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Universidad ESAN

Maestría en Administración de Agronegocios

Curso:
RECURSOS HÍDRICOS

Tema:

“Valor, costo y precio del agua”

Elaborado por el alumno:

Profesor:

Lima, 15 de setiembre de 2018

INTRODUCCIÓN

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El costo son los gastos realizados por una empresa para producir, conservar y
comercializar sus productos, esto incluye gastos de insumos, maquinarias,
administrativos, logísticos y demás. El precio la cantidad de dinero que se espera que se
le pague por sus productos, todo lo que se cobre por encima del costo sería la ganancia,
el precio es entonces el costo más la ganancia. El valor es en esencia el monto que el
cliente está dispuesto a pagar, en la medida que el cliente perciba que el producto vale
más, usted se podrá tener precios más altos y obtener mayores márgenes.

El valor económico de un bien o servicio no es fijo, sino que depende del tiempo, de las
circunstancias y de las preferencias de los individuos, también puede inferirse ya sea por
la voluntad o disposición a pagar por dicho bien o servicio o aceptar una compensación
en el caso de que tenga que prescindir de él.

EL VALOR DEL AGUA

El valor del agua puede verse desde puntos de vista sociales, económicas, culturales, e
incluso estéticas y espirituales.

Valor económico del agua

Según Azqueta (2002) se distingue entre tres tipos de valores del agua:

- Valores de uso

- Valores de no uso

- Valores intrínsecos y otros valores de orden superior (culturales, simbólicos, etc)

Los valores de uso o valores extractivos, son aquellos ligados a la utilización directa o
indirecta del recurso para la satisfacción de una necesidad tales como para el consumo
humano, para la obtención de un beneficio económico como la producción de alimentos,
agroindustria, minería, generación hidroeléctrica, entre otros.

Este mismo autor hace una distinción entre el valor de uso actual del agua y el valor de
opción. El valor de uso actual vendría dado como la suma de los valores de uso directo
e indirecto. El concepto de valor de opción se refiere al valor que para un individuo
tiene la posibilidad de utilizar el recurso agua en algún momento futuro, aunque no la

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utilice en el presente. Ejemplos son el valor futuro del agua de un acuífero fósil cuando
la demanda del agua haya aumentado o el valor estratégico de un río con potencial
hidroeléctrico. Entonces el valor total de uso del recurso viene dado por la suma de su
valor de uso actual, su valor de opción y su valor in situ para actividades recreativa,
como fuente de vida acuática y para el disfrute estético.

El valor económico del agua resulta en la suma del valor total de uso y de los valores de
no uso, intrínsecos, etc., esto engloba todos los beneficios económicos que puede
proporcionar a una sociedad, tanto monetarios como aquellos que son menos tangibles
como el bienestar económico de las personas.

Es posible estimar el valor económico del agua, existen diferentes métodos que siempre
arrojaría resultados discrepantes, también, puede aproximarse al valor del agua
mediante su costo de oportunidad.

El costo de oportunidad de una unidad de agua refleja el beneficio económico que se


obtendría si se destinara a su segunda mejor alternativa. Por ejemplo, el costo de
oportunidad del agua asignada a una zona de riego podría evaluarse mediante el costo
económico que ha de asumir una empresa de suministro de agua a una zona urbana, para
obtener agua de otras fuentes para sus clientes. Por ejemplo, si una empresa va a realizar
una obra cuyo costo medio se ha evaluado en 0.35 $/m3, siendo el caso que el agua
usada por los regantes podría transportarse a un costo de 0.15 $/m3 urbano que abastece
la empresa, el costo de oportunidad del agua destinada al perímetro de riego es de
0.20$/m3 (es decir, la diferencia entre 0.35 y 0.15).

El valor económico de un recurso como el agua, depende de varios factores, tales como
el tiempo, su disponibilidad, su uso y las preferencias de los usuarios. Este valor se
puede inferir en función de la voluntad que haya en pagar por el bien o recurso, o por la
voluntad de aceptar una compensación por la falta de su disponibilidad. El agua es un
recurso caracterizado por una serie de atributos que determinan su valor económico, a la
cantidad de agua disponible hay que añadir otras dimensiones del recurso como la
calidad, la garantía de suministro, la ubicación espacial y la ubicación temporal.

El valor de la calidad del agua está relacionado con las exigencias de los distintos usos
del recurso, en agricultura, será de mayor valor económico un agua con un menor

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contenido salino o de metales pesados que otra con una mayor concentración de los
mismos.

Un atributo directamente relacionado con la dimensión temporal del recurso es la


garantía de suministro, que se refiere a la seguridad que el regante tiene de disponer de
la cantidad de agua que necesita. Las variaciones interanuales de la disponibilidad de
agua hacen que el regante esté sujeto a riesgos que tienen influencia en su beneficio y
por tanto en la valoración que se haga del agua que utiliza.

La dimensión espacial del valor del agua tiene también una gran relevancia. Para un
regante será más valioso un recurso cercano que uno lejano y que requiere de unos
mayores costes de regulación y transporte para poder ser utilizado.

El valor del agua en la agricultura tiene un atributo esencial derivado del momento de
uso a lo largo de la campaña de riego. Por otro lado, el horizonte temporal considerado
en la valoración del agua también determinará los valores que se obtengan.

VALOR DEL AGUA DE USO AGRÍCOLA

En la agricultura el agua se emplea como un factor de producción, por lo que el valor


del agua de riego y por tanto la demanda que de ella hagan los agricultores deriva de su
contribución para la obtención del valor de la producción agrícola.

Métodos de valoración del agua de riego

Pueden distinguirse siete tipos de métodos:

- Método residual y sus variantes

- Métodos basados en funciones de producción

- Uso de modelación econométrica

- Modelación de la producción mediante programación matemática

- Métodos de valoración contingente

- Método de precios hedónicos

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- Método del costo alternativo

Método residual

Según Young (1996), este método consiste en imputar como valor económico del agua
la diferencia entre los ingresos y todos aquellos costos asociados a los factores de
producción distintos del agua (incluyendo la gestión del empresario). Para ello es
necesario realizar un presupuesto o análisis contable detallado de la empresa.

Entre las diversas dificultades presenta este método, la mayor es la necesidad de tomar
en consideración todos y cada uno de aquellos costos no ligados a insumos materiales,
como por ejemplo la gestión del empresario o los riesgos que éste pueda asumir, lo que
dificulta la obtención de un buen estimador del valor del agua, además, en el caso de
que no se conozca la función de producción del cultivo, el valor residual o precio
sombra del agua obtenido será un valor medio e independiente de la cantidad de agua
utilizada. Es una metodología frecuentemente utilizada por Agencias Públicas de todo el
mundo para establecer sus tarifas de uso del agua de riego. También es aplicable para
usos industriales, pero no para valorar usos domésticos o ambientales.

Métodos basados en funciones de producción

Se basan en el uso de funciones empíricas de producción agronómica estimadas a partir


de datos de campo o de experimentos, en las que la cantidad total de agua aplicada al
cultivo es la variable explicativa. Se multiplica dicha función por el precio del producto
y se obtiene una función de ingresos, derivando con respecto a la cantidad de agua
utilizada se obtiene el ingreso marginal, que se toma como valor marginal del agua. El
valor marginal equivale a la cantidad máxima que el usuario estaría dispuesto a pagar
por el agua (su disposición al pago), lo que da una medida de su demanda.

Uso de modelación econométrica

Se puede distinguir dos grandes tipos de modelos econométricos que permiten estimar
funciones de demanda de agua:

El primero, si se dispone de observaciones reales de precios y consumos de agua la


función de demanda de agua puede estimarse directamente, es más frecuente en usos
urbanos, si bien éstas suelen obtenerse a partir de observaciones de consumo de
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hogares, relacionando las cantidades consumidas con el precio (diferentes sistemas
tarifarios), la renta y otras características de las unidades domésticas. El problema
fundamental es la escasa variabilidad de los precios del agua en una misma zona, lo que
dificulta la estimación de funciones de demanda. Si se dispone de datos de consumo de
agua de muchas zonas regables en las que las tarifas sean suficientemente distintas sí
que podrían estimarse funciones de demanda, aunque reflejarían una demanda para el
conjunto de las zonas y no para cada una de ellas. Otro problema es el hecho de que en
muchas zonas regables las tarifas no son volumétricas y por lo tanto, no es de esperar
que el consumo de agua responda a su precio.

En el segundo la función de demanda de agua puede estimarse a partir de observaciones


reales de ingresos, costos y consumos de agua de las explotaciones. Se estimaría así una
función de beneficio restringida en la que el agua es la variable explicativa, de la que se
derivaría una función de beneficio marginal o valor del agua. Incluso si no se dispone de
datos de costos o beneficios puede obtenerse el valor marginal del agua mediante la
estimación de una función de ingreso marginal del agua en lugar de una función de
beneficio marginal. Para ello basta con considerar el agua como un factor de producción
fijo. El hecho de que el agua sea un recurso generalmente asignado por la
administración y cuyo precio y cantidad se establece institucionalmente y no a través
del mercado, permite considerarlo como un factor de producción fijo, de manera similar
a la tierra y modelarla como tal en la función de ingreso.

Modelación de la producción mediante programación matemática

El uso de programación matemática permite obtener el valor marginal del agua, siendo
un método más adecuado para derivar funciones de demanda de agua en sistemas
agrícolas con más de un cultivo. Se basa en la utilización de modelos de asignación de
superficie, agua y otros factores de producción entre distintos cultivos alternativos, en
este método es crucial la consideración de todos los posibles costos. Puede aplicarse en
sistemas de cultivos leñosos, si bien en estos últimos los modelos económicos a utilizar
son más complejos que en caso de los cultivos herbáceos.

Métodos de valoración contingente.

Este método permite estimar empíricamente funciones de demanda a partir de los


valores de disposición al pago expresados por los usuarios del agua a través de
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encuestas, estos valores pueden obtenerse, o bien preguntando la disposición a pagar
por disponer de distintas cantidades de agua, o bien preguntando qué cantidades se
utilizarían para distintos posibles precios del agua. Este método se ha usado en la mayor
parte de los casos en consumo urbano, tanto para el análisis de la respuesta al precio del
agua, como para la valoración económica de otros atributos del recurso como la calidad
o la garantía del suministro. También se ha utilizado para valorar usos recreacionales
del agua, o de su potencial para la pesca recreacional.

La necesidad de realizar un gran número de encuestas lo convierte en un método


bastante costoso, y hace que frecuentemente la información disponible resulta
insuficiente para realizar análisis de regresión adecuados y establecer funciones de
disponibilidad a pagar en función de la cantidad de agua. Además, puesto que se trata de
valores de disposición a los pagos expresados y no revelados, es de esperar que los
valores que se obtienen sean inferiores a los reales.

Método de precios hedónicos.

Es un método de valoración indirecta utilizado tradicionalmente para la valoración de


bienes heterogéneos como fincas rústicas, inmuebles urbanos, etc., que ha sido aplicado
asimismo para la valoración de bienes medioambientales. Se busca determinar en qué
medida determinadas características de un bien (por ejemplo, la tierra), para las cuales
no existe un mercado específico, afectan al valor de mercado de dicho bien, derivándose
así el valor de dichas características (nivel de conservación o contaminación del suelo,
pendientes, orientación, tamaño, paisaje, acceso al agua, etc.).

Para ello se estima una ecuación que ligue el valor de mercado de la finca con sus
características, entre ellas, la disponibilidad de agua. La derivada de dicha ecuación con
respecto a la cantidad de agua sería el valor marginal del agua, expresado en términos
de valor económico del predio que tiene acceso al agua de riego.

Es un método poco utilizado por sus grandes requerimientos de información, ya que es


necesaria una muestra representativa de transacciones reales de fincas con información
sobre su acceso a y disponibilidad de agua. Por otro lado, la principal ventaja del
método de precios hedónicos, que es basarse en transacciones reales de mercado, suele
verse eclipsada por la tradicional componente especulativa y falta de transparencia que
se da en los mercados de bienes inmuebles.
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Método del costo alternativo

El método del costo alternativo es utilizado frecuentemente para la valoración del agua
en usos no agrícolas, ya que permite valorar el recurso cuando por falta de datos
apropiados u otros motivos no es posible obtener una función de demanda del agua de
manera directa por otros de los métodos comentados. El valor que se toma es el valor de
oportunidad del agua, entendiendo como tal el de la actividad productiva que utilice el
agua de la forma menos rentable. Esto requiere establecer el valor de los usos del
recurso en todas las alternativas posibles utilizando los anteriores métodos.

EL VALOR SOCIAL DEL AGUA.

Otra manera de valorar el agua resulta de medir el impacto de su disponibilidad para el


riego sobre la mano de obra que puede generar en la producción de cultivos. El impacto
directo se puede medir en función de los jornales que se requieren en la producción de
los cultivos regados, por cada empleo agrícola, suelen generarse varios empleos y otros
beneficios en otros sectores económicos, como en el comercio y en el sector servicios.
Esto es lo que se denominan los efectos multiplicadores de una actividad productiva.

EL COSTO DEL AGUA

El costo del agua se refiere a aquello a lo que renunciamos para satisfacer los usos del
agua. La dificultad reside en elegir el ámbito en el que consideramos las renuncias u
oportunidades pérdidas que se desea valorar. Fundamentalmente existen tres opciones:

El ámbito financiero, según el cual valoramos el flujo de caja que nos ocasiona la
satisfacción de un uso del agua, por ejemplo, el costo de extracción y aplicación del
agua, se expresan en magnitudes monetarias.

El ámbito económico, que trasciende el financiero porque incluye todos los efectos
externos o externalidades, positivas y negativas, incorporando la consideración tanto de
los impactos ambientales como de los impactos multiplicadores de rentas.

El ámbito social, que trasciende el económico porque se tiene también en cuenta el


impacto que el uso en cuestión tiene sobre el bienestar de todos los miembros de la
sociedad.

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A medida que se pasa desde el ámbito financiero al ámbito social, más difícil es
descubrir el verdadero costo de utilización del agua ya que los impactos del uso del
agua son más difíciles de conocer y cuantificar. Sin embargo, que no puedan valorarse
algunos de los impactos no quiere decir que no haya que tenerlos en cuenta en las
decisiones relativas a

Un ejemplo del cálculo del costo del agua es lo que cuesta extraer agua del subsuelo
para riego, el cual se debe expresar por unidad de volumen extraído.

En algunas actividades fuera de la agrícola, el costo del agua puede ser mayor que su
valor.

EL PRECIO DEL AGUA

El concepto de precio del agua ha de entenderse como la compensación monetaria


asociada a un intercambio de agua (valor de intercambio del agua). En general, no
deben confundirse tarifas con precios. Un precio es el derivado de un intercambio entre
un comprador y un vendedor, sin embargo, una tarifa es un precio público y es
establecido por una institución, pública o privada, que presta un servicio. En sentido
estricto, no debe emplearse la palabra ‘precio’ para referir lo que paga el regante por
emplear el agua.

Por lo tanto, para un agricultor existirán dos costos financieros derivados del uso del
agua: el costo de aplicación del agua y la tarifa o precio institucional o administrado del
agua.

CONCLUSIONES

El agua tal como los demás recursos está sujeto a asignarle distintos valores, valor,
costo, precio son términos que pueden diferir en sus valores, pero en la medida que se
puedan cuantificar y según la forma como se hizo sirve para la toma de mejores
decisiones con respecto al uso de este valioso recurso.

El valor del agua es un concepto intrínsecamente dinámico o cambiante, sujeto a los


cambios en el clima, su disponibilidad y las condiciones socio-económicas.

Existen diferentes metodologías para cuantificar el valor económico del agua.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Azqueta, D. (2002). El valor del agua desde una perspectiva económico-social. En


Embid Irujo (Director), El Derecho de Aguas en Iberoamérica y España: Cambio y
modernización en el tercer milenio. Civitas, Madrid.

Young, R.A. (1996). Measuring Economic Benefits for Water Investments and Policies.
World Bank Technical Paper nº338. Washington D.C.

Garrido, A. et al (2004). La importancia del valor, costo y precio de los recursos


hídricos en su gestión. FODEPAL.

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