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Capítulo 1:
Introducción
Todos en algún momento de nuestras vidas vivimos la pérdida de
alguien a quien queremos, y es en ese momento en el que nos sentimos
destrozados, a veces que la vida ya no tiene sentido si todo acaba en algún
momento, y que todas nuestras ilusiones y esperanzas se vienen abajo, se
derrumban, es como si de pronto el mundo nos quedara tan grande y no
encontramos un camino que seguir, estamos como perdidos en un gran lago.
Lo peor de todo es que en ese lago nos estamos hundiendo y no estamos
haciendo nada para detenerlo, y este proceso en el que nos hundimos, nos
duele, y nos duele más que el mismo día que sufrimos esta gran pérdida.
Por todo lo anterior es importante hacer notar que el vivir el luto, y el duelo es
algo sumamente válido, porque como humanos tenemos un corazón que
siente, un cerebro que piensa, y más un alma que extraña. Lo importante surge
cuando tenemos la necesidad de salir de este estado, porque seguimos
teniendo una vida, porque tenemos familia y porque tenemos que aprender que
en este mundo terrenal nada es eterna, y entonces simplemente aprendemos a
vivir con esa pérdida, sin olvidarla.
Entonces comencemos a aprender, que nunca es tarde...
Capítulo 2:
Definiciones
Es importante entender primero lo que queremos expresar
cuando nos referimos a la palabra "luto" o "duelo", ya que esto nos da una idea
más clara de lo que significamos, y así todos podremos entender los
conceptos:
Las dos definiciones nos llevan al momento trágico de perder a un ser querido.
El luto es manifestado por el exterior de las personas, a diferencia de lo que es
el duelo:
* Dolor, aflicción.
Capítulo 3:
2. Desorganización.
3. Enojo.
4. Culpa.
5. Soledad.
6. Alivio.
7. Restablecimiento.
Es importante que las personas que queremos ayudar, o las que nos
encontramos dentro de este transe se les preste atención. No significa que al
terminar de leer este capítulo vamos a ser personas completamente nuevas,
sin dolor y sin sufrimiento, ¡no!, tomémoslo con calma, con tranquilidad y
paciencia, pero no cerremos nuestra mente, este es el paso más importante.
Es cierto que cuando pasas por una situación así, difícilmente alguien puede
rebatir tu actitud ya que sienten que no tienen el derecho de hacerlo, pero ya se
sabe lo que se dice: "clavando, clavando hasta que el clavo quede fijo", y esta
actitud es la que tenemos que tener, ser constantes, y mantener un espíritu que
ayude a que día a día este dolor no se olvide, pero disminuya y nos permita ver
que tenemos más cosas alrededor, personas que sufren más, tanto por la
pérdida del ser querido, como porque se van perdiendo a ellos poco a poco...
Capítulo 4:
En esta primera etapa las personas que son allegadas a las que sufren un
duelo son tan importantes como la misma persona que ha muerto, aunque
aquella que sufre no lo nota en estos momentos ya que se encuentra absorta
en una realidad que quiere construir. Es en esta etapa donde se mantienen
aquellos que realmente quieren a la persona que sufre el duelo; los verdaderos
amigos se demuestran aquí.
Capítulo 5:
La mejor ayuda que se le puede dar a la persona que atraviesa por esta etapa
es mostrarle que se le ama y se le acepta tal y como es. De esta manera puede
atravesar la etapa de desorganización en forma más constructiva.
Lo que deben hacer las personas que quieran ayudar al doliente en esta etapa,
es permitirle que ventile o exprese verbalmente sus emociones sin juzgarle, de
tal manera su ánimo puede llegar a curarse, de lo que más hablan es del ser
querido que han perdido, así que las personas allegadas al abatido tienen que
tener paciencia porque tal vez escuchen el relato una y otra vez, pero es una
forma de desahogar que se les debe permitir.
Durante este período el doliente recuerda, con resentimiento, las cosas que se
hicieron con la persona desaparecida, cuando aún estaba con vida.
Lo que hay que hacer, en este caso, es escuchar con comprensión y afecto a la
persona y dejar que llegue al punto en que ella se perdone a sí misma. La
plena aceptación del doliente, por parte de una persona significativa, es de
suma importancia en esta etapa del proceso de duelo.
Esta etapa de duelo es peligrosa para la persona que sufre. El vacío que hora
se da pide desesperadamente que se llene. Se olvidan las faltas o defectos del
desaparecido y se le atribuyen cualidades casi celestiales.
La actitud más valiente y sana que debe adoptar el que sufre una pérdida es
enfrentar la pérdida tal como se da, y no tratar de reemplazarla o caer en un
comportamiento de pérdida. Los escapismos impiden expresar plena y
sanamente el dolor, lo cual es necesario para poder recobrarse de la pérdida y
la soledad y así emprender una nueva vida.
Es muy importante que notemos que la persona que se ha ido de nuestro lado
debe de seguir presente en nuestros corazones, en nuestra mente y en nuestra
memoria, la memoria del ser humano es tan grande que ésta no necesita ser
reemplazada por nada ni nadie, ese recuerdo que tenemos del ser amado tiene
que ser el apoyo para salir adelante, no tenemos porque olvidarlo o tratar de
opacarlo con la presencia de alguien más ya que hay que notar que todos
somos diferentes y aunque encuentres a alguien con un parecido excepcional,
no va a ser el mismo nunca, lo que vivimos lo tenemos con nosotros, es
nuestro y nadie nos lo puede quitar. Además es injusto porque quitamos la
autenticidad de alguien y eso es algo que a nadie le gustaría que le hicieran,
pensemos en esto...
Capítulo 9:
Por ejemplo, si el difunto sufría mucho antes de morir, los familiares sienten
consuelo de que ya no lo hará más; otros sentirán que ya no tendrán que
sobrellevar una carga económica fuerte, al no tener que pagar más cuentas
hospitalarias, medicinas o médicos. Tal vez piensen que fue mejor que muriera
de esa forma y no de una enfermedad crónica de años...
A veces el doliente no sabe manejar el sentimiento de alivio que experimenta:
se siente ambivalente frente a él. Por un lado se dice: ¿cómo puedo
experimentar ahora algo contrario al dolor que he pasado? Es necesario que se
dé cuenta que el sentimiento de alivio es normal en estas circunstancias y que
es parte de la realidad que se da en toda la vida humana.
En esta línea de acción deben proceder los que están cercan de la persona
que atraviesa por esta etapa del duelo. Hacerle ver a la persona que está bien
que sienta un alivio pues no es culpable por no llorar o por pensar que fue
mejor así, que no esta siendo egoísta, que esa persona que lo ha dejado va a
agradecer en parte el hecho de que piense de esa manera, ya que el doliente
no se afligirá más por verla llorar y no poderla consolar.
Capítulo 10:
Capítulo 11:
Conclusión
Ya se explicó lo que es el duelo y el luto, las etapas que
comporta el duelo y lo importante que es llevarlas a cabo, así como la ayuda
que las personas cercanas a la que sufre el duelo tienen que hacer, y que no
les sorprenda ver reacciones no esperadas.
Debemos de tener en cuenta que las personas que han muerto no sufren,
gozan de no tener que trabajar, de no levantarse temprano, dejan de tener
responsabilidades, y aunque suena tal vez superficial, puede ayuda el pensar
de esta forma.
Existe un poema que escribió James Whitcomb Riley que es muy acertado y
que quiero dejar dentro de esta conclusión:
Y puede ser que este sea un pensamiento que nos ayude a seguir de pie, que
nos ayude a ir entendiendo paso a paso una realidad irreversible: