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los muertos
josele Santiago
Tocan a rebato
por las hijas muertas
una a una
Creíste
que tu niña
de occidente,
maquillados,
la bandera
gualda y roja
Para ellos,
un matorral
pionero
de puñaladas
a la espalda
paseando
Como despedida
tienden la mano,
aerobios y motrices,
jurando
que belcebú
nació en su casa
La irrealidad,
dramáticamente,
le abandonaba
Tanto pánico,
esto,
otorgó a su cuerpo,
de inmediato
y así comprobó
Se hizo socialista.
con un silbido
pertinaz
a Addis Abeba
y decidí
dar yo
las coces)
El otoño
trajo consigo la muerte
la polémica polisémica
del tiempo
raquítico
y el raquítico espacio
y que, así,
el vacío mengüe
Sé lo que necesitas
de aquí
a mañana
todas
y cada una,
La verticalidad
precisa
no encuentre la noche
En el segundo escalón
de entrada
a la pastelería,
sentada
del penal
espera
de su hija
que,
no sabe,
mujer y hombre
se muelen
las costillas,
impotentes
vivípara y asesina
con la experiencia
atómica
para surcar,
prevenidas,
esputa,
Dejan en la acera,
por si acaso,
los corazones,
sin candar
Trátame bien
si me hallas floreciendo
si permuta
la temida ingravidez
y entonces,
mi remota colección
de vello púbico
y energía
paradigmáticamente
eche de menos
las arenas
enemigas
descuartizado
Pasivo,
incluso,
en su desbarajuste físico,
mamífero
que mamó
lo guapa
Hincha la noche,
Envenenada
has empezado
a derretir la cama
enloquecidas
se andan ahogando
Después de tu martirio
no habrá flechas
Obsoleta,
buscas al hijo
Espinado,
espera
que cobres
puntualmente
la pensión
Nadie
me va a parar los pies
si escuchar tu voz
me desbarata,
frontalmente
el apetito
Se va el día
y salen larvas
de mi cuerpo descompuesto
la cabeza
de continuo
Voy,
sacramental,
tomando drogas
para intentar que, esta vez,
para prevaricar,
secuenciado
destrozarlo todo
La civilización,
posiblemente,
sea un atraso
Soy la reina de la fecundidad.
Te abro la puerta.
Cógeme el corazón.
Prueba su frío.
y aún no es
mediodía
elegido
sin plegarias
Después
de que encauzasen
tu sangre seca
Después
de tantas religiones,
descubrimos
Nadie demostró
que esto
la única avaricia
que acunar
El viento
tararea
el abuelo materno
de Franz Kafka,
no necesitó jamás
Priorizaba
plúmbea pesadez
para escarchar
diariamente
por si su mujer,
decidía desahogarse
esa mañana
Nancy mira atenta la casa de su padre
Recuerda
por la noche,
los bautismos
piadosos
de la carne,
su primer precipicio,
poliédrica
de anfetamina
de multiplicar
por cien
homogéneos
Llévatelos,
como hiciste,
Padre,
perdónalos,
si no saben resucitar
Te soterran
con su mierda de héroe,
los héroes,
Enganchada a la cafeína,
Mantienes la paciencia
Es el momento
de la partida
Será tu amor,
desde ahora,
y para siempre,
submarino
Quizá fue
por tanto ruido
los ojos
y en tu rotunda mudez
rellenos
de hecatómbica pereza
parece un milagro
Porque le fallaron todos,
como una varicela
poderosa
su día entero
viéndola llorar
Y ahí va evangélica
a recibirte, sal,
ciclotímica
en tu agua gigantesca
del norte
y redujo,
a escombro
el subcontinente indio,
la pasada semana
por descontado
Armar este martes maníaco como un suplemento.
De cerca,
el uniforme,
huele a rayos
Aquí no se salva
ni el soldado Ryan
Caer,
desplomado,
con el amanecer
Debates,
Aparecen,
sobrehumanas
las mordeduras.
La vecindad,
incorrecta,
Consumirán
así la tarde,
pese a su alergia.
a ver el fútbol
como dijiste
Padres de familia atados a las columnas
Tu costado,
sigila almas
y no sangrar
Salen lanzados,
del melanoma
de su vida habitual,
un reguero de pus
Su fe bestial
abandonó la pantalla
Fecunda,
bélica,
su propuesta tenaz
de manumitirse,
la llegada,
al dorso
de un desendemoniador
Te llenaste de humo
Amaste,
por doquier,
Revolviste,
indiferente,
Fuiste el circo
aullaban
rociados de fuel
un general pagado
diplomáticamente inmune,
la cara
tercero
La felicidad
es una manía
terrible y apócrifa
Vivimos al día tu capacidad de sorpresa,
tu nula respuesta
animal
Acotamos,
tu camino monótono
Te encandilamos
nuevamente
primitiva,
en sus casas
sin filigranas
a la oración
Los yonquis
y transformistas,
discuten
su actor favorito
Partir piedras. Ese será tu día a día.
Desclavar arpones entre el ojo y la ojeriza
Convertir en milagro
la leche agria
Ver hacerse
nuevas armas,
en silencio
Empalizarse,
a enamorarse
e iría a la horca
de forma voluntaria
Icónica,
se ensaña en el nombre
(clasificado equis)
Cíclica,
explota tu amor
Me gusta
cuando inspiras
engañó a todos
tu otra vida.
La que soñabas.
Va abierta en canal.
Ya puedes
ir aprendiendo a discutir
Luego
alguien
me atizaba
y tú no sabías nada
no llegaban a ti
Un borracho te dice
que ese
no es, de largo, el buen camino,
y te crece,
maligno,
un tumor
Te hablé de él
(como en postdata)
en mi cama
Creer en dios
tétricos
Inclemente
Llegará el infierno
Volverán
los estibadores
a probar en probadores
convocará reuniones
urgentes
de tuppersex
Promediarán,
las tabernas,
y visionaria
como si yo pudiera
hospitalizar
Un terremoto
de hielo y nieve
carnívoro,
desestructurará de nuevo
la familia
de menos
Quedará,