Está en la página 1de 18

El Impacto de la Escorrentía de Descargas No-Puntuales y Aguas Residuales Urbanos en

el Río Yaque del Norte, República Dominicana

Peter Phillips, Departamento de Biología, Winthrop University, Rock Hill, South


Carolina 29733, USA

F. Arturo Russell, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Santiago de Los


Caballeros, República Dominicana

John Turner, Departamento de Biología, Winthrop University, Rock Hill, South Carolina
29733, USA

Resumen: En República Dominicana la disponibilidad per capita de agua es


aproximadamente 1,500 m3 al año, sin embargo, con la irrigación extensa y el consumo
urbano, regionalmente agua es escasa. El aporte de aguas residuales de origen doméstico
e industrial y la escorrentía de descargas no-puntuales degradan el agua superficial. Este
estudio de la cuenca del Río Yaque del Norte examinó los niveles de oxígeno disuelto, la
probabilidad de eutroficacón debido a nitrógeno y fósforo de origen puntual y no-puntual,
así como la conductividad alta resultando de la escorrentía de tierras agrícolas. La cuenca
alta que contiene grandes extensiones de bosque posee una buena calidad de agua con la
excepción del agua residual sin tratamiento contribuida por la ciudad de Jarabacoa. La
cuenca media posee un paisaje deforestado, una agricultura mixta y la ciudad de Santiago
que contribuye cantidades de nitrógeno y fósforo. La cuenca baja posee una agricultura
muy extensa y la escorrentía contribuye a la alta conductividad en el río, así como
concentraciones altas de nitrógeno y fósforo. La sedimentación debido a la erosión es
evidente a través de toda la cuenca. El desafío de manejar satisfactoriamente la cuenca y
los recursos acuáticos del Río Yaque del Norte para todos los habitantes urge atención.

1 Introducción

En la mayor parte del mundo hay un desequilibrio severo entre el suministro de agua, el
consumo humano y la población (Jackson et al., 2001). En República Dominicana (RD),
la disponibilidad per capita de agua es aproximadamente 1,500 m 3 año, el suministro de
agua superficial es 20 x 109 m3/año y el suministro de agua subterránea es 1.5 x 109
m3/año. La irrigación extensa y el consumo alto en áreas urbanas ocupan 10 x 10 9
m3/año, o 47% de la disponibilidad total. En algunas regiones del país, hay un problema
de escasez de agua como resultado de una administración deficiente de aguas de riego, el
suministro urbano de agua y la infraestructura turística. El Instituto Nacional de
Recursos Hidráulicos (INRDHI) proyecta un déficit futuro de agua en el Río Yaque del
Norte (Banco Mundial, 2004), lugar donde se llevó a cabo el estudio actual.
Agregado al problema de la disponibilidad de agua y su consumo es la
contaminación de las fuentes de agua debido a la escorrentía de descargas no-puntuales y
la carencia de capacidad en las plantas de tratamiento de aguas residuales. El impacto de
este problema en la cuenca de agua más grande de RD es el tema de esta investigación.

1
1.1 Calidad de agua y tratamiento de aguas residuales en RD

Hay una necesidad de monitorear sistemáticamente la calidad de agua en RD (Banco


Mundial, 2004). La falta general del manejo apropiado de desechos ha contaminado las
fuentes de agua y ha causado enfermedades. La calidad de aguas costeras es también
afectada mucho por la contaminación en las cuencas.
Por todo el país, el 94% de la población urbana y el 65% de la rural tienen agua
suministrada por tubería, para un promedio nacional de 84%. Más de 50% de los hogares
no tiene instalación de cañerías y los residentes deben andar a un abastecimiento de agua
público. En 1998, solamente el 58% de acueductos llevaba agua clorada. En el mismo
año, acueductos del Instituto Nacional de Agua Potable y Alcantarillado (INAPA), que
suministran el 40% de a la población con agua, la proporción de muestras de agua con
bacterias coliformes subió de 17% en 1994 a 23% en 1998 (Banco Mundial, 2004).
En la cuenca del Río Yaque del Norte, hay 21 plantas de tratamiento de agua
potable, 35% de éstas controla la calidad de agua por análisis del laboratorio y solamente
la planta de Santiago (la segunda ciudad de RD) cumplió las normas de calidad en 1998.
La calidad de agua degrada perceptiblemente por toda la trayectoria de la cuenca baja del
Yaque del Norte (Abt Associates, Inc., 2000).
La administración de una cuenca requiere la colaboración de granjeros,
guardabosques, los municipios, la industria, los operarios de turismo, los responsables de
la recolección de deshechos y la sociedad civil. A nivel nacional, el 89% de la población
tiene algún tipo de conexión sanitaria, pero sólo el 20% es conectada a una red
centralizada de aguas residuales. En Santiago, el 86% de su población es conectada a un
sistema de alcantarilla, tratando el 94% de aguas residuales. Sin embargo, una cantidad
considerable de aguas residuales sin tratamiento entra todavía el Río Yaque del Norte.
Jarabacoa, una ciudad montañosa de aproximadamente 50,000, no tiene planta de
tratamiento de aguas residuales (Rodríguez Taveras, 2000).
Por todo el país, menos de 10% de los efluentes industriales es tratado. En
Santiago, las estimaciones son que 200 descargas industriales al Río Yaque Norte tienen
el impacto equivalente de 1,000,000 de habitantes (Consejo para el Desarrollo Estratégico
de la Ciudad y el Municipio de Santiago, Inc., 2002).
El Río Yaque del Norte es contaminado por desechos municipales, industrias,
granjas de aves y canchos, la escorrentía no-puntual y descargas por habitantes a lo largo
del río (Rodríguez Taveras, 2000). Previamente, Hartshorn et al. (1981) lo ha
caracterizado teniendo agua de baja calidad con un alto contenido de sólidos suspendidos
y contaminantes microbianos. El Banco Mundial (2004) reportó que en las cuencas del
Río Yaque Norte y del Río Yuma, el ganado contribuye 20% de la demanda bioquímica
de oxígeno (BOD). En 2000, la entrada de BOD en el Río Yaque del Norte se debía a
efluentes líquidos (45%), escorrentía urbana (1% urbanas), efluentes industriales (6%),
ganado (22%) y desechos sólidos (26%). Sin embargo, debido a que solamente la tercera
parte del costo de tratar aguas residuales se cobra por cargas de utilidad, hay poca capital
para la inversión en infraestructura (Banco Mundial, 2004).
La alta salinidad y los pesticidas son también serios problemas cerca de áreas
agrícolas, urbanas e industriales. El laboratorio de calidad de agua de INRDHI está
equipado para los analices físico, químico y bacteriológico de agua, y es potencialmente
capaz del analizar 4,800 muestras/año. Sin embargo, debido a la carencia de personal y

2
fondos, el uso de este laboratorio de monitoreo ha disminuido considerablemente desde
1994 (Banco Mundial, 2004).

1.2 Protección ambiental en RD

En 2003, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARN)


estableció normas de calidad de agua para RD. Define el contacto primario y secundario
humano con el agua. Aguas de Clase A pueden ser utilizadas como un abastecimiento de
agua potable después de la desinfección sencilla, para la recreación del tipo contacto
directo, por ejemplo para la natación, o para la irrigación de productos agrícolas que se
consumirán crudos. El propósito de esas aguas es para preservar la fauna y la flora. El
propósito de aguas de Clase B es como un abastecimiento de agua potable después de
tratamiento, su utilización en la recreación sin el contacto directo, por ejemplo para la
pesca, o para la irrigación y la industria. También las normas de SEMARN (2003)
contemplan las descargas de una gran variedad de sustancias químicas y otros desechos
en aguas superficiales. Basado en estas categorías, se ubica el Río Yaque del Norte
dentro de la categoría de Clase A o B.
La gestión ambiental en RD es importante para garantizar el crecimiento
sostenible, especialmente en el sector turístico, y para aminorar el impacto que la
degradación ambiental tiene para la población menos favorecida. Por ejemplo, en
términos de los recursos acuáticos y los dominicanos que carecen de servicio de agua
potable, el agua puede costar cuarenta veces más que si ellos fueron proporcionados con
un sistema de acueducto. Cuando un resultado de un sistema inexistente o deficiente y
costoso de agua potable, la diarrea y las infecciones respiratorias severas son,
respectivamente, las primera y tercera causas de la muerte en niños menores de 5 años de
edad (Banco Mundial, 2004).
Las inundaciones y otros desastres naturales son notables en RD. Durante la
década de los 90, las inundaciones eran el desastre natural más frecuente. En 1998
Huracán George causó US$2.2 millones de daños, 235 muertes y la pérdida de tierra e
infraestructura por la costa, la reducción en turismo e ingresos de productos pesqueros y
en la producción agrícola.
Para el año 2003 tanto la calidad de agua como el tratamiento de desechos sólidos
fueron considerados los desafíos ambientales más urgentes, seguido por la escasez de
agua y la degradación de suelos y cuencas. El Banco Mundial (2004) ha recomendado
que se apoye SEMARN para inculcar la práctica de la conservación ambiental entre el
público dominicano. SEMARN tiene el potencial para jugar un papel del liderazgo a
catalizar la socialización de temas ambientales. Posee un departamento encargado de
ofrecer el tema de educación ambiental para educar a maestros a través del país así como
produciendo las materias didácticas ambientales. Específicamente, con relación al Río
Yaque del Norte, SEMARN está negociando un acuerdo con una corporación eléctrica
para proporcionar servicios ambientales en la cuenca. El mismo documento del Banco
Mundial (2004) recomendó una serie de estudios pilotos en cuencas secundarias del
Yaque del Norte en el área de Santiago, puesto que esta comunidad ha demostrado su
capacidad para la planificación, como se ha demostrado con su detallado plan ambiental.

1.3 Estudio actual

3
En esta evaluación de calidad de agua de la cuenca del Río Yaque del Norte, los sitios de
muestreo a lo largo del río cubrieron el ámbito de puntos prístinos cerca de la cabecera
del río a áreas impactadas por la escorrentía de descargas no-puntuales lavando
sedimentos y nutrientes así como descargas de aguas residuales de los municipios e
industrias. El propósito de este estudio fue establecer y/o actualizar información sobre la
calidad de agua del Río Yaque del Norte para asistir a los administradores y
planificadores a entender el impacto de la adición de nutrientes, el aporte de aguas
residuales sin tratamiento y la escorrentía no-puntual de terrenos agrícolas en la cuenca
de mayor tamaño de RD para el manejo futuro de los recursos acuáticos. Esto logrará un
equilibrio entre la irrigación agrícola, el abastecimiento de agua potable, el tratamiento de
aguas residuales, el desarrollo turístico y los requisitos para el mantenimiento de la salud
de ecosistema.

2 Cuenca del Río Yaque del Norte

2.1 Utilización de la tierra en la cuenca del Río Yaque del Norte

El área septentrional del valle que formó el Río Yaque del Norte es geológicamente
joven. La capa superficial de suelo franco, moderadamente alcalina y fértil es muy
productiva con irrigación. Las laderas en ambos lados del valle, delimitado por las
Cordilleras Central y Septentrional, tienen suelos más pobres (Bolay, 1997). El mapa de
uso de tierra en la figura 1 muestra que las elevaciones más altas de la cuenca alta
consisten en bosque conífero denso, latifoliado húmedo o nubloso, mucho de estos
bosques se protege dentro del Parque Nacional José Armando Bermúdez. Fuera de los
límites del parque, casi toda la tierra restante en la cuenca ha sido alterada por la
población humana. En las laderas de las Cordilleras Central y Septentrional, la mayor
parte de las tierras son dedicadas a la agricultura de subsistencia y el pasto. Con
frecuencia, las áreas más escarpadas han sido erosionadas severamente y han sido
abandonadas. En la cuenca alta se ubica la ciudad de Jarabacoa. La ciudad más grande
por el río es Santiago, ubicada a 200 metros de altitud y aproximadamente a medio
camino por el curso del río al océano. En la mitad occidental de la cuenca baja, la
precipitación anual disminuye apreciablemente. En estas regiones áridas, es el bosque
seco, o matorral, que domina en áreas que carecen de asentamientos humanos y
agricultura. La población humana en la cuenca entera era 1,245,685 en 2000, con
aproximadamente 800,000 en Santiago. Dentro de Santiago, se estima que entre 75,000 a
100,000 habitan arroyos o cañadas; son sitios que carecen del tratamiento de aguas
residuales y, además, están sujetos a inundaciones periódicas (Abt Associates, Inc., 2002).

2.2 Cultivo de tala y quema y la deforestación

La cobertura de bosque de República Dominicana disminuyó de 70% en 1940 a


aproximadamente 25% a la fecha. La agricultura de tala y quema es uno de los factores
principales en la deforestación y la degradación ambiental. Ha ocurrido principalmente
en elevaciones bajas y medias de la cuenca del Yaque Norte. Esta práctica ocurre en
parcelas pequeñas; se cultivan los campos por uno o dos años, agotando los nutrientes en

4
el suelo, luego son abandonados, y los habitantes mudan a una nueva parcela. Dejados de
10 a 20 años, la fertilidad de la tierra está restaurada. Sin embargo, bajo el uso actual, se
utiliza la tierra demasiada intensivamente para su recuperación. Adicionalmente, el
ganado apacienta la tierra de tal manera que la deja improductiva. Eventualmente un
campesino tiene que cultivar un subsuelo arcilloso con menos de 1% de contenido
orgánico, y sujeto a inundación. Esta práctica eventualmente deja la tierra inútil para la
agricultura (Bolay, 1997).
En la parte occidental de la cuenca del Yaque del Norte, solamente el 3% de tierra
es apta para la agricultura intensiva, el 16% para la agricultura marginal, el 28% para el
ganado y el 53% para la silvicultura. Sin embargo, en 1980, el 20.9% de la tierra se
utilizó para la agricultura intensiva, el 30% para la agricultura marginal, 37% para el
prado natural y 10% para la silvicultura. Esta mala utilización de la tierra ha llevado a
una productividad reducida (Bolay, 1997).
A elevaciones más altas, se ha practicado el cultivo de tala y quema
aproximadamente durante los últimos 30 años de tal manera que la degradación no es tan
severa y se ha dejado alguna cubierta de bosque. Estos suelos son ácidos con un
contenido de nutrientes más bajo y son aptos para apacentar ganado y cultivar café
(Bolay, 1997).

2.3 Volumen del río, presas de embalse y sedimentación

Las tasas de infiltración de la precipitación son afectadas por la pérdida del bosque y el
suelo. La tasa normal de erosión para el ambiente subtropical varía entre 0.4 y 1.8
toneladas/ha/año. El 90% de suelos de la Cordillera Central son afectados por la erosión.
La cuenca del Río Yaque del Norte ha estado perdiendo la capa superficial del suelo a
una tasa de 275 toneladas/ha/año. Una de las sub-cuencas, el Río Guayubín, ha perdido
la capa superficial del suelo a una tasa de 111 toneladas/ha/año. Se ha sugerido que con
tan alta pérdida de suelo, los esfuerzos futuros de la repoblación forestal pueden ser
imposibles (Bolay, 1997).
Hartshorn et al. (1981) notó, en términos de erosión y sedimentación, que se
represan los ríos pensando poco en la deforestación y el uso de los terrenos agrícolas. La
cuenca del Río Yaque del Norte tiene tres presas principales: el de Taveras y el complejo
de Bao-López son localizados en la cuenca media, río arriba de Santiago en los Ríos
Yaque del Norte y Bao. La presa de Monción se ubica en el Río Mao en la cuenca baja
(Rodríguez Taveras, 2000). Antes de construir las presas, se estimó la tasa del flujo del
Río Yaque del Norte variaba entre 38 y 100 m3/s (RodríguezTaveras, 2000), con un flujo
medio de 64 m3/s. Las tasas del flujo de los Ríos Mao y Guayubín son 25.12 y 13.38
m3/second (Bolay, 1997; Hartshorn et al., 1981). Las tasas de flujo más altas ocurren en
mayo, agosto, septiembre y noviembre.
El problema mayor presentado por la deforestación es la sedimentación en las
presas y los canales de irrigación. Las presas de la cuenca del Yaque del Norte operan
con una tasa de eficiencia de aproximadamente el 40% y la eficiencia es aún más baja
con respecto a usos para el consumo humano y la irrigación. En 1978, la presa de
Taveras tuvo una tasa de sedimentación de 1,300 m3/km2/año. En 1981, la tasa se estimó
en 2,500 m3/km2/año. En 1993, INRDHI estimó una tasa media de sedimentación durante
20 años de 1,800 m3/km2/año. Por 2022, el nivel de sedimento alcanzará el punto donde

5
toma de agua para la generación hidroeléctrica y se perderá el 50% del volumen de la
presa (Rodríguez Taveras, 2000).
En términos de erosión e inundaciones, el manejo inefectivo de la cuenca ha
llevado a una erosión de suelos y ha amplificado la cantidad y la frecuencia de daños por
inundaciones. Se debe la mayor parte del flujo de los ríos a la escorrentía de agua y,
como un ejemplo, el Río Guayubín sube supuestamente de uno a 10 metros dentro de
unas pocas horas después de llover y luego su volumen disminuye rápidamente (Bolay,
1997).

2.4 La escorrentía y la irrigación

El Yaque del Norte, incluyendo sus numerosos tributarios, es el río más utilizado en RD
en términos de canales de irrigación (Núñez Molina, 1987). Bolay (1997) discute los
problemas en la porción occidental de la cuenca debido a salinización, anega y
contaminación por agroquímicos o aguas residuales. La sedimentación debido a la
escorrentía y la erosión también afecta mucho los canales de irrigación (Bolay, 1997).
Se debía el interés inicial en la irrigación para promover el cultivo de arroz en los
1920. De ese tiempo a la década de los 80, se ha construido 377 km de canales primarios
y 352 km de canales secundarios, principalmente en los regiones de las cuencas media y
baja, e irrigan aproximadamente 75,000 ha (Rodríguez Taveras, 2000). Los canales de
irrigación han desviado una gran parte del caudal en las partes media y baja del río. La
irrigación ha permitido una agricultura intensiva, dominada por la caña de azúcar, el
plátano, el ganado y las cosechas mixtas. A nivel nacional, la eficiencia de la irrigación
es de 18 a 25% y los granjeros no pagan el verdadero valor económico del agua (Banco
Mundial, 2004).
La salinización de la tierra y el aumento en la conductividad en el agua son
ligados al desagüe deficiente de tierras agrícolas. Un estudio de dos meses por INRDHI
y GTZ (1993) documentó el incremento en el contenido de sales y la turbidez río abajo de
Navarrete (río abajo de Santiago). Rodríguez Taveras (2000) informó también que el
problema se empeora al acercarse hacia la cuenca baja y la desembocadura al Océano
Atlántico. Se estima que 31,250 ha en la cuenca del Yaque del Norte son afectados por la
salinización y INRDHI estima que a nivel nacional el 34% de tierras irrigadas es afectada
por salinización. El cultivo del arroz ha creado la mayor parte del problema de
salinización y ahora se fomenta la sustitución de productos, incluyendo, el plátano, el
cajuil, el melón, el sorgo, el tomate, el maíz, el guandul, el tamarindo y la toronja (Banco
Mundial, 2004; Rodríguez Taveras, 2000).
El Río Yaque del Norte descarga en el Parque Nacional Montecristi. Es un
bosque seco subtropical, con más de 4,000 ha de mayormente mangle rojo, Rhizophora
mangle. Esta región representa el manglar más grande RD. En el lado tierra firme del
manglar se encuentran pantanos salados de vegetación halofítica. Los suelos aluviales
abundan. Los mangles costeros son protegidos en el lado hacia el mar por arrecifes
coralinos. Se han reportado la presencia de tortugas marinas, manatís y cocodrilos en
esta área (Bolay, 1997).

3 Materiales y métodos

6
3.1 Ubicación de los sitios de muestreo y la descripción del área

El Río Yaque del Norte origina en la Cordillera Central de la parte occidental de


República Dominicana. Su trayectoria sigue primero un rumbo hacia el este y el norte,
luego cambiando dirección hacia el noroeste hasta su desembocadura en el Océano
Atlántico cerca de la frontera haitiana. El límite norte de la cuenca se define por la
Cordillera Septentrional, siendo una loma montañosa baja que paralela la costa atlántica
al norte. Se localiza el río entre las latitudes 19o 49' 49” y 19o 04' 45” norte (UTM 19Q
0222539 - 0307764) y las longitudes 70o 49' 63” y 71o 38' 93” oeste (UTM 19Q 2110056
- 2194267) (Figura 2). La totalidad de la cuenca cubre un área de tierra de más de 7,000
km2, o 14% del territorio dominicano, en elevaciones que recorren de aproximadamente
los 3,000 metros al nivel de mar (Bolay, 1997; Rodríguez Taveras, 2000).
Se muestrearon un total de 14 sitios hasta cinco veces de junio a agosto 2004. Se
establecieron nueve sitios de muestreo a lo largo de aproximadamente 200 km de los 308
km del cauce del Yaque del Norte (Bolay, 1997) desde cerca del límite del Parque
Nacional José Armando Bermúdez hasta cerca de la desembocadura en Montecristi. Los
sitios de muestreo recorrieron desde los 900 metros sobre el nivel de mar.
Adicionalmente, se estableció un sitio en el Arroyo Hierba Buena, conduciendo aguas
residuales sin tratamiento al Yaque del Norte en la ciudad de Jarabacoa, el principal
centro de turismo de montaña de RD. Se estableció otro sitio semejante, en el Arroyo
Nibaje, dentro de la ciudad de Santiago. En la cuenca baja del Yaque del Norte, se
establecieron sitios por donde descargan tres tributarios significativos al cauce del Yaque
del Norte, en los Ríos Amina, Mao y Guayubín (Cuadro 1).
En la cuenca alta, la precipitación alcanza hasta 2,000 mm/año (Hartshorn et al.,
1981); la lluvia anual normal en Jarabacoa es 1,435 mm. En la cuenca media, la lluvia
anual normal en Santiago es 1,021 mm. La parte sur de la cuenca recibe una cantidad de
lluvia adecuada para la agricultura sin irrigación (Rodríguez Taveras, 2000). La parte
media de la cuenca, que representa aproximadamente 75% del área total, está deforestada
en un 80% (Rodríguez Taveras, 2000). Se caracteriza la cuenca baja con una agricultura
intensiva, la irrigación y las condiciones cada vez más áridas porque los vientos alisios
del Atlántico son bloqueados por la Cordillera Septentrional. La precipitación cerca de la
costa (Montecristi) tiene un promedio de 675mm/año (Bolay, 1997).

3.2 Método de muestreo

Se midieron la temperatura, el oxígeno disuelto, el pH, la conductividad y la turbidez in


situ con un aparato digital (Horiba U-10 Water Quality Checker) y un medidor de
oxígeno disuelto (YSI Model 58 Meter). Se determinó el amoniaco con un paquete de
reactivos de Hach 25598-00. Se colectaron muestras adicionales de agua, fueron
congeladas y luego transportadas para analizar, después de una preparación específica, en
Winthrop University, South Carolina, USA, para determinar el contenido de fósforo total
(TP), fosfato, nitrógeno total (TN) y nitrato utilizando un espectrofotómetro marca Hach
RD/4000. Las pautas específicas de Hach incluyeron el análisis de nitrato por el método
10049 de UV, el análisis de TN por el método 10071 de digestión de persulfato, el
análisis de TP por el método 8190 de digestión de ácido de persulfato y el análisis de
fósforo reactivo por el método 8114 de molibdovanadato.

7
Se aseguró la calidad de datos tanto como posible bajo condiciones de campo de
República Dominicana. Se colectaron datos de temperatura con dos medidores para
propósitos de comparación. Antes de cada muestreo, se calibró el medidor de oxígeno
disuelto YSI por el método atmosférico. Igualmente se calibró el aparato Horiba con una
solución de calibración (Horiba AutoCal Solution). Se utilizó los paquetes de reactivos
de Hach de acuerdo a las especificaciones. Las muestras de agua para los análisis en
Winthrop University fueron mantenidas en una nevera en el campo, y luego congeladas
hasta el análisis.

4 Resultados

Se experimentó una precipitación fuerte durante el inicio del muestreo en mayo 2004. La
precipitación disminuyó sobre el transcurso del período del estudio hasta la terminación
en agosto 2004. Los caudales del río, o las tasas del flujo, y la turbidez fluctuaron
ampliamente durante el período entero de estudio debido a una precipitación frecuente en
las elevaciones más altas de la cuenca.

4.1 Oxígeno

En el Río Yaque del Norte, el oxígeno disuelto (OD) era siempre mayor que 5 mg/L, el
nivel generalmente aceptado para sostener la fauna acuática (Figuras 3 y 4). Sin embargo
durante varios episodios individuales de muestreo río abajo de Santiago, las lecturas de
OD oscilaban entre 3 y 4 mg/L durante períodos de poco caudal en el río (el sitio de
Yaque-El Remate). Adicionalmente, OD en los Arroyos Hierba Buena (promedio de 4.7)
y Nibaje (promedio de 1.5) fue inadecuado. Se encontraron los promedios más altos de
OD en los tributarios Ríos Amina y Mao sobre la cuenca baja y en sitios de la cuenca alta.

4.2 pH

Las concentraciones del ion de hidrógeno (pH) eran normalmente cerca de 7 a través de
la cuenca, inclusive en los dos arroyos descargando aguas residuales al Yaque del Norte
(Hierba Buena y Nibaje) (Figura 5). Estos valores caen dentro de las normas de calidad
de agua de SEMARN (2003).

4.3 Conductividad

La conductividad eléctrica media fue más baja en la cuenca alta y los puntos superiores
de la cuenca media, variando de 0.08 a 0.19 mS/cm. La conductividad media en los
Arroyos Hierba Buena y Nibaje era apreciablemente más alta (0.24 y 0.72 mS/cm,
respectivamente) que en las aguas del río (Figuras 6 y 7). La conductividad aumentó río
abajo de Santiago substancialmente hasta un promedio de 1.05 mS/cm.

4.4 Turbidez

INDHRI y GTZ (1993) indican un estándar de 100 NTU para RD. La turbidez media
sólo excedió este estándar en el río abajo de Santiago en Yaque-El Remate y en el Río

8
Guayubín (Figuras 8 y 9). Los sitios en la cuenca alta siempre mostraron una turbidez
baja. Los sitios en la cuenca baja mostraron, de manera consistente, las lecturas de NTU
más altas.

4.5 Nitrógeno

El promedio de TN estaba generalmente por debajo de 1.5 mg/L, el estándar usual


empleado en USA y usado en este estudio como punto de referencia. El Arroyo Nibaje,
una fuente importante de aguas residuales sin tratamiento en Santiago, mostró un
promedio de 6.3 mg/L y probablemente tuvo un impacto significativo sobre los valores
medios de TN de 4.2 mg/L en el cauce del Río Yaque Norte en el centro de Santiago
(Figuras 10 y 11).
Se encontraron concentraciones medias más altas del nitrato en el Arroyo Hierba
Buena, que lleva aguas residuales sin tratamiento de la ciudad de Jarabacoa al Río Yaque
del Norte (Figura 12). Las figuras 12 y 13 ilustran concentraciones altas de nitrato a
través de las cuencas media y baja, alcanzando una máxima en el sitio Yaque-Amina. Se
encontraron concentraciones medias más altas de amoniaco en los Arroyos Hierba Buena
y Nibaje, debido al aporte de aguas residuales sin tratamiento de Jarabacoa y Santiago
(Figura 14). Se discernieron cantidades detectables de amoniaco sólo en el cauce
principal del Yaque del Norte en el centro de Santiago y en el primer sitio río abajo de
Santiago (Yaque-El Remate).

4.6 Fósforo

En el estudio actual, los aportes significativos puntuales de fósforo (TP y el fosfato) en el


Río Yaque del Norte proceden de los Arroyos Hierba Buena y Nibaje, ambos aportando
aguas residuales sin tratamiento al río. El promedio de TP excedió, normalmente, 0.025
mg/L, siendo la norma de calidad de agua de RD según SEMARN (2003) (Figuras 15 a
18). En el cauce principal del río, tanto TP como el fosfato alcanzan una concentración
máxima río abajo de Santiago en Yaque-El Remate.

5 Discusión

La literatura indica que la calidad de agua río arriba de Santiago es apreciablemente


superior a que se encuentra en áreas río abajo debido al aporte de volúmenes altos de
materia orgánica. El OD disminuye notablemente en el río abajo de Santiago. Se hace
referencia también a que la demanda química del oxígeno es muy alta y se debe
probablemente a agroquímicos y contaminantes industriales (Abt Associates, Inc., 2002).
El mismo grupo informó que de las 10 plantas del tratamiento de aguas residuales a lo
largo del río, nueve están en Santiago y uno en Montecristi, esta última con frecuencia
fuera de servicio. Sin embargo, los autores notaron que el OD era generalmente por
encima de 5 mg/L en el río. Se encontró en otro estudio de duración de dos meses
(INRHI y GTZ, 1993) que también el OD estuvo por encima de 5 mg/L en el río.
Una situación semejante es común en las regiones tropicales y subtropicales que
carecen las facilidades centralizadas u operacionales del tratamiento de aguas residuales.
El promedio del oxígeno disuelto fue deprimido a niveles tan bajos como 1.8 mg/L en las

9
cañadas urbanas más contaminadas de la cuenca del Río Piracicaba, Brasil (Daniel et al.,
2002). Se atribuyeron enteramente las disminuciones del oxígeno disuelto a descargas
puntuales de aguas urbanas residuales sin tratamiento. Asimismo, las concentraciones de
OD en otro estudio urbano tropical de una cañada en Accra, Ghana mostraron valores
medios que varían de 1.48 a 4.88 mg/L (Thorne et al., 2000).
Abt Associates, Inc. (2002) y Hartshorn et al. (1981) reportaron concentraciones
de cationes y aniones aumentando hasta 30 veces después de pasar por Santiago y con la
adición del desagüe agrícola al río. Ellos indicaron también que el volumen de agua
contribuido al río de los tributarios más grandes, los Ríos Amina y Mao, probablemente
diluyó la conductividad eléctrica en el Yaque del Norte.
En otros estudios tropicales y subtropicales, se informaron que la conductividad
en aguas menos contaminadas varía entre 0.05 y 0.1 mS/cm. La conductividad era
aproximadamente tres veces mayor en las cañadas más contaminadas en la cuenca del
Río Piracicaba, Brasil (Daniel et al., 2002) que en el mismo río, entre 0.4 y 0.6 mS/cm.
Se atribuyeron estos aumentos enteramente a las descargas puntuales de aguas residuales
urbanas sin tratamiento. De manera semejante, la conductividad alta en otro estudio
urbano tropical de una cañada en Accra, Ghana mostró una conductividad que varía de
0.232 a 1.252 mS/cm desde los sitios menos hasta los sitios más impactados (Thorne et
al., 2000). En Tanzania, las aguas que corren por una cuenca agrícola tenían una
conductividad tan alta como 48 mS/cm (Ngoye y Machiwa, 2004). En un estudio de una
región intensamente irrigada de Australia, Jackson et al. (2000) notaron que en la cuenca
Murray-Darling, suministrando aproximadamente la mitad de la producción agrícola de
Australia, se ha tenido que limitar la extracción de agua en respuesta a un aumento en la
salinización debido a la irrigación para equilibrar la demanda entre la población humana
y la demanda para la agricultura. Estos límites tuvieron como resultado volver las
diversiones de agua a los niveles de 1993-94.
La turbidez, generalmente medida en unidades nefelométricas (NTU), es un
indicador de la carga de sedimento. Las partículas de sedimento, principalmente de cieno
y arcilla o de lodo, pueden llegar a ser suspendidas en el agua debido al viento y las
corrientes, o pueden ser lavadas al agua por la escorrentía. Esto variará según el nivel de
precipitación y el uso de la tierra. Se debe alguna turbidez a materia orgánica, tal como
aquella de células de algas/fitoplancton y otros microorganismos. La turbidez que se
debe a materia inorgánica tal como el lodo puede atascar las agallas de los peces, enterrar
y sofocar huevos u otras etapas pequeñas de vida bentónica de organismos acuáticos,
transportar contaminantes adsorbidos e inducir la atenuación de la luz solar (que afectará
la fotosíntesis) (Davies-Colley 2001).
El aporte de nutrientes tiene su origen en fuentes naturales así como en fuentes
culturales. En USA, la concentración de TN en el medio ambiente natural varía de 0.02
en la región occidental más seca del país a 0.5 mg/L en la llanura costera del sureste. La
concentración de TP en el medio ambiente natural varía de menos de 0.006 en la región
occidental más seca a 0.08 mg/L en la región de las Llanuras Grandes (Smith et al.,
2003). El nitrógeno y el fósforo son los elementos responsables en la sobre-fertilización
acuática, o la eutroficación. Específicamente en la presencia de concentraciones altas de
TP, las aguas superficiales en la cuenca entera del Río Yaque del Norte son eutróficas.
Abt Associates, Inc. (2002) reportó que el amoniaco solamente excedió 0.5 mg/L, la

10
norma de la calidad de agua para RD (SEMARN, 2003), en Navarrete cerca del sitio de
Yaque-El Remate en el estudio actual.
Generalmente se reportan niveles altos de fósforo en aguas superficiales de Puerto
Rico (Sotomayor-Ramírez et al., 2001). Los autores indican que el límite umbral para la
eutroficación se considera en 0.1 mg/L, pero concentraciones tan bajas como 0.02 mg/L
puede causar un problema. En el 50% medio de muestras TP varió de 0.04 a 0.29 mg/L,
con un promedio de 0.3 mg/L. La carga de fósforo fue atribuida a una variedad de
orígenes orgánicos, incluyendo las del medio ambiente natural, las no-puntuales de la
actividad agrícola y las descargas puntuales. No había diferencias estacionales en
concentraciones de TP como se esperaba después de formar una hipótesis que el fósforo
sería más alto en meses más lluviosos debido a la escorrentía. Otros investigadores han
encontrado resultados semejantes. En Georgia, USA, Nearing et al., (1993) no encontró
relación entre tasas de flujo y concentraciones de fósforo en agua que corre por terrenos
dedicados a bosque y a aquellos dedicados a pasto. Kwong et al. (2002) indicó ese
movimiento de nitrógeno y fósforo es ligado al sedimento en la escorrentía y no se
comporta diferente entre regiones templadas y tropicales. En RD, Jobin (1999) informó
que en un proyecto de construcción de una presa sobre el Río Nizao en el sur de RD, el
Lago Valdesia tuvo 0.01 TP mg/L en 1979 y por 1990-91, TP era 0.05 mg/L,
simultáneamente con un aumento en la cantidad de algas.
El uso de agua en regiones rurales en el trópico corre la gama de escenarios tales
como el Amazonas peruano relativamente prístino y escasamente habitado donde la
mayoría de las personas obtienen su agua potable y se deshace de sus desechos sin
tratamiento en la misma fuente sin dañar el recurso (McClain et al., 2001) a la situación
en la mayoría de las regiones tropicales donde ríos son impactados pesadamente por
actividades humanas, como mencionado más temprano aquí (Daniel et al., 2002; Ngoye y
Machiwa, 2004; Thorne et al., 2000). En todo caso, se recomienda el tratamiento de
aguas residuales y la conservación de los humedales y las zonas amortiguadores de las
riberas.
A menudo los proyectos de desarrollo en áreas tropicales enfocan
desproporcionadamente en la utilización de la tierra e ignoran en gran parte los recursos
acuáticos. La preservación de una alta calidad de agua es esencial para sostener los
recursos acuáticos tales como las pesquerías (Brinson, 1987). De una vista global, con
pronósticos de cambio de clima, muchas regiones de mundo pueden llegar a ser aún más
limitadas en términos de la disponibilidad de agua dulce. El agua de desagüe puede
aumentar 10% en décadas futuras debido al cambio del clima mientras se proyecta un
aumento de 30% para la población humana. Como un ejemplo de condiciones acuáticas
actuales, Jackson et al. (2001) reportó que hasta 20% de todas las especies de agua dulce
es amenazado o ya extinto por todo el mundo debido a la degradación de hábitats. En
una evaluación reciente de la fauna macroinvertebrada en 26 sitios en la cuenca del
Yaque del Norte, Soldner et al. (2004) encontraron que se asoció el deterioro en la
calidad de agua con indicadores declinantes de riqueza y diversidad de especies, esto a
pesar de no ser capaz de eliminar el efecto de la composición de macroinvertebrados en la
cuenca alta contra la cuenca baja. Para RD en general, Russell (1991) informó que con
una cobertura de bosque de aproximadamente 10% sobre el territorio nacional que es
montañoso en un 60%, muchos ríos que anteriormente fueron de caudal alto se han
secado debido a deforestación. Por lo tanto, la mayor causa de la disminución en

11
volumen de los ríos en RD es la deforestación, y conjuntamente con la deforestación y
terreno montañoso, la erosión de suelos es el problema número uno de los recursos
naturales. Los suelos lavados a los ríos pueden alterar irrevocablemente el hábitat de la
fauna acuática a través de la degradación de la calidad de agua y la sofocación del hábitat
y la fauna con sedimento (Davies-Colley, 2001). Por ejemplo, la presa hidroeléctrico
Tavera, en el Río Yaque del Norte, había acumulado 20 metros de sedimento detrás del
dique en menos de 20 años después de su construcción (Russell, 1991). En términos del
medio ambiente costero, la literatura indica que los nutrientes, los sedimentos
suspendidos y otros contaminantes descargados por ríos en áreas costeras impactan la
zona costera, especialmente los arrecifes coralinos (Devlin et al., 2001).
Además de la pérdida de suelo y la sedimentación, el aporte de nutrientes de la
cuenca de un río tiene un impacto fuerte sobre a calidad de agua. Al comparar cuencas de
regiones templadas contra las tropicales, los contaminantes no-puntuales son la fuente
mayor de nutrientes en USA (Carpenter et al., 1999), mientras que los contaminantes
puntuales son más significativos en los países tropicales en desarrollo (Ometo et al.,
2000). Las aguas sobre-fertilizadas debido a la presencia de nutrientes tales como
nitrógeno y fósforo resultan en un estado de eutroficación. Las aguas eutroficadas
contienen comúnmente grandes poblaciones de algas y resultan en un problema
significativo en aguas superficiales porque indican una agua degradada para la fauna
acuática. La mayor parte del problema origina del excedente de fósforo, el culpable
principal en la eutroficación, seguido por el nitrógeno (Carpenter et al., 1998). Withers y
Lord (2002) comentaron sobre el asunto del manejo de la tierra y el control del exceso de
nutrientes en aguas superficiales en UK. En el Río Nuese, North Carolina, USA, los
nutrientes agregados de las 441 descargas puntuales y de las 554 granjas de producción
animal han creado una situación por lo cual la cuenca del río es un depósito de nutrientes;
eso es, se importan los nutrientes desde fuera de la cuenca. Bajo condiciones de
precipitación intensiva, los nutrientes pueden crear condiciones severamente degradadas
de agua en el río y río abajo en los estuarios (Glasgow y Burkholder, 2000). Por otro
lado, sobre un período de 20 años de un manejo cuidadoso, los niveles de nitrógeno y
fósforo disminuyeron apreciablemente en cuatro ríos de Ohio, USA después de la
introducción de un mejor plan de manejo de la aplicación de abonos inorgánico y
orgánico (Richards y Baker, 2002). Si la carga mayor es de origen no-puntual, otra vez,
la preservación y/o la creación de vegetación ribereña, los humedales y las tierras
inundadas a los lados de los ríos pueden jugar un papel amortiguador en cuanto a esta
carga de contaminación.

6 Conclusión

Esta investigación actual representa un esfuerzo para contribuir a la base de datos de la


evaluación y el conocimiento de la calidad de agua de la cuenca del Río Yaque del Norte
para administradores y reguladores de este recurso. El río es el más largo en RD y abarca
también la cuenca más grande del país. Su origen es en un parque nacional de alto-
montaña prístino, pero río abajo es la fuente de agua potable para una porción
significativa de la población del país y la fuente de irrigación para mucha tierra agrícola
del país. En su trayectoria de montaña al mar, recibe aguas residuales con y sin
tratamiento de varios municipios, inclusive de la segunda ciudad, en cuanto a población,

12
en el país (Santiago) y recibe el aporte de contaminantes no-puntuales de tierras agrícolas
y de laderas montañosas deforestadas.
Con una población humana creciente, una agricultura intensiva que emplea
abonos y pesticidas sintéticos y contra el fondo de un terreno generalmente montañoso,
mucho de que requiere la irrigación para sostener la agricultura, el desafío de manejar
satisfactoriamente los recursos territoriales y acuáticos de la cuenca del Río Yaque del
Norte para satisfacer a todos los involucrados es crítico y se necesita atender
urgentemente al asunto.

7 Agradecimientos

El autor principal agradece el apoyo del Programa de Becas Fulbright, la institución


anfitriona, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y el Consejo
de Investigación de Winthrop University para el apoyo financiero y de infraestructura
para realizar esta investigación. Atahualpa López, del Centro de Estudios Urbanos y
Rurales, PUCMM, preparó los mapas de la cuenca del Yaque del Norte.

Referencias

Abt Associates, Inc. (2002) Diagnóstico Ambiental y Análisis Económico/Fiscal,


Informe Final. República Dominicana, Secretaría de Estado de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, Proyecto de Políticas Nacionales de Medio Ambiente, Préstamo LIL
4293-DO, Vol. 3, Capítulo 4: Calidad de Agua.

Banco Mundial (2004) República Dominicana: Prioridades Ambientales y Opciones


Estratégicas, Análisis Ambiental del País, Unidad Administrativa de Países Caribeños
Desarrollo Ambiental y Socialmente Sostenible Región de América Latina y el Caribe.

Bolay, E. (1997) The Dominican Republic, a Country between Rain Forest and Desert:
Contributions to the Ecology of a Caribbean Island, Margraf Verlag, Weikersheim,
Germany.

Brinson, M. (1987) ‘Controlling development to conserve aquatic resources: freshwater


fisheries including aquaculture’, Module 13, in Lugo, A.E., Clark, J.R. and Child, R.D.
(Editors.) Ecological Development in the Humid Tropics, Guidelines for Planners.
Winrock International Institute for Agricultural Development, Morrilton, AR, pp. 339-
360.

Carpenter, S.R., Ludwig, D. and Brock, W.A. (1999) ‘Management of eutrophication for
lakes subject to potentially irreversible change’, Ecological Applications, Vol. 9(3), pp.
751-771.

Carpenter, S.R., Caraco, N.F., Correll, D.L., Howarth, R.W., Sharpley, A.N. and Smith,
V.H. (1998) ‘Nonpoint pollution of surface waters with phosphorus and nitrogen’,
Ecological Applications, Vol. 8(3), pp. 559-568.

13
Consejo para el Desarrollo Estratégico de la Ciudad y el Municipio de Santiago, Inc.
(2002) Santiago 2010: Plan Estratégico de Santiago. Santiago, República Dominicana.

Daniel, M.H.B., Montebello, A.A., Bernardes, M.C., Ometto, J.P.H.B., DeCamargo, P.B.,
Krusche, A.V., Ballester, M.V., Victoria, R.L. and Martinelli, L.A. (2002) ‘Effects of
urban sewage on dissolved oxygen, dissolved inorganic and organic carbon, and electrical
conductivity of small streams along a gradient of urbanization in the Piracicaba River
basin’ , Water, Air, and Soil Pollution Vol. 136, pp. 189-206.

Davies-Colley, R.J. and Smith, D.G. (2001) ‘Turbidity, suspended sediment, and water
clarity: A review’, Journal of the American Water Resources Association, Vol. 37, pp.
1085-1101.

Devlin, M., Waterhouse, J. and Brodie, J. (2001) ‘Community and connectivity:


summary of a community based monitoring program set up to assess the movement of
nutrients and sediments into the Great Barrier Reef during high flow events’, Water
Science and Technology, Vol. 43, pp. 121-131.

Glasgow, H.B. and Burkholder, J.M. (2000) ‘Water quality trends and management
implications from a five-year study of a eutrophic estuary’, Ecological Applications, Vol.
10, pp. 1024-1046.

Hartshorn, G., Antonini, G., DuBois, R., Harcharick, D., Heckadon, S., Newton, H.,
Quesada, C., Shores, J., and Stables, G. (1981) La República Dominicana: Perfil
Ambiental del País, Un Estudio de Campo, AID Contract No. AID/SOD/PDC-C-0247.
JRB Associates, Virginia, USA.

INDRHI, República Dominicana and GTZ (Gesellschaft fűr Technische


Zusammenarbeit), República Federal de Alemania. (1993) Relevamiento de Calidad de
Agua en el Río Yaque del Norte, República Dominicana, Proyecto “Fortalecimiento del
INDRHI en actividades hidrológicas”, Informe no. 74.

Jackson, R.B., Carpenter, S.R., Dahm, C.N., McKnight, D.M., Naiman, R.J., Postel, S.L.
and Running, S.W. (2001) ‘Water in a changing world’ , Ecological Applications, Vol.
11, pp. 1027-1045.

Jobin, W. (1999) Dams and Disease: Ecological Design and Health Impacts of Large
Dams, Canals and Irrigation Systems, E. & F.N. Spon, Taylor and Francis Group,
London, UK.

Kwong, K.F.N.D., Bholah, A., Volcy, L. and Pynee, K. (2002) ‘Nitrogen and phosphorus
transport by surface runoff from a silty clay loam soil under sugarcane in the humid
tropical environment of Mauritius’, Agriculture Ecosystems and Environment, Vol. 91(1-
3), pp. 147-157.

14
McClain, M.E., Aparicio, L.M. and Llerena, C.A. (2001) ‘Water use and protection in
rural communities of the Peruvian Amazon basin’, Water International, Vol. 26(3), pp.
400-410.

Nearing, M.A., Risse, R.M. and Rogers, L.F. (1993) ‘Estimating daily nutrient fluxes to
a large Piedmont reservoir from limited tributary data’, Journal of Environmental
Quality, Vol. 22, pp. 666-671.

Ngoye, E. and Machiwa, J.F. (2004) ‘The influence of land-use patterns in the Ruvu
river watershed on water quality in the river system’, Physics and Chemistry of the
Earth, Vol. 29, pp. 1161-1166.

Núñez Molina, L.N. (1987) El Territorio Dominicano, Editora Corripio, C. por A.,
Santo Domingo, República Dominicana.

Ometo, J.P.H.B., Martinelli, L.A., Ballester, M.V., Gessner, A., Krusche, A.V., Victoria,
R.L. and Williams, M. (2000) ‘Effects of land use on water chemistry and
macroinvertebrates in two streams of the Piracicaba River basin, south-east Brazil’,
Freshwater Biology, Vol. 44, pp. 327-337.

Richards, R.P. and Baker, D.B. (2002) ‘Trends in water quality in LEASEQ rivers and
stream (northwestern Ohio), 1975-1995’, Journal of Environmental Quality, Vol. 31, pp.
90-96.

Rodríguez Taveras, R.I. (2000) El Río Yaque del Norte Desde el Pico Duarte Hasta
Montecristi, Self-Published, Dominican Republic.

Russell, F.A. (1991) ‘Land use: erosion and poverty in the Dominican Republic’, The
Centennial Review, College of Arts and Letters, Michigan State University, Vol.
XXXV(2), pp. 323-334.

SEMARN (Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales, República


Dominicana) (2003) Norma Ambiental Sobre Calidad del Agua y Control de Descargas,
Santo Domingo, República Dominicana.

Smith, R.A., Alexander, R.B. and Schwarz, G.E. (2003) ‘Natural background
concentrations of nutrients in streams and rivers of the conterminous United States’,
Environmental Science and Technology, Vol. 37(14), pp. 3039-3047.

Soldner, M., Stephen, I., Ramos, L., Angus, R., Wells, N.C., Grosso, A. and Crane, M.
(2004) ‘Relationship between macroinvertebrate fauna and environmental variables in
small streams of the Dominican Republic’, Water Research, Vol. 38, pp. 863-874.

Sotomayor-Ramirez , D., Martinez, G. and Olivieri, LJ. (2001) ‘Phosphorus status of


stream waters in Puerto Rico: 1989-1997’, Journal of Agriculture of the University of
Puerto Rico, Vol. 85, pp. 1-15.

15
Thorne, R.S.J., Williams, W.P. and Gordon, C. (2000) ‘The macroinvertebrates of a
polluted stream in Ghana’, Journal of Freshwater Ecology, Vol. 15(2), pp. 209-217.

Withers, P.J.A. and Lord, E.I. (2002) ‘Agricultural nutrient inputs to rivers and
groundwaters in the UK: policy, environmental management and research needs’,
Science of the Total Environment, Vol. 282, pp. 9-24.

Cuadro 1. Número de muestras (N) y el período de muestreo para 14 sitios en la cuenca


del Río Yaque del Norte, República Dominicana.

Sitio de muestreo N Período de muestreo


Yaque-Manabao 5 14-Jun-09-Ago 2004
Yaque-Pinar Quemado 5 14-Jun-09-Ago 2004
Arroyo Hierba Buena 3 12-Jul-09-Ago 2004
Yaque-Jarabacoa 5 14-Jun-09-Ago 2004
Yaque-Las Charcas 5 13-Jun-10-Ago 2004
Arroyo Nibaje 4 28-Jun-10-Ago 2004
Yaque-Santiago 5 13-Jun-10-Ago 2004
Yaque-El Remate 5 12-Jun-11-Ago 2004
Yaque-Amina 5 13-Jun-11-Ago 2004
Río Amina 5 13-Jun-11-Ago 2004
Río Mao 5 13-Jun-11-Ago 2004
Río Guayubín 5 13-Jun-11-Ago 2004
Yaque-Castañuelas 5 13-Jun-11-Ago 2004
Yaque-Montecristi 4 29-Jun-11-Ago 2004

Figura 1. Uso de tierra en la cuenca del Río Yaque del Norte, noroeste de República
Dominicana.

Figura 2. La cuenca del Río Yaque del Norte, noroeste de República Dominicana. Se
establecieron 14 sitios de muestreo a lo largo de 200 km del río y algunos tributarios
desde la cuenca montañosa alta hasta la cuenca baja cerca de la desembocadura en el
Océano Atlántico.

Figura 3. El promedio del oxígeno disuelto en la cuenca del Río Yaque del Norte,
República Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 5 mg/L indica el
nivel de oxígeno disuelto necesario para sostener la vida acuática. Las barras circundadas
representan tributarios del río principal.

Figura 4. El promedio del oxígeno disuelto en la cuenca del Río Yaque del Norte,
República Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 5 mg/L indica el
nivel de oxígeno disuelto necesario para sostener la vida acuática.

16
Figura 5. El promedio de pH en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. Las barras circundadas representan tributarios del
río principal.

Figura 6. El promedio de la conductividad en la cuenca del Río Yaque del Norte,


República Dominicana de junio a agosto de 2004. Las barras circundadas representan
tributarios del río principal.

Figura 7. El promedio de la conductividad en la cuenca del Río Yaque del Norte,


República Dominicana de junio a agosto de 2004.

Figura 8. El promedio de turbidez en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 100 NTU es un estándar
indicado en INDRHI y GTZ (1993). Las barras circundadas representan tributarios del
río principal.

Figura 9. El promedio de turbidez en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 100 NTU es un estándar
indicado en INDRHI y GTZ (1993).

Figura 10. El promedio del nitrógeno total en la cuenca del Río Yaque del Norte,
República Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 1.5 mg/L es un
estándar común en USA que no se debe exceder y es utilizado aquí como punto de
referencia. Las barras circundadas representan tributarios del río principal.

Figura 11. El promedio del nitrógeno total en la cuenca del Río Yaque del Norte,
República Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 1.5 mg/L es un
estándar común en USA que no se debe exceder y es utilizado aquí como punto de
referencia.

Figura 12. El promedio de nitrato en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. Las barras circundadas representan tributarios del
río principal.

Figura 13. El promedio de nitrato en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004.

Figura 14. El promedio de amoniaco en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004.

Figura 15. El promedio del fósforo total en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 0.025 mg/L es el estándar
que no se debe exceder según las normas de SEMARN. Las barras circundadas
representan tributarios del río principal.

17
Figura 16. El promedio del fósforo total en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. La línea tachada en 0.025 mg/L es el estándar
que no se debe exceder según las normas de SEMARN.

Figura 17. El promedio de fosfato en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004. Las barras circundadas representan tributarios del
río principal.

Figura 18. El promedio de fosfato en la cuenca del Río Yaque del Norte, República
Dominicana de junio a agosto de 2004.

18

También podría gustarte