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SERVIDUMBRE ADMINISTRATIVA DE ELECTRODUCTO

Autor: Héctor Pozo Gowland


Publicado: Revista de Derecho Administrativo Nro. 11.

1. Introducción.

El proceso de reforma del Estado generó una importante transformación de


aquellos sectores de la economía en los cuales el Estado participaba activamente y
desempeñaba un rol casi monopólico. Tal es el caso de lo ocurrido dentro del sector
eléctrico. Las primeras modificaciones fueron insinuadas por la ley 23.696 al
declarar sujetas a privatización determinadas empresas o actividades a cargo del
Estado. Sin embargo, fueron los decretos 2074/90 y 634/91 y la ley 24.065 las
normas que dieron el impulso definitivo a la reconversión del sector eléctrico. El
decreto 2074/90 (“B.O.”, 5/10/90), al disponer la concesión integral de la
distribución y comercialización de energía eléctrica del Gran Buenos Aires, a esa
fecha operada por Segba, y encomendar al Ministerio de Obras y Servicios Públicos
la elaboración del proyecto de reglamento administrativo regulatorio de las
prestaciones, la fiscalización y control y la protección al usuario de diversos servicios
públicos, entre ellos el de electricidad. Posteriormente el decreto 634/91 (“B.O.”,
17/4/91) estableció las Normas de Reconversión del Sector Eléctrico, fijando los
lineamientos básicos para su funcionamiento mediante la reestructuración de las
funciones de generación, transporte y distribución. Por último, la ley 24.065 (“B.O.”,
16/1/92), conocida como “Marco Regulatorio Eléctrico”, fijó las Normas que rigen la
generación, transporte y distribución y demás aspectos vinculados con la energía
eléctrica y declaró sujetas a privatización total la actividad de generación y transporte
a cargo de Segba, Agua y Energía Eléctrica S.E. e Hidronor S.A., así como también
la privatización por concesión de la distribución y comercialización a cargo de Segba
Este proceso de transformación tan significativo generó una infinidad de nuevas
relaciones jurídicas no sólo de los generadores, transportistas y distribuidores entre sí
y de éstos con los usuarios, clientes o consumidores —como quiera denominárselos
—, sino también con los propietarios de bienes afectados con motivo del desarrollo
de las actividades de generación, transporte y distribución de electricidad. Tal es el
caso de los propietarios de inmuebles cuyo dominio se halla restringido por la
existencia de servidumbres de electroducto.
Las servidumbres administrativas de electroducto presentan dos particularidades
que actualmente generan interés en su estudio y análisis las modificaciones que sobre
el alcance de las indemnizaciones ha establecido la ley 24.065 modificando el art. 9
de la ley 19.552; y la obligación que los distintos contratos de concesión de
generación, transporte y distribución de electricidad colocan a cargo de los
concesionarios, de regularizar las servidumbres de electroducto constituidas en el
ámbito de cada uno de dichos contratos o que han sido establecidas con motivo de la
celebración de estos últimos.
II. Concepto.

Dentro del ámbito de las limitaciones a la propiedad privada en razón del interés
público se hallan las servidumbres administrativas, las cuales han sido definidas por
Marienhoff como el derecho real administrativo constituido por el Estado sobre un
bien del dominio privado o del dominio público, con el objeto de que tal bien sea
usado por el público en la forma que resulte del acto o hecho constitutivo del
gravamen (confr. Miguel S. Marienhoff, Tratado de derecho administrativo, t. IV, p.
74). Por su parte, Díez define a las servidumbres administrativas diciendo que es una
obligación real establecida sobre un bien ajeno por razón de utilidad pública (confr.
Manuel M. Díez, Derecho administrativo, t. IV, p. 190).
Cualquier necesidad o utilidad puede formar el contenido de tales servidumbres,
entre las cuales está la de “electroducto” o pasaje de una línea eléctrica para uso
público. La ley 19.552, que establece en el orden nacional el régimen jurídico de las
servidumbres administrativas de electroducto, en su art. 2 designa como electroducto
“todo sistema de instalaciones, aparatos o mecanismos destinados a trasmitir,
transportar y trasformar energía eléctrica”. Por su parte, el art. 3 establece que “la
servidumbre administrativa de electroducto afecta el terreno y comprende las
limitaciones y restricciones al dominio que sean necesarias para construir, conservar,
mantener, reparar, vigilar y disponer todo sistema de instalaciones, cables, cámaras,
torres, columnas, aparatos y demás mecanismos destinados a trasmitir, transportar,
trasformar o distribuir energía eléctrica”.
La legislación en esta materia es de orden local, por lo cual, junto al régimen de
la ley 19.552 —con las modificaciones dispuestas por la ley 20.065—, existen los
distintos regímenes provinciales, sobre los cuales efectuaremos su reseña
correspondiente

III. Naturaleza jurídica y caracteres


La servidumbre administrativa de electroducto constituye una limitación al
dominio de la propiedad privada por cuanto afecta a la exclusividad, que constituye
uno de los caracteres del dominio. De está manera se distingue de las restricciones
administrativas las cuales inciden en el carácter absoluto del dominio y de las
expropiaciones que alcanzan a su perpetuidad.
Esta servidumbre constituye un derecho real sobre un inmueble que representa
para su propietario un desmembramiento razonable de su derecho de propiedad que
se ve restringido en su uso y goce.
La servidumbre administrativa de electroducto presenta los siguientes caracteres:
a) es continua, pues su uso es de tal carácter sin requerir el hecho actual del hombre
(confr. Código Civil, art. 2975); b) es aparente, ya que se revela por signos exteriores
—en este caso las torres de transmisión-. (confr. Código Civil, art. 2976); y c) es al
mismo tiempo positiva y negativa, por cuanto el titular del predio afectado asume las
obligaciones de “dejar hacer” —las pertinentes instalaciones— y de “no hacer”, ya
que se le conmina a no superar con construcciones alturas prefijadas o la plantación
de ciertas especies vegetales de gran desarrollo (confr. Código Civil, art. 2971.).
Por último, en cuanto a la clasificación de los derechos reales por su objeto, la
servidumbre administrativa de electroducto recae sobre “cosa ajena” y, en
consecuencia, no pueden construirse sobre el bien propio (confr. Luis M. Valiente
Noailles (h.): Derecho real de servidumbre administrativa de electroducto, “L.L.”,
1979, secc. Doctrina, 1036).

IV. Régimen, nacional.

El régimen legal de las servidumbres administrativas de electroducto se halla


establecido en el orden nacional en la ley 19.552 (“B. 0.”, 13/4/72; “Adla”, XXXJI-B
1922), con las modificaciones que a sus arts. 1, 9, 10 y U introdujo la ley 24.065
(“B.O.”, 16/1/92; “Adla”, UI-A, 82). A ello cabe agregar las restricciones específicas
que con cada caso particular son dispuestas por la .Secretaría de Energía como
autoridad de aplicación al afectar los inmuebles según las dimensiones y
características de los electroductos
Las principales características de dicho régimen son las siguientes:
a) Se trata de una servidumbre legal que se constituye en favor de subestaciones
eléctricas, líneas de transporte de energía eléctrica, y distribuidores de energía
eléctrica que estén sujetos a jurisdicción nacional.
b) Cuando el Estado nacional o las empresas concesionarias conciben la traza del
tendido de la línea que en su curso afectará diversas parcelas, el proyecto y los
planos pertinentes de la obra a ejecutar o instalaciones a construir deben ser
aprobados por la Secretaría de Energía. Dicha aprobación importa la afectación de
los predios alcanzados por la servidumbre administrativa de electroducto y el
derecho a su anotación en el Registro de la Propiedad y en la Dirección de Catastro
respectivos (ley 19.552, art. 4).
c) Una vez dispuesta la afectación, los propietarios de los predios deben ser
notificados fehacientemente (ley 19.552, art. 6). La ejecución de la obra no puede ser
impedida y el titular de la servidumbre puede pedir al juez federal competente del
lugar, mandamiento de libre acceso al inmueble afectado, acompañando copia del
plano y copia certificada de la resolución autorizante (ley 19.552; art. 8).
d) Las limitaciones al dominio resultantes de la traza aprobada por la Secretaría de
Energía comprende las zonas de seguridad —mínimas y máximas—, y es facultativo
para el titular de la servidumbre la posibilidad de solicitar que se establezcan otras
restricciones al dominio, que regirán en las superficies sometidas a la servidumbre y
que serán todas las necesarias para la construcción, mantenimiento y vigilancia del
electroducto (ley 19.552, art. 5).
e) El propietario y el ocupante del predio afectado deben siempre permitir el acceso
al titular de la servidumbre, a su personal o terceros debidamente autorizados por
aquél, de los materiales y elementos de transporte que exijan la ejecución de la obra,
su conservación y reparación (ley 19.552, art. 16).
f) Atento a que la servidumbre afecta el carácter exclusivo del dominio, el propietario
de la parcela afectada o su ocupante pueden utilizarlo, cercarlo y edificar en él,
siempre que no dificulte el ejercicio regular de los derechos del titular de la
servidumbre (ley 19.552, art. 17).
g) Las limitaciones impuestas en virtud de las servidumbres de electroducto varían
según los casos, conforme a las características de las subestaciones y líneas en virtud
de las cuales son constituidas.
En el caso especifico de las líneas, la determinación del ancho de las áreas
sujetas a las servidumbres oscilan según la forma de las torres que sostienen las
líneas aéreas —delta o mástil—, la potencia de la transmisión (500 Kv, 132 Kv, 13,2
Kv) y la cantidad de líneas paralelas Tales circunstancias hacen variar en general el
ancho del área, que en general van desde 38,20 hasta 110 mts.
La autoridad de aplicación, al constituir la servidumbre de electroducto, faculta a
su titular a la instalación de tranqueras en alambrados que dividan fincas linderas, en
lugares adecuados para el acceso a la franja de servidumbre durante la construcción
de las líneas y su mantenimiento.
En general se prohíbe al propietario y ocupante realizar en la franja del
electroducto cualquier tipo de edificación o construcción destinada a habitación
permanente y autoriza al titular de la servidumbre a su retiro y, en su caso, a su
demolición.
En la franja de servidumbre se permite todo tipo de siembra y plantación, así
como la instalación de estructuras (molinos, torres, postes, etc.), siempre que no
exceda determinada altura —según sean las dimensiones de las instalaciones del
electroducto y se prohíbe el tránsito de vehículos o equipos móviles si superan del
suelo también determina altura.
En cuanto a las restricciones especificas, cabe señalar como ejemplo las
limitaciones dispuestas por la Secretaría de Energía, las establecidas en la resolución
48/92 con motivo de la línea en 500 Kv que unirá la Central Hidroeléctrica Yacyretá
con el Sistema Interconectado Nacional. Allí se indicó que las heredades afectadas
por la servidumbre ‘de electroducto quedarán sometidas, además de las que resulten
de lo establecido en los arts. 3, 16 y 19 de la ley 19.552, a las siguientes
restricciones: para zonas urbanas —donde la franja total de servidumbre es de 90
mts. a ambos lados de la proyección del eje de la línea de alta tensión, se afectan los
predios con sendas franjas de máxima. seguridad de 45 mts. de ancho, en las que no
se permitirá ningún tipo de construcciones; para zonas rurales las heredades quedan
afectadas por una franja total de servidumbre de 100 mts., que conlleva una franja de
máxima seguridad de 84 mts. Las ‘dimensiones citadas en el último párrafo se
‘discriminan de la siguiente manera: a ambos lados de la proyección del eje de la
traza del electroducto, se consideran sendas franjas de media seguridad de 8 mts. de
ancho cada una, en las cuales se admitirán construcciones de una sola planta sin
balcones terrazas accesibles. En las citadas zonas de electroducto no se admitirán
árboles o plantaciones de altura superior a los 3,40 mts. Debajo de la línea de alta
tensión y en sus adyacencias, no se permitirá la quemazón ‘de pastizales, cañaverales
ni ningún otro cultivo o material, debiendo los propietarios adoptar los recaudos que
sean necesarios para evitar daños al electroducto. Asimismo, queda prohibido el paso
por debajo de la línea de vehículos y máquinas agrícolas de una altura superior a los
4,50 mts. y el abastecimiento y manipuleo de combustibles en la zona de
servidumbre. Finalmente, en las adyacencias de las franjas totales de servidumbre,
los árboles e instalaciones, como molinos, antenas, mástiles, etc., deberán guardar las
distancias necesarias como para no producir, en caso de caídas, daños. a la línea de
alta tensión.
h) La servidumbre queda definitivamente constituida si hubiere acuerdo entre el
propietario del inmueble y el titular de la servidumbre una vez celebrado el
correspondiente convenio. La servidumbre caduca si a los diez años de su anotación
no se hiciere uso de ella mediante la ejecución de las obras respectivas.
i) Por último, si una vez construido el electroducto no hubiere un camino adecuado
para su regular vigilancia o conservación, la servidumbre administrativa de
electroducto comprende también la servidumbre de paso que sea necesaria para
cumplir dichos fines (ley 19.552, art. 19)

V. Sistema de indemnizaciones.
El tema de las indemnizaciones con motivo de las servidumbres administrativas
de electroducto constituye el aspecto central y más problemático en la materia.
Merece un doble análisis.
Por una parte comprende el monto a percibir como resultado de los daños y
perjuicios materiales motivados en la ejecución de las obras necesarias para la
instalación del electroducto, que revisten carácter momentáneo o transitorio, y en
algunos casos pueden ser objeto de reparación —rotura de alambrados, deterioro de
molinos u otras instalaciones, muerte o lesiones a animales, daños en sembrados u
otros cultivos, etc.—. Esta materia está regulada en cuanto a la responsabilidad por el
régimen general del Código Civil —básicamente arts. 1109 y 1113—.
También existen las indemnizaciones que se originan específicamente por la
constitución de la servidumbre de electroducto —de carácter permanente—, las
cuales, como fue señalado, en razón de las instalaciones estables, limitan el derecho
del titular del predio afectado tanto en su uso como en su explotación, e implica por
ello una disminución del valor económico de la propiedad, al incidir en su
rentabilidad. El régimen indemnizatorio previsto en el art. 9 de la ley 19.552 ha sido
modificado por la ley 24.065. La ley 19.552 en su texto original establecía en el art. 9
que “el propietario del predio afectado será indemnizado por el titular de la
servidumbre en el caso que esta le origine algún perjuicio positivo susceptible de
apreciación pecuniaria”, en tanto que conforme al art. 13, “cuando él predio afectado
estuviese ocupado legítimamente por un tercero [...J, ese tercero podrá reclamar del
titular de la servidumbre la indemnización de los perjuicios positivos que ello le
ocasione, con exclusión de lucro cesante El mencionado art. 9 ha sido modificado,
disponiéndose que “el propietario del predio afectado por la servidumbre tendrá
derecho a una indemnización que se determinará teniendo en cuenta: a) el valor de la
tierra en condiciones óptimas en la zona donde se encuentre el inmueble gravado; b)
la aplicación de un coeficiente de restricción que atienda al grado de las limitaciones
impuestas por la servidumbre el que deberá ser establecido teniendo en cuenta la
escala de valores que fije la autoridad competente. En ningún caso se abonará
indemnización por lucro cesante”. Lo expuesto significa que, dentro del régimen
nacional, la determinación de la indemnización a que da lugar las restricciones
permanentes que derivan de las servidumbres de electroducto no se fija más a través
del perjuicio positivo que ellas originan, sino mediante la aplicación de un
coeficiente de restricción que atiende al grado de limitaciones impuestas por la
servidumbre, el cual, a su vez, se fijará conforme a la escala de valores determinada a
tal efecto por la autoridad de aplicación.
Cabe advertir que el cambio de criterio del perjuicio positivo por el coeficiente
de restricción previsto en el art. 9 de la ley 19.552, también debió establecerse en el
art. 13 de dicha norma, el cual se refiere a los derechos del tercero ocupante no
propietario. El error incurrido al modificarse el régimen nacional en virtud de la ley
24.065 debe subsanarse por vía de la interpretación, conforme al cual el tercero
ocupante no podría estar en mejor posición en cuanto a la indemnización a reclamar
que el propietario del inmueble afectado. En consecuencia, dicho art. 13 debe ser
interpretado siguiendo el mismo criterio establecido en el nuevo art. 9.
Las modificaciones dispuestas resultan significativas, ya que con el sistema del
perjuicio positivo el propietario del inmueble debía acreditar la existencia del
perjuicio y su cuantificación. En cambio; con el criterio del coeficiente de restricción
bastará tomar el valor de la tierra y aplicar el citado coeficiente para determinar la
indemnización que corresponde. Sin embargo, cabe advertir que el coeficiente de
restricción a aplicar deberá reflejar adecuadamente los perjuicios positivos que las
servidumbres de electroductos generan en los predios afectados. De lo contrario, en
caso de que dichos coeficientes no’ reflejasen adecuadamente los perjuicios sufridos,
ya sea por excesos o.. insuficiencias, ellos serían ilegítimos y consecuentemente
cuestionables por quienes deban cobrar menos de los perjuicios sufridos o pagar más
de los perjuicios provocados.
A fin de establecer el alcance de los perjuicios que hay que considerar para la
fijación de los coeficientes de restricción, y determinar la legitimidad y razonabilidad
de ellos, es útil tener presente los criterios que la doctrina y la jurisprudencia
elaboraron estando vigente el régimen de la ley 19.552. Tales criterios entendemos
que mantienen vigencia, ya que como ya señalamos, en el supuesto de que los
coeficientes de restricción a aplicar, conforme a la escala de valores que fije la
autoridad de aplicación, fuesen irrepresentativos del perjuicio sufrido por los
propietarios y ocupantes de inmuebles afectados, tales coeficientes serían atacables
en función de su ilegitimidad.
Dentro del alcance que los perjuicios generados deben tener para la procedencia
de indemnizaciones, se presentan dos cuestiones: a) si el solo hecho de la
constitución de la servidumbre de electroducto importa un perjuicio, o si, al
contrario, los perjuicios en todos los casos deben ser acreditados fehacientemente; b)
cuáles son los criterios y elementos para la determinación de la indemnización.
a) Con respecto a la primera de las citadas cuestiones, la doctrina y la
jurisprudencia han presentado dos posiciones diferentes, una de las cuales reconoce
la existencia de perjuicio y la procedencia de indemnización por el solo hecho de la
constitución de la servidumbre de electroducto, en tanto la otra entiende que la sola
constitución de la servidumbre no genera derecho a indemnización y que el
resarcimiento debe derivar de la efectiva existencia del perjuicio generado.
Dentro de la primera postura, Valiente Noailles y Bianchi entienden que la
servidumbre de electroducto por su sola constitución importa un perjuicio positivo,
con lo cual en todos los casos procede indemnización. Valiente Noailles señala que:
a) ya Vélez Sarsfield, en su comentario al art. 2971 del Código Civil, destacó que la
sola constitución de la servidumbre de electroducto genera una restricción por el solo
hecho de impedir al propietario del inmueble realizar algo que quiera efectuar o al
obligarlo a aceptar que un tercero realice actos o coloque elementos que de no existir
la servidumbre podría impedir que lleven a cabo; b) la constitución de la servidumbre
de electroducto ocasiona restricciones generales que emanan del régimen de la ley
19.552, como son permitir la colocación del electroducto y sus elementos auxiliares,
respetar las limitaciones derivadas de la existencia de zonas de seguridad, permitir el
ingreso de personal para la construcción, mantenimiento, reparación y operación del
electroducto, etc. Por ello entiende que la afectación de un inmueble a la servidumbre
de electroducto por ese solo hecho genera forzosamente una disminución de su valor
económico, lo cual fácilmente se acredita comparándolo con un terreno lindero que
no esté gravado por la misma servidumbre. Con el mismo criterio, Bianchi ha
sostenido que la exigencia de la acreditación del daño sufrido y de su cuantificación
a los fines de la procedencia de la indemnización responde a los principios de neto
corte civilista, materia, ésta, en donde la ecuación daño-relación causal-
indemnización, es propia de las relaciones entre particulares, lo cual no contempla
las particularidades de una relación de derecho público, regida no sólo por principios
distintos, sino también por un procedimiento probatorio del daño también distinto. La
aplicación imperativa de la servidumbre de electroducto y de las restricciones
correspondientes, llevan a dicho autor a considerar que en la materia se debe partir
del principio de que la sola constitución de la servidumbre genera un perjuicio
resarcible en favor de su propietario u ocupante. Con criterios similares se pronunció
la Cámara Federal de San Martín en autos “Granjas Avícolas Gaesac. Segba”
(18/11/87).
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha expresado
mayoritariamente en favor de un criterio restringido en materia de indemnizaciones
por servidumbres administrativas de electroducto, entendiendo que la sola
constitución de la servidumbre no genera derecho a indemnización. Así, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, en autos “Gil, Rodolfo E., y otro e. Segba” (“LL.”,
1.983- B-27), por el Voto mayoritario de sus integrantes consideró: ‘4) del análisis
del régimen instituido por la ley 19.552 resulta lo siguiente:
a) dentro del sistema de la ley —no tachada de inconstitucional en la especie—,
la servidumbre de electroducto no siempre es onerosa (ver art. 14) ni la
indemnización es procedente en todos los casos (confr. arts. 10 y 11); b) a fin de
satisfacer el manifestado propósito del legislador de resguardar y garantizar
perfectamente los derechos de los particulares, «salvaguardándose el derecho de
propiedad en forma compatible con las necesidades colectivas» (ver texto de
elevación respectiva), la ley ha contemplado —en lo que aquí importa— dos
supuestos diferentes, a saber: el caso de que la servidumbre impida al predio
sirviente un destino económicamente racional, en cuyo caso se autoriza la
expropiación inversa (art. 12); y el caso en que se origine « algún perjuicio positivo
susceptible de apreciación económica» (arts. 9 y concordantes) 5) Que excluido de
las instancias ordinarias el mentado Supuesto del art. 12 de la ley, sólo restan como
eventualmente indemnizables los legalmente llamados «perjuicios positivos
susceptibles de apreciación económica», los propios términos de la ley impiden
interpretar que la mera constitución de la servidumbre genere la obligación de
indemnizar; antes bien, dichos términos tornan aplicable la doctrina de esta Corte
según la cual el concepto de indemnización de perjuicios lleva implícita la realidad
de los mismos y, para su establecimiento judicial, requiere la comprobación
suficiente de tal realidad., Debe puntualizarse que resulta inadmisible una condena
por daños sobrevinientes, a cuyo respecto cualquier decisión sólo puede ser
conjetural (“Fallos”, t. 232, p. 362; t. 274, p. 432; rey. “La Ley”, t. 80, p. 299; t. 137,
p. 116; y otros) “. Posteriormente, en autos “Segba c. Soler”, del 17/6/86, la Corte en
fallo unánime mantuvo el criterio sostenido por dicho tribunal en “Gile c. Segba”.
b) En cuanto a los criterios para establecer los coeficientes de restricción para
determinar la indemnización por daños y perjuicios resultantes de la constitución de
servidumbres de electroducto se debe- tener en cuenta diferentes aspectos. Dichos
coeficientes deben determinarse en función de los daños padecidos como
consecuencia de la. constitución de la servidumbre de electroducto, debiéndose
analizar las características del electroducto y la naturaleza y la entidad o gravedad del
daño. Entre ellos cabe citar los siguientes aspectos:
1. Daños resultantes por la ocupación física del suelo. La presencia de obras
permanentes, como es la instalación de torres de transmisión, puede revertir por su
cantidad una significativa ocupación de superficie, afectando en su caso muchos
metros cuadrados. A la cantidad de torres instaladas cabe agregar las dimensiones de
sus bases, que pueden variar según las características de ellas e incidiendo en mayor
o en menor grado en el terreno ocupado. La indemnización puede verse incrementada
ante la traza de líneas paralelas. A ello hay que agregar las medidas de las zonas de
seguridad y las limitaciones fijadas en cada caso.
2. Daños resultantes por la ocupación física del espacio aéreo. La existencia
permanente de cables de distintas tensiones de energía eléctrica, imponen por dicha
circunstancia zonas de máxima, media y mínima restricción, que generan por
elementales razones de seguridad las pertinentes limitaciones en el dominio. Sus
incidencias son variables y se determinan en función de específicos aspectos
técnicos. Así, por ejemplo, para la zona de máxima restricción se tiene muy en cuenta
la tensión de la línea, la distancia entre dos torres (considerando la presión del viento
en el centro del vano), la distancia horizontal entre los conductores externos y
extremos, etc., con prohibiciones absolutas, como toda edificación destinada a
vivienda permanente, construcciones o instalaciones que exceda determinada altura,
etc.
Las zonas de media restricción las hallamos delimitando al precedente y
admiten, por ejemplo, construcciones de una planta (viviendas o establecimientos
industriales, carentes de balcones que sobresalgan sobre el electroducto y terrazas o
azoteas accesibles, etc. A continuación de éstas siguen las zonas de mínima
restricción, donde las limitaciones se reducen notablemente y su finalidad esencial es
impedir que- árboles, obras o mejoras de altura, por hecho del hombre o fenómenos
físicos, puedan afectar en su caída los cables conductores del fluido- energético.
Bajo el control de la Secretaría de Estado de Energía estas zonas de restricción,
pueden oscilar en mutables anchos (22, 55, 90 o 100 mts.) a ambos lados de la línea
y aun más, acrecentándose ante electroductos múltiples (líneas paralelas, próximas,
de tendidos juntos). Ellas también obligan a desalojar grupos electrógenos, impiden
la acción de- equipos radiotransmisores y por la elevación de las instalaciones hasta.
la fumigación del área, con los consiguientes perjuicios y derecho rescriptorio.
3. El inmueble afectado y su incidencia en la determinación de- la
indemnización. Existen factores de índole externa, como son la. ubicación del
inmueble (urbana, suburbana, rural), su posición geográfica, altimetría del lugar, etc.
Como factores de carácter interno cabe destacar las medidas y proporciones de
inmueble, su formato, nivel, bondad del suelo, y si existiesen construcciones
corresponde evaluar las medidas de éstas, el tipo de edificación, materiales,
antigüedad, estado de conservación, vida útil, mejoras, etc. Determinado con criterio
técnico el valor objetivo del inmueble gravado por la servidumbre, se debe
determinar el grado de incidencia de ésta sobre ese valor y fijarse, en consecuencia,
los coeficientes para la indemnización apropiada por la constitución del mencionado
derecho real administrativo.
4. El destino del inmueble afectado por la servidumbre. Sin perjuicio del terreno
sobre el cual pesa la servidumbre constituida, puede originarse un perjuicio a quien
legítimamente lo posee, en razón del específico destino del bien que puede verse
cercenado o anulado, estimando, por ejemplo, que en una actividad industrial podría
ser mayor la afectación que sobre una comercial o agrícola, y en ésta habrá que-
distinguir tipo de cosechas, cultivos, pasturas, explotaciones frutícolas,. hortícolas,
etc., de bajo o mayor porte.
La constitución de la servidumbre sobre campos destinados a la actividad
ganadera tal vez sea mínima en su carga, pero si se trata de un tambo mecanizado,
con construcciones e instalaciones eléctricas aptas a su fin, el perjuicio que dimana
del tendido de una línea de alta., tensión puede resultar positivamente incrementado.
Como una. especialidad dentro de la actividad citada, por sus particularísimas
características, no podemos olvidar los establecimientos destinados a haras.
5. Situaciones que no admiten el reconocimiento de indemnización. A efectos de
completar el régimen aplicable a las indemnizaciones por la constitución de
servidumbres por electroducto, cabe hacer mención a determinadas situaciones en las
cuales no corresponde resarcimiento alguno:
1. Incomodidades y molestias resultantes de la constitución de servidumbres de
electroducto en la vía pública: la Corte Suprema, en autos “Sánchez, Arturo H., e.
Segba S.A.” (“L.L.”, 137-116), entendió que era improcedente el reclamo del actor
en cuanto pretendía se le indemnizaran los daños y perjuicios producidos en el
inmueble de su propiedad por la instalación en la vía pública de dos columnas de
cemento armado que servían de sostén a una cámara transformadora de corriente
eléctrica. Dicha instalación había sido realizada en la vía pública, sobre la acera y
dentro de la línea de construcción de la finca. Que el principio de orden estético
carece de suficiente entidad, y, por tanto, no autoriza a reclamar resarcimiento
alguno, puesto que, con arreglo a la doctrina del tribunal, no constituye una lesión
esencial del dominio.
2. Tampoco es procedente la indemnización de un daño de peligro. En el mismo
precedente la Corte Suprema sostuvo que no era invocable el “temor de que ocurra
eventualmente una pérdida de corriente, un cortocircuito o el desprendimiento de un
cable, pues la Corte tiene decidido que el concepto de indemnización de daños y
perjuicios lleva implícita la realidad de los mismos y, para su establecimiento
judicial, requiere la comprobación suficiente de tal realidad; en cuanto se trata de
daños sobrevinientes, cualquier decisión sólo puede ser conjeturar (“Fallos”, 232-
362).
3. Se excluyen también de las indemnizaciones los perjuicios de carácter
afectivo o de carácter estético, las ganancias hipotéticas y los probables beneficios
que resultarían de la subdivisión del terreno, si ella no estuviese aprobada por la
competente Dirección de Geodesia con anterioridad a la fecha de la afectación con
servidumbre del electroducto (confr. Valiente Noailles (h.), Derecho real..., “L.L.”,
1979- B-1039).
4. Respecto a la “zona aledaña”, que se extiende en forma paralela a la línea de
alta tensión, no corresponde compensar a la propietaria del fundo sirviente, por
cuanto la legislación aplicable —en el caso la ley 8398, art. 31, de la provincia de
Buenos Aires— solamente prohíbe .erigir instalaciones o plantaciones que, en caso
de caerse, puedan ocasionar daños al electroducto, es decir, objetos cuya altura no
revista la necesaria para que, desde su base, alcance las instalaciones eléctricas. Pero
en ningún momento impide al propietario realizar la explotación del suelo o edificar
sobre él con la sola advertencia de guardar las debidas proporciones y seguridades
del caso” (0.23 C.C. La Plata, Sala 111, 23/5/78, “Dirección de la Energía de la Pcia.
de Buenos Aires e. Manantiales Soc. en Com. por Ac.”, S.P. “L.L.”, 1979, p. 2040,
sum. 2).

VI. Regularización de las servidumbres con motivo de las privatizaciones.

Como señalamos precedentemente, el proceso de reforma del Estado y de


privatizaciones ha significado un cambio muy importante n esta materia, no sólo por
las modificaciones introducidas al régimen legal, sino también por el hecho de que
las actividades de generación, transporte y distribución de energía eléctrica esté a
cargo de personas jurídicas privadas. Con tal motivo, los contratos respectivos de
concesión establecen a cargo de los concesionarios tanto los derechos como las
obligaciones derivadas de la ley 19.552. En consecuencia, los daños y perjuicios
derivados de la constitución de la servidumbre de electroducto que no hubieren sido
indemnizados, se hallan a cargo de quienes son beneficiarios de las restricciones
impuestas, salvo los que el Estado nacional hubiere ocasionado con motivo de la
construcción del electroducto, los cuales continuarán a cargo del Estado nacional por
ser éste el generador de ellos.
En cuanto a la prescripción de las acciones por daños y perjuicios, por tratarse de
una relación extracontractual para la que no hay previsto un plazo especial, será de
aplicación el término de dos años previsto en el art. 4037. Al contrario, la Cámara
Federal de San Martín sostuvo que resulta aplicable el plazo de prescripción de cinco
años previsto en el art. 56 de la ley 21.499, a contar desde “que tuvieron lugar los
actos o comportamientos del Estado que tornan viable [...] la acción” (confr. “L.L.”
del 4J7/91).

VII. Regímenes provinciales.

Las distintas provincias argentinas han sancionado leyes que establecen el


régimen aplicable a las servidumbres administrativas de electroducto.
Atento a la similitud que presentan entre ellas y respecto del sistema de la ley
19.552, nos referiremos a las principales características que las distinguen.
1. Ley 8398 de la provincia de Buenos Aires (“Adla”, XXXV-B, 1807,
sancionada el 17/4/75) y ley 5926 de la provincia de Entre Ríos (“Adla”, XXXVII-A,
1096, sancionada el 29/12/76). Ambas leyes, que contienen un texto similar,
establecen un sistema de las mismas características al dispuesto en la ley 19.552.
Sólo presentan las siguientes modalidades específicas:
1.1. Establecen en los arts. 15 a 25 normas de procedimiento para el supuesto de
que el titular de la servidumbre deba requerir judicialmente su constitución,
hallándose regulados en consecuencia los requisitos de la demanda, los plazos de
contestación; de prueba, recursos, etc.
1.2. En cuanto a la indemnización, el art. 11 establece que el propietario del
predio afectado por la servidumbre tendrá derecho a una indemnización que se
determinará teniendo en cuenta: a) el valor de las tierras de condiciones óptimas en la
zona donde esté el inmueble gravado a la fecha de la autorización de ingreso en el
predio; b ) la aplicación de los coeficientes de ajuste previstos para la determinación
de la valuación fiscal del inmueble; c) aplicación de un coeficiente de restricción que
atienda al grado de las limitaciones impuestas por la servidumbre, el cual deberá ser
establecido teniendo en cuenta la escala de valores que fije el organismo de
aplicación al aprobar el proyecto a que alude el art. 5 de esta ley; d) determinado el
valor que surja de las pautas anteriores, se lo aplicará al área comprendida por la
zona de electroducto. A su vez, según el art. 12, en ningún caso se pagará
indemnización por lucro cesante, valor afectivo, valor histórico ni panorámico.
2. Ley 6648 de la provincia de Córdoba (“Adla”, XLI-D, 4876, sancionada el
26/10/81).
Con un régimen similar al de la ley 19.552 en su redacción original, su art. 11
dispone que sólo se podrá cuestionar el monto de la indemnización por los daños
ocasionados, no así la constitución de la servidumbre. El art. 12 establece que si la
servidumbre impidiese darle al inmueble sirviente un destino económicamente
razonable, a falta de avenimiento sobre la indemnización el propietario podrá
demandar al titular de la servidumbre por expropiación inversa del predio.
3. Leyes 4049 de la provincia de San Juan (“Adla”, XXXV-B,. 2581, sancionada
el 6/6/75), 627 de la provincia de La Pampa (“Adla”, xxxii-c, 4450, sancionada el
10/7/72) y 1220 de la provincia de Misiones (“Adla”, XL-B, 2075, sancionada el
30/1/80).
Dichas leyes también establecen regímenes similares al de la ley 19.552 en su
texto original. En cuanto al régimen de indemnización, disponen cada una de ellas
que el propietario del predio afectado será indemnizado por el titular de la
servidumbre en el caso de que éste le origine “algún perjuicio efectivo y actual
susceptible de apreciación económica”, “perjuicios que acredite”, o “algún perjuicio
positivo susceptible de apreciación económica”.

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