Está en la página 1de 7

Como integrar la vacuidad en la vida cotidiana

Lama Thubten Yeshe

1 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe
Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana
Lama Thubten Yeshe
Institut Vajra Yogini, Francia, 5 Septiembre 1983

Buenos días a todos.


El director del Instituto Vajra Yoguini me ha pedido que hable sobre la integración
de la vacuidad en la vida cotidiana.

¿Qué es vacuidad? Vacuidad (sunyata) es la realidad de nuestra existencia y la de


todos los fenómenos que nos rodean. En la visión budista, la búsqueda de la realidad se
equipara con la búsqueda de la liberación. La persona que no desea encontrar la realidad, de
hecho, no desea la liberación y está sencillamente confundida.

Pero si buscas la realidad y piensas que debe serte mostrada por un lama tibetano,
que debes buscarla fuera de ti, ¡quizás en Shangai-La!, estás equivocado. No puedes buscar
la realidad fuera de ti, porque tú eres realidad.

Tal vez piensas que tu vida, tu realidad, ha sido creada por la sociedad, por tus
amigos. Pero si crees eso, te encontrarás muy lejos de la verdad. Si piensas que tu existencia,
que tu vida ha sido moldeada por alguien, ello significa que no has aceptado la
responsabilidad de comprender la realidad.

Necesitarás ver que tu actitud, tu visión del mundo, de tus experiencias, de tu novio
o novia, de ti mismo, de todo ello, no es más que la interpretación de tu propia mente, de
tu imaginación. Son tu propia proyección, literalmente es tu mente quien los ha creado. Si
no entiendes esto, tendrás muy pocas posibilidades de comprender la vacuidad.

Ésta no es solo la visión budista, es también la experiencia de los físicos y de los


filósofos occidentales, ellos también han investigado la realidad. Los físicos investigan,
buscan y buscan de modo permanente o estable. Esa es la experiencia occidental de
vacuidad.

Si puedes imaginar esto, no tendrás conceptos concretos, si entiendes esta


experiencia de los físicos, saltarás de tus problemas mundanos, pero no quieres entenderlo.

A nivel de energía, hay espacio y hay cuerpo, y ambos tienen los mismos cuatro
elementos. Existe una interdependencia entre estas dos energías, nuestra propia energía y la
otra que nos rodea.

Investígalo, analiza tu piel, tus manos, tus huesos, tu nariz, la cara… son tan solo
energía, nada más. Si tratas de separarlos de la energía no quedará nada de tu piel, de tus
huesos, de tu nariz o de tu cara. Todas las cosas no son más que energía. Si entiendes en
nivel energético de la existencia, si realmente comprendes quién eres, lo que eres, desde esta
perspectiva, entonces podrás demoler tus concepciones, tus tensiones. Acabarás con las
preconcepciones de tu autoexistencia. ¡Pero no hay manera!, siempre estás en tensión y es
por esto que tienes problemas.

2 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe
Me parece que la gente del siglo XX está contra la naturaleza, contra la realidad, se
opone completamente a la realidad. En todo momento estamos construyendo nuestro
artificial y contaminado ego. Una, dos, diez, cien capas contra la naturaleza, contra la
realidad.

En los países industrializados alteramos la naturaleza, no la apreciamos. La


naturaleza tiene su valor y sin embargo la sacudimos, la cambiamos totalmente, no
respetamos su armonía. Destruimos esa armonía porque no comunicamos con la naturaleza.

La vida moderna es el producto de la mente intelectual y somos nosotros quienes la


hemos creado. La mente intelectual es superstición. No comprendemos la realidad y la vida
intelectual que vivimos nos mantiene alejados de la realidad.

De este modo no aceptamos lo que somos. Siempre estamos tratando de cubrirnos


con gruesas capas. Decimos: “Yo soy esto”. Escondemos nuestra propia realidad y
escapamos de la belleza natural, olvidándola completamente. Al dejar de tocar nuestra
realidad, nuestra vida moderna se vuelve complicada y creamos problemas con nuestras
supersticiones. Somos como la araña que se mueve en su tela, encaramándose otra vez en
el hilo para caer de nuevo. De la misma forma, construimos nuestra propia telaraña
intelectual, un modo de vida tan complicado que no toca la realidad, que se hace difícil de
vivir. Esta creación surge de nuestra mente y no de otra parte.

Si os digo que sois nada, que sois cero, que no sois nada de lo que pensáis que sois,
os dejaré traumatizados. ¿Qué está diciendo este monje? Pero si digo esto, es porque es
verdad. De hecho sois no dualidad, carecéis de autoexistencia.

No existís ni relativa ni absolutamente, en el modo que pensáis. Si de verdad habéis


comprendido esto, seréis más realistas y estaréis realmente satisfechos y en paz. Pero
mientras os mantengáis en la fantasía, en la concepción concreta de vosotros mismos y
proyectéis esta concepción errónea en vuestro medio ambiente, ¡así no habrá forma de
comprender la realidad!

En nuestros días, en las ciudades occidentales como podéis ver, cuanto más se
envejece más problemas se tienen. Cuando se es joven no se tienen muchos problemas,
están las drogas y el sexo, pero tarde o temprano se vuelven insatisfactorios. También el
matrimonio resulta insatisfactorio, entonces viene más y más depresión. Podéis observar
como la sociedad tecnificada crea más gente deprimida que la sociedad rural. La gente de
campo vive más naturalmente.

Así pues, a la vez que tu cuerpo crece y tu cerebro se ensancha, tienes más y más
problemas y te deprimes más y más. Cuanto más dinero tienes, más problemas te
encuentras. Podéis comprobarlo. Esto nos demuestra que estamos engañados,
polucionados, degenerados, que nuestra vida es demasiado intelectual, que está demasiado
cubierta de concepciones erróneas.

Sólo os cuidáis de vuestro cuerpo y nunca os ocupáis de vuestra mente. El


resultado de este desequilibrio será la depresión. Para la mayoría de la gente en occidente
sólo el cuerpo es realidad y no se preocupan de la existencia de la mente, del alma y
consciencia. No creen que puedan transformar su mente. Pueden cambiar de nariz

3 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe
mediante una operación, pero no creen que puedan cambiar su mente. Y cuando te crees
eso, no hay manera de que puedas resolver tu depresión.

Me quedé sorprendido al conocer la existencia de un filósofo francés anterior a


Jesucristo que explicando sobre la consciencia y el cuerpo dijo que la evolución de ambos
es diferente y que nuestra mente o conciencia está en todas partes, no sólo localizada en el
corazón o en el cerebro. ¿Esto me sorprendió mucho porque es totalmente budista?
¿Habéis olvidado esta explicación del filósofo francés? ¿O no?

Nuestros pensamientos, nuestra mente o consciencia es energía mental y no puede


ser localizada en el cuerpo. No puede ser tocada, carece de forma y no viaja a través del
tiempo ni del espacio. No podemos tocarla ni aferrarla.

Lo más importante es comprender que la visión que tenéis de vosotros mismos y de


vuestro entorno tiene como base vuestra propia mente, es una proyección de vuestra mente
y es la razón por la que no son realidad.

Os daré un buen ejemplo. Cuando un francés o francesa busca novia o novio, hay
una energía de búsqueda por ambas partes y cuando de improviso se miran uno al otro
crean una historia increíble. “¡Oh bellísima!, nada feo, ni dentro ni fuera”. Construyen un
mito perfecto.

Fuerzan y fuerzan, la mente lo arregla todo. Si son cristianos dirán: “¡Oh, parece
Jesús!”, “Parece un ángel”. “Es tan bella, tan pura. Me gustaría estar oyéndola siempre”. En
realidad están proyectando sus fantasías en el otro. Si ella es hinduista, él dirá: “¡Oh, parece
Kali, es como la madre tierra, como mi madre universal! Espero poder estar siempre cerca
de ella, hará que me encuentre a mi mismo y sepa a donde voy. Cada vez que la veo,
tiemblo de pies a cabeza. ¡Seguro que es un karma increíble!, y puesto que es nuestro karma
tengo que servirle, que aceptarlo”. ¿Comprendéis? En realidad estás creando el karma en
ese momento, estás inventándolo. Por supuesto hay una cierta conexión, pero…

Si eres budista juntarás las manos y dirás: “¡Oh! Es una dakini, me está mostrando
la verdadera naturaleza de todas las cosas”. ¿Entendéis? “Cuando me acerco a ella me da
energía. Antes ere apático, no podía ni moverme, estaba como muerto, pero ahora siempre
que me acerco a ella, ¡no puede ni creer la energía que tengo!”. Os lo voy a decir, todo eso
no es más que una interpretación supersticiosa. Crees que ella es tu amigo espiritual y que
antes no lo tenías claro y que, ahora que ella te habla de dharma todo se vuelve más claro.
Todo lo que ella hace es perfecto, ¡incluso su caca y pipí son puros! Perdonadme, tal ves no
deba hablar de ese modo, ¡soy un monje budista! Pero cuando hablamos sobre budismo,
sobe la realidad, debemos hablar de modo práctico, desde la perspectiva de la vida
cotidiana, a ras de suelo, sobre lo que podemos tocar y ver y no quedarnos atrapados sólo
en conceptos.

Lo que quiero decir es: necesitáis reconocer que cualquier apariencia de nuestra vida
diaria es, de hecho, una proyección falsa de vuestra propia mente. Tu misma mente lo crea
y se convierte en un obstáculo para poder aprehender la realidad.

Es por ello que toda nuestra vida, no importa del tipo que sea, es un desastre. Si
eres de familia acomodada, tu vida es un desastre. Si provienes de una familia de clase
media, tu vida es un desastre. Si llevas una vida de pobre, ¡tu vida es aún más desastrosa! Te
haces monje y tu vida es un desastre. Te haces monja y tu vida es un desastre. Si te

4 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe
conviertes al cristianismo, tu vida es un desastre. Si te haces musulmán, tu vida también es
un desastre. ¡Sé honesto, sé honesto contigo mismo!

Aunque te vayas a una cueva, ¡desastre! Puedes irte a una cueva en las montañas
nevadas y aún así llevarás tu ego contigo. Llevas todo tu mundo contigo y todo ese ropaje
de fantasías no te ayuda.

¡No estoy tratando de hablar de “religión”, hablo de cosas personales, sobre quién
somos, qué somos, adonde vamos, qué estamos haciendo! “Soy un desastre”, mi mente lo
crea. Todo me acompaña, siempre conmigo, mis actitudes me envenenan. Es de eso de lo
que estoy hablando.

Toda esa religión que seguís… mientras no toquéis la realidad, mientras no


erradiquéis vuestras fantasías seréis un desastre. (¡Ahora soy un desastre con calor!)

De hecho la realidad es algo muy simple. La sencillez de la mente puede tocar la


realidad y la meditación es algo que va más allá del intelecto y trae la mente a su estado
natural.

Ya tenemos esa naturaleza pura, esa realidad existe en nosotros ahora mismo, nació
con nosotros. Por supuesto, no estoy diciendo que poseer esa naturaleza pura signifique ser
ya buda o dios, no es lo que estoy tratando de decir. Hay dos posibles interpretaciones.

Convencionalmente hablando, nuestra consciencia o alma no está absolutamente


contaminada o polucionada por nuestra fantasía. Nuestra consciencia puede ser comparada
al cielo cubierto, temporalmente, de nubes. Del mismo modo, la naturaleza de nuestra
mente puede estar temporalmente cubierta por la fantasía del ego. Esta fantasía del ego es
como las nubes, a veces negras y densas, otras como un ligero blancor, a veces nubes
amarillas, otras rojas. Tarde o temprano todas ellas pasan y desaparecen.

Lo que pretendo decir es que la esencia de tu consciencia, tu verdad, tu alma, no es


absolutamente negativa, no tiene un carácter negativo en esencia. Nuestra mente es como
el cielo y nuestros problemas de aferramiento del ego y de autocompasión, son como
nubes. No debéis creer “Yo soy mi ego, yo soy mis problemas, por eso no puedo
resolverlos”. Esto es falso.

Podéis comprobarlo. A veces estamos tan claros en nuestra vida, casi radiantes.
Podemos tener estas experiencias ¡ahora mismo, ahora!

Por ello es incorrecto pensar que siempre somos un desastre, no es verdad. A veces
estamos claros y transparentes, a veces somos un desastre. Así pues, permaneced en
meditación, sencillamente manteneos en ese estado claro y transparente tanto como os sea
posible. Cada uno de nosotros puede tener ese estado mental claro y transparente,
podemos tenerlo.

Os daré un ejemplo. Habréis observado que la mayoría de las veces cuando nos
despertamos nuestra mente está clara. ¿Por qué? Porque no estamos aún influenciados por
la polución intelectual y artificial de nuestros pensamientos. Ésta es la razón por la que
aconsejamos meditar en las mañanas. Cuando duermes, toda tu basura de problemas y el
desastre de los pensamientos, simple y naturalmente, se van a un estado inconsciente, a una
consciencia clara y transparente. Los sentidos se cierran de un modo natural y no hay más

5 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe
aferramiento a los objetos sensuales. Por eso el dormir es a veces muy bueno,
especialmente si estás inquieto, lleno de fantasías y de la basura de los pensamientos.
Dormir es una cosa natural. El funcionamiento de un ser humano es algo muy natural.

Las enseñanzas tántricas del budismo tibetano nos explican que en el momento de
la muerte también se experimenta esa realidad. Es un gozo completo, es la mejor
experiencia de la vida y la máxima experiencia de realidad. ¿Habéis oído hablar de la luz
clara? Es la máxima experiencia de la realidad. ¿Por qué, la muerta es la máxima
experiencia?, ¿porqué no lo es la vida? Porque nuestra mente en la vida está llena de
intelectualismos, llena de pensamientos, llena de especulaciones y fantasías. Pero en el
momento de la muerte, las fantasías se paran naturalmente, el yo burdo se detiene. Nuestra
nariz, la boca, los oídos, nuestras seis consciencias se detienen naturalmente. Estas
consciencias, estas fuentes de atareada fantasía son absorbidas en el alma, la consciencia de
la luz clara y ésta aparece como nuestra propia energía nuclear, en la que todo ha sido
inmerso. Esta es la explicación natural, absolutamente natural del ser humano.

Con la meditación podemos cambiar el flujo interno de nuestra energía, podemos


transformar los malos ratos, éste momento, aquel momento, podemos soltar nuestras
emociones.

En realidad quizá sea ahora el momento de meditar. Mi intuición me pide meditar


ahora. Así pues, cerrad los ojos, no penséis “estoy meditando”, sencillamente cerrad los
ojos y con cualquier visión que tengáis, que aparezca en vuestra mente, simplemente sed
conscientes. No interpretéis, bueno, malo. Sed simplemente como una luz. Vuestra
consciencia es como una luz y la luz no piensa, “me gusta esto, me gusta aquello”, es solo
luz. No importa lo que haya en vuestra consciencia, con cualquier experiencia, ta sólo sed
conscientes, eso es todo…

Cualquiera que sea la experiencia del momento, con cualquier color, cualquier
apariencia, permaneced conscientes. Ser conscientes. Si es energía negra, entonces esa
energía negra es clara y limpia. Si es energía blanca, simplemente sentid ese estado limpio y
claro.

Sed conscientes de todo lo que ocurra. No interpretéis, especialmente si nada viene,


creed que es la verdad y si nada se va, esto es cero, es verdad, es realidad. No tratéis de
mantener ni de rechazar nada. Simplemente permaneced en intensa consciencia.

Todo tu ser tiene el carácter del espacio, de la no dualidad. Esa no dualidad es tu


carácter. Tu energía flota en el espacio de la no dualidad. La energía cósmica llega a
impregnar todo tu cuerpo y toda la energía de tu cuerpo se pierde en la energía del cosmos.

Todas tus visiones egóticas e individualistas se desvanecen, todas las relaciones


interdependientes desaparecen. Tratad de hacer realidad esta experiencia.

Por eso Buda dijo: “No hay forma dual, ni sonido dual, ni olor dual, ni gusto dual,
ni tacto dual, no hay visiones duales, ni existe la nariz dual, ni la lengua dual, ni la pierna
dual, ni el estómago dual, ni el hueso dual, no existe el corazón dual ni el cerebro dual.
Toda esa energía es convencional. A nivel absoluto solo existe la realidad no dual”. Por
tanto, tratad de tocar esa realidad no dual. ¡Soltaos!

6 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe
No hay amigos duales porque no hay un “yo” dual. No existe el enemigo dual
porque no hay un “yo” dual. No existe la novia dual porque no hay un “yo” dual. Ni existe
el novio dual porque no hay un “yo” dual.

Así pues, la mente es un estado equilibrado de no dualidad. Es una experiencia de


igualdad, de armonía, una experiencia universal, porque todos los objetos individuales son
una mera proyección de los conceptos y de la superstición.

Experimentad esa armonía total, esa paz absoluta. En ese estado ya no hay placer,
ni sufrimiento. Todos los fenómenos no son más que una simple proyección de la mente
humana.

Ahora vamos a dedicar los méritos generados con una oración:


“Ojala puedan todos los seres conscientes descubrir que todas las apariencias de su
ego son proyecciones de su mente. Cualquier pensamiento de autoexistencia, cualquier
concepto concreto de los objetos, cualquier temor que padezcan, ojala puedan descubrir
que no son más que proyecciones mentales y, ojala consigan además, reconocer la mente
como no dual”.

Colofón:
Enseñanzas impartidas por Lama Thubten Yeshe en el Institut Vajra Yogini (Francia) el 5 de Septiembre de
1983.
Traducido de Wisdom nº 2 en 1984 por Gelong Thubten Tendar, Monasterio de Nalanda, Francia en Abril
de 1985.
Con permiso de LYWA

7 Cómo integrar la vacuidad en la vida cotidiana


Lama Thubten Yeshe

También podría gustarte