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Revista digital del Supremo Consejo del Grado 33 para España Número 13 Año 6.006 (v.·. l.·.

La instrucción
Editorial
masónica

Del conocimiento
Metodología y del ser: Dos
masónica trabajos
diferentes

Reflexiones sobre
Libertad,
el R.·. E.·. A.·. A.·.
Igualdad,
y la metodología
Fraternidad
masónica

La enseñanza
masónica

Edita: Gran Comisión de Publicaciones.


Administración: Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España.
Apartado de correos: 51.562
28080 Madrid España
e-mail: zenit@scg33esp.org
Zenit es una publicación plural y abierta que no comparte necesariamente las opiniones expresadas por sus colaboradores.
Su contenido podrá ser difundido y reproducido siempre que se cite su procedencia.
Revista digital del Supremo Consejo del Grado 33 para España Número 13 Año 6.006 (v.·. l.·.)

EDITORIAL
La instrucción del masón en nuestra Institución ha
sido durante demasiado tiempo, un tema
aparentemente de segundo orden donde otros
muchos parámetros, por otro lado también
necesarios, han sido de tal preeminencia, que incluso
muchos masones, después de largos años de
pertenencia a nuestra Orden, siguen ninguneando la
extrema importancia de la instrucción masónica, no
solo para el Iniciado en su ámbito personal, sino muy
especialmente, en la esencia, presencia, proyección y
futuro de la propia masonería.

Obviamente, la falta de una profunda instrucción


tradicional, debidamente planificada y estructurada,
ha ocasionado en numerosas ocasiones auténticos
problemas a muy distintos niveles entre los
Venerables Hermanos y estos, en y con las
instituciones masónicas, que han producido y siguen
produciendo, numerosos problemas que en definitiva
lastran tanto el progreso individual como colectivo.

La raíz del problema solo se puede resolver


definitivamente, si se tiene profundamente asimilado
el conocimiento masónico que, en el caso del
R.·.E.·.A.·.A.·., esta maravillosamente estructurado
en una secuencia de Grados que resuelve, en la
mayoría de los casos, la errónea percepción que
tienen no pocos Venerables Hermanos de lo que es uno mismo, de los conflictos internos o externos, del
entorno, del trabajo y de los objetivos de la Orden.

Lo más curioso es que una deficiencia de estas características, tampoco se resuelve en la mayoría de los
casos con el paso del tiempo si no se actúa en consecuencia, llegando a la absurda paradoja donde algunos
miembros de la Orden , que llevan muchos años o que por circunstancias “estructurales” o coyunturales han
llegado a tener gran influencia orgánica, también sufren desgraciada e involuntariamente, las consecuencias
de la falta de instrucción esencialmente masónica.

La instrucción masónica, desde un punto de vista iniciático y tradicional, no requiere en absoluto una
metodología que imite los modelos de docencia ya existentes en el mundo profano. No necesitamos
trasladar el modelo de enseñanza universitaria o académica a nuestros templos ya que por suerte, nuestra
Orden ya tiene una serie de características en cuanto a la metodología, que ya son singulares y válidas en sí
mismas.

La principal característica de una instrucción verdaderamente masónica, es que introduce al practicante en la


experiencia o vivencia de los contenidos de cada Grado, donde solo la interacción del conocimiento
masónico con toda la estructura espiritual, intelectual, emocional y física del masón permite en un momento
dado, el florecimiento de una auténtica sabiduría la cual no se queda circunspecta al mero ámbito de
nuestra Orden, sino que de forma natural y eficaz acaba expresándose en el mundo profano. No es
suficiente con acumular o “coleccionar” conocimientos, ideas, definiciones o contenidos si estos no se
asimilan profundamente y después, se comparte con los demás el fruto obtenido.

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Claro, en cierto sentido muchos Venerables Hermanos ya saben que tenemos que “asimilar” el conocimiento
masónico y algunos piensan que, solo ensayando y repitiendo los rituales es suficiente y la verdad, es que
un análisis objetivo del estado individual y colectivo en general, puede demostrar que no es suficiente con
hacer el ritual o por lo menos, como hasta ahora se esta practicando. Tenemos que utilizar el ritual en todas
sus potencialidades y junto a la transmisión oral y la transmisión del método de asimilación, conseguir
transmutar el simple conocimiento en profunda sabiduría.

Conseguir que surja en nosotros la Sabiduría es el verdadero trabajo iniciático que todos los Venerables
Hermanos deberían esforzarse en realizar en todo momento, tanto dentro de la Orden como en el mundo
profano, aplicando universalmente y en consecuencia, la única y más potente argamasa que encontraremos
después de tan profundo Trabajo Masónico, el verdadero Amor Fraternal.

Florencio Serrano, 33º

Ilustración realizada por Vicente Hernández Gil, 24º

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La Instrucción Masónica
Carlos Barón, 32º

“Una mejor escuela es fundamental para la construcción de un proyecto de país con futuro y de una
sociedad justa y democrática. Una formación docente sólida es estratégica en la construcción de una mejor
sociedad.”

Quizás, después de la lectura de este trabajo se encontrará a faltar un fondo filosófico, esotérico y
teóricamente masónico, en el sentido del uso de las terminologías clásicas en nuestro entorno, se habla en
este trabajo poco de la piedra cúbica, del compás de la escuadra, de la fraternidad de la tolerancia y de
todos aquellos símbolos y palabras que sirven para identificarnos.

Pero no es un olvido, es una decisión, una decisión


tomada desde hace mucho tiempo, una decisión que
se y que estoy convencido pueda crear mucha
controversia, pero a pesar de ello he tomada este
camino, el trabajo podrá ser criticado por el
alejamiento de los clásico y de lo estandarizado. Pero
no he realizado el trabajo para el desarrollo de la
auto-satisfacción ni para continuar manteniendo el
desarrollo del pensamiento en más pensamiento y de
nuevo volver a empezar. Creo que se trata de un
trabajo para desarrollarlo trabajando , para
desarrollarlo implicándose, un trabajo que bien podría
servir para cualquier organización que base su
andadura en el desarrollo del ser humano y que
mantenga como objetivo la mejora de la sociedad.

Y como hablo de trabajo y de desarrollo, creo que es


una herramienta que como toda puede y debe
mejorarse y que esta abierta a todas aquellas
propuestas que sirvan para mejorarla, y esa abertura
es la que solicito; si a este trabajo conseguimos darle
el tono y la impronta adecuada, si conseguimos,
llenarlo de todo aquello que premeditadamente he
vaciado, seguramente se conseguirá un instrumento
de trabajo que nos pueda servir para nuestro objetivo
final; formar hombres, libres con opinión y que
transciendan con su actuar a la sociedad en la que
habitualmente prestan sus servicios como seres
humanos.

Ser docente desde una perspectiva masónica es hoy una tarea compleja, que exige afrontar el desafió de
transmitir de manera sistemática y crítica, la cultura y el conocimiento; crear en los hermanos el gusto por el
saber y la capacidad por preguntar; formar a las nuevas generaciones de hermanos como protagonistas en
la construcción de una democracia más justa; hacer de la escuela masónica un espacio donde el presente
sea más rico y resguardado, un espacio que haga posible otro futuro.

Tradicionalmente se ha considerado que la docencia es equivalente a impartir conocimientos, sumando a lo


que ello conlleva, es decir su preparación su revisión y calificación que en nuestra Institución se refleja con
la concesión de un nuevo grado y en una carga de trabajo que afecta por igual al formador y al formado.

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Evidentemente esta forma limitada de enfocar la docencia quita trascendencia a nuestra labor y se pierde
con ello el espíritu vanguardista e innovador de nuestra Institución, a la vez que el efecto que se persigue de
incidir en la sociedad se diluye porqué la información impartida no se adapta a lo que la sociedad requiere
en estos momentos.

Nuestra docencia no solamente debe llevarse a cabo de la manera tradicional, sino aprovechando los
avances del conocimiento y los tecnológicos así como el potencial de recursos que nos brinda la pedagogía y
la didáctica.

La realidad anterior nos mueve a implementar un programa de calidad de la docencia masónica que ayude a
subsanar los problemas y que conduzcan a nuestra Institución al logro de sus objetivos de preparar seres
humanos de calidad comprometidos con la sociedad.

Debemos desarrollar e implementar un programa que conduzca a elevar la calidad de la docencia masónica
a través de la capitación y actualización continua de nuestros hermanos tanto desde el punto de vista de las
especificaciones de los diversos campos del conocimiento, como desde la óptica de la pedagogía y la
didáctica.

Debemos diseñar un sistema de medición y evaluación de las funciones docentes del personal formador y de
las funciones administrativas y de apoyo a dicho objetivo, de manera que cualquiera de estas funciones no
supongan una carga si no que sean una satisfacción.

Debemos diseñar un programa de revalorización de las funciones docentes de la masonería que propicie el
compromiso de los hermanos, la entrega de los responsables de los diferentes cuerpos a sus labores a nivel
de excelencia y que coadyuve a fomentar el espíritu de servicio hacia los hermanos y hacia su mundo más
cercano, a plena satisfacción de ellos mismos como de las personas que con ello convivan tanto social como
laboralmente, como fin último del trabajo de nuestra Institución.

Los objetivos anteriormente señalados se podrán lograr mediante dos diferentes vertientes, la primera
enfocada hacia los hermanos docentes y la segunda hacia los nuevos hermanos ingresados en los diferentes
cuerpos.

PROGRAMA DE APOYO A LOS DOCENTES

1.- PROGRAMA DE FORMACIÓN DOCENTE

Su objetivo es actualizar y mejorar las competencias pedagógicas mediante programas adecuados


deformación de hermanos, que estimulen la innovación permanente en los planes y programas de estudio y
los métodos de enseñanza-aprendizaje para garantizar la excelencia en la docencia de la enseñanza
masónica. Que cumpla dos funciones la propia e interior del hermano y la que este pueda transmitir hacia
fuera de la Institución.

2.- PROGRAMA DE FORMACIÓN ÉTICA Y DE VALORES

Respeto por la ética y el rigor científico e intelectual. Desarrollo de valores y actitudes éticos personales:
compromiso, honestidad, profesionalidad, trabajo superación etc.

Desarrollo de valores y actitudes grupales: Responsabilidad grupal, comunicación sin prejuicios, espíritu de
cambio, manejo de conflictos, compartir experiencias, toma de decisiones consensuadas etc.

Desarrollo de valores y actitudes institucionales: Pertenencia social activa en asociaciones, gremios,


sindicatos, clubes etc. compromiso con la universidad, con el espíritu innovador y vanguardista,
responsabilidad hacia las funciones docentes, reconocimiento de la Institución como ámbito de desarrollo
personal, profesional y académico, conseguir el reconocimiento social de los valores y actitudes de los
miembros de la masonería.

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PROGRAMA PARA LOS NUEVOS INGRESADOS

1.- PROGRAMA DE DESARROLLO DE VALORES Y ACTITUDES

Respeto por la ética y el rigor científico e intelectual.

Desarrollo de valores y actitudes éticas personales, compromiso, honestidad, profesionalismo, trabajo,


superación etc.

OBJETIVOS

El programa se plantea los siguientes objetivos específicos:

• Contribuir a replantear en profundidad el trabajo de enseñar y el lugar de las logias hoy,


promoviendo debates y búsquedas entre los hermanos, que movilicen una preocupación por la
relación de la función social, con el conocimiento, su circulación y distribución social.

• Promover un vínculo de los hermanos con la sociedad, la cultura y el conocimiento


contemporáneos, generando compromisos, responsabilidades e interrogantes en relación con los
avances del saber y los desafíos que éstos plantean al trabajo con el conocimiento en tanto práctica
política y cultural.

• Activar una reconfiguración de la gramática institucional y la cultura masónica a través de la


promoción de un vínculo pedagógico que interpele a los hermanos como sujetos adultos de la
educación social.

• Inscribir las experiencias de formación en el marco de los problemas y de las necesidades actuales
y futuras en los contextos locales, a través de acciones concretas que posibiliten el dialogo y la
articulación permanente entre las instituciones generando espacios de intercambio y propuestas de
intervención comprometidas con el entorno social y cultural.

• Promover el reconocimiento y la difusión reexperiencias pedagógicas valiosas en el país, a través


de viajes de intercambio que ofrezcan a los hermanos la oportunidad de conocer y compartir con sus
pares, realidades de distintas partes de nuestro territorio, contribuyendo así a la conformación de un
mapa masónico diverso y una identidad arraigada en el diálogo entre lo local y lo nacional.

• Ofrecer a los hermanos una diversidad de espacios institucionales y de experiencias formativas que
les posibilite transitar distintos ámbitos de producción y transmisión de conocimientos, promoviendo
la construcción de puentes entre los distintos entes sociales.

• Contribuir a la generación de una política de juventud capaz de reconocer y potenciar las


inquietudes, búsquedas y trayectorias de los jóvenes, no sólo en función de sus oportunidades
laborales futuras, sino también en relación con las posibilidades de desarrollo cultural que ellos
puedan ofrecer para las comunidades locales alas que pertenecen.

• Promover un vínculo de los hermanos con la sociedad, la cultura y el conocimiento


contemporáneos generando compromisos, responsabilidades e interrogantes en relación con los
avances del saber y los desafíos que éstos plantean al trabajo con el conocimiento en tanto práctica
política y cultural.

• Inscribir las experiencias de formación en el marco de los problemas y las necesidades actuales y
futuras del sistema social y de los contextos locales, a través de acciones concretas que posibiliten el
diálogo y la articulación permanente entre las instituciones generando espacios de intercambio y
propuestas de intervención comprometidas con el entorno social y cultural.

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ESTRATEGIAS ORIENTADORAS

1.- Sistematización y difusión de la información en lo


pertinente a la actividad investigadora y sus resultados.

2.- Escalafonamiento de los grupos de desarrollo


formativo e intelectual.

3.- Formación de investigadores.

4.- Apoyo a la vinculación de los grupos de desarrollo


formativo e intelectual.

5.- Vinculación de la actividad investigadora y su


desarrollo con necesidades identificadas en la sociedad,
los sectores productivos y los planes de desarrollo local,
regional y nacional.

6.- Gerencia y gestión de la investigación y desarrollo.

7.- Estimulo a la vinculación de los hermanos a los


grupos de investigación masónicos

METODOLOGIA

Para el desarrollo de as actividades formativas se deberían trabajar con tres estrategias pedagógicas
básicas:

.- La conferencia formativa.

.- El método de discusión de trabajos

.- El taller

Donde se debería volcar el contenido del trabajo en un contexto determinado

MISION Y VISION INSTITUCIONAL

POLITICAS INSTITUCIONALES

En concordancia entre Misión y Visión de la Masonería, son políticas institucionales las siguientes:

Orientar la actividad formativa, a la articulación de la investigación con la docencia y extensión de la misma.

• Encaminar el quehacer formativo, a la consolidación de las diferentes estructuras masónicas y al


trabajo interdisciplinario e institucional.

• Promover la producción intelectual y apoyar su divulgación permanente.

• Orientar la oferta de programas de formación a dar respuestas a las tendencias del desarrollo
científico, tecnológico y humano.

• Asignar anualmente el presupuesto, recursos financieros para apoyar proyectos de investigación


aprobados institucionalmente.

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• Garantizar la igualdad de oportunidades y la selección de los mejores aspirantes en términos de


equidad.

• Mantener una relación permanente con el medio, a través de programas concretos de extensión.

• Fortalecer los procesos de participación ciudadana y social de los miembros de la comunidad


masónica.

• Propiciar y fortalecer el desarrollo del talento humano de los diferentes estamentos.

• Llevar a cabo en forma permanente programas de bienestar para toda la comunidad masónica.

• Mantener un proceso administrativo efectivo que propicie el permanente desarrollo institucional.

• Adoptar la descentralización y desconcentración como guía orientadora de la administración.

• Enmarcar la gestión de la estructura masónica en un proceso permanente de planeamiento


estratégico y participativo.

• Evaluar permanentemente planes, programas y proyectos aprobados y utilizar sus resultados en


un proceso de mejoramiento continuo.

• Orientar la misión de la masonería según el Plan de Desarrollo Institucional aprobado.

• Estimular la consecución de recursos adicionales que complemente los aportes institucionales, sin
menoscabo del financiamiento externo, estatal o particular.

• Gestionar ante el Estado y otros organismos nacionales e internacionales para la ejecución efectiva
del Plan de Desarrollo Institucional.

• Gestionar y asignar recursos para financiar y apoyar económicamente, programas del Plan de
Desarrollo Institucional.

• Mantener el desarrollo sostenible del número de logias, capítulos y cuerpos paralelos.

Para desarrollar estos puntos debemos definir unos principios rectores.

PRINCIPIOS RECTORES

AUTONOMÍA.

Capacidad de la Institución para autodeterminar sus actividades académicas administrativas y de gestión


financiera.

LIBERTAD

Capacidad de tomar decisiones mediadas por la reflexión crítica y responsable.

DIMENSION SOCIAL DEL CONOCIMIENTO

La creación y transmisión del conocimiento está orientada a promover el desarrollo de los procesos
productivos y al mejoramiento del nivel de vida de la sociedad.

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CALIDAD

Capacidad de fundamentar y generar procesos académicos de excelencia (Investigación, docencia, extensión


administración y desarrollo humano), desde las diversas posibilidades teóricas y prácticas, para lograr los
objetivos de la masonería.

JUSTICIA Y EQUIDAD

Consistente en el libre ejercicio de oportunidades para acceder a la masonería y a los beneficios de su


Misión.

CORPORATIVIDAD

Se entiende como el sentido de identidad y


pertenencia institucional plasmado en la capacidad
de realizar un trabajo colectivo.

INTEGRIDAD

Como institución formativa y educativa se busca el


desarrollo de las personas en su dimensión ética,
moral, intelectual, física y estética.

UNIVERSALIDAD

Se refiere al espacio conceptual para llevar a cabo


la multiciplicidad de los saberes.

DEMOCRACIA

Se refiere a la combinación de un conjunto de


reglas y procedimientos para el ejercicio del poder,
del control, la oposición y la toma de decisiones
colectivas, a través de instrumentos donde se
garantice la más amplia participación de la
comunidad masónica.

COMENTARIOS FINALES

Este trabajo aspira a convertirse en una propuesta


integral de trabajo, dirigida a promover una diversidad de espacios, experiencias y recursos de las
trayectoria formativas de los hermanos que ingresarán en las logias simbólicas y posteriormente en todos los
cuerpos masónicos.

Tal como puede derivarse de la lectura de esta propuesta, si bien el Programa se orienta hacia una
intervención directa sobre las trayectorias de formación de los hermanos, sus objetivos se dirigen de modo
más amplio a generar un impacto sobre el núcleo de las instituciones, aspirando a promover experiencias y
posibilidades alternativas para el conjunto de los sujetos y actores que conforman la sociedad. De este
modo. Esta propuesta se suma al conjunto de los esfuerzos por mejorar la formación y la carrera masónica,
y se inscribe en un una propuesta integral que, a través del sostenimiento de un trabajo Inter.-institucional,
podrá contribuir a promover la renovación y el fortalecimiento de la formación social y ética de este país.

Así como la intervención en los procesos formativos de las instituciones pretende contribuir a generar
movimientos de renovación pedagógica que involucren a los hermanos, la implementación de esta propuesta
implica, además, asumir el objetivo de construir un espacio de trabajo colaborativo y de fortalecimiento de
los lazos Inter.-institucionales entre los distintos niveles sociales para el mejoramiento del país.
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Es por ello que la propuesta de trabajo se podría llevar acabo si existieses un involucramiento permanente
de las administraciones, y organizaciones sociales en el diseño e implementación de las acciones que puedan
surgir de nuestras logias. Fortaleciendo los vínculos y promoviendo la construcción de modos colaborativos
de pensar y actuar la política social.

Ilustraciones realizadas por Vicente Hernández Gil, 24º

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colaboradores. Su contenido podrá ser difundido y reproducido siempre que se cite su procedencia.

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Metodología masónica
Ramón Torres, 33º
Introducción

Hablar de metodología, es hablar del procedimiento que se sigue en las ciencias para hallar la verdad y
enseñarla y es de dos maneras: analítico y sintético. Y si hablamos de masonería, será el procedimiento que
debemos seguir para hallar la Verdad, el G.A.D.U.

En este camino iniciativo, nos vamos perfeccionando y al mismo tiempo vamos conociendo el lenguaje
simbólico, esencial para llegar a la meta.

El pulir la piedra bruta, requiere un cambio, lo cual requiere un contenido y un proceso.

Para el contenido, debemos planificar los objetivos,


que hay que describir de forma asequible a todos y
el primer objetivo es acercarnos al conocimiento de
lo que realmente somos como hombres. Partimos
del conocimiento material del hombre, fruto de
nuestra reflexión, sobre la base de datos que nos
proporcionan nuestros sentidos (que no es el
autentico hombre), y nos dirigimos hacia el ser que
somos, espiritualidad humana.

El procedimiento en nuestro camino masónico, nos


lo marca el ritual, instrumento necesario para
avanzar.

La metodología, conscientes o inconscientes, nos


acompañará siempre en nuestro camino como una
sombra, por lo que es bueno reflexionar sobre ello y
hacerlo consciente.

El camino masónico empieza en la cámara de


reflexión, con el despojo de los metales y el
testamento filosófico y un renacer hacia nuevos
estados de consciencia. Se prepara al postulante
para cruzar la puerta del templo, pasando del
mundo profano a un lugar sagrado, poniendo su
confianza en el hermano que lo guiará hasta
encontrar la luz.

Existe por tanto la voluntad del profano en iniciarse y su confianza puesta en el hermano que le guía.

Se despoja de los metales, pasando de la oscuridad a la luz.

Se inicia un nuevo modo de “ver”, de conocer.

Para ello es necesario irse vaciando de su anterior método de conocimiento, al iniciar el nuevo camino, y
este nuevo camino iniciativo es la masonería, que solo existe en la logia; fuera de ella, está el mundo
profano y en él los masones.

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Dice Valentin Weigel que vivió en el siglo XVI que este nuevo modo de “ver”, es un ver sagrado, que se
realiza con el entendimiento, no con los ojos de los sentidos, ni con la imaginación sino con el espíritu que
es el hombre mismo.

Recuerda que el templo de Jerusalén tiene vestíbulo, el mundo visible; el lugar sagrado, donde con la razón
se puede ver más allá del espacio y el tiempo y lo más sagrado que solo lo ven los sabios.

Nuestro camino es para ver al autentico hombre, su espíritu humano y desde él obrar.

Tenemos por tanto tres fases en nuestro camino, sigue diciendo Weigel, primero ver en nuestro interior, con
imaginación; segundo ver con la razón y tercero ver con el entendimiento, sabiendo que nuestro cuerpo es
la casa del verdadero hombre, la casa del alma.

Y solo conocemos según con los ojos que miremos, luego tenemos que empezar conociéndonos a nosotros
mismos.

En este camino hacia nuestro interior, empezamos a conocernos, purificando nuestros sentidos, nuestra
inteligencia y nuestra voluntad, disolviendo nuestros vicios y fortaleciendo las virtudes y al mismo tiempo
conociendo el lenguaje simbólico que nos abre la mente hacia una intuición inteligente, el entendimiento.

Es necesario planificar nuestro camino, marcarnos objetivos, comprobar su cumplimiento y ver donde
estamos fallando. ¿Realmente meditamos sobre los objetivos conseguidos y donde fallamos? No hay nada
más importante en nuestra vida que estar en el camino de perfección, transformando la conciencia
autoritaria en conciencia humanista.

Dice Lumen “No se os pide creer; solamente se os exhorta a poner en práctica las reglas del arte y dejar que
los resultados produzcan la prueba. Esto no es fe ciega, sino empirismo científico”.

Contenido para el cambio

Todos sabemos que la masonería es un sistema peculiar de moral, que se aprende bajo el velo de alegorías
y mediante símbolos.

Un sistema es un conjunto de principios, en nuestro caso los principios masónicos del G.A.D.U., el amor al
prójimo, la transcendencia y el conocimiento de uno mismo, ejes y marco de refencia en nuestro camino.
Pero si estos principios no los tenemos presentes en todo nuestro recorrido, nuestras reflexiones nunca nos
conducirán a la Verdad. Es necesario tener siempre presencia del G.A.D.U., nuestro centro y sin esta
presencia en nosotros que se manifiesta pensando, sintiendo y actuando desde el Amor, el camino que
recorramos será siempre profano pero nunca sagrado y por tanto nunca podremos conocernos lo que
realmente somos como auténticos hombres.

Existen unos valores (virtudes), que deben ser vividos en la óptica de la nueva luz que vamos descubriendo
en nuestro interior, unos vicios que dificultan el camino. Estos obstáculos, es lo primero que debemos
eliminar. Poner el acento de la instrucción masónica en estos obstáculos, es facilitar el progreso individual.
Aquí, estamos hablando del contenido en el camino de nuestro perfeccionamiento.

Por tanto somos en primer lugar una filosofía moral, que traspasa los limites de la razón para entrar en lo
espiritual, universal e intuitivo de los símbolos.

Tenemos una base inicialmente racional y a la vez apunta más allá de ésta. A la luz del conocimiento
científico que es lo normal y comprobable, existe este otro tipo especial de conocimiento que es el
conocimiento simbólico.

Nuestro objetivo es ser con el G.A.D.U. y para ello debemos tener muy claro que es el G.A.D.U., Amor.

El Ser ya Es, dice Antonio Blay, el Absoluto ya Es. No hay que llegar a Él; sólo hay que despertar a Él.
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Y partimos del hombre, luego debemos conocernos. Del hombre hacia el G.A.D.U.

Cada uno debe darse respuesta de quien es y partiendo de esa respuesta, trabajar para despertar en el
G.A.D.U.

La autentica libertad se obtiene cuando conocemos, no digo creemos, digo conocemos lo que realmente
somos y no se conoce lo que no se ama. Amar, conocer y actuar con sabiduría, es nuestra trilogía, la cual
genera una moral especial, distinta de la moral hoy existente y esta moral especial es a la que tenemos que
prestar atención, tanto para con nosotros, como para con la humanidad, la Naturaleza y el G.A.D.U..En esta
interrelación, está el progreso en nuestro nivel de consciencia y el fundamento de la ética.

Procedimiento para el cambio

En el mundo profano existe una metodología pedagógica


dual, donde esta el observador y lo observado, él yo y el
tu.

Con esta forma de aprender, de recibir información y


conocimientos, llegamos a la masonería, donde morimos
para un nuevo renacer (la prueba de la tierra).

¿En que consiste este renacer? En dejar los metales fuera


del templo. Para ello iniciamos una metodología
pedagógica distinta. Ya no es dual, aunque lo vemos en el
suelo (pavimento de mosaico). Aprendemos mediante
símbolos y el velo de alegorías, siendo la logia el
microcosmos y el macrocosmos. El hombre es el
microcosmos y participa del macrocosmos. Sin
macrocosmos no hay hombre.

Tendemos a progresar hacia la Unidad, comprendiendo los


símbolos y alegorías. Ahora debemos observándonos
atentamente, conociéndonos, pero ya sin sacar
conclusiones, ni comparaciones, propio de un sistema dual,
sino actuando desde la armonía con todo y con todos,
actuando con sabiduría, llegamos a la maestría. Con este
conocimiento del silencio, eliminamos los ruidos internos y
externos, tanto corporales, como afectivos o mentales, y podemos regresar a nuestro propio centro interior.

Cada paso que damos en el proceso de conocimiento, debemos observarnos, ver nuestras reacciones, pero
sin comparar, sin juzgar, sin querer obtener resultados. Debemos observarnos desde la unidad, desde la
interrelación con todo y con todos, observarnos desde el Amor, conociéndonos cada día un poco mas, y no
nos perfeccionamos mientras no actuamos en consecuencia. No buscamos el perfeccionamiento, él vendrá a
nosotros y aumentaremos nuestro nivel de consciencia.

Cada grado es un peldaño que cada hermano debe superar; para ello debe tener muy claro el objetivo a
conseguir; solo así podrá poner los medios para conseguirlo.

Estos medios nos lo facilita el ritual de grado, con sus símbolos y alegorías; nos da instrumentos de trabajo,
para potenciarlos y usarlos. Solo así se alcanza la meta para pasar a un nuevo grado.

Obtener nuevos grados, sin experimentarlos, sin vivirlos, es introducir el mundo profano en un lugar sagrado
y ello necesariamente creará desarmonía, poniendo en entredicho la confianza que puso el postulante en su
iniciación, en el hermano que le guiaba en su oscuridad.

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De todo ello se desprende que nuestra metodología de instrucción, es desde un sistema dual, y mediante el
lenguaje simbólico pasamos a un sistema unitario, total, armónico, donde el Amor es nuestro centro. Solo
entonces seremos realmente maestros masones.

Con este nuevo conocimiento, nace una nueva moral, la moral masónica, moral para la vida no para la
muerte.

Desde la nueva consciencia de un maestro masón, cada hermano eligirá su camino, su rayo que le conduzca
al sol, ya que cualquier rayo elegido, recorrido con rectitud, conduce a la misma meta. Si no respetáramos
estos infinitos caminos, tantos como los puntos de una circunferencia hacia la meta, estaríamos
distorsionando la masonería, que en todo momento debe ser regular, pero nunca uniforme.

Realizada la interiorización del grado de m.m. y mientras seguimos perfeccionándonos en nuestro camino,
desde la nueva luz, debemos actuar como masones en la sociedad, pero este radio de acción, cuanto más
distante del centro, nos presenta nuevos obstáculos y a ello nos viene a ayudar el Supremo Consejo del
R.E.A.A., con la programación de sus grados.

Los símbolos hay que comprenderlos, no interpretarlos pues en la interpretación siempre veremos solo una
parte del símbolo y debemos ver el todo y no solo una parte. Es natural que partiendo de unos usos y
costumbres duales, empecemos interpretando los símbolos, hasta que logremos comprenderlos. Ese es
nuestro camino.

En este camino masónico, en el conocimiento de uno mismo, no se conoce en solitario, sino participando en
logia, observando la interrelación con el egregor de la logia, su personalidad, su espíritu. Que el espíritu de
la logia influya en nosotros.

De la misma manera el G.A.D.U. es nuestro Oriente.La causa primera esta en nosotros y nosotros en la
causa primera.

Desde la existencia que es lo que más fácilmente conocemos, a la esencia; del existir al ser.

Instrucción

En este proceso de conocimiento masónico, somos cada uno de nosotros los que debemos trabajar en
nosotros mismos. Somos cada uno de nosotros los que observamos con atención, experimentamos y
conocemos, si bien la ayuda en este camino es muy importante. No para enseñar conocimientos, pues solo
cada uno se puede conocer mejor, pero si para ayudar a perfeccionar las herramientas que debemos utilizar
en nuestro trabajo. Esta es la labor del instructor, el cual debe conocer las aptitudes y actitudes de cada uno
a los que instruye, motivarlos, que aprecien claramente la meta de cada grado, y solo cuando conozcan el
grado y lo hayan experimentado, deberá proponerse el ascenso de grado.

La instrucción es individualizada, ya que cada uno tenemos obstáculos específicos, y el instructor debe
prepararse para cumplir su responsabilidad.

Por ello es necesario poner el acento en la instrucción masónica, trabajando correctamente y en


armonía.Lenguaje simbólico; instructor; moral masónica (con especial atención en los vicios); instrucción
ritualistica y su historia, son a mi entender los puntos clave de la instrucción, para ser desarrollados en cada
grado.

Ciertamente las enseñanzas masónicas están en esencia en los tres primeros grados, si bien los grados
filosóficos la fortalecen, aumentando los símbolos y alegorías, profundizando en los valores, conociendo
otros caminos iniciativos y mejorándonos como ciudadanos.

Desde nuestro centro, Amor, debemos seguir como masones operativos, no solo trabajando en nosotros,
sino en la sociedad. Si no experimentamos operativamente, no conoceremos realmente nuestro oficio.

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El simbolismo, pone el acento en el conocimiento del hombre, aunque para ello naturalmente nos hable de
la relación con uno mismo, con los demás, con la Naturaleza y con el G.A.D.U.

El filosofismo, partiendo de ese conocimiento del hombre, pone su acento, además de profundizar en el
conocimiento del hombre, en su relación con la sociedad, con la especie humana y en la acción. La acción
desde la libertad, igualdad y fraternidad.

Para comprender lo intemporal, lo que es, utilizamos el lenguaje simbólico, observando con atención, en
nosotros mismos y nuestra interrelación microcósmica, conociendo con una intuición inteligente,
entendiendo.

- La necesidad de conocer las cualidades del M.M. que pide ingreso en el filosofismo del R.E.A.A.

- Que cada cámara, trabaje con rigor el rito del grado, con sus símbolos, correctos gestos y postura, y
adecuado ritmo en el decir el ritual; que cada hermano pueda interiorizarlo.

- Que cada hermano cumpla la función que le corresponde por su oficio, con especial acento en los
hermanos que les corresponde la función de instruir.

Si no se cumple con la función que han jurado, debe


analizarse su grado de responsabilidad y subsanarse.
No siempre se está en condiciones de cumplir, pero
fraternalmente debe resolverse, para el progreso de la
cámara y los hermanos.

- En cada grado hay que conocer el rito, sus símbolos,


la moral y el nuevo estado de consciencia, iluminada
espiritualmente. Cada grado tiene unos objetivos y
meta propia del grado.

- El método filosófico profano, analítico, no es un


método masónico. Los conocimientos en el mundo
profano, son limitados por las propias limitaciones de
nuestros sentidos y su razonamiento. Los valores
abstractos solo pueden ser aprendidos mediante un
lenguaje simbólico, que es intuitivo. Por ello la
dialéctica, dice Rene Guenon “jamás debe ser mas que
un medio, no un fin en si misma”. Hay que salir de la
lógica filosófica para entrar en la comprensión de los
símbolos, que nos desarrolla una intuición inteligente.
Es el camino del silencio. Trabajo con Amor.

- La necesidad de conocer las cualidades del M.M. que


pide ingreso en el filosofismo del R.E.A.A.

- Que cada cámara, trabaje con rigor el rito del grado, con sus símbolos, correctos gestos y postura,
y adecuado ritmo en el decir el ritual; que cada hermano pueda interiorizarlo.

- Que cada hermano cumpla la función que le corresponde por su oficio, con especial acento en los
hermanos que les corresponde la función de instruir.

Si no se cumple con la función que han jurado, debe analizarse su grado de responsabilidad y subsanarse.
No siempre se está en condiciones de cumplir, pero fraternalmente debe resolverse, para el progreso de la
cámara y los hermanos.

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- En cada grado hay que conocer el rito, sus símbolos, la moral y el nuevo estado de consciencia,
iluminada espiritualmente. Cada grado tiene unos objetivos y meta propia del grado.

- El método filosófico profano, analítico, no es un método masónico. Los conocimientos en el mundo


profano, son limitados por las propias limitaciones de nuestros sentidos y su razonamiento. Los
valores abstractos solo pueden ser aprendidos mediante un lenguaje simbólico, que es intuitivo. Por
ello la dialéctica, dice Rene Guenon “jamás debe ser mas que un medio, no un fin en si misma”. Hay
que salir de la lógica filosófica para entrar en la comprensión de los símbolos, que nos desarrolla una
intuición inteligente. Es el camino del silencio. Trabajo con Amor.

Trabajando con hermanos del rito, debemos mejorar los cuadernos de instrucción que se están preparando
para cada grado, siguiendo una misma estructura, como ayuda a los h.h. y método de cualificación.

En definitiva os propongo trabajar, trabajar especulativa y operativamente, con el mandil y la pureza de los
guantes.

Ilustraciones realizadas por Vicente Hernández Gil, 24º

Edita: Gran Comisión de Publicaciones. Administración: Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado para España. Apartado de correos: 51.562 28080 Madrid España e-mail: zenit@scg33esp.org
Zenit es una publicación plural y abierta que no comparte necesariamente las opiniones expresadas por sus
colaboradores. Su contenido podrá ser difundido y reproducido siempre que se cite su procedencia.

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Reflexiones sobre el R.·. E.·. A.·. A.·. y la metodología


masónica
Diego de Lora, 33º

Sabemos todos lo que quiere decir Aprendiz, y cuál sea nuestra evolución, y tal vez más evolucionamos más
nos sentimos aprendices.

Pero las cosas se ponen ya un poco más complicadas cuando se habla de Compañero porque aquí se trata
de la persona con la cual se comparte el PAN.

El PAN es un símbolo de vida, entonces Compañero quiere decir con quien se comparte la vida.

Y aquí siguen complicándose las cosas porque implican un conocimiento de sí mismo y un saber vivir en
comunidad, que nos va ser muy útil mas tarde.

Pero las cosas llegan a un nivel más complicado aún cuando se trata de Maestro.

Maestro de que, Maestro de quien, y nos


damos cuenta que, todavía, no somos
Maestros de nada.

Cuando llegamos a Venerable, cada uno de


entre nosotros se ha hecho la pregunta:

¿Por qué Venerable?

¡Esa palabra debería ser reservada para algo


divino a lo cual sólo se puede Venerar!

Y aquí tomamos conciencia de la diferencia


entre lo que somos y lo que deberíamos ser.

Y de Maestro pasamos a Maestro Secreto,


Secretario Intimo, Maestro Perfecto y
empezamos a tomar conciencia que estos
últimos grados componen en realidad el
grado de Maestro, que pudiéramos llamar el
Maestro cumplido.

En la primera etapa de la Maestría cuando


todavía estamos en la Masonería de los tres
primeros grados, el Venerable nos constituye
Maestro armándonos solemnemente como
un Caballero.

¡Que honor para un buen obrero! …aun que


sea Maestro…

En realidad, apenas somos Maestros que ya


empezamos a entrar en la Caballería.

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¿Pero esa primera Maestría es una victoria, cuando tenemos la corona de laurel y de olivar en la mano?

Ser maestro de si mismo puede considerarse como una victoria por haber domado la parte animal que nos
compone también.

¿Pero cual es la meta de esa Maestría, cual es su reto?

Oswaldo Wirth decía: “Para no sufrir ninguna esclavitud, es indispensable que el iniciado se posee el mismo,
y pertenezca solo a el. Esta posesión de si no es egoísta, al contrario, lo libera porque al entrar en posesión
de si mismo puede, el, por fin darse.”

Aquí todo esta dicho, el Masón, el Maestro Masón es y debe ser un hombre libre, allí esta la explicación de la
palabra Franc maçon, en francés, libre maçon, en ingles, Free masón.

Entendemos que la Maestría es la llave a la capacidad de entrega, la que abre las vías del Deber. Para poder
llegar a ese sentido del deber, que transforma el presente para fabricar el porvenir y que es la continuación
de la vida.

El cumplir con el deber es una transfusión de la vida de cada uno en la de todos.

(Les invito a leer el filósofo francés Nicolás Grimaldi y su libro "el trabajo".)

El deber cuando no es un modo de expresión por el cual nos asimilamos a los otros, nuestras vidas
justificándose de esa manera, entonces nos sentimos excluidos porque la vida no pasa a través de nosotros.

A partir de esta posición la iniciación toma entonces todo su sentido, y solo encuentra su verdadera finalidad
muchos más allá de la Maestría del yo y de la posesión del yo porque estas, y estas solas, permiten la
finalidad que es: el don de si, lo que llamamos Amor fraternal.

Para cumplirnos como Maestro tenemos tres grados, el Maestro, el Maestro Secreto y el Maestro Perfecto
solo nuestra realización en estos 3 grados permite sentir, percibir, llegar a esa intuición racional que nos ha
magistralmente explicado el M.Ill y P.H.: Francisco ESPNAR LAFUENTE, 33°, Soberano Gran Comendador de
Honor del Supremo Consejo para España.

Estamos de hecho en el Ritual del grado 4 cuando el T.V.P.: eleva el nuevo Maestro Secreto haciéndole oír
las voces del Norte y del Mediodía.

Y qué cosa más rara ese signo que se hace en este grado si no se sabe el valor de los elementos que lo
componen, los dedos y su jerarquía en la mano. Es decir el pulgar símbolo del pensamiento, el índice
símbolo de la dirección, del camino, el mayor símbolo del poder y de corazón, el anular símbolo de la alianza
y el auricular símbolo del secreto.

Si descomponemos el gesto nos damos cuenta que se unen el secreto y la alianza para esconderse a la vista
de los otros, se unen también pero a la vista de todos: el pensamiento, el camino, y el poder. Entonces
todos unidos con su intenso significado vienen sellar el lugar donde puede salir la palabra para hacernos
comprender su importancia.

Aquí podemos recordar Mateo cuando dice:

“… no es lo que entra en tu boca que es impuro, sino lo que pudiera salir.”

(Nadie ignora que Mateo era un judío como todos los apóstoles, el Cristo incluido, y que comían sólo las
cosas que eran Casher, en hebreo quiere decir puras.)

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Aquí se insiste particularmente en que mientras una palabra no esta pronunciada todavía nos pertenece, y
que debemos tomar conciencia de la suerte que tenemos al poder utilizar este modo de expresión único
entre todos los seres vivos.

Este tema sólo merecería ser tratado más ampliamente lo que no es posible debido a la riqueza de las
ponencias de esta Conferencia.

Y siguiendo cómo no pensar en el grado 9 que


nos enseña que no tenemos el derecho a la
venganza, pero entonces cómo no pensar
también en el grado 10 que nos enseña que
hasta la sociedad puede equivocarse
castigando los dos criminales.

Y así pudiéramos seguir estudiando los


Rituales, paso a paso, para entender y
comprender la profundidad de cada grado y el
impacto que hace en nuestras mentes, en el
mundo subliminal de nuestros cerebros.

En una de sus planchas el M.R.H.: Cristóbal


de Lora y Castañeda escribía, en 1931, la
masonería consiste en la aplicación de tres
ciencias que son:

La Teosofía

Aquí en el sentido semántico, o tal vez


filológicamente, se entiende el estudio, la
comprensión, la intentona de percepción de lo
divino, no tiene nada que ver con una secta,
es solo la posición de un Hombre que
considera que en vez del vació, o la nada,
frente a lo que ignora, hay un misterio que
merece respeto consideración y búsqueda de
la verdad.

La Filosofía.

Que todos conocemos

La Antroposofía

Es el conocimiento de la naturaleza humana, que ya en si es muy difícil. Aquí solo nos interesa el valor
semántico de la palabra, dejando de lado las interpretaciones que se han podido hacer, en siglo 19.

Éstas tres ciencias explican el lema "Deus Meunque Jus - Ordo Ab Caos” y la cruz que utilizamos,

• la parte vertical simbolizando la Teosofía, la Ética (Deus munque jus),

• la parte horizontal, la Filosofía (Ordo Ab Caos)

• el centro de esta cruz la Antroposofía (Conócete a ti mismo) representado por una rosa, símbolo
de permanencia de la vida.

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Recordemos que en el siglo XVIII frente a la proliferación de logias, de Grandes Logias de todo tipo, y de
una multitud de rituales fue creado el REAA para acabar con un desorden que podía ser fatal a la masonería
en general. Todos conocéis las Constituciones de Burdeos y las Grandes Constituciones de 1786.

Conocemos todos los acontecimientos que rodearon el Convento de Lausana de 1875, la disolución de la
A.M.I en 1925 y de la Carta de 1929 que son la consecuencia del éxito planetario del R.E.A.A.

Nunca debemos olvidar que el R.E.A.A es un todo a la vez, su comprensión esta en su coherencia, lo cual
implica el respeto permanente de las Grandes Constituciones y entender que los 33 grados deben ser
trabajados de manera constante en una ida y vuelta del primer grado hasta el grado más alto que hayamos
obtenido.

En el mundo de hoy, sabemos todos que la publicidad nos informa que pudiéramos tener unos músculos
abdominales como unas tabletas de chocolate en dos meses siempre que compremos tal pastilla o tal
aparato, sabemos todos que nuestras mujeres pudieran tener un cutis de jovencita en 15 días siempre que
compraran la crema X. sabemos todos que se puede comer muy rápidamente calentando en un horno de
microondas un producto que sale del congelador a -25° y en el tiempo de un relámpago estar a más de
180°.

Sabemos todos, también, que algunos creen que la Masonería puede ser así, pues no, los guardianes del
Templo que somos, en conformidad con nuestros juramentos, tenemos el deber de hacer vivir a nuestros
H.H.: las emociones que provocan en cada uno de nosotros la práctica paciente y metódica de los Rituales.

Y eso empieza por la valoración de la enorme responsabilidad que tiene el Segundo Vigilante en Logia con
los aprendices de su columna.

Por qué es por esa metodología “homeopática” que debe vivirse la practica Masónica, paso a paso, a
pequeñas dosis, con paciencia, pero de manera constante y a partir del primer grado.

Constancia y Perseverancia son las palabras que debemos gravarnos en la mente.

Sabemos todos también, que uno de los que concibieron ese Rito fue el famoso Esteban Morín, pero a pesar
de haber tenido el honor de representar Francia, hoy aquí, y durante muchos años en varios lugares, el
español que soy, nunca ha podido descartar la idea que este Rito tiene algo que ver con un viejo amigo
nuestro llamado… Miguel de Cervantes.

Como no pensar en él cuando se pasa constantemente de los tres primeros grados a los grados filosóficos.
Cuando pasamos de Sancho Panza a don Quijote en esas idas y vueltas permanentes que hacemos.

En lo que es la caballería qué consiste montar a caballo, y la caballerosidad que consiste en tener y respetar
una ética. Dominando nuestra parte animal.

Como no pensar en el cuando, se nos pide comprender la diferencia entre lo que somos (Sancho Panza) y lo
que deberíamos ser (don Quijote) que el Quijotismo precisamente es lo que ennoblece este Rito.

Como pudiéramos olvidar esos versos que Miguel de Cervantes escribe:

"vuela mi estrecha y débil esperanza

con flacas cargas y, aún que sube el vuelo

a la alta cumbre del hermoso cielo,

jamás el punto que pretende alcanza.”

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En una Conferencia de Soberanos Grandes Comendadores de las Américas, un M.Ill.y P.H.: Soberano Gran
Comendador, por el cual tengo una profunda admiración y a quien había expresado mi visión del escocismo
quijotesco se dirigió a sus Pares diciendo, con la autoridad moral e intelectual que es la suya que el buen
entendimiento del Rito Escocés Antiguo y Aceptado implica que cada uno comprenda que somos los Don
Quijote de los tiempos modernos, y fuera de esta noción el R.E.A.A. se convertiría en un Club-servicio mas.

Todos los Soberanos Grandes Comendadores confirmaron su total acuerdo con esta visión del escosismo.

Conclusión

Para terminar me atrevo, aprovechando esta excepcional tribuna y asamblea, contaros una vieja leyenda.

En una cierta tribu vivía un joven que estaba en búsqueda de un mundo mejor, entonces fue a ver los viejos
sabios que se reunían por la noche y les preguntó si había un mundo mejor.

Se miraron todos y después unos conciliábulos le


explicaron que si, pero estaba muy lejos y había
muchísimo camino con enormes dificultades.

El joven se armó de coraje y el día siguiente con la


bendición de los suyos emprendió el camino para el
mundo mejor. Meses pasaron, años pasaron, y de
tribu en tribu, pasando junglas, montañas, lugares
peligrosísimos, todos los avatares que pueden
ocurrir en la aventura de una vida y el mundo mejor
no aparecía.

Los años pasaron, el cansancio vino, pero la


voluntad de encontrar el mundo mejor era más
fuerte y el hombre seguía su camino. Una tarde a la
vuelta de un sendero en lo alto de una montaña,
vio en el lejano algo que le parecía ser el mundo
mejor.

Armado de coraje, animado por la esperanza de ver


la realización de su sueño siguió con más fuerza
que nunca para llegar al mundo mejor. Pero a
medida que avanzaba veía una inmensa línea negra
que le separaba del mundo mejor. Y llegando al
borde de esa línea se dio cuenta que en realidad
era un abismo. Del otro lado había unos hombres
que le llamaban y le pedían que salte, les contestó
que era demasiado viejo. Pero animado por su fe,
buscó un medio y encontró un pequeñito sendero
para bajar en el abismo, y de la misma manera pudo subir por la otra pared. Consiguió así llegar al mundo
mejor donde le acogieron con alegría y lo trataron como un rey.

Después haberse restaurado, lo dejaron tranquilo para que descanse, prometiendo venir el día siguiente por
la mañana para seguir la festividades de su bienvenida.

El día siguiente cuando vinieron todos hacia el, no la encontraron, había desaparecido. Lo llamaron por
todos lados, pero no hubo la menor contestación. Uno de entre ellos se acercó al abismo y vio que el
hombre estaba allí en el fondo, buscando piedras, amontonándolas, y sin parar seguía obrando siempre
amontonando las piedras unas sobre otras. A las llamadas, él les hacía un gesto pidiendo que tomen
paciencia.

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Y un día llego a la superficie.

¿Pero qué has hecho le pidieron todos, porque te has cansado tanto?

Entonces enseñando el horizonte de dónde venía, les dijo serenamente:

Es para él.

¿Quien él? le preguntaron.

-El hombre que viene allí

¡Es que no lo vemos!

Yo si, está detrás de los montes, detrás de las junglas, pasando avatares de todo tipo, llegara aquí.

¿Los conoces sabes cómo se llama?

Mirándolos con una sonrisa de felicidad les contesto:

Si lo conozco se llama Porvenir y por él he querido hacer un puente.

Los viejos masones que están aquí se habrán reconocido en ese hombre que quiere ser útil hasta el último
momento de su vida. Ser hombres de deber, seguir nuestro camino iniciático con la esperanza de un mundo
mejor.

Sabemos por experiencia que somos dueños de nada, no somos propietarios en nada, salvo una excepción y
es fundamental, somos dueños y propietarios del deber de transmisión , el que nos permite tener el
honor de seguir viviendo a través de los jóvenes entre las manos de los cuales confiamos el porvenir de la
masonería.

Tener fe en la juventud para que siga el camino hacia el mundo mejor, como nosotros mismo hemos
recibido esa fe de nuestros predecesores.

Ilustraciones realizadas por Vicente Hernández Gil, 24º

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LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD


Joan López Cruz, 9º

Los conceptos abstractos, y como no podía ser de otra manera, los que voy a tratar en este trabajo, son
susceptibles de múltiples interpretaciones. Todas las interpretaciones abarcan un espectro, que no tiene
porque ser excluyente, sino que puede complementarse con otras interpretaciones, dando lugar a una visión
mas “completa” del concepto a tratar.

Pero así como las ideas abstractas son susceptibles de diferentes interpretaciones, también son fáciles de
tergiversar, y ello conlleva un elevado riesgo. Por ello, es importante saber distinguir unos conceptos de
otros y no confundir los distintos conceptos, con sus diferentes interpretaciones.

Yo voy a interpretar el trinomio “Libertad Igualdad Fraternidad", a


partir del hombre “que busca”, para ver como estas ideas están
imbricadas en el camino iniciático que recorre el masón.

Comúnmente, se entiende por Libertad “la posibilidad de elección


entre distintas alternativas” y así lo entendemos en nuestro
mundo profano, como “la capacidad de actuar sin restricciones, ni
coercimientos, en nuestras decisiones”.

Pero más allá de esta interpretación, la Libertad también la


podemos entender como el resultado, de dominar nuestras
pasiones y deseos; para que éstos no interfieran y no impidan en
el peor de los casos, la vía iniciática, que como masones
emprendimos el día de nuestra iniciación.

En este sentido responde el hermano visitante cuando se le


pregunta: “¿Qué venís a hacer aquí? y él responde: “Vencer mis
pasiones, someter mi voluntad y hacer un nuevo progreso en la
Francmasonería”. Y con esta respuesta nos indica que es un
hombre que trabaja para ser libre, y así progresar en el camino
iniciático.

Nadie, que no sea capaz de dominar sus pasiones y someter su voluntad al ideal masónico, estará en
condiciones de emprender el duro trabajo de perfección y de regeneración, que se propone el masón.
¿Como vamos a emprender tan arduo trabajo, si no somos capaces de dominar nuestros instintos más
básicos? ¿Como vamos a considerarnos a nosotros mismos, hombres libres, si no somos capaces de someter
nuestra voluntad, no a los deseos pasajeros, si no a los altos ideales de conseguir el labrado de la “Piedra
Pulida”?

Cuando el Experto introduce al Candidato en la Cámara de Reflexión y lo despoja de los metales, es para
que en la oscuridad de la Cámara, encuentre su propia luz y no se deje engañar por el falso brillo de los
metales.

Cuando el Neófito emprende sus viajes iniciáticos, a través de los elementos, debe primero, liberarse de las
supersticiones, prejuicios e ideas preconcebidas, que impedirían la efectividad de esos viajes. Hay en ello
una idea de Libertad, que deberíamos profundizar, para poder comprender que las autolimitaciones que nos
imponemos a nosotros mismos, son un fuerte impedimento, al que añadir las limitaciones con que nos
encontramos en nuestro entorno.

El Candidato es conducido en los viajes del primer grado por el Experto, que lo avala, diciendo de él: que “es
un hombre libre y de buenas costumbres”. No es libre por haber elegido libremente ser iniciado, pues no es
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él quien ha elegido su iniciación, si no los hermanos de la Logia. Es considerado libre, es decir dueño de su
voluntad, para someter sus pasiones, deseos e instintos y por eso además de libre, es considerado “de
buenas costumbres”, pues cualquier “mala costumbre”, es decir, cualquier vicio, interferiría en el trabajo
masónico de tal modo que, impediría irremediablemente su desarrollo.

Así pues la Libertad debe permitir al masón encaminar su vida hacia el ideal de la Piedra Pulida. Ideal que
debe permitirle realizarse como hombre “completo”. La Libertad es, pues, la herramienta fundamental para
nuestra realización; es la condición necesaria para que el hombre pueda desarrollar sus potencialidades
dignamente.

No quiero terminar de hablar de la Libertad sin referirme a la “Estatua de la Libertad” de New York,
representada por una mujer que eleva en su mano derecha una antorcha, para iluminar su entorno. La
iluminación está relacionada con la idea de Libertad, pues si la Luz nos permite ver una realidad más
completa, nos estamos acercando más a la Verdad y en ese sentido el Evangelio dice: “La Verdad os hará
libres.”

Si la Libertad hace referencia al desarrollo del hombre como individuo, la Igualdad se refiere a los hombres
en su relación unos con otros; pues el hombre no es un ser aislado, si no que vive en sociedad.

Aunque en apariencia los hombres somos distintos, en esencia somos iguales. Iguales por naturaleza, pues
todos pertenecemos a la tierra, pero todos participamos de “lo celeste”, aunque sea de una forma u otra.
Los hombres somos iguales en el momento de nacer y solo los distintos caminos que vamos a tomar a lo
largo de nuestra vida, nos van a distinguir a unos de otros, para volvernos a “igualar” en el momento de la
muerte.

También los masones somos iguales desde el momento de nuestra iniciación, pues todos nosotros estamos
en el mismo camino de buscar la Luz. Todos disponemos de las mismas herramientas, para realizar el
trabajo que nos hemos propuesto. Como masones realizamos el mismo trabajo de búsqueda de la Luz y ello
nos iguala entre nosotros.

Pero la Igualdad entre los masones, no excluye la jerarquía entre ellos, tal como ocurre con nuestro sistema
de grados. Pues la jerarquía refleja (o debería reflejar) los distintos progresos, que paso a paso, los masones
realizamos en el camino iniciático hacia la Luz que emana del Oriente. Pero la jerarquía iniciática no busca el
distanciamiento entre unos masones y otros, sino que a medida que se progresa en la jerarquía iniciática
hay (o debería haber) un compromiso de los masones mas avanzados, con los que se esfuerzan para abrirse
camino hacia la luz, para iluminarlos y así conseguir, que también ellos, puedan progresar en el Arte Real.

Por eso al verdadero “maestro” se lo reconoce, no solo por saber dominar sus pasiones y someter su
voluntad, sino también por estar cerca del “aprendiz”, que se esfuerza por pulir su “Piedra Bruta”, y así
conseguir que también él algún día consiga la maestría. Esa ayuda desinteresada, para quien se interesa por
el progreso masónico, lleva implícita la idea de Igualdad entre los que trabajamos la “Piedra Bruta”.

Pero no es una igualdad regalada, sino que es una igualdad conseguida, con el esfuerzo de cada uno de
nosotros, con la ayuda de nuestros hermanos más avanzados, que con su actuación y sus sabias palabras
iluminan nuestro camino, para que algún día, nos podamos encontrar todos juntos en el Oriente. Así,
cuando coincide la ayuda de unos con el esfuerzo de otros, se produce “el acercamiento” que nos lleva a la
Igualdad.

Todos debemos poder desarrollar nuestras potencialidades, cada cual de nosotros las “suyas propias y
diferenciadas”, para alcanzar el máximo desarrollo de que sea capaz nuestra naturaleza. Esto es, todos
hacemos “nuestro” camino que aunque distinto, tiende ( o debe tender ) a un mismo ideal, la Piedra Pulida.
Pero no hay que confundir la Igualdad con la Identidad, pues ni somos, ni debemos ser idénticos unos de
otros, pues cada uno de nosotros disponemos de una personalidad diferenciada. Así en “el acercamiento” se
trata de que unos aprendamos de otros, no de que nos imitemos. Esto quiere decir que debemos adaptar e
incorporar a nuestra personalidad, el conocimiento que nos transmiten nuestros hermanos mas avanzados.

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La Fraternidad como último concepto de este trinomio,


es sin embargo el que culmina este triangulo
conceptual. Sin Libertad y sin Igualdad no puede haber
Fraternidad, es más, la Fraternidad se deriva de la
Libertad y la Igualdad.

En nuestra Fraternidad no somos hermanos por


obligación (es decir por tener unos mismos padres) sino
por elección, pues nuestra Fraternidad no es carnal, si
no que va mucho más allá, es una Fraternidad Espiritual.

Hemos decidido “libremente” hermanarnos con otros


hombres, con quienes compartimos un mismo ideal, y
que han decidido “igual” que nosotros emprender el
camino iniciático hacia la Luz. En este camino, andamos
unos al lado de otros, nada nos distingue, sino solo el
lugar que ocupamos, donde unos han recorrido un
mayor trecho que otros. Miramos siempre hacia delante,
pero sabemos que aunque unos están delante de
nosotros, otros están detrás y siguen nuestro mismo
camino, y ello nos hermana a unos con otros.

La Fraternidad no es un sentimiento vago, tampoco es


una emoción que se manifiesta cuando estamos juntos,
sino que va mucho más allá, pues supera ampliamente
la simple amistad, para establecer un vínculo de
comunidad espiritual, presidida por el Amor
desinteresado.

Compartimos un mismo ideal: La Realización del Hombre en toda su profundidad, altura y amplitud. El
hombre que camina hacia la Luz, para iluminar su vida y hallar la Verdad, que se halla bajo todas las cosas.
El hombre que irradia luz y que transformándose, trasforma su entorno.

Nuestra Fraternidad nos hace más llevadero, el peso de la ingente tarea que un día nos propusimos, y nos
sentimos reconfortados cuando el amor fraternal de nuestros hermanos, nos ayuda a superar la debilidad
que se asoma a nuestra puerta para hacernos el trabajo más difícil.

El Masón “se hace libre” dominando sus impulsos, y sometiendo los instintos a su voluntad. Libertad que le
debe permitir, con la ayuda de sus hermanos más adelantados, y con su esfuerzo constante, alcanzar el
Oriente, donde confluyen en un solo punto todos los rayos del Sol. Siendo libre y manteniendo una relación
igualitaria con sus hermanos, crea un vínculo espiritual con ellos, que se manifiesta a través del Amor
Fraternal, que irradia más allá del ámbito estrictamente masónico.

Al finalizar este trabajo me viene a la memoria, la frase que pronuncian los Tres Mosqueteros, y que está
inspirada por el mismo espíritu del trinomio objeto de este trabajo y que sintetiza perfectamente la relación
de igualdad y fraternidad entre los masones libres: “TODOS PARA UNO Y UNO PARA TODOS”.

Ilustraciones realizadas por Vicente Hernández Gil, 24º

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Antiguo y Aceptado para España. Apartado de correos: 51.562 28080 Madrid España e-mail: zenit@scg33esp.org
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colaboradores. Su contenido podrá ser difundido y reproducido siempre que se cite su procedencia.

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La enseñanza masónica
Jesús Soriano, 33º

Siendo la Masonería una Orden iniciática, es decir una Orden destinada al aprendizaje, al ejercicio y al
magisterio de la verdad y de la virtud, ocurre pensar que la enseñanza masónica debe ser esperada por
parte de los menos adelantados y que deba darse por aquellos que están mas capacitados.

La enseñanza debe de darse como los secretos del grado, es decir partiendo de los primeros elementos y
con la activa participación del discípulo, cuyo progreso no depende de lo que reciba, sino de lo que
encuentre por si mismo, con sus propios esfuerzos, con la “labor” del grado que le ha sido otorgado. Este
método de enseñanza caracteriza a la “instrucción iniciática” y la distingue de la “instrucción profana”.
Mientras que el objeto de esta última es simplemente el comunicar determinados conceptos o conocimientos
sin preocuparse del punto de vista del alumno, la “instrucción masónica” es el punto de partida y lo esencial
es el camino que, desde ese punto de partida, recorre el que la recibe.

A una primera comprensión elemental de lo expuesto por el docente, debe seguir un periodo silencioso de
estudio y reflexión individual del discente, en el que el discípulo debe aprender a pensar por si mismo,
avanzando por su propio esfuerzo por el “camino” que se le ha indicado, por lo que el objetivo de la
formación de los hermanos es que estos adquieran los conocimientos masónicos y filosóficos necesarios para
poder adentrarse en los misterios y secretos de los grados superiores.

Para poder alcanzar ese objetivo es necesario responder a


las siguientes preguntas:

• ¿Por qué se debe enseñar?

• ¿ Qué hay que enseñar?

• ¿Cómo se debe enseñar?

• ¿Cuándo debe pasarse de grado?

Intentemos responder a estas preguntas que, sin duda,


constituyen el eje de la instrucción masónica.

¿POR QUÉ SE DEBE ENSEÑAR?

Como se ha indicado más arriba la instrucción masónica no


solo es un derecho del que la recibe, sino que es un deber
del que la otorga.

Es un derecho de todo masón: “un hermano aceptado


debe de ser instruido en los trabajos para impedir el
desperdicio de los materiales, ya sea por
inexperiencia o por mal uso, para que así instruido
se consolide y crezca en él, el verdadero amor
fraternal” (Obligaciones o Reglas para un Francmasón
extraídas de los antiguos documentos de las Logias).

Es un deber del Presidente del Cuerpo ya que sus hermanos le eligieron por sus conocimientos y méritos
personales como Jefe y Maestro

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- “Recibid el Libro de la Ciencia que os cumple enseñar y adelantar y que él sea para Vos
significación y aviso de que por grande que vuestro ingenio fuese, debéis rendir acatamiento y
veneración a la doctrina de vuestros maestros y predecesores” (de la imposición del Grado de
Doctor) – de los miembros del Cuerpo y por tanto le incumbe su enseñanza y dirección inmediata.

El Presidente del Cuerpo debe guiar a los hermanos, iniciándoles en los secretos, explicándoles la filosofía de
los grados y familiarizándoles con las prácticas y ceremonias de dichos grados.

La enseñanza de los fundamentos de la doctrina filosófica está llamada no solo a proporcionar a los
hermanos conocimientos, sino también a procurarles un desarrollo gradual en cada una de las etapas de su
formación y una comprensión de los principios básicos de los grados en que trabaja su Cuerpo. Inculcar el
hábito de la lectura, de la iniciativa, del espíritu creador y de la tenacidad en el trabajo, desarrollando el
pensamiento y la palabra constituyen una importante función del Presidente del Cuerpo.

La misión principal de la enseñanza en los diferentes Cuerpos Jurisdicionados consiste en preparar a los
hermanos para la vida de la fraternidad masónica y para el trabajo socialmente útil; en continuar elevando el
nivel de la formación masónica; en preparar hombres instruidos que conozcan a fondo los fundamentos de
la doctrina del filosofismo masónico y en educar a los hermanos en el espíritu del profundo respeto a los
principios que alumbran a la Francmasonería.

¿QUÉ HAY QUE ENSEÑAR?

Con objeto de que los hermanos puedan recorrer su camino iniciático, en el Cuerpo Jurisdiccionado deben
de impartirse, al menos, las siguientes enseñanzas:

1.- “Las reglas del juego” (Propósito e historia)

2.- La utilidad de los símbolos

3.- Los rituales y las labores de los diferentes grados

4.-Las virtudes de la Paciencia y el silencio

“Las reglas del juego” (Propósito e historia)

El propósito esencial de la enseñanza del filosofismo, en su singular metodología vivencial de la Iniciación, es


la de ofrecer a sus miembros, el acceso a símbolos, mensajes, preceptos, conocimientos e interpretaciones
que les permitan alcanzar una explicación racional de la realidad en relación con el origen del universo, la
vida humana, la cultura y el medio social, así como la trascendencia y significado de los mismos.

La Historia de la Francmasonería, y por ende la de los Supremos Consejos, se identifica con la propagación
de la cultura y con la evolución de las comunidades humanas que han originado conceptos e ideas, tales
como: igualdad, fraternidad, respeto mutuo, caridad, libertad, justicia y verdad.

Así pues, y de acuerdo con lo anterior, es necesario que todos los hermanos tengan un conocimiento
profundo de los principios que rigen a la Francmasonería en general, y al Supremo Consejo de Grado 33º
para España en particular, entre las que destacamos los siguientes:

1.- Usos y costumbres (“urbanidad” )

• Puntualidad

• Vestimenta adecuada

• Comportamiento en Tenida y en los ágapes

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• Tratamientos y saludos

• Respeto debido a los Hermanos

2.- Obligaciones o Reglas del Francmasón

3.- Antiguos Deberes, Usos y Costumbres

4.- Regla de los doce puntos

5.- Landmarks

6.- Regularidad y reconocimiento masónico

7.- Constituciones de 1786

8.- Estatutos y Reglamentos del Supremo Consejo de grado 33º para España

9.- Historia del Supremo Consejo de grado 33º para España

10.- Reglamento interno del Cuerpo

La utilidad de los símbolos

Ya en el Primer Grado se indica que “La


Francmasonería es un sistema peculiar de
moral, enseñado bajo el velo de la alegoría
mediante símbolos” , lo que no deja dudas
sobre la necesidad de adentrarse en el mundo de
la simbología que tiene todo masón.

El símbolo es tanto más rico en capacidades


cuanto es más inasequible por naturaleza y en la
medida en que se admite ese privilegio irritante y
maravilloso, se está en disposición de entrar en
su esencia.

El mundo de los símbolos es coherente de modo


que refleja una manera de ver y sentir las cosas,
un “ espíritu ”. Ese “ espíritu ” es el que quiere
desarrollar el filosofismo, con la única ambición
de no construir con respecto de él mas que un
trampolín que se deja después de haberse
utilizado, en cuanto puede dar un impulso al
iniciar una aventura profundamente humana.

En el mundo de los símbolos es necesario


resignarse a no poseer mas que pruebas
relativas y a no disponer de seguridad absoluta.

Nos encontramos en el campo de la inducción, con toda la incomodidad intelectual que esto supone, pero
también con las maravillosas posibilidades que revela, y para que los hermanos puedan apreciar en su
totalidad el psicodrama representado en una ceremonia de Iniciación es necesario que conozca la relación
existente entre las potencias del hombre y los Oficiales del Cuerpo.

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Los rituales y las labores de los diferentes grados

“La Francmasonería impone a todos sus miembros la práctica exacta y escrupulosa de los
rituales y simbolismos, como modo de acceso al conocimiento por las vías espirituales e
iniciáticas que le son propias” (Punto 5 de la Regla de los Doce Puntos)

Durante su permanencia en los diferentes grados, los hermanos deben de llegar a conocer los siguientes
aspectos de los diferentes Rituales:

1.- Antecedentes históricos del grado

2.- Decoración de la Cámara

3.- Tratamientos de los Dignatarios y Oficiales

4.- Retejador

5.- Examen del grado

6.- Labor del grado.

El conocimiento de los puntos anteriores no debe ser exclusivo de los “grados iniciáticos”, también deben de
conocerse los de los “grados intermedios”.

Las virtudes de la paciencia y el silencio

“La paciencia en el hombre, es el testimonio de su sabiduría”

La paciencia enseña a resistir y soportar los infortunios y trabajos con la entereza y resignación propias del
hombre digno y superior que sabe y debe evitar caer en el ridículo de la irritación o del desconsuelo que
suelen producir las adversidades.

“Quien guarda su boca, guarda su alma”

El secreto (externo y exotérico) y el silencio (interno y esotérico) son la base del deber masónico.

El secreto permite proteger a los actos de naturaleza ritualística de los menosprecios y burlas de los
profanos para que las cosas preciosas y sagradas no sean execradas por quienes son demasiado ignorantes
para comprender su naturaleza interna y su significado espiritual.

La entrada en la Francmasonería significa la iniciación en el conocimiento del silencio de suerte que a


medida que el masón progrese en su ciencia ha de aprender a amar el silencio, a morar en el
constantemente y a penetrar cada vez más en sus profundidades y maravillas.

¿CÓMO SE DEBE ENSEÑAR?

“Un buen maestro tiene esta constante preocupación: enseñar a prescindir de él”

Aunque para la enseñanza de los hermanos, los docentes pueden emplear cualquier método didáctico que
se encuentre a su alcance, a continuación se exponen algunas sugerencias metodológicas generales.

1.- Es conveniente que en cada Cuerpo Jurisdiccionado exista una “comisión de docencia” integrada por el
Presidente, el Segundo y Tercero Oficiales y el Orador cuya función básica es orientar y organizar la
docencia de los diferentes grados del Cuerpo sobre la base de un Programa Oficial de Docencia del Supremo
Consejo.

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2.- Reuniones periódicas de las Cámaras de Instrucción en la que los hermanos puedan establecer un
dialogo directo con los Oficiales encargados de la docencia.

3.- Antes de reunirse la Cámara de Instrucción, los Oficiales docentes deben de preparar el modo en que
van a transmitir sus conocimientos, de acuerdo con la capacidad de cada uno de los hermanos.

4.- Partiendo del Programa Oficial del Supremo Consejo, los Oficiales encargados de la docencia deben de
seleccionar las unidades que consideren esenciales dejando para un estudio independiente y
complementario el resto de las unidades.

5.- Deben de utilizarse técnicas docentes que permitan que permitan el trabajo corporativo de los
integrantes de la Cámara de Instrucción, buscando la mayor participación posible de todos los hermanos.

6.- Para un mejor desarrollo de los trabajos anteriores, es necesario un estudio previo de los hermanos
sobre lecturas anticipadas de los temas a tratar en la Cámara de Instrucción.

7.- Los trabajos de la Cámara de Instrucción deben de realizarse con un horario establecido y en diferente
día de las Tenidas del Cuerpo.

8.- Conviene contar con hermanos de otros Cuerpos de grado superior que por su conocimiento de
determinados temas puedan colaborar en las tareas de docencia dotándolas de una especial relevancia.

9.- La Cámara de Instrucción debe de tener un “sistema de evaluación” que permita valorar el progreso de
los diferentes hermanos del Cuerpo.

10.- El equipo docente no solo ha de tener los conocimientos necesarios de la materia que deben impartir
sino que deben ser conscientes de que la mejor enseñanza que pueden recibir los hermanos es, sin duda, su
propio ejemplo.

Detengámonos, un momento en este último aspecto.

El ejemplo del equipo docente

Varios son los documentos masónicos en los que se valora no


solo la preparación de los Oficiales docentes, sino también la
obligación de comportarse, de forma que su actuación sea un
ejemplo para los demás. Así, en las Obligaciones o Reglas de
un Francmasón extraídas de los antiguos documentos de las
Logias, se indica que : “Cuando un compañero ha sido
escogido como Vigilante de los trabajos, bajo la dirección del
Maestro, debe de ser leal con el Maestro y con los
compañeros y en ausencia del Maestro debe supervisar
cuidadosamente los trabajos y todos los hermanos deben
obedecerle”

Repasemos el Código de Moral Masónica y comprenderemos


la necesidad del ejemplo de los Oficiales docentes:

“Lee y aprovecha, ve e imita, reflexiona y trabaja,


ocúpate siempre en el bien de tus hermanos y
trabajaras para ti mismo”

“El corazón de los sabios está donde se practica la


virtud, y el corazón de los necios donde se festeja la
vanidad”

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“Ten siempre tu alma en estado puro para parecer dignamente delante de tu conciencia”

“ Si tienes un hijo regocíjate, pero tiembla por el deposito que se te confía. Haz que hasta los
diez años te tema, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete. Hasta los diez se su
maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo. Piensa en darle buenos
principios antes de bellas maneras; que te deba rectitud esclarecida y no frívola elegancia. Haz
un hombre honesto antes que un hombre hábil”

“Exacto apreciador de los hombres y de las cosas, no atenderás más que al mérito personal,
sean cuales fueren el rango, el estado y la fortuna”

“No seas ligero en airarte, porque la ira reposa en el seno del necio”

“Ama al prójimo como a ti mismo”

¿CUÁNDO DEBE PASARSE DE GRADO?

“Si alguna vez en la serenidad de la noche, al fijar tu mirada en la indecible belleza de los
astros, has pensado en el artífice del universo preguntándote quien será el que ha bordado con
tales flores el cielo, mientras que en el mundo corruptible las penas dominan sobre la dicha o si
cuando has observado con espíritu atento las maravillas del día ……. Entonces vienes
preparado para escuchar….. ¡Ven pues! “ (San Basilio, Homilía Sexta sobre El Examerón)

Antes de iniciar a su lector en los grandes secretos ocultos en el Libro de la Creación, San Basilio comienza
por preguntarle si, efectivamente, ha contemplado la naturaleza y más concretamente, la bóveda del cielo,
situándole en una experiencia tan vieja como la humanidad.

En el proceso de enseñanza-aprendizaje masónico, la evaluación constituye un importante procedimiento


para verificar en que medida se cumplen los objetivos que se formularon al iniciar el proceso de instrucción.
Sin embargo, no debe entenderse que la evaluación es un conjunto de pruebas para comprobar el avance
registrado en el proceso de formación, ya que la evaluación es un proceso continuo que sirve de
fundamento a toda buena enseñanza y a todo buen aprendizaje.

La evaluación no es mas que un proceso sistemático para determinar hasta que punto los hermanos al
alcanzado los objetivos del Plan de Instrucción del Supremo Consejo.

El énfasis principal de la evaluación está en el grado hasta el cual se alcanzan los objetivos de la instrucción,
por lo que para evaluar el aprendizaje de los hermanos debemos recurrir a los siguientes aspectos:

• Asistencia a la Cámara de Instrucción

• Puntualidad en la hora de llegada

• Cumplimiento de las tareas encomendadas

• Forma de presentación de los trabajos asignados

• Grado de compromiso con las tareas de la Cámara de Instrucción

• Espíritu de colaboración en los trabajos de grupo

• Grado de responsabilidad para asumir tareas y darles cumplimiento integral

• Espíritu de iniciativa

• Forma de expresión de virtudes masónicas como fraternidad, tolerancia, etc.


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• Grado de compromiso con la Orden

• Asimilación del simbolismo y labor del grado

El hermano que ha superado los puntos anteriores, ha aprendido a “contemplar” y por tanto podrá penetrar
en los misterios del grado superior.

ESTRAMBOTE FINAL

Para finalizar, recordemos lo que, acerca del magisterio, pensaba Ortega:

El magisterio no es una cosa que se tiene, sino una cosa que se es. No consiste en un instrumento externo
que se maneja a voluntad, sino una delicadísima actividad localizada en el más radical centro de la persona.
El magisterio creador es estimado porque descubre verdades o inventa bellas imágenes. Cuando se pretende
utilizar su autoridad para otras cosas, así sean las mas santas, se anula su propia eficacia y cae
inevitablemente en desprestigio. El maestro solo puede ser útil como maestro, esto es, buscando sin
premeditación la verdad o dando la cara a la arisca belleza.

Pero no basta con que el maestro se resuelva a ser maestro y solo maestro en su vida cotidiana. Es preciso
que se someta a una esforzado disciplina interior, que se exija creciente perfección, amplitud, precisión.

El hombre no descubre la verdad sino cuando se queda solo consigo en radical soledad, en desolada
soledad, por tanto sin nada, ni siquiera si mismo, porque lo extraño de esa auténtica soledad consigo es que
el primero en desaparecer es ese yo, ese si mismo que uno creía ser, entonces es cuando la soledad se
convierte en lo que San Juan de la Cruz llama, bellamente, la soledad sonora. En efecto, entonces es cuando
las cosas comienzan a decir dentro del hombre su verdad, comienzan a revelarnos lo que en verdad son.

Tal vez por esta razón la luz de un maestro masón sea la oscuridad visible que apenas penetra en las
tinieblas ,….. ya que hay ciertamente una peculiar manera de ser claras las superficies y otra de ser claro lo
profundo. Hay claridad de impresión y claridad de meditación.

Claridad significa tranquila posesión espiritual, dominio suficiente de nuestra conciencia sobre las imágenes,
un no padecer inquietud ante la amenaza de que el objeto apresado nos huya.

El maestro tiene una misión de claridad en su vida. Esa misión no le ha sido impuesta desde fuera por nada
ni por nadie. La lleva dentro de sí, es la raíz misma de su constitución. Dentro de su pecho se levanta
perpetuamente una inmensa ambición de claridad, como Goethe cantaba:

Yo me declaro del linaje de esos


que de lo oscuro hacia lo claro aspiran

Ilustraciones realizadas por Vicente Hernández Gil, 24º

Edita: Gran Comisión de Publicaciones. Administración: Supremo Consejo del Grado 33 y último del Rito Escocés
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