CRITICISMO

Por criticismo podemos entender la doctrina de Kant, que sostiene la investigación

del conocer como superior a la investigación del ser.
“El criticismo es aquel método de filosofar que consiste en investigar las fuentes de
las propias afirmaciones y objeciones y las razones en que las mismas descansan,
método que da la esperanza de llegar a la certeza” (Hessel, J. 1982, p.25).
Según Kant nuestro conocimiento comienza con la experiencia, pero no es solo
experiencia. Los hechos empíricos no muestran ninguna ley, son solo hechos de los
que tenemos un conocimiento sensible. Hay algo más, además de la experiencia,
que permite construir conocimiento y es la razón.
Supone entonces una conciliación entre el dogmatismo y el empirismo;
compartiendo con el dogmatismo la existencia de una verdad y la posibilidad de
llegar al conocimiento por parte del sujeto. Mientras que, como el escepticismo, no
acepta nada despreocupadamente, tiende a preguntar motivos, reflexionar y criticar.
Considera indispensable justificar racionalmente la forma en cómo llegamos al
conocimiento y en qué forma se nos da la realidad. Investiga la fuente de las propias
afirmaciones y objeciones para poder llegar a la verdad.
Para analizar cómo es posible el conocimiento, Kant distingue entre dos formas de
conocimiento: el conocimiento empírico o a posteriori y el conocimiento a priori. El
conocimiento a posteriori procede de la experiencia y, por tanto, es individual y
particular. Por el contrario, el conocimiento a priori es independiente de los datos
empíricos, es un conocimiento puro y por tanto sus juicios son universalmente
válidos y necesarios.
Todo conocimiento se expresa con juicios que pueden ser válidos o no.
Dependiendo de la distinción entre tipos de conocimientos existen, también,
diferentes tipos de juicios. Los juicios analíticos a priori, son aquellos en los que la
verdad del predicado está comprendida en la propia composición del juicio. El
problema de este tipo de juicios es que no aportan conocimiento, y son meramente
explicativos.
Los juicios sintéticos a posteriori dependen de la experiencia y aportan conocimiento
nuevo, pero su validez no es universal. Por último, los juicios sintéticos a priori,
aumentan el conocimiento y, además, tienen validez universal.
Para Kant, la razón tiene la capacidad de formular principios. La razón teórica
formula juicios. El uso teórico de la razón nos permite conocer el mundo. Sin
embargo, al hombre no le basta con conocer, sino que debe actuar, para esto existe
un uso práctico de la razón. La razón práctica no emite juicios sino imperativos que
sirven para guiar la conducta de los hombres.
Aunque para algunos es considerada “la única posición justa”, para Kant, no sólo
es el método del que el filósofo se sirve y que opone el dogmatismo y al
escepticismo, sino también el resultado determinado al que llega con ayuda de ese
método.
El criticismo, a su vez, exige la realización de un examen crítico de las bases de
nuestro conocimiento humano, de sus supuestos y condiciones más generales. Su
método investiga la validez lógica de nuestros conocimientos. Se cuestiona acerca
de cómo son posibles los mismos y sobre qué supuestos y bases descansan.

 Hessen, J., Messer, A. y Besteiro, J. (1982) Teoría del conocimiento. México: Ed.
Porrúa.
 González, A. (2005) El criticismo Kantiano. Thémata: revista de filosofía, vol. 34, p.13.