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Apuntes de Psicología, 2012, Vol. 30 (1-3), págs.

77-91 Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental,


Número especial: 30 años de Apuntes de Psicología Universidad de Cádiz, Universidad de Córdoba,
ISSN 0213-3334 Universidad de Huelva y Universidad de Sevilla

Skinner y la psicología: lo que hizo,


lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer
Emilio RIBES IÑESTA
Universidad de Guadalajara (México)

Resumen
En este trabajo, realizado desde el interior del espacio conceptual conductista, se reflexiona, en primer lugar,
sobre el papel de Skinner en relación con los diversos conductismos para, después, abordar la concepción skinneriana
de la explicación científica, la lógica de la investigación y la construcción teórica. Posteriormente se analizan las
innovaciones que, dentro de la teoría del condicionamiento, introdujo Skinner, destacando las ventajas que ello supuso
así como los nuevos problemas que planteó a la teoría de la conducta. A continuación se realiza una aproximación a
la contribución metodológica de Skinner –la operante libre– y se evalúa su impacto histórico sobre las prácticas de
investigación psicológica. Se destaca también el interés skinneriano por el comportamiento humano y cómo sólo de
forma analógica y muy parcialmente Skinner se acercó a su análisis experimental en el laboratorio; se resalta cómo
el resto de su abordaje de la conducta humana puede caracterizarse como un análisis hermeneútico y de extensión
definicional y teórica. En tal sentido se revisan, principalmente, sus concepciones sobre la conducta gobernada por
reglas y la conducta verbal. Finalmente, se analiza la lógica del nacimiento y evolución de la tecnología conductual con
base skinneriana, subrayando las restricciones que el paradigma del condicinamiento operante impuso a la metodología
aplicada al ser extrapolado a situaciones sociales humanas.

Abstract
This paper which concentrates on the behaviourist conceptual approach, reflects, firstly, on Skinner’s role in
relation with various behavioursms and then goes on to tackle the Skinnerian conception of sicentific explanation, the
logic of research and theoretical construction. Subsequently the innovations are analyzed that, within the conditioning
theory, Skinner introduced, pointing out the advantages of these innovations as well as the new problems that they
created for the behaviour theory. In the following an approximation to Skinner’s methodological contribution –the free
operant– is carried out, ‘and its historical impact on the practices of psychological research is assessed. The paper also
highlights Skinnerian interest for human behaviour and how, only in an analogical fashion and very partially, Skinner
approached its experimen­tal analysis in the laboratory; it is emphasized how the rest of his approach towards human
behaviour can be characterized as a hermeneutical analysis and as a definitional and theoretical extension. Thus, it is
mainly his conceptions about rule-governed behaviour and verbal behaviour that are reviewed. Finally, the logic of
the birth and evolution of Skinnerian based behavioural technology is analyzed, underlining the rcstrictions that the
paradigm of operant conditioning imposed on applied methodology on being extrapolated to human social conditions.

“El conductismo es un vino nuevo que psicología científica de este siglo, sino que, asimismo,
no puede envasarse en odres viejos.” es obligado aprovechar esta circunstancias para reflexio-
John B. Watson (1924) nar si­multáneamente sobre el quehacer a rea­lizar a par-
tir de este momento. Paradó­jicamente, la presencia de
Existen científicos que con sus apor­taciones meto- una gran figura, impide en ocasiones que la co­munidad
dológicas y conceptuales marcan y definen derroteros científica de una disciplina pueda releer críticamente su
a seguir en la disciplina que cultivan. Este es el caso, propia práctica. Ahora, por múltiples motivos, es impe-
excepcional en la psicología, de B.F. Skinner. Con su rativo hacerlo.
fallecimiento, no sólo es necesario reconocer sus con- Es extremadamente difícil evaluar objetivamente la
tribuciones y logros en la construcción de la nueva vida de un científico, y en el caso de B.F. Skinner lo es

Referencia de la publicación original: Ribes Iñesta, E. (1991). Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer.
Apuntes de Psicología, 33, 147-174.

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

todavía en mayor grado por dos razones adicio­nales: 1) la Aún cuando en The behavior of Organisms(1938)
gran influencia que todavía ejerce en un amplio sector de Skinner ya apuntaba a una manera distinta de hacer cien-
la psicolo­gía, y 2) la naturaleza, casi caótica, que caracte- cia, en contraste con las orientaciones formales en boga,
riza a la psicología de hoy día como ciencia sin consen- es en 1945, en su escrito sobre The Operational Analysis
so. Por ello, abordaré este examen de sus contribu­ciones of Psychological Terms en que estableció una distinción
así como el análisis de perspecti­vas que nos legó a los que caracterizó a partir de ese momento el Conductismo
psicólogos, desde el espacio conceptual del Conductismo «de» Skinner de las otras formas de conductismo. Esta
y del Interconductismo. Las razones de hacerlo así, son distinción es la que delimitó al llamado Conductis­ mo
obvias, al menos para mí: toda crítica debe asumirse des- Radical del Conductismo Metodoló­gico. El conductismo
de una posición perfectamente delimitada y con profundo metodológico, como subproducto histórico del Mani­fiesto
conocimiento de causa de los argumentos y conclusiones Conductista watsoniano (1913), se constituyó en el crite-
que se eva­lúan. Cuando esta actitud coincide, ade­más con rio de identidad de la nueva psicología de este siglo. Ante
una trayectoria personal de compromiso con una forma la imposibilidad de sustentar una psicolo­gía de la expe-
de hacer psicología y de transformarla desde su interior, riencia subjetiva, pura, accesible sólo mediante el método
se transparentan los motivos que sustentan este análisis de la instrospección, la nueva psicología retomó el argu-
crítico. mento conductista de una ciencia no trascendental, ampa-
rada en los métodos de la ciencia natural, la observación
Skinner y el Conductismo y la experimentación, y concordó en delimitar lo psicoló-
gico a partir del método –y no del objeto–. Lo psicológico
Skinner en sus volúmenes autobiográ­ficos (Skinner, sólo se podía identificar y estudiar inicialmente a partir
1980 a, b, c, traducción española) comenta cómo su de la acti­vidad observable como comportamien­to. Ello, no
incorpora­ción a la psicología ya estaba orientada por las obstante, no significaba que lo psicológico fuera idéntico
obras de Pavlov, Watson y Russell, de modo que al in- o se limita­ra a dicho comportamiento como fenó­meno ob-
gresar a Harvard tenía perfectamente claro que la única servable. En La batalla del conductismo (1972, traducción
psicolo­gía aceptable era la psicología conductista. españo­la), William McDougall describía con toda claridad
Sus primeros escritos teóricos (1931, 1935, 1937) así al conductismo metodoló­gico:
como su obra más impor­tante, The Behavior of Organisms
(1938), constituyeron la construcción virtual de una teo- “En tercer lugar, existe el Conductis­mo sano, ese
ría general del comportamiento, aún cuando su contenido tipo de psicología que utili­zando todos los hechos o datos
empírico se restringiera exclusivamente a la conduc­ta ani- introspec­tivamente observables, no desprecia el examen de
mal, y en especial, a la de una sola especie, la rata blanca. la conducta, no deja de uti­lizar con amplitud todos los he-
chos que constituyen los datos exclusivos del conductismo
En esas obras Skinner planteó una manera sistemática y
watsoniano. Es a este con­ductismo sano al que se refieren
global de construir una teoría psicoló­gica como teoría del muchos autores contemporáneos de otros campos cuando
comportamiento, y aún cuando su análisis sustantivo se hablan de la psicología conductista... debo confesar mi
limitara a ciertas formas de condiciona­miento en la rata impru­dente pretensión de ser yo el primer crea­dor y expo-
blanca, la perpectiva conceptual cubría a toda forma de nente de este conductismo sano o psicología conductista...
com­portamiento, incluyendo a las conside­radas formas (pág. 303).
superiores del comporta­miento humano, como el pensar,
la actividad científica, y otras más. Para Skinner, la diferencia entre el conductismo ra-
El conductismo, sin embargo, no constituía en su épo- dical y el conductismo metodológico radicaba en la
ca, no lo hace ahora, una doctrina científica homogénea considera­ción del «mundo debajo de la piel» y su cognos-
o uni­ficada. Era la resultante de la convergencia histórica cibilidad, distinción que de algún modo distanció la espe-
de variadas influencias y tradi­ciones de pensamiento: la cificidad del Con­ductismo respecto del objeto de estudio
teoría de la evolución, el empismo y el asociacionis­mo, y lo aproximó al problema exclusivo de la posibilidad de
la neurología y la fisiología experi­mentales, el funcio- conocer lo que Skinner llamó los eventos privados. En la
nalismo y el pragmatismo, y en algunos casos, diversas con­cepción de McDougall, el conductismo metodológi-
argumentaciones filosóficas provenientes de los avances co era un conductismo esen­cialmente dualista en el que
de la física y de su impacto en las nuevas escuelas de pen- no se des­cartaba ningún método para tener. acce­so a los
samiento vinculadas al positivismo lógico y a las corrien- procesos mentales y a los conductuales. La psicología era
tes fenoménicas del conocimiento. En 1930 reconocerse interior y exterior, experiencia y conducta. El conductis-
como Conductista (la mayúscula inicial es intencional), al mo metodológico que con­templó Skinner era distinto: lo
igual que hoy día, no significaba compartir necesariamen- criticó por descuidar el mundo interior y por plantear que
te los mismos supuestos y maneras de hacer ciencia con no podía estudiarlo por no ser directamente observable.
todos aquellos otros amparados también bajo la misma Skinner, al igual que Watson, consideró que todo evento en
denominación científica en la psicología. el organismo era por defini­ción un evento material, físico.

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Su inobservabilidad no lo cancelaba como hecho científi- prime­ros como funcionalmente equiva­lentes a los
co. Siguiendo a Watson ­sorpresivamente para muchos-la segundos.
con­ciencia era formulada como autodes­cripción verbal, y
Skinner se preocupó por la autodescripción como método Aún cuando el Conductismo puede fundamentarse
de conocimiento, es decir, las circunstan­cias sociales que como una filosofía espe­cial de la psicología solo con se-
permiten a un indivi­duo reconocerse y hablar de sí mismo ñalar su carácter monista, antimentalista, el Con­ductismo
a otros. Skinner cuestionó al mundo inte­rior como mun- Radical expuesto por Skinner contiene además una con-
do conceptual: el mundo mental de los psicólogos. Sin cepción acerca de la explicación científica y de la lógica
embargo, aceptó un mundo interior, privado, de­bajo de la de la investigación y construcción teórica.
piel, al que sólo puede acce­der el propio individuo, que Toda síntesis incurre en el peligro de la esquemati-
es material y físico, y al que paradójicamente los conduc- zación, pero procuraré sistematizar en forma extremada-
tistas metodológicos no podían acceder directamente por mente concisa la posición de Skinner frente al quehacer
considerarlo inobservable. El conductista radical sí podía científico. Explicar un fenó­meno consiste, para él, en es-
hacerlo y lo integraba al universo de hechos de la con- tablecer relaciones funcionales –planteados ini­cialmente
ducta: al identificar las contingencias públicas que regulan como covariaciones– entre las contingencias del ambiente
la adquisición de los tactos autodes­criptivos se accedía y la conduc­ta del organismo. En una explicación de la con-
directamente al mundo privado del individuo. Por ello, ducta no hay lugar para estaciones intermedias dentro del
Skinner comentó que “...la ironía de esto es que, mientras organismo, ni se puede apelar a variables que tienen lugar
Boring debe confinarse a una descripción de mi conducta en un nivel observacional distinto a aquel en que ocurre
ex­terna, yo sigo interesado en lo que po­dríamos llamar el comportamien­to (Skinner, 1950). Una vez establecidas
Boring-desde-dentro”. (1945, pág. 277). las relaciones funcionales que definen a un fenómeno con-
En este escrito, Skinner parecía con­ fundir al ductual, la función de la ciencia es predecir y controlar, es
conductismo metodológico con aquellas formas de decir, determinar de antemano las oca­siones o circunstan-
psicología que redu­cían los «hechos» de la ciencia a aquel cias en que este fenó­meno ocurrirá nuevamente, así como
tipo de acontecimientos que son públi­camente verificables, disponer las condiciones prácticas efec­tivas para que ello
y para los que la objetividad se reducía a un mero asunto tenga lugar. El límite entre ciencia y tecnología se vuelve
de consenso observacional (vbg., el operacionalismo sumamente tenue. Pero ¿cómo se esta­blecen tales rela-
radical de Boring y Stevens). Sin embargo, al limitarse a ciones funcionales y se formulan los conceptos y teorías
esta crítica de la objetividad como acuerdo observacional apro­piadas para poder predecir su ocurren­cia futura? En
intersubjetivo, Skinner desplazó el problema de la este punto, es inevitable desentrañar algunos de los su-
objetividad fenoménica del plano observacional puestos de Skinner a partir de su propia práctica científica.
(epistémico) al plano definicional (ontológico): los Hay dos preocupaciones esenciales en el trabajo inicial de
fenómenos privados existían como fenómenos físicos, y Skinner: primero, la búsqueda de una unidad analítica de
su conocimiento por otros debía exami­narse a la luz de las los fenómenos de la conduc­ta, y segundo, un criterio de
reglas que establece la comunidad verbal para que el indivi­ representa­ción de dicha unidad analítica que per­mita vi-
duo pueda reportar adecuadamente di­chos fenómenos. sualizar relaciones ordenadas.
Al margen de la extraña y sorprendente analogía Dadas las circunstancias históricas, Skinner, al igual
metodológica que guarda esta solución con la propuesta que Pavlov y Watson, no pudo hacer caso omiso de la
por los defensores de la introspección como método de catego­ría general del reflejo. En sus primeros escritos teó-
conocimiento de la experiencia subjetiva –excepción ricos previos a la aparición de The Behavior of Organisms,
hecha, claro está, de la naturaleza de lo reportado–, el destacó el interés por identificar una unidad analítica de
análisis realizado por Skinner deja abierta nuevamente la todo el comportamiento. Esta unidad debía permitir ana-
puerta a planteamientos dualistas, entre otras razones por lizar el comportamiento en términos de relacio­nes fun-
dos que parecen ser funda­mentales, a saber: cionales o covariaciones entre eventos, a la vez que tales
covariaciones eran susceptibles de identificarse como re-
1) La postulación de la existencia del fenómeno pri- laciones ordenadas. El reflejo fue exa­minado como una
vado previa a todo proceso de socialización. Este
correlación de even­tos de estímulo y respuesta, cuyas
pro­ceso se concibió exclusivamente como un en-
varia­ciones no requerían de ningún constructo intermedio
trenamiento para re­portar públicamente los even-
de naturaleza neural. Así, Skinner (1931) concluyó que:
tos privados que «ya están ahí»; y
2) La suspensión de que la identidad físico-privado La esencia de la descripción de la conducta es la de-
cancelaba al dualismo. Sin embargo, los mo­dernos terminación de leyes funcionales que describen la rela-
teóricos congnoscitivos (Davidson, 1970) sostie- ción entre las fuerzas que actúan sobre, y el movimiento
nen una teoría de la identidad de los even­tos men- de un sistema determinado. El reflejo es por definición, el
tales y los neurales, aún cuando no conciben a los instrumen­to preciso para esta descripción. (pg. 458).

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El reflejo, concebido como la corre­lación de estímu- se re­presentaban geométricamente en la forma de líneas


los y respuestas, permi­tió la formulación de dos tipos de y curvas. Sin embargo, en contraste con la psicología
leyes. Las primeras, que describían las caracte­rísticas de en boga en los treinta –y desafortunadamente en los no-
una correlación. Y otras, lla­madas secundarias, en las que venta–, este orden geométrica­mente representado no se
estas características se evaluaban como fun­ción de terce- consiguió mediante la fusión aritmética o geométrica de
ras variables, vbgr., «pulsión», condicionamiento, «emo- pocas observaciones de muchos organismos individuales.
ción», etc. Eran estas últimas leyes secundarias del refle­jo La media de un grupo, como representa­ción de un indi-
las que tenían que ver con la «fuerza del reflejo» como un viduo «ideal», se substitu­yó por curvas individuales, en
proceso eminente­mente psicológico. Para proceder al aná- tiempo real, como representación digitalizada, de la ac-
lisis de estas segundas leyes, Skinner dio un paso más ade- tuación prolongada de un orga­nismo en situaciones con-
lante, y distinguió entre eventos y propiedades del reflejo. troladas expe­rimentalmente. El registro de frecuen­cias
Los estímulos y respuestas constituían los eventos y for- acumuladas, como curvas ordenadas, procuró a Skinner
maban parte del reflejo como una clase de correlaciones el indicador del orden en la covariación de los elementos
o co­rrelación de clases. Las propiedades del reflejo eran del reflejo como preparación conductual.
aquellas susceptibles de ser afectadas sistemáticamente Este hallazgo tecnológico, el registro acumulado de
por terceras variables. frecuencias en tiempo real, no solo constituyó un gran
Con el objeto de delimitar el tipo de covariaciones avance metodológico en el análisis experimen­tal –y pos-
funcionales que permi­tían identificar al reflejo como una teriormente observacional– del comportamiento, sino que,
uni­dad sensible a variables en la forma de relaciones or- además, consolidó uno de los supuestos funda­mentales
denadas, Skinner prosiguió definiendo al reflejo como una de Skinner, relativo a la natu­raleza ordenada de la rea-
covariación genérica, es decir, de clases de estímulo y res- lidad –y de la conducta–, y de la necesidad de cons­truir
puesta. Skinner (935) afirmaba que: la teoría del comportamiento como un lenguaje de datos
sustentado en la replicabilidad y el control de «­ hechos»
“...(a) hay propiedades definitorias (no descritas en ­rigurosamente obtenidos en el laborato­rio. Para Skinner,
forma rigurosa) que establecen clases gruesas de estímulos la conducta, como fenómeno de la naturaleza, constituía
y respuestas; (b) mediante la especifica­ción de otras propie- un fenómeno ordenado. Este orden sólo podía ser descu-
dades podemos esta­blecer otras clases menos comprensi- bierto mediante las uni­dades analíticas y los instrumentos
vas en una serie progresiva o un conjunto de ramificaciones ade­cuados. El desorden o variabilidad de la conducta no
que se extiendan desde una clase gruesa hasta entidades era una propiedad intrínse­ca, sino una propiedad impues-
com­pletamente restringidas (las últimas no necesariamente
ta. Por consiguiente, el empleo de procedi­mientos obser-
operables); (c) que entre cualesquier dos miembros de di-
cha fami­lia podemos demostrar inducción y mos­trar que es
vacionales –incluyendo la tecnología de experimentación
una función del grado en que las entidades poseen sus pro- apropia­dos– debía permitir «imponer» orden al comporta-
piedades en común; (d) que al restringir una prepa­ración miento. La preocupación de Skinner por la tecnología de
obtenemos mayor consistencia en el resultado, porque, a la investiga­ción era el resultado de este supuesto funda-
partir de (c) pode­mos hacer que dos evocaciones sucesivas mental respecto de la naturaleza del comportamiento y de
sean más probables de parecerse una a la otra; pero (e) que la actividad científica.
algunas propiedades son en gran medida impertinentes en Si el descubrimiento de covariaciones ordenadas de-
lo que toca a la inducción, de modo que en la restricción pendía, en esencia, de la disponibilidad de una tecnología
progresiva de una prepara­ción puede alcanzarse un punto apro­piada de observación y experimenta­ción, la teoría,
después del cual una restricción posterior no arroje ningu-
venía a constituir sola­mente la descripción de las relacio-
na mejora en la consistencia y pueda producir lo contra-
rio.” (pág. 65). nes funcionales observadas en términos ta­les que dichas
descripciones se cons­truían como metáforas o categorías
Proseguía: operacionales de los procedimientos empleados y los
efectos observados. La teoría, en este sentido, solo podía
“Un reflejo se define por lo tanto como una correlación cons­truirse como un lenguaje de datos que incluyera las
de un estímulo y una respuesta en un nivel de restricción operaciones de observa­ción y, las covariaciones observa-
marcado por lo ordenado de los cambios en la correla- das. Por ello, la teoría seguía a la experimenta­ción y no
ción.” (pág. 65). la precedía. Hacer teoría era describir y predecir las ope-
raciones ex­perimentales y las covariaciones obser­vadas.
De este modo, la unidad de análisis quedó definida El núcleo de la actividad teórica, sin embargo, no residía
como una covariación de clases de estímulo y respuesta, en ninguna actividad conceptual propiamente di­cha, sino,
que sometidas a terceras variables, mostra­ban, de acuerdo por el contrario, en el control efectivo de la conducta
al nivel de restricción de dichas clases, cambios ordenados. como tecnología de investigación, primero, y de aplica­
Los cambios ordenados se visuali­ zaron, como en ción, posteriormente. Skinner lo afirmó explícitamente
toda la psicología, en la forma de funciones «suaves» que cuando dijo que:

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“Cuando hemos logrado un control práctico sobre el todos los procedi­mientos a un solo proceso de condicio­
organismo, las teorías de la conducta pierden su sentido. namiento: el condicionamiento clásico pavloviano.
Un modelo conceptual es inútil para repre­sentar y adminis- Es en 1937 en Two Types of Conditioned Reflex: A
trar las variables perti­nentes; asimos a la conducta directa­ reply to Konorski and Miller, e inmediatamente después
mente. Cuando la conducta muestra orden y consistencia,
en The Behavior of Organisms (1938), que Skinner for-
es poco probable que nos interesen las causas fisiológicas o
mentalistas. Emerge un dato que toma el lugar de la fanta- mula una nueva teoría del condicionamiento que reconoce
sía teórica. En el análisis experimental de la conducta nos dos procesos autónomos, y que integra bajo una lógica co-
dedicamos a un objeto de estudio que no es sólo de mane- mún a los fenómenos tra­dicionales del condicionamiento
ra manifiesta la conduc­ta de un individuo, y por lo tanto clási­co, así como a la conducta instrumental descrita por
accesi­ble sin las ayudas estadísticas usuales, sino también Thorndike. No es necesario agregar que esta formulación
«objetivo» y «real» sin recur­so a la teorización deductiva.” condujo a una modificación sustancial del concepto de
(1956, pág. 231). reflejo, y apartó a Skinner de la tendencia dominante de
la psicología estímulo-res­puesta (E-R) para convertirlo en
Las ventajas y limitaciones que. ofre­ce la perspectiva un psi­cólogo respuesta-estímulo (R-E).
skinneriana de la ciencia son ilustrados con toda claridad ¿Cómo se llevó a efecto esta transfor­mación con-
en la respuesta que dio, a una entrevista, al que esto escri- ceptual de la teoría del con­dicionamiento? Dos aspectos
be en febrero de 1990 (inédita): parecen constituir el fundamento lógico de esta innova-
ción, aún cuando uno de ellos, el concepto de contin-
“Pienso que los datos son indepen­dientes de la teoría gencia, apareciera después formalmente. El otro fue la
aunque las teorías determinan la selección de los datos. Esa
taxonomía respondiente-operante, deri­vada de un criterio
es una de las objeciones que tengo contra las teorías. Todos
los datos deberían ser considerados ... muchas preguntas operacional­observacional omnipresente en todas las cate-
toda­vía no han sido contestadas, pero no las considero con- gorías formuladas por Skinner, y basado en el concepto
tradicciones, especialmente porque nunca me ha interesado genérico de cla­ses de estímulo y respuesta.
mucho la teoría.” En el condicionamiento, como pro­cedimiento general,
se establece una relación de condicionalidad, dependen­cia
Skinner y la teoría del condicionamiento o contingencia entre distintos even­tos de estímulo y de
respuesta. En el condicionamiento, ya sea como etapa ini-
La vida de los grandes científicos forma un todo or- cial o como logro del procedimiento, siempre se tiene un
gánico. Es difícil compartir, mentalizarla o fragmentarla evento necesario y un evento contingente o condicional.
analíticamente. No obstante, incurro en el riesgo de así En el caso del condicionamiento clásico o respondiente,
hacerlo con el propósito de realzar y destacar algunos as- llamado originalmente tipo E, el estímulo incondicional es
pectos de la obra de Skinner en uno u otro contexto. En la el evento necesario y la respuesta es el evento contingente.
práctica, la filosofía conductista, la teoría del condiciona­ Se le llama explícitamente condicional a la respuesta cuan-
miento, la metodología de la investiga­ción, las aplicacio- do se da ante un estímulo -el condicional-, tam­bién nece-
nes tecnológicas y las ideas sobre la utopía social, todas sario, que adquiere propieda­des funcionales por contexto
estu­vieron íntimamente entrelazadas. o contigüi­dad. En el condicionamiento operante, llamado
La teoría del condicionamiento es la forma en que originalmente tipo R, el evento necesario es la respues-
la psicología se apropió históricamente el paradigma del ta del organismo, mientras que el evento condicional es
reflejo. Dado que esta apropiación se hizo des­de la pers- el estímulo consecuente o reforzador. De esta manera,
pectiva del trabajo de Pavlov, no tiene nada de extraño la taxonomía operante­-respondiente establece una doble
que hasta 1930 la teoría del condicionamiento fuera teoría distin­ción lógica. Primero, una distinción de la condicio-
del condicionamiento clásico. Aún cuando Pavlov habla- nalidad: respecto del estímulo o respecto de la respuesta,
ba también del aprendizaje por solución de problemas, lo distinción que permite integrar dos procedimien­tos o rela-
concebía solamente como un mero encadenamiento de ciones aparentemente desvinculados como casos de una
respuestas condi­cionadas clásicamente. Lo mismo podía rela­ción de contingencia. Segundo, una distinción basada
decirse del trabajo de Konorski y Miller (1937) quienes, en la observabilidad del evento que se define como ne-
aún manteniendo la dis­tinción de dos tipos de reflejos cesario en la relación de contingencia. La con­ducta, y el
condicio­nados, no establecían la diferencia de dos fun- tipo de condicionamiento, se definen por la identificación
ciones de estímulo correspon­dientes: la evocativa y la de un even­to necesario inicial, ya sea la presenta­ción del
discriminativa. La teoría del condicionamiento, antes de estímulo incondicional, que como en la relación refleja es-
Skinner, no podía incorporar la conduc­ ta instrumental tricta, pro­duce la aparición de una respuesta, o bien la ocu-
descrita por Thorndike (1911) en su situación de solución rrencia de una respuesta «espontánea» que, aún cuando
de problemas. Posteriormente a Skinner, las teorías del puede estar eventualmente correlacionada con un estímulo
condicionamiento, inclu­yendo a aquellas explícitamente precedente, ocurre en oca­siones sin vinculación inmediata
bifactoriales (Mowrer, 1960) mantuvie­ron la reducción de a un estímulo previo. Skinner establece que:

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“Esta solución depende de la afirmación de que hay En la definición e identificación de la operante, los
respuestas no correla­cionadas con los estímulos observa- dos pares de la relación, en tanto tales, son inseparables.
bles ­una afirmación que no se puede hacer con ligereza…, Ya lo su­brayaba el propio Skinner (1938) en una nota al
pero que, hasta donde veo, no puede evitarse. Es un recono- pie cuando decía que:
cimiento del hecho de que en el organismo incondicionado
pueden distinguirse dos tipos de conducta. Primero, existe
“La imposibilidad de definir un estí­mulo funcional sin
el tipo de respuesta que se hace a estimulación específica,
referencia a una respuesta funcional, y viceversa, ha sido
donde la correlación entre la respuesta y el estímulo es un
enfatizado especialmente por Kantor.” (pág. 35).
reflejo en el sentido tradicional. Me referiré a tal re­flejo
como una «respondiente» y usaré también el término como
un adjetivo al referirme a la conducta como un todo. Pero De tal manera, la operante, como unidad analítica,
existe también un tipo de respuesta que ocurre espontánea- constituye una relación inseparable de la respuesta –
mente en ausen­cia de cualquier estimulación con la cual predeter­minada con criterios experimentales ex­plícitos–
pueda estar correlacionada específicamente. No necesita- y el estímulo contingente a ella o reforzador –la comida,
mos tener una ausencia completa de estimulación con el fin agua, u omi­sión de un choque eléctrico, entre otros–. Para
de demostrar esto. No significa que no podamos encontrar estudiar la operante, como un segundo tipo de reflejo –en
un estímulo que evoque tal conducta sino que ninguno es el sentido de una covariación ordenada de clases–, esta
operativo en el momento en que se obser­va la conducta.
debe variar como función de terceras variables, variables
Está en la naturaleza de este tipo de conducta el que pue-
da ocu­rrir sin un estímulo eductor, aún cuando los estímu- que no forman parte definitoria de la operante. Sin embar-
los discriminativos son prácti­camente inevitables después go, en el caso de la operante, la tercera variable preminen-
del. condi­cionamiento. No es necesario asumir unidades te es el propio estímulo reforzador. Tal como lo dice el
específicas identificables antes del condicionamiento, pero propio Skinner (1938):
pueden esta­blecerse mediante condicionamiento. Llamaré
a tal unidad una» operante-y a la conducta en general, “El estudio del condicionamiento no es el estudio de
conducta ope­rante.” (1937, pág. 274). un tipo de reflejo sino la operación del reforzamiento y sus
efectos en la fuerza del reflejo.” (pág. 62).
La taxonomía propuesta por Skinner, aún cuando
permitió integrar dentro de un solo marco conceptual dos La contradicción lógica que se plan­tea es la siguiente:
grandes grupos de fenómenos aparentemente desvincu- ¿cómo puede ser el reforzador componente inevitable de
lados hasta ese momento, plan­teó nuevos problemas ló- una relación, y a la vez ser la tercera variable que afec-
gicos a la teoría de la conducta, la mayor parte de ellos ta dicha relación? ¿Pue­de ser un mismo evento dos cosas
inherentes a la estructura conceptual de la propia teoría simul­táneamente? ¿Puede afectarse a sí mismo el reforza-
del condicionamiento como una forma adaptada de la dor como miembro de la ope­rante en un mismo tiempo y
teoría del reflejo. Los problemas que surgieron junto con espacio? La solución a esta problema no es de índole em-
la nueva formulación de Skinner pueden agruparse en pírica, sino conceptual, e implica ne­cesariamente recon-
dos aspectos: el primero, relacionado con la definición de siderar el concepto mismo de unidad de la conducta y los
la operante, y el papel lógico atribuído al reforzador; el criterios bajo los cuales se define. Exis­ten otros problemas
segundo, la simplifica­ción del concepto de contingencia adicionales vincula­dos a la función lógica del estímulo re-
a una relación temporal, unidireccional, y la reducción forzador, pero no entraré a analizar­los. Baste destacar la
de todo comportamiento a dos clases de contingencia. contradicción evi­dente entre su postulación como varia­
De acuerdo con la concepción gené­rica del refle- ble independiente en el análisis de la conducta, y su fun-
jo, término que se abando­nó después al reconocerse a ción disposicional con base en su propia definición como
partir de 1938 la existencia de dos tipos de refle­jos –el evento que afecta tendencias de res­puesta. Mientras que
respondiente y el operante–, la operante se define como en la relación respondiente es conspicua la función causal
una covariación de clases de estímulo y respuesta. A di- –en el sentido tradicional de ocu­rrencia previa, necesaria
ferencia de la clase denominada respondiente, en la que y eficiente– ­tanto de los estímulos condicional como in-
el estímulo constituye el componente necesario de la condicional, en el condicionamiento operante tanto el estí-
contingencia, en la operante, el estí­mulo es condicional mulo discriminativo como el reforzador parecen ajustarse
a la respuesta, la que ocurre en primer término como una más bien a lo que Ryle (1949) ha deno­minado categorías
acción «espontánea». Los pares que for­man la covaria- disposicionales. Nin­guno de los dos tipos de función de
ción son la respuesta –usualmente apretar la palanca en estímulo de la relación operante ejerce funciones equi-
la preparación experimental normal– y el estímulo re- valentes lógicamente a las de los eventos de estímulo en
forzador condicional a la res­puesta –agua o comida nor- el condicionamiento clásico. El estímulo discriminativo
malmente–. La operante es la relación funcional que se constituye la ocasión para el reforzamiento, mientras que
establece entre estas dos clases de elementos de estímulo el refor­zamiento afecta únicamente la probabi­ lidad de
y respuesta. recurrencia, es decir, la tenden­cia a responder de cierta

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

manera. No obstante, el tratamiento teórico que da Skinner por su carácter continuo indeterminado de an­temano, está
al estímulo reforzante es, cuan­do menos, ambiguo. Lo em- regulada por las condicio­nes contextuales que prescriben
plea como equivalente al agente causal de la con­ducta . contin­gencias entre estímulos, independiente­ mente de
Evita el problema de la retroactividad del efecto mediante la respuesta (de manera seme­jante a lo que ocurre en el
la postulación de su acción sobre una clase y no sobre una condiciona­miento clásico). Es así que, de manera contra-
instancia, pero es la medida en que este efecto es sobre dictoria, Skinner (1948) en su es­tudio sobre la supersti-
una clase como tendencia, es absolutamente cuestionable ción en el pichón dice que:
atribuir al reforzador fun­ciones o propiedades causales.
Su di­mensión lógica no es distinta de la de los estados de “Decir que un reforzamiento es con­tingente sobre una
privación, de los que, coincidentemente, depende su efec- respuesta puede no significar nada más de que sigue a la
tividad momentánea. respuesta …el condicionamiento tiene lugar presumible-
mente debido a la rela­ción temporal sola, expresada en
El segundo núcleo de problemas, como ya lo había
térmi­nos del orden y la proximidad de la respuesta y el re-
señalado, está relacio­nado con el concepto de contingen-
forzamiento.” (pág. 168).
cia. Aún cuando en la definición inicial de la operante, en
contraste con la respon­diente, la contingencia, como rela-
Suponer que la contingencia del reforzamiento se
ción de condicionalidad del reforzador res­pecto de la res-
reduce solamente a una relación de orden y proximidad
puesta, es fundamental, ya en The Behavior of Organisms,
temporal con la respuesta, lógicamente significa borrar los
al definir al reforzador en tanto tal, se vuelve equivalente
criterios que definen a la operante como un tipo de con-
a la función del reforzador en el condicionamiento res­
ducta distinta de la respondiente.
pondiente, sin que se establezca la ne­cesidad de un primer
Así como el caso de fa superstición ilustra la atri-
evento para que tenga lugar la relación operante. Es así
bución de propiedades no identificables por definición:
como Skinner dice que:
la de que la conducta libre de una paloma en una caja,
sometida a la entrega periódica de alimento libre, sea un
“La operación de reforzamiento se define como la pre-
sentación de una cierta clase de estímulo en una relación caso de conducta operante, la formulación de la teoría del
tempo­ral ya sea con un estímulo o una respues­ta. Un estí- condicionamiento como una teoría que identifica las ope-
mulo reforzante se define como tal por su poder para pro- raciones observaciona­les –y las definiciones consiguien-
ducir el cambio resultante.” (pág. 62). tes– ­con los procesos condujo al fenómeno contrario: la
reducción de contingencias más complejas a la contingen-
La cuestión central parece radicar en que, para definir cia operante, entendida esta en su forma laxa como mera
a un reforzador es suficiente hablar de la relación temporal relación temporal entre una res­puesta y su estímulo con-
–siempre y cuando se den las condicio­nes «motivaciona- secuente inme­diato.
les» apropiadas– pero para hablar de una relación operante En otra obra (Ribes & López, 1985) ya se han expues-
es necesario hablar de la contingencia del estímulo conse- to los argumentos de por­qué, aún cuando toda la conducta
cuente respecto de la respuesta. No obstante, es evidente compleja incluye relaciones operantes­–es decir, contin-
que ambas definiciones no pueden ser total­mente inde- gencias respuesta-estí­mulo–, dicha conducta no se puede
pendientes, pues aún cuan­do la definición del reforzador reducir analíticamente a la contingencia operante. El caso
como una relación puramente temporal se aplica sin pro- más ilustrativo de esta situación, y que se ubica todavía
blemas a la relación respondiente, es muy cuestionable en el ámbito del estudio del comportamiento animal, es
que pueda hablarse de reforzamiento operante en donde el de la discriminación condi­cional tal como se estructu-
no se da la contingencia que define precisa­mente a la re- ra en el pro­cedimiento de igualación de la muestra. En
lación operante. Esto permite ubicar el malentendido en esta situación, aún cuando el reforzador es contingente a
que incurre la práctica cotidiana de concebir a la conducta la respuesta, la probabilidad de responder a un estí­mulo,
operante como «conducta controlada por sus consecuen- como estímulo discriminativo, es una [unción parcial del
cias». Esta concepción se ajusta a la definición genérica reforzamiento de la respuesta que se da en presencia de
de reforzamiento, pero no a la de conducta operante: La dicho estímulo. La función discriminativa como tal no
fragilidad de esta definición se percibe de inmediato cuan- depende exclusivamente, como es el caso en la relación
do se destaca que la propia conduc­ta respondiente condi- operante, de que la respuesta sea reforzada en presencia
cionada es con­ducta controlada por sus consecuencias: el de un estímulo determinado. La función discriminativa de
estímulo incondicional. El tratamiento de las definiciones un estímulo depende, podría decirse exclusivamen­te, de
de conducta operan­te y de reforzamiento como definicio- su relación de contingencia con otro estímulo –el llama-
nes independientes condujo inevitablemen­te a tratar la lla- do estímulo de muestra– cuya función de selector de las
mada «conducta supersti­ciosa» como un tipo de conducta propiedades discriminativas momentá­neas de los estímu-
ope­rante, cuando en realidad se trata de una forma de con- los de comparación es, en principio, independiente de su
ducta que, aún cuando no se ajusta al paradigma del reflejo correlación con una respuesta reforza­da. El reforzamiento

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

de una respuesta aumenta la tendencia a responder ante la significativo solo como el lugar en donde se medía un re-
relación y a producir la relación estí­mulo discriminativo- sultado: abrir la puerta de la caja o llegar a donde estaba
reforzador, pero no afecta en absoluto la propiedad dis- la comida o el agua. Las medidas eran siempre referi­das al
criminativa del estímulo como fun­ción contingente a la logro del organismo: la velocidad con que había llegado a
propiedad de otro estímulo (el selector). No obstante, la la meta, la latencia con que había salido hacia la meta, o
literatura especializada trata a la igualación de la mues- bien el número de errores, es decir, de lugares incorrectos
tra –y a la discriminación condicional– como un caso de elegidos.
«operante compleja», erróneamente... La técnica de la operante libre, en la medida en que
estaba concebida para medir el comportamiento continuo
Skinner y la metodología de investigación del organismo individual, rompió con las restricciones
temporales impuestas por los procedimientos tradiciona-
Sin lugar a dudas, Skinner ha influi­do de manera fun- les. El or­ganismo tenía la libertad de responder o no en el
damental a través de sus contribuciones metodológicas en operando o dispositivo de res­puesta, que definía el crite-
la investigación del comportamiento. Aún cuando tales rio de res­puesta funcional para una determinada relación
contribuciones siempre han estado vinculadas a conside- de contingencia. Dado que el organismo permanecía en
raciones de orden teórico y filosófico, su impacto principal el ambiente experimental en forma continua durante todo
ha tenido lugar en las prácticas mismas de investigación el período prescrito como sesión experimental, la técnica
de algunos psi­cólogos y otros científicos interesados de un de la operante libre podía convertirse operacionalmente
modo u otro en el comportamiento. en un procedimiento de ensayos discre­tos desde el punto
La figura de Skinner no puede desvincularse de su de vista de la presen­tación de las variables, sin que por
contribución al mé­todo general del condicionamiento: la ello se dejara de tener la posibilidad de continuar midien-
técnica de la operante libre, que cons­tituyó, sin lugar a do la conducta del or­ganismo en dicha situación. Esta
dudas, una innovación equivalente al procedimiento de los con­vertibilidad operacional de la operante libre, aunque
re­flejos condicionales ideado por Pavlov. Aún cuando en invertida, la hacia análoga a la situación pavloviana, en
la búsqueda del método se dieron, en ambos científicos, la que el organismo, aquí inmóvil, permanecía en forma
cir­cunstancias fortuitas, también es cierto que existían continua en la condición experi­mental, pudiéndose ob-
motivos teóricos explícitos que facilitaron la acción de esa servar su com­portamiento en dicha situación en au­sencia
divina providencia científica que es la «serendipia». de las variables de estímulo experimentales (vbrg., el
En el momento en que Skinner dise­ñó el nuevo pro- condiciona­miento temporal).
cedimiento de la ope­rante libre (Ferster, 1953) existían La técnica de la operante libre intro­dujo el tiempo
tres técnicas experimentales en boga: la téc­nica del con- real como dimensión experimental. En la medida en que
dicionamiento pavloviano, la caja de problemas al esti- el organismo individual interactuaba en forma continua,
lo de Thorndike, y una variada gama de labe­rintos. Los permanente, con las condiciones de estímulo en la cámara
tres procedimientos poseían una característica en común: experimental, se tenía un registro analógico en tiempo de
empleaban ensayos discretos que fragmentaban el tiem- la conducta digitalizada de ese organismo indivi­dual. Los
po experimental en el cual se eva­luaba la conducta de los procedimientos alternativos­­–­excluyendo al pavloviano,
organismos. En el caso del condicionamiento pavloviano, que sin em­bargo, procuraba solamente datos en la forma
la medida usual era algún tipo de secreción, aún cuando se de magnitudes acumuladas–, to­maban muestras parciales
usara también posteriormente la flexión de una extre­midad de tiempos discontinuos y de los resultados o indi­cadores
por la administración de algún tipo de estímulo nocivo. La conductuales asociados de dis­tintos organismos, que al
razón de esto no solo radicaba en el origen fisiológico de promediarse estadísticamente se representaban como or-
las investigaciones sobre los reflejos condicionales, sino ganismos «tipo» ideales, abstractos, en tiempos abstractos.
como lo señaló el propio Pavlov (1927), en la falta de re- De este modo, la técnica de la operante libre, rompiendo
finamiento de las técnicas electromio­-gráficas de la época. con la restricción de desplazamiento impuesto por el pro-
Aún cuando, poste­riormente, Kupalov (1969) desarrolló cedimiento pavloviano, recuperó al organismo indi­vidual
el método denominado como «condiciona­miento situacio- comportándose en tiempo real. Para decirlo de alguna ma-
nal», la situación de con­dicionamiento clásico se caracte- nera, la técnica de la operante libre creó, por vez prime­ra
rizó por un organismo inmóvil, fijo, sometido a intervalos en la historia de la psicología, el dato que la legitimaba
discontinuos de relaciones entre estímulos. Los otros dos como disciplina espe­cífica y autónoma: el individuo inte-
procedi­mientos, aún cuando no imponían restricciones es- ractuando libremente con los obje­tos y acontecimientos de
paciales al movimiento del organismo, compartían igual- su entorno. No obstante, la técnica de la operante libre no
mente el uso de intervalos discontínuos de «dis­ponibilidad pudo desvincularse de algunas carac­terísticas limitantes,
de conducta», de modo que el animal era introducido y derivadas ya bien de la tradición refleja original, o de la
retirado del laberinto, o bien «motivado» a salir de la caja concepción tecnológica acerca de la validez de los datos
mediante una recompensa colocada fuera. El espacio era científicos.

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

La técnica de la operante libre, como procedimiento reper­cutieron en otros aspectos importantes de la investi-
normalizado de investi­gación, representa la operacionali- gación conductual. Por una parte, constriñeron de manera
zación de un ejemplar metodológico vinculado histórica- significa­tiva el «horizonte» empírico de la inves­tigación
mente al paradigma del reflejo. En otros escritos (Ribes, experimental del comporta­miento humano –especialmen-
1985, 1986, 1990), ya he señalado como la teoría del con- te el vinculado al lenguaje–, y por otra, difi­cultaron el
dicionamiento, construída a partir de una metodología de desarrollo de sistemas de observación y medición inte-
investigación basada y derivada del paradigma del reflejo, ractivos en condiciones naturales. La digitalización mor-
incorporó a la teorización y, por consiguiente, a la selec- fológica se convirtió, sorprendente­mente, en el canon
ción de datos conductuales, los criterios dominantes en la observacional de los analistas del comportamiento: que
concepción mecánica del reflejo tal como fue formulada con­ducta ocurre y cuantas veces ocurre.
por Descartes, tan­to para los movimientos de los cuerpos
inanimados como para los de los anima­les y otros seres vi- Skinner y la conducta humana
vos. Los criterios referidos fueron los siguientes: la atomi-
cidad como representación esen­cial del movimiento de los Al construir una teoría de la conduc­ta –aún bajo
cuerpos, y su característica discontinua como alternación su peculiar concepción respecto del quehacer teórico–
de dos estados (reposo-ac­ción), la concepción del espacio Skinner se planteó, desde un principio, la com­prensión
como un lugar fijo (las vías nerviosas), y la repetitividad del comportamiento humano. Esto no sólo se dió por
del evento como movi­miento del cuerpo reflejando la ac- razones pura­mente conceptuales, sino que, dado el in-
ción o impulso de otro cuerpo en movimiento (las leyes terés tecnológico de Skinner por desa­rrollar una ciencia
primarias del reflejo). Estos criterios lógicos definitorios práctica del compor­tamiento aplicable a la planeación de
del ejemplar del reflejo se tradujeron en algunas de las ca- la sociedad, el análisis del comportamien­to humano fue
racterísticas de la técnica de la operante libre: el carácter siempre de primera im­portancia. Ya desde 1938, en las
discreto y puntual de la respuesta, la selección de la fre- conclu­siones de The Bahavior of Organisms. Skinner co-
cuencia repetida de la respuesta como medida básica de mentaba que:
la conducta, y la fijación de un lugar de interacción del
organismo con el ambiente en el ope­rando, eliminando la “No se puede decidir en este momento si se justifica
dimensión espacial liberada por la cancelación de la res­ o no la extrapolación. Es posible que existan propiedades
tricción pavloviana. de la conducta humana que requieran de una clase distinta
Por otra parte, ya señalé la naturaleza tecnológica del de tratamiento. Esto sólo puede ase8u rarse aproximándo-
criterio de certeza y validez del dato conductual que regu- se al pro­blema de manera ordenada y siguiendo los pro-
cedimientos acostumbrados en una ciencia experimental.
ló la activi­dad científica de Skinner. El dato era válido en
No podemos afir­mar ni negar la discontinuidad entre los
la medida en que era replicable. Por ello, la técnica de la
campos humano y subhumano en tanto sepamos tan poco
operante libre se concentró históricamente en la produc­ acerca de el/os. No obstante, si se espera que el autor de
ción de ejecuciones conductuales lo me­nos variable posi- un libro como este se atreva a hacer una conjetura públi-
bles, y por consiguiente, lo más fácilmente replicables e camente, puedo decir que las únicas diferencias que espero
identificables como patrones típicos de ciertas condicio­ ver re­veladas entre la conducta de la rata y la del hombre
nes experimentales. La delimitación entre estados estables (aparte de las enormes dife­rencias en su complejidad) ya-
y estados transitorios obedeció al interés por producir cen en el campo de la conducta verbal.” (pág. 442).
ejecucio­nes mantenidas predeterminadas como criterio de
estabilidad de los datos conductuales. Paradójicamente, el Su interés por el lenguaje, que cul­minó con la publi-
crite­rio tecnológico subyacente en el uso de la técnica de cación de Verbal Behavior (1957), son junto con Walden
la operante libre dirigió los esfuerzos experimentales al Two (1948) y Science and Human Behavior (1953), prue-
estableci­miento de estados conductuales –las ejecuciones bas fehacientes de la preocupación sistemática de Skinner
típicas bajo programas de reforzamiento– en detrimento por el análisis del comportamiento hu­mano. Sin embargo,
del análi­sis de los procesos conductuales que tenían lugar y de manera sor­prendente, Skinner nunca asumió el aná-
en dichas condiciones –los estados de transición–. A pesar lisis del comportamiento humano en el laboratorio. Todas
del lugar común en los textos e historias de la psicología sus contribuciones a la comprensión del comportamiento
que ubica a Skinner como un teórico del aprendizaje, nada humano constituyeron ejercicios teóricos, hermenéuticos,
resulta más erróneo. Las transiciones que repre­sentan al basados en las catego­rías operacionales y el lenguaje de
«aprendizaje», nunca fueron consideradas teóricamente datos desarrollado en el laboratorio animal. En el mejor
importantes. Se les consideró únicamente como eta­pas de los casos, Skinner acometió indirectamente el estudio
tecnológicamente importantes para llegar a la producción del comporta­miento humano en el laboratorio: desmostró
de estados esta­bles (Ferster & Skinner, 1957). que podía sintetizar experi­mentalmente en animales con-
Estas características limitantes de la técnica de la ope- diciones analógicas a ciertas formas de comporta­miento
rante libre, tal como se adaptó y adoptó históricamente, demostrado por los humanos.

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

Se pueden identificar cinco cuestio­nes generales re- del comportamiento humano. Dicho análi­sis se realizó, de
lacionadas con el com­ portamiento humano a las que igual manera, como una extensión teórica del concepto de
Skinner prestó atención sistemática: la conducta social, con­tingencia a las relaciones entre indivi­duos e institucio-
los eventos privados, la conducta verbal, la conducta go- nes sociales, análisis en el que las instituciones sociales
bernada por re­glas, y el análisis de las instituciones socia- se con­cibieron lógicamente como equivalen­tes a los in-
les. Excluyendo a la primera, a la que abordó parcialmente dividuos, es decir, en un mismo plano de funcionalidad,
de manera experimental, el resto de las cuestiones fue ob- y por consiguiente, susceptibles de ser exami­nados bajo
jeto de un análisis puramente hermenéutico y de extensión las mismas categorías ana­líticas: las de la triple relación
definicional, siguiendo los criterios que fundamenta­ron la de con­tingencia. Esta yuxtaposición analítica de dimen-
distinción operante-respondiente. siones lógicas diferentes, con­dujo, a mi manera de ver, a
El análisis de problemas tales como las interacciones una inter­pretación sobresimplificada de la relación entre
sociales diádicas (la cooperación y la competencia), así individuo e instituciones sociales, aún cuando algunos
como la comunicación simbólica, fueron abor­dadas ex- de los análisis par­ticulares pudieran tener aspectos extre­
perimentalmente mediante análogos animales en que se madamente valiosos y pertinentes.
diseñaron las contingencias simples que permitían repro- Aún cuando la cuestión de la con­ducta gobernada por
ducir interacciones entre dos orga­nismos de modo seme- reglas se formuló con posterioridad al tratamiento de la
jante a las que caracterizan al comportamiento huma­no. conducta verbal, la revisaré en primer término, pues ilus-
Para Skinner la conducta social no se distinguía, funda- tra de manera muy clara la lógica que subyace a los crite-
mentalmente, de la conducta no-social. Los procesos con­ rios definicionales con que abordó Skinner el análisis de
ductuales eran compartidos por ambos tipos de conducta. los distintos fenómenos de la conducta. En el caso de la
La diferencia yacía en que la conducta social consistía en conducta gobernada por reglas, de manera seme­jante a la
inte­racciones entre dos organismos, y por consiguiente distinción entre conducta ope­rante y respondiente, o entre
era cuantitativamente más compleja. Los estímulos dis- eventos privados y públicos, Skinner empleó una lógica
criminativos, los estímulos reforzantes y el programa que fundamentada en el criterio de la observabilidad de las
mantenía o establecía las conductas interactivas de los dos relaciones eficientes entre eventos de estímulo y respues-
organismos, interdependían de ellos mismos. No obstante, ta. En la distinción operante­-respondiente la conducta se
su descripción y explicación se podía hacer, de manera definió en términos de la identificación o no de un evento
estricta, iden­tificando los elementos de la triple rela­ción de estímulo antecedente en rela­ción eficiente con las res-
de contingencia tal como eran «puestos» en la situación puestas. En la distinción público-privado, el evento se dis-
social por cada uno de los organismos. La interacción no tinguió por su accesibilidad observacional a terceros. En
representaba per se un fenómeno emergente: era solo la el caso de la conducta gobernada por reglas, como distin-
combinación de dos comportamientos separados bajo con- ta de la conducta moldeada por contingencias, el criterio
tingencias comunes o interdepen­dientes. Los estudios de rector estribó en la identificación observacional, du­rante
Skinner (1962) y Epstein, Lanza y Skinner (1980) ejem- la adquisición de la respuesta, de que esta se viera o no
plifican esta manera de abordar el análisis experimental de seguida del estímulo reforzante. De hecho, se trata del
la conducta social. criterio invertido para establecer la distinción entre ope-
En lo que toca a los eventos priva­dos, ya he examina- rantes y respondien­tes: en este caso en vez de seleccionar
do en la primera sección de este trabajo como se abordan al estimulo antecedente como criterio, se toma al estímu-
desde la perspectiva de su naturaleza física y las reglas lo reforzante o conse­cuente. Si la conducta se ve seguida
seguidas por la co­munidad verbal para reforzar apropia­ por reforzamiento, se trata de conducla moldeada por las
damente a los individuos en su reporte público. Un tra- contingencias. Si no se ve seguida por reforzamiento, se
tamiento semejante se hace de otro tipo de fenómenos trata de conducta gobernada por reglas, en la que el con-
como las sensaciones y el percibir, el pensar, etc., en que trol radica en el estímulo discriminativo, procurado por la
son tratados como respuestas respondientes u operantes, obser­vación de la conducta de otro siendo reforzada, o por
en ocasio­nes de naturaleza cubierta, bajo el con­trol de la naturaleza abstracta de mandatos, instrucciones, etc.,
estímulos evocadores o discrimi­nativos bajo contingen- que «trasmiten» la relación de contingencia al individuo.
cias de complejidad variable. Estos fenómenos, típicos En ambos casos de gobierno por reglas –observacional o
de los textos introductorios de psicología general, fueron verbal–, se asume que la función de la regla es la de un
examinados por Skinner como un mero ejercicio de inter- estímulo discriminativo.
pretación en Science and Human Behavior (1953), Verbal Ya he examinado críticamente este planteamiento pre-
Behavior (1957) y Contingencies of Reinforcement (1969) viamente (Ribes & Ló­pez, 1985; Ribes, 1987). No obs-
principalmente. De la misma manera, Science and Human tante, mencionaré solo dos argumentos que destacan los
Behavior (1953) y Beyond Freedom and Dignity (1971), problemas conceptuales que conlleva esta distinción entre
constituyen, en gran medida, un análisis teórico de la fun- con­ducta gobernada por reglas y conducta moldeada por
ción de las instituciones sociales como agencias de control contingencias.

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

El primero tiene que ver con la condición misma que extrapolación cuantitativa de resultados experimentales
permite el estable­cimiento de un estímulo como estímu- rigurosos.” (1957, pág. 11).
lo discriminativo. Un estímulo discrimina­tivo lo es sólo
en relación a la especifi­cidad de la contingencia de la que En otros escritos (Ribes, 1983, 1986), he señalado las
forma parte o hay nada en su morfología, como tal, que limitaciones que impu­so, como lógica de análisis, la teoría
lo convierta en estímulo discriminativo en una situación, del condicionamiento a la interpretación de la conducta
o que le otorgue propiedades transituacionales, cuando verbal. No tiene nada de extraño que, a más de treinta
menos en la lógica de la teoría del condicionamiento ope- años de su publicación, Verbal Behavior haya orientado
rante. En otro tipo de teorización si podría ser legítimo el muy pocos estudios empíricos y experimentales. Las ra-
planteamiento de transituacionalidad del evento de estí- zones de ello son múltiples, pero destacan, entre otras, las
mulo, pero en el caso del condicionamiento operante la siguientes:
pro­piedad del estímulo está vinculada a la relación res-
puesta-reforza miento en la que adquiere «significación» 1) La insuficiencia lógica de la defini­ción de conducta
funcional. La interrogante que surge de inmediato es verbal;
¿cómo la conducta gobernada por reglas puede estar bajo 2) La inconsistencia del tratamiento analítico que
el control de un estímulo discriminativo si éste sólo puede hace de la conducta verbal respecto de las propues-
establecerse como función de su corre­lación con el refor- tas generales que fundamentan su in­terpretación
zamiento de la res­puesta?, ¿es condición suficiente obser- como un caso espe­cial;
var el reforzamiento de la conducta de otro para que dicha 3) La violación de las definiciones básicas de las ca-
conducta, como conducta a imitarse, adquiera propiedades tegorías del condi­cionamiento operante al exten­
discri­mina ti vas?, ¿singnifica esto que observar es una derlas al análisis de algunas clases generales de
operante equivalente a la operante observada bajo reforza- comportamiento ver­bal; y
miento, y que dicho reforzamiento la afecta de la misma 4) Las contradicciones en que se incurre al tratar
mane­ra que a la conducta siendo observada? Cuando se algunos proble­mas derivados de las propias defi­
trata de instrucciones, manda­tos, etc., ¿tienen los estímu- niciones y taxonomía propuesta para el estudio de
los verbales, en tanto tales, propiedades transituacionales, la conducta verbal.
equivalente a contingencias abstraídas?; si es así, ¿cómo
se adquiere esta propiedad de contingencia abstraída que Aún cuando abundan cuestiones ta­les como el recurso
puede funcio­nar como condición discriminativa transitua- a criterios morfológicos de identificación y clasifi­cación
cionalmente? Como puede apre­ciarse, el planteamiento de la conducta y los estímulos verbales, la violación de
de que la regla constituye un estímulo discriminativo pro­ definiciones como la de la operante discriminada, la
voca más interrogantes que soluciones. respondiente y el reforzador, o bien el tratamiento con-
El segundo argumento tiene que ver con el carácter tradictorio de categorías como las de mando y tacto, o
mismo del estímulo dis­criminativo. El estímulo discrimi- la de tacto autodescriptivo y autocríticas descripti­vas,
nativo es la ocasión en que aumenta o se esta­blece la pro- destacan los problemas centrados en la definición mis-
babilidad de que una res­puesta operante sea reforzada. De ma de conducta verbal, tanto en la versión inicial (pág.
las propiedades y funciones que ejerce una luz de un color 2) como en la versión refinada (pág. 225). La definición
determinado en un programa múltiple de reforzamiento, inicial establece que… “a conducta que es efectiva solo
¿se pueden extrapolar propiedades de abs­tracción de con- a través de la mediación de otras personas tiene tantas
tingencias particulares bajo la misma categoría lógica? propiedades dinámicas y topográficas que justifica, e in-
¿Tienen sentido reducir tipos de relaciones que evidente- dudablemente, demanda un tratamiento espe­cial… Una
mente constituyen formas complejas, con funciones extra definición de la conducta verbal como conducta reforza-
y transitua­cionales, a las de un mero estímulo discrimina- da por la mediación de otras personal, necesita, como
tivo, cuyas propiedades, por definición, se restringen a la veremos, ciertos refinamientos.” (pág. 2). El refinamien-
especifici­dad de un evento dada una relación particular? to propuesto más ade­lante establece que “una restricción
Quizá el problema central radica en el tratamiento ge- preliminar seria limitar el término ver­bal a instancias
en que las respuestas del «escucha» han sido condicio-
neral que dio Skinner al comportamiento verbal. El libro
nadas (pág. 224), pero …el «escucha» debe responder
Verbal Behavior constituye, como el propio Skinner lo ex-
de maneras que hayan sido condiciona­das precisamen-
plícita en la introducción, un ejercicio teórico:
te con el objeto de refor­zarla conducta del que habla.”
“El énfasis se centra en un arreglo bien ordenado de (pág. 225).
hechos bien conocidos, con base en una formulación de la Como lo examino en un trabajo en preparación
conducta derivada de un análisis expe­rimental de tipo más (Ribes, tesis doctoral en filosofía), son varios los pro-
riguroso. La exten­sión presente a la conducta verbal es, blemas que surgen inmediatamente de esta defini­ción
de este modo, un ejercicio de interpretación más que una refinada, a saber:

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

1) ¿Deben tener todos los comporta­mientos verbales Skinner y las aplicaciones


consecuencias producidas mecánicamente, aún
cuando esto sea a través de la acción de otros indi- No hay duda alguna de que gran parte del atractivo
viduos? despenado por la obra de Skinner proviene de su interés
2) Si no es así ¿cómo se puede distin­guir el compor- por el desarrollo de una tecnología del comportamiento,
tamiento verbal del no verbal como intermediación y de la demostración de su factibilidad a partir de la me-
de los efectos a través de la acción de otra persona, todología experimental creada en el laboratorio animal.
cuando el compor­tamiento del otro es en sí mismo el En 1948, Skinner, en Walden Two, se refería a una
efecto, vbgr., una expresión, una contestación, etc? comunidad utópica diseña­da y administrada con base en
3) Si la conducta del hablante depen­de de que la res- una serie de procedimientos análogos a los em­pleados
puesta del escucha haya sido condicionada precisa­ en el análisis experimental de la conducta animal en el
mente para reforzarla ¿se identifica la conducta laboratorio, y elevados a la categoría de principios de
verbal siempre a partir del escucha? acuerdo a la filosofía de la construcción teórica segui-
4) ¿Cómo es posible averiguar si la respuesta del es- da por Skinner: la teoría como lenguaje de datos, y las
cucha ha sido condi­cionada especialmente para re- leyes o principios como enunciados de las ope­raciones
forzar al hablante en una circunstancia? El condi- y sus efectos. La utopía dejó de serlo veinte años des-
cionamiento del escucha for­ma parte de su historia, pués –quizá un poco antes– cuando surgió el movimien­to
y esta no es observable, por decirlo así, en los epi- genérico denominado modificaci6n de conducta primero
sodios particulares en que se aplica la definición. (Ullman & Krasner, 1965), y análisis conductual aplica-
5) Si el papel del escucha es reforzar la conducta del do posteriormente (Baes, Wolf & Risley, 1968). Lo que
hablante con base en los criterios prescritos por una en 1948 se planteaba como una mera especulación litera-
«comunidad verbal», ¿no constitu­ye su función la ria respecto de la posibilidad de utilizar socialmente cier-
de un mero sucedáneo de los efectos directos que tos conocimientos téc­nicos creados en el laboratorio de
definen a toda conducta ope­rante? Esto implicaría inves­tigación conductual durante quince o veinte años, en
considerar al escucha como un mero gestor de con- los finales de los sesenta constituía una explosión de apli-
secuencias. caciones reales en los más diversos campos del quehacer
6) La pregunta inevitable es ¿qué mantiene la conduc- humano: la educación, la sa­lud, la rehabilitación, la eco-
ta del escucha frente al hablante? ¿Es a su vez el logía, la administración, y otros más. La psicolo­gía asis-
hablante un mediador del reforza­miento del escu- tía, atónita, a la demostración histórica de su viabilidad
cha por intermediar las consecuencias del hablan- como tecnolo­gía social a partir del estudio experimen­tal
te? ¿No constituye esto una definición circular? del comportamiento animal. Skinner (1972) explicaba
7) En caso de que la definición no fuera circular, se esta relación emergida entre el análisis experimental de la
tendría que pos­tular que: a) la comunidad verbal con­ducta y la modificación de conducta práctica:
mantiene la conducta del escucha, y esto implica
violar el nivel empí­rico observacional de la defini­ “El análisis experimental de la con­ducta no es cosa
ción: b) que la historia de condi­cionamiento del es- de Simple medición. Y es algo más que una cuestión de
cucha (que nunca se aclara si es simultánea, prece- corroborar hipótesis. Constituye un ataque empírico a las
dente o subsecuente a su condicionamiento como variables manipulables, de las cua­les es función la conduc-
hablante) tiene una acción a distancia per­manente, ta. En conse­cuencia, le presta al modificador de conduela
lo que significa atribuir a la historia propiedades un poder excepcional.” (pág. 6).
causales cuestionables; o, c) que es escu­cha refuer-
za al hablante por «soli­daridad» o por reciprocidad Considerando retrospectivamente la concepción de
diferi­da, como lo implica el concepto de reforza- Skinner respecto de la validez del conocimiento científi-
miento educativo, entre otros, y co y de la forma de construir la teoría y sus extensiones,
8) En última instancia, lo que permi­tiría distinguir a la no tiene nada de sorpren­dente que la «teoría» del condi-
conducta verbal de la no verbal sería que el escu­ cionamiento operante diera lugar, en un breve lapso, a un
cha –quien desde el punto de vista de Skinner pa- conjunto de técnicas de diseño y manipulación ambiental
radójicamente no se comporta verbalemente (pág. con el mayor grado de efectividad sobre el comporta-
2)– respondiera apropiadamente a ciertas morfolo- miento en toda la historia de la psicología. El paradigma
gías de conducta del hablante, procurando las conse­ de conocimiento de Skinner fue un paradigma esencial­
cuencias estipuladas por la comu­nidad verbal para mente tecnológico, e inevitablemente condujo a una for-
tal tipo de con­ductas. De manera curiosa, la defini- ma de hacer ciencia, teórica y experimentalmente, que
ción propuesta conduciría a identificar el comporta- hizo hincapié en el problema del control y la predicción.
miento ver­bal con base en criterios morfológicos, y A pesar de la gran diversidad de logros inicia-
desde el punto de vista de la conducta del escucha. les producto de la aplica ción de los «principios» del

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condiciona­miento operante en la forma de técnicas de in- la distinción entre eventos convencionales y eventos fí-
geniería conductual, dos proble­mas surgieron con el tiem- sicos), y
po que, en cierta medida, moderaron, cuando me­nos, el f) La adopción de las dimensiones lógicas del tiempo
optimismo reinante respecto de la eficacia y la generalidad y el espacio físico en la descripción e interpretación de
de la nueva tecnología: los fenómenos conductuales.

1) La mayoría de los conocimientos provenientes de El análisis en términos de anteceden­tes-respuestas-


la ciencia básica pare­cieron ser irrelevantes para el dise- consecuencias ha constitui­do un ejemplar lineal de enga-
ño y aplicación de soluciones prácticas en circunstancias ñosa aplicabilidad. Aún cuando los elementos de la triple
sociales diversas, limitán­dose el análisis conductual apli- relación de contingencia constituyen aspectos fundamen-
cado a utilizar solo los principios generales, como una tales de toda interacción conductual, es evidente que, por
especie de jerga especializa­da, al margen de lo que ocu- si solos, no agotan el complejo de relaciones y condiciones
rría en el laboratorio de investigación. De este modo, las que tienen lugar en todo fenómeno de la conducta, inclu­
aplicaciones se divorciaron progresivamente de su fuente yendo a aquellos aparentemente simples, como las del
original de fundamentación, desplazándose el interés ha- condicionamiento clásico y el condicionamiento operante
cia criterios pragmáticos sobre el costo y eficacia de los animales. Aún cuando la triple relación de contingen­cia
procedimientos aplicados más que al análisis de las condi- incluye algunos de los factores que integran una interac-
ciones que permitían su adapta­ción y funcionamiento. El ción conductual, y constituye un aspecto necesario de
análisis con­ductual aplicado se orientó hacia resul­tados, toda descripción, dicha unidad analítica no es suficiente.
en vez de hacia el análisis de variables; Por ello, el uso de las catego­rías generadas en el condicio-
2) Vinculado al punto anterior, dada la naturaleza namiento operante como modelo o análogo, extrapolado
demostrativa y pragmáti­ca de la mayoría de los estudios a la solución de problemas conductuales en situaciones
de análisis conductual aplicado (Pierce y Epling, 1980), sociales con seres humanos, es limitado y limitante. Es li-
los resultados prácticos «positivos» se fueron reduciendo mitado porque lógicamente es insu­ficiente para describir y
paulati­namente a aquellas circunstancias en que se dispo- representar el tipo de relaciones y los factores que forman
nía de un control institucional efectivo, cuestionándose, al parte de ellas en el comporta­miento que no se ajusta a las
menos en el corto plazo, su generalidad y poder su puestos caracterís­ticas puntuales, repetitivas y ahistóricas para las
para cualesquier situación so­cial. Correlativamente, sur- que se diseñaron las categorías de operación-efecto de la
gió la duda en los «principios» mismos manifestada en la teoría del condicionamiento operante. Es limitante porque
formulación de conceptos y procedi­mientos ad-hoc, justi- no permite describir otras rela­ciones distintas a la que su
ficados exclusiva­mente por su efectividad para tratar con propia lógica se aplica. Allí radica, en principio, el motivo
cierto tipo de problemas. de la separación, cada vez más profunda, entre el análisis
experimental y el análisis aplicado de la conducta.
Como ya lo he examinado previa­mente (Ribes, 1977, Al margen de los aspectos lógicos del modelo ex-
1979, 1982), aún cuando el criterio de conocimiento em­ trapolado para describir, predecir y controlar el com-
pleado por Skinner favoreció el desarro­llo de un paradig- portamiento humano en situaciones sociales, existen
ma tecnológico de análisis experimental de la conducta, las otras cuestiones igualmente importan­tes. Destacan tres
características lógicas del ejemplar del condicionamiento fundamentales:
operante impusieron severas restricciones conceptuales a
la metodología empleada. De entre las li­mitaciones lógi- 1) La naturaleza del conocimiento científico y la del
cas más importantes des­tacan: conocimiento tecnoló­gico;
2) El papel central de la individuali­dad en todo proce-
a) La naturaleza discreta y atomista de las unidades de so de cambio efectivo del comportamiento; y
análisis en términos de estímulo y respuesta; 3) La importancia de explicitar los criterios de cam-
b) La carencia de una representación conceptual de bio como criterios de valor ubicables dentro de un marco
la historia individual y de los factores situacionales del de referencia histórico-cultural, que no se deriva necesa-
contexto y el organismo; riamente de las considera­ciones estrictamente tecnológi-
c) La distinción de solo dos tipos ge­nerales de compor- cas que orientan dicho cambio.
tamiento, equivalentes desde un punto de vista cualitativo,
d) La preeminencia de la explicación en términos de La extrapolación directa del conoci­miento científico,
una sola variable, el reforzamiento, cuya definición re- en la forma de una lógica de categorías «operación-efec-
quiere de efectos cuantitativos y selectores que solo pue- to», a procedimientos de diseño, interven­ción y predicción
den aplicarse a unidades discre­tas y repetitivas; en situaciones especí­ficas «naturales» –para referirme así
e) La cancelación .de la morfología como una propie- a las condiciones constreñidas ajenas a la investigación
dad diferencial de cier­tas funciones conductuales (vbgr., de laboratorio– se funda­menta en el supuesto de que el

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E. Ribes Skinner y la psicología: lo que hizo, lo que no hizo y lo que nos corresponde hacer

conoci­miento científico es equivalente al cono­cimiento personali­dad, como individuación, constituye el reque-


tecnológico como modo de conocimiento, y que, en con- rimiento para poseer el conoci­miento de interfase que
secuencia, uno es directamente transferible o tradu­cible haga posible la transferencia del conocimiento básico so-
al otro. Sin embargo, esto no pa­rece se r así. Como ya lo bre el comportamiento humano a for­mas tecnológicas de
señalamos anteriormente (Ribes & López, 1985): conocimiento.
Finalmente, destaca una tercera cuestión: los criterios
“El conocimiento científico contrasta con el modo tec- de valor que regu­lan o rigen los criterios de cambio en
nológico de conocer. La tecnología es fundamentalmente la aplicación social del conocimiento psi­cológico. Aún
un conjunto de procedimientos –y reglas para generarlos– cuando este problema ya ha sido apuntado en la literatura
dirigidos a la transforma­ción, la eliminación o la creación
espe­cializada (Goldiamond, 1974; Wolf, 1978), no se ha
de objetos o condiciones particulares con­cretas. La tecno-
explicitado su contexto directa­mente en el problema de
logía se describe en términos de cómo producir efectos o
resultados específicos en circunstancias determina­das y, la moral, como dimensión valorativa de todo comporta­
como modo de conocimiento se configura de dos formas: miento humano. En otro trabajo, hemos esbozado algunas
una, como re­sultado de la práctica sistemática relati­va a soluciones en este sentido (Ribes, Díaz González, Rodrí­
la solución de problemas particula­res –que podríamos de- guez & Landa, 1990). Aún cuando el análisis de la con-
nominar tecnología práctica–; otra, que está contenida a ducta, como ejercicio interpretativo, puede aclara algunos
partir del conocimiento científico disponible o factible. En de los problemas vinculados con la ética y la moral, como
la medida en que la ciencia, como modo analítico, procede ya lo demostró Skinner (1971) en Beyon Freedom and
mediante la descomposición de /as propiedades de los ob- Dignity, los propios analistas de la conducta no se pueden
jetos concretos, desvinculándose de objetos y situaciones
desvincular de esta problemáti­ca como parte inevitable y
particulares en tanto tales, no puede ser aplicada directa-
mente como conocimiento tecnológico. La tecnología pro- definitoria de su práctica como científicos aplicados. El
veniente de la ciencia tiene, por con­siguiente, que ser ela- ejercicio interpretativo se debe trasla­dar al propio examen
borada como cono­cimiento sintético y sintetizador: sintéti­ conceptual de la práctica técnica.
co en la medida en que resulta de un proceso de revisión
del conocimiento analítico a lo concreto y singular de los Lo que queda pendiente
objetos particulares; sintetizador, en tanto la tecnología
como conocimiento requie­re de la integración situacional Como ya lo he anotado, es mucho lo que queda pen-
de aspec­tos únicos enmarcados en categorías ge­nerales.” diente. Difícilmente la historia de una ciencia puede ce-
(pág. 241).
rrarse definitivamente por más genial que hayan sido las
contribuciones de uno de sus estudiosos. Y éste es el caso
Adicional al hecho de la difícil justificabilidad de la de B.F. Skinner. Si Watson con su manifiesto cambió la na-
extrapolación di­recta del conocimiento básico o conoci­ turaleza de la práctica cien­tífica de la psicología de mane-
miento tecnológico, está la cuestión de la individuali- ra radical, no constituye ningún atrevimiento afir­mar que
dad como centro de todo conocimiento psicológico, sea a partir de esa efeméride se tendrá que concebir a la psi-
referido a enunciados universales –o leyes científi­cas–, cología antes y después de Skinner. Es difícil suponer que
sea referido al objeto y objetivo mismo del toda práctica un científico haya podido cambiar de manera más radical
psicológica a nivel social. Mientras la ciencia estudia las las prácticas y el conocimiento sobre su disciplina que lo
interacciones individuales abstraídas de toda singularidad, que hizo Skinner. Pero, paradójicamen­te, y allí radica la
el conocimiento aplicado, sea o no tecnológico, tiene que grandeza de Skinner como científico, es sólo a partir de su
ver directamente con individuos concretos y singulares. obra y gracias a ella, que se nos plantean las limitaciones
Resulta evidente que cualquier proceso de transferencia históricas de los concep­tos y nociones de nuestra discipli-
del conocimiento científico sobre las leyes individuales na, y que, a la vez que se nos confronta con la necesidad
abstractas a modos de conocimiento práctico O tecnoló- de cerrar definitivamente cam­pos de problemas, actitudes
gico di­rigido a individuos concretos e irrepetibles, tiene teóricas y supuestos respecto de la naturaleza de la cien-
que pasar por una adaptación especial en la que la indivi- cia y de la psicología, se nos abren también un sinnúmero
duación constituya el punto nodal de la traducibilidad de de posibilidades y opciones, muchas de ellas todavía no
un tipo de cono­cimiento a otro. La teoría de la conducta vislumbradas de manera precisa. El mejor reconocimiento
carece en la actualidad de una teoría del desarrollo en la que podemos hacer de la grandeza de Skinner consiste en
medida en que éste se concibe sólo como un proceso de superar sus limitaciones. He ahí el reto…
acu­mulación y diferenciación de reperto­rios. Lo mismo
puede decirse acerca de una teoría de la personalidad, o Referencias
teoría biográfica de la individuación del com­portamiento.
Esta se ha igualado con los conceptos de repertorio e Baer, D.M., Wolf., M., & Risley, T.R. (1968). Sorne current di-
historia de reforzamiento del individuo. La cons­trucción mensions of applied behavior analysis. Journal of Applied
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