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Servidumbre de Electroducto
Servidumbre de Electroducto
1. Introducción.
Dentro del ámbito de las limitaciones a la propiedad privada en razón del interés
público se hallan las servidumbres administrativas, las cuales han sido definidas por
Marienhoff como el derecho real administrativo constituido por el Estado sobre un
bien del dominio privado o del dominio público, con el objeto de que tal bien sea
usado por el público en la forma que resulte del acto o hecho constitutivo del
gravamen (confr. Miguel S. Marienhoff, Tratado de derecho administrativo, t. IV, p.
74). Por su parte, Díez define a las servidumbres administrativas diciendo que es una
obligación real establecida sobre un bien ajeno por razón de utilidad pública (confr.
Manuel M. Díez, Derecho administrativo, t. IV, p. 190).
Cualquier necesidad o utilidad puede formar el contenido de tales servidumbres,
entre las cuales está la de “electroducto” o pasaje de una línea eléctrica para uso
público. La ley 19.552, que establece en el orden nacional el régimen jurídico de las
servidumbres administrativas de electroducto, en su art. 2 designa como electroducto
“todo sistema de instalaciones, aparatos o mecanismos destinados a trasmitir,
transportar y trasformar energía eléctrica”. Por su parte, el art. 3 establece que “la
servidumbre administrativa de electroducto afecta el terreno y comprende las
limitaciones y restricciones al dominio que sean necesarias para construir, conservar,
mantener, reparar, vigilar y disponer todo sistema de instalaciones, cables, cámaras,
torres, columnas, aparatos y demás mecanismos destinados a trasmitir, transportar,
trasformar o distribuir energía eléctrica”.
La legislación en esta materia es de orden local, por lo cual, junto al régimen de
la ley 19.552 —con las modificaciones dispuestas por la ley 20.065—, existen los
distintos regímenes provinciales, sobre los cuales efectuaremos su reseña
correspondiente
V. Sistema de indemnizaciones.
El tema de las indemnizaciones con motivo de las servidumbres administrativas
de electroducto constituye el aspecto central y más problemático en la materia.
Merece un doble análisis.
Por una parte comprende el monto a percibir como resultado de los daños y
perjuicios materiales motivados en la ejecución de las obras necesarias para la
instalación del electroducto, que revisten carácter momentáneo o transitorio, y en
algunos casos pueden ser objeto de reparación —rotura de alambrados, deterioro de
molinos u otras instalaciones, muerte o lesiones a animales, daños en sembrados u
otros cultivos, etc.—. Esta materia está regulada en cuanto a la responsabilidad por el
régimen general del Código Civil —básicamente arts. 1109 y 1113—.
También existen las indemnizaciones que se originan específicamente por la
constitución de la servidumbre de electroducto —de carácter permanente—, las
cuales, como fue señalado, en razón de las instalaciones estables, limitan el derecho
del titular del predio afectado tanto en su uso como en su explotación, e implica por
ello una disminución del valor económico de la propiedad, al incidir en su
rentabilidad. El régimen indemnizatorio previsto en el art. 9 de la ley 19.552 ha sido
modificado por la ley 24.065. La ley 19.552 en su texto original establecía en el art. 9
que “el propietario del predio afectado será indemnizado por el titular de la
servidumbre en el caso que esta le origine algún perjuicio positivo susceptible de
apreciación pecuniaria”, en tanto que conforme al art. 13, “cuando él predio afectado
estuviese ocupado legítimamente por un tercero [...J, ese tercero podrá reclamar del
titular de la servidumbre la indemnización de los perjuicios positivos que ello le
ocasione, con exclusión de lucro cesante El mencionado art. 9 ha sido modificado,
disponiéndose que “el propietario del predio afectado por la servidumbre tendrá
derecho a una indemnización que se determinará teniendo en cuenta: a) el valor de la
tierra en condiciones óptimas en la zona donde se encuentre el inmueble gravado; b)
la aplicación de un coeficiente de restricción que atienda al grado de las limitaciones
impuestas por la servidumbre el que deberá ser establecido teniendo en cuenta la
escala de valores que fije la autoridad competente. En ningún caso se abonará
indemnización por lucro cesante”. Lo expuesto significa que, dentro del régimen
nacional, la determinación de la indemnización a que da lugar las restricciones
permanentes que derivan de las servidumbres de electroducto no se fija más a través
del perjuicio positivo que ellas originan, sino mediante la aplicación de un
coeficiente de restricción que atiende al grado de limitaciones impuestas por la
servidumbre, el cual, a su vez, se fijará conforme a la escala de valores determinada a
tal efecto por la autoridad de aplicación.
Cabe advertir que el cambio de criterio del perjuicio positivo por el coeficiente
de restricción previsto en el art. 9 de la ley 19.552, también debió establecerse en el
art. 13 de dicha norma, el cual se refiere a los derechos del tercero ocupante no
propietario. El error incurrido al modificarse el régimen nacional en virtud de la ley
24.065 debe subsanarse por vía de la interpretación, conforme al cual el tercero
ocupante no podría estar en mejor posición en cuanto a la indemnización a reclamar
que el propietario del inmueble afectado. En consecuencia, dicho art. 13 debe ser
interpretado siguiendo el mismo criterio establecido en el nuevo art. 9.
Las modificaciones dispuestas resultan significativas, ya que con el sistema del
perjuicio positivo el propietario del inmueble debía acreditar la existencia del
perjuicio y su cuantificación. En cambio; con el criterio del coeficiente de restricción
bastará tomar el valor de la tierra y aplicar el citado coeficiente para determinar la
indemnización que corresponde. Sin embargo, cabe advertir que el coeficiente de
restricción a aplicar deberá reflejar adecuadamente los perjuicios positivos que las
servidumbres de electroductos generan en los predios afectados. De lo contrario, en
caso de que dichos coeficientes no’ reflejasen adecuadamente los perjuicios sufridos,
ya sea por excesos o.. insuficiencias, ellos serían ilegítimos y consecuentemente
cuestionables por quienes deban cobrar menos de los perjuicios sufridos o pagar más
de los perjuicios provocados.
A fin de establecer el alcance de los perjuicios que hay que considerar para la
fijación de los coeficientes de restricción, y determinar la legitimidad y razonabilidad
de ellos, es útil tener presente los criterios que la doctrina y la jurisprudencia
elaboraron estando vigente el régimen de la ley 19.552. Tales criterios entendemos
que mantienen vigencia, ya que como ya señalamos, en el supuesto de que los
coeficientes de restricción a aplicar, conforme a la escala de valores que fije la
autoridad de aplicación, fuesen irrepresentativos del perjuicio sufrido por los
propietarios y ocupantes de inmuebles afectados, tales coeficientes serían atacables
en función de su ilegitimidad.
Dentro del alcance que los perjuicios generados deben tener para la procedencia
de indemnizaciones, se presentan dos cuestiones: a) si el solo hecho de la
constitución de la servidumbre de electroducto importa un perjuicio, o si, al
contrario, los perjuicios en todos los casos deben ser acreditados fehacientemente; b)
cuáles son los criterios y elementos para la determinación de la indemnización.
a) Con respecto a la primera de las citadas cuestiones, la doctrina y la
jurisprudencia han presentado dos posiciones diferentes, una de las cuales reconoce
la existencia de perjuicio y la procedencia de indemnización por el solo hecho de la
constitución de la servidumbre de electroducto, en tanto la otra entiende que la sola
constitución de la servidumbre no genera derecho a indemnización y que el
resarcimiento debe derivar de la efectiva existencia del perjuicio generado.
Dentro de la primera postura, Valiente Noailles y Bianchi entienden que la
servidumbre de electroducto por su sola constitución importa un perjuicio positivo,
con lo cual en todos los casos procede indemnización. Valiente Noailles señala que:
a) ya Vélez Sarsfield, en su comentario al art. 2971 del Código Civil, destacó que la
sola constitución de la servidumbre de electroducto genera una restricción por el solo
hecho de impedir al propietario del inmueble realizar algo que quiera efectuar o al
obligarlo a aceptar que un tercero realice actos o coloque elementos que de no existir
la servidumbre podría impedir que lleven a cabo; b) la constitución de la servidumbre
de electroducto ocasiona restricciones generales que emanan del régimen de la ley
19.552, como son permitir la colocación del electroducto y sus elementos auxiliares,
respetar las limitaciones derivadas de la existencia de zonas de seguridad, permitir el
ingreso de personal para la construcción, mantenimiento, reparación y operación del
electroducto, etc. Por ello entiende que la afectación de un inmueble a la servidumbre
de electroducto por ese solo hecho genera forzosamente una disminución de su valor
económico, lo cual fácilmente se acredita comparándolo con un terreno lindero que
no esté gravado por la misma servidumbre. Con el mismo criterio, Bianchi ha
sostenido que la exigencia de la acreditación del daño sufrido y de su cuantificación
a los fines de la procedencia de la indemnización responde a los principios de neto
corte civilista, materia, ésta, en donde la ecuación daño-relación causal-
indemnización, es propia de las relaciones entre particulares, lo cual no contempla
las particularidades de una relación de derecho público, regida no sólo por principios
distintos, sino también por un procedimiento probatorio del daño también distinto. La
aplicación imperativa de la servidumbre de electroducto y de las restricciones
correspondientes, llevan a dicho autor a considerar que en la materia se debe partir
del principio de que la sola constitución de la servidumbre genera un perjuicio
resarcible en favor de su propietario u ocupante. Con criterios similares se pronunció
la Cámara Federal de San Martín en autos “Granjas Avícolas Gaesac. Segba”
(18/11/87).
Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación se ha expresado
mayoritariamente en favor de un criterio restringido en materia de indemnizaciones
por servidumbres administrativas de electroducto, entendiendo que la sola
constitución de la servidumbre no genera derecho a indemnización. Así, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, en autos “Gil, Rodolfo E., y otro e. Segba” (“LL.”,
1.983- B-27), por el Voto mayoritario de sus integrantes consideró: ‘4) del análisis
del régimen instituido por la ley 19.552 resulta lo siguiente:
a) dentro del sistema de la ley —no tachada de inconstitucional en la especie—,
la servidumbre de electroducto no siempre es onerosa (ver art. 14) ni la
indemnización es procedente en todos los casos (confr. arts. 10 y 11); b) a fin de
satisfacer el manifestado propósito del legislador de resguardar y garantizar
perfectamente los derechos de los particulares, «salvaguardándose el derecho de
propiedad en forma compatible con las necesidades colectivas» (ver texto de
elevación respectiva), la ley ha contemplado —en lo que aquí importa— dos
supuestos diferentes, a saber: el caso de que la servidumbre impida al predio
sirviente un destino económicamente racional, en cuyo caso se autoriza la
expropiación inversa (art. 12); y el caso en que se origine « algún perjuicio positivo
susceptible de apreciación económica» (arts. 9 y concordantes) 5) Que excluido de
las instancias ordinarias el mentado Supuesto del art. 12 de la ley, sólo restan como
eventualmente indemnizables los legalmente llamados «perjuicios positivos
susceptibles de apreciación económica», los propios términos de la ley impiden
interpretar que la mera constitución de la servidumbre genere la obligación de
indemnizar; antes bien, dichos términos tornan aplicable la doctrina de esta Corte
según la cual el concepto de indemnización de perjuicios lleva implícita la realidad
de los mismos y, para su establecimiento judicial, requiere la comprobación
suficiente de tal realidad., Debe puntualizarse que resulta inadmisible una condena
por daños sobrevinientes, a cuyo respecto cualquier decisión sólo puede ser
conjetural (“Fallos”, t. 232, p. 362; t. 274, p. 432; rey. “La Ley”, t. 80, p. 299; t. 137,
p. 116; y otros) “. Posteriormente, en autos “Segba c. Soler”, del 17/6/86, la Corte en
fallo unánime mantuvo el criterio sostenido por dicho tribunal en “Gile c. Segba”.
b) En cuanto a los criterios para establecer los coeficientes de restricción para
determinar la indemnización por daños y perjuicios resultantes de la constitución de
servidumbres de electroducto se debe- tener en cuenta diferentes aspectos. Dichos
coeficientes deben determinarse en función de los daños padecidos como
consecuencia de la. constitución de la servidumbre de electroducto, debiéndose
analizar las características del electroducto y la naturaleza y la entidad o gravedad del
daño. Entre ellos cabe citar los siguientes aspectos:
1. Daños resultantes por la ocupación física del suelo. La presencia de obras
permanentes, como es la instalación de torres de transmisión, puede revertir por su
cantidad una significativa ocupación de superficie, afectando en su caso muchos
metros cuadrados. A la cantidad de torres instaladas cabe agregar las dimensiones de
sus bases, que pueden variar según las características de ellas e incidiendo en mayor
o en menor grado en el terreno ocupado. La indemnización puede verse incrementada
ante la traza de líneas paralelas. A ello hay que agregar las medidas de las zonas de
seguridad y las limitaciones fijadas en cada caso.
2. Daños resultantes por la ocupación física del espacio aéreo. La existencia
permanente de cables de distintas tensiones de energía eléctrica, imponen por dicha
circunstancia zonas de máxima, media y mínima restricción, que generan por
elementales razones de seguridad las pertinentes limitaciones en el dominio. Sus
incidencias son variables y se determinan en función de específicos aspectos
técnicos. Así, por ejemplo, para la zona de máxima restricción se tiene muy en cuenta
la tensión de la línea, la distancia entre dos torres (considerando la presión del viento
en el centro del vano), la distancia horizontal entre los conductores externos y
extremos, etc., con prohibiciones absolutas, como toda edificación destinada a
vivienda permanente, construcciones o instalaciones que exceda determinada altura,
etc.
Las zonas de media restricción las hallamos delimitando al precedente y
admiten, por ejemplo, construcciones de una planta (viviendas o establecimientos
industriales, carentes de balcones que sobresalgan sobre el electroducto y terrazas o
azoteas accesibles, etc. A continuación de éstas siguen las zonas de mínima
restricción, donde las limitaciones se reducen notablemente y su finalidad esencial es
impedir que- árboles, obras o mejoras de altura, por hecho del hombre o fenómenos
físicos, puedan afectar en su caída los cables conductores del fluido- energético.
Bajo el control de la Secretaría de Estado de Energía estas zonas de restricción,
pueden oscilar en mutables anchos (22, 55, 90 o 100 mts.) a ambos lados de la línea
y aun más, acrecentándose ante electroductos múltiples (líneas paralelas, próximas,
de tendidos juntos). Ellas también obligan a desalojar grupos electrógenos, impiden
la acción de- equipos radiotransmisores y por la elevación de las instalaciones hasta.
la fumigación del área, con los consiguientes perjuicios y derecho rescriptorio.
3. El inmueble afectado y su incidencia en la determinación de- la
indemnización. Existen factores de índole externa, como son la. ubicación del
inmueble (urbana, suburbana, rural), su posición geográfica, altimetría del lugar, etc.
Como factores de carácter interno cabe destacar las medidas y proporciones de
inmueble, su formato, nivel, bondad del suelo, y si existiesen construcciones
corresponde evaluar las medidas de éstas, el tipo de edificación, materiales,
antigüedad, estado de conservación, vida útil, mejoras, etc. Determinado con criterio
técnico el valor objetivo del inmueble gravado por la servidumbre, se debe
determinar el grado de incidencia de ésta sobre ese valor y fijarse, en consecuencia,
los coeficientes para la indemnización apropiada por la constitución del mencionado
derecho real administrativo.
4. El destino del inmueble afectado por la servidumbre. Sin perjuicio del terreno
sobre el cual pesa la servidumbre constituida, puede originarse un perjuicio a quien
legítimamente lo posee, en razón del específico destino del bien que puede verse
cercenado o anulado, estimando, por ejemplo, que en una actividad industrial podría
ser mayor la afectación que sobre una comercial o agrícola, y en ésta habrá que-
distinguir tipo de cosechas, cultivos, pasturas, explotaciones frutícolas,. hortícolas,
etc., de bajo o mayor porte.
La constitución de la servidumbre sobre campos destinados a la actividad
ganadera tal vez sea mínima en su carga, pero si se trata de un tambo mecanizado,
con construcciones e instalaciones eléctricas aptas a su fin, el perjuicio que dimana
del tendido de una línea de alta., tensión puede resultar positivamente incrementado.
Como una. especialidad dentro de la actividad citada, por sus particularísimas
características, no podemos olvidar los establecimientos destinados a haras.
5. Situaciones que no admiten el reconocimiento de indemnización. A efectos de
completar el régimen aplicable a las indemnizaciones por la constitución de
servidumbres por electroducto, cabe hacer mención a determinadas situaciones en las
cuales no corresponde resarcimiento alguno:
1. Incomodidades y molestias resultantes de la constitución de servidumbres de
electroducto en la vía pública: la Corte Suprema, en autos “Sánchez, Arturo H., e.
Segba S.A.” (“L.L.”, 137-116), entendió que era improcedente el reclamo del actor
en cuanto pretendía se le indemnizaran los daños y perjuicios producidos en el
inmueble de su propiedad por la instalación en la vía pública de dos columnas de
cemento armado que servían de sostén a una cámara transformadora de corriente
eléctrica. Dicha instalación había sido realizada en la vía pública, sobre la acera y
dentro de la línea de construcción de la finca. Que el principio de orden estético
carece de suficiente entidad, y, por tanto, no autoriza a reclamar resarcimiento
alguno, puesto que, con arreglo a la doctrina del tribunal, no constituye una lesión
esencial del dominio.
2. Tampoco es procedente la indemnización de un daño de peligro. En el mismo
precedente la Corte Suprema sostuvo que no era invocable el “temor de que ocurra
eventualmente una pérdida de corriente, un cortocircuito o el desprendimiento de un
cable, pues la Corte tiene decidido que el concepto de indemnización de daños y
perjuicios lleva implícita la realidad de los mismos y, para su establecimiento
judicial, requiere la comprobación suficiente de tal realidad; en cuanto se trata de
daños sobrevinientes, cualquier decisión sólo puede ser conjeturar (“Fallos”, 232-
362).
3. Se excluyen también de las indemnizaciones los perjuicios de carácter
afectivo o de carácter estético, las ganancias hipotéticas y los probables beneficios
que resultarían de la subdivisión del terreno, si ella no estuviese aprobada por la
competente Dirección de Geodesia con anterioridad a la fecha de la afectación con
servidumbre del electroducto (confr. Valiente Noailles (h.), Derecho real..., “L.L.”,
1979- B-1039).
4. Respecto a la “zona aledaña”, que se extiende en forma paralela a la línea de
alta tensión, no corresponde compensar a la propietaria del fundo sirviente, por
cuanto la legislación aplicable —en el caso la ley 8398, art. 31, de la provincia de
Buenos Aires— solamente prohíbe .erigir instalaciones o plantaciones que, en caso
de caerse, puedan ocasionar daños al electroducto, es decir, objetos cuya altura no
revista la necesaria para que, desde su base, alcance las instalaciones eléctricas. Pero
en ningún momento impide al propietario realizar la explotación del suelo o edificar
sobre él con la sola advertencia de guardar las debidas proporciones y seguridades
del caso” (0.23 C.C. La Plata, Sala 111, 23/5/78, “Dirección de la Energía de la Pcia.
de Buenos Aires e. Manantiales Soc. en Com. por Ac.”, S.P. “L.L.”, 1979, p. 2040,
sum. 2).