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PRIMER SEMESTRE
Licenciatura en Derecho
GUILLERMO FLORIS MARGADANT S.
DOCTOR EN DTRECEO
c¡¡eDRÁnco DE DEREcEo RoMANo EN r.A uN¡rERsrDAD NAC¡oNAL euróNou¡ p¡ uÉ¡co
EL DERECHO
PRIVADO ROMANO
COMO INTRODUCCION A LA CULTURA
JURIDICA CONTEMPORANEA
Pnn¡nu PARTE
- (DeI Según algunos autores, estos ligures fueron el resto de una invasión aria ante-
rior Michelis). Ge-neralmente, empero, se consideran parte de la población medite-
rránea residente en dicha zona, antes de las invasiones (Bfuio y otrosi.
. -2 De laque amplia literatura al respecto, la obra gue qrrizá rñás fácímente encuentre
e].alumno se-^ir,-rteresa.por esle_ásunto, es el $igestiio librito dá tnt. pel"orri*o,
The Etruscam, edición Pel{can, .1g.56, auli-ue no toáos están de con las opii
niones del autor sobre el origen italiairo de ios etrrscos. """".¿o
a rt?!ia, con suelo fértil, su.cost¿ insuficientemente
_su -pero desarrollada, impulsaba
a sus pobladores hacia !a agricuftyra;- Grecia, -con su suelo pobrq ñ;-;; abund¿ncia
buenos puertos, estaba..fredestinaáa para'la navegación'y ;i'ó;;..i". De ahí la
{9-
(Irlerrencra entre la mentaridad
-campesina del rom_ano, con iu tradicionalismo, su pa_
v el carácter'cosmopolita dtiEi"sq-.;; progresis;o
i'",liftrt""lstinación, ';-¿;;;i;,
HISTORIA DEL DERECHO ROMANO 19
ba, pues, de una especie de vasallaje (la palabra cliens signilic4 proba-
blemente, "el que escucha", "el que debe obedecer").
Cada familia tenia su propia religión doméstica, cuyos dioses san lc
antepasados. Así se convertía la familia en la unión de un grupo de muer-
tos yotro grupo de vivos. Aquéllos mandaban presagios a éstosn Ic
y dedicaban buenos pensamientos a los primeros.
cuales ofrecían sacrificios
El eslabón entre los muertos y los vivos de la familia es el paterfamilins
en su función de sacerdote doméstico.
Las familias formaban gentes basándose en supuestos orígenes comunes
y aduciendo no pocas v.eces su descendencia de algún dios o héroe. Dichas
gentes poseían, respecto de la organizaciín de Roma, un alto grado de
independencia. Por su cuenta podían incluso declarar la guerra a los ene-
migos de Roma (Livio, II.50). Practicaban una religión propia, se gober-
naban por su propra organización (es decir, bajo un magister, gentís),
tenían sus fiestas propias, un patrimonio independiente (para financiar
sus diversiones y ayudar a miembros caídos en desgracia) y, posiblemente,
sus propias nonnas de derecho privado, hasta el punto de que en tiempos
históricos encontramos leves diferencias entre gentes dive¡sas con relación
a algunas materias de ese derecho. Además, ejercían funciones de vigilan-
cia moral, con objeto de suavizar el enorme poder que el paterfamilias
tenía sobre los miembros de su domus.
Por su interés político, hemos de referirnos todavía a la religión, no de
cada domus o cada gens, sino de la ciudad. Es politeísta, llena de forma-
lismos y cargada de trucos y astucias o actos ficticios que, aplicados con
moderaciónr pueden ser de cierta utilidad en el campo jurídico (como
veremos, al hablar dela intnpretatio), pero que nos parecen de muy mal
gusto en materia religiosa. Así, para citar un ejemplo extremo, se podía
bautizar un cordero con el nombre de "vaca" y sacrificarlo luego, en
caso de deber una vaca a los dioses como remuneración converrida por
servicios que éstos hubieran prestado.
Si la dedrocracia moderna ha sido calificada de "plebiscito diario"
entre los vivos, el Estado romano era una p€rpetua alianza entre los vivos
y las fuerzas sobrenaturales. Bsta circunstancia üo gran poder político a
los sacerdotes, desde luego. Cicerón pregunta cómo dos augures pueden
encontrarse en la calle sin sonreir.. .1'
Una especial tarea de los sacerdotes, importante para nosotros, consis-
tía en la elaboración y conservación de las fórmulas procesales, y en dar
consultas a los litigantes. Más tarde explicaremos tales funciones.
El terreno más exclusivo de los sacerdotes, empero, no es el e'as, sino el
fas, o sear la conducta no impedida por tabúes reügiosos. Lo nefas queda
bajo control de los sacerdotes cuando el izs se les escapa por la "laiciza-
ción" (o secularización) del derecho. Poco a poco, el censor e:rtiende su
12 Los augures eran sacerdotes que desempeñaban la misión especial de inquirir
l,a voluntad de los dioses, analizando el vuelo de los pájaros,
2+ DEREcHo pRrvADo RoMANo
LA ROMA MONARQUICA
aconseJan
Senado
(100-300 jefes de (sacerdote, juez,
las gentes) jefe militar¡
21 Frer.¡z Wre.rcrrn, Vom róm. Staat als Rechtsordnung, Friburgo, 1949, pfu. 26.
30 DERECHO PRryADO ROMANO
votos". Desde entonces, quienes daban dinero para que otros votasen en
determinado sentido no podían comprobar si el votante había cumplido
su Promesa.
Ya en tiempos de las XII Tablas, encontramos una tercera forma de
repartir a los ciudadanos en grupos electorales: los comicios por tribus,
es decir, por divisiones territoriales según el domicilio de cada pünfa-
milias. Este tercer procedimiento de estructurar la asamblea popular se
utiliza, inicialmente, para la elección de los funcionarios religiosós, quienes
por sus métodos de interpretar los signos, etc., tenían una enorrne influen-
cia en la designación de los magistrados y otros asuntos políticos. Desde
fines del cuarto siglo a. C., los comicios por tribus sustituyen en gran
parte a los comicios por centurias, por lo que se refiere a la labor legis-
lativa.
¿Hasta qué grado correspondía la Roma repubücana al ideal demo-
crático?
Si hubo democracia, debemos buscarla en los comicios. Ahora bien,
en los comicios por curias, los "clientes" tenían la obligación de votar
con sus patronos. Por eso predominaban allí los patresfatnihi.as má,s impor-
tantes, que habían atraído un mayor número de "clientes". En los comi-
cios por centurias, no encontramos un ambiente mifu democrático. Los
caballeros y la clase más rica reunían la mayor parte de las ciento noventa
y tres centurias. Finalmente, tampoco son democráticos en sentido estricto
los comicios por tribus, ya que Roma, con sus numerosos proletarios, no
disponía más que de cuatro tribus, mientras qu'e el camPo romano se dis-
tribuía las otras treinta y una. Por tanto, los pocos hacendados ricos que
podían- viaja"r a Roma para asistir a las asambleas, tenían más influencia
individual que los proletarios de la ciudad.
Notemos que la grandeza de Roma no debía nada a la democracia
en el sentido que actualmente se da al vocablo. No niego que esta forma
política puede tener sus méritos, pero tampoco debemos alegar la historia
republicana de Roma como demostración práctica de la superioridad de
la idea democráüca. Sin embargo, la constitución republicana tenía sus
controles y contrapesos, sus "checks a¡rd balances", como son: el veto,
la intercessio, la necesidad de colaboración entre magistrados, comicioS y
senado para la legislación, la censura, la opinión pública, el radicionalis-
mo arraigado, la prouocatio ad populum y el principio de que muchas
funciones eran ánuales, colegiadas y basadas en elección popular.
LA REPUBLICA ROMANA
SENADO
aco¡¡seJa
MACISTRATURA
coD¡ICIOS
SENADO M PERADO
Amici Ca¿sa¡ü
EL BAJO IMPERIO
EMP ERADON,
Senados
de Roma y de
Constantinopla
4 Prefectc
t4 Vicarios
ll7 P¡usídcs P¡oaincia¡um
. En aqrrella época, para poder disfruta¡ de una vida llevadera (un ,,refu-
gio de tabiques refractarios, en el infierno"), había que ser alto'mütar o
burócrata importante; no basaba ya con ser rico. Lf defensa que oto{ga-
ban muchos terratenientes poderosm a sus colonos en contra de lc abus6
de los funcionarios imperiales estimulaba el nacimiento de un ambiente en
el cual podemos vislumbrar el futuro fsudalismo medier"al. Podría decine
que *la g¡incip{ fuerza social que quedaba, era, simplemente, d poder del
Bs1ad9 dictatorial;- su arrna era la poücía secreta; á principat iactor de
cohesión social era la omnipresente so-mbra del verdugo. En taies circunstan-
cias, una sociedad necesita sólo un leve golpe o<terño, para convertirse en
materia prima pasiva _que, luego, nqevÍu¡ fuerzas sociales, empujadas por
hombres procedentes de fuera, transformarán en sociedades jóveires. póco
se necesita entonces para que miembros de sociedades caducas se convier-
tan en súbditos de o<tranjeros que todavía son capaces de sentir ideales,
que disponen de alegría vital y (ue se sirven del pitrimonio heredado dé
sociedades muertas para configural otras nuevas''.tdToda caída viene desde
lp_
fr"4gl. "Lo que nos traiciona es siempre una propia falsedad interna,,
(Merediü).
3? Oswe¡.o S*Ncr,rn, Ld dec¿dencia de Occidcnte, trad. española, Madrid 1943;
ü. É5.
18 Véase mi libro El dc¡echo lomano, como afición,
Xalapa, 1959, pág. lOO.
42 DERECHO PRTVADO ROMANO
10 Citado por F. Wre,rcxza, Vom ¡6m. Staat als Rechtsordnzzg, Friburgo, 1949"
44 DEREcHo pRrvArx) RoMANo