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HISTORIA DE LAS MUJERES EN OCCIDENTE

Experiencia religiosa y sensibilidad femenina en la España Moderna

Introducción:

Es un tópico afirmar que en la Edad Moderna el único horizonte que se le ofrece a las mujeres
oscila entre el hogar y el convento. Denominador común – obediencia, supeditación al hombre.
Dentro de una cultura caracterizada por un antifeminismo latente, la mujer es considerada como un
ser inferior. Para los menos radicales su inferioridad consiste en una debilidad mental impuesta por
la propia naturaleza.

Ante tal abismo a la mujer, solo le quedaba aceptar la protección del hombre; en el matrimonio de
una forma directa, en el ocnvento la protección se proyecta en múltiples opciones.

ÁMBITO DOMÉSTICO – Desde los tiempos bíblicos, la función de la mujer fue la de fiel
compañera y antídoto de una soledad siempre temida. El matrimonio es, por tanto, el estado en el
que las mujeres alcanzan toda su dimensión. Dimensión que será trazada bajo las coordenadas de la
Iglesia, a través de una pedagogía en la que se insiste reiteradamente en el perfil de la mujer bíblica
e ideal: “toda silencio y responsabilidad, paciencia inalterable, dedicación convencida, encierro
interior y rechazo de la vida mundana”.

Es el encierro del hogar donde la mujer cumple su único fin: la reproducción biológica y el
mantenimiento doméstico. En ningún momento se recoge la necesidad de cultivar el espíritu, lo que
evidenciaba el alto porcentaje de analfabetismo femenino.

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