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POR:
EZEQUIEL CASTRO SALAZAR
Medellin
2019
Introducción:
En la actualidad resulta necesario identificar los ámbitos claves para una
transformación socio ecológica de los países de la región. El eje estructurador de
los retos del desarrollo urbano sustentable en América Latina es la relación entre
sociedad y territorio, entendiendo que el ámbito territorial y espacial es indivisible
del ambiental y, como unidad, ambos son transversales al resto de los fenómenos
sociales en general.
Los desequilibrios y las asimetrías del desarrollo en la región latinoamericana se
expresan territorialmente en los asentamientos humanos que existen en ella, el
aumento y concentración de la riqueza y, por otra parte, el incremento y difusión de
la pobreza se traducen en que importantes beneficios y potencialidades de las
economías de aglomeración a escala urbana coexisten con cuantiosos déficit y
condiciones extremas de pobreza y precariedad del hábitat.
Esto es así porque todas las actividades humanas se realizan en territorios a los
que así impactan y transforman, y porque los territorios son producto o resultado de
los procesos socioeconómicos, políticos, culturales e institucionales de una
comunidad. En consecuencia, son determinados por las relaciones sociales en
general. El patrón territorial y ambiental que adopta una sociedad
(ordenado/desordenado; sustentable/insustentable) representa la materialización
de esas relaciones.
Por ello, en el marco de la consolidación de los asentamientos humanos en la
región, la gestión de ciudades exige hoy plantearse el doble desafío de mejorar y
aumentar la funcionalidad de las ciudades como nodos de un sistema económico,
articulado globalmente, y al mismo tiempo enfrentar la superación de la pobreza
sobre la base de una política y gestión urbanas que tengan como objetivo principal
la inclusión e integración de los sectores más desfavorecidos de la población.
Para avanzar en la comprensión de estos procesos socioespaciales, es necesario
analizar la historia reciente de la urbanización y la metropolización latinoamericana
desde una perspectiva crítica, revisando en particular los procesos –comunes y
específicos– que han sido determinantes en la configuración socioespacial y que
han llevado a los países y a sus ciudades y metrópolis a una situación muy compleja
que debe ser analizada y entendida, como base para proponer caminos integrales,
de largo plazo y socialmente participativos, para enfrentarla.
RECONOCER EL DESARROLLO SOSTENIBLE EN AMÉRICA LATINA
América Latina y el Caribe es la región más urbanizada del mundo en desarrollo,
con un nivel que rivaliza con el de muchos países industrializados. Las cifras
regionales ocultan las grandes diferencias existentes entre los distintos países, y
también dentro de cada uno de ellos a nivel subnacional, tanto en términos del grado
de urbanización como de la actual rapidez de este proceso.
A un extremo están los países con una etapa avanzada de urbanización (Argentina,
Chile, Uruguay y Venezuela), cuyas poblaciones urbanas en 2000 constituían un
86%, 87%, 90% y un 93%, respectivamente, del total de la población. Al otro
extremo están los países predominantemente rurales, como lo son los de América
Central y Paraguay, cuya población urbana alcanza a menos de un 60% del total.
El nivel de urbanización de la subregión andina es muy cercano al nivel regional
(CEPAL/PNUMA, 2002).
Es necesario no solo analizar los fenómenos que determinan y/o condicionan la
urbanización de las ciudades latinoamericanas, sino también considerar la relación
y los impactos en el ordenamiento territorial y ambiental de los procesos sociales,
económicos y políticos que ocurren en ellas y en sus contextos nacionales, desde
varias dimensiones:
1. La Dimensión Demográfica Y Socioeconómica: ¿qué importancia tiene la
hiperconcentración poblacional en las ciudades latinoamericanas? ¿qué
problemas sociales las caracterizan? ¿qué papel económico juegan en sus
países y en la región? ¿cuáles son sus retos desde una perspectiva de
transformación social y ecológica?
2. La Dimensión Espacial-Ecológica: ¿qué retos representa el patrón de
expansión territorial ilimitado que están adoptando las grandes ciudades
latinoamericanas? ¿cuáles son los problemas centrales que se deben enfrentar,
destacando la responsabilidad urbana en el cambio climático y en el consumo
de recursos naturales?
3. La Dimensión Del Suelo, La Vivienda Y El Espacio Público: ¿cuál es la
importancia de reconocer el suelo como el «recurso estratégico del desarrollo
urbano» ante la tendencia a convertir las ciudades en mercancías? ¿hasta
dónde las políticas habitacionales de los gobiernos están elevando la calidad de
vida y reduciendo la brecha de la desigualdad socioespacial? ¿es el espacio
público uno de los principales instrumentos para construir ciudadanía y avanzar
en la transformación social y ecológica de las ciudades?
4. La Dimensión De La Movilidad Y Los Transportes: los transportes en las
ciudades son causa fundamental de la emisión de gases de efecto invernadero
(GEI) y son también instrumentos de equidad socioespacial; ¿cuáles son los
retos de las ciudades latinoamericanas ante el boom del automóvil y las
carencias de los transportes públicos?
5. La Gobernanza De Las Ciudades: desde la perspectiva de la transformación
socioecológica, ¿cuál es el papel de la gobernanza y cuáles los roles de los
gobiernos y de los actores sociales? ¿cómo alcanzar una verdadera
participación social en la conducción de las decisiones de desarrollo en sus
ciudades? ¿cuáles deben ser las políticas urbanas para avanzar hacia la
transformación socioecológica?
6. La Dimensión Internacional: ¿hasta dónde los esfuerzos internacionales por
reducir la desigualdad en las ciudades, mejorar sus condiciones ambientales y,
en general, comprometer nuevas agendas desde los organismos multilaterales,
aportan a una transformación socioecológica de las ciudades en América
Latina?
Estas dimensiones vistas desde la historia reciente de la urbanización,
corresponden a temas, fenómenos, procesos y problemas que han adquirido
relevancia.
En primer lugar, la demografía y su relación con la urbanización, porque América
Latina es un subcontinente que ha crecido a tasas muy dinámicas y que se ha
convertido en la región más urbanizada del planeta, y porque sus ciudades destacan
por la desigualdad socio espacial y la informalidad económica.
En segundo lugar, los patrones territoriales de las ciudades, porque su expansión
desordenada, insustentable y segregadora se ha convertido en uno de los retos más
relevantes de la planificación urbana.
En tercer lugar, el suelo y la «financiarización» inmobiliaria. El tema ha sido y es el
más importante en la historia reciente de la urbanización, porque han sido los
mercados de suelo, constructor y financiero, los que finalmente se han convertido
en conductores del crecimiento urbano.
En cuarto lugar, el fenómeno habitacional, y particularmente las políticas de
vivienda social en América Latina, que representan un hito tanto en el proceso de la
economía neoliberal como en las políticas sociales asumidas por los gobiernos
nacionales y han provocado muy importantes impactos socio urbanos.
En quinto lugar, la movilidad en las grandes ciudades de América Latina se ha vuelto
un asunto de alta política, porque una de las razones de los movimientos sociales
urbanos ha sido la crisis de los transportes y la explosión del uso del automóvil, ante
la ineficiencia de los transportes públicos y la mínima atención –salvo casos
honrosos– a los peatones y a la bicicleta como medios de locomoción ordinario.
En sexto lugar, un tema de alta preocupación social es el espacio público urbano,
ante la irrupción de los nuevos «artefactos» urbanos (De Mattos dixit), como los
centros comerciales (malls), que han dejado atrás a los parques públicos y las
plazas como centros de encuentro y construcción del tejido social urbano.
En séptimo lugar, un gran tema de la urbanización en América Latina corresponde
al papel de las ciudades en el cambio climático global y el consumo de recursos
naturales y agua en particular. Este proceso ha generado situaciones críticas por
sobreexplotación de los acuíferos y la afectación de espacios que debieran ser
preservados, como las costas, los bosques, la selva y los manglares, entre otros.
El gobierno urbano, y en particular el de las metrópolis, como el gran actor social
para enfrentar los problemas del desarrollo urbano, enfrenta en América Latina
grandes retos, que se concentran en los gobiernos locales y en la crisis de la
planificación espacial y ambiental, porque desde hace casi cuatro décadas se han
cedido a los mercados (inmobiliario, constructor, financiero) decisiones
fundamentales para las ciudades, como la localización de los grandes usos del
suelo.
Frente a esto, surgen nuevas modalidades de gobierno local, más centradas en la
gobernanza de base territorial y en la participación efectiva y corresponsable de los
actores sociales, lo que representa una corriente de aire fresco que alienta las
posibilidades de transformación socio ecológica de algunas ciudades del
subcontinente.
Las ciudades de América Latina enfrentan una crisis que exige nuevos enfoques de
análisis y nuevas agendas, más progresistas y participativas, que alienten una
transformación socio ecológica recuperando buenas prácticas de desarrollo urbano
y, sobre todo, intentando políticas progresistas sobre los grandes temas que
caracterizan la urbanización latinoamericana.
Naciones Unidas (2000, pág. 23), define ciudad sustentable como “…una ciudad
donde los logros alcanzados en el desarrollo social, económico y físico son
perdurables. Una ciudad sustentable posee una oferta continua de los recursos
naturales en los que basa su desarrollo (y los utiliza a un nivel de sustentabilidad)
(…) Una ciudad sustentable mantiene una seguridad permanente frente a los
riesgos ambientales que pueden amenazar su desarrollo (permitiendo sólo niveles
de riesgos aceptables)”.
Según la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE, 2007), una
ciudad sostenible es el resultado de un equilibrio entre el crecimiento económico, la
equidad social, el equilibrio ecológico y una acertada gestión local en la que la
participación de la comunidad es fundamental.