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Emocional
El área emocional es fundamental para mantener el equilibrio y la salud,
empecemos por reconocer que todas las emociones son importantes y útiles.
Las decisiones que tomamos a cada momento determinan nuestro futuro y
calidad de vida, y son influidas en gran parte por nuestro estado emocional. (1)
Además, el equilibrio emocional nos ayuda a controlar factores externos como
el estrés, tan importante en la vida citadina contemporánea. (2)
2. Motivación/Recreación
La motivación por hacer algo que nos gusta y apasiona durante el día cambia
completamente nuestra forma de vivir, afecta a todos los niveles del ser, y nos
permite aprovechar nuestras vidas al máximo, además de poder paliar
deficiencias en otras áreas. Debemos dedicar por lo menos unos minutos del
día a proyectos personales, a tener un propósito, ellos son parte del sistema
motivacional e influyen en gran medida en nuestra salud, bienestar, habilidad
cognitiva, posición social y económica. (4) Además, la adecuada motivación
nos protege de enfermedades mentales como la depresión. (5)
4. Amoroso/Sexual
El área amorosa es irremplazable e incluye la pareja, amigos, padres, hijos y
otros familiares. El amor es un complejo fenómeno neurobiológico basado en la
confianza, convicción, placer y actividades recompensantes, necesarias para la
supervivencia y motivación que gobiernan actividades como alimentación, sexo
y reproducción. (11) Por eso es muy importante compartir tiempo con personas
en las que podamos confiar, que nos valoren, motiven e impacten de modo
positivo nuestra vida. El amor influye en el funcionamiento de múltiples
hormonas y neurotransmisores que tienen un impacto directo en la salud de la
persona. (12)
5. Social/Financiero (laboral)
El ser humano es social por naturaleza, necesita de la interacción con otros
seres humanos para mantener el equilibrio y la salud. Es importante que la
persona se sienta valorada por la sociedad y desarrolle relaciones sociales
positivas; múltiples estudios científicos han demostrado que las relaciones
sociales afectan la salud física, mental, de hábitos y el riesgo de mortalidad.
(14,15)
7. Alimentación
La evidencia científica más reciente sugiere que la alimentación saludable debe
ser variada y de estación, evitando productos animales (carnes de todo tipo,
incluyendo pollo y pescado, lácteos, huevos), harinas refinadas, dulces
artificiales o añadidos, frituras, grasas trans, alimentos procesados y
envasados. (21) Aumentando el consumo de frutas, verduras, menestras,
cereales, frutos secos, semillas y hierbas de modo
balanceado. De ser necesario, suplementando vitamina B12 y omega-3 cuando
se requiera. Se trata de una alimentación basada en plantas. (22) De este
modo disminuiremos nuestro riesgo de enfermedades tales como hipertensión,
diabetes, infarto de corazón, cáncer, enfermedad cerebrovascular,
aterosclerosis, dislipidemias, y obesidad. (23,24)
8. Sueño/Descanso
Si la persona no duerme lo suficiente se verán efectos perjudiciales a nivel
molecular, celular, hormonal, fisiológico, psicológico y de comportamiento. (25)
El consenso general de especialistas dicta un promedio de 7 a 8 horas de
sueño al día para mantener un adecuado funcionamiento hormonal, mental, y
físico. (26) Las siestas deben durar menos de 45 minutos para obtener un
resultado positivo. Si se duerme lo necesario se ayuda a prevenir
enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedad cardíaca y
cerebrovascular, y depresión. (27) Además de dormir adecuadamente, la
persona debe descansar lo suficiente durante el día, relajarse para manejar
mejor el estrés, y así desempeñarse de modo óptimo, evitando el efecto
perjudicial del exceso de esfuerzo.
9. Actividad física
El ejercicio es vital para mantener el cuerpo en óptimas condiciones, como se
dice en medicina china, “sin movimiento externo no habrá movimiento interno
de sangre, fluidos corporales y energía”, y como consecuencia tampoco
gozaremos de buena salud. Lo recomendado es 30 a 90 minutos de actividad
física al día, y más de 150 minutos a la semana. (28) La falta de actividad física
predispone a padecer dolor, sufrimiento, y enfermedades como diabetes,
hipertensión, depresión, obesidad, osteoporosis, cáncer de mama y colon,
enfermedades isquémicas cardíaca y cerebrovascular. (29,30).
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