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Educación

Didáctica de los valores


en la escuela
Estrategias para el trabajo educativo con los padres de familia

Laudith Herrera Pertuz


Alexander Ortiz Ocaña

Bogotá - México, DF
Ortiz Ocaña, Alexander, et al.

Didáctica de los valores en la escuela / Alexander Ortiz Ocaña y Laudith Herrera


Pertuz -- Bogotá : Ediciones de la U, 2018
128 p. ; 24 cm.
ISBN 978-958-762-888-3 - e-ISBN 978-958-762-889-0
1. Educación 2. Pedagogía 3. Proceso formativo I. Tít.
657 ed.

Área: Educación
Primera edición: Bogotá, Colombia, septiembre de 2018
ISBN. 978-958-762-888-3

© Laudith Herrera Pertuz y Alexander Ortiz Ocaña


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Contenido

Presentación............................................................................................9
Introducción.............................................................................................11
Objetivos..................................................................................................15
General.....................................................................................................15
Específicos................................................................................................15
Logros.......................................................................................................17
Justificación.............................................................................................19
Desarrollo de los contenidos..................................................................23

Capítulo 1. Transmitir valores en los niños............................................25

1.1. Cómo se desarrolla la conciencia. .................................................................... 25


1.1.1. Los adultos sin escrúpulos generalmente fueron
niños que crecieron sin amor.................................................................. 26
1.1.2. Los niños pequeños desconocen qué es correcto.......................... 26
1.1.3. La conciencia va creciendo por etapas................................................ 27
1.1.4. Los niños en edad preescolar se dan cuenta
de lo que hacen mal sus compañeros de aula................................. 28
1.1.5. Inculcar valores a los adolescentes es mucho más difícil.............. 28
1.2. ¿Qué comprenden los niños a cada edad?.................................................... 29
1.2.1. La conducta ética requiere seguridad en uno mismo.................... 29
1.2.3. Cómo se facilita la distensión.................................................................. 32
1.2.4. Todo Mío: es normal................................................................................... 32
1.3. Los niños en edad preescolar necesitan explicaciones............................. 32
1.3.1. El espíritu de equipo en los niños se debe formar lentamente..33
1.3.2. Los niños en edad escolar necesitan apoyo....................................... 34
1.3.3. Los niños pueden ser crueles. ................................................................ 35
1.3.4. Los niños tranquilos necesitan más apoyo........................................ 35
1.3.5. Los niños defienden un punto de vista propio................................. 36

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

1.4. Los adolescentes necesitan comprensión..................................................... 37

Capítulo 2. El ambiente familar cálido y seguro favorece


el desarrollo del niño...........................................................41

2.1. Los niños que pertenecen a familias cariñosas y estimuladoras


tienen más posibilidades de desarrollarse sanos y felices....................... 41
2.2. El niño necesita un ambiente seguro, con reglas y límites claros
y consistentes........................................................................................................... 43
2.3. Un ambiente de irritación y violencia familiar es perjudicial
para el desarrollo psicosocial y educativo del niño.................................... 44
2.4. El maltrato físico y psicológico daña el desarrollo del niño..................... 45

Capítulo 3. Didáctica de los valores en la escuela, estrategias


para el trabajo educativo para sensibilizar y capacitar
a los padres de familia o cuidadores de los niños,
niñas o jóvenes escolares......................................................49

3.1. Guía 1: Aspectos básicos para una buena crianza....................................... 51


3.2. Guía 2: Cómo corregir las conductas inadecuadas, la agresividad
y el manejo de límites........................................................................................... 54
3.3. Guía 3: Pautas para el desarrollo de la autoestima en los niños............. 63
3.4. Guía 4: Comunicación entre padres e hijos................................................... 69
3.5. Guía 5: Cómo enseñar la responsabildad e independencia
en los niños................................................................................................................ 78
3.6. Guía 6: La influencia de los amigos................................................................... 82
3.7. Guía 7: Actividades escolares y creación de hábitos de estudio............ 86
3.8. Guía 8: La television en el desarrollo de los niños....................................... 89
3.9. Guía 9: Los temores infantiles............................................................................. 94
3.10. Guía 10: Como ayudar a los niños con el estrés ..................................... 102

Capítulo 4. Trabajo con los padres de familia o adultos a cargos


de niños y jóvenes educando para el desarrollo
de educación en valores.....................................................109

4.1. Actividades................................................................................................................ 110


4.2. Modelo de intervención en grupos de padres............................................. 111
4.3. Objetivos del grupo................................................................................................ 112
4.4. Características del grupo...................................................................................... 112
4.5. Ejemplo del desarrollo de una sesión.............................................................. 113
4.6. Actividades a realizar en el entorno................................................................. 114

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CONTENIDO

4.7. Actividades a realizar en la institución educativa........................................ 114


4.8. Ejemplos prácticos de actividades a promover desde
la institución educativa o escuela..................................................................... 115
4.9. Estándares.................................................................................................................. 118
4.10. Ejes Curriculares.................................................................................................... 118
4.11. Competencias........................................................................................................ 119

Conclusión................................................................................................121
Bibliografía..............................................................................................125

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Presentación

Teniendo en cuenta que la labor educativa es mancomunada (docentes,


alumnos, padres de familia y comunidad) se hace necesario que cada uno
adquiera conciencia de su tarea, para que la labor educativa sea compartida.
Por ello se hace indispensable que primordialmente el estamento conforma-
do por los Padres de Familia sea asistido por parte de la Escuela o Institución
Educativa los capacite sobre la Educación en Valores como base fundamental
de la Renovación Curricular trazada por el Ministerio de Educación Nacional.
Hoy día se tiene en cuenta, según las experiencias vividas que las reuniones
que hacen los Agentes Educativos están enmarcadas en un tradicionalismo
en donde el Maestro es el único dueño de la verdad y el Padre de Familia se
limita a recibir información (quejas, regaños, puntualidad, libretas de rendi-
miento académico).

Lo anterior lleva a pensar en el cambio de todos los procesos y actividades


educativas; partiendo en primera instancia de un trabajo ordenado y planifi-
cado con los Padres de Familia en correspondencia a las distintas estrategias
didácticas y pedagógicas para educar en valores con base a propuestas de
actuación con niños y adolescentes que estén a su cargo y de esa manera
proyectar a los educandos hacia una nueva sociedad justa y equitativa. En tal
sentido lo que se pretende con la creación de esta obra literaria en calidad
de un Manual Didáctico y Pedagógico sea un instrumento propicio para fo-
mentar a nivel de las Instituciones Educativas de nuestro contexto oficial, la
Escuela de Padres y de igual forma a que todos los actores educativos contri-
buyan a potenciar las actividades de educación y promoción de la Educación
en Valores como una de las finalidades de la educación del futuro, así mismo
que la educación debe estar comprometida con unos valores. Sin embargo,
en la mayoría de los casos, lo que se ha venido haciendo por parte de los do-
centes hasta ahora, es centrarse, únicamente, en ilustrar y transmitir conoci-
mientos, de algunas ciencias especializadas, siempre basados en programas
y estándares de instrucción. Se puede indicar que esto es correcto, porque

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

indudablemente todo ello supone unos valores, pero sin temor a equívocos,
parece una labor insuficiente e incapaz de proporcionar una formación inte-
gral al educando. Atendiendo a lo anterior es pertinente que los Padres de Fa-
milia, jueguen un papel muy importante en el acompañamiento del proceso
de enseñanza aprendizaje. En tal sentido los padres de Familias encontrarán
en esta guía didáctica y pedagógica, el cómo poner énfasis en desarrollar
el intelecto de su hijo en cada uno de los niveles escolares y de esa manera
se traduzcan en la formación de personas ilustradas, pero carentes de otros
valores y de una orientación correcta de la conducta. En este sentido, educar
es formar al hombre en su integridad, para que sea capaz de promover un
mundo más civilizado, así como también más comprometido con el cambio
en la mejora de las actitudes personales y sociales.

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Introducción

Todos los padres desean que sus hijos sean correctos, que cuando lleguen a
ser adultos, sean buenas personas. Pero, ¿qué significa ser “buenos”? Y, so-
bre todo, ¿cómo educar a nuestros hijos para que lo sean? ¿Cómo enseñarles
valores? ¿Y cuáles son estos valores?

Muchos principios, esenciales para nuestros abuelos, están actualmente su-


perados. A pesar de esto, los niños y adolescentes necesitan puntos de refe-
rencia para relacionarse con la sociedad.

Enseñar a los hijos una conducta ética nunca ha sido una tarea sencilla. Se
vive en una época donde los valores cambian y evolucionan de una manera
acelerada y sin cesar. Incluso algunas personas hablan permanentemente
de la falta o crisis de valores en la presente sociedad. Lo que para muchas
generaciones era sin discusión bueno y correcto, como la disciplina, obe-
diencia o el sentido del deber, ha dejado de tener sentido o ha adquirido
incluso connotaciones negativas. Asimismo, las instituciones que antes se
consideraban pilares sólidos e inamovibles, Iglesia, escuela, Estado, familia,
han perdido en las últimas décadas gran parte de su credibilidad y validez.
La sociedad actual, se ha vuelto más plural, más libre en muchos sentidos
y, en cierto modo, también más tolerante. En tal sentido se puede apreciar
cómo los estilos de vida más diversos son generalmente aceptados por la
mayoría de los individuos.

Los Padres de Familia tienen que reconocer que los Valores Éticos han cam-
biado. Actualmente los Padres ya no saben qué Valores deben inculcar a sus
hijos. Hoy no es posible guiarse por normas o Valores establecidos, sino que
hay Valores fundamentales que todos debemos seguir. La presente guía pre-
tende darles unas orientaciones a los Padres de Familia a que reconozcan que
la tradición no siempre es útil. Que la libertad es maravillosa, pero tiene su
precio: ya nadie puede guiarse por reglas o valores establecidos. Cada uno

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

tiene que decidir por sí mismo, hasta cierto punto, lo que considera bueno o
malo o lo que vale la pena fomentar o rechazar.

Hay que estar consciente que los Padres o docentes pueden recurrir a la edu-
cación tradicional pero sólo en parte. Se debe reflexionar sobre qué Valores
inculcar a nuestros hijos, y cuáles de los que reciben de los padres se quiere
trasmitir. Las prioridades, por tanto, difieren mucho de una familia a otra. Sin
embargo, hay Valores fundamentales que están vigentes en nuestra cultu-
ra desde hace siglos porque han ido evolucionando a lo largo de la historia
adaptándose a los tiempos. Tales como: la justicia, la prudencia, la laboriosi-
dad, la gratitud, la compasión, la fortaleza, la honestidad, el respeto, la equi-
dad y la responsabilidad.

Por otra parte se cree que la educación actual en cierto modo está tratando
de recuperar muchos de los “viejos valores”. Los mismos padres manifiestan
que la cortesía, la sinceridad y el respeto figuraban en los primeros puestos
entre los objetivos educativos. Este fenómeno seguramente guarda relación
con el incremento de la violencia en las Instituciones Educativas e incluso en
el parvulario. Basta tomar como ejemplo las continuas riñas entre los niños
y adolescentes educandos al interior de la escuela, ataques a las minorías.
Además de los problemas de drogas y alcohol que aparecen al interior de las
Instituciones Educativas.

En lo que respecta a la parte pedagógica esta guía permite a los padres a que
reconozcan la importancia de enseñar a sus hijos a comportarse éticamente,
de inculcarles Valores (o virtudes, como acostumbró a decir anteriormente)
en los que apoyarse a lo largo de la vida. La guía le permite dotarse de suge-
rencias y no le permitan que sus hijos crezcan excesivamente conformistas
y pusilánimes. Guía que les permite a los Padres de Familia saber que sus
hijos e hijas deben crecer seguros de sí mismos, con sentido de la justicia y la
capacidad de crítica, que se hagan valer en una sociedad rígida por la com-
petitividad a ultranza, ser considerados y comprensivos con el prójimo. A que
encuentren su lugar en un mundo laboral cada vez más complejo y exigente,
sin necesidad de pisotear a nadie para obtener ventajas ni abandonar la lu-
cha ante las primeras dificultades. A que aprendan a actuar por sí mismos sin
perjudicar a los demás.

En lo que corresponde a los Padres Modernos, el problema de enseñar Va-


lores es bueno que manejen que no sólo reside en la dificultad de decidir
lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo. Hay un segundo factor que
incide en la educación para el que no todos los padres están preparados:

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INTRODUCCIÓN

“adiestramiento” de los niños y niñas por medio de la autoridad y la violen-


cia ha dejado de tener validez. En la mayoría de las familias imperan las rela-
ciones democráticas y cariñosas entre padres e hijos. Se les permite a los hijos
desfogarse, tomar parte en las conversaciones, hacer preguntas, protestar y
expresar sus opiniones o deseos. Por suerte, los tiempos en que los hijos de-
bían callar, sin refunfuñar ni esperar explicación alguna, mientras los adultos
estuvieran conversando está superado.

La guía permite darle a conocer a los Padres de Familia, que las imposiciones
no sirven de nada. Hay que dejar que los hijos discutan, lleven la contraria o
incluso se opongan totalmente a ideas que ellos consideren no oportunas,
escenario este para trasmitirles Valores importantes. En este caso, se debe
renunciar a las imposiciones y optar por el cariño como la mejor herramienta
pedagógica para hacer comprender a los hijos cualquier principio. Planteado
así, quizás parezca sencillo, pero no lo es, lo que seguramente se necesita de
algo que nos prepare para afrontar ese tipo de conducta, en tal sentido esta
propuesta o guía didáctica y pedagógica para el desarrollo de la educación
en Valores en nuestros hijos, permitirá en primer lugar que aquellos padres
que fueron educados y formados con base a bofetadas, castigos y sermones.
Por tal razón, es muy probable que carezcan de la experiencia necesaria para
persuadir a un hijo de manera cariñosa. En Segundo instancia, porque los
niños pequeños, la mayoría no saben diferenciar lo bueno de lo malo. No
disponen de ningún programa genético como el que tienen para aprender a
caminar o a hablar, que les indique el camino que deben seguir. Aprenderán
lo que es ético partiendo de cero.

Hay que tener en cuenta que los Padres no son los únicos modelos que imi-
tan los hijos. Sus sensibles persuasiones apuntan a todo aquello que ocurre
a su alrededor, por lo que también reciben influencias de los otros niños o
adultos, lo que significa que los progenitores no sólo tienen que enseñarles
lo que es correcto, sino también hacerles entender por qué determinadas
actitudes no son deseables y, por tanto, no deben ser emuladas.

Otro ingrediente fundamental que facilita este manual o guía para que los
padres desarrollen la educación en valores a sus hijos, es que cada uno en-
tienda que cada uno está provisto de una autoridad interna que en cada
ocasión va a indicar si los actos ejecutados, son o no son correctos. Esta au-
toridad se le conoce con el nombre de conciencia o ética. En las socieda-
des democráticas la conciencia individual está protegida por la Constitución.
Nos referimos a la “libertad de conciencia”: en ese orden de ideas el Estado
no puede obligar a una persona a hacer algo que sea incompatible con sus

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

convicciones éticas. En este orden de ideas se puede plantear que siempre


que se actué contrariamente al sistema de Valores, se va a sentir mal, se tiene
“mala conciencia” o sentimientos de culpa. Para evitar estas sensaciones ne-
gativas se debe procurar, en la medida posible, comportarse de manera co-
rrecta. Afirmar incluso que actuar de acuerdo con la conciencia es lo que hace
ser humanos, ya que impide a la persona humana ser malvada o inmoral. No
obstante, es indudables que siempre han existido individuos sin conciencia,
es decir sin escrúpulos.

Los niños y niñas vienen al mundo sin conciencia. Por este motivo deben
aprender a distinguir lo que es lo ético de lo que no lo es y actuar en conse-
cuencia. Para eso necesitan a los Padres.

14
Objetivos

General
• Dar a los padres de familia instrumentos de análisis y de cambio de actua-
ción ante la educación en valores y los problemas de sus hijos y fortalecer
en ellos los conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con la forma-
ción que puedan impactar positivamente en la funcionalidad familiar y el
sano desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, teniendo en cuenta las
distintas capacidades y esfuerzos de sus hijos por encima de los resultados y
compensaciones.

Específicos
• Desarrollar en los Padres de Familia habilidades y destrezas concretas en
el desarrollo de la Educación en Valores para la interrelación con sus hijos,
que les permitan solucionar los problemas más comunes que se presen-
ten en la formación de los mismos.

• Favorecer el aprendizaje de técnicas adecuadas para la observación del


origen de la conducta problema y de la búsqueda de soluciones para
rectificarlas.

• Convertir a los Padres de Familia en facilitadores del desarrollo de valores


y actitudes cívico-sociales en entorno.

• Articular los capítulos y sus contenidos con base a los estándares básicos
de competencias ciudadanas.

15
Logros

Hacer de la familia el ámbito de excelencia donde los hijos aprendan los pri-
meros valores que acepta el individuo desde su corta edad a través de ac-
ciones educativas sobre el desarrollo de los valores humanos por parte de
los Padres de Familia, sin tener en cuenta que sean profesionales ni haber
recibido una formación como educadores, desarrollen su rol educativo en el
seno de la familia sin complicaciones, cuando se trate de educar a su (s) hijo
(s) en las distintas etapas de desarrollo. Qué la problemática de enseñar los
valores en los niños no sea difícil sino más bien interesante y los padres sean
modelos para sus hijos y estos aprendan a relacionarse pacíficamente con los
demás, superar las situaciones críticas, comprender sus sentimientos negati-
vos y aprender a tomar decisiones firmes.

Que los Padres de Familia puedan desarrollar adecuadamente sus funcio-


nes, obteniendo información y formación previa a partir de las institucio-
nes educativas donde se están educandos sus hijos y se puedan involucrar
en el proceso de formación de sus hijos y formar significa, criar, educar y
adiestrar. Las actuaciones de ayuda a la familia, siempre deberán redundar
en beneficios globales para la sociedad. Qué esta guía o manual sea el ve-
hículo para impulsar o reforzar la Escuela de Padres, cuando se aborden to-
dos los temas que los padres deben conocer para desarrollar sus funciones
como tales, aportándoles conocimientos y actitudes positivas ante la vida y
el desarrollo de sus hijos.

Que los Centros e Instituciones Educativas del Sector Oficial se propenda por
fortalecer la Escuela de Padres y en ella se le permita al Padre de Familia re-
cibir la información y conocimientos básicos sobre diferentes temas, con el
objetivo de proporcionarles una mayor capacitación para ejercer su función,
facilitarles más recursos educativas y formativos para promover en sus hijos
actitudes, valores, habilidades personales y sociales sanas que le permitan
afrontar, de manera responsable, la realidad de su vida y promover el inter-

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

cambio de experiencias entre los padres que ha bien asistan o integren la


Escuela de Padres.

En lo que corresponde a la problemática juvenil con la complejidad de la


vida social actual y el cambio en los valores, son razones suficientes para
provocar en los Padres una desorientación en la educación en sus hijos, en
ese sentido es importante, pues, que el Centro o Institución Educativa les
ofrezca los cauces idóneos para dar respuesta a sus necesidades actuales
y solventar en el marco de un trabajo pluralista, los distintos problemas
que se les plantean, en tal sentido se deben abordar unos principios que
orienten las actividades programadas con los padres como parte activa
del proceso de una educación en valores. Actividades que no sólo den res-
puesta a las necesidades de éstos, sino que deben pretender también en la
formación en aquellos temas en los que su intervención es ineludible y, sin
embargo, no han sido preparados para ello, como pueden ser los aspectos
evolutivos de sus hijos. En última instancia se pretende ayudarles a los Pa-
dres sobre la importancia de educar a sus hijos en un ambiente sencillo y
auténtico y que tenga en cuenta las distintas capacidades y esfuerzos de
sus hijos por encima de sus resultados y compensaciones.

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Justificación

La Familia es el principal centro de educación y formación social. Por tal mo-


tivo, se es consciente de la necesidad de incorporar activamente la Familia a
la Institución Escolar, de evitar el distanciamiento existente entre estos do-
centes educativos, de la necesidad de que la educación tanto de la Familia
como de la Institución Educativa sea integradora y complementaria se pre-
senta a los Padres de Familia, docentes, directivos docentes y comunidad
en general la: Guías Didácticas y Pedagógicas “Trabajo con los Padres
para el Desarrollo de Educación en Valores” para que sean analizadas,
aplicadas y enriquecidas con base a propuesta y técnicas de actuación que
los Padres de Familia deben emplear para desarrollar la educación en valo-
res de manera variada.

Los Valores constituyen uno de los temas transcendentales que día a día preo-
cupan a padres y educadores. Por todas partes se habla de ellos, generalizán-
dose la idea de que la falta de valores se refleja en las conductas de la mayoría
de los individuos de nuestra época, sobre todo en la formación que se le está
dando a las nuevas generaciones al interior del hogar. Sin embargo, esta creen-
cia no es del todo cierta; para llegar a una comprensión del hecho, se debe ana-
lizar ciertos aspectos de la realidad. Posiblemente el rasgo sociológico y edu-
cativo contemporáneo más insistentemente subrayado es el de que se vive en
mundo cuyos cambios se producen con una aceleración sorprendente. Incluso
las sociedades más estáticas han sufrido alteraciones, pero lo característico del
momento actual es la rapidez con la que suceden éstas.

Es oportuno tener en cuenta que son muchas las investigaciones sociológi-


cas realizadas al respecto y han constatado que el indicar más preciso es la
percepción en el cambio de valores entre las generaciones jóvenes y las ya
instaladas. Esta característica incide significativamente en las formas de vivir
y ver el mundo, por lo que el individuo cambia su marco referencial ideativo
de acuerdo con todo ello. El conflicto sin duda aparece cuando la persona

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

adopta los valores nuevos olvidándose, de valores humanos tan relevantes


como la solidaridad, el respeto a las libertades, etc. que, en definitiva, son los
que ayudan a conformar una convivencia armónica entre los hombres.

Por todo ello resulta evidente que el tema no puede soslayarse y la educación
que se está impartiendo tanto los docentes como los padres de familia, tie-
nen un papel importante que desarrollar en este sentido.

La convivencia armónica necesita de una participación activa del Padre de


Familia en la vida de sus hijos y de los demás junto con la adquisición de unos
hábitos sociales que inducen a desarrollar su personalidad.

Si se considera que la presente sociedad es democrática y plural, se hace ne-


cesario definir como primera instancia educativa, los contenidos de una éti-
ca cívico-social, apoyados por todos y diferentes de los contenidos religiosos,
políticos e ideológico. En educación es necesario conocer para educar, y a
partir de este principio adecuar el tratamiento pedagógico a las característi-
cas del momento que vive el alumno al interior de la Escuela y hogar. En este
sentido el educador deberá responsabilizarse de la correcta formación de los
niños y jóvenes que van a constituir la base de la sociedad futura. Orientar al
niño y joven en calidad de alumno ante la diversidad de valoraciones que tie-
ne ante sí y procurar que éstos adquieran aquellos que faciliten su desarrollo
personal y social de forma coherente con su condición humana.

Por otra parte, desde el ámbito educativo se plantea la necesidad de crear


programas y proyectos educativos efectivos que favorezcan una educación
en valores, que tenga como objetivo modificar determinadas conductas rela-
cionadas con lo esencialmente humano al interior del hogar y las Institucio-
nes Educativas.

Se cree que tantos los Padres de Familia y las Instituciones Educativas pueden
contribuir a educar en valores básicos para la convivencia en democracia sin
olvidar que su efectividad dependerá del apoyo que ofrezca la familia y la
sociedad en general, así como de la ayuda que faciliten los medios de comu-
nicación de masas que tanta influencia ejercen en la formación de actitudes
y conductas en niños, niñas y jóvenes.

En tal sentido la aportación que se plantea, estará orientada a que tanto los
padres de familia como los docentes reflexionen sobre la manera cómo se de-
ben realizar los procedimientos para el desarrollo en valores y de esa manera

20
JUSTIFICACIÓN

contribuir a formar actitudes de convivencia, el respeto, espíritu del diálogo


y sensibilización con los problemas del otro, en lugar de la violencia, intole-
rancia o el uso erróneo del poder y la fuerza en el marco de los Estándares Bá-
sicos de Competencia Ciudadanas sugeridas por el Ministerio de Educación
Nacional (Documento No. 3)

Se recomienda a los agentes educativos que van a utilizar este texto, que los
contenidos básicos sobre la educación en valores y sobre el desarrollo psi-
co-social infantil y juvenil, sean trabajados con los Padres de Familia a través
de distintas formas y metodologías educativas para promover la discusión
grupal en torno a estos contenidos. Estos contenidos básicos propenderán
por ayudar a los Padres de Familia a aprender nuevos conocimientos, a revi-
sar sus actitudes y conductas frente a la crianza de sus hijos y a valorizar lo
que ellos ya hacen como padres, para que sean más competentes en su tarea
de ser los principales agentes educativos del niño, niña y adolescente en el
ámbito familiar.

21
Desarrollo de los contenidos

Esta obra literaria pretende en sus contenidos sintetizar un cuerpo de cono-


cimientos básicos sobre el desarrollo psicosocial del niño, niña y adolescente
y de igual manera cómo los Padres de Familia y docentes deben realizar los
procedimientos adecuados y pertinentes para el desarrollo de educación en
valores y de esa forma considerar que la acción educativa es integral y funda-
mentalmente humanizadora, es decir, una acción que potencie y favorezca a
los educandos e hijos en la interiorización de los valores humanos.

Contenidos que se tratan con base a los distintos conflictos y problemas que
acucian a los Padres de Familia al interior del seno del hogar en correspon-
dencia a la educación en valores que deben recibir sus hijos, como es el caso
de la desigualdad, la insolidaridad y la violencia.

En lo que hace referencia al papel que debe cumplir el docente, se es cons-


ciente que esa labor a veces se ve truncada por la falta de tiempo, en tal sen-
tido este apartado se abordará a ofrecer algunas técnicas que como el docen-
te puede utilizarla como guía y adaptarla a su trabajo cotidiano dentro del
proceso de enseñanza aprendizaje con base a procedimientos que se encua-
dran en la corriente de la clarificación de valores e inculcación de valores, el
aprendizaje para la acción y los dilemas morales. Todas ellas encaminadas a
promover el trabajo en equipo, la participación y la colaboración.

De igual forma los niños necesitan experiencias que faciliten su funciona-


miento intelectual, motor y socio-emocional. Es fundamental, a través de
las interacciones con sus padres, que los niños lleguen a confiar en sí mis-
mos, sentirse capaces, independientes y solidarios y que vayan aprendiendo
gradualmente a comunicarse a través del lenguaje, socializarse, aprender a
compartir e incorporar valores morales a su comportamiento cotidiano. Las
primeras etapas del desarrollo son básicas para el futuro del niño e influyen
para toda la vida en su relación con los otros, el rendimiento escolar, las ha-
bilidades sociales y su capacidad para participar activamente en la sociedad.

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Como metodología se parte con una serie de guías didácticas y pedagógicas


de cómo se debe transmitir los valores en los niños por parte de los padres
de Familia y unas técnicas que pueden ser utilizadas para la educación en va-
lores por el profesor y el Padre de Familia y que se adaptan a la formación en
valores al interior de la Escuela y el hogar donde se desenvuelven los niños,
niñas y jóvenes educandos.

24
Capítulo 1

Transmitir valores en los niños

1.1. Cómo se desarrolla la conciencia.

Para la psicología, la conciencia es un estado cognitivo no-abstracto que per-


mite que una persona interactúe e interprete con los estímulos externos que
forman lo que conocemos como la realidad. Si una persona no tiene concien-
cia, se encuentra desconectada de la realidad y no percibe lo actuado1.

La Conciencia es una autoridad interna que nos impide ser “malos”. La ética
se ocupa del estudio racional de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el
buen vivir, en este sentido, todos estamos provistos de una autoridad interna
que en cada ocasión nos indica si nuestros actos son o no son correctos. Esta
autoridad recibe el nombre de Conciencia o Ética. En las sociedades demo-
cráticas la conciencia individual está protegida por la Constitución. Nos refe-
rimos a la “libertad de conciencia”: el Estado no pude obligar a una persona a
hacer algo que sea incompatible con sus convicciones éticas. El ejemplo más
extendido es el de los objetores de conciencia: personas que, por razones de
conciencia, se niegan a cumplir el servicio militar.

Ahora bien cuando se actúa de manera “incorrecta” o no se hace algo que


se debería hacer, no felicitar a un amigo íntimo en el día de su cumpleaños,
no ayudar a bajar las escaleras a una mujer que lleva un cochecito, no ayu-
dar a un anciano que lo necesita, gritar a los hijos u ocultar un error que se
cometió en el trabajo, hay, sin duda, remordimientos. Siempre que se actué
contrariamente al sistema de valores, se siente mal, hay “mala conciencia”
o sentimientos de culpa. Para evitar estas sensaciones negativas se debe
procurar, en la medida de lo posible, comportarse de manera correcta. Se
puede afirmar incluso que actuar de acuerdo con nuestra conciencia es lo

1
Tomado: definición.de/conciencia

25
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

que hace ser seres humanos, factor que impide ser malvados o inmorales.
No obstante, es indudable que siempre han existido individuos sin concien-
cia, es decir, sin escrúpulos2.

1.1.1. Los adultos sin escrúpulos generalmente fueron niños que cre-
cieron sin amor.

Para nadie es desconocido que cuando se lee el periódico o se aprecia por te-
levisión los robos, asesinatos u otras agresiones que se producen a diario, hay la
impresión de que muchas personas no poseen ninguna clase de ética. En rea-
lidad, este tipo de persona no es consciente de estar actuando injustamente.
Sabe que sus acciones son punibles; sin embargo, en muchos casos, no siente
arrepentimiento alguno ni compasión por sus víctimas. Cuando se conoce más
de cerca a estas personas, se descubre la mayoría de las veces que en su infan-
cia nunca tuvieron la posibilidad de desarrollar una conciencia, de aprender va-
lores éticos, bien sea porque crecieron huérfanos o fueron niños no deseados y
nunca tuvieron el cariño de sus progenitores, que los desatendían o golpeaban
sistemáticamente. Nadie ha enseñado a estos niños a ser buenos3.

1.1.2. Los niños pequeños desconocen qué es correcto.

Los primeros pasos hacia una conciencia sólida son las orientaciones cotidia-
nas y esta comienza a formarse durante el primer año de vida.

Enseñar valores éticos es especialmente importante, ya que los niños nacen


sin conciencia. Al nacer no son ni buenos ni malos. No saben si sus actos son
correctos o incorrectos, desconocen las normas que rigen su familia o su en-
torno y, por tanto, deben aprenderlas. Su conciencia ética se irá desarrollan-
do lentamente con el paso de los años.

En cuanto a los primeros años de la vida de un niño, los padres deben sentar
las bases de su conciencia. El niño requiere un largo proceso de aprendizaje
para interiorizar LOS PRINCIPIOS. Mucho antes de que pueda entender que
significa lo bueno y lo malo, y por qué unas cosas pueden hacerse y otras no,
habrá recibido la instrucción de los padres. Desarrollará el sentido de lo que
es correcto o incorrecto mediante orientaciones de la madre y el padre: “No

2
GERDA, Pighin. Muchas Personas parecen no tener conciencia ética. Trasmitir valores a los ni-
ños. Pág 14
3
Los niños vienen al mundo sin conciencia. Por este motivo deben aprender a distinguir lo que
es ético de lo que no lo es y actuar en conciencia. Por eso necesitan a los padres. Trasmitir valores
en los niños. Pág. 15

26
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

escupas las comidas” “No tires el plato”, “Dígale buenos días a su tía”,
“Dale a tu hermano un pan”, “Deja que tu amiguito juegue con el tren”

Cómo padres de familia debe permitirles a los niños escuchar qué es correcto
o incorrecto. Los resultados se perciben muy pronto. Los padres no se equi-
vocan cuando tienen la impresión de que su bebé de ocho o diez meses ya
se sabe que no debe golpear la comida con la cuchara, ni escarbar en la tierra
del jardín o macetas. Que el pequeño siga haciéndolo es otra cuestión. Segu-
ramente, la tentación de poner a prueba sus habilidades es demasiado tarde.

1.1.3. La conciencia va creciendo por etapas4.

La Conciencia comienza a formarse durante el primer año de vida. Aunque


resulte difícil de concebir, este proceso comienza durante el primer año de
vida, ¿Y eso qué tiene que ver con la Conciencia o con la formación ética?,
pueden preguntarse los padres al ver reír a su hijo por primera vez, o cuando
empieza a gatear o a andar y explorar su entorno (ocasionarle rabietas a los
padres en no pocas ocasiones). O en el momento en que el niño o niña de dos
o tres años estalla en una rabieta, pellizca, tira de los pelos o muerde a otros
niños. También cuando el hijo de cuatro o cinco años sólo quiere jugar con
sus amigos e incluso dormir en su casa, lejos de la protección de la familia.

Los padres deben comprender que los niños pequeños deben comprobar
continuamente qué sucede antes de interiorizar de modo definitivo cual-
quier conocimiento nuevo. No están dotados de una Conciencia Moral que
los haga comprender que con sus actos molestan, decepcionan u ofenden a
alguien. Esta capacidad la desarrollarán más tarde.

Es de suma importancia que durante estos primeros años de formación los


niños y niñas aprendan valores tanteando las normas y sus límites: Es posi-
ble que a la madre le guste que le dé palmaditas suaves en la cara, pero es
posible que se enfada si le introduzco el dedo en el ojo. Me deja hacer ruido
con la cuchara y la olla de cocina, pero no tirarla por el lavaplatos. Que tome
a mi hermanita o hermanito de la mano, darle o quitarle un juguete, pero no
sentarme encima de ella ni pellizcarla. Probablemente son pequeños pasos
que conducen a la idea de bien. Dentro de la familia los niños tienen ocasión
de habituarse a los valores5.

4
La Conciencia Comienza a formarse durante el primer año de vida. Trasmitir valores en los
niños. Pág. 16
5
GERDA, Pighin. Cómo se desarrolla la conciencia. Dentro de la familia, los niños tienen ocasión
de habituarse a los valores. Trasmitir los valores a los niños. Pág 17. 1999, RBA Libros, S.A.

27
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

1.1.4. Los niños en edad preescolar se dan cuenta de lo que hacen


mal sus compañeros de aula.

Antes de entrar en la edad escolar los niños y niñas están ya en condiciones


de comprobar en otras personas lo que han aprendido e interiorizado hasta
ese momento. Se saben muchas cosas que están bien o mal, y en los próxi-
mos años ese conocimiento se ampliará enormemente. Mientras que los más
pequeños todavía orientan mucho los valores hacia ellos mismos, veamos lo
que pueden manifestar a manera de ejemplo: “Juan es malo porque no me
deja jugar con su bicicleta”, los de cinco y seis años fijan su atención en los
adultos, quieren ser como ellos y suelen encontrar bien lo que éstos deciden.
Lo que sí exigen es que mantengan las mismas normas.

Los niños y niñas mayores son más críticos y críticas y no se dejan dirigir con
tanta felicidad. Normalmente exigen una contrapartida a sus buenos actos:
“¿Podré salir en mi bicicleta si ayudo hacer el aseo?”.

1.1.5. Inculcar valores a los adolescentes es mucho más difícil.

Los adolescentes cuestionan todo aquello que los padres consideran bue-
no y correcto. Permanentemente se tiene la impresión de que tiran por la
borda todos los valores éticos que habían aprendido hasta entonces. Lo que
dicen los padres son tonterías, ideas superadas que no van de acuerdo con
los tiempos. ¡No tienen la menor idea! En esta edad es correcto, sobre todo,
lo que piensa el grupo al cual pertenece. Los de su misma edad son los que
llevan la directriz en cuanto a principios e ideales.

No hay nada que temer, es una época pasajera. La pubertad es una etapa
especialmente difícil en el desarrollo de los niños porque se hallan en trán-
sito entre la infancia y la edad adulta. Han de renunciar al calor protector de
la infancia y levantar el vuelo como seres adultos. Es un proceso traumático
(también para los padres), turbulentos y llenos de inseguridad.

La Conciencia adquiere en esta etapa sus últimos retoques. Los adolescentes


deben aprender a decidir por sí mismos lo que es bueno y correcto. Solos
deberán emprender el camino hacia sus propios valores.

Es importante tener en cuenta el siguiente referente. “Cómo personas que


deseamos incrementar nuestros potenciales humanos para la fraternidad, la
cooperación, la paz y el rendimiento máximo social e individual, nos tene-

28
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

mos que preguntar: ¿cómo fomentarnos estas en nosotros mismos y en la


sociedad? ¿Cómo pueden los niños llegar a ser plenamente humanos en el
mejor sentido de la palabra humano? ¿Cómo podemos ayudarles a ellos y a
nosotros mismos? Una nueva imagen de hombre exige el planteamiento de
estos interrogantes y sugiere nuevas respuestas.”6

1.2. ¿Qué comprenden los niños a cada edad?


Para saber qué valores se pueden transmitir a los hijos y cuándo (y cómo)
hacerlo, se debe tener en cuenta su grado de desarrollo emocional, mental y
social. Es inútil pretender “hacer entrar en razón “a un niño de seis meses
porque tira continuamente objetos al suelo. Todavía no puede comprender
por qué esa acción es incorrecta. En cambio, hay que frenar en el acto a un
niño de dos años que muerda a sus compañeros de juegos. Hay que enseñar-
les desde el primer momento que lo que hace está mal, incluso si el niño no
entiende por qué.

Conseguir que un niño entienda qué es lo bueno y lo correcto depende del


entendimiento, la comprensión y la paciencia de los padres. En ese sentido,
es importante que los padres hablen su propio lenguaje. El objetivo, al fin
y al cabo, es convencer al niño de la importancia de estos valores para que
más adelante, cuando sea adulto y no precise el control de los padres, pueda
orientar su vida de acuerdo con los valores impartidos.

1.2.1. La conducta ética requiere seguridad en uno mismo7.

Para que el niño o niña pueda aprender principios tan importantes como el
respeto a los demás, la tolerancia, el entendimiento o la consideración, se debe
darle una serie de condiciones: tiene que sentirse querido (a), desarrollar lazos
estables con personas de referencia (preferiblemente sus padres), sentirse se-
guro (a) y poseer cierta confianza en sí mismo. Si se analiza desde este punto
de vista, la educación ética comienza con el bebé desde el momento de nacer.

Los padres de familia deben tener presente que un recién nacido depende
completamente de su madre o de otra persona de referencia. Sin ella no po-

6
ROBERTS, Th. (1979): Cuatro psicologías aplicadas a la educación. Madrid: Narcea. Pág. 263.
7
GERDA, Pighin.. Trasmitir los valores a los niños. La comprensión de una norma de conducta de-
terminada depende del nivel de desarrollo del niño y de su edad. Pág 22. 1999, RBA Libros, S.A.

29
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

dría sobrevivir. Durante sus primeros meses de vida los bebés sólo preten-
den una cosa: satisfacer sus necesidades. Al faltarles la noción del tiempo no
puede esperar. Hacen saber si tienen hambre, sed, dolor, si los pañales están
mojados, si se sienten incómodos, si buscan consuelo, diversión, tranquili-
dad, afecto, si tienen frío o calor llorando, o a través de señales más débiles
y sutiles: moviéndose, gimiendo o apartándose. Para las madres, al principio
resulta muy difícil llegar a saber, entre el amplio abanico de posibilidades,
qué es lo que necesita su pequeño.

Cuanto mejor se capten las necesidades del niño más útiles se le es. La satis-
facción rápida y eficaz de las necesidades del bebé aporta a éste una sólida
confianza en el padre o madre. Es un buen punto de partida para la futura
relación de confianza con el niño. La alimentación y el aseo no son lo único
importante. Las necesidades emocionales del pequeño: mimos, caricias, ha-
blar, cantar, mirar, son para el niño tan imprescindibles como la alimentación
y los pañales limpios.

También durante la segunda mitad del primer año de vida, el bebé necesita
estar seguro de obtener todo lo que necesita. No obstante, ahora el niño pue-
de esperar algunos minutos. Cada vez se muestra más activo con su entorno,
le interesa todo aquello que puede ver y oír. La madre ya no debe acudir
enseguida ante la menor señal del bebé y cogerlo en brazos. Si le da un poco
de tiempo (al principio no más de tres o cinco minutos), el niño aprenderá a
tranquilizarse solo. En cualquier caso, va a constituir una experiencia crucial
en el camino hacia la independencia, a menos que, claro está, tenga hambre,
frío o dolor. En estos casos hay que atenderlo de inmediato.

Ahora bien el niño de un año de edad, todavía no domina las normas socia-
les. Las madres que llevan a sus hijos a la guardería lo saben muy bien. Los ni-
ños no juegan entre ellos, sino que lo hacen cada uno por su lado. No tienen
la más mínima consideración con los otros, los contactos no van más allá de
sonrisas, empujones o quitar juguetes.

Todo lo anterior es perfectamente normal; forma parte de su desarrollo. To-


davía no se dan cuenta de que son personas independientes. Aún se sienten
parte de la madre. Por este motivo les resulta imposible ponerse en el lugar
del otro aplazar sus propias necesidades.

1.2.2. Los niños pequeños necesitan límites.

Durante el segundo año de vida del niño o niña, el primer paso sin ayuda re-
presenta una revolución en su desarrollo. A partir de entonces puede avanzar

30
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

a voluntad, explorar y conquistar su entorno. El niño o niña va reconociendo


poco a poco que es una persona distinta de los demás. Descubre en él volun-
tad y capacidades propias. Está preparado para tomar decisiones. Quizás abra
y vacié un cajón, apile piezas de construcción o haga los primeros garabatos
en un papel. Su radio de acción se irá ampliando progresivamente. Empren-
derá expediciones por toda la casa y buscará el contacto con otras personas.
Puede que muestre por primera vez interés por los niños de su edad.

Por otro lado el contacto físico es el medio para relacionarse con los demás.
Los niños pequeños no tienen la posibilidad de conversar porque todavía no
dominan el lenguaje, así que todo lo expresan por medio del cuerpo8.

En lo hace referencia a los golpes y mordiscos son normales y a menudo los


padres se asustan al observar cómo se relacionan los niños pequeños. En el
parque infantil se empujan, se tiran de los pelos o se muerden. Un niño está
jugando con la arena, llega otro y le propina un golpe en la cabeza. Todo
esto no significa en absoluto que los niños pequeños sean malvados. Sim-
plemente, no conocen otra manera de relacionarse. Tras esta conducta apa-
rentemente antisocial se oculta la curiosidad. Los niños quieren comprobar
qué ocurre cuando pisan, pellizcan o empujan. Les interesan en especial las
reacciones de los otros niños; por ejemplo, cuando rompen a llorar a causa de
sus actos. Su sensibilidad aún no se ha desarrollado por completo, todavía se
hallan centrados en ellos mismos, lo que significa que se consideran el centro
del universo y quieren hacer prevalecer sus deseos y necesidades. Son abso-
lutamente egoístas, y eso es algo normal en esta etapa de su evolución. Aquí
el padre no le puede pagar con la misma moneda, más bien durante este
período, lo que los niños necesitan urgentemente son límites. En realidad,
muchas de sus acciones buscan explorar el alcance de estos límites. Ponerlos
nunca resulta fácil. Los padres no saben cómo reaccionar cuando descubren
en su hijo una conducta “antisocial”. ¿Debemos golpearlo porque ha pegado
a otro niño (o adulto)? ¿Tirarle a él de los pelos para que se compruebe lo que
siente? ¿Es mejor amonestarlo de palabras o darle una nalgada?. No, estas re-
acciones no son adecuadas. Si reaccionamos así haremos creer al niño o niña
que los golpes y los gritos son un medio de comunicación normal. Ese tipo
de conducta es, precisamente, la que queremos desterrar en nuestros hijos.
Tendremos que enseñarle de otra forma cómo debe comportarse.

8
GERDA, Pighin.. Trasmitir los valores a los niños. El contacto físico es el medio para relacionarse
con los demás. Pág 24. 1999, RBA Libros, S.A.

31
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

1.2.3. Cómo se facilita la distensión.

A la edad de dos o tres años, los niños y niñas, son perfectamente capaces de
entender un “NO”. Lo que sucede es que muchas veces nuestra negativa no
surte efecto, ya que ésta ve en detrimento de sus intereses. A través de accio-
nes más o menos brutales pretenden conocer mejor al otro niño y, por lo tanto,
hacen caso omiso de las observaciones de los padres. Lo mejor en estas cir-
cunstancias es imponer un momento de respiro, apartar al pequeño agresor de
la zona de peligro. Por ejemplo, podemos sacar al niño de la arena y llevárnoslo
unos minutos a un sitio distinto del parque. Si estamos en casa, podemos dejar-
lo unos minutos en su habitación. En caso de conflictos de mayor envergadura,
por ejemplo en la guardería, es preferible llevar al niño de vuelta a casa. Lo más
importante es explicar al niño con tranquilidad, firmeza y seriedad por qué no
debe hacer una cosa (A la niña le duele si le tiras de las trenzas), (El niño está
triste si le quitas el juguete) y no reprobar al niño como persona (Eres imposi-
ble) sino limitarnos a criticar la acción (Morder no está bien).De este modo, el
niño no se siente rechazado y puede aprender lo que es correcto.

1.2.4. Todo Mío: es normal.

Cuando padres e hijos consiguen superar esta fase crítica, comienza a ob-
servarse en el niño de tres o cuatro años la comprensión y sensibilidad hacia
los otros (“¿Te has hecho daño? Ven, deja que te cure la herida”, así como la
consideración. (“Espera, voy a apartar el libro para que no te puedas sentar”).
Este descubrimiento suele conmover a los padres. A partir de esta etapa de
su desarrollo los niños son capaces de percibir cómo se sienten los demás.
Sin embargo, aún no están preparados para obrar en consecuencia. Les sigue
costando, por ejemplo, compartir cosas con otros niños porque acaban de
aprender qué significa poseer algo. La idea de que su compañero de juegos
también quiera un poco de gaseosa no es tan pronunciada como su necesi-
dad de tomarse toda la gaseosa él sólo.

1.3. Los niños en edad preescolar necesitan explicaciones.


Los niños en edad preescolar que han sido educados adecuadamente tienen
recorrido un buen trecho en su evolución ética.

Conocen muchas normas que rigen el ámbito familiar y se ajustan a ellas con
naturalidad. Saben, por ejemplo, que tienen que pedir las cosas “por favor”

32
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

y decir “gracias” en caso de que reciban cualquier regalo. También que su


madre se alegra cuando la ayudan, por ejemplo, a preparar o recoger la mesa
o a lavar los platos. Y que no tiene que decir palabrotas (si bien éstas ejercen
gran atracción sobre los niños, sobre todo porque son nuevas para ellos y
provocan reacciones extremadamente interesantes). El conocimiento de es-
tas normas no significa que las respeten, dado que muchas veces la tentación
es más grande que la prohibición. Los niños interiorizan muchas reglas antes
de ir a la escuela9.

1.3.1. El espíritu de equipo en los niños se debe formar lentamente.

Los niños también aprenden normas esenciales fuera de la familia, especial-


mente al relacionarse con otros niños, ya sea en el parvulario o con los ve-
cinos. Son capaces de prestar atención a otro niño y aceptar opiniones di-
ferentes de las suyas: “Si tantos insistes, lo haremos así”. Se vuelven más
considerados con los demás y también más cooperativos. “Espera, vamos a
hacerlo juntos, así iremos más rápido”

A pesar de esto, su sistema de valores y la visión que tienen del mundo se


aportan ostensiblemente de los adultos. Tal es el caso que niños de cuatro
o cinco años son todavía egocéntricos. Conocen sobradamente el concepto
de “malo” o “injusto”, pero suelen atribuir las acciones incorrectas de los
demás. Sobre todo cuando los demás no les proporcionan lo que desean en
ese preciso momento. Están totalmente convencidos de que tienen razón y
nada ni nadie los puede hacer cambiar de opinión. Veamos un ejemplo de
esta actitud:

Luisa una niña que acaba de cumplir cuatro años, recibe como regalo una her-
mosa muñeca. Invita a su compañerita María que es vecina y tiene seis años a
jugar juntas. De repente, se escuchan gritos procedentes de la habitación de la
niña. Luisa corre llorando hacia su madre a quejarse de su amiguita maría. “Es
muy mala. Ha puesto a mi muñeca un vestido que yo no quería”. “¿Le has dicho
a María qué vestido hay que poner a la muñeca”, pregunta la madre. “No”,
responde la niña. “Pues entonces no puedes decir de que María es mala”. “Sí
que lo es”. “Yo nunca le pondría a mi muñeca un vestido como ése”. Todos los
intentos de la madre para que su hija comprenda en qué consiste la maldad
fracasa sistemáticamente. No hay más que hablar. Esto no impide, sin embargo,
que minutos después las dos niñas continúen jugando alegremente

9
GERDA, Pighin. Trasmitir los valores a los niños. Los niños interiorizan muchas reglas antes de ir
a la escuela. Pág 27. 1999, RBA Libros, S.A.

33
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Conducta egocéntrica10 es el nombre que los especialistas dan a este fenó-


meno en la evolución ética de los niños. Su criterio es no rechazar esta con-
ducta, puesto que es perfectamente normal. No obstante, es útil hablar con
los hijos en el momento en que se produce la situación. La naturaleza del
conflicto puede explicar muchas cosas.

Cómo se debe actuar cuando al niño o niña lo que le gusta es suyo.

Los padres no deben pensar en ningún momento o caso que tienen un pe-
queño ladrón en la familia. De hecho, los niños de entre cuatro y cinco años
aún no pueden distinguir con claridad entre “Mío” y “Tuyo”. Su deseo de po-
seer algo tiene en ellos tanta fuerza que empaña su sentido de la realidad.
Aunque estos actos son muy normales, no por eso los padres han de dejar de
explicar a su hijo la distribución de las propiedades. Es importante enseñar-
les a devolver lo que han quitado a otro niño.

Hay que interpretar que un fenómeno común en los niños en edad preescolar
es su peculiar sentido de la propiedad. La mayoría todavía no ha aprendido
que el supermercado, por ejemplo, no se puede coger sin más todo aquello
que le guste, o que las cosas del escritorio de mamá son tabú. Sin embargo,
suele tener el convencimiento de que “lo que me gusta es mío”. Y a menudo
acaba en sus manos.

1.3.2. Los niños en edad escolar necesitan apoyo.

Cuando los niños empiezan ir a la escuela alcanzan su nivel superior en su


evolución y desarrollan un fuerte sentido de justicia. Para los niños, justicia
es sinónimo de trato, lo que tú me hagas, yo te lo haré a ti, tanto en el buen
como en el mal. Si te hago un favor, tú tienes que hacerme otro. Si me regalas
algo, yo te doy algo a cambio. No, obstante, también significa: “ojo por ojo,
diente por diente”. Si mi hermano me pellizca, yo haré lo mismo. No es de
extrañar que este tomar y dame acabe a menudo con peleas sonadas, sea con
hermanos, padres, amigos o con compañeros de clase. Las lamentaciones no
cesan nunca: “Si él tiene, yo también quiero”. “¿Por qué ella sí yo y yo no?”.

Es bueno tener en cuenta que la escuela es llamada, junto con la familia y las
comunidades sociales, civiles y religiosas, a contribuir al proceso de forma-

10
ID., Pág. 29

34
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

ción humana. Si la escuela es “ambiente educativo y de aprendizaje”11 por


definición, deberá asumir las propias responsabilidades también en relación
con la educación moral.

1.3.3. Los niños pueden ser crueles.

A pesar de que los niños en edad escolar son suficientemente conscientes de


los sentimientos ajenos, a menudo infligen sufrimientos de los que no desea-
rían para ellos mismos. Las intimidaciones y los juegos crueles están la orden
del día. Si un compañero de clase comete un error, no es tan hábil cómo los
otros o tiene algún tipo de discapacidad, sin duda será el blanco de las burlas
y provocaciones de todo el grupo, incluso lo excluirán de sus actividades. Los
niños sólo prestan atención a sus actos cuando éstos tienen consecuencias
visibles. No comprenden que pueden herir los sentimientos de los demás,
por ejemplo, al engañarlos o rechazarlos. Las mentiras, las copias en las eva-
luaciones o los pequeños hurtos no son vistos en los niños como algo repro-
bable. “¿Por qué? A Miguel no puede hacerle ningún daño que le quite el
lápiz. Tiene más”. “María parece una bruja con esos pelos. ¿No? Es la verdad.”

Es probable que muchos padres se tranquilicen al saber que sus hijos no se


comportan mal a propósito. Actúa de esa manera a la etapa de desarrollo en
que se encuentra. Sin embargo, deben intervenir y frenarlo se observan que
perjudica claramente a otros niños.

Desde todo punto de vista es importante que los padres insistan hablar con su
hijo en el respeto a los sentimientos de los demás. La acción a seguir en rela-
ción a las situaciones anteriores, podrían ser las siguientes: “Tú también tiene
varios lápices y quieres guardártelos para ti solo. A Miguel le pasa lo mismo”.
“María se pone triste cada vez que se le dices que parece una bruja. A mí tam-
poco te gustaría que te lo dijeran. Estas cosas sientan mal”. Lo cual no evitará
que a la menor ocasión vuelvan a repetir la misma conducta. Comprender la
importancia de los conocimientos de los demás requiere un cierto tiempo12.

1.3.4. Los niños tranquilos necesitan más apoyo.

Hasta el momento se ha hecho referencia de cómo hacer ver a un niño que


las agresiones, las burlas o la exclusión de sus compañeros son actos repro-
11
A. AGAZZI, Teoría y pedagogía de la escuela, La Escuela, Brescia 1958
12
GERDA, Pighin. Trasmitir los valores a los niños. Las “crueldades” son normales en los niños de
edad escolar. Pág 32. RBA. Libros, S.A. 1999

35
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

bables. Del mismo modo, si el hijo es víctima de este tipo de conductas por
parte de sus compañeros (Lo cual es bastante probable, puesto que casi to-
dos los niños de esta edad son así). Se debe acudir a su ayuda.

Es fundamental que los niños sientan que pueden contar con los padres si se
ven en dificultades. También hay que enseñarles que es bueno pedir ayuda a
otras personas, por ejemplo a los maestros, en caso que de que sean agredi-
dos en el interior de su Institución Educativa o fuera de la misma. El niño debe
saber que puede mantenerse alejado de las peleas. En ocasiones, lo mejor es
apartarse y no responder a las provocaciones de los demás. Por otra parte, un
ataque puede ser repelido por medio de la palabra.

Si se considera que en ciertos momentos puede ser conveniente que el niño


devuelva el golpe, en el siguiente sentido:

La exposición constante a las agresiones de los demás sin posibilidad de de-


fenderse socava enormemente la autoestima del niño. En cualquier caso, la
confianza en uno mismo resulta más útil contra agresiones que el miedo y la
timidez. En algunos casos sería preciso que la madre o el padre se pongan en
contacto con los padres del “provocador”. O, lo que es aún más efectivo, ha-
blar directamente con el agresor. Si llega a este extremo, será suficiente con
que los padres digan al niño, por ejemplo: “Te parece bello estar empujando
siempre a Juan? ¡Espero que no lo vuelvas hacer y que no se repita más!

1.3.5. Los niños defienden un punto de vista propio.

Un afán de independencia muy marcado es otra constante en este momen-


to de su evolución. Los niños de esta edad asumen que tienen sus propios
derechos. Se dan cuenta de que los adultos no lo saben todo, como habían
pensado hasta ahora. Este descubrimiento hace que se aferren a sus propias
opiniones y, por lo tanto, no comprendan por qué no pueden hacer simple-
mente lo que ellos quieren.

Los padres suelen quedar desconcertados cuando sus hijos, repentinamente,


comienzan a darse importancia: “Ocúpate de tus asuntos. Yo hago lo que
quiero”, o bien: “Los niños también tenemos derechos. ¡Ya está bien de
mandarme todo el día!”.

Esta conducta rebelde tiene también una lectura muy positiva: el niño ha
aprendido que existen diferentes puntos de vista y que todos ellos son res-

36
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

ponsables. Este descubrimiento revolucionario conduce, no obstante, a la


idea de que las normas que han establecido los padres no tienen por qué ser
más válidas que otras. El niño finalmente ha conseguido un punto de vista
propio y quiere que éste sea respetado. Dado que los niños identifican la Jus-
ticia con la Igualdad, no es de extrañar que consideren que sus opiniones
son tan importantes como las de los padres.

Jorge que tiene ocho años, no puede entender, por ejemplo, por qué tiene
que ir a la cama cuando su padre dice: “Ya es tarde. Vamos, que estoy cansa-
do”. “Entonces acuéstate tú; quiero seguir jugando”, esa es su respuesta. Julia,
de nueve años, al volver del colegio dice: “A todos los de mi clase los dejan ver
la película del viernes. Es injusto que yo tenga que irme a dormir”.

Ahora bien para los padres resulta agotador tener que enzarzarse en argu-
mentaciones sin fin cada vez que el niño protesta por una decisión. Tampoco
es siempre necesario. A veces los niños se conforman con un “No “claro in-
equívoco, aunque, naturalmente, nunca van admitirlo. Esto puede aplicarse,
sin ir más lejos, a la televisión. A esta edad, para los niños lo principal no es
hacer respetar su opinión sino la igualdad de trato. Ante su deseo de ver la
película podemos responderle: “Lo que hagan los otros no tiene por qué au-
tomáticamente válido para esta casa. Nada de película a esta hora. Si aún no
tienes sueño, puedes leer en la cama o escuchar un poco de música”. Seguro
que el niño al principio protestará, pero al final aceptará la decisión.

No dejen aún lado las charlas familiares periódicas, en ella los padres e hijos
tendrán la oportunidad de expresar sus problemas en un ambiente relajado,
son muy útiles para dirimir cualquier tipo de tensiones. Los padres pueden
comentar cómo los irrita que los comparen con otros. Pueden explicar a los
hijos que se esfuerzan por ser justos con ellos. Los hijos por su parte, deben
tener la oportunidad de exponer sus opiniones y decir lo que les parece justo
o injusto. En este tipo de reuniones se llega fácilmente a acuerdos que re-
dundan en el bienestar de toda la familia.

1.4. Los adolescentes necesitan comprensión.

Cuando los niños llegan a los diez años comienza un período difícil para
todas las partes. Los padres se asustan al ver el cambio de actitudes de sus
hijos. Los que hasta hace bien poco aún eran criaturas manejables de re-
pente se muestran descarados e insolentes. Se quedan horrorizados antes

37
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

los cambios de humor de sus hijos, que se irritan con facilidad. Cualquier
sugerencia por parte de los padres respecto a la ropa o los hábitos de con-
ducta es desestimada por los hijos, que aducen el clásico:” ¿Qué van a pen-
sar de mí los demás”?.

Los demás, no son adultos razonables ni cualquier otro modelo aceptable


para los padres. “Los otros”, son los chicos de su misma edad, los del combo, y
son tan descarados y caprichosos como sus hijos. El que quiera ser aceptado
por el grupo o combo tiene que ajustarse sin excepción a “aquellos que todos
hacen”. Valores como la Sensibilidad, el respeto, la cortesía o la flexibili-
dad, antes bien asentados en el niño, parecen haberse esfumado de repente.

Las groserías forman parte de su evolución, aunque para los padres resulte
difícil de tolerar, este comportamiento es normal en la evolución de nuestros
hijos. Los adolescentes tienen ante sí un camino difícil donde tendrán que su-
perar múltiples pruebas antes de ingresar en el mundo de los adultos. Deben
despegarse de sus padres al mismo tiempo que luchan por conquistar un
lugar en el grupo de adolescentes. Nuestros hijos madurarán con sus amigos
hasta convertirse en personas adultas.

Es importante que los padres apoyen a sus hijos sin agobiarlos ni coaccionar-
los, sobre todo si surgen dificultades que los sobrepasan como las drogas, la
delincuencia o la sexualidad. Esto representa un desafío que exige mucho
tacto y serenidad por nuestra parte.

Para las madres y los padres esta etapa no es nada fácil, ya que deben dejar
mucha libertad a sus hijos y darles la oportunidad de experimentar y equi-
vocarse por sí mismos. Durante este período de formación, ellos tienen que
encontrar sus propios valores, deben aprender a decidir sobre su vida cómo
seres autónomos13.

En lo que respecta al desarrollo ético del adolescente, siempre y cuando ha-


yan recibido una buena educación, ya se encuentran en un grado muy alto.
Aunque no lo parezca, son capaces de ponerse en el lugar del otro, compren-
der las necesidades del grupo y reservar las suyas propias. Tienen el conven-
cimiento de que las buenas personas deben preocuparse por los demás. Las
relaciones personales son para ellos de máxima importancia.

13
GERDA, Pighin. Trasmitir los valores a los niños. Los padres, a partir de ahora, deben dar sufi-
ciente libertad a los hijos. Pág. 35. RBA, Libros, S.A. 1999

38
CAP 1. TRANSMITIR VALORES EN LOS NIÑOS

A diferencia de los niños, los adolescente ya no piensan “lo que tú me hagas


te lo haré a ti”, sino “trata a los demás como quiera que te traten”. Debido a se
hallan el camino de la madurez, se sienten muy inseguros y su autoestima es
extremadamente frágil.14 Este es el motivo por el que a veces parece incluso
que vuelvan a la infancia.

La adolescencia en todas las culturas, significa un momento de cambio, ella


ofrece la oportunidad de comenzar a compartir las decisiones de los adultos
y, en otro sentido, supone el inicio de una larga etapa de incertidumbre per-
sonal y social. Los adolescentes se enfrentan a la superación de retos, sea cual
sea el contexto en el que se desenvuelvan15.

14
ID, Pág. 36.
15
HERNANDO ZANZ, María Ángeles. Estrategias para educar en valores. Propuestas de actuación
con adolescentes. Pág. 37. Editorial CCS. 1997, Alcalá. España.

39
Capítulo 2

El ambiente familar cálido


y seguro favorece el desarrollo del niño.

2.1. Los niños que pertenecen a familias cariñosas y esti-


muladoras tienen más posibilidades de desarrollarse sa-
nos y felices16.

Si en la familia se da un clima emocional positivo se crea un ambiente grato


para los niños, se cultivan valores positivos pese las dificultades económicas.
En un clima familiar, cálido y seguro, los niños se desarrollan psíquica y física-
mente mejor y se enferman menos.

La calidez del trato que recibe y el sentirse aceptado y querido, favorecen el


niño el tener una buena imagen de sí mismo y le ayuda a enfrentar las dificul-
tades que se presentan y crecer como persona.

El niño necesita ser celebrado por sus avances y logros. Los elogios de los pa-
dres son lo mejores premios para él. La satisfacción que el niño experimenta al
ser alabado por sus logros o esfuerzos aumenta en él su deseo de progresar.

Los niños aprenden principalmente por imitación: imitan a los mayores, quie-
ren hacer todo cuanto ellos hacen. De ahí la importancia del ejemplo que den
los adultos de los niños. Si los padres o adultos le dan cariño, son tranquilos y
acogedores, el niño tenderá hacer lo mismo. Si ellos son fríos e indiferentes o
agresivos, el niño emitirá estas conductas.

16
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág. 69.

41
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

El niño necesita modelos positivos y estables dentro de la familia para desa-


rrollar conductas positivas: seguridad, esfuerzo, solidaridad, cariño y preocu-
pación y respeto por los demás, responsabilidad, entre otras, que son valores
que se adquieren en la primera infancia, y que serán “su pasaporte” para la
vida futura. El niño aprende lo que ve en el hogar. El niño se siente querido,
valorado y respetado, aprende a valorar y respetar a los demás.

Es importante que los padres expresen su cariño a través de gestos, caricias,


besos, miradas, abrazos, estímulos verbales. Aunque vaya creciendo el niño,
igual necesita que se le exprese cariño.

Las parejas bien conformadas, en que hay acuerdo en la forma de criar a los
hijos y en que el padre constituye un real apoyo como agente educativo en
la relación con los niños, generan un ambiente muy favorables que impacta
positivamente el desarrollo psicosocial y físico del niño, a pesar de las condi-
ciones de precariedad económica en que se encuentra la familia.

Un factor de riesgo para lograr una vida familiar positiva es la ausencia del
padre en el hogar. Debido a ésta, la madre enfrenta sola situaciones de sobre-
carga de trabajo, preocupaciones y tensiones derivadas de la pobreza y está
en peores condiciones emocionales para proporcionar a sus hijos un ambien-
te positivo. Por ello, es muy importante crear redes de apoyo para la madre
que orienta el hogar. El niño que no recibe cariño cuando pequeño, le será
muy difícil darlo cuando adulto. No tuvo modelo de dar y recibir cariño y por
lo tanto, será más incapaz de entregar cariño.

Un niño que crece sin afecto, sin muestras de cariño como los abrazos, besos,
caricias, palabras acogedoras, es como si careciera de alimentos y como con-
secuencias puede no desarrollarse física y psicológicamente sano. El cariño
es el sustento de la seguridad y del equilibrio personal.

La falta de afecto y amor en la infancia es la base de muchos trastornos psi-


cológicos de los jóvenes y adultos. El amor y el cariño que puede recibir un
niño en la primera infancia son independientes de la situación económica de
la familia. Hay hogares con muchas dificultades económicas, en que los pa-
dres son capaces de entregarles el afecto y cariño que el niño necesite y por
el contrario hogares con muchos medios económicos en que esto no ocurre.

42
CAP 2. EL AMBIENTE FAMILIAR

2.2. El niño necesita un ambiente seguro, con reglas y lími-


tes claros y consistentes17.
La estabilidad del ambiente físico y familiar es fundamental para el desarrollo
intelectual y socio-emocional del niño. Un ambiente estable y seguro facilita
la concentración y la motivación del niño en su desarrollo intelectual. Un cui-
dado familiar permanente y constante le ayuda a desarrollar sentimientos de
confianza hacia el mundo que lo rodea y hacia otros seres humanos.

Si la madre o la persona que cuida al niño cambian constantemente la forma


de tratarlo, él no entenderá qué es lo que pasa, se sentirá confuso e inseguro
y no podrá sentir confianza en la gente que lo rodea.

Los niños necesitan límites: saber lo que está permitido y lo que está prohibi-
do y lo que ocurre si se transgreden esos límites. Los límites deben ser firmes
y mantenidos y ayudan al niño a disciplinarse.

Las reglas y prohibiciones claras y firmes enseñan a distinguir lo bueno de


lo malo, lo correcto y lo incorrecto. Le dan seguridad al niño. Son una mues-
tra de amor.

Al niño no le hacen mal quererlos mucho. Nunca es cariño es demasiado. Lo


que lo perjudica es la inconsistencia y la falta de límites.

Consistencia significa que el adulto reaccione de la misma manera ante los


mismos hechos o conductas del niño. Consistencia también significa que los
padres estén de acuerdo cuando autoricen, sancionen o premien al niño.

El padre y la madre son dos personas distintas y pueden importarles diferen-


tes cosas. No pueden estar de acuerdo en todo, pero sí deben coincidir en las
estrategias de disciplina y los límites que imponen a sus hijos, y deben ser
consistentes en su aplicación.

Las familias que entregan pautas y reglas claras de conducta, que usan ex-
plicarlas y son capaces de persuadir al niño o comportarse correctamente,
tienden a tener hijos más independientes y responsables.

Cuando las respuestas son coherentes, el niño puede saber lo que va a pasar
como resultados de sus actos y saber a qué atenerse.

17
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág.73.

43
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Una rutina de vida, un ambiente ordenado y con horarios, permiten al niño ir


formando hábitos y desarrollando seguridad para enfrentar el mundo. Si vive
en un ambiente sin orden, sin organización ni rutina clara, el niño se hace
más irritable y más inseguro, pues nunca sabe lo que va a pasar, ni cuándo sus
necesidades serán satisfechas.

La falta de límites empeora las relaciones interpersonales, facilita la aparición


de conductas de transgresión de normas de convivencia, fomenta el egoís-
mo. El niño puede llegar a pensar solo en su beneficio.

Es muy importante que los padres de familia aprendan estrategias adecua-


das de su disciplina. Para disciplinar al niño, además de otras medidas, hay
castigos no violentos a las cuales pueden recurrir los padres para corregir
una conducta no deseada del niño: dejarlo sin ver televisión, encerrarlo en
una pieza, prohibirle salir a jugar con sus amigos, no usar el juguete preferido.
Estos castigos solo se deben utilizar ocasionalmente, por tiempos limitados e
inmediatamente después de ocurrida la conducta negativa.

Muchas veces hay necesidad que los padres orienten o corrijan al niño. Pero hay
que saber cómo hacerlo, para que produzca cambios positivos en su conducta.

Cuando se corrige o castiga a un niño hay que ser claros: explicar el porqué
del castigo y qué esperan del niño; no se le debe pegar, insultar o maltratar.

Cuando el niño se porta mal es mejor que los padres se calmen primero y ex-
pliquen después cuáles son las razones de la reprimenda. No debe castigarse
a un niño cuando el adulto está con rabia. Él tiene todo el derecho a enojarse,
solo que en ese momento no debe ponerse a educar al niño. Para hacerlo
necesita calmarse primero.

2.3. Un ambiente de irritación y violencia familiar es perju-


dicial para el desarrollo psicosocial y educativo del niño18.
Las discusiones violentas y agresivas entre adultos hacen que los niños se
sientan culpables de ellas y experimenten una sensación de angustia. Imagi-
nan que sus padres se pelean por lo que él ha hecho.

18
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág. 77.

44
CAP 2. EL AMBIENTE FAMILIAR

Las peleas, las discusiones, los gritos y las tensiones de los adultos son perci-
bidos incluso el bebé. El miedo, la inseguridad y la tensión, que estos hechos
provocan, alteran el funcionamiento del desarrollo- psico-social del niño.

La violencia verbal también afecta al desarrollo del niño; hay que evitar agre-
dir verbalmente, destacar solo los errores, comparar despectivamente, ridicu-
lizar, hacer comentarios hirientes sobre el niño pequeño.

El criticar constantemente al niño, el exigirle más de lo que puede hacer, el


destacar lo negativo en forma reiterada le lleva poco a poco a pensar que lo
hace todo mal, a no quererse a sí mismo, a no tratar de superarse, a tener una
baja autoestima.

El vivir en un ambiente de tensión, prolongada, aumenta la posibilidades de


que el niño contraiga enfermedades y que desarrolle problemas psicosomá-
ticos, como asma, cefaleas, úlceras, colon irritable. Muchas enfermedades in-
fantiles tienen un origen psicológico.

Por el contrario, si el niño vive en un ambiente relajado, cariñosos, con un cli-


ma positivo y donde existe humor para acoger lo bueno de la vida, tiene más
posibilidades de desarrollarse física y psíquicamente sano.

Aún en las familias con estrés y que viven en condiciones de pobreza se re-
duce el riesgo de déficit en el desarrollo psicosocial para el niño cuando en la
familia hay un clima de respeto y armonía, una buena estima de cada miem-
bro, se confía en cada persona y en su responsabilidad y se tienen buenas
relaciones interpersonales en cantidad y calidad, con amigos y miembros de
la comunidad.

2.4. El maltrato físico y psicológico daña el desarrollo del niño19.

El maltrato físico y psicológico al niño constituye un alto riesgo para su desa-


rrollo psicosocial y puede dejarle secuelas para el resto de su vida. El maltrato
físico, los golpes reiterados, dejan en el niño cicatrices invisibles que puede
durar toda la vida.

19
ORTÍZ, LOZADA, Leónidas, Pbro. “Desarrollo Psicosocial del Niño”. Tercera Edición. Colección
Pastoral Social. Pág.79.

45
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Los niños maltratados verbal o físicamente, presentan un peor desarrollo psi-


comotor y educativo, un peor estado nutricional y se enferman más, son más
inseguros y les cuesta adaptarse al medio social que los rodea, ya sea en el jar-
dín infantil, la escuela, la institución educativa, el grupo de amigos, entre otras.

El uso del castigo físico con el niño tiene consecuencias muy negativas; los
niños castigados frecuentemente tienden a:

• Ser temerosos e inhibidos


• Ser dependientes y pocos creativos.
• Ser irritables, agresivos y mentirosos.
• Sentir que son rechazados.
• Desarrollar sentimientos y deseos de venganza.
• Tener mala autoimagen.

Además del castigo físico solo logra frenar o inhibir la conducta negativa por
un rato, mientras dura el dolor del golpe y el temor de un nuevo castigo. Pero
el castigo físico no permite desarrollar conductas positivas, responsabilida-
des o interés por aprender o superar la conducta errada.

Si se castiga con golpes a los hermanos mayores, el más pequeño siente


como si lo castigaran a él y podrá sufrir las mismas consecuencias emociona-
les negativas que los castigados.

No hay ninguna razón que justifique castigar a un niño con golpes. Existen
otras formas de disciplina, no violentas, que son mucho más efectivas y ade-
cuadas para educar a un hijo.

El maltrato del niño se puede evitar entre otras medidas, educando a los pa-
dres sobre la forma de disciplinar al niño y formar hábitos de conducta sin
recurrir al castigo físico, sino a través del diálogo, la fijación de normas claras
y consistentes, y la explicación al niño de lo que es correcto y lo que no es.

Es importante que los padres de familia discutan con otros padres sobre la
forma de disciplinar a los hijos sin tener que recurrir al castigo físico, sino a
través de métodos no violentos y que realmente eduquen. Por ejemplo los
padres pueden discutir alternativas de comportamiento cuando el niño:

• No quiere ingerir los alimentos.


• Cuando el niño llora prolongadamente.

46
CAP 2. EL AMBIENTE FAMILIAR

• Cuando el niño se orina en la cama o en la ropa que porta.


• Cuando tiene pataletas y se le da por tirar y romper algún objeto de valor.

• Cuando se pelea frecuentemente con su hermano.


• Cuando no quiere acostarse oportunamente.

Las causas del maltrato infantil se originan en una serie de factores psicoló-
gicos, familiares, socio-económicos y culturales. Para enfrentar esta situación
es necesario que los padres de familia que incurren en esta práctica negativa
para el desarrollo del niño, tenga acceso a redes de apoyo comunitario y de
especialistas tales como médicos, psicólogos y orientadores que saben cómo
tratar este tipo de problemas.

Cuando se sabe que en la vecindad hay una situación de maltrato o abuso


sexual contra uno o más niños, es necesario dar cuenta de esta situación a
alguna persona o autoridad responsable para que se pueda acudir en ayuda
de ese o esos niños que están viviendo una experiencia traumática y de grave
peligro para su salud física y psíquica.

Hay que recordar que: “Todos los niños tienen derecho a protección con-
tra toda forma de perjuicio o abuso físico, mental o sexual, descuido o
trato negligente, maltrato o explotación”. Artículo 19 de los derechos del
niño aprobada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1989 y ratifi-
cada por todos los países de la región20.

Convención Internacional de los Derechos del Niño. Aprobada por la Asamblea General de las
20

Naciones Unidas 1989. Artículo 19.

47
Capítulo 3

Didáctica de los valores en la escuela, estrategias para


el trabajo educativo para sensibilizar y capacitar a los
padres de familia o cuidadores de los niños, niñas o
jóvenes escolares.

Atendiendo que la actual sociedad está marcada firmemente por horarios


extensos de trabajo, altos niveles de estrés, estilos de vida inapropiados, vio-
lencia, pobreza, entre otros innumerables problemas sociales; que sin duda
alguna han contribuido en gran escala, no sólo en disfunciones sociales, sino
también en el proceso de formación y crianza de los hijos en general. Se puede
afirmar que la extrema complacencia, sobre exigencias, o la falta de autoridad,
son sólo algunas de las características que hoy en día se está presentando en la
formación de los niños, niñas y adolescentes en los distintos hogares, teniendo
como producto de esto, infantes con trastornos de comportamiento o con es-
caso desarrollo de las habilidades necesarias para afrontar las exigencias de las
distintas etapas de la vida con mayor énfasis la vida adulta.

Esta propuesta didáctica y pedagógica, no son más que guías educativas,


la cual tienen como finalidad, brindar el horizonte para buscar sensibilizar y
capacitar a los padres de familias y/o adultos a cargo de niños, niñas y ado-
lescentes educandos en aspectos básicos y fundamentales de la crianza que
favorezcan y garanticen el pleno y sano desarrollo de estos.

Guías que propenden fortalecer en los padres o adultos a cargo de preescola-


res y escolares de los conocimientos, actitudes y prácticas relacionadas con la
crianza que puedan impactar de manera positiva en la funcionalidad familiar,
el sano desarrollo de los hijos y su incidencia en el rendimiento académico.

Hay que considerar que la escuela para padres juega un papel preponderan-
te, por ser un método de enseñanza que facilita a las instituciones educativas,
buscar sensibilizar y capacitar a los padres de familia o adultos que tienen a
cargo niños, niñas y jóvenes educandos en pautas básicas relacionadas con

49
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

la crianza y la educación en valores, contribuyendo de esa manera, no sólo al


buen crecimiento y desarrollo físico de estos, sino también, a la formación de
habilidades y actitudes necesarias para el desenvolvimiento en las siguientes
etapas de desarrollo y en la vida adulta. Los padres inculcan a sus hijos la
responsabilidad social cuando colaboran con la escuela o institución educa-
tiva y alienta a mantener otras actividades fuera del hogar. En ese sentido los
padres deben mantener una buena comunicación con sus hijos y disfrutar
compartiendo actividades con ellos, toda la familia sale favorecida.

Por todo lo anterior hay que concebir a la familia como el ente socializador
por excelencia y el ambiente propicio para crecer plenamente como persona.
Lo que se recibe desde el principio en la comunitariedad familiar, influye de
por vida en la persona. Poe esto, se hace indispensable caer en cuenta de
la responsabilidad de hacer una familia un escenario de realización, desde
el cual se siembre en la persona, el germen de todos los valores, se den los
elementos necesarios para la formación del carácter, se infunda el sentido de
pertenencia, se fortalezcan las capacidades requeridas para asumir las res-
ponsabilidades con la vida y el compromiso con la trascendencia.

Para hablar de la familia, es trascendental reconocer la importancia de ser mujer


y de ser hombre, comenzando por estimar el género de cada uno, sus valores,
sus relaciones mutuas y su misión en el mundo como individuos y como pareja.

La mujer, requiere una espacial consideración debido a la cultura machista


en la cual ha vivido con la consecuente subvaloración a la que ha sido some-
tida a lo largo de la historia. Hay que llamar a la reflexión para que la mujer
continúe trabajando por reivindicar el lugar que le corresponde en el mundo,
en atención a su dignidad y para que el hombre siga ampliando el espacio
democrático y flexible a su alrededor con el fin de que la mujer tenga iguales
oportunidades para crecer como persona y para desarrollar y vivir plenamen-
te los Derechos Humanos sin ninguna discriminación.

No hay que desconocer que la mujer ha ganado espacio en el orden so-


cio-económico-laboral; está escalonando posiciones en lo político y en lo
empresarial, está demostrando tener capacidades suficientes para gerenciar
empresas y liderar proyectos, sin embargo, como esposa, como madre, como
compañera y como amante sigue siendo en muchos casos subestimada y
maltratada. Son más mujeres solas, que hombres, criando a sus hijos y res-
pondiendo por las obligaciones de su hogar.

Es sin duda alguna, exaltar valores que contribuyan a fortalecer la familia e


identificarla como comunidad en el auténtico sentido de la expresión. No

50
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

basta con que unas personas bien intencionadas se unan para conformar fa-
milia, se hace necesario que haya el deseo sincero de ser:

Comunidad de Amor, para entregarse como donación recíproca, acogiendo


al otro en su diversidad, sintiendo como propios sus necesidades e ideales.
Formando unidad, buscando acuerdos y construyendo el futuro de la familia,
con respeto y creatividad.

Comunidad de Vida, para valorar la vida, trasmitirla con responsabilidad,


reconocerla como derecho fundamental y amarla con proyección y esencia
de su misión.

Comunidad de Paz, para ser agente de fraternidad, sana tolerancia y convi-


vencia pacífica, lo cual es posible en un ambiente recíproco de sinceridad,
lealtad y fidelidad.

Formar una familia y trasmitir la vida es el mayor bien que un ser humano
puede proporcionarle a la humanidad y no es posible lograrlo de manera
auténtica si no es dentro del compromiso y la responsabilidad que de alguna
manera hipotecan el futuro de quienes así lo deciden.

Comprometerse, es también, planear en acuerdo mutuo la venida de los hijos


y acogerlos con ternura y dadivosidad para que sean efectivamente proyec-
ción de amor, de vida, de paz y de compromiso.

Guía 1

3.1. Aspectos básicos para una buena crianza.


Es una actividad grupal máximo con 40 padres o adultos que tengan a cargo
niños, niñas y jóvenes escolares.

Objetivo:

Desarrollar una actividad de sensibilización sobre los aspectos básicos para una
buena crianza, dirigidos a todos los padres de familia o adultos responsables de
niños y jóvenes educandos, que permita promover en los infantes buenas con-
ductas, habilidades de convivencia y rendimiento académico con desempeños
superiores o significativos.

51
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Metodología a emplear:

Después de una calurosa bienvenida a los participantes y felicitaciones por la


decisión tomada., se realizará una presentación oral sobre el tema, se describirán
los aspectos básicos para desarrollar una buena crianza, y posteriormente se so-
licitará a los padres que comenten experiencias propias de la temática:

Se procede a realizar una conferencia con participación activa del auditorio.


Sensibilización.

Duración: 60 minutos

Responsables: Psicopedagoga, trabajadora social, coordinadores de conviven-


cia, docentes directivos y docentes.

Recursos: Marcadores, tablero acrílico, documentos de apoyo y ayudas audiovi-


suales. (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes iníciales:

¿Qué aspectos tiene usted en cuenta en la crianza de sus hijos?


¿Qué cree usted que debe tener en cuenta para realizar una buena labor
de crianza?
Interrogantes en el desarrollo de la temática:
¿Cómo administra la disciplina a sus hijos en el hogar?
¿Provee a sus hijos de suficiente tiempo y cariño?
¿Cómo administra las órdenes en su hogar?
Interrogantes finales:
¿El tema desarrollado le ha permitido tener más claridad en cuanto a las pau-
tas de crianza de su hijo?
¿Siente usted que la actividad educativa desarrollada contribuye en algo
para el manejo de sus hijos en el hogar?

Contenido:

Para la crianza diaria de los hijos se debe tener en consideración:

Manifieste un buen ejemplo para sus hijos. Los niños a menudo aprenden a com-
portarse observando cómo se comportan los padres. Por ejemplo, si los padres
manejan bien la frustración, los niños probablemente aprenderán a manejar
bien sus propias frustraciones.

52
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Si los padres usan lenguaje inapropiado y se disgustan cuando las cosas no van
bien, sus hijos aprenderán a actuar de la misma manera.

No tome el comportamiento de sus hijos por sentado. Los padres deben elogiar a
sus hijos cuando se comportan apropiadamente, en lugar de esperar a elogiarlos
hasta cuando hacen algo especial.

Deben también, hacer saber a sus hijos, que ellos notan tanto el buen como el
mal comportamiento.

Provea a sus hijos con mucho cariño, verbal y físico. El contacto físico frecuente en-
tre padres e hijos, tales como abrazos o palmadas de cariño, son muy importantes.
Este cariño debe demostrarse regularmente, los padres deben evitar demostrar
este efecto inmediatamente después de que sus niños se han portado mal.

La disciplina debe ser inmediata y deber ser administrada de manera casual.


Los padres pueden evitar el molestarse mientras disciplinan a sus hijos. Técnicas
como el tiempo de descanso, darles consecuencias a sus actos y hacerlos que se
queden en casa, son muy efectivos si se utilizan correctamente. Después de ha-
ber sido disciplinados, los niños deben volver a empezar. Los padres no deben
recordarles frecuentemente su mal comportamiento.

Sea consistente y previsible con sus hijos. Los niños funcionan mejor si saben a lo
que se atienen. Los padres deben aclarar con exactitud lo que es o no conducta
aceptable. La conducta apropiada e inapropiada de los niños debe manejarse de
manera similar por ambos padres. Ejemplo: ambos padres deben usar los mis-
mos métodos para corregir la mala conducta. La consistencia es solo importante
entre ambos padres. Es también importante día a día para cada padre.

La manera en que los padres manejan el comportamiento de sus hijos de un día


para otro no debe variar conforme al estado de ánimo de estos. De hecho, debe
basarse en el comportamiento de los niños.

La manera en que se dan instrucciones a los niños afecta la manera en que los ni-
ños las seguirán. Los padres deben mirar a los niños en los ojos antes de dar ins-
trucciones. Gritar instrucciones desde otro cuarto rara vez da buen resultado. Las
instrucciones deben darse de manera clara y específica. Los padres deben evitar
dar instrucciones imprecisas como “Te portas bien”. La impresión que un padre
tiene de “portarse bien”, puede ser muy diferente a la del niño. Los padres deben
elogiar a sus hijos cuando siguen instrucciones. Deben también estar preparados
para hacerlas cumplir.

53
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Coloque reglas claras y específicas. Los padres deben evitar poner reglas que
no puede reforzar. El cumplimiento de las reglas debe ser de manera casual. La
corrección por romper las reglas debe establecerse por adelantado. Cuando se
rompe una regla, los niños deben ser corregidos de manera apropiada, no con
castigo físico ni verbal. Permita a sus hijos que ayuden con tantas tareas cotidia-
nas como sea posible. L a mayoría de los niños disfrutan pasar tiempo con los
padres, y esto puede ser una buena enseñanza. Observe a sus hijos de cerca. Los
padres deben elogiar a los niños más chicos cuando tienen buena conducta. Los
padres deben evitar caer en la trampa de no querer perturbar a los niños cuando
tienen un buen comportamiento. Deben asegurarse de saber dónde están sus
hijos y qué están haciendo.

Evite sermonear, fastidiar, insultar y gritar para manejar la conducta de sus hijos.
Este planteamiento es rara vez efectivo y a menudo empeora los problemas.

Guía 2

3.2. Cómo corregir las conductas inadecuadas, la agresivi-


dad y el manejo de límites.
Actividad para realizarle con un grupo de padres de familia o adultos que tienen
a cargo a niños en edad preescolar y escolar al interior de la escuela o Institución
educativa pertinente.

Objetivo:

Desarrollar un taller sobre las pautas de crianza sobre la agresividad, el mane-


jo de límites y la variedad de métodos de corrección de los niños, dirigidos a los
padres de familia que tienen hijos educandos, con el fin de enseñarle la forma
asertiva de extinguir conductas inapropiadas y reforzar conductas positivas.

Metodología a emplear:

Se iniciará con una sensibilización a través de una (Conferencia), en esta se trata-


rán temas como agresividad, el manejo de límites y pautas para corregir al niño,
con ejemplos claros sobre la crianza del educando a nivel preescolar y escolar,
se les pedirá a los padres que compartan sus experiencias a lo largo de la charla.

54
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Duración: 45 minutos

Responsables: Psicólogo(a), trabajadora social, psicopedagoga, coordinador


de convivencia, directivos docentes, docentes.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcadores, tablero acrílico, papelería de apo-


yo. (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes Iníciales:

¿Sabe usted que es la agresividad?


¿Ha visto en su hijo conductas agresivas?
¿Cómo corrige a su hijo cuando hace algo indebido?
Interrogantes en el desarrollo de la temática:
¿Sabe usted que aspectos del entorno familiar y ambiental influyen en el niño
para desarrollar conductas agresivas?
¿Conoce usted pautas para manejar esta situación?
¿Sabe qué consecuencias tiene la agresividad en el desarrollo de su hijo?
Interrogantes Finales:
¿El tema desarrollado le ha permitido tener más claridad en cuanto a las pau-
tas de crianza de su hijo?
¿Siente usted que la actividad educativa desarrollada contribuye en algo
para el manejo de sus hijos en el hogar?

Contenido:

Orígenes de la agresividad infantil, la influencia de la familia


en el comportamiento violento de los niños.

La agresividad es un trastorno que, en exceso, y si no se trata en la infancia,


probablemente originará problemas en el futuro, cómo el fracaso escolar,
la falta de socialización, dificultad de adaptación, etc. Pero, ¿qué podemos
entender por agresividad en los niños? Cuando se habla de agresividad, se
está hablando de hacer daño, físico o psíquico, a otra persona. De una acción
intencionada manifestada a través de patadas, arañazos, gritos, empujones,
palabrotas, mordidas, jalar del pelo, etc. a otra persona. Este comportamiento
es relativamente común y a menudo aparece cuando el niño cumple un año.
Cuando el bebé nace, trae impulsos amorosos y agresivos que, con el tiempo
y con el cuidado de los padres, empezará a construir vínculos afectivos y a
desarrollar sus relaciones personales. Esta es una fase muy importante. Su

55
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

personalidad será construida a partir de su conocimiento del mundo a su


alrededor. Para eso, es necesario que el bebé se sienta protegido y cuidado
en su entorno familiar.

La familia es uno de los elementos más relevantes dentro del factor sociocultu-
ral del niño. La familia lo es todo para él, es su modelo de actitud, de disciplina,
de conducta y de comportamiento. Es uno de los factores que más influye en la
emisión de la conducta agresiva. Está demostrado que el tipo de disciplina que
una familia aplica al niño, será el responsable por su conducta agresiva o no. Un
padre poco exigente, por ejemplo, y que tenga actitudes hostiles, y que está
siempre desaprobando y castigando con agresión física o amenazante cons-
tantemente a su hijo, estará fomentando la agresividad en el niño.

Otro factor que induce al niño a la agresividad es cuando la relación entre sus
padres es tensa y perturbada. Dentro del factor sociocultural influirían tanto
el tipo de barrio donde se viva como expresiones que fomenten la agresivi-
dad, como “no seas un cobarde”.

Los factores orgánicos tipo hormonal, mecanismos cerebrales, estados de


mala nutrición, problemas de salud, etc., también influyen en el comporta-
miento agresivo. Y dentro del factor social, el niño que no tiene estrategias
verbales para afrontar las situaciones difíciles, será fácilmente conducido a
la agresión.

Consecuencias de una conducta agresiva.

Qué puede ocurrir si persiste la conducta agresiva de tu hijo.

El tener un comportamiento agresivo, hace que el niño tenga complicaciones y


dificultades en las relaciones sociales, e impide una correcta integración en cual-
quier ambiente. Es normal que un bebé se comporte llorando o pataleando, pero
eso no debe ser considerado aceptable en las etapas posteriores. Hay que corre-
girlo. Y lo primero, es encontrar la causa.

Normalmente, cuando un niño sostiene una conducta agresiva es porque reac-


ciona ante un conflicto. Por ejemplo, problemas de relación social con otros ni-
ños o con los mayores por no conseguir satisfacer sus propios deseos; problemas
con los mayores por no querer seguir las órdenes que éstos le imponen; y proble-
mas con adultos cuándo lo corrigen por no haberse comportado bien, o con otro
niño cuando éste le ataca. Con estos conflictos, los niños se sienten frustrados y

56
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

construyen una emoción negativa a la cual reaccionará de una forma agresi-


va o no, dependiendo de sus experiencias y modelos. El niño puede aprender a
comportarse de forma agresiva porque lo imita ya sea de los padres, o de otros
adultos y/o compañeros.

El niño que pelea.

Cuando las peleas del niño son frecuentes, los padres deben vigilar y obser-
var con más atención el comportamiento de su hijo.

Los pequeños y los niños de edad preescolar a menudo se pelean por los
juguetes. Algunos niños son premiados involuntariamente por su compor-
tamiento agresivo. Por ejemplo, puede que un niño empuje a otro niño, ti-
rándolo al piso y quitándole su juguete. Si el otro niño llora y se aleja, el niño
agresivo se siente victorioso ya que consiguió el juguete. Es importante iden-
tificar si este patrón está ocurriendo en los niños agresivos. Cuando las peleas
son frecuentes, esto puede ser una señal de que el niño tiene otros proble-
mas. Por ejemplo, puede estar triste o alterado, tener problemas controlando
la rabia o tensión, haber sido testigo de violencia o haber sido la víctima de
abuso en el cuidado diurno, en la escuela o en el hogar. Las investigaciones
han demostrado que los niños que son físicamente agresivos a temprana
edad tienen la tendencia a continuar dicho comportamiento cuando son
mayores. Diversos estudios, también han demostrado que los niños que son
expuestos a la violencia y la agresión repetidamente a través de la televisión,
los videos y las películas, actúan de manera más agresiva. Si un niño pequeño
tiene problemas persistentes con la acción de pelear y de morder o exhibe un
comportamiento agresivo, los padres deben de buscar la ayuda profesional
de un psicólogo, psiquiatra de niños y adolescentes o de otro profesional de
la salud mental que se especialice en la evaluación y tratamiento de los pro-
blemas del comportamiento en los niños.

Qué se debe hacer con los niños que pelean:

La intervención temprana es mucho más efectiva. No espere a que el niño


empiece a mostrar un comportamiento más agresivo. Intervenga tan pronto
observe que el niño se siente frustrado o que se esté alterando.

• Cuando los niños pequeños pelean a menudo, supervíselos más de cerca.


• Si el niño le pega a otro niño, de inmediato separe los dos niños. Luego
trate de consolar y atender al niño que ha sido golpeado.

57
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

• No le pegue al niño si le está dando a otros. Esto le enseña al niño a usar


comportamiento agresivo.
• Los padres no deben de ignorar o menospreciar las peleas entre hermanos.
• Enséñales que la agresión no es la forma correcta para conseguir lo que
uno quiere. Por ejemplo: imaginemos el caso de dos niños, uno de 6 y
otro de 4 años de edad. El mayor está jugando con una pelota hasta que
el más pequeño aparece para quitársela. Y ahí se forman peleas y gritos.
El pequeño grita y patalea porque quiere la pelota. Intervenimos y exigi-
mos que el mayor conceda la pelota al más pequeño. Con eso estaremos
reforzando de una manera positiva a que el pequeño siempre patalee y
grite para conseguir lo que quiere.

Tratamiento de la agresividad infantil.

Siga algunas pautas de cómo solucionar la conducta agresiva de su hijo. El trata-


miento de la agresividad en un niño, en los casos que sea persistente la conducta
agresiva, debe estar sometido a un profesional especializado. El tipo de trata-
miento que se utilizará dependerá del resultado de la evaluación que se haga.
Lo primero que harán será identificar, a través de observaciones, charlas y entre-
vistas, los antecedentes (causas y reacciones a la frustración) y los consecuentes
(qué es lo que gana con la agresión) del comportamiento agresivo del niño.

Teniendo en cuenta de que la conducta agresiva de un niño es un comporta-


miento aprendido y como tal se puede modificar, la intervención de los padres
como de los profesores es muy importante.

El castigo físico no es aconsejable en ninguno de los casos porque sus efectos son
generalmente negativos: se imita la agresividad y aumenta la ansiedad del niño.
Si nos empeñamos en cambiar la conducta agresiva de nuestro hijo, y mantene-
mos la paciencia y la perseverancia, seguramente solucionaremos el problema.

Una pauta sobre cómo solucionar el problema, es desarrollando el siguiente


esquema:

1. Identificar el tipo de conducta, es decir, qué es lo que nuestro hijo está ha-
ciendo exactamente. Hay que ser objetivos y específicos en la respuesta. Si el
niño patalea, grita, o de qué forma expresa su agresividad.

2. Apuntar diariamente en una tabla, y durante una semana, cuantas veces el


niño aplica la conducta de agresividad. Anotar qué es lo que provocó el com-
portamiento. Con lo cual será necesario registrar los porqués y las respuestas.

58
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Apuntar también en qué momentos los ataques agresivos son más frecuentes.

3. Elegir dos objetivos para modificar la conducta: debilitar la conducta agre-


siva y reforzar respuestas alternativas deseables existentes en el repertorio
de conductas del niño o en la enseñanza de habilidades sociales. Ejemplos:

• Existen algunas condiciones que proporcionan al niño consecuen-


cias gratificantes para su conducta agresiva. Por ejemplo, si en el
patio del colegio, no estando el coordinador de convivencia, el niño
sabe que pegando a sus compañeros, éstos le cederán lo que él quie-
ra, habrá que poner a alguien que controle el juego hasta que ya no
sea necesario.
• Reducir el contacto del niño con los modelos agresivos. Muéstrele
a su hijo otras vías para solucionar los conflictos cómo el diálogo, el
razonamiento, el establecimiento de normas, etc. Si los niños ven que
los mayores tratan de resolver los problemas con tranquilidad, po-
drán imitar esta forma de actuar.
• Los padres deben reducir los estímulos que provocan la conducta.
Enseñar al niño a permanecer en calma ante una provocación.
• Recompense a su hijo cuando éste lleve a cabo un juego cooperativo
y asertivo. Cuando esté determinado el procedimiento que utilizará,
poner en práctica el plan. Debe continuar registrando la frecuencia
con que su hijo emite la conducta agresiva para así comprobar si el
procedimiento utilizado está siendo o no efectivo.

Informar del plan elegido a todos los adultos que formen parte del entorno
social del niño. Mantenga una actitud relajada y positiva y notarás los progre-
sos. Al final, todos se sentirán mejor.

Como aplicar limite a los niños

Los niños necesitan límites. Cómo educar con disciplina a nuestros hijos. Una
disciplina eficaz a la hora de aplicar los límites a nuestros hijos es lo más impor-
tante. Si nosotros presentamos una buena regla, nuestro hijo estará dispuesto a
cumplirla porque lo que quieren ellos es agradarnos. No nos encontramos pre-
parados para establecer los límites. Nos falta habilidad para hacerlo. Hablamos
demasiado, exageramos en la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos
en nuestra forma de expresar con claridad y con demasiada autoridad. Cuando
necesitamos decir a nuestros hijos que deben hacer algo y “ahora” (recoger los
juguetes, irse a la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos:

59
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

1. Debemos tener objetividad: Es frecuente oír de nosotros mismos y de otros


padres expresiones como “Pórtate bien”, “Sé bueno”, o “no hagas eso” Las expre-
siones significan diferentes cosas para diferentes personas. Nuestros hijos nos
entenderán mejor si hacemos nuestras normas de una forma más concreta.
Un límite bien especificado dice a un niño exactamente lo que debe estar he-
cho. “Habla bajito en una biblioteca “; “Da de comer al perro ahora”: “Agarra
mi mano, para cruzar la calle”. Esta es una forma que puede aumentar subs-
tancialmente la relación de complicidad de su hijo.

2. Ofrezca opciones: En muchos casos podemos dar a nuestros hijos una


oportunidad limitada de decidir cómo cumplir sus “órdenes”. La libertad
de oportunidad hace que un niño sienta una sensación de poder y control,
reduciendo las resistencias. Por ejemplo: “Es la hora del baño. ¿Lo quieres
tomar con la ducha o en la bañera llena?”; “Es la hora de vestirse. ¿Quieres
elegir un traje, o lo hago yo? Esta es una |forma más fácil y rápida de decir a
un niño exactamente lo que hacer.

3. Sean firmes: En cuestiones realmente importantes, cuando existe una re-


sistencia a la obediencia, nosotros necesitamos aplicar el límite con firme-
za. Un límite firme dice a un niño que él debe parar con dicho comporta-
miento y obedecer a tus deseos inmediatamente. Por ejemplo: “Vayas a su
habitación ahora” o “¡Pare!, los juguetes no son para tirar”. Los límites fir-
mes son mejor aplicados con una voz segura, sin gritos, y una seria mirada
en el rostro. Los límites más suaves suponen que el niño tiene una opción
de obedecer o no. Ejemplos de ligeros límites: “¿Por qué no lleva tus jugue-
tes fuera de aquí?”; “Debes hacer las tareas de la escuela ahora”; “ Venga a
casa ahora, ¿vale?” e “Yo realmente deseo que te limpies”. Esos límites son
apropiados para momentos cuando se quiere que el niño actúe en un cier-
to camino. De cualquier modo, para esas pocas obligaciones “debe estar
hecho”, serás mejor cómplice de su hijo si les aplica un firme comando. La
firmeza está entre lo ligero y lo autoritario.

4. Acentúa lo positivo: Los niños son más receptivos en “hacer” lo que les or-
denan. Directivas cómo el “no” o “pare” dicen a un niño que es inaceptable
pero no explica qué comportamiento le gustaría en cambio. En general, es
mejor decir a un niño lo que debe hacer (“Habla bajo”) antes de lo que no
debe hacer (“No grite”). Padres autoritarios dan más órdenes “no”, mien-
tras los demás están propensos a aplicar el orden con el “hacer”.

5. Mantengan al margen: Cuándo decimos “quiero que te vayas a la cama


ahora mismo”, estamos creando una lucha de poder personal con nuestros

60
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

hijos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma imper-
sonal. Por ejemplo: “Son las 8, hora de acostarse” y le enseña el reloj. En este
caso, algunos conflictos y sentimientos estarán entre el niño y el reloj.

6. Explica el porqué: Cuando una persona entiende el motivo de una regla,


como una forma de prevenir situaciones peligrosas para sí mismo y para otros,
se sentirá más animado a obedecerla. De este modo, lo mejor cuando se aplica
un límite, es explicar al niño por qué tiene que obedecer. Entendiendo la razón
para el orden, se ayuda a los niños a que desarrollen valores internos de con-
ducta o comportamiento- una conciencia. Antes de dar una larga explicación
que puede distraer a los niños, manifieste la razón en pocas palabras.

Por ejemplo: “No muerdas a las personas. Eso les hará daño”; “Si tiras los juguetes
de otros niños, ellos se sentirán tristes porque les gustaría jugar aún con ellos”.

7. Sugiera una alternativa: Siempre que apliques un límite al comportamien-


to de un niño, intente indicar una alternativa aceptable. Por hacerlo sonará
menos negativo y su hijo se sentirá menos desaventajado. De este modo, te
empeñas en decir “no sé si te gustaría mi pintalabios, pero eso es para los
labios y no para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel en cambio”. Otro ejemplo
sería decir “No te puedo dar un caramelo antes de la cena, pero te puedo
dar un helado de chocolate después”. Por ofrecerle alternativas, le estás en-
señando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de
expresión más correcto.

8. Sea seriamente consistente: Una regla puntual para una efectiva puesta
del límite es evitar romperla repetitivamente. Una rutina flexible (acostarse a
las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita
a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Rutinas y reglas importan-
tes en la familia deberían ser efectivas día tras día, aunque estés cansado o
indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, ellos
seguramente intentarán resistir.

9. Desaprueba la conducta, no el niño: Es necesario que dejemos claro para


nuestros hijos que nuestra desaprobación está relacionada a su comporta-
miento y no directamente a ellos. No les estamos rechazando. Lejos de decir
“Niño malo” (desaprobación del niño). Deberíamos decir “No muerdas”
(desaprobación de la conducta). En lugar de decir “realmente no puedo con-
trolarte cuando actúas de esta forma”, deberíamos decir, “Estas latas no es-
tán para tirar. Deben quedar en el estante de la cocina”.

61
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

10. Controla las emociones: Los investigadores señalan que cuando los padres
están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a ser ver-
balmente y/o físicamente abusivos a sus niños. Hay épocas o circunstancias
que necesitamos llevar con más calma, y contar hasta diez antes de reaccio-
nar. La disciplina es básicamente enseñar al niño cómo debe comportarse. No
se puede enseñar con eficacia si usted es extremamente emocional. Delante
de un mal comportamiento, lo mejor es llevar un minuto de calma uno mismo,
y después preguntar con calma, “¿que sucedió aquí?”. Todos los niños necesi-
tan que sus padres establezcan las guías de consulta para el comportamiento
aceptable. Cuanto más expertos hacemos en fijar los límites, mayor es la coo-
peración que recibiremos de nuestros niños y menor la necesidad de aplicar
consecuencias desagradables para que se cumplan los límites. El resultado es
una atmósfera casera más agradable para los padres y los hijos.

Como corregirlos

Las correcciones o consecuciones lógicas por conductas inapropiadas deben


ser empleadas de una forma racional para mejorar la conducta del niño. Las
correcciones de los padres, mediante violencia física o verbal, son para el niño
un modelo de conducta agresiva. Si el niño vive rodeado de este modelo, estará
adquiriendo el hábito de responder agresivamente a las situaciones conflictivas,
cuando los padres castigan mediante violencia física o verbal se convierten para
el niño en modelos de conductas agresivas. Cuando el niño vive rodeado de mo-
delos agresivos, va adquiriendo también comportamientos agresivos.

No se quiere decir con eso que no se debe corregir al niño. Pero la corrección debe
ser utilizada de una manera racional para mejorar la conducta del niño. No debe
depender de nuestro estado de ánimo.

Hay que controlarse para poder controlar al niño. No se debe aplicar un castigo
con gritos o con riñas, porque esto indica que nuestro comportamiento es nega-
tivo y vengativo, lo que reforzará a una conducta no aceptable. Si enseñamos a
los niños que para resolver una situación conflictiva es necesario gritar, no resol-
veremos problema alguno.

¿Porque tenemos que gritarles para decir que no griten? Así no solucionare-
mos nada. Estaremos caminando en círculo, sin avanzar.

Para aplicar una corrección, hay que oír al niño, pero no se debe aceptar excusas o
promesas por su parte. El niño debe saber que no hay excusas ni explicaciones para
la agresión. Que no se debe hacer daño a los demás y que por eso será corregido.

62
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Antes de aplicar una corrección, el niño debe estar advertido y avisado de una forma
firme y definitiva. Y no hay que esperar que él emita toda la cadena de conductas
agresivas para darle una corrección, debe hacerse al principio sin requerir tiempo,
energía ni molestias por parte de quién la aplique. El tipo y el modo de corrección no
pueden provocar fuertes respuestas emocionales en el niño, hay que conciliar la co-
rrección con reforzamiento de buenas conductas que harán que el niño “piense” en
cómo se debe comportar, y en lo que ha hecho para que se le aplique una corrección.
Cuando el niño es mayor, hay que ayudarlo a desarrollar sus habilidades de auto-
control, utilizando la corrección dentro de un contexto de un contrato de conducta.

Guía 3

3.3. Pautas para el desarrollo de la autoestima en los niños.


Actividad: grupal, máximo 40 Padres o adultos a cargo de niños preescolares y
escolares.

Objetivo:

Desarrollar un taller de pautas de crianza dirigida a las familias con preescolares


y escolares adscritas al sistema educativo oficial, sobre la autoestima como ele-
mento básico en el desarrollo de los niños, con el fin de enseñarle a los padres o
adultos a cargo el reforzamiento del amor propio en sus hijos.

Metodología: Sensibilización.

Se realizará una presentación de un video sobre el tema, posteriormente se de-


sarrollará el concepto de autoestima, los elementos de una autoestima alta o
baja, y la forma adecuada de contribuir al sano desarrollo psicológico del niño,
posterior a esto, se le pedirá a los padres que compartan sus experiencias a lo
largo de la charla.

Duración: 60 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

Materiales de apoyo: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico. (Video


Beam, equipo de cómputo).

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Interrogantes iníciales: ¿Sabe usted que es la autoestima? ¿Cómo puede con-


tribuir a que su hijo desarrolle una buena autoestima? ¿Cómo puede corrige a su
hijo cuando tiene una conducta inapropiada, sin dañar su autoestima?

Interrogantes en el desarrollo: ¿Sabe usted qué características tiene un niño


con alta autoestima? ¿Sabe usted qué características tiene un niño con baja au-
toestima? ¿Sabe cómo motivar el buen desarrollo de la autoestima en su hijo?

Interrogantes finales: ¿El tema desarrollado le ha permitido tener más claridad


en cuanto a las pautas de crianza de su hijo? ¿Siente usted que la actividad edu-
cativa desarrollada contribuye en algo para el manejo de sus hijos en el hogar?

¿Reconoce usted los aspectos básicos para el desarrollo de la autoestima en el


crecimiento de su hijo?

Contenido:

La autoestima: elemento básico en la formación personal de los niños.

La autoestima es un tema que despierta actualmente gran interés, no solo de


psicólogos, sino también de madres y padres, es una preocupación presente en
muchas casas y conversaciones; y eso es entendible por la relación que existe
entre la autoestima (baja) con problemas como la depresión, anorexia, timidez,
abuso de drogas, y otros.

Algunos expertos afirman que una baja autoestima contribuye a tener este tipo
de problemas, mientras que una buena autoestima puede ayudar a que una
persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los de-
más, sea más sensible a las necesidades del otro, y entre otras cosas, que esté
dispuesto a defender sus principios y valores. Lo ideal sería que los padres no solo
se preocuparan por mantener la buena salud física de sus hijos, sino que también
pensaran en la forma de mantener la salud emocional de los mismos, teniendo
en cuenta, que la autoestima es una pieza fundamental en la construcción de
una efectiva infancia y adolescencia.

¿Qué es la autoestima?

Se puede definir la autoestima de diversas formas, pero su contexto es poco va-


riable. La autoestima es la conciencia de una persona de su propio valor, el pun-
to más alto de lo que somos y de nuestras responsabilidades, con determinados

64
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

aspectos buenos y otros mejorables, y la sensación gratificante de querernos y


aceptarnos a nosotros mismos. Es nuestro espejo real, el cual nos enseña cómo
somos, qué habilidades tenemos y hemos desarrollado a través de nuestras ex-
periencias y expectativas. Es el resultado de la relación entre el temperamento
del niño y el ambiente en el que éste se desarrolla. Así, La autoestima es un ele-
mento básico en la formación personal de los niños, de eso dependerá su desa-
rrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y por qué no
decirlo, en la construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena
autoestima se sentirá competente, seguro, y valioso. Entenderá que es importan-
te aprender, y no se sentirá disminuido cuando necesite ayuda. Será responsable,
se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecua-
da. Al contrario, el niño con una baja autoestima no confiará en sus propias posi-
bilidades ni de las de los demás. Se sentirá inferior frente a otras personas, y por lo
tanto se comportará de una forma más tímida, más crítica, con poca creatividad,
lo que en muchos casos le podrá llevar a desarrollar conductas agresivas, y a ale-
jarse de sus compañeros y familiares. La autoestima no es una asignatura de un
currículum escolar. Pero sí debe ser un espacio jamás ignorado por los padres y
profesores. Hay que estar atentos al lado emocional de los niños.

Durante las etapas del desarrollo, desde el nacimiento a la adolescencia, por su


vulnerabilidad y flexibilidad, los padres deben buscar mejorar la autoestima de
sus hijos. Todo lo que se consigue en este periodo puede sellar su conducta y su
postura hacia la vida, en la edad adulta

¿Cómo se manifiestan los problemas de autoestima en un niño? ¿Cómo saber si


mí hijo tiene problemas de autoestima?

Lo mejor es que los padres estén atentos para detectar comportamientos que
sean muestras de baja autoestima. Para eso, es necesario estar con los hijos,
charlar con ellos, e interesarse por sus actividades, dudas, cuestionamientos, etc.
Relacionamos aquí algunas señales de que o todo va bien o de que algo va mal
en el desarrollo de la autoestima del niño:

Comportamiento de una baja autoestima:

Normalmente, durante su desarrollo los niños suelen presentar muchas altera-


ciones de conducta. Y eso es totalmente normal ya que el niño necesitará con-
trastar distintas situaciones. Pero existen actuaciones que persisten y se convier-
ten en comportamientos casi crónicos. Por ejemplo, cuando el niño empieza a
evitar actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso; cuan-
do engaña, miente, y echa la culpa a los demás; cuando, por no confiar en sí

65
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

mismo y en su capacidad, se hace el pequeño delante de los demás; cuando se


vuelve agresivo o violento, y extremadamente tímido; cuando se niega a todo y
se muestra frustrado delante de cualquier situación, o cuando la opinión ajena
domina sus decisiones.

Cuando eso ocurra, lo primero es acércate más a tu hijo, tener conciencia del pro-
blema que tiene, e intentar ayudarlo como sea. El apoyo de la familia es funda-
mental en el proceso de recuperación.

Pero si la situación es más seria y se requerirá la ayuda de un especialista, no se


debe pensar dos veces antes de acogerse a este servicio, ya que es mejor sanar
que lamentarse después. El papel de la escuela también es importante ya que
es la que debe tener habilidad y medios para identificar el problema y ayudar al
niño en la búsqueda de una salida a estos sentimientos tan distorsionados que le
causan tantos problemas.

Comportamiento de una buena autoestima

Por lo general un niño con buena autoestima suele demostrar el deseo de in-
tentar cosas nuevas, de aprender, de probar nuevas actividades; de ser respon-
sable de sus propios actos; de tener comportamientos pro-sociales; de tener
confianza en sí mismo y en sus capacidades; de colaborar con los demás; de
reconocer sus errores y aprender con ellos. En estos casos, el padre o adulto
a cargo no tiene nada de qué preocuparse. Su hijo estará construyendo una
buena autoestima, pero no debemos olvidar que ni él ni nadie son perfectos.

Para tener una buena autoestima

Algunos padres imaginan al niño ideal y llegan a aplastar al niño real, que nada
tiene que ver con el que ellos idealizaron.

La aceptación y la valoración son ladrillos básicos dentro de la construcción


de una buena autoestima. El niño que se siente aceptado como es, es un niño que
aprende a asumir sus errores y, posteriormente, a convertirlos en mejorías.

Los padres deben tener una idea realista y clara de cómo es su hijo y quererle por
todo, lo bueno y lo malo, que es, tratando siempre de ayudarlo a mejorar en sus
debilidades o conductas inapropiadas.

El respeto es uno de los pilares en el trabajo de construcción de la autoesti-


ma. Es necesario valorar las cualidades de los niños y darles fuerzas para que su-

66
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

peren sus problemas, e intenten mejorar sus debilidades, respetando sobre todo
su manera de ser, de pensar y de sentir. No se debe intentar cambiar a nadie, sólo
moldear aquellas conductas que necesite más atención, respetando el tiempo de
los hijos, ya que cada niño evoluciona según su propio ritmo.

Como ya anotamos antes, muchas veces los padres imaginan al niño ideal y lle-
gan a aplastar al niño real, que nada tiene que ver con el que ellos idealizaron.
Cuando eso ocurre el desarrollo personal del niño se verá truncado. Si los padres
no pueden ver cómo su es su hijo realmente, no le estarán ayudando a conocerse
a si mismos. Lo mejor, cuando existen diferencias, es ayudarle a corregir sus de-
fectos de una forma cariñosa y positiva.

Los límites y la disciplina son también


una buena base para la autoestima.

Los niños necesitan límites firmes, consistentes, claros, y adecuados. Necesitan


de una buena disciplina, y no de que los califiquen de culpables, miedosos, agre-
sivos,... que son factores que deforman la educación.

Para que un niño se sienta con una buena autoestima no existen recetas precon-
cebidas. Lo que sí existen son algunas consideraciones que pueden servir a los
padres de ayuda:

Para que un niño se sienta seguro es necesario que sea aceptado, valorado, y queri-
do por ser como es. La seguridad hará que el niño actúe con más libertad.

Para que un niño se sienta capacitado para hacer frente a las diferentes situa-
ciones que ocurren durante su desarrollo, es necesario que sus padres les den la
oportunidad de elegir, así como de equivocarse. Y proporcionarle el estímulo ne-
cesario para aceptar responsabilidades y asumir consecuencias.

Para que un niño se sienta integrado a su entorno es necesario que se respete su


raza, religión, clase, cultura, etc.

Para que un niño sienta que puede superarse es necesario que algo le motive. Los
padres pueden motivar a los hijos hacia actividades que beneficien su desarrollo
personal, sin olvidarse de sus capacidades.

Antes de adoptar estas consideraciones es necesario que los padres conozcan las
carencias de sus hijos, así como sus calidades.

67
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Solamente así podrán evaluar en qué etapa se encuentra el niño y tener cer-
teza que la actividad ayudara al desarrollo de este.

Efectos de una baja autoestima

El ambiente familiar es el principal factor que influye


en la autoestima de los niños.

Constantemente nuestra autoestima se ve afectada por las experiencias y exi-


gencias que recibimos del mundo exterior. La sociedad exige que sigamos pau-
tas de comportamiento, de elecciones, iguales que las de la mayoría. Y si no cum-
plimos los requisitos exigidos, nuestra autoestima, aunque positiva, puede verse
afectada. Por esta razón, la construcción de una autoestima positiva debe ser
sólida en todos los momentos de la vida de un niño. Solamente así, él niño no
se sentirá inferior por si lleva un corte de pelo que le guste pero que no agrada
a los demás. Una baja autoestima puede desarrollar en los niños sentimientos
como la angustia, el dolor, la indecisión, el desánimo, la pereza, la vergüenza, y
otros malestares. En razón de eso, el mantenimiento de una autoestima positiva
es una tarea fundamental a lo largo del crecimiento de los niños. Dentro de cada
uno de nosotros existen sentimientos ocultos que muchas veces no los percibi-
mos. Los malos sentimientos, como el dolor, la tristeza, el rencor, y otros, si no son
remediados, acaban por convertirse y ganar formas distintas. Estos sentimientos
pueden llevar a una persona no solo a sufrir depresiones continuas, sino también
a tener complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansie-
dad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, excesiva envidia, miedos,
hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, y otros malestares.

Falta de interés y valor propio

Una baja autoestima también puede llevar a una persona a sentirse desvalorada
y, en razón de eso, a estar siempre comparándose con los demás, subrayando las
virtudes y las capacidades de los demás.

Los ven como seres superiores a ella. Siente que jamás llegará a rendir como ellos.
Esta postura le puede llevar a no tener objetivos, a no ver sentido en nada, y a
convencerse de que es incapaz de lograr cualquier cosa que se proponga.

Fundamentalmente, lo que le pasa es que no consigue comprender que todos


somos distintos y únicos, y que nadie es perfecto. Que todos nos equivocamos y
volvemos a empezar.

68
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

El ambiente familiar, es el principal factor que influye en la autoestima, ya que


es donde los niños van creciendo y formando su personalidad. Lo que su familia
piensa de él, por eso es de fundamental importancia la funcionalidad de esta, y
el apoyo y lugar que se le da al niño en la interacción intrafamiliar. En razón de
eso, es recomendable que a los padres no se les escape los logros que conquistan
sus hijos. Si el bebé empieza a caminar, no se debe de ver este logro como una
situación común o como una obligación, sino apreciarlo como una conquista
del niño, si no se reconoce sus logros, la criatura no se sentirá suficientemente es-
timulada para seguir esforzándose para conseguir otros logros, para superarse.

Lo importante en todo el proceso de crecimiento de nuestros hijos es que demos


a ellos la posibilidad de ser y de sentirse bien con ellos mismos. Que nuestro es-
fuerzo esté vinculado al afecto, al cariño, a la observación, a valorar sus calida-
des y apoyarle cuando algo va mal. Y para eso es necesario conocerles cada día,
favoreciendo los encuentros, las conversaciones y el contacto físico.

Guía 4

3.4. Comunicación entre padres e hijos.


Actividad: Se recomienda realizarla con un máximo de 50 Padres o adultos a
cargo de niños preescolares y escolares.

Objetivo:

Desarrollar un taller sobre la comunicación asertiva entre padres e hijos, dirigida


a las familias con preescolares y escolares matriculados en el sector educativo
oficial del municipio de Santa Marta con el fin de favorecer la funcionalidad fa-
miliar y la buena crianza del niño y buen rendimiento académico en el proceso
de enseñanza aprendizaje.

Metodología de la temática: Se realizará una presentación de diapositivas sobre el


tema, en esta se desarrollará el concepto de comunicación y los aspectos necesarios
para tener una comunicación asertiva con los hijos en edad preescolar y escolar.

Duración: 60 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

69
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico y documentos de


ayuda (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes de entrada: ¿Cree usted que tiene una buena comunicación


con sus hijos? ¿Cómo estimula a su hijo para que se comunique con usted sa-
tisfactoriamente?

Interrogantes en el desarrollo: ¿Qué aspectos son necesarios en una comuni-


cación efectiva con nuestros hijos? ¿Qué aspectos pueden truncar una comuni-
cación efectiva con sus hijos?

Interrogantes finales: ¿Según lo planteado en la actividad, que se necesita para


una buena comunicación con los hijos? ¿Cree usted que esta charla contribuye a
la interacción sana en su hogar? ¿Por qué?

Contenido:

La comunicación es el intercambio de información entre dos o más personas.


Esta puede ser verbal, por ejemplo cuando dos personas conversan, o puede ser
no verbal, como la expresión en la cara de una persona que probablemente le
hará saber a otra que está enojada, de igual forma, la comunicación puede ser
positiva, negativa, efectiva o inefectiva.

Es importante que los padres se puedan comunicar abierta y efectivamente con


sus hijos. Este tipo de comunicación beneficia no sólo a los niños, sino también a
cada miembro de la familia. Las relaciones entre padres e hijos se mejoran mu-
cho cuando existe la comunicación efectiva. Por lo general, si la comunicación
entre padres e hijos es buena, sus relaciones serán buenas también.

Los niños aprenden a comunicarse observando a los padres. Si los padres se co-
munican abierta y efectivamente, es posible que sus hijos lo hagan también. La
habilidad de comunicarse beneficiará a los niños toda su vida. Los niños empie-
zan a formar sus ideas y opiniones de sí mismos bajándose en la forma como los
padres se comunican con ellos. Cuando los padres se comunican efectivamente
con sus hijos, les demuestran respeto. Los niños empiezan a sentir que sus padres
los escuchan y los comprenden, lo cual les aumenta su amor propio.

Por el contrario, si la comunicación entre padres e hijos es inefectiva o negativa,


puede hacer que sus hijos piensen que no son importantes, que nadie los escu-
cha y nadie los comprende. Estos niños pueden también pensar que sus padres
no son gran ayuda y no son de confianza.

70
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Cuando los padres se comunican asertivamente con sus hijos es más probable
que sus niños estén dispuestos a hacer lo que se les pide.

Estos niños saben lo que esperan sus padres de ellos, y una vez que saben lo que
se espera de ellos, es más probable que lo cumplan.

Estos menores son más aptos para sentirse seguros de su posición en la familia, y
es posible que sean más cooperativos.

Formas de comunicarse efectivamente con los niños

Empiece la comunicación efectiva cuando los niños están pequeños. Antes


de que los padres y los hijos puedan comunicarse, deben sentirse cómodos al ha-
cerlo. Cuando los niños están pequeños, los padres deben empezar a cimentar
la comunicación abierta y efectiva. Esto puede lograrse cuando los padres están
disponibles para contestar preguntas, o para platicar con sus hijos. Además, los
padres que proveen a sus hijos a plenitud de amor, entendimiento y aceptación,
ayudan a crear un buen ambiente para la comunicación franca. Los niños que se
sienten amados y aceptados por sus padres son más capaces de compartir sus sen-
timientos, pensamientos y preocupaciones con ellos. A veces es más fácil para los
padres sentir aceptación por sus hijos que demostrarla. Los padres deben hacerle
saber a sus niños que los aman y aceptan. Esto se puede lograr de manera verbal y
no verbal. Los padres pueden hacer saber a sus hijos verbalmente que los aceptan
por medio de lo que dicen, tratando de mandar mensajes positivos a sus hijos, por
ejemplo, cuando el niño recoge sus juguetes una vez que ha terminado con ellos,
los padres pueden hacerle saber que lo aprecian diciendo algo como, “Me gusta
cuando recoges tus juguetes sin que yo te lo pida.” Cuando los padres platican
con sus hijos, deben tener cuidado con lo que dicen y la manera que lo dicen. Todo
lo que un padre le dice a su hijo envía un mensaje de la opinión que ellos tienen de
sus hijos. Por ejemplo, si el padre dice algo como, “No me molestes”. “Estoy ocu-
pado”, sus hijos pensarán que sus necesidades no son importantes.

En el lenguaje no verbal, los padres pueden demostrar la aceptación a sus hijos


por medio de ademanes, expresiones faciales, y otras señales no verbales. Los
padres deben eliminar los gritos, y prestarles más atención a sus hijos. Los gritos,
interfieren con la comunicación efectiva, tengamos en cuenta que la práctica
hace al maestro: Los padres deben aprender a demostrar aceptación de formas
que los niños lo perciban y lo entiendan.

Comuníquese al nivel del niño: Cuando los padres se comunican con sus hijos,
es importante que lo hagan al nivel del niño, verbal y físicamente. Verbalmente,

71
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

los padres deben tratar de usar lenguaje apropiado a la edad de sus hijos para
que puedan entender.

Con niños más pequeños, esto se puede lograr usando palabras simples. Por ejem-
plo, los niños pequeños entienden mejor si se les dice, “No le pegues a tu herma-
na,” en lugar de “No es aceptable que golpees a tu hermana.” Los padres deben
saber lo que sus hijos pueden entender y lo que no. Físicamente, para la comunica-
ción asertiva, los padres deben tratar de ponerse al nivel del niño ya sea de rodillas,
sentados o agachados. Esto facilitará el contacto con la mirada y los niños se senti-
rán menos intimidados por los padres cuando se miran cara a cara.

Aprenda realmente a escuchar: Escuchar es una habilidad que se debe apren-


der y practicar. Escuchar es una parte muy importante de la comunicación efec-
tiva. Cuando los padres escuchan a sus hijos les están mostrando que están inte-
resados y que ponen atención a lo que sus hijos tienen que decir. A continuación
se ofrecen unos consejos para mejorar la escucha:

Los padres que hacen esto, les demuestran a sus hijos que están interesados en
lo que ellos dicen. Si no se hace contacto con la mirada, los niños pueden pensar
que sus padres no están interesados en lo que ellos están diciendo.

Elimine las distracciones: Cuando los niños expresan el deseo de platicar, los pa-
dres deben brindarles su atención completa. Deben poner a un lado lo que están
haciendo, mirar a sus hijos y prestarles atención. Si los padres por ejemplo, con-
tinúan leyendo al periódico, o mirando la televisión cuando sus hijos tratan de
comunicarse, los niños pueden pensar que sus padres no están interesados en lo
que tienen que decir o que no es importante. Si los niños desean comunicarse y los
padres no pueden, los padres deben planear un momento para platicar con ellos.

Escuche con la boca cerrada: Los padres deben tratar de interrumpir lo menos
posible cuando sus hijos hablan. Pueden ofrecer apoyo por medio de una sonrisa
o una caricia, sin interrumpir. Las interrupciones a menudo hacen que la persona
que habla pierda su concentración, lo que es muy frustrante.

Haga saber a sus hijos que han sido escuchados: Una vez que los niños han
terminado de hablar, los padres pueden mostrarles que han prestado atención re-
pitiendo lo que acaban de escuchar, con palabras diferentes, por ejemplo, “Parece
que tuviste un día muy bueno en la guardería.” Esto no solo les indica que sus pa-
dres han estado escuchando. También es una oportunidad de aclarar las cosas si
los padres no entendieron algo o interpretan mal lo que sus niños tratan de decir.

72
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Mantenga las conversaciones breves: Entre más pequeños son los niños, mas
difícil es que pongan atención a sermones largos. Una buena regla es que los
padres hablen con sus hijos por 30 segundos, luego pregúnteles algo o pida su
opinión de lo que se ha hablado. El objetivo es que los padres pasen información
a sus hijos poco a poco y cerciorarse que los niños están atentos y comprenden lo
que se les dice. Los padres deben permitirles a sus hijos que decidan cuando algo
es demasiado. Deben buscar señales de que sus hijos han escuchado suficiente.

Esto incluye la inquietud, la falta de contacto visual, y la distracción. Los padres


deben saber cuándo comunicarse con sus hijos, pero deben también saber cuán-
do aguantarse.

Haga preguntas indicadas: Algunas preguntas ayudan a mantener el curso


de una conversación, mientras que otras la pueden parar en seco. Los padres
deben tratar de hacer preguntas fáciles de contestar en sus conversaciones con
sus hijos. Estas preguntas requieren a menudo respuestas detalladas que man-
tendrán la conversación interesante. Preguntas abiertas que comienzan con las
palabras “qué”, “cuando”, “quién”, o “como”, son a menudo muy serviciales para
que los niños se sientan cómodos. Los padres deben evitar las preguntas que solo
requieren respuestas de SI o NO. Aunque hacer preguntas indicadas ayuda en la
conversación, los padres necesitan tener cuidado de no hacer muchas preguntas
cuando conversan con sus hijos. Cuando esto sucede, las conversaciones se con-
vierten en interrogatorios y los niños no se interesarán en participar.

Exprese sus ideas y opiniones a sus hijos cuando se comunique con ellos.

Para que la comunicación sea efectiva, deben Existir dos lados (emisor-receptor).

No sólo los padres deben estar disponibles para sus hijos y listos a escucharlos,
para que la comunicación efectiva tome lugar; también deben estar preparados
para compartir ideas y sentimientos con sus hijos. Los padres pueden enseñar a
sus hijos muchas cosas como son los valores, expresando sus ideas y opiniones.

Cuando comparten sus ideas, sin embargo, deben tener cuidado de no pasar
juicios. Parece lógico que entre más francos sean los padres con sus hijos, más
francos serán los hijos con sus padres.

Planeé regularmente juntas de familia o tiempo para platicar: Una forma


muy útil para las familias de comunicarse efectivamente con niños más gran-
des es planear juntas para platicar. Esto se puede lograr de varias formas. En
primer lugar, existe la junta familiar. Esta junta puede planearse una vez a la

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

semana y/o cuando hay algo que la familia debe discutir. La familia puede uti-
lizar estas juntas para discutir detalles cotidianos, como tareas, horas de volver
a casa y horas de acostarse. Estas juntas familiares también son una buena
oportunidad para discutir quejas y problemas. Este tiempo también se puede
utilizar para hablar de cosas positivas que han ocurrido durante la semana. Lo
importante es que cada miembro de la familia tenga tiempo para hablar y ser
escuchado por los demás.

El horario regular para platicar y comunicarse no tiene que ser tan formal como
la junta familiar. Por ejemplo, las familias pueden utilizar la hora de la cena para
enterarse de lo que sucede con los demás. O los padres pueden hacer tiempo
para tomar parte en juegos de comunicación, como escoger temas específicos de
discusión y darle a cada uno en la familia la oportunidad de expresar su opinión.
Lo que importa es que la familia aparte tiempo regularmente para comunicarse
con uno y otro.

Admita cuando usted no sabe algo: Cuando los niños hacen preguntas que
los padres no pueden contestar, los padres pueden admitir que no saben la res-
puesta. Pueden también utilizar estas ocasiones como lecciones. Por ejemplo,
los padres pueden enseñar a sus hijos a encontrar información en la biblioteca,
en las enciclopedias, etc. Es mucho mejor que los padres demuestren a sus hijos
que ellos son humanos y que no saben todo, que inventar alguna respuesta
que puede ser falsa.

Trate de dar explicaciones completas: Al contestar las preguntas de los niños,


los padres deben darle tanta información como sea necesaria, aunque los temas
sean de algo que los padres no se sienten cómodos para hablar. Esto no significa
que los padres tienen que hacer descripciones detalle por detalle, solo que es im-
portante es que los padres sepan cuanta información necesitan sus niños y pro-
veérsela. Los padres deben asegurarse de que esta información sea apropiada a
la edad del niño, también deben alentar a los niños a que hagan preguntas, esto
ayudará a los padres a enterarse del tipo de información que buscan los niños.
No dar información suficiente puede tener como consecuencia que los niños se
formen criterios que no son necesariamente verdaderos.

Comunicación Durante Conflictos

Todas las familias tendrán conflictos una que otra vez. Aunque los conflictos
pueden ser desconcertantes, hay varias cosas que los padres pueden hacer para
aminorar los conflictos y al mismo tiempo mantener abiertas las líneas de comu-
nicación. A continuación se ofrecen algunas sugerencias:

74
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Resuelva un problema a la vez. Durante los conflictos, es mejor tratar de resol-


ver un problema a la vez. No es buena idea discutir varios temas al mismo tiem-
po. Esto puede ser confuso para padres e hijos. Cuando esto sucede las familias
pierden rápido la mira de los temas importantes.

Busque maneras creativas de resolver los problemas. Cuando se trata de


resolver conflictos, los padres deben tener en cuenta que existe más de una so-
lución para cada problema. Padres e hijos deben trabajar juntos para encontrar
soluciones que sean satisfactorias para ambos. La flexibilidad para resolver pro-
blemas es una habilidad muy buena que los niños pueden aprender. Si una so-
lución no funciona, los padres deben tratar de ser suficientemente flexibles para
encontrar otra.

Sea cortes. Los padres no deben olvidar las reglas comunes de cortesía solo por-
que se trata de sus hijos. Durante los conflictos, o quizás en otras ocasiones, los
padres deben tratar a sus hijos con el mismo respeto con que tratarían a cual-
quier otra persona. Los niños son personas también, y por lo tanto merecen ser
tratados con respeto, A veces durante el calor de la discusión o el desacuerdo,
los padres les dicen cosas a sus hijos que nunca dirían a otro pariente o amistad
cercana. Los padres deben hacer el esfuerzo de no hacer esto.

Utilice mensajes de “YO”. Cuando se discuten los conflictos con sus hijos, los pa-
dres deben siempre tratar de referirse a los problemas conforme a su opinión. Por
ejemplo, en lugar de decir “Tú nunca recoges la ropa como se supone,” los padres
pueden decir “Yo me siento frustrado cuando tu no recoges tu ropa.” Al usar “Yo”,
los padres deben expresar a sus hijos como los hace sentir su conducta, en lugar
de acusarlos o humillarlos. Hablar en términos del “YO”, es efectivo con los niños
porque ellos no tienden a rebelarse contra algo que se les dice con respecto a la
manera de sentir de los padres.

Cuando se les dice algo con respecto a los sentimientos del padre, los niños se
sienten menos amenazados que si se les habla con acusaciones y/o culpa, de
igual manera, expresar los mensajes en esta forma, también enseña a sus hijos a
ser responsables por sus actos. Los padres que expresan sus sentimientos de tal
manera enseñan a sus hijos a comportarse así también.

Esté dispuesto a perdonar. Enseñe a sus hijos a perdonar, haciéndolo usted mismo.

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Como evitar la comunicación negativa

Desafortunadamente, muchos padres no están conscientes de cuantas veces


utilizan formas negativas para comunicarse con sus hijos. Esto padres pueden,
como resultado, estar plantando la semillas de la desconfianza y el bajo nivel de
amor propio de sus hijos. Por lo anterior, es importante que los padres se enteren
y corrijan cualquier forma de comunicación negativa que usan con sus hijos. A
continuación se ofrece una lista de ejemplos de mala comunicación. Los padres
deben revisar esta lista e identificar las tendencias que son familiares. Después de
identificar las áreas problemáticas, los padres pueden empezar a hacer cambios.

Recuerde que esta lista no contiene todos los ejemplos de comunicación negativa.

Hay quizás muchas formas de comunicación que se consideran negativas que


no están incluidas en esta lista.

Ejemplos de comunicación negativa que los padres deben evitar

Fastidios y sermones. Fastidiar es repetir algo que ya se ha dicho. Sermonear


es dar más información de la que es necesaria sin dar cabida a otras opiniones
o ideas. Los padres pueden evitar fastidios y sermones manteniendo breves las
conversaciones con sus hijos. También deben tener en cuenta que una vez que
les han dicho algo a sus hijos, no es necesario decirlo de nuevo. En lugar de fasti-
diarlos, los padres pueden usar otra consecuencia, como un tiempo de descanso,
cuando sus hijos no hacen algo que se les ha pedido.

Fastidiar y sermonear hacen que los niños dejen de escuchar o se pongan a la


defensiva o se sientan resentidos.

Interrupciones. Cuando los niños estén hablando, los padres deben darles la
oportunidad de terminar lo que están diciendo antes de que ellos hablen. Es una
regla de cortesía. Los niños que sienten que no son escuchados, pueden dejar de
tratar de comunicarse con sus padres por completo.

Críticas. Los padres no deben de criticar los sentimientos, las opiniones o ideas de
sus hijos. A menudo los niños miran esto como un ataque, lo que resulta en poco
amor propio o baja autoestima. Cuando sea necesario, los padres deben criticar
cierta conducta, o lo que sus niños han hecho, pero no critique al niño mismo.

Viviendo en el pasado. Una vez que el problema o conflicto se ha resuelto, los


padres deben tratar de no mencionarlo otra vez. A los niños se les debe permitir
volver a empezar. Los padres que mencionan constantemente los errores que sus

76
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

hijos han cometido en el pasado, están enseñando a sus hijos a guardar rencores
por mucho tiempo. Además, los niños deben saber que una vez que un problema
ha sido resuelto, permanecerá resuelto.

Tratar de controlar a sus hijos usando sentimientos de culpabilidad. Esto


incluye intentar que los niños se sientan culpables por sus opiniones, sentimien-
tos y/o acciones. Los padres que usan la culpabilidad para controlar a sus hijos
pueden hacer un gran daño a su relación con ellos.

Usar sarcasmo. Los padres están usando sarcasmo cuando dicen algo que no
quieren decir, o insinúan lo opuesto a lo que dicen por el tono de su voz. Un ejem-
plo sería un padre diciendo “Oh, qué gracioso eres,” cuando un niño rompe algo.
El sarcasmo hiere a los niños y nunca sirve cuando los padres tratan de comuni-
carse efectivamente con sus hijos.

Decirles a sus hijos como resolver sus problemas. Esto sucede cuando los pa-
dres intervienen y les dicen a sus hijos como hacer las cosas, en lugar de dejar-
los que busquen soluciones a sus problemas. Los padres que le dicen a sus hijos
como resolver sus problemas, pueden hacer creer al niño que el no tiene ningún
control sobre su propia vida. Estos niños pueden acabar creyendo que sus padres
no les tienen confianza, o, pueden ofenderse cuando se les dice lo que deben ha-
cer y como resultado se rebelan contra los consejos de sus padres.

Hacer a los niños sentirse menos. Las humillaciones toman diferentes formas,
como nombres ofensivos, ridiculizar, pasar juicio, culpabilidad, etc. Las humilla-
ciones perjudican la buena comunicación, también dañan el amor propio de los
niños, los niños que son humillados por sus padres a menudo se sienten rechaza-
dos, no amados, e incapaces.

Amenazar. Las amenazas rara vez son efectivas. A menudo hacen que los niños
se sientan sin poder y se resienten con sus padres.

Mentir. No importa que tan grande sea la tentación de inventar una mentira
para evitar, por ejemplo, hablar del sexo, los padres nunca deben mentir. Debe-
rían tratar de ser francos y honestos con sus hijos. Esto hará que sus hijos también
sean francos y honestos con sus padres. Además, los niños son muy perspicaces.
Son muy buenos para presentir si sus padres son totalmente honestos con ellos,
esto puede causar desconfianza.

Negarles sus sentimientos a los niños. Cuando los niños les dicen a sus padres
como se sienten, los padres no deben de tomarlo a la ligera. Si por ejemplo, el
padre piensa que el niño no debería estar triste por haber perdido un juego de

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

basquetbol, no debería decir nada. Puede en cambio decir algo que ayude, por
ejemplo, “Yo sé que tú querías realmente ganar. A veces es difícil perder.” Con ni-
ños más pequeños, esto se puede lograr con palabras más sencillas y directas.
Los niños necesitan que sus padres apoyen sus sentimientos, los padres necesi-
tan demostrar apoyo a sus hijos cuando se trata de sus sentimientos. Si no, sus
hijos se sentirán mal entendidos por sus padres.

Forjando la buena comunicación

Aquí hay algunos ejemplos de cosas que los padres pueden decirle a sus hijos
para ayudar a abrir las líneas de comunicación.

“Me gustaría saber más del asunto.”


“Dime más acerca de esto.”
“Habla. Yo escucho.”
“Yo entiendo.”
“Qué piensas tú de….”
“¿De qué te gustaría hablar?”
¿Hay algo más de lo que quieres hablar?
“Eso suena interesante.”
“Me interesa.”
“Explícamelo por favor.”

La comunicación franca y efectiva toma mucho trabajo y práctica. Los padres


deben recordar que no son perfectos, ellos cometen errores, lo que importa es
que los padres se esfuercen a comunicarse efectivamente con sus hijos, desde
que estos son pequeños.

El resultado será una relación más cercana y positiva entre los padres y sus hijos.

Guía 5

3.5. Cómo enseñar la responsabildad e independencia en


los niños.

Actividad: Se recomienda realizarla con un número máximo de 40 Padres o


adultos a cargo de niños del nivel preescolares y escolares.

78
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Objetivo:

Desarrollar una actividad educativa para familias con preescolares y escolares


matriculados en el sector educativo y oficial del municipio de Santa Marta, sobre
las pautas básicas para reforzar responsabilidad e independencia en los niños,
con el fin de brindarle a los padres información adecuada que favorezca el desa-
rrollo de habilidades y conductas asertivas de sus hijos.

Metodología de la temática: Se realizará sensibilización del tema con la ayuda


del Video Beam, en esta se tratarán valores como la responsabilidad y la inde-
pendencia en los niños, posterior a esto se le pedirá a los padres que realicen un
cuadro comparativo sobre las actividades independientes vs dependientes que
realizan sus hijos.

Duración: 45 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico y documentos de


ayuda (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes iníciales: ¿Tiene su hijo conductas responsables e independien-


tes? ¿Cómo estimula usted a su hijo a ser responsable?

Interrogantes en el desarrollo: ¿Ayuda su hijo con las tareas del hogar? ¿Sus
hijos toman decisiones Por si mismos?

Interrogante final: ¿Cree que las pautas dadas ayudan en el proceso de crear
responsabilidad e independencia en su hijo?

Contenido:

Los niños empiezan a establecer su independencia a temprana edad.

Algunos padres, acostumbrados a satisfacer todas las necesidades de sus hijos,


no están dispuestos a ceder a la necesidad de sus niños de establecer su indepen-
dencia. Sin embargo, este es el tiempo apropiado para que los padres encuentren
la manera de permitir que sus hijos hagan las cosas a su manera y proveer la
ayuda y dirección que ellos necesitan. La independencia viene acompañada con
la habilidad de los niños de comprender el concepto de responsabilidad.

79
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Este es el tiempo apropiado para que los padres empiecen a enseñar responsa-
bilidad a sus hijos.

A continuación se ofrecen algunas sugerencias para que los padres pue-


dan fomentar la responsabilidad y la independencia a sus hijos.

Permita que sus hijos hagan las cosas por sí mismos. Aún los niños peque-
ños muestran interés en hacer cosas por si solos. Los padres pueden fomentar
independencia permitiendo que sus hijos hagan las cosas por si solos en cuanto
muestren el interés. Los padres deben enfocarse en el esfuerzo y no criticar los
resultados. Los padres deben elogiar a sus hijos por hacer las cosas por sí mismos.
Conforme los niños crecen y maduran, naturalmente querrán hacer más y más
actividades por si mismos.

Permita que sus hijos ayuden con tareas difíciles. Los padres deben ayudar
a sus hijos a intentar hacer cosas nuevas y a enfrentarse nuevos obstáculos, esto
ciertamente elevará el sentido de confianza en los niños. Los padres deben tener
cuidado y escoger tareas que los niños pueden cumplir.

Ayude a sus hijos a tomar decisiones. Los padres deben ayudar a sus niños a
tomar decisiones desde pequeños. Primero, escoja algo fácil, como darles dos op-
ciones de escoger la ropa que se van a poner. Conforme los niños crecen, los pa-
dres pueden ayudarles a tomar decisiones más complejas, ellos pueden aprender
a tomar buenas decisiones cuando se les dan buenas opciones.

Aprenda a modelar responsabilidad e independencia. Los niños aprenden


observando a sus padres. Una de las mejores formas en que los padres pueden
enseñar a los niños a comportarse de manera responsable e independiente es
poniendo el buen ejemplo ellos mismos, los adultos deben permitir que sus hijos
los miren tomando decisiones sin vacilar, al igual que, haciéndose cargo de sus
responsabilidades de forma apropiada.

Ayude y guíe a sus hijos a resolver sus propios problemas. Resolver proble-
mas es una habilidad que se aprende. Cuando los niños están pequeños, los pa-
dres deben enseñar a sus hijos estrategias para resolver problemas, buscando
ayudarlos a encontrar las soluciones a sus dificultades. La habilidad de solucio-
nar sus propios problemas es algo que será muy útil durante toda la vida, ayu-
dando también en el desarrollo de la confianza e independencia.

Ayude a sus hijos a tomar riesgos. Tomar riesgos requiere enfrentarse a la po-
sibilidad de fracasar. Muchos padres tratan de proteger a sus niños de la decep-

80
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

ción y el fracaso, estos padres no les están haciendo a sus hijos ningún favor, los
niños necesitan riesgos para madurar, también tienen que sentir el fracaso para
poder aprender cómo lidiar con él.

Esté disponible para dar apoyo, cuando sea necesario. Aún los niños más
independientes necesitan el apoyo de los padres de vez en cuando, los padres
deben hacer el esfuerzo para estar disponibles y proveer ayuda a sus hijos cuan-
do sea necesario, los infantes que saben que cuentan con el apoyo de sus padres,
están más confiados para explorar su mundo.

Proporcione disciplina adecuada. Los niños necesitan estructura en sus vidas


para sentirse seguros. Disciplina apropiada proporciona estructura; los niños ne-
cesitan saber qué esperar de sus padres y qué esperan los padres de ellos tenien-
do esto claro, tienen más control sobre sus vidas y por consiguiente se pueden
comportar de manera responsable e independiente.

Elogie a sus hijos. Los padres deben proveer a sus hijos con amplios elogios
cuando se comportan de forma responsable en independiente, los adultos que
elogian este tipo de comportamiento les hacen saber a sus hijos que aprecian
sus esfuerzos.

Dar responsabilidades a sus hijos. La mayoría de los niños quieren ayudar a


sus padres y quieren sentir que los padres los necesitan, una de las mejores for-
mas para que los niños aprendan a comportarse responsablemente es dándoles
responsabilidades, los padres pueden dar a sus hijos tareas, asegurándose de
que las tareas estén de acuerdo con la capacidad de los niños.

Los padres deben también darse tiempo de mostrar a sus hijos como hacer las
tareas de manera apropiada, recordando, sin embargo, que la manera en que los
niños cumplen con las tareas no es tan importante como que los niños aprenden
sobre la responsabilidad.

81
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Guía 6

3.6. La influencia de los amigos

Actividad: Para un grupo de 50 Padres o adultos a cargo de niños preescolares


y escolares.

Objetivo:

Implementar una actividad de sensibilización dirigida a familias con preescola-


res y escolares matriculados en el sector educativo oficial del Distrito de Santa
Marta, sobre las pautas para manejar la influencia de los amigos y las malas
compañía de los niños, con el fin de brindarle a los padres las pautas necesarias
para fortalecer las habilidades de afrontamiento de sus hijos.

Metodología aplicar: Se realizará una selección de subgrupos y a cada uno se


le entregará una ficha sobre el tema, y se le pedirá a los padres que elijan una
experiencia práctica significativa entre ellos sobre el tema tratado, la plasmen en
la ficha y posteriormente la socialicen ante los demás grupos.

Duración: 60 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico y documentos de


ayuda (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogante iníciales: ¿Sabe usted cómo influyen los amigos en el comportamien-


to de sus hijos? ¿Conoce las compañías de su hijo en escuela, barrio, grupos, etc.?

Interrogantes en el desarrollo: ¿Cómo se puede apoyar el proceso de identifi-


cación de nuestros hijos con otros chicos de su edad? ¿Está siempre informado de
con quien, donde y que está haciendo esta su hijo?

Interrogante final: ¿Qué pautas debe seguir para manejar la influencia de los
amigos en su hijo?

82
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Contenido:

Los amigos pueden influenciar a los niños a hacer algo que ellos no quieren ha-
cer, esta influencia es parte de la vida de casi todos los niños, los infantes pueden
estar sujetos a esta influencia y sucumben a ella tarde o temprano, aunque los
padres no pueden proteger a sus hijos de esta influencia, hay ciertos pasos a se-
guir para aminorar su efecto.

Malas Compañías. Los niños que están sujetos a este tipo de influencia, suelen
tener uno o dos compañeros de comportamiento inapropiado que terminan in-
centivando conductas inapropiadas en ellos también. Los infantes se inclinan a
las malas compañías por una variedad de razones. Algunos niños lo hacen por
atraer atención (de los padres y amigos), y otros lo hacen por compañerismo,
los niños podrían también elegir malas compañías por la emoción que causa el
meterse en problemas, o para rebelarse contra sus padres, o porque no tienen su-
ficiente amor propio y/o confianza en ellos mismos. Al igual que con la influencia
de los amigos, hay ciertos pasos que los padres pueden tomar para aminorar los
efectos que las malas compañías pueden tener en sus hijos.

Lo que los padres pueden hacer.

Forje una amistad cercana con sus hijos. Si no lo han hecho todavía, los pa-
dres deberían forjar una amistad cercana, honesta y franca con sus hijos. Los
niños que tienen una amistad cercana con sus padres suelen hacer mejores pro-
cesos de identificación con pares y se esfuerzan más para complacer a sus pa-
dres, de igual forma, suelen recurrir más a sus padres cuando se encuentran en
problemas o tienen dificultades.

Ayude a sus hijos a comprender la influencia de los amigos. Los niños esta-
rán más capacitados a resistir malas influencias y/o compañías si tienen un me-
jor entendimiento del proceso de interacción social, Los padres deben asegurarse
de que sus hijos sepan que todos los niños, inclusive adultos están sujetos tarde
o temprano a la influencia de los amigos, también deben explicarles que es nor-
mal que los niños sientan la necesidad de adaptarse y convivir con sus amigos,
dando así cabida a la mala influencia. Cuando los niños tengan un mejor enten-
dimiento de este proceso y las emociones relacionadas con las presiones de las
amistades, estarán más capacitados a resistir las malas influencias.

Planeé actividades familiares con regularidad y frecuencia. Los padres de-


berían esforzarse a participar con frecuencia en actividades familiares, desde
que sus niños están pequeños, planeando actividades en las cuales pueda par-

83
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

ticipar toda la familia, como paseos, caminatas en el parque, deportes, etc. Los
padres que dedican algo de su tiempo participando en actividades divertidas
con sus hijos, tendrán más oportunidad de desarrollar amistades cercanas con
ellos, de esta forma, los pequeños que pasan más tiempo con sus familias pue-
den resistirse

Apoye las amistades con modelos ejemplares. Los padres deberían apoyar a
sus hijos a desarrollar amistades con niños de cualidades positivas, esto se puede
lograr invitando a estos niños a jugar o a pasar el tiempo con la familia, también
pueden apoyar a sus hijos para que participen en actividades de grupo (ej. Los
boyscouts, deportes, grupos de la iglesia) los cuales requieren interacción con
modelos ejemplares.

Conozca los amigos de sus hijos y sus padres. Los padres deben esforzarse en
pasar algún tiempo con los amigos de sus hijos para conocerlos mejor. También
deberían intentar conocer a los padres de los amigos de sus hijos, al hacer esto,
los padres pueden ver si los amigos de sus hijos son de buena influencia, y si las
familias de los amigos comparten sus mismos valores y actitudes.

Entérese donde están sus hijos y lo que están haciendo. Cuando los niños
están en casa, los padres deben supervisar sus actividades.

Cuando los niños están fuera de casa, los padres deben asegurarse de saber dón-
de están sus hijos, con quién están y qué están haciendo.

No critique a los amigos de sus hijos. Cuando sus hijos tienen amigos que son
de mala influencia, no es bueno que los padres los critiquen, en muchos casos, los
niños se ponen a la defensiva y continúan con tales amistades ya sea por lealtad
o para rebelarse contra sus padres. En lugar de criticar las malas amistades, los
padres pueden y deben discutir ciertos aspectos de conducta y/o acciones.

Por ejemplo, el padre puede decir, “Parece ser que cada vez que Julia viene a ju-
gar, tu desobedeces alguna regla de la casa.”

Trate de encontrar la razón y discútala. Los niños se dejan llevar por la presión
de los amigos y desarrollan amistades con malos compañeros por muchas razo-
nes. Los padres deben tratar de encontrar las razones y luego intentar resolver
el problema; por ejemplo, si un niño se deja llevar por la presión de los amigos
porque él o ella carece de la confianza necesaria para resistirse a su influencia,
entonces los padres pueden tomar pasos para que sus hijos mejoren la confianza
en sí mismos.

84
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Promueva una variedad de amistades. Los padres deben de apoyar a sus hi-
jos a que tengan muchos amigos diferentes, esto los expondrá a otros niños con
diferentes actitudes e ideas, así, también promueve la individualidad, y hace que
los niños no se dejen llevar por presiones de ningún grupo.

Fomente individualidad e independencia. Los padres deben fomentar indivi-


dualidad e independencia en sus hijos. Una de la formas mejores de lograr esto,
es que los padres modelen o demuestren esta conducta, los padres que resisten
la presión de sus propios amigos enseñan a sus hijos una invaluable lección, los
padres que expresan su individualidad logran lo mismo.

Enseñe firmeza. Los padres deben enseñar a sus hijos a hacer valer sus creencias,
esto se puede lograr por medio de la imitación. La imitación requiere la práctica
de diferentes respuestas a ciertas situaciones, dándole la oportunidad al niño de
practicar: decir “NO” a sus amigos. Los padres también pueden enseñar a sus hijos
a resolver problemas cuando los amigos los presionan, quizás sugiriendo otras ac-
tividades, o explicando por qué se niegan a participar en ciertas actividades.

Elogia la firmeza. Los padres deben elogiar efusivamente a sus hijos cuando
actúan con firmeza, la conducta que es elogiada es más propicia a ser repetida.

Mantenga la disciplina. Si los niños se dejan llevar por la influencia de los ami-
gos y hacen algo inapropiado, o si se meten en problemas con las malas amista-
des, los padres deben aplicar consecuencias naturales u otra forma de disciplina.
Sermonear posiblemente no será suficiente para erradicar este tipo de conducta
en el futuro. Las consecuencias lógicas pueden ser limitar los privilegios, no per-
mitir al niño a pasar tiempo con el grupo o amigo con el cual se metió en proble-
mas, o corregir el daño que él o ella han causado.

Busque ayuda. Si su niño se deja llevar consistentemente por la influencia de sus


amigos, o si se mete en problemas crónicamente con las malas compañías, debe
de consultar a un profesional de salud mental.

Elogia la firmeza. Los padres deben elogiar efusivamente a sus hijos cuando
actúan con firmeza, la conducta que es elogiada es más propicia a ser repetida.

Mantenga la disciplina. Si los niños se dejan llevar por la influencia de los ami-
gos y hacen algo inapropiado, o si se meten en problemas con las malas amista-
des, los padres deben aplicar consecuencias naturales u otra forma de disciplina.
Sermonear posiblemente no será suficiente para erradicar este tipo de conducta
en el futuro. Las consecuencias lógicas pueden ser limitar los privilegios, no per-

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

mitir al niño a pasar tiempo con el grupo o amigo con el cual se metió en proble-
mas, o corregir el daño que él o ella han causado.

Busque ayuda. Si su niño se deja llevar consistentemente por la influencia de sus


amigos, o si se mete en problemas crónicamente con las malas compañías, debe
de consultar a un profesional de salud mental.

Guía 7

3.7. Actividades escolares y creación de hábitos de estudio


Actividad: Para un grupo máximo de 30 Padres o adultos a cargo de niños pre-
escolares y escolares.

Objetivo:

Desarrollar un taller educativo para familias con preescolares y escolares matri-


culados en el sector educativo oficial del Distrito de Santa Marta, que facilite a
los padres o adultos a cargo las herramientas adecuadas para ayudar al niño a
mejorar sus hábitos escolares.

Metodología empleada: Se le pedirá a los padres que expresen las formas como
ayudan a sus hijos en sus actividades escolares, posterior a esto, se realizará una
presentación escrita en una hoja de papel bon sobre las pautas que suelen poner
en práctica para ayudar a los infantes a desarrollar sus hábitos de estudio.

Duración: 45 minutos

Responsables: Psicólogo(a), trabajadora social, psicopedagoga, coordinador


de convivencia, directivos docentes, docentes.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcadores, tablero acrílico, papelería de apo-


yo. (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes iníciales: ¿Cómo estimula los hábitos de estudio de su hijo? ¿En


qué lugar y en qué condiciones su hijo realiza sus tareas escolares?

Interrogantes en el desarrollo: ¿Cómo se instaura un horario para hacer tareas


escolares? ¿Qué actitud como padre debe tener usted ante los compromisos es-
colares de su hijo?

86
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Interrogante final: ¿Qué pautas aprendió para reforzar los buenos hábitos de
estudio en su hijo?

Contenido:

Desafortunadamente, los niños no nacen con los hábitos para estudiar necesa-
rios para tener éxito en la escuela, ellos los tienen que aprender, a menudo los
niños empiezan la escuela sin la habilidad necesaria para salir adelante. A con-
tinuación se ofrecen algunos consejos para que los padres preparen a sus hijos
para la escuela, y al mismo tiempo mejorar hábitos para estudiar.

Empiece a Temprana Edad. Aunque no es recomendado empezar la educación


formal en los niños antes de que vayan a la escuela, los padres pueden poner un
buen ejemplo a sus hijos mucho antes de que empiecen la escuela. Esto se puede
lograr fomentando el aprendizaje, los padres deben tratar de leer a diario a sus
hijos, ya que la habilidad para leer es muy importante para el éxito en la escuela,
leyéndole a los niños se estimula el desarrollo y el deseo de leer. Los padres deben
proveer a sus hijos con una abundancia libros interesantes. Finalmente, los pa-
dres pueden poner un buen ejemplo si ellos mismos leen seguido.

Los padres deben tratar de fomentar en sus hijos la curiosidad sobre el mundo al-
rededor, esto se puede lograr platicando con sus hijos, escuchándolos, y contes-
tando sus preguntas, los padres deben también procurar exponerlos a muchas
cosas estimulantes e interesantes.

Tome parte. Los padres deben de tomar interés en la educación de sus hijos y
subscribirse a la Asociación de Padres y Maestros, o tomando parte en otras ac-
tividades escolares, si los padres creen que la educación de sus hijos es lo sufi-
cientemente importante para tomar parte en ella y prestarle atención, los niños
también mostrarán interés.

Es una buena idea que los adultos conozcan y se comuniquen con los maestros de
sus hijos, Los padres deben también ofrecer mucho aliento, platicando con sus hijos
acerca de lo que hacen en la escuela, esto ayudará a reforzar lo que han aprendido.

Una Vez Que Las Tareas Comienzan...

Una vez que los niños avanzan a los grados donde los exámenes y las tareas son
parte del estudio, hay muchas cosas que los padres deben hacer para fomentar
en sus hijos los buenos hábitos para estudiar.

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DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Ponga un horario. Los padres deben decidir con sus hijos a qué hora se va a ha-
cer la tarea cada día, cuando los niños está en los primeros grados, una hora al
día será suficiente. Conforme las tareas y las responsabilidades aumentan, será
necesario más tiempo, es importante que los niños tomen parte en estas decisio-
nes. Los niños deben saber que son capaces de tomar decisiones acerca de sus
estudios. Una vez padres e hijos han decidido el horario, deberían apegarse a él,
si un día no hay tarea, los padres pueden hacer que sus hijos utilicen el tiempo
para leer, o para otro proyecto, es importante que los niños se acostumbren a
estudiar diario.

Proporcione un área para estudiar. Los padres deben de facilitar un área quie-
ta y cómoda para que sus hijos estudien, es bueno que el estudio se lleve a cabo
en el mismo lugar cada día. Los padres deben asegurarse de que sus hijos tengan
a la mano los utensilios que necesitan (por ejemplo, papel, lápices, sacapuntas).
Algunas veces el dormitorio de los niños no es un buen lugar para estudiar. Hay a
menudo demasiadas distracciones.

Ayude a sus hijos a ser organizados. Los padres deben dar a sus hijos un calen-
dario para que puedan anotar las tareas y marcarlas cuando las hayan comple-
tado. Los padres pueden también mostrar a sus hijos como mantener sus tareas
y materiales organizados y como dar prioridad a sus obligaciones.

Proporcione Apoyo. Los padres deben elogiar a sus hijos por su esfuerzo y por
completar sus tareas, también deben tener en cuenta que las tareas puede que
no sean divertidas, no espere perfección.

Ofrezca Ayuda. Los padres deben de estar disponibles para contestar cualquier
pregunta que sus hijos puedan tener. Deben tratar de proveer información pero
sin hacer el trabajo de sus hijos.

Haga que sus hijos sean responsables de su propio trabajo. Los padres no
pueden forzar a sus hijos a estudiar, las quejas y las amenazas no funcionan,
los niños deben saber que ellos son responsables por sus propias tareas y por
estudiar, los padres deben dar a sus hijos responsabilidad, y dejarlos sufrir las
consecuencias si, por ejemplo, no entregan alguna tarea. El papel de los padres
es de ofrecer ayuda.

Si el horario no funciona, intente otro diferente. Si el plan que los padres y


los hijos han hecho no funciona, deberían cambiarlo, quizás dos períodos cortos
al día sería más fácil que un período largo, quizás una hora más temprana por

88
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

la tarde funciona mejor que después de salir de la escuela. Los padres y sus hijos
deben apegarse a una rutina hasta que encuentren una que funciona para ellos.

Recuerde, los niños deben aprender que ellos son responsables por su propio
aprendizaje. Los padres pueden ser la diferencia si proveen a sus hijos con la ha-
bilidad de hacerlo.

Guía 8

3.8. La television en el desarrollo de los niños


Actividad: Con un grupo máximo de 30 Padres o adultos a cargo de niños pre-
escolares y escolares.

Objetivo:

Desarrollar una actividad educativa sobre la influencia de la televisión en los ni-


ños, para las familias con preescolares y escolares matriculados en el sector edu-
cativo oficial del municipio de Santa Marta, con el fin de proporcionarles a estas
las herramientas necesarias para manejo de la TV en el orden del día de sus hijos.

Metodología empleada: Se realizará una sensibilización por medio audiovisual


sobre el tema de la influencia de la televisión en el desarrollo de los niños, poste-
riormente esto se acompañará con una discusión de grupo donde se les pedirá
a los participantes que compartan sus experiencias sobre el tema de la charla.

Duración: 60 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico y documentos de


ayuda (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes iníciales: ¿Sabe usted cómo influye la televisión en su hijo? ¿Su-


pervisa constantemente los programas de televisión que ve su hijo? ¿Qué progra-
mas de TV observa su hijo frecuentemente?

Interrogantes en el desarrollo: ¿Qué pautas utiliza en casa para el uso de la


televisión? ¿En que daña o ayuda la televisión al desarrollo sano de su hijo?

89
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Interrogante final: ¿Qué deben hacer los padres para que sus hijos utilicen la TV
adecuadamente? ¿Siente usted que la actividad educativa desarrollada contri-
buye en algo para el manejo de sus hijos en el hogar?

Contenido:

La televisión se ha convertido en uno de los pasatiempos más importantes y de


mayor influencia en la vida de los niños, los niños almacenan todo tipo de in-
formación que reciben, sean de la escuela, de sus padres, de un cuento, y por
supuesto, de la televisión. Por esa razón, el hábito de ver la tele todos los días está
despertando una gran preocupación por parte de muchísimos padres sobre la
calidad de los contenidos que están siendo asimilados por sus hijos, como tam-
bién sobre qué postura deben tener delante de sus hijos en cuanto a la costumbre
de ver la tele. La televisión es una fuente efectiva para la formación de actitudes,
adquisición de habilidades y la formación del comportamiento del niño, es un
medio de socialización. Los niños ven la tele para distraerse, reducir las tensio-
nes, y obtener información, además, hay niños que ven la tele porque desde muy
temprana edad les fue impuesta y a ellos no les queda otro remedio.

La televisión es la actividad líder de los niños, el tiempo que ellos dedican a la tele
varía en función de la edad, sexo, clase social y está directamente relacionado
con el tiempo dedicado por los padres, así que los padres deben ser un ejemplo,
no es justo achacar a un solo medio de difusión de información y de entreteni-
miento, lo que puede también ser culpa de muchos padres.

Si en el ambiente del hogar los padres tienen la costumbre de ver la tele, segura-
mente los niños les seguirán. En muchos hogares, la televisión ejerce el papel de
compañía, una especie de “niñera”, hay que estar atentos al hábito de ver la tele
de los niños. Es necesario conocer más profunda y particularmente su terreno,
para evitar que nuestros hijos adquieran conductas agresivas y erróneas apren-
didas por imitación. No se puede olvidar que nuestros pequeños están iniciando
su formación y que todo lo que vean, escuchen, y vivan, pesará sobre todo su
desarrollo favorable y/o desfavorablemente.

Los efectos de la television

Los efectos de la televisión en el desarrollo social


y emocional de los niños.

El tiempo que un niño pasa frente al televisor es tiempo que se le resta a activida-
des importantes, tales como: la lectura, el trabajo escolar, el juego, la interacción

90
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

con la familia y el desarrollo social. Los niños también pueden aprender cosas
en la televisión que son inapropiadas o incorrectas. Muchas veces no saben di-
ferenciar entre la fantasía presentada en la televisión y la realidad, están bajo la
influencia de miles de anuncios comerciales que ven al año, muchos de los cuales
son de bebidas alcohólicas, comidas de preparación rápida y juguetes.

Los niños que ven demasiada televisión están en mayor riesgo de que:

1. Saquen bajas valoraciones académicas en la escuela.


2. Lean menos libros.
3. Hagan menos ejercicio físico.
4. Tengan problemas de sobrepeso.
5. Se conviertan en niños pasivos.

La violencia, la sexualidad, los estereotipos de raza y de género y el abuso de


drogas y alcohol son temas comunes en los programas de televisión. Los niños
son impresionables y pueden asumir que lo que ellos ven en televisión es lo
normal, seguro y aceptable. Por consecuencia, la televisión también expone a
los niños a tipos de comportamiento y actitudes que pueden ser abrumadores
y difíciles de comprender.

La publicidad: Los niños son muchas veces explotados por la publicidad en la


televisión, los fabricantes de juguetes ganan millones a cada año por lanzar al
mercado sus productos para niños. Los fines de semana y las vacaciones son
sus temporadas preferidas, cuando se generan aún más beneficios económicos.
Además, la publicidad televisiva proyecta estereotipos relacionados a aspectos
raciales, sociales, culturales, sexuales, así como también hábitos alimentarios,
según estudios norteamericanos se emiten una media de 23 publicidades por
hora, que sugieren cereales, galletas, comidas rápidas, refrescos y golosinas.

Ese excesivo número de comerciales que sugieren alimentos, tiene su relación


con la obesidad infantil. Por otra parte, la exagerada representación de imáge-
nes corporales “perfectas” puede contribuir al problema de la anorexia nerviosa
sobre todo en adolescentes, debido a la ansiedad que provoca.

Si un niño con sobrepeso aprende en la tele lo importante que es mantener la


forma de una manera exagerada, va a desarrollar complejos y consecuente-
mente seguirá los consejos y las dietas que digan en la tele, aparte de los valores
erróneos que estará asimilando, más de la mitad de la publicidad contiene infor-
mación errónea, engañosa o ambas, pero que los niños creen como verdadera.

91
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

De tal manera que, la TV no sólo ofrece sino que impone experiencias, condicio-
namientos a nuestros niños, pues ellos son el principal blanco hacia el cual van
dirigidos la mayoría de los anuncios comerciales.

La violencia televisiva

Los efectos emocionales de la violencia de la TV en los niños.

Según algunas publicaciones del Instituto Nacional de Salud Mental de los Esta-
dos Unidos, la violencia expuesta en la televisión lleva al niño a desarrollar con-
ductas agresivas. Gran parte de esas conductas son aprendidas a través de la
observación y retenidas por largos espacios de tiempo.

La TV surte efecto en las áreas emocionales del niño, influye en sus intereses y
motivaciones, y en su formación integral. Cuanta más violencia vea el niño en la
tele, menos sensibilidad emocional él tendrá ante la violencia, y pasará a usar la
agresión como respuesta a las situaciones conflictivas. Aparte de eso; la observa-
ción de escenas de dolor, horror y sufrimiento resultan en sentimientos que son
descargados en forma continua durante o después de la observación de progra-
mas de contenido violento. Los contenidos “violentos” pueden ser las escenas
que impliquen la destrucción, lesiones o daño (físico y/o psicológico) a personas,
animales o cosas. La acción de los actores, los movimientos de la cámara, el rit-
mo del montaje y el desarrollo de la escena de violencia constituyen una despro-
porcionada fuerza de impacto en la televisión, hasta el punto de que, en mayor o
menor grado, se pueda tomar por real lo ficticio.

Pero, quitando la violencia, los niños también pueden aprender algo positivo de
la televisión. Algunos valores sociales como la cooperación, la amabilidad con
los demás y también algunos aspectos relacionados con su escolaridad. Todo
dependerá de la orientación y control que tengan de sus padres.

El papel de los padres con la tv

El papel de los padres es importante a la hora de controlar el tiempo y el


tipo de información que reciben sus hijos de la televisión.

De los 4 a los 5 años de edad, los niños establecen hábitos permanentes y carac-
terísticas emocionales, a través de la imitación y la identificación. La imitación
es consciente, pero la identificación es inconsciente y ocurre por la adopción de
pautas de conducta y actitudes de personas significativas para él. Por esa razón,
es necesario estar vigilantes en cuanto a los efectos de la televisión en el niño

92
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

y más específicamente lo que tiene que ver con la violencia televisiva. Escenas
violentas pueden generar conductas agresivas en los niños, por el simple hecho
de aprenderlas e imitarlas.

Si los padres están de acuerdo con que sus hijos vean la televisión, primero deben
estar seguros de que sus hijos tengan experiencias positivas con la tele.

El papel que debe tener el padre y/o la madre es el de compañero, ayudan-


do a sus hijos:

Mirando los programas con ellos.

Eligiendo programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño.

Poniendo límites a la cantidad de tiempo: no más que una o dos horas al día.

Apagando la tele durante las horas de la comida y de los estudios.

Apagando los programas que no les parezcan apropiados para su hijo.

Evitando siempre los programas con violencia explícita. Las telenovelas, noticia-
rios, o dramas que pueden causar sufrimientos innecesarios a un niño.

Estimulando discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo mientras miran
los programas juntos.

Señalando el comportamiento positivo como la cooperación, la amistad, etc.

Haciendo conexiones de lo que están viendo con situaciones reales o de estudio.

Relacionando sus valores personales y familiares con los que ven en la tele.

Discutiendo con ellos sobre el papel de la publicidad y su influencia en lo que


se compra.

Estimulando al niño para que practique deportes, y se envuelva en pasatiem-


pos y en estar con amigos de su misma edad.

Grabando programas de calidad para verlos en otro momento.

Creando el hábito de apagar la televisión cuando se termina el programa.

93
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Evitando los dibujos animados que muestren a sus personajes sufriendo. Eso
es muy común en las grandes películas de dibujos animados, en las que el niño
se angustia al identificarse con el personaje. No hay evidencia de beneficios en
que un niño sufra al ver una película infantil. Haciéndoles saber que los perso-
najes en las películas son desempeñados por actores y no por personas reales.

Guía 9

3.9. Los temores infantiles

Actividad: Para un grupo máximo de 30 Padres o adultos a cargo de niños pre-


escolares y escolares.

Objetivo:

Desarrollar un taller sobre manejo de miedos y temores en los niños, dirigida a


las familias con preescolares y escolares matriculados en el sector educativo ofi-
cial de las instituciones educativas del municipio de Santa Marta, con el fin de
enseñarle a los padres las pautas necesarias para afrontar los temores infantiles,
y así contribuir al buen desarrollo emocional de sus hijos.

Metodología utilizada: El dinamizador hace una breve presentación del tema


para ilustrar y animar temas como miedos y temores en el niño, al igual que las
pautas para ayudarlo a superar estos, se le pedirá a los padres que compartan
sus experiencias a lo largo de la charla. Posteriormente se asignan como tarea la
consecución de documentos y la lectura de textos referidos a la temática tratada
para desarrollar completamente el taller en la próxima convocatoria.

Duración: 60 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico y documentos de


ayuda (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes iníciales: ¿Qué temores o miedos ha experimentado su hijo?


¿Sabe usted como ayudar a su hijo a superar un miedo? ¿Entiende usted como se
presenta el miedo en el infante?

94
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Interrogantes en el desarrollo: ¿Qué pautas pone usted en práctica cuando su


hijo presenta temores? ¿Cómo identifica usted los temores de su hijo?

Interrogantes finales: ¿El tema desarrollado le ha permitido tener más claridad


en cuanto a las pautas de manejo de su hijo? ¿Siente usted que la actividad edu-
cativa desarrollada contribuye en algo para el manejo de los temores de sus hijos?

Contenido:
Cómo entender los miedos de tu hijo

Si tu hijo sufre por algún miedo es muy importante que le transmita tranquilidad,
seguridad, y le ayudes a superar sus miedos con mucho cariño y comprensión. De
una forma general, los miedos suelen aparecer en niños de edad comprendida en-
tre los 3 y los 6 años de edad, el niño todavía no entiende el mundo que lo rodea y
tampoco es capaz de separar lo real de lo imaginario. En los primeros años de vida,
el niño conoce la existencia de personajes a través de los cuentos, películas, etc., y a
la vez pasa a inventar compañeros y personajes, e incluso situaciones imaginarias;
así que, los miedos son sentimientos totalmente normales en los niños.

Algunos miedos llegan a ser perjudiciales en el desarrollo del niño, sin embargo
hay otros que incluso, pueden hacer que el niño evite algún accidente: Por ejem-
plo: miedo al cruzar una calle, miedo de caerse del columpio, miedo a los ani-
males, etc. Son miedos que enseñan al niño a ser más precavido en situaciones
que exigen más cuidados. Según algunos investigadores, los miedos aparecen y
desaparecen, y a veces sin darnos cuenta de ello, y cambian a la medida que el
niño va creciendo. Los niños empiezan a tener miedo a las personas extrañas, a
objetos raros, a los ruidos fuertes, a la oscuridad, y luego empiezan a tener miedo
de la muerte, a los monstruos, a los ladrones, etc. Muchos de estos miedos se ven
inducidos por el ambiente externo como las películas, los cuentos, las historias de
los amiguitos, y otros están fundados en experiencias negativas en casa o fuera
de ella, y de hecho pueden servir a los padres como alarma para identificar situa-
ciones de algún maltrato o abuso a su hijo.

Uno de los miedos más habituales en los niños pequeños es la angustiosa separa-
ción de sus padres, el miedo al abandono. Cuando su mamá lo deja en una guar-
dería o con otra persona y se marcha, el bebé o el niño no sabe cuánto debe esperar
para volver a verla, y ahí aparece el miedo a la pérdida definitiva ya que el niño no
tiene la capacidad de medir el tiempo, pero a medida que el niño madura va cono-
ciendo con más profundidad la realidad, y así superará sus miedos. No se puede
acabar con todos sus miedos porque estos también les permiten entender el mun-
do y sentirse más seguros en su habilidad para luchar contra el miedo.

95
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Que hacer para ayudar a tu hijo

Para ayudarle es necesario identificar primero de qué tiene miedo tu hijo.

En las situaciones de ansiedad y de miedos en los niños, los padres deben tener
muy claro que su ayuda es de fundamental importancia en la superación de ta-
les sentimientos, los miedos no constituyen un grave problema, de ese modo, lo
importante es identificar de qué tiene miedo tu hijo y a partir de ahí, posicionarte
a su lado para que juntos superen ese mal momento.

Algunas pautas para ayudar a tu hijo:

1. Es muy importante que escuches a tu hijo, permitiéndole que exprese todos


sus miedos.
2. Habla con tu hijo sobre sus miedos. Intenta saber qué es lo que le asusta. Y
réstales importancia pero sin ignorarlas.
3. Transmítale afecto, protección, tranquilidad, y confianza. De esa forma, tu
hijo te contará siempre sobre sus miedos, y podrás ayudarlo a que los supere
y crezca más seguro de sí mismo.
4. Estimula a tu hijo a expresar sus miedos sin sentirse ridiculizado ni aver-
gonzado. Para eso es necesario que aceptes los miedos como reales. Há-
blale por ejemplo de situaciones que te asustaron cuando eras pequeña/o
y de tus miedos.
5. Enfrenta al problema con tu hijo. Cuando él no sea capaz de hacer algo solo,
intenta hacerlo con él para que pueda comprobar que no pasa nada. Si por
ejemplo, él no quiere entrar a oscuras en su habitación, dale la mano y entra
junto con él.
6. No pierdas la oportunidad de enseñar a tu hijo como otras personas actúan
con confianza en aquellas situaciones que él teme. Si tu hijo ve a otro niño
tocar una hormiga puede que le ayude a perder el miedo a los insectos.
7. Premia a tu hijo por cada vez que él consiga avanzar en la superación del
miedo. Alaba su esfuerzo, sus logros, su valentía y su decisión. De esta forma
estarás animándole y dándole más confianza.
8. Cuando tu hijo esté pasando por una situación de miedo, trata de distraer-
le con juegos. Por ejemplo: si el miedo que tiene es de la oscuridad, inventa
juegos de espionaje o de busca de tesoros con linternas en una habitación
oscura, y cuando él consiga encontrar el tesoro (imaginario), dile lo valiente
que ha sido y hazle notar que no ha pasado nada de malo.
9. Cuéntale siempre la verdad. A veces es lo desconocido y la falta de informa-
ción lo que provoca los temores a tu hijo. Si él se asusta con los cuentos de
ogros, brujas, etc., dile que todos los personajes no existen en la realidad y

96
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

que viven solamente en los cuentos, en las películas, etc. Repítele esto mu-
chas veces si es necesario.

Lo que no se debe hacer

No debemos ignorar los miedos de los niños.

Tan importante es saber lo qué hacer que lo que NO se debe hacer en cuanto a
la superación del miedo de un niño. Es muy importante que los padres respeten
y busquen entender los miedos que tiene su hijo. Los miedos son inevitables
pero sí controlables si el niño cuenta con la confianza y la ayuda de sus padres
y cuidadores.

Algunas pautas que te ayudarán a ti y a tu hijo a que superen juntos al miedo:

No asuste a tu hijo con historias de ogros, de fantasmas, de brujas, etc., princi-


palmente antes de acostarle. Tienes que decirle que estos personajes solamente
existen en los cuentos y películas.

No te rías de los temores que tu hijo expresa. Si lo ridiculizas o te burlas de su


miedo disminuirá su confianza. Frases como “No seas tonto, niños como tú no
deben tener miedo de eso”, o “ No tienes vergüenza de tener estos miedos...”, no
contribuirán para disminuir el temor que él siente. Al revés, le desanimará a com-
partir sus temores contigo.

No transmita más miedo a su hijo del que ya tiene, él necesita tener su seguridad y
confianza, no ignore sus miedos, no le mienta, por ejemplo, diciéndole que una inyec-
ción no le dolerá o algo parecido. Si mientes sobre una situación de miedo le produ-
cirá más temor. Ayúdale a prepararse para enfrentar la situación con la verdad y con
honestidad. Si tu hijo tiene miedo de irse al colegio, oiga sus razones, llévalo de visita
a la escuela, enséñale su clase y habla sobre lo mucho que irá aprender allí.

No obligues a tu hijo a pasar situaciones que él teme. Los miedos no se superan


enfrentándose a la situación de una vez por todas. En lugar de ayudar, algunas
veces esto intensifica el miedo, tu hijo tiene el derecho de acostumbrarse poco a
poco a situación que él teme. No le obligues ver una película de la cual él tiene
miedo, o que acaricie a un perro que no le gusta.

No transmita sus temores personales hacia su hijo. Si tienes miedo a las arañas,
tu hijo puede sentirlo. La forma en que enfrentas tus propios miedos le da a tu
niño el patrón a seguir para enfrentar situaciones similares.

97
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

No llames cobarde o infantil a tu hijo si se muestra temeroso ante cualquier si-


tuación, no le ridiculices, eso no le ayudará en absoluto. Le hará sentirse insegu-
ro, necesitado de cariño, solitario y sin comprensión.

No le obligues a afrontar su miedo solo, este es un error muy grande. Nunca obli-
gues a tu hijo a entrar a oscuras en su habitación si no quiere hacerlo. Provocarás
un aumento de su ansiedad y contribuirás a alargar ese miedo e incluso a per-
petuarlo. Además, el sentimiento de no ser capaz de afrontar la situación no le
dejará sentirse orgulloso de sí mismo.

No le des demasiada importancia. Si cada vez que vea un perro te interpones en-
tre tu hijo y el animal e insistes en que tú le defenderás, el niño acabará pensando
que todos los perros son realmente peligrosos y no podrá superar su miedo.

No ignores los miedos de tu hijo. Si así lo haces, el niño se sentirá perdido y solo.
No encontrará la forma de enfrentarse al problema y percibirá por tu parte des-
interés y falta de cariño y de atención.

Conozca un poco más de los miedos de su hijo

Los temores infantiles varían según el niño y las situaciones en las que él vive.
Pero, por lo general, los miedos son universales. Empiezan alrededor del primer
año de vida, y se presentan con mayor incidencia entre los 4 y los 6 años de edad.
En ese periodo, el niño empieza a tener miedo a los insectos, a los animales, a la
oscuridad, a las personas desconocidas, a los fuertes ruidos, a juguetes descono-
cidos, a los truenos y a las tormentas, a la muerte, etc. Conozca un poco más de
cada uno de ellos:

Miedo a las personas desconocidas. Es necesario que hables con tu hijo so-
bre los peligros reales que tiene el hablar con personas a que no conoce. Pero
no debes decirle solamente eso. No aumente sus miedos. Trata de enseñarle al-
gunas reacciones para protegerse de los desconocidos. Por ejemplo: no aceptar
caramelos, ni regalos, ni dar la mano, o dar un paseo con esa persona. En el caso
de que lo obligue a ello, pedir ayuda a policías y dirigirse siempre a quién le está
cuidando en ese momento. Transmítale confianza, seguridad, pero enséñale a
ser precavido ante las personas a que no conocen.

Miedo a la oscuridad. Este miedo puede estar relacionado a algún cuento sobre
monstruos, brujas, que le ha sido mal explicado. Puede también estar relaciona-
do a las pesadillas, a los sueños, o a algún acontecimiento como el cambio de

98
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

domicilio, también a las situaciones imaginarias, y a muchas más causas. Hay


niños que pasan a sentirse más seguros si dejas alguna luz cercana encendida.
Pues no existe nada que se oponga a ello. Si así quiere el niño por una tempora-
da, no hay nada de malo en eso. Luego se le pasará.

Miedo a los truenos y a las tormentas. Cuando haya tormentas, busca cerrar
solo los cristales de la ventana. Deja que tu hijo pueda ver la lluvia, y hazle contar
cuántos relámpagos aparecen en el cielo. Siéntate a su lado y explícale la ver-
dadera naturaleza de los fenómenos. Explícale el porqué de la lluvia, de los re-
lámpagos, del ruido de los truenos, etc. Y fundamentalmente explícale que esos
fenómenos son normales y pasajeros. Y que no les hará daño alguno.

Miedo a los animales. Es muy normal que un niño sienta miedo cuando le acer-
ca algún animal que no conoce. Las distancias deben reducirse muy lentamente,
sin que el niño se sienta forzado a ello. Sería conveniente que desde una edad
temprana ayudara a su hijo a familiarizarse con los animales, enseñándole foto-
grafías, luego contándole cuentos en los cuales haya animales, también, viendo
documentales sobre cómo viven y se comportan. El proceso es lento, y se debe
tener mucha paciencia. Acércate a un perro, por ejemplo, y acaríciale, luego pro-
pón a tu hijo que haga lo mismo pero cuando le apetezca. Es importante que
enseñes a tu hijo que antes de tocar a algún animal desconocido, se debe pedir
permiso a su dueño. Solo él sabrá decirle si puedes acercarte o no al perro.

Miedos nocturnos. Hay niños que solo consiguen conciliar el sueño si está uno
de sus padres acostados con ellos o acostados en la cama de los padres. El miedo
a dormirse solo puede estar relacionado a otros miedos, como lo de las pesadi-
llas por ejemplo, evite excitación excesiva antes de la hora de dormir, y si su hijo
le llama a gritos en mitad de la noche porque tiene miedo a estar solo, acude a su
lado y trata de relajarlo con tranquilidad. No adelantará nada si acudes nervio-
sa(o). Háblale del tema y dale muchísimo cariño. Los miedos no son motivos para
grandes preocupaciones desde que observes que no interfieren en el desarrollo
de tu hijo. Pero si alguno de sus miedos no le deja al niño que haga una vida
normal, es probable que necesite de un apoyo psicológico. Y en ese caso, no lo
dudes en hacerlo.

El miedo se aprende

Los miedos son, como el amor y el dolor, necesarios en un proceso de aprendi-


zaje, y justamente como tal son experiencias que estamos todos, como seres
humanos, predestinados a vivir. Lo que ocurre es que estas experiencias toman

99
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

matices distintos de acuerdo con el ambiente en que se vive. Del mismo modo en
que los padres enseñan naturalmente muchas cosas a sus hijos y, una de ellas,
es el miedo. Aunque para los padres esta enseñanza es apenas vista como una
forma de protección para el hijo. Ejemplo: si el niño se asoma a la ventana, o se
mete debajo de las patas de un caballo. En un principio el niño no teme a nada.
Solamente a lo que le hiere aprendiendo así la emoción de la que es el miedo. Los
niños aprenden a tener miedo. Pero el miedo está relacionado a un comporta-
miento de otra persona, si se hiere un niño eso es una sensación de dolor, pero si
el niño cuando va a vivir una situación de riesgo y alguien le avisa con exaltación
del peligro, esto implicara una sensación emocional. El miedo no es una expe-
riencia directa del niño. El dolor sí. El dolor es un aprendizaje directo y por lo tanto
el niño sabe exactamente lo que ocurrirá. El miedo es indirecto, por lo tanto no
sabe lo que ocurrirá.

Qué hacer. Como el miedo aparece porque hay alguien que lo enseña, desapa-
recerá cuando haya alguien que lo disuelva. Jamás una madre que tenga miedo
del miedo de su hijo podrá ayudarle a sentirse más seguro. Tendrá que estar se-
gura primero de que continuar con ese miedo no le facilitará la vida sino que la
entorpecerá. Está claro que hay que tener miedo. Es necesario para sobrevivir y
diferenciar la realidad de la fantasía, como por ejemplo, tirarse por la ventana,
salir volando, ser superhéroe, etc. Es necesario añadir que las diferencias para
vivir los miedos siempre serán individuales y muy personales porque habrá niños
que aun aprendiendo de situaciones reales con los miedos de sus padres serán
más arriesgados que otros y por lo tanto serán menos miedosos. Y a ellos no hay
que potenciarles, tener miedo y sí enseñarles sus límites. Como por ejemplo: el
que no puede tener alas para volar como Superman, etc.

Otros tipos de miedo. Hay miedos que surgen con los cambios. Ahí lo que ocurre
es que por reacción de una situación (cambio de escuela, casa, comida, amigos,
lenguaje, etc.) que el niño haya tenido estable anteriormente, de pronto cambia
sin previo aviso sin que haya nadie que se haga de mediador en la situación nue-
va. Como reacción natural de cualquier ser humano a lo nuevo entonces aparece
el miedo. La edad que sea, de un niño a un adulto, la reacción es de inseguridad.
Cuando hay cambios y no le explican el cambio, como todo está dando vuelta,
pues la reacción más primordial es el miedo.

Como deshacer un miedo: ¿Se quita el miedo? Sí. El miedo es como un “veci-
no raro” que se instala en la casa. Si es bien recibido seguramente se quedará. Es
como un mago, si le quitas la magia perderá su encanto y dejará de ser un mago.
Al miedo, como al “Señor de los Anillos”, hay que quitarle el poder. Y el poder
siempre está por algo que desconocemos, la varita mágica es el desconocimien-

100
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

to. Por ello hay que explicar, de una forma lógica, lo que produce miedo al que
lo siente. Es primordial para quien quiera disolver el miedo de un niño, quererlo,
creerlo, y estar convencido de que puede. Es más: es necesario creer que el miedo
no tiene utilidad para el niño dándole una explicación lo más verdadera posible.
Existen distintos miedos en la infancia. Pero en todos los casos, es más fácil ex-
plicar el miedo como si fuera un mago, un vecino, algo raro, pero colectivo, para
que el niño se quede más centrado.

Estrategias según la edad:

4 - 5 años - Contar un cuento inventando algo, un objeto más cercano y cono-


cido por el niño, que sea como una varita mágica para dar seguridad. Ejemplo:
en la historia de Dumbo. Le dio más seguridad saber “que para volar solo tenía
que llevar la plumita mágica”. Así Dumbo perdió el miedo a volar.

6 - 7 años - Acompañar al niño en el miedo. Hacer sentir seguridad. Poner humor


y/o juegos ayudara, desmitificar. Ejemplos: juego con linterna en la oscuridad. Si
el niño imagina la presencia de brujas y/o monstruos, en su habitación durante
la noche, juegue con él durante el día, apagando las luces de la habitación y fin-
giendo ser un detective, o a un pirata en busca del tesoro. Así, poco a poco su hijo
se acostumbrará con la oscuridad.

8-10 años - A estas edades ya se puede explicar los miedos, y dar autonomía al niño
de cómo resolverlos. El niño tiene que implicarse, sentir que su miedo no tiene senti-
do. Hay que inducir al niño a que encuentre una solución propia. Opine y ayude a que
invente una solución. Que esté convencido de que su miedo tiene que acabar.

Aparte de todo eso, si después de intentar quitar los miedos de su hijo y ves que
eso lo está perjudicando en sus estudios y en su rol cotidiano, llévelo a un espe-
cialista. Hay que respetar los temores de los niños evitando frases como: “Eres
tonto por tener miedo. No seas mentiroso. No te creo. “Un miedo siempre es ver-
dad y real para el que lo tiene”.

Cuando mamá se va

Cuando el hijo llora la ausencia de su mamá. Mamá se va, pero vuelve. Qui-
siéramos evitarles a nuestros hijos todas las penurias, las dolencias, las heridas,
las desilusiones, pero…esto no es posible. Tampoco queremos que crezca en un
mundo imaginario. Entonces ¿por qué no enseñarles desde pequeños a aceptar
las frustraciones y los miedos con los que se encuentra desde el nacimiento?

101
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

1. Mamá no es una presencia continua, va y viene, aparece y desaparece.


2. En la ausencia de mamá, está el osito de peluche, o una música, o el dedo
para chupar o la manita que acaricia la oreja: todo eso que no es mamá pero
que me la recuerda.
3. Si la ausencia se prolonga demasiado, sobreviene la sensación de vacío, el
recuerdo de mamá se apaga.
4. 4. Si mamá no desaparece ni un ratito, no hay espacio para aprender a hacer
algo creativo con su ausencia, inventar juegos, sonidos, gestos que me repre-
senten a mamá.
5. 5. Es necesario que pierda un rato a mamá para saber que después la recu-
pero. Pues si no la pierdo nunca: ¿cómo sé que ella vuelve?

Todos los que estamos en contacto con niños comprobamos una y otra vez el
atractivo que tiene para ellos (a partir de los 6 meses) jugar ¿dónde está el bebé?”,
Ocultando el rostro, y escuchar su carcajada cuando lo descubrimos.

Alrededor de los 9 meses su juego preferido es arrojar objetos bien lejos y pedir
que se los acerquen de nuevo. Más grandes, conservan el placer de jugar a las
escondidas, en todas sus versiones. Estos juegos divierten tanto a los niños, por-
que les permiten atravesar esa dosis de angustia que genera no ver el rostro o el
objeto o al que está escondido, y disfrutar de la alegría de recuperarlo. Son expe-
riencias que dejan una enseñanza: las cosas, las personas, la salud, el llanto, la
alegría, la tristeza: van y vienen, aparecen y desaparecen.

Guía 10

3.10. Como ayudar a los niños con el estrés

Actividad: Para realizarse con un grupo máximo de 30 Padres o adultos a cargo


de niños preescolares y escolares.

Objetivo:

Desarrollar un taller dirigida a familias con preescolares y escolares adscritas al


sector educativo oficial del municipio de Santa Marta, sobre pautas para manejo
del estrés en niños, con el fin de proporcionarles a estas las herramientas necesa-
rias para ayudar a sus hijos en el desarrollo de las habilidades de afrontamiento
en el manejo de tensiones.

102
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

Metodología aplicar: Para el desarrollo de la charla, se desarrollarán una serie


de preguntas que ayuden a que la actividad sea participativa y que permita que
los padres o adultos a cargo comenten sus experiencias en el hogar.

Duración: 45 minutos

Responsables: Psicólogo, psicopedagoga, trabajadora social, coordinador de


convivencia, docentes, coordinador (a) escuela de padres.

Recursos: Ayudas audiovisuales, marcador, tablero acrílico y documentos de


ayuda (Video Beam, equipo de cómputo).

Interrogantes iníciales: ¿Qué hace usted para ayudar a sus hijos con el mane-
jo de tensión? ¿Sabe usted como reforzar las habilidades de enfrentamiento de
tensión en sus hijos?

Interrogantes en el en el desarrollo: ¿Qué aspectos cree usted que pueden in-


fluir en su hijo para que maneje la tensión de una forma adecuada? ¿Cómo pue-
de saber usted si su hijo está sometido a mucha tensión?

Interrogantes finales: ¿Qué pautas debe seguir usted para ayudar a su hijo con
el manejo de tensiones? ¿Siente usted que la actividad educativa desarrollada
contribuye en algo para el manejo de sus hijos en el hogar?

Contenido

La tensión es una parte normal y natural en la vida de los niños. El proceso del
crecimiento trae consigo cierta cantidad de tensión, los niños empiezan a sentir
estrés desde muy temprana edad, y son más vulnerables que los adultos porque
aún no han aprendido formas efectivas de lidiar con el estrés, los padres deben,
por consiguiente, empezar a enseñar a sus hijos desde que están chicos, la habili-
dad necesaria para lidiar con el estrés. Esta habilidad es muy importante para los
niños, no solo mientras crecen sino también cuando son adultos.

Como Pueden Ayudar Los Padres.

Esté consciente de factores protectivos. ¿Por qué parece ser que algunos niños
manejan el estrés mejor que otros? Muchos estudios indican que existen nume-
rosas diferencias entre los niños que manejan y los que no pueden lidiar con el
estrés. Los niños que manejan bien el estrés parecen tener mejor amor propio,
buen sentido del humor, una percepción de que ellos tienen control sobre sus

103
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

vidas, una estructura familiar consistente (reglas/límites), una familia unida, una
relación cercana y de apoyo con sus padres, buenas amistades con maestros y
amigos, una afiliación religiosa, y son reconocidos por sus logros.

Ayude a sus hijos a estar conscientes de las señales de estrés.

Los Niños muestran diferentes síntomas de estrés, esos síntomas dependen a me-
nudo de la edad de los niños, su personalidad, y su nivel de desarrollo. Sin embar-
go, el cuerpo de los niños ofrece señales que indican que el niño puede estar bajo
mucha presión, estas señales incluyen manos sudorosas, dolor de cabeza, can-
sancio, náusea, diarrea, inquietud, depresión, indigestión, frustración, agitación
y cambio en los hábitos de dormir. Otros síntomas pueden incluir irritabilidad,
agresión, ensueños excesivos, extrema sensibilidad, cambio en los hábitos de co-
mer, aislamiento, y cambios generales de conducta.

Cuando los padres y los hijos aprenden a reconocer estas señales de estrés toman
un paso muy importante para combatirlo.

Prepare a sus hijos para enfrentar situaciones estresantes. Los padres deben prepa-
rar a sus hijos a enfrentarse a situaciones que puedan ser estresantes. Los padres
pueden practicar como manejar situaciones estresantes con sus hijos. Por ejemplo,
si el niño se siente tenso porque hay un conflicto en la escuela con un amigo, los pa-
dres deben ayudar a su niño a que practique (con papá o mamá) una conversación
con el amigo para tratar de resolver el conflicto.

Evite la protección extrema de sus hijos. Es a veces difícil para los padres mirar a
sus hijos en situaciones estresantes, puesto que su instinto es a menudo prote-
gerlos de las tensiones de la vida. Sin embargo, el estrés es inevitable. Los padres
les harían un mal a sus hijos si siempre los tratan de proteger del estrés. Los niños
aprenden a manejar el estrés por experiencia propia.

Trate de mejorar el amor propio de sus hijos. Los padres deben ayudar a sus hijos
a ganar confianza para resolver problemas, dándoles responsabilidades y per-
mitiéndoles tomar decisiones desde temprana edad. Los padres deben también
ayudar a sus hijos a que desarrollen interés en cosas en las que puedan tener
éxito. Los padres deben ofrecer a sus hijos mucha ayuda y elogios.

Proporcione ayuda y tranquilidad. Los padres deben estar disponibles para sus
hijos cuando están bajo presión, deben darles muchos abrazos, palmadas en la
espalda, besos, etc. para hacerles saber que están a su disposición. Cuando los
niños están bajo presión, los padres deben hacerles saber que ellos entienden

104
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

que están pasando por un rato difícil. Tener una relación cercana y de apoyo con
los padres es la mejor manera de predecir qué tan bien manejarán los niños las
situaciones estresantes durante la niñez.

Proporcione un medio ambiente de comunicación abierta. Los padres deben es-


tar disponibles para escuchar cuando los niños necesitan hablar, deben hacer
preguntas de respuestas abiertas (Ej. preguntas que no se pueden contestar con
un simple “sí” o “no”) si sus hijos necesitan ayuda para platicar sobre un tema.
Ejemplos de preguntas abiertas incluyen “¿Cómo te sientes acerca de eso...?” y
“¿Qué piensas tú de tal cosa...?”. Una de las ventajas de hablar acerca de cosas
estresantes es que las discusiones hacen que uno esté más consciente de la situa-
ción, también, los padres deben estar dispuestos a compartir algo de su propio
estrés y sus opiniones para hacerle saber a sus hijos (sin preocuparlos), que lo que
sienten es normal.

Asegúrese de que sus hijos duerman y descansen lo suficiente.

Los niños que no descansan lo suficiente no tendrán la energía necesaria para


combatir los estresores de la vida, los padres deben asegurarse de que sus hijos
duerman lo suficiente cada noche, Deben mantener una hora regular para irse
a la cama, descansar lo suficiente es crítico para la salud mental y física de los
niños.

Enseñe cómo manejar el estrés de manera apropiada. Los niños aprenden ob-
servando a sus padres. Si los niños ven que los padres manejan el estrés apro-
piadamente, es posible que ellos desarrollen los mismos hábitos cuando estén
bajo presión, los padres deben tratar de demostrar que el estrés es normal y que
se puede manejar de forma calmada y efectiva, los adultos deben tratar de ser
optimistas, y tratar de tomar las cosas estresantes como un desafío y no como
una catástrofe.

Haga que sus hijos aprendan hábitos para relajarse. La habilidad de relajarse
puede ayudar a los niños a desahogar la tensión causada por el estrés, existen
varias técnicas específicas que los profesionales de salud pueden enseñar a sus
hijos, algunas de estas técnicas incluyen hacer que el niño use su imaginación
para recordar o crear imágenes positivas y relajantes (Ej. jugando afuera, pa-
seándose en la playa), otras técnicas de relajamiento incluyen contraer y relajar
sistemáticamente varios grupos musculares. Estos ejercicios deben practicarse
a diario para que sean más efectivos. No es crítico cual técnica de relajamiento
se utiliza, lo importante es que sea cómoda para los niños, que funcione, y que

105
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

los niños se apeguen a ella. Los padres que piensan que sus niños se pueden
beneficiar al usar estas técnicas deberían preguntar a su proveedor de servi-
cios médicos para que los refiera a un profesional capacitado para proveer este
entrenamiento.

Enseñe a sus niños como manejar la crítica. Muchos de nosotros somos criti-
cados una que otra vez, el estrés puede aumentar cuando una persona tiene
dificultad aceptando la crítica. Los niños se exponen a las críticas a temprana
edad, este criticismo puede manifestarse en la broma de un amigo, o en co-
mentarios positivos de padres y maestros. Los padres deben tratar de enseñar
a sus hijos a manejar las críticas desde temprana edad, a los niños se les debe
enseñar que nadie es perfecto y que todos cometemos errores y que podemos
aprender de ellos. Los padres pueden actuar un papel para enseñar a sus niños
a oír las bromas y las críticas.

Proporcione una nutrición apropiada. La nutrición apropiada es una parte muy


importante para combatir el estrés, especialmente para los niños. La mejor dieta
para ayudar a los niños a manejar el estrés es una con pocos aditivos, que tenga
una cantidad adecuada de calorías para mantener su propio desarrollo, y que es
balanceada, a los niños con dietas inapropiadas (des balanceadas, con comidas
deficientes) se les puede ayudar a disminuir el consumo de comida alta en grasa,
colesterol, sal, y azúcar refinada o procesada. Se debe limitar también el consu-
mo de comida callejera y cafeína. A los niños se les debe ayudar a que coman
más fruta, verdura, y granos enteros, los niños deben mantener un peso adecua-
do, los padres de niños que están pasados de peso deben consultar a su provee-
dor de salud para recomendaciones sobre la pérdida de peso (obesidad infantil).

Proporcione un horario o rutina consistente. Los niños necesitan que las cosas
sean predecibles en sus vidas. Un horario consistente para comer, estudiar, irse
a dormir, etc., permite que sus hijos sepan lo que se espera de ellos. Esto los hace
sentirse seguros y disminuye el estrés.

Ayude a sus niños a interpretar situaciones estresantes. Los niños pueden contro-
lar la manera en que las cosas los afectan, la forma en que el niño percibe una
situación estresante ayuda a determinar qué tan estresante se puede convertir.
Los padres deben tomar pasos para ayudar a los niños a desarrollar alternati-
vas para interpretar las cosas que les causan estrés, por ejemplo, a un niño que
está preocupado porque piensa que no le cae bien a la maestra porque ella no le
saludó al principio de la clase, se le puede preguntar si hay otra cosa que pueda
explicar el comportamiento de la maestra. Los padres pueden sugerir que quizás
la maestra estaba preocupada pensando en otra cosa y que por eso se le olvidó

106
CAP 3. GUÍAS DIDÁCTICAS Y PEDAGÓGICAS

saludar, este es un ejemplo de cómo reinterpretar una situación estresante. La


clave es que los padres ayuden a sus hijos a encontrar alternativas e interpretar
de manera más positiva las situaciones estresantes, claro, que no siempre será
posible reinterpretar cada situación, existirán ocasiones en que el estrés que los
niños sienten en cierta situación será real. En estos casos, es necesario que los
padres ayuden al niño a manejar la situación de otra manera.

Ayude a su niño a cambiar sus ideas sobre situaciones estresantes. La opinión de


los niños afecta mucho su comportamiento: la manera en que se comportan, el
tipo de amistades que escogen, qué tema estudian en la escuela, etc. Las creen-
cias de los niños también determinan, hasta cierto punto, qué será y qué no será
estresante para ellos. Algunas veces ciertas creencias conducen al estrés elevado.
En estos casos es bueno que los padres intenten ayudar a su hijo a cambiar cier-
tas creencias, por ejemplo los niños que creen que tienen que obtener una A+
cada vez que hacen la tarea o serán considerados como un fracaso cuando no
lo logran, sufrirán de estrés cada vez que no obtengan una A+, en este caso, el
estrés se reducirá de gran manera si los padres ayudan a sus hijos a cambiar esta
opinión por una que permita la imperfección.

Ayude a que sus hijos participen en actividades agradables

Cuando los niños sufren por mucho estrés, los padres deben ayudarlos a tomar
parte en actividades que puedan disfrutar (Ej. deportes, arte, lectura). Para que
la actividad reduzca el estrés, debe ser algo que ellos disfruten y que los distraiga.

Ayude a sus hijos a hacer ejercicio regularmente. El ejercicio regular es una ma-
nera excelente de manejar el estrés; primero que todo, ayuda a desahogar la ten-
sión creada en el cuerpo de los niños, en segundo lugar, el ejercicio proporciona
salud física, lo que permite que el cuerpo de los niños pueda combatir el estrés
más efectivamente, y por último, el ejercicio ayuda a mantener salud mental, fa-
cilitando la habilidad de relajarse. El ejercicio, sin embargo, no será efectivo si no
es regular, la actividad que se escoge no es importante. Lo que importa es que los
niños la disfruten. Además, los niños harán ejercicio regularmente si los padres lo
hacen también y están en buen estado físico.

Ayude a sus niños a desarrollar la habilidad de resolver problemas. Cuando los


niños se enfrentan a un problema grande, los padres deben aprovechar esta
oportunidad para enseñarles cómo resolver problemas efectivamente, pueden
empezar ayudando al niño a definir con claridad el problema exacto, luego de-
ben hacer que sus hijos escriban una lista de soluciones posibles (sin evaluarlas
todavía). Una vez que se ha creado una lista, los padres deben hacer que sus hijos

107
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

revisen cada posibilidad y evaluar la posibilidad de éxito. Una vez que las solu-
ciones han sido evaluadas, los padres deben ayuda a sus hijos a escoger la mejor
solución posible. Los padres deben ayudar a sus hijos y elogiarlos cuando usan
formas efectivas para resolver problemas.

Enseñe a sus hijos a manejar su tiempo. Los padres deben enseñar a sus hijos a
darle prioridad a las cosas, si los niños tienen la tendencia de tomar muchas res-
ponsabilidades, los padres deben ayudarles a limitar sus compromisos, también
pueden enseñar a sus hijos a administrar su tiempo (Ej. cierta cantidad de tarea
escolar) para que puedan terminar sus compromisos.

Enseña a sus hijos a tener confianza en sí mismos. A los niños que tienen miedo
de defenderse, se les dificulta manejar situaciones estresantes. Los padres deben
enseñar a sus hijos a defenderse por sí mismos, los padres pueden asumir algún
papel para enseñar a sus hijos a defenderse por si solos de una forma apropiada
y no agresiva.

Fomente el buen sentido del humor de sus hijos. Los niños que pueden ver el
lado divertido de las cosas y pueden reírse de sí mismos tienden a manejar situa-
ciones estresantes más efectivamente, los padres deben enseñar a sus hijos a no
tomar las cosas tan seriamente. ¡La risa es buena medicina!

Busque ayuda profesional si sus niños continúan con dificultades lidiando


con el estrés. Hay veces que la ayuda profesional es necesaria para ayudar a los
niños a manejar el estrés excesivo.

Consulte al proveedor de servicios de salud de su niño para ayuda y consejos.

108
Capítulo 4

Trabajo con los padres de familia o adultos


a cargos de niños y jóvenes educando para
el desarrollo de educación en valores21

Por excelencia la familia es el ámbito donde se aprenden los primeros valores


que acepta el niño y joven desde su corta edad. De poco serviría programar
muy bien toda la acción educativa sobre el desarrollo de los valores huma-
nos, si no hay prolongación en la misma familia.

Los padres de familia o adultos responsables de niños, niñas y jóvenes edu-


cando, sin ser profesionales ni haber recibido una formación como educa-
dores, desarrollan su rol educativo en el seno de la familia, quejándose a ve-
ces de su complicación, sobre todo cuando se trata de educar a sus hijos. La
problemática infantil y juvenil con la complejidad de la vida social actual y
el cambio en los valores, son suficiente razones para provocar en los padres
una desorientación en la educación de sus hijos. Es importante, pues, que
la escuela o la Institución Educativa, les ofrezca los cauces idóneos para dar
respuesta a sus necesidades actuales y solventar en el marco de un trabajo
pluralista, los distintos problemas que se les plantean.

Los principios que deben orientar las actividades programadas con los pa-
dres de familia o adultos responsables de niños y jóvenes educandos:

• Es necesario que la acción programada para los padres de familia abar-


que a toda la población parental de la escuela o Institución Educativa.
Esto nos dará ciertas garantías de que llegamos a todos que tengan pro-
blemas graves.

21
HERNANDO ZANZ, María Ángeles. Estrategias para educar en valores. Propuestas de actuación
con adolescentes. Pág. 37. Editorial CCS. 1997, Alcalá. España.

109
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

• Las acciones no deben ser puntuales sino que deben formar parte de un
proceso que establezca métodos estrategias que permitan a los padres
de familia o adultos a cargo de niños y jóvenes intervenir con regularidad
en la educación de sus hijos.

• Los padres de familia deben ser parte activa del proceso de una educa-
ción en valores.

• Las actividades dirigidas a los padres de familia no sólo deben dar res-
puesta a las necesidades de éstos, sino que deben pretender también
su formación en aquellos temas en los que su intervención es ineludible
y, sin embargo, no han sido preparados para ello, como pueden ser los
aspectos evolutivos de sus hijos.

A través de una comunicación y relación directa con los padres podemos


conseguir los siguientes objetivos:

• Que conozcan la preocupación e interés de la escuela o Institución Edu-


cativa por educar en los valores humanos.

• Mediante una programación seria y las oportunas estrategias, conseguir


que los padres de familia se vayan identificando con los objetivos educati-
vos que recomienda u orienta la escuela o Institución Educativa pertinente.

• Ayudarles a que descubran la importancia de educar a sus hijos en un


ambiente sencillo y auténtico.

• Que tengan en cuenta las distintas capacidades y esfuerzos de sus hijos


por encima de resultados y compensaciones.

• Favorecer el compromiso de los padres a cumplir todos los objetivos y


acciones previstas.

4.1. Actividades.

Las primeras actividades deben ir encaminadas a motivar a los padres de


familia, favorecer su reflexión y la toma de conciencia de los objetivos que se
quieren compartir.

110
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES

Para esta actividad se deben organizar las reuniones de información necesarias


para exponer a los padres el programa que se va a llevar a cabo con sus hijos. Se
solicitará su colaboración para rellenar un instrumento con preguntas que ten-
dría como objetivo poner de manifiesto sus opiniones sobre aspectos importan-
tes de la Educación en Valores, para adaptar el programa en todo momento a
las necesidades que se detectaran.

A continuación debe organizarse seminarios y mesas redondas… orientadas


a informar sobre el período evolutivo que sus hijos atraviesan con el fin de que
los padres les entiendan y puedan tener una actitud más comprensiva con ellos.
Hacerles saber que lo importante es formar al educando en Competencias Ciu-
dadanas y en tal sentido se debe tener en cuenta el documento No. 3 en corres-
pondencia a los estándares básicos de competencias.

Seguidamente y habiéndose celebrado más de un encuentro con los padres de


familia y el docente tutor, se puede proponer unas entrevistas con aquellos pa-
dres que espontáneamente no hayan acudido a ninguna reunión ni visita a la
Institución Educativa y tiene contacto con el educador tutor. El objetivo de esta
entrevista es detectar y solventar las situaciones problemáticas o de riesgo.

También se deben organizar acciones conjuntas: padres, profesores, educandos,


personal de otros servicios. Pueden ser:

• Jornadas conmemorativas del valor de la tolerancia, en unión con las pro-


gramaciones que desde distintas áreas se trabajen: sociales, naturales, ética.

• Actividad interdisciplinar con la participación de todos los estamentos edu-


cativos de la escuela o Institución Educativa, finalizando con una sesión de
trabajo colectivo.

• Programar estrategias que comprometan a todos en la defensa del hombre


que padece injusticia. Padres y docentes han de acompañar a los jóvenes en
el crecimiento y maduración.

4.2. Modelo de intervención en grupos de padres.

Lo que a continuación vamos a exponer son los distintos aspectos del modelo de
intervención psicosocial a desarrollar con Grupos de Padres para la formación
de valores y actitudes a sus hijos.

111
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

Los padres son agentes importantes en la educación de sus hijos, y por consi-
guiente del cambio en las actitudes y valores de estos, si a éstos se les dan los
instrumentos necesarios para ser eficaces. También pueden ser considerados
como elementos de la comunidad que pueden trasmitir al grupo social al que
pertenecen los conocimientos recibidos en el Grupo de Padres u mejorar su pro-
pio estilo de vida.

El Grupo de Padres debe ser un espacio de aprendizaje de nuevas formas de com-


portamiento, adquisición de habilidades en las relaciones intergrupales y un
nuevo enfoque del trato con sus hijos.

4.3. Objetivos del grupo.

• Dar a los padres instrumentos de análisis y de cambio de actuación ante


los problemas de sus hijos.
• Evitar hábitos comportamentales de los padres que agravan los proble-
mas del hijo, a partir del análisis de los hábitos culturales y educativos.
• Favorecer el aprendizaje de técnicas adecuadas para la observación
del origen de la conducta problema, y de la búsqueda de soluciones
para rectificarla.
• Convertir a los padres en facilitadores del desarrollo de valores y actitu-
des cívico-sociales en su entorno.

4.4. Características del grupo.

• El grupo debe ser llevado de forma semidirecta. El coordinador debe propo-


ner el contenido y el desarrollo, y a su vez aceptar las sugerencias y modifica-
ciones de los integrantes.
• Los integrantes deben poseer distintas problemáticas para poder establecer
estrategias en cada caso.
• El horario debe estar determinado después de estudiar las distintas posibili-
dades de los padres. También la duración de las sesiones y la frecuencia de
las mismas deben obedecer a la disponibilidad de estos.
• En cuanto a las técnicas a utilizar podríamos destacar: el autorregistro dirigi-
do, refuerzo positivo, Rol-playing (tanto para el aprendizaje de observación
e identificación de problemas como para el aprendizaje y resolución de los
mismos), coloquio, entre otros.

112
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES

El proceso a seguir en el desarrollo del grupo sería: El problema es identificado


por el orientador o tutor y decide participarlo al Grupo de Padres. A continuación
éste comunica con el coordinador del grupo y convoca a los padres para el co-
mienzo del trabajo en grupo.

El enfoque teórico debe hacerse a través del modelo cognitivo-conductual, el cual


define la “conducta problema” en interrelación con las variables ambientales
antecedentes y consecuentes a su aparición. En definitiva, la conducta proble-
mática está íntimamente ligada a su entorno y al proceso de aprendizaje vivido
por el joven educando, en este caso, en interrelación con el medio. Los padres de-
ben tener una conducta activa ante la resolución de los problemas de sus hijos.

4.5. Ejemplo del desarrollo de una sesión.


La primera parte de la sesión se dedicará a establecer los objetivos y metodolo-
gía del grupo. Se comparten estos con el fin de facilitar la implicación de los pa-
dres de familia y se toman acuerdos: confidencialidad, grado de participación y
compromiso, duración y tiempo a dedicar. Es muy importante destinar un espa-
cio a la presentación de los integrantes del grupo. Se establecerá, así mismo, una
ronda de intervenciones que dejará pasa al resumen de ideas más importantes
para poder sintetizar la problemática tratada.

La segunda parte consiste en el desarrollo teórico de la temática básica pro-


gramada. L exposición se hace de forma muy práctico sirviéndose de una frase
sintetizadora que facilite la finalidad de los objetivos propuestos en la sesión.

Es conveniente centrarse en uno de los aspectos concretos del problema con el fin
de ser efectivos y lograr los objetivos. Las técnicas del rol-playing y el modelado
pueden ayudarnos a clarificar los conceptos que se quieren trasmitir.

El espacio más amplio de esta segunda parte se dedicará a compartir los pro-
blemas, dificultades y logros alcanzados con respecto a las situaciones-proble-
mas que están viviendo. El contrastar ideas supone un enriquecimiento mutuo
y un refuerzo.

Parte importante de esta fase es la modificación es la modificación que puede


sufrir la problemática planteada por las demandas específicas de los miembros
del grupo.

113
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

La última parte estará dedicada a realizar una síntesis y a plantear el traba-


jo que se debe llevar a cabo en la próxima reunión. Es conveniente registrar por
escrito el desarrollo de la sesión con el fin de poder disponer del dato objetivo y
realizar una evaluación grupal. El autorregistro facilita la concreción del proble-
ma, la observación objetiva de los datos ambientales y el cambio en el compor-
tamiento del que lo realiza.

4.6. Actividades a realizar en el entorno.

El conocimiento del entorno proporciona unos datos imprescindibles a la hora


de programar. Es necesario conocerlos y estudiarlos.

• Se debe efectuar un estudio del entorno para detectar y conocer las ne-
cesidades más urgentes de tipo económico, cultural, educativo, ambien-
tal, familiar, etc.
• En lo sea posible la Institución Educativa, debe tomar las acciones necesa-
rias para favorecer y mejorar, las necesidades que pueda ofrecer el entorno.
• Se deben programar acciones de colaboración con las entidades u orga-
nizaciones que estén presentes en el medio.

Actividades
Estudio del barrio:

1. Situaciones de marginación, recursos existentes, actitudes de los vecinos. Se pue-


de llevar a cabo a lo largo de una semana cada curso se encargará de un aspecto.
Finalizado los estudios pueden presentarse a todo el barrio y en la clase, para
ser comentados.
2. Señalar áreas de necesidad y colaborar en ellas:

• Ancianos
• Padres de familia
• Juventud

4.7. Actividades a realizar en la institución educativa.


La institución educativa o escuela debe promover actividades que favorezcan un
ambiente en el que el alumno perciba esfuerzo que se lleva a cabo para favorecer
la práctica de los valores humanos.

114
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES

Este ambiente se puede conseguir asumiendo todos los objetivos del Eje Trans-
versal y celebrando días señalados con actividades en las que toda la institución
educativa participe.

• Día de la paz
• Día de los Derechos Humanos
• Día de la mujer
• Día del Medio Ambiente

Los Objetivos que se deben pretender serían:

• Ser solidarios con el resto de la sociedad.


• Tener la oportunidad de reflexionar sobre temas relacionados con los valores
y actitudes de los alumnos que necesiten reforzar las que se contemplan en el
plan de estudio y currículum.

4.8. Ejemplos prácticos de actividades a promover desde


la institución educativa o escuela.

Celebración del día de la paz

Objetivos.

• Resaltar la necesidad de la paz, los derechos humanos y plenitud de las rela-


ciones humanas.
• Subrayar el sentido positivo de los distintos aspectos que abarca la paz.

Actividades para el día.

• Consolidar la fecha como oficial lectiva de la institución educativa.


• Comida de hermandad por la paz.
• Cadena humana en las inmediaciones de la institución educativa.
• Representaciones por parte de profesores y alumnos de teatro, poesía, can-
ciones, bailes folclóricos, danzas, programa de radio, etc.

Impulsar campañas de solidaridad

Objetivos.

• Llevar a la práctica principios relacionados con la solidaridad.

115
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

• Aprender a no ser indiferente.


• Enseñar a compartir.

Actividades

• Recoger fondos para las posibles necesidades detectadas dentro y fuera de


la institución educativa.
• Buscar la colaboración con organizaciones de ayuda al Tercer Mundo y de
Defensa de los Derechos Humanos.
• Dedicar el 5% del presupuesto de la institución a fines humanitarios.

Juegos cooperativos

Objetivos.

• Promover las actitudes hacia el juego que tienen que ver con el mero hecho
de jugar, evitando las actitudes competitivas.
• Facilitar el aprendizaje de la cooperación y de las relaciones humanas.
• Impulsar el espíritu de grupo en los alumnos como medio para alcanzar fines
colectivos.

Posibles juegos.

• Juegos de presentación.
• Juegos de confianza.
• Juegos de cooperación.
• Juegos de comunicación.

Realización de una revista

Objetivos.

• Potenciar la creatividad de los alumnos.


• Favorecer la investigación.
• Facilitar la expresión.
• Fomentar el espíritu crítico.

Contenidos.

• Área del Lenguaje: Creaciones literarias referidas a los derechos humanos.


• Área de Ciencias Sociales: Informes y estudios referidos a la Tolerancia en-
tre Naciones.

116
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES

• Á rea de Ciencia Naturales: Estudios sobre los recursos naturales y la distribu-


ción solidaria de los mismos.

Participación en actos organizados entre las instituciones educativas

Objetivos.

• Facilitar la colaboración en asuntos humanitarios entre las instituciones


educativas.
• Poner en contacto a alumnos de distintas zonas de la ciudad (desde los más
deprimidos a los menos).
• Conjugar los fines con los métodos.

Actividades.

• Marcha por la paz.


• Celebraciones a favor de los más deprimidos.
• Programación de revistas con el fin de recaudar fondos para cubrir necesida-
des urgentes que tienen lugar en la comunidad.
• Organizar charlas-coloquios con personas pertenecientes a las Organiza-
ciones Humanitarias y para la paz, para obtener informaciones reales sobre
problemas de los que se ocupan.

Correspondencia e intercambios entre alumnos.

Objetivos.

• Satisfacer las necesidades de comunicación.


• Impulsar a conocer otros medios y culturas.
• Ayudar a la formación de un espíritu cooperativo.
• Motivar a estudiar otras lenguas.

Formas de contactar.

• Correspondencia con los alumnos de otras instituciones educativas de la ciu-


dad de Santa Marta.
• Correspondencia continuada con jóvenes de otros lugares.
• Visitas a la Embajadas y Consulados para la obtención de información de
otrs países, para su mejor reconocimiento.

117
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

4.9. Estándares22

a. Identidad y sentido de pertenencia.

Reconoce la importancia de pertenecer a un grupo, a una familia, a una comu-


nidad; realiza acciones para construir comunidad y fortalecer su sentido de per-
tenencia a la institución educativa. En la comunión con los demás cristaliza su
propia realización como persona.

b. Ética para la convivencia.

Moviliza su éthos para crecer como persona humana en medio de los demás y en
medio de la naturaleza la cual necesita cuidado y atención.

Se proyecta con valores sociales en su familia, en su institución educativa y en su


vecindario. Practica los valores propios de la convivencia humana como el res-
peto, la tolerancia, el servicio, la colaboración, la honestidad, la justicia. En la
convivencia pacífica se forma como ciudadano y construye sociedad.

c. Proyección y trascendencia.

Proyecta su libertad en servicio a los otros, trasciende humanamente llegando


al corazón de los demás con afecto y ternura. Trasciende históricamente hacien-
do cosas, escribiendo, participando en producciones personales y colectivas con
respecto y dedicación. Trasciende hacia lo Absoluto, reconociendo que todos los
seres humanos sin distenciones étnicas, filosóficas, doctrinales o culturales, tene-
mos un destino común.

4.10. Ejes Curriculares.

• Persona: A través de este eje se realiza un trabajo de cimentación de la


identidad, el sentido de pertenencia y la singularidad. Este es el eje de la
dignidad, la intimidad, la verdad y los valores más profundos del ser hu-
mano.
• Familia: Este núcleo socializador primario, permite realizar un trabajo de valora-
ción de la familia y de su papel como constructora de humanidad por medio del
amor, la fidelidad, la auténtica sexualidad y la sana tolerancia.

22
BETUEL, CANO. La Ética: arte de vivir. Taller para formación en Valores. Pág. 201-203.

118
CAP 4. DESARROLLO DE EDUCACIÓN EN VALORES

• Mundo: Por medio de este eje, se va formando la conciencia ecológica, el sen-


tido universal de la existencia y se cultiva el respeto para con la naturaleza,
la ciudad y las normas. Este es el eje de la justicia y la responsabilidad como
ciudadanos planetarios.
• Sociedad: A medida que la persona humana va creciendo y se va forman-
do como tal, va haciendo sociedad. Este eje permite trabajar los valores que
surgen de la libertad del ser humano y lo proyectan hacia la sociedad como
ser constructor y recreador. Este es el eje del compromiso con el futuro de la
humanidad.

4.11. Competencias

• La competencia general que se propone considerar en todo la formación éti-


ca es: LA CONVIVENCIA HUMANA, porque no basta con aprender a vivir, es
necesario aprender a convivir, no basta con educar para sí, es urgente educar
para los demás.
• Competencias básicas (biológica, intelectual, social e interpersonal).
• Competencias comunicativas (leer, escribir, escuchar, hablar).
• Competencia interpretativa, argumentativa y propositiva.

119
Conclusión

Las funciones de la familia sin duda alguna han estado históricamente en cam-
bio permanente, adaptándose progresivamente a las nuevas situaciones y retos
con la sociedad y la escuela misma.

La familia seguirá teniendo un gran valor en sí misma y desempeñando im-


portante funciones en la vida de las personas, como institución social que es.
En cuanto a sus funciones es importante recalcar la más importante que es la
educadora, como eje socializador de los hijos. En ese sentido la presente obra
literaria permite que en el sector educativo oficial se fomente una educación en
tres escenarios fundamentales tales como: conocimientos, actitudes y valores;
pero haciendo énfasis en la verdadera función educativa que podrían hacer los
padres en la labor diaria articulada con la función académica y pedagógica que
realizan los educadores al interior de la escuela y que apunte al debido com-
portamiento mimético de los hijos en el seno de la familia, de cualquiera de las
manera que la concibamos.

La presente obra literaria facilita guías para que los docentes le puedan dar a
los padres de familia instrumentos de análisis y de cambio de actuación ante la
educación en valores y los problemas de sus hijos y fortalecer en ellos los conoci-
mientos, actitudes y prácticas relacionadas con la formación que puedan impac-
tar positivamente en la funcionalidad familiar y el sano desarrollo de los niños,
niñas, adolescentes, teniendo en cuenta las distintas capacidades y esfuerzos de
sus hijos por encima de los resultados y compensaciones.

Los padres de Familia o adultos al cuidado y responsables de la educación de sus


hijos encontrarán en estas guías didácticas y pedagógicas, el cómo poner énfa-
sis en desarrollar el intelecto de su hijo en cada uno de los niveles escolares y de
esa manera se traduzcan en la formación de personas ilustradas, pero carentes
de otros valores y de una orientación correcta de la conducta. En este sentido,
educar es formar al hombre en su integridad, para que sea capaz de promover

121
DIDÁCTICA DE LOS VALORES EN LA ESCUELA - ORTIZ, A. - HERRERA, L.

un mundo más civilizado, así como también más comprometido con el cambio
en la mejora de las actitudes personales y sociales.

Otros aspectos que propende esta propuesta educativa es: desarrollar en los Pa-
dres de Familia habilidades y destrezas concretas en el desarrollo de la Educa-
ción en Valores para la interrelación con sus hijos, que les permitan solucionar
los problemas más comunes que se presenten en la formación de los mismos,
favorecer el aprendizaje de técnicas adecuadas para la observación del origen
de la conducta problema, y de la búsqueda de soluciones para rectificarlas y en
última instancia es hacer de los Padres de Familia facilitadores del desarrollo de
valores y actitudes cívico-sociales al interior de su núcleo familiar.

En los actuales momentos se viene hablando de la paternidad y de la materni-


dad responsable, reconociendo que el trabajo de los padres con sus hijos es com-
plejo y continuo, a la vez que gratificante, pues en su evolución personal, los hijos
necesitarán de la ayuda, estímulo, tutela, comprensión y cariño de los mismos.

Las actuaciones de ayuda a la familia, siempre redundarán en beneficios globa-


les para la sociedad. Aquí reside la importancia de esta propuesta pedagógica en
calidad de guías didácticas para impulsar la educación de valores al interior del
seno familiar con el acompañamiento de la escuela de padres.

Las autoras de la presente obra literaria son conscientes que los padres de familia
para poder desarrollar sus funciones, ellos necesitan información y formación
previa. Los padres de familia tienen que estar permanentemente involucrados en
el proceso de formación de sus hijos y formar significa, criar, educar y adiestrar.

Desde el proceso de la socialización a través de la familia, la paternidad respon-


sable, el desarrollo evolutivo y psicológico del ser humano, las relaciones inter-
personales, hasta la salud y la familia; estas guías tratan en calidad de capítulos,
aspectos muy importantes tanto para los padres como para los hijos, que se de-
sarrollan a través del programa de Escuela de Padres al interior de la institucio-
nes educativas que ha bien la quieran impulsar.

En última instancia lo que se ha querido plasmar en esta propuesta educativa


es plasmar conocimientos adquirido en la experiencia profesional, así como las
sugerencias recogidas durante años en las actividades en los distintos planes
municipales en correspondencia en impulsar la educación en valores al interior
de la Escuela de Padres.

122
CONCLUSIÓN

El propósito fundamental es que estas guías pedagógicas sean unos insumos


para fortalecer la Escuela de Padres y de esa manera se contribuya a la calidad
de la educación y fortalecimiento de la educación en valores.

123
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