“En el principio no existían ni la moral ni el orden social.

Los hombres sólo conocían a sus

madres, no a sus padres. Cuando estaban hambrientos, buscaban comida; cuando estaban
satisfechos, tiraban los restos. Devoraban los animales con la piel y el pelo, bebían su sangre y
se vestían con pieles y juncos. Entonces llegó Fuxi y miró hacia arriba y contempló lo que había
en los cielos y míró hacia abajo y contempló lo que ocurría en la tierra. Unió al hombre con la
mujer, reguló los cinco cambios y estableció las leyes de la humanidad. Concibió los ocho
trigramas para conseguir el dominio sobre el mundo“.

Es interesante resaltar que, “miró hacia arriba y contempló lo que había en el cielo” …pero
¿qué había en el cielo?. El otro punto a resaltar del párrafo anterior son los “ocho trigramas
para dominar el mundo“, recordemos que a Fuxi se le atribuye el origen del I Chin, pues bien
los 8 trigramas fueron concebidos como imagen de lo que sucedía en el cielo sobre la tierra;
resalto la frase anterior porque me parece muy conocida pero desde el punto de vista
cristiano/católico: “…así como en la tierra como en el cielo…“

Uno de los mitos cuenta que Nuwa se sintió sola, y decidió crear a los hombres y los animales
en siete días. Los primeros días creo a los animales y el séptimo día creo al hombre de arcilla
amarilla. Otro de los mitos sobre Nuwadice que ella selló el cielo desgarrado con piedras de
siete colores y ese parche se transformó en el arco iris. Fuxi a su vez, era el creador de la
escritura, la pesca y la caza. Era el hermano y el esposo de Nuwa.

En China hay muchos vestigios de Nuwa: los templos grandes o pequeños, unas tumbas y otras
reliquias históricas, que quizás se extienden por todo el país, y especialmente en los valles del
río Huanghe , tanto como en las provincias de Gansu, Xianxi, Shanxi, Henan, Habei y Shandong.
También se les compara de manera bastante interesante como los Adán y Eva de China.

Es innegable la relación existente entre estos seres y sus emblemas con el relato de la creación
de la humanidad. El compás y la escuadra han simbolizado en Oriente y Occidente los
instrumentos de la creación del cielo (compás) y de la creación de la tierra (escuadra), y
también son parte de la simbología masónica.

Otra relación importante que se puede hacer es la de Noé con Nüwa, ya que es identificada
con quien reparó el cielo con siete piedras de colores, a semejanza del arcoíris, tras las grandes
inundaciones.

Es notorio el enlazamiento espiral entre ellos, lo cual puede llevar a pensar sobre el símbolo de
la espiral, uno de los cuales es el giro eterno y ascendente a niveles superiores, aunque
también pudiese estar relacionado con la cadena del ADN.