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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS


CARRERA DE ECONOMÍA

Alumno: Johnny Javier Ñacata Loachamín.

He leído aparte de Atlas algunas otras grandes novelas filosóficas de literatura que
tienen cierto tono intelectual, pero no se acercan ni de lejos a Atlas, a lo largo de todas
sus páginas es pura filosofía, a lo largo de las más de 1100 páginas Rand sabe man-
tener el elevado nivel de exigencia que ella misma se autoimpuso, pero no sólo eso,
sino que creo que hasta ella, sólo Platón hace más de 2500 años ha podido combinar
filosofía y ficción de una forma tan magnánima.

No es que los discursos abstractos tengan un elevado nivel intelectual y sean ilumina-
dores, sino que además ella sabe integrar perfectamente cada discurso con la trama
de forma que nada queda suelto, los tres discursos que Francisco da a Rearden son
necesarios en la trama para influir en la conducta de este último y para ganarse la con-
fianza racional por parte de este último hacia el primero, todos ellos se dan en el mo-
mento adecuado. Pero además uno puede comprobar cómo la trama central de la no-
vela se integra perfectamente con todas las sub-tramas que a lo largo de la novela se
contienen y todas integradas avanzan hacia el final con un propósito central.

Leyendo La Rebelión de Atlas uno está percibiendo en la acción la aplicación de los


principios filosóficos que la autora introduce, es un libro que debería ser como digo de
estudio obligatorio en las facultades de derecho, de historia, de filosofía, de psicología,
de economía y por supuesto de literatura de todo el mundo, porque es increíble como
Ayn Rand pudo en una novela condensar lo esencial de cuestiones tan complejas en
multitud de materias tan dispares y lo increíblemente culta que era, pero poder con-
centrar lo esencial de esas materias es un logro superlativo: por ejemplo, sus análisis
sobre los decretos y las leyes no objetivas que hace a lo largo de toda la novela es
magistral, y gracias a la lectura de su novela mis capacidades para analizar el derecho
y las leyes se incrementaron sensiblemente, y me sorprendió muchísimo no sólo le-
yendo Atlas sino algunos de sus libros de no ficción, que ideas que otros autores desa-
rrollaban en párrafos larguísimos que muchas veces no recogía bien la idea central,
Ayn Rand los concentraba en pocas líneas.

Después de leer Atlas uno no puede comprender cómo la mayoría de la gente acepta
creencias que son estúpidas y absurdas.

El único defecto que le encuentro a Atlas es que una vez que uno asimila su contenido
ya es imposible pensar que uno va a leer algo mejor, y además me da la impresión de
que La Rebelión de Atlas te atrapa mentalmente y ya deja de ser posible apartarse de
las ideas que Atlas sostiene y demuestra con lo cual que me pasa lo mismo que le
pasaba a Rothbard, que la “independencia de tu mente” se ve en cierto modo coarta-
da, aunque por otro lado, Atlas te da una lucidez mental que ningún otro libro de ideas
consigue; es imposible una vez que uno lo lee con atención y buscando respuestas
racionales decir que no a lo que Atlas contiene. Pero además la mayor influencia que
tiene el libro es la de enseñarte a pensar bien; después de la lectura de Atlas mi capa-
cidad de analizar temas que antes me resultaban difíciles e incomprensibles ahora me
resultan sencillos de analizar, es increíble que una novela pueda lograr todo eso pero
es cierto, y es un tópico reiteradísimo decir que Atlas te cambia la vida, pero es riguro-
samente verdadero, aunque en mi caso más bien ha sido redescubrir en mí un sentido
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Alumno: Johnny Javier Ñacata Loachamín.

de la vida que creía sepultado y me supuso la respuesta a muchos interrogantes de mi


vida hasta ahora. Después de leer Atlas por segunda vez hice una reevaluación de
muchos sucesos de mi vida y los examiné a la luz de los nuevos conocimientos que
adquirí y no sé si a otros les ha pasado lo mismo que a mí, pero esa es mi experiencia
con Atlas.

Leer la Rebelión de Atlas por vez primera es una emoción indescriptible que sólo pue-
de captarse plenamente cuando una la ha experimentado, y leer el libro por segunda
vez es una emoción tan intelectual que sólo puede compararse al hecho de estar dan-
do tumbos en una cueva oscura y luego salir de ella y alzar los ojos al Sol luminoso
para gozar de una claridad total.

La gente dice: si eres colectivista o socialista o simplemente estúpido La Rebelión de


Atlas te resultará pesada, aburrida e indigerible y además te llenará de una culpa in-
descriptible y pensarás que es malvada y que todo lo que dice no puede ser verdad.
En cambio, si eres una persona honesta y racional en busca de respuestas a los com-
plejos problemas del mundo y al sentido de la vida, Atlas es tu novela y la vas a disfru-
tar con la misma intensidad que la disfruté yo.

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