Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Kay PDF
Kay PDF
en América Latina
Some Reflections on Rural Studies in Latin America
Cristóbal Kay
Institute of Social Studies, La Haya
Email: kay@iss.nl
Resumen
En este ensayo se analizan algunos de los principales temas de investigación en los estudios ru-
rales sobre América Latina durante las últimas dos a tres décadas. Las transformaciones en la
economía y sociedad rural provocadas por el proceso de la globalización neoliberal y las pro-
testas socio-políticas de campesinos, indígenas y mujeres contra la discriminación y las políti-
cas neoliberales impregnan los estudios rurales. La perspectiva de análisis de la “nueva rurali-
dad” es vista por muchos investigadores como la mejor forma de captar los cambios y para di-
señar políticas públicas pro-campesinas. También se examina la diferenciación campesina, la
brecha entre la economía campesina y la empresarial, la feminización y precarización del tra-
bajo rural, las relaciones rural-urbanas, el movimiento campesino e indígena, la reforma agra-
ria y la pobreza rural.
Abstract
This essay analyses some of the principal research themes of rural studies on Latin America dur-
ing the last two to three decades. The transformations in the rural economy and society en-
gendered by the process of neoliberal globalization and the sociopolitical protests of peasants,
indigenous peoples and women against discrimination and neoliberal policies infuse rural stud-
ies. The analytical perspective of the “new rurality” is seen by many researchers as the best ap-
proach for capturing these changes and designing pro-peasant public policies. Other themes
examined here are peasant differentiation, the gap between peasant and capitalist farming, the
feminization and flexibilization of rural labour, urban-rural relations, peasant and indigenous
movements, agrarian reform and rural poverty.
Keywords: Peasantry, Indigenous Peoples, New Rurality, Agrarian Change, Peasant Movements,
Rural Sociology, Neoliberalism, Latin America.
Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 29, Quito, septiembre 2007, pp. 31-50
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Cristóbal Kay
32
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
Los nuevos ruralistas llaman la atención a de reproducción y tales actividades sólo les
la pluriactividad de los hogares campesinos permiten la sobrevivencia y por tanto no es
que están involucrándose cada vez más en una política de desarrollo. Sólo una minoría
una variedad de actividades no agrícolas pro- de campesinos, aquellos con suficiente acceso
ductivas y de servicios en el ámbito rural, a recursos productivos, pueden a través de di-
tales como artesanías, pequeños talleres y mi- chas actividades no agropecuarias lograr me-
croempresas manufactureras, comercio y tu- jorar sus niveles y calidad de vida (Martínez
rismo. Algunos miembros de los hogares fa- 2000). En cierto modo, la nueva ruralidad es
miliares trabajan también como jornaleros en el resultado del neoliberalismo y promover la
empresas agroindustriales, obras de construc- pluriactividad sin cambiar el contexto es re-
ción de caminos y viviendas, granjas capita- producir el neoliberalismo y con ello la ex-
listas y otras actividades. Cada vez más muje- plotación y el despojo campesino.
res participan en el mercado de trabajo asala- Hay otra vertiente en los estudios sobre la
riado, especialmente en las nuevas exporta- nueva ruralidad que elaboran alternativas con
ciones de productos agrícolas no tradicionales un cuestionamiento más explícito de las polí-
frutihortícolas y florícolas, aunque muy a me- ticas neoliberales y con el afán de alentar un
nudo en forma precaria y con salarios míni- proceso de desarrollo centrado en la agricul-
mos (ver artículo de Korovkin y Sanmiguel tura campesina. O sea plantean una visión
en este número). “campesinista” que, sin desconocer el mérito
Sin embargo, algunos autores cuestionan de las actividades no agropecuarias, enfatiza
la trascendencia de la nueva ruralidad, argu- la producción de alimentos de mejor calidad,
mentando que los fenómenos descritos son la agricultura orgánica, la promoción de los
más bien una expresión de viejos rasgos en el conocimientos y habilidades productivas, la
contexto de la globalización y no representan creación de nuevos mercados nicho, entre
necesariamente nuevos elementos (Riella y otras propuestas (Barkin 2001). El propósito
Ro m e ro 2003, Bendini 2006). Según Se r g i o es fortalecer la economía campesina dentro
Gómez (2002), la mayoría de los aspectos de de un modelo alternativo en el cual se apoyan
la así denominada “n u e va ruralidad” estaban las iniciativas locales y se propugna el desa-
ya presentes con anterioridad al neolibera- rrollo endógeno para lograr una mayor parti-
lismo. cipación social, control local y autogestión
A mi juicio, existe cierta ambigüedad sobre el territorio por parte de la comunidad
entre los nuevos ruralistas en cuanto al diseño campesina (North y Cameron 2003).
de las políticas públicas. Algunos autores cri- Se puede observar cierta influencia en esta
tican a los gobiernos y a las organizaciones no visión de la literatura sobre descentralización
gubernamentales (ONGs) por seguir priori- y desarrollo territorial rural y en especial de
zando las actividades productivas agropecua- las propuestas del movimiento zapatista en
rias en sus proyectos de desarrollo rural (en la Chiapas. Pero para que tal visión campesinis-
medida que todavía existen en el contexto ne- ta de la nueva ruralidad se logre materializar
oliberal), en vez de fomentar las nuevas acti- y para que beneficie a todos los campesinos es
vidades no agropecuarias que ofrecen mayo- necesario una nueva reforma agraria que
res perspectivas de empleo y de generación de transfiera no sólo tierra a los sin o con insufi-
ingresos. Dicha posición me parece paradóji- ciente tierra sino también recursos financie-
ca en el sentido que para la mayoría de los ros y tecnológicos. También es necesaria una
campesinos su creciente participación en acti- inserción más equitativa de los campesinos en
vidades no-agropecuarias obedece a su crisis los mercados tanto de productos como de los
33
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
factores productivos que sólo se puede lograr de los grandes granjeros, muchos de ellos de
desarrollando sus organizaciones. Sólo con el origen latifundista (Kay 1988).
empoderamiento de los campesinos, en alian- En la búsqueda del sustento de vida, un
za con otros sectores sociales progresistas, es número creciente de pobladores rurales em-
posible que ellos negocien mejores condicio- prenden migraciones temporales o a más
nes en sus relaciones tanto con el mercado largo plazo a otras áreas rurales o hacia áreas
como con el Estado. urbanas. También las migraciones a otros pa-
íses, donde la mayoría trabaja como asalaria-
dos, son cada vez más frecuentes. Aquellos
La diferenciación campesina que emigran, envían remesas a los miembros
de sus familias campesinas. De este modo, las
Las políticas neoliberales han dado un nuevo actividades y fuentes de ingresos de los hoga-
impulso a la diferenciación campesina. La res campesinos se han diversificado
creciente pauperización de los campesinos significativamente. Para muchos hogare s
debido a su cada vez menor acceso a los re- campesinos los ingresos no agropecuarios ya
cursos productivos, especialmente la tierra, superan los ingresos provenientes de las acti-
los obliga a buscar otras oportunidades de vidades agropecuarias del predio. Entre los
empleo e ingresos. Generalmente sólo logran ingresos extra-parcelarios predominan cada
asalariarse en condiciones muy precarias, es vez más los ingresos provenientes de activida-
decir en empleos temporales mal remunera- des asalariadas y las remesas de los emigrantes
dos. Por tanto la pluriactividad es sólo un me- (Reardon et al. 2001). Los pocos estudios que
canismo de sobrevivencia para los campesinos existen sobre el uso de las remesas indican
pobres. En cambio aquellos hogares campesi- que generalmente son destinadas a la compra
nos con mayores recursos productivos y con de bienes de consumo y al mejoramiento de
mejores niveles de educación logran insertar- las viviendas en vez de invertirse en activida-
se en otras actividades productivas más renta- des productivas. Se crea así una dependencia
bles que la agropecuaria a través de sus activi- de los hogares campesinos de las remesas.
dades micro e m p resariales y comerc i a l e s Algo similar ocurre a nivel nacional. En va-
(Dirven 2004a). En caso de asalariarse logran rios países las remesas ya constituyen la se-
acceso a empleo de mayor calidad y producti- gunda fuente de ingresos de divisas del país
vidad, que requiere mayores niveles de califi- superando en algunos casos el valor de las ex-
cación y, por tanto, redunda en mayores sala- portaciones agropecuarias. Los gobiernos se
rios que los obtenidos por los campesinos han percatado tardíamente de esta situación y
más pobres (Reardon et al. 2001). por lo general todavía no se han diseñado po-
Por lo tanto, para los campesinos ricos la líticas públicas para proveer incentivos para el
pluriactividad es una oportunidad para la uso productivo de tales remesas.
acumulación de capital y para su ascenso eco-
nómico y social. Debido a que son una mi-
noría y a la luz de la gran desigualdad en la La brecha entre la economía empresarial
distribución de la tierra, esta oportunidad de y la economía campesina
acumular capital es insuficiente para generar
un proceso de desarrollo capitalista en el agro Las políticas neoliberales han profundizado
desde abajo. O sea, la vía campesina al capi- las desigualdades entre las granjas capitalistas
talismo agrario sigue subordinada, incluso y las parcelas campesinas (Rubio 2003). La
cada vez más, a la vía capitalista desde arriba promesa de los neoliberales era que la libera-
34
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
lización de los mercados beneficiaría al sector bientales aún son inciertos. La soya también
agrícola, que según ellos sufrió discrimina- ha desplazado otros cultivos, tales como el
ción durante el período de industrialización trigo que es el ingrediente básico para los pro-
por sustitución de importaciones (ISI), por- ductos alimenticios basados en la harina. La
que se reforzarían las ventajas comparativas gran demanda por tierra de la soya también
del sector agropecuario. Con ello se dinami- ha provocado el desplazamiento de cientos de
zaría la agricultura y en especial sus exporta- miles de productores campesinos, ya sea por
ciones que también beneficiaría a los campe- la venta de sus tierras o por otros medios de
sinos tanto a través del crecimiento de sus ex- presión, que no siempre son legítimos. Todo
portaciones en su calidad de productores esto ha afectado la seguridad alimentaria en
como por las mayores oportunidades de em- dichos países y ha creado inseguridad en las
pleo y aumento en los salarios en su calidad zonas rurales (Teubal et al. 2005).
de asalariados. Sin embargo, el desempeño En el caso de la fruticultura la situación
del sector agropecuario en cuanto a creci- también favorece a los productores con capi-
miento económico y creación de empleos ha tal, pero a través de los contratos con la
sido inferior en el período neoliberal compa- agroindustria frutícola existen ciertas posibili-
rado con el período del desarrollo hacia aden- dades para la economía campesina. Sin em-
tro o de la ISI (David 2001). bargo, en la mayoría de los casos dichos con-
Es cierto que las exportaciones agropecua- tratos favorecen a la agroindustria y los ries-
rias no tradicionales, tales como las frutas, gos son generalmente asumidos por los cam-
hortalizas, flores y la soya han prosperado en pesinos. La evidencia indica que son pocos
las últimas décadas y en algunos casos inclu- los campesinos capaces de insertarse en la fru-
so han superado el valor de las exportaciones ticultura y aquellos que logran hacerlo a tra-
tradicionales tales como el azúcar, café y ba- vés de los años entran en quiebra por las deu-
nano. Pero los beneficiarios fueron los pro- das acumuladas o revierten a sus cultivos tra-
d u c t o res capitalistas y los conglomerados dicionales (Murray y Silva 2004).
agroindustriales transnacionales. Sólo en al- En los cultivos hortícolas la economía
gunas instancias puntuales algunos producto- campesina tiene mejores posibilidades com-
res campesinos lograron captar parte de los petitivas, pero éstas se manifiestan más en la
beneficios. producción para el mercado doméstico. El
La soya ha tenido un crecimiento explosi- mercado de exportación es más exigente en
vo, siendo los productores principales Brazil y términos de calidad, controles fitosanitarios,
Argentina quienes dominan el mercado mun- acceso a los compradores tales como las gran-
dial, habiendo desplazado a los Estados des cadenas de supermercados, etc. Todos
Unidos (EEUU). Bolivia, Paraguay y Uru- estos requerimientos favorecen a la agroin-
guay también son exportadores importantes dustria que tiene los capitales y conocimien-
del producto. El cultivo de la soya favorece la tos, realiza el procesamiento y otras etapas de
gran agricultura por la existencia de econo- la cadena productiva donde captura la mayor
mías de escala y por ser un cultivo extensivo parte del valor agregado y de las ganancias.
y por la mecanización, se crean muy pocos Cuando contrata la producción prefiere ha-
empleos por hectárea cultivada. Además, las cerlo con los grandes productores. Aquellos
consecuencias ecológicas son preocupantes, pequeños productores que entran en una re-
ya que su expansión ha ampliado la frontera lación con la agroindustria están expuestos a
agrícola destrozando bosques y por el domi- sus abusos. Las relaciones de poder de nego-
nio de la soya transgénica cuyos efectos am- ciación son muy desiguales y el Estado gene-
35
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
36
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
yores ingresos en divisas para el pago de la laborales. Ello ha llevado a muchos abusos
deuda externa. Con el arranque de las agroex- por parte de los empleadores que se han apro-
portaciones no tradicionales, que tienden a vechado de la mano obra barata para mejorar
ser intensivas en el uso de mano de obra, se su competitividad en el mercado y aumentar
abrieron nuevas posibilidades de trabajo asa- sus ganancias. Sin embargo, muchas mujeres
lariado para la mujer, aunque muchas veces valoran su participación en el mercado laboral
sólo temporalmente. Muchos hombres se ya que les da una fuente de ingreso propia con
d e s p l a z a ron geográficamente emigrando a la cual pueden negociar mejores relaciones
otras regiones o a otros países en busca de em- con los hombres y les da un espacio de acción
pleo con lo cual la jefatura del hogar campe- fuera de la dominación patriarcal en el hogar.
sino fue asumida por la mujer quien general- Es difícil saber en qué medida ha mejora-
mente se hizo cargo de las actividades agrope- do la situación de la mujer rural y si las re l a-
cuarias en la finca campesina. ciones de género se han vuelto más equitati-
Con el despegue de las agroexportaciones vas. Sin duda que la mujer tiene hoy en día
no tradicionales, la participación de la mujer una mayor presencia en los estudios y en la so-
en la horticultura, floricultura y fruticultura ciedad y es probable que algunos progresos en
es especialmente evidente y particularmente su condición se hayan materializados
en la agroindustria de empaque y procesado- (Hamilton 1998). O sea, lo nuevo reside en
ra. Se estima que las mujeres proporcionan al- que la participación de la mujer en el trabajo
rededor de la mitad de la mano de obra en las se ha hecho notoriamente más visible al ocu-
actividades agrícolas y la gran mayoría de la par una posición tan clave en el sector más di-
mano de obra en las actividades agroindus- námico de la agroexportación comparado con
triales de estos cultivos (Deere 2006). Los su invisibilidad o subvaloración de su trabajo
empleadores favorecen el empleo de las muje- no remunerado tanto en los quehaceres del
res por su mayor disposición a trabajar tem- hogar como en las actividades en el predio.
poralmente, su mejor rendimiento en el tra- Sin embargo, se ha observado que en muchos
bajo, manipulación más cuidadosa de los pro- casos la mayor incorporación de la mujer en el
ductos perecederos como las flores, su perci- m e rcado laboral ha significado una mayor in-
bida mayor docilidad y menor presión por tensidad de su trabajo y una jornada más larga
organizarse en sindicatos y porque sus salarios -“la doble jornada”- ya que el hombre gene-
tienden a ser más bajos que los percibidos por ralmente no ha aumentado significativamente
los hombres. Las condiciones de empleo son su participación en las actividades del hogar.
muy precarias. Los contratos, si es que exis-
ten, favorecen al empleador y dan poca pro-
tección laboral. Los pocos empleos perma- La precarización del trabajo rural
nentes tienden a ser reservados para los hom-
bres (Barrientos et al. 1999, Korovkin 2003, La precarización y flexibilización del mercado
y Korovkin y Sanmiguel en este número de laboral es una característica notoria de la glo-
Iconos). balización neoliberal que afecta a todos los
La legislación social en cuanto a salario s e c t o res pro d u c t i vos y a ambos géneros
mínimo, maternidad, accidentes de trabajo, (Rubio et al. 2002). Con la transformación
jubilación, seguro social, derecho a sindicali- de la hacienda tradicional en empresa capita-
zación y a la huelga, etc. es muy deficiente. El lista, que está expuesta a la competencia del
Estado por lo general no asume una actitud mercado global y que ha perdido muchos de
activa en cuanto a la defensa de los derechos los privilegios económicos, sociales y políticos
37
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
de los antiguos latifundistas, se han modifica- lizadas en el sector rural. Ello ha atraído no
do profundamente las relaciones de trabajo solamente a las mujeres al mercado laboral,
en la agricultura. La cesión de un pedazo de sino también a trabajadores urbanos, ya que
tierra a los campesinos de la hacienda (lláme- muchas veces los pobladores de bajos ingresos
se inquilino, pongo, peón acasillado, colono, viven en la periferia de los centros urbanos y
etc.) para su usufructo, como forma de pago en ciudades intermedias, y son a veces mi-
por sus servicios de trabajo para el patrón, y grantes recientes del campo a la ciudad y -por
la mediería casi han desaparecido. Las relacio- la falta de oportunidad de empleo en la ciu-
nes de servidumbre, a pesar de su carácter dad- trabajan temporalmente en el campo
abusivo, proporcionaban a la familia campe- compitiendo con la mano de obra rural. Ello
sina un medio de subsistencia y cierta estabi- ha llevado a la proliferación de los contratis-
lidad. La expulsión de los trabajadores con tas que se especializan en buscar trabajadores
derechos de usufructo a la tierra y su trans- para las empresas.
formación en asalariados los ha expuesto a los A veces el empleador o contratista tienden
vaivenes y caprichos del mercado. Las políti- a desarrollar relaciones clientelares con el tra-
cas neoliberales incluso han modificado la le- bajador, para disciplinarlos e incentivarlos
gislación laboral quitando derechos ya adqui- con el fin de asegurarse una oferta de mano
ridos por los trabajadores para facilitar su ex- de obra segura y de buena calidad. En tales si-
plotación, aumentar las ganancias, estimular tuaciones es posible hablar de “trabajo tem-
la inversión y con ello el crecimiento. poral permanente” que, por cierto, es muy
Algunos autores han caracterizados esta ventajosa para el empresario ya que no nece-
nueva agricultura como “posfordista”, que está sita cargar con los costos de mano de obra du-
integrada al mercado mundial, produciendo rante el tiempo muerto, evita o evade los cos-
una variedad de nuevos productos para los tos de seguro social, maternidad, indemniza-
mercados cada vez diversificados, cambiantes ción, jubilación, entre otros, y le facilita el
y sofisticados, especialmente en los países de- control social sobre los trabajadores.
sarrollados (Lara 1999, Phillips 2006). Se tra- Debido al excedente de mano de obra, la
taría de una agricultura sometida a las cadenas situación de los trabajadores es muy vulnera-
productivas controladas por los conglomera- ble y por ello se ven obligados a someterse a
dos agroindustriales, en la cual diversos esla- las condiciones más precarias y flexibles del
bones del proceso pro d u c t i vo están localiza- mercado neoliberal. Las empresas buscan la
dos en los lugares más competitivos del mayor flexibilidad ya que con la globalización
mundo. La re volución en el transporte, re f r i- la competencia internacional es más intensa,
geración y distribución (con el creciente con- por la estacionalidad de la producción agríco-
trol de los supermercados) junto a los cambios la, por las fluctuaciones las cosechas y en la
en los hábitos de consumo exigen una mayor demanda y por el carácter más perecible de
flexibilización, coordinación e integración de las agroexportaciones no tradicionales. Con
los varios eslabones de la cadena pro d u c t i va. ello las empresas buscan minimizar los riesgos
Ello ha conducido a la modificación de las re- y lograr una mayor capacidad de reacción
laciones laborales haciéndolas más flexible, frente a las situaciones cambiantes con el ob-
precarias y temporales (Lara 1998). jetivo de siempre de maximizar sus ganancias.
Con el desarrollo de las cadenas producti- Los mercados laborales se han vuelto más seg-
vas, el trabajo en el predio asume menor im- mentados con la segregación ocupacional por
portancia y se abren posibilidades de trabajo sexo que permite el empleo de mujeres en
fuera del predio que parcialmente están loca- condiciones más desfavorables que el empleo
38
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
39
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
del siglo pasado. El resurgimiento de los mo- subsistencia. Dichas políticas junto con el
vimientos sociales en el campo tales como el ajuste estructural tuvieron repercusiones ne-
movimiento zapatista liderado por el Ejército gativas sobre los niveles de vida de la pobla-
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en ción indígena y campesina. La pobreza rural
Chiapas, el Movimento dos Trabalhadores aumenta notoriamente durante la década de
Rurais Sem Terra (MST) en Brasil y el movi- los ochenta. En varios países también se in-
miento indígena en Ecuador, Bolivia y en troducen nuevas legislaciones que ponen fin a
otros países, ha inspirado a muchos investiga- la reforma agraria e incluso revierten tierras
dores sociales y vigorizado a los estudios rura- del sector reformado a los antiguos dueños o
les (Zamosc 1994, Veltmeyer 1997, Harvey las venden a nuevos capitalistas. Los jóvenes
1998, Petras y Veltmeyer 2001, Bretón y indígenas y campesinos ya no logran visuali-
García 2003, Giarracca y Levy 2004, ALAS- zar un futuro mejor en el campo.
RU 2005). El interés por investigar a los pue- La represión al movimiento campesino y
blos indígenas ya no se limita a los antropó- de los partidos políticos que los representa-
logos sino que abarca también a otras ciencias ban durante el periodo de las dictaduras en
sociales y a los historiadores. Se revaloriza la muchos países del continente, junto el pa-
cultura indígena, su tecnología y conocimien- quete de las medidas neoliberales con sus
tos ancestrales, su sentido comunitario y eco- leyes antisindicales y la transformación del
lógico, entre otros aspectos de la vida indíge- mercado de trabajo, debilitan e incluso des-
na. Las acciones colectivas de los campesinos, mantelan a las organizaciones campesinas y a
indígenas y las mujeres rurales, junto con las sus aliados del movimiento obrero. Ello ha
n u e vas experiencias migratorias, provocan debilitado enormemente al movimiento cam-
una serie de estudios sobre la identidad y la pesino tradicional. A su vez, la opción socia-
cultura (León y otros 1999, Piñeiro 2004). lista pierde credibilidad con el derrumbe del
Las corrientes de pensamiento postmodernis- socialismo real en los países de Eu ro p a
tas que ponen el énfasis sobre lo étnico, cul- Oriental. En general, los movimientos popu-
tural y la identidad logran mayor influencia lares pierden el apoyo que recibían del Estado
en los estudios rurales y se establecen nuevas populista y desarrollista con su transforma-
revistas especializadas sobre la temática. ción en un Estado tecnocrático y neoliberal.
Algunos de estos escritos dentro de esta co- Frente a tal cercamiento, el campesino in-
rriente postmodernista asumen posiciones dígena rescata su identidad indígena con sus
demasiado idealizadas o utópicas (Burbach organizaciones comunitarias, lo que les per-
1994, Brass 2000). Sin embargo, el vuelco mite una mayor protección y autonomía de
sobre la temática indígena ha enriquecido los acción para enfrentar los nuevos desafíos de la
estudios rurales (Lee Van Cott 1995, Assies et globalización neoliberal. El indígena, con la
al. 2000, Bengoa 2000, Yashar 2005, Assies et reforma agraria y la sindicalización campesina
al. 2005). en la época del Estado desarrollista y los go-
Son varios los posibles factores que expli- biernos populistas, se transformó en campesi-
can el reforzamiento de la identidad indígena no, proceso que se podría denominar la
por sobre la identidad campesina de la pobla- “campesinización” del indígena, adquiriendo
ción indígena rural. Las políticas neoliberales con ello ciertos derechos ciudadanos. Pero
con su política de privatizaciones y de libera- frente al vuelco neoliberal se transforma nue-
lización de los mercados han sido percibidas vamente en indígena. Pero esta vez su vuelta
por parte de la población indígena como un a lo indígena, o sea, su “descampesinización”
asalto a su modo de vida y a las bases de su o “re-indigenización”, no es por la acción pa-
40
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
ternalista del Estado, sino que proviene de sus El caso boliviano se presenta por el mo-
propias bases, alimentado por su nueva con- mento más optimista. El movimiento de los
ciencia, sus propias organizaciones y una campesinos cocaleros formó la base de apoyo
nueva intelectualidad indígena que ha pasado de su líder Evo Morales, quien logró formar
generalmente por una experiencia urbana un partido, el Movimiento al Socialismo
(Bengoa 2003). Sin embargo, tal énfasis en (MAS), que aglutina tanto a indígenas como
las demandas exclusivamente étnicas tiene sus a mestizos y forja alianzas con otras organiza-
limitaciones a la larga, tal como se ha visto en ciones sociales. A través de movilizaciones li-
el caso ecuatoriano (Bretón 2005). deradas principalmente por el MAS logró que
Se puede observar, en base de la contribu- renuncie el Presidente Carlos Mesa en 2005 y
ción de Victor Bretón a este número de en las elecciones posteriores ganó por mayo-
Iconos, que con el viraje de la demanda por ría absoluta la presidencia, la cual asume a co-
tierra y de apoyo a la producción campesina mienzos de 2006. Gran parte de su apoyo se
hacia la demanda indígenas con énfasis prin- debe a su programa de nacionalización del gas
cipalmente en lo étnico como la plurinacio- y petróleo, su promesa de refundar el país con
nalidad y la autodeterminación, el movi- una nueva constitución a través de una asam-
miento indígena no logra mantener la alianza blea constituyente que termine con la discri-
con los sectores campesinos mestizos y popu- minación contra los pueblos indígenas y de-
lares en las ciudades, perdiendo así su centra- sarrolle su plena ciudadanía, y su intención
lidad en los acontecimientos políticos recien- de renovar y acelerar la reforma agraria en las
tes. Al triunfar el etnicismo, el movimiento tierras bajas del oriente del país. O sea, su
perdió de vista el problema de la tierra y de la programa es nacionalista y popular y no se li-
producción campesina que siguen siendo los mita exclusivamente a lo étnico (Urioste y
principales problemas en el campo (Martínez Kay 2005).
2006a). El MST en Brasil es el movimiento cam-
Por cierto que las luchas de clase y de pesino más grande de América Latina. Surgió
identidad indígena del movimiento campesi- a mediados de los 1980 en el sur del país pero
no indígena no se pueden separar, pero a su rápidamente logró establecerse en casi todas
vez el justo equilibrio entre ambos tampoco las regiones. Tal como su nombre lo indica, su
asegura el éxito de sus demandas ya que ello lucha principal es por la tierra a través de una
depende de varios otros factores. Esto se reforma agraria (Aznárez y Arjona 2002). Su
puede ejemplificar a través de las luchas del táctica principal ha sido la ocupación de tie-
movimiento zapatista en Chiapas que, ade- rra para movilizar a sus bases a la acción y así
más de las demandas étnicas y de mayor au- presionar al gobierno a que expropie la tierra
tonomía, plantea demandas que van más allá y la distribuya a los campesinos necesitados
de lo étnico con su programa de democrati- (Branford y Rocha 2002). Es fundamental-
zación de la sociedad mexicana y de apoyo a mente un movimiento clasista, con una
la economía popular tanto rural como urba- membresía variada; incorpora a trabajadores
na. El movimiento zapatista, que nació en asalariados rurales, minifundistas empobreci-
1994 en contra de la política económica neo- dos con insuficiente tierra, aparceros o me-
liberal, logró al principio el apoyo de vastos dieros, ocupantes individuales ilegales de tie-
sectores de la sociedad mexicana y una amplia rra, residentes de las poblaciones periféricas
solidaridad internacional, sin embargo, hoy urbanas, desempleados y personas en busca
día está lejos de conseguir sus objetivos prin- de un sustento de vida, entre otros sectores
cipales (Bartra y Otero 2006). sociales. Actualmente tiene casi dos millones
41
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
42
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
43
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
Hay otras temáticas que han sido aborda- erosionando aún más la biodiversidad. La in-
das por los estudiosos de la realidad rural que dustrialización de la agricultura empresarial,
no he analizado en absoluto o sólo parcial- cuya punta de lanza son los conglomerados
mente. Son temas también de importancia a g roindustriales transnacionales, aumentan
pero que por razones de espacio no he logra- aún más la fragilidad de los ecosistemas de la
do abordarlos en el presente ensayo. La pro- región y son una amenaza para los campesi-
blemática de la pobreza rural con sus diferen- nos y las comunidades rurales (Bartra 2006).
tes enfoques analíticos la he estudiado am- Otra temática que requiere a mi juicio
pliamente en un ensayo reciente, ver Kay mayor atención son las políticas públicas.
(2006). En cuanto a los estudios sobre la glo- Aunque existe un buen número de estudios es
balización y sus varios impactos sobre la eco- necesario seguir trabajando esta temática para
nomía y sociedad rural, ver, por ejemplo, seguir rescatando el rol del Estado en los pro-
Teubal (1995), Valdivia de Ortega (1998), cesos de desarrollo rural (Quintana et al.
Edelman (1999), Renard y Espinosa (1999), 2003 y Assies 2003). Se requieren nuevas for-
Sánchez y Niño (2002), Teubal y Rodríguez mas de interacción entre los campesinos y el
(2002), Barbosa y Neiman (2005) y Bonanno Estado y otros actores claves con el propósito
(2006). Un aspecto muy debatido son los tra- de aumentar las capacidades campesinas, de-
tados de libre comercio (TLCs), especialmen- sarrollar sus potencialidades, democratizar las
te por su impacto negativo sobre los campesi- prácticas sociales y crear relaciones más pro-
nos y la seguridad alimentaria (Rubio 1999, vechosas con el sistema mundial para que se
Pérez 2003, Llambí 2005 y Martínez 2006b). correspondan a los intereses de la mayoría de
Otra de las cuestiones que han sido anali- la población rural y del país.
zadas por los estudiosos del mundo rural es la Una de las grandes deficiencias para los es-
temática de los territorios y se relaciona tam- tudios rurales es la falta de estadísticas. El
bién con el asunto de la globalización. Se exa- aparato público todavía no genera suficientes
minan las relaciones entre lo local y lo global y buenas estadísticas que permitan fortalecer
incluso creándose el término “glocalización” el sustento empírico de las investigaciones.
para indicar la estrecha relación que se estable- En varios países de América Latina no se rea-
ce en algunas regiones entre ambos. Se pre s e n- lizan censos agropecuarios desde ya hace dé-
tan propuestas de desarrollo local, muchas cadas y muchos de los que existen adolecen
veces con énfasis en lo endógeno, y de desa- de ciertas deficiencias o no se ejecutan con la
rrollo territorial rural dentro del ámbito nacio- frecuencia necesaria como para poder captar
nal con el fin de buscar su complementación. los rápidos cambios que se están generando a
La literatura sobre la temática del desarrollo te- raíz de la mundialización. A pesar de la im-
rritorial rural es muy amplia y se puede con- portancia que ha adquirido la temática de gé-
sultar a Llambí y Du a rte (2006), Schejtman y nero gracias al movimiento feminista,
Be rdegué (2003), Bendini y St e i m b re g e r Carmen Diana Deere (2006) llama la aten-
(2003), Sepúlveda et al. (2003), Giarracca ción sobre la persistente falta de datos sobre
(2003) y Manzanal et al. (2006), entre otras. los múltiples aspectos de las relaciones de gé-
La problemática ecológica sigue presente nero en el mundo rural. Algo similar ocurre
en los estudios rurales y también en las otras en otras áreas de la vida rural. Una base em-
disciplinas. Preocupa en especial la deforesta- pírica sólida es una de las condiciones necesa-
ción, el asunto del agua y la continua erosión rias para seguir avanzando en los estudios ru-
de los suelos. Con la penetración de la bio- rales y para mejorar el diseño y la implemen-
tecnología y las semillas transgénicas se está tación de políticas públicas.
44
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
45
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
M. Borras Jr. y Cristóbal Kay, editores, Land, Latinoamericano del Medio Rura l, No. 4,
Pove rty and Li velihoods in an Era of Asociación Latinoamericana de Sociología
Globalization: Perspectives from Developing and Rural, Chapingo, pp. 15-28.
Transition Countries, Londres y Nueva York, CEPAL, 2005, Panorama Social de América Latina
Routledge. 2005, Naciones Unidas, CEPAL, Santiago.
Branford, Sue y Jan Rocha, 2002, Cutting the Wire: Clemens, Harry y Raúl Ruben, editores, 2001,
The Story of the Landless Movement in Brazil, Nueva ruralidad y política agraria: una alternati-
Latin America Bureau, Londres. va neoinstitucional para Centroamérica, Nueva
Brass, Tom, 2003, “Latin American peasants – new Sociedad, Caracas.
paradigms for old?”, en Tom Brass, editor, 2003, David, María Beatriz de Albuquerque, editor, 2001,
Latin American Peasants, Frank Cass, Londres. Desarrollo rural en América Latina y el Caribe,
Brass, Tom, 2000, Peasants, Populism and Alfaomega, Bogotá.
Postmodernism, Frank Cass, Londres. de Janvry, Alain, Gustavo Gordillo, Jean-Philippe
Bretón, Víctor, 2005, “Los paradigmas de la ‘nueva’ Platteau y Elizabeth Sadoulet, editores, 2001,
ruralidad a debate: el proyecto de desarrollo de Access to Land, Rural Poverty, and Public Action,
los pueblos indígenas y negros del Ecuador”, en Oxford University Press, Nueva York.
Revista Europea de Estudios Latinoamericanos y Deere, Carmen Diana, 2006, “¿La feminización de
del Caribe, No. 78, CEDLA, Ámsterdam, pp. 7- la agricultura? Asalariadas, campesinas y rees-
30. tructuración económica en la América Latina
Bretón, Víctor, 2001, Cooperación al desarrollo y de- rural?, Revista ALASRU Nueva Época, Análisis
mandas étnicas en los Andes ecuatorianos, FLAC- Latinoamericano del Medio Rura l, No. 4,
SO-Ecuador, Quito. Asociación Latinoamericana de Sociología
Bretón, Víctor y Francisco García, editores, 2003, Rural, Chapingo, pp. 77-136.
Es t a d o, etnicidad y movimientos sociales en Deere, Carmen Diana, 2001, “Who owns the land?
América Latina, Icaria, Barcelona. Gender and land titling programmes in Latin
Brumer, Anita y Diego Piñeiro, 2005, “Uma visão America”, Journal of Agrarian Change, Vol. 1,
panorâmica da Sociologia rural na América No. 3, pp. 440-467.
Latina”, en Anita Brumer y Diego Piñeiro, Deere, Carmen Diana y Leonilde Se rvolo de
editores, Agricultura Latino-Americana: Novos Madeiros, 2007, “Agrarian reform and poverty
Arranjos e Velhas Questões, Editora da UFRGS, reduction: lessons from Brazil”, en A. Haroon
Porto Alegre. Akram-Lodhi, Saturnino M. Borras Jr. y
Burbach, Roger, 1994, “Roots of the postmodern Cristóbal Kay, editores, Land, Pove rty and
rebellion in Chiapas”, en New Left Review, No. Livelihoods in an Era of Globalization: Perspec-
205, Londres, pp. 113-124. tives from Developing and Transition Countries,
Burchardt, Hans-Jürgen, 2004, “El nuevo combate Londres y Nueva York, Routledge.
internacional contra la pobreza: ¿perspectivas Deere, Carmen Diana y Magdalena León, 2001,
para América Latina?”, Nueva Sociedad, No. Gé n e ro, propiedad y empoderamiento: tierra ,
193, Caracas, pp. 119-132. Estado y mercado en América Latina, Te rc e r
Carter, Michael R., 2006, “Land markets and pro- Mundo, Bogotá.
poor growth: from neo-structuralist skepticism Deininger, Klaus, 2003, Land Policies for Growth
to policy innovation”, Ensayo presentado a la and Poverty Reduction: A World Bank Policy
conferencia internacional Land, Poverty, Social Re s e a rch Re p o rt, World Bank y Oxford
Justice and Development, 9-14 de enero, University Press, Nueva York.
Institute of Social Studies, La Haya, disponible Dirven, Martine, 2004a, “El empleo rural no agrí-
en www.iss.nl. cola y la diversidad rural”, en Revista de la
Chonchol, Jacques, 2006, “Por una nueva concep- CEPAL, No. 83, Santiago, pp. 49-69.
ción de la reforma agraria y del desarrollo rural: Dirven, Martine, 2004b, Alcanzando las metas del
asegurar la multifuncionalidad de la tierra”, en milenio: una mirada hacia la pobreza rural y agrí-
Revista ALASRU Nueva Época, Análisis cola, Comisión Económica para América Latina
46
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
y el Caribe, División de Desarrollo Productivo y Kay, Cristóbal, 2002a, “Agrarian reform and the ne-
Empresarial, Serie Desarrollo Productivo, No. oliberal counter-reform in Latin America”, en
146, Santiago. Jacqueline Chase, editor, The Space of Neoliberal-
Edelman, Marc, 1999, Peasants against globalization: ism: Land, Place and Family in Latin America,
Rural Social Movements in Costa Rica, Stanford Kumarian Press, Bloomfield, Connecticut.
University Press, Stanford, California. Kay, Cristóbal, 2002b, “Reforma agraria, industria-
Eguren, Fernando, editor, 2006, Reforma agraria y lización y desarrollo: ¿porqué Asia Oriental su-
desarrollo rural en la región andina, Centro peró a América Latina?”, en Debate Agrario, No.
Peruano de Estudios Sociales, Lima. 34, CEPES, Lima, pp. 45-94.
Giarracca, Norma, editor, 2003, Territorios y lugares. Kay, Cristóbal, 2001, “Los paradigmas de desarrollo
Entre las fincas y la ciudad lules en Tucumán, rural en América Latina”, en Francisco García
Editorial La Colmena, Buenos Aires. Pascual, editor, El mundo rural en la era de glo-
Giarracca, Norma, editor, 2001, ¿Una nueva rurali- balización: incert i d u m b res y potencialidades,
dad en América Latina?, Consejo Latinoameri- Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
cano de Ciencias Sociales, CLACSO, Buenos y Universitat de Lleida, Madrid y Lleida.
Aires. Kay, Cristóbal, 1988, “The landlord road and sub-
Giarracca, Norma y Miguel Teubal, editores, 2005, ordinate peasant road to capitalism in Latin
El campo argentino en la encrucijada: estrategias y America”, Etudes rurales, No. 77, Paris, pp. 5-20.
resistencias sociales, eco en la ciudad, Alianza Korovkin, Tanya, 2003, “Cut-flower explorts, fe-
Editorial, Buenos Aires. male labor, and community participation in
Giarracca, Norma y Bettina Levy, editores, 2004, highland Ec u a d o r, en Latin Am e r i c a n
Ruralidades Latinoamericanas: identidades y lu- Perspectives, Vol. 30, No. 4, Thousand Oaks,
chas sociales, Consejo Latinoamericano de California, pp. 18-42.
Ciencias Sociales, CLACSO, Buenos Aires. Lara, Sara María, 1999, “Criterios de calidad y em-
Gómez, Sergio, 2002, La “Nueva ruralidad”: ¿Qué pleo en la agricultura latinoamericana: un deba-
tan nueva?, LOM Ediciones, Santiago. te con el postford i s m o”, en Hu b e rt C. de
Gómez, Sergio, 1992, “Dilemas de la sociología rural Grammont, editor, Empresas, re e s t ru c t u ración
frente a la agricultura y el mundo rural en la productiva y empleo en la agricultura mexicana,
América Latina de hoy”, en Revista Latinoameri- Plaza y Valdés Editores, Ciudad de México.
cana de Sociología Rura l, No. 1, Universidad Lara, Sara María, 1998, Nuevas experiencias produc-
Austral de Chile, Valdivia, pp. 75-87. tivas y nuevas formas de organización flexible del
Hamilton, Sarah, 1998, The Two-Headed Household: trabajo en la agricultura mexicana, Juan Pablos
Gender and Rural Development in the Ecuadorean Editores, México, D.F.
An d e s, Un i versity of Pittsburgh Pre s s , Lara, Sara María, 1995, “La feminización del traba-
Pittsburgh. jo asalariado en los cultivos de exportación no
Harvey, Neil, 1998, The Chiapas Rebellion: The tradicionales en América Latina: efectos de una
Struggle for Land and De m o c ra c y, Duke flexibilidad salvaje”, en Sara María Lara Flores,
University Press, Durham, North Carolina. editor, Jornaleras, temporeras y Bóias-Frias: el ros-
Hidalgo, Francisco, 2006, “Reprimarización expor- tro femenino del mercado de trabajo rural en
tadora y resistencia indígena-campesina frente al América Latina, Editorial Nueva Sociedad,
TLC”, en Revista ALASRU Nueva Época, Análisis Caracas.
Latinoamericano del Medio Ru ra l, No. 4, Lastarria-Cornhiel, Susana, Sonia Agurto, Jennifer
Asociación Latinoamericana de Sociología Brown y Sara Elisa Rosales, 2003, Titulación
Rural, Chapingo, pp. 423-438. mancomunada en Ni c a ragua, Indonesia y
Kay, Cristóbal, 2006, “Una reflexión sobre los estu- Honduras, Land Tenure Center, University of
dios de pobreza rural y estrategias de desarrollo Wisconsin, Madison.
en América Latina”, en Revista ALASRU Nueva Lee van Cott, Donna, editora, 1995, Indigenous
Época, Análisis Latinoamericano del Medio Rural, Peoples and Democracy in Latin America, St.
No. 4, Chapingo, pp. 29-76. Martin’s Press, Nueva York.
47
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
Leite, Sérgio, 2006, “Agrarian Reform, Social Justice Martínez, Luciano, 2006b, “Pequeños productores
and Sustainable Development”, documento pre- rurales frente a la globalización”, ponencia pre-
sentado al International Conference on Agrarian sentada en el XXVI Congreso Internacional de la
Reform and Rural Development (ICARRD), Asociación de Estudios Latinoamericanos
Issue Paper Four, FAO, Roma y Porto Alegre, (LASA), 15-18 de marzo, San Juan, Puerto Rico.
disponible en www.iccard.org. Martínez, Luciano 2005, “El movimiento indígena
León, Art u ro, Carlos Cortez, Elisa Gómez y ecuatoriano en la encrucijada”, en Revista ALAS-
Roberto Diego Quintana, 1999, Cultura e iden- RU Nueva Época, Análisis Latinoamericano del
tidad en el campo Latinoamericano, Universidad Medio Rural, No. 2, Asociación Latinoamericana
Autónoma Metropolitana, Xochimilco. de Sociología Rural, Chapingo, pp. 121-141.
Llambí, Luis, 2005, “Tratados de libre comercio y Martínez, Luciano, 2000, Economías rurales: activi-
pequeña agricultura en los países andinos”, en dades rurales no agrícolas en Ecuador, Centro
Revista ALASRU Nueva Época, Análisis Andino de Acción Popular (CAAP), Quito.
Latinoamericano del Medio Ru ra l, No. 1, Meszaros, George, 2000, “No ordinary revolution:
Asociación Latinoamericana de Sociología Barzil’s landless worker’s movement”, en Race
Rural, Chapingo, pp. 219-247. and Class, Vol. 42, No. 2, Londres, pp. 1-18.
Llambí, Luis, 2004, “Nueva ruralidad, multifuncio- Murmis, M., 1994a, ‘Algunos temas para la discu-
nalidad de los espacios rurales y desarrollo local sión en la sociología rural latinoamericana: rees-
endógeno”, en Edelmira Pérez y María Adelaida tructuración, desestructuración y problemas de
Farah, editores, Desarrollo rural y nueva rurali- excluidos e incluidos’, en Revista Latinoameri-
dad en América Latina y la Unión Europea, cana de Sociología Ru ra l, No. 2, ALASRU,
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Universidad Austral de Chile, Valdivia, pp. 5-28.
Llambí, Luis, 1994, “Globalización y nueva rurali- Murmis, Miguel, 1994b, ‘Incluidos y excluidos en la
dad en América Latina: Una agenda teórica y de re e s t ructuración del agro Latinoamericano’,
investigación”, en R evista Latinoamericana de Debate Agrario, No. 18, CEPES, LIma, pp.
Sociología Rural, No. 2, Asociación Latinoameri- 101-133.
cana de Sociología Rural, Universidad Austral de Murray, Warwick E. y Eduardo Silva, 2004, “The
Chile, Valdivia, pp. 29-39. political economy of sustainable development”,
Llambí, Luis y Magda Duarte, 2006, “Procesos de en Robert N. Gwynne y Cristóbal Kay, editores,
crecimiento endógeno y desarrollo territorial Latin America Transformed: Globalization and
rural en América Latina: enfoques teóricos y Modernity, segunda edición, Hodder Arnold y
propuestas de política”, en R evista ALASRU Oxford University Press, Londres y Nueva York.
Nueva Época, Análisis Latinoamericano del Medio Navarro, Zander, 2000, “Breaking new grounds:
Rural, No. 3, Asociación Latinoamericana de Br a z i l’s MST”, en NACLA Re p o rt on the
Sociología Rural, Chapingo, pp. 223-250. Americas, Vol. 33, No. 5, North American
López, Ramón y Alberto Valdés, editores, 2000, Congress on Latin America (NACLA), Nueva
Rural Poverty in Latin Am e r i c a. Macmillan, York, pp. 36-39.
Londres. Neimann, Guillermo y Clara Craviotti , 2005, Entre
Manzanal, Mabel, Guillermo Neiman y Ma r i o el campo y la ciudad: desafíos y estrategias de la
Lattuada, editores, 2006, Desarrollo rural: orga- pluriactividad en el agro, Ediciones CICCUS,
nizaciones, instituciones y territorios, Ediciones Buenos Aires.
CICCUS, Buenos Aires. North, Liisa y John D. Cameron, editors, 2003,
Martínez, Luciano, 2006a, “Empleo y desigualdad Rural Progress, Rural Decay: Neoliberal Adjust-
social en el medio rural: reflexiones desde el caso ment Policies and Local Initiatives, Kumarian
ecuatoriano”, en Revista ALASRU Nueva Época, Press, Bloomfield, Connecticut.
Análisis Latinoamericano del Medio Rural, No. 4, Pérez, Edelmira y María Adelaida Farah, 2004,
Asociación Latinoamericana de Sociología Desarrollo rural y nueva ruralidad en América
Rural, Chapingo, pp. 205-220. Latina y la Unión Europea, Pontifia Universidad
Javeriana, Bogotá.
48
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Algunas reflexiones sobre los estudios rurales en América Latina
Pérez, Edelmira, María Adelaida Farah, y otros, edi- lidad y empleo no-agrícola en Uruguay”, en
tores, 2001, La nueva ruralidad en América Mónica Bendini y Norma Steimbreger, editores,
Latina. Maestría en Desarrollo Rural 20 Años, Territorios y organización social de la agricultura,
Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Editorial La Colmena, Buenos Aires.
Pérez, Mamerto, 2003, Apertura comercial y sector Roberts, Bryan R., 1978, Cities of Peasants: The
agrícola campesino. La otra cara de la pobreza del Political Economy of Urbanization in the Third
campesino andino, Centro de Estudios para el World, Edward Arnold, Londres.
Desarrollo Laboral y Agrario, La Paz. Rosset, Peter, Raj Patel y Michael Courville, edi-
Petras, James y Henry Veltmeyer, 2001, “Are Latin tores, 2006, Promised Land: Competing Visions of
American peasant movements still a force for Ag rarian Reform, Food First, Oakland,
change? Some new paradigms revisited”, en The California.
Jo u rnal of Peasant St u d i e s, Vol. 28, No. 2, Rubio, Blanca, 2006, “Exclusión rural y resistencia
Londres, pp. 83-118. social en América Latina”, en Revista ALASRU
Phillips, Lynne, 2006, “Food and Globalization” en Nueva Época, Análisis Latinoamericano del Medio
Annual Review of Anthropology, Vol. 35, No. 1, Rural, No. 4, Asociación Latinoamericana de
pp. 37-57. Sociología Rural, Chapingo, pp. 1-28.
Picari, Nina, 1996, “Ecuador: taking on the neolib- Rubio, Blanca, 2003, Explotados y excluidos: los cam-
eral agenda”, en NACLA Report on the Americas, pesinos Latinamericanos en la fase agroexportadora
Vol. 29, No. 5, North American Congress on neoliberal, Plaza y Valdés Editores, México, D.F.
Latin America, Nueva York, pp. 23-32. Rubio, Blanca, 1999, “Las consecuencias de los tra-
Piñeiro, Diego E., 2004, En busca de la identidad. La tados comerciales sobre los campesinos latinoa-
acción colectiva en los conflictos agrarios, Consejo mericanos: los casos del TLC y el MERCO-
Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLAC- SUR”, en Raymond Bu ve y Ma r i a n n e
SO , Buenos Aires. Wiesebron, editores, Procesos de integración en
Piñeiro, Diego, 2000, 30 Años de sociología rural en América Latina: perspectivas y experiencias
América Latina, Asociación Latinoamericana de Latinoamericanas y Eu ro p e a s, CEDLA,
Sociología Rural , Montevideo. Amsterdam y Universidad Ib e roamericana,
Plaza, Orlando, 1998, Desarrollo rural: enfoques y México, D.F.
métodos alternativos, Fondo Editorial Pontificia Rubio, Blanca, Cristina Martínez, Mercedes Jimé-
Universidad Católica del Perú, Lima. nez y Eloísa Valdivia, editores, 2002, Reestructu-
Quintana, Roberto Diego y Luciano Concheiro y ración productiva, comercialización y reorganiza-
Patricia Couturier, editores, 2003, Políticas pú- ción de la fuerza de trabajo agrícola en América
blicas para el desarrollo rural, Casa Juan Pablos, Latina, Plaza y Valdés Editores, México, D.F.
México, D.F. Sá n c h ez, Armando y Ed i l b e rto Niño, editores,
Ramírez, César Adrián y Blanca Rubio, editores, 2002, Globalización y cambio social en América
2006, “El debate teórico rural contemporáneo”, Latina, ALASRU y Un i versidad Autónoma
en Revista ALASRU Nueva Época, An á l i s i s Metropolitana-Azcapotzalco, México, D.F.
Latinoamericano del Medio Ru ra l, No. 4, Sauer, Sérgio y João Márcio Mendes, editores, 2006,
Asociación Latinoamericana de Sociología Capturando a Terra: Banco Mundial, Políticas
Rural, Chapingo. Fundiárias Ne o l i b e rais e Reforma Ag rária de
Re a rdon, Thomas, Julio Berdegué y Germán Mercado, Editora Expressão Popular, São Paulo.
Escobar, 2001, “Rural nonfarm employment Schejtman, Alexander y Julio A. Berdegué, 2003,
and incomes in Latin America”, en Wo rl d Desarrollo territorial rural, RIMISP, Santiago,
Development, Vol. 29, No. 3, pp. 395-409. Chile.
Renard, María Cristina y Gisela Espinosa, coordina- Se p ú l veda, Sergio, Adrián Rodríguez, Rafael
doras, 1999, “Globalización y sociedades rura- Echeverri y Melania Portilla, 2003, El enfoque te-
les”, Cuadernos Agrarios Nueva Época, No. 17- rritorial del desarrollo rural, Instituto
18, Tlalpan D.F. Interamericano de Cooperación para la
Riella, Alberto y Juan Romero, 2003, “Nueva rura- Agricultura , San José, Costa Rica.
49
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50
Cristóbal Kay
Stédile, João Pedro, 2002, “Landless batallions: the Valdivia de Ortega, Martha Eloísa, coordinadora,
Sem Terra movement”, en New Left Review, No. 1998, Globalización, crisis y desarrollo ru ral en
15, Londres, pp. 77-105. América Latina: memorias de sesiones plenarias,
Teubal, Miguel, 2003, “La tierra y la reforma agra- Comité Organizador del V Congreso de ALA S-
ria en América Latina”, en Realidad Económica, RU y Un i versidad Autónoma Chapingo, México.
No. 200, IADE, Buenos Aires, pp. 130-162. Veltmeyer, Henry, 1997, “New social movements in
Teubal, Miguel, 1995, Globalización y expansión Latin America: the dynamics of class and identi-
a g roindustrial: ¿Superación de la pobreza en ty”, en The Journal of Peasant Studies, Vol. 25,
América Latina?, Ediciones Corregidor, Buenos No. 1, Londres, pp. 139-169.
Aires. Wolford, Wendy, 2003, “Producing community:
Teubal, Miguel, Diego Domínguez y Pablo The MST and land reform settlements in Brazil”,
Sabatino, 2005, “Transformaciones agrarias en en Journal of Agrarian Change, Vol. 3, No. 4,
la Argentina. Agricultura industrial y sistema Blackwell Publishing, Londres, pp. 500-520.
agroalimentario”, en Norma Giarracca y Miguel Wright, Andy and Wendy Wolford, 2003, To Inherit
Teubal, editores, El campo argentino en la encru- the Ea rth: The Landless Movement and the
cijada: estrategias y resistencias sociales, ecos en la Struggle for a New Brazil. Food Fi r s t
ciudad, Alianza Editorial, Buenos Aires. Publications, Oakland, California.
Teubal, Miguel y Javier Rodríguez, 2002, Agro y ali- Yashar, Deborah J., 2005, Contesting Citizenship in
mentos en la globalización: una perspectiva crítica, Latin America: The Rise of Indigenous Movements
Editorial La Colmena, Buenos Aires. and the Po s t l i b e ral Challenge, Cambridge
Urioste, Miguel y Cristóbal Kay, 2005, Latifundios, University Press, Cambridge.
avasallamientos y autonomías: la reforma agraria Zamosc, León, 1994, “Agrarian protest and the
inconclusa en el oriente de Bolivia, Fundación Indian movement in the Ecuadorean highlands”,
TIERRA, La Paz. en Latin American Research Review, Vol. 29, No.
3, Austin, Texas, pp. 37-68.
50
ÍCONOS 29, 2007, pp. 31-50