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Administración Judicial de Bienes

1. EI artículo nos ubica bajo tres supuestos para solicitar la administración judicíal de
bienes: falta de padres, tutor o curador; en caso de ausencia y ante la copropiedad. En
el caso de los padres, estos tienen el deber de administrar los bienes de sus hijos, tal
como lo cita el inciso 7 del artículo 423 del CC, sin embargo, ante la ausencia de estos,
procede la administración judicial de los bienes de sus hijos.

Otro supuesto que se contempla es la administración de los bienes de los hijos

en caso de nuevo matrimonio (ver el artículo 433 del CC). Aquí, el Consejo de Familia
decide si conviene o no que siga con la administración de los bienes de sus hijos del
matrimonio anterior y nombra un curador si fuere el caso.

A falta de padres, tutor o curador trae consigo la designación de administrador judicial


de bienes, debido a que al no exístir dichas personas, los bienes se encontrarían sin
una administración determinada, lo que es perjudicial para el menor o incapaz.

2. La declaración judicial de ausencia de una persona trae consigo la orden de dar en


posesión temporal de los bienes del ausente a quienes serían sus herederos forzosos
al tiempo de dictarla. Ante tal situación, el artículo 54 del CC señala que "a solicitud de
cualquiera que haya obtenido la posesión temporal de los bienes del ausenle, se
procede a la designación de administrador judicial".

En los casos de indivisión, cuando existen varios herederos, haya o no testamento, es


necesario tomar medidas para la conservación y administración de los bienes hasta el
momento de la partición. Como señala el artículo 851 del CC, "mientras la herencia
permanezca indivisa será administrada por el albacea o por el apoderado común
nombrado por todos los herederos o por un administrador judicial".

La designación de administrador, que en principio corresponde a los herederos, Solo


puede hacerse después de la declaración intestada, porque antes no Se sabe quiénes
son los herederos y solo puede tomarse medidas conservatorias, mas por la naturaleza
de los bienes, puede ser urgente la designación de un administrador, en cuyo caso se
ha reconocido al juez la facultad de anticipar su designación, designándolo con carácter
provisorio, cesando en sus funciones cuando se designe el definitivo. Véase el caso
regulado en el artículo 678 del CPC que dice "en los procesos sobre nombramiento y
remoción de administradores de bienes, procede la ejecución anticipada de la futura
decisión final a efecto de evitar un perjuicio irreparable". Palacio(306) al respecto dice
"desde la apertura del

proceso es admisible, a título de medida cautelar, la designación de un administrador


provisional, y que una vez dictada la declaración de herederos o declarado válido
eltestamento, quienes ya han acreditado su llamamiento a la herencia tienen la facultad
de nombrar un administrador definitivo, aunque el primero puede ser ratificado y
adquirir, por ende, esta última calidad".

3. En el caso de copropiedad, ella responde a una forma de comunidad de bienes en la


que el derecho de propiedad que sobre una cosa y sobre cada una de sus partes
tienen dos o más personas conjuntamente. La titularidad conjunta recae sobre un
mismo e idéntico derecho, pero la unidad del objeto hace que no se puedan dividir en
partes individualizadas, de las cuales pueda decirse que le corresponda a cada titular
un determinado derecho de dominio.

La copropiedad, al pertpnecer por cuotas ideales un bien a dos o más personas, y, por
tanto, ninguna de ellas tiene la posibilidad de conducirlo individualmente, sino en forma
conjunta y coordinada. De allí que fluya como una necesidad natural, la idea de la
existencia de un administrador. En el caso de la administración judicial del bien común
señalada en el artículo 972 del CC, se rige plenamente por lo establecido en el
presente cuerpo normativo.

Aquí la gestión indirecta es realizada por un tercero, designado por un juez dentro de
un procedimiento ordenado para dicho fin y legitimado para actuar sobre dichos bienes
comunes, a efecto de satisfacer el interés de los copropietarios en la conservación y
explotación de los mismos, sin embargo, debemos precisar que se puede presentar la
administración convencional, judicial y la ejercida de ipso por cualquiera de los
copropietarios.

El derogado Código de Procedimientos Civiles de 1912, regulaba en los procedimientos


no contenciosos la "administración de bienes comunes", lo que ahora se ha venido en
llamar "administración judicial de bienes". El artículo 1195 del Código derogado tenía el
siguiente texto: 'Todo el que tiene derecho a bienes comunes puede solicitar la
administración judicial de ellos".

4. En el caso de las sociedades, cualquiera sea su forma, no es posible que un socio


bajo el argumento de la supuesta "copropiedad de los bienes sociales", solicite la
designación de un administrador judicial de bienes comunes, pues los bienes sociales
no Son bienes comunes, sino bienes de la sociedad, sobre los cuales el socio no tiene
ningún derecho directo'

Como señala Ariano(3o7), el nombramiento de administrador judicial ex artículo 76g del


CPC es incompatible con la existencia de los órganos de administración de
determinada sociedad, pues tales órganos no "administran" los bienes sino que los
"organizan" para el logro del objetivo social. Los órganos de administración
"administran" la sociedad y la coexistencia de un "administrador judicial de los

bienes" impediría realizar cabalmente sus actos de gestión. Por tanto, "un socio no
puede solicitar, bajo los alcances de la norma en comentario, la designación de
administrador judicial de bienes sociales, por no ser copropietario de los bienes de la
sociedad. Los bienes de la sociedad están destinados a la realización de la actividad
económica que constituye el objeto social, para lo cualson organizados por los órganos
de administración de la sociedad, los que solo pueden ser nombrados o removidos
conforme a las reglas de la Ley General de sociedadss"(308).

Art 770

La administración judicial es un mecanismo previsto por nuestro ordenamiento jurídico


para la protección a los derechos patrimoniales de los incapaces, sin tutor ni curador,
en casos de ausencia y de copropiedad. El administrador actúa bajo el mandato judicial
y su función es la de administrar determinados bienes ajenos; pese a la falta de
regulación, sería recomendable designar a un profesional con título universitario y con
habilidad reconocida para la gestión de patrimonios.
La administración judicial se configura como un mandato expreso de la autoridad
judicial, caracterizándose por su contenido específico, su eminente temporalidad y las
particularidades del ejercicio del cargo, que regulan los artículos 773 y 774 del CPC.

Como refiere el artículo 769, concurren diversas f uentes para justificar la


administración judicial de bienes, de ahí que sea necesario al solicitar la administración
precisar si esta responde al estado de copropiedad que se invoca o por testamentaria(
30e).

El artículo en comentario no solo se limita a señalar que el objeto de este proceso es


nombrar administrador judicial sino que requiere además se precise los bienes que va a
administrar. Sobre el particular, concurren dos probabilidades: que exista consenso o
desacuerdo en los bienes a administrar.

trasladando al proceso de inventario (ver el artículo 753 del CPC) la discusión

sob¡'e los bienes que serán objeto de administración, sea por que la ley lo p:'escriba

(como el caso del usufructuario, quien antes de entrar en posesión del bien

debe hacer el inventario y tasación de los bienes muebles,.como señala el ar1ículo


1006 del CC) o por que se sustente su necesidad. En presencia del juez, se realiza una
relación ordenada de los bienes que pertenecen o pertenecieron a una persona, o de
las cosas o efectos que se encuentran en el lugar. La constatación de la existencia de
los bienes, así como el estado en que estos se encuentran en el momento que se
impone su inventario, no puede ser más beneficiosa, toda vez que gracias a aquella no
puede tergiversarse la realidad constatada.

En la casuística nacional aparece el siguiente pronunciamiento(310)' "no obstante que


el documento de facción de inventarios no precisa la denominación del cargo que se le
otorga a los demandados, se puede colegir que dada la naturaleza de los bienes
entregados y la aceptación de los mismos, el cargo que ostentan los demandados es
de administradores judiciales. Ello porque cuando la naturaleza del bien lo exija, el
depositario tiene la obligación de administrarlo.

El artículo 1859 del del CC es de aplicación supletoria".

Art 771
La administración judicial es un medio de protección a los derechos patrimoniales de
los incapaces, sin tutor ni curador, en casos de ausencia y de copropiedad.

La solicitud para designar administrador judicial puede operar por mandato legal o
judicial. En el primer supuesto, la ley autoriza la petición. Véase el caso del ausente
que regula el artículo 54 del cc: "a solicitud de cualquiera que haya obtenido la
posesión temporal de los bienes delausente, se procede a la designación de
administración judicial".

A diferencia del legal, la solicitud judicial opera cuando a criterio deljuez, considere que
el solicitante tenga interés sustancial para pedirlo. Véase el caso del supuesto heredero
de una masa indivisa, donde se asume el estado de indivisión de los bienes sucesorios
y la concurrencia de varios herederos. Exista o no testamento, es necesario tomar
medidas para la conservación y administración de los bienes hasta el momento de la
parlición, por ello se faculta a quienes tengan interés sustancial en ello, pedir al juez el
nombramiento de un administrador ¡uOicial, ya que ninguno de los herederos tiene el
poder de administrar los intereses de la sucesión. como señala palaciopll) "hasta que la
comunidad se desintegre por partición o venta resulta necesario concentrar en una sola
persona (o excÁpcionalmente en varias) el cumplimiento de actos indispensables
tend¡entes a conservar los bienes relictos y a asegurar la continuidad de las actividades
o negocios del causante".

Elartículo 772 del cPC regula el procedimiento para el nombramiento del administrador
judicial, a diferencia delartículo 771 del CPC que hace referencia a la so!¡citud para el
nombramiento. Esta designación, que en principio corresponde a los herederos, solo
puede hacerse después de la declaratoria, porque antes no se sabe quiénes son los
herederos y solo pueden tomarse medidas conservatorias o cautelares.

Por la naturaleza de los bienes puede ser urgente la designación de un administrador,


en cuyo caso se ha reconocido en el artículo 678 del CPC, la facultad de designarlo
con carácter provisorio. También se puede recurrir a las medidas genéricas (artículo
629 del CPC) como la facción de inventarios, el pedido de informes tendiente a
determinar la pañicipación que pudiere corresponder al causante en una sociedad, o en
la designación de peritos contadores para investigar el patrimonio real de aquel a la
época del deceso y su evolución posterior y en el libramiento de una mandamiento de
constatación de un inmueble denunciado como integrante del acervo sucesorio a fin de
dilucidar su situación jurídica. Palacio(gr¿), comentando esta facultad señala "desde la
apertura del proceso es admisible, a título de medida cautelar, la designación de un
administrador provisional y que una vez dictada la declaratoria de herederos o
declarado válido el testamento quienes ya han acreditado su llamamiento a la herencia
tienen la facultad de nombrar un administrador definitivo, aunque el primero puede ser
ratificado y adquirir, por ende, esta última calidad".

Art 772

1. La designación del administrador de la sucesión se explica por la necesidad de


concentrar en una sola persona la realización y la responsabilidad de los actos
indispensables para el manejo de los bienes, conservatorios de los derechos.e
intereses de la comunidad, quedando excluidos los que excedan la conservación, la
mera administración y los de disposición.

En caso de mediar unanimidad de los herederos con respecto a ta persona que debe
administrar los bienes, eljuez procederá a designarla, al margen de que se trate de un
heredero o de un extraño. Apréciese de la redacción de la norma que solo se faculta al
juez a resolver las diferencias que se susciten entre aquellos, pero no para sustituir la
voluntad unánime de los sucesores. El artículo expresamente señala si "existe acuerdo
unánime respecto de la persona que debe administrarlos, el nombramiento se sujetará
a lo acordado". propuesto el administrador en forma unánime resulta ya innecesaria la
fijación de la audiencia de actuación y declaración judicial, prevista en el artículo 754
del CpC.

Véase que la unanimidad se contabiliza de la concurrencia de los representantes de las


cuotas sobre elvalor de los bienes. "Si concurren quienes representen más de la mitad
de las cuotas en el valor de los bienes y existe acuerdo unánime respecto de la
persona que debe admin¡strarlos, el nombramiento se sujetará a lo

acordado".

2. En caso de no mediar unanimidad, el adículo en comentario señala de preferencia


para ser designado administrador al cónyuge supérstite, regla que, tiene fundamento
según Palacio(313) "en el hecho que aquel concurre no solo como heredero sino
también en calidad de socio de la sociedad conyugal en trance de disolverse". La
norma también faculta nombrar -de manera excluyent+- al presunto heredero,
prefiriéndose el más próximo al más remoto, y en igualdad de grado, al de mayor edad.

El nombramiento de administrador judicial no solo gira en designar al cónyuge


sobreviviente o al presunto heredero sino que además debe considerar si estos reúnen
las condiciones para el buen desempeño del cargo; por citar, si el cónyuge se
encuentra sujeto a interdicción, carece de aptitudes físicas indispensables a raízde su
avanzada edad, o de una falta mínima de condiciones técnicas o por cualquier otra
causa, debidamente comprobada, que por su gravedad haga inconveniente la
designación.

3. Hay algunas opiniones que consideran que no tienen condiciones para el buen
desempeño del cargo, si el cónyuge se halla divorciado por sentencia que lo declaró
culpable, sustrajo bienes del acervo hereditario, se halla enemistado con los restantes
herederos y se producen enfrentamientos que se traducen en disidencias
perturbadoras con los demás interesados o los bienes propios del causante superan
sensiblemente a los gananciales y el cónyuge supérstite no tuvo injerencia en la
administración; por el contrario, opinan algunos autores que no configuran motivos para
cuestionar las condiciones para desempeñar el cargo, si existe sentencia de divorcio
declarado por culpa exclusiva del causante, o se alega sin que haya mediado
declaración judicial, que la cónyuge supérstite vivió por su culpa separada de hecho de
aquel, o inició la sucesión escasos días después de la muerte de su marido, o se
encuentra pendiente de liquidación una anterior sociedad conyugal del causante, etc.

4. La norma citada prevé la posibilidad de que eljuez designe a una tercera persona
cuando se invocan motivos atendibles que no aconsejan la designación propuesta;
criterio que también es extensivo a los casos de renuncia. La designación de un
tercero, extraño a la sucesión, es una alternativa saludable no solo frente a la falta de
idoneidad para el desempeño del cargo sino a casos de notoria enemistad entre los
interesados exteriorizada a través de incidentes y dilaciones que han entorpecido
seriamente el normal desarrollo del procedimiento o la existencia de intereses
cbntradictorios entre los herederos,

Si son varios los bienes y el .iuez lo aprueba a pedído de interesado, puede nombrarse
a dos o más administradores. Esta circunstancia es importante para una mejor
administración, cuando se trata de bienes dispersos y distantes geográficamente y de
actividades de producción diversas.

Art 773

1 . Para Arata(3l4), un administrador, cualquiera sea el origen de su designación, debe


estar premunido de un conjunto de herramientas jurídicas que le permitan llevar
adelante la conseruación y explotación de los bienes que han sido puestos bajo su
cuidado, en interés de los copropietarios. Esas herranlientas le permiten actuar y a su
vez, son el sustento para que los interesados puedan exigirle al administrador el
realizar una gestión satisfactoria. Esto lleva a sostener que "a mayor número de
herramientas otorgadas, mayores resultados esperados y, por consiguiente, mayor
responsabilidad para quien las ostenta".

Esas herramientas son conocidas en el Derecho como atribuciones y que Arata( 31s)
las distingue del concepto derecho y obligación y que a continuación citamos:

"Una atribución es tanto un poder para decidir qué hacer, de forma discrecional y según
las circunslancias que se presenten, como un deber de ejercer, oportuna y
adecuadamente, esos poderes en orden a la obtención de las finalidades para las
cuales se ha conferido al sujeto un determinado estatus jurídico.

No es un derecho porque el sujeto no podría decidir no ejercer las facultades


conferidas, sin incurrir en responsabilidad, pero tampoco es estrictamente un deber,
porque no hay un titular que pueda exigirle cumplir ciertas conductas que la apreciación
de quien tiene la atribución no le aconseje realizar. Cíertamente, por la responsabilidad
que se tiene en orden a cumplir, a través de las atribuciones, una determinada
finalidad, se está más cerca de un deber o una obligación pero no podemos admitir una
confusión entre ambos términos. A manera de ejemplo de los conceptos enunciados
podemos decir que una cosa es que el administrador pueda exigir que se le abone una
retribución por sus servicios (derecho), otra que pueda decidir el momento y lugar más
oportuno para vender las mercaderías producidas (atribución) y, finalmente, que cada
fin de mes deba presentar su correspondiente rendición de cuentas (obligación)".

2. Como ya se ha señalado, la administración judicial debe estar orientada a realizar


actos conservatorios y de explotación de los bienes administrados, de modo que ha de
limitar su esfera de acción legítima al ámbito de ejecutar actos necesarios para la
conservación de los bienes, dentro de un estricto concepto de utilidad.

Las atribuciones del administrador judicial de bienes t¡enen diversas fuentes: la legal, la
convencional y la judicial. La legal tiene como referente al Código Civil, según el caso;
la convencional es efectuada por los interesados con capacidad de ejercicio y con la
aprobación deljuez; y, finalmente, a falta de acuerdo sobre las atribuciones, se recurre
a la designación judicial para tal fin.

En el caso de la ausencia civil, el artículo 55 del CC regula una serie de derechos

y obligaciones aplicables a ella, como la de percibir los frutos, pagar las deudas
delausente, atender los gastos correspondientes al patrimonio que administra, ejercer
la representación judícial del ausente (sin que ello comprenda actos de disposición),
rendir cuenta de su administración, entre otros.

Las atribuciones del administrador judicial por acuerdo de los interesados, deben
provenir de aquellos que tengan capacidad de ejercicio. Dicho acuerdo pasa por el
control deljuez para la aprobación o desaprobación respectiva. Si bien el administrador
se orienta a realizar actos conservatorios de los bienes administrados, mas no a
realizar actos de disposición, hay opiniones que aceptan dicha disposición como parte
de los actos de administración. Véase el caso de la venta de mercaderías y la
adquisición de las indispensables para reponer las que falten, cuando se trata de
continuar el giro del negocio; o en caso de la compra y venta de haciendas si se
encuentra en juego la continuación de una explotación ganadera.

Las facultades de administración deben permitir retener fondos o disponer de ellos con
el objeto de pagar los gastos normales de la administración, entendidos estos como los
que se invierten, habitualmente en los bienes que son objeto de la administración (pago
de sueldos, impuestos y la realización de reparaciones necesarias o urgentes).

El administrador no podrá arrendar inmuebles sin el consent¡mlento de todos los


herederos o por resolución judicial en caso de disconformidad entre ellos, con la
observancia de que el arrendamiento no obligará a los herederos después de la
parlición. Se dice que es un criterio plausibie, en tanto se halla orientado a eviiar
perjuicios a los herederos disidentes que pueden resultar adjudicatarios del bien dado
en locación.
En el caso de pretensiones relacionadas con la conservación de los bienes, que
involucran cuestiones atinentes a la administración normal, no cabe objetar la
personería del administrador, como en el caso de las demandas de desalojo, cobro de
alquileres, interdictos para recuperar la posesión, etc.

Art 774

Una de las principales obligaciones que tiene el administrador judicial es la rendición de


cuentas y la información de su gestión, siempre que se le exija. El plazo para la
rendición no es uniforme porque puede ser establecido por los interesados con
capacidad de ejercicio, por mandato legal y al cesar el cargo, como el caso del tutor,
quien está obligado a administrar los bienes del menor con la diligencia ordinaria y
como señala el artículo 540 del CC, está obligado a dar cuenta de su administración
anualmente o al acabar la tutela o cesar en el cargo.

A pesar de que el Código no lo precise, la rendición de cuentas puede ser solicitada por
cualquier inleresado en la sucesión. Eljuez también puede establecer la obligación de
rendir cuentas por períodos determinados.

Agotado el plazo fijado para la presentación, será pasible de las sanciones pecuniarias
sin perjuicio de amparar la posible remoción, siempre y cuando se acredite haber
operado la intimación judicial para la rendición cuentas.

Algunas opiniones sostienen que la rendición debe hacerse en forma de planilla, con
sus respectivos comprobantes, bajo apercibimiento de declararse a su cargo las
partidas no justificadas.

Ante la ausencia de un procedimiento especial para la rendición de cuentas,


consideramos aplicable las disposiciones generales del procedimiento no contencioso.
Si bien el presente artículo establece la presentación del informe dentro del plazo
fijado, una vez entregado el informe o agotado el plazo y no satisfecha la rendición,
debe continuar su tramitación bajo las disposiciones generales del artículo 754 del
CPC. En caso de formular contradicción a la rendición de cuentas, el juez oirá a las
partes en la audiencia de ley y procederá en la forma que establece el artículo 754 del
CPC. Declarada fundada la contradicción el proceso quedará suspendido, como refiere
el ar1ículo 756 del CPC, continuando su ciiscusión a través de un proceso contencioso,
si fuere el caso.

Otra alternativa en cuanto al procedimiento que podría asumirse es poner a


conocimiento de los interesados, por determinado plazo, la rendición de cuentas.

Si no fueren observadas, eljuez las aprobará. Si mediare observaciones se


sustanciarán como incidentes. En el caso de la declaración de ausencia, el artículo 55
del CC, regula los derechos y obligaciones del administrador judicial, destacando la
rendición de cuentas, el pago de las deudas del ausente y los gastos del patrimonio
que administra, entre otros.

En el caso de la herencia indivisa, esta puede ser administrada por un administrador


judicial (ver el artículo 85'l del CC). La rendición de cuentas del administrador se realiza
aplicando supletoriamente las reglas contenidas en el artículo 794 del CC. Señala dicho
artículo que el informe y las cuentas correspondientes sean por escrito, con los
documentos del caso u otro medio probatorio, dentro de los sesenta días de terminado
el cargo. Las cuentas no requieren la observancia de formalidad especial en cuanto a
su contenido, siempre que figure una relación ordenada de ingresos y gastos.

Este deber también se cumplirá durante el ejercicio del cargo, con frecuencia no inferior
a seis meses, cuando lo ordene el juez civil, a pedido de cualquier sucesor. El informe y
las cuentas se entienden aprobados si dentro del plazo de caducidad de sesenta días
de presentados no se solicita judicialmente su desaprobación, en un proceso de
conocimiento.

Art 775

A diferencia del artículo 774 del CPC, que regula las obligaciones del administrador, el
presente artículo está referido a las prohibiciones para el administrador, las que pueden
tener una fuente legal o judicial.

En la administración de bienes de menores por los tutores, el añículo 538 del CC cita
cuatro supuestos de prohibición, cuando ejercen la administración de los bienes del
menor: Comprar o tomar en arrendamiento los bienes del menor; adquirir cualquier
derecho o acción contra el menor; disponer de los bienes del menor a título gratuito;
arrendar por más de tres años los bienes del menor.
El inciso 8 del artículo 1366 del CC, recoge la prohibición del administrador de bienes
ajenos, adquirir derechos reales por contrato, legado o subasta pública, respecto de
bienes que, por ley o acto de autoridad pública administre. También está prohibido
tomar en arrendamiento los bienes que administra, tal como refiere el inciso 2 artículo
1668 del CC.

En opinión de Arata $6lis(st0), el administrador judicial de bienes comunes se


encuentra prohibido de practicar, en ejercicio de sus atribuciones, cualquier acto que
suponqa un conflicto entre los intereses de los copropietarios cuyos bienes administra y
sus propios intereses. Esta regla general según el autor se deduce de las reglas de la
anulabilidad del acto juríd¡co celebrado por el representante consigo mismo.

Las prohibiciones pueden ser también impuestas por mandato judicial, en atención a
las circunstancias del caso.

Art 776

1. La actividad del administrador judicial debe estar orientada a la conservación y


administración de estos. Cualquier acto de liberalidad debe ser autorizado previamente
por el juez.

Estas autorizaciones aparecen expresamente requeridas en el Código Civil (véase el


caso de la ausencia regulado en el artículo 56 del CC que dice: "en caso de necesidad
o utilidad y previa autorización judicial, el administrador puede enajenar o gravar bienes
del ausente en la medida de lo indispensable"), sin embargo, pueden concurrir
circunstancias que sin estar reguladas en el Código necesiten autorización, como los
bienes de una herencia indivisa que se encuentren en estado de destruirse o sean de
difícil conseruación.

El administrador puede ser facultado para retener fondos o disponer de ellos con el
objeto de pagar los gastos normales de la administración como el pago de sueldos e
impuestos (ver el inciso 2 del artículo 55 del CC); cuando se trata de gastos
extraordinarios, corresponde sean autorizados por eljuez, previo traslado a los
herederos, sin embargo, hay opiniones que se ubican en el supuesto que la demora
pueda ocasionar perjuicios, en cuyo caso se sostiene que el administrador debe
informar al juzgado dentro del tercer día de realizados.

2. Como el adminlstrador no puede arrendar inmuebles sin el consentimiento de todos


los herederos, recurre a ellos; en caso de que no exista conformidad entre ellos, se
recurre a la autorización judicial, la que podría concederse con la advertencia que dicho
arrendamiento no obligará a los herederos después de la partición. Algunos autores
califican de plausible la autorización, en tanto se haya orientado a evitar perjuicios a
los herederos disidentes que pueden resultar adjudicatarios del bien dado en locación.

La autorización va a ser posible su realización, oyendo previamente al Consejo de


Familia, si así lo dispusiera la ley. Cuando la guarda de la persona y de los bienes del
incapaz viene ejercida por los padres en virtud de la patria potestad no se requiere la
intervención fiscalizadora u orientadora de ningún otro organismo o autoridad, por
cuanto, nadie hay más interesado en la suerte del incapaz y en su felicidad que sus
propios padres, pero, cuando estamos ante incapaces que carecen de padres
expeditos, se debe recurrir al Consejo de Familia, como un organismo consultivo
integrado por miembros de la propia familia del incapaz. La acción del menor para
anular los actos celebrados por el tutor sin las formalidades legales prescribe a los dos
años (ver el artículo 537 del CC).

Art 777

1. El artículo en comentario acoge dos supuestos, la renuncia y la remoción, orientados


a separar de la administración judicial a la persona designada para ello.

La renuncia implica el ejercicio de disposición voluntaria y unilateral que hace el


administrador de continuar ejerciendo su función. Si bíen puede renunciar en cualquier
momento a su función, a efectos de no dejar a la deriva la conducción de los bienes,
solo produce efecto su renuncia, desde que es notificada su aceptación por el juez, en
atención a que su designación fue por mandato judicial.

Adviértase que producida la aceptación, eljuez no designará automáticamente su


sucesor, pues requiere para ello que el interesado solicite la nueva designación.
2. En el caso de la remoción del administrador este debe operar por causa justificada.
En la casuística aparecen las siguientes justificaciones para separar al administrador
cuando su actuación importare mal desempeño del cargo, como: haber dispuesto en
beneficio propio de los dineros encargados para la administración; haber perjudicado
los íntereses de la sucesión, aunque el daño no sea de consideración; la retención de
fondos para gastos no autorizados; la distribución de ingresos entre algunos herederos
sin la conformidad de los otros; la oposición entre sus intereses y los de la sucesión; la
falia o demora en la rendición de cuentas o de contestación a los pedidos de informes
(ver el artículo 774 del CPC); y en general a cualquier circunstancia sobrevenida que
sea contraria a su designación.

Para la remoción se debe seguir el procedimiento establecido para su nombramiento,


regulado en el artículo 772 del CPC. Así, si concurren quienes represente más de la
mitad de las cuotas en el valor de los bienes, pueden tomar acuerdo unánime respecto
de la remoción del administrador; pero, a falta de acuerdo, el juez se pronunciará sobre
dicha remoción. Algunos autores consideran si las causas invocadas son graves y
resultan acreditadas prima facie, el juez podrá disponer la suspensión, como medida de
seguridad.

A diferencia de la renuncia, en el caso de la remoción del administrador judicial, eljuez


que decide la remoción, en la misma resolución, además nombrará al nuevo
administrador judicial de bienes. Un caso especial -para no concurrir al proceso no
contencioso- se aprecia en el albacea. Señala el artículo 795 del CC "puede solicitarse,
en un procedimiento sumarísimo, la remoción del albacea que no ha empezado la
facción de inventarios (...)".

3. Un aspecto que no acoge el Código Procesal, está referido a la sustitución del


administrador. Este se verifica frente a los casos de renuncia, incapacidad sobrevenida
o muerte del administrador. En cambio la remoción opera cuando la actuación del
administrador importaré mal desempeño delcargo. En la casuística se ha establecido
que la remoción no procede frente a la mera enemistad de los herederos y el
administrador; a la demora en el trámite sucesorio; a la falta de rendición de cuentas,
siempre y cuando no medió previa intimidación.

Art 778
1. La retribución debe asumirse como el pago que se realiza por un trabajo o una
actividad efectuada. El artículo en comentario, consagra el precepto constitucional que
"nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre consentimiento"( 314.
En ese sentido, aparecen en nuestra legislación, diversas opciones para la retribución
al trabajo del administrador, como las que señalan los artículos 793 y 973 del CC.

En la administración del bien común dice elartículo 973 del CC: "las obligaciones del
administrador serán las del administrador judicial. Sus servicios serán retribuidos con
una parte de la utilidad, fijada por eljuez y observando el trámite de los incidentes". En
elcaso del albacea encargado de administrar los bienes de la herencia, señala el
artículo 793 del CC que su remuneración no será mayor del cuatro por ciento de la
masa líquida. En defecto de la determinación de la remuneración por eltestador, lo hará
eljuez, quien también señalará la del albacea dativo.

2. El administrador tiene derecho a una retribución, siempre y cuando haya sido


designado judicialmente, aunque el trabajo no sea de su profesión o modo de vivir,
salvo que hubiere renunciado de manera expresa a aceptar el cargo.

La norma establece que sea eljuez quien determine la retribución del administrador,
quedando a su criterio sopesar las circunstancias que van a condicionar su retribución.

Algunas opiniones consideran que la retribución debe fijarse a un tanto por ciento de
comisión sobre el monto de los ingresos obtenidos durante la administración, con
prescindencia del valor de los bienes. Otros criterios consideran que fijar del porcentaje
de ingresos no debe hacerse en forma estricta, ya que la simple conservación dei
patrimonio, en algunos casos puede requerir de funciones extraordinarias, por lo que
deben tenerse en cuenta las expensas y pérdidas que se evitaron.

Como se aprecia de la redacción del artículo 778 delCPC, la retribución del


administrador es determinada por eljuez, atendiendo a la naturaleza de la labor que
deba realizar; sin embargo, hay opiniones que consideran que sean los propios
beneficiados los que propongan aljuez dicha retribución. Se argumenta que si las
partes pueden proponer las atribuciones del administrador, también pueden proyectar
la justa compensación por los servicios que aquel les brinde. Arata So- ¡¡5teta),
conSidera que no parece del todo conveniente dejar a criterio absoluto del juez la
determinación de los honorarios, pues existe la posibilidad de recurrir a ciertos patrones
o reglas, de forma tal que no se subvalúe eltrabajo de un administrador según las
propias calidades técnicas o profesionales, como tampoco se puede imponer a los
copropietarios un costo excesivamente alto por los servicios que en condiciones de
plena libertad pudieran haber conseguido por menos. Considera que se debe tomar en
cuenta que en los mercados en que ellos son frecuentemente negociados y explotados,
existen algunos agentes que pudieran brindar información sobre los montos en que se
cotiza el servicio de administración de los mismos, como sucede por ejemplo con la
administración de bienes inmuebles para fines de arrendamiento.

En cuanto a la opoñunidad para percibir la retribución. si bien la norma no refiere nada


al respecto, en otras legislaciones se asume que el administrador no podrá percibir la
retribución fijada hasta que haya sido rendida y aprobada la cuenta final de la
administración. Si esta excediere de seis meses, el administrador podrá ser autorizado
a percibir periódicamente sumas, con carácter de anticipos provisionales, las que
deberán guardar proporción con el monto aproximado del honorario total (ver el artículo
715 cPN de Argentina). En otras legislaciones se contempla la posibilidad de que el
administrador pierda su derecho a percibir honorarios, en caso de ser removido por
incumplimiento en el deber de rendir cuentas, previa intimidación, o por mal
desempeño del cargo.

Art 779

La conclusión de la administración judicial opera por dos razones: por voluntad

de los interesados o por mandato legal. En el primer supuesto, la norma acoge la


conclusión de la administración judicial en los casos que los interesados tengan
capacidad de ejercicio y así lo decidan.

Véase el caso de los menores que hayan adquirido mayoría de edad o el caso de los
interdictos, cuando haya cesado su incapacidad, siempre y cuando se acompañe la
declaración firme de rehabilitación y así lo decida el rehabilitado (ver el artículo 584 del
CPC).

Apréciese que la norma no requiere la capacidad de goce, que es intrínseca a todo


sujeto de derechos sino a la capacidad de ejercicio, pero además, requiere que "todos"
los interesados en la administración tengan dicha capacidad de ejercicio y decidan
todos concluir con la administración judicial. Como se aprecia, se sobrepone la
voluntad de todos los interesados en dar por concluida la designación judicial hecha
para la administración de los bienes

El otro supuesto es concluir la administración judicial por mandato legal. Véase en el


caso de la declaración de ausencia, cuando regresa el ausente o cuando se desígna
apoderado con facultades suficientes, hecha por el ausente con posterioridad a la
declaración (ver los incisos 1 y 2 del adículo 59 del CC). En dichos casos, señala el
artículo 60 del CC, se restituye a su titular el patrimonio, en el estado en que se
encuentre. La petición se tramita como un proceso no contencioso, con citación de
quienes solicitaron la declaración de ausencia. Otro caso está referido -según Arata
Solísr31s)- a la extinción de la copropiedad, cuando simultáneamente con el
procedimiento de administración judicial se haya dilucidado la partición y haya
concluido con la adjudicación de los bienes a los interesados. También puede darse en
aquellos bienes respecto de los cuales se establezca una prohibición permanente para
su explotación, caso en elcual no tendría sentido que los mismos permanezcan en
poder del administrador. Por el tipo de bienes pudiera darse el caso que las actividades
del administrador resulten específicas y temporales, supuesto en el cual, finalizadas las
mismas, concluirá la administración (ver el inciso 'l del artículo 1901).

Art 780

1. La norma se ubica en el supuesto de la administración de bienes sujetos a


copropiedad, esto es, el dominio de una cosa tenida en común por varias personas.

En la copropiedad, las facultades de dominio están atribuidas a varias personas en


común; por lo que, no pudiéndose dividir, resulta que pedenece por indiviso a varios,
sin que ninguno pueda aducir su derecho a toda la cosa, ni siquiera a una parte
determinada de ella, sino una pafiicipación que pueda llamarse ideal.

De manera excepcional, se faculta al administrador judicial de bienes sujetos al


régimen de copropiedad, vender los frutos que recolecte y celebrar contratos sobre los
bienes que administra, siempre que no implique su disposición, niexceda los límites de
una razonable administración. Véase elcaso de plantaciones de árboles frutales, el
administrador podría no solo orientarse a la conservación y explotación de las
plantaciones sino que también podría extender sus atribuciones a la venta de los frutos
que se produzca en dlchas plantaciones.

Como se ve, la administración no solo recae sobre el bien sino que también puede
extenderse a los frutos, pero no a los productos. Los frutos, bajo la calificación del
adículo 890 del CC, son los provechos renovables que produce un bien, sin que se
altere ni disminuya su sustancia, a diferencia de los productos que son los provechos
no renovables que se extraen de un bien. El provecho es una productividad de carácter
físico o de carácter ideal, de acuerdo al tipo de fruto del cual se trate.

Los frutos pueden ser naturales, industriales y civiles. Los naturales son aquellos que
nacen o se producen de modo espontáneo y sin la intervención del hombre siendo su
ejemplo más común, la reproducción de los animales. Los frutos industriales, son los
que se obtienen por el concurso de la industria o sea del trabajo del hombre aplicado a
la producción e.n general. Los frutos civiles son los producidos por el bien, por
determinación de la ley u acto jurídico, como la renta proveniente del alquiler de un
inmueble.

La norma hace referencia a la "venta de los frutos que recolecte" lo que nos ubica en el
supuesto de los frutos naturales o industriales, mas no en los frutos civiles líquidos,
como sería la administración de bienes inmuebles, que se encuentren sujetos a
contrato de arrendamiento, cuyos frutos (renta en dinero efectivo) no podrán ser
vendidos, sino que podrían ser recaudados y depositados en una entidad bancaria o
reinvertidos en otra actividad lucrativa.

2. La norma también faculta al administrador para que excepcionalmente pueda


celebrar contratos sobre los bienes que admínistra, siempre y cuando no implique su
disposición, ni exceda los límites de una razonable administración.

Véase el caso de la celebración de contratos de alquiler que no obliguen a los


copropietarios, después de la padición de los bienes.
La "razonable administración" en la celebración de contratos sobre los bienes que
administra, implica un parámetro dejado a la discrecionalidad del administrador y, en su
caso, deljuez. No es un término que implique aspectos objetivos de una realidad sino
que estarán sujetos a una valoración o estimación, de cada caso en particular. Así
pues, resulta razonable que el administrador se vincule contractualmente para las
reparaciones del inmueble sujeto a alquiler, enajene bienes que se encuentren en
peligro de destruirse o sean de difícilconseruación, contrate los servicios de un
abogado para el cobro judicial de los alquileres o para demandar el desalojo, entre
otros.

3. La norma acoge la posibilidad de actos urgentes que impliquen disposición. Si


hubiera necesidad de realizar actos de disposicíón urgentes, el administrador deberá
obtener previamente autorización deljuez, quien podrá concederla de plano o con
audiencia de los interesados. Como actos de disposición de carácter urgente se
entiende aquellos actos como consecuencia de algún deterioro de los bienes sujetos a
la administración, deterioro o perjuicio que pudiera comprometer la pérdida de los
mismos. Eljuez entonces evaluará dicha circunstancia y dará o no su aprobación
correspondiente. La norma, necesariamente exige la autorización judicial previa, para
los actos de disposición, por más que sean urgentes; sin embargo, podría darse el caso
de que en situaciones de "comprobado peligro inminente", podría eximirse de esta
previa autorización, sín perjuicio de comunicar aljuez, luego de realizado.
Adopcion

1. El proceso de adopción es aquel que tiene como objeto una decisión judicial
constitutiva de un vínculo familiar entre adoptante y adoptado. Como es una petición
que se promueve, en exclusivo interés del menor cuya adopción se requiere, no
supone la existencia de un previo conflicto, por lo que el proceso reviste carácter de no
contencioso. En este tipo de proceso se privilegia la información, pues un particular
acude a un juez pidiéndole, en virtud de la información que suministrará, declare la
existencia de un hecho y le otorgue la documentación que acredit el procedimiento
cumplido. Eljuez, previa intervención del Ministerio Público, recibe la información y si la
halla satisfactoria prima facie, en mérito de ella, en cuanto haya lugar por derecho,
aprueba la información ofrecida y emite, expresa o implícitamente, el pronunciamiento
que se le solicita.

2. En materia de adopciones nuestro ordenamiento jurídico hace la distinción entre la


adopción tutelar y la adopción civil.

En el primer caso, el artículo 243 del CNA contempla como pañe de las medidas de
protección al niño y adolescente en presunto estado de abandono, darlo en adopción,
previa declaración del Estado de abandono por eljuez especializado.

Como dice el artículo 117 del CNA, "para la adopción de niños y adolescentes se
requiere que hayan sido declarados previamente en estado de abandono". La adopción
eS una medida de protección al niño y al adolescente, por la cual, bajo la vigilancia del
Estado, se establece de manera irrevocabie la relación paterno-filial entre personas que
no la tienen por naturaleza. En consecuencia, el adoptado adquiere la calidad de hijo
del adoptante y deja de pertenecer a su familia consanguínea (ver el artículo 115 del
CNA).

En el caso de la adopción civil, que no parte del supuesto del abandono, se contempla
la edad del adoptado para derivarla a las reglas del proceso único del Código de Niños
y Adolescentes (ver el ar1ículo 160 del mencionado Código) o si es mayor de edad, a
las reglas del Código procesal Civil.

El adículo en comentario, precisamente, no trata la adopción de manera genérica, sino


aquella adopción de personas mayores de edad, sean estas capaces o incapaces, bajo
las reglas del proceso no contencioso, dejando al proceso contencioso, la adopción de
personas menores de edad.

Cuando se pretenda realizar la adopción civil ante el notario público, solo


corresponderá la tramitación de la adopción de personas mayores de edad, con
capacidad de goce y de ejercicio (ver el artículo 21 de la Ley Ne 26662).

3. Según Cornejo Chávez(320) la adopción es calificada bajo las siguientes ideas ejes:
a) es un acto voluntario, que sanciona una ficción consistente en reputar padre e hijo a
quienes no lo son; b) es un acto jurídico solemne, esto es, que exige la intervención del
Estado a través de un funcionario público; y c) tiene efectos análogos a los que
produce la relación consanguínea paterno-filial.

Para el Código Civil, la adopción es fuente de parentesco dentro de los alcances de


esta institución (ver el artículo 238 del CC). Por otro lado, el artículo 377 del cc otorga
el siguiente efecto a la adopción: "por la adopción el adoptado adquiere la calidad de
hijo del adoptante y deja de pertenecer a su familia consanguínea".

La adopción genera posiciones encontradas en torno a su existencia. Según


cornejo(321), un sector, contraria a ella, señala que en los pueblos antiguos tuvo la
adopción una razón de ser en el interés de asegurar la perpetuidad de la familia y otras
finalidades económicas y políticas, pero que, en los tiempos modernos, ya no es
necesaria para alcanzar objetivos de amparo y protección, pues se ignora que la
función de beneficencia compete al Estado; otros piensan, por el contrario, que no
existe razón para eliminar del Derecho moderno la figura en cuestión, porque las
figuras jurídicas no pueden juzgarse por los abusos a que puedan dar lugar, sino por la
finalidad primordial que persiguen; porque es regítima y nobre ra aspiración de
satisfacer el instinto o paternidad o maternidad de quienes no pueden tener hijos o han
perdido los que tuvieron; porque, en ningún caso, perjudica, sino que por el contrario
favorece a quienes, no teniendo padres o no pudiendo estos atenderlos cumplidamente
en sus necesidades, son acogidos adoptivamente por quienes pueden prodigarles
afecto, cuidados y sustento; porque es socialmente conveniente estimular los
sentimientos de solidaridad y cooperación humanas; y porque, en fin, no obliga, sino
que solo faculta tanto al adoptante como el adoptado.
4. Si la adopción tiene como sustrato la de una persona incapaz, tiene que intervenir su
representante, y, si este último es el adoptante, la solicitud se entenderá con el
Ministerio Público.

La presencia del Ministerio Público en los procesos no contenciosos está relacionada


con la vigilancia de la independencia de los órganos del Estado y por la recta
administración de justicia, aspectos que pudieran ser transgredidos en los
mencionados procesos.

El Ministerio Público es un organismo autónomo perteneciente al Estado, que asume


las funciones de defensa, de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y de los
llamados intereses públicos, así como de representar a la sociedad en algún proceso,
ya sea en cuanto a la familia, como a los menores y a los incapaces.

lgualmente asume la función de ser diligente perseguidor de la delincuencia y asumirá


un rol preventivo del delito; asimismo es vigilante de la moral pública.

5. El aftículo 759 del CPC establece que cuando se haga reierencia al Ministerio
Público en cualquiera de los procesos regulados a lo largo delTítulo ll de la Sección
Sexta, dicha institución será notificada con las resoluciones que se expidan en cada
proceso, para los efectos del artículo 250 inciso 2 de la Constitución Política del Perú
de 1979, que en relación con las funciones del Ministerio Público se decía: "Velar por la
independencia de los órganos judiciales y por la recta administración de justicia". Esto
último fue nuevamente establecido -y sin cambiar en nada eltexto en cuestión-, en el
artículo 159 inciso 2dela Constitución Política del Perú de 1993, en lo que corresponde
al Capítulo que desarrolla lo respectivo al Ministerio Público. Si bien, señala el artículo
759 del CPC, el Ministerio Público debe interveniry para ello debe ser notificado con las
resoluciones que se expidan en cada proceso, no emite dictamen y no tiene la calidad
de parte.

6. A pesar de que la norma no lo refiera expresamente debemos señalar que nadie


puede ser adoptado por más de una persona, a no ser por los cónyuges. La razón de
esta limitante es la semejanza que el Derecho quiere suscitar entre la filiación biológica
y la civil. Nadie puede tener más de un padre y una. madre. La ley quiere asimilar al
hijo adoptivo al hijo matrimonial o extramatrimonial.
Otra cuestión que plante? Cornejo{322) es saber si muerto el adoptante, puede el hijo
adoptivo ser adoptado por otra persona. Si se tiene en cuenta que, la muerte pone fin a
la persona, de modo que la del adoptante solo deja como secuela la transmisión
hereditaria, el uso del apellido y los impedimentos matrimoniales, la nueva adopción no
suscitaría la concurrencia de varios padres o varias madres ni impondría una divisiÓn o
distribución de las atribuciones propias de la relación paterno-filial. ocurrida la muerte
del adoptante, no hay inconveniente para una nueva adopción, caso en el cual, sin
perjuicio del derecho hereditario y de los impedimentos matrimoniales, se entiende que
el hijo adoptivo dejará de llevar el apellido de su primer adoptante, para llevar en
adelante el del segundo.

Art 782

1. La persona que quiera adoptar a otra deberá acompañar la copia certificada de su


partida de nacimiento y de matrimonio si es casado. Esta información documental es
importante para verificar, al momento de la audiencia a que refiere el artículo 783 del
CPC, si ambos ratifican su voluntad de adoptar, así como para dilucidar sobre la
legitimidad para la posible oposición -del cónyuge- que pudiera formularse. Decimos
ello porque la norma en comentario, no requiere que la solicitud de adopción [a
planteen ambos cónyuges, sino que "la persona que quiera adoptar a otra' acompañe
copia certificada de su partida de nacimiento y de matrimonio, si es casado.

Esta exigencia es importante tenerla definida, para dilucidar si se requiere el


asentimiento del cónyuge y la posible oposición que pudiera realizarse, tal como lo
señala el artículo 783 del CPC.

2. En igual forma, para comprobar la existencia del adoptado y su relación con el


adoptante, se requerirá la copia certificada de la partida de nacimiento del adoptado y
de su matrimonio si fuera casado. Esta información documental previa es importante
para los efectos del artículo 784 del cpc, que dispone se oficie al Registro del Estado
Civil respectivo para que extienda nueva partida de nacimiento del adoptado y anote la
adopción al margen de la partida original. Esta información es importante para
determinar los sujetos que prestarán su asentimiento a la adopción y la posible
oposición que pudiera realizarse, tal como lo señala el artículo 783 del CPC.
3. otro referente que exige la norma, son los medios de prueba destinados a acreditar
la integridad moral en el adoptante. Según Cornejo(:zsr, "la adopción, además de
cumplir la finalidad de satisfacer el instinto paternal o maternal de quien adopta, busca
principalmente proveer al adoptado, sobre todo si es menor de edad, de un clima
familiar propicio a su formación por la existencia de los indispensables factores, éticos.
Lejos de alcanzarse este objetivo, socialmente fundamental, se pondría en grave riesgo
al adoptado si, no exigiendo la ley este requisito, fuera posible el prohijamiento por
personas dedicadas a la delincuencia, elvicio o la vagancia".

4. En caso de que el adoptante sea el representante legal debe probar con claridad la
administración de los bienes del adoptado, como documentos que acrediten que las
cuentas de su administración han sido aprobadas; referencia del estado de los bienes
que tuviera el adoptado (copia certificada del inventario y valorización judicial de los
bienes que tuviera el adoptado); y la garantía que pudiera otorgar el adoptante, es
decir, algún respaldo en cuanto al posible manejo o administración que hiciera en el
futuro el administrador sobre los bienes del adoptado, garantía otorgada por el
adoptante que sea suficiente a criterío deljuez, si el adoptado fuera incapaz.

5. Todos los documentos y elementos que deben acompañar a la solicitud, son


requeridos para dar cuenta de la relación entre el adoptante y adoptado en primer
lugar; de un perfil moral del adoptante; de la seguridad en el manejo o administración
de los bienes del adoptado que pudiera tener el adoptante; entre otros aspectos. Estos
requisitos son también extensivos en el caso de la adopción civil celebrada ante el
notario público, con la particular exigencia deltestimonio del inventario de los bienes
que tuviere el adoptado, tal como señala el artículo 22 de la Ley Ne 26662.

Art 783

1. El desarrollo de la actividad procesal en la audiencia de ley, estará condicionada a la


oposición que se diere, para la adopción. A pesar de que la norma no precise quiénes
son los sujetos legitimados para formular oposición, consideramos que la cónyuge del
solicitante, podría ser una de ellas.
El artículo 781 del CPC no condiciona que la solicitud de adopción la formule ambos
cónyuges, sino que ella puede ser formulada por uno de ellos, dejando el asentimiento
del cónyuge que no expresó su voluntad hasta el momento de la audiencia; situación
diversa es si ambos cónyuges hubieren solicitado la adopción.

Aquí operaría la ratificación del acto solicitado, por ambos. Para Comejo(324) el hecho
de la adopción, no solo significa la introducción en el hogar de una persona extraña al
cónyuge del adoptante, sino que desmedra derechos y sobre todo la expectativa
hereditaria de dicho cónyuge, lo cual, por no tratarse de un vínculo nacido de la
naturaleza, no quiere la ley que ocurra sin el consentimiento del afectado. Señala que
si el cónyuge del adoptante se halla en la imposibilidad de manifestar su voluntad, no
hay fundamento bastante para que ello impida a aquel la adopción de un hijo.

En cuanto al supuesto de existir entre el adoptante y su cónyuge un estado de


separación de cuerpos, según Comejo, es necesario distinguir entre el caso de ser el
adoptante culpable de la separación o de serlo su cónyuge; pues, en el primer evento,
el cónyuge conserva su derecho hereditario (artículo 343 del CC) de modo que la
adopción mermaría su expectativa hereditaria, mientras que en el segundo habría
perdido tal derecho y la adopción no podría afectarle, diferencia esta de la que habría
que derivar la necesidad que en el primer supuesto concurra el consentimiento del
cónyuge, y en el segundo no.

Por otro lado, considera que el hecho que el legislador exija el consentimiento conyugal
revela que no le preocupa sustancialmente eldesmedro de la expectativa hereditaria, y
ni siquiera la introducción en el hogar de un extraño (puesto que dentro de un estado
de separación de cuerpos no existe hogar común), sino que solo ha atendido a la
circunstancia que la adopción hecha por uno de los cónyuges, al crearle la carga de
obligaciones pecuniarias -especialmente en orden a los alimentos- afecta más o menos
directa y considerablemente los derechos del otro. Por nuestra parte, dice Cornejo,
estimamos excesivo este requisito, el cual solo debiera exigirse si el adoptado va a vivir
en la casa conyugal, pues entonces sería injusto y arbitrario imponer al cónyuge del
adoptante la presencia de un extraño, que acaso puede serle ingrato, en la misma
intimidad del hogar y esto modifica los términos del consentimiento nupcial que prestó;
razón esta que el propio Código admite cuando, tratándose del reconocimiento de un
hijo extramatrimonial por uno de los cónyuges, no le permite llevar al hijo al hogar sin el
consentimiento del otro (artículo 397 del CC). No nos hacen tuerza los argumentos
referentes a la merma eventual de sus expectativas hereditarias o alimentaría del otro
cónyuge, señala Cornejo, no solo por el individualismo egoísta que en ello pueda
existir, sino porque aquellas expectativas se merman cuando uno de los cónyuges tiene
uno o más hijos enramatrimoniales o uno o más parientes en estado de necesidad, sin
que ello impida legalmente que aquel reconozca a tales hijos o preste estos alimentos
sin consentimiento delotro cónyuge.

2. El otro supuesto que exige la norma es el asentimiento del adoptado y su cónyuge,


entendido este como la admisión de lo propuesto anteriormente. Eljuez finalmente
resolverá teniendo en cuenta lo dispuesto en el artículo 378 del Código Civil, es decir,
que el adoptante goce de solvencia moral, que la edad del adoptante sea por lo menos
igual a la suma de la mayoridad y la del hijo por adoptar; que asientan los padres del
adoptado si estuviese bajo su patria potestad o bajo su curatela; que se oiga al tutor o
al curador del adoptado y al Consejo de Familia si el adoptado es incapaz

3. Sibien la petición de adopción que se promueve supone la no existencia de un


conflicto, empero puede transformarse en contencioso frente a la eventual oposición
del representante deladoptado, del cónyuge del solicitante o delsolicitado adoptado.

lncluso el proceso no pierde su índole voluntaria frente a la hipótesis que dos personas,
en peticiones separadas, persigan adoptar a la misma persona. Acertadamente opina
Palac¡o(32s)que, en talcaso, corresponde la acumulación de ambos expedientes, pero
no la ordinarización del proceso y su apertura a prueba, pues allí está en presencia de
un concurso de idoneidades con miras a una mejor aptitud para adoptar pero no ante
un pleito suscitado entre los pretendidos adoptantes.

4. Si existe oposición, se aplica al trámite lo dispuesto en los artículos 7S3,


754,755,756 y 757 de este mismo cuerpo normativo.

En el caso del artículo 753 del cPC, se señala que la contradicción puede ser
formulada por el emplazado con la solicitud, dentro de cinco días de efectuada la
notificación con la resolución admisoria. Asimismo este artículo 753 señala que se
anexarán los medios probatorios para ser actuados en la audiencia de actuación y
declaración judicial, la que debe realizarse dentro de los quince días siguientes a la
admisión de la solicitud y una vez que eljuez haya fijado fecha para la misma, bajo
responsabilidad.

El artículo 754 del CPC señala que de haber contradicción, eljuez ordenará la
actuación de los medios probatorios que la sustentan. Luego, sise solicita, concederá al
oponente o a su apoderado cinco minutos para que la sustenten oralmente,
procediendo a continuación a resolverla.

La resolución que resuelve la contradicción es apelable solo durante la audiencia. La


que la declara fundada es apelable con efecto suspensivo, y la que la declara
infundada, lo es sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida. Si la contradicción
hubiera sido resuelta fuera de la audíencia, es apelable dentro de tercer día de
notificada. La resolución que pone fin al proceso es apelable con efecto suspensivo.

Asimismo, en el artículo 756 -complementario a lo anterior- se establece que declarada


fundada la contradicción, el proceso quedará suspendido.

5. si la adopción tiene como sustrato la de una persona incapaz, tiene que intervenir su
representante, y, si este último es el adoptante, la solicitud se entenderá con el
Ministerio Público.

La presencia del Minísterio Público en los procesos no contenciosos está relacionada


con la vigilancia de la independencia de los órganos del Estado y por la recta
administración de justicia, aspectos que pudieran ser transgredidos en los
mencionados procesos.

Art 784

La norma prescribe que las resoluciones finales que requieran inscribirse, se ejecutarán
mediante oficio o partes firmados por el juez, según corresponda. Ella nos ubica en el
supuesto de que la resolución que declara la adopción, no sea impugnada o habiéndolo
sido, se haya tcrnado ejecutoriada dicha decisión. En tales circunstancias, eljuez
oficiará al Registro del Estado Civil respectivo.

Los alcances de esta comunicación también deben ser extensivos en caso del cese de
la adopción, en los casos del artículo 785 del CPC y el artículo 385 del CC, en tales
situaciones, recuperan vigencia sin efecto retroactivo, la filiación consanguínea y la
partida correspondiente. El registro del estado civil respectivo hará la inscripción
delcaso por mandato judicial.

El oficio es una comunicación escrita sobre asuntos de una oficina pública, las que se
dirigen unas autoridades a otras, o diversos funcionarios entre sí, por cuestiones
relativas a sus cargos o funciones. El artículo 148 del CPC señala "a los fines del
proceso, los jueces se dirigen mediante oficio a los funcionarios público que no sean
parte en é1". En tal sentido, eljuez oficiará al Registro del Estado Civil, con el objeto
que se extienda nueva partida de nacimiento del adoptado y anote la adopción al
margen de la partida original.

Art 785

1. La norma regula la revocación a la adopción del incapaz, tomando como referente el


artículo 385 del CC que dice: "en el caso del incapaz, la adopción, será revocable a
petición del adoptado pero dentro del año siguiente de cesada su incapacidad". No
requiere eladoptado explicar las razones de su revocatoria, pues simplemente debe
expresar su voluntad que se deje sin efecto la adopción.

Nuestra legislación limita fa revocatoria al caso de cese de incapacidad (ver el artículo


385 del CC), pero nada dice en relación al adoptado capaz, mayor de edad, que
requiere la ineficacia de la adopción por causas de indignidad que impiden la sucesión
conforme al Código Civil, o la negativa injustificada de cumplir la obligación alimentaria.
En estos supuestos, señala Cornejotszsl "si los motivos que el adoptante o el adoptado
pudieren tener para repugnar el vínculo se refirieran a la conducta o comportamiento
del otro, las vías de la desheredación o de la indignidad sucesoria -o, en su caso, la
restriccíón del derecho alimentarie, serían las vías legales de sanción".

2. Hay que tener en cuenta que el artículo 380 del CC considera que "la adopción es
irrevocable", pues se busca equiparar en lo posible la filiación adoptiva a la
consanguínea. Dicha prohibición debe entenderse para el adoptante, mas no para el
adoptado (mayor o menor de edad), que perfectamente podría invocar la revocación de
esta, en un proceso contencioso, a diferencia de la revocatoria por cese de
incapacidad, que se plantea en un proceso no contencioso, siguiendo el mismo trámite
establecido en eSte subcapítulo, en lo que fuere aplicable, tal como expresamente lo
sbñala el artículo 785 del CPC.

Cornejo(327), al referirse al artículo 380 del CC coincide que la negación es al


adoptante, pues "siendo este person a capaz,la ley no quiere permitirle que por sí y
ante sí, por un simple acto de su propia voluntad (que es, en realidad, en lo que
consiste la revocación) altere o dé por terminada una relación paterno-filial que él
mismo quiso libremente crear, quitando firmeza y estabilidad al estatus del hijo, cuyo
bienestar constituye precisamente el fundamento de la figura".

3. Transcurrido el año de cesada la incapacidad, y eladoptado no manifestara voluntad


alguna para dejar sin efecto la adopción, se asumirá la ratificación de dicho acto
jurídico celebrado, pues ha renunciado tácitamente a la posibilidad de su revocatoria.
Para Cornejo(328), la regulación del artículo 385 del CC concordante con el artículo
785 del CPC, no es un verdadero caso de revocación, es decir, uno en que se retracte
de su voluntad quien libremente y con plena capacidad jurídica la dio. En efecto, si se
trata de un menor de diez años o de un mayor incapaz, ellos no expresaron en forma
alguna su voluntad. Por ellos dieron su asentimiento los padres o se oyó al curador. Si,
salido a la mayoridad o terminada su incapacidad, el adoptado, ahora sí libre y
conscientemente, expresa que no quiere ni quiso nunca la adopción, no está revocando
su voluntad -la que supuso en él-, sino manifestando, solo ahora, la que realmente
tiene.

En lo que concierne a la posibilidad de ponerfin a la adopción por mutuo acuerdo de


adoptante y adoptado, según Cornejo(320), "es evidente su improcedencia, porque
nifue la sola voluntad de ellos, sino una resolución judicial, lo que dio origen al vínculo;
ni en el hecho de la adopción cuenta solo los intereses de adoptante y adoptado, sino
legítimos intereses sociales".

Cualquiera sea el carácter que se haya concedido, la adopción iuede ser pasible de
nulidad si se ha incurrido en las causales del ar1ículo 219 del CC, siempre que sea el
resultado de una sentencia firme, bajo el contradictorio de un proceso, sin perjuicio de
declararse la nulidad de oficio, si se trata de una nulidad absoluta y manifiesta
El artículo 23 de la Ley Nq 26662 señala "el notario oficia al Registro respectivo para
que extienda nueva partida de nacimiento del adoptado y anoie la adopción al margen
de la partida original".

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