Espacio me has vencido (1947). Catedral salvaje (1951). Boletín y elegía de las mitas (1956). Arco de instantes (1959). En un lugar no identificado (1963). Conexiones de tierra (1964). La corteza embrujada 1966. Narrador y poeta nacido en la ciudad de Canción a la cadena del blanco amor Cuenca el 5 de octubre de 1918, hijo de don Rafael Dávila Córdova y de doña Elisa Cuentos: Andrade Mora, quienes le dieron educación en centros de enseñanza de su propia ciudad. Abandonados en la tierra (1952), Trece relatos ( El hombre que limpió su Su hogar, que sólo disponía de modestos arma) (1955) recursos económicos, se resquebrajó al poco Cabeza de gallo (1966) tiempo de haber nacido, y el distanciamiento se acentuó sobre todo debido a que su padre se identificó con el partido Conservador Palabras claves: obras, ecuatoriano, mientras sus otros miembros respaldaron al poesía, arte, escritura. Liberal. Esta separación afectó duramente su carácter y sus secuelas aparecieron años más Desarrollo del tema: tarde, reflejadas en su obra. Carta a una colegiala. Su vida la dedicó íntegramente a la Para leer esta carta poesía. «Siempre huidizo, taciturno, baja hasta nuestro río. reservaba a la escritura la mayor parte de sus Escucharás, de pronto, una cosecha de aire confidencias… sin embargo su poesía siempre pasar sollozando en la corriente. giró en torno del mundo, de los pequeños Escucharás la desnudez unánime seres que lo habitan, del hombre; es un del agua y el sonido. universo antropocéntrico y su travesía Y el rumor del minuto más antiguo poética aparentemente solitaria y dolorosa, es formado con el átomo de un día. para quienes saben comprenderla lúcida y Mas, de repente, escucharás, oh bella música solitaria»(María Rosa Crespo). femenina, la catarata inmóvil del silencio. Publicó su primer libro de poemas en el año 1946 bajo el título de «Espacio, me has Vencido», con el cual -a pesar de ser el Entonces, te hablaré desde las letras: primero-, alcanzó su consagración y está Era enero. Salimos del colegio. considerado como uno de los libros de poemas más hermosos que se han escrito en el país. Ese mismo año publicó también sus Veo tu blusa de naranja ilesa. poemarios «Oda al Arquitecto» y «Canción a Tus principiantes senos de azucena, Teresita», completando una trilogía con la que y siento que me duele la memoria. alcanzó el más puro expresionismo poético. Bella aprendiz de cartas y de melancolía, con los ojos cerrados y las bocas unidas, tomamos esa tarde una lección de idiomas sobre el musgo que hablaba de la cartografía.
¿Cómo has pasado estas vacaciones?
¿Sientes alguna vez entre los labios ese azúcar azul de la distancia?
Mañana son dos años, siete meses.
Te conocí con toda mi alma ausente; sufría entonces, por la primavera, un bellísimo mal que ya no tengo.
Recuerdo: producías con los labios
un delgado chasquido de violeta. Pienso en la estatua de aire de tu olvido mirándome de todas las esquinas, mi colegiala mía, música femenina.
Tú, en el divino campo. Yo, en la ciudad
terrestre. La calle pasa con su algarabía. Un fraile. Unas mujeres de la vida… Un niño con un cesto de hortalizas… Un carro lento dividido en siglos…
Mañana entramos ya en el mes de junio.
Flotarán en su cielo de anchos aires objetos de uso azul como las aguas; y una lejana inquietud de rosas habrá en el horizonte de la tarde. En este claro mes de agua plateada te conocí. Entonces yo sufría una enfermedad de primavera, un bellísimo mal que ya no tengo …