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M FEMATICffi
IJ\ HISTORIA DE I,OS NÚMEROS, LOS SÍMBOLOS
Y EL ESPACIO
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, Tiaduccün d¿ ToMS R. loul:o ,L
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Drt¡Em¡dtral*
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I PALMO
las Matemáticas
Las matemáticas constituyen una nuestras r_espuestas son las correctas,
ciencia que nos enséña a pensar de- tratamos de pensar ordenada y cuida-
tenidamente en los númerós y en el d_osamente; al hacer todo esto, em-
espacio. Nos ayuda a llevar la cuenta pleamos las matemáticas.
en los deportes, a medir el área de un En los remotos días en que los
piso, a calcular los impuestos que de- hombres obtenían su alimentd únióa-
bemos pagar, y a deóidirnos á h""", mente de la caza y de la recolección
una compra ventaiosa. De ellas se sir- de_ frutos y bayas, surgió la difieul-
ve el ingeniero para diseñar una má- tad de cómo llevar un registro de sus
q_uina. Tanto en el trabaio como en provisiones. Contar, medir y calcular
el ju-ego, a menudo tenemos que res- fueron _operaciones más importantes,
ponder a preguntas como, ¿cúántos?, a m_edida que los hombres primitivos
¿dz qué tam,año?, ¿a qué á¡stanc¡a? se fueron convirtiendo en agriculto-
Fara contestar a estas preguntas, es
ne,cesario emplear números; debemos Ies y pastores, pues tenían que hacer
Ia medición de sus tierrar y át recuen-
saber cómo se relacionan los números to de los animales de su rebaño. Al
entre _sl, y cómo encajan unas con empezar a construir presas y canales
otras las distintas partes de un espa- de irrigación, tuvieron q,t" la
cio. Para tener la ceÍteza de q,r" cantidad de tierra qu¿ tenían"ilcularque
2
Los antiguos mercad,eres, constructores A naoegantes, empleaban lns matemóticas pora
resohser ws problernas
tw$il
$wfgiiti'iill
.:.
Los hombres han empleado los los representaban por rnedio de io"t
símbolos .numéricos escriios desde siones gl pe-daZos- de madera, o de
h""9 siete mil años, aproxim"d"*urr_ líneas dibujadas en el suelo. Todavía
te. Con el transcurso iel tiempo, in_ utilizamos este sistema cuando escri-
ventaron nuevos y mejores *Ztodos bimos los numerales ,o*"rro, I, II y
de escribir los números: Ái-p;i""tp"; III. También encontramos estar'fitií_
NI]MERO
3
# # $ I3 CENTAVOS
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I SEPARE tOS CENTAVOS EN DOS GRUPOS:
UNO DE DIEZ, Y UNO DE TRES
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cAl BlE EL GRUPO DE
POR UNA IAONEDA DE
En los números ardbigos mayues de g, el t¡alor ¡le cada dígito ilepenil,e de su posir;itln
L-
--
ffi
$
Ha_gamos
pn"e
una representación obie-
no se Pueden o-,Jfffi:l
hileras de una fieha cada una, hasta
tiva de cualquier número entero em- formar una.hilera o una á"
pleando hileras de fichas. para hacer "ol"mou
siete fichas. El número 7 no eS urr nú-
esto, hay que emplear tantas fichas mero rectangular. Los números que
como unidades tenga el número. no pueden descomponerse de maréra
Una hilera de cuatro fichas puede que formen rectángulos, se llaman
separarse en dos hileras de dos fichas números primos.
cada una. Si colocamos estas dos hile- . Existe un método sencillo para de-
ras una debajo de la otra, Ias fiehas terminar si un número es rectangular
formarán un rectángulo, de igual mo- o primo. Este método recibe el nom-
do, se pueden formar rectángulos bre de Criba de Eratóstenes, en honor
con 6, 8, I ó 10 fichas. Por esto, lla- del matemático griego que inventó el
mamos ruimeros rectangulnres a estos sistema dos siglos antes del nacimien-
números. El rectángulJque se puede to de Jesuoristo. Imaginemos todos
formar con el número diez tendiá dos los'números enteros, a partir del dos,
hileras de cinco fichas. Observemos arreglados en una hilera, de menor a
que 2 X 5 L0. Todos los ruimeros mayor y en orden progresivo. El nú-
-
rectangul,a,res son el producto de dos mero dos, que encabeza la hilera, es
o mas nú,meros más pequeños. un número primo. Ahora, contemos
Pero hay algunos números que no de dos en dós y tachemos cada nú-
podemos descomponer de esta maqe- mero que obtengamos en esta forma,
i¡
ra. Eiemplo: no es posible hacer que descartando así el dos y todos sus
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siete fichas formen un rectángulo. Se múltiplos. El 4, el6, el d, etc., serán
#
q
pueden distribuir las fichas en siete. números rectangulares. De los núme-
I
{ Un número "rectanguhr", o rw prómo, siempre es el produc-to de nítmeros m.as p,equeños
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'",..
I
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CUENTE
DE DOS EN DOS
CUENTE
DE TRES eñ rnrs L3
CUENTE
oe c'r.¡éó'e¡¡- cr¡¡co 'Í$ ffi
.,',,' :.,..€.tJF T,E.:.ir,,
DG.l$.l.ET€.,;€$'.
I : iti:iti\rliti:.:i
:.: :r.i:, r.ri.:.
I Med.iante ln. criba d,e Eratóstenes, se pueden determinar los números primos
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en tres. Se obtendrán así números
enteros como 9 y 15, con los que se
pueden formar rectángulos de tres
hileras. El número que encabeza
ahora la lista es el cinco, el cual es el
tercer número primo. Si continuamos
tachando de esta manera, obtendre- \:;**y_*,qrr/
mos los múltiplos de cada uno de los
números primos, y después de haber
descartado cada familia de números,
7
el número que encabece la lista será el Los números primos no se pueden expresar
siguiente número primo. como el producto de ntimeros más pequeños
lf,-
ll
'-:]]
9
I
2
'3
"6'
7
8
9,
r0
nan con los números impares ( nfrme- sumarnos cualquier número triangu-
ros que no pueden formar rectángulos lar con el siguiénte número triangu--lat
de dos líneas ). Si hacemos una lista mayor, obtendremos invariablemente
de los números impares, en orden pro- un cuadrado.
gresivo, y escogemos cualquiera de
rv{rrnrnnos cúsrcos
ellos, la suma de esos n{rmeros, incluso
el que hemos escogido, será siempre Si empleamos dados en vez de fi-
un número cuadrado. El grabado nos chas, podemos colocarlos en hileras
lo explica cilaramente. para formar un cuadrado, y encima
Los números cuadrados también se de éste se pueden poner cuadrados
relacionan los triangulares. Si formados por dados. Cuando el nú-
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1 +J+$+ 4'¿ 16
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10 15
mero de capas sea igual ai número ctr'l-o'' r'1o reprerentamo.s ¿rsí: ?r]. EI
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de dados que hal' en una hilera, ha- pequerlo tres que se escribe er, la pilr-
bremos form¿do un rubo, Ese núrnero te sr-rpelior clereclia inciicir que ei
de dados que forma el cubo es un dos se en-rpleó colrro niultiplicador tres
número cúbico. El número cúbico \:eces. El quinto número cúbico es
rnás pequeño es el L. El segundo es "cinco al cnbo". Se reprcsenta asi: 53
2 X 2 X 2, o sea 8. Lo llamamos "dos v sigrrific¿r 5 X 5 X. 5, ó sea 125.
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los Conejot y las Plantas
Un hombre compró una Pareja de qtre el hombre empezíla cría. Anote-
coneios y cuidó de ellos. Esta paréja rnor seguida el número I para de-
"n
signar ccín él la pareja de conejos que
procreó un par de conejitos -un rnes
después, y un segunclo par de cone- nació al mes.
jitoi ai segundo mes. Luego, dejó de Al siguiente mes, ambas pareias
procrear. Cada nueva pareja cle cone- tuvieron crías, así que el sigtriente
¡itos tuvo a su vez dos Parejas de número es el 2. Hasta ahora tenemos
conejitos en el mismo período y luego tres núnleros en el esquema: 1, I y
no tuvieron más crías. ¿Cuántas nue- 2. Cada número representa una nue-
vas parejas de conejos tuvo este hom- va generación. En este.momento, la
bre cada mes? primera generación deió de procrear.
Para contestar a esta Pregunta, La segunda generación (una pareja)
hagamos un esquema del número de procreó una pareia. La tercera genera-
parejas en cada generación de cone- ción (dos parejas ) produjo, a su vez,
ios. Escribamos el número 1 para re- dos nuevas pareias. Por lo tanto, el
presentar la primera pareja con la número que escribimos es I + 2, 6
l3
Bl Ángulo Recto
I
¡ Un ángulo recto mide 90 grados. Los anti-
I
guos egipcios formaban los á,ngulos rectos
manteniendo tirante urua cuerd,a anudnda
uniformemente
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.15
El Avión y la Puerta
Hace 2,500 aiws, Pitógoras formuW un teorema, el cual expresa que un trióngula
rectóngulo, el andtadi de u¡w de los cotetos más el qndrado iIeI segutdn m,teto,
siernpre es ignl al androdo ile Ia hípoterutn
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piso de madera. El piso debe tener
duelas de la misma anehura, y el
mondadientes Ia misma longitud que
la anchura de las duelas. ArroiemoJ el
mondadientes varias veces al piso,
llevemos la cuenta de las veces que
lo arrojqmos y el de las veces que- el
mondadientes' cae en posición irans-.
versal, entre dos ra¡uras. Duplique-
mos el níimero de veces que arroiamos
el mondadientes y dividamos este
número entre el número de veces que
cay6 transversalmente a las ranuras.
EI resultado será el valor de ,,.
Por eiemplo, supongamos que he-
mos arroiado el mondadientes aI piio
cien veces y que eay6 en posición
transversal, en una duela, 62 veees.
Dividamos 200 entre 62. El resultado
es 3.2, aproximadamente. No es éste
un valor muy exacto de o, pero mien-
gras más veces arroiemos al piso el
mondadientes, obtendremos un valor
más exacto. Cuando un mondadientes
gira alrededor de su centro, describe
un círculo. Por esta razfifl, T, que es
una constante del círculo, también
se relaciona con las probabilidades de
que el mondadientes caiga transver-
salmente a las duelas, es decir, per-
pendicular a Ias ranuras.
Otra forma de -ealcular 7t es me-
diante el uso de los números impares,
l, 3, 5, 7, 9, etc. Eseriba primero las
fracciones Yt, r/r, ,t'a, t/r, Yi, etc. Lue-
go, a partir de la primera fracción,
reste Ia segunda, añada la terce-
rL, reste la cuarta, y asl sucesiva-
mente. Suspenda la operación cuando
usted quiera, y multiplique por 4. EI
resultado será un número apioximado
al valor de ''. Mientras rhayor sea el
número de fraccioner qrrl emplee
usted, más exacto será el valor d" *.
19
Lados lguales y Ángulos lguales
20
DIIAENSIóN
SUl,tA DE DE CADA
tOS ANGUIO5 ANGUTO
NúTAERO EXPR.ESADA EXPRESADA
DE ANGUIOS EN GRADOS EN GRADOS
'.q,rilát"ro
l. Trtá";il 3 180 60
2. Cuadrado 4 360 90
3. Pentágono regular b MO r08
4. Hexágono regular 6 720 L20
2t
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Sólo hay cinco sólídos regulares. El ietraedro tiene cuatro caras, cáda una
de las cuales es un triángulo. El octaedro es un sólüo regular de ocho caras
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SOLIDOS REGULARES
HEXAEDRO (CUBO)
ICOSAEDRO
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Las Matemáticas
en la Natur alena
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I
27
cos de las páginas 13 a 15. Cuando
escribimos fra, llamada esta expresión
"equis a la cuarta potenciú', es como
si escribiésemos lc ' Jc x x, ó sea r
como factor cuatro veces.
He aquí un enunciado en clave que
no siempre es cierto: r + 2 : 5.
Esto no es cierto, ya que si a r le
asignamos el valor de 7, 7 + 2 no
es igual a 5. Pero será cierto, si le da-
mos a r el valor de 3. Un enunciado
de este tipo recibe el nombre de
eatnci,ón Resolver una ecuación sig-
nifica obtener el valor que hace que
un enunciado sea cierto.
Una ecuación se asemeia a una
balanza. Se supone que t * 2 equi-
Iibrará el 5, de la forma en que dos
pesas iguales nivelan la balanza. Si
cambiamos una pesa en uno de los
platillos de la balanza, podemos equi- bros, y de esta manera encontramos
librarla nuevamente, haciendo que que r - 3 es la solución, es decir, el
cambie la otra pesa en la misma can- valor de la incógnita. Para resolver
tidad. Este Íazonamiento nos indica la ecuación 3r - 12, dividimos am-
cómo resolver una ecuación: simple- bos miembros de la ecuación entre 3,
mente modifiquemos ambos miem- y obtenemos la solución: x : 4.
bros de Ia ecuación, en idéntica forma, ¿Puede usted'resolver la ecuación
sumando o restando, multiplicando o 3r - 4 8? Para obtener la solución,
dividiendo. Como 5 es lo mismo que
-
súmese 4 a cada miembro de la ecua-
3 + z,la ecuaciónx * 2:5 significa ción, y luego divídase cada miembro
x * 2 3 * 2. Si quitamos 2 unida- entre 3.
-
des a cada miembro de la ecuación, La palabra á,lgebra fue acuñada
quedarán equilibrados ambos miem- hace unos mil años. Procede del título
de un libro que trataba acerca de las
ecuaciones y que fue escrito por un
matemático árabe, Al-Khowariztni, y
al que llamó al-iabr u:'al-mukabalah.
Cuando el libro fue traducido aI latín,
el título se convirtió en Ladus alge-
brae almucgrabal,a.eque. Al ser tradu-
cido al inglés su nombre fue algiebar
and alrnachabel. Las tres denomina-
ciones se simplificaron y su nombre
actual es álgebra.
1
La Navegación
Un navegante tiene dos problemas meridiano de Greenwich, en Ingla-
fundamentales que resolver: uno de terra. El almanaque le indica cómo es
ellos es saber en un momento deter- el cielo en Greenwich determinado
minado en qué parte de la Tierra se día del año, o a determinada hora de
encuentra. El otro consiste en calcular un día cualquiera. Mediante toda esta
qué curso debe seguir su embarca- información, ya puede el navegante
ción para ir de un lugar a otro. Los resolver sus problemas.
utensilios de que dispone para resol- Veamos cómo puede localizar su
ver estos problemas son: una bruiula, lnsición en la Tierra. La Tierra es una
un sextante, un reloi y un ahanaque. ede¡a que gira alrededor de su pro-
La bruiula Ie indiea hacia dó'nde pio eie. Este eie apunta casi directa-
queda el norte,_parp que pueda medir mente hacia la estrella polar. El dia-
correctamente las direcciones. Con su grrima del pie de la página muestra
sextante mide la altura del Sol, la de a varios observadores situados en di-
la Luna o la de úna estrella que esté ferentes puntos de la Tierra, mirando
por encima del horizonte. El reloi le haeia la estrella polar. El hombre si-
indicará la.hora, respecto de la del tuado en el eeuador ve la estrella polar
HACIA
directamente sobre el horizonte.
Para los demás, 6b estrella forma
un ángulo con el horizonte, mientras
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I
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29
donde está situado un observatorio al
servicio de las embarcaciones. Su
reloi le indica la hora de ese sitio en
aquel momento. Su almanaque le
muestra cómo es alll el cielo.
La posición de las estrellas en el
firf"*pnto que tiene ante sl el nave-
g4nte, es diferente del que se con-
templa en Greenwich y parece eomo
si hubiera descrito determinado ángu-
lo. La 'magnítud dé este ángulo le
indica la distancia'a la que está del
sitio en que el meridiano de Green-
wich cfirza el paralelo por el que
30
I
El Número en el Espacio
F
Lo anterior es un eiemplo de un {
.a
dispuestas en una dirección y aveni- hace más de trescientos años por René
das que cÍúzan las calles en ángulos Descartes, un gran matemático fran-
rectos. Se puede localizar cualquier cés. Una ecuación con dos datos des-
esquina mencionando dos números: conocidos puede representarse por
el número de la calle, y el número medio de una línea (recta o curva),
de la avenida que la cruza. Así, si llamada grá,fica. También, toda línea
se desea encontrar a un amigo, Por puede describirse mediante una ecua-
eiemplo, en la ciudad de Puebla, bas- ción. La rama de las matemáticas que
tará decir: "Te encontraré cerca de se desarrolló a partir de este descubri-
la biblioteca en la avenida quinta y la
calle cuarenta y dos."
Podemos localizar cualquier asien-
to en un salón de clases, mencionando H LERA
3I
X+Y=5
M '' x:t tt Y:4
M X:2 sr
EN.
roN- Y
CES I
:3
ttr! v :2
EN-
M sr X:3 -2
EN-
-3
M sr x:¿l"r!-Y:1
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-4 -3 -2 -l
René Descartes descubrió que urua eatación con dos incógnitas podía ser
representada por medio de una gráfica, sobre ln cual cada.línea es utur ecuación
¿Cara o Cruz?
Calcular las probabilidades de que cara. Por lo tanto, las probabilidades
algo suceda es como adivinar el fu- de obtener cura son de t/2.
turo. Y esto se hace aplicando el Si arroiamos al aire dos monedas,
sentido común y la experiencia de hay tres resultados posibles: podemos
lo que ha ocurrido en el pasado. Para obtener dos caras, o dos cruces, o una
comprender cómo funciona este eálcu- cora o una cruz. ¿Cuál es la probabi-
lo, observemos un cÍrso muy sencillo lidad de obtener cada ut o de estos
y tratemos de decir lo que sucederá resultados? Por supuesto que no es
al arrojar al aire una moneda. La uno en tres. Si empleamos dos mone-
moneda tiene dos caras, llamad as cora das ( digamos un centavo y un dé-
y cruz; cada una de ellas puede apare- cimo), vemos que en realidad h"y
cer el mismo número de veces que la cuatro posibles resultados. Arroiando
otra. Bl sentido común y la experien- el centavo primero y el décimo des-
cia nos inücan eüe, en un gran pués, podremos obtener cara
- cara,
número de veces que se arroia al aire, o cruz crvz. La probabilidad de
Ias probabilidades son de que la mi- obtener dos cruces es de una a cuatro,
tad de las veces la moneda caiga de o sea %. La probabilidad de obtener
cora y Ia mitad de cruz. Dicho de otra dos caras es también de t/+.La posi-
m¿ulera, de eada dos 'tiros" uno será bilidad de que salga una cara y una
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@''M el Aparato que Multiplica
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Iln ytar il"e reglas cornunes y conbntes se prede utíIizor pala &nnar núme*os
EN IA REGTA INFERIOR
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36
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23. Lo anterior equivale a multiplicar bién suma¡los. Poi ejemplo, para res-
2 - 2 . 2 . zpor 2 " 2 . 2. Substituyendo tar 3 de 5, coloque el 3 de la regla
la palabra por, obtenemos 2 . 2 . 2 - superior coincidiendo con el 5 de la
2.2.2.2, y el resultado, expresado regla inferior. El cero de la regla supe-
en forma abreviada, es 27, ó sea 128, rior indicará, que la respuesta es 2.
y su logaritmo es 7. En forma similar, una regla de cálculo
Observemos que, al multiplicar 16 que multiplica números se puede usar
por I para obtener L28, sumamos en sentido inverso para efectuar Ia
los logaritmos 4 y 3, para obtener 7. operación de división.
Esta es nuestra clave. Sabemos ya que Las reglas de cálculo se emplean
d.os reglas pueden, sym?r.las distan- en muy diversos géneros de activida-
cias que se miden con ellaE. Por lo des: en ingenierla,.arquitectur4 im-
'tanto, haremos una regla especial en prenta,'' y, €n general, son indispensa-
la que Ia distancia de cáda número bles para toda persona que flbcesite
respecto del extremo de la regla frecuentemente hacer cálculos rapi-
sea igual aI logaritmo del número. dos. Hay muchos tipos de reglas áe
O sea" que la regla medirá logaritmos. cálculo. Además de la reglp recta que
Y sumar logarihos equivale a inulti- se describió a¡rteriormente, las hay de
plicar süs respectivos números. Una forma circular. Éstas constan de dos
regla. de este tipo recibe el nombre discos impresos, de tamaño disgnto,
de regln dp cóInin. que están moRtados sobre un eje
Dos reglas comunes y corrientes común que les permite girar libre
pueden restar números, así cumo tan- e independientemente.
"t,
37
las Ruedas Contadoras
Otro aparato simple que se utiliza el cero en su lugar y, almismo tiempo,
para contar es el oümetro, el cual hace que gire la rueda próxima un
se instala en un, automóvil para indi- espacio. El objeto de este movimiento
car cuántos kilómetros ha recorrido el es cambiar diez espacios de Ia pri-
vehíeulo. Consta de una serie de rue- mera rueda por un espacio de la
das colocadas una iunto a otra. Llevan segunda. A su vez, la segunda rueda,
números impresos del I al I en el deryués _ de completar una vuelta,
i
canto de eada rueda. Uno de estos cambia üelz espacios por un espadio
números, €D cada rueda, asoma por de la tercera rueda. AJí, mientr¿s la
I
una abertura en el velocímetro del primera rueda registra décimos de
auto. La rueda de la derecha regis- kilómetro, Ia segunda rueda cuen-
tra décimos de kilómetro. Cuando el ta hlómetros, la tercera marca dece-
vehículo ha reeorrido la décima parte nas de kilómetros, Ia euarta indica
de un kilómetro, la rueda gira lo sufi- centenas de kilómetros, y así sucesiva-
ciente para hacer que aparezea el mente. La mayoría de las máquinas
siguiente número en la ventanilla ealculadoras dó oficina funcionin de
del odómetro. Después de nueve dé- manera semeiante a los odómetros.
l cimos de kilómetro, el nhmero I Son simples máquinas de contar, que
ap¿uece en la ventanilla. Al pasar el suman números como las personas su-
siguiente décimo, la rueda coloca man cnn los dedos. Cuentan el primer
I Kri tO Ktr
...'.
PUNTO
DE PARTIDA
ESTA DISTANCIA NO ESTA A ESCALA
Las calculadoras el.ectrónicas funcionan sumando dos cifras iuntas a gran oelocid,ad.
Enoí,an y cortan impulsos de corriente eléct¡ica a urw serie de óircuitos, formando nú-
tneros de oarias cifras en grupos de dos
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ffi Las Matemáticas yla IVIúsica
CONTRABAJO
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ta también se llama do. Su frecuencia
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RAYOS DE PROYECCIÓN
43
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LV HNúmeroenlosNaiPes
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Hay muchos trucos de n-aiPes que tres montones, mientras da usted la
," pold"n efectuar aplicando.las ma- Ápdda. Quien separe las cartas debe-
i"ni¿ti""t. El que a continuación pre- rf-- seguir estas instrucciones:
Q"E ponga la- Primera
carta con la
sentamos es sencillo, aunque parece
figüa hacia arriba y empiece a contar
muy misterioso. "p"ttit det número de esa carta'
Útilice una baraia de 62 cart*s Y " que el as vale uno, el
U"t¿i"itt perfectamente' Pida a algu- ;¡""k"' once, lá reina doce Y el reY
"¿iirti¿"dole
na persona que sePare la baraia en
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r2
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SU'IAE ET VATOR DE
32
ESTAS DOS CARTAS
J+8:11
AGREGUE IO
aa . rrr Ftr
J 21
Y REstE Et REsurTADo l
oel'núrrteno DE NAtpEs
QUE SOBRARON,
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11
I I
o sEA Er vAroR
DEI "JACK-
Hay, rnuólws *ryú9{ con twipes que se pucdcn lucer maten&iumetc. En ln otn
se describe los *i*lu-, ¡eínas y reybs oatei 7r, rz y ls, ,"tp""th;;;;;, gü;;ñ
trece. Qo" cuente más cartas sobre Ia voltee la crarta de encima de dos de
primera hasta que llegue a trece. Si Ios tres montones. Entonces, dfuá
la primera carta es seis, por eiemplo, usted, sin verla, cr¡áI es la carta que
conta¡á: siete, ocho, nueve, diez, on- está encima del otro montón.
_ce,-
doce y treee. Al llegar a trece, Para 'adivinar" Ia carta, se hacen
habrá puesto siete cartas áncima de la los siguientes cálculos: se suman los
primera. Si la primera carta es un rey, valores de las cartas que se han vuelto
t
el cual tiene el valor de trece, ya no y se añade diez al resultado; luegq se
pondrá más cartas encima. Oue vuelva resta el número de cartas qoe sóbra-
t
el montón con las figuras hicia abaio ron. Por eiemplo, si las cartas que se
I
y eppiece un nuevo montón, contan- voltearon fuesen un 3 y un 8, y LI nú-
do hasta trece. Qo" repita el procedi- mero de las cartas que sobraron fuese
miento hasta que haya tres rnontones 32, se suman 3 + I + f0 :21, Lue-
sobre Ia mesa, con las figuras hacia go, se resta 21 de 32 y se obüene ll.
ab1io. _Pida las cartas quelobraron y Esta es la respuesta- Así se 'adivind'
cuéntelas. Procure no olvidar este que la carta que está encima del ter-
número. Pida a otra persona que oer montón es un 'iacK.
Lá
IJ
¡
El Razonamiento en las
Matemáticas
3X+5-20$
3X+5)-5:20-5
3X+ 5 -20 3X =15
i
3X +- 3 - 15 '-- 3
3X*5=20 3X =15
x:5
. He aquí un ejemplo de razona¡nien- ¿¡laliz¿¡do cuán bien se aiustan los
_to
por eliminación: supongamos que resultados a las conclusiones. Supon-
hry más de doce p"tisoa" en una gamos, por ejemplo, que un iugador
habitaeión. Probareiros que por Io apuesta que al aroiar una moneda
menos dos de ellas cotriplei arios cinco veces al aire siempre caerá de
el mismo mes. Hacemos prlmeto ,rtta cara. Seghn la ley de las probabilida-
lista de dos aseveraciones. l ) por lo des, cinco caras sucesivás ocurrirán
menos dos de las person"r q,r" están una vez cada 32 ocasiones en que se
en la habitación cumplen añós el mis- arroie al aire la moneda. Observemos
mo m_es. 2 ) No hay dos personas en al iugador arroiar Ia moneda. Cada
la habitación que c,rmpiin años el vez que lo haga, será un intento o ex-
mismo mes. Estamos seguros de que perimento. Supongamos que Ia arroió
alguna de estas dos á"urr"ra"iones 300 veces, y que de ellas, 150 cayeron
tiene que ser cierta. Si la aseveración de eara. Seglrn lo anterior, los resul-
número dos fuera cierta, Ias personas tados de los experimentos no concuer-
que están en la habitación cumplirán dan con las conclusiones de Ia teoría.
años en meses diferenúes. pero Ji hay Y de esto deducimos que la teorla es
más de doce personas allí, y sus cum- probablemente falsa.
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La Aplicación de
las Matemáticas
hoy dia
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