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Sumario: I. Introducción. El Reglamento para la notificación por medios electrónicos. Antecedentes. II. El
sitio web seguro. Soporte del funcionamiento del Sistema de Notificaciones y Presentaciones
Electrónicas. III. Obligatoriedad del uso de medios electrónicos de comunicación. IV. El domicilio
electrónico. V.La cédula electrónica. Diligenciamiento. Supuestos en los que se deban acompañar
copias. VI. El confronte electrónico. VII. El informe electrónico sobre el diligenciamiento. VIII. Momento
en que opera la notificación practicada por medios electrónicos.IX. El régimen residual: las cédulas en
soporte papel. X. Otros instrumentos de comunicación: los oficios electrónicos. XI. Conclusiones.
Como fruto de la propuesta formulada en el seno de la Mesa de Trabajo sobre la implantación de las
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nuevas herramientas tecnológicas , la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, a
través del Acuerdo 3845, dictado el día 22 de marzo de 2017, aprobó el nuevo Reglamento para la
notificación por medios electrónicos, que regirá el modo en que habrá de operar el Sistema de
Notificaciones Electrónicas a partir del día 2 de mayo de 2017.
Este Acuerdo deroga los artículos 1 a 5 y 8 del anterior reglamento (aprobado por Ac. 3540/11 S.C.B.A.),
así como el acápite 3 (tercer párrafo) y 4 de la Resolución N° 3415/12 S.C.B.A., el art. 4 de la Resol ución
N° 1407/16 S.C.B.A., y toda otra normativa que se o ponga a la nueva reglamentación.
Viene así a actualizar y a condensar la normativa oportunamente dictada por el Superior Tribunal para la
implementación de los medios electrónicos de notificación en el ámbito de los procesos judiciales de
trámite por ante los tribunales de la provincia de Buenos Aires.
La temática no es menor: se reglamenta una de las herramientas más útiles y eficaces que trae
incorporada el Portal de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas de la Suprema Corte de Justicia de
la Provincia de Buenos Aires. La notificación por medios electrónicos reduce considerablemente el
tiempo que conlleva la notificación por cédula tradicional papel, agilizando el trámite judicial y
materializando como pocos instrumentos los principios de celeridad y economía procesal por el que debe
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velarse en los procedimientos judiciales , a la par de brindar seguridad y transparencia en su
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tramitación .
Los medios de notificación electrónicos fueron introducidos al entramado procesal por la ley 14.142. Esta
norma, promulgada mediante el Decreto 1065/10 del 08/07/2010, modificó los artículos 40 y 143 del
C.P.C.C. e incorporó a dicho cuerpo legal el artículo 143 bis, contemplando la notificación por medios
electrónicos en el proceso civil y comercial de la Provincia de Buenos Aires. Del mismo modo incluyó esa
herramienta tecnológica para las notificaciones relativas al procedimiento laboral en la Provincia de
Buenos Aires, a través de la modificación del artículo 16 de la ley 11.653.
Por su parte, el artículo 8 de la ley 14.142 delegó en la Suprema Corte de Justicia las potestades
reglamentarias para el uso de estas nuevas herramientas, con carácter obligatorio para litigantes y
auxiliares de la justicia.
Y es en base a ello y a las facultades que el art. 852 del C.P.C.C. acuerda al Suprema Tribunal para
dictar las medidas reglamentarias que aseguren el mejor cumplimiento de las normas procesales, que se
ha procedido a reglar la operatoria de la notificación por medios electrónicos en el ámbito procesal
bonaerense.
En general, el nuevo Reglamento pretende superar ciertas dificultades operativas suscitadas en
supuestos puntuales y, en particular, cuando deben acompañarse copias con una cédula electrónica.
También incluye precisiones sobre el procedimiento para efectuar una notificación electrónica, tales
como la carga que pesa sobre los interesados en practicar la comunicación y de digitalizar los
documentos que deban adjuntarse, así como la obligación de los funcionarios judiciales de ingresar en
forma frecuente al sistema de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas para permitir su ágil
confronte. Asimismo, incorpora un modelo único y obligatorio de cédula electrónica que deberá utilizarse
por todos los auxiliares de la justicia, juzgados y tribunales, con el objeto de unificar criterios en relación
a la confección de estas piezas.
De esta manera, en el presente trabajo analizaremos en detalle las normas contenidas en la nueva
reglamentación atinente a tan trascendente temática y sus diversas implicancias, que impactan
directamente en la actuación procesal de las partes, abogados, auxiliares de justicia, órganos
jurisdiccionales y entidades de la Administración Pública, implicando un cambio radical de perspectiva
frente al tradicional sistema de notificaciones en soporte papel.
II.- El sitio web seguro. Soporte del funcionamiento del Sistema de Notificaciones y
Presentaciones Electrónicas.
En nuestro ordenamiento jurídico puede hablarse de diversas clases de domicilio. Entre ellos, y en
cuanto interesa a los fines de este trabajo, hallamos al domicilio real, al legal y al procesal.
Sin ánimo de brindar una acabada definición, podemos señalar que tradicionalmente se ha entendido al
domicilio como un lugar dentro del ámbito geográfico territorial, que la ley atribuye como asiento jurídico
de la persona para la producción de determinados efectos jurídicos.
Esa imposición legal es necesaria a fin de que las personas puedan ser localizadas para el cumplimiento
de sus obligaciones y el ejercicio de sus derechos, por lo que puede afirmarse que toda persona tiene el
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deber y el derecho de tener un domicilio, para así garantizar el funcionamiento del estado de derecho .
El domicilio real es el lugar en donde una persona habita con intención de permanecer y afincar la sede
de sus actividades. Su noción está contemplada en el art. 73 del Código Civil y Comercial[18]. Este
domicilio no se “constituye", sino que se ostenta como atributo de la personalidad. Allí la ley presume que
una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus
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obligaciones.
El domicilio legal, en cambio, se trata del lugar que la ley señala para el cumplimiento de determinados
efectos jurídicos, pero teniendo en cuenta diversas circunstancias que pueden hacerlo diferir del
domicilio real. Este domicilio, a contrario del real que puede modificarse sin ninguna limitación, tiene
carácter forzoso. Ello implica que su elección y modificación no pueden ser realizadas libremente por la
persona, sino que es asignado por imperio de la ley.
Son supuestos de domicilio legal los siguientes: a) los funcionarios públicos, que tienen su domicilio en el
lugar en que deben cumplir sus funciones; b) los militares en servicio activo, que tienen su domicilio en el
lugar en que lo están prestando; c) los transeúntes o las personas de ejercicio ambulante, como
los que no tienen domicilio conocido, que lo tienen en el lugar de su residencia actual; y d) las personas
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incapaces, que lo tienen en el domicilio de sus representantes .
Finalmente, el domicilio procesal (imprecisamente referido con frecuencia como domicilio legal) es el
que corresponde a las partes que intervienen en un proceso judicial. Sus efectos son limitados, desde
que se ciñen al juicio en donde se lo constituye, a fin de canalizar allí las notificaciones que sea
necesario efectuar por cédula en el curso del procedimiento. Su razón de ser radica en facilitar y agilizar
el trámite del proceso.
Ahora bien, la implementación de las nuevas tecnologías en el ámbito del proceso judicial, dio lugar a la
irrupción del denominado domicilio electrónico. Este tipo de domicilio, puede definirse en el ámbito de
la justicia provincial como un espacio de almacenamiento que el Poder Judicial pone a disposición de
todos los auxiliares de la justicia, para depositarles allí sus notificaciones electrónicas a través del portal
web de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas, y desde el cual sus titulares se encuentran
habilitados a remitir presentaciones y notificaciones electrónicas a los organismos jurisdiccionales.
De esta manera, al tradicional concepto de domicilio procesal se le incorpora el factor informático: el
domicilio electrónico es un lugar-espacio o casillero virtual que la parte involucrada en un proceso
constituye a fin de recibir las notificaciones que allí cursen, pero con la característica de que es intangible
y no físico.
En suma, el domicilio electrónico es un domicilio procesal. Tiene validez y eficacia jurídica, limitada al
trámite judicial en donde se constituye, produciendo los efectos del domicilio procesal físico constituido,
siendo legales y vinculantes todas las notificaciones y comunicaciones que en el mismo se practiquen.
Ese lugar de almacenamiento electrónico está ligado a la identificación de cada letrado, y se obtiene a
partir de la generación de un Certificado de Firma Digital. Corresponde precisar al respecto que una
casilla de correo electrónico (v. gr. Gmail, Hotmail, Yahoo) no puede servir como domicilio electrónico en
el marco de un proceso judicial, sino que el domicilio electrónico es especial, diseñado para una utilidad
especifica vinculada a la profesión de su titular y debe ser generado conforme una serie de
procedimientos establecidos por la autoridad regulatoria.
El domicilio electrónico es identificatorio y propio de cada profesional. En la Provincia de Buenos Aires
está representado por el CUIT del letrado seguido de “@notificaciones.scba.gov.ar” y es válido para todo
el territorio provincial.
La reglamentación vigente establece que los funcionarios judiciales intervinientes en el proceso de
notificación implementado por la Suprema Corte cuentan con un certificado digital otorgado por la
autoridad certificante del Poder Judicial, y por su parte los litigantes y los abogados intervinientes pueden
aportar un certificado digital propio. En especial, los Colegios Profesionales están habilitados a brindar a
sus matriculados el servicio de firma digital siempre que actúen como certificadores licenciados
habilitados por la autoridad correspondiente y reconocidos por la Suprema Corte[21].
Volviendo al ámbito del proceso judicial, encontramos que para posibilitar y concretar el funcionamiento
del Sistema de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas, el código adjetivo establece como carga
procesal de todo quien litigue por su propio derecho o en representación de tercero, la constitución de
un domicilio electrónico, que será la asignada oficialmente. No obstante, aún persistente la carga de
constituir asimismo un domicilio procesal físico, por lo que para tener por cumplido íntegramente con el
artículo 40 del C.P.C.C, es necesario constituir ambos (procesal físico y procesal electrónico).
Textualmente, el art. 40 del C.P.C.C. (texto según ley 14.142), prescribe que “toda persona que litigue
por su propio derecho o en representación de tercero, deberá constituir domicilio dentro del perímetro de
la ciudad que sea asiento del respectivo juzgado o tribunal, juntamente con una casilla de correo
electrónico, que será la asignada oficialmente al letrado que lo asista…”.
Así, se advierte entonces que la referencia efectuada en el Reglamento para la notificación por medios
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electrónicos en cuanto a la exigencia de constituir domicilio electrónico , no es más que una réplica de
lo dispuesto en la ley adjetiva.
Por fuera de lo señalado, es dable ponderar que el anteproyecto de Código Procesal Civil, Comercial y
de Familia (en trámite legislativo), en su artículo 37 se proyecta que "toda persona que litigue por su
propio derecho o en representación de tercero, deberá constituir un domicilio electrónico en los términos
que establezca la reglamentación que dicte la Suprema Corte de Justicia…”, por lo se advierte la
tendencia a suprimir la carga procesal de constituir un domicilio físico.
El domicilio electrónico que se constituye en el marco de un proceso, debe ser único. Ello importa decir
que las partes, al igual que sucede en el caso del domicilio físico, sólo pueden indicar un solo domicilio
electrónico, independientemente de la cantidad de abogados que asistan a la misma parte.
Si bien el domicilio electrónico que se indique debe ser un casillero virtual asignado a un abogado en la
base de datos del sitio web de notificaciones, la nueva reglamentación, a diferencia de la anterior[23],
prevé expresamente que el domicilio electrónico que las partes deben constituir en un proceso, no
necesariamente debe coincidir con el del letrado que les asista, pudiendo indicarse que se
constituye domicilio electrónico en el de cualquier otro abogado, y allí se tendrán por válidas las
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notificaciones electrónicas que se cursen . Si bien advertimos aquí una parcial contradicción con el
texto del art. 40 del C.P.C.C., en tanto dicha manda legal dispone que el domicilio electrónico del litigante
debe consistir en la casilla electrónica que "será la asignada oficialmente al letrado que lo asista",
teniendo en cuenta la libertad que impera respecto de la constitución de domicilios procesales y que
cabe reconocer a las partes, consideramos que lo dispuesto por el Superior Tribunal en cuanto a este
punto se enmarca precisamente en las potestades reglamentarias de las que dispone para el mejor
cumplimiento de las normas procedimentales[25].
Por otra parte, lo reglado en cuanto a la posibilidad de constituir un domicilio electrónico diferente al del
letrado que asista a la parte, puede brindar respuesta a situaciones puntuales que pueden verificarse en
la práctica y difíciles de prever en abstracto[26].
Así, el nuevo Reglamento solo exige que el domicilio electrónico sea único; por ello, y con la salvedad
apuntada en cuanto a la ausencia de una plena sujeción a lo dispuesto en el código adjetivo, coincidimos
con la previsión reglamentaria por cuanto brinda mayor flexibilidad y garantiza la libertad de las partes
para fijar su domicilio constituido.
No obstante lo expuesto, si alguno de los litigantes por derecho propio tuvieran un certificado digital
propio, emitido de conformidad con las leyes argentinas, pueden en caso de así estimarlo requerirle a la
Subsecretaría de Tecnología Informática la asignación de un domicilio electrónico vinculado a ese
certificado.
La constitución del domicilio electrónico, así como del físico, debe cumplirse en el primer escrito que se
presente en cada juicio (ya sea por soporte electrónico o papel) o en la primera audiencia a que se
concurra, si es ésta la primera diligencia en que se interviene[27], y además debe constar en el
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encabezado de toda presentación que se formule . Este acto jurídico de constitución de domicilio
electrónico debe ser realizado en forma expresa, ya que no alcanza para tener por cumplida esa carga el
envío de una mera presentación electrónica a través del portal web.
Como conclusión, queda sentado entonces que de acuerdo a la normativa legal y reglamentaria vigente,
no puede sostenerse válidamente que el incumplimiento de la carga de constituir domicilio electrónico no
trae consecuencia alguna al litigante renuente. Por el contrario, la inobservancia de tal exigencia
necesariamente impone aplicar sin más la sanción que preve el articulo 41 del C.P.C.C., esto es, la
de tener a la parte renuente por constituido el domicilio en los estrados del juzgado o tribunal.
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Y hacemos énfasis en ello, pues tal como lo abordáramos con anterioridad en otro trabajo , un sector
de la judicatura interpretó (erróneamente, a nuestro modo de ver) que la coexistencia del sistema de
presentaciones electrónicas con el tradicional en soporte papel establecido mediante la Resolución
707/16 S.C.B.A., era extensivo al régimen de notificaciones y, por lo tanto, mientras dicha coexistencia
se mantenga se juzgó que no era aplicable el apercibimiento contenido en el art. 41 del C.P.C.C.
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En suma, tal como la Suprema Corte de Justicia dejó establecido , la carga de constituir domicilio
electrónico resulta de plena aplicación, y los magistrados, frente a la constatación de su
incumplimiento, deben seguir la consecuencia que deriva del artículo 41 del C.P.C.C., a efectos de
posibilitar el avance en la concreción del sistema de notificaciones Electrónicas.
En cuanto al procedimiento a seguir a los fines de instar una notificación en forma electrónica, el nuevo
Reglamento (Ac. 3845/17 S.C.B.A.) establece que los interesados en producir la notificación, deben
confeccionar la cédula correspondiente en el portal web seguro. Una vez confeccionada, se procede a
suscribir la diligencia electrónicamente y a ingresarse al Sistema de Notificaciones y Presentaciones
Electrónicas.
En tal sentido el art. 4 del mencionado Reglamento dispone que “a fin de efectuar una notificación, los
interesados en su producción -en los términos del art. 137, primer párrafo, del C.P.C.C.- confeccionarán
las cédulas de conformidad a los modelos aprobados por esta Suprema Corte, las signarán con
tecnología de firma digital/electrónica y las ingresarán en el sistema de Notificaciones y Presentaciones
Electrónicas”.
En caso de que la notificación deba practicarse con copias (ya sea por mediar un imperativo legal en tal
sentido o por orden del juez), a fin de cumplir con esa carga se debe adjuntar a la cédula en soporte
digital los documentos cuyas copias corresponda acompañar en formato pdf electrónico 1.4.
No obstante, si bien actualmente no está específicamente previsto como sí lo estaba en la reglamento
anterior[31], estimamos que no hay obstáculo para que se tenga asimismo por cumplida la entrega de las
copias si se transcribe su contenido en el propio cuerpo de la cédula electrónica, especialmente a tenor
de lo previsto en el código de procedimientos que expresamente dispone que en los supuestos de los
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medios de notificación previstos en el art. 143 , “se tendrá por cumplimentada la entrega de copias si
se transcribe su contenido”.
Ha de destacarse que en los supuestos en que corresponda el acompañamiento de copias digitales a las
cédulas electrónicas, la anexión de esas copias importa una declaración jurada sobre su
autenticidad. Con lo cual, se consagra un trascendente principio que reposa en la confianza que debe
inspirar la actuación de los abogados, en tanto colaboradores del juez prestando su asistencia al
servicio de la justicia (art. 58 de la ley 5.177).
Compartimos la solución delineada por el Superior Tribunal en punto al valor que se le asigna a la
declaración del presentante sobre la autenticidad de las copias adjuntas, por cuanto juzgamos que se
encuentra en idéntica orientación al criterio que hemos sustentado respecto del acompañamiento de
copias digitales a las presentaciones electrónicas.
En efecto, sostenemos que la copia digital de la documentación original en formato papel, remitida a
través del portal web de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas, constituye un documento digital
que se encuentra revestido de la firma electrónica del letrado remitente. Se trata así de una copia del
original, por lo que concluimos que ante esos supuestos “el órgano jurisdiccional debería constituir al
letrado como depositario del original en soporte papel quien deberá arrimarlo al expediente ante la
primera intimación del juzgado, ya sea de oficio o a pedido de parte, mediante resolución debidamente
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fundada en una causal que justifique tal exigencia” .
Ese mismo temperamento es el seguido por la Sala Primera de la Cámara en lo Civil y Comercial
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de Azul , la cual ha establecido que corresponde instituir como depositario de los documentos
originales al abogado presentante.
De tal modo, no avizoramos entonces en este estado actual de la reglamentación la existencia de
obstáculo o impedimento legal para trasladar el principio expresamente previsto para el caso de las
copias digitales anexadas a las cédulas electrónicas, a los documentos que se acompañen a
presentaciones electrónicas, en donde igualmente puede estimarse su adjunción en soporte
digital como una declaración jurada sobre su autenticidad.
Lo anterior no implica en modo alguno consagrar que el letrado se constituye en un fedatario, pues
no se encuentra legalmente habilitado para ello. Simplemente se trata de reconocerle su función como
colaborar del juez y de la justicia. Por lo demás, siempre estará la posibilidad, ante fundados motivos, de
requerir la exhibición del documento original. Y, en caso de verificarse una falta relacionada con la
declaración jurada sobre la autenticidad de las copias, ello importará para el letrado una grave
inobservancia de ese deber de colaboración, que podrá dar lugar a la formación de sanciones
disciplinarias (cfr. art. 58, inc. 1 de la ley 5.177) y procesales (art. 35 del C.P.C.C.).
No obstante, lege ferenda consideramos que la próxima e inminente actualización de la normativa
relativa a las presentaciones electrónicas debería consignar expresamente esta modalidad, a efectos de
aunar criterios y agilizar la plena implementación y operatividad de dicho sistema.
Volviendo a las notificaciones electrónicas, señalamos que el Reglamento permite, para el caso que por
su número, extensión, formato o cualquier otra razón atendible, fuera de difícil cumplimiento el
acompañamiento de copias en formato digital, que el juez exima de esta carga de conformidad con lo
dispuesto por el art. 121 del Código Procesal. En ese caso, se deben arbitrar las medidas que resulten
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necesarias para posibilitar su cotejo por los destinatarios de la comunicación .
La modalidad para obviar a la otra parte los inconvenientes derivados de la falta de copias, queda librada
al prudente arbitrio del juez, aunque consideramos que la medida más adecuada para salvar dicho
escollo es, por regla, la ampliación del plazo acordado para responder el traslado de que se trate,
indicando en dónde y de qué manera podrá consultarse el documento respectivo, sin perjuicio claro está
de aquellas medidas alternativas o complementarias que puedan ordenarse atendiendo a las
particularidades de cada caso.
Finalmente, el último párrafo del art. 4 del Reglamento (Ac. 3845/17 S.C.B.A.), se refiere a las cédulas
que por imperativo procesal deben llevar firma del secretario judicial (o del funcionario que lo reemplace).
Concretamente, el art. 137 del C.P.C.C. establece en su última parte que “deberán ser firmadas por el
secretario las cédulas que notifiquen embargos, medidas precautorias, entrega de bienes o
modificaciones de derechos, y las que por el objeto de la providencia o por razones de urgencia, el juez
así lo ordenare”.
Así, la reglamentación establece correlativamente que en los supuestos fijados en el art. 137, segundo
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párrafo, del C.P.C.C. y, en general, cuando la notificación sea instada por Secretaría , los funcionarios
indicados por el juez en cada órganotendrán que proceder a confeccionar y remitir la cédula de acuerdo
al procedimiento previsto en el Reglamento para la notificación por medios electrónicos.
En el sistema tradicional en soporte papel, los instrumentos de notificación son confeccionados por los
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interesados y dejados a confronte en la Secretaría del juzgado o tribunal por intermedio de la
respectiva mesa de entradas, a fin de que el personal designado en cada órgano proceda a su confronte.
En caso de no merecer observaciones, las piezas que deban ser diligenciadas en el partido asiento del
organismo judicial, son remitidas a las Oficinas o Delegaciones de Mandamientos y Notificaciones para
practicar la notificación y, una vez cumplida, devolver la cédula con su correspondiente informe sobre el
resultado de la diligencia, todo ello conforme lo dispuesto por la Ac. 3397/08 S.C.B.A.
Ese mecanismo, que se ha visto modificado parcialmente con el dictado del Reglamento para la
notificación por medios electrónicos aprobado por la Ac. 3845/17 (con vigencia a partir del 02/05/2017) -
conforme lo desarrollamos infra, v. apartado IX-, insume necesariamente una considerable cantidad de
tiempo.
En efecto, el abogado debe confeccionar el instrumento, imprimirlo y acercarlo al organismo para dejarlo
a confronte. Por su parte, el órgano judicial debe controlar la pieza, sellarla, cargarlas informáticamente
en el sistema de gestión de expedientes, confeccionar un listado y remitir las cédulas junto con el listado
a la Oficina de Mandamientos y Notificaciones correspondiente. Finalmente, en esta última dependencia
deben clasificarse los instrumentos, distribuirse entre los oficiales o ujieres según la zona geográfica que
corresponda, practicarse la diligencia, informar sobre su resultado y devolverlas al órgano judicial, para
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ser incorporadas materialmente a cada expediente .
En cambio, en el sistema de confronte electrónico, las cédulas son confeccionadas y remitidas por el
abogado interesado en practicar la notificación al órgano judicial en donde se encuentra radicada la
causa correspondiente, a través del Sistema de Presentaciones y Notificaciones Electrónicas.
Una vez confeccionada y remitida la cédula electrónica, la misma quedará a disposición del juzgado o
tribunal para que el personal especialmente habilitado al efecto proceda a confrontar electrónicamente el
documento, para remitirla -siempre por el Sistema de Presentaciones y Notificaciones Electrónicas- a su
destinatario al domicilio electrónico constituido en el proceso. El aludido confronte debe efectuarse
dentro del día hábil posterior a su ingreso al sistema por los interesados.
En caso de que el órgano judicial advierta alguna circunstancia en la confección del documento de
comunicación que obste a su validez de acuerdo a la normativa aplicable, lo observarán dejando
constancia de las omisiones y/o errores en que se hubiera incurrido, para ser subsanado por el
remitente.
El Reglamento impone la obligación a los funcionarios judiciales encargados del funcionamiento del
sistema en cada organismo, de verificar al menos dos veces al día (al inicio y antes de finalizar cada
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jornada) la recepción por medios electrónicos de cédulas a confronte .
Finalmente, con el loable objetivo de agilizar la actividad del confronte de las piezas electrónicas, el art. 3
del Ac. 3845/17 aprueba un modelo único y obligatorio de cédula a utilizarse en todos los fueros e
instancias en los supuestos en que deba practicarse una notificación electrónica, el que se incorpora
como Anexo II del mencionado Acuerdo. Así, a partir del 02/05/2017 deberá emplearse exclusivamente
el modelo de cédula electrónica aprobado, lo que uniformará y hará más sencilla la tarea de confeccionar
y controlar el documento digital.
El nuevo Reglamento (Ac. 3845/17 S.C.B.A.), en su artículo 6, establece el registro de datos que deberá
producirse electrónicamente con relación a la notificación electrónica (en igual sentido que lo establecido
por el artículo 4° del anexo único del Ac. 3540/11 S.C.B.A., actualmente derogado por la nueva
normativa).
Como ya mencionáramos, los abogados, auxiliares de justicia, o funcionarios judiciales, según
corresponda, deben confeccionar la cédula y suscribirla a través del módulo de firma digital propiamente
establecido para cada parte.
Así, una vez remitida electrónicamente una cédula a su destinatario, el sistema registra, al menos, los
siguientes datos: a) la fecha y hora en que la notificación queda disponible para su destinatario; b) la
fecha y hora en las que el destinatario compulsó la notificación; y c) la fecha y hora en que la cédula
quedó a disposición del órgano judicial para su confronte.
Destacamos la seguridad que trae aparejada el registro electrónico frente al registro en soporte
papel, ya que en este último el informe sobre el resultado de una diligencia es elaborado por el Oficial
Notificador o Ujier, con el riesgo implícito que conlleva de que se produzca el extravío, sustracción o
mutilación del instrumento, amén de la posibilidad de que se verifiquen ciertas inconsistencias en los
informes, o que resulten ilegibles, entre otras contingencias propias del formato tradicional.
Pues bien, en el sistema electrónico, al quedar toda la información digitalizada y resguardada en los
servidores de la Suprema Corte de Justicia, la misma es dotada de caracteres propios como la
imposibilidad de pérdida de datos (que son conservados perpetuamente), la transparencia y un
marco de seguridad digital por el cual se puede constatar fehacientemente y en todo momento el
resultado de la notificación, el día y horario en que se produjo, su contenido, como asimismo
verificar si se adjuntaron a la diligencia documentos en formato digital).
En claro lineamiento con el propósito que inspira la concreción efectiva del Sistema de Presentaciones y
Notificaciones Electrónicas y el objetivo de transitar hacia la paulatina “despapelización” y el cuidado del
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medio ambiente , se establece que en ningún caso se deben imprimir comprobantes para ser
agregados físicamente al expediente. De este modo, quien se encuentre interesado en compulsar si una
comunicación determinada efectivamente se concretó (v. gr., magistrados, funcionarios y empleados
judiciales, letrados, auxiliares de justicia), deberá verificar tal extremo directamente en el sistema
informático, que en el caso del portal de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas, se puede realizar
a través de la solapa “Notificaciones” a través del uso de los criterios de búsqueda que el sistema
habilita.
Asimismo, el sistema procura un múltiple control acerca del diligenciamiento de cedulas electrónicas, a
través de las siguientes herramientas:
a) El mail de cortesía: se trata de un “aviso” (equivalente al e-mail que es remitido a los correos
electrónicos asociados a la Mesa de Entradas Virtual cuando surge un nuevo proveído en un expediente)
que se remite a través de un correo electrónico, a la casilla registrada al completar el correspondiente
formulario de generación del certificado digital; y que es remitido cada vez que se recibe una notificación
electrónica o hubo un cambio de estado en las presentaciones efectuadas.
b) Ingreso al Portal de Notificaciones y Presentaciones Electrónicas: al ingresar al portal web (ya sea
mediante ingreso de solo lectura o con certificado), lo primero que se observa es la sección “novedades”,
donde se mostrarán las notificaciones electrónicas que el usuario ha recibido como asi también, si las
que fueron efectuadas y remitidas, se encuentran correctamente diligenciadas..
c) El mail que surge de la MEV: la Mesa de Entradas Virtual de la S.C.B.A. también remite un e-mail al
correo electrónico asociado al usuario, informando que se remitió una cédula electrónica.
d) Ingreso a la Mesa de Entradas Virtual: al ingresar a las causas por este sistema, también se
visualizará en el listado de pasos procesales de la misma que se ha librado una cédula electrónica.
Finalmente, es dable reiterar aquí que a todo evento siempre cabrá la posibilidad de auditar el sistema, a
fin de verificar los antecedentes vinculados con determinada notificación, conforme lo desarrollamos
supra (ver ap. II).
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Tal como hemos puntualizado en otra oportunidad , de manera paulatina se han ido celebrando
diversos convenios entre la Suprema Corte y los distintos entes públicos provinciales, a efectos de lograr
la paulatina implementación de los medios electrónicos para las comunicaciones que deban efectuarse.
Esas comunicaciones, tradicionalmente efectuadas mediante oficios, en el ámbito electrónico
representan documentos electrónicos suscriptos mediante la tecnología de firma digital por el
funcionario judicial correspondiente, a través de su certificado digital propio. Dichos documentos
electrónicos son remitidos a través de la web al domicilio electrónico de la persona a cargo del Sistema
en el organismo de destino.
Actualmente se cursan comunicaciones electrónicas al Instituto de Previsión Social, al Banco de la
Provincia de Buenos Aires, al Registro de Testamentos y al Registro de la Propiedad Inmueble, siendo
de esperar que prontamente se amplíe esta nómina. En alguno de esos casos las comunicaciones
pertinentes son realizadas en forma directa por el órgano jurisdiccional sin intervención del letrado, y en
otros es necesaria una actividad de este último para concretar la comunicación como es en el caso del
Registro de Testamentos, quien debe completar el formulario web a través de la página del Registro para
luego remitirlo a un domicilio electrónico acompañándose como adjunto pdf (previo pago de los
aranceles correspondientes).
También se encuentran plenamente operativas las comunicaciones electrónicas entre los diversos
organismos que integran el Poder Judicial, conforme el Acuerdo 3733/14 S.C.B.A.
El art. 10 del nuevo Reglamento para las notificaciones electrónicas, establece que las
comunicaciones que deban efectuarse entre órganos judiciales en el marco de un proceso, y que
no requieran la remisión del expediente, se realizarán por medios electrónicos. Por lo tanto,
siempre que esté disponible la herramienta tecnológica y no hubiere motivos para enviar físicamente el
expediente, deberá practicarse la comunicación que corresponda a través del sistema electrónico.
Esas comunicaciones deben ser confeccionadas y confrontadas de acuerdo a las pautas de los artículos
4 y 5 del Reglamente (ver lo desarrollado en el apartado VI del presente trabajo), adicionándose la firma
electrónica de los magistrados cuando fuera necesario.
Se dispone que, en el caso de no ser observados, los instrumentos deben diligenciarse electrónicamente
en el único domicilio oficial electrónico de los órganos destinatarios. Quedan exceptuados los
requerimientos cursados a la Suprema Corte de Justicia, en cuyo caso se dirigirán a los domicilios
electrónicos de las distintas dependencias que integran su estructura orgánica, según las funciones
atribuidas respectivamente en la reglamentación vigente.
Los titulares de los juzgados, los presidentes de los tribunales colegiados, y de las Cámaras de
Apelaciones, y los funcionarios a cargo de las dependencias de la Suprema Corte, deben arbitrar los
medios para verificar en forma diaria si se han recibido comunicaciones de otros órganos, para
imprimirles su correspondiente trámite.
Finalmente, se establece que las reglas fijadas para las comunicaciones entre órganos del Poder
Judicial, son de aplicación supletoria para los requerimientos dirigidos a organismos públicos
municipales, provinciales y nacionales cuando se encuentre disponible el uso de herramientas
electrónicas y las disposiciones específicas que rijan el vínculo con tales entidades no establezcan una
modalidad diferente.
XI. Conclusiones.
1) El nuevo Reglamento sobre notificaciones electrónicas aprobado por el Ac. 3845/17 S.C.B.A., procura
una serie de innovaciones de gran impacto en el sistema informático procesal de la Provincia de Buenos
Aires.
2) En primer término, reafirma que la notificación electrónica es obligatoria en los supuestos en los que,
según la legislación ritual, es admisible realizar comunicaciones en este formato. Por lo tanto, no cabe
hablar de coexistencia entre notificaciones electrónicas y las cursadas bajo el tradicional soporte papel.
3) Se formulan asimismo importantes precisiones en torno a la constitución del domicilio electrónico,
especialmente en supuestos de múltiple representación o la posibilidad de indicar el domicilio electrónico
de cualquier abogado que cuente con un casillero asignado oficialmente, aún cuando no se trate del que
asiste a la parte.
4) De igual modo, se definen con claridad los plazos en que operan las notificaciones cursadas por
medios electrónicos, en concordancia con las normas contenidas en las leyes procesales.
5) Resultan trascendentes las novedades que se añaden en relación a las copias que deban adjuntarse
a los documentos electrónicos de notificación, en particular el valor de declaración jurada sobre su
validez que la reglamentación acuerda al acto de su incorporación por parte del letrado que genera la
comunicación.
6) se regulan diversas cuestiones referidas a las obligaciones que pesan sobre los órganos judiciales,
respecto de la consulta frecuente del sistema, el confronte electrónico, y la confección y suscripción de
determinadas notificaciones de oficio, entre otras.
7) Se aprueba un modelo único y obligatorio de cédula electrónica a utilizarse en todos los fueros e
instancias en los supuestos en que deba practicarse una notificación por este medio, siendo que, a partir
del 02/05/2017 deberá emplearse exclusivamente con el objeto de unificar criterios en lo que respecta a
la confección de este tipo de piezas.
8) Estos relevantes aspectos y los demás analizados en detalle en el curso de este trabajo, dan cuenta
del importante avance que continúa consolidándose en el ámbito procesal bonaerense en pos de la
modernización del servicio de justicia.
9) Nos encontramos frente a la definitiva implementación de un sistema que permite el resguardo de la
información judicial digital en los servidores de la Suprema Corte de Justicia, dotado de transparencia y
un marco de seguridad digital por el cual se puede constatar fehacientemente y en todo momento el
resultado de las notificaciones, el día y horario en que se produjeron y su contenido, a la par, de ofrecer
la posibilidad concreta de reducir considerablemente el tiempo que conlleva la notificación por cédula
tradicional papel, agilizando el trámite judicial y materializando como pocos instrumentos los principios de
celeridad y economía procesal que debe velarse en los procedimientos judiciales.
En ese contexto, celebramos el dictado de normas que, sirviéndose de la experiencia recabada y del
trabajo conjunto de los diversos sectores involucrados, concentran y uniforman la reglamentación relativa
a tan delicada cuestión, habida cuenta de las consecuencias prácticas que apareja y los sustanciales
objetivos que se persiguen a través de la plena implementación del nuevo paradigma en materia de
notificaciones procesales.