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INTERNACIONAL
Por
Capitán Auditor del Cuerpo Jurídico Militar (Asesoría Jurídica General de la Defensa)
Doctor en Derecho
abrahamcjm@gmail.com
I. INTRODUCCIÓN
II. ANTECEDENTES
1. Tribunales ad hoc
Los art. 18.4 y 19 del Estatuto del Tribunal Internacional Penal para la antigua
Yugoslavia y los art. 17.4 y 18 del homólogo Estatuto para el Tribunal Internacional
Penal para Ruanda, regulan la preparación y examen de la acusación
o indictment(7) y, a su vez, la Regla 47 de las Reglas de Procedimiento y Evidencia de
tales tribunales ad hoc, lo desarrolla. Las características del indictment son las
siguientes:
- Este estadio procesal conlleva el inicio del denominado pre-trial, por lo que si se
confirma la acusación, el investigado adquiere la condición de acusado, ex Regla 47.H)
ii) de las Reglas de Procedimiento y Evidencia de los tribunales ad hoc(8).
- Una vez se hayan confirmado los cargos el tribunal ad hoc podrá acordar la orden de
detención o comparecencia del investigado(9).
- No es exclusivamente escrito.
2. Trabajos preparatorios
El Proyecto presentado en la Comisión de Derecho Internacional en el período del 3 de
mayo a 23 de julio de 1993 reguló la investigación y el comienzo del procedimiento en
los art. 29 a 35 y la acusación en el art. 31(11). Hay que significar que en esos
momentos no se trabajó con la existencia de una Sala de Cuestiones Preliminares,
sino con un Bureau, que a su vez actuaría como una Sala de Acusación.
Posteriormente, en el Proyecto presentado en la sesión del 2 de mayo al 22 de julio de
1994 se repitió esta fórmula, sustituyéndose el Bureau por una Presidencia de la
Corte(12).
- Tanto el escrito de acusación como los citados documentos eran examinados sin la
participación del investigado, quien en este estadio procesal no podía rebatir la prueba
presentada por el Fiscal.
Los Estados estaban preocupados por el hecho de que un órgano judicial –antes del
juicio oral– valorase si había indicios suficientes de criminalidad, toda vez que dicho
momento procesal no podía suponer un prejuzgamiento de la causa, la cual estaba
reservada a la Corte.
3. Derecho nacional
3.2.1. Francia.
Sea como fuere, las decisiones del Juez de Instrucción pueden ser revisadas por la
Sala de Instrucción, quien determinará si los hechos investigados son constitutivos de
algún tipo de infracción penal. En el caso de que constituyan un crimen se formulará
auto de acusación ante la referida Cour d´Assisses(32).
3.2.2. España
Pues bien, según nuestro entender, el inicio del Pre-Trial acontece con la orden de
arresto o comparecencia prevista en el art. 58 del Estatuto de Roma, que dispone en
su apartado 1 y 7 lo siguiente:
7.- El Fiscal podrá pedir a la Sala de Cuestiones Preliminares que, en lugar de una
orden de detención, dicte una orden de comparecencia>>.
<<Una vez que el imputado haya sido entregado a la Corte o haya comparecido
voluntariamente o en cumplimiento de una orden de comparecencia, la Sala de
Cuestiones Preliminares se asegurará de que ha sido informado de los crímenes que le
son imputados y de los derechos que le reconoce el presente Estatuto, incluido el de
pedir la libertad provisional>>.
1. Propósitos
En segundo término, garantiza los derechos del imputado frente a cargos infundados o
erróneos(59). Lo anterior significa que la Sala de Cuestiones Preliminares debe valorar
las pruebas aportadas por el Fiscal tendentes a demostrar la comisión de un crimen
internacional de competencia de la Corte Penal Internacional. Si tras esta valoración
concluye que existen pruebas suficientes y motivos fundados para creer que el
imputado cometió el crimen que se le imputa confirmará los cargos y le asignará una
Sala de Primera Instancia para el desarrollo del juicio oral, ex art. 61.7 del Estatuto de
Roma. De esta manera los derechos de aquél resultan salvaguardados, toda vez que
solamente se elevarán a juicio aquellos casos en los que las pruebas de cargo sean
suficientes para juzgarle, garantizándose en todo momento el derecho a la presunción
de inocencia, el cual impera en esta fase procesal(60). No obstante, algunos autores
consideran que esta finalidad no se consigue con el proceso de confirmación de
cargos, toda vez que es usual que la Sala de Primera Instancia haga uso de la Norma
55 de las Reglas de la Corte para modificar los cargos confirmados, lo que implica que
la Sala de Cuestiones Preliminares ha errado en la calificación jurídica de los hechos
imputados(61).
Actualmente se aboga, a fin de evitar la dilación de los procesos, para que la Sala de
Cuestiones Preliminares pueda modificar motu proprio la caracterización legal de los
hechos imputados(67), aunque esta tesis no ha sido acogida plenamente por la Corte
y entendemos que no debe ser aplicada. Esta postura puede causar indefensión al
investigado, toda vez que el cambio de calificación jurídica sobre los hechos imputados
puede implicar la introducción en la investigación judicial de nuevos elementos
objetivos o subjetivos del tipo penal sobre los que el investigado no ha tenido ocasión
de defenderse, al igual que la imputación de un nuevo crimen internacional puede
suponer la existencia de un bien jurídico diferente, sobre el cual tampoco habrá tenido
ocasión la defensa de pronunciarse.
<<Una vez confirmados los cargos y antes de comenzar el juicio, el Fiscal, con
autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares y previa notificación al acusado,
podrá modificar los cargos. El Fiscal, si se propusiera presentar nuevos cargos o
sustituirlos por otros más graves, deberá pedir una audiencia de conformidad con el
presente artículo para confirmarlos. Una vez comenzado el juicio, el Fiscal, con
autorización de la Sala de Primera Instancia, podrá retirar los cargos>>.
Los nuevos hechos que pretendan imputarse en el plenario deben ser confirmados
previamente por la Sala de Cuestiones Preliminares, no constituyendo la Norma 55 de
las Reglas de la Corte, la cual representa una expresión del postulado iura novit curia,
un mecanismo adecuado para incluirlos sin la previa participación de aquella Sala(69).
La interacción, pues, entre el proceso de confirmación de cargos y el contenido de la
sentencia, es decir, entre el art. 61.7 y el art. 74 del Estatuto de Roma, resulta
determinante en el curso del proceso, dado que el órgano judicial sentenciador se
halla vinculado, en relación a los hechos imputados, a lo previamente confirmado por
la Sala de Cuestiones Preliminares, a través del escrito de acusación o documento que
contiene los cargos(70).
Por último, la confirmación de cargos asegura que los parámetros del caso, es decir,
los cargos imputados, sean claros y no ostenten deficiencia o tacha alguna, todo ello
para evitar cualquier tipo de contaminación durante el juicio(71).
2. Estadios procesales
La normativa que rige la divulgación de pruebas está delimitada en los art. 54.3.e), 61
(3) y (6), 67.2, 68.5 y 72 del Estatuto de Roma y Reglas 76 a 84 y 121 de las RPP. El
conjunto de estas normas tiene por objeto establecer un régimen inter partes, es
decir, entre el Fiscal y la defensa, limitándose la Sala de Cuestiones Preliminares, a
través de un Juez designado al efecto, a mediar y resolver las disputas entre ambos,
teniendo siempre presente los derechos del imputado(78). Con respecto al proceso de
confirmación de cargos, el art. 61.3.b) del Estatuto de Roma dispone que:
El precepto antedicho ha sido desarrollado por la Regla 121.2 de las RPP, la cual
establece que:
<<De conformidad con el párrafo 3 del artículo 61, la Sala de Cuestiones Preliminares
adoptará las decisiones necesarias para que el Fiscal ponga las pruebas y la
información que obre en su poder en conocimiento de quien haya sido objeto de una
orden de detención o de comparecencia. Durante la divulgación de pruebas e
información:
c) Todas las pruebas que el Fiscal haya puesto en conocimiento del imputado a los
efectos de la audiencia de confirmación serán comunicadas a la Sala de Cuestiones
Preliminares>>.
Así pues, para lograr que el imputado tenga pleno acceso a la prueba exculpatoria con
prontitud el Fiscal tiene que cumplir con el mandato previsto en el Estatuto de Roma,
y cualquier duda que tuviera sobre la naturaleza exculpatoria de una prueba debe
comunicarla a la Corte inmediatamente, sin dilación alguna. Lo contrario pondría en
serio riesgo los derechos del imputado, ya que la fiscalía estaría manejando los
tiempos del procedimiento a su antojo y beneficio, siendo esto incompatible con el
derecho de igualdad de armas. Igualmente, con respecto a la prueba exculpatoria, el
Fiscal deberá divulgarla en su integridad, es decir, no basta con que traslade a la
defensa un resumen de la prueba, deberá entregarle el formato original de la misma,
para garantizarse plenamente el derecho de defensa(86).
Por último, hemos de analizar los dos modelos de divulgación de pruebas impuesto por
la Sala de Cuestiones Preliminares. En un primer momento, en el caso Lubanga se
sostuvo que solamente debía comunicarse a la Sala de Cuestiones Preliminares
aquellas pruebas exculpatorias que se hubieran divulgado inter partes y que fuesen a
ser usadas en la audiencia de confirmación de cargos(87). En el caso Katanga y
Chui la Sala de Cuestiones Preliminares se refirió a la regla bulk evidence, consistente
en que el Fiscal solo tiene la obligación de divulgar el grueso de la prueba exculpatoria
que tuviera en su poder. Esta línea judicial cambió en el caso Bemba, ya que se exigió
que toda la prueba exculpatoria fuere divulgada a la defensa y, por ende, a la Sala de
Cuestiones Preliminares, para así poder cumplir con el mandato de buscar la veracidad
de los hechos, ex art. 69.3 del Estatuto de Roma. De esta manera se cumpliría el
propósito de que fuesen a juicio aquellos casos que lo merecen, al existir suficientes
pruebas de criminalidad, sin realizarse pronunciamiento alguno sobre la inocencia o
culpabilidad del imputado, la cual incumbe en exclusiva a la Sala de Primera Instancia
y no a la Sala de Cuestiones Preliminares(88).
Estas dos líneas de actuación fueron reproducidas en otros casos, así en el caso Abu-
Garda(89), caso Gbagbo(90) y caso Ble Goudé(91) se siguió el modelo implementado
en el caso Lubanga; mientras que en el caso Ruto, Kosgey y Sang(92) y en el caso
Kenyatta, Muthura y Hussein Ali(93) se siguió el modelo del caso Bemba. La línea
judicial seguida en el caso Lubanga podemos considerarla menos intervencionista que
la mantenida en el caso Bemba, toda vez que la Sala de Cuestiones Preliminares
solamente tendrá acceso a las pruebas que se vayan a utilizar en la audiencia de
cargos, al considerar que la divulgación plena de la prueba debe llevarse a cabo en la
fase del juicio oral, en aplicación de lo dispuesto en el art. 64.3.c) del Estatuto de
Roma(94). Sin embargo, nos tenemos que preguntar qué perjuicio hay en que la Sala
de Cuestiones Preliminares tenga pleno acceso a toda la prueba divulgada inter
partes, pues de esta manera podrá satisfacer la principal finalidad del proceso de
confirmación de cargos, a saber, determinar si la prueba de cargo obrante resulta
suficiente para llevar a juicio al imputado.
Desde nuestro punto de vista, posiblemente a causa del modelo continental que
conocemos, la línea mantenida en el caso Bemba respetaría y garantizaría más los
derechos del imputado, ya que la Sala de Cuestiones Preliminares tendría
conocimiento de todo el acervo probatorio obtenido y divulgado inter partes, aunque
pudiera ir en detrimento de un procedimiento expeditivo.
<<El documento en que se formulan los cargos, tal como se menciona en el artículo
61, deberá incluir:
a) El nombre completo de la persona y cualquier otro dato que sirva para su
identificación;
b) Una relación de los hechos, incluyendo la hora y lugar de los presuntos delitos, que
proporcione una base jurídica y fáctica suficiente para hacer que la o las personas
comparezcan en juicio, incluyendo hechos pertinentes acerca del ejercicio de su
competencia por parte de la Corte;
c) Una tipificación jurídica de los hechos que dé cuenta tanto de delitos conforme a los
artículos 6, 7 u 8 como de una forma precisa de participación conforme a los artículos
25 y 28>>.
El contenido del documento en el que se formulan los cargos muestra una similitud
formidable con nuestro escrito de acusación previsto en el art. 650 y 734 de la
LECrim, pues deben limitarse a determinar inter alia los hechos punibles que resulten
del sumario, la calificación legal de los mismos y la participación del procesado. Así
pues, la clara influencia del Derecho nacional en el nuevo Derecho procesal penal
internacional resulta evidente en este trance procesal.
Dos datos esenciales deberá contener el escrito de acusación, los hechos imputados y
su caracterización legal. Las pruebas de las que pretenda valerse el Fiscal para
demostrar los hechos y su caracterización legal no son una parte inherente al escrito
de acusación, sino que están en un documento aparte(106), sin perjuicio de que
tengan que analizarse conjuntamente, al estar íntimamente relacionados(107). Aquí
encontramos una diferencia considerable con nuestro Derecho procesal penal, ya que
el art. 656 de la LECrim prevé que en el escrito de acusación las partes acusadoras
manifiesten las pruebas de que intenten valerse, presentando listas de peritos y
testigos. Este tratamiento distinto puede deberse al modelo de divulgación de la
prueba que impera en el Estatuto de Roma, el cual es desconocido en nuestro modelo
procesal.
Igualmente, ni el Estatuto de Roma, ni las Reglas de Procedimiento y Prueba, ni las
Reglas de la Corte ofrecen una definición de cargo, siendo a nuestro juicio importante
configurar este término, pues a lo largo del procedimiento penal podrá modificarse el
mismo, teniendo ello consecuencias jurídicas en el proceso. Del contenido de los art.
61.9, 67.1 y 74.2 del Estatuto de Roma se deduce que los cargos están conformados
por los hechos imputados y su caracterización legal, siendo, en conclusión, una
combinación de tales presupuestos(108). De una parte, el hecho no es otra cosa que
la fundamentación fáctica de la pretensión punitiva, siendo el núcleo esencial del
objeto del proceso y resultando vedado al tribunal extender el conocimiento de los
mismos. En nuestro Ordenamiento procesal, si se traen al plenario nuevos hechos no
podrán investigarse en el procedimiento, debiendo efectuarse una instrucción
suplementaria, con la consiguiente calificación provisional y pruebas que los
corroboren, ex art. 746.6º de la LECrim(109). De otro lado, la caracterización legal de
los hechos consiste en determinar el crimen internacional cometido y el título de
imputación penal.
En este orden de cosas, el art. 61.4 del Estatuto de Roma dispone que:
<<Antes de la audiencia, el Fiscal podrá proseguir la investigación y modificar o retirar
los cargos. Se dará al imputado aviso con antelación razonable a la audiencia de
cualquier modificación de los cargos o de su retiro>>.
Del precepto anterior se infiere claramente que la posibilidad de modificar los cargos
antes de la audiencia depende del Fiscal, sin intervención alguna de la Sala de
Cuestiones Preliminares, pudiendo efectuarse sin restricciones(116). El único límite
que tiene el Fiscal para proceder a la modificación de cargos es su comunicación a la
Sala de Cuestiones Preliminares y al imputado con una antelación mínima de 15 días a
la audiencia de confirmación de cargos, ex Regla 121.4 de las RPP, adjuntando la lista
de evidencias que pretenda aportar para sustentar este acto de postulación punitiva.
Una vez se han confirmado los cargos por la Sala de Cuestiones Preliminares la
modificación del escrito de acusación o documento en el que se formulan los cargos
está sujeta a restricciones, toda vez que resulta imprescindible la autorización de la
Sala de Cuestiones Preliminares, constituyendo una conditio sine qua non(117). La
Sala de Apelaciones ya ha tenido ocasión de tratar este asunto, ofreciendo dos
escenarios distintos, a saber, si el juicio oral ha comenzado o si el mismo todavía no
ha tenido lugar. Pues bien, el comienzo del juicio oral impide cualquier modificación al
escrito de acusación, con base en lo establecido en el art. 61.9 del Estatuto de Roma y
en la Regla 128 de las RPP, resultando indiferente incluso que la solicitud se haya
efectuado antes de iniciarse el juicio oral(118). Este criterio resulta adecuado toda vez
que al comienzo del plenario los parámetros del juicio deben estar precisados y
delimitados, no pudiendo someterse al acusado a nuevas imputaciones, pues esto
perjudicaría el derecho de defensa y el derecho a un juicio justo y expeditivo(119). La
única modificación al escrito de acusación, una vez ha comenzado el juicio oral, tiene
lugar con sujeción a la Norma 55 de las Reglas de la Corte, es decir, a instancias de la
Sala de Primera Instancia.
Si el juicio oral todavía no ha comenzado, el Fiscal podrá modificar sus cargos, previa
autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares, con base en lo establecido en el
art. 61.9 del Estatuto de Roma, cuyo tenor es el siguiente:
<<Una vez confirmados los cargos y antes de comenzar el juicio, el Fiscal, con
autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares y previa notificación al acusado,
podrá modificar los cargos. El Fiscal, si se propusiera presentar nuevos cargos o
sustituirlos por otros más graves, deberá pedir una audiencia de conformidad con el
presente artículo para confirmarlos. Una vez comenzado el juicio, el Fiscal, con
autorización de la Sala de Primera Instancia, podrá retirar los cargos>>.
ii) Modificar un cargo en razón de que las pruebas presentadas parecen indicar la
comisión de un crimen distinto que sea de la competencia de la Corte>>.
Antes de analizar qué significa la expresión “motivos fundados para creer”, conviene
recordar que el Estatuto de Roma ha dispuesto un sistema de umbrales en el proceso
tendente a determinar en cada estadio procesal si hay evidencias bastantes para
poder continuar con el curso del mismo, a fin de hacerlo avanzar(138). El primer
momento en el que entra en juego el sistema de umbrales lo constituye la orden de
detención o comparecencia exart. 58.1.a) del Estatuto de Roma, al exigirse para su
adopción la existencia de un motivo razonable para creer que el investigado ha
cometido un crimen de la competencia de la Corte(139). El segundo momento resulta
a colación de la confirmación de cargos ex art. 61.7 del Estatuto de Roma, pues para
confirmarse la acusación se requieren motivos fundados para creer que el imputado ha
cometido un crimen de la competencia de la Corte. Por último, para dictarse sentencia
condenatoria el art. 66.3 del Estatuto de Roma demanda la culpabilidad del acusado
más allá de toda duda razonable.
En conclusión, los motivos fundados para creer podríamos definirlos como aquellos
datos, afirmaciones o información fáctica que obra en la causa y representa
probabilidades consistentes y sustentadas razonadamente de la comisión de un crimen
internacional de competencia de la Corte Penal Internacional. Esta definición va más
allá de las meras sospechas o de las sospechas razonadas de participación en un
hecho punible, las cuales en el ámbito del Estatuto de Roma estarían vinculadas al
umbral exigido para acordar la orden detención o comparecencia. Igualmente, resulta
conveniente referirnos a probabilidades consistentes, pues la certeza es propia de otro
umbral, concretamente, el de la sentencia condenatoria.
A nuestro juicio, dos son los motivos que concurren para no exigirse la presencia de
testigos en la audiencia de confirmación de cargos. El primero sería para evitar
dilaciones innecesarias, a fin de satisfacerse el postulado de una justicia expeditiva y
el segundo tendría por finalidad deslindar los umbrales exigidos en la confirmación de
cargos y en el juicio oral, pues la deposición oral de los testigos ante la Sala, bajo el
principio de inmediación y contradicción, es propia de la fase del juicio oral o
plenario, ex art. 69.2 del Estatuto de Roma.
De otra parte, el imputado podrá de conformidad con lo previsto en el art. 61.6 del
Estatuto de Roma, impugnar los cargos y pruebas incriminatorias del Fiscal y
presentar pruebas en su defensa. Evidentemente, las pruebas presentadas por la
defensa lo serán de la misma manera que el Fiscal, es decir, mediante resúmenes,
documentos o transcripción de manifestaciones, sin ser necesaria la presencia de los
testigos. Un aspecto importante de la audiencia radica en que la defensa puede
contradecir e impugnar las acusaciones del Fiscal, pues el imputado normalmente
estará presente en la misma, dándose, pues, cumplimiento al principio de
contradicción.
2.2.5. Audiencia de confirmación de cargos en ausencia del imputado
<<La Sala de Cuestiones Preliminares, a solicitud del Fiscal o de oficio, podrá celebrar
una audiencia en ausencia del acusado para confirmar los cargos en los cuales el Fiscal
se basa para pedir el enjuiciamiento cuando el imputado:
b) Haya huido o no sea posible encontrarlo y se hayan tomado todas las medidas
razonables para asegurar su comparecencia ante la Corte e informarle de los cargos y
de que se celebrará una audiencia para confirmarlos,
- Confirmará los cargos respecto de los cuales haya determinado que existen pruebas
suficientes y asignará al acusado a una Sala de Primera Instancia para su
enjuiciamiento por los cargos confirmados.
- No confirmará los cargos respecto de los cuales haya determinado que las pruebas
son insuficientes.
- Levantará la audiencia y pedirá al Fiscal que considere la posibilidad de presentar
nuevas pruebas o llevar a cabo nuevas investigaciones en relación con un determinado
cargo; o modificar un cargo en razón de que las pruebas presentadas parecen indicar
la comisión de un crimen distinto que sea de la competencia de la Corte.
Por último, la Sala puede acordar el levantamiento de la audiencia y pedir al Fiscal que
considere la posibilidad de presentar nuevas pruebas o llevar a cabo nuevas
investigaciones en relación con un determinado cargo. Esta medida ha resultado
controvertida, toda vez que en ocasiones la Sala ha cuestionado la investigación
practicada por el Fiscal y ha encomendado la práctica de nuevas pruebas,
sustituyendo, pues, la labor investigadora de la Fiscalía. A título de ejemplo, en el caso
Gbagbo la Sala de Cuestiones Preliminares decidió levantar la audiencia y pidió al
Fiscal que presentase nuevas pruebas sobre el ataque generalizado contra la población
civil por el que se acusaba al imputado, dado que la prueba aportada se sustentaba en
pruebas de referencia, informes de ONG´s, investigaciones periodísticas e informes de
Naciones Unidas, siendo insuficiente la misma para la Sala(162). A nuestro entender,
esta medida resultará acertada cuando la Sala aprecie sobre un cargo concreto la
existencia de indicios de responsabilidad criminal, pero a su vez tales pruebas no
constituyan motivos fundados para creer que se ha cometido dicho crimen
internacional. De otra parte, la Sala también podrá pedir la modificación de los cargos,
incluidas las formas de comisión del hecho punible(163), si de las pruebas practicadas
se deduce la comisión de un crimen internacional distinto, como sucedió en el caso
Lubanga(164) y en el caso Bemba. La finalidad que se persigue con esta decisión
radica en evitar que se juzgue a una persona por un crimen internacional distinto del
cometido y sobre el que no ha podido defenderse, pues no fue imputado en el
procedimiento de confirmación de cargos.
Con carácter general podemos afirmar que las decisiones adoptadas en el marco del
art. 61.7 del Estatuto de Roma no son apelables directamente ante la Sala de
Apelaciones, pues se requiere de la autorización de la Sala de Cuestiones Preliminares.
El art. 82.1 del Estatuto de Roma contiene expresamente aquellas decisiones
susceptibles de ser apeladas, no enumerándose en ningún caso a la decisión de
confirmación de cargos. No obstante, en el apartado d) del referido precepto se indica
lo siguiente:
VI. CONCLUSIONES
Por último, el hecho de que se hayan dictado decisiones en las que no se confirmaron
los cargos, evitándose así juicios innecesarios e injustos, demuestra la necesidad de
mantener este procedimiento. No podemos olvidar que con la participación de la Sala
de Cuestiones Preliminares se evita la contaminación del resto de jueces de la Corte
Penal Internacional en la causa, circunscribiéndose la labor del Fiscal a investigar y si
lo considera oportuno imputar la comisión de crímenes internacionales de la
competencia de la Corte.
NOTAS:
(1). A este respecto basta con observar dos recientes decisiones de la Sala de Primera
Instancia de la Corte Penal Internacional (en adelante, CPI) relativas a la falta de
colaboración de los Estados en la investigación de crímenes internacionales de la
competencia de la Corte, cfr. Decisión de la CPI (Sala de Primera Instancia), de 19 de
septiembre de 2016, Decision on Prosecution’s application for a finding of non-
compliance under Article 87(7) of the Statute, , Prosecutor v. Kenyatta, ICC-01-09-
02/11; Decisión de la CPI (Sala de Primera Instancia), de 11 de julio de 2016,
Decision on the non-compliance by the Republic of Uganda with the request to arrest
and surrender Omar Al-Bashir to the Court and referring the matter to the United
Nations Security Council and the Assembly of State Parties to the Rome statute,
Prosecutor v. Omar Hassan Ahmad Al Bashir, ICC-02/05-01/09; cfr. CASSESE, A.,
International Criminal Law, Oxford, Oxford University Press, 2008, p. 349 y 351,
sostiene que el Estatuto de Roma debería haber especificado las consecuencias
derivadas del incumplimiento de la cooperación estatal con la Corte Penal
Internacional, no solamente decir que se remitirá la cuestión o se informará a la
Asamblea de Estados Parte o al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
dependiendo de si el Estado es Parte o no.
(2). Cfr. FRIMAN H., “Investigation and Prosecution”, The International Criminal Court.
Elements of Crimes and Rules of Procedure and Evidence, Ed: ROY S. LEE, London,
Transnational Publishers, 2001, p. 520.
(4). MIRAGLIA, M., “Admisibility of evience, standard of proof, and nature of the
Decision in the ICC Confirmation of Charges in Lubanga”, Journal of International
Criminal Justice, núm. 6, 2008, p. 490; cfr. BELTRÁN MONTOLIU, A., “El proceso ante
la Corte Penal Internacional”, Derecho Penal Internacional, Dir.: GIL GIL, A., y
MACULÁN, E., Madrid, Dykinson, 2016, p. 435 y ss.
(5). MARINIELLO, T., “Questioning the standard of proof. The purpose of the ICC
Confirmation of Chares Procedure”, Journal of International Criminal Justice, núm. 13,
2015, p. 582.
(6). WAR CRIMES RESEARCH OFFICE, The confirmation of charges process at the
International Criminal Court: a critical assessment and recommendations for change,
American University, Washington College of Law, 2015, p. 3.
(7). Cfr. SCHABAS, W.A., The International Criminal Court. A commentary on the
Rome Statute, Oxford, Oxford University Press, 2010, p. 735.
(8). AMBOS, K., y MILLER, D., “Structure and function of the confirmation of
procedure before the ICC from a comparative perspective”, International Criminal Law
Review, núm. 7, 2007, p. 337; MARINIELLO, T., ob. cit., p. 582; DE BECO, G., “The
confirmation of charges before the International Criminal Court: evaluation and first
application”, International Criminal Law Review, núm. 7, 2007, p. 475; TOCHILOVSKY,
V., “Charging in the ICC and relevance jurisprudence of ad hoc tribunals”, The legal
regime of the International Criminal Court, Ed.: DORIA, J., GASSER, H.P., y
BASSIOUNI, M.C., Leiden, Martinus Nijhoff Publishers, 2009, p. 839; cfr. KHAN, K., y
DIXON, R., Archbold International Criminal Courts. Practice, Procedure and Evidence,
London, Sweet & Maxweell, 2008, pp. 171 y ss.
(11). Cfr. A/48/10, Report of the International Law Commission on the work of its
forty-fifth session (3 May-23 July 1993), p. 114.
(12). Cfr. A/49/10, Report of the International Law Commission on the work of its
forty-sixth session (2 May-22 July 1994, p. 64 y ss.
(15). Cfr. SHIBAHARA, K., y SCHABAS, W.A., “Art. 61. Confirmation of the charges
before trial”, Commentary on the Rome Statute of the International Criminal Court.
Observers' notes, article by article, TRIFFTERER, O., (Ed.), Nomos, Baden-Baden,
2008, p. 1173; A/AC.249/1998/WG.4/DP.36; A/CONF.183/2, p. 50 y ss.
(16). KRESS, C., “The procedural law of the International Criminal Court in outline:
Anatomy of a unique compromise, Journal of International Criminal Justice, núm. 1,
2003, p. 605; MARCHESIELLO, M., “Proceedings before the Pre-Trial Chambers”, The
Rome Statute of the International Criminal Court: A Commentary, Vol. II, Ed.:
CASSESE, A., Oxford, Oxford University Press, 2002, p. 1233.
(17). Cfr. DEGUZMAN, M. M., “Article 21. Applicable law”, Commentary on the Rome
Statute of the International Criminal Court. Observers' notes, article by article,
TRIFFTERER, O., (Ed.), Nomos, Baden-Baden, 2008, p. 708 y 709.
(18). Cfr. GÓMEZ COLOMER, J.L., ob. cit., p. 17; por principio acusatorio hemos de
entender aquél en el que la investigación y el enjuiciamiento no recae en la misma
persona o institución, cfr. GIMENO SENDRA, V., Derecho Procesal Penal, Madrid,
Colex, 2004, p. 79.
(20). Cfr. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, J., Tratado de Derecho Procesal Penal,
Pamplona, Thomson-Aranzadi, 2007, p. 550.
(21). Rule 7 c) 1) Federal Rules of Criminal Procedure (USA); cfr. AMBOS K., y
MILLER, D., ob. cit., p. 352.
(25). GÓMEZ COLOMER, J.L., ob. cit., p. 28; AMBOS K., y MILLER, D., ob. cit., p. 352.
(32). Art. 213, 214 y 215 Código Procesal Penal; cfr. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, J.,
ob. cit., p. 553 y 554.
(33). CALDERÓN CEREZO, A., y CHOCLÁN MONTALVO, J.A., Derecho Procesal Penal,
Madrid, Dykinson, 2005, p. 21.
(34). Art. 299 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal; cfr. CALDERÓN CEREZO, A., y
CHOCLÁN MONTALVO, J.A., ob. cit., p. 178; LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, J., ob. cit., p.
542 y 543.
(39). Cfr. CABEZUDO RODRÍGUEZ, N., La Corte Penal Internacional, Madrid, Dykinson,
2002, p. 101, quien establece cuatro fases procesales, a saber, instrucción,
enjuiciamiento, apelación y ejecución; GÓMEZ COLOMER, J.L., ob. cit., pp. 87 y ss.,
diferencia la fase de investigación llevada a cabo por el Fiscal, la fase de
enjuiciamiento previo al juicio oral en la que interviene la Sala de Cuestiones
Preliminares y la fase del juicio oral ante la Sala de Primera instancia; cfr. LIROLA
DELGADO, I y MARTÍN MARTÍNEZ, M., ob. cit., pp. 182 y ss., entienden la
concurrencia de las siguientes fases procesales: investigación, enjuiciamiento, juicio e
impugnación; KRESS, C., ob. cit., p. 606, considera las siguientes estadios procesales:
investigación, confirmación de cargos, juicio, apelación y revisión de procedimientos;
cfr. PIGNATELLI Y MECA, F., “La Corte Penal Internacional”, Derecho Internacional
Humanitario, Coord.: RODRÍGUEZ VILLASANTE Y PRIETO, J.L., Valencia, 2007, p. 846
y ss., considera que el proceso se divide en dos fases, una sumarial o de investigación
y otra plenaria o de juicio oral; SAFFERLING, C., “International Criminal…”, ob. cit., p.
193, divide el proceso también en cinco partes: investigation, confirmation, trial,
appeal and execution; cfr. BELTRÁN MONTOLIU, A., “El proceso…”, ob. cit., p. 435,
quien divide el proceso en fase preliminar, de investigación, intermedio, juicio oral,
apelación y ejecución de la sentencia.
(40). Entendemos que el uso del término enjuiciamiento deviene de la traducción del
término en inglés prosecution que se emplea en diversas ocasiones. Ahora bien, no
podemos caer en la tentación de equiparar el enjuiciamiento del sistema procesal
penal español, el cual acontece en el juicio oral, una vez se han interpuesto los
escritos de acusación pertinentes, con el empleado en el procedimiento penal
internacional del Estatuto de Roma, toda vez que acá el enjuiciamiento tiene lugar
antes del juicio oral; cfr. 59.
(42). ZAHAR, A., y SLUITER, G., International Criminal Law, Oxford, Oxford University
Press, 2008, p. 54 y ss.
(44). AMBOS K., y MILLER, D., ob. cit., p. 338; CRYER R., FRIMAN, H., ROBINSON, D.,
WILMSHURST, E., An introduction to International Criminal Law and Procedure,
Cambridge, Cambridge University Press, 2008, p. 378; CASSESE, A., ob. cit., p. 407 y
408; KNOOPS, G.J.A., An Introduction to the law of international criminal tribunals,
New York, Transnational Publishers, 2003, p. 101; MARCHESIELLO, M., ob. cit., p.
1239; SAFFERLING, C., “International criminal…”, ob. cit., p. 242; NERLICH, V., “The
confirmation of charges procedure at the International Criminal Court”, Journal of
International Criminal Justice, núm. 10, 2012, p. 1341.
(45). BOAS, G., BISCHOFF, J.L., REID, N.L., y TAYLOR III, B.D., International Criminal
Law Practitioner Library. Volume III, Cambridge, Cambridge University Press, 2013, p.
176 ; OLÁSOLO, H., The Triggering Procedure of the International Criminal Court,
Leiden, Martinus Nijhoff Publishers, 2005, p. 51.
(46). Cfr. SAFFERLING, C., “International criminal…”, ob. cit., p. 217; ZAHAR, A., y
SLUITER, G., ob. cit., p. 57. Esta última tesis se sustenta toda vez que el Fiscal puede
seguir investigando durante el enjuiciamiento o Pre-Trial, en aplicación de lo
establecido en el art. 61.4 del Estatuto de Roma, el cual dispone que <<Antes de la
audiencia, el Fiscal podrá proseguir la investigación (…)>>, produciéndose, pues, un
solapamiento entre ambos estadios procesales.
(49). Algunos autores han incidido en la necesidad de precisar los términos aplicables
al sujeto pasivo del procedimiento, ya que el derecho a la asistencia letrada está
reconocido cuando el investigado va a ser interrogado por el Fiscal o por las
autoridades nacionales, en aplicación de una cooperación o asistencia judicial
internacional, pero fuera de este supuesto nada prevé el Estatuto de Roma, cfr.
MARCHESIELLO, M., ob. cit., p. 1245; cfr. LIROLA DELGADO, I y MARTÍN MARTÍNEZ,
M., ob. cit., p. 194, quienes apuntan dos notables deficiencias del Estatuto de Roma,
la primera de ellas que el derecho a la asistencia letrada se supedita al interés de la
justicia y la segunda que el Estatuto de Roma permite en ocasiones el interrogatorio
del investigado sin asistencia letrada y sin ser informado, ex art. 56.1.c) del Estatuto
de Roma.
(50). Hay que significar que el Estatuto de Roma no utiliza el término de investigado,
y el resto de tribunales internacionales penales, normalmente, emplea el término
“sospechoso”, entendiéndose como aquella persona sobre la que el Fiscal posee
información fiable de que ha cometido un crimen de competencia del tribunal, cfr.
BOAS, G., et al., ob. cit., p. 109.
(53). Cfr. CALDERÓN CEREZO, A., y CHOCLÁN MONTALVO, J.A., ob. cit., p. 357;
MORENO CATENA, V., y CORTÉS DOMÍNGUEZ, V., ob. cit., p. 141; GIMENO SENDRA,
V., ob. cit., p. 325; LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, J., ob. cit., p. 651.
(54). FRIMAN, H., ob. cit., p. 523; SHIBAHARA, K., y SCAHABAS, W.A., ob. cit., p.
1175.
(57). Esta afirmación la sustentamos por el hecho de que el acusado tiene derecho a
interrogar a los testigos de cargo, sin embargo durante la audiencia de cargos
(enjuiciamiento) no es imprescindible que acudan testigos a declarar, siendo suficiente
un resumen de su testimonio, por lo que tal derecho no podría satisfacerse
plenamente durante el Pre-Trial.
(58). Cfr. BOAS, G., et al., ob. cit., p. 12 y ss.; CASSESE, A., ob. cit., p. 383; GARCÍA
LABAJO, J.M., “Aspectos procesales del Estatuto de la Corte Penal Internacional: el
juicio, los recursos, la cooperación internacional y la ejecución de penas”, Revista
Española de Derecho Militar, núm. 75, 2000, p. 476; SAFFERLING, C., “International
criminal…”, ob. cit., pp. 58 y ss.; ZAHAR, A., y SLUITER, G., ob. cit., pp. 276 y ss., y
307.
(59). Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 29 de enero de 2007,
Prosecutor v. Thomas Lubanga Dyilo, “Decision on the confirmation of charges”, ICC-
01/04-01/06-803-tEN (“Lubanga Confirmation Decision”), párr. 37; Decisión de la CPI
(Sala de Cuestiones Preliminares), de 30 de septiembre de 2008, Prosecutor v.
Germain Katanga and Mathieu Ngudjolo Chui, “Decision on the confirmation of
charges”, ICC-01/04-01/07-717 (“Katanga and Ngudjolo Confirmation Decision”),
párr. 63; Decision de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 15 de junio de
2009, Prosecutor v. Jean- Pierre Bemba Gombo, “Decision Pursuant to Article 61(7)(a)
and (b) of the Rome Statute on the Charges of the Prosecutor Against Jean-Pierre
Bemba Gombo”, ICC-01/05-01/08- 424 (“Bemba Confirmation Decision”), párr. 28;
Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 8 de febrero de 2010,
Prosecutor v. Bahar Idriss Abu Garda, “Decision on the Confirmation of Charges”, ICC-
02/05- 02/09-243-Red (“Abu Garda Confirmation Decision”), párr. 39; Decisión de la
CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 7 de marzo de 2011, Prosecutor v. Abdallah
Banda Abakaer Nourain and Saleh Mohammed Jerbo Jamus, “Corrigendum of the
‘Decision on the Confirmation of Charges’”, ICC-02/05-03/09-121-Corr- Red (“Banda
and Jerbo Confirmation Decision”), párr. 31; Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones
Preliminares), de 16 de diciembre de 2011, Prosecutor v. Callixte Mbarushimana,
“Decision on the confirmation of charges”, ICC- 01/04-01/10-465-Red
(“Mbarushimana Confirmation Decision”), párr. 41; Decisión de la CPI (Sala de
Cuestiones Preliminares), de 23 de enero de 2012, Prosecutor v. Francis Kirimi
Muthaura, Uhuru Muigai Kenyatta and Mohammed Hussein Ali, “Decision on the
Confirmation of Charges Pursuant to Article 61(7)(a) and (b) of the Rome Statute”,
ICC-01/09-02/11-382-Red (“Muthaura et al. Confirmation Decision”), párr. 52;
Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 9 de junio de 2014,
Prosecutor v. Bosco Ntaganda, “Decision Pursuant to Article 61(7)(a) and (b) of the
Rome Statute on the Charges of the Prosecutor Against Bosco Ntaganda”, ICC-01/04-
02/06 (Ntaganda Confirmation Decision); Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones
Preliminares), de 12 de junio de 2014, Prosecutor v. Laurent Gbagbo, “Decision on the
confirmation of charges against Laurent Gbagbo”, ICC-02/11-01/11-656-Red, párr.
17; Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 24 de marzo de 2016,
Prosecutor v. Ahmad Al Faqi Al Mahdi, “Decision on the confirmation of charges
against Ahmad Al Faqi Al Mahdi”, ICC-01/12-01/15, (Ahmad Al Faqi Al Mahdi
Confirmation Decision), párr. 17; Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares),
de 23 de marzo de 2016, Prosecutor v. Dominic Ongwen, “Decision on the
confirmation of charges against Dominic Ongwen”, ICC-02/04-01/15, (Dominic
Ongwen Confirmation Decision), párr. 14; SHIBAHARA, K., y SCHABAS, W.A., ob. cit.,
p. 1173; MARCHESIELLO, M., ob. cit., p. 1235.
(60). SCHABAS, W.A., ob. cit., p. 784; Bemba Confirmation Decision, para. 31.
(62). Dominic Ongwen Confirmation Decision, párr. 15; Banda and Jerbo Confirmation
Decision, para. 32; Decisión de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 14 de
diciembre de 2012, Prosecutor v. Laurent Gbagbo, “Decision on the date of the
confirmation of charges hearing and proceedings leading thereto”, ICC-02/11-01/11-
325, párr. 27; CRYER R., et al, ob. cit., p. 376.
(65). Cfr. MORENO CATENA, V., y CORTÉS DOMÍNGUEZ, V., ob. cit., p. 408 y s.
(66). Cfr. Report of the Working Group on Lessons Learnt to the Study Group on
Governance. Cluster I: Expanding the Criminal Process, 30 september 2015, párr. 22.
(69). NERLICH, V., ob. cit., p. 1349. De otra parte, hay autores que opinan que una
vez se haya iniciado el juicio no podrán modificarse los cargos, cfr. SHIBAHARA, K., y
SCHABAS, W.A., ob. cit., p. 1180; SAFFERLING, C., “International criminal…”, ob. cit.,
p. 326; CRYER R., et al, ob. cit., p. 377.
(70). Cierta semejanza podemos encontrar con nuestro Ordenamiento Jurídico, toda
vez que los hechos objeto de la sentencia en el proceso penal son aquellos que
previamente han sido descritos en el escrito provisional de acusación, ex art. 650.1º
de la LECrim, el cual dispone que el susodicho escrito contendrá los hechos punibles
que resulten del sumario, de lo que se deduce que aquellos que no hayan sido objeto
de investigación en la fase de instrucción y, por ende, objeto de acusación por las
partes acusadoras, no podrían llevarse a colación al plenario, debiéndose efectuar una
instrucción suplementaria para subsanar esta irregularidad que afecta sustancialmente
al principio acusatorio que rige en nuestro proceso penal, todo ello en aplicación de lo
establecido en el art. 746.6º de la LECrim, cfr. GIMENO SENDRA, V., ob. cit., p. 603;
MORENO CATENA, V., y CORTÉS DOMÍNGUEZ, V., ob. cit., p. 157.
(71). Dominic Ongwen Confirmation Decision, párr. 15; Ahmad Al Faqi Al Mahdi
Confirmation Decision, párr. 16.
(73). Ibídem, p. 6.
(74). KHAN, K.A., y SHAH, A.A., “Defensive practices: representing clients before the
International Criminal Court”, Law and Contemporary Problems, núm. 76, 2014, pp.
200 y ss.
(76). AMBOS, K., ob. cit., p. 13; ZAHAR, A., y SLUITER, G., ob. cit., p. 373.
(77). SWOBODA, S., ob. cit., p. 450; KUSCHNIK, B., “International Criminal Due
process in the making: new tendencies in the law of non-disclosure in the proceedings
before the ICC”, International Criminal Law Review, núm. 9, 2009, p. 159.
(80). KUSCHNIK, B., ob. cit., p. 161; AMBOS, K., y MILLER, D., ob. cit., p. 342.
(81). Evidentemente, el acceso a la prueba de cargo del Fiscal puede verse limitada
cuando la misma afecta a la seguridad nacional de un Estado (art. 72 del Estatuto de
Roma), cuando se trata de comunicaciones e información privilegiada (Regla 73 de las
RPP) o cuando se trate de prueba confidencial (art. 68 del Estatuto de Roma), ya que
en tales casos la Sala de Cuestiones Preliminares adoptará las medidas de protección
pertinentes que otorgarán a dicha información un grado de confidencialidad, ex Norma
48.2 del Reglamento de la Corte.
(82). Esta medida nos ilustra la influencia del sistema de civil law, en donde las
actuaciones de investigación están contenidas en un sumario Decisión de la CPI (Sala
de Cuestiones Preliminares), de 15 de mayo de 2006, Decision on the final system of
disclosure and the establishment of a timetable, Prosecutor v. Thomas Lubanga, ICC-
01/04-01/06, párr. 57; SHIBAHARA, K., y SCHABAS, W.A., ob. cit., p. 1177; Decisión
de la CPI (Sala de Cuestiones Preliminares), de 31 de julio de 2008, Decision on the
Evidence Disclosure System and Setting a Timetable for Disclosure between the
Parties, Prosecutor v. Bemba, ICC-01/05-01/08-55, párr. 43.
(83). Decisión del Tribunal Internacional Penal para la Antigua Yugoslavia, Prosecutor
v. Brdanin y Talic, Decisión on motion by Momir Talic for disclosure of evidence, IT-99-
36-PT; ACKERMAN, J., y O´SULLIVAN, E., Practice and Procedure of the International
Criminal Tribunal for the Former Yugoslavia, The Hague, Kluwer Law International,
2002, pp. 340 y ss.
(85). Cfr. BOAS, G., et al, ob. cit., p. 232; cfr. BELTRÁN MONTOLIU, A., “El proceso…”,
ob. cit., p. 444.
(95). GIMENO SENDRA, V., ob. cit., p. 600; MORENO CATENA, V., y CORTÉS
DOMÍNGUEZ, V., ob. cit., p. 344.
(96). Cfr. GÓMEZ COLOMER, J.L., ob. cit., p. 153; SCHABAS, W.A., ob. cit., p. 738;
CRYER, R., et al., ob. cit., p. 376.
(98). Decisión del Tribunal Especial para Sierra Leona (Sala de Primera Instancia), de
13 de octubre de 2003, Decision and order on defence preliminary motion for defects
in the form of the indictment, Prosecutor v. Hassan Sesay, SCSL-2003-05-PT, párr. 7.
(100). BOAS, G., et al., ob. cit., p. 178; KNITTEL, C., “Reading between the lines:
charging instruments at the ICTR and the ICC”, Pace Law Review, Vol. 32, núm. 2,
2012, p. 517.
(102). Cfr. JONES, J.RW.D., y POWLES, S., International Criminal Practice, New York,
Transnational Publishers, 2003, pp. 118 y ss.
(103). Decisión del TIPY (Sala de Primera Instancia), de 4 de abril de 1997, Prosecutor
v. Blaskic, Decision on the defence motion to dismiss the indictment based upon
defects in the form thereof, párr. 22 a 24; Decisión de la CPI (Sala de Primera
Instancia), de 25 de junio de 2008, Decision on the three defences requests regarding
the prosecution amended charging document, Prosecutor v. Katanga and Ngudjolo,
ICC-01/04-01/07-648, párr. 34.
(109). CALDERÓN CEREZO, A., y CHOCLÁN MONTALVO, J.A., ob. cit., p. 479 y ss.;
GIMENO SENDRA, V., ob. cit., p. 603; MORENO CATENA, V., y CORTÉS DOMÍNGUEZ,
V., ob. cit., p. 345.
(110). En la práctica estos plazos resultan exiguos para la defensa, toda vez que el
acervo probatorio del caso, particularmente, documental, es inmenso, no pudiendo la
defensa estudiar en tan poco tiempo tal cantidad de prueba. Así, en el caso Kenyatta
la Fiscalía divulgó en el escrito de acusación más de 6.600 páginas, adicionalmente se
comunicó 1.300 páginas de contenido incriminatorio y más de 1.200 páginas de
transcripción de resúmenes de manifestaciones testificales, todo ello 30 días antes de
la audiencia de confirmación de cargos, cfr. Prosecution’s Document Containing the
Charges, List of Evidence and Comprehensive In-Depth Analysis Chart of Evidence
Included in the List of Evidence Submitted Pursuant to Article 61(3) and Rule 121(3)
(Aug. 19, 2011), Kenya II, Case No. ICC-01/09-02/11; KHAN, K.A., y SHAH, A.A., ob.
cit., p. 203. En estos casos resultaría plenamente aplicable la Regla 121.7 de las RPP,
en donde se faculta a la Sala de Cuestiones Preliminares a posponer la audiencia de
cargos, con el consecuente retraso en el enjuiciamiento. Sea como fuere, en nuestra
opinión, poniendo en una balanza los derechos del imputado y el desarrollo del juicio
en un tiempo razonable, podemos concluir que deberían prevalecer los primeros, pues
si no se facilita a la defensa el estudio de la prueba de cargo con un tiempo prudencial
se estaría menoscabando el derecho de defensa y, con ello, el derecho a un juicio
justo.
(111). Cfr. JAVATO MARTÍN, M., “Modificación de conclusiones acusatorias en juicio del
proceso penal. El aplazamiento del juicio del artículo 788.4 LECRIM”, Revista Jurídica
de Castilla y León, núm. 11, 2007, p. 157 y ss.
(114). En ocasiones el aparato estatal o grupos organizados que controlan partes del
territorio están implicados en la comisión de estos crímenes, de ahí que obstruyan su
investigación.
(115). Decisión del TIPY (Sala de Primera Instancia), de 30 de junio de 2006, Decision
on the Prosecutor submission of proposed amendend indictment and defence motion
alleging defects in amended indictment, Prosecutor v. Rasim Delic, IT-04-84-PT, párr.
31; cfr. BOAS, G., et al, ob. cit., p. 188.
(122). Cfr. Working paper submitted by France o the Draft Statute of the International
Criminal Court, UN. Doc. A/AC.249/L.3, p. 41, art. 48.5.b), en el que se proponía que
la Sala de Cuestiones Preliminares pudiera modificar los cargos imputados por el
Fiscal. Como puede apreciarse esta posición no fue admitida en el Estatuto de Roma,
de ahí que consideremos que los Estados no quisieron otorgar esta facultad a la
repetida Sala.
(123). Abu Garda Confirmation Decision, párr. 39; Katanga and Ngudjolo Confirmation
Decision, párr. 64.
(125). Cfr. SAFFERLING, ob. cit., p. 344; cfr. SHIBAHARA, y SCHABAS, W.A., ob. cit.,
p. 1174.
(127). FRIMAN, H., ob. cit., p. 525; para un mayor detalle del análisis de la
admisibilidad de la causa y la competencia de la Corte, cfr. BELTRÁN MONTOLIU, A.,
“La defensa…”, ob. cit., pp. 139 a 166.
(132). Cfr. KLEFFNER, J. K., Complementarity in the Rome Statute and National
Criminal Jurisdictions, Oxford, Oxford University Press, 2008, p. 186.
(138). Ahmad Al Faqi Al Mahdi Confirmation Decision, párr. 18; Ruto, Kosgey y Sang
Confirmation Decision, párr. 40; Cfr. SCHABAS, W.A., ob. cit., p. 740; SAFFERLING,
C., “International Criminal…”, ob. cit., p. 339; MIRAGLIA, M., ob. cit., p. 495;
MARINIELLO, T., ob. cit., p. 585.
(139). Cfr. HALL, C.K., “Article 58. Issuance by the Pre-Trial Chamber of a warrant of
arrest or a summons to appear”, Commentary on the Rome Statute of the
International Criminal Court. Observers' notes, article by article, TRIFFTERER, O.,
(Ed.), Nomos, Baden-Baden, 2008, pp. 1133 y ss.
(143). Lubanga Confirmation Decision, párr. 37; Bemba Confirmation Decision, párr.
27; Ahmad Al Faqi Al Mahdi Confirmation Decision, párr. 15; Katanga and Ngudjolo
Confirmation Decision, párr. 63.
(152). De otra parte, la doctrina ha definido los indicios como el hecho base del cual
puede deducirse o inducirse el hecho que se trata de probar, ARAGONESES ALONSO,
P., Instituciones de Derecho Procesal Penal, Madrid, 1983, p. 312.
(153). Para un mayor entendimiento del procesamiento, cfr. GIMENO SENDRA, V., ob
cit., pp. 335 y ss.; ARAGONESES ALONSO, P., ob. cit., p. 419 y ss.
(164). Lubanga Confirmation Decision, párr. 200 a 237; cfr. SHIBAHARA, K., y
SCAHABAS, W.A., ob. cit., p. 1180.
(166). Cfr. STAKER, C., “Art. 82. Appeals against other decisions”, Commentary on the
Rome Statute of the International Criminal Court. Observers' notes, article by article,
TRIFFTERER, O., (Ed.), Nomos, Baden-Baden, 2008, p. 1478 y 1479.