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Cuaderno012 - El Utilitarismo en La Ética Empresarial PDF
Cuaderno012 - El Utilitarismo en La Ética Empresarial PDF
FONTRODONA
EL UTILITARISMO
EN LA ETICA EMPRESARIAL
C U A D E R N O S
EMPRESA Y HUMANISMO
I N S T I T U T O
12
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JOAN FONTRODONA EL UTILITARISMO EN LA ETICA EMPRESARIAL
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
INDICE
entendemos la sociedad como un conjunto de la acción empresarial, sino sobre cuáles deben 5
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
porque la rectitud moral viene dada por la mente este método de análisis se utiliza para 6
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un cálculo exhaustivo de indefinidas alterna- b) El propio interés como principio del indi- 9
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empleados, se realizan en vistas al propio dudan en afirmar que cuando sus intereses
beneficio, en este caso del empresario, porque entran en conflicto con los intereses de los
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suponen, entre otras buenas consecuencias, un demás, deben perseguir su propio interés,
aumento de la productividad y una mejora de siempre que lo hagan dentro de las reglas de
la eficiencia a largo plazo, que hacen juego establecidas.
aumentar los beneficios 17. Smith cree que el Se trata, por tanto, de un egoísmo res-
bien público surge de un choque debidamente tringido, al que se ha dado también el nombre
limitado de intereses individuales en compe- de “egoísmo ilustrado” (enlightened self-
tencia. Dado que cada uno persigue su propio interest). Es egoísta, porque, al fin y al cabo,
interés, el proceso interactivo es guiado por persigue su propio interés; pero, es restringido
una “mano invisible” hasta obtener el interés por cuanto se atiene a las reglas de la libre
público. Así, la existencia de la mano invisible competencia. La empresa cae en la cuenta de
es, según Smith, un modo más eficiente de que en la sociedad actual hay un aumento de
conseguir el bien público que el estado autori- la preocupación por los problemas sociales, de
tario de Hobbes. La libertad individual debe modo que ignorar esta disposición del público
ser protegida de una posible intervención del puede ocasionar que se desate la cólera de la
gobierno. Smith reconoce, no obstante, que se sociedad, lo cual puede ser perjudicial para los
requiere de un estado mínimo que asegure el intereses de la empresa. Este egoísmo ilustrado
cumplimiento de las reglas de juego de la libre ha supuesto también un aumento de la regu-
competencia. lación gubernamental para asegurar el cumpli-
miento de las reglas que ordenan la actividad
Esta visión de un mundo que se mueve por económica 18.
el propio interés es la que muy a menudo han
tomado los hombres de negocios para justi- c) El beneficio como único fin de la empresa.
ficar su comportamiento en un sistema de Volviendo al paralelismo entre los principios
libertad de mercado. Evidentemente no se del utilitarismo y los del liberalismo eco-
juzgan a sí mismos como egoístas, sino que nómico, nos encontramos ahora con que del
reconocen que hay que tener en cuenta el mismo modo que para el utilitarismo el placer
interés de los demás y que es preciso un es el fin natural espontáneo de todo acto
en una suma de placeres, así para el libera- sistema de propiedad privada, el ejecutivo
lismo económico el beneficio es el único fin tiene una responsabilidad directa hacia
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que la economía, siguiendo su propio interés, quienes le contratan, de modo que debe
debe perseguir. En Capitalismo y Libertad, dirigir la empresa de acuerdo con los deseos de
Milton Friedman afirma que: sus propietarios, que, generalmente, serán los
“En una economía así (de libertad de de obtener cuanto más dinero mejor, de
mercado), existe una y sólo una responsabi- acuerdo con las reglas básicas de la sociedad.
lidad de la empresa: utilizar sus recursos y Si este ejecutivo se dedicara a gastar dinero
dedicarse a actividades destinadas a incre- en asuntos de interés social estaría gastando
mentar sus beneficios con tal que se mantenga un dinero que pertenece a los accionistas,
dentro de las reglas de juego, es decir, que par- puesto que recibirían menos dividendos; a los
ticipe en una competencia abierta y libre, sin clientes, que pagarían más por sus productos;
engaño o fraude” 19. o a los empleados, puesto que el dinero que
Para Friedman entablar una discusión sobre está gastando podría servir para aumentar sus
la “responsabilidad social de la empresa”, que- sueldos. Actuando así el ejecutivo se convierte
riendo ir más allá de los resultados, significa simultáneamente en legislador, ejecutor y juez
seguir el juego a aquellas fuerzas intelectuales 20.
que pretenden socavar las bases de una Para Friedman, una persona, cuando actúa
sociedad libre. La doctrina de la “responsabi- por ella misma, puede tener una “responsabi-
lidad social” envuelve la aceptación del punto lidad social” respecto a su familia, o a su
de vista socialista según el cual son los meca- ciudad, o a su país, puesto que entonces gasta
nismos políticos, y no los del mercado, los que su dinero y su tiempo; pero, en cuanto actúa
deter-minan el modo apropiado para repartir como agente de una empresa, la “responsabi-
los recursos entre las distintas alternativas. lidad social” significa actuar en contra de los
Un ejecutivo que se preocupase por obje- intereses de quienes le han contratado.
tivos “sociales” se convertiría en un funcio- Unos años antes de la publicación de
nario público y no en un empleado de los pro- Capitalismo y Libertad, Theodore Levitt mani-
pietarios de la empresa, y debería ser elegido festaba también su preocupación por el con-
cepto de responsabilidad social y afirmaba que nestar que ningún otro sistema, y en especial 13
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los compran o venden y no a ningún otro ele- formas de competencia imperfecta, mono- 14
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tratos en exclusiva, fijar los precios de venta a ductividad, la cual deteriora la competitividad, 15
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cretas, como si no se precisara en forma alguna hace efectivo el trabajo más bien amorfo de 16
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la adhesión de los individuos para aplicar sus los otros. El capitalista no es fundamental-
doctrinas. La misma aplicación práctica de los
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mente una herramienta más del mercado, sino
modelos económicos de ambas teorías ha el propio creador de mercados; no es un descu-
demostrado la incapacidad de una y otra para bridor de oportunidades, sino un revelador de
dar respuesta a los problemas económicos del la oportunidad; no es un explotador de
mundo actual. recursos, sino un inventor de ellos; no es la res-
Varios autores, entre ellos, y por citarlos más puesta a la demanda existente, sino un inno-
conocidos, George Gilder 27 y Peter Drucker vador que hace evocar la demanda; no es un
28, han señalado en los últimos años el error consumidor de tecnología, sino un productor
fundamental de estas teorías al sobrestimar, de la misma” 29.
drásticamente, la importancia de la función El papel primordial de los empresarios no es,
física del capital y otras medidas cuantitativas por tanto, el de cubrir los huecos que se pro-
de la actividad económica, desplazando al
duzcan en su mercado real o teórico, expli-
mismo tiempo y también de forma conside-
cando el mercado y realizando transacciones
rable la importancia tan decisiva de la creati-
vidad empresarial. Así George Gilder señala: que maximicen sus propios intereses, sino
generar y fomentar nuevos mercados o teorías
“El problema de todas estas teorías del capi- aprovechando el proceso de destrucción cre-
talismo es su ineptitud científica. incluso ativa que impulsa todo proceso económico.
aunque no les pidamos a los economistas que
actúen como filósofos moralizantes, les debe- En este sentido se ha dado un paso de la ide-
ríamos exigir, al menos, que observaran de ología del laissez-faire a una ideología que
cerca el mundo. Observando el mundo, uno no podríamos denominar managerial, que
alcanza a ver más que escasos signos que con- enfatiza la responsabilidad social de la
firman la opinión predominante de la acti- empresa, acentuando aspectos que aquélla
vidad empresarial. El capitalista no depende consideraba extraños al mercado tales como la
simplemente del trabajo, la tierra y el capital; cooperación entre empresa y gobierno, los
él define y crea el capital, le concede valor a la derechos de los trabajadores o la importancia
tierra y ofrece su propio trabajo al tiempo que del factor humano en la empresa 30.
Esto ha llevado consigo una redefinición de objetivos generales a alcanzar, para que sean 17
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la función de la empresa en los siguientes tér- los empresarios quienes lo realicen. Entre las
minos: buscar maximizar los beneficios de
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funciones que el gobierno tendría dentro de
modo consistente con las normas morales de un sistema de mercado estarían: asegurar las
justicia y con el respeto a los derechos indivi- condiciones mínimas de bienestar para
duales. Ha sido la referencia a los derechos ya aquellos individuos que el sistema económico
la justicia la que ha permitido involucrar al no tiene en cuenta (incapacitados, ancianos,
gobierno en el conjunto del sistema eco- niños...) por no ser parte activa de la dinámica
nómico 31.Es éste uno de los principales del sistema 33;la provisión de bienes públicos,
aspectos en los que el sistema actual de libre
por ejemplo, la educación pública, los efectos
empresa ha modificado la versión del sistema
externos de la empresa sobre el medio
clásico de Adam Smith.
ambiente o las obras públicas; la corrección de
Esta intervención del gobierno en el sistema las tendencias injustas del sistema, mediante
económico ha desatado numerosas polémicas legislaciones, anti-trust, control sobre ali-
entre los economistas, como, por ejemplo, la mentos, productos farmacéuticos e industrias
que se originó a raíz de la solicitud de Chrysler de servicios públicos,...; control de los ciclos
de un crédito del gobierno norteamericano económicos, medidas para frenar la inflación y
por valor de 1,2 billones de dólares. Conocidos
contra el desempleo; política fiscal,...
economistas terciaron en la polémica. Así
Milton Friedman señaló que la pérdida de En la medida en que la empresa se mueve
dinero es un riesgo que la empresa debe correr dentro de un sistema social y de los valores de
al intentar obtener beneficios, y que este ese sistema, adquiere una serie de obliga-
sistema era el que había hecho nacer la eco- ciones, tales como no impedir la libertad de la
nomía norteamericana en los dos últimos actividad económica, ser equitativo en sus
siglos 32. transacciones o respetar los contratos. Son
En cualquier caso es una opinión común- todos ellos límites de carácter moral que
mente aceptada hoy que el gobierno debe vienen a señalar cómo la responsabilidad de la
jugar un papel a la hora de corregir los excesos empresa abarca más allá de sus propios inte-
del capitalismo, siempre que se limite a fijar los reses.
Tradicionalmente el empresario ha sido visto (...) nos dice que ninguna acción individual se 18
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como un ser de corta estatura moral, sin más justifica en la sociedad si se atiene al sólo
interés que maximizar sus intereses y sin interés del individuo que la realiza. Todas las
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asumir más riesgos que aquéllos que exigen las acciones humanas, directa o indirectamente,
circunstancias. Recientemente, sin embargo, aparente o implícitamente, tienen una
los directivos de empresa se han visto en la dimensión social, y todo hombre debe tenerla
necesidad de ampliar sus objetivos hacia inte- en cuenta, directa o indirectamente” 37.
reses sociales, políticos y morales 34. Si bien, A esta misma idea se refiere Iacocca cuando
antes la responsabilidad del empresario era aconseja: “pensad siempre desde la óptica de
percibida frente a los propietarios, stock- los intereses de vuestro interlocutor” 38; o
holders, hoy el círculo de obligaciones asu- Gilder cuando señala que “debido a que los
midas por la empresa se ha aplicado hacia empresarios deben necesariamente trabajar
otros grupos, stakeholders, algunos de los para el resto de la población y producir para
cuáles pueden no tener una conexión directa otros, tienden a ser menos egoístas que otras
con las actividades o propiedad de la empresa personas creativas, que a menu-do exaltan la
35. Tad Tuleja cita seis “depositarios” de la res- felicidad y la autoexpresión como sus princi-
ponsabilidad de la empresa: propietarios, pales objetivos” 39. Todas estas ideas vienen a
empleados, consumidores, comunidades confirmar, en contra de la visión utilitarista de
locales, sociedad en general y empresas com- la economía, que la máxima cantidad de
petidoras 36. bienes no se obtiene solamente mediante la
Por tanto, el self-interest se presenta como competencia, sino que es preciso un cierto
insuficiente ante la realidad de la economía de equilibrio entre la competencia y la coope-
mercado, en la que se da una red de interac- ración. No es correcto afirmar que la compe-
ciones de individuos que actúan y se comu- tencia por sí misma es la forma más eficiente
nican, y donde aparece necesariamente la de entender el mundo de los negocios.
ética: Queda, por último, revisar la noción de
“Hay una regla ética natural, general, asimi- beneficio de la teoría clásica. No se trata de
lable fácilmente por cualquier hombre de negar el valor que el beneficio tiene como ins-
bien, por cualquier persona bien nacida, que trumento de regulación de la economía, como
fondo propio de la empresa y como fuente de trina del caveat emptor: “¡Cuide el comprador 19
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crean falsas necesidades. Así, la pretendida En última instancia, opina Iacocca, el con- 20
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los individuos como a la organización 51. Tal nada más que por sus propios fines utilitarios a 21
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su supervivencia la economía de mercado ha lidad de una acción como función del enjuicia- 22
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empresa es ganar dinero, aquellas acciones ideal fundamentalmente hedonista-, los capi- 23
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que tienden a ganar dinero son consideradas talistas, sin pérdida de tiempo, se esforzarán
buenas, y aquellas que tienden a perderlo son en facilitar ese logro, originando los signos
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consideradas malas. externos que ello comporta. Pero si la opinión
En un mercado de competencia perfecta el pública cambia de parecer, como ocurriera
precio se contempla sólo como resultado, durante los años setenta, en los que se volcó
como el punto de equilibrio entre la oferta y la indebidamente sobre los problemas del medio
demanda. En un mercado así no existe ningún ambiente, los empresarios, a su vez se esfor-
grado de libertad frente al precio, por lo que zarán en cumplir ese nuevo mandato, en satis-
éste no resulta relevante éticamente facer el mercado que se abre ante sus ojos”56.
hablando. Sin embargo, en la mayoría de los Para el utilitarismo -como en general para
mercados de competencia no perfecta no cualquier teoría consecuencialista- hay un tipo
existe un precio general y fijo, sino que es de normas de carácter general y abstracto, que
modifi-cable según las circunstancias. El precio son normas formales, y como tales incluyen la
es, entonces, una magnitud que debe ser cali- calificación moral dentro de su propia formu-
ficada por las partes que inter-vienen en el lación. Pero estas normas, por su carácter
intercambio mediante una ponderación que general y abstracto no sirven para hacerse
no reviste solamente aspectos económicos, cargo de la realidad. Para ello es preciso con-
sino también éticos55. cretarlas, materializarlas.
Por otra parte, siendo el mercado el marco Existen, entonces, tipos de acción que
en el que se inscribe la ponderación de los quedan absolutamente prohibidos, pero sólo
medios con respecto de] fin, el empresario son aquéllos que encuentran su expresión en
quedará a expensas de los intereses que en juicios tautológicos. Por tanto la cuestión no
cada momento persiga el público: está en si a veces es permitido asesinar -”matar
“Si los lideres de la opinión pública -señala a inmoralmente a un inocente”-, puesto que,
este respecto George Gilder- establecen que el siendo ésta una proposición tautológica, se
objetivo fundamental en la vida es la conse- contesta por sí misma de forma negativa, sino
cución de los mayores placeres individuales - si “matar intencionadamente a un inocente” -
pregonando en su literatura y en sus actos un distinto de asesinar- puede ser en ocasiones
permitido. A esto hay que contestar que sí (por guido entre utilitarismo de la acción (act utili- 24
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ejemplo, para salvar la vida de dos). De esta tarianism o extrem utilitarianism) y utilita-
forma, si empleamos una terminología que no rismo de la norma (rule utilitarianism o res-
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perjudique de antemano la inmoralidad de tricted utilitarianism)58.
una acción, llegamos a proposiciones auténti-
El utilitarismo de la acción sostiene que es
camente informativas, que son o no contin-
cada acción individual la que debe someterse
gentes en su valor de verdad -”matar a un ino-
al principio utilitarista de] mayor bien para el
cente a veces es bueno, a veces es malo”- o
falsas -”matar a un inocente es siempre mayor número de personas. esta postura
malo”57. Los conceptos quedan vacíos de parece coherente con los principios del utilita-
moralidad para evitar caer en tautologías. Su rismo, puesto que, si busca maximizar el valor
valor moral debe venir dado por el recurso a la de la acción, no hay mejor modo de hacerlo
experiencia. que determinar dicho valor en cada acción
concreta.
Para establecer una norma universal con-
creta se requiere tener en cuenta no tan sólo Esto no significa que no deba tenerse en
el objeto, el fin y todas las circunstancias, sino cuenta ningún tipo de orientación de carácter
incluso todos los casos posibles que se puedan general. El utilitarismo de la acción acepta que
dar. Esto evidentemente hace imposible el individuo adquiere cierto aprendizaje de sus
fundar teóricamente la existencia de una acciones pasadas, pero este aprendizaje llega,
norma que prohiba sin excepción los actos con- como mucho, a proporcionar meras reglas de
cretos. Las leyes morales que se refieren a actos funcionamiento (rules of thumb), que en
concretos no se pueden decir universales en un ningún caso tienen una validez general.
sentido absoluto, sino tan sólo en un sentido Estas reglas son requeridas, en primer lugar,
relativo, puesto que pueden darse siempre por cuestión de tiempo, puesto que la decisión
excepciones, si el juicio proporcionado de la se haría interminable si en cada caso se tuviera
razón así lo estima oportuno y la voluntad que proceder a un examen de todas las conse-
asiente a ello. cuencias de todas las posibles acciones. En
En relación a la posibilidad de una norma segundo lugar, son necesarias, porque el
general, los teóricos del utilitarismo han distin- propio interés del sujeto puede hacer que la
razón que se abre ala realidad, y se convierte mentos marginales”, sino que lo hace con- 31
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riores, siendo el orden de las virtudes y de los rativo y de no suma cero, para dos jugadores, 34
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valores personales un orden separado cuya en el que se presenta a dos prisioneros que
relación con el orden moral no será más que han sido conducidos ante el juez y que son
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accidental72. interrogados por separado. Los dos saben que
En la ética clásica la rectitud de las acciones si ninguno confiesa recibirán una condena de
trasciende las acciones mismas, y más aún la un año de prisión; si uno confiesa puede sal-
intención del propio sujeto. Los fines rectos le varse, recibiendo el otro una condena de diez
están ya dados al hombre por la naturaleza de años; si los dos confiesan recibirán cinco años
las cosas y del hombre mismo y no están, por cada uno.
tanto, bajo la elección del sujeto. Lo que el En el siguiente gráfico se expresan las dis-
sujeto hace es elegir los medios para la tintas posibilidades que se presentan. Los
obtención de ese fin. Los medios se eligen, los
números a la izquierda de la coma indican la
medios se alcanzan. Para el utilitarismo, en
cambio, los fines son objeto de elección. Los pena posible para el prisionero A; y los de la
medios se utilizan, los fines se eligen. La pru- derecha, la pena para el prisionero B:
dencia, entendida por los clásicos como A/B confiesa no confiesa
elección de medios, pasa a ser ahora prudencia
confiesa 5,5 0, 10
de fines, que lleva a medir en cada caso la
moralidad de mis actos según mi intención. no confiesa 10 ,0 1,1
La prudencia se opone, en el utilitarismo, a Coloquémonos en la posición del jugador A.
la moralidad, en cuanto se dice que una acción ¿Cuál es la acción que más le conviene a su
se realiza desde un punto de vista prudencia] propio interés?. Si el jugador B opta por con-
si se tienen en cuenta sólo los intereses del fesar, la solución más ventajosa para A es con-
individuo. En cambio, una acción será moral si fesar; si el jugador B no confiesa, nuevamente
se va más allá del propio interés. A obtiene una mayor ventaja si confiesa.
Para poner de relieve la inconsistencia de Luego, si A quiere protegerse a sí mismo, bus-
una ética fundada en el propio interés se ha cando su propio interés, tiene motivo sufi-
presentado el llamado dilema del pri- ciente para confesar, sea lo que sea lo que
sionero73, ilustración de un juego no coope- haga el otro.
de que B puede pensar del mismo modo que variará también la preferencia por una opción
A. Es más, no hay motivos para pensar que B egoísta o una opción altruista. Así, en
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vaya a actuar de modo distinto a como actúa pequeñas comunidades, si yo realizo una
A. Entonces, resulta que en el caso de que A y acción que ayude a los demás es muy probable
B confiesen obtienen una mayor condena que que esto me suponga ser ayudado después. En
si no confiesan, cuando, según hemos visto, lo cambio, en comunidades mayores la posibi-
racional es confesar. lidad de ser ayudado disminuye. Aquí puede
Si cada uno elige la opción en la que puede ser mejor para cada uno no ayudar nunca, ya
obtener un mayor beneficio -opción egoísta-, que si no ayuda es probable que sea ayudado,
acaba por obtener un resultado peor que si mientras que si se decide por ayudar es difícil
opta por la elección que supone un mayor que en cada ocasión se vea correspondido por
beneficio para el otro -opción altruista-. la ayuda de los otros.
El dilema que presenta este juego es preci- Esto se ve más claramente cuando se trata
samente éste: si cada uno hace lo que sería de bienes públicos, es decir, de aquellos bienes
mejor para sí mismo, acaba siendo peor para de los que cada uno se beneficiará aunque no
todos. contribuya a su producción. Se podría llamar el
dilema del contribuyente. Surge entonces la
Este dilema es difícil que se dé en el caso de tentación para cada persona de evitar cumplir
dos personas. Sin embargo, es aplicable su parte, ya que el hecho de que uno cumpla o
también, y de hecho se da con más frecuencia, no su parte no afecta mucho al resultado pro-
en una relación entre varias personas. En el ducido. Si cada uno contribuye, aumentará la
caso de varios jugadores, cada uno de ellos suma de beneficios, pero en tan poca cantidad
puede analizar si su acción beneficiosa hacia que uno obtiene la mayor ventaja si no
los demás puede verse contestada por una colabora en la obtención del beneficio; sin
acción asimismo beneficiosa de los demás esfuerzo obtiene un beneficio prácticamente
hacia él mismo. igual que el que obtendría si invirtiese algún
En este caso la posibilidad de recibir un esfuerzo en colaborar. Y, sin embargo, si sólo
beneficio por parte de los otros variará según unos pocos colaboran el beneficio será menor;
y si no colabora nadie -porque todos optan por y eres del otro deudor/ Mas ¡ay de ti si te 36
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imposible la obtención del mejor resultado solución altruista sea vista por cada uno de los 37
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para la sociedad. Esta paradoja no significa individuos como la mejor para cada uno de
que sea una postura que se destruya a sí ellos.
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misma. El propio interés es una teoría de racio- Las soluciones respecto a las condiciones
nalidad individual, y, por tanto, mante- exteriores pueden considerarse como solu-
niéndose a nivel individual puede ser consi- ciones políticas. Desde este punto de vista los
derada una teoría universal, esto es, aplicable conflictos que plantea el dilema son vistos
a todo el mundo: todo el mundo puede optar como meros problemas de coordinación76 de
por actuar buscando su propio interés. modo que lo que amenaza la obtención del
El problema surge al intentar establecer el bien de la colectividad no es el propósito indi-
propio interés como una teoría colectiva, esto vidual del propio beneficio sino la falta de
es, como una teoría válida a nivel colectivo. información necesaria para la coordinación.
Ahí es donde el dilema del prisionero señala al Si se da una falta de información respecto al
interés individual como una teoría autodes- modo de actuar de los otros, cada individuo
tructiva a nivel de la colectividad: la colecti- calculará la posibilidad de actuación de los
vidad no obtiene el mejor resultado si cada otros, y actuará según el grado de cooperación
uno opta por actuar egoístamente. con el que prevea que los otros actúen. Así, si
Si, como parece indicar el dilema del pri- la posibilidad de actuación de los otros es muy
sionero, el mejor resultado para la comunidad baja lo más racional será adoptar una postura
se obtiene mediante la opción altruista, lo que egoísta. Si todos llegan a la misma conclusión,
convendrá, entonces, será arbitrar alguna será imposible obtener el mejor resultado para
solución que permita a cada uno de los indi- la colectividad.
viduos ver dicha opción como la mejor para Puede servir como ilustración un caso del
cada uno de ellos. Las soluciones que se dilema del prisionero con unas claras reso-
aporten modificarán bien las condiciones exte- nancias de actualidad. Llamémosle el dilema
riores en las que se inscribe la situación dada, del desarme. Supongamos que dos países A y
bien las propias condiciones del sujeto que B, firman un pacto público de desarme de su
decide. En un caso o en otro los cambios que arsenal nuclear, y, a la vez, cada uno de ellos
se produzcan deben hacer posible que la tiene la posibilidad de romper secretamente el
pacto. Entonces A, si no tiene posibilidad de tivas y permiten asegurar que todo aquel que 38
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cupada por aspectos de la realidad social que ticipa en absoluto. Su única ocupación es cal- 42
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van más allá del simple beneficio. cular la forma más eficiente para usar los
recursos existentes de modo que se obtengan
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los mayores beneficios al menor coste83.
4. El método de valoración.
La actividad empresarial reduce el bien a
Tanto el principio utilitarista de maximizar dinero y calcula los costes y beneficios en tér-
el bien como el principio proporcionalista de minos monetarios. Dado que el fin de la
estimación de las consecuencias con vistas al empresa es, desde estos planteamientos, ganar
fin elegido por la voluntad exigen, a modo de dinero, aquellas acciones que tiendan a ganar
correlato, un modelo técnico de valoración. El dinero serán buenas, y las que tiendan a per-
método de decisión de la ética adquiere, en el derlo serán malas. Una compañía que actúe
utilitarismo, un carácter matemático al res- desde la racionalidad económica utilitarista
ponder a una función estratégica de optimi- intentará maximizar los bienes y minimizar los
zación universal que, previa valoración de males, de modo que el resultado final sea un
todas las posibles alternativas, se encarga de beneficio. El único interés para la empresa es
indicar al individuo cuál es el comportamiento que la cuenta de resultados tenga un saldo
que debe escoger. positivo.
Este método ha sido también frecuente- El método de valoración del utilitarismo
mente utilizado para evaluar el carácter moral tiene dos requisitos previos: presupone que se
de las decisiones empresariales. Se le ha deno- pueden conocer todas las alternativas de una
minado análisis de costos y beneficios -cost- determinada acción, así como sus conse-
benefit-analysis-. Una acción socialmente res- cuencias, y que existe una escala numérica
ponsable, se dice, es aquélla que produce el común que permite establecer una graduación
mayor número de beneficios para la sociedad, unívoca de las alternativas. de este modo, la
o supone el menor número de costos. De este ética utilitarista relega la decisión a un cálculo
modo la tarea propia del ejecutivo aparece decisorio y sustituye la valoración ética por un
como la de un burócrata que utiliza unos problema de cálculo de análisis, reduciendo la
medios completamente impersonales para rea- decisión a la selección de aquella alternativa
lizar unos fines en cuya determinación no par- que el cálculo probabilístico alcanza como la
de mayor beneficio. Para ello, habrá que En segundo lugar, los efectos secundarios de 43
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seguir tres pasos: 1) determinar las alternativas la acción. En la acción no sólo entran conse-
cuencias intencionadas y consecuencias pre-
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que se dan para una determinada acción; 2)
para cada una de ellas determinar los bene- vistas y toleradas; hay, además, consecuencias
ficios y los costes que la acción producirá sobre imprevistas, no queridas, que pueden ser
todas las personas afectadas; y 3) elegir como buenas o malas, y que pueden, por tanto,
hacer variar la previsión inicial. No parece
la acción éticamente correcta aquélla que pro-
admisible que el individuo pueda prever, y, en
duzca la mayor suma total de utilidad. consecuencia, hacerse responsable de todos los
a) La determinación de las alternativas. efectos secundarios de su acción.
Es un dato evidente que para cualquier Ahora bien; si el número de alternativas se
acción el número de posibles alternativas es alarga hasta el infinito, toda posible decisión
indeterminado. Por ello, el utilitarismo hace se revela como inviable. Se cae entonces en la
inviable por hipertrofia cualquier decisión paradoja de que “el que lo quiere tener todo
ética, puesto que es imposible pensar en una en cuenta, jamás podrá realizar acción alguna”
84.
especie de comprensión universal inmediata
de cualquier individuo para cualquier cosa. Para hacer posible el cálculo, se requiere de
Sostener lo contrario supondría prescindir de algún principio restrictivo de las alternativas.
dos aspectos muy importantes para la formu- Pero este principio no puede ser utilitarista,
lación de una teoría de la acción humana. con lo que el proceso se alargaría hasta el
infinito. Así se entiende cómo algunos autores
En primer lugar, la libertad humana. El han recurrido al sentido común para fundar la
carácter de ser racional y libre del hombre decisión moral.
introduce en cualquier decisión un grado de Una actuación auténticamente “maximi-
incertidumbre y de creatividad que hace impo- zante” exigiría una información exhaustiva
sible establecer a priori su comportamiento, acerca de todos los condicionamientos antece-
más aún si ese carácter se interconexiona con dentes y acerca de la actuación de los demás.
la libertad y la racionalidad de los demás Al no ser posible, se advierte, entonces, cómo
hombres. a pesar de su pretendida racionalidad, todas
tores que entran como elementos del análisis el utilitarismo hedonista. Este problema lo ha 45
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puedan tener su equivalencia. visto muy claramente John Finnis. Para Finnis,
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Esta idea de la posibilidad de medir y com- la conmensurabilidad es posible para el utilita-
parar bienes distintos ha tenido una gran rismo hedonista de Bentham, ya que para éste
aceptación entre los economistas. Para quienes todos los bienes humanos tienen un factor
piensan que la felicidad de la sociedad se común homogéneo, el placer, entendido como
maximiza si se maximiza la producción de sensación cuantificable. Sin embargo, para las
bienes y servicios, el análisis utilitarista propor- formulaciones utilitaristas posteriores a
ciona el medio adecuado de valoración. La Bentham, al ampliar el espectro de bienes
idea que subsiste detrás del cálculo de costos y humanos que el utilitarismo hedonista había
beneficios es que éstos pueden ser medidos reducido al placer, la conmensurabilidad se
numéricamente, identificando, al mismo presenta como un sinsentido, puesto que pre-
tiempo, las incertidumbres y los posibles resul- tende comparar bienes que son, en sí mismos,
tados, de modo que se proporciona una inconmensurables89.
influencia relevante que sirva de base para la
Se podría decir que esta dificultad desa-
toma de decisiones. Aunque tal análisis debe
normalmente medir diferentes unidades, la parece en el análisis económico de costes y
pretensión final es que todas ellas se expresen beneficios, ya que aquí el dinero se presenta
en una unidad común de medida, la unidad como el único bien. Sin embargo, la objeción
monetaria. Así, reemplazando el cálculo hedo- sigue en pie si caemos en la cuenta de que hay
nista de Bentham por el “precio”, se ha bienes que parecen difíciles de reducir a su
afirmado que una economía asentada sobre valor económico. A este respecto Koslowski
los postulados del libre mercado maximiza la advierte:
utilidad. Esta reducción final que hace el aná- “Lo absoluto, la dignidad de la persona y el
lisis de costes y beneficios, es la que otorga al valor de la vida (...)se sitúan fuera de toda pon-
método su poder, pero es también la que deración de bienes puesto que constituyen
entraña sus principales problemas. bienes para un yo consciente y son ellos los
En primer lugar, no todo el mundo reduce que hacen posible la valoración de bienes de
los bienes a bienes de un sólo tipo como hace las personas. El hombre (...) es la condición del
de todo. Los accidentes que se originaron supone que el ránking entre máximo bien y
como consecuencia de las colisiones fueron
60
máximo mal varía en cada situación concreta.
tantos que la Ford se planteó retirar el coche Esto supone, en definitiva, negar el valor
del mercado, después de haber hecho diversas intrínseco de los bienes.
modificaciones. Sin embargo un análisis eco-
nómico de las alternativas demostró que la Poner un precio a valores no comerciales es
retirada de los coches del mercado supondría siempre una medida poco objetiva, puesto que
una pérdida de 137 millones de dólares, hay que contar con las preferencias y los inte-
mientras que los costes de primas por muertos reses de las personas. Una información no uti-
tan sólo ocasionarían una pérdida de 49 litarista acerca de la motivación de las per-
millones. En consecuencia la Ford decidió sonas y del carácter “personal” de su elección,
seguir comercializando el coche91. así como de la interdependencia de la propia
acción con las acciones de los demás puede ser
Hay que afirmar que los bienes no son
relevante a la hora de tomar una determinada
iguales ni reductibles. Los bienes tienen en
decisión.
común ser bienes, pero son de medidas dis-
tintas. No hay una medida común que permita La teoría de la decisión utilitarista parte del
establecer una equivalencia entre todos ellos. supuesto de que el hombre tiene preferencias
Son, por tanto, inconmensurables, primero, inmutables, pero en realidad no es así. Por
entre ellos y, después, con respecto a una ejemplo, no todo el mundo tiene que ser utili-
medida común: el placer no lo mide todo; el tarista; puede haber en la sociedad personas
dinero tampoco. que pongan su criterio moral en otro distinto
La inconmensurabilidad de los bienes exige que la utilidad, como, por ejemplo, la libertad
que la relación entre ellos se dé jerárquica- de la elección personal, que permite una alter-
mente. El utilitarismo sustituye esta jerarquía nativa determinada aunque no sea la que
por una especie de valoración universal inme- supone mayor beneficio, e incluso dentro del
diata de todas las consecuencias. La orde- propio utilitarismo, diversos modos de atender
nación jerárquica de los bienes se mantiene a a la ordenación de las preferencias puede
través de las distintas acciones del individuo; llevar a distintas actuaciones.
Por otra parte, existe la posibilidad de que vista metodológico, éste sería el plantea- 48
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
sino de la desigualdad entre los niveles de bie- qué debe ser tomado como consecuencia de 49
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
nestar de los diferentes individuos. Por ello, mi acción, el utilitarismo responde que todos
una justa distribución de la renta recomendará los efectos predecibles de mi acción. Pero
60
que una mayor porción de la renta total pase a entonces, la siguiente pregunta que se puede
la persona con una función de bienestar uni- formular es qué parámetro de predicción debe
formemente menor, es decir, a la persona con tomarse.
mayores necesidades. La distribución no se Esta pregunta remite a dos cuestiones fun-
hace según los merecimientos -según la damentales: una, acerca de la responsabilidad
función de utilidad-, como en el liberalismo de la empresa; otra, sobre el factor tiempo que
económico, sino en función de las necesidades. debe tomarse en cuenta.
Hemos visto hasta aquí los problemas que el Según la teoría de la responsabilidad que se
análisis de costes y beneficios encierran res- adopte, los efectos de la acción de los que el
pecto a la consideración de los bienes y a la sujeto se hace responsable variarán. El mundo
función que el sujeto desempeña en la valo- en que se mueve la ética utilitarista es un
ración de las alternativas. Queda por último mundo de variables discretas, en el que se da
referirnos a los problemas que surgen respecto un alto grado de predecibilidad; un mundo en
a las consecuencias, el que las cuestiones acerca del valor se
Por una parte existen determinadas acciones reducen a cuestiones sobre hechos; un mundo
que por su propia naturaleza hacen completa- donde el éxito de una acción radica en el
mente impredecibles sus consecuencias, y que, aumento de poder, en el que la acción
por tanto, difícilmente se sujetan a un análisis adquiere un predominio sobre la natu-
de costes y beneficios. Así, por ejemplo, una raleza96; un mundo, en consecuencia, donde
empresa que se plantee invertir su dinero en la responsabilidad del individuo queda
un programa de investigación, ¿cómo puede reducida a una mera función técnica.
decidir desde un simple punto de vista utilita- En el ámbito de la acción empresarial, esto
rista llevar a cabo o no tal inversión? Sin significa que siendo la finalidad del empre-
embargo, la raíz de los problemas respecto a sario satisfacer las necesidades del mercado,
las consecuencias se sitúa en la propia iden- las consecuencias de su acción terminan una
tidad de la empresa. A la pregunta acerca de vez que la demanda del consumidor ha sido
observa que esa función de la empresa lleva éticamente injustificables han sido aceptadas
desde planteamientos utilitaristas (soborno,
60
consigo consecuencias no previstas ni dese-
ables. El deterioro del medio ambiente, la falta fraude, discriminación, etc.), también han sido
de seguridad en el trabajo o la mala calidad rechazadas desde planteamientos utilitaristas
del producto, así como el aumento de la publi- advirtiendo que el cálculo se había inte-
cidad o los efectos que puede ejercer la rrumpido antes de que entraran en juego
empresa sobre la personalidad de los indi- todos los efectos de esa acción.
viduos o sus relaciones sociales y familiares, Así, por ejemplo, aunque el soborno puede
son ejemplos de estas consecuencias. El hecho justificarse desde un análisis de costes y bene-
de que la empresa se sienta o no responsable ficios, si el cálculo se prolonga hasta considerar
de estas consecuencias no depende de un aná- las consecuencias nocivas que puede tener
lisis de costes y beneficios, sino de una decisión para la sociedad, se deducirá que dicha forma
previa acerca del concepto de responsabilidad de actuación es moralmente mala.
y acerca de la propia identidad empresarial. El análisis de costes y beneficios pretende,
En segundo lugar la previsión de conse- en definitiva, dar una solución matemática a
cuencias variará según la escala de tiempo que situaciones cuya naturaleza es imposible de
se adopte. Las decisiones a largo plazo suelen trasladar a términos cuantificables. Así lo ha
estar más sujetas a error que las que se toman señalado Koslowski:
a corto plazo; pero, por el contrario, quedarse “Las ciencias de la decisión (...) pretenden
en una valoración a corto plazo puede hacer proporcionar un dominio exacto de los pro-
que se tome una decisión que a largo plazo se cesos de la evaluación subjetiva, de la situación
demostraría como inmoral. Cuanto más se de las posibilidades y de la inseguridad acerca
requiere de resultados cuantitativos, en mayor del futuro, es decir, de fenómenos que por su
medida hay que atenerse al corto plazo, ya naturaleza no se pueden dominar matemáti-
que este marco de tiempo es más previsible y camente o cientificamente”97.
calculable. Sin embargo, muchos problemas La selección de las alternativas no se refiere
sociales requieren análisis a largo plazo. a una selección entre cursos de mundo y
sucesos reales, sino entre ideas de cursos del clusión de que sólo es moral aquella acción 51
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
mundo. No es una selección entre acciones - que produce la mayor cantidad de bienes.
perfectamente determinables y valorables-sino
60
McCloskey ha advertido cómo este best pos-
entre imaginaciones e ideas de acciones. De sible no sólo es difícil de alcanzar en la
esta forma se imagina ex ante una serie de práctica, sino que incluso es difícil de ser
mundos posibles cuya realización ex post juz- conocido100. Es, efectivamente, un exceso de
garán el sujeto mismo y los demás según el rigor pretender realizar siempre la solución
éxito, los motivos y valores que informan a la óptima. El error del utilitarismo está en pensar
actuación98. que el bien se identifica con el mejor posible.
Frente a la supuesta internalización de todas Esto no ocurre ni siquiera en el caso de Dios:
las consecuencias que exige el cálculo probabi- no podemos pensar que Dios haya creado el
lístico utilitarista, el resultado de la acción no mejor de los mundos posibles. Dios no está
siempre coincide con el esperado. La realidad sujeto a la idea de optimización; el hombre
supera continuamente los conocimientos de tampoco.
decisión. Por ello, paradójicamente, una No puede decirse que para un problema
decisión selectiva es eficiente si no sabemos moral haya una única solución, tal y como se
qué efecto tendrá en último término. La deduce del análisis utilitarista. El juicio moral
decisión no puede fundarse, entones, en una es distinto del juicio en el que sólo existe la
probabilidad externa, de análisis y valoración posibilidad de declarar al acusado culpable o
de las supuestas consecuencias externas, sino inocente.
también en una probabilidad interna, en una
especie de certidumbre provisional o certitudo Para un análisis de coste/beneficio sólo sería
moralis, en la libertad interna de decisión99. correcta aquella alternativa que supusiese un
mayor beneficio. Los resultados se establecen
c) Valor moral de la mejor alternativa. por simple aritmética. Sin lugar alguno para un
El principio utilitarista señala que para que juicio deliberativo. Por el contrario, la
una acción sea correcta, debe producir el situación de incertidumbre que provoca el des-
mayor bien para el mayor número de personas conocimiento acerca del futuro es la que impo-
afectadas por ella. De esta forma, una apli- sibilita el aumento máximo de los beneficios,
cación estricta del utilitarismo llevará a la con- tal como postula el utilitarismo. La actuación
incierta no permite la identificación o antici- está dispuesto a mucho. Por el contrario sólo 52
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
pación del resultado óptimo de una actuación actuará éticamente aquél que esté dispuesto a
para maximizar las ganancias o la utilidad, sino mucho, que esté dispuesto a hacer del modo
60
sólo la anticipación del reparto de probabili- más eficiente aquello que aparece como
dades de posibles resultados. bueno, pero no sea capaz de todo, porque sea
Desde el mismo utilitarismo se ha visto consciente de que no todo está permitido.
también la dificultad de alcanzar la solución
óptima. Por ello, una interpretación menos BIBLIOGRAFIA
estricta del principio de utilidad requiere sólo,
para que una acción sea moral, que tienda a AEPPLI, O., “Etica y Utilidad”, en Istmo, 142
producir mayor cantidad de bien que de mal. (sept.-oct. 1982), pp. 64-77.
También en economía se ha buscado una ALBERT, M., Un reto para Europa. Cómo
solución en la misma línea. En las condiciones acabar con el paro, Planeta, Barcelona 1984.
de competencia imperfecta el second best a
veces será una solución más eficiente que la ARCHIER, G. Y SERIM H., La Empresa del
solución óptima que se daría en unas condi- Tercer Tipo. Una nueva concepción de la
ciones ideales de competencia perfecta. Así ha empresa, Planeta, Barcelona 1985. BENTHAM,
quedado puesto de relieve también en el aná- J., (1789), An Introduction to the Principles of
lisis del dilema del prisionero. Las empresas Morals and Legislation, Basil Blackwell, Oxford
optarán siempre por una acción que reporte 1967.
menos utilidad, a menos que tengan seguridad BEAUCHAMP, T. L. AND BOWIE, N. E., Ethical
del modo en que actuará el resto. Así, la ética Theory and Business, Prentice-Hall, Inc.
utilitarista deviene, al fin y al cabo, una ética Englewood Cliffs, New Jersey, 1ª ed. 1979, 642
de mínimos, una ética de deberes y no una
p.; 2ª ed. revisada, 1983, 645 p.
ética de virtudes.
BOWIE, N., Business Ethics, Prentice-Hall,
En conclusión el utilitarista, parafraseando a
Englewood Cliffs, New Jersey 1982, 159 p.
Spaemann101, aparece, en un primer
momento, como aquel que es capaz de todo, CARR, A. Z., “Is Business Bluffing Ethical?”,
pero, al fin, resulta ser un individuo que no en Harvard Business Review 46 (1968) 143-153.
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CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12
“Empresa y Humanismo”. 60
Joan Fontrodona Felip es licenciado en
Filosofía y profesor-ayudante en la Facultad de En el presente cuaderno se recoge un
Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra. trabajo de investigación desarrollado en aquel
También es miembro del Departamento de Departamento.
38. Iacocca (1985), p. 268. 55. Koslowski (1988). pp. 43-56 passim. 60
39. Gilder (1986), p. 16. 56. Gilder (1986), pp. 94-5.
40. Gilder (1986), p. 345. 57. Inciarte (1980), pp. 407-8.
41. Aeppli (1982), p. 71. 58. Smart (1956); Urmson (1953), pp. 33-40;
McCIoskey (1957),
42. Velásquez (1988), p. 212.
59 Smart (1956), p. 346-7.
43. Koslowski (1988), p. 15.
60. Sidgwick (1962), libro IV, cap, 3-5.
44. Galbraith (1958). cap. 10 y 11.
61. Smart (1956), P. 344.
45. Bowie (1982), p. 81; De George (1986),
pp. 138-139. 62. McCloskey (1957), p. 484; Hare (1982),
pp. 32-33.
46. Henry (1979), p. 469, Tuleja (1987), p.
120. 63. Velásquez (1988). pp. 213-216; Hoffman
and Moore (1984), pp. 486-492.
47. Albert (1984), p. 256; Gilger (1986), p.
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344.
65. Bowie (1982), pp. 61-3, Carson (1982),
48. Iacocca (1985, p. 217.
pp. 13-22.
49. Archier y Serjeyx (1985), p. 29. 66. Spaemann (1980), p. 313
50. McGregor (1960). 67. Llano y Fonseca (1983), pp. 32-3.
51. Pérez López (1982), p. 20. 68. Llano (1982), p. 24.
52. Conferencia pronunciada en la American 69. Gilder (1986), pp. 64-66.
Economic Association, publicada como Anexo
en la edición francesa de Schumpeter (1972), 70. Finnis (1983), pp. 89-90.
pp. 400-414. 71. Smart (1978), cap. III passim.
53. Inciarte (1980), p. 406. 72. Pinckaers (1982), pp. 200-2, 204-207.
73. Rawls (1979), p. 306; Luce (1957), cap. V; 87. Gilder (1986), p. 105. Archier y Sefleyx 60
CUADERNOS EMPRESA Y HUMANISMO Nº 12