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Antropologia - Tarea # 3-1
Antropologia - Tarea # 3-1
Mercedes Francisco
Matricula:
17-4649
Asignatura:
Antropología
Facilitador:
José Gilberto Rodríguez
La evolución, el proceso de cambio a lo largo del tiempo, es el hilo que conecta a la enorme
diversidad del mundo vivo. Una inmensa cantidad de evidencias indica que la Tierra ha tenido
una larga historia y que todos los organismos vivos -incluido el ser humano- surgieron en el
curso de esa historia, a partir de formas anteriores más primitivas. Esto implica que todas las
especies descienden de otras especies; en otras palabras, que todos los seres vivos comparten
antecesores comunes en el pasado distante. Esto es prueba de que a lo largo de los años han
existido grandes variaciones.
La Variación, desde el punto de vista biológico, puede definirse como la acción o el efecto de
variar, la modificación del fenotipo de un individuo con respecto a sus progenitores o el desvío
de un individuo con relación al tipo específico.
La capacidad de los organismos vivos para variar se denomina Variabilidad. Este término se
emplea en muchas ocasiones, sin embargo, como sinónimo de variación
UNIDAD III: LA VARIACION HUMANA
Luego de una lectura analítica del contenido de la unidad No. 3 sobre la variación humana
realiza las siguientes actividades:
Las variaciones son las características diferenciales que se presentan en los individuos de una
misma especie.
Estos cambio o características diferenciales existentes en los individuos, están relacionados con
los que muestran sus ascendentes, y aun cuando la herencia juega un papel importante en la
transmisión de características hereditarias o genéticas no existe posibilidad, o esta es muy
remota, de que existan dos individuos iguales que nos rodean, pues presentan características
que los identifica dentro de una especie. Por ejemplo, en los humanos se hallan características
que individualizan, como son la talla, el color de los ojos, el color de la piel que a simple vista
pereciera que pueda repetirse de igual manera que en muchos individuos; pero una observación
minuciosa permite ver la diferencia que existe entre ellos.
Las dos fuentes principales de variación genética son las mutaciones y la combinación de genes
que resultan de la reproducción sexual.
Mutaciones: Una mutación es cualquier cambio en una secuencia de ADN. Las mutaciones
pueden deberse a errores en la replicación del ADN, a radiaciones o sustancias químicas del
medio ambiente. Las mutaciones no siempre afectan el fenotipo de un organismo, es decir, sus
características físicas, de conducta y bioquímicas. Por ejemplo, un codón de ADN alterado de
GGA a GGU codificará el mismo aminoácido, glicina. Esa mutación no tiene efecto en el fenotipo.
Sin embargo en muchas mutaciones, sí afectan en el fenotipo. Algunas, incluso afectan la
eficacia biológica de un organismo o la capacidad para sobrevivir y reproducirse en su medio
ambiente. Otras mutaciones pueden no afectar la eficacia biológica.1
Mezcla al azar de genes de los progenitores: En los seres diploides los cromosomas
homólogos (contienen genes para los mismos caracteres) se heredan uno de un progenitor y
otro del otro, produciendo combinaciones aleatorias de caracteres.
Combinaciones de cromosomas: Los gametos también son diferentes entre sí, ya que cada
uno recibe un ejemplar al azar de cada tipo de cromosoma.
Las adaptaciones son las características o rasgos que han pasado por la selección natural y que
ayuda a las generaciones que lo portan a acomodarse a las nuevas condiciones en las que viven,
y puedan sobrevivir y reproducirse de una mejor manera, como lo son por ejemplo, las jirafas de
Lamarck (que se ven en la foto), quien postulaba las teorías de la adaptación. Son las formas en
que un animal o planta organiza su estructura, su funcionamiento y su comportamiento, cuando
cambian las condiciones ambientales.
3- Investiga los diferentes tipos de razas existentes en las poblaciones. Luego haga un
esquema donde explique: Tipos de razas y países donde se encuentran.
4- Realiza un informe de lectura de no más de una página de las herencias y las variaciones
que se dan en los seres humanos.
El fenómeno, conocido como herencia, ha ocurrido desde el inicio de la vida en nuestro planeta,
hace más de 3.000 millones de años atrás. Nuevas especies han aparecido en la historia
evolutiva a partir de la modificación de especies ancestrales y han logrado mantenerse en el
tiempo a través de mecanismos que permiten la transmisión de los atributos de una generación
a la siguiente, mediante la reproducción. Esta continuidad genética se produce simultáneamente
con la variación de las características. A pesar de ser procesos opuestos, se complementan
durante la herencia.
Si bien observamos cierta conservación de las formas de vida a través de las generaciones
(continuidad), al mismo tiempo constatamos que existe variabilidad genética. Por ejemplo,
cuando los seres vivos se reproducen, los hijos heredan las características de los padres, e
incluso tienden a parecerse a ellos, pero al mismo tiempo presentan diferencias que los hacen
únicos. Por lo tanto, los individuos de una misma especie tienen características en común que
los identifican, pero difieren unos de otros en aspectos específicos, que permiten distinguir a
cada individuo.
La herencia y la variabilidad, inherentes a los seres vivos, fueron observadas desde tiempos
remotos en la historia humana. A mediados del siglo XIX, los científicos de la época defendían
la teoría de la herencia por pangénesis, basándose en que se producía por gémulas, es decir,
estructuras originadas en los organismos adultos, que eran transportadas por el torrente
sanguíneo hasta el sistema reproductor. No obstante, solo a partir de la segunda mitad del siglo
XIX, la herencia fue objeto de investigación científica revelándose sus propiedades
fundamentales.
Las variaciones fenotípicas que presentan los individuos guardan estrecha relación con el
ambiente donde estos se desarrollan; por ejemplo el color de la piel es una condición genotípica
que poseen los individuos y esta determinación por el contenido de melanina, pigmento contenido
en una célula de la epidermis llamada malanocitos, que dan la coloración de la piel. La
distribución y la cantidad de melanina en la piel está controlada por los factores genéticos y
ambientales, la luz solar por ejemplo, oscurece la piel humana debido a que los albinos carecen
de cedulas formadas de melanina y por eso presentan ese color exageradamente blanco.
Gracias a Gregor Mendel, quien por primera vez consiguió elaborar un diseño experimental que,
en el año 1865, le permitió enunciar los dos principios de la herencia sobre los cuales se
construyó la teoría de la genética, que actualmente se ha podido verificar en todos los seres vivos
y que ha generado notables avances teóricos y tecnológicos, de los cuales disfrutamos en
nuestra vida cotidiana.
En la Tierra hay más de 6000 millones de personas, y no existen dos que sean exactamente
iguales. Las diferencias se deben a la combinación de dos factores: los genes y el ambiente.
Los genes se transmiten de padres a hijos, y cada uno hereda un conjunto de genes
únicos, excepto los gemelos univitelinos.
Por ambiente entendemos el conjunto de condiciones en las que se desarrolla nuestra
vida, como la alimentación, el clima, etcétera.
La variabilidad de los seres vivos viene determinada por los genes, el ambiente o una
combinación de ambos. Así, tu masa, por ejemplo, depende de los genes, pero también depende
de tu dieta. La variabilidad puede ser continua o discontinua.
Variabilidad continua: Está determinada por la acción conjunta de los genes heredados y la
modulación del ambiente, y su representación gráfica es una curva de distribución normal.
Estudios realizados con gemelos univitelinos muestran que personas con características
genéticas idénticas pueden desarrollarlas de forma diferente según el ambiente en el que han
vivido.
Existen ciertos casos de variación continua en los que el ambiente no influye y se deben
únicamente al genotipo. Se trata de caracteres que dependen de la acción conjunta de varios
genes, como el color de la piel humana. En este caso se producen interacciones entre los
distintos pares de genes que controlan el carácter y generan un gradiente de color en la
población.
Variabilidad discontinua: Está controlada por los genes, pero no existe influencia del ambiente.
El grupo sanguíneo, el factor Rh, la lengua enrollable o la determinación del sexo son ejemplos
de este tipo de variabilidad, que no muestra estados intermedios. No existe, por tanto, una
distribución normal de estos caracteres en una población.
Nuestra especie, Homo sapiens, pertenece al grupo de los primates, que han estado asociados
con las selvas de tipo tropical casi desde su origen en el Cretácico, hace más de 65 millones de
años, donde aparecieron algunos pequeños mamíferos que vivían en los árboles. A los humanos
se nos clasifica entre los hominoideos, donde se incluyen los llamados simios antropomorfos (de
forma humana) como los chimpancés, los gorilas, los orangutanes y los gibones. De éstos,
nuestros parientes más cercanos son los chimpancés, luego los gorilas, y mucho más alejados
los orangutanes y gibones. Los hominoideos florecieron en el Mioceno, entre 25 y 5 millones de
años atrás. Nuestro antepasado más antiguo, que fue descubierto apenas en
1994, Australopithecus ramidus, apareció entre cinco y siete millones de años atrás en África, y
marca la separación de nuestro linaje del de los chimpancés.
Estudiar estas semejanzas y diferencias ha permitido a los científicos contar con una explicación
de nuestra evolución. Esta reconstrucción histórica se ha basado principalmente en los fósiles
encontrados en África, Asia y Europa, complementados con los recientes estudios moleculares
del genoma humano.
Los seres humanos, las ballenas, las jirafas, los perros, los murciélagos y los monos, entre otros,
integramos la clase de los mamíferos, cuyas características distintivas son el tener pelo y
alimentar a las crías con leche materna a través de órganos especializados llamados mamas o
glándulas mamarias. Sin embargo, y a pesar de grandes semejanzas, los seres humanos
tenemos características biológicas distintivas como el cerebro más grande y la postura erecta
que nos permite caminar en dos extremidades; además, la cara plana debido a la reducción de
los maxilares, el dedo pulgar oponible más largo (lo que permite mayores habilidades de
manipulación como la escritura, el manejo de herramientas, etc.), reducción del vello y cambios
en las glándulas de la piel, ovulación críptica (que pasa desapercibida), desarrollo lento,
inteligencia (pensamiento abstracto, categorización y razonamiento) y habilidad para hablar más
desarrolladas, así como el uso, control y modificación del entorno.
Conclusión
Debemos considerar que estudiar la variación nos lleva necesariamente a considerar y agrupar
a las poblaciones que son semejantes, en tipos; que una clasificación tipológica divide a los seres
humanos en grupos geográficos sobre la base de la presencia regular de tendencias
heterográficas.
Son las diferencias visibles las que nos han llevado a intentar formar categorías o taxas que
expliquen estas diferencias. Existe un gran número de definiciones que pretenden establecer
esta cuestión.