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BARNETT, RONALD. Los límites de la competencia.

El conoci-
miento, la educación superior y la sociedad, Barce-
lona, 2001, Gedisa, 286 p.

por Francisco Xavier González y Ortiz

L os límites de la competencia. El
conocimiento, la educación supe-
rior y la sociedad, de Ronald Barnett,
Barcelona 2001.
Se habla mucho hoy (IX /2008) y en
todos lados de estas cuatro cosas rela-
cionándolas entre sí: el conocimiento,
la educación superior, la sociedad y las
competencias. Resalto por interés so-
bre todo las competencias, el término
menos importante de los que se men-
cionan en el libro, pero del que más se
habla. Es de hecho el eje alrededor del
cual, en lugar de sólo girar, las otras
cosas se intersectan a veces hacien-
do incluso colusión; otras se atravie-
san unas a otras, lo cual atrapa nuestro
pensamiento y nos compromete en la
reflexión. Quizá sea ésta la mayor vir-
tud del libro, que nos informa y nos
hace pensar.
El vocablo competencias tal como
se lo usa tiene más que ver con el inglés
competence que con el vocablo español
competencia cuya primera acepción
consigna el Diccionario de la Lengua
Española como: “Disputa o contienda

INVESTIGACIÓN BIBLIOTECOLÓGICA, Vol. 22, Núm. 46, septiembre/


diciembre, 2008, México, ISSN: 0187-358X. pp. 229-235 229
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entre dos o más sujetos sobre alguna que en más de un sentido). Sin embar-
cosa” y como segunda: “Oposición o go hay otros que, al contrario, consi-
rivalidad entre dos o más que aspiran deran que hay demasiadas competen-
a obtener la misma cosa”, y sólo en la cias (una economista del Instituto de
cuarta acepción aparece “Aptitud o Investigaciones Económicas asegura
idoneidad” que es el significado que se en nuestra Gaceta UNAM, [29/IX /08]
echa a jugar al hablar de competencias que la situación de riesgo en la que es-
como se lo emplea en estos días que tá la producción nacional de auto par-
corren: en relación con lo que los es- tes, se debe en parte al desempleo y el
tudiantes de educación superior de- éxodo de compañías transnacionales
berían saber al concluir sus estudios, localizadas en el país, a causa de la alta
pues se estaría hablando de las habi- competitividad entre ellas... y también
lidades o capacidades (competencias) a que nuestro gobierno no hace nada).
que deben o deberían tener, en princi- Con esta intromisión un tanto brus-
pio, estos egresados de las universida- ca quiero decir que no todo es acuer-
des e institutos de enseñanza superior. do en cuanto a las competencias, más
Es en ese sentido como se vincula a las bien podríamos decir que hay mucha
competencias con la educación supe- discusión al respecto.
rior, pues supuestamente los curricula Hay quienes sostienen que, en
o planes de estudio de nuestros estu- efecto, un joven que ha pasado por
diantes deberían incluir todas las ca- una educación superior de calidad tie-
pacidades, habilidades (y competen- ne que ser competente (sin analizar los
cias) que son necesarias para actuar matices y acepciones de la palabra)
eficazmente en éste nuestro tan com- queriendo decir que tiene que incluir
plejo, movido y difícil mundo de hoy. en su comportamiento todo lo que se
(Entre paréntesis diré, que de hecho la necesita para ser competente. Pero aquí
palabra competence es una mala tra- es donde se ignoran las acepciones
ducción del inglés al español, que de- principales de competencia -en espa-
bió usar capacidad o habilidad en lu- ñol- y se pasa a “estar capacitado o bien
gar de competencia, porque se dan habilitado para efectuar los trabajos,
unos cruces semánticos muy cuestio- obras y tareas” que requiere nuestra
nables). tan compleja sociedad. ¿Quién podría
Pero no es gratuito el uso de com- estar en contra de eso? Pero lo difícil
petencias porque el término hace pen- es ponerse de acuerdo en los términos
sar en un mundo donde parece querer- reales, en lo que verdaderamente sig-
se dar por hecho que competir es algo nifican los conceptos que se emplean.
esencial para ésta nuestra cultura oc- La mala traducción de competences
cidental, comandada por la visión del difumina las cosas en lugar de aclarar-
mundo norteamericana (que hoy, sin las, pues se compite para ganar (para ga-
embargo, está derrumbándose parece narle al otro o a los otros competidores,
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porque si no es así, entonces ¿para qué y nuestras comunidades empresaria-


competir?). Pero entonces lo que se les, pero aquí debemos recordar que
cuela de modo sutil y sin decirse cla- el libro no trata de estas ‘comunidades
ramente, es ya una participación del nuestras’ ni tampoco nuestras univer-
mundo empresarial o comercial y esa sidades, sino las inglesas. Sin mantener
noción de que todos tenemos que ser presente este importante filtro podría-
competentes, y sobre todo quienes han mos caer en no pocos errores de apre-
cursado la educación superior, que so- ciación y obtener ideas muy equivoca-
mos en este país una mínima parte das de nuestra lectura de este libro.
de la población. Por desgracia asoma Y es que el problema tiene muchas
también con “las competencias”, una facetas. Naturalmente existe acuerdo
especie de “todos contra todos”, que en la idea de que las universidades tie-
en buena parte está caracterizando a nen mucho que ver con nuestra educa-
nuestra sociedad, sobre todo en los ción y con cómo le va al país que pro-
momentos actuales por los que atra- duce y otorga o imparte esa educación,
viesa no sólo nuestro México, sino pero aquí es donde le llueven críticas
también una buena parte del mundo. a las universidades y a veces incluso se
Pero quien sale aquí perdiendo las quiere culpar de nuestros atrasos,
más que nadie es la sociedad, porque fracasos y un largo etcétera. Como si
lo que pasa a tercer o cuarto lugar es la sólo fueran ellas las responsables de
solidaridad, que es quizá lo primero a todo lo que significa e implica la edu-
lo que tendríamos que recurrir en mo- cación superior (incluidas preparato-
mentos tan difíciles como éstos. rias y colegios de ciencias y humanida-
Lo justo del libro de Barnett es des); es decir, como si ésta no tuviera
también incluir el punto de vista que también una estrecha relación con la
a este respecto tienen los empresarios, escuela secundaria, y ésta con la pri-
comerciantes, industriales y todos maria, e incluso ésta con la preprima-
aquellos que comparten sus puntos ria , y aun ésta con todas y cada una
de vista. Ellos les piden a las universi- de las familias que mandan a sus hijos
dades que sus egresados sean compe- a las escuelas; es decir, con la educa-
tentes, o estén bien capacitados, para ción familiar, que sigue siendo la más
enfrentar este internetizado mundo y importante de todas y la más despro-
las necesidades que nos plantea. Bar- tegida, lo que podemos constatar sólo
nett enfrenta constantemente ante no- tomando en cuenta las estadísticas so-
sotros estas perspectivas, visiones del bre pobreza en nuestro país. Sólo tras
mundo o ideologías, de modo que el este largo encadenamiento podríamos
lector pueda tener ambas visiones en preguntarnos realmente y sin reduc-
cuenta. Y considera particularmente cionismos ¿qué es lo que puede estar
las definiciones sobre las competen- sucediendo con nuestra educación? y
cias que tienen nuestras universidades con las competencias.
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Sin embargo a veces se sostiene de que hay muchos programas universita-
este modo parcial, que nuestras uni- rios que vienen trabajando desde hace
versidades o nuestros sistema de edu- mucho con la iniciativa privada a veces
cación superior no están capacitando produciendo y otras comercializando
adecuadamente a nuestros estudian- y de muchas otras formas, y obtenien-
tes; no los están haciendo “competen- do magníficos resultados, como nos lo
tes”. Intentemos darle a estas críticas recuerda a cada rato nuestra Gaceta y
una respuesta adecuada tomando en nuestros periódicos).
cuenta lo anterior y sin salirnos del Claro que aquí la principal pre-
contexto del libro de Barnett. ocupación es el conjunto de ideas y
Ya lo dijimos, y no podría ser de significados predominantes que debe-
otro modo, la mayor parte de estas crí- rían configurar la educación superior,
ticas provienen sobre todo de los sec- y que determinan nada más y nada me-
tores comerciales y empresariales, a los nos que las cambiantes relaciones en-
cuales no debemos condenar sin más tre la sociedad en su conjunto y la pro-
por pedir que nuestros estudiantes pia educación superior. Es aquí donde
salgan más preparados de acuerdo con esos significados reciben importantes
las necesidades que el propio país está influencias que provienen del “tráfi-
pidiendo o mostrando. Dos sectores, co entre las instituciones y la sociedad
pues, se encuentran frente a frente: las en general”; es nuestra sociedad con-
universidades y sus argumentos, y los temporánea analizando los conceptos
sectores empresariales y los suyos; y las más importantes de sus instituciones
competencias casi como esa educación clave (Cf. p. 223). Y por eso también
ideal que debería obtener todo aquel circulan, por una parte, conceptos co-
que pasa por las aulas de las institu- mo consumidor, eficiencia, auditoría y
ciones de educación superior. Alguien competencia, al lado del dominio de
que debería salir de ahí muy bien pre- la disciplina, la transmisión adecua-
parado para enfrentar casi cualquier da del conocimiento. Muchos de estos
situación que pudiera presentarse en conceptos le importan a ambos secto-
un mundo como el nuestro. res, pero de maneras distintas. A lo
Pero ahí empiezan a surgir las dife- largo de su libro, Barnett tanto sos-
rencias porque nadie está de acuerdo tiene una de estas posiciones como la
en que la situación actual es satisfac- otra, y los ejemplos lo hacen a uno pen-
toria. Tanto en Inglaterra como aquí y sar: “...los problemas se plantean cada
en otros lugares hay muchas cosas que vez más a partir de situaciones de la vi-
no están sucediendo como deberían, y da real; es decir, el trabajo”; estos en-
estos dos sectores que venimos abor- foques
dando no logran ponerse de acuerdo y
alínean sus argumentos a uno y otro la- ...prometen reducir los costos de la
do. (Al mismo tiempo se hace evidente Educación Superior [...y] uno de ellos
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propugna el aprendizaje fuera de las la de la competencia operativa. Y que


instituciones [...] y el otro limita el pa- ambas ideologías son limitantes y ce-
pel de las clases...; rradas y se rechazan: tanto la académi-
ca (el intelecto, los conocimientos, la
y también se considera “...el con- verdad, la objetividad y las disciplinas)
trol por parte de los pares [en el traba- como la operativa (las competencias,
jo] y el aprendizaje abierto...”. Hoy los resultados las habilidades y la capa-
cidad de transferencia); la primera ce-
...el estado, el mercado y las institu- rrada del lado de la cultura cognitiva, y
ciones económicas de la sociedad la segunda cerrada en su estrecha rela-
moderna ejercen... una influencia di- ción con la economía. Y su conclusión
recta sobre el carácter de la Educación final es que lo que hace falta es una al-
Superior, mientras que antes ésta era ternativa diferente que pasaría por una
indirecta. nueva definición de la educación del
ser humano, y por un replanteamiento
O nos muestra que no es lo mismo de dónde estamos y una revisión de los
dictar un curso de tiempo completo en límites que nos hemos planteado, y del
un campus, (como pasa en USA) versus quebrantamiento de esos límites por
un programa de tiempo parcial funda- parte de una modernidad que ya tene-
do en el aprendizaje en el trabajo) (Cf. mos encima. (Cf. pp.15-16).
pp. 21 y 22 para todo esto). Otra importante idea subyacen-
El autor nos recuerda que el cono- te del autor dirigida a ambos secto-
cimiento, la educación superior y la so- res: “No sólo tener una idea de las ori-
ciedad interactúan en muchos lugares llas, sino conocer o llegar al flujo de la
y a diferentes alturas, y también sostie- corriente principal”. Y como ejemplo
ne que las ideas influyen nos dice que la educación superior no
puede prescindir de sus relaciones con
...sobre las prácticas de la educación el mercado laboral, a sabiendas de que
superior y más generalmente sobre las estas relaciones no son simples. (Pero
cuestiones sociales, (Cf. p 15) entre nosotros la educación superior,
y en particular la UNAM está entrando
“como son también los curricula más y más en el mercado e incluso ocu-
y la organización de nuestras univer- pamos un lugar destacado en cuanto a
sidades” (sin olvidar que nosotros no desarrollo en ése y todos los sentidos.
hemos alcanzado el nivel de desarro- No parecería que necesitáramos cam-
llo de Inglaterra, país del que habla bios en ese tenor, sino más bien mucho
Barnett). Pero sin embargo él sostiene más apoyo por parte de nuestros go-
que una ideología, la de la competencia biernos, que sin embargo nos regatean
académica, está siendo desplazada por e incluso disminuyen nuestros presu-
otra (“en un movimiento dialéctico”) puestos).
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El autor nos hace ver ( a mi, cuan- discurso y un conjunto de intereses. (
do menos) que el ámbito académico y Cf. p. 238).
el del mercado del trabajo, aunque ha-
blan aparentemente de las mismas co- Sí claro, podemos preguntarnos
sas, como nos lo muestra él, en reali- si nuestras universidades poseen un
dad no están refiriéndose a lo mismo; y carácter realmente educativo, y has-
entonces escribe, por ejemplo aquí: ta “competente”, puesto que la edu-
cación superior es una idea que cam-
Ciertamente la comprensión está pre- bia tenemos que tratar de localizar ese
sente en el mundo corporativo, pero caudal social principal. Pero tal caudal
es una comprensión que se obtiene está aquí constituido sin lugar a dudas
dentro de una estructura de poder y por las mayorías empobrecidas, y ante
de éxito. Lo que cuenta en cambio en eso cambian muchas cosas, y aunque
el mundo académico es la ilustración ambos lados alientan, por ejemplo,
basada en la verdad (p. 234) la crítica, la transferencia del conoci-
miento (enseñanza), la apertura que
Por otra parte Barnett sostiene que debería tenerse hacia lo social, esto es
las disciplinas (la academia) son más algo que no logra concretarse. A es-
propensas a la cerrazón que los ele- tas alturas el asunto empieza a resul-
mentos operacionales (las organiza- tar menos estimulante y se convierte
ciones empresariales), precisamente en otra cosa, y lo que gana mi interés
porque el elevado nivel de sistemati- es el planteamiento que hace Barnett
cidad de las primeras tiende a la du- de una solución.
rabilidad e incluso a una inercia en su El autor casi no deja de darnos de-
operación, lo que no tiene el mundo finiciones opuestas entre la competen-
empresarial al deber enfrentar los de- cia operacional y la académica a lo lar-
safíos del mundo real, lo cual parece go de todo su libro, pero al final nos
ser muy cierto. Lo que sin embargo conmina a dar un salto en una direc-
también va quedando más y más claro ción completamente otra; hacia al-
es que la Academia requiere más atri- go nuevo y que no signifique unir lo
butos y cualidades éticas que la Técni- que de conjuntable podrían tener las
ca, y por eso ésta puede parecer más perspectivas analizadas sino una ter-
dispuesta a la apertura y la innovación; cera cosa: “una sociedad que aprende”
es decir a dice, aunque reconoce que todavía no
tenemos una educación superior pa-
La competencia, la habilidad, el know ra una sociedad así. ¿Qué es pues es-
how, el lograr que las cosas se hagan, to que propone Barnett para mejorar
la técnica, la eficacia, la operatividad: la comprensión de ése que el llama “el
todo [lo cual] conforma una conste- mundo de la vida”: una capacitación
lación de conceptos que marcan un práctica, de perspectivas múltiples,
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consensual y dialogística cuyo objeti- está resquebrajándose en sus propios


vo es permitirnos manejar mejor nues- cimientos y mostrando una cara que
tras situaciones; es decir, por ejemplo, pocos querían reconocer y que hoy se
tener sensibilidad respecto de los de- hace cada día más evidente, y que sig-
más, captar los valores en conflicto, nifica una quiebra de ese sistema. Una
apreciar estéticamente las cosas, tener manera de ser que nos servía como mo-
una preocupación por el entorno... delo y que nos era incluso exigida, de-
No es de ninguna manera poca co- ja casi súbitamente de funcionar (aun-
sa lo que pide Barnett: una auténtica que unos cuantos ya nos decían que se
preocupación, filosófica por ése que acercaba el infierno) y nos deja en el
llamamos “el otro”, perspectiva que desamparo y sin saber muy bien hacia
cambiaría ciertamente la faz de esta dónde debemos ir en lo sucesivo.
Tierra tal como ahora la conocemos. Y entonces se pone en juego algo
Lo que propone Barnett es magnífico más que debe trascender estos enfo-
y muy respetable y yo apenas he toca- ques, como pide Barnett, lo que ha-
do unas cuantas cosas de todo lo que ce falta es una nueva racionalidad que
él dice y como él las dice. Y natural- reencauce nuestras capacidades hacia
mente se mueve en el campo de la uto- el ser humano porque de otro modo
pía, pero es quizá hacia ahí hacia don- nuestra realidad mexicana ya no se re-
de debemos apuntar para salir de este fleja por ninguna parte. Compartimos
atolladero en el que, pese a todo, nos entonces el punto de vista de Barnett,
encontramos verdaderamente en los el problema es empezar a labrar una
llamados “países en desarrollo”. brecha en esa dirección
Por eso salta aquí de nuevo nuestra Digamos, por último, que Barnett
condición real, nosotros somos un país nos recuerda que Adorno y Horkhei-
de bajo desarrollo, ya sea que nos com- mer creen pesimistamente que la mo-
paremos con los ingleses, vía Barnett, dernidad y su nuevo orden “represen-
o los hagamos con los norteamericanos tan una concepción empobrecida del
como tendemos a hacer todo el tiem- ser humano...dominada por una racio-
po, y que nos provoca un sinnúmero de nalidad instrumental”. (p. 20). Barnett
problemas porque no somos iguales y apuntaba también a un verdadero de-
no podemos compararnos con ellos. Y sarrollo humano, ciertamente ideales
sin embargo queremos emularlos, por- y valores que está necesitando nuestro
que ellos han ido marcando lo que es mundo moderno que ha mantenido a
el desarrollo, y olvidamos que nuestras la mayor parte de la población mun-
necesidades y nuestra situación son to- dial al margen de sus beneficios, cuan-
talmente distintas. Pero además ahora do lo que nos hace falta es una solida-
(octubre del 2008) ese mundo también ridad estructural y política.

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