Cambios hormonales
Modificaciones Metabólicas
45
del contenido abdominal y este, al diafragma, con lo que se reduce la amplitud de las
excursiones del diafragma. Como consecuencia, la frecuencia respiratoria aumenta a
fin de atender el aumento adicional de la ventilación.
El Edema
46
Bibliografía
Brown JE. Nutrición en las diferentes etapas de la vida. Ed.Mc Graw Hill Interamericana. 2da.
Edición, 2006.
Guyton CG, Hall JE. Tratado de Fisiología Médica. 11ª Edición. Elsevier, 2006.
Lopez L, Suarez M. Fundamentos de Nutrición Normal Cap. 14 Ed El Ateneo 2002.
Maldonado Durán M, Sauceda García JM, Latirgue T. Cambios fisiológicos y emocionales durante
el embarazo normal y la conducta del feto. Perinatol Reprod Hum. Vol 22 N°1; enero
marzo, 2008.
Rai D, Stenson W. Manual of nutritional therapeutics. Segunda edición 1988 a Little Brown.
Tejeda Perez. P, Cohen A, Font Arreaza I, Bermúdez C, Schuitemaker Requena J. Modificaciones
fisiológicas del embarazo e implicaciones farmacológicas maternas, fetales y neonatales. Rv.
Obstet Ginecol 2007;67(4): 119-25.
CONTROL PRENATAL
47
t Amplia cobertura: promover el control prenatal a la mayor cantidad de
la población en base a programas educacionales, garantizando la igualdad,
accesibilidad y gratuidad de la atención. En la medida en que el porcen-
taje de la población controlada sea alto se podrán disminuir las tasas de
morbimortalidad materno infantil perinatal.
NOMBRE Y APELLIDO:EDAD:
DNI:OBRA SOCIAL:
FUM:FPP:
SEM. DE GESTACIÓN:
DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS
DOMICILIO:
ESTADO CIVIL:HIJOS:
ESCOLARIDAD:
OCUPACIÓN/PROFESIÓN:
DÍAS/HORARIO:
VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA
FECHA
SEM. DE
GESTACION
PESO
IMC
GANANCIA DE PESO S/ EDAD GESTAC.
ESTADO NUTRICIONAL
OBSERVACIONES
DESAYUNO:
ALMUERZO:
MERIENDA:
CENA:
DIAGNÓSTICO:
49
Evaluación nutricional de la embarazada
Æ Evaluación antropométrica
Æ Evaluación bioquímica
Æ Evaluación de la ingesta
Evaluación antropométrica
Los datos necesarios para una adecuada evaluación antropométrica son:
{1PSRVÏSFTVMUBUBOJNQPSUBOUFFMBVNFOUPEFQFTPEVSBOUFFMFNCBSB[P
50
sobre todo si se lo tiene en cuenta al menos desde el segundo trimestre.
t El aumento de peso insuficiente en el segundo trimestre es predictor del
retraso de crecimiento en el tercer trimestre.
t Un adecuado aumento de peso en el embarazo predispone a la mujer a un
buen estado nutricional postparto, a implementar adecuadamente el ama-
mantamiento, a afrontar la maternidad con mayor bienestar y programar
próximos embarazos.
Calvo, EB, Lopez LB, Balmaceda Y, et al. Reference charts for weight gain and body mass
index during pregnancy obtained from a healthy cohort. The Journal of Maternal-Fetal &Neonatal
Medicine. 2009;22(1):36-42.
51
IMC de 19, a pesar de tener un IMC considerado como normal si no está embarazada, será
tomada como bajo peso si se embaraza con ese mismo IMC.
La tabla 1 permite realizar la valoración antropométrica actual en caso de no contar
con gráficas. Además es posible calcular el peso deseable al término del embarazo, estiman-
do además el aumento de peso esperable por semana.
Evaluación bioquímica
Evaluación de la ingesta
Es clave utilizar un instrumento lo más completo posible que pueda ser útil
para detectar calidad y cantidad de alimentos consumidos por la mujer embaraza-
da, no solo en este momento de la vida, sino también conocer la historia y hábitos
alimentarios (realización de las cuatro comidas, horarios de las mismas, inclusión de
alimentos variados en calidad y cantidad, inclusión de nutrientes críticos, etc.)
52
Cualquiera de los métodos de evaluación de ingesta: anamnesis alimentaria, recorda-
torio de 24 horas, frecuencia de consumo, registro de ingesta, pesada de alimentos, puede
ser usado. Sin embargo hay que considerar que generalmente la mujer cambia sus hábitos
alimentarios durante el embarazo por lo que la frecuencia de consumo puede no ser un
método adecuado en esta etapa. La pesada de alimentos tampoco se usa en el paciente am-
bulatorio por ser un método tedioso para la paciente.
Estas técnicas servirán también para registrar algunas de las complicaciones menores
del embarazo que pueden interferir en la alimentación como náuseas matutinas, acidez,
constipación, pica, etc. que surgirán naturalmente de la técnica usada o a través del interro-
gatorio posterior.
En la atención de la mujer embarazada cobra especial importancia la escucha atenta
y la adaptación de nuestras recomendaciones a la tolerancia individual, aversiones, mitos, y
sensaciones acerca de la alimentación.
Es importante buscar qué cambios se han producido en la ingesta a partir del em-
barazo. Así como destacar los factores sociales de la alimentación, quién cocina, dónde y
con quién se come, preguntarse acerca de la disponibilidad de alimentos y el acceso a ellos.
Algunas preguntas que pueden orientar la búsqueda de información sobre la mujer
son:
Bibliografía
Abeyá Gilardon AO, Calvo EB, Durán P, Longo EN, Mazza C. Evaluación del estado nutricional
de niños, niñas y embarazadas mediante antropometría. OPS - Ministerio de Salud de la
Nación. Buenos Aires, 2009.
Boletin CESNI. Volumen 8. La Nutrición en el Ciclo Reproductivo: Embarazo y Lactancia. Agosto
1999.
Calvo, EB, Lopez LB, Balmaceda Y, et al. Reference charts for weight gain and body mass index
during pregnancy obtained from a healthy cohort. The Journal of Maternal-Fetal &Neona-
tal Medicine. 2009;22(1):36-42.
54
Casini S, Lucero Sainz GA, Hertz M, Andina E. Guía de control prenatal. Embarazo normal. Divi-
sión Obstétrica, Hospital Materno Infantil Ramón Sardá. 2002.
Curso de Actualización: Embarazo y Nutrición. Módulo 2: Alimentación durante el Embarazo.
Universidad Austral. 2011.
Scwarcz R, Uranga A, Lomuto C, Martínez I, Galimberti D, García O, Etcheverry ME, Queiruga
M. El Cuidado Prenatal. Guía para la práctica del cuidado preconcepcional y del control
prenatal. Ministerio de Salud de La Nación. 2001.
Mujeres embarazadas** 25 % 33 % 19 % 21 %
*Según IMC
**Según Referencia Rosso y Mardones
56
recurre a sus reservas grasas haciendo más susceptible a la embarazada a la cetosis.
Los cuerpos cetónicos atraviesan la barrera placentaria, y en exceso pueden
ocasionar daño neurológico severo al embrión-feto.
El aporte energético a partir del cual el riesgo de cetosis se eleva se ha estimado
en alrededor 1600 Kcal diarias, siempre acorde a peso, talla, contextura y actividad
que realice la mujer.
Vitamina E mg Į
15 10
tocoferol
Vitamina C mg 85 55
Tiamina mg 1.4 1.4
Riboflavina mg 1.4 1.4
Niacina mg 18 18
VitaminaB6 mg 1.9 1.9
Folatos μg 600 600
Vitamina B12 μg 2.6 2.6
Calcio mg 1000 1000 (tercer trimestre)
Suplemento 100 mg a partir de la segunda
Hierro mg 27
mitad del embarazo
Según biodisponibilidad de la dieta alta
Zinc mg 11
(5.5) media (7) baja (10)
Yodo μg 220 200
Sodio g 1.5 2.3
57
Proteínas
Las necesidades se incrementan fundamentalmente a partir del segundo tri-
mestre de gestación. La eficacia en la utilización de las proteínas en las embarazadas
es del 70% aproximadamente.
A partir del segundo trimestre de embarazo se recomienda aumentar las pro-
teínas en 25 gramos diarios a la recomendación habitual de una mujer no gestante.
Este valor se suele cubrir con un 12 a un 15% del porcentaje del Valor energético
total (VET) de la dieta.
Grasas
Los lípidos de la dieta de la mujer gestante están representados por un 20 a un
35% del VET. Es importante incluir ácidos grasos esenciales de la familia omega6
y omega3 que son fundamentales para el buen funcionamiento útero-placentario,
el desarrollo del sistema nervioso y la retina del feto durante el embarazo y del niño
durante la lactancia.
En los últimos años se ha aceptado que los ácidos grasos poliinsaturados de
cadena larga (LCP) derivados de la dieta y depósitos grasos maternos ejercen un pa-
pel clave en el desarrollo y crecimiento del feto. Los ácidos docosahexanoico(DHA)
y araquidónico (AA) son los LCP predominantes en el organismo y sirven como
componentes clave estructurales del cerebro.
Hidratos de Carbono
La glucosa es la fuente más importante de energía para el feto, constituyéndo-
se en aproximadamente el 90% de gasto calórico total. Por lo tanto, el metabolismo
de los hidratos de carbono en la madre durante la gestación es de una importancia
enorme, y responsable del incremento de peso fetal, un claro ejemplo de esta si-
tuación la constituyen las mujeres embarazadas que padecen diabetes gestacional,
la que impide la utilización tisular adecuada de la glucosa, y se vincula con niños
recién nacidos con peso por encima de lo esperado.
Vitaminas
«DJEPGØMJDP
Los folatos intervienen metabólicamente como coenzimas que auxilian en el
transporte de fragmentos de carbono individuales de una molécula a otra en el me-
tabolismo de los aminoácidos y de los ácidos nucleicos. Por lo tanto, son esenciales
para la síntesis de pirimidinas, purinas y, por lo tanto, de ADN y ARN, así como
de aminoácidos y neurotransmisores. Un contingente adecuado de folatos es muy
esencial para una multiplicación y crecimiento celular normales durante el embara-
58
zo. El consumo adecuado, sobre todo antes del embarazo y en los primeros meses
de gestación de ácido fólico previene defectos en el tubo neural, tales como espina
bífida o anencefalia.
Además, los requerimientos de esta vitamina se encuentran incrementados a
lo largo del segundo y tercer trimestre de gestación en respuesta a las demandas de
eritropoyesis materna y crecimiento feto-placentario. La deficiencia de ácido fólico
se relaciona con un aumento de la incidencia de malformaciones congénitas, abor-
tos espontáneos y complicaciones obstétricas.
La recomendación es incrementar la ingesta de esta vitamina a lo largo de
toda la edad fértil de la mujer. Especialmente se debe reforzar el aporte en aquellas
que fuman, consumen alcohol, consumen anticonceptivos o antiepilépticos porque
tienen mayor riesgo de padecer carencia de ácido fólico.
7JUBNJOB"
Es una vitamina necesaria para el crecimiento, la diferenciación celular y el
desarrollo normal del feto, sin embargo aquí resulta más importante evitar los exce-
sos. Si la mujer está bien nutrida las reservas que posee son suficientes.
La vitamina A preformada está presente de forma natural en productos de
origen animal y se añade a productos lácteos y derivados, margarinas y cereales
fortificados. El hígado es el alimento fuente más importante de esta vitamina. El
hábito de ingerir suplementos multivitamínicos y minerales durante la gestación in-
crementa notablemente el riesgo de ingerir cantidades de vitamina A superiores a las
10.000 UI/día. En 1990 el comité correspondiente de la IOM (Instituteof Medicine)
aconsejaba no ingerir ningún suplemento de vitamina A de forma sistemática y solo
en casos especiales se haría de forma individualizada. Por lo tanto, se debe evaluar
la necesidad de suplementos vitamínicos recomendados a la gestante para evitar
riesgos innecesarios ya que dosis que superan el límite máximo aconsejado pueden
resultar adversas y provocar efectos teratogénicos en el feto.
7JUBNJOB#
La vitamina B6 en su forma activa, el fosfato de piridoxal, es un cofactor
esencial de varias funciones del sistema nervioso central. Afecta a la síntesis de los
neurotransmisores, la mielinización y la síntesis de los aminoácidos. A través de es-
tos mecanismos ejerce una acción sobre el comportamiento y los procesos de apren-
dizaje y de memorización.
El aumento de la ingesta proteica se acompaña de un incremento en las nece-
sidades de piridoxina. Se recomienda un aumento de 0.4 mg/día. Se han utilizado
también dosis extras de esta vitamina para el tratamiento de las náuseas y vómitos
durante el embarazo.
7JUBNJOB$
El ácido ascórbico (manifestación biológica de la forma activa de la vitamina
C) es un importante agente antioxidante. Su papel fundamental reside en actuar
59
favoreciendo la actuación de las hidroxilasas responsables de la hidroxilación de la
prolina y lisina. Las enzimas prolil y lisil hidroxilasas que catalizan estas reacciones
requieren hierro en forma ferrosa, y el ácido ascórbico es el agente disponible más
fácilmente y el reductor más eficaz para mantener el hierro en estado ferroso. Tam-
bién es muy importante para la captación del hierro circulante por la ferritina y su
liberación subsiguiente al citosol. Por lo tanto, interviene activamente en la gestión
de los depósitos tisulares de hierro. Otra de las funciones que se destaca es la de pro-
teger a la embarazada frente a la infección e indirectamente participa en la síntesis
del colágeno en el marco de la rotura prematura de las membrana.
Se recomienda 10 mg/día extras, necesidades que pueden verse incrementadas
si se trata de una embarazada que consume alcohol, que ingiere ácido acetilsalicílico
a diario, o fuma más de 20 cigarrillos diarios. Se reconoce el aporte de esta vitamina
para favorecer la absorción del hierro.
Minerales
$BMDJP
Durante la gestación se producen ajustes en el metabolismo del calcio, debido
a los ajustes hormonales. En esta etapa se acumulan en el organismo 30 gramos de
calcio, 25 gramos en el feto y el resto en el organismo materno como reserva para
el período de la lactancia. La mayor parte del crecimiento ocurre durante la última
etapa del embarazo, estimándose que en este trimestre se depositan unos 300 mg
diarios.
Para poder realizar este depósito el organismo recurre a diferentes mecanis-
mos, uno es el aumento en la absorción de calcio en el intestino. Se ha sugerido que
las concentraciones séricas elevadas de vitamina D serían las principales responsables
en el incremento de la absorción. El consumo óptimo de este mineral, cuyas necesi-
dades no se ven incrementadas salvo que se trate de una embarazada adolescente, se
logra con una dieta equilibrada que incorpore los alimentos fuentes. Un consumo
óptimo de calcio se relaciona con la prevención de la hipertensión arterial, reduce la
depresión postparto y mejora el nivel de calcio de la leche materna. FAO sugiere en
el último trimestre adicionar a la ingesta recomendada 200 mg extras
Al planificar la alimentación de la embarazada es importante tener en cuenta
que existen sustancias que facilitan la absorción de este mineral y otras que la obs-
taculizan.
Como facilitadores de la absorción de calcio recordemos que se encuentran la
vitamina D el medio ácido del estómago y la lactosa.
Como inhibidores se destacan el ácido oxálico, el ácido fítico, la fibra dieté-
tica, el fósforo en niveles que alteran la relación calcio / fósforo, los glucocorticoides
y la mala absorción de grasas. Es importante también tener en cuenta que existen
factores que pueden promover una pérdida inadecuada de calcio por orina como: las
xantinas contenidas en el té café o mate cuando se consumen en exceso el tabaco y
el alcohol, los glucocorticoides.
60
)JFSSP
El incremento en la volemia, en la irrigación materna que se produce durante
la gestación aumenta las necesidades de hierro. Las necesidades de la mujer están
muy ligadas a cómo llegan sus depósitos a esta etapa, un gran porcentaje llega con
niveles de hemoglobina por debajo de lo deseable, motivo por el cual podemos
observar que se recomienda la suplementación medicamentosa, sin embargo se su-
giere realizar una adecuada evaluación alimentaria antes de proceder a incorporar
suplementos.
Aquí se pueden observar factores facilitadores de la absorción como el factor
carneo, la vitamina C y el ph ácido gástrico y como inhibidores los fitatos, taninos,
proteínas vegetales y el calcio.
;JOD
Es un oligoelemento esencial para la organogénesis. La deficiencia de zinc se
ha asociado a retraso en el crecimiento intrauterino, malformaciones, parto prema-
turo o postmaduro, bajo peso al nacimiento, muerte perinatal y parto anormal con
distocia y ablación placentaria. Niveles elevados de zinc se han asociado a trastornos
del cierre del tubo neural y espina bífida, aunque esta asociación fue atribuida a tras-
tornos en el metabolismo del zinc o a una excesiva transferencia materno fetal más
que a una ingesta excesiva de zinc. Las mujeres vegetarianas, con adicción al alcohol,
adolescentes, con gestaciones múltiples, mujeres con trastornos en la absorción de
zinc y mujeres tratadas con diuréticos tienen un riesgo elevado de desarrollar una
deficiencia de zinc.
La cantidad diaria recomendada a lo largo de toda la gestación es de 11mg/día.
-PT OVUSJFOUFT DSÓUJDPT EVSBOUF FM FNCBSB[P TPO FM DBMDJP
FM IJFSSP Z FM
ÈDJEPGØMJDP1BSBRVFVOOVUSJFOUFTFDPOTJEFSFDSÓUJDPTFEFCFUFOFSFODVFOUB
MBEJTQPOJCJMJEBEFOFMNFEJPEPOEFWJWFMBNVKFS
MBBDDFTJCJMJEBEZFMJNQBDUP
FOFMEFTBSSPMMPTBMVEBCMFEFMFNCBSB[P
FTEFDJSOFDFTJEBEFTOVUSJDJPOBMFTJO-
DSFNFOUBEBT
Durante los últimos años existe una mayor comprensión sobre los embarazos
múltiples (gemelar, mellizos etc) y junto con el avance y desarrollo de la fertilización
asistida se observa con mayor frecuencia este tipo de embarazos.
El crecimiento de más de un feto intraútero representa un esfuerzo metabóli-
co excepcional para la futura madre. Los requerimientos estarán aumentados y esto
se traduce en la necesidad de adaptar la dieta a esta situación
Básicamente al planificar la dieta de una mujer con embarazo gemelar se de-
berá tener como pilares:
t Minimizar las intolerancias alimentarias: es común encontrar en estas
61
mujeres acidez, reflujo, constipación e intolerancias alimentarias con ma-
yor frecuencia que en la embarazada de feto único. La escasa capacidad
gástrica provocada por el aumento del útero hace necesario promover una
dieta fraccionada en seis o más comidas, en pequeños volúmenes respe-
tando la tolerancia de la paciente.
t Adaptar las recomendaciones nutricionales a las posibilidades maternas:
si bien no existen recomendaciones para embarazos gemelares sí existen
sugerencias acerca de las calorías que se deberían adicionar, que se estima
al recomendado sumar 150 Kcal por cada niño más. El calcio se deberá
cubrir entre 1500 y 2000 mg diarios. Por otro lado se recomienda ajustar
el aporte de hierro, ya que son mujeres proclives a padecer anemia, aun-
que no hay requerimientos explícitos.
t Evaluar permanentemente el incremento de peso materno: no existen grá-
ficas que evalúen el incremento de peso en embarazos de varios fetos. En
general se acepta una ganancia de peso entre los 16 y 20 kg en embarazos
dobles y de 23 kg en un embarazo de trillizos. En base a estas estimaciones
la pretensión que se plantea es que el aumento semanal desde el segundo
semestre debe ser alrededor de 700 g. En el embarazo triple el aumento
de peso es similar al doble pero se inicia en la semana doce de gestación.
Selección Alimentaria
62
Complicaciones del embarazo relacionadas a los tiempos de la
nutrición
Las complicaciones más comunes durante el embarazo son las náuseas, los
vómitos la constipación y las hemorroides. Se ha incluido en este capítulo algunos
aspectos de la salud bucal, ya que la boca constituye el primer órgano involucrado
en los tiempos de la nutrición y su atención resulta indispensable para evitar que las
particularidades de esta etapa vital que pueden ser complicaciones se transformen
en una enfermedad.
A continuación se realiza una breve descripción de estas complicaciones y el
abordaje sanitario recomendado así como los aspectos alimentarios-nutricionales
vinculados.
t Náuseas y vómitos
t Reflujo gastroesofágico
Este es expresado por las embarazadas como ardor en la boca del estómago
(pirosis), es característico del segundo y tercer trimestre de embarazo. Se produce
fundamentalmente por la horizontalización gástrica provocada por el aumento del
tamaño del útero, el enlentecimiento del vaciamiento gástrico y la relajación del
esfínter gastroesofágico.
Las medidas terapéuticos consisten en elevar la cabecera de la cama, evitar
comidas ricas en grasas, irritantes (condimentos picantes e infusiones), alcohol, ga-
seosas.
63
t Constipación
t Hemorroides
t Gingivitis y Embarazo
Bibliografía
Brown JE. Nutrición en las diferentes etapas de la vida. 2da. Edición Ed.Mc Graw Hill Interameri-
cana. 2006.
Cohen JT, Bellinger DC, Connor WE, Shaywitz BA.. Análisis cuantitativo del consumo pretanatal
de ácidos grasos poliinsaturados omega3 y el desarrollo cognitivo Am J.Prev Med. 2005
Nov; 20(4): 336-74
Decsi T. Koletzco B, Ácidos Grasos omega 3 y resultados en el embarazo. Curr Opin Clin Nutr
Metab Care. 2005 Mar; 8(2); 161-6
Guyton CG, Hall JE. Tratado de Fisiología Médica. 11ª Edición. Elsevier, 2006.
Hamaoui E, Hamaoui M. Nutritional assessment and support during pregnancy. Gastroenterol
Clin North Am 2003; 32: 59-121
Jackson AA, Robinson SM. Dietary guidelines for pregnancy: a review of current evidence. Public
Health Nutr 2001; 4: 625-30.
López L, Suarez M. Fundamentos de Nutrición Normal Cap. 14 Ed. El Ateneo 2002
O¨Donell A, Chevallier MC, La nutrición en el ciclo reproductivo: embarazo y lactancia. Boletín
CESNI vol. 6 1993
Rai, D, Stenson W. Manual of nutritional therapeutics. Segunda edición 1988 a Little Brown
Recommended Dietary Allowances, 10ª ed. Washington DC: National Academy Press;1989.
Tapia AS. Ácidos grasos omega 3 para la prevención y tratamiento de las depresiones en el em-
barazo y post parto. INTA. Lab de Gastroent.. Univ.Chile. Rev Chil Obtet Ginecol 2004;
69 (5); 399-403.
Uauy R, Átala E, Barrera C, Behnke E. Alimentación y Nutrición Durante el Embarazo. Chile
2002.
65
66
CAPÍTULO 4:
NUTRICION Y ALIMENTACIÓN DE LA MUJER POSTEMBARAZO
El período postparto
67
duración. La Dra. Soledad Díaz propone se defina en términos amplios a este perío-
do que incluya aspectos biológicos y psicosociales que lo caracterizan. Si bien, como
se explicó previamente, la madre experimenta la recuperación del aparato genital
en las primeras semanas, no pasa lo mismo con los aspectos fisiológicos, endocri-
nos y nutricionales. La lactancia materna será una de condiciones particulares que
definirán esta etapa al que se incorporan otros factores entre ellos los psicosociales
que analizaremos más adelante. Teniendo en cuenta los numerosos cambios que
se suceden en este período es oportuno considerar como postparto el tiempo que
transcurre desde el nacimiento del niño hasta que la mujer/madre recupera la condi-
ción endocrina y nutricional que tenía antes de embarazo y que en el niño finaliza la
etapa de transición con un alto grado de dependencia de la madre. Por lo tanto este
período es variable entre una mujer y otra y está condicionado fundamentalmente
por la duración de la Lactancia Materna. El período postparto que se prolonga en el
tiempo también se le asigna el nombre de puerperio tardío
La madre y el niño siguen íntimamente unidos después del parto por medio
de la lactancia materna. La glándula mamaria reemplaza algunas de las funciones
que en el embarazo se llevaba a cabo por medio de la placenta, tales como: nutriti-
vas, inmunológicas y endocrinas.
Desde el punto de vista nutritivo la lactancia materna exclusiva es el alimento
por excelencia durante el primer semestre de la vida del niño, brindando un aporte
de macro y micronutrientes suficientes y apropiados a la maduración digesto-absor-
tiva y metabólica del lactante.
El organismo de la mujer tendrá diferentes adaptaciones que le permitan
mantener esta función sin alterar su estado nutricional. Respecto al peso corporal
la mujer retiene parte de la ganancia de peso que se produjo durante la gestación,
este depósito será importante para la lactancia materna y como factor protector del
estado nutricional materno, sobre todo cuando el incremento de peso de la mujer/
madre se produjo dentro de los parámetros deseados.
Durante los primeros días del período postparto los cambios endócrinos se
enmarcan en algunos hitos: la desaparición de la circulación materna de hormonas
como la progesterona que tiene importante impacto en la fisiología de la mujer, y se
producirán el incremento de otras hormonas involucradas en la lactancia materna:
como son la prolactina y la oxitocina, esta última además es responsable de estimular
las contracciones de la musculatura del útero permitiendo su involución para que
retome el volumen normal que corresponde al tamaño que poseía antes del emba-
razo.
El ovario está deprimido, ya que la hipófisis (glándula responsable de la regu-
lación de la función del ovario) no produce suficiente hormona luteinzante (LH) y
hormona folículo estimulante (FSH) para cumplir con su función. Esta inhibición
68
retrasa la primera ovulación entre cuatro y ocho semanas en las mujeres que no
amamantan y se extiende a meses en la mujer que amamanta.
Mientras dura la lactancia exclusiva, el estímulo de la succión será un factor
que inhibirá la función ovárica y la recuperación de la fertilidad. A medida que dis-
minuye la succión por la incorporación de líquidos, sucedáneos o por la inclusión
de la alimentación complementaria esto provocará que se reinicie la ovulación, la
menstruación y por ende la fertilidad.
Respecto al Sistema Inmune el parto estimula un estado proinflamatorio que
se atribuye presumiblemente al dolor, esfuerzo físico, y lesión tisular relacionados
con el parto. Las citocinas proinflamatorias también están vinculadas a la actividad
del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y se han asociado a los trastornos del estado
de ánimo en mujeres no embarazadas. La interleucina-1ȕ, una potente citocina
proinflamatoria liberada por los leucocitos, se encuentra elevada en el primer mes
postparto. En un estudio transversal se midieron los niveles séricos de interferón Ȗ
o interleucina-10 y cortisol en mujeres en el postparto y fueron más bajos en aque-
llas que tenían síntomas depresivos, sugiriendo una respuesta hipotálamo-hipófisis-
adrenal hipoactiva y una respuesta inmune proinflamatoria mixta.
69
Otra de las hipótesis de origen orgánico asociadas al desarrollo de DPP se re-
laciona con los niveles séricos de triptófano, los que se encuentran más bajos al final
del embarazo e inicio del puerperio al compararlos con las mujeres no embarazadas.
El triptófano es precursor de serotonina, neurotransmisor involucrado en la etiopa-
togenia de estos trastornos. Entre el primer y segundo día postparto en las mujeres
se observa elevación del triptófano sérico como mecanismo natural de compensa-
ción, lo que no ocurriría en quienes desarrollan un cuadro depresivo puerperal.
Los factores sociales también se incluyen en esta mirada multifactorial de la
DPP. La construcción social (enfoque de género) del ser madre influye en las expec-
tativas que la propia mujer tiene de este rol. Una buena madre debe ser abnegada,
sacrificada, etc. y, a su vez, deberá seguir cumpliendo el rol de buena pareja o esposa.
La transición de ser madre que ocurre en período postparto es de importancia
vital para ella, para su autoestima, su satisfacción personal y la construcción de una
identidad positiva de sí misma. Esto favorecerá el modo de cuidar al niño, interpre-
tar el llanto, el cómo amamantar, cómo cuidarlo cuando enferma etc.
La lactancia materna puede en estos casos ser un factor protector para la mu-
jer/madre si esta interpreta la lactancia exitosa como un logro. Provoca en la mujer
sentimientos de satisfacción personal, incrementa su autoestima y autoaprobación.
Desde el punto de vista el entorno social también tendrá un reconocimiento basado
en el logro de una lactancia materna eficaz, sobre todo entre las clases sociales de
menor acceso económico, provocando un reconocimiento de su rol. Sin embargo no
siempre es vivido por la mujer con sentimientos gratificantes y la lactancia materna
puede en estos casos profundizar la DPP por lo que se aconseja suspenderla.
La relación de pareja puede cambiar especialmente después del primer parto,
en ocasiones aparecen celos por parte del padre quien reclama a la mujer atención.
En esta circunstancia es importante que la mujer/madre pueda involucrar a la pareja
en el cuidado del niño, en el juego, en la alimentación por ej. la mamá trabaja y se
extrae la leche que el papá esté a cargo de dar el biberón. Retomar la relación sexual
con la pareja puede ser difícil y es parte del reencuentro en esta nueva situación.
En esta etapa cambian las relaciones del grupo familiar, si hay otros hijos sue-
len reaccionar con celos, agresión, conductas regresivas o comportamientos anorma-
les. El apoyo y el afecto serán herramientas indispensables en esta etapa de la mujer
para recorrerla sin inconvenientes.
Prescripción alimentaria
70
la etapa siguiente.
En general una vez finalizado el parto normal la mujer siente un gran cansan-
cio inmediato, pero se recupera rápidamente si no se ha producido ningún incon-
veniente. Uno de los primeros requerimientos alimentarios que manifiesta es la sed.
Se evaluará la tolerancia de la mujer/madre y por otro lado si se ha utilizado algún
tipo de anestésicos deberá, conjuntamente con el resto del equipo, valorar el mo-
mento adecuado. La prueba de tolerancia se inicia con pequeños sorbos de agua y si
hay tolerancia, (esto quiere decir no hay presencia de náuseas, ni vómitos), se podrá
indicar líquidos sin inconvenientes para en pocas horas pasar a una dieta completa,
de acuerdo a las características de salud-enfermedad de la paciente.
Si el nacimiento se produce mediante cirugía (cesárea) la realimentación ten-
drá otras características. Después de la cirugía abdominal, en general se recomienda
que la paciente no ingiera líquidos ni alimentos durante un período específico o
hasta el retorno de la función intestinal demostrada por los ruidos intestinales pro-
pulsivos o el pasaje de flatos o heces.
Sin embargo, hay discrepancias acerca de esta práctica muy difundida. Algunas inves-
tigaciones (Kramer, 1996- Bennett 1999-Sellers 1993) recomiendan mantener una ayuno
de 12 a 24 horas postcirugía, luego iniciar dieta líquida de características livianas y luego
incluir alimentos sólidos con dieta liviana que evite la formación de flatos y acentúen la
constipación que se da en el puerperio inmediato y mediato, se deben evitar los alimentos
que provocan estos síntomas como coles, féculas, papa etc. Otros autores (Sweet 1997- Ga-
bbe 1996- Kruppel 1993) recomiendan iniciar de manera temprana la ingesta de líquidos
ligeros calientes dentro de la segunda hora de realizada la cesárea, si la paciente tolera,
ofrecer un régimen liviano con las mismas características descriptas. Si bien es cierto que el
tiempo de ayuno que pueda transcurrir nunca será un factor determinante de una malnu-
trición de la mujer/madre el objetivo es también lograr que se sienta confortada y a veces
estas prácticas de ayunos prolongados solo logran generar malestar o molestias en la mujer.
71
peso, fundamentalmente por el nacimiento del niño, la expulsión de la placenta y
por la pérdida de líquidos y loquios. El peso materno deberá tomarse transcurrido
las 48 o 72 horas postparto para identificar el peso real de la mujer. En esta instancia
se registran pérdidas de peso de alrededor de seis a siete kg. A continuación durante
los siguientes seis meses la disminución de peso continuará a un ritmo más lento.
En general se observa que transcurrido el primer año de vida del niño la mamá tiene
aún un peso residual que oscila entre uno y tres kg.
De manera óptima se espera que la retención de peso materno en la etapa
puerperio alejado sea de aproximadamente cuatro kg. En el transcurso del período
postparto este tejido será utilizado por el organismo como el sustrato energético
para facilitar la lactancia materna. Esta situación biológica nos hace pensar que si la
lactancia materna se recomienda como mínimo hasta los dos años de vida del niño
es posible esperar este tiempo para que la mujer/madre vuelva al peso corporal
previo al embarazo.
Sin embargo, paradójicamente, durante la etapa postparto suele darse un in-
cremento de peso. Existen varias hipótesis respecto a cuáles pueden ser las razones
pero aun no tiene una respuesta cierta. Los equipos de salud comienzan a invisibili-
zar a esta mujer y ella misma comienza a colocar ahora su interés en el recién nacido
que requiere, hasta su autonomía, del máximo cuidado.
Seguramente estos factores provocan conductas alimentarias que no resultan
las más adecuadas, por ejemplo picotear lo alimentos, no tener horarios para las co-
midas, o realizarlas de manera rápida, sin tener en cuenta la saciedad etc. Deberá el
profesional Nutricionista abordar esta temática, buscar el espacio para que la mujer-
madre plantee objetivos de autocuidado en su salud nutricional.
La pérdida de peso postparto es variable, pero se recomienda una pérdida de
no más de 500 g/mes. El amamantamiento suele ser una estrategia adecuada para
favorecer un descenso de peso materno siempre y cuando se realice con una dieta
equilibrada, es decir ni dietas restrictivas ni ayunos prolongados que puedan impac-
tar en la calidad de la leche.
Necesidades de Energía
Los requerimientos de energía en la nodriza han sido habitualmente estima-
dos añadiendo a los requerimientos de la mujer normal no embarazada, el costo del
volumen de leche producida.
Sin embargo al planificar el régimen alimentario de una mujer postparto se
deberá tener en cuenta además de si amamanta o no, cuál ha sido su estado nutri-
cional antes del embarazo, cuál ha sido el incremento de peso durante la gestación
para definir la recomendación de calorías totales.
Si la mujer madre amamanta, tiene un peso extra de cuatro kg. con respecto a
su peso preconcepcional normal. Con el fin de que se produzca un descenso paulati-
no de peso sin alterar el estado nutricional se recomienda incrementar 500 Calorías
a la correspondiente por edad, contextura y actividad física.
72
Pero si la mujer que dará el pecho al niño, con un peso preconcepcional nor-
mal no tiene un adecuado peso residual postparto es inferior a los 3 kg se indicará
una adición energética de aproximadamente 750 Kcal para lograr un adecuada lac-
tancia que no impacte en el estado nutricional de la mujer-madre.
Si el peso preconcepcional es excesivo, se aprovechará la etapa del amaman-
tamiento para promover un descenso de peso, por lo que no se realizará adición
calórica a la dieta normal.
Aportes de proteínas
El aporte proteico recomendado durante la lactancia es de 1,2 a 1.4 g/KKg/
día para cubrir las necesidades fisiológicas maternas, las de la lactancia materna y
balance nitrogenado.
Se estima que un incremento de 20 gramos a los valores normales diarios son
suficientes para satisfacer las demandas de esta etapa.
Calcio
El calcio, nutriente crítico, requiere un aporte diario de aproximadamente
1000 mg Este requerimiento está basado en una mujer normonutrida que amaman-
ta teniendo en cuenta que cada 100 ml de leche materna se pierde entre 28 a 34 mg.
Hierro
Las pérdidas de hierro en la leche materna son pequeñas, ya que esta vehicu-
liza pequeñas concentraciones de alta biodisponibilidad. Por otro lado si las reservas
maternas son adecuadas, frente a la amenorrea postparto no lo convierte en un nu-
triente crítico. RDA 9 mg/día.
Selección Alimentaria
Una de las particularidades fisiológicas durante el período postparto es la hi-
pomotilidad del tono gastrointestinal y de la pared abdominal, situación que se
revierte a partir de la segunda semana postparto (postparto mediato). La constipa-
ción suele presentarse como una complicación que se suma al estrés que provoca el
cuidado del niño en las primeras horas y días. Por este motivo se indica en esta etapa
un régimen alimentario que aporte alimentos ricos en fibras, crudas o cocidas, y
abundantes líquidos.
El calcio es primordial en la alimentación porque la madre, por la lactancia,
tiene una pérdida significativa del mineral y por ello debe consumir de 4 a 5 porcio-
nes de este a través de alimentos como leche, yogur, queso y otros que lo contengan.
Como parte de los procesos fisiológicos el aporte de vitamina D es indis-
pensable para la absorción de Calcio, por lo tanto la exposición solar es una de las
alternativas que se destacan por sus precursores en la piel que se activan a partir de la
acción de los rayo solares y por otro lado los alimentos que la contienen.
Consumir alimentos ricos en hierro como carnes de todo tipo (vacuna, por-
cina, aves y/o peces) legumbres ricas en este nutriente y sus combinaciones con
73
vitamina C y factor cárneo, será esencial debido a que el cuerpo de la mujer durante
el embarazo ha aportado, sobre todo durante el último trimestre de gestación, a la
formación de las reservas de hierro del niño. Luego, en el parto, la expulsión de pla-
centa, la pérdida de tejidos y loquios será otra de las situaciones biológicas en las que
se producen importantes pérdidas de hierro las necesidades se ven incrementadas.
Su consumo se debe complementar con alimentos ricos en vitamina C, la inclusión
de alimentos fuentes como cítricos, vegetales deberán ser incorporados para facilitar
su absorción.
El aporte de líquidos es fundamental porque mantiene la hidratación materna
y es parte constituyente de la leche de madre, se indicarán jugos naturales bajos en
azúcar, agua, caldos de verduras o frutas.
El período postparto está caracterizado por los cambios hormonales que pro-
vienen fundamentalmente de la práctica del amamantamiento. Por este motivo
abordaremos los efectos de la Lactancia Materna exclusiva y amenorrea como uno
de los métodos de anticoncepción, al que se le asigna una efectividad del 98% para
evitar el embarazo en los primeros seis meses de vida del niño.
El mecanismo fisiológico por el que la amenorrea de la lactancia determina
infertilidad, no está totalmente claro y se estima que:
t El retorno de la ovulación durante la lactancia exclusiva ocurre hacia la 34
semana postparto
t La alimentación suplementaria al lactante disminuye la frecuencia y du-
ración de las mamadas
t La mayor frecuencia y duración de las mamadas prolonga el período ano-
vulatorio
t La concentración de prolactina se correlaciona significativamente con la
frecuencia de las mamadas
t Existe una reducción en la amplitud y frecuencia de la actividad pulsátil
de la hormona Luteinizante durante la inactividad ovárica de la lactancia
t No hay cambios en la concentración de hormona Luteinizante en el pe-
ríodo precedente al retorno de la actividad ovárica en el postparto
t La succión podría aumentar los niveles de prolactina debido al marcado
aumento de la sensibilidad de la areola, del pezón y de la piel de la mama
luego del parto.
74
t Bloqueo de la retroalimentación positiva de los estrógenos sobre hipotála-
mo-hipófisis que determina la descarga de hormona Luteinizante.
t Inhibición de la secreción pulsátil de hormona Luteinizante
El rol del Equipo de Salud y del Profesional Nutricionista como parte de él,
será acompañar y atender las particularidades que desde el Estado Nutricional hasta
los modos de Alimentarse se planteen en cada mujer/madre, brindando la conten-
ción, atención y asistencia necesaria.
Bibliografía
Aguilar A.M. Requerimientos Nutricionales de la mujer lactante. Rev. Soc.Bol.Ped.1992 31:3 1992
Bolivia.
Alvarado R, Peruca E, Rojas M, Vera A, Olea E, Monardes J, Neves E: Cuadros depresivos en el
embarazo y variables asociadas. Rev Chil Obstet Ginecol 58:135-141, 1993.
Alvarado R, Zepeda A, Rivero S, Rico N, López S, Díaz S. Integrated maternal and infant health
care in the postpartum period in a poor neighborhood in Santiago, Chile. Stud. Fam.
Plann. 30:133-141, 1999.
Bennett VR, Brown LK. Myles textbook for midwives. 13th Edition. Toronto: Churchill Livings-
tone, 1999.
Diaz, S El patrón de la reproducción humana y los cambios en las funciones que desempeña la
mujer. Revista Chilena de Nutrición, Suplemento Lactancia Materna: Desafíos futuros 8-13
1998
Diaz, S., El período pos-parto. Instituto Chileno de Medicina Reproductiva. Chile
Dois Castellón Angelina. Actualizaciones en depresión posparto. Rev Cubana Obstet Ginecol [re-
vista en la Internet]. 2012 Dic [citado 2014 Mayo 26] ; 38(4): . Disponible en: http://
scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-600X2012000400016&lng=es.
Issler J.R., Cassella C.A., Gomez V.G. Maidana Roa D.J. Lactancia Materna. Revista de pos grado
de la Cátedra Via Medicina. Facultad de Medicina UNNE. Octubre 2000
Knuppel RA, Drukker JE. High risk pregnancy: a team approach. 2nd Edition. London: WB
Saunders Company, 1993
Kramer RL, Van Someren JK, Qualls CR, Curet LB. Postoperative management of cesarean
patients: the effect of immediate feeding on the incidence of ileus. Obstetrics and Gyneco-
logy 1996;88:29-32.
Ministerio de Salud de la Nación. Propuesta normativa perinatal Tomo V. Atención del Puerperio y
Prevención de las Secuelas Invalidantes del Posparto. Buenos Aires, febrero 1997
O*Donell A., Chevalier. Nutrición y Ciclo Reproductivo. Boletín CESNI. Vol 8 Agosto 1999.
Argentina
Yonkers et al Estado de Ánimo en Mujeres durante el Embarazo y Postparto © 2011 The Ameri-
can College of Obstetricians and Gynecologists (Obstet Gynecol 2011;117:961–77) www.
greenjournal.org
75
CAPÍTULO 5:
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL NIÑO SANO
Introducción
77
Crecimiento
El crecimiento es un proceso de incremento de la masa de un ser vivo que
puede estudiarse a distintos niveles de organización.
Bioquímicamente, el crecimiento consiste en la síntesis de compuestos com-
plejos: proteínas, hidratos de carbono, lípidos, ácidos nucleicos, o más simples: mo-
léculas de bajo peso molecular y estructuras cristalinas.
Histológicamente, el crecimiento implica tres mecanismos fundamentales
que se manifiestan con diferente intensidad en cada período de la vida:
t Hiperplasia: es el aumento en el número de células que ocurre a través de
la multiplicación celular.
t Hipertrofia: es el incremento del volumen celular.
t Incorporación de nuevas moléculas al espacio extracelular.
Para que el complejo proceso del crecimiento pueda llevarse a cabo de manera
armónica, permitiendo a la célula inicial o cigoto transformarse progresivamente en
una mórula, un embrión, un feto, un niño y finalmente un adulto, el simple proceso
de aumento de volumen se acompaña de otros dos procesos denominados EJGFSFO-
DJBDJØO yNPSGPHÏOFTJT que determinan la regulación del tamaño y la forma final de
un individuo. Estos conceptos serán mejor detallados más adelante.
Desarrollo
Se denomina desarrollo al proceso por el cual los seres vivos logran mayor
capacidad funcional de sus tejidos, órganos y sistemas a través de los fenómenos
de maduración, diferenciación e integración de sus funciones. Se entiende por NB-
EVSBDJØO al nivel de desarrollo alcanzado en un momento dado. La maduración se
mide por la aparición de funciones nuevas (caminar, hablar, sostener la cabeza, etc.)
o eventos (aparición de un diente, menarca, etc.).
El desarrollo es un proceso expansivo en el que, a medida que el niño madura,
78
va conformando nuevas conductas y comportamientos en una constante interrela-
ción con el medio que lo rodea, en concordancia con sus posibilidades de realización.
Implica la integración de los cambios constitucionales y aprendidos que conforman
la personalidad del individuo. El “cambio” implica la transición de un estado a otro,
mientras que desarrollo se refiere a los elementos dinámicos y unidireccionales del
cambio; por lo tanto el desarrollo es un proceso y el cambio un producto.
Cada etapa del proceso evolutivo presenta comportamientos dominantes pero
no es estática sino que tiende a transformarse en la siguiente hasta alcanzar la forma
definitiva de equilibrio y madurez.
Podría definirse entonces al desarrollo como “un proceso dinámico de organiza-
ción sucesiva de funciones biológicas, psicológicas y sociales en compleja interacción, cuyas
constelaciones estructurales se modifican en un constante palpitar vital”
79
'BDUPSFTIPNFPTUÈUJDPTLa homeostasis del medio interno, manteniendo un
adecuado medio pericelular es fundamental para la expresión de la capacidad gené-
tica del crecimiento. La homeostasis implica facilitar la llegada de nutrientes a las
células y la eliminación de los productos de desecho del metabolismo celular. La
integridad de las funciones hepática, hematopoyética, cardíaca, circulatoria, respira-
toria y renal son fundamentales para mantener la homeostasis del organismo.
82
La NPSGPHÏOFTJT es el proceso de remodelación morfológica que sigue a la dife-
renciación. Se inicia con cambios estructurales de las células seguidos por la migración
y el agrupamiento celular, mitogénesis y apoptosis o muerte celular programada.
En el periodo prenatal se distinguen dos subperíodos: el periodo embrionario
y el periodo fetal.
t Período embrionario
t Período fetal
83
En este período, ciertas enfermedades maternas (como la diabetes y la hiper-
tensión) pueden afectar el crecimiento fetal. Las carencias nutricionales también
adquieren importancia en esta etapa, siendo particularmente importante el hierro ya
que es en el último trimestre de gestación cuando el hierro materno es incorporado
por el feto para formar sus propias reservas que mantendrá durante los primeros
meses de vida extrauterina.
t Período de lactancia
Abarca desde el nacimiento hasta los dos años de edad y se caracteriza por un
crecimiento rápido, aunque con una notable desaceleración en relación al período
anterior. Dentro de esta etapa pueden diferenciarse:
84
dificación de las proporciones corporales, con aumento progresivo del segmento
inferior debido al crecimiento rápido de los miembros.
Los primeros dos años de vida se caracterizan además por ser el período de
desarrollo cerebral más intenso de toda la vida, por lo tanto es fundamental propor-
cionar en esta etapa una estimulación y nutrición adecuadas para el desarrollo, ya
que es en estos años cuando el cerebro de un niño es más sensible a las influencias
del entorno exterior. Un rápido desarrollo cerebral afecta al desarrollo cognitivo,
social y emocional que ayuda a garantizar que cada niño alcance su potencial y se
integre como parte productiva en una sociedad mundial en rápido cambio. Cuanto
más estimulante sea el entorno en la primera infancia, mayor será el desarrollo y el
aprendizaje del niño.
85
sarrollo puede no producir alteración o ser esta reversible. De acuerdo a lo expuesto
anteriormente pueden establecerse como períodos críticos a todo el QFSÓPEPJOUSBV-
UFSJOP, el QFSÓPEPOFPOBUBM, el QFSÓPEPEFMBDUBODJB y la BEPMFTDFODJB.
Crecimiento compensatorio
86
El fenómeno de crecimiento compensatorio ha sido llamado también canali-
zación del crecimiento, como si hubiera un impulso que frente a cada desviación de
la curva de crecimiento fuera de su canal normal, llevara al niño a recuperar el canal
que le corresponde. También ha sido llamado homeorrexis, que no es nada más que
la homeostasis, o sea la tendencia de los seres vivos a mantener el equilibrio de sus
constantes biológicas a lo largo del tiempo.
Evaluación antropométrica
La evaluación antropométrica es el conjunto de mediciones corporales con
el que se determinan los diferentes niveles y grados de nutrición de un individuo
mediante parámetros antropométricos e índices derivados de la relación entre los
mismos. El peso, la talla y el perímetro cefálico entre otros, expresan el crecimiento
físico del niño.
La evaluación antropométrica consiste entonces en medir el peso, la talla,
tomar perímetros y pliegues cutáneos según las técnicas y normas existentes, cons-
truir índices y compararlos con una población de referencia e interpretar los datos
obtenidos según los puntos de corte establecidos.
Mediciones
t Peso corporal
El peso corporal es una medición global de la masa corporal total del niño,
tanto de su masa magra como tejido adiposo, huesos y otros componentes menores;
87
por lo tanto sus variaciones no informan sobre su naturaleza ya que pueden deberse
a pérdida de agua, grasa u otros componentes. De allí la importancia de relacionar
la evaluación de esta medida con otras medidas y con los datos del examen clínico.
Para medir el peso se utiliza una balanza de palanca dependiendo de la edad
del niño se utilizará para neonatos y lactantes la balanza para lactantes o la balanza
de pie para niños mayores. Los niños deben pesarse en lo posible sin ropa o descon-
tar su peso en la medición.
88
t Perímetro cefálico
La medición regular del perímetro cefálico de los niños menores de dos años
en la atención primaria puede permitir el diagnóstico precoz de problemas como la
hidrocefalia o la craneosinostosis.
Para efectuar la medición se utiliza una cinta métrica plana flexible e inexten-
sible de 5 a 7 mm de ancho, con escala en milímetros y el cero desplazado no menos
de 3 cm del extremo para facilitar la lectura. Se pasa la cinta alrededor de la cabeza
del niño (ajustando discretamente), y posicionada paralela al plano de Frankfurt
hasta alcanzar el perímetro máximo en el que se efectúa la lectura correspondiente.
t Circunferencia de la cintura
Habitualmente el diagnóstico de obesidad se realiza de acuerdo al IMC, sin
embargo este no es un indicador de la distribución de la masa grasa. Distintos tra-
bajos en la población pediátrica demostraron que la obesidad central es un factor
de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2 comenzando a temprana
edad.
La circunferencia de la cintura se asocia a la distribución de grasa central y es
una herramienta simple, fácil de realizar y económica para identificar a niños con
mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Para su cálculo es necesario realizar la medición del perímetro de la cintura,
tomándose como línea general a la altura media entre la porción inferior de la ar-
cada costal y el borde superior de la cresta ilíaca. El valor obtenido deberá cotejarse
con otras dos sucesivas mediciones y luego establecer un promedio entre ellas para
encontrar su valor.
Índices
Los índices antropométricos son combinaciones de mediciones que resultan
esenciales para su interpretación. Es evidente que el valor del peso por sí solo no
tiene significado a menos que esté relacionado con la edad o la talla del niño. Así las
combinaciones más utilizadas en los niños son: el peso para la edad (P/E), la talla
para la edad (T/E), el peso para la talla (P/T), el índice de masa corporal para la edad
(IMC/E) y el perímetro cefálico para la edad (PC/E).
Curvas de referencia
Se define referencia como el instrumento para agrupar y analizar datos que
proporcionan una base común para comparar poblaciones. En Argentina se han
usado tablas nacionales de peso y estatura para niños y niñas desde el nacimiento
hasta la madurez. Estas referencias han sido empleadas en todo el país bajo la reco-
mendación y el aval de la Sociedad Argentina de Pediatría.
En el año 2006 la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió el
nuevo patrón internacional para evaluar el crecimiento de los niños. A partir del
89
año 2007, el Ministerio de Salud de la República Argentina adoptó estas nuevas
curvas de crecimiento de la OMS para el seguimiento y la atención tanto individual
como poblacional de los niños desde el nacimiento hasta los cinco años de edad en
reemplazo de las anteriores.
Las tablas gráficos de la OMS son resultado del Multicenter Growth Referen-
te Study (MGRS) realizado entre 1997 y 2003 en Brasil, Ghana, India, Noruega,
Omán y Estados Unidos. Dicho estudio multicéntrico combina un estudio longi-
tudinal, desde el nacimiento hasta los 24 meses de edad, con un estudio transversal
de los niños de 18 a 71 meses de edad. Los niños incorporados en el estudio fueron
seleccionados sobre la base de un entorno óptimo para favorecer el crecimiento.
Puntos de corte
Se puede definir un punto de corte, como la distancia al valor promedio que
puede expresarse de diferentes formas: Puntuación Z, Percentilos y Porcentaje de
la mediana. A los fines de este manual se describirán los percentilos por ser de fácil
interpretación y los más utilizados en la práctica profesional de nuestro medio.
Los percentilos son puntos estimativos de una distribución de frecuencias
que ubican un porcentaje dado de individuos por encima o por debajo de ellos. De
este modo se puede por ejemplo, medir el peso de un niño de determinada edad
y superponer dicho valor sobre la gráfica en el punto en que se cruzan la edad del
niño y el valor del peso medido (Gráfico 1). Así se observa cual es el percentilo que
corresponde al peso y edad de ese niño. Del mismo modo se procede para evaluar la
talla (Gráfico 2), el perímetro cefálico (Gráfico 3) y el IMC (Gráfico 4).
90
*Ui¿FR
*Ui¿FR
91
*Ui¿FR
*Ui¿FR
92
De este modo puede interpretarse el resultado obtenido según los siguientes
criterios:
PESO / EDAD
Riesgo
Normal Bajo peso
de bajo peso
TALLA / EDAD
IMC / EDAD
93
TALLA / EDAD
Entre Pc 3 y 10) Riesgo de Bajo Peso Riesgo de bajo peso con talla baja
Pc 10 y 85
Normal Talla baja
(Normal)
Adaptado de: Abeyá Gilardon AO, Calvo EB, Durán P, Longo EN, Mazza C. Evaluación del es-
tado nutricional de niños, niñas y embarazadas mediante antropometría. OPS - Ministerio de Salud
de la Nación. Buenos Aires, 2009.
Evaluación Alimentaria
Comportamien-
Preferencia visual por el rostro humano.
to Social
4 SEMANAS
Piernas más extendidas, mantiene la barbilla erguida, gira la cabeza, eleva la cabeza
Decúbito prono
momentáneamente hasta la altura del cuerpo en suspensión ventral.
Predomina la postura de cuello tónico; flexible y relajado; la cabeza queda retrasada al
Decúbito supino
tratar de sentarlo.
Vista Observa a las personas, sigue el movimiento de los objetos.
Comportamien-
Movimientos corporales acordes a la voz de otro en contacto social, empieza a sonreír.
to Social
95
8 SEMANAS
Eleva la cabeza algo más, mantiene la cabeza a la altura del cuerpo en suspensión ven-
Decúbito prono
tral.
Decúbito supino Predomina la postura de cuello tónico.
Eleva la cabeza y el pecho, brazos extendidos; la cabeza por encima del plano del cuer-
Decúbito prono
po en suspensión ventral
Predomina la postura de cuello tónico, trata de alcanzar objetos, hace gestos ante los
Decúbito supino
juguetes.
16 SEMANAS
La cabeza no queda retrasada al intentar sentarlo, cabeza firme hacia delante, disfruta
Sentado
sentándose con apoyo del tronco.
Comportamien- Se ríe con fuerza, puede mostrar disgusto si se interrumpe el contacto social, se excita
to Social al ver comida.
28 SEMANAS
Se sienta brevemente, con apoyo de la pelvis, se inclina hacia delante apoyándose en las
Sentado
manos, espala curvada.
96
Busca y toma objetos grandes. Transfiere objetos de una mano a otra. Utiliza la palma
Adaptación
radial para agarrar objetos.
Comportamien-
Prefiere a la madre, balbucea, responde a los cambios emocionales del entorno social.
to Social
40 SEMANAS
Agarra objetos con el pulgar y el índice, hurga en las cosas con el índice, descubre
Adaptación juguetes escondidos, trata de recuperar los objetos caídos, suelta los objetos, suelta los
objetos que agarra otra persona.
Comportamien- Responde al sonido de su nombre, juega con pautas simples como el cucú o decir adiós
to Social con las manos.
52 SEMANAS (1 AÑO)
Recoge objetos pequeños con el movimiento de pinza del pulgar y el índice. Da obje-
Adaptación
tos si alguien se los pide o le hace un gesto.
10 palabras (promedio). Nombra las fotografías, identifica una o más partes del cuer-
Lenguaje
po.
Comportamien- Se alimenta solo; busca ayuda cuando tiene problemas; se queja cuando está mojado o
to Social sucio, besa a los padres frunciendo los labios.
97
24 MESES
Corre bien, sube y baja escaleras de escalón en escalón, abre puertas, sube a los mue-
Motor
bles.
Torres de 6 cubos, garabatos circulares, imita trazos horizontales, dobla el papel de
Adaptación
forma simétrica.
Comportamien- Maneja bien la cuchara, a menudo cuenta experiencias inmediatas, escucha historias
to Social con dibujos. Ayuda a desvestirse.
30 MESES
Motor Salta
Torres de 8 cubos, hace trazos verticales y horizontales, pero generalmente no los une
Adaptación
formando una cruz. Imita trazos circulares formando figuras cerradas.
36 MESES
Lenguaje Sabe su edad y su sexo, cuenta 3 objetos correctamente, repite frases de 6 sílabas.
Comportamien- Juega a juegos sencillos (en paralelo con otros niños). Ayuda a vestirle (se desabrocha la
to Social ropa y se pone los zapatos). Se lava las manos solo.
48 MESES
Salta sobre un pie, lanza pelotas sobre la cabeza, usa tijera para cortar imágenes, trepa
Motor
bien.
Copia un puente a partir de un modelo, imita la construcción de una puerta con 5
Adaptación cubos, copia la cruz y el cuadrado, dibuja un hombre con 2-4 miembros además de la
cabeza, nombres de más de 2 líneas.
Lenguaje Cuenta 4 monedas sin equivocarse, cuenta historias.
Comportamien- Juega con varios niños y empieza la interacción social y el reparto de papeles, va solo al
to Social cuarto de aseo.
60 MESES
Lenguaje Nombra 4 colores, repite frases de 10 sílabas, cuenta 10 monedas sin equivocarse.
Comportamien-
Se viste y se desviste, pregunta el significado de las palabras.
to Social
98
Características del recién nacido
99
El peso promedio es de 3,3 a 3,4 kg y la longitud promedio es de alrededor
de 49,5 cm. El peso puede disminuir los primeros días de la vida hasta un 10%
en relación con el peso de nacimiento, debido a la excreción excesiva de líquido
extravascular posiblemente a una ingesta escasa. Como se estudiará más adelante,
a medida que el calostro es sustituido por leche de mayor contenido graso, a la vez
que el lactante aprende a succionar de manera más eficaz y las madres se habitúan
a las técnicas de alimentación, los neonatos vuelven a ganar peso superando el de
nacimiento alrededor de las dos semanas.
t 3FDJÏOOBDJEPBUÏSNJOP 3/5
aquellos nacidos con 38 semanas de
gestación y hasta 42 semanas de gestación.
t 3FDJÏOOBDJEPQSÏUFSNJOP 3/13
aquellos nacidos con menos de 38
semanas de gestación. En esto seguimos el criterio de la Academia Ame-
ricana de Pediatría, ya que la OMS considera pretérmino a los recién
nacidos con menos de 37 semanas.
t 3FDJÏOOBDJEPQPTUÏSNJOP 3/15
aquellos nacidos con más de 42 se-
manas de gestación.
t 3FDJÏOOBDJEPEFCBKPQFTPBMOBDFS #1/
menos de 2 500 gramos.
t 3FDJÏOOBDJEPEFNVZCBKPQFTP menos de 1.500 gramos
t &YUSFNPCBKPQFTP: menos de 1.000 gramos
100
El prematuro (RNPR) presenta una gran variedad de problemas que reflejan
el grado de inmadurez de los sistemas para adaptarse a la vida postnatal y que van
aparejados con el grado de su prematurez.
El recién nacido de postérmino tiene una placenta que empieza a ser insu-
ficiente. Con frecuencia presentan asfixia en el trabajo de parto y meconio en el
líquido amniótico lo que puede resultar en un Síndrome de Dificultad Respiratoria
por Aspiración de meconio.Los recién nacidos PEG son la mayoría de las veces
el resultado de una placenta insuficiente y están sometidos a una hipoxia crónica,
presentan con frecuencia, poliglobulia e hipoglicemia. Durante el trabajo de parto
son más susceptibles de sufrir hipoxia y nacer deprimidos. En algunos casos su peso
insuficiente se debe a infecciones intrauterinas virales y a problemas genéticos.
Los recién nacidos GEG, con frecuencia tienen el antecedente de diabetes
materna. Pueden presentar también hipogolicemia y poliglobulia. Por su tamaño
puede tener problemas en el parto y sufrir traumatismo y asfixia.
Bibliografía
Abeyá Gilardon AO, Calvo EB, Durán P, Longo EN, Mazza C. Evaluación del estado nutricional
de niños, niñas y embarazadas mediante antropometría. OPS - Ministerio de Salud de la
Nación. Buenos Aires, 2009.
Ballabriga A, Carrascosa A. Nutrición en la infancia y adolescencia. 2da ed. Ed Ergón. Madrid,
2001.
Beas F. Factores reguladores del crecimiento y el desarrollo prenatal y posnatal. Pediatría Menegue-
llo. Ed J. Meneguello, E. Fanta, E. Paris, T.F. Puga. 5° Edición. Editorial Médica Panameri-
cana, Buenos Aires. 1997, 1857-1862.
De la Torre Montejo E, Pelayo González-Posada EJ. Pediatría Tomo I. Ed. Ciencias Médicas. La
Habana, Cuba, 2006.
Freedman D, Serdula M, Srinivasan S, Berenson G. Relation of circunferences and Skinfold thick-
ness to lipid and insulin concentrations in children and adolescents: The Bogalusa Heart
Study. Am J Clin Nutr 1999; 69: 308-17.
Gil Hernández A, Martínez de Victoria E, Maldonado J. Tratado de Nutrición. Tomo III. 2da ed.
Ed Médica Panamericana, Madrid, 2010.
Leal-Guadarrama L, Ochoa-Rojas MC, Méndez JD. Importancia clínica de los factores de creci-
miento parecidos a la insulina. Gac Méd Méx Vol. 139 No. 6, 2003.
Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, Lestingi ME, Lasivita J, Isely MB, Bozal A, Bond-
arczuk B. Nutrición del niño sano. Ed. Corpus. Rosario, 2007.
Manual de Crecimiento y desarrollo del niño. Serie Paltex No. 33. Washington. OPS/OMS. 1994.
Nelson W. Tratado de Pediatría. 15ª. Ed. Madrid Mc Graw-Hill Interamericana, 1998: 35-58
OMS. Desarrollo en la primera infancia. Nota descriptiva N° 332. Agosto 2009. Disponible en:
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs332/es/index.html. [Consulta: mayo de 2011]
Reher D.S. and González-Quiñones F., “Do parents really matter? Child health and development
in Spain during the demographic transition” Population Studies 2003, 57(1):63-75.
Shirima R, M Gebre-Medhim and T Greiner “Information and socioeconomic factors associated
with early breastfeeding in rural and urban Morogoro, Tanzania” Acta Paedriatr 2001, 90:
936-942
Temboury M.C., A. Otero, I. Polanco, and E. Arribas “Influence of Breast-Feeding on theInfant’s
101
Intellectual Development” J Pediatric Gastroenterol Nutr 1994, 18:32-36
Torresani ME. Cuidado nutricional pediátrico. Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDE-
BA). Buenos Aires, 2001.
WHO Multicentre Growth Reference Study Group. Enrollment and baseline characteristics in the
WHO Multicentre Growth Reference Study. Acta Paediatr Suppl. 2006;450:7-15.
102
CAPÍTULO 6:
DESARROLLO Y ALIMENTACIÓN
4VDDJØOZEFHMVDJØO
El reflejo de deglución en la vida intrauterina antecede al de succión, estimán-
dose que ya está presente entre las semanas 16 y 17 de gestación y en el recién nacido
se presenta adecuadamente desarrollado.
Al nacer el niño, el reflejo de deglución está coordinado con el de succión. Los
movimientos de los labios, las mejillas, la lengua y la faringe han adquirido la coor-
dinación neuromuscular que permite al niño mamar del pecho de su madre o ser
lactado con biberón. El patrón succión-deglución presente al nacimiento, consiste
en una serie de por lo menos 30 succiones a razón de 2/segundo y 1-4 degluciones
por cada serie acompañado de ondas propulsoras en el esófago. Los recién nacidos
prematuros tienen un patrón inmaduro que demora días o semanas en alcanzar la
madurez.
.BTUJDBDJØO
La fuerza de masticación y con ello la eficiencia para cortar, aplastar y triturar
alimentos aumenta con la edad. Esto es importante en relación a la consistencia y
cantidad de alimentos ofrecidos.
103
t Esófago
t Estómago
t Intestino delgado
#BSSFSBNVDPTB
El tracto gastrointestinal se adapta a las circunstancias que le impone el con-
tacto con el medio ambiente a través de los alimentos, contando con mecanismos
de defensa. La absorción de antígenos a través de la mucosa intestinal está limitada
104
o inhibida por componentes inmunológicos y no inmunológicos.
Entre estos últimos se encuentran el peristaltismo, la saliva, la acidez gástrica,
la flora intestinal y enzimas como las proteasas, que contribuyen a la degradación
intestinal de antígenos y que determinan en parte el grado de transporte intestinal
de macromoléculas.
Entre los mecanismos inmunológicos se encuentran en primer lugar el tejido
linfoide asociado al intestino (GULT: Gut Associated Lymphoid Tissue) y en segun-
do lugar el moco mediado por inmunocomplejos secretado por las células calicifor-
mes y que sirve de defensa frente a antígenos intraluminales que pasan la superficie
de la microvellosidad.
La barrera mucosa madura contiene la mayor población de células B del or-
ganismo y una parte importante de la cantidad total de inmunoglobulinas A. La Ig
A secretoria es la principal inmunoglobulina del sistema inmune de las mucosas,
alcanzando valores del adulto unos meses después del nacimiento.
Pese al concepto de impenetrabilidad, la absorción de macromoléculas puede
ser posible en el intestino inmaduro debido a defectos en la barrera, asociándose esto
a enfermedades inmunológicas como la alergia a la leche de vaca.
t Páncreas
105
minución de estos compuestos por debajo de la concentración crítica micelar. La deficiencia
en la síntesis da lugar a que los niños tengan limitada disponibilidad de sales biliares, los
recién nacidos a término tienen una cantidad equivalente a la mitad de la que se encuentra
disponible en los adultos.
Consistencia de los
Edad (meses) Reflejos y habilidades
alimentos
9
Búsqueda – succión – deglución
0–3 9
Reflejo de protrusión de 1/3 medio de la
9 Líquida
lengua
9
Aumento de la fuerza de succión.
9
Aparición de movimientos laterales de la
mandíbula.
4–6 9 Líquida y semisólida
9
Desaparece el reflejo de protrusión de la
lengua.
9
Alcanza la boca con las manos a los 4 meses.
9
Chupa la cucharita con los labios.
9
Lleva objetos y/o las manos a la boca.
9
Se interesa por la comida.
9
Toma alimentos con las manos.
9 Semisólidos y sólidos
7 – 12 9
Mordisquea.
bien desmenuzados
9
Movimientos laterales de la lengua.
9
Empuja comida hacia los dientes.
9
Buen control muscular.
9
Insiste en tomar la cuchara.
9
Movimientos masticatorios rotatorios.
13 – 24 9
Estabilidad de la mandíbula.
9 Sólidos
9
Aprende a utilizar cubiertos.
106
Desarrollo del sistema renal y equilibrio hidroelectrolítico
Función glomerular
La velocidad de filtración glomerular en un recién nacido a término es del
orden de 20 ml/min/1,73 m2. En el recién nacido pretérmino estos valores son
inferiores y guardan relación con su edad gestacional.
La filtración glomerular aumenta rápidamente después del nacimiento, do-
blando su valor en las primeras 2 semanas de vida de manera independiente del au-
mento simultáneo de peso corporal. Hacia los 2-3 meses de vida se alcanzan valores
de 60-70 ml/min/1,73 m2, y hacia el año de edad la filtración glomerular es casi
igual a la de niños mayores o adultos: 100-110 ml/min/1,73 m2.
Estos cambios son paralelos a cambios de flujo plasmático renal, lo que resulta
en valores constantes de la fracción de filtración.
107
La limitación en la capacidad de concentración renal se debe a la combinación
de diversos factores:
t Limitación de la capacidad de formación del gradiente medular de solu-
tos, debido a la escasa longitud del asa de Henle,
t Limitación del transporte tubular del sodio, el flujo sanguíneo medular
aumentado y la escasa eliminación renal de urea.
Los osmorreceptores hipotalámicos son ya estimulables durante la vida fetal y,
por lo tanto, no existe limitación dependiente de la cantidad de hormona antidiu-
rética circulante
108
La elevada frecuencia de la deshidratación hipernatrémica observada en los
países occidentales durante los años 60 e inicios de los 70 se debía probablemente
a este hecho, ya que en dicha época se consumían preferentemente fórmulas lácteas
con elevado contenido en
proteínas y solutos.
El progresivo auge de la lactancia materna, el uso, casi exclusivo, de fórmulas
lácteas modificadas, la introducción más tardía de los alimentos sólidos y la mejor
educación de las madres en la preparación de los biberones explican la disminución
progresiva de la frecuencia de deshidratación hipertónica en los países occidentales.
El error en la dilución de las fórmulas lácteas en polvo, generalmente a cargo
de madres que utilizan las medidas colmadas en vez de rasas, ha dado origen a si-
tuaciones clínicas extremadamente graves de hipernatremia, con insuficiencia renal,
convulsiones y coma. La trombosis venosa renal y las secuelas neurológicas han
constituido complicaciones frecuentes, pero hoy día raramente observadas.
Todos los seres vivos necesitan energía para mantener los procesos metabóli-
cos. Así, los niños dependen de la energía obtenida por medio de los alimentos para
mantener el metabolismo basal, la actividad física y el ritmo de crecimiento propio
de cada etapa de la vida. A la par de la energía, los alimentos aportan numerosos
nutrientes que el organismo utiliza para mantener las funciones vitales y favorecer
los procesos de crecimiento y desarrollo.
t Energía
Las necesidades energéticas de un niño equivalen a la cantidad de energía ali-
mentaria que compensa el gasto energético total de acuerdo al metabolismo basal, la
actividad física el efecto térmico de los alimentos y el crecimiento. Los requerimien-
tos energéticos según edad y sexo, se presentan en las tablas 1, 2 y 3.
109
Tabla 1. Requerimiento energético de lactantes alimentados con lactancia materna y fórmulas comerciales.
110
*Peso corporal medio del intervalo para la edad
Actividad física moderada: kcal/d= (310,2 + 65,3 x peso - 0,263 x peso2) + 2 kcal/g de ganancia de
peso diaria.
Actividad física vigorosa: 15% > actividad física moderada
Actividad física ligera: 15% < actividad física moderada
Report of a Joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation. Human Energy Requirements.
Food and Nutrition Technical Report Series. FAO, 2004.
111
t Proteínas
Tabla 4. Cifras actuales de seguridad de ingesta proteica para niños 0.5 a 10 años y
comparación con las del Documento FAO/OMS/UNU, 1985
112
Tabla 5. Cifras actuales de seguridad de ingesta proteica para niños y adolescentes de
11 a 18 años desglosados por género y comparación con las del Documento FAO/
OMS/UNU, 1985
Varones
113
t Lípidos
En los niños amamantados el porcentaje calórico proveniente de las grasas es
entre el 40 y el 60%, valor que desciende al 30-40% al incorporar alimentos semi-
sólidos.
En la alimentación infantil, los lípidos no solo son fundamentales por su
aporte energético y de ácidos grasos esenciales, sino también para el transporte de
vitaminas liposolubles.
t Carbohidratos
Constituyen una fuente importante de energía, sin embargo en los niños me-
nores de dos años la proporción de carbohidratos de la dieta es inferior que en los
niños mayores o en los adultos.
t Agua
El requerimiento hídrico es la cantidad de agua necesaria para compensar las pérdi-
das insensibles (a través de la respiración y la piel) más las pérdidas sensibles (a través de la
orina, el sudor, diarreas, vómitos).
La ingesta de agua total incluye el agua para beber, el agua de las bebidas y el que
forma parte de los alimentos.
114
Bibliografía
Gil Hernández A, Martínez de Victoria E, Maldonado J. Tratado de Nutrición. Tomo III. 2da ed.
Ed Médica Panamericana, Madrid, 2010.
Kaplan S. Growth. Rudolph’s Pediatrics. Abraham Rudolph, l9th Edition, Prentice Hall Interna-
cional lnc. 1991. 129-139.
Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, Lestingi ME, Lasivita J, Isely MB, Bozal A, Bon-
darczuk B. Nutrición del niño sano. Ed. Corpus. Rosario, 2007.
Rodríguez Soriano J. Fisiología del equilibrio hidroelectrolítico en el recién nacido y lactante. Bol.
S Vasco-Nav Pediatr. 2000; 34: 77-80
Rosso P. Aspectos biológicos del desarrollo. Pediatría Meneghello. 5ª Edición. Editorial Médica
Panamericana. Buenos Aires. 1997. 65-7
Sociedad Argentina de Pediatría. Guía de Alimentación de Niños Sanos de 0 a 2 años. Buenos
Aires, 2001.
Torresani ME. Cuidado nutricional pediátrico. Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDE-
BA). Buenos Aires, 2001.
115
CAPÍTULO 7:
LACTANCIA MATERNA
Introducción
117
t Es un rasgo esencial de los mamíferos y expresión de su proceso repro-
ductivo.
t Es una función extremadamente antigua y compleja por la cual muchas
especies han logrado sobrevivir.
t Es una leche diferente, fluida cambiante y viva producida para las nece-
sidades nutricionales e inmunológicas de sus hijos.
t Se modifica su composición a medida que el niño crece y necesita otros
nutrientes y factores protectores.
t Su especificidad hace que sea el alimento más completo y seguro para el
recién nacido y el lactante.
t Los diferentes tipos de leche que se producen en la glándula mamaria son:
calostro, leche de transición, leche madura y leche de pretérmino.
118
Fuente. Librería digital. Libro Lactancia materna. Anatomía y Fisiología de la
mama en la LM
Por otra parte, para que se produzca la leche, la glándula mamaria pasa por
tres etapas características:
t Mamogénesis o desarrollo mamario.
t Lactogénesis, galactogénesis o iniciación de la secreción láctea.
t Lactopoyesis o galactopoyesis o mantenimiento de la secreción.
119
t .BNPHÏOFTJTPEFTBSSPMMPNBNBSJP
120
Fuente: Leslie P Garner. Ed. Mc Graww-Hill. Interamericana. 1ra.edición 1997
121
t -BDUPQPZFTJTP(BMBDUPQPZFTJTP.BOUFOJNJFOUPEFMB4FDSFDJØO-ÈD-
UFB
122
aproximadamente un minuto, pudiendo variar ampliamente. En mamas muy llenas
de leche, existe la posibilidad que la presión que esta ejerce impida que la oxitocina
contraiga las células mioepiteliales y así no se libere la leche, en estos casos es factible
el masaje manual, calor y el bombeo.
Entre los reflejos vinculados con el niño que favorecen la lactancia materna
se presentan:
123
recibir el pezón. Este reflejo está muy activo en el recién nacido y el niño pequeño,
es muy importante estimularlo cuando se inicia la mamada tocando la boca.
t Reflejo de succión:
Permite que el niño efectué los movimientos linguomandibulares para succio-
nar el pecho. La posición de la boca y la forma en que el niño agarra el pezón es un
reflejo instintivo, pero cuando al recién nacido no se le permite succionar oportuna-
mente, es necesario ayudarlo para que lo haga en forma correcta.
t Reflejo de deglución:
Permite al niño deglutir de forma refleja cuando el alimento líquido llega al
fondo de su boca (límite del paladar duro-blando).
t Reflejo de extrusión:
Este reflejo permite al niño expulsar de su boca cualquier alimento que no sea
líquido o de la textura de la mama, o del sabor, y olor de la leche.
t Agudeza sensorial:
Permite al niño discriminar el olor de su madre, el sabor de su leche, el tono
de voz, la calidad del contacto corporal y la imagen de su rostro.
124
Entre los vinculados con FMOJ×Pse encuentran:
t Dolor: las causas más frecuentes de dolor en los pezones son: el mal aco-
plamiento de la boca en el pecho al mamar el niño, esto es si en la boca
del niño se introduce solo el pezón y no la areola, la presión de las encías y
la tracción del pezón produce dolor; la succión disfuncional, la infección
126
de la piel del pezón o areola también producen dolor.
El dolor interfiere con el mecanismo de eyección de la leche, esto provoca
que el niño no reciba suficiente leche al mamar.
127
de leche, saltearse mamadas y el agotamiento excesivo de la madre.
El manejo está en la detención de la infección antes que evolucione
a abscesos mamarios y el tratamiento incluye: reposos de 24 h,
DQDOJpVLFRV \ DQWLLQÀDPDWRULRV OtTXLGRV DEXQGDQWHV YDFLDPLHQWRV
frecuente de la mama y antibióticos por lo menos durante 10 a 14 días.
t Absceso mamario: se produce por una mastitis tratada inadecuadamente
o tardíamente, normalmente es quirúrgico, aunque puede vaciarse espon-
táneamente a través de un conducto.
t Crisis transitoria de la lactancia: se debe a que el niño a partir de los 2
ó 3 meses como ha duplicado su peso, requiere de más volumen de leche
y esto se logra mamando con mayor frecuencia, es por ello que el niño
mama más y no porque tiene hambre, después de los 5 a 7 días se regula
la producción.
Entre aquellas EJíDVMUBEFT EF MB NVKFSNBESF EF UJQP QTJDPTPDJBM figuran
fundamentalmente:
128
Beneficios de la lactancia materna
Para la mujer-madre:
t Favorece el restablecimiento del vínculo madre – hijo.
t Refuerzo de la autoestima.
t Menor sangrado posparto.
t Menor riesgo subsiguiente de padecer anemias.
t Mayor espaciamiento entre embarazos (postergación de la primera ovula-
ción postparto).
t Menor riesgo de padecer cáncer de mama, ovario y cuello uterino.
t Menor depresión postparto.
t Más rápida recuperación física (rápida involución uterina posparto).
t Mayor practicidad para la alimentación nocturna, en viajes, etc.
t Ayuda a alcanzar un peso saludable (utilizando la grasa de reserva pospar-
to para producir leche).
Para el niño:
t Llega en forma estéril, a temperatura ideal.
t Permite la colonización apropiada del Lactobacilus Bifidus (en el intestino
del niño la formación de ácido láctico impide la proliferación de bacterias
patógenas).
t Mejor desarrollo psicomotor, emocional y social.
t Desarrollo de una personalidad más segura e independiente.
t Nutrición óptima, especialmente del sistema nervioso central.
t Menor incidencia de sepsis y enterocolitis necrotizante del recién nacido.
t Menor incidencia de desnutrición infantil.
t Menor incidencia de muerte súbita del lactante.
t Menor incidencia de alergias respiratorias y digestivas.
t Menor incidencia de enfermedad celíaca.
t Menor incidencia de infecciones urinarias.
t Protección contra diabetes mellitus.
t Protección contra obesidad e hipercolesterolemia.
t Protección contra algunas formas de cáncer.
t Protección contra infecciones del oído medio en la primera infancia.
t Menor incidencia de problemas dentales y maloclusión.
t Asociación con inteligencia superior.
t Mejor reacción a las vacunas y mayor capacidad para defenderse más rápi-
damente de las enfermedades.
t Menor incidencia de maltrato infantil y abandono, por los lazos afectivos
que se crean.
t No requiere suplemento vitamínico y mineral, ni agua u otros líquidos
cuando es lactancia materna exclusiva.
t Menor incidencia de eczemas y otras afecciones de la piel.
129
t Menor incidencia de enfermedades intestinales del adulto (colitis ulcero-
sa, enfermedad de Crohn).
Para la familia:
t Mejor desarrollo de la familia como interacción social.
t Menor gasto en medicamentos, alimentos sustitutos, etc.
t Menor ausentismo laboral por enfermedades de los hijos.
t Mejor atención de los niños pequeños por mayor espaciamiento entre
embarazos.
t Economía: el costo de alimentar a una mujer madre que amamanta es
sensiblemente inferior al de alimentar a un niño con fórmula infantil.
t Calostro
Se produce durante los primeros 3 a 4 días después del parto, es un líquido
amarillento, de un volumen alrededor de 2 a 20 ml por mamada, el cual es suficiente
130
para satisfacer los requerimientos del niño.
El calostro puede aparecer ya en la mujer embarazada desde el quinto mes.
Su composición química está dada por:
t menos lactosa, grasa y vitaminas hidrosolubles que la leche madura.
t mayor cantidad de proteínas, vitaminas liposolubles, carotenos y minera-
les como el zinc y sodio.
t una gran cantidad de Ig A secretoria y nucleótidos, linfocitos y macrófa-
gos.
t la relación proteica suero/caseína es de 80:20.
t Leche de transición:
Se produce entre el 4° y 15° días postparto, a diferencia con el calostro esta va
aumentando su volumen, el contenido de lactosa, vitaminas hidrosolubles, grasas y
calorías y disminuyendo el de proteínas y sodio.
Su volumen oscila entre 600 – 700 ml/día al llegar al mes postparto.
131
mientras que las proteínas de suero son, entre otras:
t Alfa-lactoalbúmina,
t Lactoferrina,
t Seroalbúmina,
t Beta-lactoglobulinas,
t Inmunoglobulinas,
t Glicoproteínas,
t Lisozima,
t Enzimas,
t Moduladores del crecimiento,
t Hormonas.
(SBTBT: aportan alrededor del 50% de la energía, siendo que el 98% se en-
cuentra en forma de triglicéridos, correspondiendo a 4.2 g/dl de grasas totales.
Estas aumentan desde 2 gr. / 100 ml hasta 4 a 4,5 gr / 100ml a los 15 días
postparto. Hay fluctuaciones diurnas y también dentro de la misma mamada. La
132
segunda leche es de 4 a 5 veces más concentrada en grasas que la primera. Los ácidos
grasos araquidónicos y docosahexaenoico participan en la formación de la sustancia
gris, mielinización de las fibras nerviosas y en la maduración de la retina. Se forman
a partir del ácido linoléico y linolénico los que se obtienen de la dieta de la mujer
madre.
133
salud se han enfrentado a un verdadero desafío a la hora de determinar y
promover la práctica de alimentación más idónea de los lactantes a los que
atienden y cuyas madres están infectadas por el VIH.
Por otro lado, actualmente, Científicos del Duke University Medical
Center en Durham (Estados Unidos) han descubierto que la leche mater-
na puede generar anticuerpos neutralizantes que permitan inhibir el VIH;
este trabajo da las pautas de lo que una vacuna debe hacer para proteger a
los bebés.
t Medicación materna: existen algunos medicamentos que son contrain-
dicados en las mujeres que amamantan dado que pueden pasar a la leche
materna, como son: antineoplásicos e inmunosupresores, aspirina y sa-
licilatos en altas dosis, sales de oro, ciertos antibióticos, cocaína y otras
sustancias de adicción (morfina, heroína).
Otras drogas desaconsejadas porque pueden inhibir o disminuir la pro-
ducción de leche son: diuréticos tiazídicos, anticonceptivos con estróge-
nos, anticolinérgicos, nicotina, antihistamínicos / descongestivos.
t Hipertensión: en aquellas madres que deban mantener medicación anti-
hipertensiva luego del parto, se evaluará el sostenimiento de la lactancia
de acuerdo a la medicación recibida.
t Hepatitis B: el recién nacido debe recibir inmunoglobulina y la vacuna
correspondiente. En estas condiciones el niño puede ser amamantado sin
riesgo.
t Hepatitis C: no se recomienda la lactancia materna cuando una mujer
madre es portadora del Virus de la Hepatitis C (VHC) debido al contagio.
t Cáncer de mama: una mujer madre recién diagnosticada de cáncer ma-
mario no debe dar el pecho para recibir un tratamiento inmediato. Sin
embargo amamantar después de un cáncer mamario tratado no significa
ningún riesgo para la medre ni para el hijo.
t Otros tipos de cáncer: la continuación de la lactancia materna va a de-
pender del estado general de la mujer madre y del tipo de tratamiento
que está recibiendo, debido a que las drogas empleadas pasan por la leche
materna y pueden perjudicar al niño.
t Citomegalovirus (CMV): el riesgo de infección para el hijo de una ma-
dre cuya leche contenga CMV es despreciable. La leche contiene anti-
cuerpos apropiados que protegen al lactante. La infección por CMV no
contraindica la lactancia materna.
t Varicela-Zoster: está contraindicado el amamantamiento durante el pe-
ríodo de contagio.
t Herpes simple: solo las lesiones herpéticas en la mama contraindican
temporalmente el amamantamiento con la mama afectada. Se deben ex-
tremar las medidas higiénicas.
t Tuberculosis: puede constituir una contraindicación transitoria del ama-
mantamiento, pero no de la leche materna. El recién nacido debe ser tra-
134
tado, y puede recibir la leche materna protegiéndolo del contacto con la
vía aérea de la mujer madre por medio del uso de una mascarilla por parte
de ella.
t Alcoholismo, tabaquismo, drogadicción: el alcohol pasa a la leche ma-
terna, por lo que consumido en altas cantidades obliga a suspender la
lactancia. La nicotina pasa a la leche materna y puede llegar a producir
síntomas en el niño. La lactancia está contraindicada si se consume cocaí-
na, morfina o heroína regularmente.
t Enfermedad mental severa: puede ser motivo de suspensión definitiva o
transitoria de la lactancia.
t Epilepsia: no es contraindicación de la lactancia. Se deben tener en cuen-
ta los efectos de los medicamentos sobre el recién nacido dado que puede
producir somnolencia y alimentarse de manera insuficiente.
Relactación:
Indicaciones para la relactación
135
mulación permanente de la secreción de prolactina.
La técnica de extracción debe enseñarse en forma precoz, así la mujer logra
adquirir habilidad en el procedimiento y le resulta fácil realizarlo cuando vuelve al
trabajo.
Varios recursos facilitan la tarea de amamantar y trabajar: disponer de permiso
posnatal, reducir y/o flexibilizar el horario de trabajo en forma transitoria; guarde-
rías cercanas al lugar de trabajo; facilidades para llevar al niño al trabajo o permisos
para ir a amamantarlo; tiempo y espacio adecuado para la extracción de leche du-
rante las horas del trabajo como así también para la conservación.
La leche extraída durante el trabajo debe conservarse en frío o refrigerada, no
congelada. Si se necesita congelarla, hacerlo en la casa, ya que no se debe recongelar.
Diversos programas de apoyo a la lactancia para mujeres que trabajan han de-
mostrado ser exitosos favoreciendo la adhesión a la práctica sostenida del amaman-
tamiento exclusivo durante los seis primeros meses de vida. Esto se traduce en un
adecuado crecimiento y desarrollo del niño, una menor incidencia de enfermedades
y un menor ausentismo laboral. Es esencial para el éxito de estos programas el apoyo
del personal de salud, la familia, la empresa y toda la sociedad.
Métodos de extracción
La elección del método de extracción dependerá de las circunstancias de la
separación y de la edad del bebé. Y a pesar de que entre las propiedades de la leche
humana está la de retrasar el crecimiento de bacterias, es importante observar unas
mínimas normas de higiene como el lavado de manos y de los utensilios que se usen
para la extracción, la recolección y el almacenamiento de la leche.
La extracción puede hacerse de forma manual, o con la ayuda de un sacaleches.
Si la separación es prolongada como en el caso de las madres que trabajan fuera de
casa, los bebés prematuros, o aquellos que tienen que ser hospitalizados por cual-
quier otra causa, los sacaleches manuales o eléctricos son una buena alternativa. Los
mejores sacaleches manuales son aquellos que imitan el efecto de una jeringa, o bien
los que pueden utilizarse con una sola mano. Entre los sacaleches eléctricos y a pilas,
los hay de extracción sencilla (un pecho cada vez) y doble (los dos pechos a la vez)
obviamente, este último recorta el tiempo de extracción a la mitad.
136
Los recipientes deben lavarse con agua caliente, jabón, enjuagarse muy bien, y luego
secarse al aire. No conviene llenarlos, debe dejarse 2.54 centímetros de espacio para
permitir que la leche se expanda mientras se congela.
El almacenamiento de leche en bolsas de plástico aumenta el riesgo de con-
taminación. Las bolsas duran menos y en ocasiones pierden contenido, y algunos
tipos de bolsas de plástico pueden destruir nutrientes de la leche. Si se elige bolsas
para la conservación de la leche materna, la mejor opción son las gruesas que están
diseñadas específicamente para almacenar leche humana. Usar dos bolsas, una aden-
tro de otra, puede prevenir accidentes. Quitar el aire antes de sellarlas y dejar 2.54
centímetros de espacio para que la leche se expanda mientras se congela. Conviene
poner las bolsas en otro recipiente en la parte de atrás de la refrigeradora (heladera,
nevera) porque allí la temperatura permanece fría en forma continua.
Muchas madres que solo logran extraer pequeñas cantidades en cada sesión
pueden agregar leche fresca a leche refrigerada o congelada extraída previamente. La
cantidad de leche fresca agregada debe ser menor que el volumen de leche al que se
agrega, y deberá ser refrigerada de 30 a 60 minutos antes de combinarlas.
Es importante fechar la leche antes de su almacenamiento.
Tiempo de almacenamiento.
Almacenamiento de la leche humana
¿Dónde? Temperatura Tiempo
4 horas (ideal)
Temperatura ambiente hasta 6 horas (aceptable)*
9º a 26º C
(leche humana fresca) (Algunas fuentes mencionan 8
horas)
72 horas (ideal)
En una heladera** < 4º C
hasta 8 días (aceptable) ***
En un congelador dentro de
2 semanas
la misma heladera
En un congelador que es 3 -4 meses. (La temperatura
varía según lo frecuentemente
parte de la heladera pero con
que se abra la puerta)
puerta separada (tipo combi)
En un congelador separado,
6 meses (ideal)
tipo comercial con < 19º C
hasta 12 meses (aceptable)
temperatura constante
137
La leche almacenada pierde homogeneidad; se observa la formación de tres diferen-
tes capas: un precipitado en el fondo, una base gruesa acuosa opalescente y una película de
grasa en la parte superior. El agitarla suavemente permite mezclarla y devolver a la leche su
apariencia original.
Tanto la leche descongelada como la que se ha mantenido en el refrigerador necesita
solo ser entibiada para dársela al niño. No debe hervir ya que el calor excesivo destruye en-
zimas y proteínas, esto se logra colocando el frasco o bolsa con leche congelada o refrigerada
en un recipiente con agua tibia, nunca caliente. Lo óptimo es dársela al niño con cuchara
para evitar que se modifique el patrón de succión establecido durante el amamantamiento.
Ningún alimento flatulento, como las alubias o los garbanzos (ni tampoco las
burbujas de las bebidas) pueden causar la menor molestia al bebé, pues los gases se
producen exclusivamente con la digestión de esos alimentos en el intestino materno
y, desde luego, en ningún caso alcanzan su leche.
Precauciones:
Algunos hábitos pueden alterar la calidad y/o cantidad de leche que produce
la mujer madre.
Alimentos como los espárragos, el apio, los alcauciles, las coles, las cebollas,
los ajos y muchas especias solo dan su sabor a la leche de forma apreciable si se abusa
de ellos. Es conveniente consumir con moderación.
Es posible que un bebé resulte alérgico a algún alimento que consume la mu-
jer/madre, especialmente la leche de vaca. Si parece existir alguna relación entre la
ingesta materna de un determinado alimento y cualquier síntoma del bebé, como
vómitos o malestar, se puede recomendar eliminarlo temporalmente de la dieta;
aunque no deben hacerse pruebas indiscriminadas y sin control.
138
En la práctica de fumar durante la lactancia, la nicotina pasa a la leche ma-
terna y disminuye su producción, por lo que es recomendable no fumar en este
período. Por otro lado, el humo que le hagan respirar al niño es aún más perjudicial
para su salud.
Está demostrado que los estimulantes (como drogas y productos químicos)
pasan a la leche y su efecto sobre el lábil sistema nervioso del bebé es más perturba-
dor que en el adulto de modo que el abuso de café o de bebidas de cola con cafeína
puede producir inquietud e insomnio en el pequeño.
Bibliografía:
Akre J. (1992). Lactancia. Capítulo 2. En: Alimentación Infantil. Bases fisiológicas. OPS/OMS,
INCAP. Guatemala.
Bozal A. (2007). Lactancia Materna. En: Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, y col.
Nutrición del Niño Sano. Capítulo 3. Corpus Editorial y Distribuidora. Rosario.
Gabilondo C y Hernández A (2003). Lactancia Materna, el camino natural: Guía para Padres.
Edita, Junta de Castilla y León.
Guidoni ME. (2007). Pasajes de Fármacos a la leche materna. En: Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz
M, Marenzi MS, y col. Nutrición del Niño Sano. Capítulo 4. Corpus Editorial y Distribui-
dora. Rosario.
La Leche League International (2010). Información sobre el Almacenamiento de Leche Humana.
Disponible en: http://www.llli.org/lang/espanol/faqhmsg.html .[Consulta Mayo de 2013]
La Liga de la Leche de Euskadi. Conservación de la leche humana. Disponible en: http://www.lali-
gadelaleche.org/index.php?option=com_content&view=article&id=48%3Aconservacion&c
atid=36%3Aextraccionalmacenamiento&Itemid=57&lang=eu .[Consulta Mayo de 2013]
La Liga de la Leche, España (2011) Lactancia Materna. Disponible en: http://www.laligadelaleche.
es/lactancia_materna/almacenamiento.htm .[Consulta Mayo de 2013]
Lorenzo J y Díaz MS (2004). Nutrición Pediátrica: Lactancia Materna. Editorial Corpus. Rosario.
Ministerio de Salud de Chile / UNICEF (1997). Lactancia Materna. Contenidos Técnicos para
profesionales de la salud. Ministerio de Salud de Chile, Comisión Nacional de Lactancia
Materna. UNICEF. Santiago de Chile.
OMS (2001). Duración óptima de la lactancia materna exclusiva. Disponible en: onservacion de la
Lhttp://apps.who.int/rhl/pregnancy_childbirth/care_after_childbirth/yscom/es/index.html.
[Consulta Mayo de 2012]
OMS. (2011) Alimentación del lactante en el contexto del VIH. Disponible en: http://www.who.
int/elena/titles/bbc/hiv_infant_feeding/es/index.html. .[Consulta Mayo de 2012]
139
UNICEF y AFACIMERA (2003). Lactancia Materna. Bases Científicas para la práctica clínica.
Coordinación editorial, área de comunicación Unicef – Oficina de Argentina. Cuidad de
Buenos Aires.
140
CAPÍTULO 8:
ALIMENTACIÓN DEL NIÑO CON SUCEDÁNEOS DE LA LECHE MATERNA
DE LA LECHE MATERNA
La leche materna es el alimento ideal y único durante los primeros seis me-
ses de vida por las innumerables ventajas que representan para el niño desde los
aspectos nutricionales, inmunológicos, psicoafectivos, económicas, etc. y debiera
continuar hasta los dos años complementada por otros alimentos. Sin embargo,
existen circunstancias especiales que hacen necesario buscar otras alternativas de
alimentación para complementar o suplir la lactancia materna.
141
Afecciones o Situaciones Maternas
t Enfermedad grave que hace que la madre no pueda cuidar a su bebé, por
ejemplo septicemia.
t Herpes simplex Tipo I (HSV-1): se debe evitar contacto directo entre
las lesiones en el pecho materno y la boca del bebé hasta que toda lesión
activa se haya resuelto.
t Medicación materna (Uso excesivo de yodo, QMT)
t Absceso mamario
t Hepatitis C
t Mastitis
t Tuberculosis
t Uso de sustancias tóxicas(nicotina, alcohol, anfetaminas, cocaína y esti-
mulantes)
t DPP grave puede estar indicado la sustitución de la lactancia hasta la re-
cuperación de la mujer.
t Fórmulas infantiles
Las fórmulas infantiles destinadas a la alimentación del niño sano son elabo-
radas a partir de leche de vaca, la cual es modificada cuali y cuantitativamente para
tratar de adaptarla a las características anátomo fisiológicas y necesidades nutricio-
nales del niño/a.
El Código de Comercialización de sucedáneos es parte del Codex Alimentario
y está incorporado al Código Alimentario Argentino y en él se expresa:
142
“La LM es la única alimentación natural del RN, único alimento que los/as bebés
necesitan durante los primeros 6 meses de vida y continúa siendo un alimento funda-
mental hasta los 2 años. Las leches artificiales se han concebido como último recurso que
puede salvar la vida de un bebé cuando NO HAY OTRA SOLUCIÓN, pero no como
un alimento de rutina”
FÓRMULA DE INICIO
1(son identificadas con este 9,05 - 11 40/60
número)
*datos obtenidos de etiquetado de formulas comerciales destinadas a primer semestre de vida
143
Para lograr una calidad proteica semejante a la leche humana, no solo se dis-
minuye el contenido de proteínas proveniente de la leche de vaca, sino que también
se reemplaza parte de la caseína (que es la proteína predominante) por proteína del
suero rica en lactoalbúmina y albúmina bovina, obteniendo así una relación caseína/
suero de 40/60, más semejante a la de la leche de madre. De esto depende en gran
medida el mayor costo de estas fórmulas.
Las seroproteínas de la fórmula contienen beta-lacto globulina y en menor
concentración seroalbúmina e inmunoglobulina G. La fracción sérica de la leche
de mujer contiene alfa lactoalbúmina, lactoferrina, lisozimas e inmunoglobulinas.
Utilizando fórmulas con predominio de la caseína la concentración plasmáti-
ca de aminoácidos ramificados es mayor, lo que no es recomendable dada la posibi-
lidad de paso de la barrera hematoencefálica, pudiendo interferir con el trasporte de
otros aminoácidos esenciales.
Hay trabajos que muestran que no hay diferencias en el crecimiento entre lac-
tantes alimentados con fórmulas con predominio de caseína versus los alimentados
con fórmulas con predominio de suero (Janas y Picciano 1987, Prolisi y col. 1992).
Lípidos: el contenido de grasas entre la leche humana y la de vaca no tiene
gran diferencia en la cantidad, pero sí en la calidad y porcentaje de absorción.
La cantidad de grasas en las fórmulas infantiles de inicio oscila entre 3,3 y 4
g/ dl para aportar lo que hoy se considera recomendable: una proporción de 4,4 a
6,0 g/ 100 Kcal.
Este aporte representa entre el 40-50 % del total energético ingerido por un
lactante que se alimenta con estas fórmulas, necesario para cubrir los requerimientos
para el crecimiento acelerado de los primeros 6 meses de vida.
La absorción de la leche materna es del 90% a la semana de vida mientras que
la absorción de grasa de la leche de vaca es de alrededor de un 60 %), de manera que
la sustitución total o parcial de las grasas lácteas en las fórmulas infantiles por grasas
poliinsaturadas de origen vegetal (1 o varios aceites combinados) tiene como uno de
sus objetivos mejorar la absorción.
La mayor parte de las fórmulas contienen muy poca cantidad de ácidos grasos
trans, ya que con el empleo de aceites vegetales las pequeñas cantidades de isómeros
trans de los ácidos grasos poliinsaturados se producen en algunos procesos industria-
les con empleo de altas temperaturas.
Para mejorar la calidad, otro de los objetivos que se persigue al modificar las
grasas de origen animal, se añade mayor cantidad de ácidos grasos esenciales (lino-
leico y linolénico).
Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son importantes componentes es-
tructurales de las membranas biológicas.
ESPGAN resalta la importancia del contenido de los ácidos grasos en las fór-
mulas de inicio, necesarios para el desarrollo neurocerebral, como lo son el ácido
araquidónico (w6) y docosahexaenoico ( w3 ), a partir de estudios que desde 1995
señalan mejoría en el cociente neurológico y la visión de lactantes nacidos a término
alimentados con fórmulas ricas en estos ácidos grasos, ya que antes del tercer mes
144
de vida puede existir déficit temporario de desaturasas que reduce la síntesis de los
mismos a partir de sus precursores.
Hidratos de carbono: la mayoría de las fórmulas de inicio disponibles con-
tienen lactosa como único carbohidrato o lactosa en cantidad predominante y me-
nor proporción de maltodextrinas (poco fermentable). El contenido de hidratos de
carbono de la leche de madre es de 7g /100 cc, el 90% de los cuales es lactosa. De
manera que las fórmulas infantiles de inicio deben contener entre 5,4 –8,2 g / ml,
lo que se consigue añadiendo más lactosa a la proveniente de la leche de vaca que
contiene entre 4-5g /dl.
La lactosa es hidrolizada principalmente por la lactasa del borde en cepillo de
la mucosa intestinal y absorbida como glucosa y galactosa. Esta actividad enzimática
está completamente madura al nacer. Este macronutriente es también favorecedor
de la biodisponibilidad del calcio y otros minerales.
La lactosa es el carbohidrato que posee menor poder edulcorante, por lo que
al contrario de la sacarosa, no produce acostumbramiento al sabor dulce como ocu-
rre con los alimentados con leche de vaca diluida y adicionada con azúcar, dificul-
tando la introducción de otros alimentos a partir del sexto mes. De manera que no
se justifica el agregado de este disacárido a las fórmulas infantiles
Vitaminas y minerales: la recomendación del contenido de micronutrientes
y oligoelementos que deben contener las fórmulas de inicio se basa en las cantidades
encontradas en la leche de madre
Hierro en las fórmulas: tanto la leche de vaca como la humana son pobres en
hierro. El contenido de hierro de la leche de madre es de 0,2 a 0,4 mg / l pero con
una alta
biodisponibilidad. Las fórmulas lácteas suplementadas contienen no menos
de 1 mg. de Fe por 100 kcal, o mínimo 7m g / l. Los límites dados por la FDA como
mínimos para la suplementación en 1998 son de 1,3 mg. / l y máximo 11 mg / l y
la OMS (22) en 1999: mínimo 3 mg / l con un máximo 11 mg/ l.
La biodisponibilidad del hierro suplementado en las fórmulas con predomi-
nio de lactosuero es muy buena y no es tan distinta a la de la leche de madre, al tener
menos caseína y menos calcio aumenta la solubilidad del Fe y su absorción.
El empleo de fórmulas conteniendo entre 7,4 a 12,7 mg / l de Fe permite un
crecimiento normal y un estatus adecuado en niños normales a término durante el
primer año de vida.
t Fórmula de Continuación:
Indicada a niños 6-12 meses. Las mismas presentan contenido proteico mayor
que las de inicio, con el objetivo del normal crecimiento del niño en esta etapa.
La relación suero/caseína es de 20/80 y presentan una dilución de 13-15g%.
Son esenciales para suministrarse sola o como base para preparar cereales u
otros alimentos semisólidos.
Han sido reguladas por la FAO-OMS para adecuarlas a las características bio-
lógicas del lactante mayor de 6 meses, más maduro orgánica y funcionalmente en
145
sus aparatos digestivo y renal. Reciben el nombre “de continuación” porque pueden
reemplazar o complementar la lactancia materna después de las de inicio.
146
Minerales: al igual que con las vitaminas, los entes reguladores establecen los
límites de estos nutrientes contenidos en las fórmulas de continuación cada 100 ml
de fórmula reconstituida a dilución normal o cada 100 Kcal.
La relación calcio/fósforo debe ser 2 – 1,2 de acuerdo a las necesidades de
crecimiento y osificación del niño mayor de 6 meses.
El aporte de hierro es de gran importancia a esta edad como medida preven-
tiva de anemia, que puede ser manifiesta cuando los depósitos transferidos por la
madre por vía placentaria se agotan. El aporte de hierro se fijó entre 1,0 y 1, 7mg
/100 Kcal, con una relación molar hierro / zinc que no debe exceder de 2,5.
El contenido total de minerales de estas fórmulas es menor que el de la leche
de vaca, aportando una menor carga renal de solutos para una etapa que, si bien es
más madura para la excreción de solutos que el neonato, todavía no alcanzó su nivel
óptimo.
t Fórmulas de Crecimiento:
Para ser utilizada como base láctea de la alimentación mixta en niños después
de la primera infancia.
La composición de macro y micronutrientes es similar a las fórmulas de con-
tinuación.
Presentan agregado de vitaminas A, C, D, E, K y complejo B, además de hie-
rro, calcio y zinc. Una de las características fundamentales es que son adicionadas
con prebióticos y/o probióticos. La suplementación conjunta con 100 mg/l de ácido
ascórbico en la fórmula mejora la absorción de hierro.
147
Los Prebióticos: son ingredientes no digeribles que afectan beneficiosamente
al huésped a través de una estimulación selectiva para el crecimiento y/o actividad
de una o de un limitado número de bacterias del colon que pueden mejorar la salud.
Este ingrediente debe ser específicamente fermentado. Las fórmulas de niño sano
en general se utilizan con esta finalidad los oligosacáridos. A los oligosacáridos de la
leche de madre se les atribuye actividad antiadhesiva. De allí surge el uso de carbo-
hidratos como receptores solubles libres para bloquear la fijación de los patógenos al
huésped, bloqueando la adhesión de las bacterias.
La lactulosa es capaz de aumentar los lactobacilos del intestino del niño ali-
mentado con fórmulas que la contienen, siendo bien fermentada en el colon, esti-
mulando el crecimiento de la microflora ya existente en el intestino de una manera
positiva.
Los Probióticos: son organismos vivos que tras la ingestión en cierto número,
ejercen efecto beneficioso mas allá de los inherentes a la nutrición básica.
La misión del probiótico sería contribuir a la normalización de la permeabili-
dad intestinal aumentada, al equilibrio de la microecología del intestino que puede
estar alterada por la administración de antibióticos y contribuir a una mejor res-
puesta de la IgA intestinal con disminución del componente inflamatorio intestinal,
a través de un control sobre el equilibrio entre las citoquinas proinflamatorias y
antiinflamatorias.
Aunque se reconoce que existen evidencias sobre los efectos beneficiosos de
estas sustancias aún Sociedades Científicas como ESPGAN concluyen que es nece-
sario establecer aún más la eficacia y seguridad a largo plazo de la adición de estas
bacterias a los productos de alimentación infantil.
t Leche de Vaca
La utilización de leche de vaca para la alimentación del lactante durante el
primer año presenta cierta discusión.
Calorías: la leche de vaca como se observa en la tabla de dilución para cum-
plir con las posibilidades digestoabosrtivas y no constituirse en una fórmula hipe-
rosmolar se le incorpora agua en proporciones que cumplan el objetivo de reducir el
aporte de minerales y proteínas. Pero como consecuencia se reducen todos los otros
nutrientes por este motivo para aportar la densidad energética debe ser adicionada
148
con sacarosa y/o aceites.
Proteínas: el aporte de este macronutriente además de ser excesivo en canti-
dad (3g/100 cc) la relación caseína/proteínas del suero es de 80/20 dificultando la
digestión el aporte de caseína y dificultando la absorción del calcio; por otro lado
en la fracción proteínas del suero se encuentra la beta lactoglobuinas y albúmina
responsables de alergia alimentaria.
Hidratos de Carbono: el principal carbohidrato de este alimento es la lacto-
sa. Comparada con la leche humana resulta de un aporte escaso, 5 g/100 la que se
diluye como se relató previamente, e impacta negativamente el efecto bifidogénico
sobre la flora intestinal.
Lípidos: tiene un aporte bajo de grasas comparada con la leche materna. Tie-
ne un bajo aporte de acido linolénico, esencial en el niño pequeño.
Vitaminas y minerales: posee bajo contenido de hierro (0,6 mg.) y baja bio-
disponibilidad (5 a 10 %) por inhibición en la absorción de este elemento, debido
al relativo alto contenido en fósforo y calcio, generando microhemorragias a través
del tracto intestinal por un fenómeno inmune demostrado desde hace tiempo.(Rash
y cols., Arryon y Klaus, Wilson y cols.)
La mayoría de los lactantes normales entre 3 y 9 meses de edad, alimentados
con leche de vaca tienen pérdida de sangre, respuesta que va desapareciendo alrede-
dor de los 12 meses. Según datos de Ziegler y cols. esto sucede en forma progresiva
entre los 7 y ½ y 12 meses de vida.
La introducción precoz de leche de vaca entera aumenta los riesgos de apa-
rición de alergia, especialmente en lactantes con antecedentes familiares positivos.
Si las condiciones socioeconómicas no permiten al acceso a fórmulas infanti-
les para la alimentación del lactante, esta debe ser modificada a nivel familiar para
adecuarla a su fisiología y requerimientos.
Estas modificaciones tienden a diluirla según la edad del lactante durante el
primer año de vida y adicionarla con sacarosa y/o aceite, debiendo también indicar
suplementación con vitaminas y hierro a partir del 4 ° mes.
149
La información disponible indica que la leche de vaca no es un alimento idó-
neo durante el primer año de vida y que su utilización en niños menores a un año
tiene diversas implicancias, como sobrecarga renal de solutos, alergias, hipercaciuria
y anemia ferropénica.
150
Selección del biberón
Los biberones pueden ser de vidrio o plástico, sin embargo se deben evitar
aquellos biberones elaborados con policarbonato que contienen Bisfenol A.Bisfenol
A (BPA o 2,2-bis-(4-hidroxifenil) propano) es un producto químico que se utiliza
desde hace muchos años como componente para la fabricación de policarbonato y
resinas epoxifenólicas. El policarbonato es un tipo de plástico rígido transparente
que se usa para hacer envases de alimentos, como botellas retornables de bebidas,
biberones, vajilla (platos y tazas) y recipientes. Cuando estos recipientes entran en
contacto con los alimentos, pequeñas cantidades de BPA migran del plástico o del
recubrimiento de resina a los alimentos y bebidas.
En las últimas recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Ali-
mentaria redujo la Ingesta Diaria Tolerable a 0,005 mg/kg/día.
El BPA es una de las numerosas sustancias que potencialmente puede interac-
cionar con los sistemas hormonales del cuerpo humano (disruptores endocrinos), de
hecho, su capacidad de mimetización de estrógenos (hormonas sexuales femeninas)
se conoce desde los años 30 y sus efectos sobre la fertilidad y la reproducción y el
sistema endocrino ha sido objeto de gran debate científico, ligado a informes sobre
los efectos a baja dosis de BPA en roedores. En la actualidad sigue el debate científi-
co, sin embargo en el caso de los biberones, dado el alto contacto del niño con este
utensilio para su alimentación diaria, se indica utilizar biberones que no contengan
Bisfenol A.
151
Preparación
Es conveniente preparar los PPL en cada toma para que el niño/a consuma
inmediatamente:
t El agua utilizada puede ser agua de red, si es potable, si no lo es o se tienen
dudas se deberá hervir a 90º por el término de 5 minutos. Es conveniente
no utilizar para la reconstitución de fórmulas agua mineral por el conte-
nido de minerales.
t La OMS indica que deberá utilizarse agua a 70º para la preparación del
biberón para eliminar microorganismos patógenos que pueden estar pre-
sentes en PPL tales como Enterobacter sakazakii y Salmonella entérica,
y luego entibiar para brindar al bebé. No se debe calentar el biberón en
microondas ya que se pueden producir bolsas de calor que impide un
calentamiento uniforme y el niño se puede quemar.
t La reconstitución se realizará colocando el volumen de agua y a esta se le
incorporará la cantidad de preparado de leche en polvo de acuerdo a la
indicación de cada caso, se agitará el biberón hasta la completa homoge-
nización del producto. Para entibiar se pondrá el biberón bajo el grifo o
en un recipiente con agua fría limpia.
t Comprobar la temperatura del alimento en el dorso de la mano.
t Se desecharan los restos.
Almacenamiento
Si es necesario preparar varios biberones para el consumo posterior, se elabo-
rarán según los pasos indicados previamente y luego se mantendrán en la heladera
o refrigerador a un temperatura de 5º o menos. El almacenamiento no debiera ser
superior a 24 horas. Para brindar al niño en cada toma se entibiará en recipiente con
agua caliente, (baño María) removiendo y facilitando el calentamiento uniforme.
No utilizar microondas.
Bibliografía
153
Lebenthal, E. “Gastroenterología y Nutrición Pediátrica”, Ed. Salvat.
Martínez Meyer, Pediatría Reviews. “Consideraciones sobre el papel de los distintos nutrientes en
la alimentación del lactante sano del primer semestre de vida, nacido a término con peso
adecuado”. 1998.
Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad. Agencia Española de consumo, seguridad
alimentaria y nutriciòn.http://www.aecosan.msssi.gob.es/ consultado 3 de junio 2014
O’Donnell, A.M.” Nutrición Infantil”, Celsius, Buenos Aires, 1986
OMS-FAO. Preparación, almacenamiento y manipulaciòn en condiciones higiénicas de prepara-
ciones en polvo para lactantes. Directrices.OMS 2007.
Piñeiro, Guadalupe “Curso de nutrición enteral para farmacéuticos de hospital”. Complejo Hospi-
talario Pontevedra. Noviembre 2004
Rojas Montenegro -Guerrero Lozano. “Nutrición Clínica y Gastroenterología Pediátrica” Ed.
Panamericana.
Thomas, S J. “Nutrición del lactante”, Mosby/Doyma Libros S.A., Madrid, 1995 (1º edición en
español de “Nutrition of Normal Infants”, Mosby Year Books Inc., 1993)
154
CAPÍTULO 9:
ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA
Introducción
156
Objetivos de la alimentación complementaria
157
yoría se sienta sin apoyo y tiene suficiente flexibilidad lingual para tragar
alimentos más espesos; hacia los diez meses puede beber con una taza,
manejar una cuchara y coger alimentos con sus dedos.
t .BEVSBDJØOJONVOF la introducción de alimentación complementaria
supone la exposición a nuevos antígenos y cambios en la flora digestiva
con repercusión en el equilibrio inmunológico intestinal. Es un momento
de gran influencia sobre el patrón de inmunorrespuesta, y los factores
específicos tolerogénicos y protectores del intestino que aporta la leche
humana pueden modular y prevenir la aparición de alergias y reacciones
adversas.
158
Dicha introducción gradual implica manejar intervalos semanales para intro-
ducir un próximo alimento, en las cuales se ofrecen pequeñas cantidades cada vez y
a medida que se avanza en la edad se variarán las texturas y formas de presentación
de las preparaciones. Esto último también vinculado con la aceptación de alimentos
y con la maduración neuromuscular.
No es necesario agregar sal adicional o azúcar a los alimentos que se introdu-
cen, puesto que –en cuanto a la primera inclusión- su madurez renal es incompleta,
no es conveniente que los niños se acostumbren a los sabores salados y los alimentos
ya lo tienen en su composición química. Y en la segunda inclusión porque si se le
adiciona más sabor dulce a la alimentación, se puede generar una propensión a este
sabor y limitar la posibilidad de incorporar otros a medida que se avanza en asemejar
la alimentación del niño a la dieta familiar.
Con la alimentación complementaria que supone un aporte importante de
carga renal de solutos, no es suficiente el agua aportada con la leche materna y en
otros alimentos, por lo cual se debe ofrecer con frecuencia al niño agua potable para
ayudarle a realizar una mejor filtración renal.
Se enfatiza que la incorporación progresiva de alimentos supone:
t 4&*4.&4&4%&&%"%
La leche materna sigue siendo el principal alimento, el cual se da a demanda
y frecuentemente.
Algunos autores señalan que la inclusión de los grupos de alimentos que se
159
especifican a posteriori puede ser indistinta en cuanto a las frutas o verduras, sin
embargo en cada caso se explican los motivos de su inserción progresiva.
En la práctica se suele iniciar con dos cucharadas de puré o papilla para la
aceptación progresiva de los alimentos. Puede que al principio al lactante le cueste
tomar el alimento o no sepa deglutirlo y se le caiga o lo escupa, esto es normal; se
vuelve a resaltar que lo mejor es ofrecer purés de un solo alimento, sin azúcar ni sal
ni especias y siempre después de la lactancia materna, sin obligar al niño a comer.
'SVUBT
En primera instancia se pueden incluir las frutas como manzana o banana, en
puré, sin azúcar, dado que el niño acepta como innato el sabor dulce, por lo tanto
hay menos posibilidades de rechazo a la incorporación de nuevos alimentos.
Se resalta que la inclusión de azúcar en las preparaciones le aporta calorías
“vacías”, así como el desarrollo temprano de caries en el niño; y aparte de lo señala-
do en el inicio de este tópico, este tipo de alimentos ya son ricos en azúcares en su
composición química.
El aporte diario de este tipo de alimentos es de aproximadamente 100 gr.
7FHFUBMFT
Se van introduciendo en forma de puré o papillas, siendo al principio: zana-
horia y/o calabacín, y luego papas; más tarde las demás verduras. Sin embargo se
deben evitar inicialmente aquellas que tienen alto contenido en nitratos (remolacha,
espinacas, acelgas, nabos) y también las flatulentas –alto aporte de azufre y/o fibra-
o muy aromáticas (col, coliflor, nabo, puerro, espárragos) las cuales se aconsejan
incorporar después del año de vida. Se recomienda añadir una cucharadita de aceite
crudo, y no sal. La cantidad de vegetales es de aproximadamente 100 gr. y 5 a 10
cc. de aceite una sola semilla (de maíz, girasol o uva). Esta indicación es necesaria
porque aporta ácidos grasos esenciales, facilita la absorción de vitaminas liposolubles
y mejora la densidad energética y cualidades sensoriales de la alimentación.
$BSOFT
Preferentemente se deben agregar carnes rojas que aporten mayor cantidad de
hierro a fin de cubrir con los requerimientos propios de este micronutriente. Esto
se recomienda debido a que las reservas de este mineral pueden estar afectadas y
provocar enfermedad por carencia.
Se recuerda que hasta los dos años es un período crítico por propensión a la
anemia justamente porque las reservas del hierro pueden declinar rápidamente sobre
todo si no se dio lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y se reemplazó total
o parcialmente por leche de vaca entera, como así también se realizó una ligadura
precoz del cordón umbilical y/o no se proveen alimentos ricos en hierro. Por lo tan-
to, cuanto mayor sea el tiempo de la lactancia materna, más oportunidades tiene el
pequeño de acceder a un hierro altamente biodisponible (ver luego suplementación
vitamínica y mineral).
160
La situación de carencia mencionada se incrementa en ciertos casos cuando la
incorporación de la carne se hace en forma tardía, de allí la importancia de su inclu-
sión después de la aceptación de los grupos de alimentos precedentes.
La carne debe ser sin grasa de vaca o de pollo (sin piel), bien cocida ya sea a
la plancha o hervida y adecuadamente picada finamente o rallada. Se puede hacer el
reemplazo de este tipo de carnes por hígado bien cocido y molido o morcilla tami-
zada sin grasa ni condimentos ni piel –una vez por semana.
La cantidad de carne es de 30 a 60 gr.
t 4*&5&.&4&4%&&%"%
En este mes se incorporan otros alimentos como:
$FSFBMFT
A partir de los 7 meses se pueden ofrecer al niño cereales como arroz, maíz,
avena, trigo y sus harinas, siempre agregando uno a uno, esperando un intervalo de
5 a 6 días antes de incorporar uno nuevo de modo tal que, en caso de haber alguna
intolerancia, sea posible identificar con mayor facilidad el que puede ser el causante
de tal intolerancia.
Además, se sugiere prestar especial atención al tipo de preparaciones para pa-
sar gradualmente de papillas a otras texturas y consistencias propias de cada cereal.
Por ejemplo, en el caso de los fideos, comenzar siempre con fideos pequeños, de la-
minado fino tipo cabellos de ángel para ir incorporando lentamente otros de mayor
tamaño.
En el caso de niños con antecedentes familiares de enfermedad celíaca, se debe
estar atento a la aparición de manifestaciones clínicas que indiquen la necesidad de
suprimir la ingesta de cereales con gluten.
7FHFUBMFT
Al mismo tiempo de las papillas de los vegetales anteriores, se puede incorpo-
rar el zapallito.
-FHVNCSFTTJOQJFM
Se agregarán las legumbres sin piel y tamizadas en puré, menos la soja por las
contraindicaciones que este alimento tiene para niños menores de dos años.
Las legumbres aportan proteínas que al combinarlas con los cereales sin gluten
–en la misma ingesta- mejoran el aporte de aminoácidos esenciales incrementando
su calidad nutricional.
t 0$)0.&4&4%&&%"%
A los ocho meses de vida se incorpora la cena dentro de las ingestas que ya
desarrollaba. A partir de esta edad se pueden ofrecer también:
161
:PHVS
Fundamentalmente corresponde a yogur entero de vainilla. Este tipo de ali-
mento ofrece menos riesgo de contaminación y por lo tanto, de generar enferme-
dades gastrointestinales en comparación con otras leches líquidas no fermentadas;
puesto que el yogur es más resistente al crecimiento bacteriano. La fermentación
también puede contribuir a la absorción de minerales.
Actualmente, la industria alimentaria ha desarrollado líneas de yogures ela-
borados con leche modificada, por lo que resultan más adecuados para el grado de
madurez de los sistemas digestivo, renal e inmunológico del niño, que los yogures
comunes.
:FNBEFIVFWP
Solo se incluye la yema de huevo a partir de los ocho meses, cocida por com-
pleto, comenzando con un cuarto de esta, dado que la clara de huevo tiene albú-
minas, son altamente alergénicas, y la permeabilidad a macromoléculas proteicas
puede desencadenar reacciones inmunológicas.
t /6&7&:%*&;.&4&4%&&%"%
A esta edad el plato de comida que puede ingerir será de aproximadamente ¾
y se incluyen otros tipos de alimentos hasta llegar al año a ajustarse a los alimentos y
preparaciones del resto de la familia, con la consideración de algunos alimentos que
es más conveniente incluirlos después de los dos años de vida.
A partir de los diez meses, se debe modificar gradualmente la textura de los
alimentos y sus formas dado que su aparato digestivo así lo permite y se estimula la
masticación y la aceptación de los alimentos.
Es importante que coma por sí solo aunque tire la comida, esto favorece su
desarrollo.
Entre los alimentos que se incluyen en estos meses son:
162
Otros alimentos que deben ser incluidos después del año de vida
SAL:
Numerosas investigaciones indican que una ingesta excesiva de sodio en la
infancia temprana puede programar el desarrollo de una presión arterial más elevada
en las etapas posteriores de la vida, especialmente en los niños genéticamente pre-
dispuestos a padecer hipertensión, y que deberían identificarse mediante los ante-
cedentes familiares. A continuación se expresan las hipótesis desde el punto de vista
biológico que dan mayor fundamento a esta aseveración:
1. La presión arterial de los lactantes puede elevarse por un alto aporte de
sodio por medio de mecanismos similares a los de los adultos, por lo que este dife-
rencial en la presión arterial se puede mantener en las etapas posteriores de la vida,
con un mayor riesgo de hipertensión en la edad adulta.
2. La exposición postnatal a altos niveles de sodio puede causar un daño en
los riñones que puede afectar a la capacidad de manejo de la sensibilidad a la sal y
provocar una elevación de la presión arterial en la edad adulta.
3. La preferencia por determinados alimentos y/o la sensibilidad a los sabores
salados puede estar programado in útero o en la etapa postnatal temprana, y estar
influida por la exposición al sodio en esta etapa. Si esta preferencia persiste en el
transcurso del tiempo, eventualmente puede aumentar el riesgo de hipertensión.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta, es el desarrollo del sentido del gusto
de los lactantes por el sabor salado. Varios estudios han señalado que en los lactantes,
el sabor salado es apreciado como neutro y que los modelos adultos de preferencia
por el sabor salado no aparecen hasta los 2 años de edad. La preferencia por el sabor
salado puede ser modificada por la experiencia individual y esto es consistente con
las investigaciones que han mostrado que los cambios introducidos en el consumo
alimentario de sodio son seguidos por los cambios en la aceptación de la sal.
Todos estos resultados evidencian que, incluso en los lactantes pequeños, la
experiencia previa con un nivel de sal determinado en los alimentos conduce a la
habituación, aceptación y preferencia por este nivel. Estas preferencias desarrolladas
en el primer año de vida por los sabores salados pueden tener efectos a largo plazo.
Por ello, es muy importante que los alimentos administrados en la alimentación
complementaria tengan un nivel muy bajo en sodio, incluso en el caso de que pueda
parecer que sea necesario añadir sal para el sabor del adulto.
MIEL:
La miel puede contener esporas de clostridium botulinum que pueden ser
absorbidas mediante el intestino inmaduro del lactante, por lo que se desaconseja su
consumo en menores de un año.
163
niños pequeños.
En el caso de las bebidas azucaradas como las aguas saborizadas y gaseosas,
deben ser evitadas porque fundamentalmente aportan energía y, por lo tanto, dis-
minuyen el apetito de los niños por alimentos más nutritivos.
Por su parte, el consumo excesivo de jugos también puede disminuir el apetito
de los niños pequeños por otros alimentos y puede ocasionar heces sueltas. Por esta
razón, la Academia Americana de Pediatría (1998) recomendó que no se consuma
más de 240 ml de jugo de frutas al día. Los resultados de estudios realizados en los
Estados Unidos han relacionado el consumo excesivo de jugo de frutas con el retraso
en el crecimiento, así como con la baja estatura y la obesidad, aunque otros estudios
resaltan que dichos resultados no han sido observados consistentemente.
FRUTAS Y VEGETALES:
Las frutas cítricas como naranja, mandarinas, kiwi o frutilla no son recomen-
dadas antes del año de vida por la predisposición a generar reacciones alérgicas. Tal
situación también se da en el consumo de tomate. En cuanto a la sandía y melón,
suelen producir intolerancia digestiva, por lo cual no se aconsejan antes de este pe-
ríodo.
SOJA:
Las proteínas de la soja no son adecuadas para niños menores de dos años,
cuyo patrón de aminoácidos es más exigente.
Según el Foro para el Plan de Alimentación y Nutrición del año 2002 realiza-
do en Argentina estableció contraindicaciones para su consumo en niños hasta los
dos años, dichos motivos son:
t alto contenido de fibras,
t déficit de aminoácidos azufrados en las etapas de crecimiento rápido, de
0 a 2 años.
t factores inhibidores de tripsina, los cuales pueden afectar la digestión y
absorción de las proteínas.
t presencia de isoflavonas, cuyos efectos estrogénicos podrían ser responsa-
bles de la aparición de telarca precoz y el adelanto de eventos puberales
en las niñas o ginecomastia en niños, como así producir anormalidades
inmunológicas.
t ciertas bebidas con soja pueden ocasionar caries y erosión dentaria en
niños.
t patrón mineral presenta una relación calcio-fósforo inadecuada que puede
producir complicaciones de mineralización ósea en niños pequeños.
FIBRA:
El aporte de fibra no debe ser superior a 1g/100g de alimento durante los dos
primeros años de vida, por las interferencias que esta ocasiona en la absorción del
hierro, zinc y calcio, por acción del ácido fítico contenido en los alimentos de ori-
164
gen vegetal como cereales integrales y legumbres. Por lo cual estos alimentos deben
evitarse.
El contenido en fitatos puede ser disminuido sustancialmente por medio de
la fermentación, germinación y remojo. Estas pueden ser algunas prácticas que se
pueden desarrollar para aumentar la biodisponiblidad de los minerales provenientes
de los alimentos complementarios.
NITRATOS:
Los vegetales como espinaca, remolacha, acelga, brócoli y coliflor presentan
niveles muy altos de nitratos.
En los lactantes, las enterobacterias reductoras de nitrato a nitritos lo hacen en
la parte superior del tubo gastrointestinal debido al alto pH. De esta manera, pro-
ducen una gran cantidad de nitritos que causan metahemoglobinemia. Esos nitritos
entran en contacto con los glóbulos rojos provocando la oxidación del hierro del
grupo hemo; la metahemoglobina resultante es incapaz de captar oxígeno, lo cual
provoca hipoxemia y cianosis.
Además, la hemoglobina fetal se encuentra en cantidades considerables en los
niños pequeños y esta se convierte fácilmente en metahemoglobina y los lactantes
son menos capaces de reducir la metahemoglobina a la forma ferrosa por su defi-
ciencia en enzimas necesarias para este proceso.
Por las razones presentadas, se recomienda evitar el consumo de este tipo de
vegetales durante el primer año de vida.
165
Suplementos vitamínicos y/o minerales
La ingesta variada de alimentos hace usualmente innecesaria la utilización de
alimentos fortificados, así como la lactancia materna exclusiva durante los primeros
seis meses de vida. Sin embargo, en algunas poblaciones y situaciones particulares
pueden ser necesarios. Se debe valorar la utilización de alimentos fortificados cuan-
do exista riesgo de ingesta inadecuada de vitaminas o minerales. Es especialmente
importante la vitamina D dado el incremento del raquitismo bioquímico y también
clínico en los países desarrollados; por ello el Comité de Nutrición de la Asociación
Americana de Pediatría (AAP) recomienda la suplementación con 200 U. de vita-
mina D para lactantes que ingieren menos de 500 ml/día de leche materna o de
fórmula. También se presentan otros micronutrientes críticos como la vitamina A,
C, B12, el hierro, zinc, flúor, calcio.
Los alimentos complementarios sin fortificar de origen predominantemente
vegetal generalmente no proveen suficiente cantidad de ciertos nutrientes claves (es-
pecialmente hierro, zinc y calcio) para cubrir las ingestas recomendadas entre los 6
y 24 meses de edad. La inclusión de alimentos de fuente animal pueden llenar este
vacío en algunos casos, sin embargo, esto aumenta el costo y puede ser impráctico
para los grupos de bajos ingresos. Más aún, las cantidades de alimentos de fuente
animal que pueden ser consumidos por niños menores de un año (esto es, entre los,
6 y 12 meses de edad) son generalmente insuficientes para cubrir las necesidades de
hierro, calcio y a veces zinc.
Una alternativa a la fortificación de alimentos es el uso de suplementos de
vitaminas y minerales que son administrados directamente al menor de un año (es
decir, como gotas medicinales) o mezclados con los alimentos complementarios (es
decir como gránulos o pastas a base de grasa).
La desnutrición materna puede afectar la concentración de ciertos nutrientes
en la leche materna (especialmente de vitaminas). Mejorar la dieta de la mujer ma-
dre es la primera opción, pero cuando esto no es suficiente, el consumo de produc-
tos fortificados o suplementos de vitaminas y minerales durante la lactancia pueden
contribuir a asegurar que el lactante tenga una ingesta adecuada de nutrientes y
puede mejorar el estado nutricional de la mujer madre.
166
de los niños ya puede consumir los alimentos familiares de consistencia sólida, aun-
que muchos aún reciben alimentos semisólidos (presumiblemente porque pueden
consumirlos más eficientemente y ello significa una demanda más baja del tiempo
requerido para alimentarlos).
Algunas investigaciones sugieren que existe una “ventana crítica” de tiempo
para introducir alimentos sólidos “grumosos”: si estos no se introducen antes de
los 10 meses de edad, es posible que aumente el riesgo de dificultades durante la
alimentación en el futuro. Por lo tanto, aunque dar alimentos semisólidos ahorre
tiempo, para provecho del desarrollo infantil se recomienda aumentar la consisten-
cia de los alimentos gradualmente de acuerdo con la edad del niño.
Proporción de Energía y Proteínas que deben ser aportadas por los alimentos
complementarios según la edad
% Calórico aportado
Edad (meses) % Calórico aportando por LM
por AC
6-8 60 – 70 40 - 30
9 – 11 40 - 45 60 - 55
12 - 23 30 70
t -BBMJNFOUBDJØODPNQMFNFOUBSJBBEFDVBEBDPNQSFOEFVOBDPNCJOB-
DJØOEFQSÈDUJDBTQBSBNBOUFOFSMBJOHFTUBEFMFDIFNBUFSOBZ
BMNJT-
NPUJFNQP
NFKPSBSMBDBMJEBEZMBDBOUJEBEEFMPTBMJNFOUPTRVFMPT
OJ×PTDPOTVNFODurante el período que va de los seis a los once meses
los lactantes son particularmente vulnerables porque están aprendiendo
a comer y hay que darles alimentos blandos, con frecuencia y con pa-
ciencia. Es necesario prestar mucha atención para asegurarse de que estos
alimentos complementen y no reemplacen a la leche materna. Durante el
segundo año de vida, la leche materna sigue siendo una fuente importante
167
de energía, proteínas y micronutrientes. Por lo tanto, la lactancia materna
debería continuar hasta los 24 meses o más.
t &M NFKPSBNJFOUP EF MB BMJNFOUBDJØO DPNQMFNFOUBSJB SFRVJFSF VOB
DPNCJOBDJØOEFFTUSBUFHJBT. La ingesta calórica puede mejorarse incre-
mentando la frecuencia del amamantamiento, aumentando el tamaño
de las porciones de los alimentos, alimentando a los niños con mayor
frecuencia y/o suministrando alimentos de mayor densidad calórica. La
ingesta de micronutrientes puede aumentarse diversificando la dieta, in-
cluyendo frutas, verduras, y productos de origen animal, suministrando
alimentos enriquecidos, y/o suplementos. También es importante selec-
cionar combinaciones de alimentos que favorezcan la disponibilidad y la
absorción de los micronutrientes.
t *OUSPEVDJS BMJNFOUPT DPNQMFNFOUBSJPT B QBSUJS EF MPT TFJT NFTFT EF
FEBE
y como ya se especificó con anterioridad,BVNFOUBSMBDBOUJEBE
EFBMJNFOUPTBNFEJEBRVFFMMBDUBOUFDSFDFBMBWF[RVFTFNBOUJFOF
MBMBDUBODJBGSFDVFOUF
t "VNFOUBSHSBEVBMNFOUFMBDPOTJTUFODJBZMBWBSJFEBEEFMPTBMJNFO-
UPTBNFEJEBRVFFMMBDUBOUFDSFDF
BEBQUBOEPMBBMJNFOUBDJØOBTVT
OFDFTJEBEFTZIBCJMJEBEFT
por ejemplo: dar purés/papillas y alimentos
semisólidos ablandados con leche materna, si es posible, a partir de los seis
meses de edad; ofrecer combinaciones de alimentos blandos y densos en
calorías a los lactantes de seis a once meses de edad; introducir alimentos
que se puedan comer con las manos (colaciones que el lactante pueda
comer sin necesidad de ayuda) a partir de los ocho meses de edad aproxi-
madamente; hacer la transición a la dieta familiar a los doce meses de edad
aproximadamente.
168
Alimentación perceptiva
La alimentación perceptiva desde lo que implica el cuidado psicosocial según
los principios que plantea la OMS/OPS en cuanto a alimentación complementaria,
implica:
t Alimentar a los lactantes directamente y asistir a los niños mayores cuando
comen por sí solos, respondiendo a sus signos de hambre y satisfacción.
t Alimentar despacio y pacientemente y animar a los niños a comer, sin
obligarlos porque genera más rechazo y resistencia a aceptar alimentos
nuevos.
t Si los niños rechazan varios alimentos, experimentar con diversas combi-
naciones, sabores, texturas y métodos para animarlos a comer.
t Minimizar las distracciones durante las horas de comida si el niño pierde
interés rápidamente.
t Recordar que los momentos de comer son períodos de aprendizaje y amor
por ejemplo hablar con ellos y mantener el contacto visual.
t Es importante recordar que los niños comen despacio y necesitan que
se les dedique tiempo extra, atención y afecto y que los adultos que les
ayudan deben armarse de paciencia. Siempre deben estar supervisados
mientras comen.
169
Alimentación y neofobia durante el proceso de
complementación y primera infancia
170
actitud de la familia, promoviendo la neofilia, es decir estimulando el interés por los
nuevos alimentos. Es cuando se adoptan preferencias alimentarias de algún adulto
importante, así como los rechazos.
La preferencia por los alimentos dulces es innata y se mantiene hasta los dos
años. Pero es aquí -según Rozin et al (1986)- que se inicia una profundización en el
rechazo a alimentos nuevos, momento en que el desarrollo cognitivo de los niños
permite la formación del concepto alimento.
Los factores biológicos y los culturales pueden interactuar en forma sinérgica
o antagónica. La predilección innata por los dulces se ve reforzada por pautas cul-
turales que fomentan su uso. La industria azucarera fue la primera agroindustria de
la humanidad y a posteriori ha habido un tremendo desarrollo de edulcorantes sin-
téticos y naturales para la elaboración de alimentos a los que son destinados o cuyos
clientes predilectos son los niños.
Los modos de aprendizaje por medio de los cuales se establecerían las prefe-
rencias o rechazos alimentarios en los niños están asociados a procesos asociativos
y no asociativos. Entre los no asociativos está la exposición repetida a un alimento
que es una forma muy efectiva para aumentar la aceptación de nuevas comidas.
Algunos estudios muestran que al exponer repetidamente al niño a comidas nove-
dosas inicialmente rechazadas, estas fueron finalmente aceptadas al cabo de hasta 10
exposiciones. Entre los procesos asociativos, el comer se da en un contexto social y
de hecho desde los primeros años de vida muchos de los encuentros entre padres e
hijos se dan en este contexto; los niños aprenden así a asociar comidas con contextos
y consecuencias.
En nuestra cultura occidental las pautas alimentarias son transmitidas prin-
cipalmente vía materna. Las experiencias tempranas del niño con la comida, y en
especial las prácticas de alimentación utilizadas por los padres, tienen fundamental
importancia en los hábitos de alimentación desarrollados por los sujetos.
Es una época que exige ingenio y paciencia al cuidador y a la familia. Debe
sentar los límites a ese deseo de independencia encauzándolo adecuadamente, in-
troducirlo a nuevos alimentos y evitar comentarios negativos respecto a alimentos
nutritivos para el niño, a pesar de no ser de preferencia del cuidador quien debe
procurar ofrecer frecuentemente alimentos nuevos al niño, no ofendiéndose ni eno-
jándose si los rechaza por inapetencia o neofobia.
Esta edad de la vida coincide además con la del adelgazamiento fisiológico.
Recordar que el bebé en su primer año de vida es un obeso fisiológico, el 40% de su
aumento de peso está constituido por grasa.
Muy frecuentemente, las madres o cuidadores no comprenden lo que aconte-
ce en esta edad, iniciando una guerra personal con el hijo respecto a sus conductas
171
e inapetencia de la cual pierden todos. Se premian y se castigan conductas alimen-
tarias que, en general, son reforzadores negativos según la teoría conductual, agra-
vándose cada vez más la situación, hasta extremos que van desde el sometimiento
familiar a los caprichos alimentarios del niño; hasta el maltrato y castigos severos al
niño que no hace lo que debe en la mesa.
Como se mencionó anteriormente, una de las tareas principales en el desarro-
llo de un niño, es diferenciar lo que es comestible de lo que no lo es. Posteriormente
la aceptación de alimentos va teniendo lugar a través de varios mecanismos. Uno de
los más fuertes estímulos es la simple y repetitiva exposición a un alimento, lo cual
es un concepto importante para promover en las madres y otros cuidadores en la
educación alimentaria de sus hijos. Esta reiterativa exposición a un alimento permi-
te la disipación del innato temor de que un alimento pudiese resultar inadecuado
–neofobia. La aceptación de un alimento o la preferencia por un determinado tipo
depende del estado fisiológico del niño. Así es que un niño con hambre preferirá
un alimento con alta densidad energética versus otro de bajas caloría, y a la inversa,
cuando los padres ofrecen otros alimentos o golosinas o bebidas dulces antes de la
comida suele presentarse inapetencia en el momento de la alimentación.
Las preferencias por determinados alimentos que un niño pudiese tener, dis-
minuyen o desaparecen si los adultos para ellos importantes manifiestan negativa
y públicamente su rechazo por los mismos. También si un niño es motivado con
premios para que coma determinado tipo de alimento o ensalzando sus virtudes
nutricionales, lo aceptará mientras se mantenga el estímulo, pero no bien este cese,
el niño disminuirá o cesará el consumo del alimento.
Las principales estrategias serán las que pueda implementar la madre/cuida-
dor sobre la trascendencia de la alimentación como una de las principales formas de
relacionarse el niño con el medio, entre las que se reconocen:
172
adoptando un comportamiento social sin presiones y con una enseñanza
que tenga continuidad y seguridad.
Bibliografía
Birch L, Marlin DW: I don’t like it; I never tried it: Effects of exposure to food on two-years-old
children’s food preference. Appetite, 1982; 4: 353-60.
Birch L, McPhee L, Sullivan S, Johnson S: Conditioned meal initiation in young children. Appeti-
te, 1989; 13: 105-13.
Busdiecker B.S.; Castillo D.C., Salas A.I. Cambios en los hábitos de alimentación durante la infan-
cia: una visión antropológica. Rev. chil. pediatr. v.71 n.1 Santiago de Chile, 2000.
Chacón Villalobos Alejandro. Percepción de Alimentos en el primer lustro de vida; aspectos inna-
tos, causalidad y modificaciones derivadas de la experiencia de vida. Revista Actualidades
Investigativas en Educación. Vol. 11 N° 3. Universidad de Costa Rica. 2011.
Dena M. Camarenaa y Ana I. Sanjuana. Economía Agraria y Recursos Naturales. ISSN: 1578-
0732. Vol. 8, 2. 2008. pp. 93-104 Una aplicación de la escala de fobia a los alimentos
nuevos. El caso de los alimentos étnicos.
Domínguez.-Vazquez P., Olivares S., SantosJL. Influencia familiar sobre la conducta alimentaria y
su relación con la obesidad infantil. Archivos Latinoamericanos de Nutrición Vol.58 N 3
2008.
Hernández Aguilar M.T. Alimentación Complementaria. Aepap Curso de Actualización Pediatría.
Exlibris Ediciones. Madrid. 2006.
LINKAGES (Programa de Lactancia Materna, Alimentación Complementaria, y Nutrición
Materna) y del Proyecto SARA (Apoyo para el Análisis y la Investigación en África) Datos
importantes sobre alimentación: Pautas para la alimentación complementaria de lactantes
de 6 a 24 meses. Academy for Educational Development / USAID. Washington DC.2002.
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Guías Alimentarias para la Población Infantil. Con-
sideraciones para los equipos de salud. 2006.
O´Donell, A.M. Desarrollo Infantil y Alimentación. Boletín CESNI, Vol. 5. Buenos Aires, 1992.
OPS/OMS. Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño no amaman-
tado. Unidad de Nutrición, Salud de la familia y la comunidad. OPS. Washington DC.
2003. Obtenido en: http://www.paho.org
OPS/OMS.Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado.
Unidad de Nutrición, Salud de la familia y la comunidad. OPS. Washington DC. 2003.
Obtenido en: http://www.paho.org
Sociedad Argentina de Pediatría (2001). Guía de Alimentación para niños sanos de 0 a 2 años.
Comité de Nutrición. Buenos Aires. Obtenido en: http://www.sap.org.ar
173
CAPÍTULO 10:
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DEL NIÑO
DURANTE LAS ETAPAS PREESCOLAR Y ESCOLAR
La etapa preescolar comprende el período de la vida del niño desde los dos
años hasta los cinco años de vida inclusive. Es una etapa de particular significación
para el fomento y regulación de disímiles mecanismos fisiológicos que influyen en
aspectos físicos, psicológicos y sociales destacándose el papel de la familia en el de-
sarrollo adecuado.
175
Se produce una disminución de la grasa corporal, incremento de la masa mus-
cular y el aumento de la masa ósea. Estos cambios, junto con un mayor incremento
en la talla que en el peso, son responsables de la modificación de la silueta.
A su vez, se observan otras modificaciones en la composición corporal. Desde
el primer año de vida hasta los cinco años el agua corporal total disminuye. Duran-
te este período la disminución del líquido extracelular y el aumento en el líquido
intracelular es mayor en los niños que en las niñas. Esto indica que la masa magra
es mayor en el sexo masculino que en el femenino, confirmándose a través de los
valores más altos de potasio corporal total, contenido de proteína y densidad de la
masa magra. Con respecto a la masa ósea, tiene un intenso recambio durante los
primeros cuatro años de vida.
Maduración fisiológica
A lo largo de la etapa preescolar, la mayoría de los órganos y sistemas crecen
en correspondencia con la estatura. Pero el cerebro, los órganos reproductivos, las
amígdalas, las adenoides y los ganglios linfáticos, así como la grasa subcutánea se
desarrollan con mayor celeridad, el cerebro alcanza el 90% de su tamaño al concluir
esta etapa: los ojos y los oídos se desarrollan primero que otros órganos. Se produce
el remoldeo del rostro y aparecen los segundos molares, aunque aún no ha finalizado
la pérdida de la dentición temporaria.
Cambios sociales
En los primeros estadios los juegos son individuales y a finales de los tres años
pasan a ser interactivos. Juega con amigos imaginarios. El juego de roles es la acti-
vidad fundamental de esta edad, lo cual le permite el desarrollo de capacidades que
los prepara para el tránsito exitoso por la siguiente etapa.
Sienten curiosidad acerca de hechos del mundo que les rodea, son más coope-
rativos y responsables y se complacen en agradar a los demás.
Cambios psicológicos y neuromotores
Fenómenos frecuentes en la edad son las pesadillas y los terrores nocturnos.
El terror nocturno es un despertar parcial, con gritos, pataleos, pánico y agitación
que generalmente ocurre en las dos primeras horas de sueño. Los padres no deben
alarmarse ya que terminan con el sueño profundo y son breves. Se debe ayudar al
niño a retomar el sueño normal, iluminando la habitación y tranquilizándolo.
Se perfecciona la actividad motora gruesa y fina. (Tabla 2)
En cuanto el desarrollo neuropsicomotor, son metas deseables a esta edad
que el niño pueda señalar las distintas partes de su cuerpo, designar objetos usuales,
conocer su nombre completo comparar pesos y líneas desiguales, responder a estí-
mulos de hambre, sueño o frío.
El control de esfínteres es una expresión de maduración. El control del esfín-
ter anal se consigue como promedio alrededor de los dos años, el vesical diurno a los
tres años y el nocturno puede tardar hasta los cinco años.
176
$BSBDUFSÓTUJDBTEFMEFTBSSPMMPSFMBDJPOBEBTBMBBMJNFOUBDJØO
En este período de la vida el desarrollo oral y neuromuscular mejoran la ha-
bilidad para comer facilitando el proceso de alimentación independiente.(Tabla 1)
Conducta alimentaria
El niño pasa de depender casi exclusivamente de sus padres o cuidadores a
comer progresivamente solo y hacer una selección preferencial de los alimentos, con
un progresivo desarrollo de su autonomía para escogerlos o rechazarlos.
En esta etapa la se da con mayor profundidad la construcción de los hábitos,
patrones aprendidos de naturaleza compleja, que al inicio es voluntario y luego se
torna involuntario. En el desarrollo de la conducta alimentaria participan de modo
fundamental dos componentes: la regulación fisiológica del apetito-saciedad y el
contexto social.
El apetito (conjunto de señales internas y externas que guían en la selección e inges-
tión de alimentos) en los preescolares, se encuentra disminuido por la desaceleración
del crecimiento y cambios en la composición corporal. Por otro lado, en esta etapa el
177
niño está muy interesado en explorar el ambiente que lo rodea, en movilizarse y ser
libre, por lo tanto para él la alimentación no es su principal interés. Como resultado,
los patrones alimentarios en este período están caracterizados por la disminución
proporcional en el consumo de alimentos en relación a los dos primeros años de
vida, situación que a menudo angustia a los padres.
La saciedad (sensación fisiológica de plenitud que determina el término de la
ingesta alimentaria) en esta etapa se encuentra influenciada fundamentalmente por
el aprendizaje y puede ser condicionada, en la incorporación de dichas conductas
tendrá un lugar relevante el entorno del niño.
La ingestión de alimentos en repetidas oportunidades hace que las respuestas
fisiológicas del organismo infantil incorpore aprendizajes acerca del valor de sacie-
dad de cada alimento y se hacen ajustes anticipatorios a la ingesta de otros.
Las señales orgánicas que aportan información para la regulación de la ingesta
son principalmente: digestivas de vaciamiento gástrico e intestinal (mécanicas y
hormonales), sensoriales (intervienen todos los sentidos) y metabólicas (lactato y
glucemia)
Por otro lado, en la modulación del apetito-saciedad el sentido del gusto tiene
una participación significativa. Existe una preferencia innata por el sabor dulce, que
se asocia a los alimentos comestibles y placenteros, y un rechazo por los sabores áci-
do y amargo, que se asocian a no comestibles. La experiencia cotidiana del niño con
la comida va modificando las respuestas tempranas, no aprendidas, de aceptación de
lo dulce y rechazo de lo amargo y ácido.
En la identificación de las señales orgánicas, la familia, sobre todo la mujer/
madre y/o cuidador cumple un rol fundamental para no entorpecer u obstruir la
incorporación de alimentos y el aprendizaje de adecuados hábitos alimentarios, pues
es en esta etapa donde se inicia la formación de los mismos.
En cuanto al desarrollo dental, alrededor de los doce meses el niño posee ocho
piezas
dentales, y completa las veinte piezas de dentición primaria a los tres años. Los
primeros molares permanentes aparecen cerca de los seis años de edad. Es en esta
etapa donde es necesario fomentar el cuidado de la salud bucal, sobre todo en lo que
respecta a correctos hábitos de higiene y evitar el consumo frecuente de alimentos
que puedan estimular el desarrollo de caries.
La masticación y la deglución son conductas motoras que en buena parte
se deben aprender, al igual que los buenos modales para comer se adquieren y son
consecuencia lógica del desarrollo psicomotor.
Un adulto deglute de 15 a 20 ml de agua en cada ocasión pero un niño de 15 a
40 meses no puede deglutir más de 5 ml por ende pretender que un preescolar ingie-
ra, deguste, mastique y degluta a la velocidad o en la cantidad que al adulto es muy
ofensivo para la realización correcta de estos primeros tiempos de la alimentación, y
lo menos que pueden provocar, además del peligro de que el niño se atragante por
el paso del alimento a la tráquea, es el rechazo a las comidas.
Adicionalmente a esta edad ocurren muchos cambios en el consumo de ali-
mentos ya sea desde los gustos hasta los tipos y la cantidad. Alimentos que son
178
muy aceptados un día, pueden ser rechazados al próximo; y desafortunadamente la
discrepancia entre el apetito del niño, el consumo de alimentos y las expectativas de
los padres de lo que el niño debería comer, a menudo lleva a mayores conflictos. Sin
embargo debe entenderse que el “poco apetito” o el “apetito selectivo” del niño es
parte de su etapa de desarrollo.
La neofobia tiene dos períodos críticos. El primero, cuando se introducen
alimentos semisólidos a los niños más pequeños, a lo largo de su primer año de vida.
El segundo ocurre alrededor del tercer año, coincidiendo con la etapa de la rebeldía
y desarrollo del YO; es probable que sea un mecanismo de defensa para proteger al
niño, que ahora deambula libremente, de la ingestión de sustancias nocivas. Esta
neofobia puede ser reducida a través de la exposición reiterada a un alimento.
Leann Birch demostró que, con el contacto reiterado, los niños terminan
aceptando muchos alimentos nuevos que inicialmente rechazaban; sin embargo,
la aceptación no se produce de inmediato sino que puede exigir entre ocho y diez
contactos con el alimento que debe ser probado y no solamente mirado u olido.
Es necesario respetar los deseos del niño de jugar mientras come, pero el juego
debe favorecerse desde el contacto con los alimentos, el uso de cuchara, vaso, etc.,
mientras se alimenta, evitando otros objetos que faciliten su distracción y entorpez-
can el acto de comer.
179
A partir de estas mediciones se construyen los índices más utilizados en esta
etapa IMC/edad, circunferencia cintura/edad, circunferencia brazo/edad, Talla/
edad, entre otros.
Energía
Es fundamental en esta etapa el aporte adecuado de calorías esenciales y adi-
cionales porque si bien es una etapa de crecimiento estático, el niño debe cubrir sus
necesidades y satisfacer así sus demandas. Para el cálculo de las necesidades energéti-
cas se tomarán las recomendaciones FAO 2004 según actividad física, en el capítulo
correspondiente.
180
t Hidratos de Carbono
Tener en cuenta el alto consumo de azúcares simples y la baja ingesta de fibras
tanto solubles como insolubles por parte de los niños.
La RDA es de 130g/día, que suele ser superada dependiendo de la edad.
El rango de carbohidratos aceptable para la edad es de 55- 75% del total de
calorías y hasta un 10% del total de calorías pueden provenir de azúcar simple, se-
gún la OMS/FAO.
La recomendación de ingesta de fibra es a partir de los dos años según la Aca-
demia Américana de Pediatría es de 0,5 g/Kg/día
t Proteínas
Existe un descenso lento pero continuo de las necesidades proteicas relaciona-
das con el peso durante la edad preescolar. En esta edad es importante aportar una
cantidad apropiada de proteínas y, a su vez, una cantidad de kilocalorías no proteicas
adecuadas que permitan la utilización de estas para su función plástica (formación y
mantenimiento de tejidos) y no sean utilizadas como fuente de energía. El aporte de
proteínas mínimo es de 1,2 g/kg/día no debiendo superar los 3g/k/día.
t Lípidos
Las grasas aportan en esta etapa la mayor fuente de energía y colaboran en la
absorción de vitaminas liposolubles.
La distribución de las grasas totales es de:
t -Ácidos Grasos Saturados < del 10%
t Ácidos Grasos Poliinsaturados 6- 10%
t -Ácidos Grasos Monoinsaturados 10%
181
Distribución porcentual de macronutrientes en la fórmula calórica
Distribución calórica: 50-60% de hidratos de carbono (principalmente com-
plejos con no más de un 10% de refinados), 30- 35% de grasas y 10-15% de pro-
teínas de alto valor biológico.
t El plan alimentario
Durante esta etapa se promoverán conductas alimentarias adecuadas teniendo
en cuenta siempre la disponibilidad de alimentos y el patrón cultural familiar.
El ambiente que rodea la alimentación debe garantizar la interrelación niño/
cuidador, porque es un factor protector contra la anorexia, uno de los síntomas más
frecuentes en esta edad.
Una consecuencia de malos hábitos es la constipación crónica, de alta preva-
lencia en esta etapa y que se puede originar en dietas inadecuadas, ricas en carbo-
hidratos e insuficientes aportes de agua y fibras. También suelen tener un impacto
negativo las reglas estrictas de higiene ejercidas por los padres, quienes deben flexi-
bilizar su actitud con el niño, sobre todo en la etapa de aprendizaje de control de
esfínteres.
182
Actividad Física
El profesional Nutricionista debe evaluar y conocer la actividad física que
desarrolla el niño, estimular actividades lúdicas en esta etapa e informar de los efec-
tos negativos sobre el estado nutricional y el crecimiento que tiene el permanecer
más de tres horas diarias frente al televisor. También trabajar en equipos multidis-
ciplinarios con aquellos niños en los que se detecte como factor de riesgo la falta o
insuficiente actividad física, recordando que la recomendación diaria para un niño
es de 60 minutos. En el siguiente gráfico se ejemplifican actividades y periodicidad
recomendadas.
1*3«.*%&%&"$5*7*%"%'¶4*$"&//*º04:"%0-&4$&/5&4
Fuente: Departamento de Salud y la Secretaría General del Deporte del Departamento de la Vicepre-
sidencia de la Generalitat de Catalunya.
183
184
%FTBSSPMMPEFDBQBDJEBEFTNPUPSBT
TPDJBMFTZDPHOJUJWBTFOFMQSFFTDPMBS
DESARROLLO
MOTRICIDAD MANIPULACIÓN SOCIAL LENGUAJE Y CONOCIMIENTOS
EDAD
Salta con los pies juntos en Tapa un bolígrafo y Tiene curiosidad cómo
Utiliza más de 100 palabras y es capaz de hacer frases de 2-3
2 años y medio el mismo sitio y camina de puede dibujar rayas funcionan y para qué sirven
palabras con verbo.
puntillas- rectas. los objetos que le rodean.
Sube escaleras apoyando un pie
en cada escalón; pedalear un Le gusta jugar mucho y emplea el juego simbólico. Diferencia
Su capacidad de comprensión
triciclo y correr sin problemas. género y número. Une frases y realiza frases de tres palabras.
es muy alta.
3 años Se empieza a ponerse y a Conoce su edad en años y su nombre completo.
quitarse ropa sencilla. Puede Puede mantener conversaciones y referirse al pasado.
dibujar alguna cosa reconocible.
Es capaz de
Sigue y comprende un cuento corto. Crea frases complejas y
Baja escaleras alternando desabrochar un Juega en colaboración con
une las frases con conjunciones.
los pies, salta sobre un pie botón. Puede copiar otros niños. Imita el rol de
4 años Es esta etapa el mundo se entiende mediante el pensamiento
manteniendo el equilibrio. un círculo, redonda, los padres.
mágico (creen que los objetos tienen vida y que acontecimientos
cruz y raya.
coincidentes en el tiempo tienen una relación causa-efecto).
Es capaz de andar hacia delante El grafismo es cuadrado. Dibuja a una persona en tres partes:
Le gusta participar en juegos
tocando un pie con el otro, salta cabeza, tronco y extremidades.
5 años competitivos.
pequeños obstáculos. Cuenta hasta 10, sabe el concepto de cantidad.
Bibliografía
Manual de nutrición del niño sano. Capitulo “Pautas de alimentación en el niño preescolar, escolar
y adolescente”. Ed. Corpus.2007.
Evaluación del estado nutricional de niñas, niños y mujeres embarazadas mediante antropometría.
OPS y Ministerio de Salud de la Nación. 2009.
Tratado de Nutrición. Tomo 3 “NUTRICIÓN EN EL ESTADO DE SALUD”. Capitulo Nutri-
ción del niño de 1 a 3 años, preescolar y escolar. Ángel Gil. Ed. Panamericana. 2010.
Tratado de Nutrición. Tomo 2 “SITUACIONES FISIOLÓGICAS Y PATOLÓGICAS”. Capitulo
“Niño preescolar y escolar”. José Mataix Verdú, Rosaura Leis Trabazo.
Dra. Miriam Aliño Santiago, Dr. Raymundo Navarro Fernández, Dra. Juana R. López Esquirol,
Dra. Iraiza Pérez Sánchez La edad preescolar como momento singular del desarrollo huma-
no. Rev Cubana Pediatr 2007; 79(4)
Uruguay. Ministerio de Salud Pública. Departamento de Nutrición. Recomendaciones nutriciona-
les para la población uruguaya. Montevideo: MSP, 2002.
Peña Quintana L, Serra Majem L. Nutrición y salud pública:programas de educación y prevención
nutricional. En:Tojo R, ed. Tratado de Nutrición Pediátrica. Barcelona: Doyma, 2001.
Mataix J, Gassull MA: Fibra alimentaria. Mataix J (ed.): Nutrición y alimentación humana. Ergon.
Madrid, 2002: 119-137.
Hirschler, V. y cols. ¿Es la circunferencia de cintura un componente del síndrome metabólico en la
infancia?. Arch.arg.pediatr 2005; 103(1) 7-13
Lorenzo J. “Nutrición Pediátrica”. 1ª Edición. Editorial Corpus, Buenos Aires, 2004.-
Manual Metodológico de Capacitación del Equipo de Salud en Crecimiento y Nutrición de Ma-
dres y Niños. Dirección de Salud Materno Infantil. Ministerio de Salud de la Nación, 2003
Comer en una edad difícil. Publicación CESNI- Agosto 2006.
185
PERÍODO DE CRECIMIENTO ESTABLE: EDAD ESCOLAR
La edad escolar comprende desde los seis años, cuando el niño inicia el nivel
de educación primaria hasta el comienzo de la pubertad, generalmente hasta los diez
años en la mujer y a los doce en el hombre, aunque con amplias variaciones. Esta es
una de las etapas más exigentes del desarrollo personal del niño, la cual será deter-
minante para la consolidación de su personalidad y de sus capacidades emocionales,
laborales y sociales.
Desarrollo social
El sistema escolar expone al niño a nuevo entorno social, con evaluadores
externos, con mayores expectativas de la familia respecto al comportamiento del
niño, su adaptación a las normas sociales y el despliegue de su capacidad cognitiva
Su éxito o fracaso en este período va a depender en parte de las habilidades que haya
desarrollado en sus seis primeros años de vida. Se profundiza el contacto del niño
con la sociedad a la que pertenece, la cual le plantea nuevas exigencias que requieren
de habilidades y destrezas para su superación exitosa.
La adaptación y ajuste que el niño logre a este nuevo ambiente, tiene una im-
portancia que trasciende lo inmediato. El grado en el que el niño se siente cómodo
e incluido en el colegio es expresión del éxito en su adaptación. Reacciones como
ansiedad, evasión o actitudes negativas pueden ser signos tempranos de dificultades
en su ajuste y que pueden tornarse en problemas futuros.
En este período existe un gran aumento de las relaciones interpersonales del
niño; los grupos de amistad se caracterizan por ser del mismo sexo. Entre los escola-
res pequeños (6 y 7 años), hay mayor énfasis en la cooperación mutua, lo que impli-
ca dar y tomar, pero que todavía está al servicio de intereses propios (no hacen favo-
res). En los escolares mayores (8 a 10 años), la amistad se caracteriza por relaciones
más íntimas, mutuamente compartidas, en las que hay una relación de compromiso
y que en ocasiones se vuelven posesivas y demandan exclusividad.
Las opiniones de sus compañeros acerca de sí mismo, por primera vez en la
vida del niño, van a tener peso en su imagen personal.
Los niños de esta edad son muy susceptibles a las presiones para actuar de
acuerdo con los pares. Esto principalmente afecta a los niños de baja autoestima y
habilidades sociales poco desarrolladas. En términos generales, la relación con los
pares contrapesa la influencia de los padres, abriendo nuevas perspectivas y liberan-
do a los niños para que puedan hacer juicios independientes.
Se ha demostrado que aquellos profesores que demuestran confianza en la
capacidad del niño incentivan el trabajo y el desarrollo de potencialidades en él y a
la vez que favorecen un autoconcepto y una autoestima positivos.
Con respecto a los padres, el niño va aumentando su nivel de independencia
y distancia, como consecuencia de su madurez física, cognitiva y afectiva. El tiempo
destinado por los padres a cuidar de los niños de entre 6 y 12 años es menos de la
mitad de lo que ocupan cuando son preescolares. Sin embargo, los padres siguen
siendo figuras muy importantes; los niños se dirigen a ellos en busca de afecto,
orientación, vínculos confiables y duraderos que permitan la afirmación de su com-
petencia y valor como personas.
Paulatinamente hacia el final de esta etapa la relación con los padres cambia,
iniciándose un proceso gradual de independencia y autonomía, y aparece el grupo
de pares como un referente importante.
La eficiencia de la relación entre padres e hijos está determinada por la cla-
187
ridad de la comunicación entre ellos que deben estar fundadas en reglas claras,
sistemáticas y consistentes.
Otro elemento del área social es el juego. El rol del juego es dar oportunidades
de aprendizaje. En él, el niño puede ir ganando confianza en su habilidad para hacer
una variedad de cosas, entra en contacto con el grupo de pares y se relaciona con
ellos, aprendiendo a aceptar y respetar normas. El juego ofrece modos socialmente
aceptables de competir. Durante este período, hay dos tipos de juegos que predomi-
nan: juego de roles: (6-7 años) tiene un argumento que representa una situación de
la vida real. juego de reglas: (8-11 años) implica respeto a la cooperación social y a
las normas, existiendo sanción cuando ellas se transgreden. Este juego es el que va a
persistir en la adultez.
Desarrollo Psicoafectivo
Esta etapa implica el logro del sentimiento de la Competencia. El tema es el
dominio de las tareas que se enfrentan, el esfuerzo debe estar dirigido hacia la pro-
188
ductividad y, por lo tanto, se debe clarificar si se puede realizar este tipo de trabajo.
El niño debe desarrollar sus cualidades corporales, musculares y perceptivas, debe
alcanzar progresivamente un mayor conocimiento del mundo al que pertenece y, en
la medida en que aprende a manejar los instrumentos y símbolos de su cultura, va
desplegando el sentimiento de competencia y reforzando su idea de ser capaz de en-
frentar y resolver los problemas que se le presentan. Los hitos centrales de esta etapa
son el desarrollo del autoconcepto y la autoestima del niño.
t Autoconcepto: Es el sentido de sí mismo. El conocimiento de sí mismo se
inicia en la infancia en la medida en que el niño se va dando cuenta de
que es una persona diferente de los otros y con la capacidad de reflexionar
sobre sí mismo y sus acciones. A los 6-7 años comienza a desarrollarse los
conceptos del: - yo verdadero, quién soy y del - yo ideal, quién me gustaría
ser.
t Autoestima: Esta es la imagen y el valor que se da el niño a sí mismo. Es
una dimensión afectiva y se construye a través de la comparación de la
percepción de sí mismo y del yo ideal, juzgando en qué medida se es capaz
de alcanzar los estándares y expectativas sociales. La autoestima se basa en:
t significación: que es el grado en que el niño siente que es amado y acepta-
do por aquellos que son importantes para él.
t competencia: es la capacidad para desempeñar tareas que consideramos
importantes.
t virtud: consecución de los niveles morales y éticos.
t poder: grado en que el niño logra influir en su vida y en la de los demás.
La opinión que el niño escuche acerca de sí mismo por parte de los demás va a
tener una enorme trascendencia en la construcción que él haga de su propia imagen.
La autoestima tiene un enorme impacto en el desarrollo de la personalidad del niño.
Una imagen positiva puede ser la clave del éxito y la felicidad durante la vida.
En esta etapa comienza la aparición de la moral vinculada a la consideración
del bienestar del otro, el niño puede imaginar cómo piensa y siente otra persona. Se
caracteriza por cierta flexibilidad, por la capacidad de darse cuenta de los diferentes
puntos de vista.
Respecto a su sexualidad existe cierto interés por parte de los niños en pregun-
tar y hablar acerca del tema como por experimentar, pero la intensidad y el tiempo
destinados a ellos son menores. Esto ocurre debido a que el foco central del niño
durante la niñez intermedia está puesto en el aprendizaje y adquisición de herra-
mientas que le permitan integrarse al mundo adulto.
189
El horario de las comidas en el niño escolar se hace más irregular y está directamente
relacionado con el de sus actividades educativas (asistencia a clases, etc.)
Respecto a la conducta alimentaria, al permanecer mayor tiempo en el siste-
ma escolar formal se produce la ruptura de la dependencia familiar, el niño abre un
interrogatorio ante la necesidad de aprender a integrarse a un nuevo grupo diferente
al núcleo familiar, situándose a nuevas reglas, horarios, formas de convivir y la per-
tenencia a un nuevo espacio con la capacidad de tomar consciencia gradualmente de
las situaciones témporo-espaciales, obligaciones al formar parte de nuevas activida-
des y la adquisición de nuevas modalidades de vida en interacción social en relación
a actividades lúdico deportivas.
A esta edad el niño participa en su alimentación y es libre de escoger y de-
cidir la cantidad y tipo de alimentos que consume, aunque la familia y el colegio
son responsables de ella. Además, recibe mayor variedad de alimentos y aprende a
degustarlos mejor, siempre y cuando no se le obligue a comer. El apetito a esta edad
es variable y cambia incesantemente incluso entre una comida y la siguiente.
El consumo de las denominadas “comidas rápidas” aumenta, ya que son muy
atractivas y apetecidas por él, además de ser una actividad agradable para realizar
con sus amigos o familia. Cuando estos alimentos se consumen con moderación no
representan riesgos para su estado nutricional, el problema se da cuando la ingesta
es muy frecuente y parte de la rutina alimentaria.
Operaciones concretas El niño puede centrarse, simultánea- Comienza la idea de que un alimento
(7 a 11 años) mente, en varios aspectos de una si- nutritivo tiene un efecto positivo sobre
tuación. el crecimiento y la salud, pero con una
limitada comprensión de cómo y por
El razonamiento causa/efecto es más qué ocurre.
racional y sistémico. Las comidas adquieren un significado
Aparece la capacidad de clasificar, social.
reclasificar y generalizar. La expansión del ambiente aumenta las
oportunidades y las influencias para la
selección de los alimentos (comienza la
influencia de los amigos)
Operaciones formales Se amplía el pensamiento hipotético Puede comprender el concepto de
Mayores de 11 años y abstracto. Profundiza en la nutriente desde su presencia en el
comprensión de procesos científicos alimento hasta los niveles fisiológico y
y teóricos. bioquímico,
Pueden aparecer conflictos a la hora
de realizar elecciones de los alimentos.
(conocimiento de alimentos con
adecuados nutrientes vs. preferencias no
nutricionales)
190
t Abordaje Alimentario-Nutricional del niño en la etapa escolar
Para abordar esta etapa es necesario evaluar los mismos aspectos que se abor-
daron en la etapa preescolar:
t Evaluación del crecimiento
t Evaluación de la actividad física
t Valoración de alimentación y hábitos alimentarios
t Recomendaciones nutricionales
t Planificación de alimentación teniendo en cuenta las particularidades de
esta etapa
Valoración alimentaria
El estudio de la dieta buscará conocer características de la alimentación del
niño y de su historia dietética. Realizar una detallada anamnesis alimentaria que
permita conocer la alimentación actual resultando fundamental indagar sobre el nú-
mero de comidas que realiza el niño, el lugar donde realiza sus comidas principales,
frecuencia, colaciones y bebidas así como el consumo de comidas ligeras o snack ya
que por su fácil y rápido consumo y el atractivo organoléptico los hace especialmen-
te atractivos. Respeto a la alimentación pasada, es importante conocer su historia
en relación a la presencia y duración de la lactancia materna, características de la
introducción de alimentos complementarios, como así también otros datos como
la edad gestacional al momento del nacimiento, el tipo de parto y el peso al nacer.
Recomendaciones Nutricionales
&OFSHÓB
En los escolares la estimación de la energía requiere la adición de las calorías
que son necesarias para el crecimiento óptimo de estos niños.
En las recomendaciones para la cantidad del aporte energético para los niños
de edad escolar, el Subcomité de Alimentación y Nutrición no hace distinción en lo
referente a requerimientos en ambos sexos.
191
De hecho, la variabilidad de ingesta alimentaria en esta edad hace que las
recomendaciones en cuanto a energía se deban ajustar individualmente en relación
con el peso que tiene el niño o niña, con la velocidad de crecimiento que manifieste
y con el grado de actividad física que esté realizando.
1SPUFÓOBT
La OMS/FAO sugiere un rango de proteínas de 10 a 15% del total de energía.
Es importante aportar la cantidad apropiada de proteínas y, a su vez, de kilocalorías
no proteicas que permitan la utilización de estas para su función plástica (formación
y mantenimiento de tejidos) y para que no sean utilizadas como fuente de energía.
Una cantidad escasa de calorías o una cantidad excesiva de proteínas producen un
desperdicio metabólico.
Las necesidades de dicho nutriente para este grupo etáreo corresponden a
1.0g/Kg peso al día teniendo en cuenta, además, la calidad de sus aminoácidos y el
grado de digestibilidad proteica, el aporte no debe ser superior a 2 g/kg/día.
$BSCPIJESBUPT
Los hidratos de carbono, incluyendo los azúcares y almidones, proveen ener-
gía para las células del cuerpo, en particular para el cerebro. La RDA para hidratos
de carbono es de 130g/día, que suele ser superada dependiendo de la edad.
(SBTBT
Corresponden a la mayor fuente de energía para el organismo y colaboran
también en la absorción de vitaminas liposolubles; son fuentes de ácidos grasos
esenciales y forman parte de las membranas celulares. Existen distintos tipos de áci-
dos grasos: Ácidos grasos saturados (AGS) Ácidos grasos monoinsaturados (AGMI)
Ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) Ácidos grasos trans (AGT)
El aporte estimado actualmente es de hasta un 35% del valor energético total
de la dieta, dependiendo esta cifra máxima de la distinta distribución de los tipos
de grasas.
La recomendación general es de no superar un 10% de la grasa saturada.
Los ácidos grasos esenciales deben ser aportados entre 3.3-3.5g/1000 Kcal.
En esta etapa es de suma importancia el aporte óptimo de ácidos grasos esen-
ciales. El ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentanoico (EPA) son los
192
ácidos grasos omega-3 más abundantes en el cerebro y sus niveles en los lípidos
constituyentes de las membranas cerebrales están directamente influenciados tanto
por el tipo y cantidad de ácidos grasos de la dieta así como por la etapa vital, incre-
mentándose durante el desarrollo y reduciéndose en el envejecimiento.
Las membranas sinápticas del sistema nervioso central contienen grandes
concentraciones de ácido docosahexaenoico y eicosapentanoico, habiéndose demos-
trado que una dieta deficitaria en omega-3 se asocia a una disminución en los niveles
cerebrales de DHA y EPA, una reducción en el tamaño celular neuronal y alteracio-
nes en la función visual, la memoria visual y el proceso de aprendizaje.
Se han demostrado los efectos en el rendimiento cognitivo que poseen las
dietas ricas en DHA y EPA encontrándose una asociación significativa entre niveles
altos de DHA y EPA en sangre y mejores resultados en relación a la comprensión y
vocabulario.
Niveles adecuados de DHA y EPA se han asociado con patrones de sueño más
organizados a una edad temprana, con una mejoría de la atención y la concentración
a los dos años y un mayor desarrollo motor y del comportamiento a los siete años,
comparados con niños que presentan niveles bajos de DHA y EPA.
Los ácidos grasos omega-9 provienen de una familia de grasas insaturadas
(monoinsaturada u oleico) que normalmente se encuentran en las grasas vegetales
y animales.
En relación a la ingesta de colesterol la OMS/FAO y la AAP recomiendan
que la ingesta de colesterol no supere los 300mg/día.
7JUBNJOBTZ.JOFSBMFT
Una dieta rica en vegetales y frutas es la mejor garantía para la ingesta correcta
de minerales y vitaminas.
Así como en la edad preescolar, en la nutrición del niño escolar existen nu-
trientes críticos cuyos requerimientos deben cubrirse, ellos son: hierro, calcio y zinc.
Hierro: es un nutriente de elevada importancia en este grupo etáreo por estar
involucrado entre otras funciones en el desarrollo cerebral y la conducta, a través, de
la atención, memoria y aprendizaje, situación que adquiere una notoria relevancia
en esta etapa por las nuevas habilidades y destrezas que el niño va descubriendo y
fomentando en relación al evidente desarrollo que comienza a manifestarse.
Calcio: es imprescindible su aporte adecuado para promover el óptimo creci-
miento y desarrollo del niño escolar como así también por su imperante relación con
el ejercicio físico (condición que comienza a elevar su importancia en estos niños).
El ejercicio físico también juega un rol importante en el alcance del pico
máximo de la masa ósea. Una actividad física en donde se cargue el peso del cuerpo,
como correr o saltar, tiene un efecto más positivo en la masa ósea que actividades
físicas en las que no se carga el peso del cuerpo que tiene un mínimo esfuerzo físico
sobre los huesos.
Zinc: Nutriente de suma importancia en este período al estar implicado como
elemento constituyente de numerosas enzimas que participan en el metabolismo
relacionado al crecimiento y desarrollo, condiciones que deben promoverse y con-
193
trolarse en esta etapa de la vida para lograr el máximo potencial esperado para ese
niño o niña. La deficiencia de este nutriente produce retraso en el crecimiento, falta
de apetito, disminución en la agudeza gustativa y problemas en la cicatrización de
heridas.
194
como calcio, magnesio, hierro y zinc.
t Varios estudios demuestran que quienes desayunan tienen una menor in-
gesta diaria de grasas, especialmente si los cereales son un alimento inte-
grante de esta comida, ya que al aumentar la ingesta de carbohidratos, se
desplaza el consumo de otros alimentos de mayor contenido graso.
t La composición adecuada del desayuno debería aportar lácteos, cereales y
frutas o jugos de fruta fresca.
t El desayuno completo es un factor protector y mejora el desempeño esco-
lar sobre todo entre los niños con deterioro del estado nutricional.
La comida del mediodía debe representar un 30-35% del valor calórico total
del día y la cena, un 20-25%. Si la cena se realiza temprano es aconsejable ofrecer
un vaso de leche antes de acostarse.
195
en las mujeres), azúcar y cacao (el consumo de ambos es similar en varones y muje-
res). El consumo de leche y yogur disminuye de forma notable con la edad, siendo
el consumo total de lácteos de aproximadamente 475g/día en el grupo etáreo de 6-9
años y de 424 g/día en el de 10-13 años. El consumo de frutas y verduras son muy
inferiores a las deseables para este grupo de edad. Todo ello precisa a promover el
hábito de consumo de estos alimentos en la población infantil y juvenil para fomen-
tar la incorporación de alimentos saludables, para lo cual las estrategias educativas
ejercen importante trascendencia a nivel preventivo desde la implementación de
hábitos de alimentación y de vida saludables.
El nivel socioeconómico condiciona el patrón de consumo de los niños esco-
lares como así también para el resto de la población. A mayor nivel socioeconómico
el consumo de yogurt, quesos y otros lácteos, pescado, carnes rojas, frutas y verduras
se incrementa disminuyendo el de embutidos, aves y bebidas alcohólicas.
196
La introducción del niño a prácticas deportivas puede influenciar conductas
positivas hacia la alimentación, cuidando de equilibrar la alimentación energética-
mente, en la medida que la actividad física aumente. Además de ofrecerle al niño
nuevos aprendizajes y con ello la consolidación de su desarrollo al adquirir nuevas
destrezas y habilidades, en relación al tipo de actividad física que realice, sino tam-
bién al dinamismo que la misma favoreciendo la integración del niño a nuevos
espacios, compromisos, nuevas reglas de juego y la capacidad de entablar nuevas
relaciones en el marco de la práctica del deporte y juego interactivo
Bibliografia
Tratado de Nutrición, Ángel Gil. Tomo 3 (nutrición humana en el estado de salud) Ed. Panameri-
cana, mayo 2010
Nutrición en el niño sano. Autores: Jessica Lorenzo, María Elisa Guidoni, Marisol Diaz y Col.
Rosario, 2007
Desarrollo del niño durante el periodo escolar, Psicologa Teare Alejandra Guerrero, http://escuela.
med.puc.cl/paginas/publicaciones/manualped/desspsicesc.html
http://www.laboratoriosthea.com/archivos/publicaciones/00115.pdf
María Paz Guzmán, . Álvaro Téllez LA SALUD DEL NIÑO EN EDAD ESCOLAR. 1998
Green M. (Ed.) 1994. Bright Futures: Guidelines for Health Supervision of Infants, Children
and Adolescents. Arlington, VA: National Center for Educational in Maternal and Child
Health.
American Academy of Pediatrics. Second Edition. School Health: A Guide for Health Profession-
als.
Aranceta J. Nutrición en el niño y adolescente. Diálogos en Pediatría. Meneghello. Vol. XI, 1996
Nelson Tratado de Pediatría. Primeros Años Escolares. Capítulo 14. XV Edición 1997.
Manual de Salud Escolar. Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas., Ministerio de Educación de
Chile. 1997.
Salvador,M. Miras, F Alvarez J Psicología de la Educación y desarrollo en la edad escolar. Grupo
Universitario. Granada 2001
197
CAPÍTULO 11:
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DURANTE LA ADOLESCENCIA
Etapas de la adolescencia
199
t Cambios en la composición corporal.
t %JNPSíTNPPNBEVSBDJØOTFYVBM
El rápido crecimiento propio de esta etapa y el desarrollo de las características
sexuales secundarias se apoya en los cambios endocrinos.
Escaso, largo, recto o ligeramente rizado, Aumenta diámetro de la areola. Leve elevación
2
en bordes de labios mayores. del pezón y areola (botón mamario)
Más oscuro, rizado y áspero. Se extiende Aumento de la mama y areola con contorno
3
sobre la sínfisis pubiana. uniformemente redondeado.
Vello similar al adulto con menos área de Mayor aumento de areola y pezón, que
4
cobertura. No se extiende a los muslos. sobresalen del resto de la mama.
Vello femenino adulto dispuesto en
Mama adulta con contorno uniforme y
5 forma de triángulo de base superior. Se
redondeado en donde sólo sobresale el pezón.
extiende a cara interna de muslos.
Fuente: Estadios de maduración puberal según Tanner
200
generalmente por la aparición del brote mamario (DM2), seguida en el mismo año
de la del vello púbico (VP2). No es raro que esta preceda al comienzo del desarrollo
mamario.
.
Figura 2: Estadios de maduración puberal según Tanner: vello pubiano
en chicas
201
Chicos
Estadío Vello Pubiano (VP) Desarrollo Genital(DG) - genitalia -
1 Preadolescente. Vello muy fino Preadolescente.
Vello escaso, largo, ligeramente rizado, en Aumenta de testículos y escroto (cambio de
2
base del pene. textura).
Vello se extiende sobre la sínfisis pubiana. Alargamiento del pene. Mayor aumento de
3
Más oscuro, rizado y áspero. testículos y escroto.
Aumento del tamaño del pene (aumento del
Vello similar al adulto con menos área de
4 glande). Testículos más grandes y escroto
cobertura. No se extiende a los muslos.
más oscuro.
Vello adulto dispuesto en forma de rombo
5 pudiendo sobrepasar los límites hacia la línea Genitales de tamaño adulto.
alba.
Grafico: Estadios de maduración puberal según Tanner
202
genital. Todas las estructuras de la reproducción (próstata, vesículas seminales, etc.)
muestran un crecimiento acentuado en la adolescencia a partir del comienzo del
desarrollo testicular. La edad de la primera eyaculación es bastante variable y corres-
ponde generalmente con una fase avanzada de maduración.
En lo que respecta al aumento de estatura, se observa que al iniciarse el
desarrollo genital (DG2), el adolescente mantiene una velocidad constante de cre-
cimiento (5 a 6 cm y 2 a 3 kg por año). La fase de aceleración del crecimiento co-
mienza cerca de un año después, cuando el adolescente se encuentra en el estadio
DG3. La velocidad máxima de crecimiento coincide con frecuencia con el estadio
DG4 y va seguida de una desaceleración gradual en el DG5. Vale la pena recordar
que ciertas modificaciones fisiológicas (aumento de la tensión arterial, reducción de
la frecuencia cardíaca, etc.) y otras de orden bioquímico (aumento de la fosfatasa
alcalina y de la hemoglobina en el sexo masculino, etc.) a menudo guardan mayor
relación con la fase del crecimiento y la maduración sexual que con la cronológica.
Se debe destacar que los adolescentes cuyo proceso de maduración se inicia
más tarde que el promedio de la población presentarán también un atraso en lo que
respecta a estatura, peso y otras variables del desarrollo puberal. En el caso de los
adolescentes que maduran más pronto que el promedio de la población, todos los
cambios físicos propios de la pubertad ocurrirán en forma temprana, además la ace-
leración del crecimiento y la maduración ósea, conducirán a una fusión temprana de
las epífisis y, por tanto, a una talla adulta baja. Esas situaciones de desarrollo en que
la aparición de las características puberales se adelanta o se atrasa pueden ser norma-
les y guardan relación con características familiares y, por lo tanto, son motivos de
preocupación y ansiedad para los adolescentes que continuamente se comparan con
los pares de la misma edad.
Además de los factores genéticos que pueden determinar diversos aspectos
del desarrollo físico, no se pueden dejar de señalar las influencias del ambiente y,
en particular, del estado nutricional en el proceso de crecimiento y desarrollo del
adolescente.
Eventos puberales por destacar:
La ausencia de menarca después de alcanzado el desarrollo mamario adulto
crea una lógica angustia en la niña y su familia. En estos casos, es de gran utilidad
recurrir a la determinación de la edad ósea. Si la misma es inferior a los 14,5 años
de edad, existen buenas posibilidades de que esta se produzca en poco tiempo. En
cambio, si la edad ósea es mayor que ese término, es probable que se trate de una
amenorrea (ausencia de menstruación) primaria.
Hay evidente relación entre el inicio de la menarca y el empuje de la adoles-
cencia. Toda niña normal que ya ha comenzado a menstruar, ha pasado sus picos de
velocidad de crecimiento. De ahí que se puede asegurar que si ya ha alcanzado su
menarca, su crecimiento en esos momentos está desacelerándose y que ella no ha de
continuar creciendo con la misma velocidad como lo hizo en los períodos previos.
203
t "DFMFSBDJØOEFMDSFDJNJFOUPMJOFBM
Después del período de crecimiento estable de las etapas preescolar y escolar
se produce un brote de crecimiento rápido (paralelo a los cambios hormonales),
merced a la acción combinada de la hormona de crecimiento (GH), los andrógenos
suprarrenales y la testosterona. Su duración total aproximada oscila entre 24 y 26
meses.
El promedio de crecimiento en altura desde el inicio del brote es de unos 25
cm en las chicas y 28 cm en los chicos. Esta aceleración del crecimiento tiene lugar
más precozmente en las chicas, en comparación con los chicos.
Paralelamente al incremento en la velocidad de crecimiento, se produce la
maduración ósea influida por los esteroides sexuales, andrógenos suprarrenales y
hormonas tiroideas, y culmina con el cierre de las epífisis determinando el final del
crecimiento en altura. Desde el punto de vista clínico es importante recordar que
durante la pubertad, para interpretar el crecimiento de un niño, la edad de madu-
ración esquelética se corresponde más con el grado de desarrollo sexual que con la
edad cronológica
t $PNQPTJDJØODPSQPSBM
Unos meses después de la aceleración del crecimiento se produce un incre-
mento ponderal como consecuencia de cambios en la composición corporal que
implican particularmente a la masa grasa (especialmente en las chicas), y a la masa
muscular (especialmente en los chicos), cambiando también las proporciones óseas
y su contenido mineral. Los estrógenos y la progesterona estimulan una mayor acu-
mulación de grasa en las mujeres, mientras que la testosterona y los andrógenos
suprarrenales alteran la composición del organismo en los varones, produciendo
más masa corporal magra que grasa, una mayor masa esquelética y superior masa
celular que las mujeres. Las modificaciones de ambos compartimentos determinan
las mayores diferencias entre sexos.
t 5FKJEPBEJQPTP
La distribución del tejido adiposo varía considerablemente durante la ado-
lescencia. Sin embargo, la magnitud de estos cambios se ve influenciada por el mo-
mento en que se produce la maduración sexual y el pico máximo de crecimiento de
cada individuo. Por ello es necesario tener en cuenta la individualidad del proceso
madurativo en las variaciones en la distribución del tejido adiposo.
El incremento de la grasa precede a los cambios en los caracteres sexuales ex-
ternos en ambos sexos, pero mientras en las niñas alcanzará una proporción corporal
del 20-25%, en los niños tras un incremento inicial, disminuirá posteriormente a
valores de la niñez (10-18%). Además se produce una distribución de la grasa pre-
dominando en caderas en las chicas y en el tronco en los chicos.
t $POUFOJEPNJOFSBMØTFP
En relación a la masa ósea, la edad de 9 a 18 años se considera el “periodo
204
crítico para la adquisición del contenido mineral óseo (CMO)” que a su vez deter-
minará el “pico de masa ósea” o máximo depósito de mineral que se conseguirá so-
bre los 25-30 años de edad. Este último es el que guarda una relación inversamente
proporcional con la osteoporosis de edades tardías, de ahí que la nutrición durante
la adolescencia sea decisiva para su prevención. Durante este período crítico se va
a incrementar en un 60% el CMO bajo la influencia hormonal y de factores am-
bientales como la dieta (especialmente su contenido en calcio), irradiación solar y
el ejercicio físico.
t .BTBNVTDVMBSFTRVFMÏUJDB
El crecimiento de la masa muscular tiene una curva ascendente en ambos
sexos hasta los 12 años de edad. A partir de esa edad se produce un crecimiento
rápido y sostenido en los chicos (paralelo a la aceleración del crecimiento), mientras
que en las chicas este incremento se desacelera. La masa muscular predominante en
los chicos se hará patente en los hombros y extremidades dándole mayor aspecto de
corpulencia.
205
Las profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, son ge-
neradoras de crisis, conflictos y contradicciones. No es solamente un período de
adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia
una mayor independencia psicológica y social. Es quizás, el período más crítico del
sujeto.
Los adolescentes transcurren dolorosamente por un período de transforma-
ciones fisiológicas y psicológicas. Se sienten desarraigados en relación a sí mismos y
con el mundo, debido a que se desestructuran los vínculos identificatorios infantiles
generándoles confusión, en lo relativo al yo y los otros, a lo bueno y lo malo, a lo
adulto y lo infantil.
Durante la infancia, el crecimiento y el desarrollo ocurren lenta y paulatina-
mente. En la adolescencia, al contrario, los cambios se presentan abruptamente, co-
menzando por el cuerpo que adquiere las formas adultas mientras que las emociones
y el pensamiento aún sigue siendo de niño. El cambio físico en la adolescencia se
experimenta cuando el niño va perdiendo su cuerpo infantil y aparece la necesidad
psicológica de reestructurar la JNBHFODPSQPSBM Los incipientes adolescentes empie-
zan a tener autoconciencia de los cambios, una preocupación por el cuerpo, la nece-
sidad de integrar una imagen individual del aspecto físico y la obsesión por el grado
de aceptación que su figura despierta en el grupo de pares. Es así que el adolescente
está muy pendiente de su BQBSJFODJBGÓTJDB y le concede mucha atención y valor.
Existen estudios que demuestran que los adultos que se consideraban atractivos en
su adolescencia, tienen mayor confianza en sí mismos y son más felices que los que
no se sintieron atractivos, y estas diferencias se perpetúan hasta mediados de los 40
años.
El segundo aspecto importante sujeto a grandes cambios es el EFTBSSPMMPDPH-
OJUJWP La madurez cognitiva es la capacidad para pensar en forma abstracta, o sea,
de separarse de lo concreto para poder plantearse hipótesis, considerando aspectos
no presentes de una situación, incluyendo la anticipación o planificación del futuro.
Según Piaget, recién durante la adolescencia se alcanza el nivel de las operaciones
formales o pensamiento hipotético deductivo. Este pensamiento se va logrando en el
transcurso del período adolescente, sin embargo, muchos adultos no logran alcanzar
la formalización y perpetúan un entendimiento concreto o apegado a lo visible y
presente en el análisis de las distintas situaciones.
En cuanto al EFTBSSPMMPTPDJBMFOSFMBDJØOBMEFTBSSPMMPQTJDPMØHJDP, están
íntimamente relacionados dado el papel fundamental del grupo en la consolidación
de su autoimagen.
Desde una perspectiva psicosocial, la familia puede ser considerada como uno
de los microambientes principales en que se desenvuelve el adolescente y que es
reconocido como uno de los principales factores capaz de promover el bienestar,
(ya que esta etapa es vulnerable a grandes peligros sociales como son las drogas, el
alcoholismo, y otros riesgos perjudiciales para la salud como el tabaquismo), como
puede transformarse también, la familia, en un importante factor de riesgo.
Es importante considerar la relación que mantienen sus miembros ya que la
206
comunicación es uno de los ítems fundamentales en el que se busca apertura, con-
fianza y satisfacción en la interacción entre padres y adolescentes, lo cual permitirá
un fluido compartir de ideas, proyectos, sentimientos, deseos y facilitaría la resolu-
ción de problemas.
Comportamiento alimentario: Los múltiples cambios que ocurren en esta
etapa influyen también sobre el comportamiento, las necesidades nutricionales y los
hábitos alimentarios en el adolescente. Numerosos factores externos (característi-
cas familiares, amigos, valores sociales y culturales, medios de comunicación social,
conocimientos nutricionales, experiencias y creencias personales, etc.) e internos
(características y necesidades fisiológicas, imagen corporal, preferencias y aversiones
en materia de alimentación, desarrollo psicosocial, salud, etc.) tendrán impacto en
el comportamiento alimentario del adolescente. Todo ello regido por la necesidad de
afirmar la propia identidad, aunque sea a costa de rechazar la alimentación familiar
y elegir otros tipos de alimentación, que a menudo son inadecuados.
El comportamiento del adolescente se caracteriza por grandes contradiccio-
nes: deseo de afecto y rechazo al mismo; deseo de independencia y necesidad de
protección; en definitiva, es la edad del todo o nada. Estas grandes contradicciones
también se manifiestan en la alimentación, quizás como en ningún otro aspecto.
En la adolescencia temprana la presión del entorno comienza a imponerse por
sobre la autoridad de los padres y es entonces cuando los chicos pueden iniciar dietas
de moda. Muchas comidas y/o colaciones son consumidas fuera del hogar y, con fre-
cuencia, sin supervisión alguna (en escuelas, casas de amigos, eventos sociales, etc.).
A lo anterior se suma la creciente preocupación por la imagen corporal que
suele comenzar en la adolescencia.
La imagen corporal es un constructo multidimensional que involucra una
dimensión perceptiva que se refiere a la precisión con la cual una persona percibe
la forma y medida de su cuerpo; una dimensión cognitiva-actitudinal, que incluye
creencias, pensamientos, imágenes y sentimientos de la persona sobre su cuerpo, lo
que puede ser útil para conocer el grado de satisfacción corporal; y una dimensión
conductual, que tiene que ver con el comportamiento de una persona a partir de lo
que piensa y siente en relación a su cuerpo.
La comparación entre el propio cuerpo y los modelos sociales de belleza, ade-
más de otros factores como la pérdida de identidad familiar, la acción nociva de los
medios de comunicación, entre otros, determinan el grado de satisfacción con la
imagen corporal.
Una insatisfacción con ésta imagen corporal supone graves amenazas a la nu-
trición y, por lo tanto, al desarrollo físico y psicológico de los adolescentes.
Durante la adolescencia los chicos comienzan a independizarse de las deci-
siones de sus padres y comienzan a elegir y comprar los alimentos. Es así como
se emplean hábitos como un aumento en el consumo de comidas rápidas; saltear
el desayuno; aumento en el consumo de gaseosas y jugos; elección inadecuada de
colaciones como ser alimentos chatarra, es decir, productos manufacturados con
elevadas cantidades de grasa saturada, azúcar, colesterol, energía y deficitarios en
207
micronutrientes; entre otros.
Los medios de comunicación como la televisión fomentan el hábito de fumar
y el alcohol, estimulan el consumismo a través de la publicidad condicionando los
hábitos de ingesta actual destacando la oferta excedida de productos elaborados hi-
percalóricos, un marketing que induce al consumo, trastornos psicológicos reactivos
donde el alimento pasa a ser un sustituto placentero. Los hábitos sedentarios, por
otra parte, están condicionados por la falta de infraestructura y de áreas verdes para
el esparcimiento y la práctica deportiva, y la práctica cada vez mayor de actividades
tales como TV, computación, etc., que ocupan gran parte del tiempo libre de niños
y adolescentes. La combinación de la estimulación del apetito y un estilo de vida
cada vez más sedentario contribuye al desarrollo de la obesidad y su clara asociación
con las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) del adulto.
208
error que en otras etapas de la niñez, ya que el proceso de crecimiento no ocurre en
forma simultánea y proporcional para los parámetros peso y talla, habitualmente
utilizados en el diagnóstico. Es más frecuente que una aceleración del crecimiento
en longitud anteceda a la ganancia de peso, de modo que el cálculo de la relación
peso/talla va a sugerir desnutrición cuando no exista más que un enflaquecimiento
relativo, fenómeno que es más frecuente en el varón. A la inversa, en la niña es más
habitual que se produzca un aumento de peso antes que ocurra el aumento de la
talla, y entonces la relación peso/talla sugerirá sobrepeso e incluso obesidad.
La conclusión práctica es que el diagnóstico del estado nutricional en el ado-
lescente debe inspirarse en antropometría, pero fundamentalmente en la situación
funcional y en el seguimiento periódico del crecimiento y el examen físico.
Una relación peso/talla disminuida en el adolescente, si no se acompaña de
alteraciones funcionales o de morbilidad concomitante, sólo debe hacer plantear un
diagnóstico de enflaquecimiento y obligar a una reformulación de la alimentación y
seguimiento estricto de sus resultados.
La percepción estética de “enflaquecimiento” en el varón y de “gordura” más
frecuente en la niña, origina problemas alimentarios pintorescos, en el afán de co-
rregir con dietas una situación que es completamente normal y se compensará al
completarse el proceso. Por una parte los niños tenderán a forzar la ingesta de nu-
trientes, las niñas a su vez intentarán un régimen de semiayuno, habitualmente muy
mal distribuido a lo largo del día, en pos de una silueta esbelta, antes de lograrse la
estatura definitiva. El conocimiento de la dinámica del proceso de crecimiento a esta
edad y su seguimiento, del valor calórico de los alimentos y la importancia de dis-
tribuirlos en forma paralela a las horas de mayor actividad física, son los elementos
que permitirán a los profesionales de salud ajustar las prescripciones de alimentación
a las necesidades nutricionales siempre cambiantes del adolescente.
El peso y la talla son las dos mediciones más simples de obtener para evaluar
el estado nutricional. Cuando se obtiene la información, de acuerdo a los distintos
indicadores, deben ser comparados con una gráfica estandarizada.
Talla: En los varones a los 11 años se inicia una etapa de crecimiento rápido
que se hace aun más intenso entre los 13 y 14 años. Se lentifica luego a partir de
los 14 años haciéndose casi horizontal hasta los 18 años en donde se produce un
pequeño incremento. El pico de crecimiento se produjo a los 13,5 años con 9 cm
de incremento por año.
En las mujeres se observa que el brote de talla ya ha comenzado a los 10 años
manteniéndose en franco ascenso hasta los 15 años. Luego se produce una lentifi-
cación y horizontalización de la curva. El pico de crecimiento se produjo a los 11,2
años con 9 cm de incremento por año.
Existe un pequeño empuje al final del período adolescente con un incremento
de 1 a 3 cm.
Peso: En varones luego de un incremento lento del peso que se prolonga hasta
los 12 años, se produce un marcado aumento en el peso hasta el final del período.
En mujeres el incremento de peso se produce en forma marcada hasta los 13
209
años, para luego observarse un estacionamiento en la curva de peso que permanece
con mínimas variaciones hasta el fin del período adolescente.
Se deben obtener las siguientes medidas antropométricas: peso, talla, que
permiten la construcción de los indicadores peso/edad, peso/talla y talla /edad; cir-
cunferencia de cintura y el índice de masa corporal (IMC) para clasificar el estado
de nutrición.
Plan de alimentación
Es una edad con unos requerimientos dietéticos y nutricionales concretos e
importantes.
Recomendaciones nutricionales
Energía:
El VET se calcula teniendo en cuenta el peso, la talla, la actividad y el estadio
puberal del paciente. Calcular las calorías diarias en forma individualizada en fun-
ción de la progresión del peso respecto a la talla y según el grado de actividad física.
De forma especial, el adolescente deportista debe incrementar el aporte energético
en relación al tipo de actividad y a la duración de la misma.
Hidratos de carbono:
Deben brindar el 50-55% de las calorías de la dieta.
Lípidos:
El 27-30% del total de ingesta energética.
En el caso particular de los lípidos, estos resultan imprescindibles en la ali-
mentación del adolescente, debido a su alto contenido energético. Además propor-
cionan Ácidos Grasos Esenciales (AGEs) y permiten la absorción de las vitaminas
liposolubles.
La alimentación en esta etapa de la vida se caracteriza por un consumo fre-
cuente de alimentos tales como margarinas, mantecas, mayonesas, panes industria-
les, galletitas dulces y saladas, barras de cereales, alfajores y productos de copetín,
los cuales presentan un alto contenido de Ácidos Grasos Saturados (AGS), trans,
linoleico (Ȧ-6) y una baja cantidad de alfa linoleico (Ȧ-3), lo que da lugar a una
relación Ȧ-6/Ȧ-3 no deseada. Una dieta con este perfil lipídico desde edades tem-
pranas, en la mayoría de los casos se mantiene a lo largo de la vida adulta, incremen-
tando de forma notable la probabilidad de desarrollar ciertas patologías, tales como
dislipemia, aterosclerosis, diabetes, osteoporosis, ciertos tipos de cáncer, entre otras.
La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) y la Organización Mundial de la Salud, en su informe del año 2003 sobre
“Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas”, recomiendan, a fin de
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, una ingesta menor al 10% de
grasas saturadas, menor al 1% de grasas trans y del 15 al 30% de la energía total
de grasas monoinsaturadas. Además, según estas organizaciones, los Ácidos Grasos
210
Poliinsaturados (AGPI) totales han de representar 6-10% de la energía total; requi-
riéndose un balance óptimo entre la ingesta de AG Ȧ-6 y AG Ȧ-3.
Desde 1997, la FAO/OMS recomienda que la relación entre AG Ȧ-6 y AG
Ȧ-3 esté comprendida entre 5:1 y 10:1.
Proteínas
Se indican a razón de 1g/kg/día, aproximadamente.
Los requerimientos proteicos se justifican por el elevado nivel de crecimiento
de los tejidos (aumento de masa muscular, aumento de masa ósea) que en esta etapa
supone una parte importante del gasto. De toda la energía que se necesita, se ha
establecido que entre un 12-14% debe proceder de las proteínas, que en gramos
supone aproximadamente 44-59g/día. Con esta cantidad se está en condiciones de
hacer frente a las necesidades proteicas para el correcto crecimiento de los tejidos.
A esta edad es importante aportar la cantidad apropiada de proteínas y, a su
vez, la cantidad de kilocalorías no proteicas que permitan la utilización de las mis-
mas con función plástica (formación y mantenimiento de tejidos), para que no sean
utilizadas como fuente de energía. Una cantidad escasa de calorías o una cantidad
excesiva de proteínas producen un desperdicio metabólico.
Vitaminas
Para los adolescentes se recomiendan, especialmente, las vitaminas que de una
u otra forma se relacionan con la síntesis de proteínas y la proliferación celular.
Como consecuencia de las necesidades aumentadas de energía, los requeri-
mientos de tiamina, riboflavina y niacina están incrementados, ya que intervienen
en el metabolismo intermediario de los hidratos de carbono. También son más altas
las demandas de vitamina B12, ácido fólico y vitaminas B6, necesarias para la sín-
tesis normal de ADN y ARN y para el metabolismo proteico.
Minerales
Son tres los minerales que tienen especial importancia en la adolescencia: el
calcio, el hierro y el zinc. Cada uno de ellos se relaciona con un aspecto concreto del
crecimiento:
Calcio: la eficacia en la absorción de calcio se incrementa durante la pubertad
y la mayor parte de la mineralización ósea ocurre en este período. Aproximadamente
el 99% de la masa ósea es calcio y de este porcentaje el 45% se forma durante la
adolescencia. Es obvia la necesidad de calcio en la dieta del adolescente. El National
Research Council (NRC) americano recomienda 1300mg/día para este grupo de
edad. Las más recientes recomendaciones RDA amplían hasta los 24 años la indica-
ción de 1300mg/día. (NRC. 10a ed. Modificada en 1998). La extensión del grupo
de edad de mayores de 19 años hasta los 24 años en ambos sexos es debido a que la
masa ósea máxima no se obtiene antes de los 25 años de edad.
Hierro: las necesidades de hierro se incrementan durante la adolescencia por
la eritropoyesis acelerada y por el aumento de la masa magra que acompañan al cre-
211
cimiento y, en las niñas, también por las pérdidas secundarias a la menstruación. La
importancia del hierro radica en el importante lugar que ocupa en la formación de
los tejidos muscular y sanguíneo. La ración de hierro recomendada se debe calcular
en función de las pérdidas y de las necesidades para la formación de glóbulos rojos
y otros tejidos. Se ha calculado en 1mg de hierro diario lo que se pierde a través
de la descamación de las mucosas, epitelios, heces y orina. Además, las mujeres en
cada menstruación pierden del orden de 28mg. Esta es la causa de que la carencia
de hierro se dé con más frecuencia en la mujer precisamente durante la edad fértil y,
por tanto, durante la adolescencia. Las ingestas recomendadas según la edad y sexo,
promedian en valores de 11 mg/día para varones y 15mg/día para mujeres (RDA,
1997-2001).
Zinc: es esencial para el crecimiento y maduración sexual, además de ser una
mataloenzima (fosfatas alcalinas). Está directamente relacionado con la síntesis de
proteínas y por lo tanto con la formación de tejidos por lo que es especialmente im-
portante en la adolescencia. La carencia de zinc se relaciona con lesiones en la piel,
retraso en la cicatrización de las heridas, caída del cabello, fragilidad en las uñas,
alteración del sistema inmunitario, etc. El déficit crónico puede causar hipogonadis-
mo (pequeño tamaño de órganos reproductores) y retraso en la maduración sexual.
En la última edición de las RDA, se recomienda una ingesta diaria de zinc en
torno a los 9 mg/día para las chicas y 11 mg/día para chicos (RDA, 1997-2001).
Distribución de alimentos
Desayuno
El desayuno es la primera comida del día, y es imprescindible realizarla; repre-
senta tal vez la comida más importante para el adolescente, pues le ofrece las calorías
y nutrientes necesarios para comenzar el día, más aún si tenemos en cuenta que no
recibe alimentos desde el día anterior. Se aconseja llegar con él, al 20-25% de las
necesidades energéticas diarias.
Lo esencial del desayuno (y/o merienda) es que contenga una porción de lác-
teos para el aporte de calcio, una fuente de hidratos de carbono que aportan energía
necesaria, como por ejemplo: pan, galletitas o cereales; y sería importante incluir
una porción de fruta o ensalada de frutas como aporte de vitaminas. Cabe destacar
que como esto último no es costumbre en nuestra población podría ser parte de una
colación.
Almuerzo y Cena:
Deben ser variados y completos. Acordar el tamaño de las porciones respetan-
do la saciedad del adolescente.
212
Ejercicio físico
El nivel de ejercicio físico es extraordinariamente variable entre los adolescen-
tes, oscilando desde aquellos con un sedentarismo excesivo hasta los dedicados al
deporte de alta competición. Entre los beneficios para la salud que promueve el ejer-
cicio físico en los adolescentes, se encuentran el mantenimiento del peso corporal,
desarrollo de la masa muscular, la mineralización esquelética, el efecto vasodilatador
y el establecimiento de un buen perfil lipídico, etc. Además, en esta edad el ejercicio
físico disminuye los estados de estrés y ansiedad y facilita las relaciones sociales de
grupo, a la vez que ocupa una fracción importante de tiempo libre y , por lo tanto,
aleja patrones de ocio no beneficiosos.
La salud del adolescente adopta características propias como unidad biopsico-
social en un ambiente y tiempo determinados en base a tres ejes integradores:
Embarazo y Adolescencia
El advenimiento de un embarazo adolescente es un acontecimiento que pone
de manifiesto y agrava la vulnerabilidad en que se encuentran las adolescentes y,
además, implica una situación de extrema fragilidad. Por un lado, por el tratamiento
que se les da a los procesos reproductivos, y, por otro, por la ausencia de un grupo
de apoyo (padres, pareja, hermanos) que, negación y castigo mediante, solo suelen
aparecer luego de que pasó el momento de mayor riesgo, es decir, el parto.
Población en riesgo:
La embarazada adolescente pertenece a la población en riesgo dentro del gru-
po de mujeres embarazadas presentando antecedentes obstétricos indeseables.
La adolescente embarazada presenta un estrés adicional sobre su etapa de cre-
cimiento y maduración. Actualmente, la edad media de la menarquía se sitúa entre
los 12 y 13 años de edad. Normalmente, el crecimiento aún continúa durante 4
años más, aunque a un ritmo más lento que durante la etapa prepuberal. En esta eta-
pa, un embarazo representa para la madre un riesgo en su crecimiento potencial, ya
que, a las necesidades de su propio cuerpo, se suma la demanda fetal de nutrientes.
Una mujer joven que concibe poco después de su primera menstruación corre
el máximo riesgo fisiológico, y a pesar del aumento de peso materno, los pesos de
nacimiento de los neonatos se mantienen bajos.
Este mayor riesgo de restricción en el crecimiento fetal se atribuye a la interfe-
rencia en el flujo sanguíneo fetoplacentario y en la transmisión de nutrientes el feto
como resultado de las características fisiológicas inherentes al crecimiento materno.
Cuanto menor sea la edad ginecológica, (Edad ginecológicaes el número de
años entre la menarca y la edad cronológica edad ginecológica 0 = edad de la menar-
213
quía). mayor es el riesgo fisiológico en la embarazada, ya que será menor la estatura
y el tamaño de la pelvis, con lo cual aumenta el riesgo de que la adolescente llegue
al alumbramiento por la vía cesárea debido a la desproporción céfalo-pélvica (inma-
durez fisiológica).
Por otro lado, cuanto menor sea la edad ginecológica, mayores serán sus nece-
sidades nutricionales. Los músculos generalmente no están suficientemente desarro-
llados, el esqueleto puede que no haya alcanzado el grado óptimo de mineralización
y ciertas reservas de nutrientes (principalmente de hierro, ácido fólico, vitamina A y
B12) son menores que en la mujer adulta bien alimentada.
El impacto psicológico que representa un embarazo sobre la adolescente pue-
de resultar más perjudicial, tanto para la madre como para su hijo, que la inmadurez
biológica.
La actitud punitiva frente al embarazo temprano, especialmente si este tiene
lugar fuera del matrimonio; impide proporcionar la comprensión y el apoyo que la
joven mamá necesita.
214
Bibliografía
Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, Lestingi ME, Lasivita J, et al. Nutrición del niño
sano. Ed. Corpus. Rosario, 2007.
Mataix Verdù, J. y Martinez, C. Adolescencia. Capitulo 36. En: Tratado en Nutrición. . Tomo II.
2da ed. Ed .Océano, 2009.
Torresani, M. E. “Cuidado nutricional pediátrico”. 1a.ed. Buenos Aires Ed. Universitaria de Bue-
nos Aires, 2002
WHO Technical Report Series. FAO/WHO. Diet, Nutrition and the prevention of chronic disea-
ses. Report of a Joint Expert Consultation (Ginebra) 2003; 916: 1-160.
Torresani ME. Cuidado nutricional pediátrico. 2ª.ed. Buenos Aires: Eudeba; 2006. p.197-211
Madruga Acerete D, Pedrón Giner C. Alimentación del adolescente. Asociación Española de Pedia-
tría (España) 2002; 5:303-10.
Gonzaléz-Gross M, Castillo MJ, Moreno L, Nova E, González-Lamuño D, Pérez-Llamas F, et al.
Alimentación y valoración del estado nutricional de los adolescentes españoles (Estudio
AVENA). Evaluación de riesgos y propuesta de intervención. Nutr Hosp (España) 2003;
18(1):15-28.
Pinto Fontanillo JA, Carbajal Azcona A. La dieta equilibrada, prudente o saludable. España: Co-
munidad de Madrid; 2003. p.55-59.
American Academy of Pediatrics. Comité de nutrición. Nutrición del adolescente. En: Manual de
nutrición pediátrica. 5aed. México: Intersistemas; 2006; 149-54.
Ballabriga A, Carrascosa A. Nutrición en la infancia y adolescencia. 2da ed. Ed Ergón. Madrid,
2001.
Moreno Aznar L, Rodríguez Martínez G. Nutrición en la adolescencia. En Gil Hernández A. Trata-
do de nutrición. Madrid: Grupo Acción Médica; 2005; 367-90.
Mataix Verdù J, Sánchez Campos M. Adolescencia. En: Mataix Verdù J. Nutrición y alimentación
humana. Madrid: Ergón; 2002; 869-81.
Sarria A., Moreno LA. Alimentación del adolescente. En: Bueno M, Sarria A, Pérez - González J.
Nutrición en pediatría, 3aed.. Madrid: Ergón, 2007; 223-32.
Aguirre ML, Castillo C, Le Roy C. Desafíos Emergentes en la Nutrición del Adolescente. Rev. chil.
pediatr. [En Línea]. Volumen 81(6):488-497. (2010). Disponible en: http://www.scielo.cl/
scielo.php?pid=S0370-41062010000600002&script=sci_arttext [Consulta Abril de 2012].
Peña E, Sánchez A, Portillo Z, Solano L. Evaluación dietética de adolescentes embarazadas durante
el primer, segundo y tercer trimestre. Archivos Latinoamericanos de Nutrición. ALAN [En
Línea]. Volumen 53 (2): 133-140. (2003). Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222003000200003&lng=en&nrm=iso&ignore=.
html [Consulta Abril de 2012]
Benedito Monleón M C, Perpiñá Tordera C, Botella Arbora R M, Baños Rivera Imagen corporal
y restricción alimentaria en adolescentes. Volumen 58(3): 268-272 (2003). Disponible en:
http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13043565&pident_
usuario=0&pcontactid=&pident_revista=37&ty=27&accion=L&origen=elsev [Consulta
julio de 2012]
Peña Quintana L, Madruga Acerete D, Calvo Romero C. Alimentación del Preescolar, Escolar y
Adolescente. Situaciones especiales: Dietas Vegetarianas y Deporte, [En Línea]. Published
in An Pediatr. Volumen 54 (5): 484-496 Barcelona (2001). Disponible en: http://www.
elsevier.es/en/node/2004076 [Consulta Julio de 2012].
Salazar M Z. Adolescencia e Imagen Corporal en la Época de la Delgadez, [En Línea]. Reflexiones.
Volumen 87 (2): 67-80. Universidad de Costa Rica (2008). Disponible en: http://www.
redalyc.org/pdf/729/72912555004.pdf [Consulta Mayo de 2014] ISSN (Versión Impre-
sa): 1021-1209.
215
Castro-Feijóo L., Pombo M. Pubertad precoz, [En Línea]. Anales de Pediatra Continuada. Volu-
men 4 (2): 79-87. (2006). Disponible en: http://www.apcontinuada.com/es/pubertad-
precoz/articulo/80000173/ [Consulta Mayo de 2014].
Pineda Pérez S, Aliño Santiago M. El concepto de adolescencia, [En Línea]. En: Cuba Ministerio
de Salud Pública. Manual de Prácticas Clínicas para la Atención integral a la Salud de la
Adolescencia. La Habana, Cuba, MINSAP (1999). Disponible en: http://ccp.ucr.ac.cr/bvp/
pdf/adolescencia/Capitulo%20I.pdf [Consulta Junio de 2014]
Baile Ayensa J I. ¿Qué es la imagen corporal?, [En Línea]. Centro Asociado de la UNED de Tudela.
Cuadernos del Marqués de San Adrián: Revista de Humanidades. Volumen 2: 53-70,
(2003) Disponible en: http://www.uned.es/ca-tudela/revista/n002/baile_ayensa.htm [Con-
sulta Junio de 2014] ISSN (Versión impresa):1579-4806
Issleren J R Embarazo en la adolescencia, [En Línea]. Revista de posgrado de la cátedra VI me-
dicina. Edición 107 (Agosto 2001): 11-23. Disponible en: http://www.uv.es/~reguera/
videoconferencia/informe%5B1%5D.htm [Consulta Julio de 2012].
Balmaceda N, Campos ML, Cima MA. Evaluación del consumo de ácidos grasos -3 en adolescen-
tes del Instituto Nuestra Señora de la ciudad de Córdoba. Trabajo de Investigación (Licen-
ciatura en Nutrición). Córdoba. Universidad nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias
Médicas. Escuela de Nutrición. 2010.
Valverde Pilar R, Rivera de los Santos F, Moreno Rodríguez C. Diferencias de sexo en imagen cor-
poral, control de peso e Índice de Masa Corporal de los adolescentes españoles, [En Línea].
Psicothema. Volumen 22 (1): 77-83. Universidad de Oviedo. España (2010). Disponible
en: http://www.psicothema.es/pdf/3699.pdf [Consulta Junio de 2014] ISSN (Versión
impresa): 0214-9915.
López Pérez A M, Solé Burgos A, Cortés Moskowich I. Percepción de satisfacción –insatisfacción
de la imagen corporal en una muestra de adolescentes de Reus (Tarragona). [En Línea].
Volumen 30: 125-146 (2008). Disponible en: http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/zai-
nak/30/30125146.pdf [Consulta Junio de 2014]
Burrows A R. Prevención y tratamiento de la obesidad desde la niñez: la estrategia para disminuir
las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto. Rev. méd. Chile [En Línea]. Volu-
men 128(1): 105-110. (2000). Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S00349
8872000000100015&script=sci_arttext [Consulta Junio de 2014].
Pasqualini D., Llorens A. Salud y Bienestar de Adolescentes y Jóvenes: Una Mirada Integral. 1a ed.
- Buenos Aires: Organización Panamericana de la Salud - OPS, 2010. [En Línea]. Disponi-
ble en: http://publicaciones.ops.org.ar/publicaciones/publicaciones%20virtuales/libroVir-
tualAdolescentes/pdf/SaludBienestarAdolescente.pdf [Consulta Junio de 2014].
Melián N, Saldari A, Sganzetta G. Imagen corporal de adolescentes y calidad de su dieta actual me-
dida a través del Índice de Alimentación Saludable. Trabajo de Investigación (Licenciatura
en Nutrición). Córdoba. Universidad nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Médicas.
Escuela de Nutrición. 2013.
ERRNVPHGLFRVRUJ
216
*NQSFTPQPS&EJUPSJBM#SVKBTtBHPTUPEFt$ØSEPCBo"SHFOUJOB
217