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Bogotá - México, DF
Ortiz Ocaña, Alexander, et al.
Área: Educación
Primera edición: Bogotá, Colombia, septiembre de 2018
ISBN. 978-958-762-888-3
Ediciones de la U es una empresa editorial que, con una visión moderna y estratégica de
las tecnologías, desarrolla, promueve, distribuye y comercializa contenidos, herramientas
de formación, libros técnicos y profesionales, e-books, e-learning o aprendizaje en línea,
realizados por autores con amplia experiencia en las diferentes áreas profesionales e inves-
tigativas, para brindar a nuestros usuarios soluciones útiles y prácticas que contribuyan al
dominio de sus campos de trabajo y a su mejor desempeño en un mundo global, cambian-
te y cada vez más competitivo.
Presentación............................................................................................9
Introducción.............................................................................................11
Objetivos..................................................................................................15
General.....................................................................................................15
Específicos................................................................................................15
Logros.......................................................................................................17
Justificación.............................................................................................19
Desarrollo de los contenidos..................................................................23
5
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
6
CONTENIDO
Conclusión................................................................................................121
Bibliografía..............................................................................................125
7
Presentación
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
indudablemente todo ello supone unos valores, pero sin temor a equívocos,
parece una labor insuficiente e incapaz de proporcionar una formación inte-
gral al educando. Atendiendo a lo anterior es pertinente que los Padres de Fa-
milia, jueguen un papel muy importante en el acompañamiento del proceso
de enseñanza aprendizaje. En tal sentido los padres de Familias encontrarán
en esta guía didáctica y pedagógica, el cómo poner énfasis en desarrollar
el intelecto de su hijo en cada uno de los niveles escolares y de esa manera
se traduzcan en la formación de personas ilustradas, pero carentes de otros
valores y de una orientación correcta de la conducta. En este sentido, educar
es formar al hombre en su integridad, para que sea capaz de promover un
mundo más civilizado, así como también más comprometido con el cambio
en la mejora de las actitudes personales y sociales.
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Introducción
Todos los padres desean que sus hijos sean correctos, que cuando lleguen a
ser adultos, sean buenas personas. Pero, ¿qué significa ser “buenos”? Y, so-
bre todo, ¿cómo educar a nuestros hijos para que lo sean? ¿Cómo enseñarles
valores? ¿Y cuáles son estos valores?
Enseñar a los hijos una conducta ética nunca ha sido una tarea sencilla. Se
vive en una época donde los valores cambian y evolucionan de una manera
acelerada y sin cesar. Incluso algunas personas hablan permanentemente
de la falta o crisis de valores en la presente sociedad. Lo que para muchas
generaciones era sin discusión bueno y correcto, como la disciplina, obe-
diencia o el sentido del deber, ha dejado de tener sentido o ha adquirido
incluso connotaciones negativas. Asimismo, las instituciones que antes se
consideraban pilares sólidos e inamovibles, Iglesia, escuela, Estado, familia,
han perdido en las últimas décadas gran parte de su credibilidad y validez.
La sociedad actual, se ha vuelto más plural, más libre en muchos sentidos
y, en cierto modo, también más tolerante. En tal sentido se puede apreciar
cómo los estilos de vida más diversos son generalmente aceptados por la
mayoría de los individuos.
Los Padres de Familia tienen que reconocer que los Valores Éticos han cam-
biado. Actualmente los Padres ya no saben qué Valores deben inculcar a sus
hijos. Hoy no es posible guiarse por normas o Valores establecidos, sino que
hay Valores fundamentales que todos debemos seguir. La presente guía pre-
tende darles unas orientaciones a los Padres de Familia a que reconozcan que
la tradición no siempre es útil. Que la libertad es maravillosa, pero tiene su
precio: ya nadie puede guiarse por reglas o valores establecidos. Cada uno
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
tiene que decidir por sí mismo, hasta cierto punto, lo que considera bueno o
malo o lo que vale la pena fomentar o rechazar.
Hay que estar consciente que los Padres o docentes pueden recurrir a la edu-
cación tradicional pero sólo en parte. Se debe reflexionar sobre qué Valores
inculcar a nuestros hijos, y cuáles de los que reciben de los padres se quiere
trasmitir. Las prioridades, por tanto, difieren mucho de una familia a otra. Sin
embargo, hay Valores fundamentales que están vigentes en nuestra cultu-
ra desde hace siglos porque han ido evolucionando a lo largo de la historia
adaptándose a los tiempos. Tales como: la justicia, la prudencia, la laboriosi-
dad, la gratitud, la compasión, la fortaleza, la honestidad, el respeto, la equi-
dad y la responsabilidad.
Por otra parte se cree que la educación actual en cierto modo está tratando
de recuperar muchos de los “viejos valores”. Los mismos padres manifiestan
que la cortesía, la sinceridad y el respeto figuraban en los primeros puestos
entre los objetivos educativos. Este fenómeno seguramente guarda relación
con el incremento de la violencia en las Instituciones Educativas e incluso en
el parvulario. Basta tomar como ejemplo las continuas riñas entre los niños
y adolescentes educandos al interior de la escuela, ataques a las minorías.
Además de los problemas de drogas y alcohol que aparecen al interior de las
Instituciones Educativas.
En lo que respecta a la parte pedagógica esta guía permite a los padres a que
reconozcan la importancia de enseñar a sus hijos a comportarse éticamente,
de inculcarles Valores (o virtudes, como acostumbró a decir anteriormente)
en los que apoyarse a lo largo de la vida. La guía le permite dotarse de suge-
rencias y no le permitan que sus hijos crezcan excesivamente conformistas
y pusilánimes. Guía que les permite a los Padres de Familia saber que sus
hijos e hijas deben crecer seguros de sí mismos, con sentido de la justicia y la
capacidad de crítica, que se hagan valer en una sociedad rígida por la com-
petitividad a ultranza, ser considerados y comprensivos con el prójimo. A que
encuentren su lugar en un mundo laboral cada vez más complejo y exigente,
sin necesidad de pisotear a nadie para obtener ventajas ni abandonar la lu-
cha ante las primeras dificultades. A que aprendan a actuar por sí mismos sin
perjudicar a los demás.
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INTRODUCCIÓN
La guía permite darle a conocer a los Padres de Familia, que las imposiciones
no sirven de nada. Hay que dejar que los hijos discutan, lleven la contraria o
incluso se opongan totalmente a ideas que ellos consideren no oportunas,
escenario este para trasmitirles Valores importantes. En este caso, se debe
renunciar a las imposiciones y optar por el cariño como la mejor herramienta
pedagógica para hacer comprender a los hijos cualquier principio. Planteado
así, quizás parezca sencillo, pero no lo es, lo que seguramente se necesita de
algo que nos prepare para afrontar ese tipo de conducta, en tal sentido esta
propuesta o guía didáctica y pedagógica para el desarrollo de la educación
en Valores en nuestros hijos, permitirá en primer lugar que aquellos padres
que fueron educados y formados con base a bofetadas, castigos y sermones.
Por tal razón, es muy probable que carezcan de la experiencia necesaria para
persuadir a un hijo de manera cariñosa. En Segundo instancia, porque los
niños pequeños, la mayoría no saben diferenciar lo bueno de lo malo. No
disponen de ningún programa genético como el que tienen para aprender a
caminar o a hablar, que les indique el camino que deben seguir. Aprenderán
lo que es ético partiendo de cero.
Hay que tener en cuenta que los Padres no son los únicos modelos que imi-
tan los hijos. Sus sensibles persuasiones apuntan a todo aquello que ocurre
a su alrededor, por lo que también reciben influencias de los otros niños o
adultos, lo que significa que los progenitores no sólo tienen que enseñarles
lo que es correcto, sino también hacerles entender por qué determinadas
actitudes no son deseables y, por tanto, no deben ser emuladas.
Otro ingrediente fundamental que facilita este manual o guía para que los
padres desarrollen la educación en valores a sus hijos, es que cada uno en-
tienda que cada uno está provisto de una autoridad interna que en cada
ocasión va a indicar si los actos ejecutados, son o no son correctos. Esta au-
toridad se le conoce con el nombre de conciencia o ética. En las socieda-
des democráticas la conciencia individual está protegida por la Constitución.
Nos referimos a la “libertad de conciencia”: en ese orden de ideas el Estado
no puede obligar a una persona a hacer algo que sea incompatible con sus
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Los niños y niñas vienen al mundo sin conciencia. Por este motivo deben
aprender a distinguir lo que es lo ético de lo que no lo es y actuar en conse-
cuencia. Para eso necesitan a los Padres.
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Objetivos
General
• Dar a los padres de familia instrumentos de análisis y de cambio de actua-
ción ante la educación en valores y los problemas de sus hijos y fortalecer
en ellos los conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con la forma-
ción que puedan impactar positivamente en la funcionalidad familiar y el
sano desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, teniendo en cuenta las
distintas capacidades y esfuerzos de sus hijos por encima de los resultados y
compensaciones.
Específicos
• Desarrollar en los Padres de Familia habilidades y destrezas concretas en
el desarrollo de la Educación en Valores para la interrelación con sus hijos,
que les permitan solucionar los problemas más comunes que se presen-
ten en la formación de los mismos.
• Articular los capítulos y sus contenidos con base a los estándares básicos
de competencias ciudadanas.
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Logros
Hacer de la familia el ámbito de excelencia donde los hijos aprendan los pri-
meros valores que acepta el individuo desde su corta edad a través de ac-
ciones educativas sobre el desarrollo de los valores humanos por parte de
los Padres de Familia, sin tener en cuenta que sean profesionales ni haber
recibido una formación como educadores, desarrollen su rol educativo en el
seno de la familia sin complicaciones, cuando se trate de educar a su (s) hijo
(s) en las distintas etapas de desarrollo. Qué la problemática de enseñar los
valores en los niños no sea difícil sino más bien interesante y los padres sean
modelos para sus hijos y estos aprendan a relacionarse pacíficamente con los
demás, superar las situaciones críticas, comprender sus sentimientos negati-
vos y aprender a tomar decisiones firmes.
Que los Centros e Instituciones Educativas del Sector Oficial se propenda por
fortalecer la Escuela de Padres y en ella se le permita al Padre de Familia re-
cibir la información y conocimientos básicos sobre diferentes temas, con el
objetivo de proporcionarles una mayor capacitación para ejercer su función,
facilitarles más recursos educativas y formativos para promover en sus hijos
actitudes, valores, habilidades personales y sociales sanas que le permitan
afrontar, de manera responsable, la realidad de su vida y promover el inter-
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
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Justificación
Los Valores constituyen uno de los temas transcendentales que día a día preo-
cupan a padres y educadores. Por todas partes se habla de ellos, generalizán-
dose la idea de que la falta de valores se refleja en las conductas de la mayoría
de los individuos de nuestra época, sobre todo en la formación que se le está
dando a las nuevas generaciones al interior del hogar. Sin embargo, esta creen-
cia no es del todo cierta; para llegar a una comprensión del hecho, se debe ana-
lizar ciertos aspectos de la realidad. Posiblemente el rasgo sociológico y edu-
cativo contemporáneo más insistentemente subrayado es el de que se vive en
mundo cuyos cambios se producen con una aceleración sorprendente. Incluso
las sociedades más estáticas han sufrido alteraciones, pero lo característico del
momento actual es la rapidez con la que suceden éstas.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Por todo ello resulta evidente que el tema no puede soslayarse y la educación
que se está impartiendo tanto los docentes como los padres de familia, tie-
nen un papel importante que desarrollar en este sentido.
Se cree que tantos los Padres de Familia y las Instituciones Educativas pueden
contribuir a educar en valores básicos para la convivencia en democracia sin
olvidar que su efectividad dependerá del apoyo que ofrezca la familia y la
sociedad en general, así como de la ayuda que faciliten los medios de comu-
nicación de masas que tanta influencia ejercen en la formación de actitudes
y conductas en niños, niñas y jóvenes.
En tal sentido la aportación que se plantea, estará orientada a que tanto los
padres de familia como los docentes reflexionen sobre la manera cómo se de-
ben realizar los procedimientos para el desarrollo en valores y de esa manera
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JUSTIFICACIÓN
Se recomienda a los agentes educativos que van a utilizar este texto, que los
contenidos básicos sobre la educación en valores y sobre el desarrollo psi-
co-social infantil y juvenil, sean trabajados con los Padres de Familia a través
de distintas formas y metodologías educativas para promover la discusión
grupal en torno a estos contenidos. Estos contenidos básicos propenderán
por ayudar a los Padres de Familia a aprender nuevos conocimientos, a revi-
sar sus actitudes y conductas frente a la crianza de sus hijos y a valorizar lo
que ellos ya hacen como padres, para que sean más competentes en su tarea
de ser los principales agentes educativos del niño, niña y adolescente en el
ámbito familiar.
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Desarrollo de los contenidos
Contenidos que se tratan con base a los distintos conflictos y problemas que
acucian a los Padres de Familia al interior del seno del hogar en correspon-
dencia a la educación en valores que deben recibir sus hijos, como es el caso
de la desigualdad, la insolidaridad y la violencia.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
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Capítulo 1
La Conciencia es una autoridad interna que nos impide ser “malos”. La ética
se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el
buen vivir, en este sentido, todos estamos provistos de una autoridad interna
que en cada ocasión nos indica si nuestros actos son o no son correctos. Esta
autoridad recibe el nombre de Conciencia o Ética. En las sociedades demo-
cráticas la conciencia individual está protegida por la Constitución. Nos refe-
rimos a la “libertad de conciencia”: el Estado no pude obligar a una persona a
hacer algo que sea incompatible con sus convicciones éticas. El ejemplo más
extendido es el de los objetores de conciencia: personas que, por razones de
conciencia, se niegan a cumplir el servicio militar.
1
Tomado: definición.de/conciencia
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
que hace ser seres humanos, factor que impide ser malvados o inmorales.
No obstante, es indudable que siempre han existido individuos sin concien-
cia, es decir, sin escrúpulos2.
1.1.1. Los adultos sin escrúpulos generalmente fueron niños que cre-
cieron sin amor.
Para nadie es desconocido que cuando se lee el periódico o se aprecia por te-
levisión los robos, asesinatos u otras agresiones que se producen a diario, hay la
impresión de que muchas personas no poseen ninguna clase de ética. En rea-
lidad, este tipo de persona no es consciente de estar actuando injustamente.
Sabe que sus acciones son punibles; sin embargo, en muchos casos, no siente
arrepentimiento alguno ni compasión por sus víctimas. Cuando se conoce más
de cerca a estas personas, se descubre la mayoría de las veces que en su infan-
cia nunca tuvieron la posibilidad de desarrollar una conciencia, de aprender va-
lores éticos, bien sea porque crecieron huérfanos o fueron niños no deseados y
nunca tuvieron el cariño de sus progenitores, que los desatendían o golpeaban
sistemáticamente. Nadie ha enseñado a estos niños a ser buenos3.
Los primeros pasos hacia una conciencia sólida son las orientaciones cotidia-
nas y esta comienza a formarse durante el primer año de vida.
En cuanto a los primeros años de la vida de un niño, los padres deben sentar
las bases de su conciencia. El niño requiere un largo proceso de aprendizaje
para interiorizar LOS PRINCIPIOS. Mucho antes de que pueda entender que
significa lo bueno y lo malo, y por qué unas cosas pueden hacerse y otras no,
habrá recibido la instrucción de los padres. Desarrollará el sentido de lo que
es correcto o incorrecto mediante orientaciones de la madre y el padre: “No
2
GERDA, Pighin. Muchas Personas parecen no tener conciencia ética. Trasmitir valores a los ni-
ños. Pág 14
3
Los niños vienen al mundo sin conciencia. Por este motivo deben aprender a distinguir lo que
es ético de lo que no lo es y actuar en conciencia. Por eso necesitan a los padres. Trasmitir valores
en los niños. Pág. 15
26
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
escupas las comidas” “No tires el plato”, “Dígale buenos días a su tía”,
“Dale a tu hermano un pan”, “Deja que tu amiguito juegue con el tren”
Cómo padres de familia debe permitirles a los niños escuchar qué es correcto
o incorrecto. Los resultados se perciben muy pronto. Los padres no se equi-
vocan cuando tienen la impresión de que su bebé de ocho o diez meses ya
se sabe que no debe golpear la comida con la cuchara, ni escarbar en la tierra
del jardín o macetas. Que el pequeño siga haciéndolo es otra cuestión. Segu-
ramente, la tentación de poner a prueba sus habilidades es demasiado tarde.
Los padres deben comprender que los niños pequeños deben comprobar
continuamente qué sucede antes de interiorizar de modo definitivo cual-
quier conocimiento nuevo. No están dotados de una Conciencia Moral que
los haga comprender que con sus actos molestan, decepcionan u ofenden a
alguien. Esta capacidad la desarrollarán más tarde.
4
La Conciencia Comienza a formarse durante el primer año de vida. Trasmitir valores en los
niños. Pág. 16
5
GERDA, Pighin. Cómo se desarrolla la conciencia. Dentro de la familia, los niños tienen ocasión
de habituarse a los valores. Trasmitir los valores a los niños. Pág 17. 1999, RBA Libros, S.A.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Los niños y niñas mayores son más críticos y críticas y no se dejan dirigir con
tanta felicidad. Normalmente exigen una contrapartida a sus buenos actos:
“¿Podré salir en mi bicicleta si ayudo hacer el aseo?”.
Los adolescentes cuestionan todo aquello que los padres consideran bue-
no y correcto. Permanentemente se tiene la impresión de que tiran por la
borda todos los valores éticos que habían aprendido hasta entonces. Lo que
dicen los padres son tonterías, ideas superadas que no van de acuerdo con
los tiempos. ¡No tienen la menor idea! En esta edad es correcto, sobre todo,
lo que piensa el grupo al cual pertenece. Los de su misma edad son los que
llevan la directriz en cuanto a principios e ideales.
No hay nada que temer, es una época pasajera. La pubertad es una etapa
especialmente difícil en el desarrollo de los niños porque se hallan en trán-
sito entre la infancia y la edad adulta. Han de renunciar al calor protector de
la infancia y levantar el vuelo como seres adultos. Es un proceso traumático
(también para los padres), turbulentos y llenos de inseguridad.
28
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
Para que el niño o niña pueda aprender principios tan importantes como el
respeto a los demás, la tolerancia, el entendimiento o la consideración, se debe
darle una serie de condiciones: tiene que sentirse querido (a), desarrollar lazos
estables con personas de referencia (preferiblemente sus padres), sentirse se-
guro (a) y poseer cierta confianza en sí mismo. Si se analiza desde este punto
de vista, la educación ética comienza con el bebé desde el momento de nacer.
Los padres de familia deben tener presente que un recién nacido depende
completamente de su madre o de otra persona de referencia. Sin ella no po-
6
ROBERTS, Th. (1979): Cuatro psicologías aplicadas a la educación. Madrid: Narcea. Pág. 263.
7
GERDA, Pighin.. Trasmitir los valores a los niños. La comprensión de una norma de conducta de-
terminada depende del nivel de desarrollo del niño y de su edad. Pág 22. 1999, RBA Libros, S.A.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
dría sobrevivir. Durante sus primeros meses de vida los bebés sólo preten-
den una cosa: satisfacer sus necesidades. Al faltarles la noción del tiempo no
puede esperar. Hacen saber si tienen hambre, sed, dolor, si los pañales están
mojados, si se sienten incómodos, si buscan consuelo, diversión, tranquili-
dad, afecto, si tienen frío o calor llorando, o a través de señales más débiles
y sutiles: moviéndose, gimiendo o apartándose. Para las madres, al principio
resulta muy difícil llegar a saber, entre el amplio abanico de posibilidades,
qué es lo que necesita su pequeño.
Cuanto mejor se capten las necesidades del niño más útiles se le es. La satis-
facción rápida y eficaz de las necesidades del bebé aporta a éste una sólida
confianza en el padre o madre. Es un buen punto de partida para la futura
relación de confianza con el niño. La alimentación y el aseo no son lo único
importante. Las necesidades emocionales del pequeño: mimos, caricias, ha-
blar, cantar, mirar, son para el niño tan imprescindibles como la alimentación
y los pañales limpios.
También durante la segunda mitad del primer año de vida, el bebé necesita
estar seguro de obtener todo lo que necesita. No obstante, ahora el niño pue-
de esperar algunos minutos. Cada vez se muestra más activo con su entorno,
le interesa todo aquello que puede ver y oír. La madre ya no debe acudir
enseguida ante la menor señal del bebé y cogerlo en brazos. Si le da un poco
de tiempo (al principio no más de tres o cinco minutos), el niño aprenderá a
tranquilizarse solo. En cualquier caso, va a constituir una experiencia crucial
en el camino hacia la independencia, a menos que, claro está, tenga hambre,
frío o dolor. En estos casos hay que atenderlo de inmediato.
Ahora bien el niño de un año de edad, todavía no domina las normas socia-
les. Las madres que llevan a sus hijos a la guardería lo saben muy bien. Los ni-
ños no juegan entre ellos, sino que lo hacen cada uno por su lado. No tienen
la más mínima consideración con los otros, los contactos no van más allá de
sonrisas, empujones o quitar juguetes.
Durante el segundo año de vida del niño o niña, el primer paso sin ayuda re-
presenta una revolución en su desarrollo. A partir de entonces puede avanzar
30
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
Por otro lado el contacto físico es el medio para relacionarse con los demás.
Los niños pequeños no tienen la posibilidad de conversar porque todavía no
dominan el lenguaje, así que todo lo expresan por medio del cuerpo8.
8
GERDA, Pighin.. Trasmitir los valores a los niños. El contacto físico es el medio para relacionarse
con los demás. Pág 24. 1999, RBA Libros, S.A.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
A la edad de dos o tres años, los niños y niñas, son perfectamente capaces de
entender un “NO”. Lo que sucede es que muchas veces nuestra negativa no
surte efecto, ya que ésta ve en detrimento de sus intereses. A través de accio-
nes más o menos brutales pretenden conocer mejor al otro niño y, por lo tanto,
hacen caso omiso de las observaciones de los padres. Lo mejor en estas cir-
cunstancias es imponer un momento de respiro, apartar al pequeño agresor de
la zona de peligro. Por ejemplo, podemos sacar al niño de la arena y llevárnoslo
unos minutos a un sitio distinto del parque. Si estamos en casa, podemos dejar-
lo unos minutos en su habitación. En caso de conflictos de mayor envergadura,
por ejemplo en la guardería, es preferible llevar al niño de vuelta a casa. Lo más
importante es explicar al niño con tranquilidad, firmeza y seriedad por qué no
debe hacer una cosa (A la niña le duele si le tiras de las trenzas), (El niño está
triste si le quitas el juguete) y no reprobar al niño como persona (Eres imposi-
ble) sino limitarnos a criticar la acción (Morder no está bien).De este modo, el
niño no se siente rechazado y puede aprender lo que es correcto.
Cuando padres e hijos consiguen superar esta fase crítica, comienza a ob-
servarse en el niño de tres o cuatro años la comprensión y sensibilidad hacia
los otros (“¿Te has hecho daño? Ven, deja que te cure la herida”, así como la
consideración. (“Espera, voy a apartar el libro para que no te puedas sentar”).
Este descubrimiento suele conmover a los padres. A partir de esta etapa de
su desarrollo los niños son capaces de percibir cómo se sienten los demás.
Sin embargo, aún no están preparados para obrar en consecuencia. Les sigue
costando, por ejemplo, compartir cosas con otros niños porque acaban de
aprender qué significa poseer algo. La idea de que su compañero de juegos
también quiera un poco de gaseosa no es tan pronunciada como su necesi-
dad de tomarse toda la gaseosa él sólo.
Conocen muchas normas que rigen el ámbito familiar y se ajustan a ellas con
naturalidad. Saben, por ejemplo, que tienen que pedir las cosas “por favor”
32
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
Luisa una niña que acaba de cumplir cuatro años, recibe como regalo una her-
mosa muñeca. Invita a su compañerita María que es vecina y tiene seis años a
jugar juntas. De repente, se escuchan gritos procedentes de la habitación de la
niña. Luisa corre llorando hacia su madre a quejarse de su amiguita maría. “Es
muy mala. Ha puesto a mi muñeca un vestido que yo no quería”. “¿Le has dicho
a María qué vestido hay que poner a la muñeca”, pregunta la madre. “No”,
responde la niña. “Pues entonces no puedes decir de que María es mala”. “Sí
que lo es”. “Yo nunca le pondría a mi muñeca un vestido como ése”. Todos los
intentos de la madre para que su hija comprenda en qué consiste la maldad
fracasa sistemáticamente. No hay más que hablar. Esto no impide, sin embargo,
que minutos después las dos niñas continúen jugando alegremente
9
GERDA, Pighin. Trasmitir los valores a los niños. Los niños interiorizan muchas reglas antes de ir
a la escuela. Pág 27. 1999, RBA Libros, S.A.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Los padres no deben pensar en ningún momento o caso que tienen un pe-
queño ladrón en la familia. De hecho, los niños de entre cuatro y cinco años
aún no pueden distinguir con claridad entre “Mío” y “Tuyo”. Su deseo de po-
seer algo tiene en ellos tanta fuerza que empaña su sentido de la realidad.
Aunque estos actos son muy normales, no por eso los padres han de dejar de
explicar a su hijo la distribución de las propiedades. Es importante enseñar-
les a devolver lo que han quitado a otro niño.
Hay que interpretar que un fenómeno común en los niños en edad preescolar
es su peculiar sentido de la propiedad. La mayoría todavía no ha aprendido
que el supermercado, por ejemplo, no se puede coger sin más todo aquello
que le guste, o que las cosas del escritorio de mamá son tabú. Sin embargo,
suele tener el convencimiento de que “lo que me gusta es mío”. Y a menudo
acaba en sus manos.
Es bueno tener en cuenta que la escuela es llamada, junto con la familia y las
comunidades sociales, civiles y religiosas, a contribuir al proceso de forma-
10
ID., Pág. 29
34
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
Desde todo punto de vista es importante que los padres insistan hablar con su
hijo en el respeto a los sentimientos de los demás. La acción a seguir en rela-
ción a las situaciones anteriores, podrían ser las siguientes: “Tú también tiene
varios lápices y quieres guardártelos para ti solo. A Miguel le pasa lo mismo”.
“María se pone triste cada vez que se le dices que parece una bruja. A mí tam-
poco te gustaría que te lo dijeran. Estas cosas sientan mal”. Lo cual no evitará
que a la menor ocasión vuelvan a repetir la misma conducta. Comprender la
importancia de los conocimientos de los demás requiere un cierto tiempo12.
35
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
bables. Del mismo modo, si el hijo es víctima de este tipo de conductas por
parte de sus compañeros (Lo cual es bastante probable, puesto que casi to-
dos los niños de esta edad son así). Se debe acudir a su ayuda.
Es fundamental que los niños sientan que pueden contar con los padres si se
ven en dificultades. También hay que enseñarles que es bueno pedir ayuda a
otras personas, por ejemplo a los maestros, en caso que de que sean agredi-
dos en el interior de su Institución Educativa o fuera de la misma. El niño debe
saber que puede mantenerse alejado de las peleas. En ocasiones, lo mejor es
apartarse y no responder a las provocaciones de los demás. Por otra parte, un
ataque puede ser repelido por medio de la palabra.
Esta conducta rebelde tiene también una lectura muy positiva: el niño ha
aprendido que existen diferentes puntos de vista y que todos ellos son res-
36
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
Jorge que tiene ocho años, no puede entender, por ejemplo, por qué tiene
que ir a la cama cuando su padre dice: “Ya es tarde. Vamos, que estoy cansa-
do”. “Entonces acuéstate tú; quiero seguir jugando”, esa es su respuesta. Julia,
de nueve años, al volver del colegio dice: “A todos los de mi clase los dejan ver
la película del viernes. Es injusto que yo tenga que irme a dormir”.
Ahora bien para los padres resulta agotador tener que enzarzarse en argu-
mentaciones sin fin cada vez que el niño protesta por una decisión. Tampoco
es siempre necesario. A veces los niños se conforman con un “No “claro in-
equívoco, aunque, naturalmente, nunca van admitirlo. Esto puede aplicarse,
sin ir más lejos, a la televisión. A esta edad, para los niños lo principal no es
hacer respetar su opinión sino la igualdad de trato. Ante su deseo de ver la
película podemos responderle: “Lo que hagan los otros no tiene por qué au-
tomáticamente válido para esta casa. Nada de película a esta hora. Si aún no
tienes sueño, puedes leer en la cama o escuchar un poco de música”. Seguro
que el niño al principio protestará, pero al final aceptará la decisión.
No dejen aún lado las charlas familiares periódicas, en ella los padres e hijos
tendrán la oportunidad de expresar sus problemas en un ambiente relajado,
son muy útiles para dirimir cualquier tipo de tensiones. Los padres pueden
comentar cómo los irrita que los comparen con otros. Pueden explicar a los
hijos que se esfuerzan por ser justos con ellos. Los hijos por su parte, deben
tener la oportunidad de exponer sus opiniones y decir lo que les parece justo
o injusto. En este tipo de reuniones se llega fácilmente a acuerdos que re-
dundan en el bienestar de toda la familia.
Cuando los niños llegan a los diez años comienza un período difícil para
todas las partes. Los padres se asustan al ver el cambio de actitudes de sus
hijos. Los que hasta hace bien poco aún eran criaturas manejables de re-
pente se muestran descarados e insolentes. Se quedan horrorizados antes
37
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
los cambios de humor de sus hijos, que se irritan con facilidad. Cualquier
sugerencia por parte de los padres respecto a la ropa o los hábitos de con-
ducta es desestimada por los hijos, que aducen el clásico:” ¿Qué van a pen-
sar de mí los demás”?.
Las groserías forman parte de su evolución, aunque para los padres resulte
difícil de tolerar, este comportamiento es normal en la evolución de nuestros
hijos. Los adolescentes tienen ante sí un camino difícil donde tendrán que su-
perar múltiples pruebas antes de ingresar en el mundo de los adultos. Deben
despegarse de sus padres al mismo tiempo que luchan por conquistar un
lugar en el grupo de adolescentes. Nuestros hijos madurarán con sus amigos
hasta convertirse en personas adultas.
Es importante que los padres apoyen a sus hijos sin agobiarlos ni coaccionar-
los, sobre todo si surgen dificultades que los sobrepasan como las drogas, la
delincuencia o la sexualidad. Esto representa un desafío que exige mucho
tacto y serenidad por nuestra parte.
Para las madres y los padres esta etapa no es nada fácil, ya que deben dejar
mucha libertad a sus hijos y darles la oportunidad de experimentar y equi-
vocarse por sí mismos. Durante este período de formación, ellos tienen que
encontrar sus propios valores, deben aprender a decidir sobre su vida cómo
seres autónomos13.
13
GERDA, Pighin. Trasmitir los valores a los niños. Los padres, a partir de ahora, deben dar sufi-
ciente libertad a los hijos. Pág. 35. RBA, Libros, S.A. 1999
38
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS
14
ID, Pág. 36.
15
HERNANDO ZANZ, María Ángeles. Estrategias para educar en valores. Propuestas de actuación
con adolescentes. Pág. 37. Editorial CCS. 1997, Alcalá. España.
39
Capítulo 2
El niño necesita ser celebrado por sus avances y logros. Los elogios de los pa-
dres son lo mejores premios para él. La satisfacción que el niño experimenta al
ser alabado por sus logros o esfuerzos aumenta en él su deseo de progresar.
Los niños aprenden principalmente por imitación: imitan a los mayores, quie-
ren hacer todo cuanto ellos hacen. De ahí la importancia del ejemplo que den
los adultos de los niños. Si los padres o adultos le dan cariño, son tranquilos y
acogedores, el niño tenderá hacer lo mismo. Si ellos son fríos e indiferentes o
agresivos, el niño emitirá estas conductas.
16
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág. 69.
41
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Las parejas bien conformadas, en que hay acuerdo en la forma de criar a los
hijos y en que el padre constituye un real apoyo como agente educativo en
la relación con los niños, generan un ambiente muy favorables que impacta
positivamente el desarrollo psicosocial y físico del niño, a pesar de las condi-
ciones de precariedad económica en que se encuentra la familia.
Un factor de riesgo para lograr una vida familiar positiva es la ausencia del
padre en el hogar. Debido a ésta, la madre enfrenta sola situaciones de sobre-
carga de trabajo, preocupaciones y tensiones derivadas de la pobreza y está
en peores condiciones emocionales para proporcionar a sus hijos un ambien-
te positivo. Por ello, es muy importante crear redes de apoyo para la madre
que orienta el hogar. El niño que no recibe cariño cuando pequeño, le será
muy difícil darlo cuando adulto. No tuvo modelo de dar y recibir cariño y por
lo tanto, será más incapaz de entregar cariño.
Un niño que crece sin afecto, sin muestras de cariño como los abrazos, besos,
caricias, palabras acogedoras, es como si careciera de alimentos y como con-
secuencias puede no desarrollarse física y psicológicamente sano. El cariño
es el sustento de la seguridad y del equilibrio personal.
42
CAP 2. EL AMBIENTE FAMILIAR
Los niños necesitan límites: saber lo que está permitido y lo que está prohibi-
do y lo que ocurre si se transgreden esos límites. Los límites deben ser firmes
y mantenidos y ayudan al niño a disciplinarse.
Las familias que entregan pautas y reglas claras de conducta, que usan ex-
plicarlas y son capaces de persuadir al niño o comportarse correctamente,
tienden a tener hijos más independientes y responsables.
Cuando las respuestas son coherentes, el niño puede saber lo que va a pasar
como resultados de sus actos y saber a qué atenerse.
17
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág.73.
43
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Muchas veces hay necesidad que los padres orienten o corrijan al niño. Pero hay
que saber cómo hacerlo, para que produzca cambios positivos en su conducta.
Cuando se corrige o castiga a un niño hay que ser claros: explicar el porqué
del castigo y qué esperan del niño; no se le debe pegar, insultar o maltratar.
Cuando el niño se porta mal es mejor que los padres se calmen primero y ex-
pliquen después cuáles son las razones de la reprimenda. No debe castigarse
a un niño cuando el adulto está con rabia. Él tiene todo el derecho a enojarse,
solo que en ese momento no debe ponerse a educar al niño. Para hacerlo
necesita calmarse primero.
18
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág. 77.
44
CAP 2. EL AMBIENTE FAMILIAR
Las peleas, las discusiones, los gritos y las tensiones de los adultos son perci-
bidos incluso el bebé. El miedo, la inseguridad y la tensión, que estos hechos
provocan, alteran el funcionamiento del desarrollo- psico-social del niño.
La violencia verbal también afecta al desarrollo del niño; hay que evitar agre-
dir verbalmente, destacar solo los errores, comparar despectivamente, ridicu-
lizar, hacer comentarios hirientes sobre el niño pequeño.
Aún en las familias con estrés y que viven en condiciones de pobreza se re-
duce el riesgo de déficit en el desarrollo psicosocial para el niño cuando en la
familia hay un clima de respeto y armonía, una buena estima de cada miem-
bro, se confía en cada persona y en su responsabilidad y se tienen buenas
relaciones interpersonales en cantidad y calidad, con amigos y miembros de
la comunidad.
19
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág.79.
45
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
El uso del castigo físico con el niño tiene consecuencias muy negativas; los
niños castigados frecuentemente tienden a:
Además del castigo físico solo logra frenar o inhibir la conducta negativa por
un rato, mientras dura el dolor del golpe y el temor de un nuevo castigo. Pero
el castigo físico no permite desarrollar conductas positivas, responsabilida-
des o interés por aprender o superar la conducta errada.
No hay ninguna razón que justifique castigar a un niño con golpes. Existen
otras formas de disciplina, no violentas, que son mucho más efectivas y ade-
cuadas para educar a un hijo.
El maltrato del niño se puede evitar entre otras medidas, educando a los pa-
dres sobre la forma de disciplinar al niño y formar hábitos de conducta sin
recurrir al castigo físico, sino a través del diálogo, la fijación de normas claras
y consistentes, y la explicación al niño de lo que es correcto y lo que no es.
Es importante que los padres de familia discutan con otros padres sobre la
forma de disciplinar a los hijos sin tener que recurrir al castigo físico, sino a
través de métodos no violentos y que realmente eduquen. Por ejemplo los
padres pueden discutir alternativas de comportamiento cuando el niño:
46
CAP 2. EL AMBIENTE FAMILIAR
Las causas del maltrato infantil se originan en una serie de factores psicoló-
gicos, familiares, socio-económicos y culturales. Para enfrentar esta situación
es necesario que los padres de familia que incurren en esta práctica negativa
para el desarrollo del niño, tenga acceso a redes de apoyo comunitario y de
especialistas tales como médicos, psicólogos y orientadores que saben cómo
tratar este tipo de problemas.
Hay que recordar que: “Todos los niños tienen derecho a protección con-
tra toda forma de perjuicio o abuso físico, mental o sexual, descuido o
trato negligente, maltrato o explotación”. Artículo 19 de los derechos del
niño aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1989 y ratifi-
cada por todos los países de la región20.
Convención Internacional de los Derechos del Niño. Aprobada por la Asamblea General de las
20
47
Capítulo 3
Hay que considerar que la escuela para padres juega un papel preponderan-
te, por ser un método de enseñanza que facilita a las instituciones educativas,
buscar sensibilizar y capacitar a los padres de familia o adultos que tienen a
cargo niños, niñas y jóvenes educandos en pautas básicas relacionadas con
49
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Por todo lo anterior hay que concebir a la familia como el ente socializador
por excelencia y el ambiente propicio para crecer plenamente como persona.
Lo que se recibe desde el principio en la comunitariedad familiar, influye de
por vida en la persona. Poe esto, se hace indispensable caer en cuenta de
la responsabilidad de hacer una familia un escenario de realización, desde
el cual se siembre en la persona, el germen de todos los valores, se den los
elementos necesarios para la formación del carácter, se infunda el sentido de
pertenencia, se fortalezcan las capacidades requeridas para asumir las res-
ponsabilidades con la vida y el compromiso con la trascendencia.
50
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
basta con que unas personas bien intencionadas se unan para conformar fa-
milia, se hace necesario que haya el deseo sincero de ser:
Formar una familia y trasmitir la vida es el mayor bien que un ser humano
puede proporcionarle a la humanidad y no es posible lograrlo de manera
auténtica si no es dentro del compromiso y la responsabilidad que de alguna
manera hipotecan el futuro de quienes así lo deciden.
Guía 1
Objetivo:
Desarrollar una actividad de sensibilización sobre los aspectos básicos para una
buena crianza, dirigidos a todos los padres de familia o adultos responsables de
niños y jóvenes educandos, que permita promover en los infantes buenas con-
ductas, habilidades de convivencia y rendimiento académico con desempeños
superiores o significativos.
51
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Metodología a emplear:
Duración: 60 minutos
Interrogantes iníciales:
Contenido:
Manifieste un buen ejemplo para sus hijos. Los niños a menudo aprenden a com-
portarse observando cómo se comportan los padres. Por ejemplo, si los padres
manejan bien la frustración, los niños probablemente aprenderán a manejar
bien sus propias frustraciones.
52
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Si los padres usan lenguaje inapropiado y se disgustan cuando las cosas no van
bien, sus hijos aprenderán a actuar de la misma manera.
No tome el comportamiento de sus hijos por sentado. Los padres deben elogiar a
sus hijos cuando se comportan apropiadamente, en lugar de esperar a elogiarlos
hasta cuando hacen algo especial.
Deben también, hacer saber a sus hijos, que ellos notan tanto el buen como el
mal comportamiento.
Provea a sus hijos con mucho cariño, verbal y físico. El contacto físico frecuente en-
tre padres e hijos, tales como abrazos o palmadas de cariño, son muy importantes.
Este cariño debe demostrarse regularmente, los padres deben evitar demostrar
este efecto inmediatamente después de que sus niños se han portado mal.
Sea consistente y previsible con sus hijos. Los niños funcionan mejor si saben a lo
que se atienen. Los padres deben aclarar con exactitud lo que es o no conducta
aceptable. La conducta apropiada e inapropiada de los niños debe manejarse de
manera similar por ambos padres. Ejemplo: ambos padres deben usar los mis-
mos métodos para corregir la mala conducta. La consistencia es solo importante
entre ambos padres. Es también importante día a día para cada padre.
La manera en que se dan instrucciones a los niños afecta la manera en que los ni-
ños las seguirán. Los padres deben mirar a los niños en los ojos antes de dar ins-
trucciones. Gritar instrucciones desde otro cuarto rara vez da buen resultado. Las
instrucciones deben darse de manera clara y específica. Los padres deben evitar
dar instrucciones imprecisas como “Te portas bien”. La impresión que un padre
tiene de “portarse bien”, puede ser muy diferente a la del niño. Los padres deben
elogiar a sus hijos cuando siguen instrucciones. Deben también estar preparados
para hacerlas cumplir.
53
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Coloque reglas claras y específicas. Los padres deben evitar poner reglas que
no puede reforzar. El cumplimiento de las reglas debe ser de manera casual. La
corrección por romper las reglas debe establecerse por adelantado. Cuando se
rompe una regla, los niños deben ser corregidos de manera apropiada, no con
castigo físico ni verbal. Permita a sus hijos que ayuden con tantas tareas cotidia-
nas como sea posible. L a mayoría de los niños disfrutan pasar tiempo con los
padres, y esto puede ser una buena enseñanza. Observe a sus hijos de cerca. Los
padres deben elogiar a los niños más chicos cuando tienen buena conducta. Los
padres deben evitar caer en la trampa de no querer perturbar a los niños cuando
tienen un buen comportamiento. Deben asegurarse de saber dónde están sus
hijos y qué están haciendo.
Evite sermonear, fastidiar, insultar y gritar para manejar la conducta de sus hijos.
Este planteamiento es rara vez efectivo y a menudo empeora los problemas.
Guía 2
Objetivo:
Metodología a emplear:
54
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Duración: 45 minutos
Interrogantes Iníciales:
Contenido:
55
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
La familia es uno de los elementos más relevantes dentro del factor sociocultu-
ral del niño. La familia lo es todo para él, es su modelo de actitud, de disciplina,
de conducta y de comportamiento. Es uno de los factores que más influye en la
emisión de la conducta agresiva. Está demostrado que el tipo de disciplina que
una familia aplica al niño, será el responsable por su conducta agresiva o no. Un
padre poco exigente, por ejemplo, y que tenga actitudes hostiles, y que está
siempre desaprobando y castigando con agresión física o amenazante cons-
tantemente a su hijo, estará fomentando la agresividad en el niño.
Otro factor que induce al niño a la agresividad es cuando la relación entre sus
padres es tensa y perturbada. Dentro del factor sociocultural influirían tanto
el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresivi-
dad, como “no seas un cobarde”.
56
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Cuando las peleas del niño son frecuentes, los padres deben vigilar y obser-
var con más atención el comportamiento de su hijo.
Los pequeños y los niños de edad preescolar a menudo se pelean por los
juguetes. Algunos niños son premiados involuntariamente por su compor-
tamiento agresivo. Por ejemplo, puede que un niño empuje a otro niño, ti-
rándolo al piso y quitándole su juguete. Si el otro niño llora y se aleja, el niño
agresivo se siente victorioso ya que consiguió el juguete. Es importante iden-
tificar si este patrón está ocurriendo en los niños agresivos. Cuando las peleas
son frecuentes, esto puede ser una señal de que el niño tiene otros proble-
mas. Por ejemplo, puede estar triste o alterado, tener problemas controlando
la rabia o tensión, haber sido testigo de violencia o haber sido la víctima de
abuso en el cuidado diurno, en la escuela o en el hogar. Las investigaciones
han demostrado que los niños que son físicamente agresivos a temprana
edad tienen la tendencia a continuar dicho comportamiento cuando son
mayores. Diversos estudios, también han demostrado que los niños que son
expuestos a la violencia y la agresión repetidamente a través de la televisión,
los videos y las películas, actúan de manera más agresiva. Si un niño pequeño
tiene problemas persistentes con la acción de pelear y de morder o exhibe un
comportamiento agresivo, los padres deben de buscar la ayuda profesional
de un psicólogo, psiquiatra de niños y adolescentes o de otro profesional de
la salud mental que se especialice en la evaluación y tratamiento de los pro-
blemas del comportamiento en los niños.
57
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
El castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son
generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño.
Si nos empeñamos en cambiar la conducta agresiva de nuestro hijo, y mantene-
mos la paciencia y la perseverancia, seguramente solucionaremos el problema.
1. Identificar el tipo de conducta, es decir, qué es lo que nuestro hijo está ha-
ciendo exactamente. Hay que ser objetivos y específicos en la respuesta. Si el
niño patalea, grita, o de qué forma expresa su agresividad.
58
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Apuntar también en qué momentos los ataques agresivos son más frecuentes.
Informar del plan elegido a todos los adultos que formen parte del entorno
social del niño. Mantenga una actitud relajada y positiva y notarás los progre-
sos. Al final, todos se sentirán mejor.
Los niños necesitan límites. Cómo educar con disciplina a nuestros hijos. Una
disciplina eficaz a la hora de aplicar los límites a nuestros hijos es lo más impor-
tante. Si nosotros presentamos una buena regla, nuestro hijo estará dispuesto a
cumplirla porque lo que quieren ellos es agradarnos. No nos encontramos pre-
parados para establecer los límites. Nos falta habilidad para hacerlo. Hablamos
demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos
en nuestra forma de expresar con claridad y con demasiada autoridad. Cuando
necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer algo y “ahora” (recoger los
juguetes, irse a la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:
59
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
4. Acentúa lo positivo: Los niños son más receptivos en “hacer” lo que les or-
denan. Directivas cómo el “no” o “pare” dicen a un niño que es inaceptable
pero no explica qué comportamiento le gustaría en cambio. En general, es
mejor decir a un niño lo que debe hacer (“Habla bajo”) antes de lo que no
debe hacer (“No grite”). Padres autoritarios dan más órdenes “no”, mien-
tras los demás están propensos a aplicar el orden con el “hacer”.
60
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma imper-
sonal. Por ejemplo: “Son las 8, hora de acostarse” y le enseña el reloj. En este
caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.
Por ejemplo: “No muerdas a las personas. Eso les hará daño”; “Si tiras los juguetes
de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar aún con ellos”.
8. Sea seriamente consistente: Una regla puntual para una efectiva puesta
del límite es evitar romperla repetitivamente. Una rutina flexible (acostarse a
las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita
a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importan-
tes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o
indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos
seguramente intentarán resistir.
61
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
10. Controla las emociones: Los investigadores señalan que cuando los padres
están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser ver-
balmente y/o físicamente abusivos a sus niños. Hay épocas o circunstancias
que necesitamos llevar con más calma, y contar hasta diez antes de reaccio-
nar. La disciplina es básicamente enseñar al niño cómo debe comportarse. No
se puede enseñar con eficacia si usted es extremamente emocional. Delante
de un mal comportamiento, lo mejor es llevar un minuto de calma uno mismo,
y después preguntar con calma, “¿que sucedió aquí?”. Todos los niños necesi-
tan que sus padres establezcan las guías de consulta para el comportamiento
aceptable. Cuanto más expertos hacemos en fijar los límites, mayor es la coo-
peración que recibiremos de nuestros niños y menor la necesidad de aplicar
consecuencias desagradables para que se cumplan los límites. El resultado es
una atmósfera casera más agradable para los padres y los hijos.
Como corregirlos
No se quiere decir con eso que no se debe corregir al niño. Pero la corrección debe
ser utilizada de una manera racional para mejorar la conducta del niño. No debe
depender de nuestro estado de ánimo.
Hay que controlarse para poder controlar al niño. No se debe aplicar un castigo
con gritos o con riñas, porque esto indica que nuestro comportamiento es nega-
tivo y vengativo, lo que reforzará a una conducta no aceptable. Si enseñamos a
los niños que para resolver una situación conflictiva es necesario gritar, no resol-
veremos problema alguno.
¿Porque tenemos que gritarles para decir que no griten? Así no solucionare-
mos nada. Estaremos caminando en círculo, sin avanzar.
Para aplicar una corrección, hay que oír al niño, pero no se debe aceptar excusas o
promesas por su parte. El niño debe saber que no hay excusas ni explicaciones para
la agresión. Que no se debe hacer daño a los demás y que por eso será corregido.
62
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Antes de aplicar una corrección, el niño debe estar advertido y avisado de una forma
firme y definitiva. Y no hay que esperar que él emita toda la cadena de conductas
agresivas para darle una corrección, debe hacerse al principio sin requerir tiempo,
energía ni molestias por parte de quién la aplique. El tipo y el modo de corrección no
pueden provocar fuertes respuestas emocionales en el niño, hay que conciliar la co-
rrección con reforzamiento de buenas conductas que harán que el niño “piense” en
cómo se debe comportar, y en lo que ha hecho para que se le aplique una corrección.
Cuando el niño es mayor, hay que ayudarlo a desarrollar sus habilidades de auto-
control, utilizando la corrección dentro de un contexto de un contrato de conducta.
Guía 3
Objetivo:
Metodología: Sensibilización.
Duración: 60 minutos
63
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Contenido:
Algunos expertos afirman que una baja autoestima contribuye a tener este tipo
de problemas, mientras que una buena autoestima puede ayudar a que una
persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los de-
más, sea más sensible a las necesidades del otro, y entre otras cosas, que esté
dispuesto a defender sus principios y valores. Lo ideal sería que los padres no solo
se preocuparan por mantener la buena salud física de sus hijos, sino que también
pensaran en la forma de mantener la salud emocional de los mismos, teniendo
en cuenta, que la autoestima es una pieza fundamental en la construcción de
una efectiva infancia y adolescencia.
¿Qué es la autoestima?
64
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Lo mejor es que los padres estén atentos para detectar comportamientos que
sean muestras de baja autoestima. Para eso, es necesario estar con los hijos,
charlar con ellos, e interesarse por sus actividades, dudas, cuestionamientos, etc.
Relacionamos aquí algunas señales de que o todo va bien o de que algo va mal
en el desarrollo de la autoestima del niño:
65
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Cuando eso ocurra, lo primero es acércate más a tu hijo, tener conciencia del pro-
blema que tiene, e intentar ayudarlo como sea. El apoyo de la familia es funda-
mental en el proceso de recuperación.
Por lo general un niño con buena autoestima suele demostrar el deseo de in-
tentar cosas nuevas, de aprender, de probar nuevas actividades; de ser respon-
sable de sus propios actos; de tener comportamientos pro-sociales; de tener
confianza en sí mismo y en sus capacidades; de colaborar con los demás; de
reconocer sus errores y aprender con ellos. En estos casos, el padre o adulto
a cargo no tiene nada de qué preocuparse. Su hijo estará construyendo una
buena autoestima, pero no debemos olvidar que ni él ni nadie son perfectos.
Algunos padres imaginan al niño ideal y llegan a aplastar al niño real, que nada
tiene que ver con el que ellos idealizaron.
Los padres deben tener una idea realista y clara de cómo es su hijo y quererle por
todo, lo bueno y lo malo, que es, tratando siempre de ayudarlo a mejorar en sus
debilidades o conductas inapropiadas.
66
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
peren sus problemas, e intenten mejorar sus debilidades, respetando sobre todo
su manera de ser, de pensar y de sentir. No se debe intentar cambiar a nadie, sólo
moldear aquellas conductas que necesite más atención, respetando el tiempo de
los hijos, ya que cada niño evoluciona según su propio ritmo.
Como ya anotamos antes, muchas veces los padres imaginan al niño ideal y lle-
gan a aplastar al niño real, que nada tiene que ver con el que ellos idealizaron.
Cuando eso ocurre el desarrollo personal del niño se verá truncado. Si los padres
no pueden ver cómo su es su hijo realmente, no le estarán ayudando a conocerse
a si mismos. Lo mejor, cuando existen diferencias, es ayudarle a corregir sus de-
fectos de una forma cariñosa y positiva.
Para que un niño se sienta con una buena autoestima no existen recetas precon-
cebidas. Lo que sí existen son algunas consideraciones que pueden servir a los
padres de ayuda:
Para que un niño se sienta seguro es necesario que sea aceptado, valorado, y queri-
do por ser como es. La seguridad hará que el niño actúe con más libertad.
Para que un niño se sienta capacitado para hacer frente a las diferentes situa-
ciones que ocurren durante su desarrollo, es necesario que sus padres les den la
oportunidad de elegir, así como de equivocarse. Y proporcionarle el estímulo ne-
cesario para aceptar responsabilidades y asumir consecuencias.
Para que un niño sienta que puede superarse es necesario que algo le motive. Los
padres pueden motivar a los hijos hacia actividades que beneficien su desarrollo
personal, sin olvidarse de sus capacidades.
Antes de adoptar estas consideraciones es necesario que los padres conozcan las
carencias de sus hijos, así como sus calidades.
67
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Solamente así podrán evaluar en qué etapa se encuentra el niño y tener cer-
teza que la actividad ayudara al desarrollo de este.
Una baja autoestima también puede llevar a una persona a sentirse desvalorada
y, en razón de eso, a estar siempre comparándose con los demás, subrayando las
virtudes y las capacidades de los demás.
Los ven como seres superiores a ella. Siente que jamás llegará a rendir como ellos.
Esta postura le puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a
convencerse de que es incapaz de lograr cualquier cosa que se proponga.
68
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Guía 4
Objetivo:
Duración: 60 minutos
69
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Contenido:
Los niños aprenden a comunicarse observando a los padres. Si los padres se co-
munican abierta y efectivamente, es posible que sus hijos lo hagan también. La
habilidad de comunicarse beneficiará a los niños toda su vida. Los niños empie-
zan a formar sus ideas y opiniones de sí mismos bajándose en la forma como los
padres se comunican con ellos. Cuando los padres se comunican efectivamente
con sus hijos, les demuestran respeto. Los niños empiezan a sentir que sus padres
los escuchan y los comprenden, lo cual les aumenta su amor propio.
70
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Cuando los padres se comunican asertivamente con sus hijos es más probable
que sus niños estén dispuestos a hacer lo que se les pide.
Estos niños saben lo que esperan sus padres de ellos, y una vez que saben lo que
se espera de ellos, es más probable que lo cumplan.
Estos menores son más aptos para sentirse seguros de su posición en la familia, y
es posible que sean más cooperativos.
Comuníquese al nivel del niño: Cuando los padres se comunican con sus hijos,
es importante que lo hagan al nivel del niño, verbal y físicamente. Verbalmente,
71
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
los padres deben tratar de usar lenguaje apropiado a la edad de sus hijos para
que puedan entender.
Con niños más pequeños, esto se puede lograr usando palabras simples. Por ejem-
plo, los niños pequeños entienden mejor si se les dice, “No le pegues a tu herma-
na,” en lugar de “No es aceptable que golpees a tu hermana.” Los padres deben
saber lo que sus hijos pueden entender y lo que no. Físicamente, para la comunica-
ción asertiva, los padres deben tratar de ponerse al nivel del niño ya sea de rodillas,
sentados o agachados. Esto facilitará el contacto con la mirada y los niños se senti-
rán menos intimidados por los padres cuando se miran cara a cara.
Los padres que hacen esto, les demuestran a sus hijos que están interesados en
lo que ellos dicen. Si no se hace contacto con la mirada, los niños pueden pensar
que sus padres no están interesados en lo que ellos están diciendo.
Elimine las distracciones: Cuando los niños expresan el deseo de platicar, los pa-
dres deben brindarles su atención completa. Deben poner a un lado lo que están
haciendo, mirar a sus hijos y prestarles atención. Si los padres por ejemplo, con-
tinúan leyendo al periódico, o mirando la televisión cuando sus hijos tratan de
comunicarse, los niños pueden pensar que sus padres no están interesados en lo
que tienen que decir o que no es importante. Si los niños desean comunicarse y los
padres no pueden, los padres deben planear un momento para platicar con ellos.
Escuche con la boca cerrada: Los padres deben tratar de interrumpir lo menos
posible cuando sus hijos hablan. Pueden ofrecer apoyo por medio de una sonrisa
o una caricia, sin interrumpir. Las interrupciones a menudo hacen que la persona
que habla pierda su concentración, lo que es muy frustrante.
Haga saber a sus hijos que han sido escuchados: Una vez que los niños han
terminado de hablar, los padres pueden mostrarles que han prestado atención re-
pitiendo lo que acaban de escuchar, con palabras diferentes, por ejemplo, “Parece
que tuviste un día muy bueno en la guardería.” Esto no solo les indica que sus pa-
dres han estado escuchando. También es una oportunidad de aclarar las cosas si
los padres no entendieron algo o interpretan mal lo que sus niños tratan de decir.
72
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Mantenga las conversaciones breves: Entre más pequeños son los niños, mas
difícil es que pongan atención a sermones largos. Una buena regla es que los
padres hablen con sus hijos por 30 segundos, luego pregúnteles algo o pida su
opinión de lo que se ha hablado. El objetivo es que los padres pasen información
a sus hijos poco a poco y cerciorarse que los niños están atentos y comprenden lo
que se les dice. Los padres deben permitirles a sus hijos que decidan cuando algo
es demasiado. Deben buscar señales de que sus hijos han escuchado suficiente.
Exprese sus ideas y opiniones a sus hijos cuando se comunique con ellos.
Para que la comunicación sea efectiva, deben Existir dos lados (emisor-receptor).
No sólo los padres deben estar disponibles para sus hijos y listos a escucharlos,
para que la comunicación efectiva tome lugar; también deben estar preparados
para compartir ideas y sentimientos con sus hijos. Los padres pueden enseñar a
sus hijos muchas cosas como son los valores, expresando sus ideas y opiniones.
Cuando comparten sus ideas, sin embargo, deben tener cuidado de no pasar
juicios. Parece lógico que entre más francos sean los padres con sus hijos, más
francos serán los hijos con sus padres.
73
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
semana y/o cuando hay algo que la familia debe discutir. La familia puede uti-
lizar estas juntas para discutir detalles cotidianos, como tareas, horas de volver
a casa y horas de acostarse. Estas juntas familiares también son una buena
oportunidad para discutir quejas y problemas. Este tiempo también se puede
utilizar para hablar de cosas positivas que han ocurrido durante la semana. Lo
importante es que cada miembro de la familia tenga tiempo para hablar y ser
escuchado por los demás.
El horario regular para platicar y comunicarse no tiene que ser tan formal como
la junta familiar. Por ejemplo, las familias pueden utilizar la hora de la cena para
enterarse de lo que sucede con los demás. O los padres pueden hacer tiempo
para tomar parte en juegos de comunicación, como escoger temas específicos de
discusión y darle a cada uno en la familia la oportunidad de expresar su opinión.
Lo que importa es que la familia aparte tiempo regularmente para comunicarse
con uno y otro.
Admita cuando usted no sabe algo: Cuando los niños hacen preguntas que
los padres no pueden contestar, los padres pueden admitir que no saben la res-
puesta. Pueden también utilizar estas ocasiones como lecciones. Por ejemplo,
los padres pueden enseñar a sus hijos a encontrar información en la biblioteca,
en las enciclopedias, etc. Es mucho mejor que los padres demuestren a sus hijos
que ellos son humanos y que no saben todo, que inventar alguna respuesta
que puede ser falsa.
Todas las familias tendrán conflictos una que otra vez. Aunque los conflictos
pueden ser desconcertantes, hay varias cosas que los padres pueden hacer para
aminorar los conflictos y al mismo tiempo mantener abiertas las líneas de comu-
nicación. A continuación se ofrecen algunas sugerencias:
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Sea cortes. Los padres no deben olvidar las reglas comunes de cortesía solo por-
que se trata de sus hijos. Durante los conflictos, o quizás en otras ocasiones, los
padres deben tratar a sus hijos con el mismo respeto con que tratarían a cual-
quier otra persona. Los niños son personas también, y por lo tanto merecen ser
tratados con respeto, A veces durante el calor de la discusión o el desacuerdo,
los padres les dicen cosas a sus hijos que nunca dirían a otro pariente o amistad
cercana. Los padres deben hacer el esfuerzo de no hacer esto.
Utilice mensajes de “YO”. Cuando se discuten los conflictos con sus hijos, los pa-
dres deben siempre tratar de referirse a los problemas conforme a su opinión. Por
ejemplo, en lugar de decir “Tú nunca recoges la ropa como se supone,” los padres
pueden decir “Yo me siento frustrado cuando tu no recoges tu ropa.” Al usar “Yo”,
los padres deben expresar a sus hijos como los hace sentir su conducta, en lugar
de acusarlos o humillarlos. Hablar en términos del “YO”, es efectivo con los niños
porque ellos no tienden a rebelarse contra algo que se les dice con respecto a la
manera de sentir de los padres.
Cuando se les dice algo con respecto a los sentimientos del padre, los niños se
sienten menos amenazados que si se les habla con acusaciones y/o culpa, de
igual manera, expresar los mensajes en esta forma, también enseña a sus hijos a
ser responsables por sus actos. Los padres que expresan sus sentimientos de tal
manera enseñan a sus hijos a comportarse así también.
Esté dispuesto a perdonar. Enseñe a sus hijos a perdonar, haciéndolo usted mismo.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Recuerde que esta lista no contiene todos los ejemplos de comunicación negativa.
Interrupciones. Cuando los niños estén hablando, los padres deben darles la
oportunidad de terminar lo que están diciendo antes de que ellos hablen. Es una
regla de cortesía. Los niños que sienten que no son escuchados, pueden dejar de
tratar de comunicarse con sus padres por completo.
Críticas. Los padres no deben de criticar los sentimientos, las opiniones o ideas de
sus hijos. A menudo los niños miran esto como un ataque, lo que resulta en poco
amor propio o baja autoestima. Cuando sea necesario, los padres deben criticar
cierta conducta, o lo que sus niños han hecho, pero no critique al niño mismo.
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
hijos han cometido en el pasado, están enseñando a sus hijos a guardar rencores
por mucho tiempo. Además, los niños deben saber que una vez que un problema
ha sido resuelto, permanecerá resuelto.
Usar sarcasmo. Los padres están usando sarcasmo cuando dicen algo que no
quieren decir, o insinúan lo opuesto a lo que dicen por el tono de su voz. Un ejem-
plo sería un padre diciendo “Oh, qué gracioso eres,” cuando un niño rompe algo.
El sarcasmo hiere a los niños y nunca sirve cuando los padres tratan de comuni-
carse efectivamente con sus hijos.
Decirles a sus hijos como resolver sus problemas. Esto sucede cuando los pa-
dres intervienen y les dicen a sus hijos como hacer las cosas, en lugar de dejar-
los que busquen soluciones a sus problemas. Los padres que le dicen a sus hijos
como resolver sus problemas, pueden hacer creer al niño que el no tiene ningún
control sobre su propia vida. Estos niños pueden acabar creyendo que sus padres
no les tienen confianza, o, pueden ofenderse cuando se les dice lo que deben ha-
cer y como resultado se rebelan contra los consejos de sus padres.
Hacer a los niños sentirse menos. Las humillaciones toman diferentes formas,
como nombres ofensivos, ridiculizar, pasar juicio, culpabilidad, etc. Las humilla-
ciones perjudican la buena comunicación, también dañan el amor propio de los
niños, los niños que son humillados por sus padres a menudo se sienten rechaza-
dos, no amados, e incapaces.
Amenazar. Las amenazas rara vez son efectivas. A menudo hacen que los niños
se sientan sin poder y se resienten con sus padres.
Mentir. No importa que tan grande sea la tentación de inventar una mentira
para evitar, por ejemplo, hablar del sexo, los padres nunca deben mentir. Debe-
rían tratar de ser francos y honestos con sus hijos. Esto hará que sus hijos también
sean francos y honestos con sus padres. Además, los niños son muy perspicaces.
Son muy buenos para presentir si sus padres son totalmente honestos con ellos,
esto puede causar desconfianza.
Negarles sus sentimientos a los niños. Cuando los niños les dicen a sus padres
como se sienten, los padres no deben de tomarlo a la ligera. Si por ejemplo, el
padre piensa que el niño no debería estar triste por haber perdido un juego de
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
basquetbol, no debería decir nada. Puede en cambio decir algo que ayude, por
ejemplo, “Yo sé que tú querías realmente ganar. A veces es difícil perder.” Con ni-
ños más pequeños, esto se puede lograr con palabras más sencillas y directas.
Los niños necesitan que sus padres apoyen sus sentimientos, los padres necesi-
tan demostrar apoyo a sus hijos cuando se trata de sus sentimientos. Si no, sus
hijos se sentirán mal entendidos por sus padres.
Aquí hay algunos ejemplos de cosas que los padres pueden decirle a sus hijos
para ayudar a abrir las líneas de comunicación.
El resultado será una relación más cercana y positiva entre los padres y sus hijos.
Guía 5
78
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Objetivo:
Duración: 45 minutos
Interrogantes en el desarrollo: ¿Ayuda su hijo con las tareas del hogar? ¿Sus
hijos toman decisiones Por si mismos?
Interrogante final: ¿Cree que las pautas dadas ayudan en el proceso de crear
responsabilidad e independencia en su hijo?
Contenido:
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Este es el tiempo apropiado para que los padres empiecen a enseñar responsa-
bilidad a sus hijos.
Permita que sus hijos hagan las cosas por sí mismos. Aún los niños peque-
ños muestran interés en hacer cosas por si solos. Los padres pueden fomentar
independencia permitiendo que sus hijos hagan las cosas por si solos en cuanto
muestren el interés. Los padres deben enfocarse en el esfuerzo y no criticar los
resultados. Los padres deben elogiar a sus hijos por hacer las cosas por sí mismos.
Conforme los niños crecen y maduran, naturalmente querrán hacer más y más
actividades por si mismos.
Permita que sus hijos ayuden con tareas difíciles. Los padres deben ayudar
a sus hijos a intentar hacer cosas nuevas y a enfrentarse nuevos obstáculos, esto
ciertamente elevará el sentido de confianza en los niños. Los padres deben tener
cuidado y escoger tareas que los niños pueden cumplir.
Ayude a sus hijos a tomar decisiones. Los padres deben ayudar a sus niños a
tomar decisiones desde pequeños. Primero, escoja algo fácil, como darles dos op-
ciones de escoger la ropa que se van a poner. Conforme los niños crecen, los pa-
dres pueden ayudarles a tomar decisiones más complejas, ellos pueden aprender
a tomar buenas decisiones cuando se les dan buenas opciones.
Ayude y guíe a sus hijos a resolver sus propios problemas. Resolver proble-
mas es una habilidad que se aprende. Cuando los niños están pequeños, los pa-
dres deben enseñar a sus hijos estrategias para resolver problemas, buscando
ayudarlos a encontrar las soluciones a sus dificultades. La habilidad de solucio-
nar sus propios problemas es algo que será muy útil durante toda la vida, ayu-
dando también en el desarrollo de la confianza e independencia.
Ayude a sus hijos a tomar riesgos. Tomar riesgos requiere enfrentarse a la po-
sibilidad de fracasar. Muchos padres tratan de proteger a sus niños de la decep-
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
ción y el fracaso, estos padres no les están haciendo a sus hijos ningún favor, los
niños necesitan riesgos para madurar, también tienen que sentir el fracaso para
poder aprender cómo lidiar con él.
Esté disponible para dar apoyo, cuando sea necesario. Aún los niños más
independientes necesitan el apoyo de los padres de vez en cuando, los padres
deben hacer el esfuerzo para estar disponibles y proveer ayuda a sus hijos cuan-
do sea necesario, los infantes que saben que cuentan con el apoyo de sus padres,
están más confiados para explorar su mundo.
Elogie a sus hijos. Los padres deben proveer a sus hijos con amplios elogios
cuando se comportan de forma responsable en independiente, los adultos que
elogian este tipo de comportamiento les hacen saber a sus hijos que aprecian
sus esfuerzos.
Los padres deben también darse tiempo de mostrar a sus hijos como hacer las
tareas de manera apropiada, recordando, sin embargo, que la manera en que los
niños cumplen con las tareas no es tan importante como que los niños aprenden
sobre la responsabilidad.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Guía 6
Objetivo:
Duración: 60 minutos
Interrogante final: ¿Qué pautas debe seguir para manejar la influencia de los
amigos en su hijo?
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Contenido:
Los amigos pueden influenciar a los niños a hacer algo que ellos no quieren ha-
cer, esta influencia es parte de la vida de casi todos los niños, los infantes pueden
estar sujetos a esta influencia y sucumben a ella tarde o temprano, aunque los
padres no pueden proteger a sus hijos de esta influencia, hay ciertos pasos a se-
guir para aminorar su efecto.
Malas Compañías. Los niños que están sujetos a este tipo de influencia, suelen
tener uno o dos compañeros de comportamiento inapropiado que terminan in-
centivando conductas inapropiadas en ellos también. Los infantes se inclinan a
las malas compañías por una variedad de razones. Algunos niños lo hacen por
atraer atención (de los padres y amigos), y otros lo hacen por compañerismo,
los niños podrían también elegir malas compañías por la emoción que causa el
meterse en problemas, o para rebelarse contra sus padres, o porque no tienen su-
ficiente amor propio y/o confianza en ellos mismos. Al igual que con la influencia
de los amigos, hay ciertos pasos que los padres pueden tomar para aminorar los
efectos que las malas compañías pueden tener en sus hijos.
Forje una amistad cercana con sus hijos. Si no lo han hecho todavía, los pa-
dres deberían forjar una amistad cercana, honesta y franca con sus hijos. Los
niños que tienen una amistad cercana con sus padres suelen hacer mejores pro-
cesos de identificación con pares y se esfuerzan más para complacer a sus pa-
dres, de igual forma, suelen recurrir más a sus padres cuando se encuentran en
problemas o tienen dificultades.
Ayude a sus hijos a comprender la influencia de los amigos. Los niños esta-
rán más capacitados a resistir malas influencias y/o compañías si tienen un me-
jor entendimiento del proceso de interacción social, Los padres deben asegurarse
de que sus hijos sepan que todos los niños, inclusive adultos están sujetos tarde
o temprano a la influencia de los amigos, también deben explicarles que es nor-
mal que los niños sientan la necesidad de adaptarse y convivir con sus amigos,
dando así cabida a la mala influencia. Cuando los niños tengan un mejor enten-
dimiento de este proceso y las emociones relacionadas con las presiones de las
amistades, estarán más capacitados a resistir las malas influencias.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
ticipar toda la familia, como paseos, caminatas en el parque, deportes, etc. Los
padres que dedican algo de su tiempo participando en actividades divertidas
con sus hijos, tendrán más oportunidad de desarrollar amistades cercanas con
ellos, de esta forma, los pequeños que pasan más tiempo con sus familias pue-
den resistirse
Apoye las amistades con modelos ejemplares. Los padres deberían apoyar a
sus hijos a desarrollar amistades con niños de cualidades positivas, esto se puede
lograr invitando a estos niños a jugar o a pasar el tiempo con la familia, también
pueden apoyar a sus hijos para que participen en actividades de grupo (ej. Los
boyscouts, deportes, grupos de la iglesia) los cuales requieren interacción con
modelos ejemplares.
Conozca los amigos de sus hijos y sus padres. Los padres deben esforzarse en
pasar algún tiempo con los amigos de sus hijos para conocerlos mejor. También
deberían intentar conocer a los padres de los amigos de sus hijos, al hacer esto,
los padres pueden ver si los amigos de sus hijos son de buena influencia, y si las
familias de los amigos comparten sus mismos valores y actitudes.
Entérese donde están sus hijos y lo que están haciendo. Cuando los niños
están en casa, los padres deben supervisar sus actividades.
Cuando los niños están fuera de casa, los padres deben asegurarse de saber dón-
de están sus hijos, con quién están y qué están haciendo.
No critique a los amigos de sus hijos. Cuando sus hijos tienen amigos que son
de mala influencia, no es bueno que los padres los critiquen, en muchos casos, los
niños se ponen a la defensiva y continúan con tales amistades ya sea por lealtad
o para rebelarse contra sus padres. En lugar de criticar las malas amistades, los
padres pueden y deben discutir ciertos aspectos de conducta y/o acciones.
Por ejemplo, el padre puede decir, “Parece ser que cada vez que Julia viene a ju-
gar, tu desobedeces alguna regla de la casa.”
Trate de encontrar la razón y discútala. Los niños se dejan llevar por la presión
de los amigos y desarrollan amistades con malos compañeros por muchas razo-
nes. Los padres deben tratar de encontrar las razones y luego intentar resolver
el problema; por ejemplo, si un niño se deja llevar por la presión de los amigos
porque él o ella carece de la confianza necesaria para resistirse a su influencia,
entonces los padres pueden tomar pasos para que sus hijos mejoren la confianza
en sí mismos.
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Promueva una variedad de amistades. Los padres deben de apoyar a sus hi-
jos a que tengan muchos amigos diferentes, esto los expondrá a otros niños con
diferentes actitudes e ideas, así, también promueve la individualidad, y hace que
los niños no se dejen llevar por presiones de ningún grupo.
Enseñe firmeza. Los padres deben enseñar a sus hijos a hacer valer sus creencias,
esto se puede lograr por medio de la imitación. La imitación requiere la práctica
de diferentes respuestas a ciertas situaciones, dándole la oportunidad al niño de
practicar: decir “NO” a sus amigos. Los padres también pueden enseñar a sus hijos
a resolver problemas cuando los amigos los presionan, quizás sugiriendo otras ac-
tividades, o explicando por qué se niegan a participar en ciertas actividades.
Elogia la firmeza. Los padres deben elogiar efusivamente a sus hijos cuando
actúan con firmeza, la conducta que es elogiada es más propicia a ser repetida.
Mantenga la disciplina. Si los niños se dejan llevar por la influencia de los ami-
gos y hacen algo inapropiado, o si se meten en problemas con las malas amista-
des, los padres deben aplicar consecuencias naturales u otra forma de disciplina.
Sermonear posiblemente no será suficiente para erradicar este tipo de conducta
en el futuro. Las consecuencias lógicas pueden ser limitar los privilegios, no per-
mitir al niño a pasar tiempo con el grupo o amigo con el cual se metió en proble-
mas, o corregir el daño que él o ella han causado.
Elogia la firmeza. Los padres deben elogiar efusivamente a sus hijos cuando
actúan con firmeza, la conducta que es elogiada es más propicia a ser repetida.
Mantenga la disciplina. Si los niños se dejan llevar por la influencia de los ami-
gos y hacen algo inapropiado, o si se meten en problemas con las malas amista-
des, los padres deben aplicar consecuencias naturales u otra forma de disciplina.
Sermonear posiblemente no será suficiente para erradicar este tipo de conducta
en el futuro. Las consecuencias lógicas pueden ser limitar los privilegios, no per-
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
mitir al niño a pasar tiempo con el grupo o amigo con el cual se metió en proble-
mas, o corregir el daño que él o ella han causado.
Guía 7
Objetivo:
Metodología empleada: Se le pedirá a los padres que expresen las formas como
ayudan a sus hijos en sus actividades escolares, posterior a esto, se realizará una
presentación escrita en una hoja de papel bon sobre las pautas que suelen poner
en práctica para ayudar a los infantes a desarrollar sus hábitos de estudio.
Duración: 45 minutos
86
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Interrogante final: ¿Qué pautas aprendió para reforzar los buenos hábitos de
estudio en su hijo?
Contenido:
Desafortunadamente, los niños no nacen con los hábitos para estudiar necesa-
rios para tener éxito en la escuela, ellos los tienen que aprender, a menudo los
niños empiezan la escuela sin la habilidad necesaria para salir adelante. A con-
tinuación se ofrecen algunos consejos para que los padres preparen a sus hijos
para la escuela, y al mismo tiempo mejorar hábitos para estudiar.
Los padres deben tratar de fomentar en sus hijos la curiosidad sobre el mundo al-
rededor, esto se puede lograr platicando con sus hijos, escuchándolos, y contes-
tando sus preguntas, los padres deben también procurar exponerlos a muchas
cosas estimulantes e interesantes.
Tome parte. Los padres deben de tomar interés en la educación de sus hijos y
subscribirse a la Asociación de Padres y Maestros, o tomando parte en otras ac-
tividades escolares, si los padres creen que la educación de sus hijos es lo sufi-
cientemente importante para tomar parte en ella y prestarle atención, los niños
también mostrarán interés.
Es una buena idea que los adultos conozcan y se comuniquen con los maestros de
sus hijos, Los padres deben también ofrecer mucho aliento, platicando con sus hijos
acerca de lo que hacen en la escuela, esto ayudará a reforzar lo que han aprendido.
Una vez que los niños avanzan a los grados donde los exámenes y las tareas son
parte del estudio, hay muchas cosas que los padres deben hacer para fomentar
en sus hijos los buenos hábitos para estudiar.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Ponga un horario. Los padres deben decidir con sus hijos a qué hora se va a ha-
cer la tarea cada día, cuando los niños está en los primeros grados, una hora al
día será suficiente. Conforme las tareas y las responsabilidades aumentan, será
necesario más tiempo, es importante que los niños tomen parte en estas decisio-
nes. Los niños deben saber que son capaces de tomar decisiones acerca de sus
estudios. Una vez padres e hijos han decidido el horario, deberían apegarse a él,
si un día no hay tarea, los padres pueden hacer que sus hijos utilicen el tiempo
para leer, o para otro proyecto, es importante que los niños se acostumbren a
estudiar diario.
Proporcione un área para estudiar. Los padres deben de facilitar un área quie-
ta y cómoda para que sus hijos estudien, es bueno que el estudio se lleve a cabo
en el mismo lugar cada día. Los padres deben asegurarse de que sus hijos tengan
a la mano los utensilios que necesitan (por ejemplo, papel, lápices, sacapuntas).
Algunas veces el dormitorio de los niños no es un buen lugar para estudiar. Hay a
menudo demasiadas distracciones.
Ayude a sus hijos a ser organizados. Los padres deben dar a sus hijos un calen-
dario para que puedan anotar las tareas y marcarlas cuando las hayan comple-
tado. Los padres pueden también mostrar a sus hijos como mantener sus tareas
y materiales organizados y como dar prioridad a sus obligaciones.
Proporcione Apoyo. Los padres deben elogiar a sus hijos por su esfuerzo y por
completar sus tareas, también deben tener en cuenta que las tareas puede que
no sean divertidas, no espere perfección.
Ofrezca Ayuda. Los padres deben de estar disponibles para contestar cualquier
pregunta que sus hijos puedan tener. Deben tratar de proveer información pero
sin hacer el trabajo de sus hijos.
Haga que sus hijos sean responsables de su propio trabajo. Los padres no
pueden forzar a sus hijos a estudiar, las quejas y las amenazas no funcionan,
los niños deben saber que ellos son responsables por sus propias tareas y por
estudiar, los padres deben dar a sus hijos responsabilidad, y dejarlos sufrir las
consecuencias si, por ejemplo, no entregan alguna tarea. El papel de los padres
es de ofrecer ayuda.
88
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
la tarde funciona mejor que después de salir de la escuela. Los padres y sus hijos
deben apegarse a una rutina hasta que encuentren una que funciona para ellos.
Recuerde, los niños deben aprender que ellos son responsables por su propio
aprendizaje. Los padres pueden ser la diferencia si proveen a sus hijos con la ha-
bilidad de hacerlo.
Guía 8
Objetivo:
Duración: 60 minutos
89
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Interrogante final: ¿Qué deben hacer los padres para que sus hijos utilicen la TV
adecuadamente? ¿Siente usted que la actividad educativa desarrollada contri-
buye en algo para el manejo de sus hijos en el hogar?
Contenido:
La televisión es la actividad líder de los niños, el tiempo que ellos dedican a la tele
varía en función de la edad, sexo, clase social y está directamente relacionado
con el tiempo dedicado por los padres, así que los padres deben ser un ejemplo,
no es justo achacar a un solo medio de difusión de información y de entreteni-
miento, lo que puede también ser culpa de muchos padres.
Si en el ambiente del hogar los padres tienen la costumbre de ver la tele, segura-
mente los niños les seguirán. En muchos hogares, la televisión ejerce el papel de
compañía, una especie de “niñera”, hay que estar atentos al hábito de ver la tele
de los niños. Es necesario conocer más profunda y particularmente su terreno,
para evitar que nuestros hijos adquieran conductas agresivas y erróneas apren-
didas por imitación. No se puede olvidar que nuestros pequeños están iniciando
su formación y que todo lo que vean, escuchen, y vivan, pesará sobre todo su
desarrollo favorable y/o desfavorablemente.
El tiempo que un niño pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a activida-
des importantes, tales como: la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
con la familia y el desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas
en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben di-
ferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad, están bajo la
influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales
son de bebidas alcohólicas, comidas de preparación rápida y juguetes.
Los niños que ven demasiada televisión están en mayor riesgo de que:
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
De tal manera que, la TV no sólo ofrece sino que impone experiencias, condicio-
namientos a nuestros niños, pues ellos son el principal blanco hacia el cual van
dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.
La violencia televisiva
Según algunas publicaciones del Instituto Nacional de Salud Mental de los Esta-
dos Unidos, la violencia expuesta en la televisión lleva al niño a desarrollar con-
ductas agresivas. Gran parte de esas conductas son aprendidas a través de la
observación y retenidas por largos espacios de tiempo.
La TV surte efecto en las áreas emocionales del niño, influye en sus intereses y
motivaciones, y en su formación integral. Cuanta más violencia vea el niño en la
tele, menos sensibilidad emocional él tendrá ante la violencia, y pasará a usar la
agresión como respuesta a las situaciones conflictivas. Aparte de eso; la observa-
ción de escenas de dolor, horror y sufrimiento resultan en sentimientos que son
descargados en forma continua durante o después de la observación de progra-
mas de contenido violento. Los contenidos “violentos” pueden ser las escenas
que impliquen la destrucción, lesiones o daño (físico y/o psicológico) a personas,
animales o cosas. La acción de los actores, los movimientos de la cámara, el rit-
mo del montaje y el desarrollo de la escena de violencia constituyen una despro-
porcionada fuerza de impacto en la televisión, hasta el punto de que, en mayor o
menor grado, se pueda tomar por real lo ficticio.
Pero, quitando la violencia, los niños también pueden aprender algo positivo de
la televisión. Algunos valores sociales como la cooperación, la amabilidad con
los demás y también algunos aspectos relacionados con su escolaridad. Todo
dependerá de la orientación y control que tengan de sus padres.
De los 4 a los 5 años de edad, los niños establecen hábitos permanentes y carac-
terísticas emocionales, a través de la imitación y la identificación. La imitación
es consciente, pero la identificación es inconsciente y ocurre por la adopción de
pautas de conducta y actitudes de personas significativas para él. Por esa razón,
es necesario estar vigilantes en cuanto a los efectos de la televisión en el niño
92
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
y más específicamente lo que tiene que ver con la violencia televisiva. Escenas
violentas pueden generar conductas agresivas en los niños, por el simple hecho
de aprenderlas e imitarlas.
Si los padres están de acuerdo con que sus hijos vean la televisión, primero deben
estar seguros de que sus hijos tengan experiencias positivas con la tele.
Poniendo límites a la cantidad de tiempo: no más que una o dos horas al día.
Evitando siempre los programas con violencia explícita. Las telenovelas, noticia-
rios, o dramas que pueden causar sufrimientos innecesarios a un niño.
Estimulando discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo mientras miran
los programas juntos.
Relacionando sus valores personales y familiares con los que ven en la tele.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Evitando los dibujos animados que muestren a sus personajes sufriendo. Eso
es muy común en las grandes películas de dibujos animados, en las que el niño
se angustia al identificarse con el personaje. No hay evidencia de beneficios en
que un niño sufra al ver una película infantil. Haciéndoles saber que los perso-
najes en las películas son desempeñados por actores y no por personas reales.
Guía 9
Objetivo:
Duración: 60 minutos
94
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Contenido:
Cómo entender los miedos de tu hijo
Si tu hijo sufre por algún miedo es muy importante que le transmita tranquilidad,
seguridad, y le ayudes a superar sus miedos con mucho cariño y comprensión. De
una forma general, los miedos suelen aparecer en niños de edad comprendida en-
tre los 3 y los 6 años de edad, el niño todavía no entiende el mundo que lo rodea y
tampoco es capaz de separar lo real de lo imaginario. En los primeros años de vida,
el niño conoce la existencia de personajes a través de los cuentos, películas, etc., y a
la vez pasa a inventar compañeros y personajes, e incluso situaciones imaginarias;
así que, los miedos son sentimientos totalmente normales en los niños.
Algunos miedos llegan a ser perjudiciales en el desarrollo del niño, sin embargo
hay otros que incluso, pueden hacer que el niño evite algún accidente: Por ejem-
plo: miedo al cruzar una calle, miedo de caerse del columpio, miedo a los ani-
males, etc. Son miedos que enseñan al niño a ser más precavido en situaciones
que exigen más cuidados. Según algunos investigadores, los miedos aparecen y
desaparecen, y a veces sin darnos cuenta de ello, y cambian a la medida que el
niño va creciendo. Los niños empiezan a tener miedo a las personas extrañas, a
objetos raros, a los ruidos fuertes, a la oscuridad, y luego empiezan a tener miedo
de la muerte, a los monstruos, a los ladrones, etc. Muchos de estos miedos se ven
inducidos por el ambiente externo como las películas, los cuentos, las historias de
los amiguitos, y otros están fundados en experiencias negativas en casa o fuera
de ella, y de hecho pueden servir a los padres como alarma para identificar situa-
ciones de algún maltrato o abuso a su hijo.
Uno de los miedos más habituales en los niños pequeños es la angustiosa separa-
ción de sus padres, el miedo al abandono. Cuando su mamá lo deja en una guar-
dería o con otra persona y se marcha, el bebé o el niño no sabe cuánto debe esperar
para volver a verla, y ahí aparece el miedo a la pérdida definitiva ya que el niño no
tiene la capacidad de medir el tiempo, pero a medida que el niño madura va cono-
ciendo con más profundidad la realidad, y así superará sus miedos. No se puede
acabar con todos sus miedos porque estos también les permiten entender el mun-
do y sentirse más seguros en su habilidad para luchar contra el miedo.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
En las situaciones de ansiedad y de miedos en los niños, los padres deben tener
muy claro que su ayuda es de fundamental importancia en la superación de ta-
les sentimientos, los miedos no constituyen un grave problema, de ese modo, lo
importante es identificar de qué tiene miedo tu hijo y a partir de ahí, posicionarte
a su lado para que juntos superen ese mal momento.
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CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
que viven solamente en los cuentos, en las películas, etc. Repítele esto mu-
chas veces si es necesario.
Tan importante es saber lo qué hacer que lo que NO se debe hacer en cuanto a
la superación del miedo de un niño. Es muy importante que los padres respeten
y busquen entender los miedos que tiene su hijo. Los miedos son inevitables
pero sí controlables si el niño cuenta con la confianza y la ayuda de sus padres
y cuidadores.
No transmita más miedo a su hijo del que ya tiene, él necesita tener su seguridad y
confianza, no ignore sus miedos, no le mienta, por ejemplo, diciéndole que una inyec-
ción no le dolerá o algo parecido. Si mientes sobre una situación de miedo le produ-
cirá más temor. Ayúdale a prepararse para enfrentar la situación con la verdad y con
honestidad. Si tu hijo tiene miedo de irse al colegio, oiga sus razones, llévalo de visita
a la escuela, enséñale su clase y habla sobre lo mucho que irá aprender allí.
No transmita sus temores personales hacia su hijo. Si tienes miedo a las arañas,
tu hijo puede sentirlo. La forma en que enfrentas tus propios miedos le da a tu
niño el patrón a seguir para enfrentar situaciones similares.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
No le obligues a afrontar su miedo solo, este es un error muy grande. Nunca obli-
gues a tu hijo a entrar a oscuras en su habitación si no quiere hacerlo. Provocarás
un aumento de su ansiedad y contribuirás a alargar ese miedo e incluso a per-
petuarlo. Además, el sentimiento de no ser capaz de afrontar la situación no le
dejará sentirse orgulloso de sí mismo.
No le des demasiada importancia. Si cada vez que vea un perro te interpones en-
tre tu hijo y el animal e insistes en que tú le defenderás, el niño acabará pensando
que todos los perros son realmente peligrosos y no podrá superar su miedo.
No ignores los miedos de tu hijo. Si así lo haces, el niño se sentirá perdido y solo.
No encontrará la forma de enfrentarse al problema y percibirá por tu parte des-
interés y falta de cariño y de atención.
Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en las que él vive.
Pero, por lo general, los miedos son universales. Empiezan alrededor del primer
año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años de edad.
En ese periodo, el niño empieza a tener miedo a los insectos, a los animales, a la
oscuridad, a las personas desconocidas, a los fuertes ruidos, a juguetes descono-
cidos, a los truenos y a las tormentas, a la muerte, etc. Conozca un poco más de
cada uno de ellos:
Miedo a las personas desconocidas. Es necesario que hables con tu hijo so-
bre los peligros reales que tiene el hablar con personas a que no conoce. Pero
no debes decirle solamente eso. No aumente sus miedos. Trata de enseñarle al-
gunas reacciones para protegerse de los desconocidos. Por ejemplo: no aceptar
caramelos, ni regalos, ni dar la mano, o dar un paseo con esa persona. En el caso
de que lo obligue a ello, pedir ayuda a policías y dirigirse siempre a quién le está
cuidando en ese momento. Transmítale confianza, seguridad, pero enséñale a
ser precavido ante las personas a que no conocen.
Miedo a la oscuridad. Este miedo puede estar relacionado a algún cuento sobre
monstruos, brujas, que le ha sido mal explicado. Puede también estar relaciona-
do a las pesadillas, a los sueños, o a algún acontecimiento como el cambio de
98
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Miedo a los truenos y a las tormentas. Cuando haya tormentas, busca cerrar
solo los cristales de la ventana. Deja que tu hijo pueda ver la lluvia, y hazle contar
cuántos relámpagos aparecen en el cielo. Siéntate a su lado y explícale la ver-
dadera naturaleza de los fenómenos. Explícale el porqué de la lluvia, de los re-
lámpagos, del ruido de los truenos, etc. Y fundamentalmente explícale que esos
fenómenos son normales y pasajeros. Y que no les hará daño alguno.
Miedo a los animales. Es muy normal que un niño sienta miedo cuando le acer-
ca algún animal que no conoce. Las distancias deben reducirse muy lentamente,
sin que el niño se sienta forzado a ello. Sería conveniente que desde una edad
temprana ayudara a su hijo a familiarizarse con los animales, enseñándole foto-
grafías, luego contándole cuentos en los cuales haya animales, también, viendo
documentales sobre cómo viven y se comportan. El proceso es lento, y se debe
tener mucha paciencia. Acércate a un perro, por ejemplo, y acaríciale, luego pro-
pón a tu hijo que haga lo mismo pero cuando le apetezca. Es importante que
enseñes a tu hijo que antes de tocar a algún animal desconocido, se debe pedir
permiso a su dueño. Solo él sabrá decirle si puedes acercarte o no al perro.
Miedos nocturnos. Hay niños que solo consiguen conciliar el sueño si está uno
de sus padres acostados con ellos o acostados en la cama de los padres. El miedo
a dormirse solo puede estar relacionado a otros miedos, como lo de las pesadi-
llas por ejemplo, evite excitación excesiva antes de la hora de dormir, y si su hijo
le llama a gritos en mitad de la noche porque tiene miedo a estar solo, acude a su
lado y trata de relajarlo con tranquilidad. No adelantará nada si acudes nervio-
sa(o). Háblale del tema y dale muchísimo cariño. Los miedos no son motivos para
grandes preocupaciones desde que observes que no interfieren en el desarrollo
de tu hijo. Pero si alguno de sus miedos no le deja al niño que haga una vida
normal, es probable que necesite de un apoyo psicológico. Y en ese caso, no lo
dudes en hacerlo.
El miedo se aprende
99
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
matices distintos de acuerdo con el ambiente en que se vive. Del mismo modo en
que los padres enseñan naturalmente muchas cosas a sus hijos y, una de ellas,
es el miedo. Aunque para los padres esta enseñanza es apenas vista como una
forma de protección para el hijo. Ejemplo: si el niño se asoma a la ventana, o se
mete debajo de las patas de un caballo. En un principio el niño no teme a nada.
Solamente a lo que le hiere aprendiendo así la emoción de la que es el miedo. Los
niños aprenden a tener miedo. Pero el miedo está relacionado a un comporta-
miento de otra persona, si se hiere un niño eso es una sensación de dolor, pero si
el niño cuando va a vivir una situación de riesgo y alguien le avisa con exaltación
del peligro, esto implicara una sensación emocional. El miedo no es una expe-
riencia directa del niño. El dolor sí. El dolor es un aprendizaje directo y por lo tanto
el niño sabe exactamente lo que ocurrirá. El miedo es indirecto, por lo tanto no
sabe lo que ocurrirá.
Qué hacer. Como el miedo aparece porque hay alguien que lo enseña, desapa-
recerá cuando haya alguien que lo disuelva. Jamás una madre que tenga miedo
del miedo de su hijo podrá ayudarle a sentirse más seguro. Tendrá que estar se-
gura primero de que continuar con ese miedo no le facilitará la vida sino que la
entorpecerá. Está claro que hay que tener miedo. Es necesario para sobrevivir y
diferenciar la realidad de la fantasía, como por ejemplo, tirarse por la ventana,
salir volando, ser superhéroe, etc. Es necesario añadir que las diferencias para
vivir los miedos siempre serán individuales y muy personales porque habrá niños
que aun aprendiendo de situaciones reales con los miedos de sus padres serán
más arriesgados que otros y por lo tanto serán menos miedosos. Y a ellos no hay
que potenciarles, tener miedo y sí enseñarles sus límites. Como por ejemplo: el
que no puede tener alas para volar como Superman, etc.
Otros tipos de miedo. Hay miedos que surgen con los cambios. Ahí lo que ocurre
es que por reacción de una situación (cambio de escuela, casa, comida, amigos,
lenguaje, etc.) que el niño haya tenido estable anteriormente, de pronto cambia
sin previo aviso sin que haya nadie que se haga de mediador en la situación nue-
va. Como reacción natural de cualquier ser humano a lo nuevo entonces aparece
el miedo. La edad que sea, de un niño a un adulto, la reacción es de inseguridad.
Cuando hay cambios y no le explican el cambio, como todo está dando vuelta,
pues la reacción más primordial es el miedo.
Como deshacer un miedo: ¿Se quita el miedo? Sí. El miedo es como un “veci-
no raro” que se instala en la casa. Si es bien recibido seguramente se quedará. Es
como un mago, si le quitas la magia perderá su encanto y dejará de ser un mago.
Al miedo, como al “Señor de los Anillos”, hay que quitarle el poder. Y el poder
siempre está por algo que desconocemos, la varita mágica es el desconocimien-
100
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
to. Por ello hay que explicar, de una forma lógica, lo que produce miedo al que
lo siente. Es primordial para quien quiera disolver el miedo de un niño, quererlo,
creerlo, y estar convencido de que puede. Es más: es necesario creer que el miedo
no tiene utilidad para el niño dándole una explicación lo más verdadera posible.
Existen distintos miedos en la infancia. Pero en todos los casos, es más fácil ex-
plicar el miedo como si fuera un mago, un vecino, algo raro, pero colectivo, para
que el niño se quede más centrado.
8-10 años - A estas edades ya se puede explicar los miedos, y dar autonomía al niño
de cómo resolverlos. El niño tiene que implicarse, sentir que su miedo no tiene senti-
do. Hay que inducir al niño a que encuentre una solución propia. Opine y ayude a que
invente una solución. Que esté convencido de que su miedo tiene que acabar.
Aparte de todo eso, si después de intentar quitar los miedos de su hijo y ves que
eso lo está perjudicando en sus estudios y en su rol cotidiano, llévelo a un espe-
cialista. Hay que respetar los temores de los niños evitando frases como: “Eres
tonto por tener miedo. No seas mentiroso. No te creo. “Un miedo siempre es ver-
dad y real para el que lo tiene”.
Cuando mamá se va
Cuando el hijo llora la ausencia de su mamá. Mamá se va, pero vuelve. Qui-
siéramos evitarles a nuestros hijos todas las penurias, las dolencias, las heridas,
las desilusiones, pero…esto no es posible. Tampoco queremos que crezca en un
mundo imaginario. Entonces ¿por qué no enseñarles desde pequeños a aceptar
las frustraciones y los miedos con los que se encuentra desde el nacimiento?
101
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Todos los que estamos en contacto con niños comprobamos una y otra vez el
atractivo que tiene para ellos (a partir de los 6 meses) jugar ¿dónde está el bebé?”,
Ocultando el rostro, y escuchar su carcajada cuando lo descubrimos.
Alrededor de los 9 meses su juego preferido es arrojar objetos bien lejos y pedir
que se los acerquen de nuevo. Más grandes, conservan el placer de jugar a las
escondidas, en todas sus versiones. Estos juegos divierten tanto a los niños, por-
que les permiten atravesar esa dosis de angustia que genera no ver el rostro o el
objeto o al que está escondido, y disfrutar de la alegría de recuperarlo. Son expe-
riencias que dejan una enseñanza: las cosas, las personas, la salud, el llanto, la
alegría, la tristeza: van y vienen, aparecen y desaparecen.
Guía 10
Objetivo:
102
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Duración: 45 minutos
Interrogantes iníciales: ¿Qué hace usted para ayudar a sus hijos con el mane-
jo de tensión? ¿Sabe usted como reforzar las habilidades de enfrentamiento de
tensión en sus hijos?
Interrogantes finales: ¿Qué pautas debe seguir usted para ayudar a su hijo con
el manejo de tensiones? ¿Siente usted que la actividad educativa desarrollada
contribuye en algo para el manejo de sus hijos en el hogar?
Contenido
La tensión es una parte normal y natural en la vida de los niños. El proceso del
crecimiento trae consigo cierta cantidad de tensión, los niños empiezan a sentir
estrés desde muy temprana edad, y son más vulnerables que los adultos porque
aún no han aprendido formas efectivas de lidiar con el estrés, los padres deben,
por consiguiente, empezar a enseñar a sus hijos desde que están chicos, la habili-
dad necesaria para lidiar con el estrés. Esta habilidad es muy importante para los
niños, no solo mientras crecen sino también cuando son adultos.
Esté consciente de factores protectivos. ¿Por qué parece ser que algunos niños
manejan el estrés mejor que otros? Muchos estudios indican que existen nume-
rosas diferencias entre los niños que manejan y los que no pueden lidiar con el
estrés. Los niños que manejan bien el estrés parecen tener mejor amor propio,
buen sentido del humor, una percepción de que ellos tienen control sobre sus
103
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
vidas, una estructura familiar consistente (reglas/límites), una familia unida, una
relación cercana y de apoyo con sus padres, buenas amistades con maestros y
amigos, una afiliación religiosa, y son reconocidos por sus logros.
Los Niños muestran diferentes síntomas de estrés, esos síntomas dependen a me-
nudo de la edad de los niños, su personalidad, y su nivel de desarrollo. Sin embar-
go, el cuerpo de los niños ofrece señales que indican que el niño puede estar bajo
mucha presión, estas señales incluyen manos sudorosas, dolor de cabeza, can-
sancio, náusea, diarrea, inquietud, depresión, indigestión, frustración, agitación
y cambio en los hábitos de dormir. Otros síntomas pueden incluir irritabilidad,
agresión, ensueños excesivos, extrema sensibilidad, cambio en los hábitos de co-
mer, aislamiento, y cambios generales de conducta.
Cuando los padres y los hijos aprenden a reconocer estas señales de estrés toman
un paso muy importante para combatirlo.
Prepare a sus hijos para enfrentar situaciones estresantes. Los padres deben prepa-
rar a sus hijos a enfrentarse a situaciones que puedan ser estresantes. Los padres
pueden practicar como manejar situaciones estresantes con sus hijos. Por ejemplo,
si el niño se siente tenso porque hay un conflicto en la escuela con un amigo, los pa-
dres deben ayudar a su niño a que practique (con papá o mamá) una conversación
con el amigo para tratar de resolver el conflicto.
Evite la protección extrema de sus hijos. Es a veces difícil para los padres mirar a
sus hijos en situaciones estresantes, puesto que su instinto es a menudo prote-
gerlos de las tensiones de la vida. Sin embargo, el estrés es inevitable. Los padres
les harían un mal a sus hijos si siempre los tratan de proteger del estrés. Los niños
aprenden a manejar el estrés por experiencia propia.
Trate de mejorar el amor propio de sus hijos. Los padres deben ayudar a sus hijos
a ganar confianza para resolver problemas, dándoles responsabilidades y per-
mitiéndoles tomar decisiones desde temprana edad. Los padres deben también
ayudar a sus hijos a que desarrollen interés en cosas en las que puedan tener
éxito. Los padres deben ofrecer a sus hijos mucha ayuda y elogios.
Proporcione ayuda y tranquilidad. Los padres deben estar disponibles para sus
hijos cuando están bajo presión, deben darles muchos abrazos, palmadas en la
espalda, besos, etc. para hacerles saber que están a su disposición. Cuando los
niños están bajo presión, los padres deben hacerles saber que ellos entienden
104
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
que están pasando por un rato difícil. Tener una relación cercana y de apoyo con
los padres es la mejor manera de predecir qué tan bien manejarán los niños las
situaciones estresantes durante la niñez.
Enseñe cómo manejar el estrés de manera apropiada. Los niños aprenden ob-
servando a sus padres. Si los niños ven que los padres manejan el estrés apro-
piadamente, es posible que ellos desarrollen los mismos hábitos cuando estén
bajo presión, los padres deben tratar de demostrar que el estrés es normal y que
se puede manejar de forma calmada y efectiva, los adultos deben tratar de ser
optimistas, y tratar de tomar las cosas estresantes como un desafío y no como
una catástrofe.
Haga que sus hijos aprendan hábitos para relajarse. La habilidad de relajarse
puede ayudar a los niños a desahogar la tensión causada por el estrés, existen
varias técnicas específicas que los profesionales de salud pueden enseñar a sus
hijos, algunas de estas técnicas incluyen hacer que el niño use su imaginación
para recordar o crear imágenes positivas y relajantes (Ej. jugando afuera, pa-
seándose en la playa), otras técnicas de relajamiento incluyen contraer y relajar
sistemáticamente varios grupos musculares. Estos ejercicios deben practicarse
a diario para que sean más efectivos. No es crítico cual técnica de relajamiento
se utiliza, lo importante es que sea cómoda para los niños, que funcione, y que
105
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
los niños se apeguen a ella. Los padres que piensan que sus niños se pueden
beneficiar al usar estas técnicas deberían preguntar a su proveedor de servi-
cios médicos para que los refiera a un profesional capacitado para proveer este
entrenamiento.
Enseñe a sus niños como manejar la crítica. Muchos de nosotros somos criti-
cados una que otra vez, el estrés puede aumentar cuando una persona tiene
dificultad aceptando la crítica. Los niños se exponen a las críticas a temprana
edad, este criticismo puede manifestarse en la broma de un amigo, o en co-
mentarios positivos de padres y maestros. Los padres deben tratar de enseñar
a sus hijos a manejar las críticas desde temprana edad, a los niños se les debe
enseñar que nadie es perfecto y que todos cometemos errores y que podemos
aprender de ellos. Los padres pueden actuar un papel para enseñar a sus niños
a oír las bromas y las críticas.
Proporcione un horario o rutina consistente. Los niños necesitan que las cosas
sean predecibles en sus vidas. Un horario consistente para comer, estudiar, irse
a dormir, etc., permite que sus hijos sepan lo que se espera de ellos. Esto los hace
sentirse seguros y disminuye el estrés.
Ayude a sus niños a interpretar situaciones estresantes. Los niños pueden contro-
lar la manera en que las cosas los afectan, la forma en que el niño percibe una
situación estresante ayuda a determinar qué tan estresante se puede convertir.
Los padres deben tomar pasos para ayudar a los niños a desarrollar alternati-
vas para interpretar las cosas que les causan estrés, por ejemplo, a un niño que
está preocupado porque piensa que no le cae bien a la maestra porque ella no le
saludó al principio de la clase, se le puede preguntar si hay otra cosa que pueda
explicar el comportamiento de la maestra. Los padres pueden sugerir que quizás
la maestra estaba preocupada pensando en otra cosa y que por eso se le olvidó
106
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS
Cuando los niños sufren por mucho estrés, los padres deben ayudarlos a tomar
parte en actividades que puedan disfrutar (Ej. deportes, arte, lectura). Para que
la actividad reduzca el estrés, debe ser algo que ellos disfruten y que los distraiga.
Ayude a sus hijos a hacer ejercicio regularmente. El ejercicio regular es una ma-
nera excelente de manejar el estrés; primero que todo, ayuda a desahogar la ten-
sión creada en el cuerpo de los niños, en segundo lugar, el ejercicio proporciona
salud física, lo que permite que el cuerpo de los niños pueda combatir el estrés
más efectivamente, y por último, el ejercicio ayuda a mantener salud mental, fa-
cilitando la habilidad de relajarse. El ejercicio, sin embargo, no será efectivo si no
es regular, la actividad que se escoge no es importante. Lo que importa es que los
niños la disfruten. Además, los niños harán ejercicio regularmente si los padres lo
hacen también y están en buen estado físico.
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
revisen cada posibilidad y evaluar la posibilidad de éxito. Una vez que las solu-
ciones han sido evaluadas, los padres deben ayuda a sus hijos a escoger la mejor
solución posible. Los padres deben ayudar a sus hijos y elogiarlos cuando usan
formas efectivas para resolver problemas.
Enseñe a sus hijos a manejar su tiempo. Los padres deben enseñar a sus hijos a
darle prioridad a las cosas, si los niños tienen la tendencia de tomar muchas res-
ponsabilidades, los padres deben ayudarles a limitar sus compromisos, también
pueden enseñar a sus hijos a administrar su tiempo (Ej. cierta cantidad de tarea
escolar) para que puedan terminar sus compromisos.
Enseña a sus hijos a tener confianza en sí mismos. A los niños que tienen miedo
de defenderse, se les dificulta manejar situaciones estresantes. Los padres deben
enseñar a sus hijos a defenderse por sí mismos, los padres pueden asumir algún
papel para enseñar a sus hijos a defenderse por si solos de una forma apropiada
y no agresiva.
Fomente el buen sentido del humor de sus hijos. Los niños que pueden ver el
lado divertido de las cosas y pueden reírse de sí mismos tienden a manejar situa-
ciones estresantes más efectivamente, los padres deben enseñar a sus hijos a no
tomar las cosas tan seriamente. ¡La risa es buena medicina!
108
Capítulo 4
Los principios que deben orientar las actividades programadas con los pa-
dres de familia o adultos responsables de niños y jóvenes educandos:
21
HERNANDO ZANZ, María Ángeles. Estrategias para educar en valores. Propuestas de actuación
con adolescentes. Pág. 37. Editorial CCS. 1997, Alcalá. España.
109
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
• Las acciones no deben ser puntuales sino que deben formar parte de un
proceso que establezca métodos estrategias que permitan a los padres
de familia o adultos a cargo de niños y jóvenes intervenir con regularidad
en la educación de sus hijos.
• Los padres de familia deben ser parte activa del proceso de una educa-
ción en valores.
• Las actividades dirigidas a los padres de familia no sólo deben dar res-
puesta a las necesidades de éstos, sino que deben pretender también
su formación en aquellos temas en los que su intervención es ineludible
y, sin embargo, no han sido preparados para ello, como pueden ser los
aspectos evolutivos de sus hijos.
4.1. Actividades.
110
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES
Lo que a continuación vamos a exponer son los distintos aspectos del modelo de
intervención psicosocial a desarrollar con Grupos de Padres para la formación
de valores y actitudes a sus hijos.
111
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Los padres son agentes importantes en la educación de sus hijos, y por consi-
guiente del cambio en las actitudes y valores de estos, si a éstos se les dan los
instrumentos necesarios para ser eficaces. También pueden ser considerados
como elementos de la comunidad que pueden trasmitir al grupo social al que
pertenecen los conocimientos recibidos en el Grupo de Padres u mejorar su pro-
pio estilo de vida.
112
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES
Es conveniente centrarse en uno de los aspectos concretos del problema con el fin
de ser efectivos y lograr los objetivos. Las técnicas del rol-playing y el modelado
pueden ayudarnos a clarificar los conceptos que se quieren trasmitir.
El espacio más amplio de esta segunda parte se dedicará a compartir los pro-
blemas, dificultades y logros alcanzados con respecto a las situaciones-proble-
mas que están viviendo. El contrastar ideas supone un enriquecimiento mutuo
y un refuerzo.
113
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
• Se debe efectuar un estudio del entorno para detectar y conocer las ne-
cesidades más urgentes de tipo económico, cultural, educativo, ambien-
tal, familiar, etc.
• En lo sea posible la Institución Educativa, debe tomar las acciones necesa-
rias para favorecer y mejorar, las necesidades que pueda ofrecer el entorno.
• Se deben programar acciones de colaboración con las entidades u orga-
nizaciones que estén presentes en el medio.
Actividades
Estudio del barrio:
• Ancianos
• Padres de familia
• Juventud
114
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES
Este ambiente se puede conseguir asumiendo todos los objetivos del Eje Trans-
versal y celebrando días señalados con actividades en las que toda la institución
educativa participe.
• Día de la paz
• Día de los Derechos Humanos
• Día de la mujer
• Día del Medio Ambiente
Objetivos.
Objetivos.
115
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
Actividades
Juegos cooperativos
Objetivos.
• Promover las actitudes hacia el juego que tienen que ver con el mero hecho
de jugar, evitando las actitudes competitivas.
• Facilitar el aprendizaje de la cooperación y de las relaciones humanas.
• Impulsar el espíritu de grupo en los alumnos como medio para alcanzar fines
colectivos.
Posibles juegos.
• Juegos de presentación.
• Juegos de confianza.
• Juegos de cooperación.
• Juegos de comunicación.
Objetivos.
Contenidos.
116
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES
Objetivos.
Actividades.
Objetivos.
Formas de contactar.
117
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
4.9. Estándares22
Moviliza su éthos para crecer como persona humana en medio de los demás y en
medio de la naturaleza la cual necesita cuidado y atención.
c. Proyección y trascendencia.
22
BETUEL, CANO. La Ética: arte de vivir. Taller para formación en Valores. Pág. 201-203.
118
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES
4.11. Competencias
119
Conclusión
Las funciones de la familia sin duda alguna han estado históricamente en cam-
bio permanente, adaptándose progresivamente a las nuevas situaciones y retos
con la sociedad y la escuela misma.
La presente obra literaria facilita guías para que los docentes le puedan dar a
los padres de familia instrumentos de análisis y de cambio de actuación ante la
educación en valores y los problemas de sus hijos y fortalecer en ellos los conoci-
mientos, actitudes y prácticas relacionadas con la formación que puedan impac-
tar positivamente en la funcionalidad familiar y el sano desarrollo de los niños,
niñas, adolescentes, teniendo en cuenta las distintas capacidades y esfuerzos de
sus hijos por encima de los resultados y compensaciones.
121
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
un mundo más civilizado, así como también más comprometido con el cambio
en la mejora de las actitudes personales y sociales.
Otros aspectos que propende esta propuesta educativa es: desarrollar en los Pa-
dres de Familia habilidades y destrezas concretas en el desarrollo de la Educa-
ción en Valores para la interrelación con sus hijos, que les permitan solucionar
los problemas más comunes que se presenten en la formación de los mismos,
favorecer el aprendizaje de técnicas adecuadas para la observación del origen
de la conducta problema, y de la búsqueda de soluciones para rectificarlas y en
última instancia es hacer de los Padres de Familia facilitadores del desarrollo de
valores y actitudes cívico-sociales al interior de su núcleo familiar.
Las autoras de la presente obra literaria son conscientes que los padres de familia
para poder desarrollar sus funciones, ellos necesitan información y formación
previa. Los padres de familia tienen que estar permanentemente involucrados en
el proceso de formación de sus hijos y formar significa, criar, educar y adiestrar.
122
CONCLUSIÓN
123
Bibliografía
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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.
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