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Centro de Invesgación Educación y Desarrollo - CIED
Fundación Terre des Hommes Italia
Correo electrónico:
federico.antonioli1@gmail.com
lippo.arni@unipr.it
tdhiper@speedy.com.pe
info.cooperazione@unipr.it
Página web:
www.terredeshommes.it
www.unipr.it
Impresión:
Taller, Jr. Moquegua 318 A Lima 1 - Perú
La idea del proyecto nace como consecuencia de los avances originados por el trabajo rea-
lizado por la ONG CIED a parr del año 2005, consolidados desde el 2007 por la colaboración con
Tdh-Italia con el aporte de la Fundación Cariplo, ejecutando proyectos a favor de culvos de café
orgánico y sacha inchi en la Selva Central del Perú. La nalidad de las intervenciones que se vienen
implementando hasta la fecha ha sido de contribuir a la conservación de los recursos naturales y
defender la diversidad biológica promoviendo modelos de desarrollo territorial sostenible insertan-
do, de manera complementaria al mono culvo de café, productos no convencionales tales como
el sacha inchi. Gracias a las intervenciones de CIED y Tdh-Italia el sacha inchi está siendo culvado,
transformado y comercializado por grupos organizados de mujeres que viven en las comunidades
rurales de la micro cuenca de Quimiriki, Distrito de Pichanki en la provincia de Chanchamayo.
Las experiencias que CIED y Tdh-Italia han desarrollados durante estos años con el sacha inchi
han conrmado las bondades del producto, que ene calidades nutricionales indiscubles en con-
sideración de las cuales los proyectos no solo han promovido una producción para la venta afuera
de las comunidades rurales, sino también un consumo directo en favor de la población local, de
manera parcular de parte de los niños. Sin embargo justamente el avance obtenido en el trabajo
con el sacha inchi ha evidenciado la necesidad de invesgar más sobre sus caracteríscas no solo
sicas, sino también culturales y antropológicas relacionadas con sus usos tradicionales, de los
cuales todavía se conoce muy poco. Asimismo surgieron otras inquietudes referidas a la idendad,
es decir al origen territorial del producto, debido a su extensión en diferentes áreas geográcas y
países de America lana, que nos conlleva a la existencia de diferentes pos de Sacha(s) Inchi(s). En
este sendo nos interesaba conrmar si era posible reconocer una idendad geográca de origen
peruana al sacha inchi y si, en este caso, en el Perú se daban las condiciones necesarias y exisan
procedimientos adecuados para reconocer esta idencación.
El aclarar todas estas inquietudes fue el movo principal que nos empujó a contactar la Uni-
versidad de Parma, especícamente el Departamento de Economía Agroalimentaria dirigido por el
Dr. Filippo Arni, experto en Indicaciones Geográcas y uno de los autores de la guía Uniendo per-
sonas, territorios y productos. Guía para fomentar la calidad vinculada al origen y las indicaciones
geográcas sostenibles, editada por la FAO en 2010.
La Universidad de Parma a través de su ocina de cooperación (CUCI), demostró total dis-
ponibilidad y gracias al co-nanciamiento de la Cooperación al Desarrollo del Gobierno de Italia
podemos disponer de los resultados de la invesgación que serán presentados a connuación.
El estudio nos conrma que el sacha inchi ene grandes potencialidades evidenciando sin
embargo problemas de denición del territorio de origen, que se suman a la ausencia de estudios
comparavos entre producciones procedentes de diferentes lugares y especies. Estas condiciones
no permiten- a la fecha - denir de manera coherente si existen variabilidades internas y de calidad
entre especies, haciendo dicil establecer una indicación geográca especíca.
3.1 RESEÑA HISTÓRICA SOBRE LOS USOS DEL SACHA INCHI .............................................. 55
El territorio .................................................................................................................. 69
ANEXO........................................................................................................................................ 121
Introducción
INTRODUCCIÓN
El objevo de la siguiente publicación es desarrollar un estudio de facbilidad sobre el reconoci-
miento del aceite de sacha inchi como Indicación Geográca de Perú.
El marco teórico sobre el que se basó esta invesgación hace referencia a la Guía FAO y SINER-GI:
Uniendo personas, territorios y productos. Guía para fomentar la calidad vinculada al origen y las indica-
, editado en 2009.
A nivel económico, permiría alcanzar precios de mercado más altos, gracias a la cercación de
un producto único que contaría con una calidad especíca y una reputación posiva. Esto comportaría, a
su vez, la reducción de la asimetría informava entre productores y consumidores, ya que estos úlmos
estarían dispuestos a pagar dicho servicio con un price premium. Para que su producción fuese sostenible
a largo plazo, los benecios generados deberían ser repardos de forma equitava entre los diferentes
actores.
En segundo lugar, la reputación del producto podría acvar otras dinámicas económicas posivas
como el desarrollo de acvidades vinculadas al producto (turismo, gastronomía, etc.), el aumento de la
ocupación en las acvidades relacionadas con él y la valorización de otros productos del territorio.
A nivel social, podría desalentar el abandono de territorios rurales y fortalecer el sendo de perte-
nencia e idendad de los actores involucrados, los cuales, en la mayoría de los casos, se encuentran en
zonas marginales.
Finalmente, a nivel ambiental, podría inuir posivamente sobre el mantenimiento del paisaje y,
en general, a la protección del ambiente. Para que los benecios de la IG se reiterasen a largo plazo, sería
necesario que los recursos ambientales empleados en su producción fuesen renovables, desalentando el
uso de productos y práccas dañinas para su calidad y su imagen. Además, cuando se trata de recuperar
especies vegetales y animales no convencionales, se produce un efecto posivo sobre la biodiversidad.
Asimismo, los productos con IG gozan del amparo legal del nombre geográco en todos los países
adheridos a la Organización Mundial del Comercio (OMC), impidiendo su usurpación a través de imitacio-
nes que pueden resultar fraudulentas para los consumidores.
En el siguiente trabajo se analizan las condiciones descritas para el aceite de sacha inchi, intentando de-
nir la situación actual y real en la que se encuentra dicho producto, subrayando las potencialidades y oportu-
nidades que ofrece, así como los límites y obstáculos que amenazan la facbilidad de su reconocimiento.
9
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Se detalla la distribución geográca de la especie P. V L. (la más común de la que se extrae
el aceite), así como de las otras especies pertenecientes a la misma familia, destacando la escasez y, en
algunos casos, la total ausencia de estudios ciencos sobre su caracterización toquímica y su amplia
distribución en todo el Sur de América.
También se describen brevemente las condiciones edafoclimácas del culvo, el ciclo fenológico y el
manejo agronómico, detallando los datos sobre su producción.
Con respecto al aceite, se detallan sus caracteríscas químicas, haciendo énfasis en los elevados
niveles de ácido linolénico (ω-3) que conene; un ácido esencial necesario para el organismo pero que
no puede ser sintezado por el mismo y, consecuentemente, debe ser asumido a través de los alimentos.
Estos ácidos grasos son importantes para la prevención de algunas enfermedades, por lo que la asunción
de ω-3 resulta un gran aliado de la dieta alimencia.
Seguidamente, se comparan sus propiedades con las de los demás aceites (con una atención es-
pecial al aceite de linaza y de pescado, por poseer caracteríscas similares al aceite de sacha inchi) bajo
diferentes aspectos, como: la proporción entre ω-6 : ω-3, importante para la síntesis en EPA y DHA, el
contenido en ácidos grasos insaturados y polinsaturados, la presencia de tocoferoles y la oxidación del
producto, el sabor y el olor, el peligro de contaminantes, y el impacto ambiental de la producción del acei-
te. En este caso también se compara su caracterización nutricional con la recomendada por el Instuto de
Medicina (IOM), conrmado la importancia de su asunción para la dieta alimencia.
Por otra parte, se describe el método de extracción de este aceite a través del prensado en frío y se
confronta con la extracción mediante solventes químicos, mostrando el impacto de ambos sobre la calidad
del producto nal.
Este capítulo concluye armando que el aceite de sacha inchi presenta una calidad especíca que
lo diferencia de otros productos similares como el aceite de linaza o pescado. Se subraya, además, la au-
sencia de estudios de caracterización química de las otras especies de Pk halladas, con los que se
podrían individuar las diferencias existentes entre las diferentes especies. Esta carencia supone un primer
límite para el reconocimiento de esta planta como IG.
En el segundo capítulo, se describen todos los actores que parcipan de forma directa e indirecta,
dentro o fuera del territorio, en la cadena de producción y las relaciones que existen entre ellos.
Se presta una parcular atención a los eslabones agrícolas y de trasformación industrial, debido a su
importancia en la determinación de la calidad del producto nal.
La mayor parte de la producción nacional se concentra en la región de San Marn, donde la cadena
se encuentra más formalizada y organizada, y cuenta con una producción agrícola de aproximadamente
dos mil hectáreas.
Respecto a los agricultores, estos se caracterizan principalmente por carecer de una visión de mer-
cado y por basar su economía en la supervivencia y autosuciencia, consumiendo aquello que culvan. La
discrepancia existente entre la visión de los agricultores y la de las empresas, las cuales poseen una visión
de mercado más globalizada, hace nacer muchas dicultades entre estos dos colecvos. Además, se des-
taca la ausencia de una consciencia acerca de las caracteríscas y potencialidades del producto, así como
10
Introducción
de una verdadera tradición en su uso por parte de estos actores locales. Como consecuencia de esto, el
sacha inchi parece ser percibido como un producto estándar, debido a que su culvo no depende de las
tradiciones culturales, sino, más bien, de la mera valuación económica.
También se destaca la falta de organización de los productores agrícolas, la cual provoca una frag-
mentación en la oferta de semilla, volviendo inestable el volumen y el precio de la materia prima, que
conllevan a altos costos de transacción. Asimismo, la ausencia de organizaciones colecvas hace que este
grupo de actores no siempre muestre el nivel de responsabilidad requerido llegando, en algunas ocasio-
nes, a no cumplir con los acuerdos contractuales rmados con las empresas. La ausencia de una orga-
nización de productores obstaculiza la negociación de las condiciones contractuales (que normalmente
son establecidas por las empresas) y su concienciación con respecto al producto, impidiendo la correcta
implementación de estrategias colecvas.
Con relación a las empresas, se describen los dos grandes bloques que encontramos en el territorio
y las relaciones establecidas entre ellas. El primer grupo está constuido por aquellas que se encuentran
en San Marn y que parcipan conjuntamente en la Mesa Técnica de sacha inchi, cuyo objevo primordial
es fomentar la cooperación impidiendo fenómenos de compeción y especulación del precio, además de
establecer las directrices comunes de desarrollo del producto; el segundo grupo está representado por el
resto de empresas presentes en Perú, ubicadas en su mayoría en Lima.
De la misma manera, se describe el papel de facilitadores que podrían desarrollar las instuciones
nacionales e internacionales, públicas o privadas, como ONGs, Universidades, centros de invesgación,
para intentar solucionar los cuellos de botella y la integración de toda la cadena.
La naturaleza de las IG como ‘bien colecvo’ exige una cierta condición de armonía entre los di-
ferentes actores que componen la cadena, pudiendo, de esta forma, comparr los mismos objevos y
administrar de manera más ecaz la IG obtenida.
El tercer capítulo se centra en la historia del sacha inchi, a través de una revisión que abarca desde
los relatos elaborados durante las expediciones realizadas por los españoles y franciscanos a diversos
lugares de la Amazonía, hasta la literatura más reciente, para llegar a la conclusión de que la información
disponible no es suciente para determinar si esta planta ha sido efecvamente usada y conocida por
culturas ancestrales.
También se relatan las entrevistas realizadas a pobladores de comunidades navas que enen con-
tacto con esta planta (Lamas, Asháninka, Shipibo, entre otras), a través de las cuales se reitera la dicultad
de armar que se trata de un culvo tradicional arraigado a las culturas locales. Si bien, en algunos casos
las personas entrevistadas alegan conocer la planta desde hace generaciones y usar el aceite y las semillas
tanto de forma medicinal como para la alimentación, este hecho no sustentaría la existencia de un vínculo
determinante entre el territorio y el producto. Su culvo y las práccas de manejo agronómico parecen
estar más relacionadas a la promoción que le dieron las empresas privadas a este culvo, que a una ac-
vidad tradicional desarrollada a lo largo del empo. Esta ausencia de tradición implica, al mismo empo,
la falta de un saber-hacer local que podría ser determinante para la calidad del producto, limitando su
reconocimiento como IG.
Por úlmo, se destaca el grado de voluntad que presentan los actores de la cadena en el reconoci-
miento de este producto como ‘Indicación Geográca’, destacando la escasa información y conocimiento
que poseen acerca de este instrumento, lo que supondría la puesta en marcha de acvidades de sensibili-
zación y concienciación dirigidas, principalmente, a los actores del eslabón agrícola.
En el cuarto y úlmo capítulo, se presenta un análisis general sobre la condición del aceite de sacha
inchi para ser reconocido como IG, en relación con los elementos descritos en los capítulos anteriores y a
11
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Respecto a la picidad del producto, en primer lugar se hace frente al problema de la denición del
territorio de producción. El aceite se extrae de la semilla de sacha inchi mediante el prensado en frío, cuyo
método puede ser fácilmente reproducible en otros países productores de esta planta. Este hecho plantea
un problema en la denición de su calidad especíca y su unicidad. Pero a pesar de la inscripción del sa-
cha inchi como Patrimonio Natural Peruano con la Ley 28477 de 200 5, en Mayo de 2013 la Resolución N.
1577 de la Comunidad Andina dispuso los “ S
Inchi de origen y procedencia de Ecuador” , con lo que se expandió aún más el área de procedencia de la
materia prima.
Con referencia al saber-hacer local, es decir, a la incidencia del factor humano sobre la calidad del
producto, se acentúa la falta de una tradición en su culvo y en su trasformación, la cual se reitera en la
necesidad de asistencia técnica para el manejo agronómico por parte de los agricultores y en la inexistente
producción de aceite de sacha inchi por parte de las comunidades navas, lo que supone un obstáculo
para el estado de IG.
Sobre la reputación del producto, esta ha sido medida mediante las transacciones comerciales, ana-
lizando los datos de los úlmos cinco años con respecto a la exportación de productos a base de sacha
inchi bajo diferentes formatos de presentación, haciendo énfasis en la exportación del aceite. El aumento
verginoso del volumen de venta y la subida del precio en los mercados internacionales, subraya la exis-
tencia de cierta reputación, aunque no se puede denir con certeza el grado en el que su origen como pro-
ducto peruano incide sobre la imagen del mismo. Además, se detallan datos estadíscos sobre volumen
y valor de exportación, describiendo la situación general del mercado del aceite de sacha inchi y de otros
productos, lo que destaca un potencial económico interesante.
En la parte nal del capítulo, se detallan los diferentes instrumentos legales úles para el recono-
cimiento de la IG, especicando tanto las ventajas como los inconvenientes de cada uno de ellos. En el
caso de su reconocimiento como Denominación de Origen peruana, el débil vínculo del sacha inchi con el
territorio peruano, debido principalmente a la escasez de información histórica y de estudios ciencos
comparavos, hace que, por el momento, sea dicil su reconocimiento. Además de todos los problemas
expuestos, también se encuentran diversos límites burocrácos y administravos, que supondrían largos
empos de actuación y altos costos económicos. Al mismo empo, se subraya el gran potencial que posee
Perú para que cumpla con las condiciones requeridas para el reconocimiento del aceite de sacha inchi
como IG, sobre todo gracias a los avances ciencos, producvos y tecnológicos que este país sigue desa-
rrollando con referencia al producto.
Para nalizar, se describen otros instrumentos alternavos tales como las Marcas de Cercación y
Colecvas y el ‘Conocimiento Tradicional’, que representan una poderosa herramienta para la valorización
y protección de los productos.
12
Nota Técnica
NOTA TÉCNICA
En el presente trabajo se ha ulizado la metodología FAO descrita en el documento Uniendo perso-
, y . Gí y -
cas sostenibles, FAO 20101.
Dicho documento proporcionó el principal instrumento para la realización del análisis de las condi-
ciones requeridas para el reconocimiento del aceite de sacha inchi como Indicación Geográca, permien-
do destacar los límites así como las potencialidades que la situación actual de dicho producto presenta.
1
El documento es descargable al siguiente enlace: hp://www.fao.org/docrep/013/i1760s/i1760s00.htm
2
Para más información visitar el siguiente enlace: hp://www.foodquality-origin.org/
3
Véase el anexo para la presentación de los resultados de la herramienta.
13
Identificación del Producto
1. IDENTIFICACIÓN DEL PRODUCTO
El sacha inchi (Pk L) es una planta trepadora y rastreadora, hermafrodita, semi-leño-
sa y perenne, perteneciente a la familia Euphorbiaceae, cuyo nombre cienco viene dado por su descubridor, el
naturalista Linneo, quién la catalogó por primera vez en 1753 en la Amazonía Peruana.
A esta planta se le atribuyen otros nombres: sacha inchic, maní del inca, maní del monte, inca peanut, sacha
maní, sacha inche, fragariopsis, N`gart (FAO), supua (Bolivia) 13 amauebe, amui-o (vocablo huitoto), sacha yachi,
sacha yuchi, sacha yuchiqui, yuchi (vocablo cashibo), sampannankii, suwaa 5; sacha inchik 4.
El sacha inchi no fue conocido con anterioridad en Perú. No fue sino hasta el año 1980 que se dio a conocer
de manera cienca a través de los estudios realizados por la Universidad de Cornell (USA) sobre el contenido
graso y proteico de la semilla de Pk L. y se desarrolló nuevo interés por el culvo, debido a su alto
contenido en aceite (48%) y en proteínas (29%) ( Hamaker et al, 1992).
A parr de ese momento se desarrollaron otros muchos estudios, principalmente relacionados con los pro-
ductos derivados de la transformación de las almendras de sacha inchi, generalmente aceite y torta.
Pascual G. y M. Mejía (2000) destacaron en el aceite crudo de sacha inchi el alto contenido en ácido li-
nolénico-Omega 3 (43.75%) y el de ácido linoleico-Omega 6 (36.99%). El omega-3 concuerda con el omega-3
(45.2%) reportado por Hamaker et al 1992. La presencia de omega-3 (ácido linolénico) en el aceite de sacha inchi
lo convierte en una de las fuentes vegetales más ricas en dicho ácido graso esencial, representando un válido
complemento al aceite de pescado que conene 30% de Omega-3 (EPA/DHA).
Por otro lado, la invesgación llevada a cabo por Sathe S.L. 2002, conrma la relevante candad y calidad de
las proteínas contenidas en la torta de sacha inchi. En general, dichas proteínas conenen todos los aminoácidos
esenciales requeridos por el hombre. Además, cuenta con la proteína Albumina, hasta un 96%, que hace que su
digesbilidad sea bastante alta.
A la luz de los resultados ciencos sobre ácidos grasos esenciales (Omega-3 y O mega-6) y sobre aminoáci-
dos esenciales que hacen referencia a las caracteríscas del sacha inchi, Perú empezó a desarrollar, aproximada-
mente en el año 2000, una cultura industrial entorno a esta planta, conviréndose en el principal país productor y
exportador de derivados de la misma. Asimismo, se cuenta con una bibliograa bastante amplia y variada acerca
de los diferentes aspectos de este culvo.
Este documento centra su atención principalmente sobre el aceite de sacha inchi, debido a que este pro-
ducto presenta unas caracteríscas disnvas y únicas sobre Omega-3 (ω-3) que le otorgan un potencial nutri-
cional y comercial signicavo.
En América del Sur, la presencia de Pk L., ha sido registrado en la Amazonía Peruana, Boli-
via y las Indias Occidentales (Macbride, 1951).
En Perú, la especie P. L. está siendo culvada a gran escala en la región de San Marn, a lo largo de
la cuenca del Huallaga hasta Yurimaguas, en el Alto Mayo, Sub Cuenca de Cumbaza y en áreas del Sector Lamas-
4
U : S I , disponible en el siguiente enlace: hp://perubiodiverso.pe/assets/Uso-historico_sacha-inchi.pdf
17
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Shanusi. Según fuentes no ociales, han sido sembradas de 150 0 a 2000 hectáreas, en las cuales se produce entre
el 50% y el 90% de sacha inchi a nivel nacional.
Culvos de Pk L. se encuentran en Madre de Dios, Huánuco, Oxapampa, Rodríguez de Men-
doza, Cuenca del Ucayali (Pucallpa, Contamaná y Requena), en Putumayo, Iquitos y Caballococha. Además, en
Cusco, Junín, Cerro de Pasco, Puno, Piura, etc., también se vienen culvando pequeñas parcelas de este culvo.
En los úlmos años Colombia 5 y Ecuador 6 también desarrollaron iniciavas de culvo de sacha inchi, “pro-
z S M” , como arman algunos empresarios y técnicos. La
especie P. L. también, se culva en Anllas Menores, Surinam, Venezuela y Brasil.
Se cuenta con evidencia sobre el culvo de sacha inchi de la especie P. en San Marn y Loreto, P.
polyadonia en Amazonas y Loreto, y P. yy en Loreto, Huánuco y Madre de Dios.
GÉNERO PLUKENETIA
Especie Distribución Perú
Brachybotrya Brasil, Ecuador, Bolivia Huánuco, Loreto, Madre de Dios
Mulglandulosa Venezuela -
Serrata Brasil -
En Mayo de 2013, se aprobó la resolución Andina 1577, la cual dene los parámetros tosanitarios que
regulan la importación de grano de sacha inchi procedentes de Ecuador 8, expandiendo el área de procedencia de
la semilla y, en consecuencia, de la materia prima.
5
Véase el documental disponible en el siguiente enlace: hp://www.caminoalagro.com/programas/aceite-sacha-inchi
6
Véase la comunicación ocial del MAGAP de Ecuador:
hp://www.agricultura.gob.ec/magap-dicto-curso-sobre-culvo-y-comercializacion-del-sacha-inchi/
7
Para mayor información consultar el sio web: hp://www.fondoitaloperuano.org/proyectos-y-estadiscas
18
Identificación del Producto
En la actualidad, el sacha inchi no cuenta con una variedad de semilla cercada que le otorgue unas ca-
racteríscas estables y especícas. Su población se caracteriza por más de 50 ecopos (Cachique, 2006), esto sig-
nica que una misma especie en ambientes diferentes ene una expresión fenopica disnta por la interacción
de los genes con el medio ambiente.
Desde 1985, el INIA junto con otras instuciones públicas y privadas, trabaja en la mejora de las técnicas
de producción, manejo agronómico y material genéco en el territorio de San Marn, y cuenta con un banco
de germoplasma único en el mundo, con accesiones recolectadas de todo el territorio peruano, de la Amazonía
Brasileña y de diversos territorios colindantes con Perú.
En colaboración con el IIAP se está avanzando en el mejoramiento genéco, teniendo como objevo para el
2015/2016 la presentación de una variedad cercada de Pk L. “
y F; y y ” , como explican
algunos técnicos de estas instuciones.
Además de la especie P. L., se han encontrado otras 4 especies de Pk en Perú pertenecien-
tes a la misma sub-familia de Ay: P. yy, P. , P. y y P. y
(Gilliespie, 1993; Bussman et al, 2009).
Estas especies, además de diferenciarse por su morfología, es posible que se diferencien también por su
composición química, como se pudo vericar en el caso de la variedad P. y. Pero, desgraciada-
mente aún no existen estudios de caracterización química de las demás especies halladas en estado silvestre.
Reino Plantae
División Magnoliophyta (Angiospermae)
Clase Magnoliopsida (Dycoledo nae)
Orden Malpighiales
Familia Euphorbiaceae
Subfamilia Acalyphoideae
Tribu Plukeneeae
Género Plukenea
Especie P. volubilis
Fuente: INIA, 2006; McBride, 1951; Gillespie 1993 y 2007; elaborado por el autor.
El sacha inchi es una oleaginosa perteneciente a la familia Euphorbiaceae, que en Perú es reconocida por
presentar 61 géneros y 323 especies (Brako&Zarucchi; Ulloa Ulloa et al., 20 04) 9.
Es una planta trepadora, voluble, semileñosa de altura indeterminada, ya que puede llegar a alcanzar la
altura de la planta que la soporta.
8
Texto completo de la Resolución: hp://intranet.comunidadandina.org/Documentos/Gacetas/Gace2195.pdf
9
Ibídem nota 1
19
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Sus hojas son alternas, de color verde oscuro y de forma oval-elípca, aseruladas y pinninervias, de 9-16
cm de largo y 6-10 cm de ancho. Su ápice es punagudo y su base es plana o semi-arriñonada, con peciolos de 2
a 6 cm de largo.
Es una planta hermafrodita, de manera que se pueden apreciar las pequeñas ores masculinas, blanque-
cinas y dispuestas en racimos; en cambio, las femeninas se encuentran en la base del racimo y ubicadas lateral-
mente de una a dos ores.
Es una especie alógama y por este movo es muy frecuente la polinización cruzada.
Su propagación normal es por semillas, aunque en la Estación Experimental de Tarapoto lograron realizar la
propagación por estacas, asexualmente.
Sus frutos son en forma de cápsulas, que miden de 3 a 5 cm de diámetro y normalmente con 4 lóbulos,
aunque pueden presentar también 5 lóbulos, dentro de los cuales se encuentran 4 semillas.
Las cápsulas son de color verde y cuando maduran se vuelven marrón negruzco. Las semillas son de forma
ovalada, de color marrón oscuro, con nervaduras notorias de 1,3 a 2,1 cm de diámetro según el ecopo, de 7 a 8
mm de espesor y de 0,8 a 1,4 g de peso, ligeramente abultadas en el centro y aplastadas hacia los bordes.
En las semillas se encuentran los coledones en forma de almendras, cubiertas por una na película blanca.
Las almendras son la materia prima para la producción de aceite (Manco E., 2006).
Condiciones edafoclimáticas
El sacha inchi se desarrolla a una altud de entre 30 y 2000 m.s.n.m. Es decir, se puede encontrar en forma
silvestre o culvada en zonas de Selva Alta y Selva Baja, aunque en estos úlmos años se han iniciado experien-
cias de culvo en la costa.
El clima apto para su crecimiento es tropical o sub-tropical, con temperaturas de 10 a 26°C, que es pico de
la Amazonía. Algunas invesgaciones señalan que las altas temperaturas aumentan la reproducción de los nema-
todos, ocasionando una mayor infestación. A temperaturas bajas, las plantas crecen sin mayores problemas.
A una temperatura media de 26°C y una humedad relava del 78%, se observan plantas práccamente
libres de enfermedades. Las temperaturas por encima de la máxima de 36°C ocasionan la caída de las ores y los
frutos recién formados, se producen frutos pequeños. Cuanto más alta es la temperatura entre siembra y cose-
cha, más corto es el ciclo vegetavo de pre-producción.
Respecto a la humedad, esta no debe de ser muy alta, pero sí permanente y distribuida de manera unifor-
me durante todo el año. La planta no tolera la sequía, ya que podría producirse la caída de las ores y de los frutos
en crecimiento. La presencia de humedad alta y fuertes precipitaciones favorecen el desarrollo de enfermedades
fungosas (Fusaryum, Antracnosis, Botritys, entre otros) en tallo, raíces, ores y frutos.
El sacha inchi necesita una elevada candad de luz, ya que la sombra hace que disminuya su producción
de ores y frutos.
También requiere gran candad de agua para evitar un crecimiento lento. Sin embargo, un exceso de la
misma en un suelo pesado incrementa el daño por enfermedad fungosa, a pesar de que puede disminuir la po-
blación de nematodos por falta de oxígeno. Para un mejor rendimiento de la planta, el agua debería distribuirse
de manera uniforme durante todo el año (850-1000 mm).
Los suelos más adecuados para su ópmo desarrollo son los francos de textura media, mientras que no se
recomienda suelos arenosos (más del 60% de arena) ni arcillosos (más del 50% de arcilla). Los suelos pesados
20
Identificación del Producto
reenen la humedad, y en el caso de que presenten una excesiva humedad, podrían surgir problemas de enfer-
medades. Tampoco son favorables suelos muy ácidos, de pH entre 4,5 y 6. La planta crece mejor en suelos francos
o aluviales planos, con un pH entre 5,5 y 6,5, ricos en materia orgánica. Prospera en ‘shapumbales’ ( P
aquilinum) secos y húmedos y en ‘cashuchales’ ( Imperata brasiliensis). Suelos con textura franca son ideales, pero
el culvo también se adapta bien a suelos de textura franco arcilloso, franco arenoso y franco limoso.
Ciclo fenológico
La semilla de sacha inchi germina de 14 a 16 días después de la siembra, en caso de siembra directa, mien-
tras que tarda de 11 a 14 días en el caso de siembra indirecta, en almácigo. En este caso las semillas se guardan en
vivero donde las plantas completan su desarrollo antes de ir a campo denivo (un promedio de 2 8 a 32 días).
El trasplante se realiza de 30-45 días desde el almácigo y antes de la aparición de las guías, las cuales apare-
cen normalmente después de 48-50 días de la siembra o de 20-41 días después del trasplante a campo denivo.
La planta inicia la fase de oración de 88 a 135 días después de la siembra, seguida por la fase de fruccación
(de 122 a 168 días después de la siembra) y nalmente ene lugar la cosecha de 180 hasta 220 días después.
En el caso de trasplante, el ciclo fenológico puede resultar un poco más largo: la planta comienza a orecer
de 86 a 139 días después del trasplante, frucca a los 119-182 días y se puede cosechar a los 202 hasta 249 días
una vez nalizado el trasplante (Manco, 2006).
Manejo agronómico
La época ópma de siembra (directa o indirecta), es entre octubre y enero. En terrenos bajo riego se siem-
bra en los meses de menor o escasa precipitación (mayo - agosto).
No debe realizarse siembra directa en los meses de enero a marzo, debido a un riesgo de pudrición de las
semillas por el exceso de precipitación pluvial, debido a que la planta no puede tolerar más de 72 horas de inun-
dación. La candad de semillas es alrededor de 1 kg por hectárea, más o menos 850 semillas, colocando de 2 a 3
semillas por ‘golpe’ o pocito de siembra a una profundidad de 2-3 cm.
Las densidades de siembra probadas son: 1,111 plantas/hectárea (3m x 3m), y 1,333 plantas/hectárea
(2,5m x 3,0m), observándose un incremento de 15% de rendimiento en la úlma densidad de siembra en relación
a la primera. Llevando un buen manejo del culvo y ulizando un distanciamientos de 3m x 2m, se lograrían 1666
plantas/hectárea (Manco, 2008).
Las semillas no deben ser almacenadas más de 60 días, ya que pueden perder su viabilidad registrando
un menor porcentaje de germinación (60%), debido a los aceites contenidos, los cuales se degradan fácilmente
(Manco, 2008).
El sacha inchi se puede culvar en monoculvo o asociado. En el caso de monoculvo se ulizan tutores
muertos (normalmente estacas o postes de madera, preferiblemente los de quinilla por su mayor resistencia) y
espalderas de alambre galvanizado (normalmente Nº14), facilitando las fases de poda y cosecha, reduciendo la
mano de obra y obteniéndose un mayor rendimiento por hectárea.
Los postes se colocan a una profundidad entre 0,70-0,80 m y a una distancia entre ellos de 3m x 3m, pu-
diéndose también colocarse a un distanciamiento de 6m x 3m, dependiendo de la resistencia del alambre uli-
zado. Normalmente las hileras de alambre son tres: la primera colocada entre 0,8-0,9 m del suelo, la segunda a
0,40 m de la primera y la tercera a 0,40 m de la segunda, pudiendo ser esta úlma hilera de alambre galvanizado
Nº10. Para sostener el sistema de tutoraje se emplean templadores, es decir, postes que se colocan inclinados y
21
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
sujetos al suelo con piedras y alambre Nº 10, a una profundidad de 0,8-0,9 m (Manco, 2008). En algunos casos,
los agricultores emplean hilos de nylon o plásco para ahorrar, con escasos resultados.
En un sistema de tutoraje vivo se pueden ulizar estacas de Erythrina, especie de rápido crecimiento y
alimento para animales como cuyes y conejos. Es una leguminosa y, como tal, es capaz de jar nitrógeno atmos-
férico en el suelo. También son adecuados árboles forestales de rápido crecimiento, como las especies Bolaina,
Oropel, Ciruelo y el Cedro rosado de la India. La siembra del tutor vivo se realiza a una profundidad de 0,30-0,50
cm, mientras que las semillas de sacha inchi, así como los plantones, deben sembrarse a una distancia entre 0,10-
0,15 m del tutor (Manco, 2008).
Los inconvenientes del sistema con tutores vivos son la competencia por los recursos que se establece
entre el tutor mismo y la planta de sacha inchi, además de aumentar la candad de trabajo para la poda, para
impedir que el tutor crezca demasiado (llevando a dicultades en fase de cosecha) y que el follaje ocasione de-
masiada sombra a la planta de sacha inchi.
En el caso de , el sacha inchi se asocia con culvos de ‘pan llevar’ como el frijol, soya, maíz,
yuca, algodón, plátano, papaya y otros frutales y especies forestales, pues esta planta en su hábitat natural está
rodeado por otras de po perenne (Manco, 2008).
La asociación con más culvos permite una mayor sostenibilidad económica al agricultor, que puede contar
con una oferta de productos más diferenciada. Muchos agricultores navos ulizan los culvos asociados como
tutores (por ejemplo papaya o plátano), sembrando el sa cha inchi cerca de la planta para que pueda trepar. Otros,
al contrario, no ulizan ningún po de tutor, dejando que el sacha inchi se desarrolle como un arbusto, aunque
disminuya notablemente su rendimiento.
También, con un sistema de tutoraje en espalderas pico del monoculvo, entre las hileras se puede aso-
ciar con culvos de porte pequeño y de desarrollo corto como frijoles, maní, etc. (Manco, 2008).
Es importante resaltar que los culvos de cobertura permiten el incremento de la ferlidad del suelo y la
reducción de las malezas y, como consecuencia, disminuyen los costos de deshierbe, la candad de agua uliza-
da para dicho culvo y se reducen, también, las plagas y enfermedades. Estos culvos pueden ser leguminosas
comesbles o fabáceas ulizadas para forraje como C, Desmodium y otros (Manco, 2008).
El sacha inchi se puede establecer en terrenos planos, ondulados o en las laderas. A pesar de que esta plan-
ta se dena como un culvo rúsco, la preparación del terreno no es tarea fácil.
Tradicionalmente, los agricultores navos realizan el rozo, la tumba y la quema. Este úlmo resulta ser muy
negavo porque destruye la materia orgánica del suelo, los nutrientes y, en consecuencia, afecta a sus propieda-
des sicas, químicas y biológicas, facilitando la erosión hídrica.
Asimismo, el culvo necesita de un deshierbe de 2 a 3 veces por año, realizado de forma manual. Con los
culvos de cobertura se pueden disminuir los problemas de las malezas.
La aplicación del riego normalmente depende de la época de lluvias. Por este movo es importante un
correcto manejo agronómico.
Otra tarea fundamental en el culvo es la poda. Esta labor es indispensable para “obtener plantas bien con-
formadas, fuertes, vigorosas, con ramas armoniosamente distribuidas en el tutor, lo que permite obtener buenas
, j z, y ”
(Manco, 2006). En un sistema de tutores vivos la poda será más frecuente.
La ferlización es preferencialmente de po orgánico, debido al hecho que los agricultores de las zonas
rurales no cuentan con dinero suciente para la compra de productos químicos. Además, desde un punto de vista
ambiental, la producción orgánica es necesaria para su sostenibilidad a largo plazo.
22
Identificación del Producto
El control biológico es otra fase fundamental para que el culvo sea viable y sostenible en el empo. Como
todas las plantas, el sacha inchi sufre ataques de diferentes insectos y problemas tosanitarios, aunque las ame-
nazas principales que afectan a esta planta y amenazan su sostenibilidad económica son los nematodos del nudo
Meloidogyne y el hongo Fusarium sp. Los nematodos son organismos mulcelulares microscópicos que dañan las
raíces de la planta, causando heridas y afectando su capacidad de absorción de agua (Manco, 2008). El sacha inchi
resulta ser muy suscepble al Meloidogyne incognita, el cual causa nódulos en las raíces.
La acción de los nematodos facilita la entrada del hongo Fusarium sp. a través de las heridas ocasionadas.
Este, a su vez, causa marchitez, impidiendo el paso de los nutrientes y del agua, llevando en la casi totalidad de
los casos a la muerte de la planta.
Se pueden emplear productos orgánicos bionemacidas y biofungicidas para controlar este complejo ne-
matodo-hongo, además de realizar un análisis del suelo antes de la siembra de sacha inchi.
Los terrenos que hospedan culvos de café están infectados por los nematodos; de hecho, ese culvo es
tolerante al Meloidogyne, el cual no ocasiona la muerte de la planta, sino una reducción de la producción. Debido
a que muchos agricultores no praccan ningún po de control para los nematodos y a la existencia de una super-
cie enorme de culvos de café, esta amenaza puede resolverse con el mejoramiento genéco, que actualmente
se está desarrollando por parte de instutos de invesgación nacionales.
El sacha inchi, según Manco (2008), puede sufrir ataques de otras plagas como cortadores de tallo, come-
dores de hojas, minadores de hojas, comedores de frutos y raspado de tallo, y enfermedades como hipertroa
y otras causadas por alteraciones siológicas (temperaturas, luz, humedad, acidez del suelo, nutrientes, etc.)
(Manco, 2008).
El sacha inchi está listo para cosechar a los 6-7 meses de la siembra directa. En el caso de siembra indirecta
hay que esperar hasta 8-10 meses después del trasplante en campo denivo. Una vez terminada la primera
cosecha hay que recoger las cápsulas cada 20-25 días (CIED, 2008). Es una tarea manual que consiste en reco-
lectar los frutos maduros directamente de la planta en canastas, evitando recoger las semillas que ya hayan sido
expulsadas de las cápsulas, ya que se trata de frutos dehiscentes y podrían estar contaminados y dañar todo el
lote producido. La época de mayor rendimiento es entre noviembre y mayo, mientras que se reduce entre junio
y octubre, temporada caracterizada por lluvias escasas.
Después de la cosecha, las cápsulas se secan y trillan de manera natural. La acción del sol hace que los fru-
tos se abran solos o en caso de que no se llegue a abrir, este proceso facilita la acción de decapsulado, además de
quitar la humedad residual de las semillas. Una vez quitada la primera corteza se procede con el descascarado de
las semillas contenidas en las cápsulas, para sacar las almendras. Estas tareas pueden ser manuales o mecánicas,
esta úlma con la ayuda de equipos industriales y semi-industriales que normalmente son fabricados por los
ingenieros que trabajan en las mismas empresas o por ingenieros especializados.
En cuanto al rendimiento, este puede variar entre 250 y 1800 kg de semillas por hectárea, dependiendo
de la forma de culvo (monoculvo o asociado), del grado de tecnología aplicado (rúsco, con tutores muertos,
tutores vivos, con o sin espaldera) y de los ecopos (Perúbiodiverso, 2009; Manco E., 2008; CIED 2008). Estos da-
tos han sido calculados sobre parcelas demostravas. En las entrevistas realizadas a lo largo del trabajo, algunos
emprendedores aseguraron que el culvo puede alcanzar entre las tres y cuatro toneladas de frutos por hectá-
rea. En algunas publicaciones se arma que el rendimiento de una hectárea de sacha inchi puede llegar hasta tres
toneladas10, en contraste a otros datos ociales que se presentan en la Cuadro 3.
23
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Generalmente, la planta se caracteriza por un rendimiento bajo el primer año, que se incrementa con el
empo hasta llegar al cuarto o quinto año de culvo, después del cual la producción se reduce de forma impor-
tante, por lo que se sugiere volver a sembrar.
Los primeros estudios de la Universidad de Cornell (USA) en 1980, reejan que la semilla de sacha inchi
conene una elevada proporción de aceite (49%) y de proteínas (33%) (citado por Hamaker et al, 1992). Hamaker
et al, (1992) indican diferentes contenidos para el sacha inchi: 54% de aceite y 27% de proteínas.
Otros trabajos muestran como en algunos ecopos el contenido de proteínas puede llegar a 42% (Merino-
Zagarra et al, 2008).
De hecho, el mercado de los productos naturales experimentó en los úlmos años un alza extraordinaria,
debido, sobre todo, a la disponibilidad de información que permió a la opinión pública incrementar su conoci-
miento sobre las propiedades de los alimentos y sus consecuencias sobre la salud, repercuendo de este modo
en sus dietas alimencias.
El Cuadro 4 muestra el contenido de ácidos grasos saturados, mono y Poliinsaturados del aceite de sacha
inchi versus el aceite de otras oleaginosas.
10
V M B P Mj O S Ik. INCAGRO 2009.
24
Identificación del Producto
- El sacha inchi conene 54% de aceite, valor más alto que en las otras oleaginosas, excepto la linaza que
rinde 58% de aceite.
- El aceite de sacha inchi muestra un nivel de ácidos grasos insaturados (no saturados) de 91,6%, el más
elevado en relación a los otros aceites, incluyendo el aceite de linaza.
- El aceite de sacha inchi alcanza una concentración de ácidos grasos esenciales: ácido linoleico y ácido
alfa linolenico de 82%, la más alta respecto a los otros aceites considerados. Se observa que el aceite de
maní y el de girasol no conenen ácido alfa linolénico.
- El contenido de Omega-3 (ácido linolénico) en el aceite de sacha inchi es de 45,2%, mientras que el de
Omega-6 (ácido linoleico) alcanza a 36,8%.
Está comprobado que estos ácidos grasos esenciales de las familias ω -3 y ω -6 son importantes para la
prevención de enfermedades cardíacas, hipertensión, además de desarrollar una función hipocolesterolémica
(Simopoulos 1991, Follega-Romero et al, 2009). Otros benecios que aportan los ácidos grasos Omega-3, son
la prevención de problemas de reumasmo, artris, cáncer e infecciones virales (Fernandes et al, 19 93; mencio-
nado por Guillén et al, 2003). Asimismo, resulta úl para combar la arritmia, las inamaciones, disminuir los tri-
glicéridos y la agregación de plaquetas, la viscosidad de la sa ngre y el brinógeno, pues reduce las probabilidades
de trombosis (Simopoulos, 1991, Coblijin et al, 2009).
En las fases embrionaria y de lactancia, el rol de los ω-6 y ω-3 es fundamental, ya que forman parte de las
membranas celulares, especialmente del sistema nervioso, y su acción es necesaria para el normal desarrollo de
las funciones visiva y neurológica; aunque en ello aparentemente es excepcional el DHA (Ácido docosahexaenoi-
co), Omega-3 cuya función es indispensable para la formación y el buen desarrollo del cerebro.
Se han encontrado bajos valores de DHA en sujetos que sufren enfermedades neurodegeneravas como el Al-
zheimer (Coblijin et al, 2009). Este ácido graso esencial junto con el EPA (Ácido eicosapentaenóico), son el resultado en
parte, de la conversión de los PUFAs ω-3 llevada a cabo por las enzimas Δ-5 y Δ-6 desaturasas (Simopoulos, 1991).
25
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Se recomienda en las dietas de humanos una “ ω-6: ω-3 5 : 1 10 : 1” , aunque una proporción
de 1 : 1 a 4 : 1 se considera ópma por la OMS/FAO (2010). Dicha proporción en el aceite de sacha inchi es de 0,75
: 1. Contrariamente, la proporción ω -6 : ω -3 es alta en otros aceites (soya 7:1, oliva 11:1, girasol 6:1), y el aceite
de Linaza cuenta con una proporción ω - 6 : ω - 3 baja de 0, 3 : 1 (Caballido et al, 2010 citado por M. Do Prado et
al, 2011). Esta proporción ω - 6 : ω - 3 es importante debido a que ambos ácidos grasos esenciales compiten por
las enzimas Δ-5 y Δ-6 desaturasas (Simopoulos, 1991).
Algunos estudios demuestran que la dieta alimencia del hombre en el periodo Paleolíco era más equi-
librada en el rao ω-6 : ω-3, y la ingesta de ácidos grasos saturados era mucho menor (Simopoulos, 1991). Alre-
dedor del 80% de la dieta de nuestros ancestros se centraba en el consumo de vegetales, muchos de los cuales
presentaban altos contenidos en PUFAs (nueces y otros), y solo el 20% constuía el consumo de productos de
origen animal. Dada la vida salvaje y costumbres alimencias de estos animales, su carne resultaba más rica en
PUFAs que la carne del ganado que se consume hoy día, debido a que este es alimentado a base de semillas ricas
en ω-6 y pobres en ω-3 (Eaton y Conner, 1990; Simopoulos, 1991).
La revolución y evolución de la industria alimentaria y de la agricultura en los úlmos 150 años, ha trans-
formado de manera consistente el modo de consumo del ser humano, llevándolo a adquirir unas costumbres
alimencias irregulares que son las causas de muchas de las enfermedades que sufren actualmente, como los
problemas cardiovasculares, la hipertensión, el cáncer, la diabetes, etc. Asimismo, el rao entre ω-6 : ω-3 ha cam-
biado, enriqueciendo los contenidos del ácido graso esencial ω-6. Los ácidos grasos esenciales ω-3 siempre han
formado parte notable de la dieta alimencia del ser humano y en estos úlmos años, se destaca su importancia
para el mantenimiento de un buen estado de salud (Simopoulos, 1991).
Los aceites vegetales más consumidos actualmente en Occidente, como el aceite de soya o el de girasol,
conenen porcentajes muy altos de ω -6 (respecvamente 54 y 57,9%), lo que ha desequilibrado el rao entre
ω-6 : ω-3 en los seres humanos, pasando de 8 : 1 a 20 : 1 (Coblijin et al, 2009). Por el contrario, los estudios so-
bre los comportamientos alimencios (Kamei, Ki, Kawagoshi y Kawai, 2002; Ambring et al, 2006; mencionados
por Rubio-Rodríguez et al, 2010) demuestran que las personas que siguen una dieta alimencia Mediterránea
o Japonesa presentan un ópmo rao ω-6 : ω-3 de 2 : 1, mientras que en las personas pertenecientes al grupo
‘Fast Food’ ese mismo rao, completamente desbalanceado, resultó ser 25 : 1. De todos modos, se reconoce la
dicultad de cambiar el eslo alimencio de una población entera, por ello los alimentos enriquecidos con ω-3
podrían resultar una alternava de ω -6 : ω -3 equilibrada ( Rubio-Rodríguez et al, 2010).
Por otro lado, el aceite de pescado conene ácidos grasos esenciales Omega-3: EPA y DHA. Sin embargo, el
aceite de sacha inchi cuenta con un elevado contenido de ácido linolénico ω -3, cuya cadena puede s er alargada
y converda en EPA y DHA (Calder et al, 2005 y 2009 citado por M. Do Prado et al, 2011 y Follega-Romero et al,
2009), aunque solo el 8-10% y 1-4% de ácido linolénico ω -3 se convierten en EPA y DHA respecvamente, y cuyo
rendimiento viene condicionado por el género y el estado psicológico del sujeto (p.e. en la fase de embarazo las
mujeres sintezan más candades de DHA) (Williams y Burdge, 2006).
La OMS/FAO (2010) recomiendan que la dieta incluya la ingesta de EPA y DHA en candades, respecvamente
de 0,5-1,8 g por día (Kris-Etherona et al, 2009 y Calder et al, 2009; mencionados por Vanegas-Calderón et al, 2010).
El requerimiento ópmo de ácido linolénico (ω -3) es de 2 g por día ( Gebauer et al, 2006), lo que reitera
la importancia del consumo de aceite de sacha inchi en la dieta alimencia, sobre todo en aquellos sujetos que
consumen pescado, resultando decientes sus niveles en EPA y DHA (Follega-Romero et al, 2009).
Además, el aceite de sacha inchi queda libre de sabores desagradables como los que caracterizan el aceite
de pescado (M. Do Prado et al, 2011) y su producción y consumo es potencialmente más sostenible.
En los úlmos años, el aceite de pescado ha sido sobre-consumido, disminuyendo los recursos piscícolas
aptos para su producción. Por otro lado, el rápido desarrollo de la acuicultura, también ha incrementado la so-
breexplotación de los recursos marinos debido a que los peces en las pisifactorías son alimentados con dietas que
conenen aceites marinos ricos en PUFAs extraídos de especies marinas como las anguilas, lo que ha causado
26
Identificación del Producto
una rápida disminución de estas especies en la red alimencia y, en consecuencia, compromete peligrosamente
la estabilidad de los ecosistemas (Vanegas-Calerón et al, 2009). Asimismo, los altos costos jos para la extracción
y el procesamiento del aceite de pescado son altos, y la acumulación de contaminantes orgánicos como PBCs,
dióxina y metales pesados como cobre o mercurio en los peces, pueden causar efectos negavos sobre la salud
humana (Rubio-Rodríguez et al, 2010).
En el mundo, la producción de aceite de pescado (fuente de Omega-3, EPA y DHA para humanos) ha llegado
a su pico máximo y está estancada hace más de 20 años. Es decir, la pesca extracva es la misma desde hace más
de 20 años.
En ese escenario, la cadena producva de aceite de sacha inchi ene el reto de atender preferencialmente
la demanda de aceite de sacha inchi (fuente de ácido linolénico ω-3) de toda la población humana, de más de
7000 millones de habitantes.
Por tal movo se incluyen los cuadros 5 y 6, que , por un lado, muestran los requerimientos diarios de ácido
linolenico ω-3 para humanos y, por otro lado, señalan las candades diarias de aceite de sacha inchi para sasfa-
cer la demanda del ácido ácido graso esencial ω-3.
Ácido Linoléico
H 7 10 12 16 17 17 14 14
M 7 10 10 11 12 12 11 11
M Preñadas - - - 13 13 13 - -
M Lactación - - - 13 13 13 - -
ω-3 PUFAs
Género Edad
0 - 6 meses 7 - 12 meses
H+M
0,5 0,5
Ácido Alfa-Linolénico
1-3 4-8 9-13 14-18 19-30 31-50 51-70 >70
años años años años años años años años
27
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Ácido Linoléico
ω-3 PUFAs
Género Edad
0 - 6 meses 7 - 12 meses
H+M
0,5 0,5
Ácido Alfa-Linolénico
1-3 4-8 9-13 14-18 19-30 31-50 51-70 >70
años años años años años años años años
Follega-Romero et al (2009) destacan (Cuadro 7) que los α-tocoferoles y carotenos no están presentes en
el aceite de sacha inchi, mientras que aparecen altos contenidos de γ-tocoferol y δ-tocoferol que dan una mayor
resistencia a la oxidación, ya que los anoxidantes más acvos en los lipídos son γ > δ > β > α-tocoferoles (Schmidt
y Pokorný, 2005; mencionado por Folega-Romero et al, 2009). Bondioli et al (2006), determinaron el nivel de
tocoferoles en 2,26 g/kg con una parción de 63,3% de α-tocoferol y 36,7% de β+γ-tocoferoles.
TOCOFEROLES (g/kg)
α-tocoferol 0
γ-tocoferol 1,14
δ-tocoferol 1,25
Total 2,39
F: Fa-Rm a, 2009.
28
Identificación del Producto
Para obviar a los problemas causados por la oxidación de los ácidos grasos (malos olores y sabores debido
a la rancidez), se pueden encapsular candades pequeñas de los aceites que incluyen altos contenidos de PUFAs,
como ya se hizo con el sacha inchi y el aceite de pescado; (Matsuno y Adachi, 1993; mencionado por Rubio-Ro-
dríguez et al, 2010). El material de revesmiento es normalmente constuido por una membrana derivada de las
grasas animales, aunque se están llevando a cabo estudios y experimentaciones para el empleo de grasas vegeta-
les. El Cuadro 8 ofrece los datos sobre el valor de peróxidos (PV) del aceite de sacha inchi versus el de linaza.
El valor de peróxido indica la candad de oxígeno en 1 Kg. de aceite. Cuanto más alto resulte el contenido
de este, más alta será la probabilidad de que ese aceite se oxide y enrancie.
En el estudio de Maurer et al (2012), se expusieron cuatro aceites vegetales a una temperatura de 65° C
durante 20 días, para medir su grado de oxidación a través del índice de peróxido. Debido al alto contenido en
ácidos grasos poliinsaturados, que son más inestables con respecto a los saturados y monoinsaturados, el aceite
de sacha inchi y el de linaza presentaron una inestabilidad a la oxidación más alta. El aceite de girasol resultó ser
el más resistente a la oxidación, gracias a su mayor contenido de ácidos grasos saturados y monoinsaturados.
PV
Aceite (valor Saturados Monoinsat. Poliinsat. Almacén (valor PV/días)
peróxido % % %
meq/kg)
5 10 15 20
Maíz 1 13,7 30,5 54,7 4,5 42,3 82,6 111,4
Girasol 4 6,5 77,9 15,4 21,2 41,5 54,9 71,7
Linaza 9,06 9,4 22,1 64,8 42,5 69,7 78,6 81,6
Sacha
3,4 7,4 10 80,9 64,3 89,7 101,4 101,4
Inchi
Merino-Zegarra et al (2008), en un estudio realizado sobre 9 accesiones de sacha inchi, analizaron varios
aceites obtenidos de diferentes accesiones y evidenciaron que el índice de peróxido variaba enormemente
entre ellos (de 0,29 a 4,70 meq Oxígeno/Kg). También es signicavo el límite máximo de peróxido establecido
por el Consejo Oleícola Internaonal (2003) que es de 15 meq Oxigeno/kg de aceite (mencionado por Merino-
Zagarra et al, 2008).
Guérrez et al (2011) analizaron la caracterización del aceite de sacha inchi (Cuadro 9), encontrando una
densidad relavamente elevada respecto a la de las otras oleaginosas (maíz, algodón, soya, y otros), como con-
secuencia del alto grado de insaturación del aceite. El índice de refracción (que se dene como la razón de la ve-
locidad de la luz en el vacío con respecto a la velocidad de la luz en el aceite evaluado) en el aceite de sacha inchi
también resultó ser más alto en comparación a lo medido en otros aceites (girasol, maíz y soya) pues este índice
se incrementa al aumentar los dobles enlaces presentes en la composición química de la sustancia.
Los índices de Saponicación y de Lodo miden la no saturación de un aceite, y en el aceite de sacha inchi
sus valores resultan ser elevados.
Por el contrario, Folega-Romero (2009) presentaron unos índices de Lodo y Saponicación ligeramente
más altos, de 198 y 193, respecvamente.
29
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Asimismo, la viscosidad del aceite de sacha inchi resulta ser alta, consecuencia del alto contenido en ácidos
grasos insaturados.
Una vez más, es importante señalar la diversidad de valores que puede asumir el sacha inchi dependiendo
del ecopo analizado y de las variables ambientales que incidieron en su desarrollo.
Componente Valor
Índice de Lodo (g I2/100g) 193,1
Índice de Saponificación (mg KOH/g) 185,2
Este sistema consiste en prensar una candad de semillas sin producir calor, debido a que las altas tempera-
turas llevan a la oxidación de los PUFAs reduciendo su contenido en el producto nal. Normalmente, las prensas
son diseñadas y fabricadas por las mismas empresas productoras, aunque existen ingenieros mecánicos que se
dedican a la fabricación de maquinaria apta para su procesamiento.
En general, para la obtención de un litro de aceite de sacha inchi son necesarios 5 kg de semilla, aunque
esta proporción puede variar entre 4:1 y 6:1.
El inconveniente de la extracción mediante prensado en frío es la baja candad de aceite que se produce
(80%). Al contrario, el uso de solventes como el Héxano, permite extraer casi el 100% de aceite. Sin embargo, este
úlmo método de extracción signicaría una disminución de la concentración de PUFAs en el producto nal por la
oxidación de los mismos, como consecuencia de las altas temperaturas generadas en el proceso. Además, llevaría
a la contaminación del aceite, debido a que los solventes ulizados en dicho proceso son tóxicos e inamables
y los residuos de estos compuestos no pueden ser separados completamente del producto obtenido (Folega-
Romero et al, 2009; M. Do Prado et al, 2011).
Actualmente, se está ensayando con técnicas alternavas de extracción que no comprometan la calidad del
aceite trasformado. Folega-Romero et al, y Do Prado et al 2011, emplearon técnicas de extracción con dióxido
de carbono (no es tóxico ni inamable, es más barato y se puede recuperar fácilmente del aceite obtenido que
es aproximadamente del 99%), alcanzando los mismos resultados que en las técnicas de extracción con Héxano,
pero evitaron los inconvenientes más destacados de esas técnicas.
Finalmente, se puede armar que el aceite de sacha inchi es un producto con una calidad especíca que lo
diferencia de otros productos similares como el aceite de linaza y de pescado. No presenta problemas relaciona-
dos con la sobreexplotación de los recursos ulizados en su trasformación, al contrario, es úl para la mejora de
la biodiversidad y la reforestación, y supone una rica fuente de alimentación.
30
Identificación del Producto
Consumo Industria
alimen�cio cosmé�ca
En los úlmos años se han descubierto otras especies de Pk, no solamente en Perú, sino también
en otras partes del mundo. Todavía faltan estudios ciencos especícos sobre las propiedades y la caracteriza-
ción química de estas otras especies, por lo que aún no se puede establecer si existen diferencias signicavas
con la especie P. L .
Se han desarrollado estudios sobre una de estas nuevas especies, la Pk y, endémica
de la región Amazonas, en Perú. Esta especie parece que solo se desarrolla en el hábitat de esta región amazónica
peruana en la cual fue hallada, en las provincia de Rodríguez de Mendoza, Bogará y Chachapoyas (mencionado
por Bussmann et al, 2009).
Es una especie que presenta unas cápsulas y unas semillas más grandes de las que caracterizan la especie
P. L. Además de caracteríscas taxonómicas diferentes, resultan interesantes los contenidos en ácidos
grasos Omega-3 determinados por INASA según el método ISO 5509-2000, que pueden llegar a 60%, frente al
48-50% de la especie P. L. (Alvarado-Perúbiodiverso, 2008).
De hecho, esta diferencia se encuentra también en la Norma Técnica Peruana 151.400, la cual describe los
requisitos del aceite de sacha inchi y disngue entre el aceite procedente de la especie P. L. y el proce-
dente de la especie P. y, otorgando al segundo unos valores mínimos más altos en contenido de
ALA (NTP 151.400, INDECOPI 2009).
31
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
La P. y es una especie endémica, que para su buen desarrollo necesita de factores ambien-
tales diferentes a los de la especie P. L. Esta especie, como se indicó con anterioridad, se encuentra en
la región de Amazonas por encima de los 1600 m.s.n.m., y se ha demostrado que su culvo por debajo de esta
altud y en un ambiente diferente, como puede ser el de San Marn, no dio resultados sasfactorios (escasa
producción, frutos pequeños y muerte de la planta).
De todos modos, estas diferencias entre-especies plantean un interrogante importante sobre la calidad
y las cualidades de los aceites que se producen a parr de ellas, y sugieren un desarrollo más exhausvo de
pruebas ciencas.
Saturados
Palmíco 4,5 4,7
No Saturados
Oléico 9,6 8
Linolénico 45,2 58
Monosaturados 9,6 8
Poliinsaturados 82 85,2
Insaturados 91,6 93,2
Es importante subrayar la presencia en esta semilla (Cuadro 11) de aminoácidos esenciales. Es decir, de
aquellos que el cuerpo no sinteza por sí mismo y necesita que estén presentes en la dieta a través de proteínas
de las almendras.
32
Identificación del Producto
Los niveles de lisina y leucina en el sacha inchi son menores respecto a la proteína de Soya. Sin embargo,
son mayores en relación a las otras oleaginosas. También aporta aminoácidos azufrados como la meonina +
cisteína, que generalmente se encuentran en bajas candades en las oleaginosas; y, la treonina, triptófano y -
rosina están presentes en grandes candades en comparación con las otras semillas. El contenido de fanilalanina
es relavamente bajo (Hamaker et al, 1992).
Comparados con el modelo FAO/ONU/OMS (indicado para todas las franjas de edad, exceptuando a aquella
de los bebés) la proteína contenida en las semillas de P. L., en el caso de ser completamente digerida,
solo estaría en décit de lisina y leucina.
Según Sathe et al (2002) la proteína albumina de sacha inchi conene todos los aminoácidos esenciales y
representa el 31% del total de proteína en la semilla (Cuadro 12).
Comparando los valores de aminoácidos con los sugeridos por la FAO y OMS se puede vericar que solo
en el caso de la hisdina (aminoácido esencial para los bebés y niños de edad inferior a dos años) la albumina no
cumple con los montos requeridos por las dos instuciones internacionales. Sin embargo, se puede armar que
la albúmina es una proteína completa que cumple con los requerimientos de aminoácidos esenciales en adultos.
Además, se trata de una proteína altamente digerible (Sathe et al, 2002)
La proteína, cuando se digiere bien, puede contribuir a la necesidad diaria de proteína en adultos, que es
de 0,66 g/kg al día (OMS, 2007).
Cuadro 11. Comparación del contenido de aminoácidos esenciales entre diferentes semillas y
adad mdada p FAO/ONU/OMS
Esenciales
His�dina 26 25 24 27 33 19
Isoleucina 50 45 34 33 43 28
Leucina 64 78 64 59 64 66
Lisina 43 64 35 44 36 58
Me�onina 12 13 12 13 19 -
Cisteína 25 13 13 16 15 -
Met+Cis 37 26 25 29 34 25
Fenilalanina 24 49 50 52 45 -
Tirosina 55 31 39 29 19 -
Fen+Tir 79 80 89 81 64 63
Treonina 43 39 26 33 37 34
Triptófano 29 13 10 13 14 11
Valina 40 48 42 46 51 35
33
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
mg/100g de proteínas
AMINOÁCIDOS
Albumina FAO/OMS
Hisdina* 1 1,9
Arginina 8,5 -
Treonina* 5,7 3,4
Tirosina* 5,8 -
Valina* 6,2 3,5
Meonina* 1,4 -
Cisteína* 4,3 -
Met+Cis+* 5,7 2,5
Isoleucina* 5,0 2,5
Leucina* 7,9 6,6
Fen+Tir* 6,7 6,3
Fenilalalina* 0,9 -
Lisina* 7,2 5,8
Triptófano* 4,4 1,1
Esenciales/Total (%) 47,61 -
Según este cuadro, el contenido de humedad de 3,3% es aceptable (rango ópmo 0-13%) para el apropiado
almacenamiento y procesamiento de la semilla de sacha inchi sin que exista degradación de triglicéridos (James,
1995; citado por Guérrez et al, 2011).
El valor de 30% de carbohidratos totales es relavamente bajo, debido a los altos contenidos de aceite
crudo (42%) y de proteína (24,7%).
El aporte calórico de la semilla de sacha inchi calculado a través del contenido de grasa, proteína y carbo-
hidratos es de 576 Kcal/100 g. En consecuencia, consumiendo 140-200 g de semilla al día se alcanza el valor de
energía recomendado por FAO, es decir 800-1200 kcal por día (FAO, 1973).
Además, la semilla de sacha inchi conene candades importantes de algunos minerales esenciales para la
dieta humana, como pueden ser el magnesio, el calcio y el zinc (Guérrez et al, 2011).
34
Identificación del Producto
El aceite de sacha inchi es vendido como alimento, como medicina natural y como insumo para la produc-
ción de cosmécos (cremas para la piel, manos, cara, anarrugas, champú, jabón, etc.).
El sector alimencio y sobre todo el cosméco, resultan ser los más interesados en esta planta. El contenido
de ω-3 y tocoferoles no solo es importante a nivel alimencio, sino también para el cuidado personal. El aceite de
sacha inchi aplicado a productos cosmécos, proporciona funciones de fotoprotección de la piel a los rayos UV,
protección contra eritema y edema, y función humectante y anoxidante (Thiele et al, 2005).
En algunos casos, el sacha inchi es también ulizado como alimento para el ganado, principalmente para
pollos, gallinas, cerdos y peces. Este es el caso de la torta o pasta de sacha inchi, subproducto resultante de
la extracción del aceite de las almendras o semillas y que incluye un alto contenido en proteínas. Esta torta se
vende a otras empresas del rubro alimentario que la ulizan como ingrediente en la elaboración de las racio-
nes para animales.
También puede ser ulizada como enriquecedor de Omega-3 de alimentos como la leche o de dietas de
gallinas de postura, raciones de pollos, cerdos, para producir huevos y carne con Omega-3.
Otros productos derivados son los snacks, mucho má s rentables que el propio aceite, ya que no necesitan
una compleja elaboración. Su preparación consiste en el tostado, normalmente con la misma maquinaria con la
que se tuesta el café, aunque la velocidad de revolución debe de ser más baja para no romper las semillas; luego
el salado o contado y, nalmente, el envasado.
Está claro que las propiedades químicas de los productos obtenidos son muy diferentes. Por ejemplo, en
el caso de los snacks es muy dicil encontrar niveles altos de Omegas, así como de tocoferoles (anoxidantes),
puesto que ambos elementos enden a disminuir cuando son somedos a altas temperaturas.
35
La cadena productiva del sacha inchi
Este sistema local creado en los úlmos años, puede ser presentado como un claro ejemplo de
para otros territorios potenciales, debido a que están naciendo iniciavas relacionadas con el Sacha Inchi en otras
regiones de Perú como Loreto, Junín y Ucayali.
Frente a una demanda internacional que connúa a crecer de forma exponencial, la constución de nuevas re-
des locales soportadas por empresas e instuciones públicas y privadas, llevaría a sasfacer las necesidades de las de-
mandas del mercado (empo, candad y calidad), acvando procesos territoriales posivos para la economía rural.
No obstante, la cadena presenta algunas debilidades que necesitarían ser corregidas para que esta pudiese
llegar a ser inclusiva y equitava.
G 2. A q papa p d aó d va d aha h
Instuciones
Universidades y Internacionales
Laboratorios Restauramtes IICA, GTZ, SECO, CAN,
Internacionales locales FIP, MAE Italia, etc.
Distribuidores/
Empresas
Intenacionales
Consumidor
CADENA
Internacional DE VALOR
39
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
El Cuadro 14 muestra la pología de los actores según su posición (interna o externa) respecto a la cadena
de valor y al territorio. Los actores internos a la cadena de valor son aquellos que parcipan en la formación del
precio nal del producto. Estos pueden ubicarse dentro del territorio de producción o fuera, como en el caso de
empresas extranjeras comercializadoras y trasformadoras que adquieren el aceite trasformado y lo venden direc-
tamente o lo ulizan como insumo para la producción de otros productos.
CADENA DE VALOR
Interno Externo
Agricultores Restaurantes
Acopiadores Ins�tuciones y Programas
o
n Empresas Fabricantes de Maquinarias
r
e
t Consumidores ONGs Peruanas
n
I
O
I
R Distribuidores Nacionales Universidades y Laboratorios
O
T
I Proveedores de insumos
R
R
E Empresas Extranjeras ONGs Internacionales
T
o Distribuidores Internacionales Ins�tuciones Internacionales
n
r
e
t
Consumidores Internacionales Univerdidades Extranjeras
x
E Centros de Inves�gación Extranjeros
Fuente: Elaborado por el autor.
Los actores internos al territorio que no parcipan en la creación de valor, son aquellos que pueden tener
papel de facilitadores, como las ONGs o las instuciones gubernamentales, los centros de invesgación como las
Universidades y laboratorios, aquellos que fabrican las maquinarias úles para la producción, los proveedores de
insumos agrícolas y los restaurantes.
Los actores externos en ambos parámetros, son normalmente idencados como facilitadores y centros
de invesgación.
Muchas empresas consideran fundamental la labor de esta gura. Efecvamente, debido al mal estado
de la mayoría de las carreteras, a la falta de medios de comunicación y a la existencia de una alta fragmen-
tación de la producción entre los centenares de pequeños agricultores esparcidos por amplios territorios
salvajes, la labor de estos sujetos se revela esencial. Los acopiadores generalmente enen sus negocios
en el centro de los pueblos, tarea que facilita la venta de semillas a los compradores. Normalmente ganan
entre 0,3 y 0,4 dólares11 por kg de semilla respecto al precio de compra.
Algunos de los fallos de mercado del sacha inchi que se produjeron, fueron consecuencia del compor-
tamiento de estos actores que intentaban aumentar sus propias ganancias ulizando su posición, pues po-
seían información de la cual carecían los otros dos eslabones de la cadena (agricultores y empresas).Esta
11
El po de tasa de cambio USD/PEN ulizado en el presente documento, hace referencia a la media del mismo a lo largo del año 2012, igual
a 2,6. Fuente: www.sbs.gob.pe
40
La cadena productiva del sacha inchi
asimetría informava les permia aumentar el precio de venta de la unidad de semilla a las empresas y, en
otros casos, disminuir el precio de venta a los agricultores, permiéndoles obtener ganancias más altas.
Asimismo, esta gura incrementa su importancia en la cadena cuando las empresas que requieren de
sus servicios se encuentran ubicadas fuera del territorio de producción. Sin embargo, aquellas que se ha-
llan dentro de estos territorios, normalmente integran la gura del acopiador dentro de las mismas o, en
algunos casos, cuentan con culvos propios y agricultores asociados.
b. AGRICULTORES:
Se trata generalmente de pequeños productores que pueden contar con parcelas muy pequeñas, que van
aproximadamente de un cuarto hasta cuatro hectáreas. La mayoría de ellos son habitantes de las comuni-
dades navas de la selva alta y baja.
Estos agricultores se caracterizan principalmente por carecer de una visión de mercado y por basar su
economía en la supervivencia y autosuciencia, consumiendo aquello que culvan. La confrontación entre
la visión de los agricultores y la de las empresas, las cuales poseen una visión de mercado más globalizada,
hace nacer muchas dicultades entre ellos. Dichas dicultades se centran, principalmente, en las relaciones
que se establecen entre estos dos colecvos y en la elaboración de los contratos de suministro de semillas,
debido a que las empresas deben enfrentarse a un mercado moderno y respetar sus requerimientos, cen-
trados especialmente en los empos y en las candades que demandan esos mercados.
Debido a estas discrepancias surgió un clima de desconanza entre estos dos grupos, como consecuen-
cia de las acciones de los agricultores, los cuales presentaban una connua disposición a no respetar los
contratos espulados con las empresas. Algunas de las acciones llevadas a cabo por los agricultores y por
las que no se respetaban dichos contratos fueron, en primer lugar, el abandono del culvo de sacha inchi
por otro más rentable; y en segundo lugar, la venta de partes importantes o la totalidad de la cosecha a
otros compradores “ S ” , como declara-
ron la mayoría de los gerentes de las empresas que fueron entrevistadas.
Como señalan algunos emprendedores, la falta de un espíritu asociavo entre los mismos agricultores
hace empeorar aún más la situación, obstaculizando la creación de un sendo de responsabilidad. Este
colecvo carece de una organización sólida con la cual desarrollar un sendo de pertenencia a una comu-
nidad o grupo, que podría liderar el proceso de producción agrícola y poner en pie un sistema de control
que sancionase a todos aquellos que no respetasen los términos establecidos en los contratos. Además,
la fragmentación y dispersión de la oferta diculta los procesos de integración y organización vercal de la
cadena. Dichos procesos, llevarían a una estabilidad y organización en la oferta de materia prima, con una
consecuente disminución de los costos de transacción y un aumento de la rentabilidad en ambas fases, la
agrícola y de trasformación.
La desorganización de este eslabón condiciona enormemente los precios de producción del aceite, ya
que su precio llegó en 2012 a 5,5 dólares el kg, frente a un precio medio de 2 dólares el kg en el mismo
período. El incremento del precio fomentó su culvo, aumentando el número de agricultores y re-estable-
ciendo el precio a los niveles anteriores.
El personal técnico del IIAP arma que, hasta la fecha, en San Marn puede “ 2000 -
táreas de sacha inchi” , distribuidas en 1000 pequeños productores que culvan de 0,5 a 4 hectáreas de esta
planta. Asimismo, esta región puede contar aproximadamente con 48 Comités, con un promedio de 20 produc-
tores cada uno, los cuales trabajan con las empresas del territorio a través de contratos formales e informales.
En la totalidad de los casos, los agricultores reciben asesoría técnica de las empresas y de instuciones
como IIAP, GTZ, INIA, entre otras. Esto se debe, principalmente, a que no se trata de un culvo generaliza-
do entre las comunidades. Además, son las mismas empresas las que les proveen de semillas mejoradas,
generalmente procedentes del INIA e IIAP. En algunas ocasiones, también les proporcionan la maquinaria
necesaria para el decapsulado de las semillas, y se encargan de los costos de cercación de los culvos,
41
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
normalmente de la cercación orgánica. La red instucional de San Marn organiza encuentros entre agri-
cultores (el úlmo que se celebró fue el III Encuentro Regional de los Productores de Sacha Inchi), escuelas
de capacitación, talleres y ferias regionales de alimentación.
En esta región, según los datos de la DRASAM (Dirección Regional Agraria San Marn), en 2011 exisan
16 Organizaciones de productores de sacha inchi, con un total de 361 socios acvos, es decir, un promedio
de 22 productores por comité, donde cada socio acvo de media culvaba 0,5 hectáreas de esta planta.
Mientras que la supercie sembrada ascendía a 518 hectáreas, la supercie de producción resultaba ser de
157 hectáreas, es decir, un 30% del total. En ese año se cerraron 40 acuerdos comerciales entre empresas
y organizaciones de productores (DRASAM, 2011) 12.
La formación, en la mayoría de los casos, fue fomentada por las mismas empresas, con ayuda de fa-
cilitadores internacionales como GIZ y SECO, y de instuciones nacionales como GORESAM a través de
proyectos y programas como Perúbiodiverso y PDRS.
En el territorio de Lamas (San Marn), se encuentra la sede de la Cooperava Oro Verde, la cual or-
ganiza a los agricultores que se dedican al culvo de diferentes productos agrícolas (en su mayoría café y
cacao, pero también miel, panela y aceite de sacha inchi) y les proporciona asesoramiento técnico. Esta
cooperava posee los equipos necesarios para la fase de transformación, añadiendo valor a los productos,
que posteriormente son comercializados tanto a nivel nacional como internacional. Con los años, Oro Ver-
de ha conseguido diferenciar sus productos a través de la obtención de varias cercaciones (Orgánica, Fair
Trade, Rainforest Alliance, UTZ, entre otras) y recientemente empezó a trabajar con el sacha inchi, diversi-
cando la producción agrícola de algunos productores y comercializando el producto bajo la marca ‘Ecoline’,
de la empresa local Shananna. Hasta el momento “ 30 S I
” , según una declaración del Gerente D. Sandro Aquino.
Los culvos de esta planta son, en su mayoría, impulsados desde arriba según el concepto top-down,
probablemente debido a una escasa e incipiente idencación de los colecvos territoriales con dicho cul-
vo. Además, la evolución de los precios de las agrícolas y de otros productos oriundos13 como
el café o el cacao, condicionan su producción, debido a que un mayor rendimiento económico de estas hace
que el sacha inchi sea abandonado.
Según Perúbiodiverso (2009) y DRASAM (2011), el costo de producción agrícola de un kilogramo de se-
milla varía entre 1 y 1,3 dólares, mientras que su precio de venta a las empresas es de 2,3 dólares el kg, es
decir, el precio ‘refugio’ que se estableció en la mayoría de los convenios entre las empresas y los agriculto-
res. De todos modos, la falta de una organización horizontal del eslabón agrícola no permite la negociación
de las condiciones según los intereses de los actores que la representan. Es necesaria la intermediación de
facilitadores independientes que conserven y aseguren los intereses de este eslabón, que debería ser el
más interesado en la acvación del círculo virtuoso de la calidad.
Esta ausencia se enfaza, sobre todo, en la toma de decisiones. En ninguna de las tres Normas Técnicas
Peruanas (NTP) redactadas, aparece la parcipación de asociaciones de agricultores. Asimismo, la reciente
promulgación de la resolución 1577 de la Comunidad Andina 14 representa un desao para la promoción
del culvo en Perú y para su reconocimiento como IG. Esta resolución tendrá un efecto negavo para los
agricultores, disminuyendo el precio de la materia prima a través de una mayor compevidad agrícola.
La principal amenaza es la descentralización del culvo y la pérdida de su incipiente carácter colecvo. La
caída del precio podría llevar al abandono de su producción, como sucedió la primera vez que se promo-
cionó el culvo de esta planta, en 2005, donde el precio de venta se encontraba por debajo de su costo de
producción (entre 0,30 y 0,60 dólares el kg, según el valor de cambio medio de 2005).
12
Véase el siguiente enlace: hp://www.agrodrasam.gob.pe/sites/default/les/Informaci%C3%B3nSachainchik.pdf
13
C : ://www..//161410/
----z----------/
14
Véase el siguiente enlace: hp://intranet.comunidadandina.org/Documentos/Gacetas/Gace2195.pdf
42
La cadena productiva del sacha inchi
c. EMPRESAS:
Según el SIICEX (Sistema Integrado de Información de Comercio Exterior) 15, hasta la fecha existen más de
cien empresas que trabajan con sacha inchi, de las cuales el 70% son exportadoras, lo que reeja que el
mercado de este producto es principalmente internacional, debido, entre otras cosas, a su alto precio de
venta (SIICEX 2013).
Como se muestra en la Cuadro 15, las mayores empresas que trabajan con Sacha Inchi son MYPEs, a
excepción de Unique, empresa líder en el mercado de cosmécos.
Empresa Nº de trabajadores
3QP 2
AGROINDUSTRIA OSHO 23
AGROINDUSTRIAS
AGROINDUSTRIAS AMAZÓNICAS 7
AMAZON HEALTH PRODUCT 22
BLAMAC 4
ECOANDINO 90
EL CACHIQUE 10
OLIVOS DEL SUR 76
PEBANI 6
RODA SELVA 10
SHANANTINA 11
UNIQUE 2.807
Fuente: SUNAT,
SUNAT, 2012-2013
Recientemente,
Recientemente, las empresas han iniciado a ofrecer contratos a los productores, estableciendo un pre-
cio mínimo (o refugio) de compra de la semilla, de aproximadamente 2,3 dólares el kg. Como se señaló
con anterioridad, en 2012, el precio de esta llegó a alcanzar los 5,4 dólares el kg, más del doble del precio
refugio establecido,
establecido, debido principalmente a la escasez de materia prima.
El gerente de una de las 6 empresas que conformaban la Mesa Técnica en 2012, explica que este órga-
no negocia el precio de compra de la semilla junto al “ S
Inchi” , aunque no se ha encontrado información acerca de esta gura en ningún documento ocial. Cada
empresa trabaja con algunos comités, dependiendo de la zona y de las capacidades de producción
Para prevenir los problemas de la uctuación de precio y candad, algunas empresas comenzaron a ins-
talar culvos propios para así asegurarse un abastecimiento connuo de semilla a un precio compevo y
estable. Esta acción, a su vez, les permiría controlar la producción, el manejo agronómico, la introducción
de innovaciones tecnológicas, la experimentación con nuevas accesiones y especies, y la estandarización
de la calidad para cumplir con los requerimientos del mercado en materia de calidad, candad y empo de
entrega. Además, los problemas de uctuación llevaron a este colecvo a deslocalizar la producción de ma-
teria prima, importando semillas de los países colindantes como “C, E y B” ,
B” ,
como arma el presidente de una importante empresa.
15
Véase el siguiente enlace: hp://www.siicex.gob.pe
hp://www.siicex.gob.pe
43
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica
Geográfica en el Perú
La mayoría de las empresas no se dedican únicamente a la producción de aceite de sacha inchi y de sus
derivados, sino que cuentan con una amplia cartera de productos creados a base de diferentes vegetales
locales como harinas, bebidas, cápsulas, aceites vegetales, snacks, cosmécos, etc. Casi todas ellas cuentan
con diversas cercaciones como USDA Organic, EU Organic, Fair Trade, Rainforest Alliance, entre otras,
añadiendo, de esta forma, valor y calidad a los productos que comercializan.
Respecto a las empresas peruanas que comercializan productos a base de sacha inchi, se puede obser-
var una división de las mismas en dos grandes bloques.
En el primer bloque encontramos a las empresas productoras dentro de la región de San Marn, donde
se concentra la mayor producción de sacha inchi, que según la Mesa Técnica
Técnica comprende “ 80%
P” , con más de 1500 productores, ya sea organizados en Comités y Asociaciones o, por el contrario,
no organizados. Asimismo, en esta región se puede encontrar la única cadena de suministro organizada,
constuida por pequeñas asociaciones o comités de agricultores que trabajan conjuntamente
conjuntamente con las em-
presas presentes en la región, y donde estas han zonicado el territorio, es decir, controlan una parte de
la zona reduciendo así los conictos entre empresas debidos al abastecimiento de semillas. En 2011 eran
cinco las empresas en esta región que contaban con acuerdos comerciales formales y con comités de pro-
ductores (DRASAM, 2013)16.
Estos actores privados junto con otros de carácter público, forman parte de la Mesa Técnica de Sacha In-
chi, un importante organismo colegial donde se toman decisiones acerca del culvo y su desarrollo. La cons-
tución de dicha instución ofrece un buen ejemplo de acción colecva territorial, señal de la existencia de
un sistema local de producción agroindustrial que puede contar con una red de relaciones muy estrechas
entre los diferentes
diferentes actores. Como se mencionó precedentemente, la falta de una organización regional de
agricultores impide la representación de sus intereses en las decisiones tomadas por dicha mesa.
Entre las empresas Sanmarnenses parece exisr un alto nivel de cooperación e intercambio de informa-
ción y tecnología. Hay que subrayar la presencia en el territorio de Amazon Health Product y de Agroindustrias
Amazónicas, las cuales se repareron el mercado internacional con más del 50% del total de exportación en
el año 201217. Sin embargo, Agroindustrias Amazónicas actualmente no forma parte de esta Mesa Técnica.
Como arma el mismo gerente, el objevo de su empresa es “ z
15 ” , en confrontación a los 21 dólares por litro que de media reciben las empresas.
Esta estrategia compeva basada en el precio, hace vislumbrar una perspecva orientada a la estanda-
rización de la calidad y a la disminución de costos de producción. Probablemente, esto podría llevarse a
cabo a través de la deslocalización de la producción agrícola en aquellos lugares que pudiesen proporcionar
más estabilidad y organización de la oferta, así como recurrir a economías de escala, lo cual necesita de un
mayor volumen de materia prima y en candades estables.
El segundo bloque está formado por aquellas empresas que no se encuentran ubicadas dentro del
territorio de San Marn, algunas de las cuales sí que parcipan en la toma de decisiones más importantes,
como la elaboración de Normas Técnicas Peruanas (NTP) a través del Comité Técnico de Sacha Inchi que
ene carácter nacional 18, pero no forman parte de la Mesa Técnica. Parece exisr una relación tensa y
16
Ibídem nota 8
17
Véase el siguiente
siguiente enlace:
hp://www.siicex.gob.pe/siicex/
hp://www .siicex.gob.pe/siicex/apb/ReporteProd
apb/ReporteProducto.aspx?psect
ucto.aspx?psector=1025&preporte=p
or=1025&preporte=prodemprvolu&pvalor=1
rodemprvolu&pvalor=1945
945
18
Véase la presentación disponible
disponible al siguiente enlace:
hp://www.siicex.gob.pe/siicex/
hp://www .siicex.gob.pe/siicex/resources/calidad/
resources/calidad/ 431471990rad3
431471990rad304B4.pdf
04B4.pdf
44
La cadena productiva del sacha inchi
compeva entre los grupos que conforman estos dos grandes bloques.
Según los tesmonios recogidos, el costo de producción de un litro de aceite alcanza de 12 a 15 dólares
aproximadamente, “pudiendo llegar a 20 dólares según el precio de la semilla” como arma un empresario.
Para la producción de un litro son necesarios cerca de 5 kg de granos de sacha inchi. El precio de venta al por
mayor varía entre 20 y 24 dólares, dependiendo del formato de presentación del producto; en el caso de
botellas de 250 ml su precio de venta varía entre 6 y 7 dólares, mientras que 200 litros a granel pueden llegar
a costar 21 dólares el litro. Del proceso de extracción queda la torta, constuida por los restos de las semillas
una vez que han sido prensadas. Su precio de venta al por mayor es de 2 dólares el kg,
kg , y se obenen entre dos
y tres kg de torta por litro de aceite extraído.
Es evidente que las empresas ubicadas en el territorio de San Marn enen menores costos de bús-
queda y recolección de materia prima que aquellas que no se encuentran dentro de esta región. Además,
cuentan con más información sobre el volumen de producción agrícola, debido al contacto codiano con
los agricultores y con las comunidades productoras.
De entre todas las empresas peruanas que comercializan con sacha inchi podemos disnguir dos pos:
1) Empresas trasformadora
trasformadora y comercializadoras:
comercializadoras: se trata
trata de todas aquellas empresas
empresas que compran semillas
semillas
a los acopiadores, directamente
directamente a los agricultores o que enen culvos propios. Igualmente, procesan
y venden el aceite con marca propia o a granel, como insumo o producto terminado. Son normalmente
pequeñas y medianas empresas que cuentan con su propia planta de extracción y con la maquinaria
necesaria para la transformación
transformación del producto (desde las descapsuladoras hasta la envasadora);
envasadora); gene-
ralmente proporcionan
proporcionan servicios industriales a todas aquellas empresas que tercerizan
tercerizan los procesos de
producción. En algunas ocasiones, puede que estas empresas compren directamente un volumen de
aceite como insumo para la producción de derivados (cápsulas, cosmécos, integradores, etc.).
2) Empresas comercializadoras:
comercializadoras: este grupo está representado
representado por empresas que compran el aceite que
producen otras unidades empresariales y, posteriormente,
posteriormente, lo comercializan bajo su propia marca, como
ocurre con la mayoría de las empresas distribuidoras de productos naturales.
Entre estos dos pos, existen empresas, en su mayoría MYPEs, que se dedican a la compra de semillas
para luego tercerizar la extracción del aceite, apoyándose en otras empresas trasformadoras y pagando
un tanto por litro de aceite producido o por kg de semillas trabajadas, de media “1,50 dólares por litro de
aceite extraído”,
extraído”, como indica el gerente de una empresa comercializadora.
En general, parece que las empresas se decantan más por una diferenciación de sus productos a través
de las cercaciones (principalmente por aquellas de comercio justo y producción orgánica) y por la com-
petencia en los precios mediante la reducción de los costos de producción.
Imagen 1.
Ejemplos de marcas
de productos a
base de
sacha inchi
45
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Aunque en la mayoría de los casos las empresas nacionales presenten el producto como ancestral y
navo de la Amazonía Peruana, por el momento no existen otros países productores que reclamen el ori-
gen del sacha inchi como propio, aunque estén aumentando los tentavos de fraude dentro del territorio
nacional, debido a la existencia de productos que no respetan las NTP.
La creciente valorización del sacha inchi en su conjunto, no tardará mucho en hacer brotar otras inicia-
vas producvas en diferentes países tropicales, cuya situación podría empujar, en un futuro, a un mayor
interés por la implementación de herramientas de protección internacional como el reconocimiento IG.
Por el momento, el establecimiento de las NTP permite la normalización de la calidad del producto, su
control y un sistema de sanción, reduciendo los riesgos de fraude dentro de los connes nacionales.
d. DISTRIBUIDORES NACIONALES:
La Grande Distribución Organizada (GDO) peruana (Wong, Plaza Vea, Metro, etc.) resulta un actor “im-
prescindible” para la comercialización del aceite de sacha inchi, como arma el gerente de una importante
empresa relacionada con el sacha inchi.
En Lima se concentra la mayoría de la población, con casi 9 millones de personas registradas en 2012,
es decir, el 29% del total del país (INEI, 2012); por lo tanto, resulta ser el mercado nacional más importante
para los productos elaborados a base de sacha inchi. El volumen de venta de las GDO en Perú sigue cre-
ciendo, ganando un poder de contratación similar al europeo. Los dos grandes grupos, Cencosud (Wong y
Metro) y Supermercados Peruanos S.A. (Plaza Vea, Vivanda, Mass y Economax) representan los mayores
distribuidores de Perú.
Este actor compra a las empresas lotes de botellas de 250 ml de aceite por un precio aproximado de
6-7 dólares el litro. El precio de venta al consumidor se encuentra, normalmente, entre los 9 y 1 0 dólares,
es decir, que su precio aumenta en un 35%.
Generalmente las empresas suelen pagar a las grandes supercies por el derecho a estar en sus estan-
tes. El costo comprende el 25% sobre la facturación del lote vendido por dicho establecimiento.
e. RESTAURANTES LOCALES:
Algunos restaurantes de la región de San Marn ofrecen platos picos elaborados con productos a base
de sacha inchi. Se trata de una iniciava muy interesante e importante para la promoción de este producto
bajo un perl comercial o de consumo, y principalmente va dirigido a la colecvidad local. Su inclusión en
platos picos y gourmet por parte de chefs internacionales podría fomentar su idencación con el territo-
rio, como sucedió en el caso del z T de Marruecos19.
f. CONSUMIDORES:
El principal mercado de venta de aceite de sacha inchi, tanto para consumo alimencio como insumo para
cosmécos, es el internacional, sobre todo Japón, Canadá, Estados Unidos y Europa. El consumo nacional
y el conocimiento de los consumidores acerca de este producto están en auge. Actualmente, el sacha inchi
se puede encontrar en las estanterías de todos los grandes distribuidores nacionales, no solo como aceite,
sino también en forma de snacks, salsas, y mezclado con otros productos como ají, queso, etc.
g. FABRICANTES DE MAQUINARIAS:
Existen fabricantes nacionales de maquinaria especíca para la trasformación del sacha inchi 20, pero tam-
bién existe la posibilidad de adaptar equipos de extracción en frío de otros aceites vegetales como el de
oliva, procedentes de países como España e Italia.
19
Véase estudio de caso 1 en: U P, T y P. Gí y
. FAO, 2010.
20
Véanse los sios web:
hp://www.sachainchimaquinarias.com/ y hp://negavimdelperu.com/Negavim/5/Extraccion%20de%20Aceite.htm
46
La cadena productiva del sacha inchi
Desde 2007, Terre des Hommes-Italia y CIED-Perú vienen desarrollando proyectos en la Cuenca del
Quimiriki, donde producen, trasforman y comercializan este culvo, a través del proyecto “Producción y
comercio justo de café orgánico y sacha inchi de la Cuenca de Quimiriki - Perú” con el apoyo de la fundación
CARIPLO y Slow Food, llegando a parcipar en el Salón Internacional del Sabor y Tierra Madre. Lograron
constuir una cooperava llamada L T, formada por mujeres, las cuales, gracias al apoyo de
estas organizaciones, llevan a cabo todo el proceso de trasformación del sacha inchi.
Oxfam y Separ, en 200921, trabajaron en otro proyecto de valorización de este culvo como fuente de
ingreso para las comunidades peruanas Asháninka. Les proveyeron con equipos de transformación que son
ulizados, en la actualidad, por indígenas de la zona para la producción de aceite de sacha inchi y para el
tostado de las semillas, aunque se trata de una producción escasa y muy fragmentada.
DESCO, ONG peruana, también desarrolló un proyecto con este culvo en Oxapampa, el cual no obtuvo
los resultados esperados y fue abandonado.
La organización VIS, promueve el culvo y trasformación de sacha inchi en la región de Loreto 22.
i. INSTITUCIONES INTERNACIONALES:
La presencia de instuciones internacionales ha sido fundamental para el desarrollo de la cadena de sacha
inchi, sobre todo en San Marn. A través de diversos acuerdos con endades nacionales, estos facilitadores
han promovido, construido y organizado el sistema agroindustrial de dicho culvo en esta región.
El Proyecto Perúbiodiverso “ y C Sz - SECO y C
A D - GIZ, MINCETUR, MINAM y P, y
P N P B P – PNPB. C
y ñ , y
B í, y z y
. E, , y ”
(Biocomercio, 2013). Este proyecto se apoya en el desarrollo de estudios ciencos, la organización de ta-
lleres y escuelas de campo para los productores, la inclusión del producto tanto en ferias nacionales como
internacionales y, nalmente, en la estrategia de comercialización y valorización. Además, forma parte de
la Mesa Técnica de Sacha Inchi.
Otra iniciava destacable es el Programa Desarrollo Rural Sostenible (PDRS). Se trata de un programa
establecido por la GIZ y por otras instuciones peruanas, y promovido por el Ministerio Federal de Coope-
ración Económica y Desarrollo de Alemania (PDRS, 2013). Su objevo es la mejora de los medios de vida de
la población rural de Perú “mediante un manejo sostenible de los recursos naturales” , a través del “fortale-
y í ” (PDRS, 2013).
San Marn es una de las zonas de interés del programa y, consecuentemente, también lo es la cadena de
valor de sacha inchi.
El FIP, Fondo Italo-Peruano, forma parte de la Cooperación Italiana y desarrolló dos proyectos relacio-
nados con el sacha inchi: “Mejora de ingresos de pequeños agricultores - hombres y mujeres - jefes de
familia de 11 distritos de Rodríguez de Mendoza con la producción de Sacha Inchi”, nalizado en 2010, y
“Mejoramiento de la calidad de vida de la población de 3 distritos ubicados en el ámbito del VR AE a través
de la instalación y comercialización de los culvos de Sacha Inchi y cacao” nalizado en 2011 (FIP, 2013).
21
Véase el arculo disponible en hp://www.oxfamamerica.org/arcles/looking-to-sacha-inchi-for-their-future
22
Véase el sio web: hp://www.volint.it/vis/per%C3%B9-il-vis-promuove-lo-sviluppo-sostenibile-del-popolo-achuar
47
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Los recursos técnicos y económicos que estas instuciones proporcionan, así como la capacidad de
intermediación con otras endades y de resolución de conictos internos de la cadena, son instrumentos
fundamentales para el desarrollo equilibrado de la misma. En San Marn, su acción resultó fundamental
para el desarrollo de una cadena de valor, sobre todo por los esfuerzos implementados para organizar a los
productores y para estabilizar aún más la producción agrícola.
Estas endades pueden supervisar los procesos internos de la cadena como la distribución equitava
del valor, el fortalecimiento de los eslabones más débiles y la organización de la oferta. Resulta muy impor-
tante el papel que podrían desarrollar en la implementación y registro de marcas colecvas, así como de
Denominaciones de Origen o Indicación Geográca. En ambos casos, se necesitarían endades para liderar
estos procesos en las primeras fases de su desarrollo.
Durante el año 2012, se realizaron muchas acvidades relacionadas con el sacha inchi, entre las cuales
se destacan los acuerdos comerciales que se establecieron entre productores y empresas, la innovación
técnica, la invesgación cienca (como la redacción del dossier necesario para el Novel Food Europeo) y
la organización de productores a través de talleres, reuniones, etc. 23
j. INSTITUCIONES NACIONALES:
Junto a las demás instuciones internacionales, aquellas peruanas desarrollan una función esencial en
la organización de la cadena proporcionando asistencia técnica en disntas áreas de trabajo como la in-
vesgación cienca o la comercialización. Algunas de las instuciones nacionales más destacadas son
INDECOPI, que se encarga del registro de marcas y evaluación de solicitudes de DO; el MINAG-Ministerio
de Agricultura, a través de AGRORURAL (Programa de Desarrollo Producvo Agrario Rural), AGROIDEAS,
“ y , y í
ñ y y -
” (AGROIDEAS, 2012), SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Agraria)
y AGROBANCO “ ”
(AGROBANCO, 2013); SIERRA EXPORTADORA, “O P Ej P Cj
M, y j S y -
va” (SIERRA EXPORTADORA, 2013); PROMPERÚ (Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el
Turismo); los Gobiernos Regionales, como por ejemplo GORESAM en el caso del sistema de producción de
San Marn.
En la actualidad, el sacha inchi cuenta con una producción fragmentada en todo el territorio nacional:
Madre de Dios, Huánuco, Oxapampa, San Marn, Rodríguez de Mendoza, Cuenca del Ucayali (Pucallpa,
Contamana y Requena), Putumayo y los alrededores de Iquitos, y Caballococha, que es reconocida por el
Comité Técnico Nacional de Sacha Inchi. Este comité está compuesto por 26 unidades (12 empresas, 8 ins-
tutos técnicos entre los cuales GIZ, INIA, IIAP, Universidades, Laboratorios y Cercadoras, y 6 endades
del Sector Consumo como Promperú, DIRCETUR, Gobierno Regional San Marn Desarrollo Económico,
SENASA, INS, DRASAM) cuyas tareas se explican en las NTP sobre producción y trasformación de sacha
inchi, que enen como objevo mejorar y armonizar el nivel de calidad de los productos ofertados en el
mercado. A medio y largo plazo, el Comité marcó como objevo la “integración de la cadena de sacha inchi
z Jí, C, L, P, Az, S M, Uy y
Madre de Dios” 24.
Sin embargo, la principal fuente de producción, trasformación e invesgación de este culvo se encuen-
tra en la región de San Marn, donde cuentan con un sistema producvo local organizado.
Respecto a la situación actual del sacha inchi en el territorio nacional, esta se ve afectada por fenóme-
nos de ‘regionalismos’, los cuales enden a crear cierta competencia entre los diferentes territorios. Esta
23
Véase estudio de caso 1 en:U P, T y P. Gí y
. FAO, 2010.
24
Véase el siguiente enlace: hp://perubiodiverso.pe/assets/Informe-anual-PBD-2012.pdf
48
La cadena productiva del sacha inchi
compevidad podría suponer, en un futuro, un gran obstáculo para este culvo y su reconocimiento como
IG, debido a que se requiere cierta cooperación a nivel nacional entre todos los eslabones de la cadena.
Hasta la fecha, el Comité Técnico de Sacha elaboró y publicó tres Normas Técnicas Peruanas sobre el
sacha inchi: NTP 151.400 “Aceite de Sacha Inchi. Requisitos” en 2009, NTP 151.401 “Aceite de Sacha Inchi.
Buenas práccas de manufactura” en 2012 y NTP 151.402 “Sacha Inchi. Buenas práccas agrícolas para el
culvo” en 2012.
l. PROOVEDORES:
La constante evolución de la cadena del sacha inchi hace nacer nuevas empresas proveedoras de insumos,
desde las materias primas agrícolas hasta los envases. En este úlmo caso, hay que subrayar que hasta hace
unos años las botellas de vidrio oscuras necesarias para la conservación del aceite se producían en Chile.
Sin embargo, en la actualidad existen algunas empresas peruanas que se dedican a la fabricación de estas
botellas.
En el sector cosméco, el aceite de sacha inchi es ulizado para la composición de varios productos, los
cuales presentan un precio de mercado mucho mayor respecto a otros productos que usan este aceite con
nes alimencios.
En relación al mercado nacional, es importante señalar la forma en la que la Grande Distribución Organi-
zada (GDO) genera, respecto a los demás eslabones, una mayor proporción de valor añadido, aunque no aporte
ninguna trasformación sica al producto.
49
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Sin embargo, el valor nal en los mercados internacionales incluye también los gastos soportados para su
exportación de Perú, el ete y los costos de importación al país de desno.
Cad 16. Cada d va aa p 1 d a d aha h dóa
Acopiador
13,5 2 5,0%
(5kg. de semillas)*
GDO***(*) 40 14 35,0%
(*)E va añadd ha d aad b p d mpa d 26 dóa .
*Se tomó como referencia el precio por kilo de semilla mayormente contratado entre empresas y agricultores (2,3 dólares).
**Se tomó como referencia el precio medio de venta al por mayor de 1 litro de aceite a granel de un frasco de 250 ml. mulplicado por cuatro.
***E p p ha d aad mpad p md a p m d a d 250 m. p a.
Cad 17. Cada d va aa d 1 d a d aha h dóa
Acopiador
13,5 2 2,0%
(5kg. de semillas)*
Distribución
100 79 79,0%
Internacional***(*)
(*)E va añadd ha d aad b p d mpa d 26 dóa .
*Se tomó como referencia el precio por kilo de semilla mayormente contratado entre empresas y agricultores (2,3 dólares).
**S mó m a p md d va a p ma d 1 d a a a.
***E p p ha d aad mpad p md a p m d a d 250 m da p a.
50
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
53
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
Las primeras referencias sobre sacha inchi en la época pre-inca se circunscriben a algunas alusiones de
probables culvos de esta semilla en la civilización Caral: “[...] Azí P,
3000 ñ [...]. A
C” (Antúnez de Mayolo, 1981). De conrmarse, el sacha inchi que por sus caracteríscas edafoclimá-
cas es oriunda de la Amazonía, podría haber sido posteriormente adaptado al litoral por la civilización Caral 25.
Antúnez de Mayolo (1981) cita al respecto: “[...] un indicador de la facilidad de su aclimatación, lo da el hecho que
haya crecido en nuestro jardín en Lima, así como haber soportado el frío del invierno pasado, sin embargo ha sido
j ” , lo que fortalece la sospecha de que esta planta
podría, en antaño, hallarse también en territorios de costa.
La frecuente cita de huacos tomórcos moches y chimú 26 que representan al fruto del sacha inchi, lleva
a considerar la categorización elaborada por Brack y Bringas (2004) sobre la domescación prehispánica de
vegetales y animales: “Cz T ( ñ 1000 .C.): z
j y . S y, íz, j -
, (I .) (Ay, E, A) y
semillas” .
Es durante la expansión quechua (inca) en plena formación del Tahuannsuyu, entre 1425 y 1522 d.C.
aproximadamente, que se enen nocias de incursiones en el Ansuyo, como denominaban a la Amazonía. De
acuerdo a esto, algunas publicaciones actuales se reeren al sa cha inchi como el ‘maní del Ansuyo’ 27. En el año
1461, durante el reinado de Pachacutec, el príncipe Túpac Yupanqui conquista a los chachapoyas, hecho que
les permió acceder a muchos productos amazónicos, como cita Rostworowski (2004): “Los recursos humanos
25
El complejo ceremonial de Caral (2500 a 1600 a.C.), ubicado a orillas del río Supe en la región Lima, revela complejidad en el uso del espa-
cio dado que sus usuarios y habitantes desarrollaron un programa permanente de remodelación de edicaciones, se le denomina ‘Ciudad
Sagrada’ por el papel protagónico en la vida y acvidades económicas y polícas del valle de Supe. Makowski, (2004).
26
Los moche se desarrollaron en la costa norte peruana (actuales regiones de La Libertad y Lambayeque) entre los años 200 y 600 d.C.,
caracterizado como un estado regional, marcado por cambios tecnológicos y la decoración cerámica que plasma con gran realismo la vida
y cosmovisión moche. Se cree que los moches desaparecieron a causa de un Fenómeno del Niño de grandes dimensiones que arrasó la
costa norte peruana y sur ecuatoriana. Los chimú se desarrollaron en la misma zona que ocuparon los moches, entre los años de 1350 y
1460(d.C.); se caracterizaron como reino o señorío opulento, combaente y expansivo (ocuparon zonas de las actuales regiones de Tumbes
y Cajamarca). Desarrollaron la orfebrería, siendo de muy alta calidad e inuyente; fueron conquistados por el Inca Tupac Yupanqui y anexa-
dos al naciente Tahuannsuyo. (Makowski, 2004; Rostworowski, 2006; Del Busto 2006).
27
M IX, X, XI E N P E P. 2004 - 2005 - 2006, (2007)
55
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
y y . E y z
con acceso a productos del bosque tropical que eran vitales para los incas, tales como la coca, la miel, diferentes
y , , , , y
” . Es de imaginar que esta zona permió a los quechuas
el acceso al sacha inchi.
Es importante citar a los quechua-lamistas, emplazados en la actual región de San Marn, parte considera-
da como Ansuyo durante el Tahuannsuyo y los cuales son los productores y consumidores más conocidos en la
actualidad. Esta etnia se supone descendiente de los chancas, cultura surandina que se enfrentó a los quechuas
y tuvo que huir a dicha zona debido al avance incaico.
Carhuapoma (2009), plantea una sugerente hipótesis donde explica que la forma de estrella del fruto del
sacha inchi podría haber inspirado en el diseño de una de las armas ofensivas incaicas: “se pueden encontrar regis-
tros de su origen peruano en las culturas preincas nororientales, mediante representaciones de su fruto en huacos,
y I, ‘’ ‘z’. E G P, -
, z y z ” .
La llegada de los españoles en el siglo XVI y el período de conquista de Lano América no ofrece ninguna
información acerca del sacha inchi. No obstante, la multud de exploraciones llevadas a cabo en la Amazonía en
los siglos XVI y XVII 28, permieron el descubrimiento de muchas plantas y árboles navos (cacao, tabaco, yuca,
achiote, entre otros), el sacha inchi no despertó el interés de los exploradores y misioneros católicos, que fueron
los mayores invesgadores de la época. De todas maneras, es probable que muestras de esta euforbiácea fueran
enviadas a Europa para su estudio y clasicación, obteniendo su nombre cienco en el siglo XVIII como Pk-
L .
Dicho nombre le fue otorgado por el sueco Carl von Linné en la segunda edición de su obra S P-
tarum en 1763:
“PLUKENETIA. .
Pk , , . P. . 47. . 226.
Sj , . R. . I. . 194. . 79. / 2.
H I.
C . F , . R M ;
F . F Ey Pk. y. I76 . 4. ( -
), ”.
Traducción:
“PLUKENETIA. .
Pk , y j , . P. . 47. . 226.
Sj , . R. . I. . 194. . 79. / 2.
H I.
C . F z, y . R y M -
; F í. F E Pk. y. I76
. 4. ( ), ”
En el año 1780 se edita nuevamente la obra de Linné, con el nombre de Sy P (Edio No-
vissima), donde en referencia a la descripción de Pk V L. se adiciona el concepto de “supra albus
” ( ) .
De acuerdo a Antúnez de Mayolo (1981), MacBride hace alusión a los botánicos españoles Hipólito Ruíz y
José Pavón, quienes habrían clasicado al sacha inchi “[...] P. ”, j -
28
Se revisó: Cobo, B., (1964). H N M, 1653; B, F. M., (1989). L C F A Uy, 1686; Maroni
P., (1988). N Mñ (1738). R PP. A. Z y J. M (1735 - 1740); Gonzales Agüe-
ros, F. P., (1786). D O S F C P FIDE
S R S Mí O; Sobreviela, F. M.y Unanue, H., (1963). H C y
M, 1790; Izaguirre, P. Fr. B., (2007). H M F P, 1922.
56
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
F P C (1798) y R H V
Ry P y C 29. Concretamente, dicha nomenclatura es atribuible al botánico suizo Johannes Müller Ar-
goviensis: “[...] í P. M. A.” (Atúnez de Mayolo, 1981).
Otro nombre usado para denir al sacha inchi es ‘Sj ’ , tal como describe el naturalista holandés
Georg Everhard Rumphius, en su obra póstuma Herbarium Amboinense (1741) que se enfoca en la ora de la isla
indonesia de Amboinia, cuyo espacio geográco tropical se asemeja a la Amazonía.
Flores ex parvis componuntur racemis, in quibus nil nisi parva viridia apparent capitula, quae sefe aperiunt
, , ,
, ,
A S . U -
R ,
R , , L ,
quidam vero fructus in tria tantum dividuntur segmenta.
I B R , U-P, U-T, U-T: A
& Sj-M . I , ; C -
, , , j C
lympha coctum.”
Traducción:
Pñ , z ,
puntas, poseyendo una semilla dentro, cubierto de una especie de arcilla, y se pueden ver crecer el fruto
, y, A S -
y. C R í, y -
, , L y
, y .
C R B 30 , U-P, U-T, U-T -
& Sj-M. Lz , ; A
, , j y C y”.
La descripción del Sj se ajusta a las caracteríscas del sacha inchi, que puede signicar su pre-
sencia en el territorio asiáco además de ser consumido por la población local, como demuestran los nombres
navos citados por Rumphius, con el prejo ‘Ua’.
29
Editado por Jaime Jaramillo-Arango en 1952 con el tulo: R H V z Ry P y C B D.
H Ríz ñ 1777 1788, y M.
30
Distrito de Amboina (Rees, 1819).
57
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
El mismo nombre Sj se encuentra también en el D U Mè M T -
G (T Cè). (1863):
Traducción:
“PLUKENETIA VOLUBILIS, L. A I, Sj B (R,
A., I, . 69), y E. D C í (E, 263).
E I , , j ,
de plato agradable y delicado.”
De acuerdo a la obra mencionada arriba, el Sj B es culvado en el subconnente indio donde sus
hojas son consumidas con leche de coco.
Asimismo, la misma denición se encuentra en la obra O By del botánico y zoólogo británico
Burne (1835) “Pk , Sj R, E. I
I , , -k,
. A D C . I Ay P.
”; y : “Pk , Sj R, E
. E I , y j
, y . D D C
. E Ay j P. ”.
De acuerdo a esta denición, el mismo Burne (1835), Rees (1819) 31, y la Wernerian Natural History Society
(1923)32 arman que esta planta fue confundida por la especie P. L., mientras que en la actualidad es
reconocida como P. C .
En 1892, el Diconnaire de Botanique del botánico francés Henri-Ernest Baillon alude nuevamente al Sj
baguala, citando solamente su sinonimia:
“ SAJOR BAGUALA (RUMPH.). L Pk L. SAJORE . N. Fç (LAMK) Pk L.
SAJORIUM (., G., S., III, 98). Sy Pk L.”
Atúnez de Mayolo (1981) cita otros nombres: “[...] Pk L. [...] ñ -
A, A, By, C, F, Hy, Pk, P, Sj
y V”.
En el Perú de los siglos XVIII y XIX, llama la atención que el sacha inchi no haya tenido repercusión alguna
en naturalistas y médicos como Antonio Raimondi e Hipólito Unanue, o en exploradores como Balthasar Marnez
de Compagnon, quien sondeó el litoral, los andes y la ceja de selva norperuana 33.
En el siglo XX, el botánico alemán Augusto Weberbauer también realizó invesgaciones en el territorio
peruano y publicó en 1911 la obra D Pzw A Gzü D 34,
ampliándose y traduciéndose en 1945 como: E M V A P, sin hacer ninguna referen-
cia al sacha inchi.
31
T Cyæ:O, U Dy A, S, L, V 27.
32
M W N Hy Sy, V 5, P 2.
33
Se revisó: Sobreviela, F. M. y Unanue H. H C y M (1963), 1790. Raimondi A.
E P, 1965. Raimondi A. 50 L , 1955. Marnez De Compañon B. Tj P, 1991.
34
En su traducción al castellano: L A .
58
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
Según Antúnez de Mayolo (1981), a principios del siglo XX se hallaron otras especies de Pk L.:
“P MB, í ,
S M, L y H,
P, P. yy [...],
P. [...] y P. y [...]. E B P. [...], í P. y
[...]. P B P. [...] y P. [...],
P. [...]. L P. [...] C, í E
Pk. L Gy () P. [...], í
ñ P. [...] P. . S Vz
P. [...]”.
En 1931, el naturalista peruano Fortunato Herrera publicó su C -
y P , donde cita el primer nombre navo o vernáculo que se
ene del sacha inchi:
Francis MacBride también citó este nombre “[...] Pk -
, ‘ y’ y ‘ y’ W (1936:561)” (Atúnez de
Mayolo, 1981). También hace una descripción de la Pk V L. y, cita los lugares donde esta se culva,
aportando el nombre de ‘amui-o’, en su F P. Vol. XIII:
“ Plukenea volubilis L. S. P. 1192.1753; 14. P. M. A. L 34: 157. 1865.
Y , y ; 2-6 . ; , y y
, y , 7-13 . , 5-10.5 . w, -
, , ( y y), , ;
9 . w 1 w 5 . , w 6-12-
w, 5-w, 3 . ; 20-24; ,
1.5 . , y w y 18-25 . ; 3.5 . w, 18 .
, 4 y -w, y 15 . .-I,
P, 1.. (w ). F.M. N. 7111 (P. ).
S M: S R, W 7731 (. M). Jjí, K 3845; 3901 (. Sy).-L:
My, K 634; K & S 29927 (. M). I, W 8123 (. M). F
K 2056 (. Sy). N Mz, M 6470 (. Sy). Y, P 2210. W
y, Rz & P (y, P. ). B; W I. ‘Sacha Yuchiqui’ , ‘sacha yuchi’ (both Wi-
), ‘amui-o’ (K, H)”. (MB, 1951).
Traducción:
“Plukenea volubilis L. S. P. 1192.1753; 14. P. M. A. L 34: 157. 1865.
P j , ; 2-6 . ; j -
, , , 7-13 . , 5-10.5 . ,
jz , j, (), , -
; 9 . 1 5 .
, j 6-12 , 5 , 3
. ; 20-24; , 1.5 . ,
18-25 . ; 3.5 . , 18 . , 4 -
, 15 . .-I, P, 1.. (
y ). F.M. N. 7111 (P. ).
59
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
S M: S R, W 7731 (. M). Jjí, K 3845; 3901 (. Sy).-L:
My, K 634; K & S 29927 (. M). I, W 8123 (. M). F
K 2056 (. Sy). C Mz, M 6470 (. Sy). Y, P 2210. S
z, Rz & P (y, P. ). B; I O. ‘S Y’, ‘ y’
( W), ‘-’ (K, H).”
MacBride no cita a la Pk L. bajo el término ‘sacha inchi’, lo que podría rearmar que este
es un nombre moderno o adaptado en estos úlmos 35 años. La obra de MacBride F P, data de 1951, y
es el primer documento encontrado en el que se usa dicho término:
Es a parr de mediados del siglo XX que se enen los primeros estudios sobre el uso y las propiedades del
sacha inchi. Antúnez de Mayolo es el impulsor, marcando un hito con su obra L N A P
(1981). En su trabajo menciona el nombre ‘sacha inchic’, describiendo el lugar y las modalidades de consumo
del mismo, incluyendo también la citación del botanista Soukup que en 1970 idencó el uso de la planta: “[...]
j (1976) (Az 1978),
S M (P), í ‘ ’, ‘í ’ y/ ‘í
’ ‘í’ (A L., L),
‘’ (Az 1978) , z .
A Sk (1970:286) í ‘ ’ y
j . L Sk (1980: ), Pk
L., Euphorbiaceae [...]”.
Reriéndose a los nombres navos, Antúnez de Mayolo (1981) cita a MacBride y a Klug “[...] que halló la
designación de ‘amui-o’ entre las tribus huitotos”. El autor reconoce la novedad de estos nombres e indica el tér-
- : “[...] ,
esta planta deberíamos denominar en lo sucesivo como ‘amui-o’, tanto por corresponder a la designación que le
otorgaron los descubridores de sus propiedades, como porque la designación de ‘sacha inchic’ o ‘sacha yuchiqui’
son nombres recientes impuestos por los quechuas [...]” , de los cuales, con mucha probabilidad, procede el actual
nombre de sacha inchi.
35
Citado en U N A ‘O’ Eí N . En el diario La Prensa del 26 de Diciembre de 1978, pág. 10
60
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
Asimismo, en dicha obra se reportan los resultados del análisis efectuado a las semillas de Pk V-
lubilis L., destacando su potencial alimencio: “[...] 32.5%
; 5% y 62.5% . D
47.5 . E 31.1% . E , y
alta calidad que se presta para la extracción de aceite y que puede ser procesada en speller sin necesidad de sol-
í y . E y w, í y y
producción de aceite. Empero, el mejor empleo de su pasta residual requiere de un previo descascarado. [...] las
í , í z
. S , y j z
z , z, y
j y . A
, y j 68.4% í ( ).
E j O y R-R (80-700 )
Azí í ()” . Con esta
citación, se destaca el conocimiento de las comunidades indígenas acerca del sacha inchi. Al mismo empo, se
señala la dicultad encontrada por los conocimientos indígenas para integrarse en la sociedad peruana, debido
principalmente a su idiosincrasia y a los obstáculos impuestos por las propias instuciones nacionales.
Carhuapoma (2009), cita a Brack y Soukup, los cuales aclaran el uso del sacha inchi: “E z
S M, z ñ , y
sea cocida o tostada en la preparación de diversos platos como inchicapi, ají de sacha inchi, cutacho, mantequilla
, , , ; j -
j , y (Bk, 1999; Sk, 1987)”. A,
Az My (1981) : “[...]
oleaginosas ricas en lípidos como el sacha-inchi [...]”.
Respecto al uso medicinal, Carhuapoma (2009) arma que “en diferentes regiones de la selva peruana, las
j z ,
‘’ (O M, A)
z y j (A ., 2004)”.
Al respecto, Vega (2011) también describe su uso medicinal en las comunidades: “[...] las semillas macha-
z y j , j
(C, 2009). L y, , ,
y z y
j z . T ,
y . (C, 2009)” .
61
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Asimismo dicho aceite presenta otros usos, como el domésco: “[...]
y ”. 38
De acuerdo al IIAP (2009), que cita a Carhuapoma, según el cual son muchas las etnias que hacen uso co-
mún del sacha inchi: “E , ñ
í y, , , , k, j
y, G Pj, , , , , , , ,
cashibo, amuesha, candoshi, secoya, yagua, huambisa, Arabela, achual, arahuaca, sharanahua, aguaruna, que-
S M, , , Jí y Pz; j
mujer indígena”.
La Comisión Nacional contra la Biopiratería cita a la publicación Especies vegetales promisorias de los países
C A B (1992), proporcionando otro tesmonio de su uso como medicinal o cosméco: “las
y, y, , , , y y - í z
- z Pk y
z y j ”. 39
En la década de los ochenta, empiezan a surgir un gran interés y estudios ciencos acerca del sacha inchi,
el más conocido es el desarrollado por la Universidad de Cornell en 1980 (Basurto, 2009). A nivel nacional, la Uni-
versidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) fue la primera instución en realizalizar estudios ciencos acerca
de este culvo, y en la actualidad, siguen invesgando de manera acva sobre el tema 40.
En la década de los noventa, sin embargo los estudios llevados a cabo fueron más puntuales, lo que proba-
blemente impulsó iniciavas de producción industrial.
En el año 1994 aparece un documento con los resultados de una invesgación llevada a cabo por diversos
especialistas “[...] A z y í ,
y (M, 2010)”, “[...]
y y y -
ración en la agroindustria” 41. Asimismo dos años más tarde, en 1996, Gloria Arévalo publica E C S
I (Pk L.) Azí, y
: “[...] z ‘ ’ ‘í ’ (Pk
L.) y , í
, ñz [...]. E , -
, , [...]”.
Se visitaron los territorios de San Marn (Tarapoto, Lamas, Aviación y Moyobamba), Ucayali (Pucallpa,
provincia de Coronel Porllo, distritos de Callería, Yarinacocha y Campo Verde), Junín (La Merced, Pichanaki,
Primavera, Pucharini, Sapo, Río Negro, San Marn de Pangoa), Pasco (Oxapampa y Villa Rica) y Lima. En estos
lugares se realizaron entrevistas a empresas trasformadoras y comercializadoras, a agricultores de comunidades
navas y a instuciones públicas y privadas con carácter cienco y jurídico.
Las entrevistas realizadas al eslabón agrícola permieron esclarecer el grado de conocimiento que este gru-
po posee acerca del culvo y su uso. Se reveló un total desconocimiento de algunos de ellos sobre el uso de este
38
Ibidem nota 1.
39
Caso C F SAS (hp://www.biopirateria.gob.pe/caso9.htm) y Caso ‘Greentech SA’ (://www.../8.)
40
Véase el apartado 4.1 para más detalles
41
hp://www.sidalc.net/cgibin/wxis.exe/?IsisScript=GREYLIT.xis&method=post&formato=2&candad=1& expresión=mfn=006940
62
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
recurso, probablemente debido al meszaje con otras culturas y a la pérdida de información de las tradiciones
navas. En cambio, otros pobladores de las comunidades armaron conocer y usar la planta desde hace empo.
El presidente de la Asociación de Productores de Sacha Inchi, Allima Muro, arma que “no fue sembrado
6 7 ñ , y í z
trece plantas para el autoabastecimiento. Era consumido en la alimentación convencional de los lamas en platos
jí , y (íz ) y í
semilla” . También parece poseer conocimientos acerca de las propiedades de esta planta ya que arma que “in-
í z y ” , y con respecto a su uso histórico maniesta que “siempre
fue conocido con este nombre y consumido desde mucho antes, tres o cuatro generaciones atrás”.
Una mujer descendiente de la etnía cocama, de la provincia de Coronel Porllo, Ucayali, narra que sus
abuelos “í ( ‘’), y z -
morras con leche o con plátanos raspados y hervidos” . Lamentablemente no recuerda el nombre que le daban.
Otra mujer de Coronel Porllo, descendiente de pobladores Lamas, cuenta que su madre “í 20
y 30 ” . Usaban las almendras para “ z -
dos” (tostados o asados), y extraían el aceite “moliendo las semillas y preparábamos con él tacaco con plátano”
(plátano sancochado y aplastado).
Otro poblador de la Comunidad Nava San Francisco de Yarinacocha (Ucayali), de etnía cashibo-cacataibo,
indicó que antes del interés que las empresas locales mostraron en los úlmos años, “el sacha inchi no tenía
y , ñ
contra el colesterol. Era conocido con el mismo nombre y los ancianos obtenían de él el aceite, mediante la cocción
y el molido, para aliviar dolores de espalda” , no aduciendo al consumo alimencio del mismo.
Es también importante destacar como algunos pobladores de las mismas comunidades navas y otros po-
bladores no pertenecientes a estas, arman que cuando las empresas empezaron a promover su culvo entre los
agricultores “ z ” , como explica un poblador de la comunidad Santa
Clara, descendente de los cashibo-cacataibo. Asimismo, algunos agricultores de Lamas arman “
venderlo a las empresas locales” y que preeren “ í z ” , debido a que este
úlmo es un recurso ‘nuevo’ para ellos.
El presidente de la Asociación Inin Raon Tetai Shipibobo, de la misma comunidad nava de San Francisco
de Yarinacocha, arma que “ y
”.
En general, entre las comunidades navas y demás productores, resulta poco extendida y conocida la for-
ma de consumir el Sacha Inchi como aceite. Es importante señalar que todas las asociaciones de productores
han sido constuidas en los úlmos años; además, reciben asesoramiento técnico de las empresas y, en muchos
casos, les proveen de semillas mejoradas.
Respecto a la posibilidad de reconocer el sacha inchi como Indicación Geográca a través de la Deno-
minación de Origen peruana, la mayoría de los agricultores armaron no conocer este instrumento, aunque
valoraban otras cercaciones como la ‘orgánica’ y ‘comercio justo’. La Cooperava Oro Verde de San Marn,
que recientemente empezó a sembrar Sacha Inchi (aproximadamente treinta hectáreas), fue el único actor de
este eslabón que conocía el tema de la Denominación de Origen en Perú. De esta forma, se destaca una vez más
como la organización de pequeños agricultores puede fortalecer el intercambio de información y la conciencia-
ción de los actores.
42
Los síntomas descritos hacen referencia al consumo de la semilla en crudo.
63
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Con respecto a las empresas, se individuaron dos patrones de respuesta. En primer lugar, aquellas ubica-
das en San Marn y que forman parte de la Mesa Técnica, las cuales armaron “no tener interés e nel proyec-
to”, debido a la “redundancia del estudio” y al no poder proporcionar información “ í z
o distribuida”.
Al contrario, las empresas ubicadas en Lima parecían poseer más interés en el reconocimiento del aceite
de sacha inchi como Indicación Geográca, aunque mencionaron problemas como “la falta de cohesión entre la
totalidad de las empresas” y la falta de conanza entre las mismas empresas y los productores agrícolas.
Al hablar de Indicación Geográca y Denominación de Origen de Perú y abarcando más de una región
productora, surgen dicultades como los ‘regionalismos’, sobre todo por parte de las empresas sanmarnienses.
Incluso un funcionario del Gobierno Regional de San Marn arma que “ S M
z z y . P í
I G” . Es evidente como este po de posiciones excluyen a los demás territorios productores de
sacha inchi y a los actores que se ubican en ellos.
Respecto a la Mesa Técnica, diferentes empresas (también las que forman parte de la misma Mesa) alegan
que “muchas veces no funciona correctamente, aunque busque que sus asociados no compitan respecto a mer-
cados y proveedores, además de impedir la especulación de los precios de la materia prima. Es una propuesta
” , haciendo de este modo vislumbrar algunos recelos entre los
actores de este eslabón.
Tanto los actores territoriales como las consultoras legales están de acuerdo en armar que “el estado no
apoya económicamente en ninguna fase del trámite de reconocimiento, y tampoco en las sucesivas fases como la
DO. L í
y D O
( í- , , .), ( , ,
, .) y ( y
). E y ”. Además, es importante aclarar que el término ‘reputación’ incluido en la de-
nición de DO no se encuentra, generalmente, relacionado con la misma, como se puede deducir en el Arreglo de
Lisboa (art.2) y en el reglamento europeo 510/2006 (art. 2.1, apartado a). Más bien, dicho término es aplicable
cuando se habla de Indicaciones Geográcas, como se detalla en el art. 22.1 del ADPIC y en el art. 2.1 apartado b
del reglamento europeo 510/2006 45.
Una vez completados y entregados los estudios requeridos, debe de s er constuido el ‘Consejo Regulador’,
es decir, una asociación sin nes de lucro que administre la futura DO y autorice el uso del nombre geográco.
Los trámites son largos y complicados, además, se debe “ Cj
j j ” . Otras dicultades residen en la misma conformación de
los Consejos, debido a que existen normas no escritas sobre su composición en términos de productores prima-
rios, trasformadores y comercializadores.
“L j z DO” ,
explica una de las personas que llevó a cabo el reconocimiento de una de las ocho DO de Perú “pero hasta que
, z INDECOPI
y j -
43
Para un análisis técnico de la legislación sobre Denominaciones de Origen en Perú véase el capítulo 4.
44
Véase el caso Cy C: , disponible al siguiente enlace:
hp://www.wipo.int/sme/es/case_studies/chirimoya.htm
45
Para un análisis más detallado de estos dos instrumentos véase el capítulo 4.
64
La historia del sacha inchi en el territorio peruano
, y ” . Esta armación se congura como
una amenaza a la reputación del producto, debido a que la ausencia de una endad que controle la calidad de los
lotes producidos puede facilitar comportamientos desleales.
El mismo INDECOPI al hablar sobre la posibilidad de reconocer el sacha inchi como una DO inter-regional,
armó que el proceso podría resultar muy problemáco y alargarse demasiado en el empo, desalentando la
iniciava.
De igual forma, una consultora legal denió las DO como “demasiado complicadas” , y sugirió en su lugar el
registro de una Marca Colecva o de Cercación, debido a que estos otros instrumentos son también muy úles
para el reconocimiento de una Indicación Geográca, pero presentan requisitos menos estrictos que aquellos
requeridos por la Denominación de Origen.
Las entrevistas llevadas a cabo esbozan la visión general de los actores que están dentro de la cadena hacia
el sacha inchi y de sus productos derivados. La colecvidad que lo produce no parece tener un vínculo cultural
importante con el culvo y menos aún con el aceite. No obstante los tesmonios lleven a la conclusión de que
esta planta fue conocida en la anguedad, dicho conocimiento parece no haber evolucionado, y por lo tanto se
trataría de un ‘hecho cultural’. Asimismo, a lo largo del empo no ha sido construida una calidad especíca del
producto, la cual se forma por la interacción de los factores territoriales, entre los que se destaca el saber-hacer
de la colecvidad 46.
Con respecto al reconocimiento como DO, se han encontrado diferentes dicultades de po administra-
vo y burocráco relacionadas tanto con el marco jurídico como con la instución encargada de los trámites.
Además, este instrumento ene entre sus múlples objevos aquel de diferenciar los productos agrícolas
de los estándares, permiendo a pequeños productores de zonas marginales comper en los mercados. Es
denida como una herramienta que puede fomentar el desarrollo rural a través de la valorización no solo de
un producto, sino también del territorio en su conjunto. En este sendo, no parece eciente obstaculizar el
proceso con una barrera económica que pueda desalentar y alejar a los sujetos directos e interesados en este
instrumento, como los pobladores de las áreas rurales peruanas. Esta debería ser una herramienta promovida
y apoyada por el estado, el cual tendría que contribuir de manera más contundente y acva en el proceso de
reconocimiento.
46
Véase el Capítulo 4 para mayores detalles respecto a la incidencia del factor humano en la calidad especíca de un producto con Indicación
Geográca
65
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Para que un producto sea reconocido como Indicación Geográca (IG), además de presentar una calidad
especíca debe demostrar un cierto vínculo con el territorio en el que se produce.
La INAO (2009) dene el vínculo como “ j -
z j” con el territorio.
Como muchos expertos señalan 47, para la IG no es necesario demostrar la existencia de un vínculo estrecho
y determinante entre el producto y el territorio de producción, como sí ocurre en el caso de una Denominación
de Origen (DO). Más bien “ j IG y
a su origen y no determinada por él” (FAO, 2009). Es pues, un vínculo que puede ser “ ”
(Champredonde et al, 2012) y procedente de diferentes grados de interacción entre el factor humano y los recur-
sos naturales locales. Por este movo, es importante que la colecvidad territorial se idenque con el producto,
haciendo de él un rasgo caracterísco de su idendad.
En lo relavo al anclaje territorial y a la , cuando se habla del primer concepto se hace referencia
a la “ -y -
comunidad local” (Champredonde M., 2011), mientras que en el caso de la picidad, esta es el resultado de la
“ í
territoriales” (Champredonde et al, FAO 2012). Por lo tanto, por lo que respecta a la Idencación Geográca, no
se trata de productos caracterizados por un anclaje territorial sino por su .
Estos factores descritos arriba, otorgan al producto una unicidad que lo rinde irreproducible y que viene
denida por una calidad especíca construida a través de la interacción con la colecvidad territorial, que a su
vez conere al producto una cierta picidad. Este sistema de construcción de la calidad hace que los productos
vinculados a su origen geográco puedan gozar de un price premium (premio de precio) por parte de los con-
sumidores, en respuesta a unos servicios ofrecidos que reducen la asimetría informava en el momento de su
adquisición y encarnan unos valores intangibles valorizados por el consumidor (Arni et al, 2010).
A connuación se analiza la situación del aceite de sacha inchi y su potencial reconocimiento como produc-
to IG, evaluando los factores determinantes que se describen precedentemente.
4.1 LA TIPICIDAD
El territorio
Como se menciona en la primera parte de este documento, existen muchos arculos ciencos que a lo
largo de los años han descrito como esta planta se encuentra, en estado silvestre, en varios lugares tropicales,
sobre todo de América Lana (Ilustración 1), bajo diferentes especies.
Véase la G D D D’ A D’ (A.O.C./A.O.P.), FAO 2009; y O
47
69
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
70
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
No se trata, pues, de un recurso endémico especíco del territorio peruano. Las condiciones edafoclimá-
cas bajo las que se desarrolla el sacha inchi son similares en un territorio mucho más amplio, y su naturaleza
silvestre hace pensar que sea una planta ‘común’ en toda la Selva Amazónica. El intento de dos empresas fran-
cesas de patentar el aceite y la producción de cosmécos de sacha inchi 48, aceleró la inscripción de esta planta al
patrimonio natural de Perú bajo la ley N. 28477 de 2005 49, subrayando un interés y una voluntad políca y pública
de protegerlo como recurso propio.
En Ecuador, el MAGAP (Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca) “[...] dictó un seminario
‘C y Cz S I, Azí” , donde, “[...] explicó que el
P ,
, í y ” 50. Técnicos agrónomos peruanos con
conocimientos del culvo, fueron llamados a este país para proporcionar asesoramiento técnico y para monito-
rear el desarrollo de los culvos instalados.
Esta resolución amplía la cuenca de procedencia de la materia prima para la producción de aceite y otros
derivados de sacha inchi, insertando, de este modo, a un nuevo compedor en la producción agrícola. Esta
podría ser una respuesta a la inestabilidad de la oferta en términos de candad y precio, la cual amenazaría
la producción agrícola peruana, que se enfrentaría, muy probablemente, a una competencia basada en el
precio.
Igualmente, esta podría ser la primera pauta hacia el reconocimiento de una Indicación Geográca tras-
nacional . La dicultad de trazar la historia del producto, la falta de una tradición local de manejo y extracción
de aceite, y la distribución del sacha inchi por diferentes países del trópico, plantean demasiadas dudas para un
reconocimiento de dicho producto como ‘peruano’. La aceptación de materia prima procedente de un tercer país
por parte de las mismas autoridades públicas peruanas, hace surgir la idea de que actualmente no existe intención
políca para valorizar el producto a nivel nacional a través de su reconocimiento como G I
(Indicación Geográca), aunque esté protegido como Patrimonio Natural Peruano.
Sin embargo, esto no excluye la posibilidad de reconocer el aceite como una IG que abarque más de un
país. Los países involucrados en su producción agrícola y trasformación industrial hacen parte, directa o como
observadores, de la Comunidad Andina, situación que resulta favorable en el caso que se propiciasen iniciavas
en ese sendo.
Para este n, es importante determinar si la incipiente producción agrícola de sacha inchi en otros países
procede de semillas mejoradas por los actores peruanos.
48
Ibidem nota 39.
49
Véase el siguiente enlace: hp://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?le_id= 202262#LinkTarget_50
50
Véase el siguiente enlace: hp://www.agricultura.gob.ec/magap-dicto-curso-sobre-culvo-y-comercializacion-del-sacha-inchi/
51
Véase el siguiente enlace: hp://www.caminoalagro.com/programas/aceite-sacha-inchi/
52
Véase el siguiente enlace: hp://faolex.fao.org
53
Véase el siguiente enlace: hp://intranet. comunidadandina.org/Documentos/Gacetas/Gace2195.pdf
71
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Las tecnologías de culvo y de extracción del aceite no proceden de un s aber-hacer local o artesanal trans-
mido de generación en generación desde épocas anguas. Se trata de un proceso industrial que se desarrolló
a lo largo de los úlmos diez años, desde el momento en el que se descubrieron las propiedades del sacha inchi
y de su aceite. La falta de un ‘paragón’ o de un ‘binomio’ artesanal-industrial entre manejos agronómicos o en-
tre metodologías de trasformación, fortalece la sospecha de que, incluso en épocas anguas, el interés hacia el
culvo de sacha inchi no era relevante. Esta escasa o inexistente incidencia del factor humano, hace más dicil
la determinación de una picidad territorial que normalmente se produce, transcurrido un periodo de empo,
a través del intercambio de saberes y práccas tácitas que hacen parte de la colecvidad territorial en la cual s e
produce dicho bien (Champredonde et al, 2012).
La información histórica sobre el sacha inchi, y su uso y consumo en épocas anguas, es muy escasa y confusa.
Hasta la fecha, solo se cuenta con tesmonios escritos que aseguran su uso en algunas comunidades navas de la sel-
va peruana, pero no existen pruebas concretas sobre ninguna tradición alimencia o cultural ligada a esta planta 54.
De todos modos, el consumo del sacha inchi y de su aceite solamente constuye un factor de anclaje terri-
/ , es decir, “perteneciente a la masa de hechos culturales” , y no un factor de , que signica
la “ y ” (Champredonde, 2011).
Sin un saber-hacer colecvo o una tradición que haya desarrollado saberes tácitos, los métodos de produc-
ción y trasformación son ‘recetas’ fácilmente reproducibles por los territorios limítrofes, lo cual limita la especi-
cidad y picidad del producto. Al mismo empo, la falta de un anclaje con la colecvidad territorial perjudica
el círculo virtuoso de la calidad que una IG pone en marcha. La idencación de los actores con el producto es la
base sobre la cual se rige el entero proceso de calicación, debido a que serán ellos mismos quienes administra-
rán el producto y se beneciarán de él.
Respecto al proceso de valorización e industrialización del sacha inchi, este no fue impulsado desde la base,
es decir, no fue promovido por las comunidades productoras, sino que la iniciava surgió de las instuciones
gubernamentales y de las empresas.
Aunque se puedan apreciar acciones colecvas (como la constución de la Mesa Técnica de Sacha Inchi en
San Marn o el Comité Técnico de Sacha Inchi a nivel nacional), estas nunca se se han caracterizado por la acva
parcipación de su primer eslabón, los productores agrícolas, los cuales no cuentan con fuertes organizaciones
que los representen en los momentos de la toma de decisiones y contratación del precio del producto.
Sin embargo, a nivel nacional la cadena no está integrada. Muchas veces las unidades agrícolas se encuen-
tran lejos de las unidades producvas, obstaculizando, de esta manera, la formación de sistemas producvos lo-
calizados e integrados. A pesar de la acvación de procesos producvos en diferentes lugares, es la región de San
Marn el centro de producción, decisión e innovación del sacha inchi. Aquí, las empresas parecen tener un buen
nivel de cooperación entre ellas a través de la Mesa Técnica, donde junto a otras instuciones (centros de inves-
gación agraria, universidades nacionales, instuciones gubernamentales, instuciones internacionales), inter-
cambian información y diseñan las futuras líneas de invesgación y estrategia para el culvo y su trasformación.
La relación entre el sistema producvo de algunas empresas de San Marn y las otras empresas naciona-
les, no siempre es buena. En algunas ocasiones, entre ellas predominan fenómenos de competencia en lugar de
fenómenos de cooperación e integración.
La ausencia de concienciación acerca del producto y de sus caracteríscas y potencialidades entre los ac-
tores del eslabón agrícola, además de su exclusión en las dinámicas de la toma de decisiones, representan un
obstáculo importante para la integración de la cadena. El cumplimiento de esta condición es imprescindible para
el establecimiento de objevos comunes y para el desarrollo de un conocimiento técnico y económico general,
úl para concrezar la capacidad de gesón de toda la cadena, la cual deberá administrar la futura IG, no solo
bajo el perl de la calidad, sino también en las fases de comercialización y distribuición del valor.
54
Véase el Capítulo 3 para más detalles sobre su uso histórico.
72
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Estas circunstancias resultan desalentadoras para la integración de la cadena a nivel nacional, disminuyendo
en la mayoría de los casos la compevidad, y ralenzando los procesos de innovación y valorización del producto.
La adad pa
Aunque todo lo mencionado anteriormente hace referencia a la existencia de una debilidad entre el vínculo
producto-territorio, es importante destacar los avances ciencos y tecnológicos de los úlmos años llevados a
cabo por las instuciones peruanas y las empresas privadas.
Perú fue el primer país en domescar e industrializar este culvo, a través del desarrollo de algunos estu-
dios ciencos y poniendo en marcha un proceso de comercialización y valorización de carácter internacional.
Es, hasta la fecha, el único país que puede contar con un volumen de exportación signicavo y con un constante
crecimiento, tanto de candad como de valor. Esto signica que existe un reconocimiento por parte del mercado
(consumidor) sobre su calidad especíca, que diferencia el producto frente a otros similares, permiéndole cons-
truir una reputación posiva.
Pero el principal problema reside en que la tecnología ulizada para su culvo y su transformación es fácil-
mente transferible y reproducible, al no tratarse de un producto artesanal que no cuenta con un saber-hacer local
arraigado y tácito, sino que se trata más bien de un producto ‘nuevo’.
En este punto, es importante volver a subrayar la existencia de diferentes especies de sacha inchi, cuyas ca-
racteríscas son todavía desconocidas; como ocurre en el caso de la P. y, la cual podría presentar
cualidades iguales o cualitavamente superiores a la especie P. L. Es por ello que deberían ser estudiadas
con más detenimiento, con el n de determinar las diferencias existentes y su inclusión-exclusión en los procesos
de trasformación y en la construcción de la calidad.
No obstante el producto cuente con cierta reputación internacional vinculada a una calidad objeva y sub-
jeva especíca en relación a otros aceites compedores, no están aún denidas las caracteríscas de los aceites
procedentes de los diferentes territorios peruanos. Dada la variabilidad de los factores ambientales y la variedad
de ecopos de sacha inchi existentes, no se puede excluir la posibilidad de que haya diferencias entre ellos.
Los avances ciencos en el mejoramiento genéco permirán, entre 2015 y 2016, el uso de una variedad
cercada, que será la primera en el mundo. Esto podría facilitar la obtención de una picidad territorial, ya que
“ y ” (FAO, 2010). El me-
joramiento genéco forma parte del patrimonio colecvo, representa un saber-hacer local que interactúa con el
medio geográco, representando la “ ” (Champredonde
et al, 2012). Este hecho supondría un importante fortalecimiento del vínculo producto-territorio. Como indica
la Guía FAO SINER-GI (2010): “[...] í. V
z y
í í y ” . El mejora-
miento genéco conlleva la creación de variedades aptas para desarrollarse en un territorio especíco. Compren-
de, de este modo, una cierta variabilidad interna, pero deniendo la existencia de “í
comunes a la producción de un determinado territorio” .
Dichas caracteríscas llevan a la idencación de un ‘aire de familia’, otorgándoles a los productos aquella
especicidad y unicidad que los rinden picos (Champredonde et al, 2012).
Asimismo, es importante que la nueva variedad no debilite la variabilidad genéca de los ecopos que se
hallan en el territorio, produciendo así una estandarización que podría llevar a la pérdida de la picidad buscada.
El mejoramiento genéco debería implementarse en cada uno de los territorios de producción, para no perder la
variabilidad genéca y poder producir variedades aptas a cada ambiente, respetando siempre sus caracteríscas.
De esta manera, se conservaría una variabilidad interna y se desarrollaría el ‘aire de familia’ en relación con la
calidad mencionado anteriormente.
73
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
En el caso del aceite de sacha inchi procedente de la especie P. L., se estaría frente a un producto
que aún no se caracteriza por tener una picidad territorial. Esta es denida por Casabianca y otros (2006) como
“ j : y -
” . Sin embargo, es un producto que cuenta con unas caracteríscas
especícas que lo disnguen de otros aceites compedores, como por ejemplo los aceite de pescado y de linaza.
No obstante, son escasas las diferencias que se presentan cuando la materia prima para su elaboración procede
de diversos lugares fuera del territorio peruano, como Ecuador o Colombia.
La falta de estudios ciencos comparavos entre especies halladas en diferentes lugares tropicales, hace
dicil la comparación de las cualidades del producto y de sus diferencias, impidiendo evaluar cuáles son los fac-
tores ambientales que inciden sobre la calidad y las cualidades de las semillas de sacha inchi y del aceite que le
es extraído, impidiendo la denición de í intra-territorios y obstaculizando el camino hacia una
picidad territorial.
Por lo tanto, los interrogantes que se plantean son varios y determinantes. En primer lugar, es necesario
aclarar cuáles son las caracteríscas especícas intra-especie e intra-territorios de producción; además, es funda-
mental conocer el vínculo que este recurso ene con el territorio a través de estudios históricos y antropológicos
puntuales y profundizados; nalmente, se debería determinar si la producción incipiente fuera de Perú procede
de semillas que han sido mejoradas a lo largo de los años en este mismo territorio.
Estas consideraciones representan un el reejo de la situación del sacha inchi como producto vinculado
al origen, es decir, una situación todavía en dilucidación, caracterizada por el fortalecimiento de su vínculo con el
territorio peruano y en búsqueda de una denición clara de su calidad especíca y de su picidad.
El territorio, en su conjunto, está determinado por el ser humano a través de las acciones que este desarro-
lla a lo largo del empo con el n de adaptar sus métodos de producción y necesidades a su entorno, basándose
siempre en el patrimonio cultural y cienco. Por este movo, los recursos territoriales y el producto pertenecen
a la colecvidad (Vandecandelare et al, FAO 2010).
Es fundamental el papel que podrían llegar a desempeñar las ONGs y determinadas organizaciones inter-
nacionales y nacionales (FAO, IICA, OMS, Perúbiodiverso, etc.) en la labor de sensibilizar a la colecvidad sobre la
importancia de este producto como un alimento a incluir en las dietas alimencias locales y como producto iden-
tario, construyendo una unión entre las personas y los productos locales. La parcipación acva de la colecvidad
es fundamental para su inclusión en los procesos de decisión y para una distribución equitava del valor creado.
Calidad Específica:
En construcción
(mejoramiento
gené�co)
74
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Volviendo a la cuesón de las otras especies de sacha inchi encontradas, en el caso de la P. y -
bana su reconocimiento como producto vinculado al origen sería más simple. Se trata de una especie endémica
que solo se encontró en una zona especíca de Perú, en la región de Amazonas, y que presenta caracteríscas
químicas diferentes a la P. L., ya que conene niveles más altos de Omega-3 (NTP 151.400; Tabla 2.b, IN-
DECOPI 2009), que le coneren unicidad y picidad. En una experiencia llevada a cabo en la región de San Marn,
intentaron instalar culvos de esta especie, pero no dio los resultados esperados debido a que la producción fue
muy escasa y la calidad de los frutos muy baja (pequeño tamaño de los de los frutos y bajo contenido en aceite).
La debilidad en el desarrollo del sacha inchi como producto pico vinculado a un origen peruano reside en
los métodos de manejo agronómico y de extracción del aceite, los cuales resultan fácilmente transferibles.
Como arman las mismas instuciones de invesgación de la cadena (IIAP), el camino hacia la denición
de una calidad especíca es todavía largo. Es importante señalar la escasez de información cienca acerca de la
incidencia de los recursos territoriales en la calidad, tanto de la materia prima como del aceite: “[...]
, j
. E z
j j , í y ”. 55
Las áreas rurales se caracterizan por: un alto porcentaje de subnutrición, sobre todo de los niños; la falta de
servicios esenciales; los fenómenos de marginación social de los navos, especialmente de las mujeres, que son
marginadas también por los propios componentes de la comunidad; y por la inseguridad económica debida a la
inestabilidad de los precios de las í, cuya producción se concentra en estas áreas rurales.
Según el úlmo informe técnico del INEI: E Pz M 2007-2012, el gasto promedio
per cápita mensual a nivel nacional en 2012, fue de 592,5 soles (227,8 dólares). En las zonas urbanas esta suma
resulta ser mayor al promedio nacional, con 686,6 soles (264 dólares), mientras que en las zonas rurales es de
313,7 soles (120,7 dólares).
Según el ámbito geográco, la sierra y la selva presentan valores muy similares, de 465,4 y 463,4 soles
mensuales (178,7 y 178,2 dólares) respecvamente, mientras que en la costa el gasto promedio mensual resulta
ser de 700,5 soles (269,4 dólares).
En el año 2012, el 41,1% del gasto per cápita igual a 243,4 soles (93,6 dólares), se desnó, primordialmente,
a los alimentos; mientras que al cuidado de la salud se dedicó el 8,7%, es decir, 51,8 Soles (19,9 dólares).
Como dene el INEI, el porcentaje de personas que viven en situación de pobreza en Perú pasó de 27,8% en
2011, a 25,8% en 2012, por lo que se considera que 7,8 millones de personas se encuentran aún en esta situación.
El valor de la línea de pobreza para el año 2012 es de 284 soles per cápita mensual (109 dólares), y constuye el va-
lor mínimo necesario que requiere una persona para sasfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.
La pobreza en el área rural bajó 3,1 puntos porcentuales al pasar de 56,1% de 2011 al 53% de 2012, mien-
tras que la pobreza en el área urbana pasó de 18% al 16,6%.
La sierra y la selva representan las dos áreas donde la incidencia de pobreza es mayor, aunque exisese una
reducción porcentual mayor en el 2011, de respecvamente 3,0% y 2,7%. La incidencia de pobreza en la sierra en
2012 resultó ser del 38%, mientras que en la selva fue del 32,5%.
55
Véase el siguiente enlace: hp://diariovoces.com.pe/6539/iiap-realiza-estudios-y-requerimientos-nutricionales-de-sacha-inchi).
75
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Un pobre extremo es aquel cuyo gasto se encuentra por debajo de 151 soles mensuales (58 dólares), “el
valor de los alimentos de una canasta socialmente aceptada necesaria para cubrir un mínimo de requerimientos
de energía” (INEI, 2013). El valor de dicha canasta alimentaria en el litoral asciende a 165 soles (63,5 dólares), en
la sierra es de 131 soles (50,4 dólares) y en la selva corresponde a 142 soles (54,6 dólares). En cambio, la pobreza
extrema en términos porcentuales representa el 6% de la población.
En el año 2012 los mayores niveles de pobreza extrema se presentaron en las áreas rurales con un 19,7%,
mientras que en el área urbana solo alcanzó el 1,4% 56.
Por todo ello, el sacha inchi y su potencial comercial representaría una posible opción viable para la diversi-
cación de las ganancias de los agricultores, debido a que al trabajar con esta planta podrían contar con un culvo
a los 9 meses, que les proporcionaría cosechas cada 15-20 días, aliviando así la falta de entradas ocasionadas por
la estacionalidad de otros culvos. Además, serían sasfechas sus necesidades básicas de nutrición, pues esta
franja de la población no cuenta con los recursos económicos y culturales sucientes para acceder a los alimentos
básicos e indispensables para que la familia lleve una dieta sana.
En el período 2011-2012, FAO esmó que el porcentaje de subnutrición en Perú era del 11,2%, a diferencia
del 8% de América Lana y Caribe. Igualmente, la malnutrición infanl representa un grave problema en este
país. En 2008 se esmó que el 28,2% de los niños de edad inferior a 5 años padecía de raquismo y el 4,5% estaba
por debajo de su peso, según la FAO. Teniendo en cuenta que los datos descritos no disnguen entre áreas rurales
marginales y áreas urbanas, existe un margen entre su representación estadísca y la realidad en esas zonas sub-
desarrolladas. Al respecto, el Ministerio de Agricultura peruano arma que, en 2009, la desnutrición infanl en el
área rural ascendía al 40,3% (MINAG, 2011).
Las estadíscas relavas a la importación y exportación nacionales proporcionadas por Promperú y FAOS-
TAT para el periódo 2010/2011, arman que Perú es importador neto de los aceites de soya, girasol, linaza y oliva,
productos similares al aceite de sacha inchi, lo que signica que su culvo y extracción de aceite podría disminuir
la dependencia de las importaciones. Con respecto al aceite de pescado, otro producto similar, Perú es uno de
los mayores productores a nivel mundial (Cuadro 18).
Además, según la plataforma FAOSTAT, en 2011 Perú importó 79 mil toneladas de soya, destacando su
dependencia alimencia a este cereal y cuyos precios al consumo se encuentran en auge 57. Igualmente, es impor-
tante recordar que durante el proceso de extracción del aceite de sacha inchi se elabora también la ‘torta’, la cual
es una importante fuente de proteínas y puede representar un sustuto de la soya 58. Asimismo, la importación
de torta de soya en Perú era aproximadamente de 1 milión de toneladas en 2011 (FAOSTAT, 2013). En 2012, en
valores absolutos, 3 millones de personas sufrían desnutrición, es decir, más del 10% del total de la población.
Además, entre el requerimiento mínimo de calorías diario y su real distribución exisa una asimetría de 0,88
56
Informe Técnico: E Pz 2007-2012, INEI 2013. Disponible al siguiente enlace:
hp://www.inei.gob.pe/DocumentosPublicos/Pobreza_InformeTecnico2013.pdf
57
Véase el arculo de La República en el siguiente enlace:
hp://www.larepublica.pe/19-08-2012/alza-internacional-del-trigo-maiz-y-soya-impacta-en-peru
58
Véase el Capítulo 1 para más detalle.
76
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
kilocalorías (FAOSTAT, 2012). En este contexto, este culvo podría ejercer un papel posivo, gracias a que su con-
tenido en ácidos grasos esenciales, vitaminas y proteínas es muy signicavo.
Asimismo, la valorización de este producto otorgaría a las comunidades una mayor estabilidad económica
en las áreas rurales, por lo que podrían disminuir los fenómenos de migración hacia las ciudades, conservando
así la idendad cultural de los territorios y de las mismas comunidades. También, se favorecería la ocupación y el
cuidado de los suelos y la protección de la Selva Amazónica, la cual está siendo devastada, cada vez más rápido,
por las industrias mineras y madereras.
Como se señaló anteriormente, la condición de la mujer dentro de las comunidades es, por lo general, muy
dicil. Con el desarrollo de nuevas acvidades económicas se podría rescatar el papel de estas en las comuni-
dades, creando nuevas dinámicas de trabajo gracias a las cuales elevar su autoesma. Un claro ejemplo de ello
puede encontrarse en la comunidad de Primavera, región de Junín. En esta pequeña aldea de la selva central, per-
teneciente a la provincia de Pichanaki (Chanchamayo), se localiza una pequeña cooperava formada únicamente
por mujeres que culvan y elaboran productos a base de sacha inchi, vendiendo su producción en los mercados
y ferias locales, además de ofrecer una rica cocina tradicional local que combinan con este producto.
El círculo virtuoso de la calidad fomenta las visitas a las áreas rurales, marcando las pautas para el desarrollo
de otras acvidades económicas locales como el turismo y la restauración. De esta manera, se fortalece el espíritu
emprendedor de estas zonas y los pobladores de las comunidades incrementan su autoesma. El paisaje y los
recursos naturales locales se convierten en ventajas que pueden ser incrementadas y añaden valor al territorio.
Bajo el perl ambiental, el culvo de sacha inchi necesita de un manejo con un bajo impacto ambiental. Se
ulizan tutores muertos (postes de madera) y, cuando existe la posibilidad, hileras de alambre que pueden ser
reulizadas o, en úlmo término, vendidas. En el caso de culvo con tutores vivos, normalmente Erythrina, no
existe impacto ambiental, debido a que esta planta enriquece el paisaje y los suelos, y combate la deforestación.
No se deben ulizar abonos o tratamientos tosanitarios químicos. En primer lugar, por las caracteríscas
intrínsecas, ya que se trata de un mercado de productos naturales y saludables donde el consumidor valoriza mu-
cho el respeto del medio ambiente y, también, porque deberían ser excluidos en el futuro pliego de condiciones
para asegurar la preservación de los paisajes y, en general, de la comarca donde se culva el sacha inchi. Otra
prácca muy común entre los agricultores de las comunidades, y que supone un gran impacto ambiental, es la
quema de culvos, acción que debería ser controlada por las autoridades pernentes, ya que a través de ella se
empobrecen los suelos, se arruina el paisaje y se modica el ecosistema de la zona.
Otro benecio resultante de este culvo es el valor que añade a la biodiversidad, la cual se está perdiendo
a causa de los culvos intensivos como el café y el cacao, que crecen en el mismo hábitat que el sacha inchi. Ade-
más, es una planta que puede desarrollarse en asociación con otras especies vegetales, como árboles forestales
úles para la reforestación, culvos de ‘panllevar’ como el frijol, y también, frutales como el plátano y la papaya,
entre otros.
4.3 LA REPUTACIÓN
Los datos disponibles sobre la exportación de productos derivados de sacha inchi en el período 2008-2012,
describen la reputación que el nombre de este producto ha logrado en estos úlmos años. Según Sunat y Prom-
perú (Cuadro 19 y Cuadro 20), en este período de empo el volumen de exportación aumentó, en general, del
293%, que en valores absolutos variaría de las casi 53 toneladas de 2008 a las 207 toneladas en 2012. En estos 4
años el producto logró introducirse en 17 nuevos países con 12 toneladas de producto, que signicaría una media
de poco más de 1 tonelada por cada nuevo mercado. Países como Bélgica, Australia, Canadá, Estados Unidos, Ja-
pón, Nueva Zelanda y España aumentaron su importación, diferenciando el portafolio de clientes de las empresas
exportadoras, anteriormente concentradas únicamente en algunos países como Estados Unidos, Francia y Japón,
que sumaban más del 60 % de la exportación total.
77
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Cuadro 19. Volumen de la exportación de producto elaborado a base sacha inchi en el período 20 08-2012
El valor de exportación en su conjunto, conoció un auge signicavo en 2012. Dicho incremento se apre-
ció en el aumento del precio medio por kg, que se elevó de los 12 dólares el kg a más de 15, lo que signicó un
aumento del 29 %.
Los mismos países que mostraron un mayor incremento en el volumen de importación fueron aquellos
que registraron un mayor crecimiento del valor de importación, lo que señala un aumento de la reputación del
producto y su valoración por parte de los consumidores.
Cuadro 20. Valor de la exportación de producto elaborado a base sacha inchi en el período 20 08-2012
78
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Resulta interesante analizar la variación de volumen y valor de los productos exportados en relación con
formato que presentan. En general, todos los productos a base de sacha inchi han sido valorados posivamente
por los consumidores y, en el Gráco 4, se puede observar el aumento en porcentajes del precio medio por cada
formato de presentación del producto.
G 4. Vaaó % d p p ma d paó d pd (2008-2012)
450.0 %
400.0 %
350.0 %
300.0 %
250.0 %
200.0 %
150.0 %
100.0 %
50.0 %
0.0 %
s l
i t e l a c o a s o
l v l a
l
i k s d o a
t
e u � t r o c
a a T o
A c p s é O P m
S n s t
á m
s S e T o
C
C o
79
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
G 5. Evó d va a xpaó d a d aha h (2008-2012)
1,400.00
1,200.00
1,000.00
S
E
R
A
L 800.00
Ó
D
E
D
S 600.00
E
L
I
M
400.00
200.00
0.00
2008 2009 2010 2011 2012
G 6. Evó d vm a xpaó d a d aha h (2008-2012)
80.0
70.0
60.0
S 50.0
A
D
A
L 40.0
E
N
O
T 30.0
20.0
10.0
0.0
2008 2009 2010 2011 2012
80
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Con respecto a los aceites similares, el precio medio por kg de estos productos se encuentra muy por de-
bajo del precio que alcanzó en 2012 el aceite de sacha inchi. Es importante subrayar que los productos similares,
en la mayoría de los casos, se comportan como , mientras que el sacha inchi se congura más como
un producto apto para nichos de mercado.
Cuadro 21. Precio medio por kg de los aceites similares al de sacha inchi
La denición de ‘reputación’ dada por Bérard l. y Marchenay P. (2007) disnguen entre notoriedad y re-
putación. Según ellos, la “ ”, mientras que “la reputación se relaciona al
[...], , z” .
La calidad del aceite, tanto en el aspecto objevo (contenido en AGE y sobre todo en ALA) como en el suje-
vo (la procedencia de áreas rurales amazónicas, su carácter natural y el impacto posivo que puede tener sobre
la biodiversidad y el medio-ambiente en general), parecen jugar un papel importante para el establecimiento de
una reputación posiva del producto.
Al mismo empo, con relación a su origen geográco, serían necesarios estudios de mercado que midiesen
el nivel de conocimiento del consumidor sobre su origen peruano y la importancia que le otorgan. De hecho, no
se conoce cuanto incida sobre la reputación el hecho de que se trate de un producto de origen peruano. Puede
que el ser oriundo de la ‘Amazonía’, entendida como ambiente natural, y sin especicar el país de procedencia,
juegue un papel determinante en la construcción de una reputación posiva. Con referencia a esto, es importante
señalar que el aceite de sacha inchi procedente de Perú obtuvo a parr del 2004, varios premios y reconocimien-
tos internacionales en diferentes países: Medalla de Oro como “Mejor Aceite del Mundo”, AVPA (Paris, 2007); “Oil
of theWorld”, WEO (Paris, 2004-2006); SIAL of France, 2004; ANUGA, (Germany, 2005)59.
El art. 22.1 del ADPIC explica que “ -
ginario del territorio de un Miembro o de una región o localidad de ese territorio, cuando determinada calidad,
, í ” .
Debe entonces exisr un “ [...] -
” (INAO, 2009).
Como indican Champredonde et al (2012), la reputación “ j -
IG” aunque “en sí misma no necesariamente aseguraría el carácter
[...] í ” .
El reciente lanzamiento al mercado internacional de aceite de sacha inchi procedente de varios países,
pone en duda la especicad de la producción peruana, debido a los estudios que comparan las cualidades de
estos aceites con diferentes orígenes geográcos, los cuales no demuestran ninguna especicidad entre ellos.
59
véase el siguiente enlace: hp://www.agemanagementsupplements.com/organic_oil_inca_inchi.html
81
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Por otro lado, es conveniente considerar que la calidad de los ‘nuevos’ aceites no está someda a los mis-
mos parámetros ulizados hasta la fecha por el aceite peruano, amenazando, de esta forma, el nivel de conanza
que éste logró establecer con el consumidor. De ser así, este sería un caso de imitación del producto y de fraude
al consumidor, situación que podría acelerar el interés hacia el reconocimiento como IG.
4.4 EL MERCADO
El mercado de los productos a base de sacha inchi es dinámico y en expansión. Además, cuenta con la aper-
tura de nuevos mercados y el consiguiente acceso a sus respecvos nichos, lo que podría proporcionar premios
de precios y rentas muy favorables a los actores de la cadena.
En 2012, el 66% del volumen de exportación de productos a base sacha inchi (Gráco 7), se asentó sobre
tres empresas que contaban con unidades trasformadoras en San Marn. De estas tres, dos de ellas, Amazon
Health Products y Agroindustrias Amazónicas, concentraban el 56% del total exportado con un volumen de ex-
portación de 116 toneladas. Mientras que Agroindustrias Amazónicas es una empresa especializada, principal-
mente, en la producción de aceite de sacha inchi, Amazon Health Products cuenta con una cartera de productos
bastante diferenciada. La tercera empresa con relación al volumen de exportación, con un 10% del total (21
toneladas), es Agroindustrias Osho.
Estos datos indican una concentración importante entre las dos empresas líderes citadas anteriormente.
Estas enen un volumen de producción más elevado, es decir, cuentan con una economía de escala que les
permite reducir los precios de venta. El poder de mercado que ambas concentran es suciente para que puedan
inuir sobre los precios de la materia prima.
Agroind. Amazónicas
Agroind. Osho
Andinoindustrias SAC
Alinap
Natural Perú
Roda Selva
Agroind. Blamac
Fda Sudamérica
Otros
La reputación posiva del aceite de sacha inchi, que fue el primer producto trasformado y comercializado
con éxito, se ha reejado a lo largo de los años en los demás productos derivados, como demuestran los datos
sobre volumen y valor de exportación de cada formato de presentación (Cuadro 22 y 23).
82
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
De media, los derivados de esta planta aumentaron su volumen de exportación en 293% entre 2008 y 2012,
y en parcular el polvo, la semilla tostada y las cápsulas de aceite, cuyos formatos de presentación suman alre-
dedor del 35% del total exportado en 2012, en oposición al 1 % del año 2008. Este aumento hizo que el peso del
comercio del aceite se redujese del 60% al 45%. En cambio, el rubro otros formatos representa el 30% del total
del volumen exportado.
Respecto al valor de la exportación en su conjunto, el aceite es el formato de presentación que más rele-
vancia ene, con el 40% del valor total. Le sigue con el 33% otros formatos, y con el 12% el polvo de sacha inchi.
La semilla tostada y los snacks representan, cada uno, alrededor del 6% del total.
83
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
G 8. Evó d vm d xpaó d pd abad a ba aha h (2008-2012)
250
200
S
A 150
D
A
L
E
N
O
T
100
50
G 9. Evó d va d xpaó d pd abad a ba aha h (2008-2012)
3,500
3,000
2,500
S
A
D
A 2,000
L
E
N
O
T 1,500
1,000
500
0
2008 2009 2010 2011 2012
84
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Las cápsulas de aceite fue el formato que más se valoró en el período de 2008-2012; en cambio, el aceite
fue el producto que menos aumentó su precio medio, debido a que en 2008 ya contaba con un precio medio alto
en comparación con otros productos similares.
Cuadro 24. Precio medio en dólares por kg según el formato de presentación (2008-2012)
Hasta la fecha, Perú es el mayor productor y comercializador de sacha inchi y de sus derivados, aunque inci-
pientes iniciavas están brotando en los países colindantes como Ecuador, Colombia y Brasil. Aunque el volumen
de producción y comercialización de estos países resulta aún bajo, no tardarán en desarrollarse iniciavas pro-
ducvas signicavas en estos lugares, debido a la creciente demanda internacional y a los altos precios relavos
a sus derivados.
La CAN se ocupa, entre otras acciones, de acvidades e instancias relavas a los Derechos de Propiedad Indus-
trial, cuya Decisión Andina 486 del 1 Diciembre de 2000 establece el Régimen Común sobre Propiedad Industrial.
El Titulo XII de dicha Decisión trata las “Disposiciones Relavas a las Indicaciones Geográcas”, y en su Ca-
pítulo I “De las Denominaciones de Origen”, del arculo 201 al 220, se puede denir un sistema sui generis para
la protección y reconocimiento de productos vinculados a su origen geográco.
En el D.L. 1075 se aprueban las “Disposiciones Complementarias a la Decisión 486” (derogando el prece-
dente D.L. 823 de 1996, “Ley de Propiedad Industrial”) (OMPI, 2013 ), no modicando la denición y la metodo-
85
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
logía de reconocimiento de una DO descritas por la CAN, sino que más bien especica la Titularidad del Estado
Peruano sobre las DO (art. 88 D.L. 1075), la inclusión en la solicitud de registro de la cercación de cumplimiento
con las NTP de referencia (art. 91, apartado ‘g’ D.L. 1075) y el desempeño del Estado en el fomento del reconoci-
miento de las DO registradas en países extranjeros (art. 94 D.L. 1075).
En su arculo 201, la Decisión 486 dene las Denominaciones de Origen cuando “[...] una indicación geo-
í, , [...]
z , z y y ,
í ,
factores naturales y humanos”.
Se trata de la misma denición otorgada por el art. 2 del Arreglo de Lisboa relavo a la “Protección de las
Denominaciones de Origen y su Registro Internacional”, con excepción del término ‘reputación’, el cual no gura
en la denición que aparece en dicho arreglo.
Los documentos a presentarse para su solicitud están descritos en el art. 91 del D.L. 1075. Se destacan los
puntos ‘e’ y ‘f’, respecvamente, de dicho arculo: “[…] , -
. S z
z; […] í
de origen, incluyendo sus componentes, métodos de producción o elaboración y factores de vínculo con el área
; z y
z”.
Los sujetos que pueden presentar dicha solicitud están representados por aquellos que “[…] directamente
, -
; […] z […]” ,
como aparece denido en el art. 207 de la D.A. 486. Serán estos mismos actores los que deberán cargar con los
costos relavos a la comprobación de la existencia de un vínculo entre el producto y su territorio de producción,
a través de estudios ciencos desarrollados por endades ocialmente reconocidas. Como se describió en el ca-
pítulo anterior, estos costos pueden alcanzar cifras muy elevadas, lo que podría constuir una barrera de acceso
a este instrumento por parte de algunos grupos de actores locales.
Otro paso importante relavo a la DO es la constución del ‘Consejo Regulador’ (CR). No obstante en el D.L.
1075 no existan referencias legales con relación a esta gura, su formación es fundamental e imprenscindible en
dicho proceso. Respecto al art. 208 de la D.A. 486 “[…] z
, í
establecen las normas nacionales” . En el caso peruano, es la Ley 28331 “Ley Marco de los Consejos Reguladores
de Denominaciones de Origen” de 2004 la que establece “[…] y
Cj R D O,
origen cuya protección ha sido declarada” (art.1).
86
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Como aparece denido en su art. 2, una vez otorgado el reconocimiento como DO, “[…] z
Cj R” , aunque su formación puede ser elaborada contemporáneamente
al trámite de reconocimiento.
Dichos Consejos Reguladores se encuentran denidos en el art. 3 como “[…] z -
[…] y j […] j -
D O […]. E
o jurídicas que directamente se dediquen a la extracción, producción y elaboración del producto o los productos
[…]. A, y
con los productos cuya denominación haya quedado protegida. Los representantes del sector privado deberán
yí A. L z A C
[…] z -
blecidas […]”.
Según el art. 4, los CR deben elaborar un Estatuto y en el art. 11 se describen sus funciones: “[…] formular
R […], , y y
, N T -
, , z y z
[…]; y j […];
con capacidad jurídica en la representación y defensa de los intereses generales de la denominación de origen
[…]; j O S D INDECOPI […];
[…]; z y
[…]; z y ,
í (, í, , ) y
, […]; y -
[…]”. A CR “ z
, O
S D INDECOPI”.
En el art. 20 se puede apreciar una protección fuerte hacia las DO en Perú: “será considerado una infracción
y ñ
, , y ” , al igual que se establece en
el art. 3 del Arreglo de Lisboa.
Como se mencionó en el capítulo 3, son muchas las crícas recibidas por parte de consultorías legales y
de los mismos solicitantes sobre la dicultad de conformación de dichos Consejos Reguladores. Los paráme-
tros requeridos no están claramente denidos y los empos de autorización para su funcionamiento son largos.
Asimismo, todos los costos que deben sostenerse, como por ejemplo la constución del laboratorio donde se
analizarían los lotes de producción, están a cargo de los solicitantes. Sin este consejo, la DO dicilmente puede
ulizarse y, además, su ausencia pone en peligro los requisitos fundamentales de dicho instrumento, es decir, la
calidad y el origen.
Las solicitudes para el reconocimiento de un producto como DO deben probar el vínculo de este con
el territorio de procedencia, el cual determina su picidad y unicidad, aunque las razones para probar dicho
vínculo no pueden ser solamente atribuibles a su procedencia geográca, como ocurre en el caso de una IG,
sino, que más bien, son determinadas por ella (INAO 2009). El concepto de Indicación Geográca engloba al
de las Denominaciones de Origen, que presentan un vínculo más estrecho con el territorio del cual procede el
producto. El sistema de reconocimiento Europeo de productos vinculados a su origen (DOP e IGP), explica de
forma muy clara la diferencia entre las IG y las DO 60. En el caso de una DOP, todas las fases de producción, des-
de la materia prima hasta el envasado, se deben llevar a cabo en el territorio de origen, mientras que para los
productos amparados con IGP es suciente que solo una de las fases de procesamiento tenga lugar en el medio
geográco de origen.
60
Véase Reg. CE 510/2006, art. 2 apartado 1, punto ‘a’. y punto ‘b’.
87
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
El Arreglo de Lisboa (del cual Perú forma parte desde 2005, OMPI 2013) dene las DO en el art. 2 como bie-
nes “[...] y í ,
factores naturales y los factores humanos” . La diferencia sustancial reside en dos elementos: la reputación, que
en el caso de una DO no es elemento suciente (ni se encuentra dentro de su denición) para su reconocimiento;
y el vínculo producto-territorio, más fuerte en el caso de DO, mientras que en una IG resulta ser más débil, ya que
una sola caracterísca puede resultar suciente para que se le otorgue el estatus de IG.
Actualmente el aceite de sacha inchi no está preparado para ser reconocido como un producto con DO,
debido a que su picidad y su vínculo con el territorio están en proceso de construcción. Por este movo los
esfuerzos para proteger este producto deberían dirigirse hacia otras herramientas de valorización y protección,
como por ejemplo la Marca Colecva o la Marca de Cercación.
La misma Decisión Andina 486, regula en su Título VIII la Marca Colecva, denida en el art. 180 como
“ í -
y j ”.
Sistema de marca
Como ocurre en el caso de la DO, el D.L. 1075 aprueba algunas disposiciones complementarias a dicha
Decisión, por lo que una Marca Colecva “S j 180 D 486, [...]
, , , í
” (Título XI, art. 77), asociando claramente esta herramienta
a la valorización de productos vinculados a su origen.
Como declara el art. 181 de la Decisión 486: “Las asociaciones de productores, fabricantes, prestadores de
, z , ,
” , cuya solicitud “ ñ [...], y
y z ” (art.
182 D.A. 486), deniendo a aquellos individuos que pueden solicitar el registro de dicha marca y los requisitos a
presentar.
Con referencia a la Marca de Cercación, el art. 185 de la D.A. 486, Título IX, la dene como: “un signo
y í
” ; denición integrada en el art. 80 Título XIII del D.L. 1075, el cual “S j -
185 D 486 [...],
, ,
, í ” , reiteran-
do lo dispuesto en la Marca Colecva.
Las diferencias entre estos dos signos disnvos residen en diferentes aspectos. En primer lugar, los solici-
tantes del registro de una Marca Colecva pueden ser “ ,
o un organismo estatal, regional o internacional” (art. 186, D.A. 486), el cual “ z
persona cuyo producto o servicio cumpla las condiciones establecidas en el reglamento de uso de la marca” pero,
con respecto a la marca colecva, “no podrá usarse en relación con productos o servicios producidos, prestados
z ” (art. 188 D.A. 486). Sin embargo, el uso de la Marca de Cer-
cación, no solo no restringe a los miembros de la asociación que la solicitó, como ocurre en el caso de la Marca
Colecva, sino que también puede hacer uso de ella cualquier sujeto que cumpla con los requisitos establecidos.
Además, la imposibilidad del tular de la Marca Colecva para ulizarla en la promoción de productos propios,
determina un carácter más ‘imparcial’ frente a la evaluación de las solicitudes.
61
Véase el siguiente enlace web: hp://aplicaciones.indecopi.gob.pe/Mulmedias/DSD/fscommand/pdfm1/7_marc.pdf
88
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
En segundo lugar, la solicitud para obtener una Marca Colecva deberá presentarse acompañada de: “el
[...] j [...]
í z ; y j
í y z ” (art. 187 D.A. 486).
La Marca Colecva “z
, í ” (INDECOPI,
2013)61, lo que permite la consolidación de un cierto nivel de conanza en el consumidor, que depende también
de la reputación del tular, el cual cerca que el producto reúne caracteríscas disnvas.
Mientras que el objevo de una Marca Colecva es: “indicar la condición de miembro de una asociación o
, í, y/ , . ” ; el de una
Marca de Cercación es: “ , í, y/ -
ción, etc.” (Vandecandelaere et al, 2010) según un reglamento de uso que describa las caracteríscas, origen o
calidad especícas y la metodología de control para que este producto sea respetado. Tanto la Marca Colecva
como la de Cercación pueden ser ulizados junto a otras marcas privadas.
Ambos instrumentos resultan úles para proporcionar un amparo legal al nombre geográco, como por
ejemplo “Aceite de Sacha Inchi - Perú” o similares, ya que una vez registrada en el país de origen, pueden ser
registradas en los demás países que se adhieren a la OMC como productos con Indicación Geográca, según el
art. 22 de los ADPIC. Este organismo es el que se encarga de establecer la responsabilidad y obligación de cada
Miembro para interponer los medios legales e impedir, tanto que el consumidor sea inducido a error (en cuanto
al origen geográco del producto), como la existencia de comportamientos de competencia desleal 62.
En ambos casos, debería implementarse una estrategia inclusiva y transparente donde los productos fuesen
trazables por parte del consumidor, estableciendo un Reglamento de Uso compardo no solo por los miembros
de la asociación tular, sino también por todos los actores involucrados. Con respecto a la tularidad, la asocia-
ción a constuirse debería abarcar el mayor número de actores posibles, representando los intereses de todos
ellos. Sería aconsejable la parcipación de organizaciones internacionales y nacionales para conferir conanza a
las marcas y garanzar una cierta imparcialidad, sobre todo en el caso de las Marcas Colecvas.
De todos modos, estos dos instrumentos se encuentran sujetos al régimen de marca, lo que signica que
pueden ser vendidos o trasferidos a voluntad de su tular. Por lo tanto, sería importante que el tular fuese un
sujeto sin interés por vender la marca creada, como por ejemplo organismos públicos (Ayuntamiento, Municipa-
lidad, Ministerios, etc.). Los requisitos de calidad establecidos actúan también como barrera de entrada, según s u
grado de especicación (procedencia de la materia prima, ulizo de una variedad genéca, productores agrícolas
reconocidos por la asociación tular etc.).
Actualmente, el aceite de sacha inchi cuenta con tres NTP que regulan la producción de materia prima (NTP
151.402 “Buenas Práccas para el Culvo”), los requisitos del producto (NTP 151.400 “Requisitos”) y el proceso
de trasformación (NTP 151.401 “Buenas Práccas de Manufactura”).
La elaboración de las NTP indica un incipiente proceso colecvo de homogenización de la calidad del pro-
ducto. A través de dichos documentos es posible empezar a redactar un esquema de Pliego de Condiciones que
pueda servir para calicar el producto y reconocerlo como IG, aunque son muchos los parámetros que todavía no
están denidos y necesitan de una acción colecva para su determinación.
A connuación (Cuadro 25), se propone un ejemplo de pliego de condiciones a seguir, a parr de la infor-
mación ya elaborada en las tres NTP, las cuales normalizan la producción de aceite de sacha inchi en Perú.
62
Véase el apartado 2 del art. 22 de los ADPIC de 1995, WTO 2013
89
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Los factores naturales: describir cómo los recursos naturales del territorio (especies, suelos, clima, etc.)
inciden sobre la calidad del producto
Especificar las condiciones ambientales ú�les para En la NTP 151.402 se encuentran detalladas las
el cul�vo condiciones ambientales ú�les para su desarrollo
Excluir la posibilidad de uso de productos químicos En la NTP 151.402 se permite el uso de productos
para garan�zar la preservación del medio-ambiente químicos, según los límites impuestos por las
y de los recursos empleados en el proceso leyes nacionales
Los factores humanos: describir como los recursos humanos contribuyen y contribuyeron a la definición de
una calidad específica del producto
90
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Es importante recordar que las Polícas Públicas no deben sustuir la acción de los actores, por lo que, en
algunas ocasiones, una acción indirecta puede resultar más ecaz.
A connuación, en el Cuadro 26 se detalla, por fases, cuales son las acvidades a desarrollar según el obje-
vo políco y cuales necesitan ser mejoradas o empleadas.
91
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
-Aumentar el conocimiento de la - Promover campañas nacionales de - Aumentar las ac�vidades de promoción de las IG
sociedad sobre el concepto IG información sobre las IG (INDECOPI) - Aumentar la disponibilidad de información, cuan�ta�va
y cualita�vamente
92
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
En Perú, las Comunidades Navas Amazónicas registradas en el año 2007, alcanzaron los 332975 habitan-
tes, cifra que representó el 1,21% de la población censada del país. En total existen 1786 Comunidades Indígenas
y 52 pueblos étnicos 63.
Según un estudio de CEPAL, la población indígena de Perú, en su conjunto, representa el 25% de la pobla-
ción total, con 6,5 millones de personas, resultando ser el tercer país de América Lana en cuanto a población
indígena (CEPAL/CELADE, 2010).
El Tratado de Cooperación Amazónica, a través de un documento sobre B y S P -
Ií Azí, describe de la siguiente forma la situación de la población indígena: “[...] cual-
í z, í, y
a las graves y permanentes presiones ejercidas por la expansión de las sociedades nacionales que, a través de la
í ,
í z . Az,
z y ; z í , -
nes de una población acorralada por la modernidad, la enfermedad y la violencia” 64.
Como dispone la Constución de Perú de 1993 en su arculo 189, “L C C y
N y jí. S z, j
y y , í y ,
y . L , . E E
C C y N” .
La capacidad de las comunidades, a lo largo del empo, de innovar, domescar, mejorar y usar los recursos
naturales para la alimentación y la medicina natural, ha sido ampliamente reconocida como fuente de saber y
prácca fundamental para el bienestar y el desarrollo de la sociedad de hoy día (Ruiz, 2006).
En este apartado se hará referencia al término recursos biológicos, según la denición otorgada por el art. 2 del
Convenio sobre Biodiversidad, por el cual “ , ,
, ” , donde los ‘recursos genécos’ vienen
denidos en este mismo art. 2 como “ ” 65.
Alrededor de los años 80, en los debates para la implementación del ITPGRFA, se inició la discusión sobre
el concepto de Derechos del Agricultor que, entre otros temas, hace referencia al aporte intelectual indígena aso-
ciado a la conservación, mantenimiento y desarrollo de los recursos togenécos. Con la Resolución FAO 5/89, se
establecieron formalmente los Derechos del Agricultor denidos como “derechos derivados del reconocimiento
z z ñ ( y
) , y ” (Ruiz, 2006).
Actualmente, el I Ty P G R F A , que entró en
vigor en el año 2004 congurándose como un instrumento jurídico internacional vinculante, reconoce los Dere-
chos del Agricultor, los cuales: “deben ser implementados a nivel nacional y que sus contenidos están asociados a
CT, j y y
í y ” (Ruiz, 2006). El Tra-
tado se compone de 116 partes contratantes, constuido por 115 países y la Unión Europea. En su preámbulo el
tratado arma “que la contribución pasada, presente y futura de los agricultores de todas las regiones del mundo,
y , , j y
y D ” . Del mismo modo, en el art. 1.1 dene sus objevos:
63
Cí S G É Azí P, INEI 2007.
64
T C Az. B y S P Ií Azí (1995)
65
El texto integral del CBD es disponible en el siguiente enlace: hp://www.cbd.int/convenon/text/
93
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
“ y z y y
j y z í C
Diversidad Biológica, para una agricultura sostenible y la seguridad alimentaria” , y arma en su art. 1.2: “estos
j T Oz N U
A y A y C D B” .
Asimismo, el art. 9 trata sobre los Derechos del Agricultor, y establece que “L P C -
nocen la enorme contribución que han aportado y siguen aportando las comunidades locales e indígenas y los
, y
, y y
alimentaria y agrícola en el mundo entero”, y por ende “[...] acuerdan que la responsabilidad de hacer realidad
D y
. [...] P C [...]
y D , [...] -
, [...] [...]
, , y z
” 66.
Sucesivamente, a principios de los noventa, otro instrumento internacional comenzó a pactarse y deba-
rse, el C D B (CBD). En su preámbulo reconoce “[...] la estrecha y tradicional
y í -
, y
z , y
y z ” , y dene sus obje-
vos en el art. 1: “[...] , z
y j y z ,
mediante, entre otras cosas, un acceso adecuado a esos recursos y una transferencia apropiada de las tecno-
í , y í, í
” 67. El Convenio entró en vigor en 1993 y hasta la fecha cuenta con 193
países suscriptores (UICN, 2013).
Como describe Ruiz (2006), el Convenio cambió el paradigma de los recursos biológicos, gracias al cual pasó
de ser , a reconocer el derecho de los Estados sobre los recursos naturales que
les pertenecen, permiéndoles regular el acceso a dichos recursos y bajo qué condiciones.
En su art. 8(j), el CBD cita: “C , , y
, y í y ñ -
y z y
, y , -
y , y z , y
” , reconociendo la importancia de los Conocimientos Tradicionales (CT)
bajo el perl social, cultural y ecológico, estableciendo que deben de ser promovidos, mantenidos y desarrollados
con la parcipación directa de las mismas comunidades y su consenmiento fundamentado previo al acceso a los
recursos, y su parcipación equitava en los benecios derivados de s u uso (Ruiz, 2006).
En el año 1998, durante la Cuarta Conferencia de las Partes del CBD en Braslava, se formó el Grupo de
Trabajo ad hoc de Composición Abierta sobre el Arculo 8(j), en el que parciparon acvamente representantes
de pueblos indígenas de diversos lugares del mundo, destacando la “necesidad de reconocer un vínculo esencial
y CT y -
jí CT” (Ruiz, 2006).
Actualmente, otro grupo de trabajo relevante que debate la mulplicidad de temas sobre los CT, es el
Comité Intergubernamental de la OMPI sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genécos, Conocimientos Tradi-
66
T y . El texto completo está disponible en el siguiente
enlace: p://p.fao.org/docrep/fao/011/i0510s/i0510s.pdf
67
C D B, ONU (1992). Disponible el texto integral en el siguiente enlace: hp://www.cbd.int/doc/legal/cbd-es.pdf
94
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
cionales y Folklore. Este Comité dene los CT como “[...] conocimientos dinámicos y en constante evolución, que
, y y
y, , z, , , y
zj ” (OMPI, 2013).
La misma OMPI, en el documento WIPO/GRTKF/IC/7/9 hace referencia a los CT como “[...] los conocimien-
tos que: se generan, conservan y transmiten en un contexto tradicional; se asocian claramente a la cultura o a
una comunidad tradicional o indígena que los conserva y los transmite de una generación a otra; están vinculados
a una comunidad local o indígena que se considera como custodio o depositaria de esos conocimientos y asume
la responsabilidad cultural al respecto, o sea la obligación de preservar esos conocimientos, consciente de que la
apropiación indebida o el uso degradante de e sos conocimientos sería perjudicial u ofensivo; esta relación puede
D ;
: , , y ; y -
munidad de origen como conocimientos tradicionales “ (OMPI, 2004).
Es también interesante tomar como referencia “los componentes de los conocimientos tradicionales” 68 que
proporciona Ruiz M. (2002), tomado de UNEP/CBD/COP3 (1996):
En deniva, como expresa la OMPI a través del Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual
y Recursos Genécos, Conocimientos Tradicionales y Folklore: “[...] CBD [...] -
y , T I -
, [...] y y
y
” (OMPI, 2004).
Otra organización internacional relevante es la Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones
Vegetales (UPOV), cuya misión es “ y z
” . Dicha organización fue
establecida en 1961 por el C I P O V (Convenio de
la UPOV), que “y z ” , ofreciendo “protec-
ción al obtentor de una nueva variedad vegetal, en forma de ‘derecho de obtentor’, si la variedad cumple las con-
diciones establecidas” , es decir, que “ , , y , y
por una denominación apropiada” (OMPI, 2004).
68
Véase el siguiente enlace: hp://www.bvsde.paho.org/bvsacd/cd16/generis.pdf
95
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
Hoy día, dicho convenio está constuido por 71 países miembros y noca que “los Estados y ciertas or-
z C UPOV
A 1991 C” (UPOV, 2013).
Se cita a los CT y a los recursos biológicos en los ADPIC, en su art. 27.3 (b) el cual establece la posibilidad
de excluir del sistema de patentes “las plantas y los animales excepto los microorganismos, y los procedimientos
esencialmente biológicos para la producción de plantas o animales, que no sean procedimientos no biológicos o
. S , M
, z y [...]” . De todos
modos, el sistema de patente no parece ser adecuado para la protección de un derecho, que en la mayoría de
los casos, resulta tener carácter colecvo y no debería ser alienado. Además, no s e hace referencia a los tratados
internacionales vigentes en materia de CT y Diversidad Biológica.
A nivel de reparción de los benecios asociados al uso de los CT, en 2010 entró en vigor el Protocolo de Na-
goya sobre el A R G y P J y E B D
Uz C D B , el cual hace referencia a uno de los tres objevos denidos
por el CBD en su art. 1. Este instrumento ene como objevo: “[...] establecer un marco internacional jurídicamente
y ABS 69 a nivel regional,
nacional y local” (UICN, 2013), y actualmente cuenta con 92 rmas y 19 racaciones 70. Los benecios a los cuales
se reere dicho Protocolo son de po monetario y no-monetario, y aparecen denidos en el Anexo del mismo.
En este contexto, la CAN promulgó en 1993 la Decisión n. 345 de “Régimen Común de Protección a los De-
rechos de los Obtentores de Variedades Vegetales” y en 1996 la Decisión 391 de “Régimen Común sobre Acceso
a los Recursos Genécos”.
La Decisión 345 hace referencia al C UPOV mencionado anteriormente, como se deduce en su art.
1(a) donde describe el objeto de la Decisión: “ y z
C O” .
En su art. 4 señala el término crear como “[...] la obtención de una nueva variedad mediante la aplicación
j ” 71. El debate que siguió, como muestra
Ruiz (2002), se centró en la protección que se otorgaría a dichas variedades, las cuales se verían afectadas por
“cierta forma de conocimiento asociada más bien a patrones occidentales y modernos, excluyéndose de esa ma-
y , y í
comunidades indígenas”. Aunque el art. 4 se mantuvo, los expertos indican que “
z , -
[...] . S , í z
requisitos nada impediría que estas variedades sean protegidas” .
La preocupación de la CAN por los CT, dio como resultado la promulgación de la Decisión 391 de 1996. En
las consideraciones de esta decisión, se señala que “[...] , -
y z í , y í,
y ”, y connua “[...] es necesa-
rio reconocer la contribución histórica de las comunidades indígenas, afroamericanas y locales a la diversidad
, y y z í
que dicha contribución genera” y “[...]que existe una estrecha interdependencia de las comunidades indígenas,
afroamericanas y locales con los recursos biológicos que debe fortalecerse, en función de la conservación de la
y y y Pí M” 72, reconociendo,
de este modo, la importancia de los CT así como de su desarrollo, protección y remuneración.
69
Acceso y parcipación en los benecios en su sigla en inglés.
70
Véase el siguiente enlace: hp://www.cbd.int/abs/nagoya-protocol/signatories/default.shtml
71
El texto integral de l a Decisión es disponible al siguiente enlace: hp://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?le_id=223071
72
El texto integral de la Decisión mencionada está disponible al siguiente enlace:
hp://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?le_id=223520
96
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Es importante subrayar la denición que la Decisión 391 otorga al componente intangible: “ [...] todo conoci-
, , , , -
, í ” .
Asimismo, precisa la posibilidad de contener, además de un componente tangible o material (el recurso
biológico en sí), un componente intangible asociado al mismo recurso. Sin embargo, este componente intangible
no solo se reere a CT, sino también a otros conocimientos como puede ser el cienco, mientras que “lo impor-
tante hubiera sido incidir en el componente intangible desde el punto de vista de los conocimientos, innovaciones
y í -y í -
propiedad intelectual” (Ruiz, 2002).
Dicha Decisión es, de todos modos, una importante iniciava sobre el tema de los CT y los recursos biológi-
cos a ellos vinculados, no solo en el contexto lanoamericano, sino también a nivel mundial.
En su art. 2 se describen los objevos de la misma: “[...] Pí -
M y , [...] j y
[...], y
y y ,
de comunidades indígenas, afroamericanas o locales; [...] promover la conservación de la diversidad biológica y
z , [...] y -
, y , y y [...]
Pí M”.
El art. 5 hace referencia a uno de los principios fundamentales que inspiraron el CBD, es decir, la soberanía
de los Estados acerca de sus recursos y su autoridad para disponer las condiciones de acceso, uso y distribución
del los benecios, estableciendo que: “L Pí M j í y
y [...]. L y z
y , Pí M,
y C D B y D”.
El art. 6 establece que: “L y [...] , Pí M
í , N E [...] , -
bargables [...]” . En este caso es importante mencionar que el sacha inchi en su especie P. volubilis L. fue recono-
cido como Patrimonio Natural del Perú con Ley 28477 de 200 5.
Con respecto a los CT, en el art. 7 la Decisión establece que los países miembros “reconocen y valoran los
derechos y la facultad para decidir de las comunidades indígenas, afroamericanas y locales, sobre sus conoci-
, y y ” ,
reconociendo dichos derechos y la facultad de regular su protección y uso por parte de terceros. Aunque estos
mismos derechos no aparecen descritos, es posible que se reeran al derecho de ser protegidos bajo un régimen
nacional, el cual debería proporcionar la descripción de los mismos (Ruiz, 2002).
Finalmente, se deben destacar las dicultades a las que los países andinos se enfrentan en el momento de
ejecutar un régimen de acceso y reparción de los benecios, no obstante haya pasado más de una década des-
de la entrada en vigor de la Decisión 391. Ruiz (2008) señala que esas dicultades se deben a la complejidad de
los procedimientos administravos, los cuales cuentan con demasiados instrumentos contractuales y con “una
”. A esto se le añade la falta de “ y ” ,
haciendo de los costos de transacción una barrera dicil de superar. Sin embargo, a pesar de esta situación, que
puede parecer desalentadora, la Decisión 391 sigue siendo la clave para “z y í
y procesos reguladores en los contextos nacionales, regionales e internacionales” 73.
A nivel de CAN, resulta úl mencionar la Decisión 486 sobre la “Propiedad Industrial del 2000”, la cual está
dirigida a la incorporación de los ADPIC en el territorio, incorporando también la diversidad biológica y los CT, dos
73
Una lectura críca de la Decisión 391 de la Comunidad Andina y su puesta en prácca en relación con el Tratado Internacional. Ruiz, 2008.
El texto completo está disponible en el siguiente enlace: hp://www.planreaty.org/sites/default/les/rna_136_147.pdf
97
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica
Geográfica en el Perú
temas que en los ADPIC no aparecen desarrollados correctamente, debido a la resistencia que presentan los paí-
ses industrializados ante ellos (Ruiz, 2006). Con respecto al arculo 3 de la Decisión 486 (Del Patrimonio Biológico
y Genéco y de los Conocimientos Tradicionales) este establece que: “[...] Pí M
la protección conferida a los elementos de la propiedad industrial se concederá salvaguardando y respetando su
y , í í, -
. E ,
de material obtenido de dicho patrimonio o dichos conocimientos estará supeditada a que ese material haya sido
adquirido de conformidad con el ordenamiento jurídico internacional, comunitario y nacional” , subrayando como
la concesión de derechos de propiedad no debe afectar al patrimonio biológico de la Nación o a los Conocimien-
tos Tradicionales.
Tradicionales. Este mismo art. 3 señala que: “[...] Pí M y
í, - , ” ,
” , que como
indica Ruiz (2006), “implica un reconocimiento de los Gobiernos del aporte intelectual indígena y para lo cual
eventualmente deberán desarrollarse mecanismo de protección” . Finalmente, dicho arculo establece que: “[...]
las disposiciones de la presente Decisión se aplicaran e interpretarán de manera que no contravenga a las esta-
D 39, [...]” ,
[...]” , vinculando directamente el sistema de patentes con el del acceso a los recursos
biológicos vinculados a los CT (Ruiz, 2006).
Rescpecto a la situación nacional de Perú, es importante subrayar la promulgación de la Ley 28216, “Ley
de Protección al Acceso a la Diversidad Biológica Peruana y los Conocimientos Colecvos de los Pueblos Indíge-
nas” de 2004, por la que se establece la constución de una Comisión Nacional de Prevención de la Biopiratería
asociada al uso irregular e ilegal de recursos genécos y CT,
CT, que impidió el registro de dos patentes relacionadas
con el sacha inchi . Esta Ley dene biopiratería como “[...] y z y -
74
í , z
y C D B y
. E ,
propiedad sobre productos que incorporan estos elementos obtenidos ilegalmente o en algunos casos mediante
la invocación de los mismos” 75.
La Ley 27811 “Ley que Establece el Régimen de Protección de los Conocimientos Colecvos de los Pueblos Indí-
genas Vinculados a los Recursos Biológicos”,
Biológicos”, fue promulgada en el año 2002 y, en su art. 3 establece “un régimen es-
í
í
”
” .
Los objevos de esta Ley se encuentran descritos en su art. 5: “[...] promover el respeto, la protección, la
, y
í,
[...] j y z ,
[...] z
í, [...]
í P,
y ” .
En su art. 1, dicha ley establece que: “El Estado peruano reconoce el derecho y la facultad de los pueblos y
í ” , reconociendo la importancia de los CT y,
de forma implícita, los derechos de las comunidades indígenas a las que pertenecen esos CT.CT.
En el art. 2, la Ley proporciona algunas deniciones, dos de las cuales resultan signicavas. En el apartado
(a) dene el término P Ií como
Ií como “[...] -
E , , y . E
éstos se incluye a los pueblos en aislamiento voluntario
voluntario o no contactados, así como a las comunidades campesinas
y [...]” ; y en el apartado (b) se denen los C C “ y
transgeneracional desarrollado por los pueblos y comunidades indígenas respecto a las propiedades, usos y ca-
í ” . Aquel ‘componente intangible’
intangible’ al que se reere la Decisión Andina 391,
abarca esta denición de CT y los describe como conocimientos que “ ,
diferente a desarrollos estrictamente individuales” (Ruiz,
(Ruiz, 2006).
74
Ibídem nota 39
75
El Texto integral
integral de la Ley está disponible en el siguiente enlace: hp://www.wipo.int/wipolex/
hp://www.wipo.int/wipolex/es/text.jsp?le_id=1796
es/text.jsp?le_id=179602
02
98
Requisitos para el reconocimiento del producto como Indicación Geográfica
Los art. 6 y 7 establecen, las condiciones de acceso a los recursos a través del C I
P (CIP)
P (CIP) y, en el caso de comercialización, la suscripción de un contrato de licencia de uso de los conocimien-
tos donde se establezcan las condiciones de ulizo de los CT y los términos de distribución justa y equitava de
los benecios derivados de dicho uso. El CIP viene denido por el art. 2 (c) como una “[...] z
[...] z í , -
formidad con las normas por ellos reconocidas [...]” , por lo que serán las organizaciones representavas las que
tendrán la facultad de suscribir el CIP,
CIP, y no las comunidades en sí.
El art. 8 establece que: “S j 10% ,
, z
F D P Ií [...]. L j y [...]” ,
[...]” , es-
tableciendo el valor mínimo a desnarse a las comunidades involucradas en el contrato
contrato de licencia espulado.
El art. 10 describe la naturaleza colecva de los conocimientos tradicionales, determinando que dichos co-
nocimientos pueden pertenecen a más de una comunidad y reconoce, al mismo empo, eventuales costumbres
que forman parte del derecho consuetudinario de las comunidades involucradas. El arculo mencionado, ade-
más, establece que: “[...] j
í y . P
varios pueblos indígenas. Estos derechos son independientes de aquellos que puedan generarse al interior de los
í y y
” .
El art. 11 señala que los CT “[...] forman parte del patrimonio cultural de los pueblos indígenas” , y el art. 12
constuye que al formar parte de dicho patrimonio “[...] los derechos de los pueblos indígenas sobre sus conoci-
” .
El art. 13 trata sobre los CT que están en el dominio público, situación que se realiza “cuando haya sido ac-
cesible a personas ajenas a los pueblos indígenas, a través de medios de comunicación masiva, tales como publica-
, , í -
vamente fuera del ámbito de los pueblos y comunidades indígenas. En los casos en que estos conocimientos hayan
20 ñ, j , -
, z
, F D P Ií [...]” .
[...]” . Este arculo concede a los pueblos indígenas
la posibilidad de exigir parte de los benecios derivados del uso de CT, aunque estos sean de dominio público. La
temporalidad
temporalidad de 20 años es denida por Ruiz (2006) como “absolutamente discrecional” , y es el límite temporal,
hacia atrás, para que las comunidades involucradas puedan exigir una compensación por el uso de su CT.
El art.38, establece las modalidades de acceso a dicho fondo por lo que: “[...] í
F D P Ií z -
y y , y C A -
dor” . Dicho Comité está conformado, según el art. 39 “[...] 5
z
z
í, y 2 C N P A, Az y A -
[...]”,
[...]”, ñ
ñ “
“ C
C z,
z,
,
, -
í y ” .
99
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica
Geográfica en el Perú
Con respecto a la protección del CT registrado, el art. 42 dispone que este “[...] estará protegido contra la
, y ” ,
” , tal como
se dispone para los secretos industriales, y aplica los mecanismo relavos a la competencia desleal (Ruiz, 2006).
Al mismo empo, el art. 44 dispone de la inversión de la carga de prueba, estableciendo que: “[...] la carga
de la prueba recaerá en el denunciado” .
Otros instrumentos legales relacionados con los CT en Perú están representados por la Ley N° 29316 de
2009, la cual “, y A
P y E A” , la Ley N° 26839 de 1997 “sobre la Conservación
y Aprovechamiento Sostenible de la Diversidad Biológica”, la Ley 27308 “Ley Forestal y de Fauna Silvestre de
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2001-AG, Reglamento de la Ley de Áreas Naturales Protegidas de 2001, el Decreto Legislavo 1075, que aprueba
Disposiciones Complementarias a la Decisión 486 (Régimen Común sobre Propiedad Industrial) 76.
76
Véase el siguiente enlace: hp://www.biopirateria.gob.pe/Manual.pdf
hp://www.biopirateria.gob.pe/Manual.pdf
100
Conclusión
CONCLUSIÓN
El presente trabajo se ha centrado, principalmente, en el estudio de las condiciones existentes para recono-
cer el aceite de sacha inchi como un producto con IG, es decir, un derecho de propiedad intelectual con carácter co-
lecvo perteneciente a un determinado territorio y a su colecvidad, reconociéndolo como un producto propio.
La función de esta herramienta es proporcionar una tutela legal sobre un derecho de propiedad intelectual,
para crear un valor y un mayor benecio económico en las transacciones comerciales. El círculo virtuoso que se
desata como consecuencia del reconocimiento de este instrumento, permite la acvación de dinámicas eco-
nómicas, sociales y ambientales posivas que interesan a todo el territorio en su conjunto, abarcando también
acvidades externas a la cadena de la IG.
El Arreglo de Lisboa (1958) fue el primer acuerdo de carácter internacional en otorgar a los productos vin-
culados al origen geográco un reconocimiento y un nivel de tutela aceptables, pero a pesar de la existencia de
este arreglo, la IG no empezó a cobrar una mayor importancia hasta la década de los noventa.
En 1992, la Unión Europea (UE) desarrolló una políca puntual sobre las IG y dispuso una pauta importante
que hizo de esta herramienta un objeto de estudio mundial.
Su importancia creció con el empo gracias a organizaciones como la OMPI y la OMC, las cuales iniciaron
a favorecer y promover el uso de esta herramienta, fundamentalmente para el desarrollo de los Países en Vía de
Desarrollo (PVD). Con el empo, surgió una especie de ‘moda’ en el uso de las IG, que mulplicó las iniciavas por
parte de diferentes países para el reconocimiento de productos ‘picos’ territoriales, aunque en muchos casos
estos no reunían las condiciones para su implementación.
En el caso del aceite de sacha inchi, se relevó un potencial posivo para su reconocimiento como IG, a pesar
de tratarse de un proceso a largo plazo con diversos obstáculos a los cuales hacer frente.
El primer límite encontrado, es la ausencia de una concienciación acerca de las caracteríscas generales del
producto por parte de todos los actores de la cadena, cuya presencia constuye una condición básica e impres-
cindible para que dicho producto comience su proceso de reconocimiento. A lo largo de toda la cadena produc-
va, todos los actores involucrados directamente en su elaboración deben senrse parte del mismo, para que de
esa forma se desarrolle un sendo colecvo que facilite la denición de objevos comunes y la ‘construcción’ de
una calidad que respete los diferentes intereses.
Además, una cadena integrada permiría el desarrollo de un conocimiento de po técnico-económico, con
el cual adquirir una capacidad de gesón imprescindible para su administración durante todo el proceso y en las
sucesivas fases de comercialización y sostenibilidad. Este primer obstáculo se podría superar con el apoyo de faci-
litadores (instuciones públicas y privadas, tanto nacionales como internacionales) mediante acvidades dirigidas
a una integración total de la misma. La fragmentación de los productores de materia prima se podría resolver
mediante la creación de una organización de agricultores de carácter nacional, que cuidase de sus intereses y los
103
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
representase a través de la parcipación en las toma de decisiones. Dicha organización debería estar constuida
por los representantes de las organizaciones territoriales, de esta forma se incluiría a este eslabón en la toma de
decisiones y se fortalecería el sendo de idendad con el producto, integrándolos, a su vez, en la cadena.
En segundo lugar, es importante profundizar en el tema de las invesgaciones sobre los aspectos culturales
y ciencos del producto. Son estrictamente necesarios estudios de caracterización toquímica de las diversas
especies de Pk halladas en diferentes territorios, para que se pudiese denir la calidad especíca del pro-
ducto dentro de la gran variedad de caracteríscas, es decir, denir ese ‘aire de familia’ respetando la variabilidad
del mismo.
Otro instrumento úl para la valorización y tutela del sacha inchi a nivel internacional, sería el reconoci-
miento como CT vinculado a las comunidades navas. Se trata de una herramienta diferente a la IG, pero como
sucede en el caso de esta, debería elaborarse un estudio puntual que deniese sus límites y potencialidades.
Los CT se tomaron en consideración por su carácter colecvo y porque proporcionan a las comunidades navas
un derecho sobre sus propios conocimientos, a parr de los cuales pueden generar benecios monetarios y no
monetarios úles para su desarrollo y el de su territorio.
Sería necesaria la constución de una mesa de trabajo donde se involucrasen todos los actores de la ca-
dena, que sirviese de base para la construcción de una visión común hacia y para el producto, y que estuviese
mediada por los intereses que cada actor representa, proporcionando a cada uno de ellos un espacio de discu-
sión. Dicha mesa podría ir profundizando en los estudios ciencos, económicos e históricos que se necesitarían
para aclarar las condiciones del sacha inchi y la determinación de su picidad. Además, a través de esta dinámi-
ca colecva se facilitaría la denición de los parámetros del pliego de condiciones; se establecería un lugar de
discusión, sobre todo, para la reparción de los costos y de los benecios de forma equitava; y se permiría el
establecimiento de los objevos.
Es fundamental la implicación por parte de instuciones públicas, privadas y académicas, con carácter
nacional e internacional, que podrían contribuir con recursos técnico-económicos al desarrollo de las acvidades
mencionadas a través de una acción de mediación y apoyo, debido a que se tratan de dinámicas que impulsan el
desarrollo local, congurándose como acciones de valorización y mejora de un bien público.
Solamente una cadena integrada que cuente con una idendad bien denida y comparda por todos los
actores, puede desatar aquellas dinámicas colecvas indispensables para la denición de un producto exitoso,
capaz de acvar acciones territoriales posivas que determinan un desarrollo local ecaz.
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119
Anexo
ANEXO
RESULTADOS DE LA WEBTOOL CALIDAD&ORIGEN PARA EL PRODUCTO
ACEITE DE SACHA INCHI
RESULTADO PROCEDENTE DE LA PRIMERA ENCUESTA
Análisis
Es un producto relavamente nuevo en la región y su reputación está en proceso de creación. Para demostrar el
vínculo con el terruño, habrá que relacionar el producto con otros campos de estudio, en parcular el conoci-
miento local y los recursos naturales.
El producto formó parte de la cultura local en algún momento, representando un patrimonio cultural al menos
para algunos productores. La evolución de las práccas de producción/elaboración y de consumo puede conducir
a una pérdida de la especicidad. Podría ser importante sensibilizar a la población s obre este riesgo e intensicar
la promoción de la cultura local en relación al producto.
La especicidad del producto está vinculada a una o más caracteríscas relacionadas con acvos inmateriales
que permiten diferenciarlo de otros productos, siempre y cuando el consumidor sea capaz de percibir tal es-
pecicidad. El riesgo de pérdida de valor para los productores es alto si alguno de sus compedores comienza
a producir productos similares fuera de la región. Emprender acciones para: aumentar la sensibilización de los
consumidores sobre el valor inmaterial especíco, incrementar la búsqueda para idencar las caracteríscas
medibles y denir las especicaciones para poder proteger el nombre y por tanto, mantener la producción en la
región a largo plazo.
Puesto que el producto no está relacionado con un saber local especíco, el vínculo con el territorio puede que
sea muy débil, a no ser que una invesgación más profunda permita idencar las práccas agrícolas especícas
o los métodos de procesamiento relacionados. Por el contrario, puede que sí que exista un vínculo con los ingre-
dientes, el material o la reputación especíca asociada con el origen.
Es dicil transmir la inuencia que enen las condiciones naturales en la calidad especíca dentro del área
geográca debido a la incoherencia que presentan dichas condiciones. La juscación del vínculo con el origen
se basará en otros elementos relavos a las condiciones locales, que desempeñen un rol más intenso (por
ejemplo, una raza animal/ una variedad vegetal especíca / un conocimiento tradicional local) y la reputación.
Considere también la pernencia de denir el área de producción de tal modo que las condiciones naturales
sean consistentes.
No es fácil demostrar el vínculo entre las condiciones naturales y el producto nal. Aunque todavía no existe
un claro acuerdo sobre el establecimiento de un vínculo entre el producto y su origen geográco, hay que
profundizar y extender el campo de estudio sobre otras dimensiones relacionadas con el área de producción.
Puede ser interesante considerar los estudios ciencos sobre el tema y llevar a cabo entrevistas con los actores
involucrados.
El producto hace uso de una o más variedades que son endémicas y verdaderamente locales, reforzando decisi-
vamente su vínculo con el área de producción. Si todos los productores no hacen uso de éstas, habrá que estudiar
cuáles son los pros y contras de imponer su uso. Puede dar lugar a conictos de intereses entre los productores
que no las usan habitualmente, y estos deben ser cuidadosamente sopesados. Habrá que tomar precauciones y
no disminuir demasiado la diversidad genéca en poblaciones en peligro.
121
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
No obstante, el vínculo con el terruño en su dimensión sica (vínculo con los recursos naturales) no es muy fuer-
te. Por esta razón, es importante describir bien el vínculo con los recursos naturales y los factores humanos para
juscar el vínculo con el terruño. Cualquier mención en el pliego de condiciones va a aumentar las posibilidades
de éxito desde el punto de vista del desarrollo sostenible.
Algunos actores han realizado reexiones sobre la posibilidad de promover la creación de valor de un producto
de origen para fortalecer el desarrollo local. Pero los actores involucrados no están al corriente de casos exitosos
ni saben cómo proceder. Existe la necesidad de informar / concienciar. Esto puede hacerse a través del iniciador,
tanto de la región como externo a ella.
La proporción de empleos locales es relavamente importante. El efecto sobre la economía local será tangible;
especialmente si el valor agregado es alto. Cuanto más se benecie la idendad regional del desarrollo del pro-
ducto IG -en aspectos como el turismo y un mayor atracvo de la región en sendo amplio-, mayores serán las
sinergias y el apoyo de las autoridades locales.
El grupo de agricultores es muy heterogéneo. Su movilización será dicil y crucial, especialmente si las visiones no
convergen hacia una visión común del desarrollo del producto. La heterogeneidad del grupo y la segmentación
en los niveles de los acuerdos en estrategias futuras pueden representar un gran desao para la gobernanza de
la acción colecva. Antes de abordar la estrategia del círculo virtuoso para el producto es necesario evaluar si,
a largo plazo, los esfuerzos que se realicen para unicar sus puntos de vista serán compensados con benecios
sucientes. La reducción del nivel de heterogeneidad a través de la organización puede ser lograda tanto por
la limitación del acceso de productores que divergen fuertemente del grupo central, como por la provisión de
incenvos a los miembros para la unicación de sus estrategias.
Los sistemas de producción son homogéneos entre los agricultores. Esto facilitará la denición de las práccas
agrícolas que se establezcan para el producto una vez que este ya haya sido cualicado (por ejemplo, mediante
la elaboración del pliego de condiciones) . Este es un factor favorable en la fase de calicación de la estrategia del
círculo virtuoso.
Los procesadores son en su mayoría empresas de tamaño medio. Si enen un fuerte interés y muestran un
benecio potencial, su rme compromiso sería el factor clave de éxito para la dinámica del círculo virtuoso. De
hecho, enen algunas capacidades de inversión que podrían desarrollar el volumen de producción. Por lo tanto,
realmente pueden ser ellos los conductores del proceso. Es muy importante que se involucren desde el inicio del
proceso de otorgar calidad al producto. De lo contrario, pueden ser muy reacios a hacer esfuerzos y adoptar los
requisitos en una etapa posterior.
Los fabricantes / elaboradores están diversicados, y el producto no es el más relevante en sus negocios. La mo-
vilización puede ser lenta y esto debe tenerse en consideración en esta etapa. Se requerirán grandes esfuerzos
en la facilitación.
En el grupo de los procesadores existen diferencias en su comportamiento estratégico. Con el n de tener una
buena movilización, es necesario contratar a un facilitador para unicar sus puntos de vista en torno a los puntos
estratégicos de la convergencia. Este importante paso no debe ser descuidado antes de iniciar otras medidas en
la estrategia de un círculo virtuoso.
122
Anexo
Los actores nales, tales como minoristas y exportadores, enen un papel destacado en la estrategia de mercado.
Considere la posibilidad de hacer alianza con un grupo mayor de interesados con el n de obtener más apoyo en
la realización de la estrategia del círculo virtuoso. Para la s ostenibilidad del proceso, es importante contar con to-
dos los actores involucrados, en parcular los productores o procesadores, así se podrán evitar nuevos conictos
de interés. Si los obstáculos son muchos, considere formas innovadoras para que parcipen, como realizar pro-
yectos conjuntos de promoción. Considere la posibilidad de analizar el reparto del valor a lo largo de la cadena,
con el n de idencar las debilidades y fortalezas.
Los actores públicos locales -como las administraciones locales (municipios) y/o instuciones de invesgación-
juegan un rol importante en el proceso. Es muy importante que estén involucrados: pueden contribuir al anclaje
del producto con la estrategia territorial; o funcionar como facilitadores para la comunicación y como apoyo a las
instuciones nacionales. Esto es parcularmente relevante en la fase de reproducción y en el reconocimiento de
los componentes que constuyen los bienes públicos. Por otra parte, los centros de invesgación y los expertos
pueden llevar a cabo los estudios necesarios, que son esenciales para las etapas de idencación y calicación, y
la redacción del pliego de condiciones.
El nombre del producto se usa para diferentes productos en el área de producción. Un proceso de calicación
y protección, así como un proceso de cercación podría beneciar a todo el grupo de productores y consumi-
dores. La armonización de las condiciones de producción y calidad del producto constuyen bases sólidas para
construir una imagen de producto, una ‘promesa’ al consumidor.
Las acciones actuales de comunicación y propaganda son signicavas. Esto es muy posivo para el éxito de la
estrategia del círculo virtuoso. Los impactos serán mayores si el mar keng colecvo se coordina con el markeng
individual de las empresas. Esta coordinación de acciones y esfuerzos siempre será úl. Si fuera posible, habría
que considerar también la posibilidad de desarrollar una estrategia promocional de ‘cesta de bienes’, que combi-
ne varios productos y servicios de la región.
La reputación del producto es valiosa para los consumidores; valor que merece ser protegido. Además, le da una
garana de que el nombre del producto no es genérico. Sin embargo, si el nombre no se uliza exclusivamente
para designar un producto originario de la zona geográca, es necesario realizar una encuesta sobre una muestra
representava de consumidores a efectos de probar que existe tal reputación.
Puede resultar dicil alcanzar un aumento en el volumen de producción debido a la disponibilidad de recursos u
otros limitantes (riesgo de sobrexplotación, disminución de la calidad, escasez de mano de obra, etc.). En algunos
casos el apoyo público ya es importante y un incremento en los ingresos podría ser impulsado por un aumento
de los precios y el crecimiento de un nicho de mercado (en el caso de que no exista). Sin embargo si la producción
actual se ve limitada en volumen y no puede ser aumentada, los benecios de aplicar una estrategia del círculo
virtuoso pueden ser limitados a nivel económico y en tal caso, resultará más conveniente enfocar el objevo en
una estrategia social o cultural, como la conservación de recursos naturales y de tradiciones culturales o el impul-
so de aquellos productos que tengan un signicado simbólico importante para la idendad local o nacional.
Es predecible que el desarrollo del producto más facble sea a través de la reducción de costos. Esto puede estar
relacionado con la incorporación de innovación en procesos de elaboración o práccas de producción. En este
contexto, es importante no modicar demasiado las práccas, de modo que puedan causar un cambio extremo
en el producto nal. Si fuera posible, considere también una mejora en la calidad a través del proceso y/o un
aumento del volumen de producto.
El turismo se encuentra bien desarrollado en la región. Vienen turistas de todo el mundo. Hay oportunidades
para impulsar la venta a través de la venta directa a turistas. La arculación entre los eventos turíscos y la cam-
paña de promoción del producto es una buena base. H ay buenas perspecvas de desarrollo. Se podrían desple-
gar estrategias de exportación enlazadas a la procedencia de los turistas si en paralelo se pudieran desarrollar
canales de distribución apropiados.
123
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
El producto accede fácilmente a los canales de distribución. La acvación del círculo virtuoso se verá facilitada por
la colaboración de los comerciantes. El desarrollo del potencial dependerá de la posibilidad de incorporar nuevos
canales de distribución, como las exportaciones.
El mercado de referencia, en el cual el producto está posicionado, está en crecimiento. Los consumidores apre-
cian el producto debido a que cumple con las actuales tendencias de sus preferencias. Esto conduce al desarrollo,
ya que los esfuerzos en la promoción de ventas serán muy efecvos y no muy costosos. La acvación del círculo
virtuoso se verá beneciada por estas condiciones favorables. Hay que tener cuidado en no disminuir la calidad o
sobreexplotar los recursos naturales como consecuencia del incremento de los volúmenes de venta. Así mismo,
considere la posibilidad de abrir o intensicar otros canales de distribución, como mercados urbanos o de turis-
tas, distribución mayorista, etc.
Hay oportunidades favorables en los mercados de exportación. Las acciones de promoción y markeng serán
muy efecvas y contribuirán a la difusión del producto en el extranjero. Adicionalmente, considere nuevas opor-
tunidades como el desarrollo del comercio justo o de nichos de mercado. Los mercados de nostalgia, dirigidos a
comunidades de inmigrantes son también un canal de distribución rentable: el origen geográco de los productos
desempeña un rol importante y simbólico en la preservación de su idendad étnica y en el mantenimiento de un
fuerte vínculo con su herencia cultural fuera de casa. En cualquier caso, tenga cuidado con que el aumento de los
volúmenes de venta no acarree una disminución en la calidad o una sobreexplotación de los recursos naturales.
Considere también el impacto en el precio para la población local y mantenga el equilibrio de los intereses entre
el desarrollo del mercado y el acceso al producto a un precio razonable para la población local.
Si el producto goza de una reputación establecida y el vínculo con su origen (factores naturales y/o humanos) está
bien juscado, es muy urgente mantener el nombre y desarrollar una promoción dirigida a los consumidores
para evitar la pérdida de valor debido a la competencia desleal.
Los recursos naturales son protegidos fuerte y claramente por los sistemas producvos vinculados al producto.
Este hecho deende los impactos medioambientales posivos mediante un esfuerzo colecvo de promoción del
producto. Mientras esas práccas, si contribuyen a la calidad especíca, se mencionen en el pliego de condicio-
nes, se prevendrán riesgos de desviación cuando la demanda del producto sea mayor.
Supuestamente, los sistemas de producción agrícola protegen los paisajes y/o los bosques navos. Deberían in-
cluirse las buenas práccas concernidas cuando se relacionan a la calidad especica dentro del pliego de especi-
caciones para intensicar el impacto del desarrollo del producto dentro de su paisaje, y evitar su deterioro/depre-
dación. Esto ayudaría también a realzar el impacto de la estrategia del círculo virtuoso en el cambio climáco.
La sensibilidad de los consumidores frente a la conservación del paisaje está en aumento y tal contribución puede
aumentar la imagen posiva del producto frente a los consumidores.
El sistema de producción agrícola relacionado con el producto protege algunas especies silvestres / razas. Debe-
rían incluirse buenas práccas relavas a la conservación en el pliego de condiciones con el n de aumentar sus
efectos protectores y evitar desvíos.
La proporción de supercie que se ve afectada por la producción de la materia prima es baja. Por lo tanto, será
dicil argumentar y comunicar el efecto sobre la erra. Sin embargo, si el producto añade valor a las explotacio-
nes agrícolas (por ejemplo: azafrán, culvos especiales, plantas medicinales, etc.), el apoyo a los ingresos de las
familias involucradas va a ser muy importante, y esto tendrá un efecto posivo para la agricultura en la región.
Los sistemas de producción relacionados con el producto protegen un ecosistema parcular y frágil. Este factor
incrementa el impacto ambiental potencial de la acvación del círculo virtuoso. El fortalecimiento de esta acción
puede suponer la clasicación de los ecosistemas frágiles por las autoridades competentes nacionales o inter-
nacionales, entre ellas la UNESCO (Programa MAB), la UICN (Programa de Gesón de los Ecosistemas) y la FAO
(Sistemas Importantes del Patrimonio Mundial SIPAM). Hay grandes benecios en la combinación del círculo vir-
124
Anexo
tuoso de calidad con las acciones de conservación del paisaje, reconociendo y valorizando el rol de las acvidades
humanas en la conservación de los recursos naturales.
Los sistemas connúan usando práccas tradicionales sostenibles, lo cual es muy posivo para la conservación
de los recursos naturales y para reforzar la calidad especíca del producto en términos de acvos subjevos.
Estos elementos son importantes para las especicaciones y se deberían comunicar a los consumidores. Puede
ser que algunas práccas agrícolas deban ser modernizadas para mejorar las condiciones de trabajo, de calidad
o de eciencia. En tal caso, es importante asegurar que las innovaciones van a seguir conservando los recursos y
manteniendo la calidad especíca.
Se usa un lenguaje local especíco conocido por todos para designar el producto o sus práccas vinculadas.
Esto representa un acvo cultural anclado a un área geográca, lo cual representa también un indicador socio-
ecológico de una fuerte idendad local que puede ser movilizada para apoyar la estrategia del círculo virtuoso.
Simultáneamente, la conservación y la promoción del producto se basan en la conservación y valorización del
lenguaje local y de su diversidad social asociada.
Hay muchos productos con calidad vinculada al origen y con una estrategia de iniciava conjunta basada en la
imagen que otorga el territorio (cesta de bienes y servicios), la cual beneciará a todos los actores involucrados
desde la producción hasta el sector turísco. Debe denirse una estrategia territorial, lo cual requiere un enfoque
parcipavo y una coordinación de todos los actores locales, tanto del sector público como del privado. Al unirse
a recursos nancieros de promoción, pueden aparecer nuevos mercados objevo y el consumo local se puede
desarrollar a través del turismo. De esta forma se abren nuevas perspecvas para el desarrollo. Antes de inverr
recursos, es necesario evaluar los costes y benecios esperados de la acción conjunta.
La calidad especíca del producto y el conocimiento especíco vinculado a la producción corren el riesgo de
desaparecer a causa de la falta de mecanismos de transmisión a las nuevas generaciones; tanto formales como
informales. Es de suprema importancia idencar y describir estos conocimientos y tradiciones de una manera
formal y promocionarlo o difundirlo con el n de no perderlos. También se aconseja la elaboración de un pliego
de condiciones como manera de formalización. Se deben tomar medidas para asegurar la viabilidad económica
de los sistemas de producción y la atracción por parte de las generaciones más jóvenes, conciliando así tradición
e innovación. La comunidad local puede idencar y pensar una manera parcipava mediante la cual se man-
tengan las modalidades para conservar su patrimonio, considerándolo como una bandera del mismo.
No se pueden idencar tradiciones culinarias relacionadas con el producto. La producción puede ser reciente
o estar enfocada a mercados externos al territorio. En tal caso, este aspecto de cultura local no puede ser ac-
vado mediante el círculo virtuoso. Puede que estas tradiciones se hayan perdido a lo largo del empo mediante
cambios en la dieta local. En tal caso, podría ser interesante pensar en los benecios de reintegrar el producto
en la dieta para destacar la diversidad culinaria y redescubrir el patrimonio local contribuyendo al desarrollo del
producto y a su promoción.
La región ene una acvidad económica que no depende del producto. Será dicil aislar el impacto del círculo vir-
tuoso en la región del de los otros factores de crecimiento. Sin embargo, los aspectos posivos de esta situación
son múlples, tales como la facilidad de encontrar actores dispuestos a inverr en la fabricación del producto.
El trabajo vinculado a esta cadena de valor cumple alguna de las condiciones de decencia que pueden ser mejo-
radas con el n de alcanzar condiciones sociales sostenibles que pueden suponer un motor importante a largo
plazo para la seguridad alimentaria y de nutrición, reduciendo las desigualdades y adoptando un crecimiento
sostenible. Mediante la valorización del producto cuya calidad está ligada al origen puede ser la oportunidad
ideal para mejorar las condiciones de trabajo y beneciarse del incremento de la producvidad como resultado
de unas condiciones decentes de trabajo y una mejor imagen del producto y su territorio. De hecho, los con-
sumidores están tomando cada vez más conciencia sobre las condiciones laborales empleadas en el producto
consumido. La reputación del producto se puede ver dañada si este se relaciona con trabajo infanl o malas
condiciones laborales. Por el contrario, la reputación se puede ver beneciada gracias a una conducta de buenas
condiciones laborales
125
Sacha Inchi. Investigación sobre las condiciones para el reconocimiento de la Indicación Geográfica en el Perú
La contribución de las mujeres, de los pobres y / o de otros grupos desaventajados no es valorada a pesar de
formar parte de los procesos de producción o de la cadena de valor. Los benecios sociales obtenidos de acvar
un círculo vicioso de calidad son ópmos, mientras que la sostenibilidad del sistema global no se benecia de
los conocimientos especícos de estos grupos. Se pueden dar efectos negavos sobre la imagen del producto y
sobre su reputación, como resultado del boicot realizado por los consumidores concernidos por razones écas;
para el caso de la calidad ligada al origen, la percepción del consumidor es esencial. La exclusión de los procesos
de toma de decisiones y de la valorización se pueden enfocar con las siguientes acciones (no exhausvas): pro-
mocionar la capacidad de desarrollo y la acción colecva de los grupos vulnerables, (de tal forma que ellos tengan
voz y representación); involucrar a los representantes de los grupos vulnerables en los programas de desarrollo
en relación con la acvación del círculo virtuoso; apoyo a las tecnologías que ahorran trabajo y servicios sociales
que reducen las limitaciones de empo de las mujeres debido a las tareas doméscas y del cuidado, mientras se
respetan las práccas tradicionales y los conocimientos práccos. Promover los servicios de guardería para facili-
tar la parcipación de las mujeres en reuniones, evitando así el empleo de niñas como trabajadoras del hogar en
vez de estar recibiendo una educación.
Existe un logo, una equeta, un envase parcular o una forma disnva reconocible por muchos consumidores,
tanto locales como de otras zonas. Estos signos disnvos pueden ser protegidos y controlados legalmente con
el n proteger a los productores y a los consumidores de posibles engaños. De esta forma, los consumidores po-
drán expresar sus preferencias ante productos con garana. En cualquier caso, el éxito de la estrategia del círculo
virtuoso se verá facilitado mediante una políca fuerte de comercialización, incluida la promoción que se debe-
ría llevar a cabo con una adecuada idencación visual y una comunicación acerca de las cualidades de dicho
producto. La cercación aumentará la conanza de los consumidores y reforzará la fase de la remuneración del
círculo virtuoso. Puesto que hacer que el pliego de condiciones sea público y accesible para todos los consumido-
res, aumentará la conanza en estos.
Algunas partes interesadas ya llevan a cabo la trazabilidad del producto, pero no todas. Determinar las fases a
lo largo de la cadena de valor en las que no se puede rastrear el producto y brindar orientación a las partes inte-
resadas relacionadas sobre el mantenimiento de registros (tenga en cuenta que las materias primas agrupadas
podrían no ser rastreables completamente más allá de un determinado punto de la cadena de valor). Poder
rastrear el producto a lo largo de toda la cadena de valor facilitará la aplicación y el control de conformidad con
el pliego de condiciones y aumentará de ese modo la conanza de los consumidores en el producto.
Motor y Perfil
Territorial
En el diagrama se idencan una serie
de potencialidades de desarrollo que
se agrupan en cuatro motores (de-
sarrollo territorial, crecimiento eco-
nómico, patrimonio socio-cultural,
preservación de los recursos natura-
les) los cuales representan lógicas de
Socioculturales Crecimiento desarrollo para el círculo virtuoso de
la calidad en el origen.
126