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NUESTRA SEÑORA DE LA RECONCILIACIÓN 4.

Es tu nombre un bello canto a tu bondad


1. Reposan mis pobres ojos sobre ti que se dice dulcemente,
se pronuncia lentamente
y al mirar tu dulce vientre y se repite sin cesar.
me consuela suavemente ¡Qué llamado tan gozoso!
tu ternura maternal, ¡Qué serena melodía!
Es tu nombre pronunciar
tu dulcísima figura
cómo no decir ¡María!
que a la serpiente domina, si es tu nombre un bello canto a tu bondad.
enciende el amor en mí 5. En tu seno el mismo Verbo se encarnó
y renace la esperanza y en tu vientre el cinto de oro
testimonia tu esperanza
al reposar mis pobres ojos sobre ti.
y tu pureza en su esplendor.
2. En tu pecho hay un ardiente resplandor Si Tú, tierna Reina mía,
que tu corazón enciende me conduces y me guías
donde la espada que pende hacia el Reconciliador
me convence de tu amor. quién sin ti vivir podría
No hay tristeza que no ceda si en tu seno el mismo Verbo se encarnó.
ni dolor que no se rinda 7. Quién podría resistirse a tu candor
ante tu dulce corazón; si ante tu mirada tierna
de ternuras eres fuente la soberbia se disuelve
si en tu pecho hay un ardiente resplandor. como bruma bajo el sol;
3. Es tu manto el gran remanso de tu amor alegrías y dolores
donde el pecador encuentra se unen como blancas flores
la esperanza que lo alienta en torno a tu corazón,
a confiar en el perdón. hoy mi vida se confía,
Tus manos como palomas dolorosa Madre mía, a tu amor. (2v)
me consuelan y me indican
la razón de mi existir;
quién en ti no confiaría
si es tu manto el gran remanso de tu amor.

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