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Según códigos de leyes encontrados, esta práctica era común en ese tiempo, similar al recurso, de

los bebé-probeta o de matriz-sustituta de nuestros tiempos. No contradecían la moral o la religión


y estaban aprobadas por leyes específicas.

3 razones muy grandes para esto. biológico, teológico e histórico.

El “proyecto Ismael” es la solución con recursos humanos.

Agar es una mujer, una esclava, una extranjera, una egipcia, una africana

sintió el orgullo propio de su maternidad y vio con cierto desprecio a su señora quien era
incompetente para tener hijos. (celos y menosprecios) (Prov. 30:21–23).

Agar ya no consideraba a Sara como “su señora”, o ya no se consideraba una esclava. Al saberse
embarazada, Agar comienza a verse a sí misma de modo diferente, se entiende como una no
inferior.

La resolución del conflicto se realiza oprimiéndola, humillándola. El narrador sólo cuenta que Sara
humilla a Agar, será el lector, o tal vez la lectora, quien lea en el deshacerse Abrahán de Agar,
después de haberla aceptado y embarazado, una humillación, un ultraje.

Agar experimenta una opresión que traspasó las dimensiones más íntimas de su ser al ser tratada
como un objeto, abusada sexualmente.

silenciada, despojada de su identidad, sin nombre y rota toda posibilidad de sentirse ‘alguien’.

oprimir sugiere que la experiencia de opresión implica la degradación del ser humano, de su
dignidad, de su persona, donde la opresión invade también las dimensiones íntimas.

las consecuencias fueron tristes. Había envidia y roces en el hogar. Agar reaccionó ante el trato
duro de Sara conforme a su nombre, pues la palabra Agar significa "huye".

Agar huye embarazada. La escena es conmovedora. ¿De dónde saca fuerza esta mujer para huir?

la fuga puede ser una reacción inmediata de alejamiento de lo que asusta, y el deseo de mantener
la vida.

Con la huida, Agar exterioriza la imposibilidad de enfrentar la amenaza y la clara intención de


escapar de ella.

De una esclava desapoderada e instrumentalizada (vista como objeto) se va convirtiendo


procesualmente en una mujer empoderada37, sujeto de su propia historia que busca su libertad.

El trato de Dios hacia Agar contrasta con el que recibía de Sara y Abraham. La habían considerado
tan sólo un objeto para llevar a cabo el propósito de ellos
Agar ha huido de la casa de Abrahán y Yahveh le ha seguido el rastro, hasta que la “encuentra”.

Agar, una mujer sola en el desierto, huyendo y en peligro de muerte, buscando sobrevivir, se acerca
a un manantial de agua. El estado emocional de Agar no se describe directamente; sólo se narra que
está en el desierto junto a una fuente de agua. Al lector le corresponde llenar este vacío y responder
a los interrogantes abiertos. Está sola (con su hijo en las entrañas), y ha huido. Está embarazada; si
muere ella, muere su hijo. Indignada por el maltrato, angustiada por su situación, triste y tal vez
llena de rabia. A primera lectura, parecería que por casualidad pasaba por ese lugar el “ángel del
Señor”. No se dice que Agar le hubiera hablado, invocado, le pidiera

El encuentro entre Agar y Dios se realiza junto a un manantial-fuente de agua, expresión de


frescura y esperanza, pero ante todo símbolo de vida.

Agar escucha el sonido de su nombre por primera vez, y es Dios quien provoca el diálogo.

Llamarla por su nombre propio expresa conocimiento y reconocimiento de la persona,

una mujer a la que le ha sido negada la palabra (Agar no habla en la casa de Abrahán) es invitada
por Dios a contar – narrar su historia.

Agar ha huido del maltrato, de la opresión. Y Dios le propone a Agar que regrese al lugar que para
ella representa la esclavitud y la opresión, la casa de Abrahán. De aquí el desconcierto del lector:
¿cómo es posible que Dios le pida tal cosa?

El Dios de Agar, el mismo Dios de Israel habla de un Dios único y universal, un Dios personal, que
acude al encuentro, que escucha el grito sufriente sin restricción de raza, color, género, estatus
social, etc.

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