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NÚMERO 25

AGOSTO DE 2006 – VOL. II

ISSN 1696-7208

DEPOSITO LEGAL: SE – 3792 - 06

ESTEREOTIPO-PREJUICIO.

PROGRAMAS HACIA LA TOLERANCIA


INTERGRUPAL

AUTORAS: Paloma Gutiérrez Aguilar y Mª Pilar López Ruiz

REVISTA I+E
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Hoy en día estamos insertos en una sociedad donde su desarrollo se produce a través de los
intercambios de información, vivimos en la era de las comunicaciones. Desde sus comienzos, donde
su función era netamente informar y comunicar, los medios de comunicación han cambiado mucho,
llegando en muchos casos a convertirse en elementos manipuladores de la sociedad.

Los medios de comunicación juegan un papel importante en el enriquecimiento social y


estamos totalmente ligados a ellos, hasta el punto de que nos dominan, guían el curso de nuestras
vidas y dictan nuestras formas de conducta.

Es en ese punto, donde los seres humanos deberíamos dibujar la raya y establecer un límite,
pero no lo hacemos, ya que nos dejamos llevar adoptando lo que los medios nos dictan. Es aquí
donde se forman los estereotipos, modelos de conducta que se convierten en esquemas
profundamente arraigados en nuestras mentalidades, hasta el punto de que los adoptamos como
parte de la “naturalidad humana”.

Intentaremos analizar como un estereotipo social, puede llegar a convertirse en un prejuicio


en el entorno educativo, y las medidas que los docentes pueden plantear para intentar evitar esta
situación.

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ÍNDICE

1. ¿QUÉ ES EL ESTEREOTIPO?

2. ¿QUÉ ES EL PREJUICIO?

3. ¿QUÉ FUNCIONES CUMPLEN LOS ESTEREOTIPOS?

4. ¿QUÉ ELEMENTOS CONTRIBUYEN A GENERAR ESTEREOTIPOS?

5. ¿CÓMO SE MANTIENEN LOS ESTEREOTIPOS?

6. ESTEREOTIPOS EN NUESTRO ENTORNO ACADÉMICO:

§ PROGRAMA DE TOLERANCIA HACIA LA OBESIDAD


§ PROGRAMA DE TOLERANCIA HACIA LA TARTAMUDEZ
§ PROGRAMA DE TOLERANCIA HACIA UN NUEVO ALUMNO EN
LA CLASE

7. BIBLIOGRAFÍA

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A lo largo de esta publicación, analizaremos lo qué es un estereotipo, lo que son los
prejuicios y como que se manifiestan en el entorno escolar, intentando plantear un programa de
acción con la finalidad de prevenir la intolerancia en nuestros alumnos.
.

1) ¿Qué es el estereotipo?
Los estereotipos son creencias positivas o negativas sobre las características de un grupo,
que vienen impuestas por el medio social y la cultura, que se aplican en forma general a todas las
personas pertenecientes a la categoría a la que hacen referencia, que pueden ser nacionalidad, etnia,
edad, sexo, etc. Los estereotipos referentes al sexo son los que se mantienen con mayor fuerza, por
encima de los étnicos, ya que la mayoría de las personas describen a las mujeres como
dependientes, sensibles y sentimentales, mientras que a los hombres, se les considera como
independientes, fuertes y orientados al trabajo. Conforman un modelo rígido aplicable a todos los
miembros de dicha categoría, desestimando sus cualidades individuales y supeditándolas a él.

Son impresiones que la gente se forma sobre determinados grupos, al asociar características
y emociones particulares con grupos en particula r. Algunos de ellos reflejan con precisión las
diferencias reales entre los grupos, aunque de una forma exagerada; otros, sin embargo, son
totalmente inexactos.

Los estereotipos a fuerza de repetirse, adquieren tal fuerza que llegan a considerarse de
modo irreflexivo y generalizado como verdaderas características de los individuos y grupos
discriminados. Dan lugar a representaciones, actitudes, sentimientos y acciones de los individuos,
pertenecientes a la cultura dominante y justifican la situación de inferioridad y discriminación
social, económica, cultural y políticas, que viven las poblaciones discriminadas.

La forma de adquirir los estereotipos, es generalmente, a través del aprendizaje social, ya


que sirven para justificar las desigualdades sociales existentes. Éstos y la conducta
discriminatoria son aceptados y considerados como justos y apropiados por los miembros de un
grupo en concreto.

Históricamente ha habido un claro desequilibrio entre los estudios empíricos y el análisis


conceptual a cerca de los estereotipos. A continuación haremos un estudio del concepto de
estereotipo según 2 autores:

* MILLER: según este autor los estereotipos son erróneos cuando se habla de “forma
inferior del pensamiento”, ya que no coinciden con la realidad, por tener un carácter
sobregeneralizador, ser rígidos o presentar rechazo hacia los grupos opuestos.

Una definición de estereotipos, que no incorpora la idea de pensamiento inferior o la


de consenso dice que: “El estereotipo debería reservarse para el conjunto de creencias
mantenidas por un individuo en relación con un grupo social. Y el estereotipo cultural
debería usarse para describir patrones de creencia compartidas o propias de la comunidad”

* ASHMORE Y DEL BOCA: Señalan que la mayor parte de los conceptos de


estereotipo se conciben como algo malo, ya que: son conceptos incorrectamente aprendidos;
se trata de sobre generalizaciones o inexactitudes; son excesivamente rígidos.

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Ambos autores coinciden en la idea de que los estereotipos son constructos cognitivos, que
hacen referencia a los atributos personales de un grupo social, y aunque sean más frecuentes en los
rasgos de personalidad, no son desde luego los únicos, ya que también hay estereotipos físicos,
ocupacionales...

Un problema directamente relacionado con la definición de estereotipo es el de sí


corresponden o no con la realidad, al menos en parte. Es Fishman quien inicia la cuestión del
“fondo de verdad” de los estereotipos, señalando que puede que exista una base realista de éstos, a
pesar de que también tengan aspectos falsos, y por ello pretendía animar el estudio de un criterio
que permitiera contrastar la validez del estereotipo, y que implicara evaluar las características reales
del grupo.

Según Judd y Park puede haber tres tipos fundamentales de inexactitud en la definición del
estereotipo:
- “Inexactitud de estereotipo, que consiste en atribuir a un grupo un rasgo estereotípico en
un grado mayor al que realmente poseen.
- Inexactitud de la valencia, que consiste en ver al grupo como más positivo o negativo de
lo que realmente es.
- Inexactitud de dispersión, es decir, no estimar correctamente el grado de variabilidad del
grupo en cuanto a la posesión de un determinado atributo”.

2) ¿Qué es el prejuicio?

El prejuicio es una actitud muy común en la sociedad actual. El prejuicio consiste en la


evaluación positiva o negativa de un grupo social y de sus miembros. Se trata de un proceso que
conduce a la discriminación en numerosas ocasiones. A menudo los estereotipos, están tan
integrados en la práctica cultural que impiden ver sus efectos e implicaciones sobre las opiniones
que se tienen sobre otros grupos sociales.

Según numerosos estudios, el prejuicio tiene sus raíces en los conflictos internos de quienes
tienen personalidades autoritarias. Es decir, personas que no pueden aceptar su propia hostilidad, y
ven sus defectos en los otros; ven todo como “un problema que los otros tienen”. Pero aparte de
personas con estas características, la mayoría de la gente tiene prejuicios, ya que los factores
cognitivos y sociales contribuyen a la creación de éstos.

Un mundo dividido en grupos sociales constituye un marco dentro del cual es más favorable
que surja el prejuicio. Cualquier grupo con una característica socialmente significativa puede ser
objeto de prejuicio. Según la cultura, se hace hincapié en diferentes tipos de grupos, pero la raza, la
religión, el sexo, la edad, la inclinación sexual, el status social, y el entorno cultural son importantes
detonantes en algunas sociedades.

Los prejuicios normalmente se forman por creencias o pensamientos estereotipados. Estos


sentimientos se dan a conocer de forma simpática o antipática, ante unos individuos, razas, grupos,
nacionalidades o ideas, pautas e instituciones.

Muchas veces los prejuicios nos hacen ser hostiles o favorables con un conjunto de personas
o una sola, a veces somos discriminatorios o muy acogedores, esto es muchas veces según como es
la persona según su condición racial, económica, religiosa... A este comportamiento se le denomina
discriminación.

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⇒ Relación entre estereotipo y prejuicio

Partiendo de los componentes cognitivo, afectivo y conductual, el estereotipo sería un


conjunto de creencias acerca de los atributos asignados al grupo, y el prejuicio sería la evaluación
negativa del grupo. Por tanto el estereotipo equivale a una creencia u opinión, y el prejuicio a una
actitud negativa hacia un grupo.

Aunque existe una correspondencia entre estereotipos negativos y prejuicios, hay


estereotipos que no van asociados a prejuicios, como por ejemplo, los estereotipos positivos de
múltiples grupos.

3) ¿ Qué funciones cumplen los estereotipos?


Las funciones para las que sirven los estereotipos han sido objeto de estudio dentro del
campo de la psicología social. En la mayoría de los casos, sin embargo, apenas si se ha ido más allá
de resaltar una función que se consideraba fundamental o de hacer breves comentarios de pasada.
De esta forma, pocas veces se ha llegado a una sistematización del asunto.

Podemos decir que las funciones individuales que cumplen los estereotipos en la sociedad
son las siguientes:
- Sirven para categorizar.
- Simplifican la información recibida.
- Ayudan a defender o preservar el sistema de valores de un individuo.
- Contribuyen a la creación y mantenimiento de ideologías sociales.
- Ayudan a crear y valorar las diferencias entre grupos sociales.

Así, por ejemplo, numerosos autores como Allport, Campbell y Ehrlich han destacado la
función individual de justificación de la hostilidad.

También Ashmore y Del Boca señalan que desde la orientación sociocultural se destaca la
función expresiva de valores o racionalizadora de las relaciones intergrupales, mientras que desde
la orientación psicodinámica se llama la atención sobre la función defensiva del yo
(diferenciación).

Como funciones s ociales de los estereotipos podemos destacar las que siguen:
- Diferenciación social entre grupos.
- Justificación de las acciones.
- Intentar comprender hechos sociales y su causalidad.

Esta relación entre funciones individuales y sociales quedaría facilitada por planteamientos
como los de la teoría y la investigación de la TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL. Esta teoría,
caracteriza la distinta estructura de las relaciones intergrupales y sus consecuencias, y la articula
con la autoestima del individuo a través de los procesos de comparación social. Esto permitiría
analizar como los individuos contribuyen a las funciones de justificación y diferenciación
intergrupal.

Condor ,1990, analiza críticamente este enfoque de las funciones sociales, y asume que las
funciones tienen algo de intencional, con miras al uso estratégico de las imágenes del grupo que se
difunden, mientras que el enfoque de la cognición social, se ocupa sobre todo de los efectos no
intencionados de las limitaciones de nuestra capacidad de procesamiento.
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Por otro lado, Tajfel inició en 1969 la nueva consideración y énfasis cognitivo en el estudio
de los estereotipos, dando por sentado, que los procesos individuales, en este caso, los cognitivos,
son necesarios y suficientes para dar cuenta de los estereotipos, ya que postula, que para entenderlos
no es necesario prestar atención teórica a la relación entre ello y el contexto social más amplio.
Además, destaca como los estereotipos servirían para mantener una distintividad positiva para el
endogrupo, en especial, en situaciones donde se pone en cuestión el “status quo”.

Por tanto, podríamos decir que los estereotipos que se establecen en una sociedad,
frecuentemente sirven para justificar las desigualdades sociales existentes. Da una imagen de los
grupos, como merecedores de sus roles y posiciones sociales, debido a sus propias características.

4) ¿ Qué elementos contribuyen a generar los estereotipos?

Los estereotipos se transmiten y promueven por diversas vías, tales como la educación
formal y la educación informal, principalmente en el núcleo familiar y a través de los medios
masivos de comunicación.

Cuando vemos la televisión, oímos la radio, o abrimos una revista estamos abriendo la
puerta de nuestra mente a una serie de ideas y de imágenes que, si bien por un lado reflejan la
realidad, nos informan y nos entretienen, y por otro lado, presentan una visión reducida y
tendenciosa de cómo vivir, cómo pensar, cómo vestir, cómo ser.

Todas las personas, casi por instinto trataremos en algún momento de nuestras vidas de
encajar en alguna clase social o grupo y para ello se hace necesario cumplir con los requisitos
imprescindibles para llegar a establecerse en uno. La comunicación es el medio que se preocupa de
establecer dichos grupos y a través de él, nos llega la información, y nosotros sin realizar un análisis
lógico la estereotipamos.

El poder de la comunicación, y en concreto de la publicidad es obvio, ya que ejercen sobre


nosotros cierta influencia. Sin embargo, es osado afirmar que la publicidad tiene la capacidad de
crear estereotipos que marquen la vida de las personas, ya que sería como decir, que somos un poco
ilusos y que nos creemos todo lo que nos cuentan.

La publicidad crea estereotipos que luego tienden a reproducirse en la sociedad, no a la


inversa. Está claro que existen segmentos de la población que son más influenciables que otros,
pero quién más y quién menos, todos tendemos a imitar alguna actitud o algún pequeño detalle que
hemos visto en un anuncio publicitario. Por ello, hay quie n afirma que esto no significa que seamos
maleables, sino que la publicidad es otra realidad más.

En muchos casos los estereotipos que nos creamos son negativos, y los elementos que
contribuyen a generarlos son los siguientes:
- La competencia o el conflicto económico y político.
- Agresión desplazada.
- Necesidad de personalidad y diferenciación.
- Conformidad con las normas sociales existentes.

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5) ¿Cómo se mantienen los estereotipos?

Una pionera contribución de Lippmann en cuanto al estudio de los estereotipos insiste en la


persistencia de éstos, ya que al aludir a su función de defensa de nuestra posición en la sociedad,
señala que los estereotipos son resistentes al cambio y pone de relieve como llegan a desvincularse
de los cambios que ocurren en la realidad, porque las imágenes en nuestras mentes son más simples
y fijas que el flujo de los acontecimientos.

Haciendo un análisis de los distintos estudios que han tratado de ver el cambio de los
estereotipos, podemos citar:

* La hipótesis del contacto intergrupal, como medio de mejorar las relaciones entre grupos,
de reducir el prejuicio, los correspondientes estereotipos y la discriminación.
* Orientación centrada más en el cambio de los procesos cognitivos individuales que en el
cambio colectivo, ya que los primeros cambian cuando el individuo se enfrenta a
información que desconfirma el estereotipo de un grupo.
* El trabajo más influyente para explicar como los individuos se enfrentan a la información
que contradice un estereotipo vigente, es el de Weber y Crocker. Estos autores, plantean tres
modelos:
1- El modelo de la conversión: Predice el cambio de los estereotipos cuando
la información desconfirmatoria se concentra en unos pocos ejemplares
que contradicen llamativamente el estereotipo.
2- El modelo de la contabilidad: Prevé un efecto acumulativo de la
información desconfirmatoria que se iría sumando conforme se va
obteniendo evidencia contraria al estereotipo.
3- El modelo de los subtipos: Presupone que los estereotipos son estructuras
cognitivas jerarquizadas, en las que se puede distinguir a un nivel superior
una categoría general y subtipos o subcategorías a niveles inferiores. En
realidad, este modelo, es de inercia o resistencia al cambio.

Pese al estudio teórico en cuanto al cambio de los estereotipos, en la práctica éstos se


pueden cambiar, aunque esto no ocurre fácilmente, debido a que las impresiones iniciales de los
grupos tienden a imprimirse con un valor duradero.

Los estereotipos establecidos por la sociedad influyen en los pensamientos y conductas de


tal forma que, vuelven a la persona resistente a su modificación.

Está demostrado que el contacto con miembros del grupo estereotipado puede reducir el
estereotipo y el prejuicio. Proveer información incoherente con el estereotipo, que se repita y que
afecte a muchos miembros del grupo, puede ayudar a la reducción de estereotipos y a mejorar las
relaciones intergrupales.

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6) Estereotipos en nuestro entorno académico

Para realizar un estudio coherente sobre los estereotipos que se pueden generar en ambientes
académicos de enseñanzas medias, vamos a suponer que somos profesoras-tutoras de alumnos de 2º
de E.S.O. Elegimos este curso por considerarlo conflictivo, en el sentido de que el alumno se
encuentra en el principio de la adolescencia, período que conlleva el cambio físico, conflictos
familiares en cuanto a horarios, pensamientos; mayor importancia a las amistades; interés por el
sexo opuesto...

Disponemos aproximadamente de 32 horas de tutoría para todo el curso académico, de las


cuales emplearemos un porcentaje elevado aunque no total, para elaborar un programa de acción
con la finalidad de prevenir la intolerancia en nuestros alumnos.

En nuestro trabajo vamos a tratar como estereotipos los temas de OBESIDAD, ya que
consideramos que cuando uno tiene 13-14 años se concede mucha importancia a temas relacionados
con la belleza, la apariencia física, la imagen que damos ante los demás, dejando de lado aspectos
que realmente son importantes, como puede ser el conocer a las personas con sus virtudes y
defectos, el intentar ayudar a los demás por lo que son y no por lo que aparentan... Otro estereotipo
a tratar será el de la TARTAMUDEZ o problemas de comunicación en el lenguaje, debido también
a que es una edad muy propicia para “reírse” de los defectos de los demás y para hacer de pequeños
detalles físicos o psicológicos grandes traumas para la persona que los padece. Y por último,
trataremos el estereotipo que se crea cuando UNA PERSONA LLEGA NUEVA A UN COLEGIO,
BIEN PROVENGA DEL MEDIO RURAL O DEL MEDIO URBANO, analizando este
estereotipo, no como el alumno recién llegado, sino como el alumno que se crea una idea
estereotipada o preconcebida de la persona nueva que llega.

Los programas de acción contra la intolerancia que puedan crear estos estereotipos, que
nosotras vamos a realizar tratarán de intentar manejar los estereotipos de manera positiva, ya que las
intuiciones que sobre los demás nos formamos tras escasos minutos de conocerlos son de vital
importancia a la hora de crearnos una “idea” sobre esas personas. Para manejarlos positivamente
habrá que:

a) Corregir las influencias del entorno, emocionales y grupales, que actúan en el momento
de captar la imagen de la otra persona. En cuanto a este apartado, hemos de decir, que el
momento y circunstanc ias concretas en los que conocemos a otra persona, influyen
poderosamente en la imagen que nos formamos de ella. Por un lado, tenemos el interés
personal que mueve a relacionarnos con dicha persona, pero también nuestro propio
estado de ánimo, la situación concreta en la que nos encontramos, o el hecho de
pertenecer dicha persona a un grupo más amplio sobre el cual tenemos ya formada una
imagen.
b) Conocer y compensar los llamados grandes errores en el conocimiento de los demás, así
como las etiquetas que solemos ponerles, ya que existen unos sesgos universales y otros
particulares en la manera que tenemos cada uno de nosotros de juzgar a los demás.
c) Manejar los estereotipos como meras hipótesis de trabajo, susceptibles de ser cambiados
cuando ello resulta oportuno, y complementarios de un conocimiento por ejes o áreas.

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⇒ PROGRAMA DE TOLERANCIA HACIA LA OBESIDAD

La obesidad es la enfermedad nutricional más frecuente en niños y adolescentes en los


países desarrollados, pero no sólo se limita a éstos. Estudios recientes realizados en distintos países
demuestran que entre el 5-10% de los niños en edad escolar son obesos, y en los adolescentes la
proporción aumenta hasta situarse en cifras del 10-20%. Similar incidencia ha sido encontrada en
nuestro país. Además, la frecuencia tiende a aumentar en los países desarrollados, constituyendo la
obesidad un problema sanitario de primer orden, al ser un factor común para diversas patologías
(diabetes, enfermedad cardiovascular, hipertensión arterial).

Su tratamiento es difícil y muchas veces refractario. A pesar de las dificultades en el


tratamiento de la obesidad, es necesario insistir en él, debido a las consecuencias tan negativas que
tiene la obesidad, tanto en la salud médica como psicológica del niño y del adolescente. Por lo tanto
es necesario actuar cuanto antes y estar convencidos de que el niño obeso pierda el exceso de grasa
y aprenda qué es una alimentación y estilo de vida saludable. En este sentido, es esencial trabajar en
la prevención de la obesidad, conc ienciando a los pediatras, enfermeras, educadores y padres de la
importancia de la educación nutricional de los niños desde las edades más tempranas.

La obesidad puede ser considerada como una desviación de las normas culturales
concernientes a la estruc tura corporal adecuada, al igual que las personas con cualquier otro tipo de
impedimento físico, se apartan de normas especificadas.

Ésta no se ha considerado como un trastorno psiquiátrico, sino que solo queda clasificada
como problema psicopatológico en la categoría de factores psicológicos que afectan a un trastorno
físico.

La obesidad Infantil parece ser el resultado de una compleja interacción de distintos factores
psicológicos y biológicos. Para comprender la etiología de la obesidad en un niño concreto, es
importante conocer las variables específicas o la combinación de variables que parecen ser
significativas en ese caso particular. Sin embargo, las formulaciones teóricas acerca de la obesidad
han sólido proceder de la suposición de que todos los individuos obesos cuentan con
una etiología común.

Los principales factores que nosotras consideramos que influyen en la obesidad son:

* Factores Constitucionales

Las influencias constitucionales se determinan por hechos ambientales tempranos que


provocan una modificación permanente en la dotación física de un organismo concreto. En el caso
de la obesidad, los factores constitucionales se asocian a la formación de células adiposas. El
ambiente interactúa con lo genético puesto que existen diferencias individuales en el número de
células adiposas presentes en el nacimiento.

* Factores Psicológicos
Dentro de estos se encuentran:

- Aprendizaje por Imitación y de Reforzamiento: los padres no sólo suministran los genes
que predisponen a la obesidad, sino también influyen modelando actitudes y comportamientos
relativos a la alimentación. En consecuencia, el niño que crece en este tipo de ambiente familiar
puede aprender, mediante observación, a comer en exceso o a utilizar el alimento como un medio
para afrontar su activación emocional.

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La aprobación social que un niño recibe por la cantidad de alimento consumido variará en
función de los criterios establecidos por los padres referentes a la cantidad de alimento que el niño
debería ingerir durante las comidas y entre ellas. El niño que consume toda la comida que se le
suministra puede recibir una gran cantidad de reforzamiento social por parte de sus padres y de
otras personas. Mientras el no hacerlo así puede dar lugar a la supresión de reforzamiento positivo o
incluso castigo.

- Teorías Psicodinámicas: la teoría psicoanalítica ha conceptualizado la obesidad


como una fijació n en la fase oral del desarrollo, o como una regresión a la misma. Bruch utiliza el
término obesidad del desarrollo para referirse a un estado asociado con alteraciones emocionales y
de personalidad graves. La etiología de este trastorno se consideró
debida a una alteración fundamental de la relación madre- niño producida por los problemas
emocionales severos experimentados por la madre. Luego define la obesidad reactiva como un tipo
de obesidad menos importante producido por factores ambientales estresantes. Por otro lado,
diversos autores realizaron investigaciones y llegaron a la conclusión de que los adolescentes
obesos se caracterizaban por tener una baja autoestima, estar deprimidos y
tener una pobre autoimagen.

- Hallazgos sobre imagen corporal: la imagen corporal puede definirse como la


percepción y evaluación del propio cuerpo. En estudios realizados, el grupo de adolescentes obesos
expresó una mayor insatisfacción concerniente a sus características físicas, mostrándose
intensamente a disgusto con sus cuerpos, sin embargo no se puede concluir que exista un mayor
grado de alteraciones psicológicas en todas las personas obesas de comienzo juvenil. Una persona
cuya obesidad se iniciara en la vida adulta puede haber desarrollado una imagen corporal más
positiva durante el período formativo adolescente, de modo que no resulte
tan afectada por un aumento de peso durante la etapa adulta de su vida.
El hecho de que en una clase de 2º de la E.S.O haya un niño obeso o un conjunto de niños
con tendencia hacia la obesidad, suele generar una conducta negativa en sus compañeros, en el
sentido de que se crea una imagen estereotipada negativa de la persona, ya que se le ve como un
miembro extraño dentro del grupo, debido a cuestiones físicas y de desarrollo, que tan importantes
son en esa edad.

El tema de la obesidad no es un tema que tengamos que tratar dentro de los objetivos
curriculares de ninguna asignatura, pero como tutoras que somos, nos tenemos que dar cuenta de
que es una cuestión de importancia para el desarrollo positivo de la clase, y por tanto lo podremos
tratar bien como una cuestión individual de tutoría, o bien como un tema transversal, citando su
relación con temas de consumismo, salud...

La obesidad desde el punto de vista de estereotipo o prejuicio en una clase, deberá ser
tratada desde la óptica de la persona obesa que lo está padeciendo, y desde la perspectiva de las
personas que son intolerantes hacia esa situación, haciéndoles ver las cosas positivas y negativas,
que en este caso concreto tiene este “problema”, el cual es considerado una enfermedad.

Consideramos que el tema sería bueno tratarlo desde una perspectiva general, sin
personalizar, indicando que es una enfermedad como otra cualquiera, es decir, que te permite llevar
a cabo una vida normal y corriente, en la que puedes desenvolverte por ti mismo y que no supone
ningún obstáculo para la realización personal o individual, ya que simplemente se puede deber a
una herencia genética, o a trastornos alimenticios.

Desde el punto de vista de la salud, sería bueno relacionarlo con otros trastornos
alimenticios, como pueden ser la bulimia, o la anorexia, los cuales en casos extremos pueden ser
mortales , y en la mayoría de las situaciones hacen que la persona no se pueda valer por sí misma,
debido principalmente a que son inestables psicológicamente.
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La idea clave, que queremos obtener al comparar estos trastornos alimenticios, radica en la
idea, de que la obesidad aunque puede llegar a ser un problema grave por cuestiones de salud, su
importancia radica principalmente en la apariencia física, y en la importancia del “ que pensarán de
mí por estar go rdo”, ya que los cánones de belleza de la sociedad occidental radican en la idea de la
delgadez, y cuerpos esculturales, marginando o dejando de lado a personas que no los cumplen, en
diversos y variados campos, como puede ser desde el mundo de la moda, hasta el mundo laboral.

Para hacer ver a los alumnos este concepto y hacerles llegar una idea respecto a los
trastornos alimenticios, consideramos que puede ser una buena idea el llevar a clase durante la hora
de tutoría una persona especializada en temas alimenticios, la cual, a la vez de explicar las causas
por las que surge la obesidad, la anorexia, la bulimia o cualquier otro trastorno, también les puede
explicar cual se considera la alimentación óptima para un adolescente, tema importante en esta
edad, en la que las hamburguesas y las pizzas juegan un papel fundamental.

Por otro lado, también consideramos que sería muy útil para la clase, que el alumno que es
obeso, si lo desea contará su propia experiencia, es decir, causas, desde cuando es obeso, si se siente
marginado en el entorno escolar, familiar, con sus amigos... Pero como esto consideramos que será
bastante difícil, por el hecho de que en esta edad no es que sean muy expresivos, y porque quizás
les cause vergüenza o simplemente no quieran, sería bueno, que algún otro alumno que conociese
algún caso, o que algún miembro de su familia sufriese el problema, lo pusiera en común con sus
compañeros, explicando que es lo que este familiar siente, y como lo siente él realmente desde ese
punto de vista, y si hay diferencia en sus sentimientos y en su forma de pensar hacia su familiar, y
hacia su compañero de clase.

Desde nuestro punto de vista, consideramos que sería interesante que los alumnos que tienen
prejuicios negativos contra las personas obesas, explicaran cuales son los motivos que les hacen
pensar de esa manera, y en muchas ocasiones incluso faltando al respeto de esa persona, lo cual
también nos serviría para ver que temas son de importancia para nuestros alumnos, es decir, si sólo
les importa la apariencia, el dinero, las cosas materiales, el representar una imagen... Y por otro
lado, también creemos que sería interesante que comentaran porque su actitud es contraria, o
simplemente no tienen prejuicios ni positivos ni negativos, contra las personas delgadas, es decir,
contra un niño que lleva el desarrollo normal o adecuado para su edad, y que incluso puede estar un
poco más delgado de lo normal, bien sea por motivos genéticos, o simplemente porque realiza
mucho deporte.

Así con esta comparación, que podríamos plantear en forma de debate abierto, les haríamos
reflexionar sobre si merece la pena ser tolerante o intolerante con respecto a la obesidad, o cualquier
otro tema que pueda existir en clase, y que no sea necesariamente físico, y también con respecto a la
idea de pensar como se sentirían si fueran ellos las personas obesas que se sienten marginadas,
incluso en pequeños detalles, como puede ser el jugar al fútbol en el recreo, el no ser elegido para
hacer un deporte en la hora de Educación Física, e incluso el no tener amigos para salir a dar una
vuelta los Sábados.

Este tema de la obesidad, consideramos oportuno tratarlo a mitad de curso, ya que hasta esa
fecha, habremos observado el comportamiento positivo o negativo de los alumnos hacia este
problema y hacia la intolerancia en general. Así, al finalizar el curso, podríamos observar si el
programa contra la intolerancia ha surtido efecto, y que balance han hecho los alumnos de esta
experiencia.

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⇒ PROGRAMA DE TOLERANCIA HACIA LA TARTAMUDEZ

La tartamudez es una "Disfluencia", es decir un trastorno de la fluidez al hablar. Es una


dificultad y no es una enfermedad. Es involuntaria y cíclica, aparece y desaparece por períodos de
tiempo variables. La tartamudez es una dificultad que se caracteriza por un aumento de la tensión
verbal y corporal en el momento de la comunicación. Se puede describir como un desorden en el
curso fluido de los movimientos del habla que se caracteriza por interrupciones más cortas o más
largas de los mismos. Al observarlas, estas interrupciones de la fluidez pueden tener características,
tales como la repetición de sonidos, sílabas o palabras, prolongaciones y pausas, como resultado de
bloqueos motores.

Las personas que tartamudean son tan inteligentes como las que no se traban al hablar.
Existen en el mundo más personas de sexo masculino que femenino con esta dificultad, en una
proporción de 3 a 1. Estas dificultades en la fluidez del habla suelen manifestarse a partir de los 2 ó
3 años de edad, y suelen confundirse con los "errores normales de la fluidez" que también pueden
manifestarse en estas edades. Esta dificultad no es contagiosa ni se produce por imitación.

Estudios recientes muestran que existe una predisposición hereditaria para tartamudear. Sin
embargo, factores comunicativos del medio familiar y social son indispensables para desencadenar
esta dificultad.

La tartamudez tiene dos aspectos que se complementan:

1.El trastorno de la fluidez que se expresa en formas diferentes de trabarse al hablar:


Compromiso lingüístico y motor del habla.
2.Las actitudes (pensamientos, sentimientos y conductas) que desarrolla cada persona con
relación a su tartamudez y que surgen de las experiencias comunicativas a lo largo de la vida social.

Cada persona disfluente aprende a convivir de un modo diferente con su disfluencia. Las
experiencias de un niño pequeño que se traba al hablar son muy diferentes a las de un niño en edad
escolar, y a las de un adulto.

El lenguaje "normal" no es perfecto sino que todos los seres humanos tenemos diferente
capacidad para sostener la fluidez. Utilizamos "difluencias típicas" para expresar ideas como
repeticiones de palabras, de sílabas, de frases, muletillas etc. En las personas que tartamudean se
pueden distinguir una variedad de estilos de disfluencias típicas y disfluencias atípicas relacionadas
con la Tartamudez.

Cada niño, adolescente o adulto con esta dificultad, se tropieza con las palabras de una
manera diferente. Algunos repiten palabras con esfuerzo, otros prolongan los sonidos o se quedan
sin aire en la mitad de una palabra, o presentan esfuerzo en distintas partes del cuerpo como temblor
en la mandíbula, en los labios...

A pesar de la existencia de una base biológica, la tartamudez se puede detectar y prevenir en


niños pequeños, y compensar en chicos adolescentes, jóvenes y adultos. Cuanto antes se detecta y
se trata mejor es el pronóstico de recuperación, ya que en edades tempranas la fluidez es una
función en desarrollo y organización. Cuanto antes se trate en un niño mayor, un adolescente o
adulto, se puede lograr hablar en forma más cómoda y mejorar la calidad de vida de la persona a
cualquier edad.

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Las disfluencias se desarrollan en el tiempo. En los niños pequeños se pueden agravar o
mejorar dependiendo de las exigencias del medio familiar. En niños mayores, adolescentes y
adultos las disfluencias avanzan hacia formas más complejas y es difícil que el esfuerzo y la tensión
al hablar desaparezcan en forma terminante. Es decir, la tartamudez se puede compensar logrando
hablar en forma más cómoda, consiguiendo un mayor control motor del habla, para enfrentar
distintas situaciones comunicativas de la vida diaria.

Creemos que la tartamudez no es una dificultad que atañe a una sola persona, sino que es
también de incumbencia familiar, profesional, educativa y social.

La tartamudez puede ocasionar muchos sufrimientos y puede llevar al aislamiento a las


personas que la padecen. Actividades cotidianas como llamar por teléfono, ir de compras o a acudir
a un restaurante pueden convertirse en una verdadera pesadilla para las personas que tartamudean,
el 2% de los de adultos y el 5% de los niños en el mundo. Esto se traduce en aproximadamente
800.000 personas en España. Sin embargo, el 80% de los casos de tartamudeces crónicas que hoy
sufren miles de adultos podrían haberse evitado de haber sido tratadas antes de los 6 años de edad.

Se desconoce a ciencia cierta cuáles son las causas de la tartamudez. Recientes estudios
sugieren que se produce como consecuencia de una interrelación entre factores biológicos,
psicológicos y sociales. “No es un problema exclusivamente fisiológico, ya que los tartamudos no
tartamudean siempre con la misma palabra y, cuando hablan solos o con una mascota,
prácticamente no tartamudean”, dice José Antonio García Higuera, doctor en Psicología y autor del
libro Terapia Psicológica en el Tartamudeo.

Lo que sí es indudable es la importancia de los componentes psicológicos en la tartamudez.


Y dentro de ellos destaca la ansiedad. “Se sabe que la ansiedad influye de manera determinante en
el habla y que cuando el tartamudo está nervioso se bloquea mucho más”, señala García Higuera.
“El problema se complica cuando el propio tartamudeo se convierte por sí mismo en fuente
adicional de ansiedad, ya sea por miedo a la reacción adversa de los demás, o porque se tiene la
sensación de haber perdido el control de los propios actos. Entonces se entra en un círculo vicioso
en el que se tartamudea porque se está nervioso y se está nervioso porque se tartamudea”,
concluye.

Los trastornos sociales y escolares

"Mis amigos se burlan, se ríen de mí"


"Creen que por ser tartamudo soy tonto"
"Prefiero no hablar porque sé que me voy a trabar"
"Todo el tiempo me toman de punto, soy el blanco de todas las cargas"

Estos son algunos de los comentarios que niños y personas con tartamudez vuelcan sobre su
experiencia escolar en cuanto a su grupo de pares, en mayor o menor medida se sienten
discriminados y blanco de toda burla o crueldad de parte de sus compañeros, se sienten vulnerables,
indefensos, inferiores, la sensación de impotencia aumenta año tras año para llegar a su punto
culmine en la adolescencia, donde toda dificultad o diferencia se destaca en su máxima expresión.

Por todo esto, el tartamudo ve pasar sus días debatiéndose entre hablar o no hablar y
pensando con obsesión si podrá decir o no una determinada palabra. “Sin embargo, hay muchas
personas con tartamudez que lo aceptan perfectamente y que lo toman como una característica más
de su personalidad”, dice García Higuera. “Por el contrario, los que quieren alcanzar la fluidez a
toda costa pueden ver afectada su vida social y sufrir muchísimo”, añade.

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Por ejemplo, el tartamudo puede inhibir su actividad social, puede evitar relacionarse con
personas sexualmente atractivas para él, puede sentirse inferior por tener un problema que los
demás no tienen y dejar de fijarse metas que si no tartamudeara trataría de alcanzar.
De esta forma, muchas veces las personas tartamudas abandonan una carrera o unos estudios
por miedo a hablar en clase. La gente más joven que tiene este problema suele encontrar muchas
dificultades para hacer amigos, encontrar pareja, conseguir trabajo o para todo lo que implique
hablar en público, incluso eligen la carrera que estudiarán en función de lo mucho que se hable en el
desempeño de las labores profesionales correspondientes. También hay quien tiene estudios
universitarios, ronda los treinta años de edad y aún no ha podido conseguir su primer trabajo por
este problema.

Muchos tartamudos aseguran que lo peor es la época en la que iban a la escuela, ya que
tenían miedo a hablar, la gente no los entendía o se reían, y les veían distintos. Lo normal es que los
tartamudos lo pasen muy mal para conseguir trabajo y ni siquiera lleguen a superar la primera
entrevista.

La escuela puede llegar a ser estresante para algunos niños. Para aquél que tiene temor a leer
en voz alta, a hablar en clase, a responder preguntas, a actuar, y/o hasta a hablar en los recreos,
puede producir una ansiedad particular, ya que pueden ser objeto de risas o burlas por parte de sus
compañeros. Esto afecta muchísimo a los niños, les cambia el carácter y hace que se vuelvan más
solitarios, debido a que los niños con esta dificultad les cuesta relacionarse con los demás,
especialmente en edad escolar, donde su propia imagen esta directamente relacionada con "la
imagen que el otro tiene de mí".

Algunas pautas educativas poco correctas también pueden ser causantes de la tartamudez,
por ejemplo obligarle al niño a que preste mucha atención sobre los errores que comete al hablar, o
presionarlo para que hable sin que se ponga nervioso. Este tipo de actitudes son perjudiciales para
los niños y si se dan otras variables pueden favorecer la aparición de la tartamudez.
Consideramos que el docente es la persona que debe ayudar a suplir estas falencias
ya sea detectando a tiempo una tartamudez, o dándole al niño seguridad dentro del aula. Por tanto,
si nosotras como docentes podemos prevenir o modificar estos sentimientos, y lograr que el niño
disfluente y sus pares se entiendan, y comprendan que no hay nada de qué avergonzarse, habremos
hecho un gran camino para evitarle a una persona un gran sufrimiento.

Para conseguirlo debemos tene r en cuenta que el sufrimiento de los alumnos tartamudos
puede llegar a ser muy grande. Por eso es importante que se conozca la experiencia que supone
intentar decir algo y no poder. Por ello, durante las horas de tutoría que asignemos a este prejuicio
o estereotipo negativo, seguiremos los siguientes consejos a la hora de hablar con un alumno
tartamudo, es decir, intentaremos transmitir al resto de compañeros que estas son las pautas a
seguir cuando se comuniquen con el alumno tartamudo y también lo tendremos que tener en cuenta
nosotras como tutoras- docentes:

- Evitar hacer comentarios tales como “habla más despacio”, “no te pongas nervioso” “respira
profundo”, “relájate”. Estos comentarios, en vez de ayudar al alumno que tartamudea, hacen que la
situación de habla se torne más tensa y desagradable.
- Seremos pacientes. No intentaremos ayudar al alumno que tartamudea completándole la
frase.
- Mantendremos el contacto visual y no nos avergonzaremos, burlaremos o reiremos de la
situación.
- Intentaremos transmitir al alumno que lo importante es lo que dice y no cómo lo dice.
- Cuando nosotras hablemos, utilizaremos un ritmo pausado y tranquilo, sin que parezca poco
natural o exagerado. El hablar así crea una buena atmósfera para la comunicación.
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- Cuando el alumno que tartamudea salga del bloqueo o hable fluidamente, no le diremos
frases como “lo hiciste bien”, “te felicito”, “estás hablando mucho mejor”. Esto hace que se
sienta evaluado cada vez que habla.
- Cuando hablemos con el alumno que tartamudea, trataremos en todo momento de
comportarnos igual que lo haríamos con otra persona.
- Le daremos tiempo para hablar. No le interrumpiremos.
- Respetaremos los tiempos de cada uno para hablar. No le apuraremos.
- Destacaremos aspectos positivos en el niño. Su disfluencia es solo una dificultad.
- Respetaremos sus silencios. No le obligaremos a hablar.
- Estimular al niño a participar en actos escolares, pero no obligarle. Un niño disfluente
necesita tener las mismas responsabilidades que cualquier niño.

Por otro lado, consideramos que la labor de los padres de los niños que tartamudean es
primordial, y por ello consideramos oportuno el mantener una reunión con los padres de los
alumnos afectados por esta patología, a fin de transmitirles algunos consejos que deben tener en
cuenta para hablar con sus hijos:

* Que proporcionen una atmósfera relajada en el hogar y que brinden amplias oportunidades
para que el niño hable.
* Escuchar atentamente al niño.
* Esperar a que el niño diga las palabras sin decirlas por él.
* Hablar lentamente y de forma relajada para animar al niño a hablar de la misma manera.
* Evitar criticar, castigar o pedir que el niño repita las palabras correctamente.
* Hablar abie rtamente sobre la tartamudez si el niño saca el tema.
* Evitar pedir que el niño hable para otros.

Con respecto al resto de compañeros docentes, hay que citar que su actuación en este campo
en la escuela es muy importante ya que las experiencias en el ámbito escolar influyen decisivamente
en las relaciones sociales, en la autoestima, confianza y seguridad de un niño que tartamudea. El
docente cumple una función indispensable de integración social. Su contención ayudará al niño a
sentirse más cómodo, respetado, valorado y en un ambiente más distendido que favorezca la calidad
de su aprendizaje y de vida.

Consideramos que el docente debe estar atento a las posibles burlas de los compañeros, ya
que el poder hablar de las diferencias que todos tenemo s genera tranquilidad y evita situaciones de
tristeza. Debemos RECORDAR que para los niños disfluentes, trabarse al hablar es una
experiencia muy frustrante y como consecuencia comienzan a evitar hablar.

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⇒ PROGRAMA DE TOLERANCIA HACIA UN NUEVO ALUMNO EN LA
CLASE
Como dijimos al iniciar el estudio de los estereotipos que existían en nuestro entorno
académico, comentamos que trataríamos el tema de la llegada de un alumno nuevo a clase, ya
proviniera del medio rural o del urbano.

Para el alumno que llega nuevo al centro, la situación es muy novedosa, de hecho,
suponemos que el “mal trago” es para las personas que llegan nuevas, ya que al fin y al cabo son
ellas las que se tienen que adaptar a la nueva situación, a los nuevos profesores, a los nuevos
compañeros, en muchas ocasiones a sus nuevas casas, etc.

El tema que nosotras queremos tratar, se basa en explicar los sentimientos que siente la
persona nueva, y también en explicar la actitud de los alumnos que ya están en esa clase.

En el caso concreto que vamos a estudiar, supondremos que el alumno nuevo que se
incorpora al centro es muy tímido, lo que creemos que esto también puede dificultar mucho más la
relación con el resto de compañeros, ya que el primer día todo son novedades y la gente tiene
interés en conocerlo, pero al cabo de los días, cada uno vuelve con su grupo de amigos, y por este
motivo quizás el ser una persona desenvuelta y sin complejos puede ayudar a enfrentarte con todo
tipo de situaciones nuevas.

Lo que queremos mostrar con esta experiencia, es que la llegada de un nuevo compañero a
clase, muchas veces lleva tanto a la persona que llega como a los alumnos que ya están a crearse
estereotipos, los cuales son normalmente negativos, y cómo con el paso del tiempo éstos no son
verificados, sino todo lo contrario.

La llegada de un nuevo compañero, supone muchos cambios en la clase, ya que una persona
nueva entra a formar parte de un grupo ya consolidado, en el cual existen unas reglas, unas
características personales, unas ideas comunes... La aparición del alumno puede ser indiferente para
la clase, en el sentido de que se integra bien y es bien acogido, tanto por parte del profesor como del
resto de los compañeros, o por el contrario puede ser una aparición conflictiva, en el sentido de que
sea el propio alumno el que no se encuentra a gusto, o no coincide con la dinámica de
funcionamiento del grupo...

Es en este último caso, cuando nuestra labor como tutoras debe aparecer, fomentando la
integración del alumno “nuevo”.

Creemos que sería conveniente en ambos casos comentar a la clase la llegada del nuevo
alumno, e intentar que la relación entre clase y alumno sea lo más óptima posible.
Lo que haremos será estudiar el perfil del alumno nuevo y ver con que subgrupo de alumnos
encaja mejor, o puede desarrollar mejor las tareas al principio el alumno nuevo, con esto nos
referimos a sentarle en clase con un determinado compañero, hacer grupos para hacer trabajos,
integrando en actividades extraescolares etc.

Este programa creemos que es de gran utilidad para el docente, el cual se encontrará en la
gran mayoría de sus clases con alumnos nuevos, donde incluso gran parte de ellos serán inmigrantes
y quizás los problemas de adaptación con el resto de compañeros sean realmente relevantes e
importantes, puesto que están conviviendo distintas culturas.

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Para este estereotipo, quizás no podemos definir unas reglas de actuación básicas como
hemos hecho en el caso de la obesidad y de la tartamudez, ya que creemos que el “buen hacer del
profesor y de los compañeros” es la mejor ayuda que pueda tener el nuevo alumno, y además el “día
a día” es el que mostrará la actitud positiva o negativa de unos y de otros.

BIBLIOGRAFÍA

- Morales, J.F (coord.).(1995). Psicología Social. Madrid: McGraw-Hill.

- Morales, J.F; Paez, D., Deschamps, J.C. y Worchel,S.. (1996). Identidad social.
Promolibro.

- Tajfel, H. (1984). Grupos humanos y categorías sociales: estudios de psicología social.


Henri Tajfel.

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