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7 paradojas interesantes para estudiantes de filosofía

Según la RAE, una paradoja es un dicho o hecho que parece contrario a la lógica, o una
figura del pensamiento que consiste en emplear expresiones que aparentemente envuelven
contradicción. Pero a su vez, la paradoja es un poderoso estímulo para la reflexión. A
menudo los filósofos se sirven de las paradojas para revelar la complejidad de la realidad. Y
aquí te traemos 7 paradojas interesantes para el estudiante de filosofía.

1. La paradoja del Asno

Se trata de una paradoja en la que a un asno se le ofrece dos opciones a elegir. Se le coloca
en medio a dos montones de heno exactamente igual. El hecho de que ambas opciones sean
equilibradas o equitativas y no haya nada que decante la balanza, le llevará a morir de
hambre. Al no haber un factor diferenciador, se entra en ciclos de razonamiento
complejos y este da lugar a la indecisión.

Aunque esta paradoja lleva el nombre del filósofo francés Jean Buridan, fue planteada
originalmente por Aristóteles, pero con un hombre sediento y hambriento, entre dos mesas,
una con bebida y otra con comida.

2. Paradoja de Aquiles y la tortuga

Al igual que en la fábula de la liebre y la tortuga, la tortuga se enfrenta de nuevo a alguien


más rápido que ella. Según la paradoja, Aquiles ofrece una distancia de ventaja a la tortuga,
supongamos 100 metros. Por lo tanto Aquiles parte 100 metros por detrás de la
tortuga.Cuando Aquiles haya recorrido los 100 metros que inicialmente lo separaba de la
tortuga, ésta habrá recorrido más distancia (por ejemplo 15 metros). Por esta regla, la
tortuga siempre estará por delante de su adversario, ya que siempre habrá movimiento y
Aquiles tendrá que cubrir primero esa distancia de diferencia.
Es obvio que, según la física, esto no es así, pero según las matemáticas sí, y he aquí la
paradoja. Aplicar reglas matemáticas a situaciones no matemáticas pueden tener
resultados extraños, como que se te escape la tortuga.

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3. Paradoja sorites o del montón

Pone en juego todo lo que normalmente decimos basándonos en el sentido común


(prejuicio cognitivo) y en la presunción egocéntrica de la universalidad de un
conocimiento determinado. El autor es Eubulides de Mileto, un filósofo griego también
conocido por sus paradojas. Una de las más interesantes es la que formula lo siguiente: ¿En
qué momento un montón de arena deja de serlo?

Esta pregunta nos lleva siempre a realizar deducciones sobre qué constituye un montón de
arena. Es así que se dice que dos o tres granos de arena no forman un montón, que un
millón sí lo constituyen; que si «n» granos de arenas no forman un montón, si les
agregamos un grano de arena más tampoco lo formarán; que si «n» granos de arena son un
montón, quitándole un grano seguirá siéndolo. ¿Cuál es la medida adecuada? ¿Cuál es el
número interesante que va a inaugurar la existencia o no de un montón de arena?

Las respuestas más acertadas podrían ser las siguientes: O bien no hay tal cosa como
montones, o bien 1 grano de arena es un montón. Por cierto, sorites significa montón, pila,
conjunto en griego.

4. Paradoja del ahorcamiento sorpresa

Quizás esta paradoja te parezca conocida, ya que también se la conoce como la paradoja
del examen sorpresa, pero el final termina casi siempre siendo el mismo.

Esta paradoja trata de un condenado a morir en la horca. El condenado pide saber cuando
será llevada a cabo su ejecución. El verdugo le dice que será ahorcado en una madrugada
de la semana siguiente, pero no el día exacto, con la intención de que sea una ejecución
sorpresa. La cuestión es que el condenado, al escuchar esto, siente alivio, ya que considera
que no será ejecutado.
El prisionero razona que si lo que se le ha dicho es cierto y será colgado por sorpresa, el día
elegido no será el viernes. Es que si para el momento en que sea jueves no fue colgado, el
ahorcamiento del viernes no sería una sorpresa. Lo mismo sucede con el jueves, pues si el
viernes ya se eliminó y el miércoles de noche no es colgado, el jueves ya sería una
obviedad. Lo mismo utiliza para eliminar el miércoles, el martes y el lunes, yéndose a
dormir tranquilo con la idea fija de que no será ahorcado.La semana siguiente, el miércoles
a la mañana, el prisionero fue ahorcado por sorpresa.

¿Hace falta que te explique por qué lo que dijo el verdugo se cumplió?

5. Paradoja de los números interesantes

La denominación de interesante viene de la búsqueda de propiedades únicas o


características especiales a determinados números. Y si alguien está pensando en qué un
número determinado puede no ser interesante, quien sostenga que los números naturales
son siempre interesantes dirá que no, que ese número seleccionado por quien quiere
contradecirlo es interesante porque, por ejemplo, es el número que corresponde al año en el
que se sucedió un hecho o que es producto de la sumatoria de otros números naturales
(también importantes).

La demostración real de esta afirmación se da a través de la división de los números


naturales y aburridos. De esta forma, siempre habrá un número que será el más pequeño
de los aburridos, por lo tanto pasará a ser interesante y por lo tanto habrá que moverlo de
grupo. Si esto se sigue dando, nos encontraremos con que el grupo de los aburridos
terminará vacío, dando a entender que todos los números son interesantes.

Lo paradójico es que esta reducción al absurdo de entidades objetivas tiene un componente


subjetivo muy fuerte y ambiguo, el hecho mismo de ser interesantes. Ahora, si al número
se le ha puesto el adjetivo de interesante subjetivamente y la paradoja refiere a los números
interesantes, ¿qué tan errada está la aseveración principal?

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6. Paradoja de la flecha

Esta paradoja es de Zenón de Elea, discipulo directo de Parménides. En ella, Zenón ya


empieza a denotar ciertas ideas sobre el concepto racional de velocidad, dando lugar, ya
en aquel tiempo, a una incógnita: ¿Es el movimiento un estado concreto o solo es el
resultado de una comparación de estados?

La paradoja de Zenón nos dice que si observamos el movimiento de una flecha en un


instante preciso, en realidad no se aprecia movimiento, su estado tiene una posición
específica y por lo tanto anula el movimiento. Para apreciar el movimiento de la flecha, no
se puede observar sólo un preciso instante, sino que se tiene que tener en cuenta el instante
precedente y el posterior. De hecho, no podrías apreciar si un objeto está en reposo o en
movimiento observando un solo instante cualquiera.

7. Paradoja de la fuerza irresistible o imparable

¿Qué pasa cuando una fuerza irresistible se encuentra con un objeto inamovible? Esto es lo
que cuestiona la paradoja que tiene una fuerte intrusión en el ámbito de la lógica. Como
en todas las paradojas que venimos presentando, la idea no es pensarla como una realidad
posible, sino como un ejercicio.

Conocida como la paradoja de una fuerza irresistible o imparable, esta postulación viene a
enfrentarse con la idea actual de la ciencia que indica que no existe ningún tipo de fuerza
que sea completamente irresistible, además de aseverar teóricamente que no existen objetos
inamovibles. Esto se produce porque un objeto inamovible igualmente tendría que tener
una inercia con valor igual a infinito, por lo tanto debería estar constituido por una masa
infinita. Si tenemos en cuenta un Universo finito, tal energía para la fuerza imparable no
puede existir.

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Las rutinas diarias de Nietzsche, Marx y Kant

Las mentes más grandiosas de la historia crearon obras sin precedentes, parteaguas en el
pensamiento de la humanidad. Marcaron las mentes de quienes los leyeron y, con sus
teorías cambiaron el mundo para siempre. La vida de los pensadores, sus rutinas y sus
hábitos son de extrema importancia para quienes aspiran a generar cambios como los de
ellos.

En esta época llena de crecientes distracciones, es bueno voltear la mirada para conocer
cuáles eran los hábitos de grandes personajes, quienes algo debieron haber hecho para
generar tan brillantes ideas.

Friedrich Nietzsche

Con una vida tormentosa, el filósofo alemán fue víctima de su hermana, quien llegó a
manipular sus textos, los cuales incluso fueron usados por los nazis para crear su ideología.
También en vida fue estigmatizado debido a su radical forma de pensar y de interpretar la
filosofía del pasado. Fueron necesarias décadas para que el trabajo de Nietzsche fuera
estudiado y corregido. Enfermo de sífilis y arrastrado a la locura en sus últimos días, la
rutina del creador del Übermensch o Superhombre era un tanto solitaria.

Según el libro Friedrich Nietzsche de Curtis Cate:

“Con un rigor espartano, que nunca dejó de sorprender a su casero-tendero, Nietzsche se


levantaba todas las mañanas cuando el cielo aún estaba gris, y después de lavarse con agua
fría de la jarra y beber un poco de leche caliente, él, cuando no estaba derribado por dolores
de cabeza y vómitos, trabajaba ininterrumpidamente hasta las once de la mañana. Luego a
paso ligero, hacía una caminata de dos horas por el bosque cercano a lo largo de la orilla
del lago Silvaplana o del lago de Sils, deteniéndose de vez en cuando para anotar su últimos
pensamientos en la libreta que siempre llevaba consigo. Volvía por un almuerzo en el Hotel
Alpenrose. Nietzsche, que detestaba la promiscuidad, evitaba la aglomeración del mediodía
en el gran comedor y comía un almuerzo más o menos “privado”, por lo general consistía
en un filete y una gran cantidad la fruta, que según el gerente del hotel, fue la causa
principal de sus problemas estomacales frecuentes. Después del almuerzo, generalmente
vestido con una larga y algo raída chaqueta marrón, y armado como de costumbre con el
cuaderno, lápiz, y una gran sombrilla verde para protegerse los ojos, él tomaba una
caminata aún más larga. Volviendo a casa cerca de las cuatro o cinco, regresaba
inmediatamente a trabajar, cenaba galletas, pan, miel (enviado desde Naumburg), frutas y
tazas de té que elabora por sí mismo en el pequeño comedor de arriba hasta que, agotado,
apagaba las velas y se iba a la cama a las 11 pm”.

Karl Marx
Con una vida un tanto trágica, los últimos días de Marx se vieron llenos de enfermedad
debido al poco cuidado que tenía sobre su cuerpo. La falta de dinero y el
consumo incesante de tabaco fueron vitales en la vida del que Engels consideró “el más
grande pensador de nuestros días”.

Isaiah Berlin, gran intelectual del siglo XX comenta de Marx:

“Su estilo de vida consistía en visitas diarias a la sala de lectura del Museo Británico, donde
normalmente estaba desde las nueve de la mañana hasta su cierre a las siete de la noche;
esto era seguido por largas horas de trabajo por la noche, acompañado de un incesante
consumo de cigarros, los cuales de lujo pasaron a ser indispensables para él. Esto afecto
permanentemente su salud y frecuentemente se veía presa de ataques y enfermedades del
hígado, acompañada por inflamación en los ojos que interferían con su trabajo lo que lo
cansaba, irritaba e interrumpía su manera de vivir”.

Incluso Marx escribió en 1858: “Estoy plagado como Job, solo que sin tanto miedo de
Dios”.

Immanuel Kant
De Kant se ha dicho muchas veces que las personas del pueblo en el que vivía ajustaban sus
relojes de acuerdo al momento en el que el filósofo tomaba sus caminatas, pero mientras el
mito continúa, Michel Kuehn consideró necesario investigar la vida de uno de los autores
más revolucionarios en el pensamiento humano.

“Se levantaba a las 5 de la mañana y su siervo, Martin Lampe, quien trabajó para él desde
1762 hasta 1802, lo despertaba. El viejo soldado tenía ordenes de ser persistente para que
Kant no durmiera más tiempo. Esto hizo que Kant nunca se levantara con más de media
hora de retraso. Después de levantarse, Kant tomaba una o dos tazas de té suave junto a su
pipa de tabaco. El tiempo que fumaba era el tiempo que dedicaba a la meditación. Y con el
paso de los años el tiempo para fumar creció. Después trabajaba en sus libros hasta las 7 y
sus conferencias duraban hasta las 11. Cuando las conferencias terminaban, trabaja en sus
escritos hasta el almuerzo, comía y daba un paseo. Iba a pasar la tarde con su amigo Green,
volvía a casa y trabajaba un poco más hasta dormir”.

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