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Flora y fauna

Estudios de la flora
La variedad de plantas y usos llamo la atención de los primeros colonizadores, incluyendo
al propio Cristóbal Colon, quien comparaba con, entusiasmo la flora de la isla con la de
Europa y llevó, a petición de la reina Isabel, una gran cantidad de plantas a España.

En 1535 fueron publicadas las primeras observaciones sobre la vegetación insular en las
crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo. También En 1689 el sacerdote francés Charles
Plurnier estudió y dibujo muchas plantas, entre ellas la cocaria (Fuchsia triphylla)

En la segunda mitad del siglo XVIII le siguieron otros exploradores y botánicos como
Nicolas Jacquin y el sueco Olof Swartz, quien describió, por primera vez, el pino criollo
(Pinus occidentalis). Era alumno del gran cientico Carl von Linneo.

En el siglo XIX varios estudios fueron realizados por el médico italiano Carlos Bertero,
quien recolecto plantas alrededor de Santo Domingo, en Santiago y en otros lugares del
Cibao. Le siguieron Robert Schomburgk y el suizo Louis Alexandre Prenleloup, cuyas
investigaciones se centraron en las plantas medicinales y culinarias.

La primera exploración botánica hacia el corazón de la cordillera Central, el Valle Nuevo,


fue realizada por el barón danés Von Eggers, militar de alto rango destacado en las islas de
Saint Thomas y Saint Croix, en esta época conocidas como las Antillas danesas.
La botánica dominicana
La botánica dominicana nació en 1897, con la publicación de la primera obra sobre
familias vegetales en la flora nacional, de Rafael Maria Moscoso Puello, quien publicaré
luego el Catalogus Florae Domingensis, escrita completamente en latín. A principios del
siglo XX llego el conde Von Türckheim, un apasionado naturalista alemán.

Sin embargo, éste pronto se enfermo y dejo encargado al padre español Miguel Domingo
Fuera; quien durante tres años realizó excursiones extensas a la cordillera Central y a la
sierra de Bahóruco ). En honor a su labor, 31 especies y un género llevan (Fuertesia) su
nombre.

Pero la mayor contribución a los estudios botánicos en el siglo XX fue realizados; por el
sueco mete Erik Leonard Ekman, quien estuvo entre 1924 y 1931, recolectando 50,000
ejemplares de plantas en ambos lados de la isla, aunque sus planes originales incluían una
estadía de echo meses en La Española.

Descubrió alrededor de mil especies y treinta géneros nuevos para la ciencia, las cuales
publico en su mayoría, el profesor Ignatz Urban, ‘ director del Jardín Botánico de Berlín,
Alemania.

La planta fue llevada luego accidentalmente a Inglaterra, donde pronto se convirtió en una
de las mas populares para los horticultores. Es el origen de la creación del color fucsia.
(Tema – La Flora y Fauna Dominicana).
El componente cosmopolita
El componente cosmopolita comprende especies nativas pantropicales y
están representadas, en su mayoría, por malezas tropicales, probablemente
distribuidas en los trópicos por la intervención humana, y plantas de las
orillas del mar, difundidas por las corrientes marinas o los Vientos.

De estas ultimas las mas conocidas son el té de playa (Barrichia arborescens)


y el mangle rojo (Rizophora mangle), que crece en las aguas mas profundas
de la zona costera, y desarrolla raíces por encima del nivel del agua para
recibir oxigeno adicional y protegerse del oleaje marino. Su madera es dura y
de color rojizo, dando a la especie su nombre común.

Otras plantas que pertenecen a esta categoría son el botoncillo (Conocarpus


erectus), mangle que habita en terrenos secos de la costa; la uva de playa
(Coccoloba uvifera), apreciado por sus frutas comestibles y muy
probablemente la primera planta vista en el Nuevo Mundo por Cristébal
Colon, y el hicaco (Chrysobalanus icaco), arbusto o arbolito cuyos frutos
también son comestibles. (Tema – La Flora y Fauna Dominicana).
El componente antillano
El componente antillano incluye plantas exclusivas de la región del Caribe,
ocasionalmente con limitaciones para su distribución en otras islas de las
Antillas. Existen géneros puramente antillanos como Picrodendron,
representado en el país por el P. baccatum y conocido comúnmente como
ahogabecerro.

Entre las especies mas comunes de este componente se encuentran la


conocida y estimada caoba (Swietenia mahagom‘], cuya prestigiosa madera
ha sido explotada por siglos de manera irracional; el gri gri (Bucida buceras),
árbol costero muy común; la ceiba (Ceiba pentandra), conocida por el
algodón que producen sus frutos, y el almacigo (Bursera simaruba), usado
frecuentemente como cerca viva por ser de crecimiento rápido.

La madera del almacigo es suave y débil, y la resina o copal que se obtiene


por incisiones en su tronco se ha empleado como incienso en las iglesias.

Este grupo de plantas incluye también el copey (Clusia rosea), árbol muy
común que nace a la sombra de otros arboles, utilizándolos en principio
como soporte para luego estrangularlos con sus raíces largas y fuertes. (Tema
La Flora y Fauna Dominicana)
Frutales
Desde el periodo de la Colonia, el uso y comercio de frutales se concentro en
especies introducidas. Entre los pocos frutales nativos, solo la guayaba
(Psidium guajava goza hasta la fecha de un uso extenso y una
comercialización limitada.

La mayoría de ellos tienen usos locales, como la uva de playa (Coccoloba


uvifera); la jagua (Genipa americana), árbol también muy apreciado por la
calidad de su madera y múltiples usos como planta medicinal; el mamey
(Mammea americana); el caimito (Chrysophyllum cainito), que produce
frutos amarillos y morados al igual que el hicaco (Chrysobalanus icaco); el
mamón (Annona squamosa), y la guanábana (Annona mun’cata).

La palma real (Roystonea hispaniolana) ha sido fuente del conocido palmito,


que se desarrolla entre el tronco y la corona de la misma. Actualmente, la
explotación de esta planta esté prohibida. Para la extracción del palmito, la
palma real ha sido sustituida por la palma pejibaye (Bactris gasipaes), especie
introducida de Suramérica.

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