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Para Una Ética de La Liberación Latinoamericana
Para Una Ética de La Liberación Latinoamericana
Enrique Dussel es un filósofo argentino que es considerado como uno de los forjadores de la
filosofía de la liberación durante la década de los setentas, pensamiento que surgió a partir de la
influencia que tuvo sobre él y otros intelectuales argentinos, el pensamiento de Emmanuel
Levinas, específicamente del libro “Totalidad e Infinito”, texto que los llevó a «despertar del sueño
ontológico “cerrado”.» y que los llevó a encontrarse con «la situación de exterioridad de
Latinoamérica».
Ahora bien, Beolegui nos señala que el pensamiento de Dussel tuvo hasta cuatro etapas,
mencionadas por él mismo en diferentes textos, los cuales pasamos a enumerar a continuación:
De todas estas etapas, nos interesa la segunda, y esto porque es precisamente en el año 1973 que
la editorial Siglo XXI Argentina editores S.A publica la primera edición del libro “Para una ética de
la liberación latinoamericana” de Enrique Dussel. Cabe señalar que el contenido de dicha obra
corresponde a tres cursos dictados en la Universidad Nacional de Cuyo durante los años de 1970 a
1972.
Por otro lado, podemos agregar que la obra presenta una estructura triádica compuesta por 3
volúmenes, que a su vez se encuentran compuestos por 3 capítulos cada uno de ellos. Cabe
señalar que la obra desarrolla a través de los tres volúmenes las siguientes temáticas: cinco
momentos metódicos, un método y finalmente su aplicación en el ámbito latinoamericano.
Precisamente, el primer volumen, que es el que resumimos a continuación, aborda los tres
primeros momentos metódicos a saber: «(…) ascensión dialéctica del ente al fundamento;
descenso demostrativo del fundamento al ente; pasaje meta-físico del ente, que es el rostro del
Otro, a la Alteridad. Cada uno de estos momentos son abordados en un capítulo correspondiente,
que pasaremos a explicarlos a continuación.
La com-prensión existencial
Precisamente, en la segunda parte, Dussel nos señala que de lo que se trata ahora es de
«llegar a la fundación de la moral pero superando los supuestos de la metafísica moderna
de la subjetividad». Por esa razón, cree que el tema de la ética no lo va encontrar con la
reducción fenomenológica de Husserl sino en la misma cotidianeidad, en nuestro modo
habitual de vivir. Esta cotidianeidad es la que denomina como la “situación existencial” y la
considera su tema provisional de investigación, que lo considera como un modo de ser en
el mundo y lo llama “praxis”, y que desde los griegos se orienta a referirse a aquellas
actividades con las que el ser humano manipula los objetos. Y es que para Dussel la
filosofía moderna se ha dedicado a estudiar la actividad humana desde una relación
cognoscitiva que implicaba una actitud teórica del hombre, de un sujeto que contempla el
objeto y recibe de éste una determinada información sobre sus características. No, el
autor nos plantea que en lugar de ello debemos concebir a la praxis no como una relación
sujeto-objeto sino actitud práctica, existencial, en la cual el sujeto tiene comprensión de
su existencia pero sin perder su actitud práctica, en otras palabras se nos plantea
abandonar la abstracción de la experiencia para intentar situarnos en la experiencia
misma. Por último, se formula la pregunta ¿Cuál es el fundamento de la ética si el tema de
la misma es el hombre en situación existencial? Pues la respuesta está en la comprensión
existencial, una «comprensión que abarca el mundo como Totalidad y respectividad
significativa existencial.» Una comprensión que es «el modo de acceso al fundamento y es
ella misma el punto de partida de todo orden existencial.» Esta comprensión nos abre
cuatro cuestiones: la comprensión del ser, la comprensión del poder-ser, la comprensión
como proyecto, los horizontes a priori de la comprensión existencial.
La com-prensión el ser
En cuanto a la tercera parte, Dussel aborda la problemática de la comprensión del ser.
Como se vio anteriormente, el punto de partida es la comprensión y ésta tiene dos
momentos: primero, la apertura fundamental existenciaria al mundo como tal; y luego, «la
captación de lo que nos hace frente dentro del mundo como posibilidades en la
consecución existencial o práctica de nuestro ser previamente comprendido de manera
fundamental».
Precisamente, en esa anterioridad donde se manifiesta el ser del hombre, es decir que la
comprensión existencial nos permite acceder a la comprensión del ser del hombre. Así
Dussel afirma que «Lo que soy en tanto manifestación es un momento, el primero en el
orden fenoménico pero no el único. Lo que soy en el orden de la manifestación del ser es
antes, lo que soy en el orden de la constitución real»
De esa manera, el autor nos señala que lo que algo es tiene dos vertientes: (1) la
manifestación mundana y (2) su constitución real. Así termina señalando que el ser del
hombre «es la mostración de la previa constitución de los que el hombre es en el orden
del cosmos metafísico.»
En cuanto a la cuestión del valor, se señala que la posibilidad como condición posibilitante
del poder-ser, es valor. Esto no significa que el hombre pone el valor, sino que los
descubre en la medida que se enfrenta a las posibilidades. Por otro lado, el ámbito
axiológico es importante no como fundamento de la moral, sino como realidad a la que se
abre el hombre, a través de la comprensión dialéctica y práctica.
Para Dussel, pensar en libertad y en las posibilidades ónticas es pensar en el doble sentido
de la comprensión: (1) la comprensión del mundo como tal, preconceptual, y (2) la
comprensión de las posibilidades que nos impulsan a actuar y a ejercer la libertad.
Por otro lado, se afirma que el hombre es más libre cuando tiene una comprensión
profunda de su propio ser como proyecto histórico. Así la libertad es una negación del ser-
sido y un posibilitador de las diferentes posibilidades.